Monografia Cultura Afroperuana

La presencia de los africanos y descendientes en el Perú data desde la llegada de los españoles en el siglo XVI, cuando

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La presencia de los africanos y descendientes en el Perú data desde la llegada de los españoles en el siglo XVI, cuando fueron traídos como esclavos y como mano de obra gratuita; se produjo su explotación en actividades en el campo y esencialmente en la costa del Perú. Trajeron una cultura propia con creencias mágico-religiosas, mezcla de lo sagrado y lo pagano expresándolo en sus cantos, bailes, danzas y costumbres. Los esclavos que poblaron la zona norte del Perú eran provenientes del Congo, Angola, Madagascar; por ello se derivó la denominación de mangaches para referirse a los pobladores de una zona de Piura. En la región Piura existen alrededor de 20 pueblos o comunidades de afrodescendientes, tales como La Tina, Las Lomas, Yapatera, Chapica, Talandracas, Bigote, Malacasí , El Ingenio, Morropón, etc., pero el más representativo y con una mayor población de negros, según la “Encuesta de hogares en las comunidades afroperuanas, que realizó CEDET en los años 1998 - 1999, es sin duda el pueblo de Yapatera, cuyo legado cultural, con el paso de los años y la era de la modernización, se ve seriamente amenazado. La problemática en Yapatera tiene muchas aristas y connotaciones: la escasez de trabajo, el bajo precio del mango, el abigeato, la poca agua de riego para las chacras en la mayor parte del año, la falta de salubridad, etcétera. Sin embargo, dentro de este conglomerado de preocupaciones se encuentra la identidad étnica cultural que, quizás, no tiene tanta atención y prioridad en la población como las actividades orientadas al desarrollo económico y social, pero que es necesario rescatar, afianzar y desarrollar su legado cultural como vía para el logro del desarrollo integral del pueblo.

Reseña Historica En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de Africa a América. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores en América. Eran traídos en buques especiales, llamados "Ataúdes" o "Tumbeiros". Estos nombres eran expresión de las características de tales expediciones mercantilistas, porque llegaban vivos a América sólo la mitad de los negros que habían salido de Africa. Venían enmarrocados (amarrados), apiñados en las bodegas de los buques, sin las mínimas condiciones de higiene, sin la adecuada alimentación; en estas condiciones aquellos negros eran presa fácil de enfermedades y epidemias. En América, miles de negros esclavos fueron vendidos a los hacendados y citadinos españoles en los llamados mercados de trata. Para este fin eran exhibidos encadenados apenas arribaban mientras eran denigrantemente subastados. Los precios variaban de acuerdo al sexo, fortaleza, salud y edad. Una vez adquiridos pasaban a ser patrimonio de su amo, quien disponía de su destino y de su vida. Tenían un valor en dinero y pertenecían a alguien y los alimentaban para utilizarlos en faenas y servicios que el amo creyera conveniente. Si el amo quería deshacerse del esclavo, lo ofertaba en el mercado de trata de esclavos, poniendo un sobreprecio, para recuperar su inversión y sacar algún dividendo.

