Partidos Politicos

INTRODUCCIÓN Con el presente trabajo monográfico tenemos el propósito de acercarnos a la enunciación de los partidos pol

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INTRODUCCIÓN Con el presente trabajo monográfico tenemos el propósito de acercarnos a la enunciación de los partidos políticos, además identificar sus estructuras como el desenvolvimiento que tienen éstos en la sociedad. De acuerdo al estudio, en cierta forma meticulosa, plausible y el análisis realizado a los distintos textos bibliográficos, cavilamos que la definición de los partidos políticos varía de acuerdo al contexto y las circunstancias donde son presentados o evaluados. Toda sociedad, no por impulso de la razón, no porque lo señala cualquiera de las teorías sistematizadas realizadas por el criterio humano; busca, más por naturaleza que por imposición de cualquier otro factor, la realización plena, en el sentido de que, busca el bien común, busca paz y tranquilidad, bienestar y comodidad; y éstas son necesidades innatas del hombre, no se requiere alguna programación previa para que logren manifestarse, y cuando éstas son intervenidas por la razón, simplemente son sesgadas; no decimos que la razón sea inútil, al contrario, es de mucha utilidad para la formulación de estrategias destinadas a la satisfacción de estas necesidades. ¿Cuál es el rol que cumplen los partidos políticos en el escenario que acabamos de mostrar? En vista de que las necesidades son sociales y que, de lo individual parte a lo general, y las decisiones políticas juegan aquí un rol importante, debido a que los efectos o los resultados que llegan a tener las decisiones políticas son de naturaleza colectiva, puede o no afectar a quien gobierna, si el gobernante es afectado es en el sentido de que la sociedad no está de acuerdo con las decisiones tomadas, pero este tipo de descuerdo generalmente es pasivo, pero la repercusión que tiene dicha decisión en el quehacer cotidiano de la sociedad es de carácter activo. Un partido político, no es cualquier movimiento social o un ente cuya existencia sea vacua, el que hayan sido fundados tiene un propósito, un fin, y no es lo correcto, solamente toda vez que se va dar comicios electorales para elegir un representante para ocupar un cargo público, se aparezcan como fantasmas, a pesar de esa improvisación y espontaneidad, el propósito que tienen es llegar al poder y desde esa cúspide, materializar aquello que sólo era palabras mientras se suscitaba las campañas electorales. Pero los partidos políticos no sólo deberían limitarse a ese tipo de escenario político, mas, deberían ser activos y estar presentes en la toma de decisiones de quienes asumen los cargos públicas, tiene la potestad y la facultad de opinar, incluso de votar; por qué el afán de intervenir en la toma de decisiones políticas, porque toda decisión política está orientada a la sociedad en su conjunto, y todos, queramos o no, formamos parte de una sociedad.

OBJETIVOS PLANTEADOS

I.

Dar una definición a “los partidos políticos” no es una tarea fácil, tampoco es un trabajo titánico; pero, sí amerita voluntad y empeño principalmente para hurgar por las páginas de los diversos libros, artículos y publicaciones anexas, de autores variados. El propósito es matizar los argumentos y usarlos como variables, para luego, bajo el método deductivo inferir una definición.

II.

La teoría gestáltica enuncia que el todo es más que la suma de sus partes, mientras que Claude Lévi-Strauss y Ferdinand de Saussure sostienen que las partes son necesarias y que éstas son interdependientes para que el todo tenga sentido, denominándose este, estructuralismo. Estudiando el funcionalismo entendemos que las partes del todo cumplen roles delimitados sin perder conexión con los otros elementos, esta tesis se justifica en el estructural-funcionalismo. Y no podemos obviar el enfoque institucionalista que es ceñida por la Ciencia Política. ¿Qué es lo que se pretende? Lo enunciado son enfoques teóricos que nos pueden ayudar a entender mejor, no sólo la esencia de los partidos políticos, sino cualquier otro fenómeno que sea de interés particular.

III. Finalmente, queremos enfocar el “telescopio” al escenario local, identificar a los partidos políticos en el Perú, si los hay, cuáles y cómo son, desde sus fundaciones cómo han venido actuando en los distintos episodios sociales suscitados hasta la actualidad. El dilema parte de una duda, nos preguntamos si aquellas agrupaciones que surgen toda vez que se va realizar una elección para apropiarse de cargos públicos ya sean de índole local, regional o nacional, ¿serán partidos políticos o no pasan de ser movimientos políticos con características coyunturales? La respuesta a esta interrogante puede proporcionarnos información pos-formulada para la reformulación de las pseudo-estructuras de los pseudo-partidos y su posterior vindicación en las decisiones políticas que atañe a toda la población.

