Orden de Los Constructores Masones

or un despertar Gabriel Jesús Padrón Ramos 32º ―Lo principal en la vida es proponerse una cosa; Los medios para ello,

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or un despertar Gabriel Jesús Padrón Ramos 32º

―Lo principal en la vida es proponerse una cosa; Los medios para ello, se encuentran infaliblemente si no falta la voluntad.‖

Benjamín Franklin

Prólogo Salud Unión y Estabilidad Ilustres Caballeros Constructores Masones, Legionarios República de Cuba y del Continente Americano.

de la

Es necesario realizar un trabajo de recopilación bibliográfica que agrupe los objetivos fundamentales de la Orden de los Constructores Masones, la cual está llamada a ejercer una influencia saludable en la vida de relación entre los pueblos y masones del Continente Americano, en tanto sus propósitos, contenidos en los Estatutos que reglamentan sus actividades y así lo proclaman: ―Disipar la ignorancia, combatir el vicio, inspirar amor a la humanidad, procurar la unión de la repúblicas americanas y la mayor amistad entre los pueblos del Continente, así como premiar las labores realizadas a favor de la sociedad‖. Para poder llevar a cabo la recuperación de nuestra Orden en Cuba y su despertar en el Continente Americano; es necesario lograr el intercambio de relaciones fraternales, sociales y culturales, la paz y el entendimiento mutuo entre todos los masones y sus respectivos países; actuar a favor de la libertad, igualdad y la fraternidad de todos los seres humanos; así como debemos reafirmar como leyes fundamentales, los antiguos límites de la masonería universal. Recordaremos, pues, que todas las instituciones, como las ideas, tienen sus etapas de auge y descenso; y que la nuestra supo resurgir como el ave Fénix. Así de la misma forma que cumplió con su misión en Europa y América, debe cumplir con sus postulados americanistas en momentos tan difíciles. Afianzar el fortalecimiento de la Orden en Cuba, nos ha de llevar a la actualización del porvenir y a realizar con

nuestros propios esfuerzos labores que debemos ejecutar para conseguir una solidaridad efectiva. La Estrella Polar nos guiará en nuestra marcha hacia ese ideal de sana interdependencia humana. Exhorto a todos los Ilustres Caballeros Constructores Masones, a todos los Masones del Continente Americano, a contribuir con vuestro grano de arena, con buena voluntad y dinamismo, a la obra americanista que debemos desarrollar, con entusiasmo y fe en el porvenir. La indiferencia, esa abulia enervadora que nos ha hecho presa en el pasado, debe desaparecer como la neblina bajo la acción de los rayos solares. La unión de nuestras voluntades, hasta hacerse una sola, fuerte, indisoluble y constructiva, debe ser el resorte que nos mueva a la acción. Nuestros países y nuestros pueblos necesitan del impulso de núcleos de hombres conscientes, sanos de espíritu y bien intencionados, entre los cuales nuestra Orden de los Constructores Masones tiene un señalado puesto. Os envío mi más cordial saludo, junto con mis más vivos deseos por el progreso en beneficio del hombre americano.

Gabriel Jesús Padrón Ramos 33º Gran Representante General de la O.C.M. para la Rep.de Cuba.

Surgimiento De la Orden

ESTA ORDEN fue fundada en 1777 por el I. Hno. Pierre Francois Charles Augereau, Duque de Castiglione, conjuntamente con los hermanos Armando Charles Augustin, Duque de Castries, y Charles Axel Guillaumont, en la ciudad de París.

Pierre Francois Charles Augereau Aspectos importantes de la vida de Pierre Francoise Augereau. De origen humilde, trabajó en muchos oficios en Suiza y en Italia, hasta que en 1792 regresó a Francia y se alistó en el ejército. Tres

años después ya era general de división. Con este grado participó en la campaña de los Pirineos Orientales, concretamente en los combates del Fluviá, antes del final de esta guerra. Durante el Directorio se destacó en la campaña de Italia, donde llamó la atención de Napoleón después de la toma de Castiglione. Después del 18 de Brumario (mes del calendario republicano), recibió el mando del ejército de Holanda, y con el Imperio ascendió a mariscal y recibió el título de duque de Castiglione. Destacó a finales de 1809 fue destinado a España donde consiguió la capitulación de Gerona Asumió el cargo de gobernador general de Cataluña, casi independiente de José I. Fue relevado a los tres meses por el emperador. Durante la Restauración, acató a Luis XVIII y fue nombrado par de Francia. Durante los Cien Días intentó reconciliarse con Napoleón, pero no lo consiguió. Pierre Francois Charles Augereau, era miembro de la Logia ―Les Enfants de Mars‖, Jefe del 27 Regimiento de Infantería Ligera y Gran Oficial de Honor del Gran Oriente de Francia. Se retiró a sus posesiones de La Houssaye, donde murió apartado de la actividad militar. Armando Charles Augustin Duque de Castries fue un masón distinguido en la Logia ―Les Bon Ami‖ de París. En el mundo profano era teniente general del ejército, Diputado de la nobleza a los Estados Generales y Par de Francia. Tuvo el honor de luchar en Norte América por la independencia de la gran democracia, Director de la manufactura de goberlinos, institución de carácter real, surgida en el reinado de Luis XIV a instancia del colbert, que en aquella época resultaba ser una de las más importantes y ricas empresas industriales, dedicadas a la producción de tapices finos, que estaban bajo el control del Estado y dio gran fama a Francia.

Charles Axel Guillaumont, de la Academia Real de Arquitectura y director de la manufactura de Gobelinos. Como los dos anteriores, poseía una destacada situación entre sus hermanos masones. Los tres fundadores de la Orden celebraron su primera reunión en la Logia ―Les Bon Ami‖, a la que pertenecían dos de ellos, el 17 de Diciembre del mencionado año de 1777. En esa sesión se trazó el estatuto que había de reglar la nueva institución y se designó Soberano Gran Comendador al Hno. Charles Augereau. Este ilustre masón gobernó a la nueva Orden de Constructores Masones sin interrupción hasta 1816. Si bien debe decirse que pronto la Institución alcanzó grande expansión entre el elemento afiliado a la Francmasonería, no debe olvidarse el señalar que años después, durante el período de revolución, sufrió serios quebrantos. Pero el jefe fundador, una vez instalado el Imperio, reunió a los elementos dispersos y con ellos y un gran entusiasmo animador, logró restablecer parte del antiguo prestigio. Le prestaba fuerza y vigor su espíritu generoso, orientado a favorecer cuanto pudiera dar gloria y eficacia a la Augusta Orden Francmasónica, ya que sus miembros deben necesariamente ser hermanos masones en actividad, quedando excluido todo profano, cualquiera que sea su mérito o posición. En 1817, fue elegido Gran Comendador el Hno. Juan Bautista Vermay de Beame, laureado pintor francés, quien ese mismo año debió trasladarse a La Habana, ciudad en la que se radicó. La jefatura de la Orden, en consecuencia, quedó establecida en América, de donde no salió ya. Beaume dirigió la Institución hasta 1837. Devido a la residencia del Soberano Gran Comendar en este continente, a partir de 1820 la Orden declinó en Europa a la par que se robustecía en las Antillas, México y América Central.

Juan Bautista Vermay de Beame Nació Vermay en Tournan en Brie, una población situada a unos 40 kilómetros de París, el 15 de octubre de 1786. A los 11 años, sus padres lo enviaron a la capital francesa para matricular en la escuela de pintura del famoso maestro Jacques Louis David (1748 1825), quien había buscado en las antiguas creaciones greco romanas las normas de perfección estética. A esta última corriente estética no fue ajeno Vermay, quien dio clases de pintura a Hortensia de Beauharnais, entenada del emperador, y fue declarado exento del Servicio Militar por el propio Napoleón en 1813, para que se dedicara por entero al arte. Fue un extraordinario Masón, con solo 31 años había sido recién nombrado Soberano Gran Comendador de la Orden de Constructores Masones, creada en 1777 por maestros del oriente de Francia, cuando la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo (1815) cambia radicalmente su vida. Viaja a Alemania e Italia, pero decide emigrar a Estados Unidos, y de ahí a Cuba, adonde llega con varios de sus lienzos a cuestas, el aval masónico y aquellas contundentes recomendaciones de un pintor genial y de un futuro prominente.