Los esclavos vivían en las haciendas en barracas o barracones; en las ciudades, estas barracas estaban ubicadas en un rincón de los huertos o solares. Dichas barracas, como es de suponer, propendían al hacinamiento y la promiscuidad. Las mujeres negras esclavas, en las haciendas y en los solares virreinales, fueron destinadas para labores domésticas. Sin embargo, muchas de ellas, en las haciendas, principalmente costeñas, hacían labores de campo, como por ejemplo, en los viñedos y algodonales, conocidas en este último caso, como "apañadoras". Los varones efectuaban el trabajo más pesado tanto en las zonas urbanas como en las haciendas. Como por ejemplo, limpieza de excusados, galpones, porquerizas, caballerizas, etc. Los amos retribuían este servicio gratuito con la vivienda y la alimentación que les proporcionaban. Los esclavos no podían salir de la propiedad del patrón y carecían de libertad. Al esclavo que infringía alguna norma, se le castigaba severamente, por lo que existieron varios sistemas de tortura. Sea cual fuere el castigo acordado para el esclavo rebelde, se cuidaban de no desfigurarlo, dado que, de ser así, su precio de venta en el mercado, disminuiría. Sin embargo, se tiene noticia de que al negro muy rebelde o cimarrón, le cortaban las orejas, lo castraban e incluso le cortaban las manos. A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, se formaron unas rancherías en los alrededores de la ciudad de Lima, como en Huachipa, Carabayllo, Monte Zambrano, etc. Fueron hechas por negros esclavos, que en busca de su libertad, habían preferido huir y rebelarse contra el opresor sistema. Estas rancherías en lo posible, se ubicaban en las zonas menos transitadas, con bosques para ocultarse de sus perseguidores. Alrededor del año 1710, esas rancherías evolucionaron hasta convertirse en palenques. Los palenques, entonces eran asentamientos rurales de negros cimarrones, rebeldes. El 16 de noviembre de 1780 Túpac Amaru II como parte de su revolución emite el "Bando de Libertad" en Tungasuca (Cusco) proclamando la abolición de la esclavitud por primera vez en el continente, dando la libertad a los negros que las huestes indígenas a su mando encontraban e invitándolos a que se le sumen. Este proceso fue truncado por los españoles durante el Virreinato de Perú. Con la independencia del Perú, José de San Martín declaró libres a todos los hijos de esclavos nacidos desde el 28 de julio de 1821 en adelante. Posteriormente en noviembre del mismo año se decreta la tutela sobre los hijos de los esclavos, posteriormente la manutención se amplió considerando también la tutela sobre los esclavos libertos hasta que tengan cincuenta años, esta tutela era costeada por los hacendados agrícolas quienes tomaron en cuenta que mantener a un esclavo era muy costoso; a partir de ahí muchos hacendados convirtieron a sus esclavos en peones libres pero obligados al trabajo en las haciendas bajo la figura del

arriendo de

parcelas de tierra, esto propició el surgimiento de las llamadas chacras de esclavos.

A partir de 1821 el número de esclavos negros disminuye evidenciando una crisis del sistema esclavista en el Perú que perduraría hasta 1854, año de la abolición de la esclavitud en el Perú. La liberación de los esclavos fue proclamada por Ramón Castilla en la ciudad de Huancayo el 5 de diciembre de 1854 durante un periodo de conflictos por el poder con el entonces presidente Echenique. En 1854, en el Perú existían 25 505 esclavos; para lograr su libertad el gobierno peruano tuvo que pagar a sus propietarios un bono de trescientos pesos por cada esclavo, lo que representó un egreso de casi ocho millones de pesos que fueron costeados con las exportaciones del guano. Se documenta que muchos patrones declararon tener más esclavos para poder recibir más dinero. En enero de 1855, Castilla ingresa a Lima y es elegido como presidente provisional convocando a un congreso constituyente del cual surge la constitución de 1856 en donde se reflejan, además de las proclamas de la abolición de la esclavitud, la abolición del tributo indígena, entre otros; comenzando una nueva etapa en historia afroperuana.

https://es.wikipedia.org/wiki/Afroperuano

http://www.observatorioeducativo.pe/wpcontent/uploads/2013/11/AFROPERUANOTOMO-2.pdf

CHINCHA “CUNA DE LA CULTURA AFROPERUANA” La Palabra Chincha proviene de “Chinchay”o “Chinchas” o “Cinca” que significa “Juaguar” y “Chinchaycamac”, es creador del “Juaguar”. “Chinchay” (Juaguar) fue el dios Tutelar de los Chinchas. Se llama Chinchas a los habitantes de los valles de San Juan que adoraban al Chinchay. Por Ley de 13 de Octubre de 1900 se dividió esta provincia para formar la de Pisco; esta misma Ley traslado la capital de la Provincia de Chincha a Chincha Alta, que tiene el título de ciudad, por ley 26 de octubre de 1874. Por Ley No. 11717, de 11 de noviembre de 1950, se concedió a esta provincia el título de Benemérita a la Patria por sus servicios prestados a la causa de la independencia del Perú. Identificada como la cuna del folclore afroperuano; su Festival Verano Negro, en donde se resaltan las manifestaciones culturales negras, es tradicional. Chincha es un lugar acogedor, con atractivos naturales, su pisco, el vino y sus rítmicos bailes al son del cajón peruano y el zapateo. Antes de llegar a Chincha, se pueden apreciar áreas sembradas de maíz, algodón, hortalizas y frutales. Chincha no es sólo baile, comida negra típica, pisco y vino, la provincia carece de poca difusión del pasado histórico y contemporáneo con las cultura Nazca, Paracas y Chavín.

