Movimiento LGBT

Índice I. Introducción. II. Antecedentes del movimiento LGBT en el mundo. III. Contexto del movimiento LGBT en México. I

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Índice I. Introducción. II. Antecedentes del movimiento LGBT en el mundo. III. Contexto del movimiento LGBT en México. IV. Orígenes del movimiento LGBT en México. V. Apogeo del movimiento LGBT en México. VI. Problemas del LGBT en México VII. Principales líderes del LGBT en México VIII. Actores del movimiento LGBT en México IX. Derechos civiles y matrimonio X. Logros del LGBT en México 3- Conclusiones 4- Anexos 5- Bibliografía

I. INTRODUCCIÓN En el siguiente documento se mencionaran diversos aspectos del Movimiento LGBT al movimiento social y político que pretende conseguir una igualdad social y que dejen de ser mal vistas las minorías de la sociedad y la equiparación de derechos de homosexuales (gays y lesbianas, transexuales, bisexuales, etc.) con los heterosexuales. Además de que es un movimiento que pretende que se respeten los derechos de los homosexuales. Todo comienza a partir de la segunda mitad de la década de los 70’s en Latinoamérica y en especial en México la lucha lésbico-gay por el reconocimiento de los derechos civiles de estas comunidades cobra fuerza gracias a los movimientos feministas que se estaban dando en toda Latinoamérica, es así que se reconocen principalmente en esta etapa dos corrientes ideológicas en este movimiento, primero se busca la igualdad, en segundo lugar el rechazo al orden simbólico masculino, es así que en sus inicios el movimiento lésbico se identificó en las luchas sociales de izquierda y se definió como un grupo marginal que encontraría la libertad junto a esa sociedad desprotegida. Aunque por mucho tiempo (y a la fecha) se integró a las mujeres que sentían atracción erótico-afectiva por otras mujeres al termino “homosexual”, en 1975 se comienza a usar el termino “lesbiana” con la influencia feminista en el Año Internacional de la Mujer. La lucha legal se inicia en México con la participación del movimiento en el proceso electoral de 1982. El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) ofreció la candidatura presidencial a Rosario Ibarra de Piedra, representante del Frente Nacional Contra la Represión (FNCR) -uno de los espacios más fuertes de la oposición-, y por primera vez, siete candidaturas gays para diputados federales en las ciudades de México, Guadalajara y Colima. La propuesta era un reto porque ofrecía una estrategia segura para salir

políticamente del closet, para lo que conforman el Comité de Lesbianas y Homosexuales en Apoyo a Rosario Ibarra (CLHARI). Hasta entonces, los partidos políticos no habían visto la necesidad de pronunciarse sobre la sexualidad pero con el trabajo del CLHARI, el XIX Congreso del Partido Comunista Mexicano (PCM) otorgó su apoyo a la lucha homosexual, sustentando el respeto a la libertad sexual. Aunque no ganaron ninguna candidatura el resultado fue positivo, ya que, la campaña permitió al movimiento una amplia cobertura de difusión. El espacio público empezaba a ser ganado, las marchas cada vez más numerosas y las actividades culturales a ser difundidas ampliamente. A pesar de los represivos regímenes militares en Argentina, Brasil y Chile el movimiento lésbico se gestó con fuerza al igual que en los demás países latinoamericanos bajo gobiernos democráticos no obstante menos represivos, ya que los sectores mayoritarios de la sociedad siguieron con la persecución, represión y estigmatización de los sectores lésbicos fomentando así un permanente estado lesbofóbico (que sigue siendo llamado también homofóbico ya que la cultura permeante sigue siendo falocéntrica y el lesbofeminismo como lucha sexo-política recién se convierte junto con la teoría queer en tópico relevante dentro de la sociedad mexicana) que ha desembocado en la penalización de conductas “homosexuales” bajo argumentaciones morales que son de sobremanera subjetivas y retrogradas en muchos países latinoamericanos así como en el resto del mundo. Como categoría de análisis, la lucha por la igualdad de condiciones civiles del sector lésbico se ha convertido en una lucha de clase social, esto debido a que no sólo se pugna por un reconocimiento público sino que se demandan satisfactores que provean bienestar social a este sector, es decir, los derechos civiles que aseguran la protección y el acceso de esta población a un estado de bienestar han sido nulificados por su estilo de vida, se han visto mermadas sus garantías de seguridad jurídica, de propiedad e incluso la privacidad de su vida se ha tenido que exponer para lograr avances en esta lucha. Es por los motivos expuestos que nace la inquietud de conocer lo que pasa al interior de esta lucha política que en los últimos años ha tenido la atención mediática sobre ella y que a pesar de tener más de treinta años es en fechas recientes que se muestra con mayor fuerza en nuestro país. La relevancia de este sector social dentro de la vida política del país es un tema quizás emergente pero que sin duda incide en otras tantas problemáticas que aquejan a nuestra sociedad. Si pensamos por un momento que la economía, la cultura, la educación y la política están sostenidas por la participación de cada persona que habita el país y si vemos al tejido social como un interacción donde el flujo de información constante transforma la realidad y entendemos que cada actor social juega una serie de roles que pueden llegar a ser muy diversos entre sí, entonces ahí encontraremos que la lucha que sostiene el movimiento lésbico no es solo porque se acepte su forma de vivir e interrelacionarse con otras mujeres, sino que es una lucha por el rol como profesionistas, como empresarias, como políticas, como ciudadanas para ser de igual manera protegidas jurídicamente, tener las

mismas oportunidades y que se garantice su acceso a la vida pública como a cualquier persona heterosexual que no es cuestionada sobre sus relaciones personales para ser un sujeto de derecho. Habitualmente se toma la parte por el todo y se consideran como equivalentes el «movimiento LGBT» y el «movimiento de liberación LGBT», que como veremos a continuación este movimiento ha tenido que estar en protestan continuamente desde principios del siglo XX.

II. ANTECEDENTES DEL MOVIMIENTO LÉSBICO-GAY EN MÉXICO Como es común en la mayoría de los movimientos sociales, la influencia o pujanza del mundo entero forma una parte fundamental de dichos movimientos, y esto no fue una excepción en el movimiento lésbico-gay en México.

“Así, la movilización de homosexuales en otros países influyó mu¬cho en los temas que los grupos de homosexuales analizaban a principio de los setenta, nutriéndose de información generada por grupos de liberación homosexual de Estados Unidos.” En los años de 1948, en Estados Unidos un senador llamado Joseph McCarthy se puso en contra de los homosexuales, con diversas acciones, esto desde el senado de su país, Harry Hay, quien trabajaba como ayudante en la campaña presidencial de Henry Wallace, redacto un increíble texto novedoso en donde hablaba sobre los homosexuales a quienes nombro como una minoría oprimida. Aunque no deja de ser cierto que la palabra así como su significado “homosexual”, es hoy en día de alguna manera asimilado, no dejan de ser personas que aun con poco respeto, de sus derechos, de su integridad. “No obstante, fue esta significación la clave que eventualmente adoptaría el movimiento por los derechos de gays y lesbianas.

Harry Hay formuló la teoría de que los homosexuales no eran individuos degenerados, enfermos o equivocados, sino una minoría cultural oprimida, al igual que los negros. Por esa razón, los homosexuales tenían que organizar su propio movimiento de liberación.” Hay, al demostrar sus ideas tuvo que enfrentarse a diversos problemas, ya que estas eran nuevas para la realidad en la que se encontraba, y las consideraban revolucionarias, estos problemas se vieron reflejados por ejemplo desde encontrar a personas listos para organizarse y crear un novedoso movimiento. H. Hay, quien en esa época era una persona con múltiples labores, también formaba parte del partido comunista de estados unidos de hecho era miembro de este, fue organizador sindical, lo que le dio experiencia para que con el paso de los años iniciara una lucha y hegemonizar a las comunidades gays a su proyecto. Y con esto dio inicio a lo que el fundo como la semiclandestina Mattachine Society, hecha por los años 50, lo que se convirtió en la primera organización política gay de los estados unidos, que fue el lugar en donde se preparo el estallido de la liberación gay que se desarrollo durante la revuelta en Stonewall de 1969. Esto fue en la ciudad de Nueva York y fue una explosión que sigue vibrando hoy en todo el mundo. “El movimiento gay comenzó formalmente el 28 de junio de 1969 en la ciudad de Nueva York, con la marcha que se realizó después de los disturbios que, como reacción a una redada policial en el bar de ambiente gay Stonewall Inn y produjo inmediatamente enfrentamientos y marchas” Esta fue la primera ocasión que los homosexuales como grupo confrontaban de manera contundente la represión que constantemente vivían por parte de la policía, lo que provoco una enorme alteración en las comunidades y paralelamente provoco que las demás personas homosexuales se organizaran y trabajaran en conjunto con los demás grupos. Este es un claro ejemplo de la teoría de Tilly quien nos dice que un movimiento social, se trata de desafíos continuos y sin interrupción contra los que tienen y manejan el poder establecido de algún lugar, esto por parte de la sociedad desprotegida, que tienen que seguir las reglas de dichas personas manipuladoras del poder, por medio de quejas publicas en grandes magnitudes mostrándose, lo que significa unidad y logros de la población. Después de unas semanas nació en la ciudad de Nueva York el frente de la liberación gay (GLF). El surgimiento del nombre de esta agrupación explica las ideas tan cercanas con las luchas antiimperialista (luchas por el poder y el territorio) que se llevaron a cabo en Vietnam y Argelia. A finales de 1969, el frente de la liberación gay ya tenía la ayuda de varios grupos en diferentes ciudades y universidades de Estados Unidos que se expandió hacia el norte,

