Neoliberalismo en El Salvador

Índice INTRODUCCION ....................................................................................................

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Índice INTRODUCCION ....................................................................................................................................... 2 OBJETIVOS ............................................................................................................................................... 3 NEOLIBERALISMO EN EL SALVADOR ............................................................................................... 4 ¿QUÉ ENTENDER POR NEOLIBERALISMO? EL DEBATE ENTRE ESTADO Y MERCADO.................................... 4 LOS POSTULADOS BÁSICOS DEL NEOLIBERALISMO ....................................................................................... 4 ¿CUÁL ES EL PAPEL DEL ESTADO EN UNA ECONOMÍA DE LIBRE MERCADO? ................................................ 5 ¿EN QUÉ MOMENTO APARECE EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA? ................................................. 5 EL FIN DE LA ECONOMÍA AGROEXPORTADORA Y EL IMPACTO DEL INGRESO POR REMESAS.................................................................................................................................................. 6 LA APLICACIÓN DEL MODELO NEOLIBERAL EN EL SALVADOR ................................................ 8 EL GOBIERNO DE ALFREDO FELIX CRISTIANI: EL INICIO DEL NEOLIBERALISMO EN EL SALVADOR .............. 8 EL GOBIERNO DE ARMANDO CALDERÓN SOL: PROFUNDIZACIÓN DE LAS PRIVATIZACIONES ....................... 9 EL GOBIERNO DE FRANCISCO FLORES: LA DOLARIZACIÓN ......................................................................... 11 DOS AÑOS DE GOBIERNO DE ANTONIO ELÍAS SACA: LA FIRMA DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO CON ESTADOS UNIDOS ........................................................................................................................................ 11 EL BINOMIO COMERCIO-INVERSIÓN: CLAVE DE LA «GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL» ...... 13 EL TLC CA-EU: UN INSTRUMENTO IDÓNEO PARA LAS TRANSNACIONALES ESTADOUNIDENSES .............. 14 ESTRUCTURA DEL TLC CA-EU .................................................................................................................. 14 LA CARGA DE LA «GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL» EN LA COTIDIANEIDAD DE LOS SALVADOREÑOS Y SALVADOREÑAS .............................................................................................. 16 LOS IMPACTOS SOCIO-ECONÓMICOS DEL «AJUSTE ESTRUCTURAL»......................................................... 16 CRECIMIENTO INSOSTENIBLE, RAQUÍTICO Y MAL REPARTIDO. ................................................................... 16 UNA REFORMA FISCAL PARA LAS EMPRESAS Y LOS EMPRESARIOS ............................................................ 18 PERSPECTIVAS ..................................................................................................................................... 21 LAS CONSECUENCIAS SOCIALES DE LA APLICACIÓN DEL MODELO NEOLIBERAL ........... 23 NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN ............................................................................................ 24 CONCLUSIONES .................................................................................................................................... 25 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................................................................... 26

INTRODUCCION En el presente trabajo se presenta el estudio de la transición económica que ha experimentado el país a partir de la aplicación de las reformas neoliberales. Su aplicabilidad afecta en el ámbito económico, social y político. el neoliberalismo nace después de los clásicos, en El Salvador se aplico con el gane en las elecciones presidenciales del señor Alfredo Cristiani desde ese entonces el neoliberalismo ha venido tomando fuerzas en el país. Desde hace dos décadas lo que se viene llamando la ―globalización‖ ha transformado radicalmente los contextos del quehacer económico y social a escala no solo internacional, sino también nacional. La globalización, en su dimensión ideológica, ha supuesto un discurso según el cual no hay desarrollo o crecimiento posible fuera de ella, no hay esperanza para los pueblos que se aíslen o q no se apliquen las políticas de inserción en lo que se quiere presentar como un camino espectacular hacia el bienestar y abundancia, basados en la revolución tecnológica de la digitalización, la biogenética y los nuevos materiales. Existe también una dimensión política de la globalización, que consiste en los programas de actuación que, a través de los organismos internacionales tales como el FMI, el BM, la OMC, etc., se imponen a las economías nacionales para poner al servicio del capitalismo global la explotación rentable de todos los activos materiales e inmateriales posibles. La apertura, la desregulación, la privatización y el ajuste se han convertido en la agenda de las políticas económicas en cualquier tipo de país, como una doctrina (neoliberal) que no cabe cuestionar. A veinte años vista, los efectos de la misma, han sido devastadores, desastrosos, en los países de capitalismo periférico. Las únicas economías que han resistido las crisis productivas, comerciales y financieras recurrentes han sido, en el este asiático, las que mas se han resistido o ni siquiera han aplicado las recetas de tal catecismo. Pero el aumento de la pobreza, la inestabilidad, la precariedad y la fragilidad económica tanto a nivel micro, familiar, como a nivel macro, de lo nacional, con sus secuelas de inseguridad social y política, de mal gobierno y deslegitimación, han barrido la mayor parte del mundo, y muy especialmente a América Latina. En unas economías reducidas e históricamente sometidas a la división internacional del trabajo de carácter imperialista, las nuevas promesas de la globalización podían haber ofrecido ejemplos de cumplimiento. Pero lejos de la consecución del progreso y bienestar para sus pueblos, lo que si se ha cumplido es la extensión real del capitalismo global: la inserción de las economías centroamericanas como productoras a bajo salario en la industria maquiladora, la profundización de la desigualdad, y la expulsión de la fuerza de trabajo como inmigrante hacia el norte. Se presentan algunos problemas de nuestra economía, y el nivel de desarrollo humano en que se encuentra nuestro país.

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OBJETIVOS

Objetivos Generales  Identificar y comprender los problemas principales de la economía salvadoreña, analizar los cambios que se dieron por las reformas del modelo neoliberal en nuestro país a partir de del gobierno de Alfredo cristiani.  Analizar los desequilibrios que causa la aplicación del modelo neoliberal en el salvador, utilizando información estadística e histórica del diferentes sectores.  Comprender y analizar la filosofía del modelo económico neoliberal para reflexionar el compromiso con el desarrollo del país.

Objetivos Específicos  Dar a conocer las políticas que propone el modelo neoliberal.  Plantear los principales cambios en el país a partir de la reforma neoliberal.  Manifestar la aplicabilidad del neoliberalismo en El Salvador, sus efectos y sus beneficios así como también los problemas que van de la mano a dicha temática planteada.