DIA DE LA CULTURA AFROPERUANA El proceso de adhesión, y reconocimiento social de los grupos negros a la vida republicana del país, debió pasar por un proceso de lucha contra de la indiferencia y la exclusión de toda índole. Hoy aunque todavía es difícil aceptar a la gente negra en la cosa pública, su lucha por saberse plenamente aceptado, pasa por la confrontación de valores entre los que lo aceptan, y lo discriminan. Urgidos por la revaloración social, los grupos negros, han logrado unificar y promover un día dedicada a la cultura afroperuana. Gracias a una silenciosa labor por rescatar las manifestaciones creativas, artísticas, literarias y musicales, los grupos afroperuanos reúnen a sus mejores exponentes. El aporte del pueblo afroperuano a la construcción del Perú económico, social y cultural, es innegable. Tras siglos de exclusión, en los años 80, empiezan a surgir organizaciones

dedicadas a la defensa de los derechos, humanos y sociales, del pueblo afroperuano, así como al fortalecimiento de su identidad y rescate de su acervo cultural. Los grupos negros, en las últimas décadas, encontraron en Nicomedes Santa Cruz poeta, musicólogo, folclorista, periodista, cuentista y ensayista, al personaje idóneo capaz de reunir las virtudes humanas que los represente. Nicomedes Santa Cruz es el primer poeta peruano que trata el tema del negro, resaltando la importante, e inequívoca participación, del afroperuano en el devenir histórico nacional. Desde mediados del siglo XX, fue el representante más importante de las letras peruanas, por su magnífica producción de poemas y décimas Sin embargo, la crítica literaria nacional, no ha reconocido cabalmente la obra del poeta. En 1990 el gobierno peruano le concede la “Orden al Mérito por Servicios Distinguidos” en el Grado de Comendador. Dos años después, el 5 de febrero, muere en España. En el año 2002 el Instituto Nacional de Cultura declara a Nicomedes Santa Cruz “Digno Representante del Patrimonio Cultural de la Nación”. Declarar el día 4 de junio de cada año “Día de la Cultura Afroperuana”, fecha en la que nació Nicomedes Santa Cruz, tiene como propósito invitar, a que todos los peruanos, reflexionen y reconozcan la importante contribución de los afroperuanos a la riqueza económica, cultural, artística y a la identidad peruana.

Introducción Afroperuano es un término que designa a la cultura de los descendientes de las diversas etnias africanas que llegaron al Perú durante la Colonia, logrando una uniformidad cultural. La población afroperuana se halla principalmente en dos sectores: Costa sur central (Lima, Callao y provincias como Cañete, Chincha, Pisco y Nazca. También en la costa norte; entre Lambayeque y Piura, en Piura se encuentra Yapatera; la ciudad con mayor porcentaje de población afroperuana del país.

El término Afroperuano está más relacionado con la cultura desarrollada por los actuales descendientes de los negros coloniales, ya que las poblaciones africanas que arribaron al Perú durante la colonia experimentaron a través de los siglos un profundo mestizaje con la población criolla y nativa.

La Cultura Negra ha tenido una gran influencia en el arte culinario de gran parte de las Américas e Islas centroamericanas, luego de su llegada al nuevo mundo. Tal como sucede con todo aquel que emigra a tierras lejanas; ellos optaron por tratar de preparar gran parte de sus manjares con los nuevos productos que encontraron.