Canadá, y hacia Europa como fue Francia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, México, Argentina, Australia y Nueva Zelanda en donde surgieron grupos con los mismos objetivos. “Con el propósito de conmemorar el primer aniversario de la rebelión de Stonewall, el GLF organizó la primera manifestación pacífica desde Greenwich Village hasta Central Park, a la que acudieron entre 5.000 y 10.000 hombres y mujeres. Desde entonces y hasta hoy, la mayor parte de las festividades del Orgullo Gay se celebran alrededor del 28 de Junio en casi todo el planeta, que es cuando se produjo el hecho histórico definido como la caída de una horquilla oída en todo el mundo”. Los resultados y el triunfo de los enfrentamientos en Stonewall fueron gracias y en gran medida a los cambios de las maneras de pensar y concientizar, de la sociedad en general esto en el periodo de los años ‘60, estas actitudes fueron impulsadas por la sublevación sexual, el movimiento feminista y la lucha por los derechos civiles de las minorías raciales. “Mientras que los activistas de las generaciones anteriores habían luchado por una mayor aceptación y la despenalización de la homosexualidad en los países donde ella existía, las generaciones siguientes a Stonewall exigirán el reconocimiento social, la integración y equiparación de los derechos de los gay lesbianas”.

LA LIBERACIÓN GAY EN MÉXICO:

El endiosamiento gay también fue trasmitido en México con gran entusiasmo, las organizaciones de izquierda se convirtieron en el nido de los principales líderes del activismo gay y el principal terreno de juego fue el distrito federal. “Se dice que a raíz del despido por homofobia, de un empleado de una tienda departamental -Sears- en 1971, se crearon los primeros grupos gay (gay Liberation Front, liderado por Nancy Cárdenas, y Sex Pol) dedicados a la discusión y estudio de la homosexualidad” . Después de que esta discriminación salió y se hizo del conocimiento de la población en general, se convirtió en un grave problema, los cuales se expresaron por medio de obras de teatros, algunas publicaciones en libros, periódicos, etc. también se crearon varias películas una de ellas la cual tuvo gran popularidad fue: El lugar sin límites (1977), con esto es visible que la mayores formas de expresión cuando se habla de movimientos sociales son por medio de la cultura y el arte. Fue a partir de 1978 que se formaron las primeras organizaciones activistas, iniciándose sus manifestaciones políticas. La rabia y la fuerza que tenía el movimiento se vio acabado gracias a la diseminación del VIH (sida), ya que varios de los activistas sufrían esta enfermedad y murieron a causa de la misma. Fue entonces en donde algunos de los principios del movimiento cambiaron, por que ahora se enfocaron en la prevención y no solo eso sino también quitar todas las series de me varios activistas gay fallecieron. El activismo de los ochenta tomo como una de sus prioridades la prevención y desestigmatización del VIH, pues se consideraba que el SIDA era producto de la actividad homosexual, lo cual solo fue homofobia e ignorancia de los sectores que así lo creyeron. A finales de los ochentas se conocían las formas en las que le virus se transmitía, por tanto, cualquier individuo con una vida sexual activa era vulnerable a adquirirlo. Lilia Rubio opino al respecto: “como al inicio los homosexuales eran los que principalmente morían, poco caso se le hacía al virus. Después de todo, un gay menos no iba a quitarnos el sueño. Dios es todo sabiduría y un día tenía que castigarlos por esos largos años de pecados y promiscuidad, opinaban muchos” . Otro factor que formo parte importante en el que de alguna manera el movimiento haya bajado su intensidad fue la crisis económica de 1982, ya que empezaron a ver varios despidos y los trabajadores gays prefirieron ocultar su sexualidad con tal de no perder su trabajo. Gracias a la integración de nuevos activistas gays esto en los años 90s el movimiento lésbico-gay volvió a tomar gran fuerza, ya que ellos le trajeron al movimiento nuevas perspectivas, aunque no se dejaron de basar en las experiencias pasadas A partir de los noventa, el activismo comenzó a vivir nuevamente un alto énfasis político y un discurso

mejor elaborado, ello fomentado por las experiencias pasadas, crearon nuevos discursos que los volvieron a colocar en la mira del público, a demás de los levantamientos que hubieron en otros estados como Guadalajara y Tijuana. Tilly comenta que una transformación sustancial es cuando la sociedad que tienen algo en común o busca un mismo fin, hacen demandas, todos ellos juntos hacia las autoridades públicas, esto es a lo que él llamo un movimiento social. “Entre los logros del activismo se hallan la organización de un congreso internacional, la presencia de marchas gay en mas ciudades, dos diputaciones, una federal y otra local, ambas por el Distrito Federal, y un foro de diversidad sexual y derechos humanos que sirvió como precedente para tipificar como delito la discriminación por motivos de orientación sexual en el Distrito Federal” . El Distrito Federal es el lugar que ha tenido más beneficios con los movimientos gays en toda la republica mexicana, pero aun así no han dejado de existir debates alrededor de este tema, como por ejemplo el aprovamiento de los matrimonios gays, esto como para otorgarles derechos como los bienes mancomunados, el bienestar de un patrimonio, el seguro social si una de las dos parejas no lo tiene, etc. o los derechos si uno de los dos llegase a fallecer, etc. “En países desarrollados donde esto es visto como una situación ya normalizada, se aboga porque la pareja, en caso de ser extranjera, pueda internarse legalmente con la calidad jurídica de conyugue o, incluso, el permitir la adopción de hijos o inseminación de la pareja lesbiana” . Un factor que es muy importante de mencionar es que en comparación con otros países, México, los movimientos lésbicos gays, este en especifico lucha por la no discriminación, porque el rechazo siempre cotidiano para esta comunidad, ya sea por parte de la policía, la familia, en general por la sociedad, mientras que en otros países se está luchando por algún derecho mas, porque hoy en día ya no son mal vistos estas personas como en México, es claro observar que aun vivimos en este país es una sociedad llena de prejuicios. “Los activistas se hallan en una lucha contracorriente, pues a veces se enfrentan al descredito fomentado por líderes de opinión, como Girolamo Prigioni, ex nuncio apostólico, quien dijo que la homosexualidad “era un crimen” y que la iglesia católica rechazaba a los “homosexuales” igual que el “condón”, pues hacia hundir en el fango a la juventud” . En los últimos años el discurso activista de la liberación sexual ha sufrido grandes transformaciones; la principal, es la fragmentación de la identidad gay, lo cual nos

recuerda que las identidades colectivas tienen como característica principal su heterogeneidad. En la actualidad varias manifestaciones públicas se han de llamar lésbico-gay. Si nos enfocamos meramente a la cuestión de la mujer en este movimiento, podemos observar que ellas no solo lucharon por el derecho al respeto de sus decisiones y de su integridad así como el de la capacidad de elección, sino también lucharon por separar el termino gay de las mujeres, ya que ellas pensaban que esto de alguna manera también es sexista, ya que gay es para nombrar a los hombres, entonces también lucharon por su nombramiento lésbico, de esta manera fue como se unieron pero al mismo tiempo se separaron.

III. CONTEXTO EN EL QUE SURGIÓ EL MOVIMIENTO LGBT A continuación se mencionará en un rápido recuento, lo que estaba sucediendo en México y en el resto del mundo, hablando de aspectos políticos y sociales; en los años en los que iniciaba el Movimiento LGBT. Cuyo fin del movimiento era que se les reconociera socialmente y que se respeten sus derechos, puesto que eran mal vistos (y aún en la actualidad) y sufren de discriminación. Como ya ha sido mencionado, el movimiento se desarrolló en la década de 1970, en ese tiempo nuestro país continuaba siendo gobernado por el PRI, que aun se le seguía viendo como autoritario y represor por la población, puesto que aún había pasado poco tiempo de la matanza del 68 y del mencionado halconazo. “Pero a diferencia de la parte sur del continente, que tenía fuertes represiones hacia la población.”(Laguarda, 2009). En nuestro país el gobierno trataba de mantener tranquilas a las masas; además que en el periodo de Echeverría, México tenía una imagen internacional progresista. Se podía observar que el gobierno del PRI, tuvo la intención de que el pueblo los viera de una mejor manera. Para que los movimientos lésbico gays surgieran, tuvo mucho que ver la influencia de los movimientos tanto en México (feminista), como en Europa y Estados Unidos; como a continuación lo veremos con los diversos que se mencionaran.