PARTIDOS POLÍTICOS I.- DEFINICIÓN En las ciencias sociales, sin lugar a dudas, las teorías son plasmaciones directas de la realidad, además es oportuno aclarar que la constitución social es dialéctica, quiere decir que se encuentra en permanente cambio, en ese sentido, podemos afirmar que los distintos postulados sociológicos, políticos e históricos, así como están ceñidos a una circunstancia lo están a un contexto. Las definiciones en las ciencias fácticas son dinámicas, en cambio en las ciencias formales las definiciones son estáticas, quizá no las sean para siempre, pero sí tienen más duración y vigencia que las definiciones “fácticas”. ¿Cuál es el propósito de este preámbulo?... Un partido político es un hecho que tiene lugar en las ciencias fácticas, es de naturaleza social e histórica, cuya definición aún no fue matizada y generalmente los conceptos desarrollados

para sustentarlo son frutos de investigaciones bibliográficas; pero esto no significa que no se tenga noción de lo que es un partido político, se tiene una definición, aunque, escuelas como autores, señalan que no es la adecuada. Empecemos señalando lo que dijo Edmund Burke acerca de un partido político, menciona este británico, que un partido político es un grupo de hombres unidos para fomentar, mediante acciones conjuntas, el interés nacional, sobre la base de algún principio determinado en el que todos están de acuerdo. Esta concepción es prematura para algunos estudiosos de los hechos sociales, porque según estos críticos, la acepción nace de un rechazo a los partidos políticos por sus posiciones sectarias y arbitrarias. Luego vemos a Maurice Duverger diciendo que un partido político es una comunidad con una estructura particular, pero esta forma de ver, como señalan algunos autores de artículos relacionados a partidos políticos, nace de un intento de querer estudiar a los partidos políticos, especialmente europeos, que ya constan de una estructura, una posición ideológica y manera de operar. No podemos pasar por desapercibido la definición formulada por Giovanni Sartori, argumenta que un partido político es cualquier grupo político identificado que se presenta a las elecciones y que puede colocar mediante elecciones a sus candidatos a cargos públicos. Mientras que aquel famoso economista y sociólogo alemán del siglo XX, Max Weber, define a un partido político, como la forma de socialización que, descansando en un reclutamiento libre, tiene como fin, proporcionar poder a su dirigente dentro de una asociación y otorgar por ese medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales. En una revista londinense, Robert Huckshorn, politólogo de profesión, define a los partidos políticos como grupos autónomos de ciudadanos que tienen como fin hacer nominaciones de candidatos y contender en procesos electorales con la expectativa de ganar posiciones públicas de poder en las estructuras del Estado, y dirigir desde ellas las instituciones. Esta definición es apreciada como descriptora de los partidos políticos sometidos a regulaciones jurídicas y su relación con las instituciones políticas contemporáneas, es rebatido como un concepto reduccionista, porque define a un partido político, como un organismo hecho para competir en las elecciones, cuando se halló casos donde hay partidos políticos que no tienen como propósito principal los comicios electorales, sino, justifican su existencia en esa titánica tarea de lograr el reconocimiento al pluralismo, la tolerancia y mejores niveles de vida. Se pone de ejemplo aquí a un partido político mexicano que se identifica como “partidos verdes” que persiguen el objetivo de querer lograr un ambiente limpio y preservar la biodiversidad y no necesariamente lograr espacios de poder.

En el libro Manual de Ciencia Política de Caminal Badía, en la sección de los partidos políticos y los sistemas de partidos, expuesto por un profesor de Ciencia Política de la universidad de Barcelona, quien es Jordi Matas Dalmases, encontramos el siguiente argumento: “La definición de partido político es de carácter movible, o por los menos es eso lo que se entendió, el aserto concerniente se fue consolidando como tal a medida que el tiempo transcurría. Es difícil ofrecer una definición que pueda englobar a todos los partidos políticos de todas las épocas y todos los países, puesto que, tanto desde el punto de vista interno (organización, funcionamiento, estructura…) como desde el externo (sistema político, sistema de partido, funciones…) los partidos han sido y siguen siendo muy heterogéneos. Por definición, un partido es parte de una todo y, por ello, las sociedades libres se caracterizan por la existencia de más de un partido, debido a que, constituiría una paradoja que un solo partido representara los intereses de toda la sociedad; un partido político es una asociación de individuos unida por la defensa de unos intereses concretos, organizada internamente mediante una estructura jerárquica, con afán de permanencia en el tiempo cuyo objetivo sería alcanzar el poder, ejercerlo y llevar a cabo un programa político preestablecido. Los partidos canalizan, vehiculan y dan expresión política a los intereses sectoriales, a las ideas y valores de una parte mayor o menor de la sociedad. En la actualidad casi todos los partidos tienen una composición plural, agregan intereses, elaboran programas políticos de gobierno concebidos para el conjunto de la sociedad, son una parte del todo que pretende determinar el todo, es decir, tienen como objetivo último gobernar a toda la sociedad. El objetivo principal de cualquier partido político es según la mayoría de autores, alcanzar el poder político, solo o en coalición, llevar a cabo un programa de gobierno para toda la sociedad, y asimismo defender los intereses que representa. El partido político, como señala Isidre Molas, establece prioridades, ordena sacrificios y contrapesa exigencias contradictorias para determinar el punto o el nivel que le resulta conveniente de acuerdo con los intereses generales, su ideología y sus valores. Y tiene la aspiración de realizar sus fines desde la cúspide del poder, es decir, desde el parlamento y, sobre todo desde el gobierno. Este enfoque parlamentario y gubernamental de la acción de los partidos políticos es lo que les diferencia de los grupos de presión, puesto que los grupos de presión no ejercen directamente el poder político, sino que se limitan a influir en la adopción de decisiones por parte de aquellos que los ostentan. Asimismo, los grupos de presión tampoco tienen un programa global de gobierno para toda la sociedad, sino que defienden unos intereses y elaboran unas líneas de actuación que son marcadamente sectoriales” Y la existencia de los partidos políticos está estrechamente vinculada con los regímenes políticos, en el caso peruano y la mayoría de los países, el régimen político que se experimenta es el democrático que abre espacio y da lugar al pluralismo político que consiste en aceptar la diversidad de pensamientos, ideas, ideologías, costumbres, tradiciones, etc. Pero no como una imposición, sino como