Lo recibe el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa, quien compra algunos de sus óleos entre ellos, Pasmo de Sicilia, copia exacta del Rafael y los sitúa en algunos templos habaneros. Además, contrata a Vermay para que culminen las obras pictóricas iniciadas por el Italiano José Perovani en la Iglesia de la Catedral de La Habana, especialmente los lienzos para los altares. De esta forma, ya instalado en la isla, en 1817, Juan Bautista Vermay le anunciaba al gobierno civil del país. Su intención de abrir una escuela de dibujo, petición que no se tomó en consideración por estas autoridades, pero sí obtuvo la ayuda moral y material del Director de la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País (anteriormente llamada ―Sociedad Económica de Amigos del País‖), de Alejandro Ramírez y del propio obispo De Espada. Juan Bautista propuso en un inicio dar clases a cuatro niños pobres, pero no le permitieron seleccionar a sus propios alumnos, pues el reglamento no admitía a cualquiera. Como es de esperar, Juan Bautista Vermay calificó este acto como racista y atrasado. No obstante, la Academia abrió con 18 alumnos que pagaban y cuatro que Vermay quiso enseñar gratuitamente. Todo este espíritu de enseñanza devino entusiasmo fundacional, y el 11 de enero de 1818, en el claustro de San Agustín, con inesperada magnificencia y protocolo se da lectura al primer artículo del reglamento escolar que decía: ―La academia gratuita de dibujo y pintura de San Agustín, se denominará de San Alejandro, en grata memoria del Sr. don Alejandro Ramírez, intendente de ejército y director de la Real Sociedad Patriótica, por debérsele su fundación y progresos‖. De esta manera quedó fundada la histórica y prestigiosa Academia de Artes de San Alejandro, honroso testimonio del empeño de este hombre virtuoso.

Pero Juan Bautista no solo venía con la encomienda de ejercer su alto oficio de pintor y poner en práctica sus ideas de cambio en el terreno artístico, sino que arrastraba, orgulloso, las últimas propuestas y proyectos de reformas sociales que se desarrollaban en Europa. La lejanía de la jefatura de la Orden de los Constructores Masones y otras diversas circunstancias hicieron que se extinguiera en Europa y que fuera encaminándose a lo que es actualmente, una institución americanista constituida por masones. Cuando partió de Francia hacia Cuba, ya Juan Bautista Vermay, investido como Soberano Gran Comendador de la Orden de los Constructores Masones, venía con otra importante misión, la de dar continuidad a los trabajos de una organización que se había creado en Francia con el objetivo de reagrupar a los masones de los más altos grados y desarrollar los lazos fraternales entre las repúblicas y entre los hombres del Viejo y el Nuevo Mundo, pero las condiciones históricas desviaron el curso inicialmente trazado y la dirección de la Orden de los Constructores Masones, debilitada en Europa, se orientó hacia las Américas, fortaleciéndose en las Antillas, México y América Central, donde Vermay dirige todos sus esfuerzos a agrupando a los masones a mantener profundos vínculos y estrechar lazos de hermandad, por lo que alcanza un alto esplendor entre hombres prominentes, abrasando la bandera de la Orden y situándola en lugar cimero en el continente americano. Aunque tenemos entendido que en sus primeros tiempos la Orden de los Constructores Masones tuvo por objeto realizar activa colaboración con la Francmasonería en el campo propio de esta, tal orientación fue tiempo después abandonado, cuando su sede se ubicó en América y, especialmente, a mediados del siglo pasado. Acentuando su carácter americanista, fue poco a poco convirtiéndose en una organización exclusiva de nuestro continente. A ello la

llevaron sus jefes hispanoamericanos que con clara mente comprendieron la gran necesidad que existía de una organización honorífica, que propendiera con fe y celo al estrechamiento de las relaciones amistosas y fraternales de las repúblicas del Nuevo Mundo que tanto necesitaban de comprenderse, amarse y unirse. Ya lo había dicho Bolívar: ―Uníos, uníos, que de otro modo pereceréis.‖ Así es que aun antes de la mitad de la centuria anterior ya se perfilaba claramente la fisonomía que en el siglo actual había de tener esta Orden en modo definitivo y fuertemente fijado. Dicho lo anterior, cabe afirmar que la Orden de los Constructores Masones no es, propiamente hablando, una organización Francmasónica. No es un derivado de sus columnas, prolongación de talleres, de cuerpos simbólicos, capítulos filosóficos o superestructura del simbolismo. No es su misión, de un siglo a la fecha, actuar como un apéndice de la masonería regular del mundo, invadiendo el campo que a esta le es propia y exclusiva. Su objetivo es bien diverso aunque se ampara bajo uno de los propósitos que mueven a la Francmasonería: la fraternidad entre los hombres. La Orden de los Constructores Masones es, primeramente, una institución exclusivamente americana. Comprende solo a las 21 naciones de este continente. Su misión es crear relaciones y afectos entre nuestros países por todos los medios que se puede disponer. Ampliando este concepto, puede decirse que a sus miembros les es imperiosamente exigido el crear estrechas relaciones de amistad con los masones de países distintos al suyo. Así estas amistades íntimas, fuertes y continuadas harán que los de aquí y los de allá nos conozcamos mejor, nos amemos individualmente y, como

consecuencia, enlacemos afectuosamente a nuestras respectivas patrias. Aún más, debe agregarse que no deja de carecer de carácter masónico, puesto que en ella únicamente son admitidos francmasones de grado 3, o superior.

Oficialmente su programa dice lo siguiente : ―La Orden de los Constructores Masones está consagrada a fomentar las relaciones fraternales, sociales, culturales y a promover el intercambio amistoso, la paz, y el entendimiento mutuo entre los Caballeros y sus respectivas Repúblicas, y a actuar en pro de la libertad, de la Igualdad y de la Fraternidad, el panamericanismo, en cuya base se encuentra la franca amistad, la cooperación solidaria, tiene un programa concreto y preciso. Esta Orden lo preconiza y defiende en acción netamente concretada en postulados inequívocos, cristalizados a través de los años en principios que culminaron en las declaraciones de Buenos Aires de 1936 y de Lima de 1938, ratificadas en Panamá en 1939, que se llamó la Carta Magna de las libertades y garantías americanas.‖ Es, pues, una Institución Americanista compuesta exclusivamente por francmasones. No penetra de modo alguno, en el campo simbólico o filosófico, que es de la sola potestad de la Masonería Regular. A la inversa de ésta, no es una organización universal, porque está circunscripta a las 21 Repúblicas de este hemisferio con exclusión de los demás países. Para realizar el programa que la regula, cada uno de los Caballeros que integran esta Orden, debe – según sus estatutos – mantener

obligatoriamente correspondencia con algunos Caballeros de los distintos países, propendiendo así al mejor conocimiento entre los hombres de la Francmasonería, que es el primer lazo de la unión y la fraternidad de sus países respectivos. La calidad de hermano que distingue a un masón, es la mejor garantía para que esa relación de amistad que debe crearse, tenga un carácter más hondo y más íntimo; pues dos masones en mutua correspondencia ya tienen por el hecho de ser tales, una gran parte del camino recorrido. La condición de Caballero se obtiene por la posesión de méritos personales, ganados tanto en la vida masónica como profana, si la Orden llegara a disolverse, su bienes deben pasar a ser propiedad de las instituciones masónicas de carácter benéfico o educacional del lugar en que resida la sede de la Institución. La insignia de la Orden, cuya obtención es obligatoria para sus miembros, es una Cruz de Malta dorada, esmaltada en blanco y en el centro de disco de oro presenta las letras O. C. M. Se prende sobre el costado izquierdo del pecho por medio de cinta negra de seda.

SERIE DE SUS JEFES Al Hno. Beaume sucedió en 1838 Francisco O' Donnell y Bastión, y con él la sede se trasladó a la ciudad de México, su residencia permanente, donde ejerció sus altas funciones hasta 1858, y en 1859 fue designado Gran Comendador Juan Francisco de la Serna y con él la sede pasó a la ciudad de Guatemala en donde estaba radicado. Su jefatura no fue larga porque múltiples actividades no le permitían atenderla. Al año siguiente asumió la dirección otro ilustre masón guatemalteco, el ilustre y Poderoso Hno. Manuel Bonilla 33, quien se mantuvo en sus funciones hasta 1886. Escogido en 1887 para suceder al anterior el H. y Pod. Hno.: Francisco Eleazar Asturias 33, le cupo gobernar a la Orden de los Constructores Masones por espacio de 36 años ininterrumpidos. El Hno. Asturias, por otra parte fue en varios períodos Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Grado No. 33 para Centro América.

En 1924, extinguido el Hno. Asturias, la elección favoreció con el cargo de Gran Comendador, al Hno.: no menos ilustre que el anterior Juan Clausel, residente en Caracas, República de Venezuela, quien fue jefe de la Orden hasta 1939. Al año siguiente la sede de esta Institución volvió a La Habana, pues fue elegido para el Superior Gobierno el I.: y P.: Hno.: Ramón González de la Gándara 33, quien como bien se sabe pertenece como miembro activo del Supremo Consejo Grado 33 para la República de Cuba, del cual ha sido su más destacado Tesorero. En cuanto a los Grandes Secretarios Cancilleres, hemos de anotar algunos nombres con indicación de los años de su elección y la ciudad de su residencia: 1777 Arnaud Charles Augustín, París 1817 Juan José Izuaga, México D. F. 1859 José González Pérez, Tegucigalpa 1887 Carlos A. Mendoza, Panamá 1889 Aurelio Miranda Alvarez 33, Habana 1916 Francisco María Fernández, Habana – 1939 J. Antonio Peraza, San Pedro Sula, República de Honduras. ALGUNOS MIEMBROS DE LA ORDEN Muchos han sido los masones eminentes que en las tres Américas han pertenecido a la Orden de los Constructores Masones realizando con tal título un obra noble que, sin cruzarse con la acción Francmasónica, la apoya impulsando las más estrechas relaciones fraternales, o sea, creando lazos de noble amistad entre hermanos pertenecientes a las 21 Repúblicas del nuevo mundo.