“En Estados Unidos en los años 70 el Movimiento Feminista tomó mucha fuerza, este fue el movimiento que influyó principalmente en la liberación sexual”. (Laguarda, 2009) Poco tiempo después, el movimiento LGBT surgió en Estados Unidos a causa del hartazgo que tenia la comunidad gay a causa de los abusos que habían por parte de la policía, los fascistas y otros grupos que estas estaban totalmente en contra de las ideas de los gays. Así en México el movimiento feminista, también tuvo auge, entre mujeres de sectores medios universitarios, en protesta de las desigualdades habidas entre hombres y mujeres. Como posteriormente surgió movilización en nustros paiss por parte de la comunidad gay. “Por otra parte podemos mencionar también que en la iglesia católica de nuestro país algo estaba sucediendo con los creyentes, la secularización provocó que los creyentes desarrollaran una mayor libertad de conciencia y comenzaron a alejarse de la creencia de cumplir las normas impuestas por las autoridades.”(Laguarda, 2009) Cabe mencionar que también en enero de 1974 se dió a conocer la Ley General de la Población, que promovía el uso de métodos anticonceptivos, pese a la oposición de la Iglesia al control natal. Este tema del uso de anticonceptivos y del aborto fueron elementos que también ayudaron a que la sociedad mexicana tuviera más apertura en el aspecto de la sexualidad. En lo global, comenzaron a debilitarse las restricciones sobre las prácticas homosexuales en las sociedades occidentales, como ir a bares, andar en la calles libremente con su pareja, entre otras.

IV. ORIGENES DEL MOVIMIENTO LGBT EN MÉXICO El orgullo gay como un mecanismo de exaltación también se apropio en México, los movimientos de izquierda fueron el semillero de líderes del activismo gay, y en el distrito federal su geografía. Se dice que a raíz del despido por homofobia, de un empleado de una tienda departamental -Sears- en 1971, se crearon los primeros grupos gay (gay Liberation Front, liderado por Nancy Cárdenas, y Sex Pol) dedicados a la discusión y estudio de la homosexualidad. Pocos años después, se saco a luz pública dicha problemática por medio de expresiones culturales: obras de teatro, algunas publicaciones y un filme: El Lugar sin Límites (1977). Fue a partir de 1978 que se formaron las primeras organizaciones activistas, iniciándose sus manifestaciones políticas. El furor se vio truncado con la diseminación del VIH, varios activistas gay fallecieron. El activismo de los ochenta tomo como una de sus prioridades la prevención y

desestigmatización del VIH, pues se consideraba que el SIDA era producto de la actividad homosexual, lo cual solo fue homofobia e ignorancia de los sectores que así lo creyeron. A finales de los ochentas se conocían las formas en las que le virus se transmitía, por tanto, cualquier individuo con una vida sexual activa era vulnerable a adquirirlo. Lilia Rubio opino al respecto: “como al inicio los homosexuales eran los que principalmente morían, poco caso se le hacía al virus. Después de todo, un gay menos no iba a quitarnos el sueño. Dios es todo sabiduría y un día tenía que castigarlos por esos largos años de pecados y promiscuidad, opinaban muchos. También se consideraba que la crisis económica de 1982 mermo el activismo gay, varios de sus militantes quedaron desempleados y los que no trataron de guardar mayor discreción para no perder sus empleos. A partir de los noventa, el activismo comenzó a vivir nuevamente un alto énfasis político y un discurso mejor elaborado, ello fomentado por las experiencias pasadas, pero también por la incorporación de nuevos activistas que refrescaron el movimiento, y la consolidación de otros grupos que ya se habían organizado en otras ciudades, como en Guadalajara y Tijuana, desde la década anterior. Entre los logros del activismo se hallan la organización de un congreso internacional, la presencia de marchas gay en mas ciudades, dos diputaciones, una federal y otra local, ambas por el Distrito Federal, y un foro de diversidad sexual y derechos humanos que sirvió como precedente para tipificar como delito la discriminación por motivos de orientación sexual en el Distrito Federal. Sin duda, la ciudad del Distrito Federal ha sido la más beneficiada por el activismo, sin embargo, todavía ahí ha resultado acalorado el debate sobre el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, que clama la salvaguardia de los intereses económicos gestados tras la cohabitación y la construcción de un patrimonio: recibir herencias en casos de intestados, beneficiar con el seguro social a la pareja mientras esta no lo tenga, acceder a créditos hipotecarios de interés social con mayor facilidad, y recibir la pensión del conyugue en caso de fallecimiento. En países desarrollados donde esto es visto como una situación ya normalizada, se aboga porque la pareja, en caso de ser extranjera, pueda internarse legalmente con la calidad jurídica de conyugue o, incluso, el permitir la adopción de hijos o inseminación de la pareja lesbiana. En contraste en países como el nuestro, en la generalidad se exige la no discriminación, ya que el rechazo es implícito en las redadas policiacas, asesinatos, o declaraciones reprobatorias, acciones que han sido encabezadas por diferentes sectores de la población, representantes del Estado y medios de comunicación masivos. Desde mi opinión, los activistas se hallan en una lucha contracorriente, pues a veces se enfrentan al descredito fomentado por líderes de opinión, como Girolamo Prigioni, ex nuncio apostólico, quien dijo que la homosexualidad “era un crimen” y que la iglesia católica rechazaba a los “homosexuales” igual que el “condón”, pues hacia hundir en el fango a la juventud.

En los últimos años el discurso activista de la liberación sexual ha sufrido grandes transformaciones; la principal, es la fragmentación de la identidad gay, lo cual nos recuerda que las identidades colectivas tienen como característica principal su heterogeneidad. En la actualidad varias manifestaciones públicas se han de llamar lésbico-gay. Fue en los setenta cuando algunas mujeres con el fin de reivindicar su orientación homosexual y su feminidad, iniciaron sus luchas para ser nombradas lesbianas, argumentando que gay era una categoría gestada en el movimiento de los hombres y que los términos se podían resinificar: quitarle la esencia patológica al termino lesbiana y apropiarla a una identidad que no esté cobijada por la gay, sino a la par con esta en la lucha de los derechos comunes. Sin embargo la identidad lesbiana según la experiencia, todavía no cuenta con el reconocimiento de la mayoría de las mujeres; aun hay muchas que optan por autodenomirse gays, les suena confrontativo el llamarse a sí mismas lesbianas. Además de la división sexual lesbiana-gay, colectividades como la transgenérica, la transexual, o la indígena gay, vienen a corroborar que la identidad gay, per ser, ha resultado deficiente en el ámbito activista, no cubre con las demandas de los que integran la diversidad sexual. En efecto, los activistas con un discurso sofisticado, ya no hablan al nombre de lo lésbico o lo gay, sino en términos de un amplio espectro de identidades sexuales con exigencias especificas; hoy en día, el sujeto político utilizado para visibilizar mas seres se le autodenomina LGBT (Lésbico Gay Bisexual y Transgenérico). Es imposible entender el surgimiento del movimiento LG en México sin situarlo en el contexto de los grandes cambios sociopolíticos que el país presenció a fines de la década de los sesenta, mismos que facilitaron su surgimiento. En el ámbito social, la segunda parte de los sesenta marcó cambios culturales importantes, que fueron el resultado de niveles más altos de educación de la sociedad mexicana, de la creciente urbanización y de una acelerada secularización del país. Un agente importante en este proceso fue la recepción y adopción de valores por una clase creciente de jóvenes mexicanos, hijos de los llamados baby-boomers, valores que profesan movimientos estudiantiles internacionales y que consisten en transformar los conceptos de familia patriarcal, moral tradicionales, adopción del uso de métodos anticonceptivos y el amor libre. Esta transformación demográfica y social incluye la liberación sexual en México; es por ello que en el país se forman grupos contraculturales y contestatarios, como La Onda, que propugnaban un modelo social distinto al preestablecido (Monsiváis, 1999). El cambio de estos valores sociales, así como la toma de conciencia de la estrecha libertad política y social en el país, la cual se expresa de manera contundente en la matanza de Tlatelolco, son factores importantes en la movilización de varios sectores de la sociedad, donde destaca el estudiantil. Estos cambios sociales, tanto en México como

