Monografia Del Fascismo

Licenciatura en Historia y Ciencias Sociales Estado y Sociedad Civil Profesor: Dr. Marco Antonio León León Jornada Vespe

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Licenciatura en Historia y Ciencias Sociales Estado y Sociedad Civil Profesor: Dr. Marco Antonio León León Jornada Vespertina Chile 2008

“El Fascismo, la convergencia de las estructuras afectivas de la sociedad civil Italiana”.

Davis Rojas Espinoza.

Índice Prologo

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Introducción

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La convergencia de la sociedad heterogenia, las bases del fascismo

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La soberanía fascista, y el proceso dual de la sociedad Heterogenia y Homogénea

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Bibliografía y lecturas referenciales

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La “muerte a Dios” exige la muerte de toda teología política, es decir de toda idea de soberanía nacional. (Antonio Campillo: “Georges Bataille: la comunidad infinita”)

Prologo En el presente trabajo monográfico, realizare una interpretación del régimen Fascista Italiano, desde una perspectiva teórica, recogida principalmente de Georges Bataille, de sus trabajos “El problema del Estado” y “La Estructura Psicológica del Fascismo”, compilados en el texto “El problema del Estado y el problema del Fascismo”,en el cual desarrolla una línea interpretativa en base a la formación del Estado Fascista, argumentada por una reconceptualización de la sociedad, entendida por el dualismo, de la homogeneidad y la heterogeneidad social. Junto con la lectura exhaustiva de Bataille, se suman a la realización de este trabajo, los autores Stanley Payne el cual desarrollan estudios Históricos, de la formación del Fascismo y su desarrollo. Sin embargo, la monografía, se desarrollara en función, no de una reconstrucción de la sociedad Fascista a nivel histórico, sino más bien en la interpretación de la composición de este; durante la introducción, desarrollare la presentación de la presente, dando paso al desarrollo, que engloba, un marco conceptual principalmente la conceptualización desarrollada por Bataille, la homogeneidad y la heterogeneidad social, la legitimidad de la soberanía y el carácter dual del Fascismo (dual en el sentido de la homo y heterogeneidad social, que lo componen), pero que se articulan con ejemplos concretos, analizados por Payne, y enfrentados como parte del marco teórico en función y coherencia, a una mejor interpretación de la problemática medular, expresada en la formación del fascismo desde la sociedad civil, desarrollada en la presente, “El Fascismo, la convergencia de las estructuras afectivas de la sociedad civil Italiana”. Estos elementos están dentro de la composición del desarrollo, titulado, “La convergencia de la sociedad heterogenia, las bases del fascismo”. Por lo pronto las conclusiones finales de la monografía, se desarrollaran en función a una reflexión final de la sociedad civil, y de la importancia de la afectividad en el desarrollo del Fascismo, titulándose, “La soberanía fascista, y el proceso dual de la sociedad Heterogenia y Homogénea”.

Introducción 3

El desarrollo histórico que enfrentan las naciones europeas a finales del siglo XIX, son el ante sala a una serie de movimientos sociales, que se desarrollaran entorno a la critica del modelo liberal, y que parten principalmente desde las clases bajas. Estos movimientos suceden en Italia, principalmente en 1860, cuando el capitalismo comienza un auge y una modernización. Italia sufre -en comparación a las otras naciones europeas- de un atrasado desarrollo económico, la sociedad es principalmente agrícola, y las zonas de industrias se focalizan en el norte. Este atraso que sufre Italia, no es solo a nivel económico, sino también a nivel político, entiendo claro, que la urgencia del modelo capitalista, requería a su vez de un prototipo de Estado que fuera coherente a su funcionamiento, por lo cual el proceso de unificación de la nación Italiana, se funda en conjunto con el comienzo del auge y la modernización de Italia. Esta realidad, hace funcional la unificación de Italia, de manera federativa, entre el reino de Piamonte, el Papado y el Reino de Napoli. Esta unidad nacional generara las condiciones para el desarrollo capitalista en el territorio peninsular. El presente trabajo propone principalmente el estudio del Fascismo, que se desarrolla con el objetivo de plantear la singularidad del proceso, ocurrido en Italia a principios del siglo XX, y que responde a un enorme poder movilizador, desde un proceso afectivo, violento y muy efervescente, el cual fue el nacionalismo. La manera de abordar el Fascismo, en este caso, hace referencia principalmente a la teorización de Bataille, el cual desarrolla una conceptualización, como una alternativa distinta a la problemática en cuestión. La propuesta es entonces a una conceptualización de las ideas fascistas, para lograr comprender el devenir de la sociedad civil, en función del fascismo, sus proyecciones y la intencionalidad social. Italia comienza el siglo XX con una nación que aun no logra la unificación, el norte y el sur son realidades objetivamente muy distintas, pero el sentimiento nacional, comienza a tomar forma y fuerza, desde la necesidad de un proyecto alternativo, que surge desde no como una ideología de clases, sino como la confluencia de estas hacia un individuo, y que convergen no en la adhesión de una clase con otra, sino mas bien en el sentimiento masivo hacia un hombre que representa la soberanía y la nación, en tanto la dualidad misma, la homogeneidad y la heterogeneidad1 de la sociedad