Sus platos, generalmente eran bien condimentados, a base de tubérculos, pastas de cereales y algunas frutas como el plátano. No podía faltar la caña de azúcar y la gran variedad de dulces que preparaban. Estos, en la preparación de sus comidas, introdujeron la sangre de pollo para la “sangrecita”, las tripas para el “choncholí”, los pulmones para la “chanfainita”, aparte de otros platos más refinados como la papa seca para la “carapulcra”

La influencia africana, fue notable en nuestra cocina. Unos de sus platos denominado “Morusa”, es una especie de puré de pallares iqueño, lonjas de chancho, tocino y algo de cebolla. En otras ciudades como Nazca, se le conoce con el nombre de “charapana”. Se prepara con cabeza de carnero, lonjas de chancho, mondongo, maíz pelado, zapallo, papas, habas y perejil, que se acompaña con arroz y yucas sancochadas.

Entre las comidas afroperuanas que más destacan se encuentra la carapulcra; plato que se prepara con papas que se cocinan en un aderezo de cebolla, de manteca, ajo, ají panca, etc. Se le acompaña con Sopa Seca y con presas de pollo, pavo o chancho.

Los frejoles con seco preparados a base de res, cabrito o pollo y el frejol es preparado con un trozo de espinazo de chancho para darle un sabor exquisito. Lo puedes encontrar en cualquier restaurant de la ciudad.

La pachamanca es un plato autóctono de nuestra tierra peruana teniendo algunas variantes en distintas partes del Perú. En su preparación se utilizan diferentes tipos de carnes, siendo de pollo, carnero, res o de chancho; se maceran estas carnes y se entierra en un pozo con piedras que han sido calentadas previamente acompañadas con choclo, papa, camote y queso. Al cabo de un tiempo determinado se extraen los ingredientes ya cocidos.

Sin lugar a dudas la influencia afro en nuestro país es un éxito total, ofreciendo comidas que dejaran a más de uno boquiabierto y con el paladar extasiado.4 Algunos de los potajes como ejemplo:

Chanfainita

Anticuchos

Carapulcra

Tamales

Tacu tacu

COSTUMBRES AFROPERUANAS EL VOLCÁN DE SAN LUIS Cuentan que el origen de la cruz Santo Solano de San Luis se debió a que anteriormente, en ese lugar, había un volcán, el cual sonaba demasiado por las noches. Se oía ruidos como de agua que fluye y quiere salir. Esto atormentaba a las personas. Entonces, tanto era el susto, que preocupados, trajeron a un sacerdote para celebrar una misa y rezar mucho en ese lugar. El sacerdote puso en la boca del volcán un hueso y dijo que si un perro comía ese hueso y el perro era comido por el volcán, éste dejaría de erupcionar. Y así fue: el volcán se comió al perro y desde entonces es que tenemos la Santa Cruz. En homenaje al milagro concedido, se celebra la fiesta en el mes de mayo todos los años.

EL

AMOR

A

LA

ZAMACUECA En un pueblo llamado Macueca, ubicado en el sur de África, se desata la historia de dos enamorados que luchan contra todos para sacar adelante su amor. En aquel lugar, el amor entre jóvenes estaba prohibido hasta que cumplieran los veinticinco años. Las fiestas se desarrollaban en tiempos separados para mujeres y varones. Un grupo de jóvenes, entre los doce a veinte años, presentó en una fiesta una danza, cuya dirección estaba a cargo de Babalú, un muchacho de diecisiete años. En esta danza, sólo de varones, ellos bailaban alegremente y con mucho coqueteo. Después de varias horas, se presentó un grupo de muchachas en una fiesta patronal. Babalú, vio en esa fiesta a Zamalí, una muchacha de quince años. Luego de una semana, Zamalí se citaba a escondidas con Babalú en el llamado ‘‘Callejón del Amor’’, una calle muy abandonada, en la cual habían muerto muchos jóvenes por intentar reunirse con sus enamoradas. Al descubrir una señora del pueblo que Babalú y Zamalí se encontraban allí, decidió contárselo a los padres de Zamalí.