en Europa y Estados Unidos, y una serie de eventos catalizadores —como la rebelión de Stonewall de 1969 y el despido en la ciudad de México en 1971 de un empleado de Sears por conducta supuestamente homosexual— incentivan a homosexuales mexicanos, entre los que destacan Nancy Cárdenas y Luis González de Alba, a unirse para analizar su situación de represión en México y cuestionar la estigmatización y la opresión social a los homosexuales. Vale la pena señalar que estas personas habían pertenecido a movimientos sociales durante los años sesenta. Es así como a principios de los setenta se forma el primer grupo homosexual en México: Movimiento de Liberación Homosexual. Como sucede con muchos movimientos sociales, la influencia internacional ha jugado un papel importante en la evolución del movimiento LG en México. Así, la movilización de homosexuales en otros países influyó mucho en los temas que los grupos de homosexuales analizaban a principio de los setenta. Nutriéndose de información generada por grupos de liberación homosexual de Estados Unidos y Europa (sobre todo de los movimientos inglés y catalán), estas agrupaciones se dedicarían a un trabajo interno de análisis, toma de conciencia y discusión de lo que representaba ser homosexual. Nancy Cárdenas relataría después lo importantes que fueron en esos años los escritos enviados por Carlos Monsiváisdesde Inglaterra, así como un documento escrito por homosexuales de Nueva York llamado: Veinte preguntas sobre la homosexualidad (Hernández y Manrique, 1994). En las reuniones que mantuvieron durante la primera mitad de la década de los setenta, los homosexuales mexicanos empezaron a adoptar un discurso “liberacionista” basado en la necesidad de quitarse el estigma social, la represión y eliminar obstáculos a la libre expresión de la sexualidad. Así, en el año 1978 decenas de homosexuales se habían organizado y formado tres grupos: Frente Homosexual de Acción Revolucionario (FHAR), Grupo Lambda de Liberación Homosexual y Oikabeth.2 El FHAR, el grupo más contracultural de los tres, se conformó en su mayoría por hombres y sus miembros simpatizaban con el comunismo y el anarquismo. La membresía de Lambda era de hombres y mujeres, mayoritariamente de clase media. A pesar de que compartía algunas perspectivas ideológicas con el FHAR, Lambda adoptó claramente una visión feminista y una posición más pragmática. Por su parte, Oikabeth estaba formado únicamente por lesbianas y sería el grupo con fundamentos ideológicos más claros basados en principios lesbo-feministas. Es en este contexto que México ve el surgimiento del movimiento homosexual. A pesar de que en general es difícil identificar con precisión cuándo surge un movimiento social, en el caso de México el movimiento l g nace el 26 julio de 1978, cuando miembros del FHAR se unieron a una marcha contra la represión del régimen político que demandaba la libertad de presos políticos. Este contingente de homosexuales portó pancartas pidiendo, a su vez, la “liberación” de los ciudadanos homosexuales del sistema represivo dominante. Dos meses más tarde, miembros de los tres grupos decidieron continuar este proceso de

“salida del clóset” y se unieron a la marcha conmemorativa del décimo aniversario de la matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1978. Si bien aprensivos y temerosos, homosexuales mexicanos decidieron así salir a la calle a demandar un alto a la represión y una nueva relación con el resto de la sociedad y el Estado mexicano. Los homosexuales mexicanos habían “salido del clóset”.

V. APOGEO DEL MOVIMIENTO LGBTTTI EN MÉXICO A fines de los 70s y a principio de los 80s el movimiento comenzó a ganar vitalidad y presencia social de manera significativa. Sus demandas eran: abrir espacios públicos sin represión, detener la persecución policiaca, la discriminación legal, social y laboral contra los homosexuales, dejar de considerar a la homosexualidad como enfermedad y más educación sexual en las escuelas. Como podemos ver no exigían más que los derechos a los que toda persona puede tener acceso y que están establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero que a ellos les eran negados por el hecho de tener una preferencia sexual distinta, ya que en aquel tiempo se pensaba y aun en la actualidad en muchos sectores se sigue teniendo la idea de que la homosexualidad es una condición o desviación sexual y no es vista como una sexualidad alternativa. En cuanto a la apertura de espacios públicos, una acción importante fue el inicio de la marcha del “orgullo gay” celebrada a finales de junio de 1979. Durante el último fin de semana del mes de junio de ese año, miembros del movimiento decidieron desfilar por la avenida Paseo de la Reforma, como parte de las marchas del orgullo gay celebradas en capitales internacionales. El nivel de repudio a la celebración de la homosexualidad en público fue tal que el entonces Departamento del Distrito Federal (DDF), les negó marchar por la avenida más importante de la ciudad de México y los obligó a ir por una calle lateral, Río Lerma. Sin embargo, a raíz de peticiones y negociaciones, al año siguiente integrantes del movimiento convencerían a las autoridades para marchar por el Paseo de la Reforma, acto que desde ese momento se convirtió en uno de los eventos más importantes y simbólicos de la movilización lésbico-gay en México. La importancia de la marcha fue ganar por primera vez un espacio público, lo cual resultó un logro político.

Con esta primera marcha se exigía respeto a los derechos humanos de los homosexuales y se denunciaba la represión policiaca que sufría esa comunidad, ya que los policías acudían a establecimientos comerciales frecuentados por gays y lesbianas para reprimirlos de alguna manera como si estuvieran cometiendo algún delito. Otra actividad importante son las manifestaciones públicas más allá de las marchas del orgullo; en 1980 las tres agrupaciones más importantes de la época, Lambda, FHAR y Oikabeth ingresan a la basílica de Guadalupe en procesión por el asesinato del arzobispo Óscar Romero. En un acto de igual atrevimiento, en mayo del mismo año, militantes protestaron fuera de las oficinas centrales de la policía capitalina pidiéndoles a su director, Arturo Durazo, el alto a las razias a homosexuales en la ciudad de México. La estrategia del movimiento se centró en tres ejes estratégicos: el político, el cultural y el de salud. Estos tres ejes no trabajaron de una manera coordinada pero lograron hacer más visible al movimiento y a la comunidad LGBTTTI, esto se logró tanto en un plano social como en un plano individual. En el plano social como movimiento debido a su fuerza de movilización y en el plano individual abriendo espacios para la expresión abierta de las preferencias sexuales de los ciudadanos si sufrir discriminación. El eje político se centró más en la incidencia del movimiento en la sociedad como conjunto y en los diferentes ámbitos de gobierno. Las marchas, mítines y comunicados se han enfocado en hacer conscientes a otros sectores sociales de la existencia del movimiento. El “framing”, enmarcamiento o encuadramiento fundamental ha sido el de la no discriminación: los integrantes de la comunidad LGBTTTI no deben ser considerados ciudadanos de segunda o con menos derechos. Con este eje se buscaba principalmente el reconocimiento del movimiento LGBTTTI como tal, se buscaba hacer conciencia en la sociedad y en el gobierno acerca de lo que este movimiento representaba para la comunidad LGBTTTI, es decir, querían hacerles saber que ellos querían el respeto a sus derechos y a su sexualidad sin tener que sufrir del rechazo a que se les tenia sometidos por tener una preferencia sexual distinta. El eje cultural fue el que le permitió al movimiento consolidar su identidad. Esto se logró a través de diversas actividades culturales con temática homosexual que llevaron hasta la creación de la “semana cultural gay”. Además de un intenso activismo político, el movimiento gay en México está marcado por un interesante activismo cultural. Desde muy temprano, entre sus figuras más destacadas se cuenta con intelectuales y artistas que “salen del clóset” o se solidarizan con la causa con la publicación de obras cuyo tema central es la homosexualidad. De esta forma, el teatro, el cine, la literatura, las artes plásticas y hasta la música empiezan a desarrollar esta faceta con una intención paralela: la reforma sexual —es decir, el reconocimiento por parte del estado y la sociedad de la ciudadanía homosexual— junto con planteamientos estéticos y retos formales que querían poner en jaque a las academias artísticas. Por una parte, se trataba de visibilizar la identidad homosexual como formas de vida, búsquedas estilísticas y experiencias existenciales con plena legitimidad en un mundo que todavía entonces (hace casi 40 años) estigmatizaba y perseguía toda expresión de la sexualidad

