Modulo 1 Alfabetizacion Digital

Iniciamos nuestra diplomatura alfabetización digital. con el primer módulo: Introducción a la La primer actividad

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Iniciamos nuestra diplomatura alfabetización digital.

con

el primer

módulo:

Introducción

a

la

La primer actividad será leer atentamente los objetivos y contenidos para tener una idea anticipatorio del camino que recorreremos. Recuerde que nuestro correo para dudas es

[email protected]

Módulo 1 Introducción a la alfabetización digital

Objetivo general: Conocer las bases teóricas que fundamentan la alfabetización digital.

Contenidos: Unidad 1 La alfabetización digital como una dimensión de la alfabetización tradicional.

Objetivos:  Definir y explicar el concepto de alfabetización digital.  Conocer y analizar los momentos históricos del proceso de alfabetización.  Redefinir el concepto de alfabetización a la luz de los nuevos paradigmas sociales.  Analizar las diferencias entre la alfabetización como concepto psicológico hasta la alfabetización como competencia en proceso permanente.  Destacar la dimensión de las multialfabetizaciones en la transformación social y ciudadana en la sociedad de la información.

Contenidos: ¿Qué se entiende por Alfabetización? Conceptos históricos de la alfabetización. -

De un concepto psicológico de lectura a una concepción social de la alfabetización.

-

Competencia, proceso, práctica

Alfabetismo – Analfabetismo ¿Dónde están los límites?

Unidad 2

Alfabetización (multiplicidad)

informacional

y

alfabetización

digital

Objetivos:  Analizar las reconceptualizaciones de la acción de alfabetizar.  Diferenciar la alfabetización digital de otras variantes de alfabetización.  Distinguir los distintos tipos de individuos que utilizan la Web y sus características.  Analizar la dimensión digital, los nuevos campos tecnológicos y su relación con el proceso de alfabetización.

Contenidos:

Reconceptualización de la alfabetización. Breves consideraciones sobre la Alfabetización Digital. Hipertextos y su uso. Nuevos campos del saber. Alcances de la Alfabetización Digital.

Unidad 3 La alfabetización digital: su accionar sobre la brecha digital y social.

Objetivos:  Analizar la relación existente entre la brecha digital y las desigualdades socio – económicas.  Reflexionar sobre las expectativas relacionadas al acceso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación y la brecha digital.  Conocer y analizar distintas perspectivas de la brecha digital.

 Relacionar el avance de la Sociedad de la Información y el acceso a ella en relación a la merma de la brecha digital. Contenidos: Desigualdad y Brecha. La Brecha Generacional. Brecha Social y de Género. Sociedad de la Información y Brecha digital.

Unidad 4 Sociedad de la oportunidades.

información;

TIC

ante

la

igualdad

de

Objetivos:  Reconocer a la Sociedad de la Información como un proceso socio histórico en tránsito.  Analizar la relación existente entre la Sociedad del Conocimiento y las nuevas tecnologías.  Analizar algunas vertientes sociopolíticas y económicas en relación a las posibilidades de inserción de los individuos en la Sociedad de la Información.  Conocer los componentes básicos de éste proceso social.  Reflexionar sobre el nuevo paradigma en los procesos de enseñanza – aprendizaje acaecido por la conformación de la Sociedad del Conocimiento. Contenidos: “Revolución Digital” y la Sociedad del Conocimiento. Acceso a la Sociedad del Conocimiento. Nuevas Tecnologías y poder: individual y social. Prioridad social de conocimiento.

Unidad 5

Alfabetización digital crítica. Objetivos:  Analizar la influencia de las TIC sobre la sociedad en general y en la escuela en particular.  Reconocer los procesos de alfabetización como base primordial en los intentos de inclusión social y participación ciudadana.  Reconocer el papel de institución escolar en los procesos de alfabetización digital.  Analizar el proceso evolutivo en relación a las nuevas tecnologías y la sociedad.  Reconocer diferentes entornos de aprendizaje y sus características.

Contenidos: Inicio del camino. Entornos de aprendizaje. Análisis de un caso. Llegar a la Alfabetización Digital Crítica.

UNIDAD 1 La alfabetización digital, como una dimensión de la alfabetización tradicional Hacia el concepto de alfabetización digital El mejoramiento de las prácticas de enseñanza y su futura aplicación por parte de los individuos, en el mundo del trabajo, inmersos en la sociedad de la comunicación; como así también el compromiso de atender las necesidades educativas de los grupos más vulnerables lleva a plantearnos cómo se implementa y aplica la alfabetización que permitirá el desarrollo pleno de los individuos. Para nuestro país, como ha señalado la Lic. Marta Kisilevsky (2007) Directora Nacional de la DINIECE: “La nueva Ley de Educación Nacional establece entre sus objetivos garantizar una educación integral y de calidad, con igualdad de oportunidades y posibilidades para toda la población. Para alcanzar estas metas se requiere, entre otros aspectos, de políticas destinadas a mejorar la formación de los docentes, sus condiciones de trabajo y de ejercicio profesional”. Es necesario para esta diplomatura, brindar una serie de distinciones iniciales sobre la evolución del concepto de alfabetización. Podemos considerar definiciones básicas y primarias como la que nos brinda el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia: “Alfabetización: acción de alfabetizar. Alfabetizar: enseñar a leer y a escribir”. (1) En el Diccionario Salamanca de la Lengua Española accedemos a una definición similar: “Enseñar a una persona el alfabeto” (2)

1

( ) Diccionario en línea de la Real Academia de la Lengua Española http://www.rae.es/rae.html 2

( ) Diccionario en línea de Salamanca de la Lengua Española http://fenix.cnice.mec.es/diccionario/