De la selecta lista de sus Caballeros hemos de dar a conocer en esta ocasión algunos nombres de Cuba, Andrés Cassard, Enrique A. Lecerff y Wilson, Aurelio Ameida, Francisco de Paula Rodríguez, Antonio de la Piedra, Gerardo Betancourt, Francisco María Fernández, etc.; de México, Ramón Corona, Porfirio Díaz, Calixto Maldonado, Ignacio Manuel Altamirano, etc.; de Chile, J. Miguel

Faez; Salvador Allende, Perú, Eugenio Lavergne, Ramón de la Cruz Sol; del Uruguay, Carlos de Castro, Juan Augusto Turenne; de Guatemala, Lorenzo Montufar, Francisco Peralta, Joaquín Fernández; de Honduras, Miguel Paz Barahona; de Costa Rica, Jorge Valiente y Díaz, Francisco Calvo; de El Salvador, Julián Abreu Solís; de Bolivia, Francisco Díaz Rey, Ignacio Ramírez Sanjuán; de Nicaragua, Francisco Pérez Díaz, José Díaz Álvarez; del Brasil, Ernesto Da Cunha; del Ecuador, Florentino Berrualu Díaz; de Panamá, Carlos A. Mendoza; de Argentina, Higinio Miranda Salazar, etc. SOBERANOS GRANDES COMENDADORES DE LA ORDEN DESDE SU FUNDACION SOBERANOS GRANDESCOMENDADORES DE HONOR. Dr. Ramón Glez. De la Gándara 33

La Habana, Cuba

Sr. José Oller Navarro 33

Panamá Rep. Panamá

SOBERANOS GRANDES COMENDADORES DE LA ORDEN DESDE SU FUNDACION HASTA 1964 1- I.H. Pierre Francois Augereau Francia, Paris

1777 a 1816

2- I.H. Juan Bautista Vermey de Beaume Francia-Cuba

1817 a 1837

3- I.H. Francisco O. Donell Bastión 33º

México

1838 a 1858

4- I.H. Juan Bautista de la Serna 33º

Guatemala

1860 a 1886

5- I.H. Francisco Eleazar Asturias 33º

México

1887 a 1923

6- I.H. Manuel Bonilla 33º

Guatemala

1860 a 1886

7- I.H. Juan Clausell 33º

Venezuela

1924 a 1933

8-I.H. Ramón González de la Gandara 33º Cuba

1934 a 1943

9-I.H. José Oller Navarro 33º

Panama

1944 a 1948

10-I.H. MiguelOrrico de los Llano 33º

México

1949 a 1953

11-I.H Martin F. Barrenas 33º

México

1953 a 1958

12-I.H Enrique Rivera Beltrán 33º

México

1959 a 1963

13-I.H Cales Sierra Ramos 33º

Mexico

1964 a 1980

PAISES DEL CONTINENTE AMERICANO QUE TENIAN INSTAURADA LA ORDEN EN EL AÑO 1953 Y SUS GRANDES REPRESENTANTES GENERALES. GRAN REPRESENTANTE GENERAL

PAIS DE AMERICA

1.I.H. 2.I.H. 3.I.H. 4.I.H. 5.I.H.

Fabián Onsari 33 Armando Bretel 33 Daniel Correa 33 Carlos Saúl Hernández 3 Jorge Tristán Fernández 33

Argentina Bolivia Brasil Colombia Costa Rica

6.I.H. 7.I.H. 8.I.H. 9.I.H.

Francisco J. Ponte 33 René García Valenzuela Luis W. García Moreno 30 Fidel Cristino Garay 33

Cuba Chile Ecuador El Salvador

10.I.H. Ray U. Denslow 33 11.I.H. Rafael Ordenez Solís 33 12. Vacante 13.I.H. J. Antonio Peraza 32 14.I.H. Martin F. Bárcenas 33

EUA Guatemala Haití Honduras México

15.I.H. Eonr Aguado 33

Nicaragua

16.I.H. Rogelio M. Terán 33 17.I.H. Eustaquio Altamirano 33 18.I.H. José A. Vegas Arena 33

Panamá Paraguay

19.I.H. Ángel M. Méndez 33

Puerto Rico

20.I.H. José M. Pérez Andujar 33 21. I.H. Francisco M. Pucci 33

Dominicana Uruguay

22.I.H. Jacobo Vendan 33

Venezuela

Perú

ALGUNOS GRANDES REPRESENTANTES GENERALES EN CUBA. I.H. Ramón Glez. de la Gándara I.H. Francisco Ponte Domínguez

I.H. José González Olivero I.H. Elias Orta Suárez I.H. Federico Gracia Cartalla I.H. Luis Coloma Delgado I.H. Teodoro Dollar León I.H. Leonardo Aristires Rodríguez Rodríguez I.H. Ramón Sotolongo Pino I.H. Eleodoro Mora León I.H. Luis Manuel Coloma Delgado I.H. Ramiro Arias López I.H. Rafael Espinosa Espinosa I.H. Gabriel Jesús Padrón Ramos

Para ser Caballero de la Orden de los Constructores Masones es necesario 1. Ser ciudadano en pleno goce de sus derechos de cualquiera de las Repúblicas 2. Ser mayor de 25 años de edad. 3. Pertenecer como socio activo y honorario a una de las Logias Masónicas. 4. Ser acreedor a tal título por méritos personales y ganados tanto en la vida masónica, como profana. 5. Poseer el Grado Tercero de la Masonería Simbólica o superior. 6. Tendrá deberes y obligaciones a) Respetar las Leyes y al Gobierno constituido del país. b) Obedecer las Ordenes que en el ejercicio de la alta misión moral y patriótica los imparta el Gran Comendador. c) Acepar todas las decisiones de la Orden, sobre todo, en las elecciones. d) Procurar por todos los medios se mantenga correspondencia con los demás Caballeros y Legionarios de la Corte de Honor. e) Los Caballeros y Legionarios de la Corte de Honor de cada República, están en el deber de ayudar al sostenimiento de las oficinas de la Orden.

LA CONDICIÓN DE MIEMBRO DE LA ORDEN SE PIERDE: 1- Por traición al Continente Americano o algunas de las naciones del mismo, o a la causa Americanista. 2- Por traición a la Orden o a la Masonería en General. 3- Por no cumplir con las obligaciones que establecen las leyes de la Orden. 4- Por haber sido Condenado por delito de Orden común que amerite pena corporal mayor de 2 años, en la inteligencia de que no será motivo de expulsión la pena que se le imponga al miembro de la Orden por delitos políticos. Es importante que la Orden de los Constructores Masones tengan personalidad en cada unos de los países de América, por que actuara dentro del esquema legal de la nación en que radique o funcione, se establece que: La Orden de los Constructores Masones deberá tener personalidad jurídica de carácter nacional, e internacional, como sociedad cultural Americanista. Para que tenga personalidad jurídica Nacional se cumplirá en cada país con el procedimiento legal para inscribir a la Orden de los Constructores Masones, como sociedad civil, cultural, etc... de acuerdo con la Legislación particular de cada nación, en el caso de que no exista Legislación profana aplicable, entonces la Orden propugnará ante quien corresponda para que sea reconocido el tipo de Asociación Civil, cultural etc.