que se saliera de “la norma”. Por la otra, había un fuerte impulso vanguardista que orientaba una ruptura formal y conceptual con las formas culturales dominantes. Autores como José Rafael Calva, Luis Zapata y José Joaquín Blanco publicaron trabajos literarios con una temática abierta y claramente homosexual. A finales de los setenta aparecen dos publicaciones realizadas por y para el movimiento; en 1979 se publica Política Sexual, primera revista con temática gay en México y que recoge de manera importante las articulaciones políticas del movimiento. Realizada por un comité creado por integrantes del movimiento, la publicación presentaba ideas articuladas con base en los escritos de Wilhelm Reich, quien defendía la liberación sexual como liberación política. En mayo del mismo año el FHAR publicaría la revista Nuestro Cuerpo, la cual habla de la necesidad de contar con foros comunes de expresión. Ninguna de las dos publicaciones sobrevivió, pues al no obtener permisos de la Secretaría de Gobernación fueron clausuradas, pero articularon la necesidad de fortalecer al movimiento y promover la concientización entre homosexuales de su situación y de la necesidad de tomar posición política. Por su parte, Nahaum Zenil, Salvador Salazar, Armando Cristeto, Oliverio Hinojosa y Reinaldo Velázquez harían lo mismo en el terreno de las artes plásticas. El escenario también se convertiría en un medio importante para abrir espacios, romper tabúes y ganar presencia. En 1980 José Antonio Alcaraz propone poner en escena una obra que trataría la condición homosexual “y sin embargo se mueve”, esta obra fue todo un éxito a pesar de que para muchos era muy mal vista. Además del teatro, otro de los medios clave para su desarrollo fue el cine. Desde la década de 1970, en México se ha exhibido una cantidad impresionante de filmes — nacionales y extranjeros— sobre la temática homosexual, cada vez con menos censura. Entre las primeras producciones nacionales destacan, de manera especial, El lugar sin límites de Arturo Ripstein (1977) y Doña Herlinda y su hijo de Jaime Humberto Hermosillo (1985). En el ámbito musical, Mario Rivas ingresa al grupo Música y Contra Cultura (MCC), agrupación de rock que incorpora la temática gay. Así el movimiento LG mexicano tuvo una veta cultural muy importante, la cual permitiría a muchos homosexuales mexicanos explorar su condición de manera pública. Esta veta culminaría años más tarde con la creación de la Semana Cultural Gay, misma que llegaría a ser uno de los eventos más importantes de la comunidad gay en la ciudad de México. Y por último tenemos al tercer eje que es el de salud, este se dedicada a la búsqueda de políticas públicas. Su principal objetivo era diseñar e implementar políticas públicas de salud que atendieran la problemática de la comunidad gay, ya que en aquella época el SIDA era una enfermedad desconocida y los homosexuales la sufrían y no sabían cómo tratarla. Esto no solo era visto desde un ámbito gubernamental sino también desde las organizaciones de la sociedad civil.

Saliendo de estos ejes estratégicos caben resaltar otros aspectos importantes que llevaron al apogeo de este movimiento, como la cuestión de la identidad propia del movimiento y de la comunidad LGBTTTI, y su relación con los partidos políticos. La organización y movilización de homosexuales mexicanos, la articulación de sus demandas liberacionistas y la discusión del significado de ser homosexual contribuyeron a la formación de una identidad de grupo. Así, miembros del movimiento empiezan a desarrollar una identidad colectiva. La adopción de una identidad colectiva se refleja por una cantidad destacada de actividades importantes y visibles que el movimiento realiza en esta época y que demuestran la incipiente formación de la identidad. La gran presencia, la toma de consciencia y la formación de una identidad colectiva se refleja también en la proliferación de grupos gay y lésbicos. Mientras que a fines de los setenta existían tres grupos, a principios de los ochenta surgen muchos otros: Horus, Grupo Amhor, Buquet, Grupo Nueva Batalla y Guerrilla Gay. El movimiento también tiene repercusiones en provincia. En la cuestión de la relación del movimiento con los partidos políticos cabe destacar que estar relaciones se dieron debido a que algunos integrantes del movimiento decidieron formar alianzas estrechas con ellos, buscando avanzar en el cumplimiento de sus demandas. En 1982 miembros del movimiento decidieron colaborar con el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que postulaba a Rosario Ibarra como candidata a la presidencia nacional, y aceptaron nominaciones de varios candidatos abiertamente gays a diputaciones. Las candidaturas fueron organizadas por el Comité de Lesbianas y Homosexuales en Apoyo a Rosario Ibarra (CLHARI) y estaban conformadas por Lupita García de Alba y Pedro Preciado en Guadalajara y por Claudia Hinojosa y Max Mejía en la ciudad de México. Ninguna de las candidaturas fue exitosa, pero optar por la vía electoral fue un hecho sin precedente y de mucha importancia para la evolución del movimiento, por varias razones. Postular candidatos abiertamente homosexuales le dio al movimiento una presencia monumental, pues la reacción de los medios de comunicación fue extensa. En un país donde la homosexualidad era tema tabú y no se discutía abiertamente en público, la cobertura en radio y televisión contribuyó a abrir el debate en todo el país. Optar por la vía político-electoral marco el principio de una estrategia del movimiento que sería importante de él en los años por venir, con esto se abandonó la opción de permanecer completamente autónomo para ingresar al proceso electoral y así lograr reivindicaciones. Con mayores grados de organización y la presencia pública de la comunidad LGBTTTI, aunque de manera lenta, en la ciudad de México ha habido un cambio paulatino pero significativo en las actitudes de la población, en particular entre los jóvenes. En el caso de México, el proceso de cambio político y la alternancia, primero en el ámbito local y más tarde en el federal, ayuda a explicar la capacidad del movimiento LGBTTTI para avanzar su agenda tanto en el ámbito de políticas públicas de salud como en términos jurídicos.

VI. PROBLEMAS DEL LGBT EN MÉXICO El movimiento lésbico llegó a América latina por dos vertientes, primero como una lucha homosexual, con la influencia de la revuelta del Stonewall de Norteamérica, como en el caso de México, Brasil, Argentina y Puerto Rico. Algunos años después, desde la segunda mitad de los 70, apareció como una lucha lésbica gracias a la influencia del movimiento feminista latinoamericano y sus encuentros, como el caso de Chile, Perú, República Dominicana y Costa Rica. En la historia del movimiento lésbico, gay, trangenérico y bisexual (LGTB), pueden distinguirse tres corrientes ideológicas de acuerdo a las demandas enarboladas: 1) La igualdad o el momento de la universalidad, 2) La diferencia y el rechazo al orden simbólico masculino y 3) El de las identidades móviles. Son etapas no necesariamente cronológicas, son más bien de significado ideológicos y por tanto teóricas y políticas. El primer grupo homosexual del que se encuentra registro es el Grupo Nuestro Mundo, en Argentina, en 1969, bajo la dictadura militar del general Ongania, posteriormente en 1971 surgen simultáneamente el Frente de Liberación Homosexual (FLH) en México y Argentina, ambos con una adherencia a los principios socialistas. La década del 70 la mayoría de países latinoamericanos se caracterizó por la ola de desapariciones por razones políticas. El clima de persecución también se vivió en los ambientes homosexuales. Las razzias1 y detenciones arbitrarias de la policía4, atentaban no sólo el derecho a la libertad de movilidad y la individualidad, se presentaba además, como un elemento desmovilizador, ya que junto a los chantajes policíacos estaba la amenaza de la prensa amarilla que podía acarrear fatales consecuencias familiares y laborales, lo que permitió al movimiento lésbico homosexual insertar sus propias demandas en un marco de reclamo político general “contra la represión” política y sexual. La lucha legal se inicia en México con la participación del movimiento en el proceso electoral de 1982. El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) de tendencia troskista, ofreció la candidatura presidencial a Rosario Ibarra de Piedra, representante del Frente Nacional Contra la Represión (FNCR) -uno de los espacios más fuertes de la

oposición-, y por primera vez, siete candidaturas gays para diputados federales en las ciudades de México, Guadalajara y Colima. La propuesta era un reto porque ofrecía una estrategia segura para salir políticamente del closet, para lo que conforman el Comité de Lesbianas y Homosexuales en Apoyo a Rosario Ibarra (CLHARI). Hasta entonces, los partidos políticos no habían visto la necesidad de pronunciarse sobre la sexualidad pero con el trabajo del CLHARI, el XIX Congreso del Partido Comunita Mexicano (PCM) (de tendencia moscovita) otorgó su apoyo a la lucha homosexual, sustentando el respeto a la libertad sexual. Aunque no ganaron ninguna candidatura el resultado fue positivo, ya que, la campaña permitió al movimiento una amplia cobertura de difusión. El espacio público empezaba a ser ganado, las marchas cada vez más numerosas y las actividades culturales a ser difundidas ampliamente. En México en 1999, producto del Foro de Consulta sobre la Diversidad Sexual y Derechos Humanos, se logró la modificación del Código Penal del DF castigando la discriminación por razón de opción sexual entre otras causales. En México, una lesbiana llevó a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal2, el proyecto de ley de Sociedad de Convivencia, que reconocería a las y los convivientes, de diferente o del mismo sexo, derechos mínimos de tutela, de herencia y de arrendamiento. La presión de la iglesia hizo que mediante argucias legales, algunos legisladores impidieran la votación del proyecto durante la sesión final del ciclo 2002 y lo reintegraran para su "estudio" a las comisiones que ya lo habían aprobado. A finales del 2003 fue el jefe de gobierno del DF, preocupado por no bajar su popularidad, quién cedió a las presiones de la iglesia y se opuso a que el proyecto fuera discutido, alegando la necesidad de someter tal iniciativa a consulta popular, poniendo en contradicción la postura que la izquierda mexicana había adoptado desde los 80s, de apoyo a la causa homosexual, provocando una sentida reacción de varios sectores de su propio partido y la comunidad quienes reafirmaron el principio de que los derechos no se consultan ni se negocian. Si bien gran parte de la comunidad defiende la legalización de la convivencia, la prensa y la sociedad interpreta la demanda como “matrimonio gay” debido principalmente a la ofensiva de la Iglesia Católica y los sectores de derecha, quienes en una clara intención de confundir y sabotear dichos proyectos, hablan de matrimonio y adopción, aun cuando el contenido de los mismos no incluye tales figuras. Aun cuando la sociedad de convivencia plantea un típico caso de discriminación positiva porque mantendría un estado inferior y anticonstitucional para las parejas del mismo sexo, para el caso latinoamericano, pareciera ser al momento, el objetivo posible a alcanzar.