La convergencia de la sociedad heterogenia, las bases del fascismo 1

El énfasis proviene de la conceptualización de homogeneidad y heterogeneidad del autor.

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El concepto homogeneidad alude, desde la perspectiva de Bataille, a una re interpretación del concepto de hombre y de enajenación de Marx, el cual se plantea como la conjunción de los procesos sociales, dentro de las relaciones sociales de la producción, es decir se conforman en el proceso productivo. El individuo homogéneo, es aquel que desea el producto, en tanto es el quien esta en función del producto, a diferencia de quien lo produce, en otros términos, el propietario es quien funda la homogeneidad, es el quien articula las relaciones sociales, para la obtención del producto, a diferencia del proletario, quien no trabaja para sí, sino mas bien es quien la habita mientras es productivo, y esta sociedad homogénea nunca entonces serviría para él, en su forma para sí, como es para el propietario, en su articulación social, de la producción. La sociedad homogénea entonces, esta constituida por la sociedad productiva, para Bataille útil, “todo lo inútil queda excluido no de la sociedad total, sino de su parte homogénea”2. En la sociedad pre-fascista, Italia enfrentaba una realidad social, marcada por el levantamiento de la sociedad obrera, las zonas urbanas así como las agrícolas, enfrentaban las durezas de la sociedad homogénea, la crisis de la post guerra a su vez, y las experiencias internacionales, del socialismo, creaban todo un clima político, la sociedad civil se articulaba en organizaciones partidistas, entendiendo claro, que la formación de la unidad Italiana, no fue como en otras experiencias un producto de la clase burguesa, el precapitalismo italiano, tenia dos sectores opuestos, en realidades e intereses, el norte tenia un auge capitalista, y el sur era mayoritariamente agrícola. El problema de la legitimidad de la burguesía, radica justamente en el tipo de unificación de la nación desmembrada, pero se debían defender la integridad del Estado, contra esta efervescencia social de la sociedad civil. La función del Estado era entonces coherente a la funcionalidad del capitalismo, la que lo deja al servicio de la sociedad homogénea, principalmente cuando esta se encuentra amenazada. El Estado es el resultado dialéctico entre la sociedad homogénea y la heterogénea, y su soberanía radicara de la nación, pero sucede dentro de la sociedad homogénea el proceso de que sus actores comienzan a dejar esta legitimación de la nación, entendida esta para sí, por un proyecto para ellos, lo que provoca la distancia a la sociedad homogénea, y el Estado, interviene con sus elementos, pero que aunque adopte la tendencia a la homogeneidad, su conformación, es sin duda por la contraparte, que a su vez determina sus movimientos, en el caso italiano, la necedad de la clase obrera de la deslegitimación del proyecto liberal, ósea de la sociedad homogénea, por la exclusión, que deviene en una tendencia a la homogenización del estado, pero que en la situación fascista, se altera por el posicionamiento de este grupo, que se origina desde las clases populares, y que habita desde su sentimiento para sí, como pura heterogeneidad. La heterogeneidad es entendida como lo que no es parte de la homogeneidad, es decir, si la homogeneidad se funda desde la ciencia, desde lo positivo, las leyes, la 2

Bataille, Georges , “El problema del Estado y El problema del Fascismo”, Editorial PRE-TEXTOS, 1993, Valencia, p.10