algo que se da en una sociedad como un hecho natural, es en ese reconocimiento de diversidad que se legitima la existencia del pluralismo. Finalmente, a manera de reflexión, queremos citar algunas frases de un maestro peruano con respecto a los partidos políticos, nos referimos al profesor Luis Jaime Cisneros Vizquerra, quien señala: “El partido político según el diccionario común “es una organización de personas con carácter estable, destinado a tomar el poder para ejercer desde él un programa general. Pero ¿sólo bastará eso?, no. Un partido político es algo más. Un partido político no es un conjunto de gentes tras un hombre providencial. Un partido político no es un hombre carismático. Es ciertamente un certamen de voluntades al servicio de un grupo de ideas rectoras. Esas ideas postulan una actitud determinante ante los grandes temas de la hora. Un partido político es tribuna en constante debate doctrinal. La proximidad de unas elecciones presidenciales no puede ser, por eso pretexto para crearlo. En vez de pensar en candidatos (que miran a la conquista del poder) los ciudadanos debemos pensar en los grandes problemas vinculados con la economía y con la paz, con la educación y la salud, con el trabajo y la pobreza. Esas preocupaciones constituyen la base de una doctrina partidaria, y la costumbre de discutir sobre ellas garantiza un buen ejercicio de la democracia” II.- ORIGEN Los partidos políticos son en forma directa el resultado de las disputas por conquistar el poder, y el poder en sus manifestaciones muy diversas. Dónde se origina los partidos políticos, según algunos conocedores de la materia, el sitio donde se origina es Inglaterra con los torys y los whigs, los primeros representaban a la nobleza y los segundos a la burguesía. Luego nos trasladamos a Francia, a los republicanos y monárquicos. Y a Estados Unidos, federalistas y antifederalistas. La siguiente ilustración muestra el cómo fue evolucionando los partidos políticos desde el siglo XVII, época de su aparición, al siglo XX. 1. Facciones.- Siglo XVII y buena parte del siglo XVIII, los portadores de ideas e intereses similares empezaron a unirse en facciones que después se desarrollaron en partidos políticos. La facción fue observada luego, como la unión o la amistad entre malvados como consecuencia de la corrupción practicada en el ámbito público. Por esta razón fue considerada como un hecho negativo. 2. Males necesarios.- Siglo XVIII, en esta épocas los partidos fueron vistos como males necesarios en los gobiernos libres y representativos, por lo que debían ser contenidos y controlados. Fueron considerados como males menores en comparación con las tiranías que pudieran surgir si los partidos fuesen suprimidos. 3. Aceptación.- Finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, sólo en Inglaterra, menos en Francia y Estados Unidos, los partidos se convierten en elementos

permanente de juego y representantes de distintos principios políticos, aunque ya estaban regidos por una norma constitucional, y era legitimado las conquistar de poder en el Estado. La admisión de los partidos significó admisión del disenso, lo que generó mayor tolerancia y, en consecuencia, una sociedad a puertas de aceptar el pluralismo. 4. Legalización.- Siglo XX, aquí fue fundamental la legalización de los partidos políticos por ser resultado directo de la democracia en el sentido de que cumplía el papel de intercesor entre el pueblo y el gobierno, eran estrictamente controlados por el Estado, lo que implica ser reconocidos jurídicamente. 5. Constitucionalización.- Esto se logra después de la Segunda Guerra Mundial, los partidos se convierten en protagonistas de la reconstrucción política, esto se ve más en Europa occidental con el respaldo de su democracia constitucional. Aquí, los partidos crean el Estado de bienestar, una vez reconocidos como actores directos en la función del Estado, se les consideró como entidades de carácter o interés público y les fue incorporado sus derechos y obligaciones. La forma como se define el origen de los partidos políticos como el que acabamos de detallar, fue elaborada por el Centro de Capacitación Judicial Electoral del Tribunal del Poder Judicial de la Federación, del Distrito Federal de México, en marzo del 2011, con el título de “Partidos Políticos” y subtítulo “Manual del Participante” Uno de los libros más leídos desde hace más de sesenta años, prácticamente desde el momento cuando fue publicado, es el de Maurice Duverger, LOS PARTIDOS POLÍTICOS, de acuerdo es este politólogo y jurista francés, los partidos también son denominados facciones, pero en las repúblicas antiguas, se denominaba así, a los clanes que se agrupaban alrededor de un mercenario, a los clubes donde solían reunirse los diputados de las asambleas revolucionarias, a los comités que preparaban las elecciones censatarias de las monarquías constitucionales, así como a las vastas organizaciones populares que enmarcan a la opinión pública en las democracias modernas. Para Duverger, los partidos verdaderos datan de hace apenas un siglo (para él, cuando escribía este libro en los 50´s, pero para nosotros es un siglo y medio), en 1850, ningún país del mundo, obviando a Estados Unidos, conocía partidos políticos en el sentido moderno del vocabulario; existía tendencias de opiniones, clubes populares, asociaciones de pensamientos, grupos parlamentarios, pero no partidos propiamente dichos. De 1850 a 1950, las agrupaciones mencionadas pasan por una metamorfosis, adquieren las características que amerita para ser una partido político, no con la formalidad de la actualidad, pero ese nuevo “ser” no tiene la intención de dejar aquello que ha formado parte de su pasado, la influencia que tiene ese pasado más cercano que lejano, en ocasiones es determinante en sus formas de actuar. Es en esta parte donde Maurice D. relaciona el nacimiento de los partidos políticos al régimen democrático, en otra forma de decir, a la extensión del sufragio popular. Es evidente que, cuanto más veían crecer sus