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Neoliberalismo En El Salvador ¿Qué entender por neoliberalismo? El debate entre estado y mercado ¿Qué es el neoliberalismo? daremos cuenta en un primer momento sobre el significado del liberalismo, lo que nos ayudará a entender el significado conceptual del neoliberalismo. El doctrinario liberal surge en el siglo XVIII. Este tiene una acepción política, económica y social. En su definición clásica el liberalismo se define como un sistema cuyo objetivo es preservar los derechos naturales del individuo. Es decir, libertades individuales (desplazarse, adquirir bienes, disfrutar de libertad de conciencia) y libertades políticas (derecho a expresarse, a reunirse, etc.). El liberalismo económico afirma que existen unas leyes naturales de la economía, que deberá aportar al hombre bienestar y prosperidad sin ninguna intervención exterior. Defiende el principio de la abstención del Estado, que debe dejar libre al individuo para producir y comerciar, sin que deba someterse a reglamentos elaborados a tal efecto, sino a las leyes naturales. El representante clásico del liberalismo económico es Adam Smith (1723-1790). En su famoso tratado La riqueza de las naciones, Smith sostenía que la competencia privada libre de regulaciones produce y distribuye mejor la riqueza que los mercados controlados por los gobiernos. El neoliberalismo surge en los años setenta como una respuesta a la crisis económica mundial, la cual puso fin al crecimiento económico que se había registrado a partir de la segunda guerra mundial. Esta crisis fue provocada por la caída de la productividad y agravada por la subida de los precios del petróleo en 1973 y 1979. Para los neoliberales, la crisis económica era el resultado de la excesiva intervención del Estado en la economía desde los años treinta, lo cual no permitía que el mercado funcionara libremente. Para comprender el significado del neoliberalismo, es importante estudiar los postulados de la corriente de pensamiento económico originada en la Universidad de Chicago (Estados Unidos). El planteamiento más conocido procede de las propuestas de Milton Friedman (1912), quien propugnaba por la reducción de la intervención del Estado en la actividad económica. Los postulados básicos del neoliberalismo Podrían listarse de la siguiente manera: – Privatización y liberalización de la economía – Eliminación de los programas de seguridad social – Eliminación de los impuestos a las importaciones, de los controles de precios, de los subsidios y otros. El principio fundamental de la concepción neoliberal es el del libre mercado, este es un modelo económico según el cual con la excepción de determinadas actividades consideradas propias del Estado como la defensa nacional, la promulgación de leyes o el mantenimiento del orden público, todas las actividades económicas dependen exclusivamente de la libre iniciativa de los individuos.

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¿Cuál es el papel del Estado en una economía de libre mercado? Este es un debate interesante. Se supone que una economía de libre mercado es aquella que genera un entorno en el que los individuos son libres de intentar alcanzar sus objetivos económicos, en la forma que consideren más adecuada, sin la intervención del gobierno. La controversia surge cuando se considera que actividades deben dejarse en manos del Estado y cuales pueden adjudicarse a la iniciativa privada. Por ejemplo, el asunto de la seguridad pública ¿debe dejarse en manos privadas o debe el Estado asumir el monopolio de esta? En los últimos años, existe una proliferación de servicios de seguridad privados que podría conducir a la extinción de uno de los rasgos fundamentales del Estado nación: el monopolio de la violencia. En resumidas cuentas, hay que mencionar una diferencia importante entre el liberalismo y el neoliberalismo. El primero considera al libre mercado como el escenario para el desarrollo de las iniciativas individuales; mientras el Estado es el árbitro de la actividad económica. En el neoliberalismo no puede decirse que hay un libre mercado, ni mucho menos que el Estado es un árbitro imparcial. Por lo tanto, quienes se benefician de las políticas económicas del gobierno son los grandes empresarios. ¿En qué momento aparece el neoliberalismo en América Latina? Las experiencias neoliberales lograron imponerse con la irrupción de las primeras dictaduras militares en los países de América del Sur durante los años setenta. En El Salvador, este hizo aparición en 1989, con el ascenso de la derecha empresarial representada por el presidente Alfredo Cristiani (1989-1994).

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El fin de la economía agroexportadora y el impacto del ingreso por remesas. Para comprender este apartado necesitamos definir dos términos: Economía agroexportadora y remesas. Con respecto al primer término podemos decir que, una economía agroexportadora es aquella que depende de la venta de ciertos productos agrícolas en el mercado internacional, para el caso de El Salvador nos referimos al café, la caña de azúcar y el algodón. Las remesas son los dólares que los salvadoreños residentes en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos, envían a sus familiares en El Salvador. La idea central en este apartado, consiste en demostrar que a finales de los años ochenta la economía salvadoreña dejó de depender de la agroexportación para volverse dependiente del ingreso por remesas que envían los salvadoreños que viven en el extranjero. Para entender que sucedió en El Salvador a finales de los años ochenta, es necesario revisar brevemente la historia económica del país. Recordemos, que al igual que el resto de países centroamericanos, El Salvador se insertó a la economía mundial a través de la exportación de productos agrícolas, especialmente el café. Desde mediados del siglo XIX, la vida económica del país giró alrededor de la caficultura. La siguiente frase resume la importancia del funcionamiento del modelo agroexportador “cuando el café va bien, la economía va bien; cuando el café va mal, la economía va mal”. Después de la Segunda Guerra Mundial se introdujeron nuevos productos de exportación: algodón y caña de azúcar, esta diversificación agroexportadora fue acompañada por un proceso creciente de industrialización en los años sesenta, pero este no alteró el carácter esencialmente agrícola de la sociedad salvadoreña.

El modelo agroexportador entró en una profunda crisis desde inicios de la década de los ochenta. En la década de los noventa el comportamiento global de la economía del país dejó de ser función de la evolución del sector agroexportador. La crisis del modelo tuvo a la base la disminución de los precios internacionales del café. En el presente, pese a que todavía sigue siendo un sector importante, este dejó de ser el principal motor del crecimiento de la economía, la principal fuente de acumulación de capital y el principal determinante de la estabilidad financiera y cambiaria. Al mismo tiempo que los ingresos por las exportaciones de café iban en descenso, la economía salvadoreña se veía impactada por el paulatino ascenso de las remesas. Esto como producto de la inmigración de miles de salvadoreños hacia los Estados Unidos y otros países. Durante la década de los noventa se evidencia una reducción de la pobreza, pero está reducción tiene a la base el ingreso por remesas familiares. Antes de 1990, las exportaciones totales del país estaban constituidas principalmente por las exportaciones tradicionales (café, algodón, caña de azúcar) las cuales representaron entre el 60% y 63% de las exportaciones totales en la década de los setenta y ochenta. Sin embargo, en la década de los noventa la participación de dichas exportaciones registró una disminución significativa, llegando a representar solamente un 12.7%. En síntesis, durante la última década la economía salvadoreña dejó de ser una economía agroexportadora, para convertirse paulatinamente en una economía que gira alrededor de las remesas.