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producción, las técnicas, lo heterogéneo seria lo que esta no puede canalizar, los deseos, los sueños, la violencia, el horror, pero que no deben entenderse solo como procesos subjetivos, ya que su naturalidad misma se funda de la objetividad, de las relaciones sociales de la producción. La homogeneidad entonces se desarrolla y constituye por elementos identificados, definidos, así por el contrario lo heterogéneo estará en parte conformado por relaciones afectivas, incodificables para la homogeneidad. Bajo esta lógica “Batailleana” el Estado liberal dista del Estado fascista, claro esta por la constitución de ambos. El estado liberal que se estaba desarrollando en Italia, era de carácter monarca parlamentario, entiendo que fue una vía liberal para desarrollar el capitalismo. La base que sustentaba su legitimidad, radicaba en las tradiciones y en la nación, como elemente unificador y fundador. Su estrecha relación con el modelo capitalista, lo hacia funcional a la sociedad homogénea, la exclusión, la crisis social que enfrentaba el Estado italiano gestaba el levantamiento de masas. El Estado fascista respondió al levantamiento de masas, su composición a diferencia del estado liberal, partía de la heterogeneidad, la conciencia obrera desarrollaba su idea de disolución del estado, y las clases medias, experimentaban una derechización nacionalista, su convivencia, experimento un devenir, hacia su institucionalización, los movimientos de masa eran parte de los Fascios (grupo, unión, liga) que “habían sido practica común entre los distintos sectores del radicalismo Italiano” 3 , estos se conformaban en relación a la sociedad civil y su lado heterogéneo, por una confluencia y una organización local. La heterogeneidad de los movimientos radicales italianos, se basan en la extrema violencia, y su proyecto social para sí, desde esta base, la evolución que se puede rastrear desde la figura de Mussolini, que por medio de una convergencia de movimientos e intereses se funda desde radicalidad, compuesta de pura heterogeneidad. La heterogeneidad del fascismo, proviene del carácter que este tubo para desarrollar sus políticas, y desde la interacción de la sociedad civil con él. El fascismo funciono desde la base de la violencia revolucionaria, su imagen se entiende como el producto del horror y represión, esta condensación de elementos son pura heterogeneidad. Su organización, se origina de la efervescencia de la sociedad civil, recurrió al conjunto de sentimientos, que confluían en un individuo, la concentración hacia la unificación y la nación, desde el Duce (como se le llamaba a Mussollini), el cual se apropia de esta relación afectiva, y la hace para sí 4, recurriendo a tradicionales sentimientos, implementados para la mantención de esta noción de poder que se le otorgaba, que son el sentimiento de nobles, superior y elevado, los cuales servían para calificar su figura. Estas concepciones se articulan, en la psicología de masas, y que el Duce, las potencia desde su imagen, desde la prensa, y desde los fascios. Esta acción fascista, supone una heterogeneidad, pero su capacidad de interacción, su existencia para sí, dentro del régimen fascista y no para quienes la componen, en este caso la sociedad civil, deviene en pura homogeneidad, es decir toma el carácter enajenante, diciplinador y coercitivo, en función a la obtención de su producción, pero que las líneas de esta homogeneidad, son absorbidas por la heterogeneidad, por que se niega en relación a su comportamiento y utilidad, quedando como homogénea dentro de la heterogeneidad mismo del estado fascista. 3

Stanley G. Payne, “Historia del Fascismo”, editorial Planeta, 1995, Barcelona, p. 117 La importancia de este párrafo radica, en el desmembramiento de la heterogeneidad del fascismo, entendiendo que al habitar el Estado, adquiere elementos homogéneos, no necesariamente por la funcionalidad liberal, sino por que el estado como anteriormente se trabaja, se desarrolla en la dualidad de lo homo con lo heterogéneo. 4

