No Permitas Que Te Maten

No permitas que te maten. Parte I (werty_1983) 1 de 85 No permitas que te maten Parte I 15/Feb/2006 01:56 Un disparo s

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No permitas que te maten. Parte I (werty_1983)

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No permitas que te maten Parte I 15/Feb/2006 01:56 Un disparo sonó, alejado del campamento, alejado de todos los demás, un disparo lanzado en la noche con una trayectoria fija, su cuerpo, el cuerpo de una soldado que caía casi fulminada en aquellas tierras tan lejanas a su país. En mitad de una guerra, en plena guerra de Irak parecía haber encontrado la muerte. “NO permitas que te maten, mi amor” Recordó en el momento que cayó al suelo, “prométeme que volverás conmigo… a mi lado”. Esas palabras resonaban en su cabeza, “Perdóname, mi vida” Dijo en un susurro “Creo…creo que no podré cumplir mi promesa”. No entendía que había ocurrido, había ido a Irak en misión humanitaria y ahora se encontraba al borde de la muerte… Cerró los ojos, el dolor era muy intenso, casi no sentía su cuerpo… Recordó su ojos, su mirada, y eso hacía paliar algo el dolor que estaba sufriendo… Una leve sonrisa se dibujó en su cara cuando comenzó a recordarla… 15/Feb/2006 02:45 Un año antes… Orgullosa de sí misma y feliz de haberlo logrado, allí se encontraba, en su jura de banderas, junto a todos sus compañeros de división, la división 45 del Ejército de Tierra, se habían licenciado, todos, juntos… Eva, Lucía, ella…todos… Se sentía tremendamente orgullosa de haberlo logrado, pues pocas personas creían en esa posibilidad, y es que meterte de lleno en ese mundo… un mundo que aunque va mejorando sigue siendo machista, por mucho que lo nieguen y ellas lo habían vivido de cerca, pero todo eso quedaba atrás durante aquel desfile, pues las tres lo habían logrado y se estaban licenciando. Ahora solo quedaba esperar a le les dieran un destino, deseando ir juntas al mismo, pues durante los años que habían pasado en la academia se habían hecho inseparables. Después del desfile vino la fiesta, donde todo eran abrazos, felicitaciones por parte de familiares compañeros amigos… todos querían estar en ese momento con ella. - ¡Que orgulloso se habría sentido tu padre, hija! – le dijo una mujer acercándose a ella y abrazándola. - Lo sé, mamá - respondió visiblemente emocionada – lo sé. En medio del jaleo, vestido de uniforme militar, un hombre alzó la voz para hacerse escuchar. - División 45 Enhorabuena, ya sois licenciados, en un rato os daremos vuestros destinos. Y así fue, un rato después toda la división esperaba impaciente que su Sargento les dieran las noticias. El Sargento entró, todos los soldados se cuadraron al verlo y levantaron la mano derecha llevándola hasta su cabeza, rozando la yema de los dedos con sus cabellos como saludo. Sargento: Descansen – dijo autoritariamente – ahora procederemos a dar los destinos – continuó – Cabo primero Héctor Salazar. H: Si, señor – se cuadró delante del sargento Sargento: Base militar de Madrid – le entregó un sobre y continuó – Cabo segundo Eva Billanueva EV: Si, señor – se cuadró delante del sargento Sargento: Base militar de Madrid…. Cabo segundo Esther García E: Si, señor – se cuadró delante del sargento

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Sargento: Base militar de Madrid… Y así, uno a uno, fueron recibiendo su destino. 15/Feb/2006 15:05 Contentas de estar juntas, Esther y Eva se abrazaron cuando el sargento dio la orden de romper filas, aunque algo decepcionadas ya que a Lucía le habían dado otro destino, al menos estarían cerca, Ávila no estaba tan lejos y los días de descanso podrían hacer alguna escapada para verse, y es que la amistad que se había forjado entre estas tres chicas era demasiado fuerte… Al día siguiente, a las 7 en punto de la mañana, un autobús militar las llevaba hasta la base, algunos compañeros le habían comentado que era una de las bases militares más importantes de España y que además era muy diferente a las demás. Y así era, cuando llegaron a las puertas de su nuevo destino se dieron cuenta de que no era una base militar cualquiera, se sorprendieron al verla, se miraban entre ellos con asombro, aquello, más que una bese militar parecía una pequeña ciudad a las afueras de Madrid. H: Che, chicas – dijo Héctor acercándose a ellas - ¿Vieron con es todo esto? E: Si, es increíble – decía con asombro. Ante ellas se presentaba el gran cuartel, con una zona urbana, llena de casas donde supusieron vivirían los soldados con sus familias, una hilera de casa, todas exactamente iguales, separadas por vallas pequeñas, más adelante un pequeño aunque bien equipado hospital militar que daba cabida a todas las perdonas que allí vivían. Pasada la zona urbana llegaron a la zona de entrenamientos, un gran descampado, se parado de la zona anterior por una gran valla metálica con una puerta custodiada por un soldado, un descampado enorme, donde pudieron ver varias zonas de entrenamiento distintas, una zona de tiro, una zona de ejercicio físico, otra dedicada a prácticas militares… Después de visitar la zona de entrenamiento llegaron a la zona de alojamiento, para los militares que no tuvieran familias y a los que no les hacía falta alojarse allí con ellos. Un pequeño edificio en el que se encontraba los cuartos para las mujeres, junto a otro que sería el de los hombres, un poco más separado, las oficinas de los altos mandos, donde se manejaba todo el cotarro… Una vez terminada la visita de reconocimiento, se dirigieron hasta sus cuartos. EV: Joder, que diferente es esto de los demás carteles – decía mientras dejaba su petate sobre una cama – ¿no te parece increíble todo esto? E: Pues… si, hombre la verdad es que está muy bien, pero que quieres que te diga – comenzaba a guardar sus pertenencias – no sé muy bien que hace tanto civil en una base militar… EV: Venga, Esther, que tú sabes muy bien lo mal que se pasa cuando estas aquí metida sin poder estar con nadie de tu familia durante tanto tiempo… además, yo creo que es una buena idea esto de que haya un núcleo urbano aquí, al menos así, los que tengan familias podrán vivir juntos y no estar tanto tiempo echando de menos a sus hijos… E: Si, y supongo que también vivirán allí trabajadores no militares… - dijo. EV: Pues no lo sé, supongo… Realmente aquello era algo pionero en España, y tal vez lo habían creado de una forma piloto, para ver como afectaba aquello a los militares, que siempre se quejaban de las largas temporadas que pasaban lejos de sus hogares, por eso, el Ministerio de Defensa había creado una zona urbana dentro de aquella base, para que los militares se sintieran arropados en todo momento por sus familias. Un rato después, cuando ya habían terminado de acomodar sus pertenencias y salían de sus cuartos, pues tendrían que presentarse ante su nuevo sargento. Hablaban entre ellos en un corrillo que habían formado, cuando alguien carraspeó detrás de ellos, al darse la vuelta se quedaron todos en silencio y se cuadraron ante el sargento. 15/Feb/2006 16:59 Sargento: Buenos días – dijo en tono serio – Soy el sargento Rodolfo Vilches y a partir de este momento todos estaréis bajo mis órdenes – andaba de un lado a otro de la fila – Si estáis aquí es porque sois muy buenos en vuestro trabajo, pero no os confundáis,

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estáis aquí para servir a la bandera española – todos miraban al frente, nadie se movía – no voy a tolerar ningún tipo de desobediencia – los miró y continuó hablando – Esta base es una de las más duras de España, así que vais a tener que trabajar duro para continuar aquí. Mañana a las cinco de la mañana os quiero a todos listos para comenzar a trabajar. – Los miró de nuevo – Ahora terminar de instalaros e ir a reconocer el terreno. ¡Rompan filas! Como bien dijo Vilches, se fueron a terminar de instalarse y a visitar las instalaciones, Eva, Esther y Héctor iban hablando mientras daban un paseo por allí. H: Ché, vaya sargento que nos tocó – dijo – es un poco… agresivo… E: SI, seguro que este nos lo va a hacer pasar mal aquí. EV: Pues a mi unos compañeros que estuvieron aquí me comentaros que al principio puede parecer un poco borde, pero que en el fondo no es mala persona… E: Bueno… ya veremos… Mientras andaban se iban cruzando con otros soldados, algunos se cuadraban ante ellos y los saludaban al ser de rangos superiores, otras veces eran ellos los que tenían que cuadrarse. - Soldado raso Begoña Sánchez – dijo una chica llegando y cuadrándose ante ellos – permiso para hablar. H: Descanse, soldado – mandó siendo el que tenía más rango de los tres – hable. B: El general Dávila quiere verlos a los tres, señor. H: Bien, ahora vamos, puede irse, soldado – saludaron y se dirigieron hacia el despacho del general. Una vez llegaron esperaron a que les dieran permiso para entrar en el despacho de Dávila. H: Cabo primero Hécos Salazar, señor. EV: Cabo segundo Eva Billanueva, señor. E: Cabo segundo Esther García, señor. Davila les mandó sentarse y así lo hicieron, al poco tiempo empezó a hablar. D: Bien, señores – dijo sentándose él también – les he mandado llamar porque he visto sus informes y sé que son ustedes de lo mejor de la División 45 – sonrieron levemente al escuchar eso, Davila continuó – Solo espero que eso continúa de la misma forma, como habéis podido comprobar, ésta no es una base como otra, aquí hay un núcleo urbano y aunque esté separado de la zona militar, se rige por las mismas normas que ésta – les miró – podrán andar libremente en ambas zonas, no está prohibido, siempre y cuando respeten los horarios y cumplan con sus obligaciones. En ese momento llamaron por teléfono, Dávila lo atendió, colgó y continuó hablando. D: Señores, necesito que alguno de ustedes sea voluntario para que le enseñe las instalaciones al nuevo médico del hospital. Calló, ellos se miraron algo extrañados y se pusieron en pie. E: Permiso para hablar, señor – dijo. D: Concedido, continúe. E: Señor, con todos mis respetos, nosotros somos soldados, no guías, seguramente habrá algún civil que pueda enseñarle las instalaciones a ese médico, señor, además, nosotros acabamos de llegar, aún no conocemos bien la zona, señor – se quedó en silencio esperando una respuesta D: Sé que son soldados, pero esta persona es un médico especial son órdenes directas, el Coronel quiere que les acompañe algún soldado, y ya que están aquí… además así conocerán también la zona junto a esa persona – los miró – así que si no tiene más que decir, usted, García será la encargada de ello. E: Señor, si, señor – dijo sin contradecir las órdenes, pues si venían directamente del Coronel…

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Quince minutos más tarde esperaba pacientemente a ese médico que no llegaba, llevaba en las manos un plano de la base que le había dado para así, poder enseñarle mejor todas las instalaciones al nuevo médico. 15/Feb/2006 20:25 Llegaba tarde, era su primer día y ya llegaba tarde; se maldecía en cada curva que tomaba, acelerando en cuanto podía para intentar llegar lo más pronto posible, sabía que le caería una bronca por parte de su padre, quien le había estado repitiendo hasta la saciedad que fuera puntual, pero después de una noche de marcha y algo de locura con sus amigos, los cuales le habían preparado una fiesta sorpresa de despedida, le había costado un triunfo levantarse. “Macarena, este lugar no es como los sitios en los que has estado, aquí lo principal es la disciplina” “No voy a tolerar ninguna de tus tonterías” Le había repetido su padre mil y una vez antes de que aceptara ese trabajo y sabía que era cierto, que en aquel lugar no se permitían faltas, tenía que seguir las normas, era consciente de que una vez entrara en aquel lugar, tendría que actuar en base a las reglas que allí había, aunque ella trabajara en un área muy diferente. Ella no quería trabajar en ese hospital, fue su padre el que se empeñó, hasta tal punto que había conseguido que se le denegara toda opción de trabajar en algún otro, pues su padre, Coronel Jefe del Ejército de Tierra, movía muchos hilos, demasiados, y siempre conseguía lo que quería, y en este caso, que su hija trabajara en el hospital militar de aquel gran cuartel, de la Base militar de Madrid, con el único fin de tenerla vigilada, de poder manejar su vida, por supuesto, ella esto lo ignoraba y había aceptado aquel trabajo creyendo que su padre, el gran Coronel Wilson, lo había conseguido como una demostración de cariño, para que pudiera empezar a trabajar en lo que siempre quiso. Mientras seguía maldiciéndose por su tardanza, esquivaba coches, aceleraba cuanto podía, queriendo que su moto más que correr, volara, tenía que llegar cuanto antes. Y por fin llegó, llegó a las puertas de aquella gran base militar, aparcó la moto y se quitó el casco, miraba a todos lados, pues sabía que su padre habría mandado a alguien para recibirla pero no encontraba a nadie que la estuviera esperando. A lo lejos vio a una chica de uniforme, que se acercaba a otra que tenía algo en las manos y comenzaban a hablar, decidió preguntarles se sabían algo y se fue acercando a ellas, no pudo evitar escuchar lo que decían. EV: Venga Esther, que tampoco es tan grave – le dijo una a otra E: No, claro que no es grave, es solo que he pasado de ser un soldado a una guía turística… EV: Esther, son órdenes, tienes que aceptarlas. E: SI ya lo sé, pero que quieres, tenía pensado otras cosas, quería descansar un poco antes de mañana, y encima… este tío no viene, no sé a qué esté esperando… EV: Dale tiempo, tendrá que estar al llegar. E: Yo es que no sé que piensa la gente – dijo algo impaciente – se supone que yo ahora tengo que estar esperando a que a ese médico le dé la gana de venir, solo para hacerle de guía. M: Pues no creo que tengas que esperar mucho más tiempo, ya estoy aquí – dijo de repente, llegando hasta ellas tras haber escuchado toda las conversación – Soy Maca, la nueva médico y tu… supongo que eres mi guía – dijo con ironía. 23/Feb/2006 21:14 E: Vaya ya era hora – dijo algo molesta. M: Si, lo siento… el tráfico que está horrible – se excusó. E: Claro… el tráfico… bueno vamos que yo no tengo todo el día – se giró hacia Eva – Nos vemos luego – acto seguido comenzó a andar dejando atrás a Maca, quien no sabía muy bien que hacer. M: Perdona – dijo acercándose a ella – podríamos ir primero al hospital y así ya dejo listo el contrato y luego me enseñas el resto… E: Veo que te has tomado demasiado en serio eso de que soy tu guía… - se paró frente a ella – y no lo soy, que te quede claro, simplemente hago esto por que son órdenes, así que si no te importa me gustaría acabar cuanto antes, como ya te he dicho tengo muchas cosas que hacer.

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Maca no respondió ante aquello, arqueó las cejas y esbozó una pequeña sonrisa ante el borderío de la soldado “directa, me gusta la gente así” pensó y continuó andando a su lado. Pasaron primero por la zona donde viviría Maca, pera después dar una pequeña vuelta por aquel lugar, Esther le enseñaba los sitios muy por encima, primero porque quería acabar cuanto antes y en segundo lugar porque ella tampoco conocía bien aquello. Respondía con monosílabos a todo cuanto le preguntaba Maca, y es que a Esther no le agradaba demasiado aquella orden, aunque de vez en cuando miraba de reojo a esa chica, había algo en ella que le atraía pero no sabía que era, por lo que tal vez, aquellas ordenes no eran tan desagradables… aunque jamás lo diría, claro. Por fin llegaron al hospital, la ultima parada, de aquella visita… E: Bueno, pues ya estamos aquí, ya has visto todo así que yo me voy ya – dijo dándose la vuelta con la intención de marcharse. M: Esther, espera – la paró – que muchas gracias por todo… eres una gran guía – bromeó queriendo molestarla… E: Vete a la… - calló – uff me voy – se dio la vuelta y se fue a paso ligero. Maca sonrió triunfante, había logrado enfadarla, cosa que no sabía porqué le gustaba, no la conocía de nada pero le encantaba ver la cara que se le ponía cuando se mosqueaba… 24/Feb/2006 00:50 Giró sobre si misma y se dirigió a admisión, donde recibió un caluroso saludo por parte de una señora a la que acababa de conocer, cosa que la descolocó bastante, aquella señora la saludaba como si la conociera de toda la vida, y en pocos segundos la puso al corriente de todas las vidas de los que allí trabajaban, pero no solo de los del hospital sino de los de toda la base, “Vaya, si necesito algún tipo de infamación confidencial ya se a quien acudir… Teresa” pensó mientras escuchaba a esa mujer. Cinco minutos después llegaba la directora del hospital. C: Hola, eres la nueva ¿verdad? – Preguntó extendiéndole la mano – soy Cruz, la directora del hospital. M: Hola, si, soy Macarena Wilson – saludó – pero llámame Maca. C: ¿Wilson? – Preguntó – Como el Coronel… M: Si, bueno… soy su hija – dijo algo avergonzada, pues aunque estuviera allí gracias a él no quería parecer la típica enchufada que no sabe lo que hace… C: Vaya, eso es genial – intentó parecer más alegre de lo que estaba – si, la hija del Coronel… todo un honor… Maca se dio cuenta de que la directora no estaba muy alegre con su llegada, pues lo cierto es que ella esperaba a otra persona, alguien que no contara con los privilegios que da ser la hija del mandamás, aún así quiso darle una oportunidad a esa chica. C: Bueno, pues si te parece, vamos a firmar el contrato y te presento a tus compañeros – le dedicó una sonrisa y se dirigieron las dos hacia su despacho… Con cara de muy pocos amigos y casi pegando un portazo, Esther entró en su habitación murmurando algo entre dientes; Eva la miraba divertida… EV: A ver, ¿que le pasa ahora a doña gruñona? – preguntó. E: ¿A mi? Nada – se encogió de hombros – que me va a pasar… EV: si, claro y yo me chupo el dedo y no te conozco, venga ya Esther… E: Vale, vale… la tía esa… la tal Maca que es…. Uff irritante a más no poder, por no hablar de lo pija que parece… EV: Esther, seguro que no ha sido tan malo… E: ¿Qué no? – La miró – tu no estabas allí… yo es que no sé que hacía allí con ella… te juro que no la aguanto, no la conozco pero no la aguanto…

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EV: A ti lo que te cabrea es que hayas tenido que enseñarle todo esto… - Afirmó al conocerla. E: Pues si, que quieres que te diga, yo no estoy aquí para eso. EV: Desde luego, mira que eres pesadita con el tema… - dijo E: No, Eva, no soy pasada, lo que pasa es que me ha costado mucho llegar hasta aquí para hacer de guía turística… EV: Sabes, a veces pienso que solo vives para el ejercito, que ni siquiera eres capaz de hacer un favor a alguien que no tenga que ver con militares… joder Esther, que también somos personas…. Además eran órdenes… 24/Feb/2006 15:57 E: Bueno dejemos el tema ya… me voy a entrenar… - dijo saliendo de la habitación EV: esta niña no cambiará nunca… Cruz y Maca hablaban en el despacho de la primera, Cruz le contaba más o menos como funcionaban las cosas en aquel hospital… C: Pues eso, que aquí más que nada damos cabida a los militares y a los que viven en la zona urbana… así que realmente puedes aburrirte un poco – dijo medio sonriendo – pero si ocurre algo fuerte en Madrid y necesitan nuestro hospital pues nos encargamos también, pero ya te digo que son casos excepcionales… M: O sea… que más que nada me voy a estar rascandome la barriga – contestó sonriendo. C: Tampoco es eso, mujer, tendrás algunos días moviditos te lo digo yo… además organizamos cursos de medicina, primeros auxilios y cosas similares para los militares y si ves que no tienes muchas cosas te apuntas y los impartes tú… M: Me lo pensaré cuando se dé la ocasión, no te digo yo que no – sonrió – y bueno creo que va siendo hora de ir a ver a mi padre, que desde que he llegado no e visto al señor coronel… - lo dijo con resignación, como si no tuviera ganas de ir… C: ¡Qué entusiasmada te veo! – exclamó al oír su tono… Ambas rieron por eso, al instante Maca se despidió y salió del hospital en dirección al despacho de su padre, cruzó la verja y de lejos vio a una chica haciendo prácticas de tiro con un fusil, la reconoció en seguida. M: Vaya… la pitufo gruñón pegando tiros… como para acercarme a decirle algo… mejor en otro momento que no esté armada no vaya a ser que le dé por practicar contra mi – se rió de su propio comentario, se detuvo un momento más para mirarla más detenidamente – pues si que es buena tirando a la diana – dijo al ver que no fallaba ningún tiro y continuó su camino. En el momento en que Maca comenzaba a andar, Esther se giró, pues inexplicablemente se había sentido como observada por unos instantes, al darse la vuelta la vio andar hacia los despachos. E: ¿Y esta? ¿A dónde va ahora? – La miró extrañada - ¿Qué estará buscado por aquí? ¿Qué andares más bonitos no? Si parece una modelo… ¡Esther! ¿Que dices? Anda sigue tirando que va a ser lo mejor – y así lo hizo, volvió a cargar el fusil y continuó disparando. Maca entraba en el despacho de su padre con una gran sonrisa. M: Hola papá – dijo - ¿Qué tal estas? CW: Hombre… menos mal que te dignas a aparecer… ya me han dicho que has llegado tarde en tu primer día, ¿Es que nunca me vas a hacer caso? Te dije que llegaras puntual… M: Papá, por favor, que no soy uno de tus soldados… - dijo algo molesta – y si he llegado tarde ha sido por culpa del tráfico… Veo que esa soldadito no ha perdido el tiempo de venir a informarte. CW: ¿De quien hablas? Ah si ya se la cabo García, se que se le asignó que te enseñara esto, espero que te haya tratado bien…dijo medio sonriendo. M: Pues si, la verdad es que ha sido muy amable – “si claro… amable por los cojones, pero yo me e divertido…” Estuvieron hablando un rato sobre aquel lugar, Maca se estaba hartando un poco al oír a su padre siempre decirle lo mismo, le

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parecía increíble que aún la tratara como una niña que no sabía cuales eran sus responsabilidades, aun así no dijo nada, simplemente asentía, sabía que su padre siempre había sido así y que no lograría cambiarle. CW: Ya lo sabes Maca, nada de tus locuras – le dijo serio – y mucho menos nada de traer a tus amiguitas. M: Papá, ya basta, no toques ese tema que ya sabes como acaba – dijo molesta con su padre – vamos a dejarlo, me voy que tengo que instalarme aún… CW: Vale, pero antes quiero decirte que mañana por la noche habrá una cena de gala para celebrar la llegada de los nuevos y quiera que vengas conmigo… M: No, yo no pinto nada allí, y sabes que no me gustan ese tipo de reuniones – dijo tajante. CW: Me da igual, vas a venir, porque además quiero presentarte a alguien… 25/Feb/2006 00:03 No había amanecido aún y ya estaban todos esperando al sargento, que como bien había dicho se presentó ante ellos a las cinco de la mañana. Al verlo aparecer todos se cuadraron… V: Descansen – dijo – Buenos días, espero que todos hayáis descansado por que vais a necesitar fuerzas para lo que os tengo preparado – calló un momento y los miró – Vamos a empezar con algo de ejercicio físico, correremos durante una hora y media, después haremos prácticas de tiro y más tarde estudiaremos estrategias de guerra. Bien, señores, comencemos… Todos comenzaron a correr n filas de tres, recorriendo casi todo el cuartel, sin perder el ritmo que a pesar de no ser demasiado fuerte, costaba seguir el ritmo por momentos… H: Che chicas – dijo mientras corría – ¿desde cuando hemos vuelto a la instrucción? E: Héctor no te quejes tanto y sigue corriendo, que parece que acabas de comenzar en esto y ya sabes como va… EV: Eso Héctor, que no se diga… H: Es que esto es como volver a la academia… V: ¿Tiene algún problema cabo? – dijo llegando hasta ellos H: No, señor – continuó corriendo V: Bien, no querría pasarme toda la mañana corriendo con usted mientras los demás descansas – se fue a la cabeza de la fila H: ¿Quién dijo que era un trocito de pan, Evita? EV: ¿Quieres callarte, que al final pringamos? A las ocho de la mañana el odioso ruido del despertador la despertó, lo apagó de un golpe y se levantó dispuesta a afrontar su primer día en aquel hospital. Se duchó, desayunó y salió de la casa, a lo lejos divisó un grupo de militares en la zona de entrenamiento… M: Pues si que empiezan pronto… no me extraña que tenga ese mal humor durante todo el día… Se sorprendió a sí misma al darse cuenta que ese primer pensamiento había ido dirigido hacia Esther, pero no le dio mayor importancia, pues supuso que sería por lo acontecido el día anterior. Y así se las pasó la mañana, a Esther entre entrenamientos y estrategias, a Maca entre informes médicos, nuevos compañeros y un buen rato de aburrimiento… Estaba tumbada en la cama, descansando después de aquella mañana y desesperándose ante la insistencia de Eva porque se probara mil y un vestidos diferente para aquella cena a la que realmente no sabía si tenía ganas de ir, pero que no podía eludir, pues, al fin y al cabo también era en su honor. EV: ¿Y este que te parece? – Decía mostrándole un vestido – me dirás que no es mono y seguro que te queda genial…

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E: Eva, cariño, por qué no lo dejas un ratito… además que ya sé que ponerme… EV: ¿A si? ¿Y que te vas a poner? – preguntó. E: Pues el uniforme de gala, claro – anunció contundente… EV: A no, eso si que no, para una cena en la que no nos tenemos que poner uniforme… no, no, vamos es que me niego a que te lo pongas…. Te vas a poner este que te va a quedar genial, ya lo verás… Al otro lado de la verja, Maca daba vueltas en su casa, ya estaba lista y esperaba a que su padre la recogiera, estaba nerviosa y lo notaba, lo que no tenía muy claro era el porqué de su nerviosismo, nunca se había puesto así en otras cenas pero hoy sentía que sería diferente, tenía un presentimiento extraño que le decía que aquella noche traería más de una sorpresa… 25/Feb/2006 01:57 El timbre de la puerta sonó, comenzaba la fiesta. Con paso firme y decidido abrió la puerta a su padre, pero cual fue su sorpresa al encontrarse con una rubia sonriente frente a ella. - Hola, eres Maca ¿verdad? – Dijo sin dejar de sonreír – soy Begoña, tu padre nos espera en la fiesta, me ha pedido que venga a por ti. M: ¿Nos espera? – Preguntó confusa – perdona es que no entiendo nada. B: Ya, te comprendo, pero será mejor que te lo explique él, ¿vamos? Ambas se dirigieron a la fiesta, Maca estaba muy confusa a la vez que sorprendida, ¿Quién era esa mujer? ¿Por qué había ido ella a recogerla? Y mucho más importante que eso ¿Qué tenía que ver con su padre? Demasiadas preguntas para tan pocas respuestas, decidió acelerar el paso para llegar cuanto antes y que su padre le diera una explicación… Al entrar en la sala, hizo un barrido con la mirada buscando a su padre, ni tan siquiera se dio cuenta de quien estaba allí o quien no… al dar con él se acercó rápidamente… M: ¿Se puede saber quien es esa tal Begoña y por qué no has venido tú a recogerme? – Preguntó. CW: Bueno, veo que no te ha sentado bien que fuera ella a por ti, pero creí que sería una buena manera de que os conocierais. M: Papá, déjate de tonterías y dime de una vez a qué viene todo esto – dijo temiéndose lo que se avecinaba… CW: Verás, Macarena, hija… ya sabes que desde que tu madre y yo nos separamos… yo he estado buscando a una mujer que… M: Espera, espera – dijo cortándole - ¿no me irás a decir que es tu novia? CW: Hombre, novia, novia… no, pero si que es una persona muy especial para mi – dijo con una sonrisa en los labios… M: Pero, por favor que podría ser mi hermana pequeña, papá…. Me estás tomando el pelo ¿verdad? CW: Para nada, no te estoy engañando, te dije que te quería presentar a alguien y ese alguien era ella. M: Genial, papá, de verdad, me parece fantástico – dijo irónicamente – ¿Es que siempre tienes que estar con mujeres a las que casi triplicas la edad? Como sigas así vas a tener que abrir una guardería… CW: Maca, no te permito que me hables así – dijo serio, al instante puso un tono más dulzón – Hija, me gustaría que intentases llevarte bien con ella, no sé donde llegará esto pero me gustaría que me apoyases… M: Mira, no creo que sea el momento ni el lugar para hablar de esto – comenzó a alejarse y luego se dio de nuevo la vuelta ¿tienes preparada alguna otra sorpresa? Y se fue. Se acercó a la barra donde un camarero le sirvió una copa, miraba a su alrededor buscando a alguien pero no encontraba a nadie. Saludó con la mano a Cruz quien se agarraba del brazo de su marido, supuso ella, y que le hacía un gesto como diciendo que en un momento hablarían, sonrió y continuó estudiando la sala, la buscaba, sin saber como ni porqué sus ojos la buscaban pero no la encontraban… No podía dejar de pensar en lo que su padre le había dicho sobre la tal Begoña, no se lo podía creer y nunca se lo hubiera podido

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imaginar, al igual que tampoco podría imaginar todo lo que pasaría aquella noche… De pronto se atragantó con el líquido que pasaba por su garganta, por las puertas de aquella sala aparecía una despampanante chica morena vestida con un traje rojo, con un escote en forma de pico, atado al cuello, de espalda descubierta, con falda por debajo de las rodillas, un vestido ceñido a su cuerpo dejando ver sus curvas, el pelo lacio, y guapa, muy guapa, muy diferente a la chica de uniforme del día anterior. 25/Feb/2006 18:25 La miró, sus ojos se posaron en ella analizando toda su anatomía, un vestido negro, bastante sencillo pero a la vez muy elegante que estilizaba aún más su figura, un escote insinuante que dejaba ver un lunar que le llamó la atención… con pelo largo, suelto algo rizado por las puntas, poco maquillaje pero el necesario para que sus facciones estuvieran en perfecta armonía… no podía apartar la mirada de ella quien también la miraba con una sonrisa en los labios, “está muy guapa” pensó, pero al instante se recriminó a sí misma tal pensamiento… sacudió la cabeza para alejar esa idea de su mente y prestó atención a lo que alguien le decía… EV: La tierra llamando a Esther…. ¿Hola estas ahí? – decía chistosa. E: Si, dime, que querías EV: Que vayamos a buscar a Héctor y a los demás y a ver donde nos tenemos que sentar en la cena… E: Si claro – dijo desviando la mirada – vamos Bebió de nuevo de su copa, intentando asimilar todo lo que le estaba ocurriendo en tan poco tiempo, pues de pronto se enteraba que su padre estaba saliendo con alguien que a ella no le daba buena espina… le empezaba a gustar una chica de la que no sabía nada…¿Qué más podría pasar aquella noche? Ni ella misma lo sabía… C: ¿Estas bien, Maca? – Preguntó algo preocupada – te veo no sé…como ida… M: Hola, Cruz, si estoy bien, no te preocupes, es solo que… que no me gustan estas fiestas… C: Ya, te entiendo, a mi tampoco me gustan demasiado, solo vengo por él… - miró a Vilches – por cierto, perdona… él es Vilches, mi marido y… cariño, ella es Maca, la nueva médico y la hija del coronel. V: Vaya, pues habrá que tratarte bien, que si no tu padre luego lo paga conmigo… Continuaron hablando un rato, de vez en cuando la miraba, la veía reírse con sus compañeros, hacía gestos con las manos, quizás recordando alguna anécdota de la instrucción… por algún motivo extraño se enfadó por no ser partícipe de aquella conversación… desvió la mirada y se encontró con Begoña y un gesto más que cariñoso hacía su padre… definitivamente esa chica no le gustaba nada… se disculpó con Cruz y salió a la terraza… necesitaba tomar un poco de aire. Esther hablaba animadamente con Eva, Héctor, Francisco y muchos más compañeros de división, se reían, rememoraban momentos, anécdotas, se lo estaban pasando bien… Se sintió observada en algunos momentos pero no le hizo falta saber de quién vendría esa mirada, pues inconscientemente ya lo sabía, se aisló de la conversación que tenía con los demás al verla pasar cerca de ella, un escalofrío recorrió su cuerpo, un escalofrío que no supo como identificar… la vio salir a la terraza, parecía agobiada…… como si alguien la empujara a ello se disculpó con los demás y salió también a la terraza… 25/Feb/2006 20:39 Allí estaba, apoyada en la barandilla mirando al infinito, a todo y a nada, bebía un sorbo de su copa, la brisa de la noche movía su cabello, Esther la miraba desde la puerta, por primera vez se preguntó que es lo que hacía allí, que le había llevado a salir a esa terraza, se dio media vuelta con la intención clara de marcharse de nuevo a dentro, pero sus piernas parecían haber cobrado vida propia e hicieron exactamente lo contrario, se acercaron a Maca, dejando al descubierto su presencia. Giró un poco la cabeza y se sorprendió al verla allí, se apoyaba también en la barandilla y miraba al cielo, Maca no podía apartar su vista de ella, se preguntaba que hacía allí, pero agradeció su presencia, pues con su presencia silenciosa, callada había logrado que se sintiera mejor… volvió su vista al infinito, esta vez con una sonrisa clara en los labios. No hablaban, no se rozaban, ni tan siquiera se miraban, pero no hacía falta, disfrutaban de su compañía de ese modo, disfrutaban de la brisa de la noche… ambas sonreían, no sabían por qué pero sonreían… al cabo de unos minutos en los que permanecieron así decidió romper el silencio. E: ¿Estas bien? – preguntó sin mirarla.

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M: Si… ahora si – se dio cuenta de su comentario – con el aire, y eso… necesitaba respirar – tampoco la miraba. E: ¿No te gustan nada estas fiestas, verdad? M: La verdad es que no ¿y a ti? E: Pues para ser sincera tampoco… no sé… - miró hacia dentro, donde la gente hablaba animadamente… Maca la imitó vio de nuevo a su padre que bailaba con Begoña y frunció el ceño… Esther la miró, por primera vez desde que habían comenzado a hablar, siguió su mirada y descubrió al su superior con aquella soldado… E: Vaya con el Coronel… no pierde el tiempo… M: Si, eso parece – la miró – la verdad es que no entiendo a mi padre… E: ¿Tu... tu padre? – preguntó confusa 26/Feb/2006 01:55 M: Si, mi padre, el coronel – contestó E: ¿Eres hija del coronel? – abrió los ojos… M: ¿Cuál es la parte de “es mi padre” que no entiendes? – dijo sonriendo al ver la cara de Esther. Esther se quedó a cuadros, no se lo esperaba, había tratado muy mal a la hija de nada más y nada menos que su coronel, el superior de más rango que había en aquel cuartel, la persona que mandaba sobre todos ellos, y había tratado a su hija fatal… M: La verdad es que no sé que hace con esa chica – dijo sacando a Esther de sus pensamientos – podría ser su hija… E: Bueno… no sé… si el es feliz… - no sabía que decirle en ese momento… M: Si, no sé puede ser que sea feliz, lo que pasa es que esa tía me da mala espina – la miró a los ojos, se perdió en ellos por un segundo… desvió la mirada de nuevo al infinito – la verdad es que no sé por qué te cuento todo esto… E: Quizás por que te resulta más fácil hablarlo con alguien que no conoces… - la imitó y se apoyó de nuevo en la barandilla. M: Creo que voy a tener que cambiarte el mote ¿sabes? – esbozó una sonrisa, de nuevo la miró, al igual que Esther que también la miró… E: ¿Me has puesto mote? ¿Y cual es? – preguntó M: Pitufo gruñón – rió mientras no dejaba de mirarla… E: jajajaja Me lo merezco, la verdad – se perdió en sus ojos – yo quiero pedirte perdón por mi comportamiento, la verdad es que… M: No pasa nada – la cortó – tranquila E: ¿Bueno y ahora como me vas a llamar? – preguntó curiosa y sonriendo M: Mmmm… pues no sé, me lo tendré que pensar…. Se miraron intensamente, no había nadie más alrededor, se perdieron la una en la mirada de la otra, sus ojos brillaban, un brillo especial en ambas, una sonrisa en cada boca, no querían moverse y que se perdiera el momento, ninguna de las dos se atrevía a decir nada, pero a la vez comenzaban a hablarse con la mirada… Maca decidió acortar las distancias… - Hola, Maca – dijo una voz saliendo a la terraza, evitando que Maca diera el paso y rompiendo la magia que se había creado en el ambiente. Un hombre, con uniforme militar, varios galones que hicieron que Esther se diera cuenta de que se trataba de un sargento, se acercaba a ellas con paso decidido.