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El cuadro anterior nos indica como el café que durante años fue el principal rubro de ingresos de divisas, a partir de los años ochenta perdió esa importancia. En 1985, el café represento el 35.6% del porcentaje de todas las divisas que entraron al país, mientras en 1994 este apenas representó el 8%. El fin de la economía agroexportadora coincide con la implementación del modelo neoliberal. Ahora bien, ¿Qué relación existe entre el fin de la economía agroexportadora y la implementación del modelo neoliberal? La banca y los servicios se vieron altamente beneficiados. La banca, porque cobra un porcentaje en comisiones por cada dólar que los salvadoreños envían desde el exterior, y los servicios porque muchos de los dólares que los residentes en El Salvador reciben se destinan para consumo. Como veremos más adelante, los beneficios quedan en manos de pocas personas, ya que la banca fue privatizada durante el primer gobierno neoliberal. En el gráfico siguiente se puede ver la evolución de las remesas año con año, desde la década de 1980 hasta el 2000. El año 2000 el total de remesas ascendía a $1800.000.000

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La aplicación del modelo neoliberal en El Salvador Analizaremos las políticas neoliberales implementadas por cada uno de los gobiernos de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) a lo largo de 17 años. Durante un período de cincuenta y ocho años (1931-1989) el modelo económico que prevaleció en El Salvador, es un modelo de intervencionismo estatal. ¿Qué significa esto? El modelo de intervencionismo estatal supone el control por parte del Estado de la actividad económica. Desde los años treinta, el Estado salvadoreño fue propietario de muchas empresas que prestan servicios públicos a la sociedad, por ejemplo: las telecomunicaciones, la electricidad, el agua potable, las pensiones, etc., demás de otras que no prestan servicios públicos como cines, hoteles, los ingenios, etc. Durante los años ochenta el gobierno del Partido Demócrata Cristiano (PDC) nacionalizó la banca, el comercio exterior y reguló el abastecimiento de productos básicos. Ahora bien, ¿por qué se aplica un nuevo modelo económico? ¿Cuáles eran los objetivos de este? Las razones las podemos enumerar de la siguiente manera: 1. Se buscaba aumentar el ahorro estatal a través de mejorar la eficiencia, aumentando las tarifas de los servicios públicos y eliminando la práctica de los subsidios (el Estado se encarga de pagar un porcentaje de los gastos de los salvadoreños más pobres. Por ejemplo, el Estado subsidia el combustible que los transportistas utilizan; por lo tanto si el galón de diesel cuesta tres dólares, el dueño del autobús solamente paga dos dólares y el otro dólar lo paga el Estado. Esto tiene como propósito que el transportista no le aumente a la tarifa del pasaje y de esta manera no afectar al usuario) 2. Reducir y hacer más eficiente el tamaño del sector público, 3. El pago de la deuda externa (según algunos economistas, la deuda del estado salvadoreño asciende a unos 9,000 millones de dólares) 4. Abrir los monopolios estatales a la inversión privada. El gobierno de Alfredo Felix Cristiani: el inicio del neoliberalismo en El Salvador El nuevo gobierno impulsó una serie de privatizaciones, que en palabras de los funcionarios gubernamentales servirían para modernizar el país y para mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños. El gobierno de Cristiani reprivatizó el sistema bancario, el comercio exterior del café y el azúcar, liberalizó los precios de la canasta básica, implementó el Impuesto al Valor Agregado (IVA) Veamos en que consistía cada una de las anteriores medidas. La reprivatización del sistema bancario tenía como propósito trasladar los bancos a manos privadas. Lo anterior fortalecía los negocios de los empresarios que lograron quedarse con los activos de los bancos ya que podían disponer del crédito para fortalecer sus inversiones. La banca comercial ha privilegiado a sectores no productivos relegando del crédito a sectores que tradicionalmente han constituido las más importantes fuentes de generación de divisas y empleo, por ejemplo la agricultura. La reprivatización de la banca se constituyó en la inauguración de lo que sería la primera generación en los procesos de reforma económica. La liberalización de los precios de la canasta básica, se impulsó mediante la eliminación del el Instituto Regulador de Abastecimientos (IRA). El objetivo de este era controlar el precio de los artículos de primera necesidad: maíz, fríjol, arroz, etc. El nuevo modelo consideraba que ese control era dañino para el productor pues desestimulaba la producción, por lo tanto se consideraba que al liberalizar los precios de los productos básicos la producción se vería estimulada. Sin embargo, quienes realmente se benefician de la liberalización de los precios de los artículos de la canasta básica son los 8

comerciantes, pues ellos le compran barato al pequeño productor y le venden caro al consumidor. El impuesto al valor agregado, tenía como objetivo gravar el consumo, es decir por cada colón que el consumidor salvadoreño pagaba por adquirir un bien o servicio pagaría un 13 por ciento de impuesto (o sea 13 centavos). Mediante la privatización del comercio exterior del café y el azúcar se suprimió el Instituto Nacional del Café (INCAFE). Este se encargaba de comprar el café al productor a precios establecidos por el gobierno, posteriormente el Instituto se encargaba de comercializar la producción cafetalera en el mercado internacional. El nuevo gobierno liberó a los cafetaleros de su obligación de vender el producto al INCAFE para que estos pudieran negociar los precios libremente en el mercado internacional. Estos cambios constituyeron la segunda generación de reformas, que incluía además la venta de empresas del Estado que no brindaban estrictamente servicios públicos tales como: las cementeras, los hoteles y los ingenios. Esta generación de reformas se llevó a cabo de 1990-1993. El gobierno de Armando Calderón Sol: profundización de las privatizaciones En 1994, un nuevo gobierno, comandado por Armando Calderón Sol, relevaba a Cristiani. Calderón Sol se enmarcó en el mismo modelo iniciado por su antecesor. La política económica del nuevo mandatario se caracterizó por continuar las privatizaciones, entre las que se destacaron la privatización de las telecomunicaciones, de las distribuidoras de electricidad, la privatización del sistema de pensiones y el aumento del IVA. La privatización de las telecomunicaciones, de acuerdo al discurso gubernamental, buscaba modernizar las mismas, ya que el monopolio estatal sobre las telecomunicaciones había generado un servicio ineficiente y burocrático. Sin embargo, la privatización de las telecomunicaciones también incremento el costo del servicio y eliminó la organización sindical.