funciones y sus independencias las asambleas políticas, más sentían sus miembros la necesidad de agruparse por afinidades; cuanto más se extiende y se multiplica el derecho al voto, más necesario se hace organizar a los electores a través de comités, capaces de dar a conocer a los candidatos y de canalizar los sufragios en su dirección. Para Duverger, los partidos políticos tienen un origen electoral y parlamentario, pero no se cierre en esa hipótesis, sino, también hace referencia de los partidos creados fuera de ese grupo electoral y parlamentario; respecto al primero (origen electoral y parlamentario), el politólogo sostiene que, los grupos parlamentarios (que fueron concebidas como facciones luego) nacieron después de los comités electorales, sus uniones se fundamentan en las doctrinas políticas que era el motor que los constituía, aunque hay otros estudiosos que señalan que las doctrinas surgieron ya después de la conformación de los grupos parlamentarios, aquí, Duverger hace referencia a Ostrogorski quien señala que, la corrupción jugó un papel importante en el desarrollo de los g. parlamentarios (británicos). ¿A qué hace referencia el origen externo de los partidos? Antes de responder, el jurista hace un análisis, expone que, entre los partidos de origen electoral y parlamentario y el origen exterior de los partidos, no hay diferencia rigurosa, porque de una u otra forma se habla casi de los mismos actores, el segundo tiene influencia en la ejecución de los primeros y viceversa. Seguimos con Duverger, sostiene, que son variados los grupos y las asociaciones que provocan el nacimiento de un partido político, el de los sindicatos son casos bastante conocidos, muchos partidos socialistas fueron creados directamente por ellos, conservando por un determinado tiempo sus características de sindicato. Luego se hace referencia a las agrupaciones intelectuales en el génesis de los partidos político y son bien conocidas las agrupaciones estudiantiles que tuvieron lugar en los movimientos populares del siglo XIX en Europa. Y, no podemos descartar la influencia de las iglesias y las sectas religiosas, que hasta la actualidad tienen una gran influencia, no sólo en la formación, sino también en la estructuración de los partidos políticos. Estos constituyen (sindicatos, asociaciones, iglesias, sectas religiosas, francmasonerías, sociedades secretar y clandestinas, grupos empresariales e industriales) los “organismos exteriores” capaces de engendrar partidos. Y finaliza Duverger, señalando: Sea cual sea su origen, los partidos de creación exterior presentan un conjunto de caracteres que los opone bastante netamente a los partidos engendrados en el ciclo electoral y parlamentario. En primer lugar, aquellos son generalmente más centralizados que éstos. Los primeros nacen, en efecto, partiendo de cima, mientras que los segundos parten de la base. Y lo que hallamos en el Manual de Ciencia Política de Caminal Badía, con respecto al origen de los partidos políticos, es el zumo de los ya dicho y hace referencia, en este caso, el profesor Jordi Matas Dalmases, a otros autores, lo que señala es lo siguiente: “La aparición de los partidos políticos se produjo en primera instancia con