Pero estas dos definiciones son un punto de partida extremadamente simple en relación a la dimensión actual de lo que es alfabetizar, la escritura, la lectura y el cálculo han pasado a ser destrezas básicas que permiten a los individuos acceder y profundizar el conocimiento para llegar a conceptos más profundos y diversificados de lo que es “ser” un individuo alfabetizado. Como nos indica José L. Rodríguez Illera (2005, p.1): “La primera distinción está referida al término mismo de "alfabetización". No sería justo tomarlo como algo ya dado, sobre lo que hay unanimidad. Al contrario, pocos términos hay tan complejos: frente a la vieja idea de considerarlo sólo como aprender a leer y escribir, la terminología inglesa de literacy (literacidad) nos muestra matices de sentido muy importantes”. El autor así nos destaca la falta de objetividad si tenemos a la alfabetización como un concepto consabido por todos los individuos, por el contrario nos señala la complejidad del término, contrastando la idea tradicional de considerarlo como el solo hecho de aprender a leer y a escribir y lo eleva a un nivel superior. Para él la alfabetización es entendida como “literacy”, o sea como cultura/prácticas escritas o letradas. A partir de esto la alfabetización puede ser pensada como una práctica, es decir una actividad significativa del sujeto que incluso puede transformar la realidad, las prácticas alfabetizadas de lectura van más allá de la decodificación de un documento lingüístico, son un acto precisado culturalmente, debido a que en el sujeto lector se producen cambios generados por la lectura, a la vez que se apropia del texto en forma personal. Se enfatiza así el formato propio y diferenciado de cada práctica ya que no es lo mismo leer un libro, un periódico o una página Web. Pensar en prácticas alfabetizadas y/o letradas, es destacar las

diferencias individuales y culturales que hay en cada actividad, sin unificarlas bajo el rótulo de “lectura” o “escritura” Conceptos históricos de la alfabetización.

Similar complejidad se presenta en relación a la historia de la alfabetización, distinguiéndose dos grandes momentos: a) De un concepto psicológico de lectura a una concepción social de la alfabetización; en este caso José L. Rodríguez Illera (2005, p.2) lo destaca como, posiblemente, el cambio más significativo de todos (Lankshear y Knobel, 2003) “Las primeras ideas sobre la alfabetización las pensaban únicamente como la adquisición de unas capacidades cognitivas, es decir como la adquisición de un código, en el caso de un código de correspondencia entre lo escrito y la palabra hablada, la lectura, o entre el pensamiento y la lengua escrita, la escritura”. Este cambio, es un recorrido continuo y en el que debemos destacar que a esta concepción contribuyeron, sin lugar a dudas, las limitaciones sociales, económicas, políticas y culturales que se dieron durante siglos, restringiendo el acceso a lo escrito y el papel que jugó la aparición de la escuela pública como factor liberador, más allá de sus orígenes clasitas y de la concepción puntual del mundo. Es en este punto, donde debemos incluir y destacar los aportes del pedagogo Paulo Freire (1989) y las teorías sociolingüísticas de Basil Bernstein (1973); que por caminos diferentes llegaron a redimensionar la concepción socio política de la alfabetización. Es decir, no debemos dejar de lado la influencia de las políticas educativas, sobre todo su accionar por fuera de la educación formal, con los individuos adultos no alfabetizados. En forma paralela, otros autores, entre ellos Halliday (1978), Gee (1996) y Bourdieu (1977) que provienen de la sociolingüística, en su intento por repensar el

lenguaje llegaron a resultados similares destacando la concepción social del lenguaje b) Competencia, proceso, práctica: en esta cuestión, a diferencia del enfoque social, psicológico y lingüístico anterior, los cambios que se han producido, están enfocados en la manera de analizar la alfabetización, respondiendo a dos grandes ejes que se entrecruzan; José L. Rodríguez Illera (2005, p.3) señala: “Por una parte, la alfabetización es contemplada como una competencia, es decir como una capacidad cognitiva capaz de generar numerosas realizaciones concretas”. Al considerarla una competencia se la toma en oposición a una realización o perfomance, y destaca el valor de las concepciones educativas sobre la competencia. Podemos apreciar dicho valor cuando se contraponen al análisis y evaluación de la realización, o cuando incluyen un componente social y cultural de la idea de competencia, de esta manera la alfabetización pasa a ser tratada como una competencia comunicativa o social ya que trasciende lo simplemente lingüístico o cognitivo y toma en cuenta el contexto cultural comunicacional e interpersonal en el que ocurre. Por otra parte, el autor destaca “La alfabetización suele ser vista como un proceso que tiene un final: el sujeto alfabetizado. Los analfabetos o iletrados, son los que no han pasado por ese proceso, y dejan de serlo al pasar por él”. En este caso nos lleva a la reflexión sobre un proceso, que en sí mismo es poco considerado, debido a que se lo piensa como un trámite educativo con un objetivo final, que es el estado de alfabetizado por parte del sujeto y al cual se le suma el uso despectivo y con una connotación negativa de las palabras analfabeto o iletrado. Este criterio se utiliza incluso en las alfabetizaciones funcionales o en las digitales. Pero debemos considerar que no se está contemplando el carácter procesual de varios contenidos alfabetizados, no se produce un freno o límite de los mismos, sino que es un proceso de evolución continua, como es el caso de los

contenidos digitales que son altamente cambiantes, paralelo al desarrollo tecnológico de esta industria. Como así también, debemos contemplar el carácter gradual de la alfabetización, ya que los individuos tenemos dominio sobre diferentes áreas del conocimiento, de alguna manera todos podemos ser considerados

analfabetos o no alfabetizados en algunos aspectos del

conocimiento. En síntesis, ambos cambios conceptuales, tanto los que aluden al carácter social de las prácticas letradas (Antonio Viñao, 1992), como los que cuestionan el simple análisis en términos de una competencia alcanzada, nos llevan a pensar la alfabetización como un problema complejo, con límites imprecisos, en el que se han incluido actividades que antes no eran consideradas. Alfabetismo – Analfabetismo ¿dónde están los límites?