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M: ¿Fernando? – dijo volviéndose hacia él con gran sorpresa… 26/Feb/2006 16:43 Fernando Acosta, amigo de la infancia y compañero de juegos de Maca, siempre estuvo enamorado de ella, incluso estuvieron a punto de casarse hasta que Maca puso punto y final a esa relación por motivos que nunca le dijo. Ambicioso como nadie siempre consigue lo que quiere, había llegado a ser sargento pasando por encima de muchos y pretendía seguir ascendiendo… contaba con el apoyo incondicional del Coronel quien siempre lo quiso como yerno y por ello había logrado que lo trasladaran a aquella base, para propiciar un nuevo acercamiento con su hija… Estaba dispuesto a todo con tal de casarse con ella, pues Maca fue la única persona que logró que no se cumplieran sus objetivos… M: Fernando, ¿que haces aquí? – dijo algo seca F: Vaya, cariño – dijo dándole dos besos – esperaba que te alegraras un poquito más de verme M. Si, si me alegro de verte… - miró a Esther un segundo – es que no esperaba encontrarte aquí… F: Pues ya ves, me han trasladado, ¿no te alegra? M: Si, si que me alegra, me alegra mucho verte aquí – dijo sin ningún entusiasmo. F: Bueno, cuéntame, ¿como estas? ¿Que es de tu vida? M: Pues… E: Perdonar – les cortó – yo creo que será mejor que me vaya, ya hablaremos en otro momento, Maca – se dirigió a la puerta y volvió dentro. Maca se había quedado demasiado confusa con esa situación, minutos antes sentía unas ganas enormes de besarla, incluso se había decidido a cometer dicha locura, locura, si, porque besarla hubiera sido una locura, en primer lugar por el sitio en el que estaban, en segundo lugar porque la acababa de conocer, en tercer lugar porque tenía la certeza de que ella era hetero… pero aun así había estado dispuesta a besarla si no hubiera aparecido Fernando… “¿Qué hacía el alli?” F: Maca, maca… - le dio un golpecito en el brazo – baja de las nubes Maca M: ¿Eh? Si, perdona Fernando, ¿que me decías? F: Que yo si que me alegro mucho de verte, tengo muchas cosas que contarte… te he echado de menos – dijo dulcemente. M: Yo…yo también te he echado de menos, Fernando Desde el interior sonaba una música lenta, varias parejas bailaban en la pista… F: ¿Bailamos? – preguntó extendiéndole su mano a Maca M: Fernando… F: Venga, cariño, por los viejos tiempo – sonrió. M: Vale, está bien Entraron de nuevo en la sala, en medio de la pista, Fernando agarraba a Maca por la cintura acercándola a su cuerpo, ella intentaba guardar las distancias… al otro lado de la sala Esther los miraba fijamente, no entendía lo que había pasado en la terraza, ¿Qué era lo que había sentido? Sintió una punzada en el estómago cuando Fernando dejó un leve beso en el cuello de Maca, “¿Pero que es lo que me está pasando?” se preguntaba una y otra vez, “Si no me conociera pensaría que estoy celosa” “¿Celosa? ¡Pero de quien voy a estar celosa si ni siquiera la conozco!” “¿LA conozco?” “Hay Esther… que me parece a mi que necesitas unas vacaciones… que estás desvariando… que llevas mucho tiempo sola…” bebió de una copa que acababa de pedir, sacudió la cabeza para sacar de nuevo esas ideas, buscó a Eva entre la gente, intentaba no mirar pero aun así sus ojos la buscaban… 26/Feb/2006 22:59 Al otro lado de la pista, el Coronel sonreía triunfante, había logrado lo que se proponía, un encuentro “casual” entre Fernando y su hija, ahora solo restaba que Fernando la volviera a enamorar y que su hija se dejara de tonterías y locuras con la idea esa que se le

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había metido en la cabeza de que le gustaban las mujeres… “¿Cómo le iban a gustar a una Wilson, la hija del Coronel Jefe del Ejercito de Tierra las mujeres?” no, eso no podía ser, su hija debía casarse con Fernando y así lo haría, o al menos, eso pretendían ellos… Por su parte, Maca continuaba bailando con Fernando, intentando que no hubiera tanto contacto entre ellos, llegó incluso a llamarle la atención por la osadía de éste al besarle el cuello sin su consentimiento, aún así, seguía bailando con él, al fin y al cabo eran amigos de toda la vida, habían estado a punto de casarse y le tenía mucho cariño… La fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada, al día siguiente, los soldados tenían permiso, por lo que no se preocuparon mucho a la hora de retirarse, Maca y Esther no habían vuelto a cruzar palabra, se miraban de vez en cuando, si, pero no hubo ningún tipo de acercamiento por parte de ninguna de las dos, una porque estaba demasiado “secuestrada” por su padre y Fernando que no la dejaron sola ni un segundo, la otra porque tenía miedo de acercarse y sentir de nuevo lo que sintió en la terraza… Los días pasaban en aquel cuartel, los militares, por un lado seguían con su rutina diaria, ejercicios, tácticas de guerra… cuando tenían tiempo libre aprovechaban para conocer a la gente, salir a dar una vuelta fuera del cuartel… evadirse un poco de aquella vida disciplinaria y llena de normas… Eva había hecho muy buenas migas con Laura, una médico del hospital, lo que propiciaba encuentros entre Maca y Esther, pues varias veces quedaban todos, médicos y militares, para tomar algo fuera de allí… Entre las dos protagonistas comenzaba a forjarse una fuerte amistad, les encantaba pasar tiempo juntas, hablaban de todo, de nada… pero no todo era color de rosa entre ellas, pues Esther, comenzó a alejarse, a estar distante, a no querer verla pues cada vez que la veía algo se movía dentro de ella, algo que no terminaba de aceptar pero que sabía lo que era, estaba asustada por lo que sentía y por ello creyó que lo mejor sería alejarse, no permitir que aquel “sentimiento” continuara creciendo… Por su parte, Maca, tenía muy claro lo que sentía por ella, sabía que le gustaba, que le encantaba y por ello intentaba pasar el mayor tiempo posible a su lado, varias veces había estado tentada a lanzarse, pues había descubierto en Esther ciertos gestos y palabras que le hacían pensar que ella sentía lo mismo, pero siempre se echaba atrás, pues Esther siempre encontraba la excusa perfecta cuando se parecía que llegaba “el momento”… Fernando colmaba de atenciones a Maca, le había dicho que seguía enamorado de ella y le había pedido una nueva oportunidad, pero Maca le había dejado muy claro que su historia estaba acabada, que nunca tendrían nada, pues ella no lo quería, aún así, el seguía insistiendo, tenía la esperanza de que en algún momento ella cedería, pues ninguna mujer había podido evitar caer bajo sus encantos y él tenía claro que Maca no iba a ser menos… El coronel continuaba su relación con Begoña a quien se le había subido a la cabeza eso de ser su novia e iba por toda la base con aires de grandeza, pues para un simple soldado raso ser quien se beneficia al Coronel daba muchas ventajas, se sentía superior a todos y hacía lo que le daba la gana, pues contaba con el respaldo de su novio… Su relación con Maca no tiraba para adelante pues ésta no estaba muy por la labor de que así fuera, había calado a Begoña desde el principio y siempre que podía se lo hacía saber a su padre, quien hacía oídos sordos a los comentarios de su hija, no quería quitarse la venda de los ojos y ver lo que en realidad pretendía Begoña… Aquel día después de terminar su turno fue a buscar a Esther, tenía que hablar con ella y Averiguar que era lo que le estaba pasando esos últimos días, pues había notado su frialdad, se lejanía, su borderío… M: Esther – dijo llegando a donde se encontraba - ¿te apetece un cafe? E: ehh, no puedo Maca, tengo cosas que hacer – dijo sin querer mirarla M: Pero ya habéis terminado por hoy ¿no? – insistió E: Si, si, pero… tengo que… que practicar un poco con el fusil – fue la primera excusa que se le ocurrió, se moría de ganas de tomarse ese café con ella, pero al mismo tiempo se moría por miedo que ello le causaba M: ¿Te pasa algo conmigo? – preguntó cogiéndola del brazo y haciendo que la mirase… E: No sé a que te refieres – dijo zafándose de ella M: Pues que llevas unos días que no se… como si me evitases… y no lo entiendo, somos amigas ¿no? – “para mi desgracia” pensó para sí misma E: No te evito, Maca, es que tengo muchas cosas que hacer… M: Sabes tan bien como yo que eso no es cierto – dijo mirándola a los ojos – mira yo no sé que es lo que te está pasando… pero… creo que me empiezo a hacer una idea…

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Se acercó a ella, lentamente, sin apartar su mirada de sus ojos, sabiendo que tal vez se estaba equivocando, pero algo le empujaba a hacerlo, quizás el brillo en los ojos de Esther al mirarla, tal vez los celos que parecía sentir cuando Fernando estaba cerca de ella, no sabía que era, pero estaba segura de que ella sentía lo mismo cuando la tenía cerca… Esther la veía acercarse, con paso seguro pero lento, adivinaba sus intenciones y eso le causaba un gran temor, aunque al mismo tiempo deseaba que ocurriera, tenía miles de sentimientos contradictorios que no la dejaban pensar con claridad… E: ¿Que… que haces? – dijo teniéndola ya a escasos milímetros… 27/Feb/2006 13:32 M: Algo con lo que llevo soñando desde hace días – dijo en un susurro mientras se acercaba cada vez más a sus labios… Sin saber de donde sacó fuerzas ni como lo hizo, consiguió alejarse de ella, separarse de esos labios que tanto deseaba que a la vez tanto miedo le causaban “no, esto no me puede estar pasando” se decía una y otra vez, miró a Maca quien mantenía una expresión de incredulidad y decepción, al fin se había lanzado y no había logrado nada, para colmo, había dejado ver sus sentimiento “no, esto no puede estar pasando” se dijo… E: Maca, creo…creo que te estas equivocando conmigo – habló por fin, visiblemente nerviosa y mintiendo lo mejor que sabía – yo no… vamos que tu a mi… M: Yo que Esther – se intentaba acercar – dima que tu no sientes lo mismo – se acercaba pero detuvo el paso al ver que Esther no deseaba ese acercamiento – vamos Esther, sé que lo necesitas tanto como yo – dijo casi suplicante… E: Te equivocas –espetó tajante – yo no siento nada… nada – empezaba a ponerse más nerviosa de lo normal… quizás si se lo repetía muchas veces, tal vez se lo creería… M: Entonces ¿Por qué tiemblas cada vez que me acerco a ti? – Volvió a acercarse - ¿por qué tus ojos me dicen lo contrario que afirmas con los labios? – acortó las distancias de nuevo, sin importarle que Esther le pidiera que no lo hiciera - ¿Por qué te noto celosa cuando está Fernando conmigo? – ya casi podía rozarla, solo hacía falta un último empujón… E: No – se alejó de nuevo – esto no puede ser… M: Pero es – la cortó – ¿es que no lo ves? Sé que tienes miedo, yo estoy igual que tú, pero no podemos negar lo evidente, Esther… E: Maca, no… por favor – suplicó – ¿Por qué…. Por que no me dejas en paz? Esto no puede ser… eres… eres… M: Una mujer Esther – dijo – Pero también una persona que sueña con estar a tu lado – le hablaba en un susurro – una persona que quiere protegerte, cuidarte, ¿Qué más da si soy hombre o mujer? E: No, Maca, esto no puede ser, no puede ser – se empezaba a poner más nerviosa aún – dejame en paz, Maca – casi gritaba – No me atormentes más… M: Esther, no seas hipócrita contigo misma – también comenzaba a enfadarse – no te engañes, sé que tu estas sintiendo lo mismo que yo, no me lo puedes negar… E: Tu no sabes lo que siento – se alejaba más de ella – por favor déjame SOLA – le gritó, estaba muy nerviosa, temblaba, lo único que quería era que se fuera, que no la atormentara, que dejara de poner su mundo al revés… M: Te estás engañando, Esther… y así nunca podrás ser feliz… - la miró un instante, y salió de aquella habitación… Sintió un gran alivio cuando la vio marcharse, pero al mismo tiempo sintió una gran angustia, ella tenía razón, se estaba engañando, se estaba equivocando, pero era lo mejor que podía hacer, aquello no tenía ni pies ni cabeza. Siempre le habían gustado los hombres, nunca se había sentido atraída por una mujer pero ahora… con Maca… con Maca todo era diferente, con ella se sentía segura, tranquila, le encantaba estar con ella, hablar con ella, escucharla, perderse en su mirada, que le dijera “pitufo gruñón” su risa, sus ojos, su boca… esa boca que había estado a punto de besar…. Pero no, aquello no podía ser, no podía ser, no podía pasar y no iba a pasar…. Cuando salió de la habitación dejando allí a Esther pensó que se había equivocado, que tenía que haber hecho las cosas de una manera diferente, hablar antes de actuar, pero no, como siempre sus impulsos se antepusieron a las palabras, la veía allí delante, tan frágil, intentando hacerse la fuerte, sus ojos que le pedían a gritos que se acercaba, sus labios que le imploraban que los besara, que no pudo hacer más que hacerles caso, pero ahora creía que no había hecho lo correcto… aun así, tenía un sabor

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dulce, pues la había sentido, había sentido sus ganas, bajo un gran temor, si, pero había sentido que Esther sentía lo mismo que ella, ahora no podía dar marcha atrás, ahora tenía la certeza de que Esther sentía algo tan fuerte como lo que ella sentía, le daría tiempo, tiempo para que ahuyentara sus fantasmas, tiempo para que pensara, pero no se alejaría… no se iba a dar por vencida, no iba a dejar escapar lo que pensaba que podría ser su felicidad… 27/Feb/2006 18:46 Tan metida estaba en sus pensamientos y miedos que no se dio cuenta de que Eva había entrado en la habitación como si se tratara de un torbellino, le hablaba pero ella no se enteraba de nada, aun estaba visualizando en su mente cada gesto y cada palabra que Maca le había dicho instantes antes… EV: Esther – dijo dándole un pequeño empujón - ¿me estas escuchando? E: La verdad es que no, Eva, lo siento que me decías EV: Vamos a ver, antes de que yo te cuente nada, quiero que me cuentes que te pasa a ti – dijo sabiendo que algo le ocurría a su amiga. E: No me pasa nada, Eva, dime que era lo que me decías… EV: Esther, por favor, que ya nos conocemos, que ha pasado… estás pálida… cualquiera diría que has visto un fantasma… ¿estas bien? E; Eva, de verdad no quiero hablar del tema – no podía contarle lo que le pasaba, pues si lo hacía era como aceptarlo y ella había decidido que no lo haría EV: Vale, no me lo cuentes ahora, pero si necesitas algo… sabes que estoy aquí ¿verdad? – Conocía a su amiga, sabía que cuando estuviera preparada hablaría con ella, no quiso presionarla… E: Si, si lo sé… pero dime… ¿Qué es eso que me querías contar? – dijo cambiando de tema… EV: Míralo tú misma – le extendió un papel que llevaba en las manos E: ¿Qué es esto? – preguntó mientras comenzaba a leer.

Llegó al hospital, comenzaba su turno, no dejaba de darle vueltas al mismo tema, no sabía como hacer para que Esther aceptara lo que pasaba entre ambas, comenzaba a conocerla y sabía que sería difícil, aun así era consciente de que aquello no había terminado allí, ella no iba a dejar que todo quedara en eso… C: Maca, te estaba buscando – dijo Cruz llegando hasta donde estaba ella – necesito que me hagas un favor… M: Claro, dime – contestó. C: Verás, se lo había encargado a Laura, pero resulta que ha tenido que irse unos días, su padre está un poco mal y no hay nadie más que se pueda hacer cargo de esto… M: Vale, no te preocupes, pero dime de que se trata… Terminó de leer el papel y miró a Eva con incredulidad… EV: ¿No te parece genial? – preguntó con una sonrisa. E: Pues no, la verdad, que quieres que te diga, no sé para que me has apuntado a esto EV: Pues porque así haremos algo diferente, podremos librarnos un par de días del sargento, haremos algo distinto… E: ¿Tengo que recordarte que somos soldados? ¿Qué tenemos obligaciones? Eva por favor… EV: No, Esther, por favor tú, - dijo cortándola - de verdad, es que estas obsesionada con ser la soldado perfecta, no permitas que nada ajeno a eso te ocurra y nunca quieres hacer nada diferente – dijo algo molesta con ella – si es que ni tan siquiera te permites enamorarte, joder, que no todo es eso, que hay mas cosas en la vida…

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E: sabes perfectamente por que me tomo tan a pecho mi trabajo, así que no me vengas con esas… EV: ¿y no crees que ya es suficiente? Lo has logrado, Esther, eres Cabo, una gran soldado, no tienes que seguir demostrando nada… tienes que empezar a relajarte, a vivir un poco… además que solo es un cursillo de primeros auxilios, coño, ni si quiera tienes que salir del cuartel… Escuchaba atentamente las palabras de Cruz, que le explicaba que era lo que tendría que hacer, las horas que serían y cuando comenzaría. M: No te preocupes, que yo me hago cargo – dijo sonriendo a su jefa. C: ¿En serio? – Sonreía también – gracias, es que no sabía a quien pedírselo… M: No pasa nada, si además como bien dijiste, tampoco es que tenga mucho trabajo jejeje… bueno y ¿cuanta gente se ha apuntado? C: Pues, aun no hemos cerrado el cupo, te lo diré mañana, antes de que comience el cursillo… y de verdad, gracias… M: De nada Cruz, además me apetece hacerlo, hace tiempo que no imparto un curso de primeros auxilios y mucho menos a militares, claro… 27/Feb/2006 23:06 Miraba a Eva quien la miraba desafiante, sabía que tenía razón, no había motivos para no hacer ese cursillo, realmente hasta le apetecía… E: Esta bien Eva… iremos a ese cursillo – de pronto calló en la cuenta, un cursillo de primeros auxilios lo daría un médico, su rostro volvió a palidecer ¿y si era ella quien lo impartiera? Si así fuera no iría, no podría enfrentarse de nuevo a ese sentimiento, con algo de angustia en la voz quiso salir de dudas – y… y quien… ¿Quién imparte el curso? EV: Pues no sé, ahí lo debe poner, trae – le arrebató el papel y lo leyó – la Doctora – su corazón comenzó a latir a mil por hora, definitivamente ni iría al curso – la doctora Laura Llanos – terminó de decir al fin, suspiró aliviada – Mira, Laurita va a ser nuestra profesora – dijo sonriendo. E: Si, es una suerte – y tanto que era una suerte, iría al curso con la tranquilidad de no verla… Andaban por los pasillos del hospital, Cruz la notaba extraña, pensativa, demasiado pensativa y eso le preocupaba… C: ¿Estas bien, Maca? – preguntó M: Si, claro, no me pasa nada, ¿Por? C: Pues porque te veo ahí como en tu mundo y no sé… M: ¿Nunca has tenido la sensación de tener la felicidad al alcance de tu mano y no saber como llegar a ella? – preguntó mirando a la nada C: Maca… no te entiendo, perdona – dijo confusa M: No te preocupes, son cosas mías… tonterías… - esbozó una sonrisa para no preocuparla. C: Mira, yo no sé si serán tonterías o no, pero lo que quiero que sepas es que puedes contar conmigo para lo que quieras, si necesitas hablar aquí estoy – hizo una pausa – sé que nos conocemos poco, pero me pareces una excelente persona y si puedo ayudarte… M: Lo sé Cruz, gracias… y bueno, voy a ir preparando el curso… Amaneció un día soleado, despejado, bonito, un día de ensueño para la estar en pleno invierno, salió de su casa y se dirigió al hospital, aún tenía que ultimar algunos detalles para el curso, tenía una sonrisa pintada en la cara y una sensación en el cuerpo que le decían que ese iba a ser un buen día… todavía no tenía en su poder la lista de los alumnos, y deseaba que en esa lista se encontrara su nombre… tenía que verla, necesitaba verla, ver sus ojos y adivinar en ellos lo mismo que ella sentía, aunque se lo negara, aunque no lo aceptara, si lo veía en sus ojos no lo importaría lo que dijera, pues sus ojos, preciosos, bellos, transparentes, eran incapaces de mentir, sabía que sus ojos le dirían la verdad como ya se lo dijeron el día anterior, y entonces, lucharía más que

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nunca por ella. Hacía horas que había despertado, tenía el horario fijo en el cuerpo pero además no dejaba de darle vueltas a lo mismo “¿Qué habría pasado si se hubieran besado?” “realmente eso era tan malo…” “¿Sentir lo que estaba sintiendo podría ser malo?” no, no era malo, no podía ser malo, pero era por una mujer por la que lo sentía, si se tratara de un hombre ni se lo pensaría, pero no era el caso, se trataba de una mujer… ¿Qué diría su familia? ¿Qué dirían sus amigos? ¿Qué pasaría con su carrera militar? Amigos suyos, militares como ella se habían declarado homosexuales y eso había sido casi el final de su carrera… era un mundo demasiado retrógrado, y siempre se les habían hecho la vida imposible… quizás eso era lo que más miedo le daba, perder todo por lo que había luchado, aunque ella tenía razón ¿Qué importaba que fuera hombre o mujer? Si ella quería estar a su lado, quería besarla, quería sentirla… pero no… no podía… no podía dejar que todo se fuera al garete por algo de lo que realmente no estaba segura… le había costado sudor y lágrimas llegar donde estaba… y no podía defraudarle… ahora no… a él no… Eva la sacó de sus pensamientos devolviéndola a la realidad, en media hora empezaría el curso y tendrían que prepararse, se levantó se duchó y se fueron ambas hasta el recinto donde se impartiría el curso, en un pequeño gimnasio dentro de las instalaciones. Pasaban cinco minutos de la hora de inicio y Laura no aparecía, Esther comenzaba a impacientarse… E: De verdad, ¿es que aquí nadie tiene sentido de la puntualidad? – preguntó mirando su reloj. EV: Hija mía, relájate un poco que solo han pasado cinco minutos… Al terminar de decir esto la puerta se abrió dejando paso a la doctora que venía revisando unos papeles, Esther estaba de espaldas a la puerta, no la vio entrar. M: Siento el retraso – dijo cerrando la puerta – enseguida comenzamos 28/Feb/2006 01:08 Reconoció enseguida su voz, se había vuelto inconfundible para ella, se giró creyendo que sería una equivocación pero no, allí estaba, delante de todos, enfrascada en aquellos papeles, sin levantar la vista, no sabía de su presencia, podría irse sin ser vista, no podía quedarse, pero aun así, su cuerpo no se movía… Levantó la vista para ver a sus alumnos, los miró a todos y cada uno de ello y allí estaba, un escalofrío recorrió su cuerpo, sus deseos se habían hecho realidad, la tenía frente a ella, mirándola, entre la gente… sus miradas se cruzaron y allí estaba, el miedo y el deseo… sonrió, no le hacía falta nada más, con una simple mirada ya lo sabía… Apartó su mirada, la dirigió hacia Eva, quien le hizo un gesto con el que le dijo que no sabía donde estaba Laura… tenía que salir de allí… consiguió a duras penas tomar el control de su cuerpo y comenzar a andar, Eva la miraba sin saber que le ocurría, intentó detenerla pero no pudo… llegó a la puerta y salió… estaba en el pasillo cuando una voz la detuvo… M: Esther, Esther – dijo intentando detenerla – espera Esther ¿Dónde vas? E: Me voy, este curso ha sido un error, no tenía que haber venido – intentó andar de nuevo pero Maca se lo impidió… la miró a los ojos, pensó que si seguía mirándola así no podría contener sus ganas y Maca lo sabía, lo veía… pero no… Esther tenía que acallar sus deseos – suéltame Maca… M: ¿Se puede saber que coño te pasa? – dijo ya algo enfadada E: Que… que no sé que haces tú aquí – espetó – se suponía que era Laura quien debía impartir este curso… no tú… M: ¿Y por eso te vas? – Preguntó - ¿Por qué yo doy el curso? E: Si – dijo contundente – porque no quiero verte… después de lo de ayer no quiero verte… M: ¿De que tienes miedo, Esther? – Preguntó ya más dulcemente - ¿De mi o… de ti? E: Yo no tengo miedo, solo que no quiero verte después de… M: Esther… que solo es un curso… no te voy a violar si eso es lo que te preocupa – dijo con algo de sarcasmo – creí que ya éramos bastante mayorcitas como para saber separar las cosas – cayó un segundo – mira, yo tengo que entrar, tú haz lo que quieras…

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Se dio media vuelta y sonrió triunfante, ya no tenía dudas, ella sentía lo mismo, solo tenía que encontrar el momento perfecto para dar el ultimo paso, ese paso que haría que ella no pudiera hacer más que aceptarlo de una vez. La vio entrar en el gimnasio, se quedó parada en medio de aquel pasillo, no quería irse pero tampoco quería entrar, su le corazón le pedía a gritos que entrara, que fuera a su lado, que aceptara de una vez lo que le pasaba, que se dejara de prejuicios estúpidos que no hacían más que torturarla, por el contrario su cabeza le decía que se fuera, que aquello no tenía sentido, que lo iba a tirar todo por la borda… y se iba a ir, tenía la intención de hacerle caso a su cabeza, pero una vez más sus piernas se pusieron en su contra e hicieron que volviera a entrar… Su sonrisa fue aun mayor al verla aparecer de nuevo… “¿te queda alguna duda, Maca?” No, claro que no… M: Bien, pues buenos días – dijo dirigiéndose a todos – soy la doctora Macarena Wilson, y voy a impartir este curso – la miró de nuevo – vamos a empezar si os parece por la respiración artificial y el masaje cardíaco, con este tipo de reanimación se pueden salvar muchísimas vidas…. Mientras Maca explicaba como debía realizarse aquella reanimación, Eva intentaba averiguar que es lo que había pasado pero al mismo tiempo comenzaba a imaginárselo… EV: ¿A donde ibas? E: Me iba, no quería quedarme aquí… EV: Pero ¿que te pasa con Maca? – Decía susurrando – llevas unos días que no quieres ni verla E: Eva, no es el momento – dijo molesta M: Bien, pues si nadie tiene ninguna duda, vamos a empezar, que cada uno de vosotros coja uno de los muñecos que tenemos allí y empezaremos a realizar la reanimación… Todos los allí presentes se agolparon alrededor de aquellos maniquíes, todos menos Esther que no se movió de su sitio, cosa que hizo que no encontrara muñeco al acercarse… M: Esther… no hay más muñecos – dijo acercándose a ella – si quieres me pongo contigo y te voy diciendo lo que tienes que hacer… 28/Feb/2006 17:35 No podía negarse, no delante de todos sus compañeros, no lo entenderían, y tal vez tampoco quería negarse a ello, quizás era el momento perfecto para saber que era lo que realmente le pasaba, saber si lo que sentía por Maca era real o no… M: Venga, Esther, túmbate ahí que vamos a empezar – dijo sin darle la oportunidad de negarse, sin dejarla pensar, pues si lo hacía, seguramente no conseguiría nada… Esther, sin hablar, sin pronunciar palabra y sin querer mirarla se tumbó en el suelo, Maca se arrodilló junto a ella… M: Bien, lo primero que tenemos que hacer – dijo mirando a todos los allí presentes, es estirar el cuello para que así el aire pueda pasar – con mucho cuidado, puso sus manos en la nuca de Esther haciendo que ésta echara su cabeza hacia atrás con una dulce caricia, una caricia que la hizo temblar, y Maca lo notó, sonrió, Esther cerró los ojos bajo ese contacto y en un acto reflejo se mordió el labio intentando acallar un suspiro involuntario que quiso salir de su boca – tenemos que asegurarnos – continuó – de que no existe ningún objeto que obstruya la garganta con el que el paciente pueda ahogarse, ya sea chicles, caramelos… una vez que nos hemos librado de ellos, colocaremos nuestros labios alrededor de la boca del paciente sellando totalmente su boca con la nuestra – miraba a todos los militares pero no la miraba a ella, aun no había llegado el momento de hacerlo, calló un segundo y continuó con la explicación – se darán dos insuflaciones una cada cinco segundo asegurándonos de que todo el aire pasa a sus pulmones… Había llegado el momento, el instante de poner en practica lo que acababa de explicar, con ella, con Esther, la miró a los ojos, ella correspondió a su mirada, se perdieron en ella durante unos segundos… poco a poco fue bajando su cuerpo, acercándose al de Esther, su boca cada vez estaba más cerda de ella… E: Maca… - suplicó en un susurro ahogado e inaudible… M: No digas nada – contestó también en un susurro – solo déjate llevar… Ambas sabían que no iba a ser una técnica de reanimación, y ninguna de las dos quiso que lo fuera, eran conscientes de que

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aquello sería el primer beso, un beso deseado y temido, un beso que por fin llegaba… Tímidamente Maca rozó los labios de Esther, para luego ir profundizando poco a poco en ese beso, abrió lentamente sus labios para alcanzar con su lengua el tesoro de su boca, Esther correspondía al beso, a ese beso que le estaba diciendo que ya no podría negarlo más, sentía la lengua de Maca jugando con la suya tímidamente al principio como si no quisiera llegar más allá para no incomodarle y fue ella quien intensificó el beso, llevaba negándoselo desde hacía días y ahora solo quería que el tiempo se detuviera y que ese beso perdurara por toda la eternidad…. Maca sentía las ganas de Esther, las ansias, el deseo, por un instante se olvidaron de donde estaban, se olvidaron de que no estaban solas, pero les daba igual, en ese instante todo les daba igual… Pero los fantasmas son traicioneros, aparecen en el momento menos indicado y en la cabeza de Esther aparecieron todos y cada uno de sus fantasmas, de sus miedos para decirle que estaba loca sin darle tregua alguna… se revolvió en el suelo intentando separar sus labios de los de Maca quien no quería terminar con aquel beso… la empujó levemente haciendo que se apartara de su cuerpo, la miró a los ojos, Maca entendió lo que ocurría, había tanto miedo en ellos que se quedó paralizada… Esther se levantó del suelo y como un rayo salió de allí… Cuando reaccionó Esther ya no estaba, pero tenía que hablar con ella, tenía que decirle que estaba con ella, que ella sentía también el mismo miedo que Esther, intentó salir detrás de ella pero alguien la detuvo… EV: Déjame a mi, Maca…- dijo cogiéndola del brazo – déjame que hable con ella – le dedicó una sonrisa que le dio a entender que sabía lo que pasaba y salió también del gimnasio en busca de Esther… 28/Feb/2006 21:18 Cuando llegó a las habitaciones la encontró nerviosa, de un lado para otro, no paraba de dar vueltas e incluso pagaba su enfado con objetos que volaban de un lado a otro del cuarto… se sentó en la cama esperando que dejara de lanzar cosas con el fin de que su integridad física quedara intacta, pero al ver que los minutos pasaban y ella no se tranquilizaba decidió levantarse y hacerla parar… EV: Ya esta bien ¿no? – Dijo con autoridad E: Eva, déjame… tu… tu no lo entiendes… suéltame EV: Lo entiendo mejor de lo que tú crees y no… no voy a soltarte hasta que te tranquilices y me cuentes que cojones te pasa E: Eva, por favor, déjame – suplicó al borde del llanto… EV: Venga cariño – suavizó la voz – siéntate aquí – se sentó con ella en la cama - es por Maca, ¿verdad? Esther la miró, asintió con la cabeza y comenzó a llorar sobre su hombro… E: Es que ella… yo… Eva esto no puede ser, Eva, no puede ser… - cada vez lloraba más desconsoladamente… EV: Shhh, tranquila, cariño, tranquila – intentaba que se calmara para poder hablar con normalidad – venga que no pasa nada… shhh… E: Eva es que… yo, yo, yo… EV: Tu te has enamorado de ella… - dijo sin que Esther se lo esperase, quien dejó de llorar en ese instante para mirarla a los ojos… E: ¿Que? No… yo no me he enamorado de ella… no… eso no puede ser… EV: Esther, deja de engañarte y no pretendas engañarme, te conozco y sé que es lo que estas sintiendo… lo que no entiendo es tu reacción… no sé por qué estas así… se supone que el amor tiene que ser algo que nos de felicidad y no algo que te cause esto… E: Pero, es que ella es… es… EV: Si, cariño una mujer, pero sigo sin verle el problema, si tu quieres estar con ella y ella contigo – la miró sonriendo – que se le nota un huevo que lo está deseando, no sé porqué te afecta tanto que sea una mujer… el amor no entiende de sexos… E: Es que no puede ser… no puede ser… a mi siempre me han gustado los hombres… - volvían a caer lágrimas por sus ojos… EV: Vale, siempre te han gustado los hombres pero ahora te has enamorado de una mujer… no sé, Esther, creí que no eras tan prejuiciosa la verdad y sería un error dejar pasar esto, si te mueres de ganas por estar con ella… solo hay que ver como os miráis… E: Eva no es eso… - dijo cortándola – reconozco que al principio me chocó y aún me choca un poco sentir lo que siento por una

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mujer… pero… pero no es eso… es… es otra cosa… EV: ¿Qué es, Esther? Si dices que eso no te importa, ¿entonces que es lo que no te deja ser feliz a su lado? 01/Mar/2006 00:35 E: Pues… por… por Alejandro… - dijo mirándola de nuevo… EV: ¿Alejandro? ¿y que tiene que ver Alejandro en todo esto? E: Pues mucho Eva, mucho… Llegó al hospital después de terminar lo que quedaba de curso, fue directamente a hablar con Cruz para decirle como había ido todo, aunque lo que más deseaba era ir a ver a Esther o en su defecto poder hablar con Eva para ver como estaban las cosas, así que tras mucho pensarlo se dirigió hacia allí, cruzó la verja, estaba ya a escasos metros de la puerta de sus dormitorios cuando él apareció… F: Maca, hola, ahora mismo iba a buscarte… M: Hola, Fernando, perdona pero tengo una cosa que hacer y… F: Tranquila, no que robaré mucho tiempo, anda ven, vamos a tomar un café… M: No, Fernando de verdad es que tengo algo urgente que hacer – intentó sonar convincente pero no fue así… F: Venga Maca, solo es un café, diez minutos, no te pido más – se aferró a su brazo y prácticamente la arrastró hasta aquella pequeña cafetería… M: Bueno, ¿Qué quieres? – dijo sentándose en una mesa F: Pues hablar contigo, saber como estas, como te tratan aquí… - sonreía al mirarla… M: Fernando – dijo cansinamente – ¿para esto me has hecho venir aquí? F: Si… bueno no… verás Maca, es que yo creo que nosotros aún podemos retomar lo nuestro… yo… yo te sigo queriendo Maca, y… si tú quieres aún podemos casarnos… M: Fernando, por favor, esto ya lo hemos hablado varias veces y yo… o no te quiero, te tengo mucho cariño, pero solo eso… no pidas más de lo que pueda darte… F: ¿Hay otra persona verdad? – preguntó bajando la cabeza… M: Si, si la hay – dijo dudando, sabiendo que quizás le estaría haciendo daño – aunque no sé si esa persona quiere estar conmigo… pero no puedo engañarte, estoy muy enamorada de esa persona… no de ti, Fernando, entiéndeme… F: Maca… si me dieras una nueva oportunidad… varías que aun queda algo de lo que hubo… ya sabes lo que dicen – insistía – donde hubo fuego… M: No quiero hacerte daño, te tengo mucho cariño y te quiero como a un hermano pero entre nosotros no va a haber nada, nunca más entiéndelo de una vez… y deja de buscarme – lo dijo con el mejor tono posible pero visiblemente molesta ante su actitud. F: Vale, está bien, te entiendo, pero yo no puedo borrar lo que siento por ti de un día para otro… - le cogió la mano, Maca la apartó, movió la cabeza y cambió de tema – por cierto, tu padre me ha dicho que cene con vosotros esta noche… espero que no te importe – dijo como avergonzado. M: No, no me importa, somos amigos ¿no? Además que tu y mi padre siempre os habéis llevado bien, normal que te invite a cenar – miró su reloj, se le había hecho más tarde de lo que creía – y ahora Fernando de verdad lo siento pero tengo que irme… Se levantó de la mesa, él la siguió y salieron juntos de la cafetería… 01/Mar/2006 14:03 Esperaba que Esther le explicara a qué se refería al citar a Alejandro en aquella situación, su memoria no lo recordaba, sin embargo

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Esther había rememorado una y otra vez lo que le pasó desde que se dio cuenta de que Maca era mucho más que una simple amiga… EV: Bueno, ¿me lo vas a explicar o tengo que averiguarlo yo solita? E: ¿es que acaso no te acuerdas? – preguntó como si aquello fuera imposible de olvidar EV: Pues no, que quieres que te diga, recuerdo a Alex pero como te he dicho no tengo ni idea de a donde quieres llegar. E: Vale, acuérdate del primer año de instrucción, cuando Alejandro nos dijo que le gustaban los chico… acuérdate de lo que pasó cuando se enteró toda la academia… ¿en serio no lo recuerdas? – La miró, Eva parecía que comenzaba a recordar, su gesto iba cambiando – Acuérdate de lo mal que lo pasó, casi lo echan de la academia solo por ser homosexual… ¿es que no te das cuenta que en este mundo esto aún es algo que no está permitido? Sé que no es normal, que eso no tiene lógica, pero hay que ser realistas, las cosas son así, este mundo es demasiado retrógrado, por eso esto no puede ser – dijo con lágrimas en los ojos de nuevo… EV: ¿Me estas diciendo que por esto vas a dejar escapar tu felicidad? – habló al fin – te creía más valiente, Esther, no puedes basarte en algo que pasó hace años, ahora las cosas son diferentes, vale, acepto que en ese sentido aún tienen que cambiar mucho las cosas aquí, pero no por ello tienes que tirar la toalla… E: ¿Pero es que no lo ves? Si doy ese paso me expongo a perder mucho, Alex estuvo a punto de perderlo todo por esto…. – hablaba ya más calmada. EV: Si, y mira donde está ahora… nada más y nada menos que General, Esther, ¡General! – Intentó hacerle ver que las cosas podían ser de una manera muy distinta de como ella lo veía – le costó, si, pero con esfuerzo todo se pasa, mira a donde a llegado, ¿ves como las cosas cambian? E: Pero Eva… EV: No, Esther, no tienes razón, si eso es lo único que te para, déjame decirte que eres tonta, va a ser duro, no te lo niego, pero no vas a estar sola, aparta tus miedo… vive tu vida sin importarte lo que los demás piensen… E: No es tan fácil, no en este mundo EV: Claro que no es fácil… ¿pero quien dijo que la vida fuera fácil? – Le acarició la cara – no dejes pasar esto, te lo mereces más que nadie, ya es hora de que realmente seas feliz- sonrió un poco –además juegas con ventaja… E: ¿A sí…? ¿Y cual es esa ventaja? EV: Pues que ella es la hija del Coronel, y supongo que él querrá la felicidad para Maca, querrá lo mejor para ella, y si tu eres esa felicidad, no creo que tengáis muchas pegas… E: Yo no estoy tan segura de ello… EV: Esther, piénsalo, analiza bien las cosas, pon en una balanza qué es lo más importante, olvídate de todo y de todos, piensa sólo en ti por una vez y no en el ejército, si has llegado hasta aquí es por que eres una persona fuerte, que se enfrenta a sus miedos, enfréntate a ellos de nuevo y verás como todo sale bien – le acarició la mejilla – no te estoy diciendo que lo grites a los cuatro vientos así de sopetón, solo que no lo dejes escapar… piénsalo – dijo mientras se levantaba – yo tengo que irme, pero recuerda, las cosas cambian, Esther, Alex es homosexual si, y un gran General, lo ha logrado y sé que tú también lo lograrás… Salió de la habitación con la esperanza de que sus palabras hubieran ayudado a su amiga, con la esperanza de haber conseguido transmitirle lo que quería y que ella lo había entendido, al salir vio a Maca que aparecía con Fernando; Maca la vio, se despidió rápidamente de Fernando y se acercó a ella… M: Eva, ¿Cómo está? ¿Está bien? EV: Si, está bien, confundida, pero bien, no te preocupes, dale tiempo – dijo tranquilizadoramente M: ¿Pero que ha pasado? – Estaba preocupada - ¿Qué te ha dicho? Eva le contó toda la conversación que minutos antes había mantenido con Esther, Maca agradeció sus palabras, vio en Eva una gran amiga y un gran apoyo para su niña, la niña que le estaba robando el corazón…

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EV: Dale tiempo para que recapacite, estoy segura de que lo entenderá… M: Gracias, Eva, muchas gracias – dijo abrazándola 01/Mar/2006 20:24 Llevaba dos días dándole vueltas a la cabeza, recordando todas y cada una de las palabras que Eva le había dicho… sopesando los pros y contras de esa relación, incluso había llegado a hacer una lista para tenerlos más claros y siempre llegaba a la misma conclusión… ¿para que seguir mareando a la perdiz? Había llegado el momento de hablar… Maca, por su parte, se había enfrascado mucho más en el trabajo durante esos dos días con el fin de no sentir la tentación de ir a buscarla, quería que lo pensara bien, que tomara su decisión sin agobios de ningún tipo, por eso había logrado a duras penas controlas sus ganas de ir a verla, deseando siempre que llegara el momento en el que Esther se presentara ante ella y le abriera su corazón sin temores… Llegó a la recepción del hospital, estaba nerviosa, las manos le temblaban, solo deseaba que pasara rápido, encontrarla cuanto antes y hablar de una vez… Salía de atender a un paciente cuando la vio allí, entrando hasta recepción, bajo la atenta mirada de Teresa que no le quitaba ojo, decidió impedir que la sometiera a su particular tercer grado, pues estaba visiblemente nerviosa… M: Esther – sonrió – hola, ¿Qué haces aquí? – preguntó E: Hola, Maca… quería hablar contigo… pero vamos que si estas muy ocupada ya volveré en otro momento – hizo ademán de irse pero Maca la detuvo… M: No, tranquila, ahora estoy libre, ven – le acarició levemente el brazo – vamos a un sitio más tranquilo… Mientras se dirigían hacia la sala de médicos, pensaban la una en la otra y se dedicaban tímidas miradas y alguna mínima caricia furtiva… M: Tu dirás – dijo cerrando la puerta… E: Uff… Verás Maca, yo quería decirte que… esto es más difícil de lo que me pensaba… - sonrió levemente – verás lo que pasó el otro día en el curso… yo… yo salí corriendo porque me dio miedo sentir lo que sentía – dijo de carrerilla M: Lo sé, Esther, no hace falta que me lo digas, lo noté, pero yo no quería incomodarte – decía con dulzura y pausadamente – a lo mejor me equivoqué, pero creí que tu también querías lo mismo, no sé… lo siento… no puedo decirte otra cosa… E: No lo sientas, Maca… por que no hay nada que sentir… y no… no me incomodaste… era solo que no supe como… ufff como reaccionar… pero yo… yo si quería yo… - no encontraba las palabras para decirlo claramente – también quería que me besaras… y… y quiero…quiero… Dioss… ayúdame… Maca interpretó esas ultimas palabras como una súplica para que se acercara, como una invitación a sus labios y así lo hizo, se acercó lentamente hasta ella, tomando su cara con sus manos, la miró a los ojos con dulzura y dejó un leve pero intenso beso en sus labios, beso que fue totalmente correspondido por Esther… M: ¿Te vale de ayuda? – preguntó en un susurro a escasos milímetros de su boca… E: Me vale – sonrió – no sabes cuanto – y acto seguido fue ella quien besó sus labios, dejándole claro a Maca que sus sentimientos eran totalmente correspondidos, que quería, deseaba y anhelaba más que nada estar con ella, besarla, sentirla… que sus miedos quedaban atrás… 02/Mar/2006 00:23 No muy lejos de allí en el despacho del Coronel, éste y Fernando hablaban animadamente con una copa de coñac en las manos… F: Pues que quieres que te diga Gerardo (nota: que digo yo que ya va siendo hora de ponerle nombre al coronel no??), la cena del otro día no fue nada mal, yo creo que aún tenemos posibilidades… G: Si, si, no te lo niego pero creo que las cosas entre tú y mi hija no avanzan nada – dijo serio F: Según ella está enamorada de otra persona, pero vamos que eso a mí poco me importa, ya sabes que ninguna mujer ha podido