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Una de las medidas más importantes durante el gobierno de Calderón Sol fue la privatización del sistema de pensiones. Desde la época de los gobiernos militares encabezados por el Partido de Conciliación Nacional (PCN), los ahorros para las pensiones habían sido administrados por el Instituto Nacional para los Empleados Públicos (INPEP) o por el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). Sin embargo, el gobierno de Calderón Sol decidió traspasar los fondos de pensiones a administradoras privadas, naciendo así las Administradoras para los Fondos de Pensiones (AFPs). Desde la perspectiva del gobierno, el traslado de los fondos de pensiones a administradores privados aseguraría un retiro digno del trabajador, ya que la administradora privada haría un manejo eficiente de los ahorros de los pensionados. Sin embargo, el Estado tuvo que asumir el costo por el pago de pensiones a todas aquellas personas que no fueron aceptadas por las administradoras privadas por traspasar los límites de edad establecidos por estas. Lo anterior provocó más endeudamiento al Estado, ya que no había fondos para asumir esos gastos. El aumento al Impuesto del Valor Agregado fue una de las medidas más impopulares llevada a cabo por el régimen de Calderón Sol. El IVA es un impuesto de tipo regresivo, ya que la gente que tiene menos está pagando relativamente más. En resumen, durante el gobierno de Calderón Sol la apertura en el mercado eléctrico, la venta de la empresa estatal de telecomunicaciones y el traslado del fondo de pensiones a manos privadas fueron la punta de lanza de la economía salvadoreña. El gobierno recibió alrededor de 936 millones de dólares, sin embargo de estos, el 60% se destinó al pago de la deuda externa e interna mientras el resto quedó para el gasto social. Las privatizaciones impulsadas por Calderón Sol se incluyen en lo que se da por llamar una tercera generación de reformas que se iniciaron en 1996.

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El gobierno de Francisco Flores: la dolarización Diez años después de reformas de corte neoliberal, ARENA logró un tercer mandato al frente del ejecutivo, Francisco Flores asumió la presidencia en 1999. Para la mayoría de analistas, el presidente Flores se caracterizó por manejar de manera autoritaria la política económica del país, además de ser el representante más ortodoxo del neoliberalismo. Entre las medidas más importantes llevadas a cabo por Flores podemos mencionar las siguientes: La dolarización de la economía, la aplicación del IVA a los productos básicos (alimentos y medicinas), los fallidos intentos de privatización del sistema nacional de salud y modernización del sistema de transporte público. A las anteriores medidas hay que agregar que Flores profundizó el endeudamiento del país La dolarización de la economía entró en vigencia a partir del 1 de enero de 2001. Desde el discurso gubernamental, la dolarización de la economía salvadoreña atraería inversión, ya que el país tendría una moneda más sólida que el colón, además bajarían las tasas de interés con lo cual se dinamizaría el crédito. La extensión del IVA a los productos básicos, produjo un aumento en el precio de la canasta básica y las medicinas; en tanto estos ya no estarían exentos de impuestos. El aumento del IVA a estos productos indica en alguna medida que el gobierno de Flores no estaba dispuesto a aplicar una reforma fiscal equitativa en la cual pagaran más lo que tenían más ingresos. La ortodoxia neoliberal de Flores fue frenada en cierta medida por el accionar del movimiento social. Pues si bien es cierto que los gobiernos de Cristiani y Calderón Sol enfrentaron poca resistencia al momento de echar a andar sus políticas privatizadoras, a la administración Flores le toco enfrentar el descontento de buena parte de la población por el fracaso del modelo. Lo anterior se refleja en los intentos fallidos por privatizar el sistema nacional de salud y las reformas del transporte público. En septiembre del año 2002, los médicos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social iniciaron una huelga en protesta por lo que ellos consideraban los intentos del gobierno de privatizar la salud. La huelga se extendió por nueve meses y abarcó la mayoría de los hospitales públicos del país. Esta movilización de los médicos fue la expresión más importante del descontento social, ante las medidas privatizadoras del gobierno salvadoreño. Dos años de gobierno de Antonio Elías Saca: La firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos Antonio Elías Saca asume la presidencia del país en un momento en el cual las privatizaciones impulsadas por los anteriores gobiernos habían desmantelado al Estado. Podríamos decir que cuando Saca asume el gobierno no había mucho que privatizar. En ese contexto, Saca se compromete a no seguir con las privatizaciones. Sin embargo, el nuevo gobierno se va a concentrar en la firma del Tratado de Libre Comercio con los 11

Estados Unidos, el cual es visto por el gobierno como la solución a todos los problemas de pobreza y desempleo en el país. ¿En qué consiste el TLC? Es un tratado entre dos o más países mediante el cual se quitan los aranceles a la mayoría de los bienes y servicios que provienen del exterior. De acuerdo al discurso gubernamental, al firmar el TLC los productos que vienen de Estados Unidos entrarían a nuestro país sin pagar aranceles y viceversa. Por lo tanto, muchos bienes que empresarios salvadoreños compran en Estados Unidos se venderían en el país a precios bajos, además se estimularían las exportaciones ya que los productores salvadoreños al no tener que pagar aranceles producirían más y contratarían más personas, lo cual generaría empleos. Sin embargo, las supuestas bondades que traería el TLC no son palpadas por la población, por ejemplo no ha habido un aumento sustancial del empleo, ni mejores salarios. Al contrario las experiencias de los TLCs firmados anteriormente con México y Chile demuestran que los beneficiados son unos pocos, mientras el resto de los salvadoreños no ven los beneficios. Los TLC han provocado que El Salvador por un lado, compre más de lo que vende y ese déficit comercial no genera desarrollo y por el otro, al liberar del pago de aranceles buena parte de los productos que se compran en el mercado internacional, el Estado recauda menos ingresos para hacerle frente a las necesidades sociales. Por lo tanto, es necesario implementar una reforma fiscal que llene el vacío provocado por el TLC. Sin embargo, la urgente reforma fiscal que el país necesita para hacerle frente a la cuestión social, no ha sido asumida con la misma urgencia que el TLC por el gobierno. Con respecto al costo de la vida, hay que hacer notar que el gobierno de Saca se ha visto afectado por la crisis de los precios internacionales del petróleo. El cual ha llegado a precios históricos ($75.00 el precio del barril). Lo anterior ha provocado un alza en los precios de los combustibles, la electricidad, el pasaje de autobuses. A esto hay que agregarle el efecto cascada, es decir el aumento en estos productos genera un aumento inmediato en todos los productos de la canasta básica. Sin embargo, el gobierno no ha tomado las medidas necesarias para reducir el impacto de la crisis. La excusa que presentan los funcionarios gubernamentales es que el aumento de los precios del petróleo no es responsabilidad del gobierno salvadoreño, por lo tanto lo único que se puede hacer es generar una cultura del ahorro.