Hechos relevantes en la Historia de la Orden En una circular emitida en febrero de 1959, por el Soberano Gran Comendador de la Orden el Ilustre Hermano Enrique Rivera Berrand, para las 21 naciones del continente americano con copia al Ilustre Hermano Dr. Ramón González de la Gándara, pasado Soberano Gran Comendador, donde expresa después de una introducción que sus aspectos han sido tratado en este trabajo, expone lo siguiente. Por toda la prensa del Continente Americano, tuvimos noticias que el 31 de diciembre anterior, la fuerza aérea de la hermana república de Guatemala ametralló barcos indefensos mexicanos tripulados también por ciudadanos mexicanos. Las relaciones diplomáticas entre ambos países, de Guatemala y México están ahora rota, pero el pueblo de México y el pueblo de Guatemala, no deben por ningún motivo ni bajo ningún concepto romper sus viejas amistades, ya que el destino geográficamente nos ha hecho vecinos, debemos vivir en completa paz, en armonía y con la fraternidad que como hermano nos corresponde, es preciso que todos los Guatemaltecos sepan que México no es capaz de usar sus recursos materiales para repeler la fuerza desplegada en contra de sus connacionales, pues resultaría ridículo valerse de nuestra fuerzas armadas en contra de una Nación que respetamos todos y queremos pero es fácil comprender la debilidad material que tiene en relación con la república Mexicana. Nuestro mensaje es de paz, nuestra misión es unificar fraternalmente a todos los miembros de la familia Indo-Hispana principalmente; nuestra petición va dirigida para que por todos los medios al alcance de los hombres libres miembro o nó de la Orden de los Constructores Masones hagamos por limar asperezas y que los pueblos nuestros no dejen de tener las relaciones fraternales, que nada ni nadie debe destruir, la opinión de un hombre aislado aún cuando tenga el poder no representa el sentir de sus gobernados, usemos todos nuestros

recursos nos sea factibles para que restablezcan pronto las relaciones entre nuestros gobiernos de México y Guatemala pero principalmente llevar al convencimiento de Guatemala que los Mexicanos no podemos ser nunca enemigos de los queridos hermanos Guatemaltecos.

Recomiendo en forma muy especial que se estrechen al máximo las relaciones entre los miembros de la Orden de los Constructores Masones de todos los países con los queridos Caballeros Constructores de la Hermana República de Guatemala, expresando nuestros más caros anhelos porque la paz la tranquilidad y la indestructible amistad, sigan siendo cada ves más estrechas entre Guatemala y México. (Para más información dirigirse a la pág. de anexo al final) Acontecimientos como este nos hacen pensar, nos crea interrogantes, pero al final podemos deducir con claridad que jugamos el papel más importante, mantener una posición firme e indisoluble ―Por la unión de las América‖ postulado que pretendemos enarbolar con dignidad unificadora. Es bueno destacar que México circuló una pequeña publicación denominada ―El Monitor Masónico‖ dicha publicación en cada número recogía aspectos importantes para la Orden, así como trabajos de instrucción masónico, además de publicar circulares de interés para todos los Caballeros, en dicho Monitor se resaltaba en cada número la vida de un prócer Americano o una personaje histórico digna de destacar por su ejemplo. En uno de los números editados con fecha 12 de febrero de 1949, en su primera pág. de introducción se plantea lo siguiente en una

conferencia sustentada por el señor Lic. Caleb Sierra Ramos Soberano Gran Comendador de la Orden de Constructores Masones, Sociedad Americanista, el día 16 de junio de 1965, en el Auditórium de la Muy Resp.: Gr.: Log.: ―Valle de México‖. LA ORDEN DE LOS CONSTRUCTORES MASONES Sociedad americanista, perteneciente a la Organización de Naciones Unidas como agrupación no gubernamental, es una sociedad paramasónica a la que interesa fundamentalmente, difundir… (Para más información dirigirse a la pág. de anexo al final) Con estos ejemplos queremos destacar la transcendencia de una Orden que ya cumple más de dos siglos de existencia unificadora en el continente americano, jugando un papel trascendental en el movimiento socio cultural del continente, desconocemos hasta el momento por faltas de información y comunicación con muchos de los países del continente y en especial con México que fue donde la Orden tubo a su último Soberano Gran Comendador el V.: H.: Calef Sierra Ramos; muchas de las causas por las cuales se extinguió en el continente americano la O C M, pero es bueno señalar de que en Cuba, pese a los impedimentos y los tropiezos la Orden ha sobrevivido bajo cualquier circunstancias hemos logrado mantener bien en alto el estandarte de la Orden. Sin dejarnos amilanar y como el Abe Fénix estamos emergiendo de las cenizas y no perdemos la esperanza de que un día, no muy lejano estas letras puedan ser leídas por hombres de mente y corazones deseoso de ver una América mejor y unificada, entonces el pensamiento de nuestros próceres y fundadores hallan nuevamente el camino recorrido desde 1817 en que Juan Bautista Vermey de Beaume tuvo a bien expandir esta Orden desde Cuba por las 21 naciones del continente americano, hasta la fecha, pensemos en el despertar de la Orden de los Constructores

Masones en este nuestro continente donde ya se están dando los primeros pasos. UN BELLO IDEAL A PUNTO DE DESAPARECER Queremos mostrar algunas valoraciones hechas por el Soberano Gran Comendador Miguel Orrico de los Llano 33º, el 17 de diciembre de 1953, México en la celebración del 176 aniversario de la fundación de la Orden, donde expone criterios y aspectos importante que podríamos tomar en consideración para determinar las posibles causas y posterior declinación de la Orden en el continente americano. (Cita textual) Hasta aquí queridos hermanos Constructores, lo que se pensó que fuera nuestra Orden, este el bello ideal que acariciaron nuestro fundadores y sobre todo los que dieron en 1820 esa nueva estructura a esta Institución, pero con el dolor propio de quién ha podido constatar nuestro estado de cosas, debemos con toda lealtad venir en este sagrado momento, en el que rendimos culto a quieren nos dieron vida, a hablar con la verdad y presentar a la Masonería del Continente Americano como lo que realmente somos los Constructores Masones y los que tenemos derecho y OBLIGACIONES DE SER. Otros antes que yo, y como ejemplos más recientes señalaremos a los Ilustres Hermanos Dr. RAMON GONZALEZ DE LA GANDARA Y JOSE OLLER, el primero de la Habana, Cuba y el segundo de Panamá, República de Panamá, ambos luchadores incansables por el programa de nuestra Orden, seguramente al dejar la Gran Comendadoría debieron haber experimentado la tristeza de la falta de comprensión de algunos de sus miembros, pero ellos como yo, seguramente viven con la esperanza de que llegue el momento tan deseado en el que nuestros hermanos despierten y entreguen a la causa que han abrazado, SU AMOR, SU FE y SU HONOR, para hacer de

nuestro Continente lo que realmente debe ser: GRANDE, FUERTE y RESPETABLE. Se me hace imposible concebir que en pleno siglo XX estemos LOS CONSTRUCTORES MASONES soñando despiertos y pensando que esta Institución fue formada únicamente con el objeto de conceder el honor de pertenecer a ella a los hermanos masones a quienes se considere con los méritos suficientes para dispensárselo, pero que al recibir este honor haya terminado todo, es decir, que nuestra Orden se convierta en una Institución de elogios mutuos, no creo que sea posible siquiera imaginarse que quienes reciben el honor de pertenecer a una Institución Americanista, crea que debe cruzarse de brazos y contemplar plácidamente que los Tiranos aferrados al Poder en algunas de las Repúblicas del Continente estén una veces FUSTIGANDO A LA MASONERIA y otras valiéndose de ella para dar una cariz de ser LIBERALES MODERADOS o bien utilizándola como instrumento de sus apetitos; verdadero asombro me causa contemplar una masonería pasiva e indiferente ante el sufrimiento de sus hermanos, a cada rato me pregunto ¿QUE HACE LA MASONERIA, DONDE ESTA SU FUERZA? Por qué no la hace sentir para hacer que cesen los sufrimientos de los hermanos a quienes esos TIRANOS han convertido en el blanco de sus iras, no es posible pensar que los directores de la MASONERIA CONTINENTAL crean que esta está cumpliendo con su deber, mientras existan hermanos masones en las prisiones, así sea en las mazmorras de inmundas cárceles o en los elegantes salones de una residencia. Qué pena causa hermanos queridos contemplar a esa masonería pasiva, sin llevar siquiera unas palabras de aliento y de consuelo a nuestros hermanos DESTERRADOS en los distintos países sin un hogar, sin un auxilio inmediato y efectivo, cuántas veces he tenido la pena de escuchar de labios de algunos masones al tratarles lo relativo al auxilio necesario e inmediato para esos hermanos, dan la fácil y

cómoda contestación de que LA MASONERIA NO ES UNA INSTITUCION DE BENEFICIENCIA, ¡como si sólo de pan viviera el hombre!, como si en esas condiciones, mejor que el sustento alimenticio, no lo fuera el espiritual, y todavía es más doloroso contemplar que muchos, pero muchos de los hermanos que piensan así, se les ve desarrollando una activa e intensa labor y con demasiado desprendimiento en el seno de otras Instituciones; los vemos desesperados esperando que llegue el día y la hora de la reunión de esas Sociedades para ir a sentarse a su mesa, luciendo con orgullo el distintivo y HACER CERA, pero alejándose cada días más y más de la Masonería, a cuyos trabajos concurren cada tres, cuatro o más meses y aún entonces a la hora de circular el saco de pobres, se les ve perdiendo el tiempo buscando la moneda más chica, para depositarla. Es realmente triste confesar que habido hermano Gran Representante, que ha estado hasta un año sin dar contestación a la correspondencia de la Gran Secretaría o Gran Comendadoría, hermanos que no han tenido siquiera la curiosidad de saber qué hacen y como piensan sus hermanos de las otras Repúblicas; pocos son los comprensivos y todavía más pocos los que han podido definir QUE COSA ES UN CONSTRUCTOR MASON, la abulia, el miedo de disgustar a los Tiranos se ha apoderado de algunos, otros de los factores importantes que en mi concepto han influido para que esta Organización no nos de el fruto necesario, es el CELO DE ALGUNOS HERMANOS QUE OCUPAN ALTOS PUESTOS EN LA MASONERIA, otro factor es el económico, no ha sido posible imaginarme, ni he podido comprender en qué se basan mis hermanos Constructores para creer que una Institución que como la nuestra, que tiene una MISION HISTORICA CONTINENTAL que cumplir, pueda desarrollar una labor eficiente sin contar con recursos económicos, el primer año de mi ejercicio me permití proponer el que se estableciera una cuota anual de UN DOLLAR o su equivalente en el moneda de cada una de las