La batalla, para esta corriente (de la igualdad), es sobre todo contra la desigualdad porque con la legalización del matrimonio se adquiere protección mutua y la calidad de ciudadano de primera y no de tercera. Para la región, implicaría un cambio profundo en el marco cultural ya que gran parte de la población ve a la homosexualidad como un crimen y apuestan a que los cambios culturales son más fáciles desde los cambios legales. Con la influencia feminista radical, los grupos lésbicos pudieron vivir más directamente la etapa de la diferencia. La reafirmación de su identidad lésbica radicó en el rechazo al orden simbólico masculino, el falocentrismo, y la exclusividad heterosexual, de ahí que las lesbianas iniciaron un proceso de autonomía frente a ambos movimientos (heterofeminista y homosexual). La corriente autónoma expresada en la organización únicamente de lesbianas, probablemente la más rica de su proceso histórico ha posibilitado construir una imagen de referencia propia aunque diversa. Esta corriente ha facilitado a las lesbianas organizarse, ser un referente para sus iguales, y presentarse como un sujeto con voz y cuerpo propio. Lesbianas en cuerpo de lesbianas. Ya no enclosetadas, tras las puertas o bajo las faldas de otros movimientos, de otras identidades, de otras luchas, de otras demandas. Para las lesbianas, empezar a verse con ojos propios, ha permitido recusar planteamientos teóricos, ideológicos, políticos y espacios donde la identidad lesbiana está condicionada a la presencia de un otro, de un sistema de dominación masculino y heterosexual. Esta corriente cuestiona la categoría de género porque es insuficiente para explicar la problemática lésbica, homosexual o de otros grupos disidentes a la heterosexualidad obligatoria porque sigue considerando a la figura masculina y la heterosexualidad como un modelo de adecuación social. En tal sentido, plantean que, la ejecución de políticas públicas no debe incluirnos únicamente dentro la tan popular “perspectiva de género” ya que nuestra problemática tiene un origen y una dinámica diversa. La perspectiva de la “disidencia sexual” sería la más adecuada para entender la problemática. Desde el feminismo, un grupo de feministas (autodenominadas Las Cómplices) mexicanas y chilenas en 1993 planteó la diferencia con un feminismo que, consideraban, se estaba transformando en un movimiento continental de organismos no gubernamentales para la demanda de leyes, para alcanzar la igualdad, sin cuestionar la política económica mundial posterior a la caída del muro de Berlín en 1989, ni la procedencia de los fondos que utilizan las ONG. El repudio a los cánones patriarcales no debía servir para dialogar con el mundo de los hombres ni para reclamarles algo, sino para reflexionar sobre la acción feminista, reconocer la diferencia entre mujeres como el derecho a la diferencia y que no impone la desigualdad. En el marco de la preparación de

la Conferencia de Beijing (1995), organizada por la ONU, el Manifiesto de las Cómplices era una declaración de deslindamiento, una primera posición contra lo que cinco años después vendría a llamarse globalización. Esta declaración de las también denominadas “las autónomas” atrajo a las lesbianas autónomas porque coincidían en la política de la diferencia sexual y el rechazo al uso de la categoría de género, que siempre remite a las mujeres a una relación con los hombres; y también atrajo, a otras corrientes feministas anarquistas. VII. PRINCIPALES LÍDERES DEL MOVIMIENTO LGBT Estos lideres como tienen en la fecha su actuación fue principalmente en la década de los 70. * Gloria Careaga: México (actuó en la década de 1970). Pionera del movimiento lésbico en México y una de las fundadoras del grupo lésbico "El Closet de Sor Juana". Actualmente es la directora del departamento de Estudios de Genero en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Son los únicos estudios de este tipo en México a nivel universitario. * José María Covarrubias: México (actividades en la década 1970). Uno de los primeros líderes del movimiento gay en México y el que inicio la semana cultural gay y lésbica en México hace 20 años. Todavía lo sigue organizando y ahora es ya un mes de actividades. * Luis González de Alba: México (actividades en la década de 1970). Líder del movimiento estudiantil de 1968. Escritor y periodista. Tiene una novela gay Agapi Mu. Es colaborador fijo del periódico "La Jornada". Es propietario del bar "El Taller" en México D.F., que fue uno de los primeros bares gays en México. * Patria Jiménez: México (actuó en la década de 1970). Pionera del movimiento lésbico en México. Fundadora de "El Closet de Sor Juana". Elegida diputada federal a partir de 1997. Actualmente es la primera diputada abiertamente lesbiana en el Congreso mexicano. Es una incansable luchadora de los derechos de los gays y lesbianas en México. * Norma Mogrovejo: México, (1987). Lesbianóloga, latinoamericanista, socióloga, abogada y feminista. Es autora de los libros El amor es bxh/2: Una propuesta de análisis del movimiento lésbico y sus amores con los movimientos homosexual y feminista en América Latina y Un amor que se atrevió a decir su nombre: La lucha de las lesbianas y su relación con los movimientos feminista y homosexual en América Latina. * Jacobo Hernández: México (1983). Fue de los primeros líderes del movimiento gay en México.

VIII. ACTORES DEL MOVIMIENTO LGBT EN MÉXICO

Las movilizaciones sirvieron para hacer visible la situación de discriminación de la comunidad LGBT y concientizaron a diversos actores sobre la necesidad de un cambio legislativo, para empezar a resolver esa situación de desigualdad. Entre los grupos marginales de la sociedad, y especialmente entre los homosexuales, la subversión al orden moral establecido funcionó como detonador de cambios liberadores y progresistas que, sin duda, sentaron las bases de muchos de los derechos de los que hoy goza la sociedad mexicana. Entre algunos de los actores del movimiento hubo apoyo de partidos políticos como el Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Comunista Mexicano (PCM), el nivel de conciencia había disminuido. Las divergencias al interior del movimiento crecieron, a tal grado que en la marcha de 1983 se separó en dos contingentes. En 1984 algunos integrantes de Lambda, Oikabeth, Comunidad Gay, Red LHOCA y Colectivo Sol manifestaron su descontento con el movimiento (Mogrovejo, 2000: 101-106).  través de actividades de diversa índole, que van desde la existencia de bares para homosexuales hasta la “Semana Cultural Gay”, pasando por la publicación de revistas que abordan la temática LGBT de forma central, se ha ido haciendo más visible la presencia de dicha comunidad. El ámbito cultural ha tenido unimpacto fundamental al interior de la comunidad, en la creación de una identidad propia y de un cierto de nivel de solidaridad. Éste ámbito se ha reforzado por procesos de mercado que han encontrado en la comunidad LGBT un nicho para comercializar productos, lo cual ha aportado, indirectamente y sin intención, a la manifestación de la comunidad. Entre algunos de los actores más importantes son la población joven en general, que en su mayoría apoyan al movimiento tal vez no participando en la marchas pero si promoviendo o divulgando que esta parte de la población también tienen derecho a expresarse libremente sin discriminaciones. En esta parte como pequeña conclusión se puede decir que la sociedad mexicana está en movimiento, esta aprendiendo a usar los instrumentos de la resistencia civil, estar al día política y socialmente, todo esto para convertirlo en ingenio y manifestarlo en momento y lugar oportuno. Como anteriormente se menciono es la gente que toda su vida ha luchado por un país decente y que no está dispuesta a vivir lo que estamos viviendo; y ahora están dispuestos a organizarse, las diferencias son las que construyen el movimiento de la sociedad, se ha hecho evidente. IX. DERECHOS CIVILES Y MATRIMONIO. El 16 de noviembre de 2006 se publicó en la Gaceta Oficial del Gobierno del D.F. la “ley de Sociedad de Convivencia para el Distrito Federal”, documento que vino a revolucionar el régimen jurídico de las parejas de hecho en la Ciudad de México ya que se regularon por primera vez las uniones de personas homosexuales; sin que se derogara o modificara el concubinato, se legisló a la pareja inestable que no sostenía una relación con permanencia como para que se considerara concubinato (con base constitucional en el artículo 291, donde son necesarios dos años de convivencia constante y permanente para