. Exportando gente, maquila y café para importar maquinaria y químicos

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EL BINOMIO COMERCIO-INVERSIÓN: CLAVE DE LA «GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL» La cuña del comercio-inversión en el proceso de acumulación del capital. La lógica que rige y que da sentido al actual des-Orden Económico Mundial está determinada por el afán de la obtención del máximo beneficio posible que permita la mayor expansión del capital. Con este propósito, en los procesos de acumulación de capital se busca eliminar toda restricción u obstáculo que limite la consecución de la máxima ganancia. El actual proceso de desregulación del capital ha transitado a través de una prolongada carrera de relevos iniciada por las instituciones financieras internacionales BM, FMI, BID, las cuales después de haber contribuido a la liberalización y apertura a través de la imposición de los PAE-PEE operando el mecanismo de condicionalidad en sus préstamos, pasan a continuación la estafeta a organismos multilaterales como la OMC, para que a través de los acuerdos y tratados internacionales se haga más efectivo el trabajo de suprimir cualquier regulación nacional al capital. El rol de la OMC adquiere una enorme relevancia en el escenario de la globalización neoliberal, en la medida en que integra un conjunto de acuerdos internacionales que desregulan el funcionamiento del capital en varias esferas, dado que sus contenidos trascienden ampliamente los asuntos estrictamente comerciales; pese a que la OMC surge en 1994 sobre la base de un acuerdo sobre cuestiones estrictamente comerciales y arancelarias, el GATT. Contrario a lo que pareciera, la OMC transciende del ámbito de la liberalización comercial, constituye una instancia que marca la pauta en los procesos de acumulación de las empresas transnacionales, y que, a partir de su quehacer, determina todos los órdenes de la vida, afectando directa o indirectamente la existencia de las personas y el funcionamiento mismo del orden económico internacional. Desde los objetivos y principios de la OMC se hace evidente la franca complementariedad con el BM y FMI en la cruzada por la desregulación del capital. Su rol como ente multilateral encargado de la liberalización de la mayor cantidad de sectores posibles, la eliminación de las tarifas arancelarias y trabas no arancelarias al comercio, la armonización de la normativa comercial y la administración de tribunales para la resolución de controversias, le ubica como una instancia clave en el proceso global de acumulación. Esto va configurando un escenario en el cual, de manera progresiva, se va transitando hacia la construcción de una Constitución Planetaria, por encima de los estados nacionales y fuera del alcance de sus instituciones y de las posibilidades ciudadanas de transformarla. Se trata de la Constitución del capital, hilvanada desde y para las corporaciones transnacionales bajo su lógica capitalista, en la cual evidentemente no penetra consideración alguna en materia de derechos humanos, sustentabilidad, equidad, justicia y respeto a la diversidad. El gobierno de los Estados Unidos pretende desde 1994 configurar un bloque «que garantice a las empresas norteamericanas el control de un territorio que va del Polo Ártico hasta la Antártica, con libre acceso, sin ningún obstáculo o dificultad, para nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio». Avanzar en la espiral de privatizaciones de los servicios públicos iniciadas a través de los PAE-PEE, como se pretende desde los acuerdos y tratados sobre comercio e inversión, elevaría significativamente los perjuicios sobre la población pobre del planeta. 13

El TLC CA-EU: un instrumento idóneo para las transnacionales estadounidenses La propaganda oficial presenta a los TLC como simples tratados comerciales, mediante los cuales las partes pueden elevar sus exportaciones y niveles de empleo, en la medida en que garantiza el «libre acceso» de los bienes a los mercados. Este planteamiento constituye una pequeña fracción de la realidad, dado que los TLC son muchísimo más que simples tratados comerciales. El TLC constituye un instrumento complejo, en el cual los aspectos comerciales relacionados con el acceso de bienes al mercado y las regulaciones que rigen las transacciones de mercancías, apenas representan una parte entre más de una veintena de capítulos, en los cuales las cuestiones comerciales no representan el componente central ni estratégico del TLC. El núcleo esencial del TLC se ubica en torno a cuatro ámbitos no necesariamente relacionados con aspectos estrictamente comerciales que reflejan los verdaderos intereses transnacionales detrás del tratado: la desregulación de las inversiones extranjeras, la liberalización de los servicios, el fortalecimiento de los derechos de propiedad intelectual y el acceso irrestricto de las transnacionales a las compras de gobierno por la vía de las concesiones. En estos aspectos se encuentra el verdadero sentido de los TLC, más que en la posibilidad de exportar unos cuantos productos «étnicos» hacia los mercados nostálgicos ubicados en Estados Unidos. El contenido del TLC está orientado a salvaguardar intereses empresariales principalmente corporativos—, de manera que el tratado opera como un catalizador de privilegios en derechos para las empresas. En contraposición, el TLC no garantiza los derechos humanos de la población en general, ni de los trabajadores y trabajadoras, las personas consumidoras, las mujeres, niños y niñas en particular; pues sus derechos están subordinados a la lógica de la ganancia y no sólo no se visibilizan explícitamente en el texto sino que implícitamente se manifiesta su incumplimiento y violación. Estructura del TLC CA-EU 1. Disposiciones iníciales 2. Definiciones generales 3. Trato nacional y acceso de mercancías al mercado 4. Reglas de origen y procedimientos de origen 5. Administración aduanera 6. Medidas sanitarias y fitosanitarias 7. Obstáculos técnicos al comercio 8. Defensa comercial 9. Contratación pública 10. Inversión 11. Comercio transfronterizo de servicios

18. Transparencia 19. Administración del tratado 20. Solución de controversias 21. Excepciones 22. Disposiciones finales

12. Servicios financieros 13. Telecomunicaciones 14. Comercio electrónico 15. Derechos de propiedad intelectual 16. Laboral 17. Ambiente 14

Fuente: Texto oficial TLC CA-EU, «Borrador sujeto a revisión legal para efectos de exactitud, claridad, consistencia y cotejo lingüístico », 28 de enero 2004, El TLC CA-EU es el tratado más relevante para los intereses centroamericanos entre todos los que se han «negociado» hasta la fecha; se suscribe entre economías fuertemente relacionadas, aunque con profundas asimetrías. Es un tratado suscrito por los gobiernos de Centroamérica con su principal socio comercial, como lo demuestran las cifras: para 2001, el 38,9% del total de las exportaciones centroamericanas fueron orientadas hacia Estados Unidos, mientras que el 40,3% de las importaciones de la región fueron adquiridas a ese país. Estas medidas son absolutamente insuficientes para resolver tan abismales diferencias, se trata de soluciones que obvian los determinantes estructurales que subyacen a las asimetrías y que se fundamentan en el planteamiento de que es el tiempo por sí mismo el que logrará hacer competitiva a la producción centroamericana. El TLC CA-EU garantiza para los inversionistas estadounidenses un trato no discriminatorio, según está contemplado en los principios de Trato Nacional y Trato de Nación más Favorecida.

