Nimiedades del Gran Basilio

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LAS NIMIEDADES DEL GRAN BASILIO Radio Cristiandad, baluarte de la tradición romano-católica, impoluta y cuidadosamente envasada en ondas electromagnéticas, difunde desde fines de marzo el paper 1 de un cura ignorante, muy ignorante, a quien llamaremos aquí el Gran Basilio (en adelante GB). Dicho paper parece ir en tándem con lo que en su momento escribió el fraile J-D. Fabre contra Disandro, o con lo que el P. Ceriani y sus amanuenses contra la Bula Cum ex Apostolatus Officio de Paulo IV (Cuarto). Pero a GB, sin que el cuero le dé para la tarea, le encomendaron ahora atacar la obra y la persona de don Nimio de Anquín. Y justamente porque no le da, se explica la llamativa cantidad de bajos insultos contra el filósofo que su paper desparrama. ¿Odio? ¿Resentimiento? Bien puede ser. Pero seguramente también impotencia, ante un cometido que tan grande le queda. Tedioso sería dar cuenta de la cantidad de contradicciones y disparates en el paper contenidas. La única obra de Nimio que aparece en él es De las dos inhabitaciones del hombre. A Ente y Ser, su libro más importante, se nota no lo conoce ni por las tapas, al punto de asegurar que fue prologado por el P. Castellani, 2 cuando García Astrada es el prologuista de la única edición existente (Gredos 1962). Es que a GB, agobiado por sus obligaciones pastorales, poco tiempo le queda para estas paparruchas filosóficas. Aunque igual, ¡ay!, se ocupa de ellas. Tomemos entonces de su paper sólo algún ejemplo, indicativo del tenor de lo demás. 1. GB califica a Nimio de “filósofo de segundo orden” y hasta de no ser filósofo en orden alguno, rubro en que parece ubicar también al mismísimo Aristóteles. Pretende apoyarse para eso en un pasaje de la Suma Teológica de Sto. Tomás. Pues como su antecesor griego, Nimio “se quedó —asegura GB— en la inmanencia... del ente, nunca comprendió la trascendencia... del ser”. Aunque por eso mismo habría caído Nimio en el error, junto con otros filósofos, modernos y depravados como él, de opinar que “lo primero que cae en el intelecto” no es el ente, según Sto. Tomás y GB enseñan, sino “el Ser absoluto y eterno”, o sea, ese mismo Ser que GB acaba de decir que Nimio ignoraba. Bien. Reparemos por de pronto en que don Nimio estudió y meditó todo a lo largo de su trayectoria a Aristóteles en su texto original, a sus comentadores antiguos y modernos (también los comentarios de Sto. Tomás que admirado cita copiosamente en sus escritos), y a casi todos sus mejores intérpretes contemporáneos. De esa trayectoria fueron surgiendo: Cómo se desarrolló el pensamiento de Aristóteles, 1939; Las dos concepciones del ente en Aristóteles, 1940; La protoética aristotélica, 1947; Acción inmanente y acción transitiva en el concepto aristotélico de naturaleza, 1959, etc. etc. Y además presentó estos trabajos a congresos internacionales de expertos en el tema, en prestigiosas sociedades tomistas y en otras. Su concepción de Aristóteles o de la metafísica no sale pues de citas de la Suma mal o malignamente interpretadas ni de ningún cursito de metafísica, rejunte tipo “corta y pega”, que pretenda dar el tema por resuelto y acabado. Pero vayamos a lo que el propio Nimio dice efectivamente al respecto. “El ente es lo primero que el intelecto concibe realmente, pues el ente da razón de todos... Su evidencia es tanta que enceguece... Pero ¿hay algo más que el ente? De la aprehensión para acá no. Pero de la aprehensión para allá, sí, porque allí hay algo que no es ente... de