En la Encuesta Internacional de Alfabetización y Habilidades de Adultos (International Adult Literacy and Skills Survey-IALSS, 2002) se destaca el siguiente concepto: “El alfabetismo es la habilidad para utilizar información impresa y escrita a fin de funcionar en la sociedad, alcanzar las propias metas, y desarrollar el conocimiento y potencial de cada persona”. En esta idea se destaca el aspecto social del alfabetismo y las posibilidades de acceder a mejoras en la vida de los individuos, pero traspasando los límites cognitivos personales, colocando el punto de atención en lo colectivo y las interrelaciones que se plantean en ese conjunto, se destaca la relación entre la alfabetización como puente para el desarrollo de las capacidades cognitivas y la inclusión en el medio social.

Por otra parte, cabe considerar el prefacio de

Literacy: A UNESCO Perspectiva (Paris, 2003): “La alfabetización es más que acerca de aprender a leer y escribir; es acerca de cómo nos comunicamos en la sociedad. Tiene que ver con prácticas y relaciones sociales, con el conocimiento, la lengua y la cultura. El alfabetismo – el uso de la comunicación escrita – encuentra lugar en nuestras vidas junto con otras formas de comunicación”.

Destacamos así, las distintas formas que toma el alfabetismo y la estrecha relación con los enfoques sociales, el mismo se constituye en papel impreso pero también lo hace desde las pantallas de computadoras y libros digitales, en la televisión, en carteles, afiches y señales viales, o sea va más allá de la concepción lingüística tradicional para pasar a ser un amplio canal de comunicación que nos permite el intercambio con los otros, es un facilitador, un generador de acercamiento en las relaciones sociales y culturales. Queremos subrayar el aspecto liberador del alfabetismo, no solo como el vehículo de comunicación y el posibilitador de expresiones, sino en el sentido más amplio de la palabra libertad, entendida como el privilegio de los individuos para obrar, manifestar y defender sus opiniones y creencias. Para los individuos alfabetizados esta concepción pasa a ser vaga y está implícita, pocas veces se la plantean, pero esta noción de libertad la aprecian en toda su magnitud aquéllos que se encuentran marginados, destacamos las palabras de cierre del prefacio: “Quienes usan la comunicación escrita la asumen como un dado, pero quienes no pueden usarla están excluidos de muchas formas de comunicación en el mundo de hoy. En verdad, son los excluidos quienes mejor pueden apreciar la noción de „alfabetización como libertad‟. Es en las últimas dos décadas que hemos comenzado a replantear el concepto de alfabetización; inicialmente se prestó una vaga atención a lo que significaba leer o escribir y a la forma en que los procesos de educación formal facilitaban u obstaculizaban el aprendizaje. Las primeras discusiones académicas sobre la alfabetización y la cultura escrita se vinculaban simplemente con la escritura alfabética. Recién en 1986, la investigadora inglesa, Margaret Meek Spencer, destacada en este campo; introdujo la noción de “alfabetizaciones emergentes”, al analizar el juego de los niños con medios diversos. En los años subsiguientes, muchos otros investigadores se han focalizado en las “nuevas” o “múltiples” alfabetizaciones (Buckingham, 1993a) y dando paso

al análisis de la alfabetización visual (Moore y Dwyer, 1994); la alfabetización televisiva (Buckingham, 1993b); la alfabetización en información (Bruce, 1997) y la alfabetización cinematográfica (British Film Institute, 2000). Estos ejemplos de los denominados estudios de las nuevas alfabetizaciones, han dado paso, así a una nueva noción de “multialfabetizaciones” para expresar tanto la diversidad social de las formas contemporáneas de alfabetización, como así también el hecho de que los nuevos medios de comunicación requieren nuevas formas de competencia cultural y comunicativa (Cope y Kalantzis,2000). David

Buckingham

(2007,

p.190)

incluso

considera

la

siguiente

eventualidad: “Es posible que la proliferación de alfabetizaciones sea el resultado de una moda, pero en cualquier caso plantea unos interrogantes significativos”. De esta manera nos señala la posibilidad de usar el término como una metáfora, al extender su aplicación cuando se hacen referencias populares a cosas como “alfabetización económica”, “alfabetización emocional” e incluso “alfabetización espiritual”, a tal punto en que cualquier analogía con su significado original, relacionado al lenguaje escrito se ha perdido, tomando así a la “alfabetización” como un sinónimo de “competencia” o “habilidad”. También destaca el grado de prestigio social que tiene implícito el término “alfabetización” y al emplearlo con otras formas de estatus inferior las revaloriza, por ejemplo en medios visuales y audiovisuales, pero este uso corre el riesgo de producir el efecto inverso si se abusa de él, pierde poder de convicción. Se plantean así dos corrientes, una donde los investigadores consideran que la extensión del término “alfabetización” debe seguir limitado a la escritura (Barton, 1994; Kress, 1997). En cambio otros estiman que los medios audiovisuales requieren un aprendizaje equivalente al de aprender a leer y escribir (Messaris, 1994). Estas semejanzas pueden ser válidas en términos generales, pero no siempre resisten análisis más específicos, de esta manera se abre un nuevo campo de discusión de los alcances del término.