En materia de servicios, el TLC CA-EU deja explícita su pretensión de liberalizar el sector, y para el logro de tal propósito se complementa con los mecanismos desarrollados en el capítulo de Compras gubernamentales a través de la concesión de servicios. Tanto en el capítulo de Comercio transfronterizo de servicios, como en el capítulo de Compras gubernamentales opera el mecanismo de «listas en negativo», que consiste en que cada gobierno presenta el listado de los servicios y/o bienes que no liberalizará o cuya provisión no se abrirá al concurso de empresas privadas, respectivamente; de esta manera se hace manifiesto que todos los servicios omitidos en estas listas detalladas en los anexos, son sujetos de liberalización. 15

LA CARGA DE LA «GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL» EN LA COTIDIANEIDAD DE LOS SALVADOREÑOS Y SALVADOREÑAS Los impactos socio-económicos del «ajuste estructural» En cuatro lustros de reformas neoliberales, El Salvador se ha transformado significativamente, con cambios experimentados en la estructura socio-económica, en las fuentes primarias de divisas, en las instituciones, en el paisaje y la calidad de vida de su población. Lejos de propiciar la superación de los históricos problemas nacionales, los ha profundizado y operan como factores que propenden hacia la perpetuación de la exclusión, la desigualdad, la fragilidad del aparato productivo y la profunda dependencia externa, determinada por su fragmentaria inserción en los mercados internacionales. Crecimiento insostenible, raquítico y mal repartido. Durante el período 1989-2003, la evolución de la actividad económica salvadoreña ha observado dos etapas marcadas por tendencias claramente establecidas. De 1989 a 1995, la tasa de crecimiento promedio del PIB real fue de 5,0%, registrando en los primeros años del período —1989 a 1991— tasas moderadas pero ascendentes; sin embargo, a partir de los Acuerdos de Paz se alcanza el ritmo de crecimiento más alto (7,5%) de los últimos 28 años, estimulado principalmente por las mejores expectativas para la inversión, la vigencia de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), los incentivos para la exportación y la recuperación del «crecimiento natural» de la economía después de la finalización del conflicto militar.

A partir del «boom» de 1992, el ritmo de la actividad económica comenzó a descender lentamente durante los tres siguientes años, evidencia de la espontaneidad del fenómeno, la carencia de condiciones estructurales que lo sustentara y el desatino en las decisiones económicas asumidas. Esta situación se torna más evidente en la segunda etapa: 19962002, con el desplome de las tasas de variación del PIB y la entrada en un franco proceso recesivo en la actividad económica, cuya tasa se sitúa escasamente entre 1,7% en 2001 y 2,1% el año siguiente.

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La dinámica de la economía salvadoreña no sólo ha experimentado bajos niveles de crecimiento que se ubican por debajo de los umbrales necesarios para revertir el desempleo y reducir la pobreza, sino que éstos resultan ser insostenibles en el tiempo. Además, el reparto del PIB entre los actores y actrices que participan en su generación es tan asimétrico y desproporcionado, 60 que potencia la estrechez del mercado interno y la expansión de la pobreza, principalmente rural. Uno de los principales sectores perdedores en el proceso de ajuste estructural es el agropecuario. Su tradicional relevancia en la economía salvadoreña se vio fuertemente afectada con el deterioro de los precios internacionales agropecuarios, pero principalmente por las políticas liberalizadas que castigaron al sector y que amenazan profundizar sus impactos con el TLC CAEU, dada la apertura desleal en el comercio exterior de los bienes agropecuarios. En estas condiciones, el aporte agropecuario a la generación de divisas se redujo dramáticamente a lo largo del período, y en un par de décadas dejó de ser la principal fuente nacional de divisas: durante 1978 representaba el 80,0% del total de divisas, y en 2002 escasamente alcanza el 6,0%. Esta situación también se refleja en la pérdida de su capacidad de creación de empleo rural agropecuario, pues en 1980 aportaba el 61%, que se redujo al 46,0% en 2002.62

Por otra parte, existe una notable correlación entre la tendencia recesiva del sector agropecuario y sesgo anti agropecuario en la política crediticia. En 2002, del monto total otorgado por los bancos comerciales y financieras, sólo el 2,9% estuvo destinado hacia el sector agropecuario; mientras que comercio, industria, construcción y préstamos personales representaron el 28,3%, 19,7%, 12% y 7,4%, respectivamente. En contrapunto a la situación agropecuaria, los sectores financieros y la actividad maquiladora han ganado con el ajuste estructural. Sus tasas de variación reportaron durante el período de referencia los mayores niveles nacionales, ubicándose muy por encima del ritmo de crecimiento del resto de sectores; pese a que durante la etapa 19962002 también se vieron afectados con la desaceleración en la tasa de crecimiento del PIB. Poniendo en perspectiva el crecimiento de la economía salvadoreña, vale señalar que el logro de tasas de variación del PIB por encima del 7% y de manera sostenida sólo es posible a partir de un esfuerzo deliberado que identifique los sectores productivos 17

estratégicos como el objetivo de las políticas económicas, y que impulse una profunda reforma fiscal de carácter progresivo, a partir de la cual sea posible elevar considerablemente la inversión pública en áreas que estimulen la competitividad nacional y reduzca las enormes brechas de desigualdad social. Una reforma fiscal para las empresas y los empresarios A 20 años de PAE-PEE, la «estabilidad» macroeconómica salvadoreña mantiene la pata más coja en el sector público no financiero; el déficit fiscal no sólo no se redujo con las reformas dada la persistente indisciplina fiscal, sino que más bien ha crecido considerablemente en los últimos años, hasta niveles superiores al 5,6% del PIB en 2001. El pretexto de ajustar los gastos y reestructurar la composición de los ingresos ha operado como la excusa para trastocar el rol del Estado salvadoreño en la economía y privatizar áreas estratégicas como los servicios públicos. La transformación en la composición de los ingresos públicos salvadoreños ha consolidado una estructura tributaria altamente regresiva, basada principalmente en los ingresos provenientes de impuestos indirectos. La principal fuente de los ingresos corrientes del Gobierno Central ha descansado históricamente en los ingresos tributarios. Para 2002, éstos representaron el 91,4% de los ingresos corrientes del Gobierno Central, y dentro de esta categoría, el IVA es el rubro que más ingresos genera (53%), frente al 28,6% del impuesto sobre la renta y el escaso 8,7% de aranceles. A partir de mayo de 2000, se reforma la Ley del IVA, y con ello se elimina la exoneración del pago del 13% para los productos alimenticios de la canasta básica y los medicamentos. La ampliación de la base tributaria se enfoca por el lado más flaco. En primer lugar, forzar a tributar al sector de la micro y pequeña empresa; para ello, una nueva disposición fiscal en 2001 obligaba a declarar impuesto sobre la renta para empresas con renta menor a los $ 714,00 mensuales; y por otra parte, exigir la retención de impuesto sobre la renta calculada sobre los precarios honorarios que recibirían todas las personas naturales prestadoras de servicios no profesionales (jardineros, carpinteros, fontaneros, entre otras ocupaciones).

La carga tributaria representa la relación existente entre los ingresos públicos y el PIB. La evolución de este indicador expone con toda claridad la limitada capacidad de las cuatro 18

administraciones de ARENA por generar los recursos endógenos que permitan financiar el funcionamiento del Estado salvadoreño, pese a que los objetivos de los PAE-PEE precisaban como uno de los objetivos centrales el logro de la disciplina fiscal. En la base de la precaria carga impositiva salvadoreña se encuentran los fenómenos de evasión y la elusión fiscal, dos factores claves que restringen fuertemente el crecimiento de los ingresos tributarios, y cuya superación exige de la voluntad política del gobierno. Sólo con la simple decisión de hacer eficiente la recaudación del IVA, se podría doblar el nivel de ingresos captados en este concepto; en el 2001, el índice de eficiencia del IVA estimado en base del nivel de consumo nacional, alcanzó el 50%,68 lo que significa que únicamente se está captando la mitad de los ingresos potenciales que este impuesto puede generar, por lo que una decisión de este tipo podría duplicar estos ingresos.