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https://radiocristiandad.wordpress.com/2017/03/30/p-basilio-meramo-nimio-de-anquin-gnostico-hegeliano/#more51016. 2 Llama prólogo de Ente y Ser a una reseña de Castellani publicada en Vea y Lea, octubre de 1963, donde la persona y la condición de filósofo de don Nimio es colmada de elogios, que GB se cuida bien de mencionar. Así todo. 1

donde emergen los entes”. Y sigue: “Los entes no son por sí, ni son creaciones del intelecto...3, proceden de algo que les da entidad y el algo que les da entidad es el SER”. En suma, no sólo el ente es para él, pese a GB, lo primero que el intelecto capta, sino que más allá, trascendiendo los entes, advierte sobre la existencia del SER, que GB le indilga desconocer por completo. Más aún. Como resultado de su reflexión y docencia sobre Aristóteles y la lengua griega de sus textos, Nimio llegó a la conclusión de que el de Estagira nunca distinguió claramente la física de la metafísica, que por eso su consideración no pasó de la de los entes físicomatemáticos, ligados de un modo u otro a lo que Aristóteles llama “materia”, y que por lo tanto la así denominada metafísica aristotélica no es tal, si no sólo una Parafísica hipertrofiada, cuya repercusión en el pensamiento occidental, también en buena parte del escolástico, trajo como indeseada consecuencia nada menos que el olvido del Ser. Sto. Tomás en cambio, afirma Nimio, sobrepasó “el lastre fatal de la materia”, pudo así entrar en contacto con el SER trascendente, y por eso Silvestre de Ferrara dedujo de allí un tipo de “analogía del SER..., que seguramente Aristóteles no conoció pero que tiene un profundo sello metafísico”, analogía que “los griegos ignoraron: es —dice— una creación tomista”. Y si el cordobés en algún momento de su trayectoria dudó de la eficacia o validez de algunas de las nociones metafísicas del de Aquino, sin embargo aún entonces pudo seguir venerando a Sto. Tomás y tenerlo por “el Maestro de la Metafísica”. Eso sí, nunca ubicó a Aristóteles entre los filósofos “de segundo grado”, como ciertamente tampoco lo hizo Sto. Tomás, pese a la cita de la Suma que GB esgrime, puesto que Tomás comentó minuciosa y sagazmente buena parte de las obras aristotélicas, aunque sólo podía leerlas en traducción latina, y a Aristóteles mismo lo llamó siempre con veneración simplemente “el Filósofo”, algo pues así como el arquetipo de los que piensan Filosofía. 2. Para Nimio no había entonces en Aristóteles o en los griegos atisbos de trascendencia, ni por tanto de metafísica verdaderamente tal. Cierto es sin embargo que él prefirió para sí y para nuestra América, como los griegos, “la pacífica convivencia del ser y los entes” en la inmanencia unívoca, sin por eso negarse a una verdadera y trascendente metafísica, que concibió como una etapa posible y deseable, pero ulterior. ¿Se le podría decir pues “monista” como GB con tanta ligereza pretende? Para eso Nimio debería haber borrado la distinción entre los entes y el ser de la inmanencia (o ente de los entes), pero él no se cansó de repetir que entes y ser eran, para los griegos y para su propia elección, del mismo género, sí, aunque de especies diferentes. Pero curiosamente, aprovechando la dilección especial del cordobés por las obras juveniles de Hegel y por su Fenomenología del Espíritu, no vacila GB en tacharlo sin embargo de gnóstico y así de afín a la Cábala y hasta casi de cercano al satanismo, o poco menos. ¿Cabe sin embargo el gnosticismo en un planteo como éste que GB llama “monista”? Hmm... Guiémonos no por Cábalas de pacotilla, sino por lo que enseñan estudiosos de los de más merecido renombre académico en gnósticas cuestiones. Una página de uno de ellos describe seis diversas concepciones gnósticas de la relación del alma con el cuerpo y las resume todas finalmente así: “...a juicio del gnóstico, el cuerpo es malo, es la sede o la encarnación del mal, si es que no es el mal mismo, y sólo puede ser objeto de odio, de un resentimiento que se traducirá en desprecio o en rebeldía”.4 Pero en la plena y pacífica convivencia del ser y de los entes en una misma eternidad participada, según la divisó Nimio en los griegos y la eligió como morada de su propio pensar, no hay lugar para dualismo, ni por ende para gnosticismo alguno. El gnosticismo exige no sólo dualidad de sustancias en oposición irremediable, sino además enzarzadas en la más violenta oposición entre sí. Si existe una concepción de estas 3