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evitar sucumbir… – rió ante su comentario G: Bueno, eso de que mi hija esté enamorada… no sé yo… Maca tiene muchos pajaritos en la cabeza últimamente… F: ¿A qué te refieres? – preguntó con curiosidad G: Nada, nada, ya la conoces, tonterías suyas – no quiso decirle que Maca le había dicho que le gustaban las mujeres, eso sería una vergüenza para él – Tienes que conseguir que quiera casarse contigo de nuevo, ¿lo entiendes? – dijo serio – no puedes perderla de nuevo como lo hiciste aquella vez… F: Tranquilo, suegro – dijo con picardía – que esta vez me casaré con ella… yo soy el más interesado en eso… G: Eso espero, porque yo solo te quiero a ti de yerno no a otra persona… así que ponte las pilas Fernando que ya estás tardando demasiado… F: Te digo que no te preocupes, está todo controlado, yo sé que aun no me a olvidado del todo, tu déjame a mi que ya verás como lo consigo… - le guiñó un ojo. 02/Mar/2006 13:17 En el hospital Esther y Maca hablaban sentadas en el sofá, abrazadas, prepesándose dulces, tiernas y castas caricias la una a la otra… M: Oye, Esther… ¿Tu estás segura de esto? – preguntó preocupada al recordar la conversación que tuvo con Eva… E: Claro que lo estoy, si no, no estaría aquí – sonrió, le dio un pequeño pico y se acomodó en su hombro – ¿por que lo dices? M: No sé, por que quiero que estés bien segura, supongo, esto va a ser duro… y más donde estamos… E: Ya lo sé, ¿que te crees que no lo he pensado? – dijo seria pero dulce – pero siento que lo podremos superar ¿no? – le dedicó una sonrisa con la que Maca se derritió… M: Si, claro – miró su reloj – oye, a mi me queda una hora de turno y va siendo hora de que haga como la que trabaja… pero… ¿te apetece cenar conmigo esta noche? En mi casa… si puedes claro… E: Si, si que me apetece… y yo también me voy a tener que ir – le dio un ultimo beso y se levantó - ¿a que hora quedamos? M: ¿A las nueve te viene bien? E: Perfecto… Se despidieron de nuevo, Maca la acompañó hasta la puerta, volvió dentro y Esther se fue de nuevo hacia su barracón, aún quedaba tiempo para la cena, así que decidió, como no, entrenar un poco, era algo que le relajaba y de alguna forma tenía que sacar todo el estrés que se había acumulado en su cuerpo en los últimos días… A las nueve de la noche, como un clavo y como bien había dicho Maca, se encontraba en la puerta de la casa de ésta, quien le abrió y esperó que estuviera dentro para saludarla con un beso un poco más apasionado que los de antes. La cena transcurría con normalidad, hablaban mucho, se reían bastante, se besaban de vez en cuando sin poder ocultar las ganas que tenían de hacerlo, el ambiente que se había formado era algo mágico… M: Oye y ¿como es que te hiciste militar? – Preguntó bebiendo de su copa – no sé no tienes cara de soldado la verdad – rió E: ¿A no? ¿Y según tú de que tengo cara? M: Pues no sé, si te hubiera conocido en otro lugar, seguro que habría pensado que eras profesora o enfermera… o algo así… claro, siempre que no sacas al pitufo gruñón que llevas dentro… E: Oye… - le dio un golpe en el brazo mientras reía – un poco más de respeto… M: Jajaja Si es verdad… - la besó – pero a mi me encanta – la volvió a besar – Mmm ahora en serio, ¿Por qué soldado? E: Pues verás, mi padre era militar, el mejor militar del mundo – sonrió al recordarlo – cuando yo era pequeña siempre me estaba

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disfrazando con sus uniformes, él siempre le dijo a mi madre que si tenían un hijo quería que fuera militar como él, siempre quiso que un hijo suyo siguiera con su tradición… recordaba a su padre con un cariño especial – pero no tuvieron varones, así que dejó a un lado esas ideas, porque decía que una mujer lo tenía más difícil – Maca l miraba embobada, le encantaba ver así a Esther – no es que pensara que las mujeres no servíamos para esto, pero sabía lo machista que es este mundo… en fin… que al final se lo quitó un poco de la cabeza, aunque yo sé que siempre tuvo la esperanza – de pronto su rostro se entristeció, Maca al notarlo le acarició la mano como dándole fuerzas para que continuara hablando – la cosa está en que cuando yo tenía catorce años, mi padre murió en acto de servicio, y yo desde ese día decidí que sería militar, que cumpliría su sueño… M: Ahora entiendo tu dedicación – dijo sonriendo y acariciando sus manos E: Si – sonrió también – Es que este mundo no es fácil. Y mucho menos siendo mujer, así que tenemos que esforzarnos más, y así lo hago, me esfuerzo bastante y pongo toda la carne en el asador, Eva dice que estoy obsesionada queriendo ser la perfecta soldado – rió, Maca la miró con dulzura – pero es que quiero que se sienta lo más orgulloso posible de mi donde quiera que esté, no quiero defraudarle… De pronto el rostro de Maca cambió, en su cabeza un montón de pensamientos se agolparon en ella sin previo aviso, su mente voló al momento en que le confesó a su padre que era lesbiana y entonces lo vio claro, no podía hacerle esto, no podía ser tan egoísta, sabía que si alguien se enteraba de ello Esther lo pagaría caro, muy caro, pues tenía la certeza de que su padre le haría la vida imposible, y eso ella no lo podía permitir, conocía a su padre, sabía como era, sabía qué represalias podría tomar y no podía permitirlo, no podía dejar que aquello pasara, aunque le doliera, aunque se le partiera el alma… Esther no se lo merecía, no quería verla sufrir, eso no se lo perdonaría en la vida… M: Esther – dijo en un hilo de voz, mientras se levantaba de la mesa y se alejaba de ella – verás… yo… yo creo que esto es un error… que nos hemos precipitado… será mejor que lo dejemos…. 02/Mar/2006 21:38 E: Espera, espera – se levantó y se acercó a ella – ¿Qué quieres dejarlo? ¿Pero porqué? Si casi no hemos empezado… M: Por eso mismo, Esther, dejarlo antes de que esto vaya a más, dejarlo antes de que nos hagamos daño… E: No lo entiendo – la cortó – hace un momento estabas bien, estábamos bien… no sé que ha pasado… ¿he dicho algo que te moleste? – preguntó visiblemente confundida… M: No, no… tu no has hecho nada es solo que… que… E: Que, Maca ¿Qué pasa? M: Pues que soy una egoísta, que solo he pensado en mí sin mirar las consecuencias de esto… yo… yo no puedo hacerte esto, Esther, no me lo perdonaría… E: ¿Pero hacerme qué? Te juro que no entiendo nada – empezó a ponerse algo nerviosa… M: Pues esto, poner en juego tu carrera por estar conmigo… mi padre… mi padre si se entera lo pagará contigo, lo sé y yo no pienso permitir que eso ocurra, enriéndelo, por favor – dijo con gran dolor, pues separarse de ella, aunque pensara que era lo mejor le dolía demasiado. E: ¿Y mi opinión no cuenta para nada? – Dijo acercándose más a ella – estamos juntas en esto, ¿recuerdas? Estamos juntas porque ambas queremos que así sea – calló un segundo – además ¿no eras tu la que decía que tenía que dejar a un lado mis miedos? M: No es lo mismo, Esther… E: Si, si que es lo mismo – dijo ya más seria – no sabes lo que me ha costado aceptar esto y ahora que lo hago ¿eres tú la que tiene miedos? M: Esther, mi padre nunca aceptó ni aceptará que me gusten las mujeres y si encima se entera de que estoy contigo serás tú la perjudicada… joder y no quiero que ocurra eso – unas lágrimas comenzaban a asomarse por sus ojos – si se entera y lo paga contigo no me lo perdonaría… E: Es que no tiene porqué enterarse – dijo dulcemente – no por ahora, y si se entera lo enfrentaremos juntas, yo quiero estar contigo, Maca, es algo que ahora mismo tengo muy claro y lo demás me da igual… pero… pero si tu quieres que lo dejemos… – también comenzaban a correr lágrimas por sus ojos – yo… yo no puedo obligarte a estar conmigo… – se dio la vuelta, recogió sus

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cosas y se acercó a la puerta para salir de esa casa… M: Esther, espera – dijo llegando hasta ella, mirándola a los ojos – no te vayas, quédate – suplicó… 03/Mar/2006 00:31 E: ¿Qué quieres? Maca, para que quieres que me quede… ¿No me acabas de decir que quieres que lo dejemos? – estaba muy confusa, no sabía que era lo que Maca quería… M: Si… digo no… - se estaba haciendo un lío – quiero decir que si que lo he dicho pero que me arrepiento de haberlo hecho, Esther, cariño, tienes razón… soy una idiota… me he dejado llevar por el miedo - se iba acercando poco a poco E: Dios, maca, me estas mareando ¿sabes? – dijo medio enfadada y medio feliz – primero me besas sin que yo me lo espera, me dices que me enfrente a mis miedos, cuando consigo aceptar esto y pasar del mundo entero me dices que es lo mejor que te a podido pasar, unas horas más tarde vienes y me dices que quieres que lo dejemos y ahora me vuelves a decir que quieres estar conmigo… Maca… M: Si, si ya lo sé, soy una imbécil, yo no suelo ser así, la verdad es que no soy así, pero lo que siento por ti es muy fuerte, nunca lo había sentido por nadie y que quieres… estoy acojonada – dijo en un susurro Esther se acercó de nuevo a ella, levantó su cabeza y la besó dulcemente en los labios… E: Yo también lo estoy, pero mejor que lo afrontemos juntas… unidas… M: ¿Estas segura? E: Más que nunca – dijo contundentemente… Se besaron de nuevo, en un beso dulce, tierno donde ambas olvidaron sus temores, entregándose a ese roce de labios que se fue convirtiendo en un beso más apasionado, cada vez más apasionado… sin dejar de besarse fueron andando como pudieron hasta el sofá, donde Maca tumbó cuidadosamente a Esther, quien la miraba con ojos de deseo… 03/Mar/2006 14:06 Los besos cada vez iban siendo más profundos, más húmedos, más y más pasionales… Maca pasó de los labios al cuello de Esther dejando en el camino un reguero de besos que iban aumentando la respiración de su chica, cada vez más agitada, mas excitada…las manos de Esther se posaron en la espalda de Maca, subiendo y bajando lentamente por ésta haciendo que a Maca se le escapara un gemido de placer al sentir sus manos, sus caricias sobre su cuerpo… poco a poco Maca comenzaba a acariciar el cuerpo de Esther sobre la ropa, bajando con cuidado hasta el final de su camiseta y levantándola poco a poco mientras con sus labios buscaba ya desesperada la boca de Esther quien al sentir las manos de Maca directamente en su piel sintió un escalofrío, un calambre que la recorrió de los pies a la cabeza… dejó de besarla para mirarla a los ojos, perdiéndose en su mirada una vez más y siendo consciente de que no quería ser encontrada de nuevo. Maca acarició sus pechos, lentamente al principio, con suavidad, fue bajando hasta ellos para besarlos, acariciarlos, mordisquearlos… cada vez con más pasión, excitándose mucho más con los gemidos de su chica… Las manos de Esther bajaron por su espalda hasta sus nalgas atrayéndola más hacia ella, queriéndola sentir más cerca, con más fuerza… De pronto Maca se detuvo en su camino cuando sintió que las manos de Esther llegaban al botón de su pantalón… M: Si sigues por ahí no voy a poder parar – dijo con voz ronca, ya muy excitada E: Yo no quiero que pares – contestó igualmente excitada… Sonrió y sin decir una palabra más se separó de ella, extendiéndole su mano e invitándola a acompañarla… entre abrazos y besos llegaron a la habitación, cayendo las dos sobre la cama, sonde dieron rienda a la pasión contenida, donde sus respiraciones se convirtieron en gemidos y gritos de placer… donde tocaron el cielo al sentir ambas un orgasmo deseado… M: ¿Estas bien? – preguntó dejando un dulce beso en sus labios y estrechándola contra ella… E: Mejor que nunca – sonrió – ha sido… ufff – suspiró – nunca he sentido algo igual… M: Yo tampoco, mi niña…

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Entre besos y caricias se quedaron dormidas, abrazadas la una contra la otra, casi no pasaba el aire entre ellas, con una sonrisa de satisfacción en sus caras y sabiendo que a partir de ahora todo lo que viniera serían capaces de superarlo… A las cinco menos cuarto de la mañana, Esther se despertó algo sobresaltada, al verla dormida sobre ella sonrió de nuevo, estaba tan preciosa dormida así… se levantó intentando no despertarla y comenzó a vestirse, se estaba poniendo ya los zapatos cuando sintió que alguien la abrazaba por la cintura M: ¿Dónde vas? – dijo besando su cuello… E: Tengo que irme cariño… en quince minutos tengo que estar en planta – decía intentando acallar los gemidos que nuevamente Maca comenzaba a causarle… M: ¿y no puedes quedarte un poco más? – preguntó juguetona, intentando de nuevo quitarle la camisa… E: Mmmm Me encantaría… pero…mmm…no puedo, cariño – dijo con la voz entrecortada… M: Bueno… pero esta noche no te libras – sonrió dejando un beso sobre su hombro… E: Ni yo quiero librarme – se dio la vuelta y besó sus labios – anda, duérmete un poco más… luego te veo – y salió de allí con fuerzas renovadas, con una felicidad pasmosa, y una sonrisa que no era capaz de borrar y dejando a Maca del mismo modo que se tumbó de nuevo en la cama y se durmió recordando esa primera noche de pasión que acababa de compartir con la que sabía que era la mujer de su vida… 03/Mar/2006 18:16 Los días iban pasando a una velocidad escalofriante, sin dar apenas tregua a nuestras dos chicas que cada vez estaban más unidas, más felices… cuatro maravillosos meses habían pasado desde ese primer encuentro, cuatro meses en los que pasaban todo el tiempo que les era posible juntas, queriéndose, descubriéndose, amándose, haciendo que su relación se asentara cada vez más, que se hiciera más fuerte… solo habían dos personas que conocían ese secreto, Eva y Cruz, que se habían convertido en confidentes, amigas de ambas y encubridoras cuando era necesario, no era fácil, eso es cierto, pues llevar una relación en el más absoluto de los silencios tenía sus desventajas y más de una vez tuvieron alguna pelea por ello; Maca lo llevaba mal y Esther no lo llevaba mejor, pero sabían que no podían hacer nada, no por el momento, así que continuaban con ese amor clandestino, robándole minutos al tiempo para estar juntas, pero todo era recompensado cuando pasaban las noches juntas, cuando se escapaban un fin de semana para vivir su amor en libertad… eran felices… nadie podía negar eso… y nadie podría arrebatarles esa felicidad… El Coronel comenzaba a desesperarse por los pocos avances de Fernando con su hija y comenzaba a sospechar que Maca tenía algo con alguien, cosa que lo martirizaba, pues el solo hecho de pensar que su hija estaba con una mujer le ponía de mal humor, no acertaba a averiguar quién podría ser, aunque lo cierto es que tenía que reconocer que veía a Maca como nunca antes la había visto, feliz, increíblemente feliz, siempre de buen humor, siempre con una sonrisa, incluso había comenzado a aceptar a Begoña, aún así, no estaba dispuesto a consentir que su hija estuviera con una mujer… Fernando, por su parte, se lo tomaba con más calma, tenía la certeza de que pronto caería y por eso no se preocupaba demasiado, notaba a Maca distinta y pensaba que era por él, ya que en cuanto tenía un momento se acercaba a ella para hablarle de lo mismo, para intentar conquistarla de nuevo, y aunque siempre se encontraba con un rechazo, y sabiendo que posiblemente Maca estaba con alguien (un hombre, pensaba él), no se daba por vencido, flores, bombones, visitas inesperadas al hospital… hacía todo cuanto podía para estar cerca de ella… Ni que decir tiene que esto a Esther no le gustaba ni un pelo y provocaba que sus celos se revelaran, celos que Maca se encargaba de ahuyentar haciéndole saber que no quería nada con él, que solo quería estar con ella y que siempre rechazaba a Fernando, ninguna de las dos entendían porqué se comportaba así, por qué no la dejaba en paz de una vez, pero intentaban no pensar en ello demasiado, no querían que los momentos juntas se les amargara por su culpa… Aquella mañana Maca había ido a ver a su padre, quien estaba reunido y tras la puerta había podido oír una conversación que la dejó boquiabierta, cuando habló con él no quiso preguntarle… al salir de allí vio a Esther correr junto con sus compañeros, se quedó embobada mirándola, le encantaba verla así, tan seria, tan entregada a ello, tan linda, con ese uniforme que le traía loca… sonrió, cogió su móvil, aun sabiendo que no lo vería hasta varias horas después, no podía esperar, le mandó un mensaje… “Hola mi amor… ¿sabes que me encanta verte tan concentrada? Y con ese uniforme…mmm…. Por cierto, esta tarde arréglatelas como puedas, te quiero solo para mí… tenemos que hablar, hay algo que tengo que decirte. TQ. Maca.” 04/Mar/2006 00:02

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Un par de horas más tarde, Esther miraba su móvil y descubría el mensaje de Maca, sonrió al leerlo, pero también se quedó un poco preocupada con lo que él decía pues… ¿de qué tendría que hablar Maca con ella? ¿Habría pasado algo? Se duchó y se vistió de nuevo, hizo algo de tiempo esperando a que Maca terminara el turno y después fue a su casa, al llegar, Maca la esperaba con una botella de champán bien fría, dos copas encima de la mesa y una luz tenue en la habitación… E: Hola, mi niña – se acercó y la besó - ¿y esto? – dijo señalando la mesa… M: Esto es, por ti – la besó también – porque eres lo mejor que me ha pasado – la volvió a besar – y por que hoy tenemos que celebrar algo muy importante – la besó de nuevo profundizando más en ese beso E: Mmmm me encanta que me beses así – dijo susurrando – bueno y ¿que es eso tan importante que tenemos que celebrar? M: Pues verás – le cogió la mano – ven siéntate aquí conmigo, esta mañana he ido a hablar con mi padre – se acercó a ella de nuevo, juguetona, sonriendo, le besó el cuello – y he escuchado una conversación que ha tenido… – seguía mordiéndole el cuello E: Maca… jajaja para…– se separaba – venga suéltalo ya que me tienes en ascuas – la empujaba suavemente… M: Vale… hija no dejas ni que te bese – dijo pícaramente E: Si que dejo que me beses, cariño, pero es que le estás dando muchas vueltas a esto y no me cuentas nada – se hacía la ofendida – así que dímelo de una vez… M: Bueno – se levanto y fue a por las copas – pues lo que te decía, resulta que fui a ver a mi padre y escuché algo… E: Eso ya lo has dicho, Maca por favor – se desesperaba M: Vamos a ver… aún no es oficial eh… pero… mi vida… que… que te van a ascender – dijo con una gran sonrisa en la cara y dándole una de las copas a su chica… E: ¿Qué? – Se levanto con los ojos abiertos - ¿Qué me van a ascender? – Se abalanzó sobre ella tirando el champán que tenía – ¡eso es genial! No me lo creo, ¿me lo estas diciendo en serio? M: Totalmente en serio, mi amor, te lo comunicarán en un par de días – le cogió la cara y la besó con ganas – no sabes lo orgullosa que estoy de ti… te quiero mi niña… E: Diosss – dijo dando saltos – yo sí que te quiero a ti Se volvieron a abrazar, a besarse, a prodigarse caricias nuevas, a demostrarse lo mucho que se querían, a dejarse arrastras de nuevo por esa pasión que casi llegaba a consumirlas, celebrando ese ascenso como mejor sabían, amándose hasta quedarse sin aliento. 04/Mar/2006 18:35 Como bien dijo Maca, un par de días más tarde, el Coronel en persona le notificaba a Esther su ascenso, cosa que alegró enormemente a todos sus compañeros, todos la felicitaban, la abrazaban, pues si alguien se merecía ese ascenso esa no podía ser otra que ella… sin embargo, había una persona en aquella base que no estaba para nada de acuerdo con esa decisión… - Ese ascenso debía haber sido para mí y lo sabes, Gerardo – dijo muy enfadada G: Peor ¿como pretendes que te ascienda si no haces ningún mérito para que eso pase? – la miró – además, Begoña, ¿tengo que recordarte que rango tienes? Solo eres una soldado raso… B: Ya, y ahora resulta que tengo que estar bajo las órdenes de esa mosquita muerta ¿no? G: Pues mira, si – dijo contundente – y más te vale que obedezcas las órdenes, por que no quiero que tengamos problemas B: Venga, cariño – dijo con el tono más dulzón que pudo poner – me vas a decir que no vas a hacer nada para que no tenga que estar bajo sus órdenes – se acercaba a él, mimosa… G: no, Begoña, no… tú vas a tener que actuar como el resto de los soldados, no voy a permitir que levantemos sospechas ni que te aproveches de nuestra relación… B: Pero cariño… si podemos hacer algo…

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G: He dicho que no, Begoña – dijo ya algo enfadado – y ahora déjame que tengo cosas que hacer… Begoña se apartó de él, mirándolo con furia, pues lo que ella tenía pensado cuando inició esa relación no se estaba cumpliendo… no solo no había logrado ascender sino que ahora su superior directo era esa niñata a la que no tragaba y con la que no se llevaba nada bien… salió del despacho de su “novio” dando un sonoro portazo… B: ya me encargaré yo de que ésta pierda su puesto – dijo entre dientes mientras se dirigía a la salida… 04/Mar/2006 21:34 Ajenas a todo lo que ocurría a su alrededor Maca y Esther disfrutaban como siempre de su día libre, normalmente intentaban que cuando una tenía libre la otro también lo tuviera, aunque a veces era difícil, pero ese día lo habían conseguido, habían planeado pasar el día en la sierra, pero el tiempo no acompañaba y se tuvieron que conformar con pasar el día en casa de Maca, tranquilas, viendo una película y demostrándose su amor una vez más… Estaban en silencio, abrazadas, Maca acariciaba el pelo de su chica mientras ésta jugaba a dibujar extrañas formas en su rodilla, sin hablan, no hacían falta palabras, estaban a gusto así… M: Adoro tus silencios – dijo rompiéndolo con su voz E: ¿Y eso? – preguntó con una sonrisa pintada en la cara M: Por que nadie me había gritado tantos “te quiero” sin pronunciar una sola palabra – dijo besándola dulcemente… No dijo nada, simplemente la miró a los ojos y como Maca dijo le gritó un te amo que solamente ella pudo escuchar, la besó de nuevo, comenzando a profundizar en ese beso, comenzando una nueva batalla… pero el sonido del timbre las hizo volver a la realidad… E: Mmmm no, no, no… dime que no esperas a nadie – dijo decepcionada por la interrupción… M: No espero a nadie, mi amor, pero anda, déjame ir a ver quien es – se levantó –seguro que son Cruz o Eva… las voy a matar… Salió del salón y a los pocos segundos volvió a entrar algo nerviosa M: Es Fernando, mi amor… E: ¿Cómo que Fernando? ¿Y que coño quiere ahora? – dijo levantándose del sofá, también nerviosa M: No lo sé, pero no te preocupes, no pasa nada – intentaba tranquilizarla… E: ¿Qué no pasa nada? Joder y como le explicamos que yo esté aquí y así – dijo señalando el albornoz que llevaba el cual era la única prenda que cubría su cuerpo – no me da tiempo a cambiarme – el timbre sonó de nuevo, insistentemente – yo me escondo – y salió pitando hacia el pasillo… Maca no pudo hacer más que reírse de la situación auque también estaba algo molesta por ella, volvió a la puerta y saludó secamente a Fernando quien como si estuviera en su propia casa entró sin ser invitado a ello… 04/Mar/2006 23:20 M: Fernando ¿Qué quieres? – dijo casi desesperada F: Nada, solo quería hablar contigo M: Ya… pero es que me pillas en mal momento… mejor hablamos otro día – se dirigió a la puerta… F: No, es mejor que hablemos ahora – dijo deteniéndola – verás Maca, sé que estas con alguien y… M: Como… ¿como sabes eso? – preguntó con miedo a su respuesta… F: Pues, hombre, Maca, esas cosas se notan… no sé desde hace meses te veo más… feliz… diferente… ese hombre tiene que estar haciéndote muy feliz…

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M: “¿Hombre?”… si, si claro –suspiró aliviada – me hace muy feliz… F: Ya, la verdad es que me alegro… aunque… - se acercaba peligrosamente a ella – creo que conmigo lo serías más… M: Fernando – se iba hacia atrás – ya hemos hablado un millón de veces de esto… ¿es que no te cansas? ¿No ves que lo nuestro ya terminó y que no se va a volver a repetir? F: Maca, venga, que nos conocemos… yo sé que aún sientes algo… E: ¿Pero este de que va? – Pensaba, mientras escuchaba desde otra habitación toda la conversación – Será imbécil – se giró y calló al suelo una caja que había encima de una mesa F: ¿Qué ha sido eso? – preguntó tras escuchar un fuerte golpe que provenía del dormitorio M: Un gato – dijo rápidamente – un gato que… lo encontré el otro día y me dio pena, parecía estar abandonado… y Fernando de verdad, acéptalo de una vez, no te quiero, entiéndelo, no voy a volver contigo… F: Eso ya lo veremos, Maca – dijo ya algo molesto tras tantos rechazos M: Mira, Fernando, te voy a ser sincera, y muy clara, a ver si ya de una vez por todas te queda claro… No quiero que me busques, no quiero que me molestes, no quiero nada contigo, ¿lo entiendes? NO TE QUIERO… F: Hay Maca, Maca, Maca… la que no lo entiendes eres tú – dijo serio – tú y yo estamos destinados a estar juntos – se acercaba cada vez más – y tú… acabarás casándote conmigo M: Mira, Fernando, no hagas que pierda la poca paciencia que me queda… DEJAME EN PAZ – comenzó a elevar el tono – estoy muy bien con quien estoy, mejor que nunca, y no voy a dejar a esa persona por ti, que te quede claro… y ahora si me disculpas – dijo abriendo la puerta – tengo cosas que hacer… F: Esto no acaba aquí, Maca, no me voy a dar por vencido, sé que volverás a mí… M: Muy bien, espérate sentado no te vayas a cansar... Y dicho esto cerró la puerta, Esther, al oírlo salió de su habitación con cara de pocos amigos, cruzó los brazos y la miró seriamente… E: ¿Y este de que va? M: Cariño, ya sabes como es, no le hagas caso – dijo restándole importancia al tema… E: ¿Qué no le haga caso? Maca, por favor, si es que no nos deja ni a sol ni a sombra… M: Ya lo sé, mi amor, pero ¿Qué quieres que le haga? Ya le he dicho que no tiene nada que hacer conmigo, pero sigue insistiendo… E: ¿Qué que quiero que le hagas? Joder Maca, pues decirle las cosas clara de una puñetera vez – dijo enfadada… M: ¿Pero es tu estas sorda? – También comenzaba a enfadarse ante la actitud de su chica – ¿no has oído lo que le he dicho? E: No me estoy refiriendo a eso… y a mí no me hables así… M: ¿Y a qué se supone que te estás refiriendo…? E: Joder… pues que le digas de una puta vez que te gustan las tías… seguro que así te deja en paz… M: Perdona, pero yo no tengo por qué decirle nada a nadie sobre si me gustan las tías o los tíos… E: A no… claro… no puedes decirle nada… pues ya me dirás como cojones quieres que te deje en paz si no le dices toda la verdad – estaba ya muy enfadada – además que yo no lo aguanto más… o se lo dices tú o… o… M: ¿O qué, Esther? ¿Qué? ¿Se lo vas a decir tú? – la miró desafiante… E: Pues mira, a lo mejor, sí… - fijó sus ojos en ella con la misma expresión

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M: Esther, de verdad que no te soporto cuando sacas al pitufo gruñón E: ¿Y quién te ha pedido que me soportes? Y deja de una puta vez de llamarme así… M: Nadie, no me lo ha pedido nadie – no medía sus palabras – es más, es que no tengo porqué aguantarte… E: Pues no me aguantes – dijo también sin medir las suyas… M: Pues no lo haré… E: ¡Pues bien! M: ¡Pues vale! Y dicho esto, Esther volvió a adentrarse en el pasillo para cambiarse de ropa y salir de allí tras esa discusión, con un sabor amargo terminó de vestirse con lágrimas en los ojos, mientras Maca se sentaba en el sofá con sus manos tapándole la cara intentando que las lágrimas que luchaban por salir no lo hicieran y con una sola pregunta en su cabeza, la misma que tenía Esther “¿Era eso una ruptura?” “¿Acababan de romper por lo que parecía una tontería?” 05/Mar/2006 17:43 Al volver al salón y encontrarla en aquél estado algo dentro de su cuerpo se movió, se quedó quieta en medio de aquella sala, como esperando un gesto, una mirada de Maca que no llegó, se dio la vuelta y se encaminó a la puerta… Estaba sentada en el sofá, las lágrimas habían logrado salir y ya recorrían sus mejillas, la sintió, sintió que entraba en el salón, sintió como la miraba, pero ella era incapaz de mirarla, no quería que la viera llorar, nunca le gustó que le vieran así, sin embargo decidió que tenía que hacer algo, se dio la vuelta y vio como Esther se dirigía a la puerta, ni un gesto, ni una mirada… nada… ella no vio nada Llegó a la puerta, tenía que irse, pero ¿realmente quería? No, no quería irse de allí, así que volvió silenciosamente al salón… E: Maca… – dijo con cautela – Maca yo… M: No, no, Esther - se levantó rápidamente – no digas nada, deja que hable yo – se acercó – yo… yo lo siento, mi vida, de verdad que lo siento, no quería decir eso… perdóname, por favor… E: No, Maca, perdóname tu a mí, yo si que no tenía que haberte dicho nada, mi amor, yo si que lo siento, pero es que esto me está superando, mi vida, no aguanto a ese tío más… M: Ya lo sé, cariño, yo tampoco lo aguanto… y tienes razón… tengo que hablar con él, pero es que si lo hago querrá saber quien eres, lo conozco, cariño y lo averiguará y… y entonces todo se irá a la mierda… E: Cariño, creo que ya me da todo igual – la miraba – yo solo quiero estar contigo, pero… es que… Maca no podemos seguir así… M: Ya lo sé, Esther, ya sé que no podemos seguir así, a mi también me está superando todo esto… no sabes las ganas que tengo de poder gritarle al mundo entero cuanto te amo mi vida… E: Y yo, mi amor, yo también… y creo que… creo que ha llegado el momento de que lo digamos… M: Pero Esther, ¿tu carrera? – dijo ya abrazada a ella y acariciándole la cara… E: Mi amor –la besó – mi carrera no es nada comparado con lo que tú me das – la besó de nuevo… M: Vale, está bien, lo diremos, pero… pero vamos a esperar un poco… solo un poco más – dijo rápidamente al ver la mueca de su niña – vamos a hacer las cosas bien ¿vale? E: Uff… Está bien, como tú quieras – sonrió por primera vez después de todo lo que pasó – pero que sea pronto… M: Te lo prometo – sonrió también – será muy pronto. Y de nuevo se besaron, en un beso apasionado…un beso que dejaba claro que querían más, que necesitaban más…Esther comenzó a introducir sus manos por debajo de la camiseta de Maca, llegando a sus pechos, acariciándolos suavemente, mientras

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Maca llegaba hasta sus nalgas atrayéndola hacia ella… Como pudieron llegaron a la habitación, donde fue Esther la que tomó el mando, quería ser ella la que llevara las riendas y Maca no se lo iba a impedir… poco a poco Esther fue desnudando a Maca, sin prisas, despacio, sabiendo que de ese modo aumentaría la desesperación de su chica y con ello su excitación… de nuevo la besó en los labios, jugando con su lengua mientras sus manos acariciaban sus pechos… y Maca acariciaba su espalda, llevándose con ella la camisa de Esther que en un momento caía al suelo, dejó su boca para pasar a su cuello y del cuello a su pecho en el que se entretuvo lamiéndolo, dejando besos húmedos en él… y Esther gemía… y Maca continuaba dejando pequeños mordiscos en sus pezones… Esther bajaba lentamente la mano acariciando cada poro de su piel y llegando por fin a su objetivo principal, su sexo, provocando que Maca gimiera sin control mientras ella le daba movimiento su mano, de repente paró… M: Que…que haces… no pares…no pares… - dijo entre gemidos E: Tranquila mi vida… que te va a dar algo – dijo pícara... M: Esther… ufff… por favor… - suplicaba mientras intentaba que continuara. E: Prométeme que no me volverás a llamar pitufo gruñón – dijo con una medio sonrisa… M: Uff Esther, cariño…por favor siguee – decía con la voz ronca… E: Yo sigo mi amor, mira… - introdujo uno de sus dedos provocando en Maca una convulsión… pero rápidamente volvió a parar – yo repito esto… si tu me lo prometes… M: Te lo prometo, te lo prometo, mi amor te lo prometo pero sigue… Y Esther siguió, continuó introduciéndose dentro de ella, haciéndola suya una vez más, haciendo que llegara al cielo en sus manos, provocándole un nuevo y placentero orgasmo; un orgasmo que minutos después sintió ella gracias a Maca… Estuvieron largas horas amándose hasta que el sueño las venció y así, desnudas y abrazadas se dejaron llevar al mundo de los sueños… 05/Mar/2006 23:56 Había pasado tan solo una semana desde aquella dulce reconciliación, Maca estaba en el hospital, iba de un lado para otro realizando llamadas con su teléfono móvil sin parar… ese día no había visto a Esther, no había tenido tiempo… bueno, lo cierto es que desde esa tarde, la semana anterior, no habían tenido mucho tiempo para verse, cosa que hacía que las dos estuvieran algo decepcionadas y con un mal humor atípico desde que se conocieron, Cruz entró en el gabinete y se quedó esperando a que Maca terminara de hablar… C: ¿Todo bien? – preguntó al ver que colgaba M: Si, claro, ¿Por qué lo preguntas? – dijo sentándose en una de las sillas C: No sé, ¿por que llevas todo el día pegada al móvil, quizás? – contestó divertida M: Son cosas mías, Cruz, no pasa nada C: ¿Seguro? – dijo sin creerla M: Seguro, Cruz, no me des más la tabarra C: Vale, chica… que humor… desde luego… M: Perdona, es que estoy algo… nerviosa últimamente y encima no he visto a Esther desde pufff, ya ni lo sé… - dijo tapándose la cara… C: ¿Es difícil, no? – volvió a preguntar aún sabiendo la respuesta M: Mucho, Cruz… demasiado… ya no podemos seguir así – dijo mirando a su jefa – ninguna de las dos podemos continuar con esto C: ¿Cómo… como que no podéis continuar con esto? – Exclamó preocupada…

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M: Pues eso, que ya no podemos más… esto nos está afectando demasiado y la verdad… que mucho hemos aguantado ya esta situación… C: Bueno, la verdad es que no sé que decirte, sabes que puedes contar conmigo… M: Si, lo sé, no te preocupes – iba a salir de la habitación pero se volvió de nuevo a su amiga – Tengo que contarte algo, Cruz… Mientras Maca le contaba a Cruz, Esther hablaba con Eva al otro lado de aquella verja… E: Pues eso, Eva, que no sé… está rara… rara conmigo – le decía a su amiga mientras andaban EV: Venga ya, Esther, serán imaginaciones tuyas – dijo quitándole hierro al asunto E: No, no son cosas mías, mira, últimamente casi no nos vemos y si conseguimos vernos cinco minutos, se los pasa hablando por el móvil y no me dice ni con quien habla ni de qué habla… ni nada de nada… EV: Esther, serán cosas suyas… tranquilízate, que no pasa nada… E: Pufff, no sé, lo mismo ya estoy viendo fantasmas donde no los hay… pero es que ya no puedo más con esto – dijo en un tono que denotaba el agobio que tenía… EV: Ya lo sé, cariño, ya sé que estáis muy agobiadas con este tema… E: Si – la cortó – si que estamos agobiadas, pero mira, yo ya le he dicho que no me importa nada de lo que pase – dijo deteniéndose – que quiero que lo digamos y que sea lo que Dios quiera… EV: ¿Y ella qué dice? – preguntó E: Pues me dijo que quería hacer las cosas bien, pero no sé… como últimamente está así de rara… ya no sé que pensar… EV: No pienses cosas raras, Esther, que nos conocemos – le acarició el brazo – habla con ella, creo que será lo mejor… E: Si, supongo que si… Mientras tanto… en el hospital… C: ¿Pero tu estas segura de eso? – dijo con los ojos abiertos como platos M: Pues claro, que lo estoy, Cruz… es lo mejor para las dos… C: Bueno, si tú lo tienes tan claro… ya sabes que voy a ayudarte… M: Ya, ya lo sé, pero por favor… no le digas nada a ella, deja que sea yo la que se lo diga… C: Claro que no le voy a decir nada, Maca… eso es cosa tuya – dijo para tranquilizarla – y ahora me voy que tengo que trabajar un poco… Cruz se marchó y Maca volvió a coger el móvil, buscó un número en la agenda y esperó a que descolgaran del otro lado… M: ¿Azucena?... soy yo… oye tenemos que vernos… si ya está decidido… vale… si, si, ¿en una hora y media te viene bien?.... si… vale…. Pues ahora nos vemos… un beso, guapísima. Colgó y se fue a trabajar, con una nueva sonrisa en los labios, con mejor humor… 06/Mar/2006 13:08 Era ya media tarde cuando entraba de nuevo en el cuartel algo apresurada, se le había hecho tarde con Azucena, no se había dado cuenta de la hora, andaba rápido, tan rápido que no se dio cuenta de que Esther se acercaba a ella E: Hola – dijo con una sonrisita en los labios – ¿De donde vienes tan nerviosilla? M: Hola – dijo calmándose – vengo de… de arreglar unos asuntos… ¿Has visto a Eva? Tengo que hablar con ella…