el desarrollo del parlamentarismo y posteriormente, con el incremento de la participación popular en el ámbito de las decisiones políticas y más concretamente con la ampliación y extensión del derecho del sufragio. Los primeros países donde se crearon partidos políticos fueron aquellos que disfrutaban de un sistema político liberal, algunos países europeos y Estados Unidos. Si bien inicialmente los representantes de la nación solo eran escogidos por unos determinados ciudadanos (mediante el sufragio censitario y capacitario, que sólo permitía votar a aquellos que tenían más poder económico o más formación intelectual), posteriormente el derecho de sufragio se amplió a medida que los estados liberales se democratizaban, lo que comportó la potenciación de las funciones del parlamento y su independencia. De ese modo, el parlamentarismo se consolidó paralelamente al proceso de ampliación del derecho del sufragio y a la consiguiente participación del pueblo en la elección de sus representantes. Además, la ampliación del derecho de sufragio implicó un cambio en las reglas de juego y provocó que aquellos que querían acceder por primera vez al parlamento o permanecer en el mismo, tuvieran que organizarse y utilizar nuevas estrategias para llegar hasta los nuevos electores y conseguir su voto. La aparición de los partidos supuso una ruptura con el pasado al incorporar de forma espontánea y no institucionalizada, un conjunto de ideas e intereses sociales que implicaban una reacción de la sociedad frente al Estado para poder alterar la estructura conservadora de dominación y dar paso a la institucionalización del pluralismo. Así por más que al principio los regímenes liberales creados por la burguesía no necesitaron partidos porque no eran regímenes democráticos y se basaban en la participación de un único segmento social, pronto los partidos políticos se convirtieron en instrumentos necesarios para la preparación de las elecciones y para la elección de los representantes de la sociedad. III.- FUNCIONES Las funciones que desarrollan los partidos políticos que han variado y se han ido ampliando a lo largo de su historia, los convierten en piezas clave de los sistemas políticos y en instrumentos singulares para conseguir la convivencia pacífica de la sociedad desde las instituciones públicas. José Antonio Gonzales Casanova señala como funciones principales: a) Socialización política y creación de opinión.- Los partidos políticos presentan unos determinados programas políticos a la sociedad, que tiene mayor o menor carga ideológica y que proporciona a los individuos más criterios para analizar los problemas sociales y ayudan por consiguiente a formar una determinada opinión pública o consolidarla. En la actualidad, la función de socialización política, así como la de movilización de la sociedad, ha perdido importancia y los medios han variado sustancialmente, la prensa de partido y los locales de barrio o pueblo han sido sustituidos por los medios de comunicación de masas, los cuales tienen una disfunción y una penetración social mucho mayor.

b) Armonización de intereses.- Los programas de gobierno de los partidos políticos también sirven para armonizar los intereses parciales de los diversos sectores sociales en la medida que pretenden consolidar un programa global amplio y reducir la fragmentación social que puede ser causa de ruptura o desestabilización del sistema político. La razón de esta evolución hacia propuestas más globales y menor beligerantes respecto a la defensa de intereses parciales radica en la homogenización de la sociedad, en el aumento de la complejidad social y en la mayor rentabilidad electoral de un discurso político más genérico y menos explícito. c) Formación de elites políticas.- Otra función importante de los partidos es de formar y seleccionar las elites del sistema político. Los partidos políticos son la cuna de gran parte de la elite política de las sociedades democráticas; los que pertenecen a tales elites suelen ser individuos formados en un partido político o muy relacionados con el mismo; es conveniente mencionar que los partidos políticos que están en el gobierno también participan directa o indirectamente en la selección de otro tipo de elites políticas. d) Canalización de las peticiones de la población hacia los poderes.- En el momento en que los electores, a través del derecho del sufragio, indican la opción política a la que prestan su apoyo, convierten los partidos en canales de expresión política, en representantes de sus intereses y en instrumentos que sirven para catapultar estos intereses hacia las instituciones públicas. Esta es la razón por la cual los partidos políticos tienen como función convertirse en órganos de comunicación de las demandas de los ciudadanos a las instituciones, y más concretamente al gobierno. e) Reforzamiento y estabilización del sistema político.- Todos los partidos políticos, tanto si están en el gobierno como en la oposición, tienen la función de reforzar el sistema político, convertirlo en estable y asegurar de ese modo su propia continuidad. IV.- TIPOLOGÍAS Los partidos políticos son un objeto difícil de clasificar, también lo es que se han realizado múltiples clasificaciones de los mismos. La mayoría de los autores que han escrito sobre los partidos políticos han elaborado su propia clasificación y han tenido en cuenta elementos tan diversos como la ideología, el ámbito de actuación, el régimen jurídico, la organización interna, el papel que ocupan en relación a las instituciones del Estado, la base social, etc. Las dos tipologías que han influido más desde la perspectiva de la ciencia política son la de Maurice Duverger y la de Stein Rokkan. Duverger se ha centrado en el aspecto organizativo de los partidos y ha efectuado una distinción entre partidos de masas y partidos de cuadros. Los partidos de cuadros o los notables serían aquellos que aparecieron históricamente primero y