Tratar, por lo tanto, de señalar una sola y definitiva definición de qué se entiende por alfabetización es sumamente compleja, como señala Rosa M. Torres del Castillo (2009, p.20): “El campo de la alfabetización es particularmente confuso, caracterizado por terminologías y definiciones variadas e incluso ad-hoc, La falta de consenso internacional sobre el tema, y los continuos cambios en los términos y nociones”. Para la autora algunas de las diferencias del término se encuentran vinculadas a un concepto abarcativo que incluye a individuos de todas las edades, inmersos, o no, en los sistemas escolares, en oposición a una postura más tradicional, donde se asocia el término solamente a jóvenes y adultos que han sido escolarizados. Otro punto relevante es si se incluye o no el cálculo en la definición del concepto o qué postura temporal se toma: podemos considerarla como un período o un programa bien definido, o bien entenderla como un proceso continuo que va más allá del período de escolaridad o de un programa determinado. También debemos enfrentar el concepto más usualmente utilizado de alfabetización básica o inicial, simple y elemental en contraposición a la alfabetización entendida como la apropiación de la cultura escrita y su uso, a través de la lecto - escritura, en la vida diaria con diversos fines.

Asimismo debemos especificar, en algunos casos, qué lengua o lenguas se consideran para dar la definición de una persona alfabetizada, ya que en los últimos años se ha introducido el término en plural “alfabetizaciones” por parte de los académicos vinculados a la corriente denominada New Literacy Studies.(3) En cambio otros académicos, prefieren ampliar el concepto para incluir en éste las nuevas y cada vez más extensas demandas frente a la lectura, la escritura y la cultura escrita en general (Torres, 2008b).

(3) Traducción al español: “Nuevos Estudios sobre Alfabetización”.

Queremos destacar que los términos analfabetismo y alfabetización se utilizan cada vez más, de un modo laxo y generalizado para señalar “desconocimiento” en oposición a “conocimiento básico” y se los aplica en los campos más diversos del conocimiento, haciendo evidente el prejuicio subyacente que vincula analfabetismo con ignorancia y alfabetización con conocimiento, distinguiendo

así

por

ejemplo:

analfabetismo

/alfabetización

científica,

analfabetismo /alfabetización ambiental, analfabetismo /alfabetización en salud, analfabetismo /alfabetización digital, etc. En estas consideraciones podemos apreciar las coincidencias subyacentes con Buckingham (2007) y Rodríguez Illera (2005) relacionadas al abuso y aplicación generalizada del término alfabetización y la connotación despectiva que va implícita en su antónimo.

Alfabetización

Alfabetización Como competencia

Tradicional o Básica

Lectura

Escritura

Cálculo

Alfabetizaciones Emergentes

Multialfabetizaciones

Visual

Emocional

Científica

Digital, Entre otras

Televisiva

Existen muchas variantes del concepto

de alfabetización, en todos los

casos se relacionan de alguna manera con la capacidad de los individuos para comprender textos impresos y poder comunicarse por su intermedio. En la mayoría de las definiciones actuales, se entiende a la alfabetización en términos relativos y no absolutos ya que, se supone, no hay un nivel único de conocimientos que habilitan a los individuos como “personas alfabetizadas”, sino que se da en multiplicidad de niveles. No sólo debemos considerar la alfabetización en cálculo y en el uso de las tecnologías, entre otras; si no considerar el valor social que tiene para los individuos y las comunidades a las cuales pertenecen, destacando un valor intrínseco y progresivo de las posibilidades de acceso al conocimiento y al mundo del trabajo de los mencionados individuos.

Actividades de reflexión y revisión 1- ¿Por qué es importante atender la alfabetización en todas sus dimensiones en relación a los grupos más vulnerables? 2- Alfabetizar ¿Es enseñar a leer, escribir y cálculo? Sí – No justifique su respuesta. 3- Según José Luis Rodríguez Illea ¿Por qué es más correcto tomar el concepto de “literacidad” cuando hablamos de alfabetizar? 4- En relación a la alfabetización, según su criterio, ¿qué puntos en común comparten el concepto psicológico – social de la lectura y el concepto de competencia, proceso y práctica? 5- Explique cómo ha cambiado la idea actual sobre el concepto de individuo analfabeto. ¿Son sinónimos los conceptos de analfabeto e iletrado?

6- Nombre algunos de los soportes, nacidos con el enfoque social, que dan forma al alfabetismo. 7- Justifique por qué la alfabetización puede ser considerada como un proceso liberador. 8. Nombre algunas de las formas actuales de alfabetización que trascienden la idea tradicional de la lecto – escritura.

Unidad 2 Alfabetización informacional y alfabetización digital (multiplicidad)

Reconceptualización de la alfabetización. A partir del avance de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), este proceso de alfabetización se ha modificado, en las últimas décadas, los “nuevos estudios sobre alfabetización” (Street y Gee 2003) y los trabajos sobre literacidad (Cassany, 2006) han generado una serie de reconceptualizaciones acerca de las formas en que es definido y analizado el proceso de alfabetización. Es a partir de estos trabajos que se enfatizan varios puntos, a saber: -

El contexto cultural de apropiación por sobre la adquisición de

habilidades específicas. -

Las nuevas formas

de comunicación

en

las sociedades

mediatizadas. - La comprensión de los distintos tipos de textos, relacionados a las prácticas sociales de los individuos. - La alfabetización, en un sentido amplio, como un proceso dinámico y continuo. Es en este amplio marco, en el que debemos considerar a la alfabetización digital como una arista más del concepto de alfabetización general y, en particular, en las nuevas alfabetizaciones. En este aspecto Rodríguez Illera (2005, p.5)

destaca: “La consecuencia fundamental es aproximarse de otro modo a las actividades humanas en las que hay una intermediación de la cultura escrita (esté en el soporte en el que esté, sea papel o pantalla). Ampliar el concepto de alfabetización más allá de los aprendizajes de lo sujetos no-alfabetizados (niños o adultos), y ver prácticas culturales y de apropiación personal siempre que exista mediación escrita”. Este acercamiento no sólo se da durante el aprendizaje de los sujetos o cuando los consideramos competentes, sino que debemos considerarlo en situaciones educativas no formales o en situaciones cotidianas. Parte de estas ideas están en las bases de las nuevas conceptualizaciones, no solo relacionadas con los nuevos estudios académicos sobre alfabetización, sino también vinculadas a la práctica y cómo los nuevos medios las han influenciado en distintos contextos, que traspasan lo educativo y abarcan el trabajo, el hogar o grupos de amigos. Los nuevos estudios amplían el alcance de sus intereses: a) Enfatizan