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E: No, no la he visto – dijo algo confusa - ¿no me vas a decir de donde vienes? – preguntó melosamente M: Esther, cariño, tengo prisa… E: Desde luego, yo no sé que te pasa últimamente conmigo – dijo molesta M: No te preocupes, mi amor que no me pasa nada… de verdad todo está bien… confía en mí, pero ahora tengo que hablar con Eva… pero no te preocupes, cariño que no es nada ¿vale? – hizo un sutil gesto cariñoso que la tranquilizó algo… E: Vale, vale, pero espero que me lo cuetes pronto… M: Si, te lo diré, tranquila – comenzó a andar para buscar a Eva, se dio la vuelta y volvió hacia ella – Oye, ¿Cuándo tienes permiso? E: Pues dentro de dos días… y espero que nos veamos que llevamos unos días… M: Si, si claro… bueno cariño… me voy a ver a Eva… Maca se fue dejando a una Esther intranquila… estaba rara, muy rara, algo estaba tramando y ella no era capaz de averiguar qué era… Begoña pasaba por allí… E: Soldado – dijo autoritariamente… B: Si, señor – se cuadró ante ella sin ganas… pues no admitía que fuera su superior… E: Vaya a la armería y realice un inventario exhaustivo de los dos últimos meses… B: Disculpe, pero yo no tengo por qué hacer eso – respondió E: Verá soldado, a ver si le queda claro… yo soy su superior y le estoy dando una orden así que vaya y haga lo que le he dicho – dijo firmemente B: Le repito que… E: Soldado – la cortó – es una orden, no haga que le abra un expediente – la miró fijamente, como retándola, tal vez estaba pagando su enfado con ella, pero ya no aguantaba esa actitud de Begoña de superioridad ante todo el mundo – retírese, soldado… B: Esta me la paga – dijo murmurando entre dientes mientras se iba… Al cabo de unos quince minutos, vio como Maca y Eva salían de la cafetería sonriendo, frunció el ceño, “¿Qué coño estará pasando?” “¿es que siempre soy la última en enterarme de todo?” pasó delante de ellas sin ni siquiera mirarlas, estaba molesta, para qué negarlo… Llegó a los barracones y se tumbó en la cama un rato, cinco minutos más tarde entraba Eva… EV: Holaa, ¿Qué tal? ¿Como va todo? E: Pues bien… creo – se levantó – oye ¿de qué quería hablar Maca contigo? – preguntó para averiguar algo… EV: Para… para… para ver que te regalaba por tu cumpleaños… - dijo encontrando la excusa. E: Pero si mi cumpleaños no es hasta dentro de tres meses – contestó EV: Ya, pero ya sabes como es, que no lo quiere dejar para el último momento… E: Mira, yo no sé qué está pasando… todo esto me resulta muy raro… EV: Esther, no te preocupes, vale… todo está bien, no pasa nada… Dos días más tarde, Esther iba en coche con Eva, más molesta incluso que la última vez… E: Que no, Eva, que no… que no entiendo nada… joder para una vez que tenemos dos días para nosotras y mira… se va a no sé donde y ni caso que me hace…

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EV: Te quieres tranquilizar… le habrá surgido una urgencia… E: Ni urgencias ni leches, Eva, que está muy rara… yo no sé que es lo que le está pasando… a veces creo que se está cansando de mi… EV: Anda, no digas tonterías… deja de pensar idioteces… E: Idioteces… si… idioteces… - dijo en un susurro mirando por la ventana – bueno – continuó cambiando de tema – y ¿donde has quedado con Lucía? EV: Ahí en la cafetería donde íbamos siempre ¿te acuerdas? E: Si, si… tengo ganas de verla, la verdad… EV: yo también… - dijo con una mueca extraña en la cara. Llegaron a la cafetería, esperando encontrarse con su amiga a la que hacía tiempo que no veía, sin embargo lo que encontró allí fue algo muy diferente, allí estaban, Cruz, Maca y una chica a la que no reconoció, todo aquello le resultó extraño, muy extraño… ¿que pasaba allí? Tenía que averiguarlo y no tardaría demasiado en saberlo. M: Hola, cariño – dijo dándole un beso – me encanta poder saludarte con un beso – dijo sonriendo… E: Maca… que… - miraba a las demás como pidiendo una explicación – no entiendo nada… M: No te preocupes, ven, vamos fuera, que te lo voy a explicar todo – cogió su mano y la llevó fuera de la cafetería, se sentaron en un banco de la plaza que allí había… 06/Mar/2006 20:37 Esther miraba a Maca y Maca miraba a Esther buscando las palabras adecuadas para decir lo que quería sin liarse demasiado, respiró hondo y comenzó a hablar… M: Cariño… tu… ¿tu me quieres? – preguntó E: Maca, por favor, ¿Qué pregunta es esa? Pues claro que te quiero mi vida – dijo acariciándole la cara – porqué me lo preguntas… M: Verás, mi amor, tu aún sigues queriendo que digamos lo nuestro de una vez por todas ¿verdad? – Esther asintió – aún sabiendo los riesgos que corres… corremos al hacerlo… E: Maca, de verdad, ya te lo dije, yo lo único que quiero es estar contigo… el resto ya me da igual, de verdad, solo quiero que estemos juntas sin tener que escondernos de nada ni de nadie, no sé… poder darte un beso cuando me apetezca… M: Lo sé, lo sé… yo también quiero lo mismo… por eso estamos hoy aquí – dijo cogiendo su mano – mira, lo he estado pensando mucho… realmente lo llevo pensando desde hace varias semanas… lo llevo preparando varios días… por eso he estado tan rara… supongo que te habrás dado cuenta… E: Hombre, pues la verdad es que si que te he notado muy rarita últimamente – dijo con una sonrisa – pero no sé el motivo… M: Pues… es que creo que si lo vamos a decir y vamos a afrontar lo que venga… tenemos que estar muy unidas… pero no solo unidas que realmente ya lo estamos… - paró un segundo – espera… me estoy liando… lo que quiero decir es que tenemos que hacerlo de una forma en la que ya no haya marcha atrás en nuestra relación… en la que no puedan hacer nada para separarnos… porque mi padre seguro que hará algo… E: Maca, cariño… no te entiendo nada… habla claro de una vez, por favor – dijo como una suplica… M: Vale, a ver, ¿has visto la chica que estaba con Cruz y conmigo en la cafetería? – preguntó E: Si, claro, pero te vuelvo a decir, no entiendo nada y no sé que tiene que ver ella con todo esto… M: Tranquila… déjame hablar – cogió de nuevo su mano y comenzó a acariciarla – esa chica es Azucena, una amiga mía de hace años… es jueza, cariño y está dispuesta a… a…

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E: A qué, Maca, por favor, me estoy poniendo de los nervios… M: A casarnos si tu quieres – dijo de sopetón dejando alucinada a Esther - ¿Qué me dices? ¿Te quieres casar conmigo, mi vida? Hoy, ahora – la miró a los ojos… E: ¿Qué? ¿Casarnos? – dijo abriendo los ojos como platos 06/Mar/2006 23:37 M: Si, Esther, casarnos – dijo como decepcionada – no sé… esperaba otro tipo de respuesta… que pasa ¿no quieres? E: No, no, no, mi amor… no es eso es que esto me ha pillado de sopetón pero no es eso – la besó en los labios – claro que quiero, mi vida, claro que quiero casarme contigo – sonreía ampliamente – es lo que más quiero en el mundo – la euforia que sentía en ese momento comenzaba a hacerse notar M: ¿En serio? – También eufórica, sin terminar de creérselo - ¿de verdad? – la besó también E: En serio, Maca, de verdad… si quiero, si quiero, si quiero casarme contigo – agarró su cara con sus manos y la acercó a escasos milímetros de la suya – te quiero, cariño – susurró M: Y yo a ti, mi amor, yo también te quiero – se besaron dulcemente y se abrazaron con fuerza… En la misma plaza, no muy lejos de donde ellas se encontraban, alguien había sido testigo de aquella escena, aunque lo había intentado, no había logrado escuchar aquella conversación, pero no hacía falta, solo la escena era merecedora de su atención.... - Vaya, vaya, vaya… interesante, muy interesante – sacó su móvil e hizo un par de fotos a la pareja, se dio la vuelta y se marchó de allí… 07/Mar/2006 01:09 Y allí continuaban ellas, sin dejar de besarse tiernamente, sin dejar de abrazarse, sin dejar de repetirse una y otra vez cuanto se quería, sin que les importara nadie más, haciendo caso omiso a comentarios ajenos a los suyos, era su momento y lo estaban disfrutando… M: Mmmm mi amor – dijo sin separar sus labios – mi niña… que nos están esperando – se separó un poco de ella – y tenemos una boda a la que asistir… jejejeje E: Si, si, vamos – la volvió a besar – venga vamos – de nuevo otro beso – hay… ¡que nos vamos a casar! – dijo casi gritando M: ¡Nos vamos a casar! – Repitió – así que vamos, no esperemos más – se levantó y le dio la mano Fueron a la cafetería donde sus amigas ya se estaban quedando sin uñas en los dedos a causa de la espera, al verlas llegar supieron que todo había salido bien, tras las felicitaciones y los brindis que allí mismo improvisaron se fueron las cuatro a los juzgados… A: Nos encontramos aquí reunidos – comenzó Azucena profesionalmente – para celebrar la unión entre Macarena y Esther, quienes han decidido en la fecha de hoy unir sus vidas en matrimonio – las miró, ellas reían, irradiaban felicidad por cada poro de su piel – con este acto lo contraeréis estando las dos en plenos uso de sus facultades y siendo conscientes de ello. EV: Que emoción – dijo mientras limpiaba una lágrima que caía por su mejilla. C: Calla, Eva, que no me entero – le regañó cariñosamente haciendo el mismo gesto que había hecho Eva. A: Macarena Wilson Fernández – continuó la jueza – ¿quieres contraer matrimonio con Esther García Ruiz, y prometes cuidarla y quererla durante toda tu vida? M: Si, quiero – contestó emocionada A: Esther García Ruiz, ¿quieres contraer matrimonio con Macarena Wilson Fernández, y prometes cuidarla y quererla durante toda tu vida? E: SI, si quiero – dijo casi más emocionada que su mujer.

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A: Pues por el poder que me otorga el estado Español, yo os declaro a partir de este instante, casadas. Se miraron, dulcemente, sin apartar la vista, perdiéndose como siempre lo hacían, poco a poco fueron uniendo sus caras hasta quedar frente con frente, las lágrimas caían felices, libres, se besaron, su primer beso de casadas, un beso tierno y pausado, dulce, un beso de amor, felicidad, alegría… Eva, Cruz y Azucena vitoreaban a la pareja que seguía absorta en su mundo, solo estaban ellas, oían sus voces pero no las escuchaban, sin duda, ese era uno de los momentos más hermosos de sus vidas unas vidas que a partir de este momento, nadie las podría separar…. E: Te amo – susurró. M: Y yo a ti… no sabes cuanto. – volvió a besarla de nuevo, con una gran sonrisa en los labios. 07/Mar/2006 13:22 Felices como nunca las chicas se encontraban en una conocida discoteca celebrando su unión, sin importarles nada, solo ellas… llevaban ya un par de horas allí con sus amigas… las risas se habían convertido en las protagonistas de la noche, varios gritos de ¡Vivan las novias! Sonaban por encima de las demás voces en aquél bar, reían, se besaban, brindaban, se volvían a besar, todo era perfecto, mágico… En un momento de la noche Esther se levantó y fue a la cabina del DJ ante la expectante mirada de Maca, al volver hacia donde estaban le tendió la mano con una enorme sonrisa. E: ¿Bailas? – Preguntó a su mujer M: Contigo siempre, contestó. Al levantarse y acercarse a la pista sonó la voz del DJ. DJ: Señoras y señores, la canción que viene a continuación es una petición especial de parte de una chica que se acaba de casar con el amor de su vida y con ella quiere agradecerle tanta felicidad, y todo el amor y cariño que le da, así que Maca, para ti, de parte de Esther… Muchas felicidades chicas… que seáis muy felices… Todos los allí presentes comenzaron a aplaudir y a felicitar a la pareja que se disponía a bailar, los primeros acordes comenzaron a sonar, una canción lenta, una balada que decía todo lo que sentía… No había nada en mi vida Que me hiciera sentir viva No había nada en mis días Que me hiciera sonreír o llorar M: Estas loca – dijo sin parar de sonreír E: Si, si que lo estoy – respondió – y tu tienes la culpa de ello Apareciste como un soplo de aire fresco Como un lienzo perdido que ahora encuentro Maca besó los labios de Esther una vez más, mientras seguían moviéndose al son de la música Contigo si, contigo si Contigo siento que siento Se que puedo vivir Y comenzar a caminar Esther tarareaba la canción en el oído de Maca, haciendo que las palabras que en ella se decían tuvieran más importancia, fueran más especiales, y Maca no podía dejar de sonreír. Contigo si, contigo si Contigo siento que siento Se que puedo vivir Y comenzar a caminar

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Ahora es tiempo de mirar adelante Comerme el mundo y sentirme importante No será difícil, si creo en mí Si crees en mí Aquí estoy yo firmando mis sueños Riéndome de los malos momentos M: te quiero, te quiero – repetía una y otra vez al oído de Esther Contigo si, contigo si Contigo siento que siento Se que puedo vivir Y comenzar a caminar Contigo si, contigo si Contigo siento que siento Se que puedo vivir Y comenzar a caminar La canción terminó, todo el mundo las aplaudía, ellas solo se miraban, sonreían se besaban, se decían un millar de te quiero, mil y un te amo sin palabras, solo con sus miradas… dejando de nuevo correr sus lágrimas en sus mejillas, lágrimas que eran el reflejo de la felicidad que sentían… C: Que bonito, por favor – decía casi llorando EV: y que lo digas – contestó. A: Venga, chicas, vamos a brindar – dijo con una nueva copa en las manos… Y la fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada, cuando nuestras chicas decidieron que era el momento de celebrarlo ellas solas, en la intimidad, por lo que pusieron rumbo a la casa de la sierra, donde Maca ya lo tenía todo preparado para su noche de bodas… 07/Mar/2006 20:42 Llegaron a la casa que tenía Maca en la sierra y que más de una vez había sido testigo de su amor… nada más abrir la puerta, Esther se encontró con un gran ramo de rosas… el suelo lleno de pétalos blancos que formaban un camino el cual llegaba hasta el dormitorio, en su cara se reflejaba toda la alegría y la sorpresa que aquello le causaba, entre abrazos y besos llegaron al dormitorio, donde las velas le daban al lugar el tono romántico perfecto para la ocasión. Se amaron una vez más, suavemente, sin prisas, dándose todo el amor que se prodigaban, cayendo rendidas la una sobre la otra en un abrazo en el que no se sabía muy bien donde terminaba una y comenzaba la otra… estuvieron un rato así, abrazadas, dándose dulces besos, pues no podían ni querían parar de hacerlo, se miraban a los ojos con dulzura… E: Me encanta verme reflejada en tu mirada – dijo dándole un beso en los labios M: Y a mí me encanta perderme en la tuya – contestó sonriendo Volvieron a amarse una vez más, como siempre, como nunca, se durmieron abrazadas, sin querer ni poder despegarse, tranquilas felices, conscientes de que todo era perfecto entre ellas… Amaneció un nuevo día, el primer día del resto de sus vidas, felices, Maca fue la primera en despertar, Esther dormía en su pecho, tenía una medio sonrisa que no se había borrado en toda la noche, acarició su pelo y comenzó a despertar… M: Buenos días, mi amor – dijo en un susurro - ¿Qué tal está mi mujer esta mañana? E: Mmm tu mujer… - dijo dejando un beso en sus labios – que bien suena jejeje M: Si, pues vete acostumbrando porque es lo que eres – dijo sonriendo E: Y no podría ser otra cosa – calló un segundo, comenzó a jugar con sus manos - ¿sabes? Tenía miedo de despertar y que todo hubiera sido un sueño

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M: No es un sueño, princesa, es una realidad… nos hemos casado – dijo acariciando su pelo… E: Oye y… que digo yo que… tendremos que hacer el viaje de novios ¿no? – Preguntó pícara - ¿Dónde me vas a llevar? M: Anda, ¿y por qué tengo que llevarte yo? – Respondió juguetona – también puedes llevar tu ¿no te parece? E: Jo… es que tu tienes mejores ideas que yo… - dijo con voz de niña M: Eso no te lo voy a negar – contestó con chulería – pero ahora venga, mi amor, a levantarse que tenemos que aprovechar el día – dijo levantándose de la cama, siendo parada por Esther… E: ¿Y por qué no lo aprovechamos desde aquí? – Dijo seductoramente, bajando la mano por el canalillo de su mujer… Lejos de la sierra, más concretamente en el cuartel, dos personas hablaban en susurros… - Hay que hacer algo, esto no puede quedar así, mira las fotos, por favor, es lo mejor que tenemos para hundirla - Perdona, pero eres tú quien quiere hundirla, yo contra ella no tenía nada… - dudó un momento – hasta ahora claro, porque después de esto… y yo pensando como un gilipollas que Maca estaba con un tío… se va a arrepentir de haberse reído de mí – dijo con los ojos cargados de odio – déjame las fotos, Begoña, yo me encargo B: Fernando, recuerda que tenemos un trato… Esther también tiene que caer F: Después de esto ni lo dudes – y salió de allí con un sobre en las manos, que contenía las fotos de una pareja de enamoradas besándose… 07/Mar/2006 23:35 Como si de un torbellino se tratara entró en el despacho de Gerardo muy alterado, dando un portazo tras de sí y causando el asombro del coronel… G: ¿Se puede saber que significa esto? – Preguntó confuso F: Mejor explícame tú a mí que es esto – dijo dejando las fotos encima de la mesa - ¿Sabías que tu hija era bollera? ¿Por eso intentaste que me casara con ella? – Preguntaba muy enfadado… Gerardo se quedó perplejo viendo las fotos, sus temores se confirmaban y no solo eso, sino que quien la estaba “llevando por el mal camino” era una de sus mejores soldados, miraba y miraba aquellas fotos sin saber que decir o como reaccionar, aquello no podía ser, ¿Cómo no se había dado cuenta? F: Gerardo, estoy esperando una respuesta – dijo - ¿Lo sabías? G: Si, Fernando, ella me lo dijo – respondió aun sin creerse lo que acababa de ver… F: ¿Y cuando pensabas decírmelo? G: Tranquilo, Fernando, tranquilo – dijo también intentando mantener la calma él – mi hija no sabe lo que quiere, esto no es más que una de sus tonterías… lo que pasa es que esta… esta… chica… García – dijo con algo de furia – seguro que la ha encandilado, mi hija se tiene que casar contigo, a mi hija no le pueden gustar las mujeres… F: Gerardo, por favor – dijo levantando las manos – no seas iluso, se ha estado riendo de ti y de mí… de todo el mundo ¿es que no lo ves? Y esa mosquita muerta… algo tenemos que hacer… yo no me voy a resignar… sabes que tu hija tiene que ser mía – sus ojos denotaban furia, odio… G: Pues claro que vamos a hacer algo, ¿que crees? ¿Qué me voy a quedar con los brazos cruzados? – lo miró - De eso nada… de momento, la Sargento Esther García queda relevada de su cargo y en pocos días se le comunicará la expulsión del cuerpo… F: No, no, no – decía pensando de un lado para otro – eso no servirá de nada, Maca es muy capaz de irse con ella y lo sabes… G: Y ¿Qué propones? – dijo mirándolo con incredulidad

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F: Algo mucho mejor que eso… 08/Mar/2006 01:17 Tumbadas en la cama, desnudas, abrazadas, no paraban de reír… M: Que te quede claro – decía imitando la voz de Esther – yo no soy tu guía… jajaja, de verdad jajaja – no paraba de reír – si te hubieras visto la cara… E: ¿Y qué querías? – Dijo haciéndose la ofendida – acababa de llegar y me mandan a hacer de canguro de un médico que llega tarde… por que vamos, cariño, te quejas de mi pero tu a veces puedes llegar a ser de un impuntual… M: Vale, eso si, pero que tú también estabas de un borde conmigo… que vamos… me daba miedo acercarme a ti y todo… E: No seas exagerada – dijo como regañándola M: Va en serio, mi amor, si no por qué te crees que te puse como mote pi… E: Como lo digas otra vez te voy a tener que castigar – dijo mientras le tapaba la boca con la mano para que se callara M: Vale, vale, mi vida… - decía zafándose de su mano – ya no te lo diré mas, pero no me castigues – imploró con voz de pena mientras comenzaba a besarla de nuevo… E: Mmm oye Maca, ahora en serio… ¿Cómo crees que se lo tomará tu padre? – Preguntó con preocupación M: Pufff – se acomodó más en la cama – Pues mal, mi amor, desgraciadamente mal… hará lo que pueda para separarnos… y… no sé… no sé que es lo que hará… E: Bueno, pero tenemos que estar tranquilas… y mi amor, no te preocupes que nadie podrá separarme de ti – la besó en los labios – nada ni nadie podrá separarnos… Continuaron hablando largas horas, hasta que el sueño les ganó la batalla… Amaneció un nuevo día, un día que sin saberlo recordarían el resto de sus vidas… despertaron, se ducharon, desayunaron y pusieron rumbo de nuevo a la realidad, a una realidad que habían querido evitar pero que era imposible… llegaron al cuartel entraron juntas, no les importaba nada, ya no… a diferencia de otras veces, en esta ocasión no separaron sus manos al entrar, solo cuando el General Dávila se acercó a ellas, Esther tubo que soltarla para cuadrarse ante él… D: Descanse Sargento – dijo – tendrá que acompañarme, el Coronel quiere hablar con usted. E: Señor, si señor – esperó a que Davila se alejara un poco, para recriminar a su mujer que intentaba contener la risa – ya te vale, cariño, casi me hecho a reír yo por tu culpa M: jajaja es que no lo puedo evitar, mi amor, estás tan graciosa – decía sin poder parar… E: Vale, vale… bueno, voy a ver a tu padre – dijo dudosamente M: Espera, voy contigo – la paró – cuanto antes mejor ¿no? – sonrieron, asintieron ambas, se dieron un fugaz beso y se encaminaron hacia aquel despacho… 08/Mar/2006 13:15 Mientras en el despacho… F: Venga, Gerardo, es una buena táctica de guerra – dijo consiguiendo convencer a su superior – separar al enemigo, debilitarlo y entonces atacar a los dos bandos, es bueno idea… G: Si, es una buena idea, creo que es la mejor idea que se te ha ocurrido desde hace mucho tiempo – dijo con sorna, la puerta sonó, alguien desde atrás pedía permiso para entrar – adelante – invitó a entrar… Esther entró en el despacho, con la cabeza alta, tranquila, decidida a lo que iba, seguida de Maca que también se mostraba tranquila, ambas se quedaron un poco extrañadas al ver a Fernando allí, sin embargo, no dijeron nada acerca de ella, se acercaron a la mesa donde, Esther se cuadró delante del coronel, está vez, Maca no se rió por aquel gesto, sabía que no era el momento de

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risas… en sus cabezas, ambas intentaban buscar las palabras adecuadas, hasta que alguien las interrumpió. G: Maca, sal fuera – dijo señalándole la puerta a su hija – Ya hablaremos luego, ahora tenemos que hablar con García… M: Papá – contestó tranquila – no me voy a ir, también tenemos que… G: Maca – la cortó – he dicho que te vayas… luego hablaremos nosotros… Miró a Esther, quien también la miraba a ella, su mirada le transmitía fuerzas, sabía que no le permitirían quedarse en ese momento, que una vez más tendrían que esperar para poder hablar con el Coronel, le dedicó una pequeña sonrisa y salió de allí algo decepcionada…. F: Disculpad – espetó antes de que el Coronel comenzara a hablar – será mejor que yo también me vaya – y como lo hizo Maca segundos antes, él también salió del despacho, con una diferencia, en su cara una sonrisa de satisfacción… G: Bien – dijo una vez su hija se hubo marchado – tome asiento Sargento – Esther se sentó – la hemos hecho venir aquí porque tengo que comunicarle algo… algo importante para su carrera… Esther, cada vez estaba más intrigada por saber lo que sería, no se lo podía ni imaginar… G: Verá, Sargento – continuó –supongo que estará al tanto de la situación que se está viviendo ahora mismo en Irak ¿verdad? E: “¿Irak? Y que tiene que ver Irak” Si, señor… por supuesto, señor – contestó a su superior G: Pues bien, el gobierno español quiere que enviemos tropas allí, en misión humanitaria, y creo que usted sería una de las perfectas candidatas para ir allí… al ser una de las mejores soldados de la base, creo que sería buena idea – hablaba con frialdad, con una frialdad que pocas personas tenían, afortunadamente, sabiendo perfectamente lo que tenía que decir en cada momento… E: Permiso para hablar, señor – dijo una Esther sorprendida por lo que le acababan de comunicar, no podía ser cierto, ¿Cómo iban a mandarla a Irak? G: Diga, Sargento – dijo arqueando las cejas – sabiendo lo que probablemente le diría… E: Con el debido respeto, señor, no entiendo muy bien esta orden – calló un segundo, no quería importunarle – entiendo la situación en Irak, pero también soy consciente de que nuestras tropas ya han sido enviadas, es más, sé que un escuadrón salió de esta misma base hace tan solo dos días… G: Es cierto, como también lo es que se necesita más gente allí, la situación no es nada buena, por eso tenemos que enviar más escuadrones – la miró desafiante – así que le ordeno – recalcó la palabra – que se prepare para marcharse a Irak, pero tranquila, no irá sola, la acompañaran un grupo de soldados que luego verá quienes son al igual que irá con usted el Sargento Fernando Acosta, no se preocupe… E: Discúlpeme de nuevo señor, pero no entiendo porqué me acompañará el sargento Acosta – si ya estaba descolocada por la nueva orden, mucho más por el hecho de que Fernandito la acompañara… ¿de que iba todo eso? G: Pues porque ya ha estado varias veces en ese tipo de situaciones – mintió – y porque creo que será un buen apoyo y un buen compañero, seguro que haréis grandes cosas juntos – afirmó E: Su pongo que no puedo negarme – dijo en un tono de voz suficiente para el Coronel la escuchara G: NO, no puedes, es una orden directa – dijo seco y duramente – si te niegas tendrás grandes problemas… E: Está bien – dijo vencida - ¿Cuando me voy? G: Esta noche, a las doce en punto sale el avión, ahora ve a preparar tus cosas, tienes el día libre… Salió del despacho con una cara de asombro impresionante, había ido con su mujer a aquel despacho a decir lo que sentían a ser valiente y ahora se encontraba con que en unas horas tendría que viajar a un país en guerra, con un tipo que no soportaba y que le daba mala espina y teniéndose que separar de su niña el primer día de casadas… su niña… su niña… ¿Cómo se lo iba a decir? ¿Cómo se lo tomaría ella? No podía esperar más, tenía que hablar con ella ya mismo, así que fue a su casa, donde Maca la esperaba impaciente, sin saber que es lo que había pasado en aquel despacho…

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08/Mar/2006 19:38 Entró sin hacer mucho ruido, encontró a Maca sentada en el sofá y cambiando de canal de televisión cada dos segundos, la notó nerviosa, tanto como ella lo estaba, se acercó sigilosamente y posó sus manos en su pelo dejando en ella una leva caricia… ante ese contacto, Maca se dio la vuelta y allí la vio, con semblante serio, mirándola como nunca antes la había mirado ¿era tristeza lo que había en sus ojos? M: ¿Qué ha pasado mi amor? – dijo levantándose del sofá - ¿Qué pasa mi vida? Volvió a mirarla, buscando las palabras para decirle lo que ocurría, una sonrisa apareció en su cara, intentando con ella tranquilizar a su mujer… E: Ven, vamos a sentarnos – dijo cogiendo su mano – tenemos que hablar Se sentaron en el sofá, Maca esperaba ansiosa las noticias de Esther mientras ésta no encontraba las palabras… E: Verás, mi amor, las cosas no están bien… se nos va a complicar todo un poco, pero quiero que estés tranquila, que no montes uno de tus numeritos… M: Esther, por favor que me estás asustando - dijo bastante intranquila E: No te asustes, no tienes porqué asustarte – dijo para que se tranquilizara – haber, sabes que hace tiempo en Irak se está librando una guerra ¿verdad? M: Si… claro… pero... E: Espera, espera – la cortó – déjame seguir – la cosa es que necesitan toda la ayuda que sea posible… como sabes, el gobierno está mandando tropas en misión humanitaria… M: Si, eso ya lo sé… pero no entiendo que tiene que ver eso con nosotras – calló un segundo, la miró de nuevo a los ojos y en ellos vio la respuesta, supo que era lo que pasaba – Dime que no te vas a Irak, mi vida, por favor dime que no te vas… Esther calló, bajó la cabeza, no pudo contestarle, aparecieron un par de lágrimas en sus ojos, volvió a levantar la cabeza y se encontró con los ojos llorosos de Maca… M: No puedes irte – dijo con dolor – nos acabamos de casar, mi amor, ¿Cómo te vas a ir ahora? Tengo… tengo que hablar con mi padre – se levantó con la intención de marcharse pero Esther la detuvo… E: Espera, Maca, no… no vas a conseguir nada… esto no tiene nada que ver contigo ni conmigo… - cogió de la cintura – no podemos hacer nada, son las órdenes que tengo… es mi trabajo mi amor… compréndelo – suplicó. M: ¿Pero como quieres que lo comprenda si me estas diciendo que te vas a una guerra? – ya no podía ocultar más el dolor que estaba sintiendo, la incredulidad de la situación… E: Maca, sabíamos que esto podía pasar cuando comenzó la guerra en Irak, además no vamos a estar en peligro, mi vida, solo vamos a ayudar a la gente, a llevar agua, alimentos, medicamentos, no va a pasar nada – quiso tranquilizarla con sus palabras M. Es que no quiero que te vayas… no ahora – la abrazó fuerte, intentando que no se alejara… E: Mi amor, yo tampoco quiero irme, pero tengo que hacerlo – la besó en los labios, sonrió de nuevo – además, solo serán dos meses, y cuando vuelva vamos a irnos de luna de miel juntas… M: ¿Y que pasa ahora con lo de contar lo nuestro? – preguntó E: Pues si hemos esperado tanto tiempo, podremos esperar un par de meses más no ¿crees? M: ¿No puedes hacer nada por quedarte? – insistió una vez más E: No, no puedo, mi amor y no sabes como me duele – dijo abrazándola de nuevo con fuerza… M: ¿Cuándo… cuando te vas? – dijo sin terminar el abrazo, sin oponerse que las lágrimas salieran libres de sus ojos…

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E: Esta noche – contestó también sin poder parar de llorar… 08/Mar/2006 23:14 Ya habían terminado de comer, Esther había preparado sus cosas por la mañana para poder pasar la tarde con Maca y ésta le había pedido a Cruz el día libre con el mismo fin… por nada del mundo querían separarse en esos momentos, querían disfrutar de ellas, pasar el tiempo que les quedaba juntas, sin tener que separarse hasta que llegara la hora en la que Esther tenía que subirse al avión… Estaban sentadas en el sofá, abrazadas, dándose dulces besos… besos que cada una guardaba en un rinconcito de su alma para que se mantuviera intacta la esencia del mismo hasta que volvieran a verse, de vez en cuando caían lágrimas, pero sabían que se tenían que contener… no querían una despedida llena de llantos, además solo era un “Hasta luego”, en dos meses Esther volvería y estarían juntas de nuevo… M: ya sé donde te voy a llevar de viaje cuando vuelvas – dijo Maca con una medio sonrisa… E: Haber que genial idea se te ha ocurrido ahora – contestó mirándola con amor M: A Venecia E: ¿En serio? – dijo ilusionada M: Claro, siempre me has dicho que te encantaría ir – contestó como si tal cosa E: Si, pero como tu ya has ido y me dijiste que no te gustó… no sé… no creí que… M: Mi amor, no me gustó porque no había ido contigo, así que claro que quiero que vayamos… E: Te quiero, mi vida – dijo besándola de nuevo, después de ese beso Maca se puso seria, tenía la mirada perdida y triste – eii, ¿cariño que pasa? – preguntó acariciándole la cara… M: Esther, prométeme que volverás conmigo, a mi lado – dijo en un susurro E: Claro que voy a volver, mi amor, antes de que te des cuenta estaré aquí de nuevo – la abrazó fuerte - ¿Qué te pasa mi niña? M: Nada, es solo que… no sé… tengo un sentimiento raro en el cuerpo, como si no te fuera a volver a ver… tengo miedo de que algo te pase… E: No me va a pasar nada, me oyes – dijo contundente y dulzonamente – nada… M: ¿Lo prometes? – contestó poniendo voz de niña E: Lo prometo mi amor. Se abrazaron con más fuerza si eso era posible, en un abrazo que se les antojó eterno… ninguna de las dos podía ni quería acabar aquél contacto, el cual no sentirían durante dos meses… Esther sintió en ese abrazo una sensación de protección que siempre sentía cuando Maca la abrazaba, pero también pudo sentir el miedo que su mujer tenía, el mismo miedo que sentía ella… Maca, sin embargo, sintió que ese abrazo era el símbolo de una despedida, una despedida que no quería, sintió que ese abrazo, ese contacto con su mujer, posiblemente fuera el último que tendría… sintió que después de ese abrazo no volvería a sentir el calor de su cuerpo… nunca más… M: No permitas que te maten – susurró a su oído en una suplica cargada de dolor… 09/Mar/2006 20:25 El avión aterrizó en el aeropuerto de Bagdad, donde les estaban esperando varios compañeros del cuerpo para llevarlos a la zona en la que era necesaria su presencia, Esther reconoció entre aquellos soldados a Lucía, aquella compañera de instrucción a la que hacía tiempo que no veía… le hizo tanta ilusión verla… al menos no estaría sola, pues Eva no la había acompañado… Se saludaron con un abrazo, y tras cruzar varias palabras pusieron rumbo a su destino… Mientras se dirigían al campamento que habían habilitado a las afueras de la cuidad, Lucía y los demás compañero iban explicando como estaban las cosas allí…

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L: Chicos, esto está peor de lo que os podéis imaginar… los rebeldes ponen bombas día si, día también causando grandes estragos en la cuidad… ya han muerto muchos civiles… no tienen en cuenta nada, solo piensan en librar su guerra sin importarles quien se queda en el camino… hay que extremar la precaución, nadie, repito, nadie debe andar solo – decía mientras les miraba a cada uno de ellos – tendréis que ir armados, eso os dará algo de protección, pero al mismo tiempo tendréis que tener muchísimo cuidado, pues no importa si estáis aquí para ayudar… ellos solo ven a unos militares extranjeros… no les importará mataros si creen que es necesario… Todos quedaron sin palabras al escuchar aquél relato, sabían que las cosas allí no estaban bien, pero nunca creyeron que estuvieran tan mal como se les había comunicado, se miraban los unos a los otros, nadie se atrevía a decir nada… Esther miraba por la ventana con semblante serio, por primera vez se preguntó qué hacía ella allí, pensó que tal vez habría sido mejor quedarse en Madrid sin importarle las consecuencias, pensó en Maca, en el amor que había en sus ojos, y eso le dio fuerzas para seguir adelante… el paisaje que veía a través de los cristales parecía en calma, pero era una calma engañosa… era una calma en mitad de una tormenta… y ella lo sabía… Su cuerpo estaba allí, sus ojos veían aquel paisaje oscuro, sin embargo, su corazón, sus pensamientos estaban lejos, muy lejos, en España, con ella, con Maca, solo había pasado un día de su separación y ya se le estaba haciendo duro “ te hecho de menos, mi amor” pensó mientras seguía mirando por la ventana… En Madrid, Maca se encontraba en casa, tenía entre sus manos un álbum de fotos que, entre ella y Esther, habían estado formando durante todo el tiempo que habían estado juntas, sonreía al ver las fotos, recordando alguna anécdota, acariciaba el papel en el que se dibujaba su sonrisa como si realmente lo estuviera haciendo, era incluso capaz de escuchar como su princesa reía “ten cuidado, mi niña… ten cuidado” susurró sin apartar la vista de las fotografías… De pronto el sonido del timbre de la puerta la sacó de sus pensamientos… cerró el álbum y lo guardó en un cajón, se secó las lágrimas que de nuevo habían comenzado a salir y fue a abrir… Bagdad Por fin llegaron al campamento, organizaron todo lo que tenían que hacer y asignaron compañeros a cada uno de los soldados, Esther evitaba a toda costa a Fernando, pero éste parecía que no iba a permitirle estar demasiado alejada de él… F: García – dijo cercándose a ella – creo que será mejor que nosotros estemos juntos… E: Discúlpame, pero tengo que negarme a eso – contestó con ganas – no creo que sea conveniente que vayamos juntos, siendo ambos del mismo rango – dijo encontrando la excusa perfecta para no tener que permanecer a su lado más del estrictamente necesario – en mi opinión, tendremos que supervisar cada uno a un grupo de soldados, así todo será más fácil… 10/Mar/2006 00:46 Madrid Al abrir la puerta una leve sonrisa apareció de nuevo en su cara, ante ella, Eva y Cruz con una gran tarrina de helado… C. Pues tenías razón, Eva, le va a hacer falta – dijo mirando a su amiga y entrando en casa… EV: Si ya decía yo… - entró tras ella M: ¿Se puede saber que hacéis aquí? – preguntó sin entender nada de lo que pasaba… EV: Pues nada, que le prometimos a Esther antes de que se fuera que te íbamos a cuidar y eso estamos haciendo – contestó acomodándose en el sofá – así que tu siéntate aquí con nosotras que te vamos a animar un poquillo… M: ¿Y a ella quien la cuida? – preguntó con tristeza C: Maca, cariño, ella sabes cuidarse muy bien solita y te recuerdo que no está sola… M: Nooo, claro… está el capullo de Fernando con ella ¿no? C: Me refería a Lucía… ya sabes que está allí desde hace meses… M: SI, algo me comentó, pero que quieres que te diga… no estoy tranquila…

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EV: Mira, no te voy a engañar… las cosas allí no están bien, pero Esther sabe lo que hace… es una buena soldado… estate tranquila – dijo dejando una caricia en su hombro… M: Si ya lo sé… pero es que no sé… C: Maca, por favor… confía un poco en tu mujer… sabe cuidarse, no le pasará nada… M: No se… Bagdad F: Debo reconocer que tiene razón en eso – dijo intentando parecer simpático – aunque espero que podamos trabajar juntos en esta misión… creo que usted y yo tenemos muchas cosas en común… será fácil trabajar juntos… E: Si, seguro – dijo nada convencida de ello – ahora si me disculpa… voy a descansar, mañana será un día duro… Acto seguido se fue a la cama, se tumbó pero no podía dormirse, algo le faltaba, algo que sabía muy bien lo que era, le faltaba ese beso de buenas noches, le faltaba esa última mirada del día, le faltaba ese brazo rodeándola hasta que se dormía, le faltaba ella… le faltaba Maca… Consiguió dormirse a duras penas, con lágrimas en los ojos… rememorando todos y cada uno de los momentos juntos, tantas sonrisas, tantas miradas… tantos recuerdos… recuerdos con lo que sería capaz de vivir el resto de su vida porque eso eran sus recuerdos, la fuente que le daba vida en aquellas tierras, un tesoro que guardar hasta el último día… Madrid Las chicas seguían animando a Maca como buenamente podían, intentando tranquilizarla desde su propia experiencia, Cruz le contaba lo mal que lo pasó aquella vez que Vilches tubo que irse al golfo, y se dio cuenta de lo mucho que la comprendía, por eso le agradecía el hecho de que estuviera allí con ella, por su parte, Eva, le relataba como eran las cosas una vez que ibas a alguna misión, intentando suavizar todo lo que ella había vivido con el fin de tranquilizar a la pediatra, cosa de la que también Maca era consciente y que también agradeció… Se hizo tarde, las chicas se marcharon y ella volvió a quedarse sola, con sus recuerdos, con la esencia de su niña flotando en el aire… se puso su pijama, ese pijama que tantas veces le quitó en las noches de pasión, y se acostó en su lado de la cama, olía a ella, su aroma aún se respiraba entre las sábanas… “dos meses, Maca, solo son dos meses” pensaba mientras conseguía dormir… 10/Mar/2006 02:03 Los días pasaban, un mes hacía ya que Esther se había ido y Maca lo llevaba como buenamente podía, volcándose más que nunca en su trabajo, manteniéndose ocupada para intentar no echarla tanto de menos, aunque no lo lograba, pues eso era un imposible… Había días en los que tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no gritarle a la cara a su padre y a la “simpática” de su novia que estaba casada con Esther, pues como ella dijo, se lo dirían cuando volviera, juntas… pero no era tan fácil, máxime cuando el Coronel cada vez que podía hacía algún comentario acerca de la “buenísima” relación que se había formado entre Fernando y Esther, por supuesto que ella no le hacía ningún caso a esos comentarios y mucho menos a los que hacía Begoña “Seguro que están liados, ¿no te parece que hacen una pareja estupenda?” Que imbecil y que ilusa podía llegar a ser esa niñata que tenía cegado a su padre, “una pareja estupenda… si claro… si tú supieras” Pensaba haciendo amago de una sonrisa cada vez que escuchaba algún comentario de ese tipo, mordiéndose la lengua para no gritarles a la cara la verdad… Muy lejos de allí, Esther seguía trabajando como buenamente podía, sin dejar de pensar ni un segundo en Maca, sin olvidar sus palabras cada vez que pasaban por una zona conflictiva en la que el miedo al invadía “no permitiré que me maten, mi vida” se repetía una y otra vez, queriendo creer que aquellas palabras volarían junto al viento y llegarían a sus oídos para tranquilizarla… Su situación junto a Fernando se asemejaba algo a la de Maca con su padre y Begoña, y es que éste, cada vez que tenía oportunidad intentaba despertar en Esther los celos, haciendo falsos comentarios sobre una supuesta relación que mantenía con su mujer, una relación a la que ella no le daba ningún crédito pero que cansaba a cansarle, y como consecuencia, sentía las mismas ganas de gritarle que era su esposa, la diferencia entre ambas, era que Maca siempre tubo más paciencia para esas cosas que Esther… El contacto entre ambas era más bien escaso, en un mes habían conseguido hablar tan solo un par de veces gracias a Eva, pero no habían tenido tiempo de decirse casi nada y para más inri la comunicación era bastante mala…