estrían muy ligados a la actividad parlamentaria, cuando este tipo de partido se formó, aún existía el sufragio censitario y la participación en los asuntos públicos estaba limitada, estos partidos no priorizaban el reclutamiento de militancia sino que eran selectivos al máximo y se componían exclusivamente de personas con prestigio, recursos económicos e influencia. Preferían la calidad de sus miembros. Se componían de personalidades que dominaban el partido, que pertenecían a un grupo parlamentario, que dejaban la organización del partido en un segundo plano, utilizándola como instrumento para la protección y promoción, y que estaban dispuestos a someterse a una rígida disciplina organizativa. La estructura organizativa de tales partidos era muy descentralizada, los notables de cada distrito tenían gran capacidad de maniobra y financiaban la actividad del partido en sui área de influencia; no se adscribían a una corriente ideológica de un modo explícito, sino que se basaban en la defensa de unos interés determinados, fueran sectoriales o, incluso, personales. Con la introducción al sufragio universal y la aparición de los partidos de masas que ya empezaban a ser protagonistas del proceso político, mantuvieron unos dirigentes que se articulaban en una red de notables, pero empezaron a contar con el apoyo de sectores más amplios de la sociedad. A medida que fue ampliando el derecho de sufragio aparecieron los partidos socialistas, orientaron su organización hacia la participación masiva de todos aquellos sectores que hasta entonces habían sido marginados del sistema político y que ahora tenían la posibilidad de influir en el mismo. Este modelo de organización, abierto a la participación, es el propio de los partidos de masas; potenciaban al máximo el reclutamiento de nuevos miembros, esto permitió que individuos con una preparación escasa o nula entraran en el partido, individuos que el mismo partido se encargaba de educar y reciclar políticamente; eran muy marcados ideológicamente, disciplinados, jerarquizados y centralizados, con una actividad constante y un entramado organizativo que necesitaba la dedicación exclusiva al partido de una parte de la militancia, lo que comportó el nacimiento de una burocracia con tendencias oligárquicas en el seno de los mismos. Otro tipo de partido es el catch all party, es un partido fundamentado por Otto Kirchheimer, se caracteriza por su finalidad de conseguir el máximo número de electores, lo que implica el sacrificar o minimizar sus rasgos ideológicos, porque desde un punto de vista ideológico, la sociedad es muy plural, para lograr el máximo número de votos y contar con un apoyo electoral casi ilimitado; estos partidos no pueden mantener una línea ideológica restrictiva, sino que tienen que dirigirse a sectores muy amplios y diversos, diluir tanto como les sea posible sus características ideológicas y elaborar un mensaje basado en aspectos coyunturales que pueda ser aceptado por buena parte de la sociedad. La obsesión por el éxito electoral que se observa en estos partidos es evidente si se considera el reforzamiento y la promoción de líderes, hecho que a menudo, obliga arrebatar protagonismo a los militares, sus

intentos de controlar al máximo los medios de comunicación, su voluntad de mantener contactos con distintos grupos de presión, el modo en que potencian su aparato propagandístico, y la elaboración de programas que son muy generales e incluso ambiguos con el objetivo de que puedan ser interpretados satisfactoriamente por todos aquellos sectores sociales, amplios y diferenciados, que el partido quiere captar. Son un tipo de partido popular, generalmente grandes, que priorizan la movilización electoral, rechazan la idea de un electorado de clase y, de este modo, pretenden mantenerse en el poder o llegar allí. (Fuente: Manual de Ciencia Política, de Caminal badía) V.- CONSTITUCIONALIZACION El proceso de constitucionalización de los partidos ha sido un largo proceso que les ha permitido salir de la clandestinidad y ser reconocidos como pilares de los sistemas democráticos. Heinrich Triepel estableció las etapas siguientes concernientes a la relación entre el derecho y partidos políticos. Una primera etapa de ignorancia he incluso rechazo explícito que correspondía a las constituciones elaboradas desde el prisma de la teoría liberal, una teoría que consideraba al individuo como único sujeto político y a los partidos políticos como perturbadores y potencialmente destructores de la unidad y coexistencia pacífica de la sociedad y limitadores de la libertad de los individuos; una segunda etapa de mero reconocimiento legal de su existencia y funciones, originada por el desarrollo de la actividad parlamentaria y el protagonismo acentuado de unos procesos electorales que son cada vez más democráticos y proporcionales; y una última etapa en la que la regulación de los partidos políticos se convierten en necesaria y se introduce en los textos constitucionales, reconociéndose su protagonismo en la construcción de una sociedad democrática y su importancia en el funcionamiento de la maquinaria de los sistemas políticos democráticos. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial, a medida que se afianzaban los sistemas democráticos, cuando la figura de los partidos políticos empezó a ser introducida en unas instituciones discutidas y elaboradas por los propios partidos. Cotarelo ha observado y analizado cómo en los países anglosajones los partidos son dejados al amparo de las relaciones privadas libres. En primer lugar, los preceptos constitucionales que hacen referencia a los partidos políticos reconocen su importancia política y social para la expresión del pluralismo político y para la formación y la manifestación de la voluntad popular, y su carácter de instrumentos fundamentales para la actividad política. En segundo lugar existen algunas constituciones que establecen límites en relación a la libre creación de los partidos políticos, aunque sea indirectamente a través de un régimen general de asociaciones. En tercer y último lugar existen preceptos que exigen que los partidos políticos respeten la democracia y que su funcionamiento interno sea también democrático. La delimitación del concepto de democracia interna en los partidos ha sido muy discutida. Según Cotarelo, lo que debe entenderse por funcionamiento