el

carácter

plural

de

las

alfabetizaciones

(multialfabetizaciones), no se limitan al lenguaje oral y escrito, teniendo en cuenta cualquier forma de expresión comunicativa y cultural y reubican

el

papel

del

lenguaje

en

los

distintos

sistemas

de

comunicación. b) Elaboran una concepción crítica, donde se ubica la alfabetización como un conjunto de decisiones políticas y sociales negando el carácter neutral. c) Conectan la concepción crítica y el carácter plural con la educación, tratando de redefinir el rol de los docentes y de los alumnos, poniendo énfasis en los procesos de producción de ambos. Partimos del concepto convencional que el docente ha sido alfabetizado en el sentido tradicional y los alumnos están en el inicio y/o desarrollo del proceso de alfabetización. Pero consideramos que debemos replantearnos, si es, que se da esta relación cuando nos referimos a la alfabetización digital, partiendo de una

condición de asimetría entre el emisor de conocimiento y el receptor del mismo, que no necesariamente se mantiene. Ya que ha cambiado la forma de comunicación en las sociedades mediatizadas, no se reduce a modos orales y escritos del lenguaje, sino, que se suman una gran variedad de signos, como son los gráficos, sonidos, diagramas, fotografías, etc. De esta manera, la alfabetización deja de vincularse solo con la lectura y escritura de textos y se amplía a la posibilidad de lectura y escritura de los textos verbales, icónicos o audiovisuales y metamediales. Distinguimos así, la definición de alfabetización mediática adoptada por el ente británico de regulación de medios de comunicación: “Alfabetización mediática es la capacidad de obtener acceso a comunicaciones, así como comprenderlas y crearlas en una variedad de contextos” (Ofcom, 2004). De esta manera se trata de contextualizar

las implicancias que tienen los medios de comunicación en la

producción y consumo de los mismos. Las posibilidades de interactuar en forma crítica, o sea poder entender y discriminar la información que circula, van más allá de las habilidades o competencias necesarias para localizar y acceder a los contenidos mediáticos utilizando la tecnología disponible. Buckingham (2007, p.192) hace hincapié en diversos aspectos de esta definición; pero fundamentalmente en el aspecto “acceso”, ya que es el más fácil de identificar y medir, entendiendo por “acceso” a una forma de alfabetización funcional; debido a que en esencia, se trata de si los individuos saben lo suficiente sobre los medios y la tecnología para poder desempeñarse en la sociedad por lo menos en un nivel básico e incluso a veces rudimentario. También debemos considerar los aspectos sociológicos y antropológicos de las investigaciones en este campo (Heath, 1983; Street, 1984). Las mismas demostraron que no se puede considerar a la alfabetización un mero conjunto de competencias que reside en la mente de las personas, si no que se realiza en y a través de las prácticas sociales de distinto tipo. “Al estudiar la alfabetización no es posible confinar la atención al encuentro aislado del lector y el texto: es necesario

tomar en cuenta el contexto interpersonal en el que tiene lugar el encuentro” (Buckingham, 2007, p.192). Para el autor es esencial considerar dónde se lee un texto, los motivos que llevan a su lectura y con quién se realiza esa lectura, sin dejar de considerar los procesos sociales y económicos que disponen la producción y circulación de dichos textos. Como consecuencia, la alfabetización se vincula con la polémica respecto de quién tiene la propiedad y el control de la información, con qué medios se genera y como se la distribuye. En este aspecto, Buckingham (2007) estima que por una cuestión de necesidad social y de relaciones de poder la definición de alfabetización es ideológica, abierta

a la

negociación e implica normas particulares. Es en este terreno, en el que Buckingham (2007) plantea el punto de tensión entre un modelo social o crítico de la alfabetización mediática y el modelo basado en competencias. En la alfabetización digital la mayoría de las concepciones casi no se ocupan de estas cuestiones.

Breves consideraciones sobre la Alfabetización Digital. El término “alfabetización digital” no es nuevo en realidad, se gestó paralelamente a otros términos y a la evolución del concepto de alfabetización. Ya en

1980

el

concepto

de

“alfabetización

informática”

era

utilizado

en

argumentaciones a su favor, pero nunca se llegó a delimitarlo y definirlo claramente, ni en sus metas ni en lo que en realidad implica (Goodson y Mangan, 1996). En muchos casos la alfabetización digital queda reducida a un mero conjunto de habilidades básicas que les permite a las personas operar de manera eficiente herramientas de software o de recuperación y manejo de la información, y contiene en sí misma una definición netamente funcional de la alfabetización. Con el uso cada vez más generalizado de Internet, se da un giro a la definición de “alfabetización digital”; el objetivo de la misma deja en parte de lado la evaluación y producción de la información para enfocarse en localizar o utilizar la información, sobre todo en la llamada WEB 1.0.