Repúblicas y cuya cuota se destinaría a establecer una Oficina, donde se celebrarían nuestras sesiones, en la que despacharían las Altas Dignidades y cuya Oficina sería propiamente dicho considerada como la CASA CONTINENTAL a la que acudirían los hermanos masones (Caballeros o no) que se encontraran desterrados, así como los Liberales que estuvieran en las condiciones que nuestros hermanos, en esa Oficina recibirían orientaciones para encausar su vida, ayuda moral efectiva, en fin una Oficina en la que, se hiciera OBRA y la que a cada momento dejara impresa la característica de nuestra labor, una Oficina en la que no se permitiría hacer POLITIQUERIA, que lejos de unir distanciara a los Pueblos del Continente, sino que por el contrario, los uniera, porque con ello haríamos PATRIA, porque eso es lo que debemos buscar dentro de LA ORDEN LOS CONSTRUCTURES MASONES, LA ESTRUCTURACION DE UNA PATRIA CONTINENTAL, UNICA, FUERTE, RESPETADA Y QUERIDA POR TODOS SUS HIJOS, una Patria habitada por hombres y mujeres que lleven en lo más profundo de corazón el amor y el orgullo de ser CIUDADANOS de este Continente y siempre cumpliendo con el sagrado deber de conservarlo LIBRE DE TIRANOS que lo desprestigien, una vez emancipado de prejuicios, veremos una Patria Continental en la que cada quien viva profesando el culto y la religión que mejor le convenga, pero guardando el culto y la religión que mejor le convenga, pero guardando en todo momento el MAS PROFUNDO RESPETO para las Religiones que él no profese, en fin, una Patria Grande y fuerte en la que, pensando como quiera que piensen sus hijos, éstos tengan la fe en Dios y en si mismos para hacerla valer. Deseo terminar elevando mis votos más fervientes, porque Dios de fe, valor, entusiasmo y coraje a la vez que serenidad para cumplir con nuestro deber, que estemos siempre de pie, firmes, escuchando los gritos de la PATRIA CONTINENTAL para defenderla, que veamos

con verdadera unión a las Banderas todas de nuestras hermanas Repúblicas; Esperamos que este sencillo trabajo pueda ser un aliento para aquellos países del continente americano en los cuales la Orden haya languidecido y la recuperen basados en las nobles ideas que persigue la misma, por la Unión de las Américas.

Carta Magna de las Libertades y Garantías Americanas. La Orden de los Constructores Masones como plantea su programa es una institución que está consagrada a fomentar las relaciones fraternales, sociales, culturales a promover el intercambio amistoso, la paz y el entendimiento mutuo entre los Caballeros y sus respectivas Repúblicas, a actuar en pro de la libertad, la Igualdad y la Fraternidad, el panamericanismo, en cuya base se encuentra la franca amistad, la cooperación solidaria, tiene un programa concreto y preciso. Esta Orden lo preconiza y defiende en acción netamente concretada en postulados inequívocos, cristalizados a través de los años en principios que culminaron en las declaraciones de Buenos Aires de 1936 y de Lima de 1938, ratificadas en Panamá en 1939, que se llamó la Carta Magna de las libertades y garantías americanas. En infinitas ocasiones nos hemos preguntado ¿De qué se trató esta Carta Magna de garantías y las libertades y garantías americanas?¿Que temas se trataron en la declaración de Buenos Aires en 1936, en Lima en 1938, ratificadas en Panamá en 1939? Pues les comento que la Orden de los Constructores Masones jugó un papel mediador y de vital importancia para que se pudieran realizar estas reuniones, llamando a la unidad americana, por la que habían luchado tantos próceres en este continente.

A principios de enero de 1936, el presidente Roosevelt escribió una carta personal a su colega Justo, proponiéndole la celebración de una conferencia interamericana extraordinaria, con el objetivo de tratar los problemas del hemisferio, y sugiriendo que Buenos Aires fuera la sede de dicha reunión. Con esta iniciativa, el mandatario norteamericano procuraba convertir a América en un bloque cerrado, protegido de la agresiva Italia de Mussolini y la recuperada Alemania nazi, países cuya situación contrastaba con la inestabilidad política de Francia e Inglaterra. Roosevelt estaba convencido, como muchos de sus colegas en la región, de que el evidente fracaso operativo de la Sociedad de las Naciones daba lugar a la necesidad de construir una liga americana, reeditando el viejo proyecto del presidente uruguayo Baltasar Brum. Roosevelt obraba inspirado por su secretario de Estado Cordell Hull, quien intentaba repetir la jugada de aparente acercamiento con la Argentina efectuada en Montevideo proponiendo que Buenos Aires fuese sede de la conferencia panamericana. Alimentando el amor propio del gobierno argentino, las autoridades de Washington procuraban extinguir la actitud de oposición de argentina a los proyectos norteamericanos. Al comienzo la Conferencia, introdujo un amplio plan que aseguraría la solidaridad interamericana frente a la guerra europea o en caso de amenaza a la seguridad continental. El plan del secretario de Estado norteamericano comprendía tres proposiciones específicas: a) consulta obligatoria entre los Estados americanos en caso de amenaza a la paz del hemisferio. b) creación de un comité de consulta permanente de todos los ministros de relaciones exteriores para determinar la naturaleza de la acción común.

c) extensión a América latina de los principios de neutralidad vigentes en Estados Unidos. Por su parte, Saavedra Lamas redactó su propio proyecto para el mantenimiento de la paz, que establecía: a) Estrecha cooperación interamericana con la Sociedad de las Naciones. b) Consulta únicamente para la negociación directa a través de los canales diplomáticos regulares. c) No intervención absoluta, incluyendo la "intervención diplomática excesiva". La posición de Saavedra Lamas durante la Conferencia de Buenos Aires demostró la resistencia argentina a una organización regional extensiva, que en su óptica era como "crear dentro del mundo una gran isla de Robinson Crusoe‖. El canciller argentino y Premio Nobel de la Paz sostuvo la universalización de la organización de la paz frente a la idea norteamericana de un derecho internacional regional americano, utilizando en su disertación los siguientes términos meteorológicos: Nos circunda un mundo inquieto y agitado. Densas nubes hay en sus horizontes. Se cruzan a veces relámpagos. Vendrá, quizá, una gran tempestad, pero esta tempestad nos encuentra unidos, dispuestos a nobles consultas, a intercambios de ideas para resguardar nuestro continente de repercusiones que no podemos admitir y para volvernos también a todos los horizontes, ofreciendo la colaboración y la cooperación que estamos dispuestos a prestar a los grandes ideales humanos que no tienen límites ni restricciones continentales. Una vez que el proyecto de Hull se dio a conocer, Saavedra Lamas arremetió contra él. Atacó el proyecto norteamericano de generar un organismo de consulta permanente entre los estados americanos como una tentativa de crear una versión

panamericana de la Sociedad de las Naciones. El canciller argentino argumentó que este organismo se opondría a la Sociedad, la presencia de este organismo le otorgaría funciones políticas a la Unión Panamericana. Saavedra Lamas bombardeó también las sugerencias de Hull de consulta y colaboración obligatorias, argumentando que privarían a los estados americanos de su libertad de acción. Asimismo, se opuso a la difusión continental de los principios de neutralidad, que implicaban embargos de créditos y de armas. La propuesta Norteamericana, en la opinión del ministro argentino, estaba en contradicción con la política de la Sociedad de las Naciones que permitía exportar armas a las naciones víctimas de la agresión. En síntesis, el canciller argentino se opuso en la Conferencia de Buenos Aires a toda propuesta de Hull. Sostuvo que sólo aceptaría principios de carácter universal, no restringidos a América, y siempre que los organismos dependiesen de la Sociedad de las Naciones, organismo que el gobierno de Estados Unidos percibía como inoperante para resolver la amenaza de las fuerzas totalitarias en Europa. Como consecuencia de los ataques de Saavedra Lamas, la Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz aprobó sólo una sombra de lo que era el proyecto original de Hull. La Convención para la Coordinación, Extensión y Cumplimiento de los Tratados Existentes entre los Estados Americanos firmada en la Conferencia de Buenos Aires no ordenó en concreto ninguna acción, no creó ningún organismo permanente. Se limitó a una referencia acerca de la política de neutralidad común como un objetivo deseable para los países americanos. Además, Saavedra Lamas le ganó la pulseada al representante norteamericano en otros dos aspectos importantes. En primer lugar, en la Convención para el