Ellos acudieron al lugar y los sorprendieron besándose; entonces, golpearon fuertemente a Babalú. Al enterarse de lo ocurrido, los padres de Babalú, deciden hacer lo mismo con Zamalí. Ella, al igual que Babablú, terminó internada en un hospital tras la dura golpiza. Después de todo lo sucedido, llegaron a salvarse los dos adolescentes. Sus padres, desde ese entonces, decidieron separar a sus hijos y hacer todo lo posible para distanciarlos. Pero el amor entre ellos fue creciendo, y al sanarse por completo, se citaron para encontrarse en el lugar de siempre. Así se siguieron viendo durante muchos meses, hasta que un día, Zamalí se dio cuenta de que estaba embarazada. Se lo contó a Babalú y él decidió viajar al centro de su país para poder obtener dinero y casarse con ella. Cuando los padres de Zamalí se enteraron del embarazo de su hija, buscaron a Babalú, pero él había desaparecido del pueblo. Después de un mes, Babalú regresó y no encontró a su amada. Ella estaba encerrada en una casa vieja y abandonada del Callejón del Amor, la calle donde se encontraban cuando eran enamorados. Zamalí estaba próxima a dar a luz; entonces, Babalú decide llevarla con él. Ella alumbró un niño muy lindo, al cual le pusieron como nombre Martín. A Babalú y Zamalí, les empezó a sonreír la vida. Babalú encontró un trabajo que lo trajo al Perú. Él vino con quien ya era su esposa, Zamalí, y su hijo Martín. Babalú trabajaba como danzarín y lo hacía con mucho carisma y muy alegremente. Cuando le preguntaban el nombre de su baile, no sabía qué contestar, ya que éste no lo tenía. Babalú además cantaba y había compuesto una canción, la cual también acostumbraba bailar en su pueblo africano. Un día, Babalú y su hijo Martín asistieron a la procesión del Señor de los Milagros y delante de toda la procesión, se pusieron a cantar y bailar debido a la emoción de ver un santo moreno al cual miles y miles de personas querían llevar en hombros. Entonces, un empresario musical, que se había quedado impresionado con la forma de bailar de Babalú, lo contrató por dos años para bailar en diversos espectáculos. Babalú hacía pasos que sólo él podía realizar con su singular manera de desplazarse. Su fama creció con el pasar de los años y ganó mucho dinero. Después se convirtió en profesor de danzas y puso una academia de danzas afroperuanas. En una de sus presentaciones, le hicieron una entrevista. Gracias a ésta se hizo conocido en todo el país; durante la entrevista, contó la historia que su esposa y él habían pasado en su pueblo. Zamalí trabajaba en un restaurante pequeño en el cual enseñó a preparar tamales y turrones. Juntos salieron adelante. Babalú, tras relatar su historia, finalmente le pudo dar un nombre a los pasos tan famosos que trajo al Perú, los nombró ‘‘zamacueca’’, por su amada y por el lugar donde habían nacido los pasos que mostraba en cada presentación: ‘‘zama’’ por Zamalí y ‘‘cueca’’ por su pueblo llamado Macueca. Él, por amor a su esposa, creó el nombre del baile, que con el tiempo llegó a ser una danza muy conocida por los peruanos. La zamacueca es otro hermoso baile, que, como muchos, nos han traído los africanos. Así nació la zamacueca, debido al amor de dos adolescentes africanos. Hoy en día, podemos apreciar esta danza en las peñas de nuestro grandioso Perú.

