Moscovici, S. Psicologia de Las Minorias Activas

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Psicología de las minorías activas

Minorías y mayorías

de Frederick DouGLAS, «la resistencia de los oprimidos opone límites a los tiranos)). Más generalmente, detrás de todo movimiento social concreto o de toda transgresión individual, tendemos a ver la mano oculta, no de Dios o de la economía, sino de un grupo poderoso y secreto que los controla. Toda la investigación teórica y experimental ha versado esencialmente sobre las mayorías nómicas y las minorías anómicas. La existencia de minorías nómicas cuyo comportamiento difiere del de las minorías anómicas se ha estudiado sólo en una reflexión a posteriori. Además, en el marco de las relaciones asimétricas anteriormente mencionadas del modelo no funcionalista, las minorías nómicas se han considerado tan sólo como receptores de influencia menos dóciles y no como fuentes potenciales de influencia. Es preciso corregir este desequilibrio, no sólo introduciendo la reciprocidad y la simetría allí donde antes había unilateralidad y asimetría, sino estudiando los casos abandonados. ¿Cuáles son? Si, utilizando las distinciones que he propuesto, se establece una ma~tiz en la que+ represente los casos estudiados y -los ignorados, es fácil ver el balance ..

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minorías ~ los desviant~s tienen opiniones, normas y juicios, para segmr la tendencta general deberíamos evaluar su capacidad para influir y para producir cambios en función de su divergencia frente a la mayoría. Conviene también tener en cuenta la dirección de esta divergencia del desviante o de la minoría; en suma, el hecho de que la minoría, es o bien ortodoxa (pro-normativa), o bien heterodoxa (contra-normativa). La primera pone el énfasis en la norma mayoritaria, mientras que la segunda le opone una norma minoritaria. Esto constituye un segundo carácter distintivo para el análisis de los procesos que aquí nos interesan. A tenor de las proposiciones generalmente aceptadas, sólo la minoría ortodoxa puede ejercer influencia sobre el grupo, ya que preconiza una norma aceptada socialmente. Pero cabe imaginar que los portavoces de las minorías heterodoxas ofrezcan algo nuevo (información, argumentos, estilos, etc.) al grupo, presenten una perspectiva diferente y, por ello, provoquen un conflicto que puede impulsar al grupo a cambiar. En apoyo de estas especulaciones disponemos ya de algunos indicios. Para comenzar, parece ser que, a medida que se reduce la distancia entre la posición de una minoría heterodoxa y la de la mayoría, la minoría tiene mayores posibilidades de ejercer influencia sobre el grupo, ~ lógica nos lo dicta y el sentido común nos mueve a creerlo; una reciente experiencia de NEMETH y ENDICOTT (1974) nos induce a pensar que es así en efecto. Aunque no enfrenta directamente una minoría y una mayoría, esta experiencia aclara las ideas que aquí nos interesan, porque nos revela la conexión existente entre el contraste y la dirección de las opiniones o de los juicios en el proceso de influencia. El problema es el siguiente: la mayor parte de las teorías se han esforzado en poner en relación la importancia del contraste que separa las posiciones y la importancia del cambio de actitud. De modo más preciso, prevén una relación curvilínea; el cambio aumenta con la distancia entre las posiciones hasta un cierto punto, para después disminuir radicalmente. Pero el problema que nos preocupa no tiene nada que ver con estas teorías ni con estas previsiones, porque son perfectamente compatibles con nuestras intuiciones más espontáneas. El problema se sitúa al nivel de la diversidad de los resultados obtenidos a partir de variadas experiencias realizadas gracias a estas teoraís en el curso dcf los

TABLA 1 Mayor/a

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Esta tabla muestra que en las obras y manuales se ha analizado la influencia ejercida por una mayoría nómica sobre una minoría anómica y sobre una minoría nómica en la medida en que ésta resiste; se han dejado de lado las otras combinaciones. Con todo, es casi seguro que una minoría o un grupo activo, frente a una mayoría anómica, actuará como fuente de influencia. Un razonamiento idéntico parece aplicarse a los otros casos. Por consiguiente, el primer carácter distintivo de la minoría es que aparece, o bien como pasiva (anómica) o bien como activa (nómica). Pero si nosotros estimamos que las

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más bien, mediante una serie de dos o más respuestas sucesivas. Se observa que en los grupos experimentales los juicios «colon> se emiten más frecuentemente mediante serie de dos o más respuestas sucesivas (X2 = 17,84, pp)..0,02; «trazado»: X 2 =22,397, P>0,001). Así, el comportamiento constante de una minoría determina, no sólo la frecuencia de las respuestas de la mayoría, sino .también su organización. SEGUNDA EXPERIENCIA