generar derechos y obligaciones hacia la pareja, a demás de ser necesario el reconocimiento del concubinato ante la ley). Esta ley considera uniones con fines erótico afectivos (relaciones sexuales) y otro tipo de uniones en las que no existe ningún vinculo sexual entre sus miembros (convivientes). Así tenemos que en las sociedades de convivencia sus miembros pueden estar unidos por todo tipo de lazos, es decir, a diferencia del matrimonio o concubinato tradicional, los convivientes no necesariamente desean unir sus vidas por amor o con fines reproductivos. En su primer artículo, la Ley de Sociedades de Convivencia para el D.F. aclara que sus disposiciones son de orden público e interés social, lo que implica que son irrenunciables y que cualquier pacto en contravención a estas será nulo. En su artículo segundo la ley define a las sociedades de convivencia como: acto jurídico que se constituye cuando dos personas físicas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena establecen un hogar común con voluntad de permanencia y ayuda mutua. Al analizar el concepto tenemos el elemento “personas de diferente o del mismo sexo”, en congruencia con la premisa que se explicaba al principio sobre la deconstrucción del paradigma bajo el cual se erige la figura del matrimonio como origen de la familia y esta a su vez como base de la sociedad (si entendemos ambas figuras como instituciones socializadoras), otro elemento importante y que no exige la figura del matrimonio o concubinato es la mayoría de edad, la Ley de Sociedades de Convivencia contempla dicho elemento a demás de la plena voluntad de permanecer bajo dicho régimen ya que el vínculo específico que intenta proteger es ambiguo para la mayoría de la ciudadanía, es decir, al establecer un “matrimonio gay” en la sociedad como la conocemos las garantías jurídicas quedan en una posición ambivalente ya que para muchos efectos no existían elementos que se adecuarán a este tipo de unión, las figuras jurídicas no contemplaban hombres o mujeres homosexuales, de hecho, incluso la terminología esta diseñada bajo la predominante cultura patriarcal que masculiniza todo y deja fuera la diversidad. Es importante pues, señalar que la Ley de Sociedades de Convivencia para el D.F. considera OBLIGATORIO que los convivientes deseen permanecer bajo las condiciones mencionadas y registren su contrato de convivencia ante la Dirección General Jurídica y de Gobierno de su delegación. Como ya hemos citado, existen requisitos de fondo que la ley exige para las mencionadas figuras jurídicas que protegen las uniones de las parejas, en el caso de las sociedades de convivencia los requisitos son: * Ser mayores de edad en pleno uso de sus capacidades para realizar actos jurídicos por su propia voluntad. * Que quienes pretenden formar una sociedad de convivencia estén libres de matrimonio, concubinato u otras sociedades de convivencia. * No tener entre sí parentesco consanguíneo en línea recta sin limitación de grado colateral hasta el cuarto grado (es decir las sociedades de convivencia no se pueden celebran entre familiares directos, padre-hijo, hermanos, primos, tía-sobrina, etc.) Existen también los siguientes requisitos de forma (tramites):

* Nombre, edad, domicilio y estado civil de cada conviviente. * Nombre y domicilio de dos testigos mayores de edad. * Señalar el domicilio donde se establecerá el hogar en común. * Manifestación de los convivientes de vivir juntos en el hogar común con voluntad de permanencia y ayuda mutua. * En su caso, la regulación personal y patrimonial de la sociedad de convivencia, es decir, puede haber o no una regulación patrimonial una vez que se decide constituir una sociedad de convivencia. En su artículo séptimo, la ley establece que habrá un documento para constituir la sociedad de convivencia, el cual debe cubrir ciertos requisitos; como anexo a este documento, el gobierno ha diseñado un formato que debe llenarse por las personas interesadas de manera que se tiene la posibilidad de indicar la forma en que los o las convivientes regularán la sociedad de convivencia y sus relaciones patrimoniales, pero la falta de esta aclaración no es causa para que se les niegue el registro de la sociedad de convivencia así que en caso de que nada se señale, se entenderá que cada conviviente conservará el dominio, uso y disfrute de sus bienes, así como de su administración. El formato mencionado contiene las siguientes opciones: * El patrimonio de cada uno queda bajo su uso y disfrute * El patrimonio presente de cada uno y el que adquieren a futuro formará parte del patrimonio de la sociedad de convivencia, en caso de disolución se repartirá por partes iguales * Es nuestro deseo detallar la forma en la que se regulará la sociedad de convivencia y sus relaciones patrimoniales, por lo que se adjunta el documento en el que se especifica. Una vez que la sociedad ha quedado debidamente registrada comienza a surtir efectos, es importante señalar que durante la vigencia de la sociedad de convivencia los efectos jurídicos serán similares a los del concubinato, incluso en el artículo quinto señala: Para los efectos de los demás ordenamientos jurídicos, la Sociedad de Convivencia se regirá, en lo que fuere aplicable, en los términos del concubinato y las relaciones jurídicas que se derivan de este último, se producirán en los convivientes. Esta disposición significa para efectos prácticos que si algún ordenamiento jurídico otorga algún derecho a los concubinos este derecho es igualmente otorgado a los convivientes. Como lo hemos mencionado, la sociedad de convivencia genera efectos similares que las figuras jurídicas de unión civil, por lo que otro de los efectos que surte dicha figura es el Parentesco por Afinidad entre los parientes consanguíneos de cada conviviente con el otro y viceversa. La Ley también hace énfasis en la igualdad de derechos entre los convivientes y todo lo que se estipule en contrario será nulo, tal como lo expresa el artículo 17 de la ley serán nulos y se tendrán por no puestos los pactos limitativos de la igualdad de derechos que corresponde a cada conviviente. Otro efecto en sustancia relevante es la Tutela sobre el conviviente; en el artículo 15 la ley establece que Cuando uno de las o los convivientes sea declarado en estado de interdicción 3 (…) la o el otro otra conviviente será llamado a desempeñar la tutela, siempre que hayan vivido juntos o juntas por un período inmediato anterior a dos años a

partir de que la sociedad de convivencia se haya constituido, aplicándose al efecto las reglas en materia legítima entre cónyuges o sin que mediare este tiempo, cuando no exista quien pueda desempeñar legítimamente dicha tutela. Resulta de suma importancia pues, resaltar que una sociedad de convivencia no genera cambio alguno en el estado civil de los o las convivientes, esto queda claro desde el momento en que no existe tramite alguno ante el registro civil, por lo que resulta contradictorio el supuesto bajo el que se equipara esta figura jurídica al matrimonio civil en cuanto a derechos y obligaciones pero sin el estatus social que el mencionado confiere. Siguiendo en la línea de las obligaciones, la sociedad de convivencia genera también derecho de recibir alimentos u obligación de otorgarlos según sea el caso; el artículo 13 de esta Ley refiere que En virtud de la sociedad de convivencia se generará el deber recíproco de proporcionarse alimentos a partir de la suscripción de ésta, aplicándose al efecto relativo a las reglas de alimentos; es decir, deberán ser proporcionales, la obligación es personalísima los familiares consanguíneos en línea directa hasta el tercer grado obtienen el mismo derecho y obligación, etc. Los convivientes obtienen también derecho sucesorio, es decir, pueden testar a favor de su compañero o compañera y este tendrá el legítimo derecho de disponer de los bienes sucedidos. La figura genera los mismos derechos del concubinato debido a que en el artículo en que comparan la sociedad de convivencia con el concubinato dice que se aplicarán las mismas reglas, sin embargo existe un dato muy importante, para que este efecto tenga legitimidad, la sociedad de convivencia debe estar vigente. Existe un aspecto de gran valor en cuanto a este derecho; anteriormente las parejas de hecho quedaban desamparadas al morir un miembro de la pareja, quien le sobrevivía perdía el derecho a seguir habitando el hogar en común, no había manera de preparar los funerales y si existían bienes generados durante la relación, estos quedaban en entredicho y generalmente eran acogidos por la familia de quien fallecía; ahora con las disposiciones de la Ley de Sociedades de convivencia esta realidad es distinta, ya que la persona que sobrevive de la pareja es reconocida legalmente y tiene oportunidad de reclamar derechos sucesorios. Por último, el artículo 20 de esta ley señala que una sociedad de convivencia puede terminar en los siguientes casos: ** Por la voluntad ambos o cualquiera de los o las convivientes. ** Por el abandono de hogar común de uno o de ambos convivientes por más de tres meses, sin que haya causa justificada. ** Porque alguno de los o las convivientes contraiga matrimonio o establezca una relación de concubinato. ** Porque alguno de las o los convivientes haya actuado dolosamente al suscribir la sociedad de convivencia. ** Por la defunción de alguno de los o las convivientes. Conforme al artículo 24, en caso de que la sociedad de convivencia termine, cualquiera de sus convivientes deberá dar aviso por escrito de este hecho a la autoridad registradora del Órgano Político Administrativo del hogar en común (es decir, de la dependencia ante la