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La radicalidad del estado fascista, funda el sentido de la dualidad, por esta relación anteriormente planteada, la consideración de lo sagrado dentro de la política fascista, es claro, heterogeneidad pura, lo sagrado en la sociedad, compone gran elemento de lo heterogéneo, ya que las reacciones que hacen lo sagrado sagrado dentro del régimen fascista se entiende mediante las políticas del terror, de la violencia, y que se define a si misma como prohibiciones sociales, fuerzas desconocidas y peligrosas, fuera de lo homogéneo, pero que se reúnen con lo propiamente homogéneo del estado fascista, la soberanía. Dentro de la evolución que experimenta Mussollini, hasta llegar a la cabeza del partido, que gobierna el Estado Italiano, siempre mantuvo el carácter dual, desde sus principios revolucionarios “para el joven Mussollini esto significaba que la revolución exigía acción violenta y liderazgo de las elites, y que a las masas solo podían moverlas los sentimientos, las emociones y los mitos”5. El estado fascista aparece desde una base social revolucionaria y nacionalista, que comenzaban a formar una nueva elite italiana, siendo trasversal a todas las clases, pero con un fuerte predominio burocrático, dentro de la jerarquía misma de partido PNF (partido nacional fascista). Dentro de esto aparece entonces el fascismo desde la base religiosa de lo sagrado, desde la base militar del diciplinamiento y la coerción, y de la mitificación hacia un individuo. Para el caso de lo sagrado entendido como algo heterogéneo, Bataille nos advierte de su carácter dual, que transita en dos polos, (que se demuestran en el caso fascista), la parte superior (la elite) y la parte miserable (el pueblo), desde la base religiosa de lo puro e impuro, y que en la acción fascista aparece desde su posición superior, en el sentido anteriormente expuesto de los sentimientos elevados y nobles hacia el Duce. La violencia6 dentro de la concepción de la formación del Estado fascista aparece antes a este mismo, es necesario entender que el movimiento revolucionario fascista, aparece como una síntesis histórica de procesos reaccionarios en Italia, y que son funcionales al problema del Estado. El problema del Estado surge de la necesidad de la parte heterogénea de la sociedad, por zafarse de la enajenante situación que les convoca la homogeneidad (HoS). El servicio del estado liberal, para la HoS, provoca que se agudicen las contradicciones sociales, por el cual las fuerzas revolucionarias que comienzan a aparecer finales del siglo XIX, enfrentan la fuerza de este Estado tradicional. Este momento histórico determina a la sociedad, que se opone al régimen, por lo cual adopta su carácter puro y elocuentemente heterogéneo, la violencia. La evolución histórica del movimiento que nace para el derrocamiento del sistema, deviene en el surgimiento radical del fascismo, las condiciones post guerra, el espíritu nacionalista de las regiones agrarias y medias, y el fuerte descontento social, son algunas de las formas que podemos entender para determinar su origen. Sin embargo el origen, es sin duda desde la sociedad heterogénea. 5

Stanley G. Payne, op cit, p. 118 Luego de la I guerra, el movimiento de masas, se vuelve mas violento, desde el “Fasci Di Coombattiemto”, a los cuales se les llamo Fascistas, así el desarrollo de la violencia se volvió orgánico parte esencial de la dinámica política. Este movimiento comenzó a ser cada vez mas operativo en función de la violencia de sus intereses, eran coherentes al necesidad de un levantamiento por la nación. La violencia se intento mermar con un pacto de pacificación, entre los socialistas y los fascistas, ya que principalmente la violencia se exaspero cuando ambos proyectos chocaron. 6

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Cuando el estado fascista entra en su máxima expresión, desde 1933 al 19397, experimenta bruscamente el giro de la interpretación del problema del Estado. Ahora el problema se radica en el régimen totalitario que comienza a funcionar para sí, por medio de la represión y el horror, ahora la sociedad civil, tiene el estado máximo de subordinación y enajenación, “donde los gritos no son mas que desgarramiento y desdicha”8, esta situación, en la conciencia colectiva, debe ser entendida entonces como un elemento propio de lo heterogéneo, moverse en el campo, de la “conciencia desgarrada”, desde la desesperación misma elemento que desde una oposición al fascismo, se entiende como una fuerza autónoma, en el odio hacia el Estado. Sin embargo la realidad italiana de la época, transitaba bajo la figura convergente de Mussolini, la cual concentraba el poder, desde la base militar y religiosa. El poder militar aparece de los procesos afectivos que provocan en la estructura social, entendiendo que el ejército nace en razón a la guerra en las sociedades, y de aquí radica su importancia, no así desde la cantidad material de las armas. Este elemento le otorga el carácter noble, en cuanto a la organización interna del ejército, su jerarquía y su disciplina, y que se legitima en razón a su jefe, es decir en la relación afectiva que existe desde el soldado al jefe, y que le da su valor eficaz. Esta relación afectiva provoca unificación, así entonces su soberanía, otorgando su valor homogéneo particular a la homogeneidad social, y su poder existen tanto su relación con esta ultima. La introducción de este poder militar en la HoS, como sucede en el fascismo, supone una relación carnal, con el Estado y su administración, trasformándose entonces en esta imagen de poder soberano, ahora ya no como un agente independiente de la HoS, sino como la estructura de la sociedad total. El poder que significa la religión en el estado fascista, alude a la validación de la figura del jefe militar, en este caso Mussollini en el periodo dictatorial, la superioridad entendida desde la nobleza, que supone el jefe militar representa este carácter mítico, como poder histórico, y que se vincula directamente con el proceso afectivo, y que se funda desde la efervescencia social. Así el fascismo trae nuevamente, al escenario, la teología política, provocadas por la complicidad de las fuerzas heterogéneas y la homogeneidad del Estado, pero ahora trae consigo un discurso revolucionario, que las dista de las monarquías, que se basan en la tradicionalidad, adema saca la instancia soberana no recibe el nombre de Dios, sino de soberanía nacional, la cual cumple este rol divino, y que unifica los elementos que la componen, en relación a quien la encarna, hacia el ser sagrado, el Duce. 7