De considerar a los entes creaciones del intelecto acusa también GB a Nimio, adscribiéndolo así al idealismo, por él estudiado y desestimado desde sus trabajos iniciales. 4 Podría censurársenos por aducir textos sin la cita bibliográfica correspondiente. Lo hacemos ex profeso. No queremos aquí desasnar burros como los responsables del adefesio analizado, sino ofrecer merecido desagravio a un noble maestro. 2

relaciones que favorezca la conciencia gnóstica, ésa sería justamente no la concepción helénica, sino la noción judaica de creación, porque en ella el Creador y la creatura quedan separados por un abismo infranqueable e infinito. Éste, el estrictamente semítico, sería pues el reconfortante que cualquier gnosticismo necesita como sustrato para poder desplegarse. No lo griego por cierto, ni el modo como Nimio lo concibe y eligió venerarlo y prolongarlo en su propio y depurado pensar.¡Ay, ay, ay: GB no pega una ! 5 3. Podríamos seguir analizando ahora las baladíes excusas que GB utiliza para calificar a Nimio, entre otras cosas, hasta de ateo, o de adepto al sincretismo kantiano-tomista del jesuita Joseph Marechal, que Nimio expresa y fundadamente consideró y desestimó. Sería interminable. Baste pues con lo dicho para reconocer la irremediable tesitura del adefesio cristi-radial que tamaños disparates o infundios contiene. Hay sin embargo una cuestión que no podemos pasar por alto. ¿Tan ocupado lo tienen, padrecito, sus menesteres pastorales, que en el apuro por redactar su paper, llegó a olvidar las veces que, más contento que perro con dos colas, visitó en los veranos, mientras residía Ud. en Córdoba, al Dr. Disandro en su casa de Alta Gracia? Y eso junto con toda una caterva de sus cofrades, a quienes don Carlos recibió, sí, con su saber, bonhomía y hospitalidad habituales, aunque sin enredarse con los anzuelos que, fraternalmente, claro, intentaron hacerle tragar. ¿Por qué oculta aquel trato franco y directo, de hace más de 25 años, y habla, recién ahora, de Disandro y de lo que él pensaba, como de un extraño a quien nunca vio ni oyó personalmente? De todos modos, en medio de su farsa de que sólo lo conoció por otro que le dijo lo que Disandro decía, lo acusa Ud., también a él, de gnóstico, por supuesto. ¿Por qué? Porque de teandrismo le habrían dicho que hablaba. Seguramente con tantas obligaciones como lo agobian olvidó que ya el curita Fabre, en su desquiciada infamia contra don Carlos (“Carlos Disandro ¿un tradicionalista?”, publicado en Suplemento al nº 66 de Jesus-Christus, nov. dic de 1999 y luego insistentemente en cuanta página web existe, más o menos afín o dependiente de esa Fraternidad S. Pío X, a la que Ud. asegura ya no pertenecer); que dicho frailecito indigno, digo, acusó a Disandro de lo mismo que Ud., hace más de tres lustros, entre otras cosas, justamente por usar teandrismo o teándrico, términos que Ud. ahora vuelve a poner sobre el tapete. ¿No recuerda tampoco o no sabe que en El Pampero Americano nº 2, febreromarzo de 2000, el amigo Arwalt von Kayser, de feliz memoria, le aclaró al respecto, al dominico y a la Fraternidad que lo impulsaba, lo siguiente?: “Redobla [el dominico] la acusación [a don Carlos] de gnosticismo fundándose en la utilización por el doctor del término teándrico, tomado de los padres griegos por cierto, entre otros de Dionisio Areopagita, epístola 4, de donde derivó una extraordinaria controversia doctrinal sobre su interpretación a causa la herejía monotelita. Hasta que el Concilio Lateranense (año 656) reasumió la semántica del término y la fijó en su canon 15 (Denzinger 515). ¡Gnósticos entonces también los padres y ese Concilio!”.

¿Desestima Ud. además la insistencia de los padres en repetir, en congruencia con la obra teándrica, que “Dios se hizo hombre para que el hombre se haga Dios”, o que San Pedro en su 5

Puede ser de ayuda ubicar lo explicado dentro del siguiente esquema: Sto. Tomás griegos (y Nimio) concepción judía concepción gnóstica

– SER metafísico trascendente – Ser inmanente – entes – Creador – creaturas – alma (espíritu) – cuerpo

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– Ser inmanente y entes – Creador y creaturas mismo género, no misma especie abismalmente separados (creatura nadificada) en oposición y violencia mutuas

analogía univocista analogía equívoca participación unívoca y pacífica en la misma eternidad dualidad insalvable dualidad revulsiva