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Bagdad Era una noche tranquila, inusual en ese lugar y en esos días, todo estaba en calma, el cielo estaba despejado, una brisa suave hacía que bailaran las copas de los árboles… esa noche tenía guardia, estaba haciendo un pequeño reconocimiento a la zona, le había dicho a su compañero que la esperara unos metros más allá, cuando escuchó el sonido de unos pasos acercándose hacia ella… apuntó con el fusil hacia la oscuridad mientras divisaba la figura de un cuerpo acercándose a ella… Poco a poco fue descifrando esa manera de andar para darse cuenta de que el pesado de turno volvía a la carga… F: Soy yo, no te asustes – dijo levantando las manos para que Esther bajara el arma E: Tu es que eres tonto, podría haberte disparado ¿lo sabías? F: Si, lo siento… no pretendía asustarte, es que me dijeron que estabas por aquí y he venido para ver si necesitabas algo – se mostraba simpático y servicial ante ella. E: Pues no necesito nada, ya lo ves – quería que se fuera cuanto antes, no le gustaba tenerlo cerca… F: Hace una noche preciosa no ¿te parece? – Continuó obviando el comentario anterior de Esther – a Maca le encantaría una noche así – dijo mirándola de reojo… E: Si, supongo que si – contestó intentando que no se le notara lo cansada que estaba de aquellos comentarios… F: Sabes, a Maca y a mi nos gusta mucho pasar noches como estas amándonos bajo las estrellas – fue directo a donde quería, ya se estaba cansando de no conseguir nada por las buenas… - Tengo unas ganas de volver para verla de nuevo y estar así con ella… E: No digas chorradas, Fernando – dijo sabiendo que no era cierto nada de lo que decía – ambos sabemos que entre tú y Maca no hay nada F: ¿Es eso lo que a ti te ha dicho? – la miró interrogante, con una sonrisa triunfal en el rostro – Pues debes de estar mal informada, porque cuando volvamos nos vamos a casar, ya tenemos todo preparado… Ante esta afirmación, Esther se echó a reís, no pudo evitarlo, lo que acababa de decir era lo más estúpido que había escuchado salir de sus labios… F: ¿Te hace gracia? – preguntó confuso E: No sabes hasta que punto – contestó sin poder dejar de reír… F. Escúchame, Esther – se acercó serio, con los ojos cargados de odio – ella no te quiere, está jugando contigo, ella… E: ¿Entonces porqué se ha casado conmigo, imbécil? – dijo cortándole… Lleno de ira, sin saber como responder a eso y ante la sorpresa de una boda que nunca habría imaginado se dio la vuelta y desapareció, dejando a Esther con una sonrisa en los labios ante su triunfo y un nuevo miedo en su cuerpo, las represalias de Fernando… De nuevo se hizo el silencio, de nuevo llegó la tranquilidad, nuevamente como minutos antes todo estaba en calma… Un disparo sonó, llegando a su cuerpo y quemándole la piel, un disparo del que solo fueron testigos ella y aquella noche que tan tranquila se había presentado antes, un disparo con el que caía casi fulminada en aquellas tierras… Dolía, dolía demasiado, no tanto como el no volver a verla, no tanto como no volver a escuchar su sonrisa… y así recordando su historia, a su mujer… al amor de su vida, el pulso de la Sargento se debilitaba cada vez más.... Esther perdía el conocimiento…… 10/Mar/2006 12:41 Aquel disparo despertó al resto de los compañeros, quienes temerosos al imaginarse lo que había ocurrido salían corriendo hasta aquel lugar… Lucía fue la primera en llegar, se quedó pálida al ver la escena, paralizada ante el cuerpo de su amiga inmóvil tirado en el suelo, se acercó hacia ella con cuidado, al ver la sangre brotar de su cuerpo sus temores se confirmaron…

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L: ¡Esther! – Gritó – Esther responde… Esther – su voz era desgarradora, sus gritos se mezclaban con sus lágrimas, su amiga, su compañera yacía en el suelo y ella veía como se le escapaba la vida si poder hacer nada por ella - ¡Ayuda! ¡Ayuda, por favor! El resto de los compañeros llegaron, nadie sabía que era lo que había pasado allí, sus caras eran de incredulidad… Fernando se abrió paso entre la gente llegando donde se encontraba a Lucía que abrazaba el cuerpo de su amiga… F: ¿Qué ha pasado? – Preguntó - ¿Qué coño ha pasado aquí? L: No lo sé, Fernando, pero está muy mal… tenemos que llevarla a un hospital… se muere, Fernando, se muere… F: Espera, espera – dijo agachándose junto a ella – aún tiene pulso, muy débil pero aun lo tiene – miró a Lucía y después de nuevo a Esther, la cogió entre sus brazos – vamos tenemos que llegar cuanto antes a un hospital – dijo saliendo en dirección al campamento con Esther entra sus brazos… El hospital de Bagdad estaba totalmente colapsado, los médicos no daban abasto ante tantas urgencias, sin embargo atendieron a Esther nada más llegar, aunque no podían hacer mucho por ella, pues allí, no contaban con los recursos necesarios para ello… Todos se encontraban en una sala a la espera de noticias, noticias que no llegaban, y que causaban el aumento de la desesperación de todos… Fernando observaba a Lucía con el ceño fruncido mientras ésta hablaba con uno de los soldados… de repente lo miró con cara de asombro y se acercó a él… L: ¿Qué pasó? – Dijo seria - ¿Qué ha pasado esta noche? F: ¿Y como quieres que yo lo sepa? – preguntó con incredulidad… L: Fernando, no seas cínico, aquel soldado me ha dicho que fuiste a verla, que estuviste hablando con ella antes del disparo F: Si, estuve con ella, hablamos y me fui, no sé que pasó después… no tengo más información de la que tú tienes – dijo intentando estar tranquilo después de todo lo que había pasado aquella noche… L: ¿Pero no viste nada? – Insistió de nuevo – no sé, no oíste nada… F: Ya te he dicho que no… no sé que es lo que estás pensando… pero no tengo ni la más remota idea de qué es lo que ha pasado… En ese momento un médico entraba en la sala, serio, muy serio, los miró a todos quienes estaban expectantes esperando noticias de su compañera… L: ¿Como está? – preguntó con miedo… Dc: No voy a engañar a nadie, su compañera está muy mal… la bala le ha rozado el corazón… - La lágrimas caían por el rostro de Lucía, Fernando permanecía en un segundo plano asimilando la información – No sabemos si aguantará… siento no ser portador de mejores noticias… pero su compañera en estos momentos se debate entra la vida y la muerte… estas horas son cruciales… aquí desgraciadamente no podemos hacer nada más… solo podemos esperar y desear que esa chica sea lo suficientemente fuerte como para aguantar… Todos lloraban, nadie acertaba a decir ni preguntar nada, solo Fernando fue capaz de decir algo… F: Tenemos que llevarla a España – dijo dirigiéndose a Lucía – allí estará mejor atendida… quizás allí tenga una oportunidad… L: ¿Es que no has escuchado lo que ha dicho el médico? – Preguntó sin dejar de llorar – está muy mal, Fernando, no creo que sea conveniente un viaje tan largo en estas condiciones… no aguantaría… no… - no pudo seguir hablando, su voz se entrecortaba… F: ¿Y tú no te das cuenta de que aquí no están en condiciones de atenderla como se merece? – Dijo haciendo que Lucía lo mirara – Tenemos que llevarla de nuevo a España… - hizo una pausa, y continuó en un tono más autoritario – Soy la persona con más rango en estos momentos, y ya he tomado una decisión, nos la llevamos… L: Morirá – dijo en un grito ahogado F: Nos arriesgaremos – continuó – solo sé que no podemos dejarla aquí…

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L Le repito que no creo que… F: Es una orden, soldado – dijo autoritariamente… En contra de los consejos médicos, en contra de la opinión de todos los compañeros, Fernando había decidido volver a España con Esther en esas condiciones, en un viaje largo, muy largo… un viaje que podía ser fatal para ella… 14/Mar/2006 23:28 El cielo estaba azul y despejado, no había ni una sola nube sobre Madrid, era un día precioso, quizás uno de los más bellos que había visto y al mismo tiempo, el más triste de su vida… Reinaba el silencio en aquel lugar, el césped que cubría todo el suelo aún estaba mojado por el rocío de la mañana… nadie se atrevía a decir nada, todo estaba en calma, callado, solo se oían leves sollozos que intentaban ser callados a base de pañuelos… Tres disparos sonaron, tres disparos lanzados al aire que junto con una melodía de corneta le rendían homenaje… De sus ojos ya no salían lágrimas, todas habían sido derramadas el día que lo supo… su mirada perdida dejaba ver que no estaba allí, que su mente sen encontraba a años luz de aquel lugar… una mano se posó tímida sobre la suya… Cruz la miraba con lágrimas e intentaba darle ánimos con ese gesto… ella esbozó una pequeña sonrisa y miró de nuevo al frente… La voz de un sacerdote rompió el silencio… pero ella no lo escuchaba, no sabía lo que estaba diciendo… desde aquella fatídica tarde no había vuelto a escuchar nada de lo que le decían y ahora menos que nunca quería hacerlo… Frente a ella, un ataúd, una caja maldita que contenía lo que más amaba, a su mujer, su amor… su vida… El sacerdote terminó de hablar, todos comenzaron a marcharse, pero Maca no se movía, no podía, aún esperaba que apareciera de la nada para decirle que estaba bien, que estaba con ella, que nada de ese día era cierto… pero no… Esther no apareció y Maca tendría que aprender a vivir de nuevo sin ella… Se levantó lentamente, se acercó al ataúd, posó una rosa blanca sobre ella, sonrió levemente “son tus favoritas, mi amor” susurró… Pasó la mano sobre aquella larga “caja” de caoba queriendo creer que la estaba acariciando a ella… lloró de nuevo, las lágrimas que creyó no tener volvieron a emerger de sus ojos… miró al cielo envuelta en llanto… M: ¡Lo prometiste! – Dijo con un profundo dolor y un leve tono de reproche - ¡Porqué no cumpliste tu promesa! 15/Mar/2006 22:18 Despertó desorientada, envuelta en un sudor frío que le recorría de los pies a la cabeza, con lágrimas en los ojos… encendió la luz y comprendió que todo había sido un sueño… una pesadilla demasiado real, pues la angustia, el dolor, la impotencia de no haber podido hacer nada eran demasiado fuertes aun después de despertarse, pero al mismo tiempo sintió un gran alivio al saber que nada había sido real… que todo estaba bien, que Esther seguía con vida y que pronto volvería a casa, con ella… pero si eso era cierto ¿por qué aún sentía ese nudo en el estómago? ¿Por qué sentía esa intranquilidad que la había llevado a tener aquél sueño? ¿Sería esa sensación un aviso? ¿Un presagio? Con estos pensamientos se levantó y se duchó… no podía quitarse de la mente aquella imagen en el cementerio… ¿y si Esther no estaba bien? ¿Y si le había ocurrido algo? Decidió salir de dudas y se encaminó a paso apresurado hasta el despacho de su padre… quizás fuera una locura, quizás todo era producto de su imaginación, el resultado de una nueva mala noche sin Esther, pero necesitaba saber que nada pasaba… Llegó al despacho, la secretaria de su padre le dijo que éste estaba reunido, intentó sacarle información pues la curiosidad le pudo, aquella mujer se asemejaba bastante a Teresa en carácter así que consiguió lo que se proponía, por lo visto su padre estaba informando del viaje de vuelta de alguno de los soldados, quizás Esther… se ilusionó con esa idea… esperó durante media hora, hasta que ya no pudo retrasar más su entrada en el hospital y algo decepcionada al no poder hablar con su padre se fue hacia su trabajo con la misma sensación de intranquilidad en el cuerpo… La mañana pasaba lenta, muy lenta, y esa sensación con la que se había levantado crecía a medida que las horas pasaban, por otro lado, lo que en un principio le alegró de aquel extraño viaje de vuelta que su padre estaba tramitando, ahora le resultaba algo negativo, pues ¿por qué iban a volver soldados si aún no habían terminado con lo que tenían que hacer allí? Fue a la cafetería para intentar evadirse un poco de aquellos pensamientos que la colapsaban, allí estaba Cruz, se sentó junto a ella en la mesa después de ponerse un café…

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M: Pues si que trabaja la directora del hospital – bromeó C: Ya ves… lo mismo que algunos médicos que tengo en nómina – contestó con una sonrisa… M: Touché – dijo devolviéndole la sonrisa, la cual borró al instante para sacar el tema al que no dejaba de dar vueltas – oye, Cruz, ¿es normal que se ordene la vuelta de soldados sin motivo aparente? C: No, normal no, lo lógico es que haya un motivo de peso, para ello – contestó - ¿por qué lo preguntas? M: No, nada porque creo que mi padre está trayendo a algunos soldados de vuelta a España C: Pues no sé, la verdad, ¿de donde vuelven? M: Si te digo la verdad eso no lo he podido averiguar… pero no sé… es como si tuviera la sensación de que es Esther la que vuelve – dijo con brillo en los ojos C: No te ilusiones que te veo venir – advirtió cariñosamente – seguramente serán otros los que vuelvan, Esther no tiene que volver hasta dentro de un mes… y que yo sepa sólo hay dos razones por las que volvería antes; una sería por ordenes directas del gobierno, las cuales te aseguro que no las ha dado y la otra… - de repente dejó de hablar… M: ¿Cuál es la otra Cruz? – preguntó algo asustada al ver la cara de su amiga… C: Pues – continuó al ver que no podría callar – pues que haya pasado algo… algo grave – la miró y vio el miedo reflejado en sus ojos – pero o te preocupes que seguramente no estemos hablando de los mismos soldados, ni del mismo batallón, ni tan siquiera del mismo país en el que se encuentren – dijo para tranquilizarla… M: ¿Tú crees? – volvió a preguntar C: Claro, Maca, además, si hubiera pasado algo…¿no crees que ya nos habríamos enterado? M: Si… no sé… es que esta noche he tenido un sueño muy extraño y muy, muy real… Le contó aquella pesadilla a su amiga, con todos los detalles, lo recordaba a la perfección, cada mirada, cada lágrima, cada sensación, cada sentimiento, Cruz la escuchaba con atención, intentando asimilar ese sueño que se le antojó macabro… C: Bueno, no te preocupes, eso es el resultado de su ausencia, le hachas de menos, tienes miedo por ella, y por eso tu mente te juega estas malas pasadas… M: Si… seguro… No había terminado de decir esas palabras, cuando la televisión de la cafetería comenzó a dar noticias sobre Irak, Angels Barceló, con un semblante serio, propio de ella, esperaba que su corresponsal allí le diera las ultimas noticias… AB: Estamos a la espera de conocer el nombre del soldado español herido de bala la pasada noche… recordamos que dicho soldado fue alcanzado por una bala mientras hacía guardia cerca del campamento español… y en estos momentos se debate entre la vida y la muerte Maca se acercó más a la televisión y elevó el volumen, necesitaba saber el nombre, algo le decía que era Esther pero no quería creérselo… Cruz se levantó y fue junto a ella adivinando sus pensamientos y como en el sueño, tomó su mano, transmitiéndole tranquilidad… una tranquilidad que se había esfumado un segundo antes , sin saber porqué las lágrimas comenzaron a andar libres por su rostro… algo le decía que era ella y no tardaría mucho en confirmar la noticia… AB: Fuentes militares no han informado de que en estos momento se está tramitando el regreso de este soldado a nuestro país, aunque el viaje pueda ser de alto riesgo por las condiciones en que se encuentra este… - calló y se tocó el pingajillo, Maca cada vez se acercaba más al televisor – me comunican que ya sabemos la identidad de este soldado… se llama Esther García y es Sargento de la división 45 16/Mar/2006 00:41 La taza de café que tenía entre sus manos cayó al suelo segundos antes de hacerlo ella, que se desplomó por completo al oír su nombre… la televisión seguía sonando, Cruz le hablaba pero ella no escuchaba… en su mente solo aparecían las imágenes de aquel sueño que no la había dejado dormir, y que ahora tras escuchar su nombre parecía hacerse real, tenía que saber como estaba, hasta qué punto era cierto lo que decía el telediario, cuando volvía, que era lo que había pasado, necesitaba respuestas y

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solo una persona podría dárselas… así que se levantó del suelo, haciendo caso omiso a todo lo que le decía Cruz, llevándose por delante todo lo que se entorpecía a su paso corrió veloz hasta el despacho de su padre… Abrió la puerta sin ni tan siquiera llamar para avisar de su presencia… todo tipo de formalismos sobraba en ese momento… M: ¿Cómo está? ¿Qué es lo que ha pasado? – Preguntó a su padre desesperada G: Maca, hija, tranquilízate… ¿Qué ha pasado con qué? – dijo sin moverse de donde estaba… M: ¿Cómo que con qué? Con Esther joder – dijo dando un golpe en la mesa - ¿Cómo está, papá? – Volvió a preguntar llorando nuevamente – Dime que está bien, por favor, papá – suplicaba desesperada G: Maca, lo lamento pero eso es información confidencial – respondió algo preocupado por el estado de su hija – por favor, tranquilízate un poco M: ¿Pero como coño quieres que me tranquilice? Papá por favor que han dicho en las noticias que se está muriendo – lloraba, lloraba desgarradoramente, su padre la veía de aquella forma y no sabía muy bien como reaccionar… sentía algo en su interior…¿remordimientos, quizás? – dime que no es cierto por favor, papá… G: Hija, ya te he dicho que no puedo darte esa información… Hizo una pausa… no podía verla de aquella forma… por mucho que no estuviera de acuerdo en algunos aspectos de su vida, era su hija… la quería… a su manera pero la quería y el verla en ese estado le estaba haciendo sufrir, pero su orgullo era más fuerte que él, siempre le pudo… por eso se había equivocado tantas veces… por orgullo, por el maldito orgullo que no le había dejado ver la felicidad de su hija… ya fuera con un hombre o una mujer… por eso seguía pensando lo mismo, el deshonor que sería para él el hecho de que su hija estuviera con una mujer… tragó salive y siguió hablando… G: No te metas en esto, deja que nos encarguemos nosotros… M: ¿Pero como pretendes que no me meta? – Gritó enfurecida ante la actitud de su padre – ¿no ves que no me puedes dejar al margen? G: Macarena, por favor – dijo autoritariamente – ya te he dicho que es información confidencial, solo daremos información de su estado a los familiares más cercanos y no a una de sus amigas… M: Pues entonces dame esa información – dijo en el mismo tono en el que su padre le hablaba… G: Te estoy diciendo que no le daremos información alguna a amigos, tan solo a la familia… M: Es que no es mi amiga, papá – le gritó sin poder ocultarlo más, desesperada, con lágrimas, con dolor, con furia, con tristeza, con rencor hacia su padre – ¡es mi esposa…! 16/Mar/2006 13:26 Gerardo se quedó boquiabierto ante esa confesión… ¿Cómo y cuando se habían casado? ¿Cómo podía ser eso cierto? ¿Cómo era posible que no se hubiera enterado de nada? Y más importante aún ¿Cómo es que él, su padre, no había estado en la boda de su hija…? Lo cierto era que siempre habían soñado juntos con ese día, Maca, desde pequeña, siempre le había dicho que se ilusionaba con le idea de que su padre, el Coronel, la llevara del brazo, con su uniforme de gala, el día de su boda… y él siempre había fantaseado con esa idea… era su niña, y como padre, siempre quiso sentir el orgullo que daba llevar a tu hija hasta el altar… y aunque no hubo altar, ni un hombre que la esperara frente a un cura, lo cierto era que su hija se había casado, con una mujer… si… una mujer… pero aún así había dado ese paso que siempre había sido tan importante para ella y él… él no había estado a su lado… por orgullo, por guardar las formas… por no caer en el deshonor se había perdido el día más importante de su vida… ahora que lo pensaba ¿Qué deshonra era más grande…el hecho de que su hija se casara con una mujer… o ser el peor padre del mundo? Y ahora, no sabía como debía actuar frente a su hija… los remordimientos en aquel momento no le dejaban pensar ni actuar… ¿Cómo no lo había visto? ¿En qué momento de su vida se había convertido en una persona tan cruel? Hasta el punto de negarle la felicidad a su hija… G: ¿Tú… tú esposa? – Logró preguntar – pero ¿cuando? ¿Como? M: ¿Qué más da eso ahora? ¿Yo solo quiero saber como está mi mujer? – dijo sin parar de llorar….

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G: ¿Pero como que tu esposa? – Dijo aún sin creérselo – yo… yo pensé que solo era un juego… que solo te estabas rebelando contra mi… siempre pensé que era un capricho tuyo… yo… yo no creí que la querías tanto… Maca escuchaba las palabras de su padre y se dio cuenta de que algo no cuadraba en lo que estaba diciendo… perecía por sus palabras que conocía la relación existente entre ellas… M: ¿Lo sabías? – Preguntó cambiando el tono - ¿sabías lo nuestro? G: Si, claro que lo sabía, lo sospechaba desde hacía tiempo pero no lo aceptaba… nunca pensé que fuera nada tan serio… por eso… por eso la envié a Irak… creí que separándote de ella se te quitaría de la cabeza esa absurda idea – sin quererlo, él mismo se había delatado, no pretendía hacerlo, pero estaba tan confuso que las palabras salieron solas de su boca… gran error por su parte, pues en cuanto lo dijo, supo que había perdido a su hija para siempre… M: ¿Por eso la enviaste allí? - Preguntó con un gran rencor - ¿Por separarme de ella? G: Hija, Maca, escúchame… - intentó decir M: No – le cortó - ¿No te das cuenta de lo que has hecho? Gracias a ti lo que más quiero se puede estar muriendo en estos momentos – reprochó con furia - ¿tanto te atormenta la idea de que me gusten las mujeres que has llegado a provocar esto? G: Macarena, por favor… M: Eres un hijo de puta – dijo con firmeza, en un tono pausado… salió de aquel despacho… le repugnaba estar en la misma habitación que una persona así… Gerardo se quedó allí, paralizado, sin poder moverse… por primera vez en su vida unas lágrimas osaron salir de sus ojos…. Culpabilidad, remordimientos, era lo único que sentía… había conseguido que su hija lo odiara y tenía demasiados motivos para que eso pasase…. “¿Qué he hecho?” Pensó… 16/Mar/2006 20:05 Un avión militar, con bandera española, totalmente equipado para aquel viaje, sobrevolaba el cielo a más de cinco mil pies del suelo, en su interior, el piloto y el copiloto hacían verdaderos esfuerzos para intentar que las turbulencias no se notaran en lo más mínimo en la zona de pasajeros, pues no era conveniente para su estado… Un médico junto con una enfermera trabajaban duramente por mantenerla con vida, era fuerte, muy fuerte, ya lo había demostrado, cualquiera en su situación ya habría fallecido, sin embargo, Esther tenía algo por lo que luchar, había hecho una promesa y debía cumplirla… Fernando, sentado en el otro extremo del avión, observaba los esfuerzos médicos ante aquél cuerpo inerte, por momentos deseaba que muriera y al instante siguiente se daba cuenta de que eso no podía ocurrir… no debía ocurrir, Esther debía llegar a Madrid con vida, eso se había propuesto… aunque no sabía si sería posible… Sin conocimiento, tumbada en una camilla, Esther luchaba por su vida, pero era difícil, muy difícil… se le acababan las fuerzas… Enfermera: ¡Está entrando en parada! – Gritó de pronto… Dc: No puede ser… se nos va – dijo desesperado – carga doscientos, rápido… Fernando se levantó de su asiento, nervioso, y se acercó hasta ellos… F: ¿Qué pasa? – Preguntó desconcertado Dc: Se nos va…. No va a aguantar Enfermera: Palas cargadas – informó al médico Dc: Descarga… ¡fuera! – después de la descarga, Esther seguía sin mostrar síntomas vitales… F: No puede morir – dijo nervioso – ¡haga algo! Dc: Le dije que era un viaje suicida… no tendría que haberlo autorizado – le gritó – carga trescientos… ya – gritó de nuevo a la enfermera…

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F: Usted encárguese de que siga con vida – le advirtió – el viaje ha sido cosa mía… El doctor lo miró con una expresión que Fernando no acertó a descifrar… la enfermera le volvió a indicar que las palas ya estaban cargadas… Dc: Descarga… ¡Fuera! 17/Mar/2006 00:34 El avión aterrizó en el pequeño aeropuerto militar de la base… Cruz y todo su equipo ya estaban esperando, trasladaron rápidamente a Esther hasta el hospital; el médico del avión había informado a la directora lo ocurrido mientras volaban, fueron directamente a quirófano… Maca se desesperaba en la sale de espera, junto con Eva quien había ido a acompañar a su amiga, había querido entrar pero Cruz se había negado a ello, pues en el estado en el que se encontraba Maca, más que ayudar habría sido un estorbo… Andaba de un lado para otro, nerviosa, esperando noticias que tardaban en llegar… se desesperaba a cada segundo que pasaba, no lloraba, no le salían lágrimas, pero en su rostro se podía adivinar el temor que sentía, junto con la tristeza que le provocaba el pensar que su princesa, su niña podría morir… Dos horas, dos interminables horas y aún no sabían nada sobre el estado de Esther… Eva intentaba darle ánimos a Maca, ánimos que ella también empezaba a perder… De repente la puerta se abrió dejando entrar a una Cruz con síntomas claros de cansancio y un rostro en el que se adivinaba que las noticias no eran nada buenas… al verla, Maca se abalanzó sobre ella M: ¿Cómo está? – Dijo - ¿Está bien? Dime… dime que está viva Cruz, por favor C: Ven, Maca – dijo con tristeza – vamos a sentarnos Al oír eso, Maca se derrumbó más de lo que estaba, no era nada bueno si Cruz había comenzado con eso, ella también era médico, sabía que esas palabras, ese tono… esa mirada de derrota en los ojos de Cruz no podían traer mas que malas noticias… M: Esta… esta… - no podía ni tan siquiera decirlo, Cruz se dio cuenta de por donde iba y la cortó… C: Esta viva, Maca… está viva… - dijo agarrando su mano y dejando pequeños golpecitos en ella… Eva se mantenía en un segundo plano, escuchando todo lo que decían, tampoco podía articular palabra alguna, pues Esther era su mejor amiga, su confidente, su compañera… C: No te voy a engañar, Maca – continuó la cirujana – Esther ha llegado en un estado casi lamentable… afortunadamente hemos podido salvar su vida… pero… M: ¿Pero? – preguntó con los ojos vidriosos C. Verás, en el avión, según me han dicho, entró en parada, casi se les va, y aunque consiguieron estabilizarla, su corazón dejó de bombear sangre al cerebro… no sabemos las repercusiones que eso tendrá… habrá que esperar a que despierte para hacerle más pruebas… M: ¿Cuándo… cuando despertará? – dijo con miedo C: Maca… yo… siento tener que decirte esto… pero – Cruz tampoco pudo esconder su tristeza, sus lágrimas – está en coma, Maca… 17/Mar/2006 13:39 En el otro extremo de la base, dos personas hablaban ante una taza de café… B: Pues que quieres que te diga, tu perfecto plan no ha servido de mucho… ninguna de las dos creyó ninguna de nuestras palabras… F: Ya, que te crees que no lo sé… todo se ha ido a la mierda… no ha servido de nada… pero mira, ahora… puede que nunca vayan

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a estar juntas… B: Si, claro… eso solo pasaría si la estúpida esa no sobreviviera… dicen que está muy mal ¿no? – preguntó con una medio sonrisa… F: La verdad es que si… estuvo a punto de morir en el avión… pero ya ves… es más fuerte de lo que pensábamos – contestó bebiendo un sorbo de café… B: lo que no entiendo es una cosa, Fernando… si la hubieras dejado allí, habría muerto sin que hiciéramos nada, no sé porqué te empeñaste en traerla de vuelta… - dijo con algo de decepción… F: Muy simple, mi querida amiga, si no la hubiera sacado de allí y muriera, como tú dices, Maca jamás me lo hubiera perdonado… y eso es algo que no puedo permitir… piensa que ahora Maca, me tendrá que agradecer el habérsela devuelto, aunque sea en estas condiciones… y si sobrevive… me lo tendría que agradecer de por vida… B: ¿Así que todo lo haces por conseguir a Maca? – preguntó sabiendo la respuesta F: Pues claro, tengo que hacer lo que sea para acercarme a ella… y aunque Esther sea un estorbo… me convenía traerla de vuelta… si no lo hubiera hecho sé que Maca no me lo hubiera perdonado nunca… B: Dime una cosa, Fernando – dijo arqueando las cejas - ¿le disparaste tú? 17/Mar/2006 18:03 Maca se encontraba esperando la autorización de Cruz para poder entrar a ver a su mujer, aunque la cirujana no estaba muy de acuerdo con eso, no pudo negarse, veía a su amiga tan desesperada que le resultó imposible decirle que no era conveniente dejarla entrar, y por ello hizo una excepción… pensó que podría ser bueno para Esther… C: Maca solo te voy a dejar cinco minutos… lo siento pero no puedes estar más tiempo – dijo con tristeza… M: Lo sé, Cruz, sé que estas haciendo una excepción y por eso te lo agradezco… Recibió un abrazo de su amiga y se dirigió a la puerta, abrió con cuidado, si hacer ruido, como quien entra en la habitación de un niño que duerme… entró con cuidado y lo que allí se encontró fue una imagen atroz, su niña estaba llena de tubos, máquinas que dejaban oír un pequeño sonido, señal inequívoca de que estaba viva… le impactó, si, le impactó bastante, aunque ya se había visto ante esas situaciones, ahora era distinto, pues ahora era ella un familiar y no un médico… comprendió todo lo que los familiares de sus pacientes sentían y se vio incapaz de soportarlo… Se acercó a ella con cautela, con miedo, agarró suavemente su mano, con la otra le acarició las mejillas, de nuevo lágrimas en los ojos, de nuevo un profundo dolor… era tan condenadamente doloroso verla así… Intentó hablar, pero las palabras no querían salir de su boca, no podía articular ni una mísera sílaba… tragó saliva, intentando calmar su angustia, la miró de nuevo… “hasta es esta situación estas preciosa, mi vida” pensó mientras continuaba acariciando su cara… M: Ho… hola mi amor – consiguió decir en un murmullo – no sabes el susto que me has dado… creí… creí que habías muerto… pero… pero estás aquí y sé que vas a salir adelante, lo siento aquí – dijo tocándose el corazón – porque… porque tú lo prometiste y sé que no te gusta no cumplir lo que prometes… para eso eres una cabezota – sonrió levemente, se quedó en silencio, la miró de nuevo – no… no me puedo quedar mucho tiempo… Cruz no me deja… ya sabes como es… solo… solo quería verte mi vida, comprobar por mí misma que aún estás aquí… - volvió a callar, le era tan difícil hablar en esa situación… - Si querías librarte de mi podrías haberlo hecho de otra manera ¿sabes? – Bromeó – por que ni te pienses que después de esto voy a dejarte sola… ahora en serio, mi amor, basta de bromas… tienes que despertarte, ¿me oyes? Aún tenemos muchas cosas por hacer juntas, tenemos que ir a Venecia ¿recuerdas? Estabas tan ilusionada por ese viaje… en cuanto despiertes nos vamos, así que ya sabes, deja de hacerte la remolona – regañó con lágrimas – por favor, mi vida – lloró – no puedes hacerme esto… - alguien tocó la puerta – están llamando, mi amor, seguramente será Cruz para decirme que te deje descansar… no te preocupes mi vida que mañana vuelvo, no pienso dejarte… quiero verte despertar, para verme de nuevo en tus ojos – se acercó a ella, dejó un leve y dulce beso en ella… - te quiero, mi vida – susurró – descansa, estaré esperando a que despiertes… Con el mismo cuidado con el que entró, Maca abandonó la habitación de su mujer, al salir de allí se llevó una sorpresa al ver quien era la persona que estaba esperando fuera… M: ¿Qué haces aquí? – preguntó sorprendida…

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F: Hola, Maca… solo quería saber como seguía Esther – dijo acercándose a ella… M: Mal, Fernando… está en coma… - intentó que sus lágrimas le dieran una tregua F: Ya… Maca… yo… no sé que decirte… lo siento de verdad… no sé que ocurrió… yo… M: Fernando – le cortó – tranquilo, tú no has tenido nada que ver en esto… lo cierto es que tengo que agradecerte que la hayas traído de vuelta, de no ser por ti ahora no estaría con vida… F: Maca… era lo que tenía que hacer… no podía dejarla allí… pensé que quizás el estar cerca de ti le daría más fuerzas – Maca lo miró extrañada, nunca hubiera podido imaginar ese tipo de comentarios salir de su boca – no me mires así – dijo adivinando sus pensamientos – Esther me lo contó antes de que pasara esto M: ¿Te lo contó? ¿Qué te contó? – preguntó mucho más extrañada aún F: Pues todo, Maca, lo de vuestra boda… yo… la verdad es que no sé como pedirte perdón por mi comportamiento, he sido un estúpido – la miró – de veras que lo siento – calló un segundo – Esther es una gran mujer y te quiere mucho – dijo intentando parecer sincero – nos hicimos muy amigos allí, ¿sabes? Es una gran persona… M: SI, si que lo es – dijo sonriendo – Gracias, Fernando, de verdad… muchas gracias – se acercó un poco más a él – Sinceramente, no me esperaba esto de ti… gracias Le abrazó, le abrazó como quien abraza a su mejor amigo, creyendo que habían encontrado en Fernando el apoyo que su padre le había negado; por su parte, Fernando sintió en ese abrazo que las cosas estaban saliendo como él pretendía, un nuevo punto a su favor… 17/Mar/2006 23:39 Estaba en casa, había ido a recoger algo de ropa para pasar la noche en el hospital, por nada del mundo quería dejarla sola, lo único que deseaba era estar allí para verla despertar… ser ella lo primero que vieran sus ojos cuando volvieran a abrirse… Si es que se abrían de nuevo… “despertará” se dijo a sí misma dándose ánimos para seguir adelante… Ya lo tenía todo guardado, solo le faltaba cerrar la mochila cuando el timbre de la puerta la sobresaltó… miró su reloj, extrañándose de quién podría ser, pensó en la posibilidad de que fuera Eva trayendo noticias de su princesa y se apresuró a la puerta… M: ¡Papá¡ – exclamó sorprendida - ¿Qué quieres? – dijo con rencor G: Maca, hija, por favor… necesito hablar contigo – suplicó M: Ya… pero es que mira, yo no tengo tiempo que perder con una persona como tú… G: Me lo merezco – dijo con resignación – sé que me merezco tu odio, pero por favor… necesito que me escuches… M: Está bien – contestó con desgana… en ese momento lo odiaba, si, pero también era su padre y a él le debía muchas cosas – Tu dirás. G: Hija, yo… sé que me he portado fatal contigo… y con tu… con tu mujer – dijo asombrando a Maca, que no se esperaba que su padre fuera capaz de decirlo – Sé que he cometido muchos errores en esta vida – continuó – no me siento orgulloso de lo que he hecho… de lo que os he hecho… soy el peor padre del mundo – dijo con lágrimas en los ojos – Sabes que siempre he sido una persona muy orgullosa, y te reconozco que también soy retrógrado – Maca lo miraba sin decir nada – hija, mi orgullo, mi maldito orgullo no me han dejado ver nunca la realidad de las cosas… lo sabes… por eso tu madre me dejó, por eso perdí a una de las personas que más he amado en este mundo y por eso estoy perdiendo a la otra persona que más me importa en la vida… a ti hija mía… por no querer aceptar algo ten bonito como lo que tu sientes por esa chica – hizo una pausa – siempre pensé que era un juego… pero cuando me dijiste que os habíais casado me di cuenta de lo que en realidad sentías, sé que para ti siempre fue un paso muy importante eso de casarte y por ello sé que Esther tiene que ser la mujer de tu vida como para dar ese paso – Maca intentó hablar, pero su padre le detuvo – déjame terminar, por favor – Maca asintió – me e comportado fatal y por eso quiero pedirte perdón, hija, aunque sé que no me lo merezco… - se secó las lágrimas – quiero… quiero ofrecerte mi ayuda en todo lo que necesitéis… y así espero poder ganarme tu perdón y tu cariño de nuevo… M: Papá – dijo algo emocionada – yo… dame tiempo, por favor… esto que ha pasado ha sido muy fuerte como para olvidarlo con unas cuantas palabras…… sé que eres sincero – reconoció – creo que es la primera vez en tu vida que eres tan sincero con alguien, pero comprende que yo necesito tiempo… me has… no, nos has hecho mucho daño, papá…

