Orquideas en Nicaragua

ORQUÍDEAS DE NICARAGUA. Las orquídeas son flores especialmente bellas. Estas han cautivado la atención del hombre desde

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ORQUÍDEAS DE NICARAGUA. Las orquídeas son flores especialmente bellas. Estas han cautivado la atención del hombre desde tiempos remotos. Nuestro país, por encontrarse en una región tropical, cuenta entre sus riquezas más de 146 géneros con unas 678 especies clasificadas. Realmente no se sabe a ciencia cierta cuántas especies hay en Nicaragua, pero se estima que sean más de 1,400 en total. Sus colores oscilan desde suaves tonos pastel hasta las escandalosas y vibrantes pigmentaciones de colores fuertes y vívidos. De la misma manera que con los colores, sus fragancias van de lo imperceptible hasta lo acentuado, aunque algunas especies caprichosamente perfuman sólo durante ciertas horas del día. El potencial económico es también parte del atractivo de estas bellas plantas y sus flores. Por su atractivo y rareza, se cotizan a elevados precios en los mercados internacionales, razón por la cual algunos países las producen de manera comercial, aplicando diversas técnicas para su reproducción, cultivo y exportación. En Nicaragua las orquídeas florecen abundamentemente en diversas regiones del país, no obstante, existe una explotación depredativa de las mismas, ya que son retiradas por cientos de sus hábitats naturales para ser trasladadas a los mercados informales de plantas. TIPOS DE ORQUÍDEAS En Nicaragua se han contabilizado 146 géneros con 678 especies, aunque se cree que pueden ser más de 1,400 en total. Aunque generalmente las orquídeas tienen una tendencia bien definida de desarrollo, encontramos que muchas especies crecen indistintamente sobre árboles y piedras, por lo que sería difícil catalogarlas solamente como epífitas o litófitas. No obstante y de forma general, si nos basamos en su entorno de crecimiento las podemos clasificar de la siguiente forma: EPIFITAS Son las que se desarrollan sobre los árboles, pero los usan únicamente como soporte. Se afirma que si las orquídeas fuesen plantas parásitas, como muchos piensan, éstas no podrían ser cultivadas sobre troncos de árboles muertos, cáscara de árboles, pedazos de madera, etc. No obstante, existen algunas variedades que sí son parásitas. RUPICOLAS O LITOFITAS Las orquídeas que se desarrollan en ambientes muy calientes y soleados, viviendo normalmente sobre piedras (como en el Volcán Masaya). Sus raíces quedan debajo de las piedras alimentándose de la poca humedad que reciben por la noche, así como del lodo que se forma bajo las mismas.

Terrestres Crecen sobre el suelo, desde donde desarrollan largos tallos y fuertes raíces. Se encuentran normalmente en suelos ricos en humus, con abundante material orgánico en descomposición. Saprófitas Este tipo de orquídeas se desarrolla bajo la tierra, donde florece y se reproduce. Hasta ahora sólo se han encontrado en Australía (Rhizanthella gardneri), colectada por primera vez en 1928.

COMO CUIDARLAS Las orquídeas no son plantas especialmente delicadas (algunas especies si lo son). No obstante, dependen mucho de su medio ambiente para llegar a florecer y desarrollarse. 

Cantidad de Agua

Las lluvias prolongadas y el riego excesivo son la principal causa de pudrición de las raíces, porque estas, cuando no pueden consumir el exceso de agua, empienzan a entrar en descomposición y a desarrollar hongos y bacterias que terminana matando a la planta. Procure proteger la planta de lluvias prolongadas (temporales), con plásticos o vidrios a una altura de por lo menos 3 metros, para que la planta tenga la ventilación adecuada. El fondo de los recipientes debe estar siempre ligeramente húmedo, pero nunca con agua atrapada. En dependencia de la humedad del ambiente, es posible que una planta requiera ser regada periódicamente, aunque una regada abundante por la mañana resulta ser suficiente para la mayoría de las plantas (desde que estas tengan ventilación adecuada). De forma general, el riego debería aplicarse cuando el fondo del recipiente (las raíces) estén secas. Casi todas las orquídeas tienen una fase de crecimiento y una de reposo. Durante la fase de crecimiento, se verá la aparición de brotes y raíces. La fase de crecimiento activo es cuando los brotes se convierten en hojas. Cuando la planta se encuentra en esta fase es importante aplicarle agua y abono con mayor frecuencia. La fase de reposo se caracteriza por la desaceleración del crecimiento. La necesidad de agua en este momento disminuye. Generalmente, después de esta fase viene la maduración con la formación (o no) de flores. Es importante indicar que en las orquídeas, como otras plantas de jardín, las necesidad de riego y abono no son necesariamente las mismas para cada planta. De hecho, es posible que cada género y a veces cada especie tengan exigencias particulares. No obstante, se puede aplicar la regla general de

regarlas cada vez que el recipiente (o las raíces) estén secas, ya que es más fácil matar a la planta por exceso de riego que por falta de agua. Algunos recipientes se secan más rápido que otros, por ejemplo, un caja de aserrín prensado o una cáscara de coco, puede guardar más humedad que un recipiente de cerámica o un vaso plástico, aunque todo esto depende de la temperatura del lugar, la cantidad de aire, la humedad del ambiente y la cantidad de luz (solar) que tengan. Cuando las orquídeas florecen necesitan menos agua. Después de que florecen, es necesario reducir más todavía la cantidad de agua para permitir la finalización de su ciclo, comenzando nuevamente el riego cuando empiecen a surgir los nuevos brotes.