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2ª ep. I, 4 nos reclama: γένεσϑε ϑείας κοινωνοὶ φύσεως o sea, le traduzco, “que os hagáis copartícipes de la naturaleza divina” 6, o que al ofrecer el vino mezclado con agua el texto de la misa tridentina exige decir “da nobis per hujus aquae et vini mysterium, ejus divinitatis esse consortes, qui humanitatis nostrae fieri dignatus est particeps, Jesus Christus...”? 7 ¿Dice Ud. este texto cuando celebra misa? ¿Lo entiende? ¿Cómo se anima entonces a afirmar que todo lo que convoca a la divinización del hombre es necesariamente gnóstico? 8 Ante esta serie de dislates, de insultos, de contradicciones podrían algunos suponer en Ud. una descomunal ignorancia, recordar otros lo que el P. Castellani nos advertía en la década del 60, cuando sus sermones en la iglesia del Tránsito de la Santísima Virgen: “Creen que la sotana los libera de cumplir con la honestidad común”. Todo ello puede ser verdad, y lo es, pero nosotros preferimos darle ahora un buen consejo. Comience, padrecito, por reconocer que temas de este tipo lo exceden, que para esto el caletre no le da. Concéntrese entonces en su cometido de tradi-vociferador, que total nadie toma demasiado en serio. Aténgase a sus tareas estrictamente pastorales. De pronto puede caer al confesionario algún joven entusiasmado con la filosofía. ¡ Duro con él ! Ayunos, flagelaciones, cilicios; peor aún: ¡¡ haga que memorice el Curso de metafísica suyo !! Emprenda, en fin, cuanto sea necesario, ad maiorem Dei gloriam, para que del entusiasmo no le quede ni sombra, ni ganas tampoco de pensar nunca nada más. Será entonces el joven un eunuco mentalmente mondo y lirondo, es verdad, pero su alma estará a salvo, y será posible reservarle ya algún buen metro cuadrado dentro de lo que entiende Ud. por paraíso. Mientras tanto nosotros, vacando en el ocio contemplativo a darse cuando no tengamos que ocuparnos más de sus barrabasadas, oiremos quizá en la lejanía una suerte de vago susurro recordatorio que nos diga: “¿Seguís teniendo noticias del paper del Gran Basilio contra filósofo y filosofía?” Y saldrá entonces seguramente, desde los querubes, una vibración que llegando hasta los ángeles de nuestro contorno nos hará sentir el estremecimiento embriagador de la risa divina.

HILARIUS, Santa Semana de 2017

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Vulgata: efficiamini divinae consortes naturae. En castellano: “danos por el misterio de esta agua y vino, ser copartícipes de la divinidad de Aquél que se ha dignado participar de nuestra humanidad: Jesucristo...”. 8 Después de concluida esta nota pudimos oír, en un audio siempre de R. Cristiandad, el sermón de pascua, 16 de abril de 2017, de GB. En el adefesio del 30 de marzo aquí analizado aseguraba que teandrismo y teándrico indicarían necesariamente gnosticismo, por postular para el hombre una posible divinización. Pero en el sermón indicado, dos semanas más tarde, se desdice, dedica unos 3 minutos a la cuestión, y vociferando asegura en cambio que sería posible una interpretación ortodoxa, no gnóstica pues, siempre que se evite afirmar que la naturaleza de Cristo es teándrica. Ahora bien, teandrismo, o sea, divino-humanidad, no quiere decir sino que en la persona de Cristo se unen indisolublemente y sin confusión naturaleza divina y naturaleza humana, y que además esa doble condición se proyecta también, por lo pronto, en las acciones del propio Cristo. Por eso la expresión repetida en los padres es ϑεανδϱιϰὴ ἐνέϱγεια, energía teándrica, presente por supuesto en todas las acciones de Nuestro Señor. El sermón de este cachivachesco “teólogo”, por así decirle, afirma sin embargo que hay acciones de Cristo donde la divino-humanidad está presente y otras que no. Parecería pues que de a ratos Nuestro Señor podía mandar a paseo su indisoluble doble naturaleza; que por momentos su persona sería divino-humana y por momentos no lo sería. ¿Qué era en estos casos, divina solamente, humana solamente? Basta con preguntárselo para advertir la dimensión del dislate, culminante pues en una despampanante herejía, de la que ni él ni sus patrocinantes y asociados parecen hacerse cargo. ¡Y pensar que este energúmeno se permite, en otros papers, accesibles en dicha Radio, llamar herejes a cuantos padres de la Iglesia se le ocurre que lo contradicen a él y a su “milenarismo”! 7

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