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G: Lo sé, lo sé hija, lo sé – se levantó y se fue de nuevo a la puerta – no te preocupes… te daré todo el tiempo que necesites…. Solo espero poder ayudarte y que… que vuelvas a confiar en mí… Dicho esto salió de la casa de su hija, dejando a Maca sentada en el sofá llorando… nunca había visto a su padre tan destruido, tan frágil, sintiéndose tan culpable de algo… había sido sincero, ella lo sabía, pero el daño había sido demasiado grande, demasiado profundo como para olvidarlo con cuatro palabras y un par de lágrimas, que aunque le tocaron el alma, sentía que no llegaban a tapar el rencor que en esos momentos sentía hacia él… Terminó de guardar sus cosas y se marchó al hospital, donde paso la noche junto a la cama de su niña, la primera de tantas, la primera de muchas noches esperando un cambio, una reacción por parte de Esther que no llegaba… ni una mejora ni un empeoramiento por su parte… nada… absolutamente nada… cada noche era igual a la anterior, sentada en la fría silla de aquella habitación, intentando dormir algo pero siempre a la espera de un milagro… un milagro que no llegaba nunca… dos meses habían pasado ya… dos meses desde que Esther entrara en ese mundo de sueños del que no parecía dispuesta a regresar… Maca cada día y cada noche perdía un poquito más las esperanzas… mucho más delgada y algo demacrada seguía pasando las noches en aquel lugar, esperando… esperando…esperando… y cada noche lo mismo, los mismos nervios cada vez que entraba en la habitación, las mismas palabras de ánimos “Hoy, si” se decía cada día al despertar, ese era su ritual cada mañana, un ritual que había creado para darse fuerzas a sí misma… “Hoy si despertará”… pero por desgracia nunca ocurría… Aquella mañana estaba más cansada que de costumbre, Eva entró en la habitación, como venía haciendo desde semanas antes, siempre iba por las mañanas, después del entrenamiento para que Maca pudiera ir a su casa ducharse, comer algo e ir a trabajar, mientras ella se quedaba con Esther para que no estuviera sola… EV: Maca… - susurró para despertarla – Maca… ya estoy aquí M: Hola Eva – dijo abriendo los ojos - ¿Ya has acabado? EV: Si, si ya estoy aquí… anda venga, vete un rato y descansa – dijo con cariño… M: Vale… ya voy – se levantó, se acercó a Esther y acarició su mejilla EV: ¿Cómo ha pasado la noche? – preguntó M: Igual… no hay cambios – dijo sin dejar de mirar a su princesa EV: Ya… - contestó decepcionada – anda, vete ya que tienes cara de cansada M: Estoy muerta, la verdad – la miró y volvió la vista a Esther – dentro de un rato vuelvo, mi amor – volvió a acariciarla con sumo cuidado y se alejó de ella para dirigirse de nuevo a Eva– si hay algún cambio… EV: Te aviso, no te preocupes – la cortó. Eva se acercó hasta la cama, miró con ternura a su amiga, se sentó donde antes había estado Maca y se puso a leer un libro, estaba inmersa en la lectura cuando algo, un ruido extraño la sobresaltó… 18/Mar/2006 14:26 Miró a Esther y supo lo que iba a pasar en cuestión de minutos, no sabía como pero lo supo, salió de la habitación como si de un rayo se tratase, tendía que avisar a Maca, con un poco de suerte aún estaría en recepción, al fin y al cabo se acababa de marchar, pero desgraciadamente no la encontró, ya se había marchado, pensó en salir a buscarla, sin embargo era consciente de que no había tiempo para eso, tenía que volver a la habitación, con Esther, dio el aviso para que llamaran a un médico y volvió dentro… Una máquina continuaba sonando, un pitido repetido, cada vez más rápido… Eva estaba nerviosa, andaba de un lado a otro de la habitación, se frotaba las manos inquietas… se giró hacia ella y entonces lo vio… un leve movimiento…muy leve… Esther, con dificultad y muy despacio movía la cabeza… estaba empezando a despertar… Eva se acercó a ella, con lágrimas en los ojos… EV: Esther… - susurró – Esther, cariño… - dijo cariñosamente E: Mmmm – murmuró algo dolorida – mmm a… agua – pidió inaudiblemente Eva sonrió, por fin su amiga, su compañera, salía de ese trance en el que había estado tanto tiempo…

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EV: Tranquila, shhh, tranquila no hables – pidió Y Esther por fin abrió los ojos de nuevo, adaptándose poco a poco a la luz, algo molesta por ella, con algo de dificultad y con una expresión de dolor en la cara, miró a su amiga, sonrió al verla allí, estaba confusa, no sabía que había pasado, no entendía que hacía en aquella cama… E: ¿Dónde… donde estoy? – Preguntó - ¿Qué… que ha pasado? EV: Estas en el hospital – contestó acariciando su pelo - ¿No te acuerdas? E: No… no recuerdo que ha pasado…. Agua – pidió de nuevo… Eva la acercó un baso de agua, el cual ayudó a beber, lentamente, poco a poco…. E: ¿Qué ha pasado, Eva? – volvió a preguntarle a su amiga después de hacer un gesto para decir que no quería más agua… EV: No te preocupes, ahora cuando venga el médico te lo dirá, ahora tienes que descansar… no hables Esther, tienes que guardar fuerzas – intentó tranquilizar… E: Esta bien, Eva, está bien – contestó… EV: Eso es, mi niña, eso es… tu descansa… voy a avisar a Maca – dijo sonriendo – está deseando verte – anunció… Fue hacia la puerta cuando de nuevo la débil voz de Esther la detuvo E: ¿Maca? ¿Quién… quien es Maca? 18/Mar/2006 18:38 Mientras Esther despertaba del coma, Lucía, quien había llegado a España hacía escasos dos días se encaminaba a paso ligero hacia el despacho del Coronel, tenía que hablar con él, había algo que le inquietaba en toda esa historia y creyó necesario contárselo al responsable de la base militar por si tal vez podría ayudar en la investigación… La secretaria del Coronel le dio permiso para entrar en el despacho de éste… L: Cabo Lucía Suárez, señor – Dijo cuadrándose ante él G: Descanse, cabo – autorizó – ¿a que se debe su visita? L: Quisiera hablarle sobre lo ocurrido en Irak, señor – dijo con seguridad G: Aja, tome asiento, por favor – señaló la silla que había enfrente de él – cuénteme L: Verá, la noche en la que la Sargento García fue disparada, ocurrió algo que realmente me preocupa, señor G: No la entiendo, explíquese – ordenó L: Aquella noche, ella tenía guardia junto con otro compañero, señor – comenzó su relato – El caso es que en un momento determinado el Sargento Acosta fue a hablar con la Sargento García, señor G: No veo nada raro en ello – dijo serio L: No, claro que no, eso no es lo extraño… lo que me resulta raro es que ordenara al soldado que acompañaba a la Sargento García a que les dejara solos, señor – hizo una pausa para mirar al Coronel, quien escuchaba con intriga todas sus palabras – el caso es que este soldado los escuchó discutir de una manera algo acalorada…. Y… y bueno, minutos más tarde, la Sargento recibió aquel disparo… G: Espere un momento – la cortó - ¿Insinúa usted que el Sargento Acosta tubo algo que ver en ese incidente? – Preguntó incrédulo – ¿Sabe usted que eso son acusaciones muy serias que no se pueden lanzar así como así y que está hablando usted de un Sargento respetado y de intachable conducta? L: Lo sé, señor y no, no estoy acusando a nadie, señor, simplemente le estoy informando de algo que supongo usted no sabría y

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que puede ser importante para la investigación… Gerardo se quedó pensativo, sopesando cada palabra de aquella cabo, recordando la actitud de Fernando en cada momento, realmente no le extrañaba que hubiera discutido con Esther, sabía que lo la soportaba y mucho menos después de enterarse de que estaba con Maca, aún así, no podía creerse lo que estaba insinuando aquella mujer, Fernando podría ser muchas cosas pero no un asesino… pero lo cierto era que tampoco podía dejar a un lado esa información, máxime cuando el mismo Fernando la había ocultado… G: Esta bien, cabo, se tendrá en cuenta su declaración – dijo mirándola – gracias por su colaboración… puede marcharse… Lucia se levantó, saludó al Coronel y desapareció de aquel despacho sabiendo que había hecho lo correcto, no sabía a ciencia cierta lo que había pasado aquella noche, pero sí era consciente de que aquella discusión entre Esther y Fernando no podía permanecer oculta… puso rumbo al hospital, ya que estaba allí quería saber como seguía su amiga…

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Parte II 19/Mar/2006 17:03 Al escuchar esa pregunta, Eva detuvo sus pasos asombrada, no entendía que pasaba, ¿Acaso Esther le estaba gastando una broma? ¿Cómo era que se acordaba de ella y no de Maca? Se acercó de nuevo a la cama EV: No… ¿no sabes quien es Maca? – pregunto dubitativa E: No… - contestó extrañada – ni idea… ¿quien es? EV: Pues Maca, es tu… En ese instante la puerta se abrió, Cruz entró seguida de Maca quien sin darle tiempo a Eva a reaccionar se acercó hasta la cama de su mujer, con lágrimas de felicidad y con una gran sonrisa en los labios… M: Cariño – dijo acercándose con cautela y embriagada en amor - ¿Cómo estas? – preguntó feliz E: Bi… bien… creo – la miraba como quien mira a un desconocido – tu… ¿tu quien eres? – preguntó Ante esa pregunta, Maca se quedo helada, en un primer momento, como Eva, pensó que era una broma de su niña, pero solo fue un instante, ya que al mirarla a los ojos no se reconoció en ellos y entonces supo que su reina no se acordaba de ella, ni tan siquiera sabía quien era… la sonrisa se borró de su cara, las lágrimas, antes de felicidad pasaron a ser amargas, la alegría que sentía al saber que su mujer había despertado pasó a ser una tortura al descubrir que nada sería lo mismo a partir de ese instante… Cruz, quien miraba la escena desde un segundo plano, decidió intervenir al ver la confusión que se había creado en ellas… C: Maca, Eva, salid fuera, tengo que mirar a Esther… M: Pero Cruz – dijo sin saber qué era lo que pasaba y haciéndoselo saber a su amiga con la mirada… C: Lo sé, Maca… por eso mismo… por favor, déjame con ella Cuando ambas mujeres salieron de la habitación, Cruz se acercó a la cama ante la expectante mirada de Esther, se sentó junto a ella y comenzó a hablar… C: ¿Sabes quien soy? E: No… bueno… supongo que médico pero no te conozco – contestó C: Ya… soy Cruz – calló un segundo esperando que Esther recordara algo… E: lo siento, pero no sé quien eres… C: ¿Reconoces a alguna de las dos chicas que han estado antes aquí? – continuó preguntando E: Si, claro, a Eva, la otra chica no sé quien era – dejó de hablar un instante – ¿debería conocerla? – preguntó… C: ¿Sabes que día es hoy? – dijo sin hacer caso a su ultima pregunta E: Emmm… no, lo cierto es que no – dijo con una media sonrisa C: Bueno, no te preocupes – sonrió también – dime cual es el último recuerdo que tienes, Esther… Esther hizo un gesto haciendo ver que intentaba recordar, al cabo de unos segundos volvió a hablar… E: Pues recuerdo que estaba en mi jura de banderas a la espera de destino… en una fiesta y que luego me destinaron a la base militar de Madrid Cruz frunció el ceño, parecía que sus sospechas se confirmaban ante esa afirmación por parte de la Sargento, quien al ver la cara de la doctora se extrañó aún más…

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E: ¿Ocurre algo? – preguntó confusa C: No, no – tranquilizó – es simplemente que debido a tu estado has olvidado ciertas cosas, pero no te preocupes, supongo que es normal…. Ahora lo que tienes que hacer es descansar… yo tengo que irme… en un rato volveré para ver como sigues… Esther se quedó con cara de incredulidad, no entendía que le pasaba y mucho menos esas preguntas que le había hecho la doctora, estaba cansada, así que decidió no pensar en ello por ahora y descansar como bien le habían dicho… Al salir de la habitación, Cruz se encontró con una Maca preocupada y triste que se acercó a ella nada más verla… M: ¿Qué le pasa, Cruz? – preguntó nerviosa Con gesto serio y también preocupado Cruz hizo que Maca se sentara junto a ella para explicarle lo que creía que le pasaba a su mujer… C: Verás… por lo poco que he podido observar en Esther, parece que padece una amnesia selectiva… M: Como que una amnesia selectiva… - dijo – ¿a qué te refieres? C: Pues debido a una experiencia traumática su cerebro ha borrado todos los recuerdos relacionados contigo – Maca se vino debajo de nuevo, Cruz acarició su mano y continuó con la explicación – no sé muy bien como, por lo que creo, lo que pasó tiene que estar relacionado de alguna forma con vuestra historia, y como mecanismo de autodefensa su mente te ha borrado, pero no solo a ti… ha borrado todo lo que tenga que ver con vosotras, personas, días, conversaciones… lugares… M: ¿Pero como? – logró preguntar C: No lo sé, cariño, lo siento pero no lo sé – contestó también visiblemente afectada –lo único que te puedo decir es que Esther lo recuerda solo hasta el día que llegó aquí, antes de conocerte… todo lo posterior lo ha borrado… para ella es como si este año contigo no hubiera pasado… Maca se quedó en silencio, no era posible que su niña, su esposa, su princesa su hubiera olvidado de ella así como así, sin motivo aparente, no lo entendía, realmente nadie lo entendía, lloró de nuevo… todo lo que habían pasado juntas, tantas noches de amor sin reservas, las peleas, las reconciliaciones, los besos, las caricias, las risas… su boda… todo, todo lo había olvidado, no era posible… no podía ser posible… Cruz continuaba hablando, ella no la escuchaba… C: Maca, tienes que estar tranquila, mira yo ahora voy a llamar a mi hermano, es un gran psicólogo, seguro que podrá ayudarla, no te preocupes, esta tarde estará aquí… - Seguía intentando por todos los medios tranquilizar a Maca, quien no paraba de llorar… M: Es… ¿Es transitorio? – Logró preguntar en un hilo de voz apagado… 19/Mar/2006 22:55 C: No lo sé, Maca, realmente no sé mucho más que tú – contestó – será mi hermano quien pueda darnos más respuestas – se levantó – voy a llamarlo… M: Vale – dijo derrotada - ¿Puedo entrar a verla? – preguntó de nuevo C: Si, claro que si – sonrió – pero te aconsejo que no le digas nada de vosotras… no sé, si te pregunta dile que sois amigas o que también eres su médico – calló de nuevo un segundo – pero no le digas nada de vuestra historia… al menos hasta que sepamos algo más… M: Está bien… no sé como lo haré pero supongo que no tengo otra opción – decía triste EV: Venga, Maca, seguro que no será nada importante – animó después de haber estado escuchando todo lo que le ocurría a su amiga y sin poder creérselo ella tampoco… Maca sonrió levemente en señal de agradecimiento a Eva y se dirigió poco a poco hasta la puerta de la habitación de su niña, tomó aire al coger el pomo, se secó las lágrimas y entró con cuidado… Esther miraba hacia la ventana y al escuchar el ruido de la puerta volteó la cara para encontrarse de lleno con los ojos de Maca, unos ojos que le parecieron demasiado tristes… la miró con extrañeza…

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E: Hola – dijo mientras Maca se acercaba… M: Hola, Esther – intentó parecer lo más tranquila que podía - ¿Cómo te encuentras? E: Bien… supongo… algo rara, no sé que me ha pasado – hablaba con tranquilidad – tu eres… perdona, no sé quien eres… M: Soy Maca – Dijo intentando que con su nombre Esther recordara algo - ¿Me recuerdas? E: Mmmm – la miraba de arriba abajo – no… lo siento, no te recuerdo… ¿Debería? Cruz me ha dicho que e olvidado cosas y no sé que cosas son… M: Bueno, si es cierto que debido a lo que te ha pasado has olvidado muchas cosas, pero tranquila – dijo en un tono de voz bajo – estoy segura de que pronto lo recordarás – acarició su mano, eso último que dijo no eran solo ánimos para Esther, también para ella… E: ¿Qué me ha pasado? Aun nadie me ha dicho qué hago aquí M: No creo que sea el momento de hablar de ello, es mejor que descanses… E: Ya… - dijo decepcionada – pero no es tan fácil… M: Ya sé que no es fácil, cariño – dijo sin darse cuenta – pero es lo mejor para ti ahora mismo… E: ¿No eres mi médico, verdad? – preguntó M: ¿Por qué dices eso? – dijo extrañada E: Porque me has dicho cariño, y no creo que un médico llame así a sus pacientes – sonrió Maca se maldijo por ese lapsus que tubo, fue inconsciente, no se había dado cuenta, pero sabía que tendría que poner más detenimiento en sus palabras, pues como dijo Cruz, no era conveniente decir ni hacer nada que le diera entender a Esther una relación entre ambas, al menos hasta que llegara el hermano de Cruz… M: No, no soy tu médico, tienes razón – dijo al fin con una medio sonrisa en la cara – lo cierto es que nos conocimos cuando llegaste aquí y… - que difícil le resultaba mentirle – y bueno nos hicimos amigas… E: ¿En serio? – preguntó más confusa si cabía – cuantas… ¿cuantas cosas no recuerdo? M: Tranquila, Esther, tienes que estar tranquila – rozó su mano dejando una leve caricia en ella, Esther miró hacia esa caricia y parecía que sonreía levemente – ahora tienes que descansar – dijo casi susurrando – intenta dormir un poco… E: Si, creo que será lo mejor – bostezó – estoy muy cansada… M: Entonces duerme… que yo me quedaré aquí – continuaba acariciando su mano, Esther no rechazaba esa caricia… E: No sé que tiene tu voz, pero es tranquilizadora – susurró antes de quedar dormida del todo… 19/Mar/2006 23:54 Dejando a Esther dormida, salió de la habitación cabizbaja, sin ganas de nada, solo con ganas de despertarse de aquella pesadilla aún sabiendo que ya estaba despierta… levantó la vista para encontrarse con Lucia, quien llegaba en ese momento L: Hola, Maca… ¿Qué tal está? – preguntó dándole dos besos a la mujer de su amiga… Después de contarle como se encontraba Esther se sentaron a hablar más tranquilas… L: Entonces ahora solo queda esperar a saber que es lo que dice el psicólogo ¿no? M: Si, eso parece – dijo triste… L: Venga Maca, no puedes venirte abajo ahora, tienes que ser fuerte… Esther te quiere con locura y sé que lo va a recordar – sacó una bolsita de tela que llevaba en el bolso – esto se lo quitaron en el hospital de Bagdad, venía a dárselo a ella, pero supongo que será mejor que te lo dé a ti – dijo extendiéndole la bolsita…

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Maca sacó el contenido de la bolsa y descubrió el anillo de bodas de su niña, lo miró y de nuevo comenzó a llorar, se aferró a anillo sin poder dejar que sus lágrimas dejaran de correr por su rostro, Lucía intentaba calmarla, le decía que todo saldría bien, pero Maca tenía serias dudas de ello… Cuando Maca se había calmado un poco comenzaron a hablar de cómo les había ido a Esther y a ella durante el viaje antes de que ocurriera aquello, entonces Maca se dio cuenta de algo… M: Espera, hay una cosa que no entiendo…. ¿Dices que Esther evitaba a Fernando? – preguntó L: Pues si y no me extraña para nada, ese tío estaba de un pesadito con ella, siempre intentando meter cizaña entre vosotras… M: Es que no entiendo nada – dijo cortándola – según me dijo Fernando se habían hecho muy amigos… incluso… incluso Esther lo contó que nos casamos… L ¿Eso te dijo el muy cínico? – Dijo enfadada – pero si esa misma noche… la noche en la que dispararon a Esther tuvieron una bronca increíble M: ¿Que? – casi gritó… ¿Sería posible que Fernando tuviera algo que ver en todo aquello? ¿Por qué le había mentido de esa forma tan descarada? ¿Qué buscaba? ¿Qué ocultaba? Sin decir nada se levantó de su asiento y salió corriendo del hospital… 20/Mar/2006 12:17 Llegó a su destino y sin esperar entró dejando ver en su rostro el desconcierto y el enfado que teína… M: Tienes que ayudarme… mejor dicho ayudarnos – le dijo más en una orden que en una suplica. G: Hija, cálmate, ¿que pasa? – preguntó preocupado Después de contarle todo lo que le había dicho Lucía sobre Fernando y lo que éste le había comentado cuando llegaron, Gerardo se quedó pensativo… G: Macarena – comenzó a hablar después de oír todo lo que su hija le comentó – no tenemos pruebas de nada y no podemos acusar a nadie de algo como lo que tú estas insinuando… M: Papá por favor, ¿es que no te das cuenta? – Dijo teniendo claro las cosas – ¿no te parece extraño que se comporte de esa forma? ¿Por qué miente? Algo oculta, estoy segura, y mucho más después de lo que Lucía nos ha dicho, ya era raro que se hubieran hecho amigos, era raro que estuviera tan interesado en su estado… G: Maca, sé que es raro, pero también pienso que ha podido cambiar, realmente nadie sabe qué pasó aquél día, solo lo sabe Esther, y por desgracia no lo recuerda… M: Papá, yo estoy totalmente segura de que Fernando está ocultando algo, que tiene algo que ver en toda esta historia… ¿Me vas a ayudar? G: Hija, te vuelvo a decir que no podemos acusar a nadie… no tenemos pruebas de nada… simplemente tu intuición pero hija, lo siento… eso no es suficiente… M: Ya veo que tu arrepentimiento no era sincero – dijo decepcionada – Mejor me voy… no tengo nada más que hacer aquí… G: Maca – gritó antes de que su hija se fuera – hija – pero Maca ya había salido de allí, decepcionada con su padre, e intentando buscar alguna manera de desenmascarar a Fernando… Por su parte, el Coronel, se había quedado en su despacho sopesando toda la información que poseía con respecto a Fernando… él había organizado el plan para que Esther se fuera de España, para separar a su hija de ella, la odiaba, la odiaba demasiado, para Fernando, Esther era un estorbo en sus propósitos, los cuales, sospechaba el coronel que no solo se trataban de aquella boda con su hija, tenía que haber algo más, nadie se toma tantas molestias por una boda, si a esto le sumamos la bronca entre ellos el día en que ocurrió todo y el hecho de que Fernando mintiera… era raro, realmente todo lo que estaba pasando era muy extraño…

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G: Margarita – dijo hablando con su secretaria – haga venir al sargento Acosta, por favor – pidió… Fernando llegó tras varios minutos con una sonrisa triunfal que no había desaparecido de él desde que llegaron de Irak… F: Dime suegrito, me han dicho que querías verme – dijo sentándose en la silla en frente del coronel… G: Si, si que quería que habláramos – se levantó de su silla y comenzó a andar por el despacho – verás Fernando, hay algo que me tiene intrigado desde que llegasteis de Irak… F: Tú dirás… soy todo oídos… G: Lucía me ha comentado que la noche en la que dispararon a Esther tuvisteis una pelea algo… acalorada por decirlo así… en cambio tú dices que tu relación con ella llegó hasta la amistad – calló un segundo – la verdad es que no lo entiendo demasiado bien… F: Hay, suegrito, suegrito…. Es cierto, Esther y yo discutimos, no te lo voy a negar, pero claro, no puedo decirle eso a tu hija, tengo que comportarme con ella como la mejor persona de este mundo… así propiciaré un acercamiento entre ambos… y lo estoy consiguiendo, no te creas, ahora mismo, Maca confía mucho en mí… Gerardo lo escuchaba en silencio, sin hacer ningún tipo de gesto que pudiera dejar ver lo que pasaba por su mente en esos momentos… G: ¿Sabes? – Dijo de repente – creo que lo que le ha pasado a Esther es lo mejor que nos ha podido pasar, ahora será más fácil alejarla de mi hija… aunque – se quedó pensando en lo que iba a decir – una lástima que no muriera, hubiera sido mejor que desapareciera de una vez por todas de nuestras vidas – lo miró, la expresión de Fernando era de orgullo – ojalá supiéramos quien disparó… para agradecérselo, claro – sonrió… 20/Mar/2006 20:25 F: Si, la verdad es que es una pena no saber quién lo hizo – contestó a su superior G: Es raro ¿no? Quiero decir… tú estabas allí, estabas muy cerca… ¿algo debiste ver u oír no crees? F: No… lo cierto es que no vi ni oí nada extraño – por alguna extraña razón se estaba poniendo algo nervioso… G: Ya… claro… aunque si hubieras visto algo me lo dirías ¿verdad? F: Gerardo, ¿Estas insinuando algo? No sé… si tienes algo que decirme dímelo directamente… hay confianza entre nosotros… G: ¿Qué te hace pensar que insinúo algo? Simplemente sigo el protocolo en estos casos… comprenderás que por mucho que esto sea bueno para nosotros tengo que investigar lo que pasó… - arqueó una ceja esperando una respuesta de su subordinado… F: Claro… claro… lógico… - cada vez estaba más nervioso… no sabía ha donde quería llegar el coronel… G: Bien, entonces, permíteme que siga con este paripé, amigo mío – sonrió con tranquilidad – dices que aunque estabas cerca no viste nada… F: Si, Gerardo, si, ya te lo he dicho no oí ni vi nada fuera de lo normal – se desesperaba… G: Ya… pero es que jeje, perdóname, me sigue resultando raro…llegaste el último, según tengo entendido ¿no? F: si, llegué el último, tuve problemas para llegar hasta allí – aunque lo intentara no conseguía aguantar la extraña presión que se estaba formando en él… G: Pero si estabas cerca, no sé que tipo de problemas pudiste tener para llegar el primero… - todo empezaba a cuadrarle… de un modo extraño todo empezaba a cuadrarle… F: Pues porque tenía que dejar que llegaran ellos primero – dijo sin ser consciente de lo que había dicho… G: Y eso porqué – Continuó sabiendo que ya casi lo tenía entre las cuerdas - ¿Porqué tenían que llegar ellos primero? Podrías haberla socorrido… F: Pues…. Por que… que… no quería… levantar sospechas

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Ante esa afirmación, Gerardo sonrió sabiéndose ganador, sabía que Fernando no aguantaría mucho más… así que decidió dar el último empujón… G: Entre tú y yo, Fernando, ¿disparaste tú, verdad? – Lo miró dándole confianza – venga, reconócelo… si es lo mejor que pudiste hacer… creo que incluso te merecerías ese ascenso que tanto estas buscando – continuó diciéndole lo que él quería oír - ¿o me vas a negar que estas buscando mi puesto? Fernando, te conozco demasiado bien… y sé que si te casas con mi hija este puesto estará más cerca de ti… y yo no veo mejor persona que tú para él… F: Y… y que te hace pensar que le disparé yo – dijo intentando seguir pareciendo tranquilo… G: Fernando…. En serio… solo contéstame… somos amigos y cómplices en esto… creo que tengo derecho a saber lo que pasó, sobretodo porque a mi también me conviene saberlo, para acercarme a mi hija igual que tú – lo miró de nuevo - ¿disparaste o no? F: Pues sí Joder – dijo ya sin poder negar lo evidente – claro que disparé, esa estúpida me dijo que se había casado con tu hija… la odié tanto que quería verla muerta… por eso disparé… ¿contento? G: Pues si… mucho – dijo tranquilo y sonriendo – no ha sido tan malo reconocerlo ¿no? F: No… jeje… claro que no – lo miró y creyó ver aceptación en los ojos de su Coronel – entonces… ¿estamos de acuerdo en que fue lo mejor? G: Pues verás Fernando… - lo miró esta vez con odio – lo cierto es que no estamos para nada de acuerdo… F: ¿Qué quieres decir? – dijo dudoso, sin entender nada… G: Pues que a partir de este momento quedas relegado de tu puesto, se te quitarán todos los honores, se te abrirá una investigación y tendrás un juicio militar – lo miró con furia – y reza para que no sea yo quien tenga que condenarte… F: Eres un hijo de puta – gritó, intentó sacar un arma pero en ese momento llegaron dos militares que lo redujeron mientras él forcejeaba – esta me la pagarás – gritaba – todos me las pagaréis… - y dicho esto se lo llevaron detenido… 21/Mar/2006 00:19 Mientras todo esto ocurría en el despacho del coronel, Maca entraba de nuevo en el hospital donde se encontró con Cruz que hablaba animadamente con un chico al que supuso su hermano… C: Maca, hola… mira este es mi hermano Arturo – dijo señalando al chico – y Arturo, esta es Maca A: Hola, encantado – extendió su mano… M: Hola – dijo devolviéndole el saludo - ¿Ya has entrado a verla? A: No ahora iba, quería saludarte antes… Cruz ya me lo ha contado todo… M: Ya… supongo que necesitarás saber todo lo que puedas de nosotras… A: Si, pero tranquila, ya habrá tiempo para que tú y yo hablemos, ahora tengo que ir a hablar con tu esposa M: ¿Puedo acompañarte? – preguntó A: Mejor que no, Maca, tengo que hablar con ella a solas… lo siento – dijo dejando un golpecito en su hombro… Arturo entró en la habitación de Esther, cogió una silla y se sentó al lado de su cama… A: Hola, Esther, soy Arturo, psicólogo y estoy aquí para ayudarte a recobrar la memoria… E: ¿La memoria? – Dijo – no entiendo… si yo recuerdo perfectamente… A: ¿Nadie ha hablado contigo sobre lo que te ha pasado? E: No… aún no sé ni porqué estoy aquí, ni porqué de repente dicen que e olvidado algunas cosas y mucho menos sé porqué de repente aparece gente en mi vida de la que ni tan siquiera tenía constancia de que existían – en su voz se podía notar el

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nerviosismo y la incredulidad que sentía… A: Verás Esther… Arturo le contó la causa por la que se encontraba en el hospital, le contó que fue a Irak y que allí la hirieron, con delicadeza le fue contando también que debido a ello su memoria ha borrado los recuerdos del ultimo año… Esther, más confusa aún si cabía, no podía creerse lo que el psicólogo le estaba contando, Había perdido un año de su vida… un año que ella no acertaba a recordar por más que lo intentaba después de que Arturo le dijera lo de su amnesia… A: Tienes que tener paciencia, Esther… los recuerdos vendrán por si solos, cuando menos te lo esperes… E: ¿Pero como me pides que tenga paciencia? – Dijo desesperada – no sé hasta qué punto ha podido cambiar mi vida… hace un año yo era Cabo y de repente me cuentas que soy Sargento, que he estado en Irak que me han herido y ni siquiera soy capaz de recordarlo… A: Ya sé que es duro… pero yo estoy aquí para ayudarte, todos estamos aquí para ayudarte… E: ¿Puedes dejarme sola? – Preguntó con lágrimas en los ojos – por favor… - susurró Arturo, entendiendo que Esther necesitaba su tiempo para asimilar lo que le había ocurrido salió de la habitación, en el pasillo se encontró a Maca quien esperaba impaciente la salida de Arturo… A: Está bien – se adelantó antes e que le preguntaran – solo necesita tiempo, se ha llevado una gran impresión al saber lo que le ha pasado… M: Uff… vale… Bueno… ¿tu como lo ves? – preguntó al psicólogo A: La verdad… difícil… pero con estas cosas nunca se sabe, Maca… puede que recupere la memoria mañana mismo o puede que no la recupere nunca… M: Bueno pero algo se podrá hacer ¿no? No sé… llevarla a sitios en lo que ha estado o enseñarle fotos… A: No, Maca… ahora mismo ese no es el modo… eso lo único que haría sería confundirla aún más de lo que está… esto tiene que ser poco a poco, que le vayan viniendo los recuerdos a ella sin forzar las cosas… M: ¿Me estas diciendo que no puedo hacer nada por mi mujer? – preguntó dolida A: Desgraciadamente no, Maca… yo te aseguro que voy a hacer todo lo que pueda por ayudarla pero no te puedo garantizar que recupere la memoria… como te dijo Cruz es un mecanismo de autodefensa que se ha creado ella misma y solo ella podrá quitárselo cuando esté preparada… M: ¿Pero como se lo va a quitar si no recuerda nada? – dijo desesperada y sin entender absolutamente nada… A: Maca, tranquilízate – casi ordenó – no puedes ponerte así… Esther te va a necesitar fuerte y segura a su lado, así que no te pongas así M: ¿Pero como quieres que me tranquilice, por Dios? –Lloró – me estás diciendo que mi esposa, la mujer de mi vida puede que no me recuerde nunca más y que yo no puedo hacer nada contra eso… Arturo la abrazó, calmando así el llanto de Maca, había tratado en numerosas ocasiones ese tipo de casos y sabía que los familiares recordados o no, tenían que permanecer fuertes… Los días pasaban, Esther seguía sin recordar, todas las mañanas Arturo iba a visitarla, se estaba forjando entre ellos una gran amistad… Maca cada día que pasaba se acercaba más a Esther, quien aceptó su compañía creyéndola solo una amiga, le gustaba estar con ella, no sabía porqué pero le encantaba pasar las horas hablando de todo y de nada junto a Maca, debían haberse hecho grandes amigas antes de que ella perdiera la memoria… Por supuesto, Esther de vez en cuando se venía abajo, intentaba recordar pero no lograba nada más que un fuerte dolor de cabeza y mil y una preguntas más que añadir a su ya larga lista…

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Algunos días preguntaba sobre lo que había pasado en su vida durante ese año negro en su mente, pero nunca obtenía todas las respuestas… Aunque le aclaraban algunas dudas otras quedaban en el aire, si ser resueltas… luchaba contra unos demonios que no lograba ver… y siempre con la misma sensación… lo tenía todo, eso parecía, tenía grandes amigos que la estaban ayudando, era Sargento sin recordarlo, pero Sargento al fin y al cabo, lo que siempre quiso… ¿por qué sentía que le faltaba algo? Y llegó el día en el que le daban el alta a Esther, estaba terminando de hacer la maleta cuando se fijó en algo, sin saber porqué se había quedado mirando sus manos, sus dedos, algo faltaba allí, no sabía el qué ni por qué pero algo era… EV: Qué, ¿lista para volver a la vida militar? – dijo Eva entrando por la puerta de la habitación – Maca viene en un segundo con tu alta… E: Eva yo… ¿Yo me he casado? 21/Mar/2006 20:47 EV: ¿Que? – preguntó más que sorprendida por aquella pregunta que le había cogido por sorpresa E: nada, déjalo – respondió – tonterías… EV: No, Esther, no… tonterías no, si me has hecho esa pregunta será por algo – dijo queriendo saber hasta donde recordaba su amiga… E: En serio Eva, era una tontería… seguramente estoy confundiendo cosas – continuó quitándose esa idea de la cabeza – tengo tantas ganas de recordar que creo que ya me invento lo que sea… EV: Pero Esther, es que… E: En serio, Eva – la cortó – déjalo… sé que es una idiotez lo que te acabo de preguntar… además… ¿Cómo he podido casarme en un año? ¿Con quién? Y si fuera cierto a ver, dime ¿Dónde está mi marido que no ha venido a verme? – Preguntó a su amiga… EV: Escúchame, Esther y escúchame bien – Esther la miró expectante, esperando que su amiga comenzara a hablar, pero cuando iba a hacerlo la puerta de la habitación se abrió… M: ¿Cómo esté mi chica favorita? – Dijo entrando sonriente – supongo que con ganas de irte a casa ¿no? E: Pues si, la verdad es que muchas… ¿ya traes el alta? M: Pues si, aquí la tienes – dijo entregándole el papel, en ese momento miró a Eva y vio algo raro en su expresión - ¿Te pasa algo, Eva? EV: Si, es que Esther… E: Nada, Eva, no me pasa nada – dijo en tono autoritario – solo que tengo muchas ganas de irme ya de aquí… M: Vaya… me desilusionas… ¿tantas ganas tienes de perderme de vista? – siempre que hablaba con Esther intentaba parecer lo más tranquila posible, intentando no dejar ver sus sentimientos, aunque había momentos en lo que no lo lograba – y yo que creía que habías empezado a quererme un poquito – dijo triste… E. jajaja, pero que tontita eres, si sabes que te necesito… mucho – después de decir esto se sintió extraña ¿Porqué lo había dicho? ¿Por qué cuando Maca aparecía se sentía de esa manera? ¿Por qué tenía esa necesidad de pasar más tiempo con ella? ¿Por qué le daba miedo que cuando saliera de ese hospital y comenzara con su rutina Maca se alejara de ella? M: Esther, cariño, ¿Estas bien? – preguntó preocupada por su mujer, que se había quedado mirando a la nada E: Si, si no te preocupes… no es nada – sonrió y vio como Maca le devolvía la sonrisa, le encantaba verla sonreír… Llegaron hasta los barracones, Esther lo miraba cada rincón, esperando que los recuerdos vinieran a ella, pero parecía que aún tendría que esperar, nada… no lograba recordar nada… Héctor entró dándole un cálido abrazo a su amiga… H: ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís?

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E: Bien… ya sabes… - le dio un par de besos – y bueno… ¿Qué haces tú aquí? Sabes que este no es tu barracón H: Ya, lo sé… vine a avisarte de que el Coronel quiere verte E: ¿El coronel? – Preguntó extrañada - ¿Para qué? H: No lo sé… solo sé que te está esperando… E: Vale… ahora voy… Terminó de guardar sus cosas y se dirigió hasta los despachos, por el camino se encontró con alguien a quien no conocía pero que parecía saber muy bien quien era ella… - Vaya, vaya… Esther, que bien te veo – dijo con una sonrisa en los labios… 22/Mar/2006 01:19 E: Ehh si… esto… hola… lo siento no sé quien eres – dijo mirando con extrañeza B: Ya… lo sé… ya me he enterado de lo de tu amnesia, no te preocupes… soy Begoña, soldado raso – en ese momento sonrió y acto seguido se cuadró ante ella E: Descanse – tenía que seguir el protocolo – Encantada de conocerte… de nuevo – rió con la broma… B: jajaja… Bueno y cuéntame… ¿Cómo estás? E: Bien… más o menos… pero ahí estamos… - comenzó a andar y Begoña la siguió… B: Tú tranquila, que seguro que te recuperas prontito – animó E: Eso espero, la verdad… porque esto es desesperante… B: Me lo puedo imaginar… pero mira, seguro que con la ayuda de todos haremos que pronto vuelvas a ser tú misma… E: Si, la verdad es que todos se están portando muy bien conmigo… B: ¿Maca también? – preguntó arqueando las cejas… E: Si… claro – dijo algo confusa por esa pregunta – la que más… B: Vaya… que raro… - pensó un segundo y prosiguió – aunque bueno… después de lo que te hizo es normal que quiera intentar ganarse de nuevo tu amistad… pero vamos que a mí me hacen eso y no la vuelvo a mirar en la vida… E: Perdona… ¿de… de qué hablas? B: ¿No te lo ha contado? E: No… no sé de qué me hablas, la verdad… D: Sargento García – dijo Dávila llegando y haciendo que ambas mujeres se cuadraran – el Coronel la está esperando… E: Si, señor –contestó, cuando Dávila se fue se volvió a dirigir a Begoña – perdona, me tengo que ir… B: no te preocupes… ya hablaremos… y que te mejores… Con una sonrisa malévola en su rostro se dio la vuelta y se marchó dejando a Esther mucho más confusa de lo que estaba hasta ese momento…. ¿Qué le había hecho Maca? Se repetía mientras llegaba al despacho del coronel… 22/Mar/2006 02:24 Con una sonrisa malévola en so rostro se dio la vuelta y se marchó dejando a Esther mucho más confusa de lo que estaba hasta ese momento…. ¿Qué le había hecho Maca? Se repetía mientras llegaba al despacho del coronel…

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Entró en aquel despacho como si se tratara de una chiquilla a la que mandan al despacho del director en el instituto sin saber muy bien porqué la mandaban allí… Gerardo al verla sonrió ¿ternura veía en sus ojos? Le pareció tan extraña esa mirada… E: Sargento, Esther García, señor – dijo cuadrándose ante él… G: Descanse Sargento – dijo con la misma sonrisa en sus labios – siéntese – Esther se sentó – Verá la he mandado llamar porque necesito pedirle un favor personal… E: Usted dirá, señor G: Sé que esto que voy a pedirle no es muy ortodoxo y que las cosas no se hacen así pero realmente necesito este favor – calló, la miró y continuó – supongo que está enterada de que soy el padre de Maca ¿verdad? E: Si, señor, ella me lo dijo – “¿Por qué de repente todas las personas con las que mantengo una conversación siempre me acaban hablando de Maca?” pensó G: Pues como bien sabrá ella vive aquí en el cuartel… el caso es que mi hija tubo hace un tiempo un episodio bastante desagradable en su antigua casa y desde entonces tiene pavor a vivir sola – se acercó a ella un poco más – aunque esto, por supuesto que ella lo negará… Esther rió ante eso… en lo “poco” que creía conocer a Maca sabía que eso que había dicho su padre era totalmente cierto, Maca nunca dejaría al descubierto sus miedos, aún así seguía sin entender lo que pretendía el coronel… E: Disculpe, señor, pero no sé que tiene que ver todo esto conmigo… G: Verá, lo que quisiera pedirle, si no es mucha inconveniencia por su parte es que fuera usted a vivir con ella una temporada… para que no estuviera tan sola… seguramente sabiendo que vive con ella un militar de su estatus se sentiría mejor – no sabía que otra excusa poner para ayudar a su hija y aunque en un principio esta le pareció buena, ahora le resultaba una tontería… E: Entiendo, pero señor yo soy militar… no soy niñera de nadie – dijo como buenamente pudo… la idea de vivir con Maca le atraía, le atraía demasiado y eso le asustaba sobremanera… si a eso lo sumamos lo que acababa de decirle Begoña minutos antes… definitivamente tenía que descartar esa idea… G: No le estoy pidiendo que sea su niñera… simplemente que compartan casa… ustedes son amigas, por lo que tengo entendido… E: Si señor, pero comprenda que esto que me pide está fuera de mis obligaciones – seguía en sus trece… G: Es que no es una obligación, se lo estoy pidiendo como un favor personal… pero vamos que… - de alguna forma, fuera como fuera, estaba dispuesto a ayudar a su hija – que si lo prefiera puedo dejar de pedírselo como un favor y convertirlo en una orden… Esther, que no entendía en absoluto la insistencia de aquel hombre, supo que sería mejor aceptar antes de que el Coronel se lo ordenara… y para ser sincera con ella misma, tenía que reconocer que algo le estaba empujando a esa casa… E: Esta bien, señor – dijo tras pensarlo unos instantes – lo haré… 22/Mar/2006 12:50 Begoña, después de haber sembrado la duda en Esther, tenía que pensar muy bien cual sería su próximo paso, pero antes, tenía una charla pendiente con Fernando, así que se dirigió a la pequeña “cárcel”del cuartel donde se encontraba éste… B: Me has decepcionado, ¿lo sabías? – Dijo sin ni siquiera saludarlo – creí que no te ibas a dejar enredar tan fácilmente… F: Mira, no me hables que bastante tengo ya – contestó frustrado B: ¿Pero como se puede ser tan tonto? Es que no sé que se te pasó por la cabeza de verdad… F: ¿Qué querías? Parecía que estaba de nuestro lado y me la ha jugado pero bien – dijo con odio en sus ojos – pero esto no va a quedar así… me las va a pagar… B: Si, claro… - contestó incrédula – desde la cárcel vas a poder hacer grandes cosas F: ¿A que has venido Begoña? ¿A reírte de mí?