cual registraron la sociedad); en caso de que la sociedad haya terminado por una causa distinta a la muerte de uno de los convivientes, es obligación de la autoridad a quien se dio aviso, notificar esta terminación al otro conviviente en un plazo no mayor a veinte días hábiles, si la terminación de la sociedad se da por muerte de uno de los o las convivientes, entonces deberá exhibirse el acta de defunción correspondiente ante la autoridad mencionada. Cabe resaltar que en el artículo 21 queda establecido el derecho de recibir una pensión alimenticia compensatoria al termino de la sociedad de convivencia por parte del o la conviviente que figure como dependiente económico y esta pensión se fija por la mitad del tiempo que haya durado la sociedad de convivencia y tendrá efecto únicamente durante el año siguiente a la terminación de dicha sociedad. Como podemos notar, la legislación en materia de Sociedades de convivencia se equipara por obvias razones a las figuras tradicionales del matrimonio y concubinato, dota de derechos y obligaciones hacia la pareja y les protege en casos específicos como la muerte del conviviente, sin embargo al analizar este símil entre sociedad de convivenciamatrimonio-concubinato, encontraremos imprecisiones como el hecho de que no se requiere un régimen patrimonial pero si se generan derechos sucesorios, en caso del matrimonio existe una dispensa para casarse con parientes en tercer grado a diferencia de las sociedades donde la restricción se extiende hasta el cuarto grado y es indispensable; así mismo se establece que puede celebrarse dicho contrato con cualquier tipo de fin, no es necesario un vínculo afectivo de por medio pero se señala que se dará por disuelta la sociedad si se encuentra que uno o uno de los convivientes actuó con dolo. Finalmente es necesario señalar que dichas imprecisiones o ambigüedades para interpretar la ley ponen en una posición aún vulnerable a las parejas homosexuales ya que por ejemplo, el derecho en materia familiar encuentra sumamente difíciles de sancionar casos en dicha materia cuando se trata de familias homoparentales4 ya que el derecho no considera aún terminología para abordar los casos y aun premia el concepto de la pareja heterosexual como la única generadora de familia ya que por obvias razones pueden reproducirse. Es así que llegamos a tratar el tema del activismo por los derechos civiles de las comunidades LGBTTTI en el país, hace un año se llevó a cabo en el marco de la celebración del día mundial de la lucha contra el SIDA el encuentro ¿Cómo vamos en los Derechos Humanos en el D.F.? en el cual se abordaron los retos y retroceso que el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal (PDHDF) enfrentaba –entre otras categorías- en materia de grupos vulnerables, entre los cuales se encuentran las comunidades LGBTTTI; El objetivo del PDHDF, para los grupos LGBTTTI que habitan o transitan en el Distrito Federal es el de respetar, proteger, promover y garantizar, bajo el principio de igualdad y no discriminación, sus derechos civiles, políticos, sociales, culturales y ambientales. Para cumplir con el objetivo, el PDHDF ha trazado ocho temas e igual número de objetivos específicos, 16 estrategias, 88 líneas de acción e identificado a los entes responsables de su ejecución. Se abordó entonces la Legislación y Políticas Públicas e Integrales para las Poblaciones LGBTTTI, cuya principal estrategia es crear información estadística confiable precisa y

sistemática a fin de conocer la situación en que vive esta población en relación al ejercicio de sus derechos humanos. A este respecto se consideró como línea de acción Diseñar e implementar un sistema de información estadístico, confiable y actualizado sobre la población LGBTTTI y el cumplimiento de sus derechos humanos en el D.F., que considere la participación de organizaciones LGBTTTI, de académicos y especialistas. Dicho sistema considerará el diseño de encuestas sobre sexualidad e identidad de género. En todo momento deberá de garantizarse y respetarse el derecho a la privacidad de las personas encuestadas. En lo que respecta al matrimonio civil entre personas del mismo sexo; en México se hizo una reforma al artículo 146 del Código Civil donde se redefine el concepto del matrimonio estableciendo que es “(…) la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua (…)” con lo que queda excluido dentro del lenguaje jurídico la concepción del matrimonio como la unión heterosexual con finalidades reproductivas, no así en el imaginario colectivo ya que el ideal sigue siendo este, un hombre y una mujer se unen para procrear, ya sea en la concepción religiosa osocial aunque es un gran avance lo que se logró con esta reforma al Código Civil y que trajo de la mano la revisión del artículo 391 que versa sobre la adopción. Podemos observar que en la actualidad funciona en la Zona Rosa en Insurgentes, el centro de información de la Diversidad Sexual y en Donceles Centro Histórico la Dirección de Igualdad y Diversidad Social, donde se cuenta con información confiable y un programa de educación continua para abordar estos temas. X. LOGROS DEL MOVIMIENTO LGBT EN MÉXICO En búsqueda de visibilidad, del rompimiento de estereotipos y de una conciencia contra las enfermedades que afectaban a este sector. En este material podemos encontrar la voz e ideas de los protagonistas del movimiento gay en México, sus orígenes en el movimiento estudiantil de 1968, sus influencias extranjeras, los alcances y logros, las reflexiones, así como su desentendimiento, desintegración y conclusión personal. Muchos de estos hombres y mujeres que lucharon por lo que ahora disfrutamos, murieron a causa del SIDA o se autoexiliaron decepcionados por un movimiento que los supero, los enfrentó o terminó siendo algo ajeno a lo esperado, convirtiéndolos en sujetos anónimos para la población LGBT actual y por consiguiente no se conoce su trabajo y lucha social Denominado como el Centro de Información y Documentación de las Homosexualidades en México. Entre los logros más aplaudidos gracias a sus iniciativas se pueden mencionar el acceso al matrimonio y la adopción. Muchos han ganado terreno en medios de comunicación, en oficinas de empresas importantes, en calles donde ya no temen caminar de la mano con su novia o novio. Pero su fracaso más lamentable es su notoria desorganización, su falta de profesionalización.

Así, la intolerancia y discriminación que experimentamos en el Distrito Federal, Puebla y, en realidad, en todo el país son el resultado de varios factores: carencias educativas, procesos culturales, problemas sociales, deficiencias de parte del gobierno, influencia mediática e irresponsabilidades compartidas. Pero también son un síntoma incómodo del trabajo insuficiente de las organizaciones pro respeto a la diversidad sexual. Tristemente, la intolerancia y la discriminación son también una muestra de que las alianzas al interior del movimiento no son tan sólidas como pensábamos ni están funcionando como quisiéramos. Son una llamada de atención para hacer a un lado las diferencias (a menudo más personales que profesionales) que obstaculizan el trabajo en equipo. La meta no es tan difícil: hacer del movimiento LGBT en la Ciudad de México algo digno de ser admirado por el resto del país y, por qué no, en el mundo. ¿Se podrá? La conquista de espacios para el esparcimiento y la expresión política y cultural de la que disfrutan ahora las nuevas generaciones de personas LGBT en la capital del país, junto con el paulatino reconocimiento y validación social y legal de los estilos de vida sexualmente diversos por parte de los diferentes sectores de la sociedad —y la apropiación que de ellos han hecho algunos segmentos de la población heterosexual (moda, música, y formas y lugares de diversión)—, han significado avances para el reconocimiento de la diversidad y la libertad sexual en la vida privada y pública. CONCLUSIONES Como conclusión podemos decir que este es uno de los movimientos mas interesantes puesto que han podido tener gran alcance, esto es que sean un poco más respetados sus derechos. Por lo menos en nuestro país, como ha sido en el caso de nuestra ciudad que se ha conseguido el derecho de casarse y además han conseguido que sus derechos ya no sean trasgredidos, pues en estos tiempos se les ven como seres humanos que son; y no como en tiempos anteriores que les veía como personas enfermas. Aunque en estos tiempos se les sigue discriminando, en la actualidad es más fácil que estas personas puedan denunciar el hecho de que han sido agredidos, como en tiempos pasados que hasta eran agredidos por la misma policía. Analizando el enfoque de Tilly podemos decir que este movimiento cumple con todos los elementos que deben de contener para poderlo llamar un movimiento socia y estos elementos de la Teoría de la Acción Colectiva son los siguientes: 1. Intereses comunes. Personas con intereses comunes que se agrupan para defenderlos de los intereses opuestos. 2. Organización. Se requiere organización, liderazgos, redes de comunicación y reparto de tareas. Se pueden apoyar en organizaciones existentes o crear nuevas. 3. Movilización de recursos. Se debe contar con recursos suficientes para emprender la acción. Bienes materiales, apoyo grupos sociales o políticos, medios de comunicación, armas. 4. Oportunidad política. Gobierno tolerante brinda oportunidad para la acción. Sucesos fortuitos, crisis de gobierno, facilitan oportunidad.

Revisando estos puntos anteriores podemos considerar que este movimiento cumple los puntos y podemos identificar claramente que se está dando una acción colectiva.

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