HISTORIA DE SANTA EFIGENIA, PROTECTORA DEL ARTE NEGRO Y LA CULTURA NEGRA DEL PERÚ Nuestra Santa Efigenia nació en el siglo I de nuestra era. Fue hija del rey de Egipto y de Eufemia de Etiopía. Durante la estancia de San Mateo, uno de los apóstoles de Cristo, en esa tierra del África, el pequeño hijo del rey enfermó de muerte. La intervención del apóstol logró el milagro de la resurrección del niño y, por ello, la fe y la conversión al cristianismo de sus padres y de Efigenia. Cuando falleció el rey de Egipto, su hermano Hitarco usurpó el trono y pretendió desposar a su sobrina Efigenia. Ella se negó al enlace, prohibido por los cánones del cristianismo, que condena el matrimonio entre familiares cercanos. Por negarse, Efigenia fue condenada a la hoguera por su tío, el tirano e idólatra Hitarco. Santa Efigenia, virgen y mártir del cristianismo, por sus virtudes fue canonizada por San Mateo. En la época de la Conquista, fueron traídos esclavos negros del África y con ellos trajeron la imagen de la santa, escondida entre las pertenencias de sus amos, ya que a ellos les estaba prohibido traer equipajes. Al ser traída la imagen al Perú, llegó a la hacienda La Quebrada, jurisdicción del distrito de San Luis de Cañete, lugar en el que se halla actualmente. Los esclavos se pasaron la voz de que su patrona y protectora se encontraba en los galpones de La Quebrada y se las ingeniaron para agradecerle por darles fuerza y valor en sus fatigosas tareas agrícolas. Así, cada noche, se reunían cientos de esclavos para bailar y cantar alrededor de ella, suplicándole que aplaque la ira de sus amos, convencidos de que ella intercedería y aparecería bailando y cantando ante los amos, y así lograría que el castigo fuera menor. Estas celebraciones se realizaban a escondidas de los hacendados, ya que para ellos, los negros no podían ser católicos.

Sin embargo, a los amos les llamaba la atención los ruidos que hacían durante las noches en los galpones. Hasta que un hacendado logró convencer a un esclavo negro para que le cuente lo que pasaba allí. Con la descripción de la imagen mandó pintar un óleo. Entonces, decidieron sacar la imagen de Santa Efigenia de los galpones y dejaron que la llevaran a la capilla de la iglesia.

UN FESTIVAL ‘‘GATONÓMICO’’EN LA QUEBRADA ‘‘Gatonómico’’.Se trata del festival gastronómico minino que se realizó por primera vez en el año 1995, un año después de haber sacado a la luz a la Santa Efigenia. Este festival se realizó con el fin de atraer a más turistas para que conozcan a nuestra santa y nuestro centro poblado. Este primer concurso gastronómico se realizó con el entonces congresista de la República, doctor Antonio Llerena Marotty, quien fue el primero en apadrinar y obsequiar un trofeo de un metro veinte de alto para premiar al ganador de dicho concurso. Participaron Barranca, Chincha, Pisco y otros lugares, y salió ganador La Quebrada. La idea de este festival fue de los entonces cultores del arte negro, Sabino Caña Angulo, José Pasos Navarro y Juan Orellana, que fueron apoyados por los congresistas y padrinos del evento, el doctor Antonio Llerena Marotty, Carlos Sertzen Seminario y Jorge Brignole Santolaya. Y gracias a la difusión que se hiciera por radio El Sol, llegaron muchos turistas nacionales y extranjeros. Incluso, se contó con la presencia de diecinueve canales, entre nacionales e internacionales: CNN, Univisión y muchos otros. Esta noticia recorrió todo el mundo y hasta hoy nos ha dado un sitio importante a nivel mundial. Ésta es una costumbre actual entre los afrodescendientes de esta parte del Perú, y si no me crees, prueba la siguiente receta de este delicioso picante de gato.

Ingredientes     

Cebolla. Pimienta, comino, ajos. Ají o rocoto molido. Carne de gato. Azúcar, vino o vinagre, orégano y pasas.

Preparación Se fríe las presas. Se prepara el aderezo friendo la cebolla picada en cuadraditos, luego se le agrega pimienta, comino, ajos, ají picante y una pizca de azúcar; luego, una copa de vino o vinagre y, por último, pasas y orégano. Se sirve con papas, arroz o yuca y ensalada. Disfrútalo…