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B: No precisamente – contestó – más bien a que me cuentes como te descubrió, comprenderás que tengo que estar prevenida… Fernando le contó la tonta trampa en la que había caído, el juego del Coronel para que se desenmascarara el solito… B: ¿Así que está de su parte? Bien… tendré que cambiar de estrategia… - dijo pensativa F: Eso espero…. Y deseo que tú tengas más suerte que yo… porque las quiero destruidas por encima de todo – contestó con odio B: no te preocupes, que yo también quiero ver a Esther hundida… esto se ha convertido en algo personal… - lo miró con una sonrisilla – al principio pensé que lo mejor era que la hubieras dejado morir, pero realmente ahora que lo pienso, esto es mucho mejor…. Ahora que no recuerda nada será fácil manipularla… F: ¿Qué tienes pensado? Después de contarle su plan, Fernando se quedó algo parado, el plan era bueno, pero no estaba muy convencido de que fuera a funcionar, tenían a demasiada gente en contra… F: no sé… Begoña… B: Tú déjame a mí… que si eso no funciona pasaremos al plan B F: ¿Y cual es el plan B? – preguntó con un sonrisita B: Simplemente terminar lo que tú empezaste – dijo con malicia – pero esta vez no habrán fallos… F: Eso espero – dijo con autoridad… B: No lo dudes… yo no soy como tú… no fallaré… 22/Mar/2006 21:12 Esther entró de nuevo hecha un manojo de nervios en el barracón, aunque realmente no sabía que era lo que provocaban esos nervios si el hecho de tener que vivir con Maca o lo que una hora antes le había insinuado Begoña, realmente eso la tenía bastante intranquila… decidió preguntarle a Eva por ello, había pensado en hablar directamente con Maca, pero desechó la idea al pensar que si realmente Maca le había hecho algo, lo más probable era que no le dijera nada de lo ocurrido… Estaba haciendo de nuevo las maletas cuando Eva entró a verla… EV: ¿Y eso? – Dijo señalando el equipaje de su amiga - ¿Te vas? E: Si… el Coronel me ha pedido que me vaya a vivir con Maca EV: ¡En serio! – Exclamó feliz – eso es genial – se dio cuenta de su excesiva alegría – quiero decir que siempre es mejor vivir allí que aquí… E: Si, bueno… si tú lo dices… EV: ¿Qué te pasa? ¿No te agrada la idea? E: No… digo si… es que verás Eva, antes cuando fui al despacho me encontré con… ¿Cómo se llamaba? – Se preguntó a sí misma – ah, si con Begoña y me dijo algo que… EV: ¿Qué te ha dicho ahora esa arpía? – preguntó con desagrado… E: ¿Arpía? Venga ya Eva, si es súper simpática EV: Si… claro… el encanto personificado… esa lo que es una trapa, ten cuidado con ella, Esther… E: Pues que quieres que te diga… a mí me ha caído muy bien – dijo sin saber porqué Eva hablaba así de ella… EV: Bueno… lo que tú digas… pero dime ¿Qué te ha dicho? E: Realmente no me ha llegado a decir nada… pero no sé… dice que Maca me hizo algo antes de que me pasara esto…

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EV: Que cabrona que es – susurró – Esther, no le hagas caso, esa tía lo que quiere es ponerte en contra de Maca, pero te aseguro que ella jamás haría algo que pudiera dañarte… E: ¿Y por qué me quiere poner en contra de Maca? ¿Qué gana con eso haber? Además que a mi me parecía sincera y que quieres que te diga… Maca se comporta conmigo de una forma un tanto… extraña… EV: ¿Extraña? Esther, por favor… solo se preocupa por ti… como… como todos… E: Si… puede… pero no sé, Eva – dijo confusa - la verdad es que no sé que pensar… EV: Mira, Esther, solo te diré que Maca te adora – dijo intentando que ese comentario no pareciera más de lo que era – te tiene mucho… mucho cariño, Begoña… lo único que quiere es fastidiarte… E: ¿Ves? Eso es lo que no entiendo… ¿por qué iba a querer fastidiarme? Y por qué tiene que meter a Maca, precisamente a Maca en todo esto… ¿Es que no hay más personas en este cuartel que ella? EV: Cariño, hazme caso… - por alguna extraña razón ese cariño, en los oídos de Esther sonó muy diferenta a cuando lo oía de Maca – esa tía está mintiendo… E: Mira, yo solo sé que realmente ahora mismo no conozco a ninguna de las dos… y que las dos me caen muy bien - calló un segundo y la miró – y no sé porqué tengo la sensación de que hay algo que no me decís… siempre… siempre decís las cosas a medias… no me aclaráis nada – se estaba poniendo más nerviosa aún – creo que hay algo… algo que yo no recuerdo y que nadie me quiere contar… - unas lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas – y yo… joder… quiero saber que ha pasado con mi vida este ultimo año… EV: Shhh, venga Esther, tranquila… ya verás como pronto todo vuelve a la normalidad… Eran habituales ese tipo de reacciones, eso les había dicho Arturo, así que lo único que pudo hacer fue tranquilizarla un poco… E: Bueno – dijo ya más tranquila – venga ayúdame con esto que tengo que irme… por cierto… - continuó – me podrías acompañar… no sé donde vive Maca… - rió levemente… 23/Mar/2006 00:51 Al llegar a la puerta se detuvo un minuto para pensar en lo que iba a hacer, realmente no estaba segura de querer continuar con eso, pero siempre fue una mujer de palabra, no iba a empezar a cambiar ahora… llamó al timbre temblorosa, con ganas de darse la vuelta y al mismo tiempo deseos de estar ya dentro… Maca tardaba en abrir, cuando ya creía que no estaba se escuchó un “voy” algo acelerado desde el interior, escasos segundos más tarde la puerta se abrió, dejando ver a una mujer que se le antojó preciosa, llevaba una bata, caída de un hombro por el que resbalaban unas juguetonas gotas de agua que caían de su cabello mojado…. Aquella visión la dejó sin palabras y eso fue algo que la atemorizó aún más de lo que estaba, no lograba entender, desde que había despertado del coma por qué esa mujer despertaba de esa forma todos sus sentidos…. Si se tratara de un hombre sabría identificar a la perfección esa sensación de ahogo en su cuerpo, pero se trataba de una mujer y eso la descolocaba…. M: Hola – dijo sonriendo – perdona estaba en la ducha… E: Ho… hola, ¿que tal? – logró decir al salir de su ensimismamiento M: Pasa, no te quedes en la puerta… - dijo sin percatarse de las maletas – que bien que vengas de visita – se alegró E: Ehhh… bueno, en realidad no vengo de visita, Maca – dijo levantando su maleta – verás tu padre me ha pedido que venga a vivir contigo una temporada – fue directa al grana, para qué esperar más – ya sabes por lo que te pasó en tu antigua casa… Aquello fue lo más maravilloso que había escuchado en mucho tiempo, su niña, su mujer se iba a vivir con ella, su corazón dio un vuelco, casi salió de su pecho, no podía creérselo, por fin una buena noticia entre tantas desgracias…y todo gracias a su padre… definitivamente había cambiado, sintió algo de remordimientos por la forma en la que lo había tratado cuando se disculpó con ella… M: ¿En serio? – Dijo entusiasmada – eso… eso es genial – no podía ocultar la felicidad que eso le daba – vamos a vivir juntas, cariño E: Esto… si… - dijo sin comprender la alegría de aquella mujer, al fin y al cabo solo iban a compartir casa… - te alegra mucho… por

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lo que veo… M: ¿Pero como no me va a alegrar, mi am? – Cayó de pronto como también cesaron sus impulsos de abrazarse a ella, estrecharla entre sus brazos y besarla con toda la pasión y dulzura que sentía – quiero decir que… que claro que me alegra, la verdad es que… que… - buscaba nerviosa una excusa coherente – que, no me gusta nada vivir sola… E: Ya… eso me ha dicho tu padre – así que sí, vamos a vivir juntas – dijo contagiada por el entusiasmo de Maca… Y los días pasaban rápidos para Esther, que ya se había incorporado a su vida militar, con sus entrenamiento, sus estrategias militares, todo lo que siempre le había gustado hacer de nuevo lo estaba haciendo… seguía sin recordar nada en absoluto y eso era lo único que teñía de gris sus días, pues cada noche al irse a dormir intentaba recordar algo, aunque solo fuera una sombra, pero nada, todo era negro en su mente…. La convivencia con Maca era sencillamente perfecta, atrás quedaban las dudas sembradas por Begoña, pues veía que como se desvivía Maca por que ella se sintiera a gusto, por hacerle más llevadero el hecho de no recordar, compartía con ella más que un techo, pues se había convertido en alguien fundamental en su vida y eso le hacía ver que tal vez Eva tenía razón y que Begoña solo quería importunarla con sus comentarios… Sin embargo, para Maca, cada día, cada noche se convertían en una serie de sentimientos enfrentados dentro de su alma, por una parte, era feliz, vivía con su mujer, lo que siempre quiso, dormía bajo el mismo techo que el gran amor de su vida, sentía que cada día junto a Esther conseguía que ésta la quisiera de nuevo, se dejaba la piel en volver a conquistar su corazón… pero por otro lado, la tristeza la invadía, tenerla tan cerca de ella… dormir a solo dos pasos de ella y no poder acercarse… no poder escuchar de sus labios una palabra que no fuera más allá de la gran amistad, no poder dormir abrazadas, ni besas sus labios, ni sentir su cuerpo… eso era algo insoportable… Aquella noche llovía… llovía a cántaros, los rayos junto con los truenos no cesaban, Esther se había ido a la cama temprano, ese día se lo había pasado con un dolor de cabeza más fuerte de lo habitual… después de recoger la cena Maca también decidió que irse a dormir, deseando como cada noche que su niña se acordara de ella a la mañana siguiente… De repente se vio en medio de unas tierras que no conocía, con un fusil en las manos, en una noche tranquila, estaba sola, no había nadie a su alrededor, escuchó un ruido y se dio la vuelta, una silueta a lo lejos se escondía tras unos matorrales… intentó fijar la mirada en ella pero no conseguía distinguir su cara…. El estruendo de un disparo le asustó, sintió un dolor que le desgarró el alma… caía al suelo, una voz sonó en la lejanía… - No permitas que te maten… 23/Mar/2006 13:22 Despertó sobresaltada y entre lágrimas, había sido tan real… instintivamente su mano se posó en el lugar donde, en su sueño, la bala le había herido y para su sorpresa descubrió que era el mismo lugar en el que tenía ya una cicatriz… eso le hizo pensar que aquello no habría sido solo un sueño… el miedo se apoderó de ella nuevamente…. Repasó mentalmente cada parte de aquél sueño que se había quedado clavado en su memoria, imágenes nítidas y demasiado reales para que solo fuera un sueño… “No permitas que te maten” ¿Quién le habría dicho eso? No conseguía asociar esa voz con un rostro, no lograba averiguar la identidad de esa persona… se estaba desesperando… sabía, era consciente de que aquello no era un sueño, no podía haber sido tan solo un sueño y se aferró a la posibilidad de que fuera una do sus recuerdos perdidos… quizás el peor de todos… el detonante de aquella situación, algo que en otras circunstancias desearía olvidar, pero que ahora era lo único que tenía para volver a ver la luz, para poder volver a abrir la puerta y que su memoria volviera a entrar en su mente… Intentó dormir de nuevo, sabiendo que ya no lo lograría… después de dar varias vueltas en la cama se levantó, necesitaba beber agua… se secó las lágrimas y salió de su habitación, pasó por delante de la habitación de Maca, la puerta estaba abierta, sonrió, siempre la dejaba abierta por si Esther necesitaba algo… se apoyó en el umbral de la puerta observando aquél cuerpo que dormía sin enterarse de lo que le había pasado a ella… Esa visión le dio tranquilidad, incluso casi consiguió que se olvidara de su sueño, de su pesadilla… Estaba tan agradecida con esa mujer… no entendía muy bien por qué Maca se comportaba de aquella manera con ella, pero, para que engañarse a sí misma… le encantaba, y no iba a ser ella quien se negara a ello… Mientras pensaba se descubrió a si misma al lado de su cama, no sabía como había llegado hasta allí, ni tan poco sabía muy bien lo que estaba haciendo… ¿quizás solo se estaba dejando guiar por lo que le dictaba el corazón? Sin poder hacer nada por detener a su cuerpo se metió en la cama con Maca… necesitaba sentirse protegida, y así se sintió cuando Maca, que dormía profundamente la abrazó, ese abrazo… había algo familiar en él… aunque no le dio demasiada importancia, supuso que habrían habido más abrazos… siendo amigas… pero fue algo extraño sentir esa sensación de protección, de sentirse cuidada, querida….

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¿amada? Sacudió su cabeza y sacó de su mente esos pensamientos absurdos… de nuevo la miró, Maca dormía con la cabeza muy cerca de ella… demasiado cerca… Fue un impulso, un impulso que no pudo contener… su cuerpo entero se negaba a obedecer a su cerebro… no pudo evitarlo ¿realmente quería? Poco a poco se fue acercando hasta sus labios, como si se trataran de ese caramelo que un niño está deseando comer, sabiendo que está prohibido… sabiendo que no debía hacerlo… y ella lo sabía… sabía que estaba mal lo que iba a hacer, que debía parar, pero no pudo… no podía… y probó la miel de sus labios… en un roce… solo un roce que le provocó mil sensaciones diferentes… En el instante en el que lo hizo se arrepintió de haberlo hecho… eso no podía ser real… eso no le podía estar pasando… nada tenía sentido… se separó de ella despacio… con miedo… quería salir de allí… tenía que salir de allí y olvidar todo lo que había pasado esa noche… pensó que aquello solo era el fruto del agradecimiento que sentía hacia ella… no podía ser otra cosa… por algún motivo extraño no lograba moverse de allí y eso la asustaba más de lo que estaba ya… y Maca, en sus sueños se había aferrado más a ella, dejándole claro que la quería allí, que la necesitaba a su lado… que no la iba a dejar ir… M: Mmm, te he echado de menos, mi amor – dijo entre sueños, en un susurro… 23/Mar/2006 21:33 Sus ojos se abrieron como platos al escuchar eso, era lo último que esperaba oír, realmente no esperaba oír nada, tenía la esperanza de que Maca no se hubiera dado cuenta de nada… sin embargo… ese comentario… ese susurro cargado de amor le dejó boquiabierta, si ya la bloqueó el hecho de que Maca supiera que estaba allí más lo hizo escuchar sus palabras “te he echado de menos” ¿A quién? ¿A quien extrañaba Maca? ¿A ella? No, a ella no podía ser… “mi amor”… ¿Maca tenía un amor? ¿Por qué nunca se lo dijo? Vale, realmente nunca le había preguntado pero se lo podía haber contado… si tan amigas eran… ¿Y quien sería? ¿Quién podía ser “su” amor? ¿Y por qué le estaba afectando tanto el hecho de que Maca estuviera o dejara de estar enamorada? Con miedo, con cuidado de no despertarla se levantó de la cama… se fue a su habitación, se vistió con un chándal y salió a correr, estaba lloviendo, si, pero no le importó… en esos momentos lo único que quería era salir de aquella casa, tomar aire, respirar… pensar en lo que le estaba pasando, en todo lo que estaba sintiendo… o mejor… dejar de pensar en ello de una maldita vez… así que no le importó que se calara hasta los huesos y mucho menos lo importó poder coger el resfriado más grande de su vida… en ese momento nada de eso le importaba… cerró la puerta y comenzó a correr bajo la lluvia… Maca despertó, tenía una agradable sensación en el cuerpo, no sabía el qué ni por qué pero supo que algo había cambiado… se dio la vuelta, como siempre hacía, buscando su cuerpo y encontrándose con el vacío… sin embargo esta vez era distinto… no estaba, era cierto, pero si estaba su aroma… su olor… le pareció extraño, no recordaba haberla sentido en su cama, pero lo cierto es que todo le hacía ver que si había estado allí… se levantó de la cama y fue a ver como seguía su niña… a vigilar sus sueños como muchas noches hacía… a verla dormir… le encantaba verla dormir… Abrió despacio la puerta y se encontró con una cama vacía, Esther no estaba… ¿pero donde estaría? miró el reloj de la mesita y vio que eran las cinco de la mañana… seguramente su niña ya se habría ido… era frecuente que se tuviera que ir tan temprano algunos días… volvió a la cama… quería dormir un poco más, esta vez se tumbó en el lado contrario, en el lado de Esther, donde aún su aroma estaba intacto, acarició la almohada como si la estuviera acariciando a ella, se ilusionó con la idea de que Esther hubiera estado allí esa noche y se odió por no saber decir si aquello era una fantasía o una realidad… Bajo la lluvia, Esther corría y corría, lloraba, lloraba porque no entendía lo que le había pasado esa noche… lloraba por que no conseguía recordar… y ese susurro… esa frase… ¿A quién le iba dirigido? ¿Y por qué algo le hacía pensar que era hacia ella? Pero no… no podía ser… no quería que fuera… “Deja de pensar en eso” se repetía, “te estás volviendo loca” volvió a recordar el beso… ese beso que ella le había dado… “lo que sientes por ella es solo agradecimiento, Esther, nada más… se está portando genial contigo…” se auto convencía… Pensó en Arturo, necesitaba hablar con él… su psicólogo… su amigo… alguien a quien empezaba a querer y con quien se sentía querida, alguien con el que el tiempo se le hacía corto… alguien que ¿por qué no? Podría conseguir que dejase de sentir aquello… si, Arturo era guapo, era una gran persona, alguien a quien era fácil querer… si, Arturo podría ser una tabla de salvación… algo a lo que aferrarse para no sentir eso que tanto le atemorizaba… 24/Mar/2006 00:12 Si, Arturo podría ser eso y mucho más, pero tenía que ser realista, no podía ser egoísta ni con él ni con ella misma… no estaba enamorada de él, del mismo modo que él no estaba enamorado de ella, no podría comenzar algo con él para tapar unos sentimientos que se negaba a aceptar… por que eso era lo que le pasaba, se negaba a aceptar algo que estaba dentro de su

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cuerpo… de su alma… por lo que desechó esa idea… Pero necesitaba contarle su sueño, sabía que él le aclararía algo… realmente ansiaba escuchar que aquello no había sido un sueño que eran parte de sus recuerdos… y así lo haría… Continuó corriendo durante una hora y volvió a casa… esta vez procuró no mirar en la habitación de Maca, no se sentía con fuerzas para ello, no quería que un nuevo impulso se apoderara de su cuerpo… por lo que se dirigió directamente a su cuarto, se metió en la ducha… donde deseó que el agua se llevara consigo todos esos miedos, por desgracia, todos y cada uno de ellos decidieron que estaban mejor dentro de su corazón… Salió de nuevo hacia el despacho de Arturo, quién la saludó efusivamente, realmente se tenían mucho cariño… Después de tomar un café juntos durante el que hablaron de temas banales, Esther le relató su sueño y las sensaciones que éste le causó, se guardó para ella lo que pasó después, no podía ni quería contárselo a nadie, Arturo la escuchaba con atención, de vez en cuando anotaba algo en una libreta… cuando Esther terminó de hablar, se quedó esperando a que Arturo comenzara, sin embargo, éste continuaba en silencio… E: ¿No me vas a decir nada? – preguntó A: No soy yo el que tengo que decir algo, Esther – dijo tranquilo – más bien eres tú la que tienes que hablar… E: Joder, pero si ya te lo he contado todo – dijo algo molesta - ¿Qué más quieres que te diga? A: Pues quiero que me digas qué piensas de ese sueño… ¿realmente piensas que solo fue un sueño? – preguntó arqueando las cejas… E: No… no… no sé, Arturo, creo… creo que no lo era pero… - dudaba A: Esther, tranquila, vale, tranquilízate… cierra los ojos – Esther los cerró – bien, ahora recuerda el sueño y dime si realmente crees que fue eso… Esther obedeció, recordó el sueño cada parte, cada mínimo detalle de él… lo sabía, sabía que no era una pesadilla… E: No… no… no estaba sola – dijo al fin, abriendo los ojos y mirando con lágrimas a Arturo – no estaba sola, había alguien allí, ¡lo recuerdo¡ pero no se… no… no logro ver quién es… no – cerró los ojos de nuevo, intentando ver la cara en aquella sombra… A: Esther, Esther, mírame, no te esfuerces – dijo sabiendo que por hoy había sido suficiente – déjalo ya… has dado un gran paso, ya vas recordando, pero esto es un proceso lento… no puedes forzar las cosas, te lo he dicho mil veces… E: Ya, ya lo sé… pero es que quiero recordar – aunque ese recuerdo era realmente una pesadilla, la euforia al poder recordar aunque solo fuera eso le hacía sentir una profunda alegría… A: Lo sé y te comprendo pero por ahora es mejor que lo dejes aquí – dijo con cariño… E: Si, si tienes razón, ya me está empezando a doler la cabeza… A: Normal, lo estas forzando… - se levantó y se acercó a ella – anda, vete a casa y descansa un poco, lo necesitas… tienes una cara… Esther se despidió de él con un abrazo, un abrazo de amigo, se dio la vuelta y se abrió la puerta, cuando estaba apunto de salir, la voz de Arturo la detuvo de nuevo… A: Esther, una cosita mas – Esther se dio la vuelta – esa voz que escuchaste en tu sueño… ¿De quién era? 24/Mar/2006 13:09 Esther se dio la vuelta de nuevo y miró al psicólogo… E: Puffff…. Pues la verdad es que no lo sé… solo sé que me encantó oírla…. Fue como si me diera fuerzas… pero no sé de quien es – dijo triste… A: Bueno… con calma… ya sabes – sonrió levemente

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E: Si, ya, ya…. Y salió de aquel despecho para irse a descansar, al salir del hospital se encontró con Begoña quien después de cuadrarse y recibir la orden por parte de Esther de que descansara le dio un beso efusivo en señal de saludo y comenzó a andar junto a Esther… En el hospital, Maca hablaba ilusionada con Cruz, le contaba lo que había sentido esa noche, ilusionándose cada vez más con la posibilidad de que Esther hubiera estado en su cama… Cruz s e alegraba por ella, como no hacerlo, por fin algo bueno… algo de esperanza… C: En serio – dijo cogiendo su mano – me alegro tanto… pero tienes que seguir así – advirtió – que te vea fuerte, segura… M: ya, ya lo sé, y ahora más que nunca lo voy a hacer – se quedó pensando un segundo y continuó hablando – Sabes, he estado pensando y… me gustaría llevarla a la sierra… C: Es una buena idea, que salga de aquí – afirmó la directora… M: Si, no sé quizás allí recuerda algo… no sé… por probar… C: Entiendo, pero no te ilusiones mucho, ya sabes como va esto… habla con Arturo, él te dirá que es lo mejor que puedes hacer… M: Si, ya lo había pensado…. Pero es que… no sé… ¿no crees que se preocupa demasiado por ella? No sé… y ella… ¿no crees que depende demasiado de él? – dijo con desagrado C: Jajajaja, Venga ya, Maca, ¿me vas a decir que estas celosa y de mi hermano? – preguntó sin poder parar de reír… M: Joder, no te rías… - decía seria – no tiene ninguna gracia… C: Mira – continuó dejando de reír – por eso no te preocupes, mi hermano es así, siempre se mete demasiado en sus casos, para él cada caso es un reto personal y con Esther… bueno es cierto de que le ha caído bien , que le ha cogido cariño… pero no es nada más allá de una amistad, te lo aseguro… - dijo tranquilizando a la doctora – además… dentro de dos meses, mi hermano será un feliz recién casado… así que no te montes películas… Por otro lado, camino de casa, Esther y Begoña hablaban animadamente sobre su vida en el cuartel, Esther cada vez que se encontraba con ella, no podía evitar pensar en lo que le había dicho semanas antes, vale, tenía que reconocer que Maca le había demostrado mil veces que no podía hacerle nada malo, pero lo cierto era que ella no recordaba nada, así que ¿Quién le podía decir con seguridad que Begoña no tenía razón? E: Oye, Begoña… - dijo parando el paso – lo que me dijiste el otro día… lo de Maca… B: ¿Ya te lo han contado…? Ufff me alegro, de verdad… no quería ser yo la que te lo dijera… E: Lo cierto es que… que no me han dicho nada – dijo intrigada – y me gustaría saberlo… B: Esther… no sé… creo que mejor sería que te lo contara ella – se quedó pensando – aunque dudo mucho que lo haga… E: Begoña… mira, creo que eres la única en este cuartel que está dispuesta a decirme las cosas claritas… por favor – dijo casi en una suplica – no dejes las cosas a medias como el resto de la gente… B: Vale… está bien – dijo sonriendo – ven, vamos a sentarnos – se sentaron y Begoña comenzó a hablar – Verás… yo no sé si te acordarás pero estuviste a punto de casarte – dijo de sopetón… E: ¿Cómo que estuve a punto de casarme? – dijo incrédula, recordó el día que le dieron el alta en el hospital, esa sensación de que algo le faltaba en sus manos… y entonces, no le pareció tan descabellada esa idea… pero entonces… ¿Qué pasó para que no se casara? B: Si, te ibas a casar – continuó su relato – estabas tan enamorada… se te veía genial, guapa, radiante, increíblemente feliz… hasta que… E: Hasta qué…. ¿Que pasó? – preguntó nerviosa… B: Pues que suspendiste la boda dos días antes… te llevaste un palo tremendo… estuviste muy mal… casi hasta llegar a la depresión… por eso pediste que te mandaran a Irak… para alejarte de aquí…

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E: Es que no lo entiendo, que fue lo que pasó y ¿que tiene que ver Maca en todo esto? B: Maca, era tu amiga, o eso te hacía ver… la cosa fue que mientras te ayudaba con los preparativos de la boda… ella… ella se estaba tirando a tu novio – Begoña sabía perfectamente que a Maca le gustaban las mujeres… pero eso Esther no tenía porqué saberlo…. 24/Mar/2006 17:00 No se lo podía creer, realmente era algo que no se podía creer… Maca no podía haberle hecho eso… no… Maca no… sin embargo… de una manera extraña, las cosas le cuadraban… esa sensación de que le faltaba algo en las manos fue lo que dio el pistoletazo de salida a su imaginación, ella tenía la sensación de que se había casado o como decía Begoña, había estado a punto de hacerlo, y el hecho de que su “marido” o futuro marido no hubiera ido a verla en esos días le extrañaba demasiado… tal vez ahora entendía el por qué, por otro lado, aquel susurro de Maca mientras dormía… ¿Era posible que fuera dirigido a él? Si, claro que lo era… sin embargo… ¿por qué no terminaba de creérselo del todo? Maca se había portado tan bien con ella… que le parecía imposible que eso fuera cierto…. Pero la seguridad de Begoña al hablar del tema y todo lo que había pasado le hacían pensar que sí lo era… confusa, muy confusa, decepcionada, dolida y enfadada se despidió de Begoña y se marchó a casa… hablaría con Maca… ¡Claro que hablarían! No podía dejar así las cosas… Se pasó toda la mañana intentado recordar, poco le importaba las advertencias de Arturo… no podía tomárselo con calma, no ahora… pues ahora, más que nunca necesitaba recordar… recordar algo que le dijera que lo que le había dicho Begoña no era cierto, que Maca no le había hecho eso… ella no… Maca llegó a casa sonriente, esperando encontrarse con Esther cuando antes para decirle que se irían a la sierra el fin de semana… se había ilusionado tanto con la idea… al entrar la encontró nerviosa, agitada… se preocupó, pocas veces había visto a su niña de esa forma… M: Hola, cariño – dijo acercándose a ella - ¿Ha pasado algo? – preguntó preocupada E: No sé – dijo seca – dímelo tú Maca… M: No… no sé a qué te refieres, Esther… ¿Qué te pasa? – Intentó acercarse de nuevo a ella, pero Esther rehusó su acercamiento – Esther, ¿estas bien? E: ¿Cómo puedes ser tan hipócrita, Maca? M: ¿Perdón? ¿Que estás diciendo? E: Lo que oyes – dijo visiblemente molesta - ¿Cómo puedes comportarte como si nada hubiera pasado? M: No sé… no tengo ni la más remota idea de lo que me estás hablando… E: Pues lo de la boda, joder – casi gritó… Al oír esto Maca creyó estar en el cielo… ¿había recordado? Si, su niña había recordado, recordaba su boda… por fin, por fin volverían a ser felices, pero la veía enfadada… normal, supuso que se sentía engañada al habérselo ocultado, pero Maca estaba feliz, muy feliz y no podía ocultar su felicidad…. M: Cariño – dijo con todo el amor que sintió – deja que te lo explique… E: ¿Qué me vas a explicar? – Continuaba enfadada - ¿Qué me engañaste? ¿Qué eres una falsa? Eh… Dime – gritó – que me vas a explicar, ¿que ahora te arrepientes y quieres que te perdone por lo que hiciste? M: ¿Que? – Dijo sin entender – pero, mi niña, ¿Cómo me voy a arrepentir? Esther, cariño, yo no… no te e engañado… nunca lo haría – se acercó, tomó sus manos, que fueron rechazadas por Esther E: No me toques – espetó con furia – no te atrevas a tocarme de nuevo M: Esther… no entiendo a qué viene todo esto – decía con lágrimas en los ojos – de verdad que no lo entiendo… si no te dije nada fue porque creí que era lo mejor… E: Lo mejor para quien, Maca… ¿para mi? No… era lo mejor para ti… para poder reírte de mí otra vez ¿verdad? Como ya lo hiciste…

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M: ¿Reírme de ti? – no lo entendía, ¿realmente podía pensar eso de ella? – ¿Como puedes ni tan siquiera pensar eso? E: Ja, pero qué cínica eres… ¿me vas a negar que por tu culpa mi boda se fue a la mierda? ¿Me vas a negar que te follabas a mi novio mientras me ayudabas con la boda? M: ¿Que? – Dijo abriendo los ojos como platos, sin poder creerse lo que acababa de oír - ¿De donde has sacado esa estupidez? E: Así que ahora es una estupidez ¿no? – Dijo seria – no soy tonta sabes… y aunque no lo recuerdo las cosas cuadran bastante M: ¿Pero como van a cuadrar? Dime de donde has sacado esa idiotez… quien te ha dicho semejante brutalidad E: Eso no importa, lo que importa es que lo sé y que a partir de ahora tu jueguito conmigo se ha terminado – se dio la vuelta, no sabía que le dolía más, el hecho de que Maca se hubiera estado acostando con su novio, o lo que eso significaba, pues aquello le provocó tal ataque de celos que no sabía como afrontarlos… la pregunta era ¿Celos de quién…? ¿De él o de ella? casi había salido de allí cuando la mano de Maca la detuvo… M: Yo no he jugado contigo – dijo en un tono de voz tranquilo – nunca lo haría… E: Ya, claro… M: Mira, Esther – también empezaba a enfadarse – no sé de donde has sacado eso… peor quien te lo haya dicho, te está mintiendo… E: ¿Vas a seguir negándolo? M: Pues claro que si, joder – se enfureció – claro que lo voy a negar, porque es una mentira como una casa… yo no me ha acostado con ningún novio tuyo sencillamente porque no me gustan los hombres, ¿te enteras? Soy lesbiana… - le gritó dolida al ver lo que su mujer pensaba de ella… 24/Mar/2006 20:07 E: ¿Les… lesbiana? – Dijo abriendo la boca – pero si… ella… ella me dijo que… M: ¿Ella? ¿Y quien es ella? – Preguntó indignada E: Nadie, no importa – conocía a Maca, sabía que si se enteraba de quién le había dicho aquello actuaría de forma imprudente y quería ser ella quien pusiera los puntos sobre las íes – Maca… yo… – continuó intentando disculparse, sabía que la había cagado, la había cagado pero bien… - yo… lo siento… de verdad… M: No, Esther – la cortó, estaba enfadada, no podía creerse que hubiera pensado que fuera capaz de eso… no ella… le había dolido demasiado – déjalo, no tengo ganas de seguir hablando de esto… no sé como has podido dudar de mí… déjame sola, por favor… E: Pero Maca… - le había hecho daño y lo sabía, y eso le dolía más a ella, no podía verla sufrir, no podía… ¿por qué no podía? M: Esther, por favor… déjame sola Lo necesitaba, necesitaba estar sola, pensar en todo lo que estaba pasando desde hacía tiempo, en ella, en Esther… ya no se trataba solo de esa última pelea… era algo más, algo que se había estado negando durante todos esas semanas, había estado viviendo aferrándose a la efímera esperanza de que Esther se recuperara y había estado intentando volverla a enamorar, pero lo que acababa de pasar, esa duda de Esther hacia ella, le había abierto los ojos, no lo lograba y no lo lograría nunca… si Esther sintiera algo, aunque solo fuera un ápice de lo que alguna vez sintió por ella no habría dudado nunca, no se habría tragado esa sarta de mentiras, por que aunque ella no recordara creyó que su corazón le diría que esas afirmaciones no eran ciertas, creyó que en las sombras, Maca y su amor seguían vivos en su corazón, pero lo había hecho, se lo había creído… ahora se daba cuenta de que todos sus intentos habían sido en vano… y dolía, claro que dolía, le partía el alma en pedazos, le hacía el corazón añicos… pero no podía seguir viviendo de sueños… en ese momento comprendió que Esther ya no la amaba, que ya no la quería, que aunque recuperara la memoria, todo el amor que una vez sintió por ella se había perdido… lo había sentido en cada poro de su piel, comprendió que todo estaba perdido… Esther volvió a salir a la calle, unas lágrimas rodaron por su rostro… se había pasado y lo sabía, no entendía que le había ocurrido, no sabía por qué había dudado de ella, estaba confusa, pues sin entender el porqué ella sabía que lo que dijo Begoña no era cierto, su corazón se lo contaba y su alma se lo susurraba, pero ella no los escuchaba, pues los gritos de los celos eran mucho más fuertes, esos celos que sintió cuando su mente se los imaginó amándose, besándose… de nuevo la misma pregunta… ¿De quien

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sientes celos? Una pregunta que se le repetía a cada instante y que era incapaz de responder… aunque su corazón supiera la respuesta, ella era incapaz de responder… y sus miedos aumentaron, ahora más que nunca tras esa confesión de Maca… nunca se hubiera imaginado que le gustaran las chicas… pero… ¿Qué cambiaba eso? ¡Nada!.... ¿nada?… ¡todo!… lo cambiaba todo… A lo lejos vio a Begoña, sonriente, sintiéndose ganadora, no lo podía permitir, por su culpa había pasado todo esto… se acercó a ella seria, muy seria… B: ¡Esther! – dijo alegre y sin cuadrarse – Ahora iba a buscarte… E: Para usted, Sargento García – dijo autoritaria – y Cuadrase soldado, respete a sus superiores B: Pero Esther – dijo creyendo saber el mal final de su plan – ¿te ocurre algo? E: Que si me ocurre algo, dice – susurró – si, por supuesto que me ocurre, me pasa que se está tomando usted muchas libertades conmigo B: Bueno creí que había confianza… que éramos amigas E: ¿Amigas? – Dijo enfadada - ¿Y tú crees que las amigas engañan y manipulan? Valiente concepto de amistad el tuyo ¿no? B: no… no sé a que te refieres – dijo intentando parecer sincera E: Pues a las mentiras que me has estado escupiendo durante este tiempo – dijo furiosa – he hablado con Maca, sabes… y ahora sé que todo lo que me dijiste no era cierto… B: ¿Y tu le crees? E: Por su puesto que la creo – contestó contundente – sé que ella no hizo nada de lo que tu dices… lo he sabido siempre – era cierto, siempre lo había sabido, aunque no se había dado cuenta, siempre lo había sabido… “Dios que tonta he sido” – ahora dime… ¿Qué ganas tu con todo esto? B: Mira, yo no sé que te habrá contado Maca, pero te aseguro que lo que yo te dije era cierto – tenía que intentarlo una vez más – pero si tu eres tan tonta como para creerte sus mentiras… E: ¡Soldado! Será mejor que se calle si no quiere que esto conste en su hoja de servicio… B: No me amenaces, Esther – dijo sin poder ocultar ya su odio hacia ella – no sabes con quien estás hablando… E: Sé perfectamente con quién hablo, hablo con una soldado que debió ser expulsada del cuerpo hace mucho tiempo… pero no se preocupe, esto no quedará así – y dicho esto se dio la vuelta y se marchó de nuevo, tenía que hablar con Maca, aclarar las cosas B: Ya lo creo que no quedará así – dijo malévolamente, con odio en la mirada mientras la veía alejarse… 24/Mar/2006 23:37 Llegó de nuevo a casa, con la clara intención de arreglar el estropicio que había causado, no podía perder a Maca, no podía, la necesitaba, la necesitaba para no desfallecer… se había convertido en un pilar fundamental en su vida, necesitaba su cariño, su comprensión, pero sobre todo, necesitaba su amistad… ¿Solo eso? Si, solo eso, solo necesitaba su amistad… solo su amistad… Entró con cautela, sabía que Maca seguía enfadada, así que tenía que tener muy claras las palabras que debía decir, los gestos que debía hacer y los pasos que tenía que dar… no la encontró en el salón, se dirigió a su habitación, la puerta como siempre estaba abierta… la miró, tumbada en la cama, miraba algo, quizás un álbum de fotos, no logró verlo con claridad desde el lugar en el que se encontraba, de lo que si se dio cuenta era de que Maca lloraba… no lo soportaba… no podía verla llorar… Carraspeó para hacer notar su presencia, Maca al oírlo se dio la vuelta, en seguida se secó las lágrimas y cerró aquello que estaba mirando, lo metió en un cajón y se levantó de la cama… E: ¿Qué es eso? – preguntó curiosa M: Nada, nada… solo es un álbum de fotos antiguas… ¿Querías algo? E: Si… Maca yo… lo siento – dijo con toda la sinceridad que pudo – de verdad que lo siento, no sé… no sé como pude pensar eso yo…