democrático son ciertas normas y prácticas que garantizan la igualdad, centradas básicamente en el carácter electivo y renovable periódicamente de los órganos deliberantes del partido. VI.- ESTRUCTURA La base de cualquier partido político, es el individuo. Según Molas, todos aquellos individuos relacionados con la esfera del partido están sujetos a clasificación. Por lo que respecta a los miembros del partido, nos encontramos en primer lugar con aquellos que son simplemente afiliados, que se limitan a pagar una cuota, normalmente mensual y que no realizan ninguna o casi ninguna actividad en el seno de la organización. En segundo lugar nos encontramos con los militantes que además de cotizar, realizan un trabajo dentro del partido, asisten a las reuniones, colaboran en las campañas electorales, preparan los congresos del partido, asisten a los actos públicos del partido. Dentro de este segundo grupo, Panebianco distingue entre ellos lo que denomina “creyentes” aquellos que participan guiados por un incentivo colectivo, que se identifican con el partido y su ideología, son solidarios con el resto de militantes y que luchan constantemente por la causa y aquellos que denominan “arribistas” es decir aquellos que participan guiados por un incentivo colectivo, relacionado con ambiciones materiales de poder o de estatus y que buscan con egoísmo el beneficio propio. En tercer lugar tenemos al grupo de los “permanentes”, aquellos individuos que trabajan de una manera estable en el partido y cobran un sueldo. Y en cuarto lugar tenemos finalmente a los dirigentes del partido (cuadros, líderes o elites), que son los responsables principales del funcionamiento del partido y actúan de un modo tendencialmente oligárquico. Aquellos que no son miembros del partido y que, sin embargo están situados dentro de su esfera, pueden clasificarse de la siguiente manera: en primer lugar, los votantes fieles, es decir, los votantes que se limitan a votar por el partido en las elecciones y que solo se sitúan en la esfera del partido en ese tipo de actos y no mantienen relación alguna con el partido entre elección y elección; en segundo lugar, los simpatizantes, es decir, aquellos que además de votar por el partido, definen y en ocasiones difunden sus postulados, participan en algunos actos públicos que organiza el partido y lo ayudan económicamente de forma esporádica, sin que todo ello implique ningún compromiso formal.

Grupos de individuos relacionados con la esfera del partido. La organización de base de los partidos politicos, como lo señala Duverger, ha variado en el tiempo y es diferente según el tipo de partido. El primer tipo de organización de base es el comité, que consta de un numero reducido y selectivo de miembros. Al comité no le interesa aumentar la cantidad de

sus miembros, sino que estos sean notables, personas con influencia, y que se renueven por medio de la cooptación. El ámbito de actuacion del comité es un area geográfica reducida que normalmente coincide con la circunscripción electoral. Su función no es tanto difundir un mensaje ideológico determinado como captar electores, hasta el punto que puede afirmarse que el comité actua solo en los periodos electorales y que prácticamente desaparece entre elección y elección. Los comités se caracterizan por su independencia, descentralisación y concentración del poder de decisión. El segundo tipo de organización de base es la sección, típica de los partidos socialistas, pero adoptada también por la mayoría de partidos de masas. El objetivo de las secciones es reclutar el máximo número de militantes, los cuales entran a formar parte de la sección que les corresponde según su lugar de residencia. El ámbito de actuación de la sección es el distrito o el municipio, según las dimensiones de la población. La sección realiza una intensa actividad política de modo permanete, actividad que comprende desde el reclutamiento constante de nuevos afiliados hasta su formación y educación (reuniones, debates, etc.) Un tercer tipo de organización de base es la célula, prácticamente en desuso hoy en día. Organización de base propia de los partidos comunistas, agrupa a sus afiliados según el lugar de trabajo o profesión, lo que permite un enlace continuo entre los mismos y la discusión permanente sobre cuestiones relacionadas con el mundo laboral. El objetivo de la célula no es electoral sino de agitación, propaganda y formación política en el ámbito profesional, por lo que tiende a actuar conjuntamente con los sindicatos. Finalmente, el último tipo de organización de base es la milicia, propia de los partidoa facistas. Lo que caracteriza a la milicia es una estructura militar absolutamnete jerárquica. Sus miembros son individuos muy disciplinados y cohesionados, entrenados militarmente y que se rodean de símbolos de identificación (banderas, escudos, uniformes, etc.), su movilizacion no es permanente sino mediante entrenamientos periódicos, deben estar siempre preparados para obedecer cualquier orden proveniente de sus jefes. En la actualidad los partidos políticos se estructuran mediante organizaciones de base similares al comité o la sección, que pueden ser territoriales o sectoriales y reciben distintos nombres VII.- DIRECCIÓN La dinámica derivada de la complejidad social obliga a que, en numerosas ocasiones, los partidos tengan que tomar decisiones con una cierta urgencia y sin un margen de tiempo suficiente para debatir tal decisión. Ello provoca que el proceso global que comportaría empezar un debate previo en las organizaciones de base hasta la decisión final en un órgano representativo; proceso necesario para satisfacer