Se originó aproximadamente en el siglo XVI, de una mezcla entre la cultura africana con la peruana. Luego de la llegada de los españoles, ellos trajeron consigo esclavos africanos debido a la falta de mano de obra indígena en la minas. Ellos eran violentamente sacados de sus tierras y traídos en buques llamados “Ataúdes” para ser vendidos como esclavos a los españoles. Es ahí que se genera un choque de culturas entre los africanos traídos y los indígenas peruanos por sus diferentes costumbres y por el tiempo que empleaban a desarrollar sus labores diarias. Los esclavos negros al no tener instrumentos, armaban los suyos propios como el tambor, el checo (que posteriormente sería el cajón), sonajeros y otros . Estas actividades las llevaban a cabo en sus tiempos libres como un medio de diversión o relajamientos debido al constante trabajo duro que les encargaban. Se puede ver la importancia de la música afroperuana desde dos perspectivas la primera en base a la contribución como estilo musical: “El folklore urbano y rural ha recepcionado, sea como modalidad de catequización o simplemente de aceptación festiva, una serie de músicas, danzas y canciones de negros. En esta direcci6n son Famosa las danzas de los diablos, la adoraci6n del Niño Jesús, y la zamacueca”. (Kapsoli 1986:4) La segunda en base al tributo de la coalición de la cultura negra a la sociedad peruana. Así pues, en el siglo XIX, las personas afroperuanas se valían de las danzas y la música para conseguir aceptación de clases sociales más elevadas. Sin embargo, a pesar de está supuesta aceptación de parte de “la clase dominante”, en las fiestas se dividía a la gente de alcurnia que bailaba vals y la gente de clase baja quienes bailaban el alcatraz, la zamacueca, etc. Muchas de las prácticas musicales asociadas predominantemente a la población afroperuana empiezan a caer en desuso a principios del siglo XX debido a diversos prejuicios sociales y raciales por parte de las clases altas, las cuales veían estos bailes como vulgares e indecentes”. Así se da una enorme presión social para que los negros se acoplen a cultura criolla, haciendo que sus danzas, festejos y demás costumbres desaparezcan de las demostraciones públicas y sus tradiciones vayan quedando en el olvido. Es por ello, que la música criolla y la música afroperuana eran consideras dentro de un mismo repertorio, pero en los años 50 se da su separación, cuando se empiezan a formar espectáculos de música estrictamente afroperuana, los cuales se dan gracias a un movimiento de revitalización cultural, el cual fue influenciado principalmente por la corriente “africanista” Hoy en día, la música afroperuana es considerada una gran parte de las costumbres peruanas, e incluso en la presente década el folclor afroperuano es investigado, su origen, sus danzas y sus géneros; y se busca trasmitir todo esto para seguir su legado, ya que es considerada una parte importante del patrimonio nacional Bibliografía

1. CAMPOS YATACO, Eduardo (2010) LA práctica musical de la población negra en Perú - Chalena Vásquez (consulta: 5 de noviembre del 2010) (http://caneteartenegro.blogspot.com/2010/08/la-practicamusical-de-la-poblacion.html) 2. GUERRERO RAMÍREZ, Arturo y otros (2006) 361 Experiencias de la apropiación social del patrimonio cultural y natural. Volumen 5 de Somos patrimonio Bogotá: Convenio Andrés Bello 3. LEÓN, Javier (2010) A tres bandas. Mestizaje, sincretismo e hibridación en el espacio sonoro iberoamericano: Música tradicional y popular en la costa peruana. España: Akal 4. PRO SANTANA, Martha (2006) Derechos humanos desafíos y perspectivas de las y los afroperuanos. Nueva York. 5. UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIATEGUI (2010) La música negra (consulta: 07 de Septiembre del 2010) (http://www.ujcm.edu.pe/mariateguino/musica-criolla-peru.php ) 6. KAPSOLI, Wilfredo (1986) ESCLAVITUD DE NEGROS EN EL PERÚ (consulta: 5 de noviembre) (http://www.cedet.net/ESCLAVlTUD%20DE%20NEGROS%20EN%20EL%20PER%DA.pdf)

Música afroperuana Instrumentos de la Música Peruana

La variedad de instrumentos musicales en Perú es fantástica. Ello permite también que surjan una variedad enorme de tonos y estilos musicales a lo largo y ancho del Perú. Combinados todos ellos con los instrumentos modernos potencia la riqueza de la música peruana.

Cajón: El cajón es un instrumento de percusión de origen peruano, de uso extendido en varios ámbitos musicales como el jazz moderno, el nuevo flamenco y la música latina. En el Perú se tiene datos documentados de la existencia del cajón desde la primera mitad del siglo XIX en el folclor afroperuano.