Procedimiento experimental.-Una norma implícita es una norma que rige nuestro comportamiento sin que tengamos clara conciencia de su generalidad o del hecho de que determina la mayor parte de nuestras decisiones. Tales normas son omnipresentes en el campo de la moda, de la alimentación, del gusto, del lenguaje, etc. Por razones de comodidad, utilizamos , para esta experiencia material lingüístico. Los hábitos verbales pueden definirse como regularidades normativas en una colectividad que comparte estos hábitos. Escogimos cuarenta y nueve asociaciones de palabras en una lista establecida por NUNNALLY y HussEK (1958), que

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Psicología de las minor~as activas

Los estilos de comportamiento

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TABLA 6

habían medido la frecuencia de ciertas asociaciones de palabras en una población de estudiantes americanos. A cada palabra estímulo (por ejemplo, «naranja») corresponden dos asociaciones, de las que una es un calificativo (por ej., «redondo») y la otra un su'pra-ordenado (por ej., «fruto»). Se da al sujeto un fascículo de cinco páginas en el que están impresas las ochenta y nueve asociaciones. Mientras el experimentador lee la palabra estímulo, el sujeto escoge y enuncia aquella de las dos asociaciones, que se encuentran en la misma línea de la palabra estímulo, y que a su juicio está más estrechamente ligada a ésta; el sujeto anota también sus propias respuestas. Como en la primera experiencia, el orden de las respuestas está sistemáticamente variado. Los sujetos se sientan del mismo modo que en la primera experiencia. Los grupos experimentales se componen de tres sujetos ingenuos y un cómplice. Los grupos testigos únicamente de sujetos ingenuos. En los grupos experimentales el cómplice escoge siempre la asociación supra-ordenada. Dispusimos las asociacicmes en dos listas diferentes con arreglo a una probabilidad creciente o decreciente de elec. ción de la palabra supra-ordenada en la población general.. . En la primera lista (lista A), la probabilidad de asociación al estímulo de las respuestas supra-ordenadas es mayor ~1 principio: así, la asociación «escogida>> por el cómplice para estos estímulos resulta corresponder a la norma. A medida que la probabilidad de sus respuestas disminuye, su comportamiento aparece como «conservador» y de naturaleza apta para frenar la adaptación al cambio de los hábitos verbales. En la segunda lista (lista B ), donde la probabilidad de las asociaciones supra-ordenadas es menor al comienzo, las respuestas del cómplice aparecen como «desviantes» . Hicimos uso de estas dos listas para mostrar que: a) la verdadera fuente de influencia es la consistencia del comportamiento en la minoría y no su grado de desviación; b) el conformismo inicial de una minoría, contrariamente a lo que parece inferirse de los trabajos de KELLEY y SHAPIRO (1954) y de HoLLANDER (1960), puede reforzar su influencia, pero no es la causa de ésta.

Media de las respuestas ccsupraordenadas»; comparaclOn de los grupos experimentales y los grupos testigos

Medias de los grupos experimentales (k=6) ............................. . Medias de los grupos testigos (k=6) .. . t de Student . .. .. . . . . . . . . .. .. . .. . .. . Umbral de significación . . . . . . . .. . .. .. .

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wmparados con los grupos testigos. La influencia del cómplice sobre las respuestas de la mayoría es innegable, sea que se comporte como «conservador» o como «desviante» de la misma (cf. Tabla 6). Cabe preguntar si el efecto de la elección del individuo minoritario sobre la elección de los individuos mayoritarios se ejerce en toda la lista o sólo en la parte donde está más cerca de la norma. Si la influencia se ejerciera sobre todas las respuestas, habría modificación de la norma mayoritaria respecto a la nonÍla americana original. De hecho, observa:q10_s tal modificación: la proporción de las asociaciones supra.:Ordenadas escogidas por los sujetos de los grupos experimentales es significativamente ·más elevada que la proporción de las asociaciones supraordenadas escogidas por los sujetos de los grupos testigos en la segunda mitad de la lista A:

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¿Hay una diferencia entre la influencia del cómplice «desviante» y la influencia del cómplice «conservador»? Observamo-s que el orden de presentación de las listas no afecta a la dirección de las asociaciones. La proporción de las respuestas supra-ordenadas en los grupos testigos es la misma, tanto en la lista A como en la B. Toda diferencia que aparezca en los grupos experimentales se debe necesariamente a la posición del cómplice. Para la lista A, donde el cómplice

Resultados.---Cualquiera que sea el orden de utilización de las listas, el aumento del número de respuestas «supraordenadas» es significativo en los grupos experimentales

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Psicología de las minorías activas

Número medio de pruebas en las que los sujetos respondieron «verde»

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