el requisito de democracia interna; no sea operativo y que los que discutan y decidan sean aquellos que han sido elegidos para ocupas un lugar en los órganos de dirección centrales. Sin embargo, además de la escasez de tiempo que implican las decisiones urgentes, algo que involucra necesariamente una división jerárquica del trabajo en el seno del partido, existen otras razones más importantes que provocan que los partidos dejen en un segundo plano la discusión política de sus afiliados. Toda organización, como observo Michels al formular “ley de hierro de la oligarquía”, se fundamenta en prácticas oligárquicas. Los líderes del partido se rodean de un pequeño número de personas que les son fieles y que, junto a ellos, constituyen una élite que decide la estrategia y la táctica del partido. En consecuencia, los dirigentes de los partidos son gente preparada que ha seguido uncursus honorum. Son según Michels, los únicos o casi los únicos que pueden dirigir al partido de una manera eficaz y exitosa, dado que la mayoría de afiliados no disponen de la preparación o calificación suficiente para hacerlo. Esto es lo que Michel califica de “incompetencia de masas”, es lo que hace necesario el liderazgo. El liderazgo, la división del trabajo, la concentración de la dirección en unos pocos, la oligarquía, son los fenómenos que pueden poner en peligro la democracia interna de los partidos políticos. El grado de oligarquía en el seno de los partidos políticos no solo depende de su ideología, sino también de su magnitud. Por consiguiente, el control democrático en el interior de los partidos es muy escaso y los lideres tienen un gran margen de discrecionalidad para orientar política y estratégicamente al partido sin tener que hacer demasiadas consultas ni concesiones al conjunto de afiliados. VIII.- LA FINANCIACIÓN Los partidos políticos, como cualquier tipo de asociación, necesitan recursos económicos para llevar a cabo sus actividades. Si bien en un principio la cuantía de tales recursos no tenía por qué ser muy elevada, a medida que los partidos se fueron convirtiendo en protagonistas del sistema político, adoptaron un funcionamiento empresarial y sobre todo dieron una importancia cada vez mayor a las contiendas electorales, al marketing y a las nuevas técnicas de propaganda política, los recursos económicos que se necesitaban para obtener representación parlamentaria era cada vez mayores. Actualmente un partido sin medios económicos o con medios muy escasos está condenado al fracaso electoral y, por consiguiente condenado a la condición de partido testimonial. Los partidos necesitan, asimismo, sostener sus estructuras organizativas, lo que implica edificios, locales, personal que trabaje exclusivamente para el partido, material de trabajo para este personal, publicidad en los medios de comunicación durante las campañas electorales, infraestructura y

espacios para poder realizar actos electorales y congresos, capacidad técnica para lograr el programa electoral y difundirlo entre los electores, contacto constante con correspondencia con los afiliados, edición de revistas y material gráfico de todo tipo, etc. La capacidad financiera para cubrir todos estos gastos es determinante para obtener unos buenos resultados electorales y, por consiguiente, alcanzar el poder político. Es por esa razón por la que la financiación de los partidos políticos es una cuestión vital para su misma supervivencia y, paralelamente, un factor de desigualdad para la competencia electoral. El origen de la financiación de los partidos pueden ser privado o público. Por lo que respecta a la financiación privada, esta se compone en primer lugar de las cuotas que los afiliados pagan periódicamente. Normalmente los miembros del partido pagan una cantidad mensual que, de acuerdo con los estatutos del partido, puede ser la misma para todos o proporcional a los ingresos económicos. Este es un tipo de financiamiento tradicional muy extendido, y los primeros en utilizarlo fueron los partidos de masas, es decir partidos con un alto sentido de identificación grupal. Actualmente, en plena crisis de afiliación, las cuotas que pagan los afiliados son por lo general muy escasas y a menudo irregulares. En segundo lugar, la financiación privada se compone de los donativos de los mismos afiliados o simpatizantes. Los donativos se diferencian de las cuotas por los sujetos, puesto que estos pueden ser personas no afiliadas al partido o personas jurídicas. Los donativos han sido una vía de financiación tradicional de los partidos y eran una práctica común en los primeros partidos de notables. Actualmente casi todos los partidos reciben donativos; es a través de los donativos como los partidos pueden resolver sus problemas de liquidez se manifiesta de un modo más acuciante. La tercera vía de la financiación privada son los beneficios que los partidos obtienen de la gestión de empresas o negocios y de la explotación de su propio patrimonio. La clase de empresas gestionadas por los partidos acostumbra a ser editoriales, así como fundaciones dedicadas a la investigación de cuestiones relacionadas con el partido. Una última vía de financiación privada son los préstamos y créditos que los partidos obtienen de las entidades bancarias, sobre todo en periodos previos a la celebración de elecciones. Aunque este tipo de financiación es evitada por los partidos a causa de sus elevados costes financieros, actualmente existe un notable número de partido endeudados con entidades bancarias. La principal vía de financiación de los partidos políticos es, sin embargo, la pública. En primer lugar, los partidos pueden recibir algún tipo de subvención estatal según los resultados electorales obtenidos (por número de votos, por número de escaños) a fin de financiar la campaña electoral y, una vez dentro del parlamento, a fin de

sufragar los gastos generados por el funcionamiento ordinario de la actividad parlamentaria.

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Reseña de “Los partidos políticos” de Michel Offertlé. Política, núm. 43, primavera, 2004, pp. 337-342, Universidad de Chile. Chile.

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Paoli Bolio Francisco José, NATURALEZA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS, Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,www.juridicas.unam.mx



TRIBUNAL ELECTORAL del Poder Judicial de la Federación, PARTIDOS POLÍTICOS, Manual del participante, México, Distrito Federal, marzo de 2011. www.te.gob.mx,www.te.gob.mx/ccje/,http://www.te.gob.mx/ccje/unidad_capa citacion/materiales_capacitacion.html.