Cajita: La cajita rítmica afroperua na es un instrumen to musical de percusión desarrolla do en el Perú y que forma parte de la identidad de las comunidades afroperuanas de la costa central. La cajita rítmica afroperuana fue declarada patrimonio nacional de la nación peruana. La cajita rítmica afroperuana es uno de los aportes de la población afro descendiente a la tradición musical y a la cultura en general del Perú.

Quijada de burro: se usa como instrumento de percusión en varios lugares de Hispanoamérica y en algunos de ellos, cuando cumple esta función se la conoce como charrasca, cacharaina, charaina, carretilla o kahuaha.

Dependiendo de la técnica de ejecución se obtienen dos sonidos. El primero implica golpear la parte final de la quijada con la palma o el costado de la mano cerrada, ocasionando la vibración de la dentadura. El segundo se obtiene al frotar la fila de dientes con un palillo de madera. Este último se denomina "carrasca", probablemente una voz onomatopéyica.

Zapateo: Considerado como paso de baile, sin embargo en las danzas de Negros o Hatajos así como de las Pallas, el zapateo se convierte en instrumento de percusión con el que se ejecutan patrones rítmicos que los consideramos de suma importancia en la música de la costa, por el parentesco que pudieran tener con los patrones rítmicos que se ejecutaban en tambores hoy desaparecidos.

Güiro – Huiro: También llamado RECO/RECO, es una calabaza alarg ada a la que se le han hech o unas ranu ras que se raspan con un instrumento de madera, metal o peine. Su presencia en el Perú data del siglo XVIII, usado por la población egra. Cae en desuso y vuelve a incorporarse en las últimas décadas tanto en la música criolla como en otras expresiones populares peruanas

Checo Checo, chacombo o chaco es un instrumento de percusión afroperuano. Hecho instrumento en Zaña (Saña), un distrito de la provincia de Chiclayo, en la región Lambayeque, en la costa norte del Perú. El checo consiste en una calabaza esférica, ancha en los lados y achatada en las partes superior e inferior, de unos 60 cm. de diámetro aproximadamente, con un orificio cuadrangular o circular en la parte posterior, se toca especialmente para acompañar el baile'tierra (baile de tierra) en Zaña, sin embargo su uso se ha extendido hacia los demás ritmos afroperuanos como el landó o el festejo. El instrumentista puede sentarse sobre el instrumento (similar a como se toca el cajón) aunque esto no es recomendable debido a su pequeño tamaño. También se puede colocar entre las piernas, esta es la forma más común y difundida de tocarlo; se toca con la yema de los dedos, ya que dado el material, no requiere mucha fuerza para lograr una buena sonoridad. Si bien no se descarta su uso como instrumento desde épocas muy remotas, los registros gráficos empiezan a mediados del siglo XIX, cuando el pintor Ignacio Merino desarrolla la primera imagen del checo como instrumento y queda plasmado en la pintura donde se puede ver a un afrodescendiente tocándolo. En el año 1938 el escritor José Mejía Baca visitó el pueblo de Zaña y participó en una jarana, para luego relatar con brillantez cómo se tocaba un checo. En el año 1979, el gran cantautor peruano Augusto “Zambo” Cavero junto al famoso artista Abelardo Vásquez Díaz tocaron un checo y una antara (instrumento similar al checo pero de tamaño muy superior) en Lima. A partir de fines de la década de los 80 del siglo XX, diversos destacados percusionistas empiezan a introducir el checo como instrumento en sus giras y conciertos, gran difusora de esta labor es la artista, cantante y compositora Susana Baca a quien se le puede apreciar en sus múltiples conciertos y giras mundiales, haber introducido el checo en su repertorio. En la actualidad existen diversos esfuerzos e iniciativas de grupos artísticos e investigadores culturales, por revalorar el checo. Se reconoce el esfuerzo al grupo musical de la costa norte peruana “Llampallec” por difundir el checo, con su reconocida calidad musical, así mismo de la Peña Lambayecana. Por otra parte,

diversos artistas de la costa peruana desarrollan valiosas iniciáticas en torno al checo en Europa y Norteamérica, desde la década del 90 del siglo XX.