Mantenimiento, Afianzamiento y Restablecimiento de la Paz, Saavedra Lamas logró que sus colegas eliminaran toda referencia a la agresión de una potencia no americana, como puede apreciarse en el contenido de su parte dispositiva, que dice lo siguiente: Art. 1º- En caso de verse amenazada la paz de las Repúblicas Americanas, y con el objeto de coordinar los esfuerzos para prevenir dicha guerra, cualquiera de los Gobiernos de las Repúblicas Americanas signatarias del Tratado de París de 1928, o del Tratado de No Agresión y de Conciliación de 1933, o de ambos, miembros o no de otras instituciones de paz, consultará con los demás Gobiernos de las Repúblicas Americanas y éstos, en tal caso, se consultarán entre sí para los efectos de procurar y adoptar fórmulas de cooperación pacifista. Art. 2º- En caso de producirse una guerra, o un estado virtual de guerra entre países americanos, los Gobiernos de las Repúblicas Americanas representadas en esta Conferencia efectuarán, sin retardo, las consultas mutuas necesarias, a fin de cambiar ideas y de buscar dentro de las obligaciones emanadas de los Pactos ya citados y de las normas de la moral internacional, un procedimiento de colaboración pacifista; y, en caso de una guerra internacional fuera de América, que amenazare la paz de las Repúblicas Americanas, también procederán las consultas mencionadas para determinar la oportunidad y la medida en que los países signatarios, que así lo deseen, podrán eventualmente cooperar a una acción tendente al mantenimiento de la paz continental. De acuerdo con Hull, la frase "que así lo deseen" fue una estratagema argentina destinada a desvirtuar la resolución.

En el Protocolo Adicional Relativo a la No Intervención, nuevamente Saavedra Lamas logró imponer el criterio argentino. Dicho protocolo establece: Art.1º- Las Altas Partes Contratantes declaran inadmisible la intervención de cualquiera de ellas, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos interiores o exteriores de cualquiera otra de las partes. La violación de las estipulaciones de este artículo dará lugar a una consulta mutua, a fin de cambiar ideas y buscar procedimientos de avenimiento pacifista. No obstante, el hecho de que Estados Unidos aceptara este artículo era indicativo de que estaba de acuerdo con una interpretación más amplia del principio de no intervención, sin las reservas que había hecho en Montevideo, aunque amparado por la expresión ―cualquiera de ellas‖ que no excluía ciertas acciones colectivas. También en el debate en torno a la Declaración sobre Solidaridad y Cooperación Interamericana la delegación argentina impuso sus criterios. El proyecto original del Tratado sobre Solidaridad, redactado por las naciones centroamericanas, incluía explícitamente un artículo previniendo el ataque extra continental a cualquier país del hemisferio a través de la común reacción regional: Art. 1º- Todas las naciones americanas considerarán como agravio propio el que fuera inferido por naciones extra continentales a los derechos de cualesquiera de ellas, debiendo originar aquel agravio una reacción uniforme y común. En ese evento, las cancillerías de América procederán a un acuerdo inmediato para determinar las medidas que la situación demande. Ante la oposición de la delegación argentina, a este artículo 2º se le extirpó la alusión al ataque extra continental y se agregó

la referencia a los agravios inferidos por países del hemisferio, en obvia alusión al intervencionismo norteamericano en el área del Caribe. Tales cambios, impulsados por la diplomacia argentina, se pueden apreciar en la versión remozada que se presentó a la Primera Comisión, la cual decía: Art. 2º- Todas las naciones americanas considerarán como agravio propio el que fuera inferido por cualquier nación a los derechos de otra, debiendo en cada caso originarse un acuerdo o consulta entre las cancillerías a los efectos de determinar la actitud a asumir o, en su caso, las reglas para una neutralidad concertada. Pero a su vez este artículo 2º modificado no fue del agrado de la delegación argentina. El asunto llevó a que debiera renunciarse al tratado y firmar sólo una declaración. Los argentinos finalmente aceptaron una cuarta versión del debatido artículo cuyo contenido y sentido desvirtuaban el espíritu del proyecto original. Esta última versión decía: Art. 3º- Que todo acto susceptible de perturbar la paz de América las afecta a todas y a cada una de ellas y justifica la iniciación de los procedimientos de consulta previstos en la Convención para el Mantenimiento, Afianzamiento y Restablecimiento de la Paz, suscripta en esta Conferencia. Otros párrafos de la declaración proclamaron como principios de la comunidad americana la proscripción de la conquista territorial, la condena de la intervención, la ilicitud del cobro compulsivo de las deudas y el sometimiento a la conciliación y al arbitraje. De esta manera, las alternativas de la conferencia y el desempeño de Saavedra Lamas convencieron al secretario Hull de que la Argentina no era un aliado confiable, factor que perturbó las relaciones interamericanas en años posteriores. Además, el gobierno norteamericano dio por supuesto un

factor de reciprocidad en los documentos firmados: había aceptado el principio de no intervención en la creencia de que los latinoamericanos aceptaban el principio de la responsabilidad colectiva. Sin embargo los últimos no reconocieron ninguna obligación de reciprocidad. Como resultado, la opinión en Estados Unidos respecto de la opositora actitud argentina en la Conferencia de Buenos Aires tendió a polarizarse en dos tesis, igualmente erróneas según la opinión de Whitaker, respecto de lo que se dio en llamar el problema argentino. Una sostuvo que la hostil actitud del gobierno argentino hacia el panamericanismo no era representativa del conjunto de los argentinos. Si se les daba tiempo y oportunidad para expresarse, éstos presionarían sobre el gobierno, obligándolo a modificar su actitud hostil hacia Washington hasta convertirlo en un buen vecino. El tiempo demostró lo errado de este punto de vista. La otra tesis norteamericana señaló que el gobierno argentino respondía al nazifascismo. El autor citado sostiene que la evidencia documental publicada años más tarde demuestra que esta actitud oficial filonazifascista no comenzó en realidad hasta 1940 (incluso es polémica a partir de esta fecha). En el ínterin, el gobierno de Buenos Aires siguió una política tradicionalmente argentina, por móviles enraizados en su identificación política, económica y cultural con Europa, y lo hizo con el respaldo de la mayor parte del pueblo argentino. Como consecuencia de este criterio rector de la política exterior argentina, luego de 1936 sus representantes continuaron participando en las conferencias panamericanas, pero hacia 1943 el escaso compromiso de los mismos se reflejó en el hecho de que la Argentina había ratificado sólo cuatro de las cincuenta y seis convenciones y tratados

adoptados hasta esa fecha, convirtiéndose en la nación no ratificadora mayor de todos los tiempos. Revisión de textos escolares (Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz – BUENOS AIRES, 1936) Convencida de la necesidad e importancia de orientar el criterio de las generaciones venideras conforme a una ideología de paz y amistosa colaboración con todos los pueblos, para impedir así que sean contaminadas por la prédica de odios, antagonismos y prejuicios Internacionales; Segura de interpretar el sentir de los pueblos en ella representados de que un bien concebido patriotismo, la verdad histórica, la exaltación de las grandes glorias nacionales y el culto a los héroes de cada país, no exigen el mantenimiento en los textos escolares de las controversias entre investigadores, ni alterar los hechos establecidos por la crítica en las obras generales de historia, ni empequeñecer las glorias o los héroes de las demás Naciones; Deseosa de promover, en forma eficaz, una obra depuradora de las conciencias individuales y del espíritu público, mediante la prevención de actividades tendenciosas contra la ordenada y pacífica convivencia internacional, en los diversos grados de la enseñanza, fuente donde se plasma el alma nacional; y Consciente de la indudable ventaja que hay en aprovechar los Acuerdos ya elaborados con tan alto propósito, La Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz, Resuelve: Recomendar a los Gobiernos de las Repúblicas americanas, que aún no lo hubieren hecho:

