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Origen de los reglamentos

El reglamento está conformado por una serie de reglas que deben ser observadas y respetadas por quienes integran la organización, empresa, o practican el deporte en cuestión, según corresponda. El reglamento y sus reglas nacerán de la discusión en común entre quienes tengan la potestad de discutir el contenido del reglamento y serán el resultado de un acuerdo, que una vez que esté vigente, sí o sí, deberá ser respetado. La aprobación corresponde tradicionalmente al Poder Ejecutivo, aunque los ordenamientos jurídicos actuales reconocen potestad reglamentaria a otros órganos del Estado. La titularidad de la potestad reglamentaria viene recogida en la Constitución Española. También se le conoce como reglamento a la colección ordenada de reglas o preceptos. Son la consecuencia de las competencias propias que el ordenamiento jurídico concede a la Administración, mientras que las disposiciones del poder ejecutivo con fuerza de Ley (Decreto ley) tiene un carácter excepcional y suponen una verdadera sustitución del poder legislativo ordinario. Data de la Baja Edad Media en que comienza la pugna por el control y hegemonía de la producción normativa, que hasta entonces había sido bien dominio exclusivo del monarca. Desde la segunda mitad del siglo XX se produce un incremento abrumador de normas, crecimiento sostenido mayoritariamente por la producción reglamentaria.

Función de los reglamentos

Un reglamento es un conjunto ordenado y coherente de preceptos o normas que regirán el trabajo en una empresa, en una organización, la convivencia en un edificio de apartamentos, en una comunidad, un deporte, entre otras alternativas. Contiene una serie de indicaciones que son las que nos dicen la manera en la cual debe llevarse a cabo una actividad o cómo uno debe moverse en tal o cual contexto y establece pautas para que no se comentan actos ilícitos y por lo tanto erróneos. También tiene como función guiar a las personas un fin en común y bienestar social.

Especifica normas para regular las actividades de los miembros de una comunidad y sienta las bases para la convivencia y prevención de los conflictos que se puedan generar entre los individuos.