Destacamos las consideraciones de David Buckingham (2007, p.195) en relación a este concepto: “No obstante, no es útil seguir pensando en términos de “tecnología de la información”: con la convergencia cada día más marcada de los medios (impulsada tanto por la tecnología como por la economía), los límites entre “información” y otros medios son cada vez más difusos” En este caso destacamos un ligero cambio de énfasis entre lo que se solía denominar “tecnología de la información” y hoy ha pasado a llamarse “tecnología de la información y la comunicación” (TIC), este cambio hace referencia a los usos de la tecnología digital, aunque esta nueva forma de denominarla no ofrece una idea cabal de cómo se da la confluencia entre las tecnologías de la información con otras tecnologías de la representación, como son los medios audiovisuales, televisión y cine, que al ser portadoras de imágenes no solo actúan sobre la imaginación sino también sobre el intelecto. Buckingham (2007) señala, que no es correcto diferenciar los medios entre “nuevos” y

“antiguos”, ya que los primeros suelen tomar formas de cultura

preexistentes y no se produce el desplazamiento de ellas, los nuevos medios no reemplazan necesariamente a los anteriores, sino que se suman a la variedad de opciones disponibles. En el campo de la cultura y las comunicaciones, normalmente las tecnologías se complementan entre sí en formas complejas y muchas veces imprevistas y es probable que ocurra algo similar con las tecnologías digitales. De esta manera, básicamente la mayoría de las aproximaciones de la alfabetización digital se ocupan de impulsar usos más eficaces del medio, tendiendo a favorecer distintas habilidades como la búsqueda avanzada y localización de recursos en medio de la proliferación de la Red. Estas habilidades son, sin lugar a duda, importantes, pero los individuos requieren en relación a los medios digitales capacidades que van mucho más allá, necesitan estar en

condiciones de evaluar y usar la información en forma crítica para poder transformarla en conocimiento, al igual que ocurre con la letra impresa.

Hipertextos y su uso. Con estas consideraciones la definición de “alfabetización digital” va más allá de un concepto funcional y de acumulo de habilidades, en muchos casos mecánicas, si no que nos lleva a plantearnos la estrecha relación que existe entre la alfabetización digital y la formación de lectores críticos e hiperlectores (Burbules; Callister, 2001), sin dejar de considerar a los navegadores y los usuarios, debido a que los individuos podemos pasar de una a otra categoría de acuerdo a nuestras necesidades y grados de utilización. Burbules y Callister (2001) distinguen enfoques diferentes de la forma de abordar los sistemas hipertextuales por parte de las personas, en especial respecto de la necesidad y grado de utilización de los materiales para llevar a cabo asociaciones específicas entre elementos textuales, como así también de sus habilidades para identificar y establecer asociaciones durante su propio proceso activo de lectura. Los “navegadores” son superficiales y curiosos, no usan guías para buscar información y lo único que les interesa es “desplazarse” por la Web, es posible que los individuos incluidos en este grupo vean muchos elementos textuales, pero no pretenden establecer asociaciones o patrones entre ellos de modo activo, ni necesitan saber cómo incorporar cambios o agregados a la información hallada. En cambio, los “usuarios”, tienen ideas bastante claras sobre lo que desean encontrar, buscan información específica, requieren datos orientadores que exhiban cierto grado de precisión, buscan signos que indiquen el camino que quieren recorrer; pero una vez que encuentran lo que desean, su tarea finaliza. Por último se destacan a los “hiperlectores”, que exigen mucho más de los hipertextos, ya que no sólo necesitan y usan los recursos y guías para movilizarse

dentro del sistema, sino que además tienden a participar en los medios que les permitan modificarlos e intervenir activamente, en relación a sus propias lecturas. En función de su objetivo, los usuarios pueden cambiar estos enfoques en relación a los materiales con que se encuentran en la Web, pudiendo pasar de uno a otro enfoque incluso en una misma sesión de navegación. De esta manera no diferenciamos grupos de personas lectoras, sino que distinguimos los enfoques en la forma de aproximarnos, el grado de utilización y las asociaciones que realizamos de la información que está en los hipertextos. Como señalan Burbules y Callister (2001) en relación a lectura activa de los hipertextos “Creemos que para ocuparnos de asuntos tales como la organización y diseño de los hipertextos es necesario establecer diferencias entre las clases de lectores que estarán en contacto con ellos, ya sea en medios educativos o de otra naturaleza”. Existen formas hipertextuales “pasivas” y “activas” (Burbules; Callister, 2001) que deben ser elegidas por los individuos de acuerdo a sus predilecciones en el aprendizaje. Los autores plantean que los usuarios de la Red deben ser capaces de leer de modo selectivo, evaluar y cuestionar la información que se encuentra en la misma, e incluso producir sus propios textos, para, de esta manera, llegar a ser hiperlectores. Vinculado

a

estos

conceptos,

Buckingham

(2007)

destaca

las

investigaciones de Bettina Fabos (2004) y Ellen Steiner (2005), las cuales van un paso más allá en relación al uso de los motores de búsqueda y su relación con las dimensiones comerciales de la información disponible en la Red, como así también plantean la necesidad de una evaluación más crítica de los mismos en su uso escolar. En una línea de pensamiento similar, Laura Gurak (2001) destaca la “ciberalfabetización” y sostiene que para estar verdaderamente alfabetizados en la Red, los usuarios deberíamos entender las fuerzas económicas y políticas que están determinando a las tecnologías de la información. Para ella, la

“alfabetización tecnológica” se limita a que los usuarios sepan usar una computadora y

hacer búsquedas por Internet, distinguiendo así un nuevo

concepto: el de “alfabetización crítica”, la cual supondría la capacidad de comprender y arribar a los juicios fundados respecto del lugar de la tecnología dentro de la sociedad y la cultura. De esta manera la alfabetización pasa a ser considerada como “múltiple”, ya que se presentan distintos tipos como la inicial, la informacional, la audiovisual, la digital, la tecnológica, la mediática, entre otras, las mismas presentan varios puntos de contacto entre sí, como señalan Marina Landau, Juan C. Serra y Mariano Gruschetsky (2007, p.10) en el documento Acceso universal a la alfabetización digital.

Los mismos autores distinguen que: “a la alfabetización

digital le corresponde el ámbito específico del desarrollo de

los

saberes

vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación”.