Pese a que los PAE-PEE postulan por una reducción del gasto público, durante el período 1989-2002 su comportamiento ha observado una sostenida tendencia al alza, patrón que se reproduce con causas e intensidades distintas en sus tres componentes: gasto corriente, gasto en capital (o inversión pública) y pago de la deuda. En la presión sobre el incremento del gasto se conjugan una gama de factores, que incluyen la falta de disciplina fiscal para racionalizar las erogaciones públicas, la mayor carga fiscal derivada de la Reforma del Sistema Previsional,69 la reconstrucción de una parte de la infraestructura destruida por los terremotos de 2001 y el significativo incremento en el pago del servicio de la deuda pública.

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Por otra parte, los niveles de gasto con relación al PIB se han mantenido en términos relativos casi invariables, pues su nivel promedio se ubica en torno al 17%. Esto evidencia la presión que continúa ejerciendo el gasto sobre los limitados recursos públicos que se captan, y la doble necesidad de hacer más eficientes y productivos los gastos, y de elevar los ingresos tributarios, respondiendo en ambos casos a los principios de equidad y progresividad.

Una muestra más de la insostenibilidad fiscal de la economía salvadoreña se encuentra en el comportamiento ascendente del déficit fiscal a partir de finales del período 1996-2002. El 4,7% proyectado por el Ministerio de Hacienda como déficit fiscal para el período 19992004 asumiendo una carga tributaria constante del 11,0%, se quedó corto, muy por debajo del 5,63% registrado en 2001.

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Perspectivas 20 años de reformas han generado importantes cambios en la estructura de las exportaciones salvadoreñas, en buena medida estimuladas por la crisis del sector agropecuario —inducida por los mismos PAE y el deterioro de los precios agrícolas de exportación. Así, la composición de las exportaciones dejó de fundamentarse en los productos tradicionales de exportación (café, algodón, caña de azúcar y camarón), y fue sustituida por los productos no tradicionales, entre los que figura la producción realizada en las empresas maquiladoras. La estructura productiva salvadoreña mantiene una importante dependencia de las importaciones, principalmente de bienes intermedios (42,2%) y bienes de consumo final (36,4%); los bienes de capital representan sólo el 21,4%. Las importaciones salvadoreñas se componen principalmente de la maquila (24,7%); maquinaria y aparatos eléctricos (12,3%); petróleo y aceites (10,1%); y productos de industrias químicas y conexas (9,7%). Por otra parte, en las cuentas del sector externo, las remesas familiares juegan un papel preponderante. Éstas han permitido reducir significativamente el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, y no como resultado de mejora alguna en la balanza comercial.

La tétrada bancaria pasó a controlar más de las dos terceras partes del total de los depósitos y de los créditos otorgados por el sistema bancario, y se apropiaban de más de las tres cuartas partes del total de las utilidades del sistema financiero. El exceso de liquidez del sistema financiero proveniente de las remesas familiares, de los préstamos privados externos de corto plazo y de los influjos de divisas provenientes de actividades ilícitas, asumió un canal distinto de la orientación del crédito para las empresas, y se refugió en la inversión de títulos emitidos por el BCR, para rentabilizar tales recursos, cerrando la posibilidad de financiar a los sectores productivos que durante el período estaban agobiados por la crisis. El imán de la inversión: la precarización del empleo Como parte de la desregulación de la economía en El Salvador se ha avanzado significativamente en la liberalización del mercado laboral. Bajo el argumento de reducir los costes laborales como incentivo para la creación de nuevos puestos de trabajo, se han empujado una gama de medidas legales y otras al margen de la ley, tendentes a generar un clima propicio para la instalación de la inversión extranjera y nacional. Esto condujo a la vigencia de un régimen laboral que precarizó las condiciones laborales principalmente de las mujeres en un esquema muy parecido al que predomina en la mayoría de empresas maquiladoras; en este sentido se dice que el mercado laboral salvadoreño se maquilizó. Las cifras oficiales del desempleo abierto durante la década pasada resultan ser sorprendentemente bajas; su cota más alta se registra en 1992, cuando la tasa de desempleo

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El actual sistema económico, a pesar de que ha vendido la idea de que la inversión sin regulaciones implica creación de fuentes de trabajo, hace necesario apuntar un par de ideas en el ámbito del empleo. Datos recopilados de fuentes tan reconocidas como la OIT, nos indican que «las mujeres aún se concentran, a escala mundial, en las formas más precarias de trabajo» . Esto es efecto de la lógica de la liberalización del comercio, ya que a escala mundial se han generado puestos de trabajo para millares de mujeres –60 al 70% de los puestos son ocupados por ellas–, pero en industrias como la textil y de productos frescos como frutas o flores, los cuales requieren mano de obra barata con jornadas intensivas de producción (Oxfam Internacional, 2004). Presentan un escenario que unido a la casi exclusiva responsabilidad del cuidad Y bienestar de sus familias, hacen una sumatoria de horas de trabajo que sobrepasa las 10 horas de trabajo diario y las condena a convertirse en «seres útiles al sistema» con baja calidad de vida y corta vida productiva. Al referirnos en materia de la privatización de los servicios básicos, además de significar un duro golpe a los derechos humanos, los cuales son compromisos que deberían ser garantizados por los Estados, esta medida hay que analizarla desde el punto de vista de la capacidad de pago de las mujeres. Y para ello es importante hacer referencia al nivel de ingresos, participación en el mercado laboral y jefaturas familiares. A nivel mundial, las mujeres aún reciben en concepto de salarios el 50-70% de los salarios promedio que reciben los hombres. En El Salvador, el promedio es del 70%. En razón de su participación del mercado laboral, las mujeres tienen más presencia en los sectores de comercio y servicios en un promedio del 65%, donde ocupan puestos de trabajo con condiciones similares a las expuestas anteriormente. Por otro lado, debido a la etapa reproductiva, las mujeres abandonan sus puestos de trabajo de manera temporal o permanente, algunas logra insertarse de nuevo, pero las que no, ingresan al sector informal, donde los estudios indican que las mujeres representan el casi 75% del nivel de la subsistencia, con ninguna capacitación técnica e ingresos únicamente para el sustento diario.