Cantidad de Luz

Las orquídeas pueden crecer en la sombra, media sombra, luminosidad intensa o en pleno sol. En general, las orquídeas no deberían recibir la luz solar de forma directa, con excepción de los primeros rayos matinales, por esta razón es importante abrigarlas en lugares donde la influencia del son no sea directa (bajo los árboles o en corredores de casas). La mejor regla para definir su luminosidad se puede deducir de la observación de su crecimiento en ambiente natural, para tratar de reproducirlo en el ambiente controlado (jardín). No obstante, si no cuenta con esta posibilidad, usted puede tratar de terminar si la cantidad de luz que recibe su orquídea es la correcta. Para esto, observe sus hojas:  



Si el color de las hojas es verde tierno, significa que la cantidad de luz es perfecta. Si el color de las hojas se torna en un verde más oscuro, podría implicar que no está recibiendo una cantidad de luz suficiente. Esto trae como resultado que la orquídea tiene dificultades para florecer. Si por el contrario, las hojas se tornas más amarillentas, podría indicar que la orquídea está recibiendo demasiado sol, lo que puede causar una deshidratación de la planta y su consecuente atrofiamiento. En este caso, trate de proteger su orquídea con hojas de palmera o con tela de nylon, que reduzca la influencia solar pero que no la desaparezca.

Muchas orquídeas floreces en plena sombra, a media sombra o en pleno sol (por ejemplo la huele noche). Si usted adquiere su orquídea en un mercado local, consulte con su vendedor sobre la mejor cantidad de luz. Evite adquirir orquídeas cuyo origen sea depredativo (cortadas de los bosques en lugar de cultivadas). 

Temperatura

Las orquídeas de clima caliente son aquellas que toleran temperaturas más elevadas, de hasta 35º centígrados. Estas orquídeas no se adaptan a temperaturas abajo de 15º. También hay orquídeas de climas fríos,

especialmente en las montañas más elevadas. No es recomendable migrar orquídeas de climas calientes a climas fríos y viceversa, puesto que puede afectar el desarrollo de la planta y su floración. 

Ventilación

Una buena ventilación es un factor muy importante para el éxito en la cultura de las orquídeas. Busque siempre un lugar bien abierto y ventilado, para que construya su jardín (o invernadero). En las regiones muy frías, las plantas deben ser protegidas durante el invierno, cerrando el ambiente de cultivo para evitar corrientes de aire frio. En lugares calientes, se debe compensar el excesivo calor con riego período y ventilación constante. Las orquídeas, como cualquier otra planta, requieren de buena ventilación cuando están cultivadas dentro de las casas. 

Humedad

Aunque es difícil, procure en la medida de lo posible mantener una humedad relativa del aire entre 40 y 80%. Si no es posible matener la humedad relativa del aire a estos niveles de forma natural, trater con irrigación artificial a presión, de manera que el agua salga en forma de neblina, si es posible de manera que no alcance a tocar el suelo (que sea atrapada y conducida por el aire). 

Abono

Existen muchos abonos preparados especialmente para el cultivo de orquídeas: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

Peters y Hyponex de EUA Yogen N2 de Japón Ouro Verde de Brasil Las fórmulas más usadas son NPK (N=Nitrógeno, P=Fósforo, K=Potasio): 30-10-10, para plantas nuevas y en fase de crecimiento. También se usa para estimular el crecimiento de brotes y raíces en plantas adultas. 20-20-20, para crecimiento en general. 10-30-20, para los 6 meses anteriores a la floración y 07-06-19, para el período más próximo a la floración y hasta que los botones están formados.

Un abono completo debe poseer además de los tres elementos mencionado anteriormente los siguientes: Magnesio, Hierro, Boro, Cobre, Zinc, entre otros. Cualquiera de estas fórmulas debe ser preparada en una proporción de 12,5 gramos por cada 10 litros de agua. Regar abundantemente las plantas con el abono cada 15 días. Después de abonarlas, no aplique agua sino hasta pasadas 48 horas, cuando puede regarlas normalmente.



Desinfección

Es importante que se aplique un buen fungicida o insecticida periódicamente o cada vez que se presente una plaga. Los insectos en general dañan las hojas y perforan los capullos. Las cochinillas y pulgones chupan el jugo de las hojas. Los hongos son identificables por medio de la aparición de manchas caféoscuras (como sarro), o manchas blancas en la parte inferior de las hojas. Para las cochinillas y los pulgones, se recomienda usar aceite mineral mezclado con algún insecticida. El aceite mineral tapa los poros de los insectos, matándolos por asfixia, complementado por el insecticida. Algunos escarabajos y otros insectos mayores pueden comer las hojas de algunas orquídeas. Una buena norma, según cultivadores con experiencia, es tener gallinas cerca del orquidiario, pues estas se alimentan de los mismos y mantienen un control cerrado de este tipo de plagas.