1º. Adhieran al Convenio brasileño-argentino para la revisión de los textos para la enseñanza de la historia y de la geografía, subscripto en Río de Janeiro el 10 de octubre de 1933; 2º. Ratifiquen la Convención sobre la enseñanza de la historia, subscripta en la VII Conferencia Internacional Americana; 3º. Subscriban la declaración acerca de la revisión de los manuales escolares, elaborada por la Comisión Internacional de Cooperación Intelectual y sometida por el Secretario General de la Sociedad de las Naciones a los Gobiernos de los países Miembros y no Miembros de la entidad; y 4°. Procuren adelantar, motu proprio, la revisión de los manuales escolares empleados en cada país, como aporte voluntario a la gran obra de formación espiritual de las generaciones futuras en un ambiente de paz y buena inteligencia internacionales. En cuanto a las normas para efectuar la revisión de los textos escolares, Recomienda que: 1o. Se tenga en cuenta, respecto de los manuales de historia, no solamente los tópicos que sirvan para promover o excitar la aversión a cualquier pueblo, sino las omisiones en que se haya podido incurrir, cuidándose de que se expresen con relevancia suficiente, los esfuerzos de cada país en obsequio de su independencia y su aporte a la liberación continental; 2°. Se procure respecto de los manuales de geografía, que contengan el mayor número de datos posible, no sólo en cuanto a la riqueza y producción, sino, además, en cuanto a los aspectos orográfico, climatérico, cultural, político, social y de salubridad pública de cada país, 3°. Se aprovechen las excelentes sugerencias del plan Casares, elaborado por el Instituto de Cooperación Intelectual, de París, y se tengan muy en cuenta las acuciosas y bien concebidas

indicaciones del plan de la Comisión Revisora de Textos de Historia y Geografía, bajo la Presidencia del destacado educacionista doctor Ricardo Levene, constituida por el Ministerio de Instrucción Pública de la República Argentina, con motivo de la Convención argentino-brasileña sobre la materia. (Aprobada el 19 de diciembre de 1936.) Declaración de Lima a favor de los derechos de la mujer (Octava Conferencia Internacional Americana, Lima 1938 ) Considerando: Que la mujer representa más de la mitad de la población de América reclama plenos derechos, como acto de la más elemental justicia humana, Que la mujer ha participado en forma efectiva y con un alto sentido de responsabilidad en el desarrollo histórico de todos los pueblos de América, Que en el orden económico la mujer es un factor de primera importancia, no sólo como productora, sino también como controladora y dirigente de la economía básica del hogar, Que ha demostrado ampliamente su capacidad en todos los campos de la cultura y de la actividad humana, Que su alta responsabilidad como madre la faculta para disfrutar de todos sus derechos, y Que la mujer de América, antes de reclamar derechos, ha sabido asumir, en el orden social, todas sus responsabilidades, dando así el mayor ejemplo de civismo consciente, [La Octava Conferencia Internacional Americana,] Acuerda: 1º.-Declarar que la mujer tiene derecho: a) igual tratamiento político que el hombre, b) A gozar de igualdad en el orden civil,

c) A las más amplias oportunidades y protección en el trabajo, y d) Al más amplio amparo como madre. 2°.-Encarecer a los Gobiernos de las Repúblicas Americanas, que aún no lo hayan hecho, que adopten, con la urgencia posible, la legislación consiguiente para la realización integral de los principios contenidos en la presente declaración que se denominará: ―Declaración de Lima en favor de los derechos de la mujer‖. (Aprobada el 22 de diciembre de 1938.) Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas; Considerando: Que la necesidad de mantener vivos los principios fundamentales de las relaciones Internacionales nunca fue mayor que actualmente; Que todo Estado está interesado en la conservación del orden mundial bajo el régimen de la ley, de la paz basada en la justicia y del bienestar social y económico de la humanidad; Resuelven: Proclamar, apoyar y recomendar, una vez más, los siguientes principios, esenciales al logro de dichos objetivos: 1º.—Es inadmisible la intervención de un Estado en los asuntos internos o externos de cualquier otro; 2°.—Todas las diferencias de carácter Internacional deben ser resueltas por medios pacíficos; 3°.—No es lícito el uso de la fuerza como instrumento de política nacional o Internacional; 4°.—Las relaciones entre los Estados deben obedecer a las normas del Derecho Internacional; 5°.—El respeto y la fiel observancia de los Tratados constituyen norma indispensable para el desarrollo de las

relaciones pacíficas entre los Estados, y sólo podrán ser revisados mediante acuerdo de las partes; 6°.—La colaboración pacífica entre los representantes de los diferentes Estados y el desarrollo del intercambio espiritual entre los respectivos pueblos concurren a la buena comprensión de los problemas de cada uno, y de los problemas comunes a todos, a la vez que facilitan la solución pacífica de las controversias Internacionales; 7°.—La reconstrucción económica contribuye al bienestar nacional e internacional, así como a la paz entre los pueblos; y, 8o.—La cooperación Internacional es condición necesaria al mantenimiento de los principios antes indicados. (Aprobada el 24 de diciembre de 1938.) [Declaración de Lima] La Octava Conferencia Internacional Americana; Considerando: Que los pueblos de América han alcanzado la unidad espiritual debido a la similitud de sus instituciones republicanas, a su inquebrantable anhelo de paz, a sus profundos sentimientos de humanidad y tolerancia y a su adhesión absoluta a los principios del Derecho Internacional, de la igualdad en la soberanía de los Estados y de la libertad individual sin prejuicios religiosos o radales; Que basándose en dichos principios y anhelos, persiguen y defienden la paz del Continente y colaboran unidos en pro de la concordia universal; Que el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de cada Estado americano constituye la esencia del orden Internacional amparado por la solidaridad continental, manifestada históricamente y sostenida por declaraciones y tratados vigentes;

Que la Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz, celebrada en Buenos Aires, aprobó el 21 de diciembre de 1936 la declaración de principios sobre solidaridad y cooperación interamericanas, y el 23 de diciembre de 1936 el Protocolo de No-Intervención; Los Gobiernos de los Estados Americanos declaran : 1o.—Que reafirman su solidaridad continental y su propósito de colaborar en el mantenimiento de los principios en que se basa dicha solidaridad. 2°.—Que fieles a los principios antes enunciados y a su soberanía absoluta, reafirman su decisión de mantenerlos y defenderlos contra toda intervención o actividad extraña que pueda amenazarlos. 3°.—Y que para el caso de que la paz, la seguridad o integridad territorial de cualquiera de las Repúblicas Americanas se vea así amenazada por actos de cualquier naturaleza que puedan menoscabarlas, proclaman su interés común y su determinación de hacer efectiva su solidaridad, coordinando sus respectivas voluntades soberanas mediante el procedimiento de consulta que establecen los convenios vigentes y las declaraciones de las Conferencias Interamericanas, usando los medios que en cada caso aconsejen las circunstancias. Queda entendido que los Gobiernos de las Repúblicas Americanas actuarán independientemente en su capacidad individual, reconociéndose ampliamente su igualdad jurídica como Estados soberanos. 4°.—Que para facilitar las consultas que establecen este y otros instrumentos americanos de paz, los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas celebrarán, cuando lo estimen conveniente y a iniciativa de cualquiera de ellos, reuniones en las diversas capitales de las

mismas, por rotación y sin carácter protocolar. Cada Gobierno puede en circunstancias o por razones especiales designar un representante que sustituya a su Ministro de Relaciones Exteriores. 5°.—Esta declaración se conocerá como ―Declaración de Lima‖. (Aprobada el 24 de diciembre de 1938.) Declaración de Panamá (Primera Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, Panamá – 1939) Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas, reunidos en Panamá, han ratificado solemnemente su posición de neutrales en el conflicto que quebranta la paz de Europa; pero la actual guerra puede llegar a derivaciones insospechadas que, por su gravitación, afecten intereses fundamentales de América, y nada puede justificar que el interés de los beligerantes prevalezca sobre los derechos de los neutrales, causando trastornos y sufrimientos a pueblos que, por su neutralidad en la contienda y en lejanía del teatro de los acontecimientos, no deben sobrellevar sus fatales y dolorosas consecuencias. Durante la Guerra Mundial de 1914 a 1918 los Gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú presentaron y apoyaron proposiciones individuales recabando en principio, una declaración de las Repúblicas Americanas para que las naciones beligerantes se abstuvieran de realizar actividades bélicas a una distancia prudencial de sus costas. El carácter de la conflagración actual, a pesar de sus ya lamentables proporciones, no justificaría entorpecimiento alguno de las comunicaciones interamericanas, que, fomentadas al calor de importantes intereses, reclaman una protección adecuada. Esta realidad aconseja la demarcación de una zona de seguridad que comprenda todas las rutas

marítimas normales que sirven de comunicación y de intercambio entre los países de América. Para ello se precisa, como fórmula de necesidad inmediata, la adopción de disposiciones urgentes, basadas en tales precedentes y en la garantía de esos intereses, con el objeto de evitar la repetición de los perjuicios y sufrimientos experimentados por las naciones americanas y sus ciudadanos en la citada Guerra 1914-18. No cabe duda de que los Gobiernos de las Repúblicas Americanas deben prever esos peligros y como medida de protección propia, insistir en el propósito de que en sus aguas y hasta una distancia razonable de sus costas no se realicen actos de hostilidad, ni se desenvuelvan actividades bélicas por los partícipes de una guerra en que dichos Gobiernos no toman parte. Por estas consideraciones, los Gobiernos de las Repúblicas Americanas resuelven y por la presente declaran que: 1o.—Como medida de protección continental, las Repúblicas Americanas, siempre que mantengan su neutralidad, tienen el derecho indiscutible a conservar libres de todo acto hostil por parte de cualquier nación beligerante no americana, aquellas aguas adyacentes al continente americano que ellas consideran como de primordial interés y directa utilidad para sus relaciones, ya sea que dicho acto hostil se intente o realice desde tierra, desde el mar o desde el aire. Estas aguas se describen y determinan de la manera siguiente: Todas las aguas dentro de los límites que a continuación se especifican, excepto las aguas territoriales del Canadá y de las colonias y posesiones indiscutibles de países europeos [dentro de estos límites];