Entre las estrategias de supervivencia de los hogares, existe un cúmulo de actividades que proveen ingresos, agrupadas en lo que se ha dado en llamar sector informal, muchas de las cuales son esencialmente actividades con bajas remuneraciones, jornadas de trabajo prolongadas y precarias condiciones laborales, pero que proveen ingresos de subsistencia a las familias. La presencia de estas «actividades complementarias» desinfla las cifras del desempleo abierto, pues aunque estas personas se desempeñan en actividades sumamente precarias son consideradas como empleados. Probablemente muchas de las personas subempleadas se consideran próximas al desempleo o parte de las personas ocupadas se encuentran realizando actividades que, de tener otras opciones, no las realizarían. En el mercado de trabajo salvadoreño, el fenómeno más difundido y generalizado es el subempleo. En esta categoría se incluye a la población principalmente urbana que trabaja involuntariamente menos de la jornada semanal de trabajo de 40 horas semanales—. En este grupo también se registran aquellas personas que, trabajando la jornada o más tiempo, no consiguen alcanzar el salario mínimo vigente, aunque éstos resultan ser relativamente pocos; no así una buena parte de las personas ocupadas en las actividades del sector informal, captando principalmente a aquéllos con actividades más precarias; y, 22

por tanto, es una variable más representativa para captar el problema del empleo en el país, lo que la convierte en referencia obligatoria para analizar la evolución de estas economías. La «in-capacidad» adquisitiva de los salarios Los salarios mínimos se fijan por decreto ejecutivo, y para su estimación se utiliza como referencia el coste de la Canasta Básica Alimentaria73 (CBA); según el marco jurídico, estos salarios deben revisarse cada tres años, aunque en la práctica su ajuste suele postergarse por períodos más largos (el último incremento se realizó en mayo de 2003, después de casi seis años de haberse mantenido congelados).

Las consecuencias sociales de la aplicación del modelo neoliberal    











Efectos sociales de la aplicación del modelo neoliberal. Las podemos listar de la siguiente manera: La eficiencia en términos de calidad y cobertura no ha visto mejoras significativas, especialmente en las áreas rurales. La calidad de vida de la población se ha visto afectada con el incremento en el precio del servicio, sobre todo en los segmentos sociales con ingresos menores. Esto es más válido para el caso de la población rural. La privatización de las instituciones financieras permitió la concentración de la propiedad bancaria en familias tradicionalmente poderosas del país, siendo estos grupos los más favorecidos con la privatización y liberalización del sistema financiero. La entrada en vigencia del TLC complica la situación de las pequeñas y medianas empresas, las cuales podrían quebrar debido a que no tienen la capacidad para adquirir tecnología. Las más afectadas serían la de textiles, de calzado, plásticos, artes gráficas, mueblerías e imprentas. Es más barato importar esos productos (comprarlos en el extranjero) que producirlos aquí. La entrada de productos agrícolas de los Estados Unidos sin pagar aranceles afectaría la agricultura nacional. Pues los agricultores norteamericanos reciben apoyo económico de su gobierno, lo cual les permite reducir los costos de producción y por lo tanto pueden vender sus productos más baratos. Para algunos entendidos en la materia, la firma de los tratados de libre comercio no es más que un mecanismo de protección de los grandes empresarios. Contrario a lo que afirma el gobierno, la inversión extranjera no aumentará mucho y se concentrará en las maquilas, el comercio y algunos servicios públicos. El TLC destruirá empleos en el agro, en las pequeñas y medianas industrias. El deterioro del agro provocará una mayor emigración hacia las ciudades y hacia el exterior. Lo anterior aumentará la cantidad de vendedores ambulantes en las ciudades.

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Neoliberalismo y globalización Para finalizar este capítulo haremos referencia a un tema de moda, el de la globalización. Este es un tema muy amplio. La idea de globalización hace referencia a la construcción de una sociedad planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socioeconómicas o culturales. En este apartado, nos interesa comprender el significado de la globalización en el ámbito económico. Los Tratados de Libre Comercio tienen como objetivo integrar los mercados, permitiendo que los productos se muevan de un país a otro con mayor facilidad, libre del pago de impuestos. Anteriormente hemos mencionado el TLC entre El Salvador y Estados Unidos, este sería un ejemplo de ese proceso de globalización. Ahora bien ¿Quiénes se benefician de la globalización? Obviamente los más beneficiados son los países desarrollados y las grandes empresas transnacionales. Estos disponen de mejor tecnología, lo cual les permite competir en mejores condiciones que los países menos desarrollados. El resultado que se obtendrá es la inundación de los mercados de los países menos desarrollados de productos provenientes de los países más desarrollados. Entonces, las empresas transnacionales incrementarán sus ingresos, mientras muchas de las pequeñas y medianas empresas de los países tercermundistas podrían quebrar. La globalización se traduce en la anexión de los mercados de los países del tercer mundo a los productores del primer mundo. Esta permite que las empresas transnacionales aumenten sus ganancias, pues aumenta el número de consumidores, además se les exonera del pago de impuestos, ya que esa es una condición fundamental en los tratados de libre comercio. Una de las críticas que se le hace a este proceso de globalización consiste en que, por un lado, los gobiernos se esmeran en buscar la libre circulación de productos, pero por otro, prohíben la libre circulación de personas. Tal es el caso de los Estados Unidos que presiona a los países de América Latina para que se incorporen a ese proceso de globalización abriendo sus fronteras a los productos y a las inversiones norteamericanas; pero cierra sus fronteras a los inmigrantes de la región. A los países desarrollados les interesa la libre circulación de mercancías porque ellos tienen ventajas tecnológicas; pero no están interesados en promover un mundo global más justo.

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CONCLUSIONES Se ha analizado el efecto del neoliberalismo y la globalización en la sociedad salvadoreña. Hemos visto que el proyecto neoliberal tiene como objetivo central que los grandes inversionistas aumenten sus riquezas. Sin embargo, para los pobres la situación económica no ha mejorado después de 17 años de neoliberalismo. Si bien es cierto que la pobreza ha disminuido levemente, eso se debe al envío de remesas de los salvadoreños en el exterior y no por las políticas sociales del Estado. La globalización beneficiará a los grandes importadores y a las empresas transnacionales que podrán comprar y vender en los Estados Unidos sin pagar aranceles; pero no será igual para el resto de la población. La cual no encontrará empleo tan fácilmente, al contrario, buena parte de los salvadoreños tendrán que rebuscarse en el sector informal de la economía o intentar cruzar la frontera de los Estados Unidos para poder subsistir. El neoliberalismo ha en el salvador ha provocado menos fuentes de trabajo, poca producción y quiebra de la pequeña y mediana empresa, desplazamiento de la población indígena, inseguridad alimentaria, aumento de criminalidad desestabilización económica institucional. El neoliberalismo a través del capitalismo nos ha convertido a una cultura consumista la cual provoca y está provocando el desenfreno moral y espiritual reflejado en el materialismo lo cual ha consumido los valores intrínsecos que tiene la persona como individuo y como miembros de la sociedad.

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