Nicola Abbagnano y Aldo Visalberghi - Historia de La Pedagogía - Introducción - Por David a. Hernandez V

Nicola Abbagnano y Aldo Visalberghi - Historia de la Pedagogía - Introducción Por David A. Hernández V. La idea de estos

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Nicola Abbagnano y Aldo Visalberghi - Historia de la Pedagogía - Introducción Por David A. Hernández V. La idea de estos dos autores es diseñar un manual riguroso que integre la Filosofía y la Pedagogía desde la antigüedad hasta nuestros días, disciplinas que nacen prácticamente al mismo tiempo porque las dos tienen en cuenta el pensamiento y la enseñanza. El mito de Prometeo Este mito es adecuado para entender la naturaleza y las tareas de la educación, se expone en el Protágoras de Platón (Abbagnano y Visalberghi, 1992, p. 4): Cuando los dioses crearon a los animales le encargaron a Prometeo y a Epimeteo darles las destrezas para sobrevivir, Epimeteo se encargó de ello, otorgándoles velocidad y fuerza. Pero Prometeo notó que al ser humano se le dio muy poco de estas destrezas, entonces les roba a Hefestos y a Atenea el fuego y la habilidad mecánica (construcción de casas, elaboración de vestidos, creación de herramientas) para dárselos al ser humano, con ello este puede sobrevivir, desarrollar el lenguaje y el culto a los dioses. Los hombres se unían en ciudades, pero no podían convivir por carecer del arte político (como sucede por ejemplo en Bogotá donde reinan la supervivencia del más fuerte, la indiferencia, la ignorancia y el fanatismo). Entonces Zeus a través de Hermes les da a los seres humanos el respeto mutuo y la justicia para que puedan vivir en paz en sus ciudades, es decir, les envía el arte político a cada uno de ellos. El mito nos dice que el hombre no puede vivir sin el arte mecánico y sin la convivencia (Abbagnano, et al., 1992, p. 4), los cuales deben ser aprendidos a través del lenguaje, estos no son impulsos naturales. Lo anterior hace que la infancia del hombre sea más larga. A su vez, las palabras no representan cosas particulares, sino muestran un uso posible cualquiera, general. Lo que se enseña es la relación de las palabras con los objetos posibles, no hay una adecuación directa entre la palabra y la cosa, así: esto es un tenedor, para el que está aprendiendo será una expresión que lleva al conocimiento y a la utilidad de otros tenedores gracias a la similitud. En resumen, se podría decir que el arte mecánico y el arte de la palabra se necesitan mutuamente para obrar.

El ser humano no es un todo único homogéneo, algunos hombres se volvieron más civilizados que otros, hay sociedades primitivas, civilizadas y diferentes formas de expresión

cultural:

Cristianismo,

Hinduismo,

Islamismo, Budismo, entre otros. La cultura entendida como el uso de técnicas de supervivencia y de convivencia no tiene nada que ver con lo instintivo. La cultura debe ser aprendida, es decir, transmitida de alguna forma, esta transmisión es la educación (Abbagnano, et al., 1992, p. 6), la cual es necesaria para la supervivencia del grupo a través de los saberes transferidos de generación en generación; un individuo fuera de la sociedad, fuera de la cultura, estará limitado en sus posibilidades de supervivencia y de convivencia. Por tener tal importancia la cultura se convierte en algo sagrado en bastantes sociedades, pero esto da cuenta de una cultura estática, lamentablemente en ella no hay mucha novedad en el uso de nuevas técnicas para el arte mecánica o para el comportamiento social. Por otro lado, están las culturas dinámicas, las cuales son abiertas a la innovación y a la continua producción de conocimiento en favor de la mejoría de la calidad de vida del ser humano. Las sociedades dinámicas, civilizadas, están abiertas a la innovación y a la rectificación en el ámbito cultural, lo anterior es en gran medida tarea de la Filosofía, la cual renueva y amplía el saber, esta puede ser ejercida por cualquier ser humano por su carácter de racional. La Filosofía inicia como una reflexión por fuera del mundo, dejando de lado las artes, pero con el tiempo se interesa por ellas, además, de la Filosofía se desprenden muchas ciencias que luego se especializan. La madre de las ciencias debe conservar los elementos culturales válidos para la supervivencia y para la convivencia, desechar los que sean inútiles a ese fin y promover nuevos desarrollos en la cultura; la verdadera Filosofía promueve la creación de nuevas ciencias, “y, en general, se esfuerza siempre por mantener vivo un clima de libertad intelectual, de discusión sin prejuicios y de apertura hacia lo nuevo y lo imprevisto”, (Abbagnano, et al., 1992, p. 8). Por lo anterior, ya se podría estar hablando de Filosofía de la Educación o de Pedagogía; las nuevas generaciones al ser educadas deben hacer uso de los saberes útiles del pasado en pro de su futuro:

Al realizar esta doble tarea de conservación y progreso la Filosofía se preocupa más específicamente de los modos como las nuevas generaciones deben ponerse en contacto con el patrimonio pasado sin quedar esclavizadas por este, o sea, cuando [la Filosofía] se preocupa en forma precisa y deliberada del fenómeno educativo … asume la posición y la denominación de Filosofía

de

la

Educación

o

Pedagogía

(Abbagnano, et al., 1992, p. 8). Pedagogía y Filosofía van de la mano, por su parte la Pedagogía se sirve de diferentes ciencias como la Psicología, esta enfocada en el desarrollo mental, el perfeccionamiento del carácter y los modos de aprendizaje. También tenemos la Sociología, la cual plantea y resuelve los problemas en educación, igualmente podemos ver la Didáctica, la cual es un conjunto de técnicas que emergen de la práctica educativa; incluso hay que añadir la Docimología, es decir, la ciencia de elaborar exámenes, (Abbagnano, et al., 1992, p. 8). La tarea de la Pedagogía es coordinar las contribuciones de estas disciplinas evitando que se caiga en recetas fijas e impidiendo que los métodos y los valores se conviertan en estáticos.

Bibliografía N, Abbagnano & A, Visalberghi. (1992). Historia de la Pedagogía. (9ª Ed.). Fondo de Cultura Económica : España.