Comienzan en el término de las fronteras entre los Estados Unidos y el Canadá en la Bahía de Passamaquoddy, a 44o 46′ 36″ latitud norte y 66° 54′ 11″ longitud oeste; Desde allí hacia el este a lo largo del paralelo 44o 46′ 36″ hasta un punto a 60o al oeste de Greenwich; Desde allí directamente al sur hasta un punto a 20o latitud norte; Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 50 latitud norte, a 24o longitud oeste; Desde allí directamente hacia el sur a un punto a 20o latitud sur; Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 58o latitud sur, 57o longitud oeste; Desde allí directamente hacia el oeste hasta un punto a 80o longitud oeste; Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto en el Ecuador a 97o longitud oeste; Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 15o latitud norte, 120o longitud oeste; Desde allí por una línea loxodrómica hasta un punto a 48o 29′ 38″ latitud norte, a 136o longitud oeste; Desde allí directamente al este hasta el término en el Pacífico de la frontera entre los Estados Unidos y el Canadá en el estrecho de Juan de Fuca. 2o.—Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas acuerdan que se esforzarán por obtener de los beligerantes la observancia de las disposiciones contenidas en esta Declaración, mediante representaciones conjuntas a los Gobiernos que en la actualidad o en el futuro tomen parte en las hostilidades, sin que este procedimiento pueda afectar el ejercicio de derechos individuales de cada Estado, inherentes a su soberanía.

3o.—Los Gobiernos de las Repúblicas Americanas declaran, además, que siempre que lo consideren necesario se consultarán entre sí, para determinar qué medidas pueden tomar, individual o colectivamente, a fin de lograr el cumplimiento de las disposiciones de esta Declaración. 4o.—Las Repúblicas Americanas, mientras exista un estado de guerra en que ellas mismas no tomen parte, y cuando se considere necesario, podrán realizar patrullajes individuales o colectivos, según acuerden por mutuo consenso y hasta donde los elementos y recursos de cada una lo permitan, en las aguas adyacentes a sus costas dentro de la zona ya definida. (Aprobada el 3 de Octubre de 1939.) DECLARACION DEL GOBIERNO DEL BRASIL SOBRE MAR TERRITORIAL La Soberanía de las Naciones del Continente Americano se funda en las bases inviolables de consulta, de no intervención, de conciliación, de arbitraje y, más que todo, en la vocación pacifista de los pueblos americanos, enemigos de la guerra y amigos de la paz. Nada tememos ni podremos temer en América unos de otros; antes por el contrario, unos en los otros tenemos, en la tierra, en el mar y en el aire, la seguridad para cada uno y para todos los pueblos americanos. La seguridad continental contra agresiones de ultramar precisa ser conseguida sobre bases más seguras. Es en los océanos que nos rodean donde está la suerte futura de nuestras soberanías, porque la protección de las tierras americanas no será posible como en el pasado, sino con la seguridad de sus mares.

El mar, fuera de las aguas territoriales a tres millas apenas de nuestras costas, de nuestras ciudades y hasta de nuestras capitales no solamente no es nuestro, sino que en él estamos a merced de una acción contraria a la libre y pacífica expansión de nuestras soberanías, de nuestras relaciones continentales y hasta de las comunicaciones marítimas entre los puertos de un mismo país. A la defensa de la integridad territorial continental urge, pues, juntar, como parte inseparable de un todo político americano, la seguridad de los mares continentales. La Reunión de Panamá debe pedir y recibir de todos los beligerantes envueltos en la guerra, en la cual no hay inmiscuida ninguna República Americana, la seguridad de que los países en conflicto se abstendrán de cualquier acto o actitud bélica en el mar, dentro de los límites de las aguas adyacentes al continente americano consideradas de utilidad o de interés directo y primordial por las Repúblicas Americanas. Esperamos que las naciones beligerantes y las que en el futuro vengan a .tomar parte en la actual guerra, vean y respeten esa declaración que se hará en Panamá, como un complemento a la Doctrina Monroe, a las declaraciones de Buenos Aires y de Lima. Creemos que el principio del Mar Continental no afectará la soberanía de otras naciones, sino que protegerá la de los países americanos y favorecerá las relaciones pacíficas de todos los pueblos. Asiste además a nuestro Continente el derecho de reducir los efectos de la guerra, evitando que la extensión de sus conflictos se acerque a nuestras playas y perturbe de esta manera nuestra tranquilidad, amenazando comprometer o complicar nuestra posición neutral.

El Brasil no hace, ni nunca ha hecho, cuestión de fórmulas ni de palabras; pero la idea que sugirió de un mar continental será por él defendida, porque la considera útil a su existencia y a la de las demás Repúblicas de América. Estas son las razones del voto del Brasil y de la actitud de sus Delegados a la Reunión de Panamá. DECLARACION DE LA DELEGACION ARGENTINA La Delegación Argentina declara que dentro de las aguas adyacentes al continente sudamericano, en la extensión territorial de costas correspondiente a la República Argentina en la zona que se delimita como libre de todo acto hostil no reconoce la existencia de colonias o posesiones de países europeos y agrega que especialmente reserva y mantiene intactos los legítimos títulos y derechos de la República Argentina a islas como las Malvinas, así como a cualesquiera otras tierras argentinas que resultaren ubicadas dentro o más allá de la línea. DECLARACION DEL REPRESENTANTE DE GUATEMALA La declaración y reserva del Excelentísimo Señor Doctor Meló, de la Argentina, me obliga a presentar, por parte de Guatemala, una declaración y reserva similares, porque el caso de la controversia de Guatemala con el Imperio Británico es semejante, y mi silencio podría interpretarse como un abandono de los legítimos derechos que se debaten. Ruego al Señor Presidente que se sirva ordenar a la Secretaría que esta manifestación se inserte en el acta de la reunión de hoy.

CODIGO DE HONOR DE LOS CABALLEROS DE LA ORDEN DE LOS CONSTRUCTORES MASONES En virtud de haber sido instituido é investido con el titulo de Caballero de la Orden de los Constructores Masones, el Caballero acepta voluntariamente, el presente Código de Honor: -Vivir con honor en su calidad de Ciudadano de las Américas, y morir dentro de la actividad Masónica. -Rendirle tributo de fidelidad a la fraternidad Masónica por todo concepto, y propender a su dignidad y esplendor. - Procurar por todos los medios lícitos a su alcance, el progreso de la Orden de los Constructores Masones, y sostener sus postulados Americanistas de unión, paz y cultura en las naciones y pueblos del continente Americano. - Sostener los principios de Libertad y Democracia, y velar por su estabilidad en la familia de las naciones Americanas. Propender al mayor acercamiento entre los Caballeros de la Orden, a cultivar las más estrechas relaciones de amistad con todos los francmasones, y a desarrollar un sincero espíritu de buena voluntad y entendimiento entre los ciudadanos de las Américas.

La Estrella Polar nos guiará en nuestra marcha hacia ese ideal de sana interdependencia humana. Exhorto a todos los Ilustres Caballeros Constructores Masones, a todos los Masones del Continente Americano, a contribuir con vuestro grano de arena, con buena voluntad y dinamismo, a la obra americanista que debemos desarrollar, con entusiasmo y fe en el porvenir. La indiferencia, esa abulia enervadora que nos ha hecho presa en el pasado, debe desaparecer como la neblina a la acción de los rayos solares. La unión de nuestras voluntades hasta hacer una sola, fuerte, indisoluble y constructiva, debe ser resorte que nos mueva a la acción. Nuestros países y nuestros pueblos necesitan del impulso de núcleos de hombres conscientes, sanos de espíritu y bien intencionados, entre los cuales nuestra Orden de los Constructores Masones tiene un señalado puesto. Os envío mi más cordial saludo, junto con mis más vivos deseos por el progreso en beneficio del hombre americano.

Gabriel Jesús Padrón Ramos 33º Gran Representante General de la O.C.M. para la Rep.de Cuba.