El gobierno fascista paso por varias etapas, parte como movimiento de masas de izquierda, luego se derechiza con la integración de los sectores medios, luego con la conformación del PNF y la marcha sobre Roma, dio paso a un régimen mas parlamentarista una dictadura autorizada, mas tarde se dio paso al periodo señalado, en el cual existe el auge del fascismo y las fuerzas vivas opositoras existían eran pocas, el ultimo periodo y que no se hace mención en el presente trabajo es al que se le define como el de política exterior activista (1934-1940), luego el decaimiento del régimen hasta el 45. 8 Bataille, Georges, op cit, p.4

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La soberanía fascista, y el proceso dual de la sociedad Heterogenia y Homogénea

Como se a explicado anteriormente el proceso de soberanía proviene de la relación que se tiene con la nación, por medio de un proceso afectivo, que se exalta por el carácter supremo hacia un solo individuo, que cristaliza la dualidad misma, la conjunción de las clases y del poder. La imagen se expresa entonces desde el Estado, como una reunión orgánica de sus elementos. La frase “todo esta en el Estado” de Mussollini, advierte sin duda esta conjunción. Diviniza al Estado, el cual en lo material, es su persona. “solo si el pueblo […] se encarna en él como voluntad de un pequeño numero incluso de uno solo. […] No se trata ni de raza, ni de región geográfica determinada, sino de agrupación que se perpetua históricamente, de una multitud unificada por una idea que es una voluntad de existencia y de poder: es conciencia de sí, personalidad”9 Este discurso de Mussollini, responde a esta divinización del Estado, desde la soberanía, que radica en la nación. Es a su vez la unificación misma por medio de la “personalidad” mejor dicho de la individualización del poder, relegando entonces a la sociedad civil, y que el introduce al seno de Estado, del cual tiene un dominio absoluto. El origen del poder parte desde la sociedad civil y su legitimación al Estado fascista, dentro de la heterogeneidad, que representa, y que se desarrolla, en su proceso afectivo, además la supremacía del poder fascista supone por si mismo un sentido heterogéneo. El juego que existe en la base del fascismo y desempeñada por la sociedad civil, en tanto, fue en medida de la problemática de la homogenización, y que cuando asume el poder las fuerzas fascistas, disponen de medios que arbitran las contradicciones anteriores, y que sirven a si mismas para la coerción de la sociedad civil. Esta toma entonces el rol homogeneizador, en tanto adquiere la dirección de la sociedad, para sí, generando una contradicción social, ahora toma el rol que concuerda con los intereses del capitalismo. Cuando se comienza a gestar el periodo de crisis, y el Estado asume el control como homogeneidad hibrida, por su elocuente forma, y soberanía, en relación con lo heterogéneo, y que termina siendo una respuesta, a la creciente movilización obrera, que se oponía al capitalismo.

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Bataille, Georges, op cit, p.37

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Así en la medida que las necesidades fueron respondiendo al viejo patrón, la antigua reivindicación social se mermaba más, y las posibilidades de la surbverción de la clase obrera es coartada. En la medida que el fascismo se desarrolla adquiere mas este rol, se articula en función ahora del diciplinamiento a las clases insurgentes, coartando desde la represión misma de su poder, y a la vez de forma mas elaborada, crea una unificación que suma a elementos movilizadores, juega con la psicología de las masas, atenta en función a la individualización del Estado, desde la nación, como elemento divino de la sociedad.

Bibliografía

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Bataille, Georges , “El problema del Estado y El problema del Fascismo”, Editorial PRE-TEXTOS, 1993, Valencia Stanley G. Payne, “Historia del Fascismo”, editorial Planeta, 1995, Barcelona

Lecturas referenciales

Marco Ceballos, “El estado y el monopolio de la violencia patriarcal”, articulo. http://es.wikipedia.org/wiki/Benito_Mussolini

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