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M: Esther… no te preocupes, no pasa nada E: Si, si que pasa Maca – la cortó – si que pasa porque he sido una imbécil… yo… yo realmente no sé que me pasó pero te juro… – se acercaba a ella – te juro que no me creí ni una sola de las palabras que me dijo, de verdad… por favor – suplicó – tienes que creerme… M: Para no creértelas, buen pollo que me has montado – contestó sin el más mínimo tono de reproche E: Ya… ya lo sé, pero te juro que no sé por qué lo he hecho… soy… ufff… soy una estúpida, Maca… pero tienes que entenderme… yo… no recuerdo nada y… y no sé ella lo dijo tan segura que… - dijo casi con lágrimas La miraba, la miraba con esos ojitos y supo que no podía estar enfadada con ella, de la misma forma que supo que nunca podría tirar la toalla, que aunque la esperanza fuera efímera, mínima y que tal vez no hubiera esperanzas, no podría dejar de intentarlo, no quería dejar de intentarlo… y era sincera, sabía que era sincera… ¿a quien quería engañar? Para ella esto tampoco era fácil, era ella la que no recordaba, la que podía ser engañada y manipulada como lo había sido… no podía culparla… su corazón se negaba a ello, de la misma forma que se negaba a dejarla… M: Vale, vale – sonrió con dulzura – no pasa nada, la verdad es que no puedo enfadarme contigo… E: ¿En serio? – ¿Por qué de pronto estaba tan ilusionada de nuevo? ¿Por qué aquella afirmación la causaba tanta felicidad? Pues porque eran amigas, claro… M: Te lo prometo – dijo con rotundidad… E: Gracias, gracias – la abrazó Un abrazo cálido, un abrazo como los de antes, un abrazo cargado de sentimientos, de nuevas ilusiones para Maca, lleno de nuevas esperanzas… un abrazo familiar para Esther, un abrazo que provocó que su corazón diera un vuelco… un abrazo que ambas quisieron que perdurara en el tiempo… Fue Esther quien se separó, al no saber explicar lo que le causó, tubo que hacer grandes esfuerzos para separarse de ella, pues su cuerpo no reaccionaba a las órdenes de su cerebro, pero lo logró, sintiendo un frío que recorrió cada parte de su alma al separarse de ella… E: Bueno y… ¿no me vas a enseñar esas fotos? – dijo sonriendo abiertamente 25/Mar/2006 14:40 M: Esto… si… digo no… es que… uff… me da vergüenza, Esther, son de cuando era pequeña y salgo horrible en todas E: ¡De cuando eras pequeña! – Dijo sonriendo aún más si eso era posible – entonces quiero verlas… por favor – decía dando saltitos – seguro que estas monísima M. que no, de verdad que estoy horrible – intentaba que Esther se estuviera quita E: Horrible ¿tu? Eso no puede ser posible… no me lo creo, anda… enséñamelas… M: Vale… pero antes vamos a comer que tengo un hambre… luego… luego te las enseño – dijo buscando una buena excusa… E: Esta bien, pero después me las tienes que enseñar – advirtió señalándola con el dedo M: Que si, que luego te las enseño… Comieron entre risas y bromas, Maca contándole algunas anécdotas de cuando era pequeña, era increíble como la reacción de Esther ante sus historias era exactamente la misma que la que tuvo cuando se las contó por primera vez… la diferencia, en esta ocasión no había gestos de cariño como aquellos… Al terminar de comer se sentaron a ver una película, Maca tenía la esperanza de que Esther se quedara dormida, como hacía muchas veces cuando se tiraba en el sofá y que así se le quitara de la mente la idea de ver las fotos… pues no podría negarse a enseñárselas nuevamente… sin embargo, Esther estaba más despierta que de costumbre, la miraba, la miraba pidiéndole algo, Maca rehuía su mirada, hasta que Esther ya no aguantó más…

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E: Bueno ¿que? – Dijo de repente – ¿No tienes nada que enseñarme? M: No… no sé a que te refieres – disimuló E: Jo, Maca, me lo prometiste – dijo poniendo pucheros y con voz de niña M: ¿Y que te hace pensar que yo cumplo mis promesas? – le preguntó juguetona E: Pues el hecho de que hasta ahora siempre lo has hecho… y que sé que no puedes negarme nada - ¿Ese comentario había salido de su boca? M: no tengo más remedio que enseñártelas ¿verdad? – dijo sin darle importancia… para la suerte de Esther E: Pues… déjame que piense… no M: ufff… vale, vale… que sea lo que Dios quiera – se levantó, sabiendo que tal vez enseñarle las fotos no sería bueno, pero como bien había dicho Esther, no se lo podía negar… Con miedo llegó a la habitación, buscó sin encontrar otro álbum diferente, pero no lo hallaba ninguno… cogió el álbum y entonces, como si alguien desde el cielo le mandara una señal diciéndole que no era el momento, el timbre de la puerta sonó… Dejó de nuevo el álbum en su sitio y volvió al salón… M: Salvada por la campana – dijo medio cantando E: Eso no vale – protestó M: Lo siento, pero tendrás que esperar a mejor ocasión…. Voy a abrir Eva entró en la casa como si fuera la suya propia, saludó a Esther, que seguía tirada en el sofá, entró en la cocina y salió de ella con tres cervezas en la mano, las cuales depositó en la mesita ente la atenta y sorprendida mirada de Maca y Esther… M: Tú como en tu casa, Eva – dijo con sarcasmo – sírvete tú misma EV: ¿Tú no sabes ese dicho que dice que donde hay confianza da asco? Pues eso… hay confianza ¿no? Además que hoy estamos de celebración… E: ¿Y que celebramos? – preguntó con su habitual curiosidad… EV: Pues que… según ha llegado a mis oídos… van a condecorar a una Sargento que yo conozco – contestó bebiendo de su cerveza… Esther se levantó como un rayo del sofá, con cara de asombro y una alegría y una felicidad incontenible E: ¿Que? ¿Lo dices en serio? – Dijo sin creérselo - ¿A mí? ¿Pero como? ¿Cuando? EV: Pues si, si que lo digo en serio… el como pues supongo que dándote la medallita, digo yo – dijo intentando no reír – y el cuando… en dos semanas – ahora ya dejó las bromas y se puso seria – me alegro tanto por ti, cariño – la abrazó Maca tampoco pudo disimular su alegría y sintió unas ganas locas de abalanzarse sobre su niña, pero se contuvo, porque abalanzarse sobre ella hubiera supuesto llenarla de besos, para su sorpresa fue Esther la que se abalanzó literalmente sobre su cuerpo abrazándola con fuerza, dejándole claro que quería ese abrazo, ese contacto… 25/Mar/2006 19:30 Había pasado ya casi una semana de la feliz noticia, para la tranquilidad de Maca, después de que Eva le dijera a Esther lo de la condecoración, ésta había olvidado por completo el tema de las fotografías y no habían vuelto a hablar del tema… Esther eufórica por la noticia no paraba de recibir felicitaciones por parte de todos sus compañeros… bueno, no por parte de todos… no ha todos le había sentado tan bien la noticia… pero ella estaba feliz, enfrascada en redactar el discurso perfecto para la ocasión, no quería defraudara a nadie, lo había escrito ya tres veces y siempre que lo escribía sentía que le faltaba algo, algo más que decir, alguien más a quien agradecer… pero no acertaba a decir a quien…

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Maca se sentía más que orgullosa de su mujer, le hubiera gustado celebrarlo a su manera, pero por desgracia no le era posible, aunque sus ilusiones crecían cada minuto que pasaban juntas, pues veía a Esther más cariñosa con ella, más atenta… quizás realmente si estaba logrando volverla a enamorar, eso le hacía más estar más feliz de lo que estaba… Aquella noche se le repitió el mismo sueño de días antes, pero con una diferencia, esta vez sí logró darle un rostro a aquella sombra, lo malo, era que no sabía identificarla… para ella era un rostro sin nombre, no sabía decir quien era esa persona… lo que sí tenía claro, era que la conocía de antes… Como siempre que se sentía frustrada y agobiada salió a correr, era algo que siempre la tranquilizó, le gustaba, le daba fuerzas, le hacía pensar… estaba intentando darle una identificación a ese rostro y tan metida estaba en ello que no se percató que, como aquella noche, como en aquel sueño, alguien se escondía para evitar que descubrieran su presencia, una persona que la miraba desde lejos con odio, una persona que, con las primeras luces del alba había decidido llevar a cabo su plan… Apuntó con el fusil, la tenía en el punto de mira, movía el arma al mismo tiempo que se movía su objetivo sin que se escapara de su trayectoria… Esther dejó de correr, se acercó hasta su mochila para tomar un poco de agua, refrescarse, llevaba más de hora y media corriendo y estaba agotada, no cesaba en su intento de recordar pero seguía sin lograrlo… Aquella pausa de Esther fue lo que le dio la oportunidad de realizar un disparo certero, se había estado preparando para ello desde su última conversación con ella, sabía que no fallaría, pero no podía permitirse el más mínimo error, así que apuntó directamente a la cabeza, una sonrisa se instaló en su cara, ya la tenía donde quería, ese si que sería el fin de la Sargento García… Colocó su dedo en el disparador, solo tenía que empujarlo hacia atrás y todo habría terminado… echó un último vistazo a su alrededor… no había nadie, no se oía nada, dispararía y nadie sabría quien lo habría hecho… de nuevo fijó su mirada en ella… de nuevo volvió a sonreír……………………… - Como aprietes ese gatillo, preferirás estar en los infiernos – dijo una voz sobresaltándola y frustrando sus planes… 25/Mar/2006 22:21 B: ¡Gerardo! – Dijo sorprendida – que… ¿Qué haces aquí? G: Eso tendría que preguntarlo yo no te parece…. Aunque la respuesta es evidente… B Esto… esto no es lo que parece… G: Noo, claro que no… ¿Pero tu te crees que yo soy tonto? – Dijo con furia - ¿Qué pretendías? ¿Matarla? No me contestes… ya sé la respuesta – la arrebató el fusil de las manos – Creí que eras más lista Begoña, pero ya veo que eres igual que Fernando… y vas a pagar del mismo modo que él… B: No me compares con ese estúpido que no es capaz de hacer nada bien – espetó con furia en los ojos G: ¿Y tu lo sabes hacer mejor? Mira Begoña, se acabó tu jueguito, has cavado tu propia tumba… B: Sabes que… - dijo con un tono más tranquilo – no creo que eso sea cierto… por que si caigo yo… tu caes conmigo… por si no lo recuerdas… tu has orquestado todo esto… G: No digas estupideces… B: NO son estupideces… te recuerdo que fuiste tú quien la mandaste a Irak… de donde nunca debió volver… G: Si, la mandé a Irak algo de lo que me arrepiento a cada momento… tenía que haber mandado a otra persona en su lugar… - la miró – pero rectificar es de sabios y aunque no puedo volver a tras el tiempo, voy a hacer que tú y que Fernando paguéis por todo lo que estáis haciendo… B: Pero cariño – como último recurso, quiso volverlo a camelar – ¿No ves que es lo mejor para nosotros? G: Apártate Begoña que ya ese juego no te funciona conmigo…. Quedas arrestada, y expulsada del cuerpo… debí hacerlo hace mucho… Y tras estas palabras, dos militares se acercaron hasta ellos y se llevaron a Begoña, quien, algo más lista que Fernando decidió permanecer callada para no ponerse la cosas más difíciles de lo que ya estaban…

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26/Mar/2006 00:06 Un par de días más tarde y tras dejar que el revuelo que se había montado por la detención de Begoña se disipara, Maca fue a hablar con su padre, era algo que desde hacía tiempo sabía que lo tenía que hacer y no quiso dejar que pasara más tiempo… llegó a su despacho y pasó después de que su padre le invitara a ello… M: Hola – dijo algo cortada G: Hola, hija… siéntate, por favor – Maca se sentó – dime, que te trae por aquí… pensé que no querías saber de mi… M: Ya… - bajó la cabeza – papá yo… vengo a disculparme contigo, cuando viniste a verme aquél día, me comporté fatal contigo y tú solo estabas abriéndome tu corazón… G: Maca – la cortó – no me pidas disculpas por que si alguien tiene que pedir perdón por algo ese soy yo… he sido un padre horrible, siempre pensando en lo que dirán los demás, en mi trabajo… nunca… nunca me preocupé de lo que tú querías – Intentaba no llorar, pero era algo que no podía evitar – siempre intenté manejar tu vida a mi antojo… y… y nunca quise ver donde estaba tu felicidad… M: Papá, papá por favor no llores – dijo también llorando - no puedo verte así… G: Hija, es que… me he dado cuenta de lo que te he hecho y… y nunca me lo podré perdonar… M: Papá – dijo más tranquila – tienes razón al decir que has hecho cosas horribles, pero has rectificado… has metido a esos dos individuos en la cárcel, has hecho que Esther venga a vivir conmigo… creo que todo eso tapa todo lo malo… al menos por mi parte… y realmente tengo que agradecértelo… sin ti, papá, no sé que hubiera sido de mi… no sé como hubiera sobrevivido si tu no hubieras hecho que mi niña se viniera a vivir conmigo… G: Pero eso no basta Maca, yo… yo hice que se fuera a Irak, yo… por mi culpa le dispararon… Maca, no… no… M: Papá – le cortó de nuevo – tu no tuviste la culpa, tú no disparaste… y si… vale, hiciste mal al mandarla allí, pero mira todo lo que has hecho después – no podía seguir enfadada con él después de cómo las había ayudado G: Entonces… ¿me perdonas? – dijo en un susurro M: Claro que te perdono, papá, ¿Cómo no hacerlo? G: Es que no lo merezco… M: Deja que eso lo decida yo… - se levantó – dame un abrazo… pero una como los que me dabas cuando era una niña… Gerardo sonrió, realmente su hija era una gran persona, con una fortaleza increíble y un corazón que no le cabía en el pecho, la abrazó como ella quería, como cuando era una niña, con todo el amor fraternal que no le dio durante estos años… había perdido mucho tiempo por su orgullo y sus estúpidos prejuicios, pero ahora que su hija le daba esa segunda oportunidad, la cual él seguía pensando que no se merecía, estaba decidido a recuperar todo ese tiempo, a ser, nuevamente y después de tantos años aquél padre bueno y cariñoso que un día fue… G: Bueno – dijo separándose de su hija – y ¿mi nuera como está? – preguntó con una sonrisa en la cara…. Maca se entristeció… M: Pues igual… no recuerda… y yo ya no sé si volverá a recordad… G: No te preocupes, yo estoy convencido de que lo hará y ¿sabes porqué? – Maca negó con la cabeza – por que cuando alguien se enamora de ti, es imposible que deje de quererte, y Esther en su corazón sabe que te quiere, y ese amor que siente por ti es el que hará que te recuerde de nuevo… M: Ojalá – susurró… G: Lo hará, lo sé – se quedó callado y de nuevo, como su hija, se entristeció – lo que no sé es si ella podrá perdonarme… M: Si que lo hará… Esther es incapaz de no perdonar… es una persona muy especial ¿sabes? – Dijo con los ojos vidriosos – es toda dulzura… todo amor… G: Cuéntame más cosas de ella, quiero conocerla bien para que pueda quererme un poquito…

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Maca comenzó a hablar con su padre de su mujer, le contó como se conocieron, como era, lo feliz que la hacía… estuvieron toda la tarde hablando, de Esther, de ellos, sobre todo de ellos, tenían que contarse tantas cosas… cosas que no se habían podido contar desde hacía tiempo, lloraron mucho, se pidieron mil perdones, pero sobre todo, se volvió a retomar esa relación de padre-hija, esa que nunca debió perderse, esa que realmente ambos, siempre habían echado de menos… 26/Mar/2006 01:23 Quedaba tan solo un día para la gala de condecoración y Esther estaba más nerviosa que nunca, andaba de un lado para otro por toda la casa, con un montón de folios en las manos y maldiciendo el momento en el que decidió redactar ese discurso… Maca había recibido la llamada de Cruz diciéndole que la necesitaban en el hospital, uno de sus pacientes había entrado en crisis y tendrían que operarlo de urgencia, por un lado le vino hasta bien, pues se estaba contagiando de los nervios de su chica… estaba poniéndose la chaqueta cuando volvió a ver a Esther que entraba de nuevo en el salón, maldiciendo como llevaba haciéndolo durante todos los días anteriores… E: Recuérdame que nunca… pero nunca más se me vuelva a ocurrir dar un discurso – dijo mientras removía los papeles… M: Venga ya Esther… que lo vas hacer muy bien – intentaba darle ánimos mientras terminaba de recoger sus cosas E: ¿Qué haces? ¿Te vas? – dijo al percatarse de ello M: Si… lo siento cariño, pero tengo que irme al hospital… E: ¡Pero no puedes irte! Tienes que ayudarme a escribir esta mierda – protestó… M: Esa mierda, como tú la llamas, ya está muy bien escrita – cogía las llaves - así que no le des más vueltas, si el discurso está genial… no sé porqué no lo dejas como estaba… E: No sé – miró los papeles – falta algo… M: Pero que le va a faltar, por favor, está perfecto de verdad – le dijo poniendo sus manos en sus brazos en señal de ánimos… E: Si… ya…. Perfecto… como se nota que no lo vas a pronunciar tú… además que no… que falta algo te lo digo yo… M: Esther – dijo ya cansada – por favor, déjalo ya… si está bien… estaba bien el primero que escribiste y este está perfecto… - miró el reloj – además mira, yo me tengo que ir… tengo una operación en diez minutos… relájate un poco que todo va a salir bien… E: Ufff… déjame utilizar tu impresora anda que la mía se ha quedado sin tinta – dijo sin hacer caso a lo que Maca le decía… M: Si que estás pesadita con el tema… bueno mira, haz lo que quieres, yo ya me voy… y si, la impresora la puedes utilizar… no sé ni porqué me lo preguntas… Esther sonrió, vio como Maca salía de casa y se enfrascó de nuevo en los papeles, solo tenía una pregunta en la mente… ¿que era lo que le faltaba a ese dichoso discursito para que estuviera realmente perfecto? Después de darle otras mil vueltas a la cabeza por el mismo tema, fue a la habitación de Maca para imprimir lo nuevo que había escrito… realmente le tenían que haber llamado para una urgencia, pues su cuarto estaba inusualmente desordenado… la cama no estaba hecha, su ropa estaba sin recoger… sonrió, le pareció gracioso que Maca toda una obsesa del orden hubiera dejado la habitación del revés… Sin quererlo se puso a cotillear un poco, pues pocas veces podía meterse en ese pequeño mundo de Maca donde sabía que guardaba sus más preciados tesoros… se sorprendió a sí misma oliendo una de sus camisas… le asustó aquél gesto, dejó la camisa sobre la cama y miró la estantería… libros de medicina y novelas de suspense… “muy propios de Maca” pensó… Dejó los folios sobre la mesa y se dio de lleno con un álbum, un álbum de pastas azules, recordó el día en el que Maca lo estaba viendo… se acordó de que ese día, con la llegada de Eva se le había pasado volver a pedirle que se lo mostrara… quería verlo, ver las fotos de su amiga… saber como era de pequeña… pero sabía que no estaba bien, que si Maca no se lo había enseñado ella tendría que esperar a que lo hiciera… Salió de nuevo de la habitación, decidió dar una tregua a sus nervios y prepararse una tila, mientras llevaba el vaso hasta la mesa, sus ojos se dirigían hacia el pasillo, hacia la habitación de Maca, hacia ese álbum… parecía que la llamaba… que la estaba llamando a gritos… se sentó en el sofá, intentando no pensar en ello, pero su curiosidad era más fuerte…

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E: Realmente, no creo que se enfade…. Con no decirle que lo he visto… además… solo son unas fotos… no tiene nada de malo… 26/Mar/2006 03:26 Se dirigió una vez más a la habitación, se acercó con cautela hasta la mesa… miró el álbum, lo palpó con las manos sin llegar a cogerlo… “esto no está bien” le decía una voz en su interior… “venga ya Esther que solo son fotos” se dijo… Lo cogió entre sus manos y se sentó al borde de la cama… lo miró nuevamente, dudando antes de abrirlo, finalmente lo hizo queriendo ver a una Maca pequeñita y sorprendiéndose al ver lo que allí aparecía… Ante ella, una foto de Maca, de ahora, que sonreía a la cámara en un parque de Madrid… E: ¿Pero no decía que eran de cuando era pequeña? – se extrañó, aún así, ya que lo había abierto, continuó viéndolas… Pasó la página y su expresión cambió por completo, aparecía ella, durmiendo, en un sofá que no era de esa casa, no recordaba aquella foto, siguió mirando, Maca y ella abrazadas al lado de un estanque, sonrientes, veía una felicidad enorme en sus ojos… E: ¿Pero esto que es? Una nueva foto y una nueva sorpresa, Maca agarraba a Esther de la cintura mientras ella intentaba mantenerse de pie sobre unos patines en el hielo, muy sonrientes, casi se podía escuchar las risas…. Seguía sin entender… se llevó las manos a la boca al ver la foto siguiente… abrazadas, mirándose fijamente a los ojos, ojos en los que solo se podía ver amor… no amistad… amor… un profundo amor… E: Esto…. Esto… no puede ser… Pero era, y lo descubrió con la foto que le seguía a esa, Esther le daba un beso a Maca en los labios, junto a una puesta de sol, en un paisaje de la sierra… E: Diosss… ¿Qué es esto? ¿Maca y yo? Una nueva fotografía, en la que Maca sacaba la lengua a la cámara en el parque de atracciones… otra de Esther quien sonreía feliz… de nuevo una de ellas dos juntas en un nuevo beso… un beso que parecía apasionado… Ella de uniforme haciendo gestos extraños con la cara, Maca con su gorra militar, parecía estar imitándola… una foto en la que ella tenía a Maca entre sus brazos, tumbadas en el césped de algún jardín… Quiso cerrar en ese momento aquel álbum… las lágrimas hacía tiempo que habían aparecido… pero algo le decía que tenía que seguir mirando y así lo hizo… una nueva foto ante ella, un nuevo recuerdo que ella no recordaba… Maca y ella frente a una chica a la que no conocía… en una sala… una sala que bien podía ser un juzgado… en la siguiente se encontraban en la misma sala… esta vez se besaban de nuevo, de fondo la chica desconocida y Cruz sonreían dejando caer sus lágrimas… visiblemente emocionadas… E: Esto no puede ser – era lo único que acertaba a decir… Una foto de Cruz, Eva, la chica de antes y ellas dos brindando con una copa de champan en lo que parecía una discoteca, seguida de otra en la que solo estaban ellas, en el mismo lugar, bailando, agarradas, muy juntas… cuando amor rebosaba de esas fotos… Por fin cerró el álbum, con un montón de sentimientos que no entendía, envuelta en lágrimas… algo calló al suelo, algo que estaba escondido entre el forro de las tapas en la última página… Miró al suelo y se encontró con una alianza de oro… la recogió con miedo, se miró sus manos, miró la alianza… las letras de M&E aparecían grabadas dentro junto con una fecha y un “te quiero”… miró de nuevo sus manos… E: No puede ser – dijo llorando Se puso la alianza… encajaba perfectamente en su dedo… se quedó mirando su mano… lloraba… no podía dejar de hacerlo… Cogió su móvil y marcó un número, nerviosa, mirando aún su mano y el álbum alternativamente, con sus lágrimas recorriendo sus mejillas sin poder parar esperó a que descolgaran al otro lado de la línea…

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E: Arturo – dijo con la voz entrecortada… 26/Mar/2006 16:39 Hacía varias horas que el sol había iluminado las calles, un nuevo día en sus vidas, un día importante para Esther, hoy era el día en el que recibiría la condecoración… estaba nerviosa, terminando de arreglarse, ultimando los últimos detalles, el uniforme de gala colgaba de la puerta del armario… llevaba allí toda la noche para que no se arrugara… Maca hacía ya algunos minutos que la esperaba, también nerviosa, con un nudo en el estómago, era normal, su niña, por fin lograba lo que tanto había ansiado, por fin alcanzaba eso por lo que tanto había luchado, pero seguía sin poder celebrarlo con ella quería… Terminó su café… Esther aún no salía de la habitación… ¿Qué estaba haciendo? “al final llegamos tarde… como siempre” se dijo… M: Esther – gritó desde el salón – por favor que no llegamos E: Ya estoy, ya estoy – dijo llegando hasta ella, con una sonrisa pintada en la cara… Estaba preciosa, siempre le gustó como le quedaba aquél uniforme, se había alisado el pelo, como a Maca le gustaba y se había puesto un poco de maquillaje, nada estrambótico pero el suficiente para que estuviera reluciente… M: Estas guapísima – dijo sin poder callarlo… E: Venga ya, Maca… si solo es el uniforme – se ruborizó - ¿Hay café? – preguntó cambiando de tema M: Si… pero date prisa que no llegamos… E: Ufff… Maca, siempre tan impaciente… tranquilízate – sonrió – no creo que empiecen sin mí… M: Jajajaj, si eso es verdad… Terminaron de desayunar, estaban ya a punto de salir cuando Maca se quedó frente a Esther, mirándola a los ojos, con amor, con el infinito amor que le tenía y con la más grande de las dulzuras E: ¿Qué? – dijo algo descolocada M: Nada… que… estoy muy orgullosa de ti – sonrió… E: Ya… lo sé… se te nota… gracias… Permanecieron en silencio unos instantes, mirándose, sin atreverse a decir las cosas que ambas deseaban decir… fue Esther la que habló sin poder reprimir más las palabras que le retumbaban en la mente… E: ¿Puedo hacerte una pregunta? M Acabas de hacerla –bromeó – no, en serio, claro que puedes… E: Maca, tu… ¿tu estás enamorada? M: ¿A qué viene eso? – dijo descolocada por la pregunta de su mujer… E: No sé… curiosidad, supongo… nunca hemos hablado de eso… y no sé… quisiera saberlo… M: Pues si – no podía ocultarlo – si que lo estoy… mucho… más de lo que un día pude imaginar… E: ¿Y donde está ella? – Preguntó un una gran sonrisa en los labios M: Ella… ella está… - miró su reloj – Esther… es muy tarde… mejor hablamos de esto en otro momento – cambió de tema… E: ¿La quieres mucho? – insistió… Maca la miró, intentando averiguar porqué de pronto su mujer hacía tantas preguntas, bajó la mirada, no podía seguir mirándola sin decirle que era ella y cuanto la amaba… levantó de nuevo la mirada para encontrarse con la de Esther… se mantuvieron en silencio

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de nuevo, un silencio que Maca creyó que era como los de antes… un silencio que parecía eterno… un silencio roto por la voz de Esther… E: ¿Sabes? Adoro tus silencios 26/Mar/2006 20:52 M: ¿Cómo dices? – dijo bloqueada… E: nada, nada – sonrió – anda vamonos que como tú dices al final no llegamos… Y sin decir nada más, Esther salió por la puerta dejando a Maca algo desconcertada… Llegaron hasta la sala en la que se celebraría la gala, la gente empezaba a tomar asientos… saludaron a Eva, Cruz, Héctor, Arturo y tras las felicitaciones, besos y alguna que otra pequeña conversación la gala dio comienzo… Maca, junto con sus amigos se sentaron en la primera fila, no querían perderse ningún detalle, Esther se sentó en el escenario, en una silla detrás del atril… la sala estaba a rebosar, todos sus compañeros de cuartel, de su división, se alegró al ver que Lucía llegaba algo apurada hasta allí y se sentaba con los demás… todos los altos cargos de ejercito de Tierra estaban presentes… era un día especial, muy especial y ella lo sabía… El Coronel, con su habitual seriedad se levantó de su asiento y dio comienzo a la gala… C: Bien, ante todo quiero dar las gracias a todos los presentes por estar aquí – comenzó – hoy es un día de orgullo para el todo el cuerpo militar, hoy vamos a rendir homenaje y a condecorar a una persona que como todos sabéis se lo ha ganado a pulso – hizo una pausa, se giró y sonrió a Esther, quien le devolvió la sonrisa, acto seguido hizo lo mismo con su hija – Por su intachable conducta, por su valor, por su superación en los peores momentos, por su tenacidad, por su dedicación al cuerpo militar durante toda su vida es un placer y un gran honor ser yo la persona que le entregue a la Sargento Esther García, esta medalla al honor… Esther se levantó de su asiento, con una gran sonrisa, el Coronel, muy emocionado le entregó la medalla, Esther le abrazó, algo que lo sorprendió pero que gustosamente aceptó… el público aplaudía y vitoreaba a la Sargento, a Maca se le escaparon dos lágrimas al ver la escena… Esther tomó aire… se acercó lentamente hasta el atril, dejó sobre él la medalla y el discurso que tenía preparado, miró a la sala… todos expectantes, todos esperando a que comenzara a hablar, posó su mirada en la primera fila, en los ojos de sus amigos, sintió el orgullo que les provocaba… tomó aire… comenzó con su discurso… 26/Mar/2006 21:22 E: Bueno… antes que nada quiero dar las gracias a todos los que han decidido darme esta medalla – sonreía – no sabéis lo que esto significa para mí… recuerdo cuando decidí hacerme militar, desde muy niña lo llevo en la sangre – miraba a todos los presentes sin fijar la mirada en nadie concreto – mi padre, era militar, un gran militar y gracias a él descubrí que esta era mi vocación, por desgracia, él no puede estar aquí para verme, pero sé que donde quiera que esté se siente muy orgulloso de mí – miró hacia arriba – gracias papá, esto es por ti – de nuevo miró al público – tengo muchos recuerdos de cuando era joven y un sin fin de anécdotas con mis compañeros – se fijó en Eva, Lucía y Héctor que también la miraban emocionados – recuerdo las interminables horas de entrenamiento – sonreía – la primera vez que cogimos un arma ¿os acordáis? – ellos sonreían y dejaban escapar unas lágrimas – gracias a vosotros por vuestro apoyo y vuestros consejos, tan importantes en mi vida, por hacerme ver que con esfuerzo todo se puede lograr y que las cosas se pueden llegar a cambiar… aunque cueste… aunque sea difícil… ¿pero quien dijo que la vida era fácil? – miró a Eva… después a Maca… De pronto dejó de pronunciar el discurso, se quedó en silencio, bajó la mirada, sintió un leve mareo, demasiadas emociones para un solo día… C: ¿Qué le pasa? – preguntó en un susurro, preocupada M: No lo sé – contestó de igual forma – pero algo le pasa… creo que será mejor que vaya a ver – intentó levantarse pero se topó con la mano de Arturo impidiéndoselo… A: Déjala, está bien – dijo tranquilizadoramente Esther levantó de nuevo la mirada, bebió un poco de agua, miró a Arturo, quien asintió con la cabeza, ella sonrió de nuevo… dejó a un lado los papeles… volvió a tomar aire y continuó…

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26/Mar/2006 22:25 E. Eso de los recuerdos es algo extraño ¿no creéis? Hay personas que pasan su vida intentando y deseando olvidar algún momento, algún instante… sin embargo, hay otras… como yo… que no hacen otra cosa que intentar recordar algo que olvidaron… - unas lágrimas cayeron por su rostro – perdí la memoria cuando me dispararon en Irak y desde entonces e intentado por todos los medios volver a recuperarla – hizo otra pausa – recuerdo cuando me destinaron a esta base – prosiguió – he de decir que no estaba muy convencida… sin embargo… ahora que miro atrás, creo que ha sido lo mejor que me ha podido pasar – miró a Maca quien no entendía lo que estaba pasando – Cuando yo llegué aquí solo tenía una meta, ser la mejor militar que pudiera llegar a ser, vivía solo para el ejercito, no me permitía pensar en otra cosa… pero todo eso cambió de la noche a la mañana – de nuevo otra pausa - recuerdo la primera orden que recibí aquí, la cual no me gustó demasiado – sonrió, miró a Maca de nuevo – eso de hacer de guía para un médico impuntual… M: No puede ser – dijo llorando… E: Si mi vida, si… te recuerdo – también lloraba – recuerdo nuestro primer encuentro, recuerdo… recuerdo aquella noche en la terraza… cuando me llamaste pitufo gruñón… como me gusta que me llames así – sonreía, Maca no podía parar de llorar – aunque mañana lo negaré – advirtió – recuerdo mis miedo, mi amor, como también recuerdo tu empeño en que los superara… el cursillo de primeros auxilios ¿te acuerdas? Cuando me besaste por primera vez… cuando supe que ya nada podría separarme de ti – lloraba, de igual manera que lo hacía Maca, mucha gente no entendía nada de lo que estaba diciendo, sin embargo, a ellas no les importaba – recuerdo… recuerdo nuestra boda… el día más maravilloso de mi vida – la voz se le entrecortaba lentamente sacó su alianza del bolsillo de la chaqueta y se la puso ante la mirada y las lágrimas de todos, con las manos temblorosas y sin dejar de mirar a su esposa – cuanto te amo, mi amor… me acuerdo… me acuerdo de nuestra despedida y de la promesa que te hice… perdóname mi amor, pues no he sabido encontrar el camino de vuelta hasta ahora… aún teniéndolo delante – lloraba – tengo que agradecerte tantas cosas… tú… tu has cambiado mi vida… la has hecho maravillosa… gracias a ti he conseguido salir adelante… gracias a ti sé lo que es el amor… aún sin memoria… porque sin ella me volví a enamorar de ti… sin querer aceptar y sin saber porqué estaba sintiendo eso, mi corazón lo sabía… me lo gritaba… aunque yo no supiera reconocerlo – Maca no podía dejar de llorar, como tampoco podía dejar de sonreír… al fin su niña se acordaba de ella… nunca sintió tanta felicidad… y se lo estaba diciendo de la mejor manera posible…Cruz acariciaba su mano, también emocionada y feliz por la pareja, el Coronel tampoco podía evitar que se escaparan lágrimas de sus ojos – Gracias a ti soy la persona que tienes delante – continuó – gracias a ti estoy aquí… no se me ocurre otra manera de decirte todo lo que me haces sentir… sé… sé lo mal que has tenido que pasarlo estos meses en los que mi necia memoria no me dejaba volver a tu lado… pero prometo compensarte mi niña, porque nadie lo merece tanto como tú… - no apartaba ni un segundo sus ojos de ella, perdiéndose en su mirada, viéndose en ella, como antes… - Dios, como me gusta verme reflejada en tu mirada y cuanto lo he echado de menos… te quiero mi vida… te quiero con toda mi alma… Maca no aguantó más, no pudo escuchar nada más… se levantó de su asiento y corrió hasta llegar al escenario donde la besó con todas sus fuerzas, con toda su alma, un beso correspondido con la misma fuerza, con el mismo amor… un beso en el que recuperaron el tiempo perdido… un beso en el que borró los malos momentos, un beso que hizo que desapareciera la gente que había en aquella sala… M: ¿Cuando? – consiguió decir abrazándose a ella E: ayer por la tarde… - decía entre besos – vi… vi el álbum y las imágenes vinieron solas… luego Arturo me aclaró algo más las cosas – no podía dejar de abrazarla y besarla – te quiero, te quiero, mi amor, te quiero… M: yo también te quiero, mi amor, más que nunca, más que a mi vida… te quiero, te quiero… te quiero… Las sorprendidas miradas y el silencio que se había creado en la sala fueron rotos en un enorme aplauso y una gran ovación a la pareja… que no dejaba de besarse y prodigarse palabras de amor…. 27/Mar/2006 00:45 Había pasado ya un mes desde que Esther recuperara la memoria y ella y su mujer recuperaban el tiempo perdido… ahora si… a su manera… El juicio de Fernando y Begoña había finalizado hacía escasos dos días con una condena de cadena perpetua para él, gracias a la declaración de Esther, quien tras recordarlo todo colaboró con la investigación… se le condenó por intento de homicidio, traición a la bandera española, se le quitaron todas las condecoraciones y honores que un día pudo tener, así como fue expulsado del cuerpo y trasladado a una cárcel de máxima seguridad… Begoña fue condenada a 35 años de cárcel sin opción a una rebaja de condena, fue expulsada del cuerpo militar y trasladada a una de las más fuertes y peligrosas de las cárceles españolas… Esther y Maca vivían en lo que parecía una luna de miel sin haberla comenzado aún… ahora, por fin podrían tener muestras de cariño en cualquier lugar, no tenían que esconderse de nada ni de nadie…

No permitas que te maten. Parte II (werty_1983)

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El padre de Maca, más orgulloso que nunca de su hija y su mujer, la mejor nuera que podría tener, había concedido a Esther un mes y medio de permiso para que ésta y su hija se fueran, por fin de viaja de casadas… Como siempre, Maca se desesperaba, esperando a Esther que por algún motivo no terminaba de salir… M: Mi amor – gritaba desde el salón –mi amor que vamos tarde… perderemos el vuelo ya lo verás… E: Ufff… Maca por favor, siempre igual – decía desde el cuarto – cariño que ya voy… si es que la maleta esta no cierra… Maca volvió a la habitación, entró y vio como su mujer mantenía una guerra con aquella maleta que parecía estar perdiendo… M: Si no metieras tantas cosas… E: Si no me metieras tanta prisa… Le sacó la lengua y Maca se echó a reír… consiguieron cerrar la maleta y salieron de nuevo al salón, donde Gerardo las esperaba listo para llevarlas al aeropuerto… G: ¿Listas? M: Si… tu nuera… que es mas lenta… G: Imposible, eso tú que seguro que no haces otra cosa que meterle prisa… M: ¡Papá! – exclamó sorprendida por la respuesta de su padre… E: ¿Ves? Hasta tu padre me comprende – bromeó… M: Desde luego… anda vamos que no llegamos… E: NO… espera que se me olvida una cosa… ahora vuelvo… M: Dios, cariño, por favor – dijo desesperada - ¿es que no ves que no llegamos? E: Maca joder que solo es un momento – contestó M: si, claro para ti siempre es un momento… al final perdemos el vuelo E: De verdad que cuando te pones así… me dan ganas de… M: ¿De qué? ¿eh? ¿De que te dan ganas a ti mi pitufo gruñón? – dijo picarona acercándose peligrosamente a ella. E: Pero que no me llames así – contestó con una sonrisa en la cara M: Pero si te encanta… que yo lo sé… E. No… no me encanta… M: ¿A no? Pues debes estar mal de la memoria otra vez, mi amor… porque no fue eso lo que dijiste… - dijo cogiéndola de la cintura E: Pues si… debo estar perdiéndola de nuevo porque no recuerdo haber dicho nada de eso – contestó M: Pues ten cuidado no vaya a ser que también te olvides de mi otra vez… - la besó en los labios E: Ummm… no te preocupes que eso no va a pasar… por que ya he comprobado que aunque mi mente no te recuerde… mi corazón sabe que tú eres la única dueña que tiene – contestó besándola de nuevo… M: Te quiero… E: Y yo a ti, mi vida… G: Siento interrumpir – dijo de pronto – pero si no nos vamos no llegáis…

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Ambas se separaron no sin antes darse un último beso ante la mirada sonriente de Gerardo, llegaron casi de milagro al aeropuerto donde las esperaba un avión con destino a Venecia, como le prometió Maca a su mujer… la promesa que siempre quiso cumplir, y que ahora, por fin, lo lograba… El avión despegaba poniendo rumbo a sus sueños, a unos sueños que tan solo comenzaban, porque su vida juntas empezaba de nuevo… y para siempre…

FIN