Pero consideran a ésta una definición restringida, que se basa en destrezas en el uso de herramientas para computadoras y que sólo contempla una de las dimensiones de la alfabetización digital. Las definiciones que consideran otras dimensiones, como en el caso de Bawden (2002) incluyen: el conocimiento que está en la Red, las fuentes, los distintos tipos de información, como se la elabora, la capacidad de publicar y difundir la información producida, etc. De esta manera la alfabetización digital puede ser definida como una competencia compleja de diversas capacidades asociadas al análisis, uso y producción de herramientas e información en soportes digitales. Debemos aclarar que así como la lecto – escritura ya no son consideradas como una simple adquisición de habilidades relacionadas a las destrezas motoras,

a la decodificación o a la trascripción del habla, la alfabetización digital tampoco es una habilidad que se ejerce sobre una serie de herramientas tecnológicas. Estos autores incluyen a la alfabetización digital en el ámbito de la alfabetización general, entendida como “los conocimientos y habilidades para el desarrollo pleno del individuo en el medio social y laboral en pos de la consolidación de una sociedad democrática y plural”. Resaltan como los contenidos de la alfabetización varían históricamente, durante los últimos siglos estuvieron vinculados al Estado-Nación; pero en la actualidad se le suma el acceso a una cultura global que trasciende y diluye las fronteras nacionales.

Nuevos campos del saber. En este marco, el concepto de alfabetización digital hace referencia a los nuevos campos del saber, relacionado a las transformaciones, habilidades y destrezas necesarias para el desempeño laboral y social en las sociedades mediatizadas. Sin embargo, la alfabetización digital se presenta como un espacio con escasos consensos en torno a los contenidos que este término debe incluir, debido a que los mismos cambian rápidamente, tanto por las transformaciones de los entornos tecnológicos, como en los nuevos aportes de los campos de saber que lo nutren. Por otro lado, Rafael Casado Ortiz (2006, p.68), en el capítulo Alfabetización digital ¿qué es y cómo debemos entenderla?, destaca en este sentido “En el mundo académico existe un antiguo debate sobre qué es y en qué debe consistir la alfabetización digital. No existe un claro acuerdo sobre cómo debiéramos llamar al proceso de acercamiento de los ciudadanos a las tecnologías de la información y el conocimiento”. Basándonos en una acepción amplia y abarcativa del concepto, consideramos que es un proceso de adquisición de conocimientos necesarios para utilizar correctamente las TIC y responder críticamente a los estímulos de los

entornos de la información y la comunicación. Por un lado, el autor, define “alfabetización” como un proceso continuo que va más allá de la capacidad de leer, escribir, comprender elementalmente un concepto o manejar un instrumento en forma básica. Por otro lado, entiende por “digital” a todas las manifestaciones sociales y culturales que se originan, apoyan o transmiten con los recursos de las tecnologías de la información y el conocimiento, de tal forma se distingue la alfabetización instrumental que será la base de la alfabetización “transformadora”. De esta manera trata de eludir la discusión académica, para él, cada autor incluye matices propios para diferenciarse de los otros autores y se generan así una variedad de términos como alfabetización digital, informacional, computacional, tecnológica, electrónica, etc. Se señala así la necesidad y la importancia de apropiarnos socialmente de las TIC porque tienen una potencia transformadora individual y social, en consecuencia la alfabetización digital, como un proceso continuo, es indispensable ya que su trasfondo está referido a la información, al conocimiento y la sabiduría y no debe desligarse de la educación en general y los valores. Para

él,

estar

alfabetizado

digitalmente

es

poseer

la

formación

indispensable para sobrevivir en la sociedad de la información y poder actuar críticamente sobre ella, se trata de entender los fines últimos de la educación como un instrumento de transformación social. Considera a la alfabetización como un proceso dinámico, por el cual se llega a la alfabetización digital. Diferencia: información, conocimiento y sabiduría, como los caminos por los que accedemos a la apertura de nuevas posibilidades cuando se manejan los medios (como Internet, telefonía celular) y entendemos sus lenguajes y sintaxis. El impacto de esta capacitación, acaece en todos los grupos sociales, especialmente dentro de las sociedades desarrolladas, de tal manera la alfabetización digital afecta de lleno en todos los ámbitos sociales, en particular en el del empleo, como así también, las nuevas formas de identidad y de relacionarse socialmente.

A partir de estas consideraciones, podemos decir que Rafael Casado Ortiz (2006) apuesta por un modelo de alfabetización digital activo, un proceso dinámico donde entrecruza varias dimensiones, con una base ética-política que va más allá de la simple adquisición de destrezas en el campo de la informática, un modelo que demanda conocimiento, habilidades, toma de conciencia y actitudes críticas. Alcances de la Alfabetización Digital. Cecilia Castaño Collado (2006, p.85), en el capítulo “Alfabetización digital: inclusión y género”, repara en que las tecnologías están produciendo cambios muy importantes en nuestras vidas y a partir de estos cambios, resalta como una cuestión clave en estos momentos la alfabetización digital, advirtiendo que fácilmente se confunde la sociedad de la información con la difusión de las tecnologías, resalta que: “Saber utilizar las tecnologías de la información nos da poder como individuos y como colectivos, por eso es tan importante la alfabetización digital”,

ya que para la autora, debemos tener presente que la

sociedad de la información sigue siendo una sociedad formada por personas, no por las tecnologías y el conocimiento que tenemos sobre esas tecnologías son las que nos otorgan el poder. Destaca que en la importancia de la alfabetización digital reside la clave de inclusión de los individuos, preguntándose tangencialmente cómo se resuelve el tema de la brecha digital de uso en relación a las desigualdades previamente existentes en algunos grupos sociales. Amplía esta definición al indicarnos que implica también adquirir conocimientos de búsqueda, clasificación, evaluación y presentación de la información, para ella ningún individuo debería salir del sistema escolar sin manejar estos cuatro conceptos señalados. De tal manera, la aborda desde varias perspectivas y considera varios niveles dentro de la alfabetización, como así también los significados de la misma y su relación con la brecha tecnológica, para unos; y brecha social, para otros. Analiza cuatro perspectivas relevantes de la alfabetización digital:

1- Perspectiva Técnica: considerándola predominante y puramente técnica, pasa a ser una destreza en sí misma, se relaciona directamente con el manejo y funcionamiento del software y hardware. 2-

Perspectiva Aplicada: toma a la alfabetización digital como la posibilidad de

aprender a usar las tecnologías en un contexto social, que nos permitirá la resolución de problemas y qué mejoras trae en cada aspecto de nuestra vida laboral, social, etc. 3-

Perspectiva Social: en ella, destaca la construcción del capital humano para la

sociedad que le da origen, o sea la sociedad de la información. 4-

Perspectiva Ética: la alfabetización digital es tomada desde el punto de vista

del desarrollo individual de las personas, siendo un derecho por cuanto puede condicionar la participación y la inserción social. También deberemos destacar el papel que cumplen todos aquellos que constituyen un modelo de transmisión e imitación para las sociedades, como por ejemplo los profesores, los maestros, los funcionarios, médicos y todos aquellos individuos que tengan un rol social relevante, a este grupo la autora los denomina “usuarios clave”. En cambio, para D. Buckingham (2003) son cuatro los aspectos conceptuales que deben considerarse como componentes esenciales de la alfabetización en medios, si bien los medios digitales plantean continuamente nuevos interrogantes y requieren nuevos métodos de investigación, éstos cuatro conceptos del marco conceptual nos permiten elaborar un mapa de los distintos campos, los mismos se resumen en: - Representación: al igual que todos los medios, los medios digitales no solo reflejan el mundo, sino que lo representan, interpretan y recortan la realidad en forma particular y es inevitable que plasmen valores e ideologías, debemos estar capacitados para analizar las motivaciones de quienes lo crearon y tener la posibilidad de comparación con otras fuentes.

- Lenguaje: para el autor una persona verdaderamente alfabetizada no sólo puede usar la lengua, sino que sabe cómo ésta opera, teniendo una comprensión de las formas tradicionales y particulares de la comunicación, suponiendo una conciencia de los códigos más generales de los distintos géneros en particular, es decir, adquirir habilidades analíticas y un metalenguaje para poder entender y describir la manera en que funciona el lenguaje. Subrayamos en este ítem los conceptos de Burbules y Callister (2000) referidos a incluir una conciencia sistemática de cómo se construyen los medios digitales y la retórica particular en la comunicación interactiva. - Producción: la alfabetización también implica comprender quiénes son los que se comunican y por qué, los usuarios (jóvenes sobre todo) tenemos la necesidad del deber ser conscientes de la creciente importancia de las influencias económicas, generalmente invisibles para los mismos, a los que nos vemos sometidos desde las publicidades subyacentes. - Público: la alfabetización digital, y más particular en medios, implica adquirir conciencia al respecto de nuestra posición como miembro de un público, sea lector o usuario. Debemos llegar a comprender como se dirigen los medios a los diversos tipos de públicos y qué uso hacen ellos de los medios. Evidentemente es necesaria una revisión integral de la alfabetización que integre las nuevas tecnologías al desarrollo curricular y las necesidades de los individuos, se plantea un nuevo modelo integral de alfabetización. Debemos distinguir entre la alfabetización instrumental y la verdadera alfabetización centrada en contenidos crítico-reflexivos: aquella que reflexiona no tanto en cómo utilizamos la tecnología, sino en cuanto a su importancia en los impactos sociales, en lo que significa para el control de la información y la relevancia de las nuevas comunidades virtuales, entre otras. A partir de estas consideraciones sobre la alfabetización digital y cómo los individuos accedemos y las utilizamos, llevan en sí mismas el análisis de qué es la brecha digital.

Creatividad

Entendimiento social y cultural

Colaboración

Habilidad Para encontrar Y Seleccionar La información

Literacidad Digital

Comunicación Efectiva

Pensamiento crítico y evaluación

Seguridad En línea

Habilidades Funcionales

Actividades de reflexión y revisión 1- ¿Cómo han influenciado las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tic) en el proceso de alfabetización? Explique brevemente. 2-¿Por qué debemos considerar a la alfabetización en un sentido amplio? 3- En el contexto educativo ¿en qué lugar ubicaría la alfabetización digital? 4- ¿Por qué se debe enfatizar el carácter plural de las multialfabetizaciones? 5- Analice la siguiente afirmación: “La alfabetización se encuentra sólo vinculada a la lecto – escritura” ¿Está de acuerdo con esta afirmación? Si – No. Justifique. 6- ¿Cuándo nació la idea de alfabetización digital?, ¿Cómo evolucionó esta definición y de acuerdo a qué parámetros? 7- De acuerdo a la clasificación de Burbules y Callister, complete el siguiente cuadro señalando los tipos de individuos que se distinguen en el uso de Internet y algunas de sus características: Tipo de individuos

Características

8- Según Rafael Casado Ortiz ¿a qué tipo de alfabetización debe tenderse?, señale algunas de sus características: 9- Señale los aspectos claves para la alfabetización digital según el criterio de Cecilia Castaño Collado, compárelos con los planteados por Buckingham. 10- Indique tres características de la literacidad digital que considere relevantes en sus prácticas áulicas. Justifique su elección:

Unidad 3 La alfabetización digital: su accionar sobre la brecha digital y social.

Objetivos:  Analizar la relación existente entre la brecha digital y las desigualdades socio – económicas.  Reflexionar sobre las expectativas relacionadas al acceso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación y la brecha digital.  Conocer y analizar distintas perspectivas de la brecha digital.  Relacionar el avance de la Sociedad de la Información y el acceso a ella en relación a la merma de la brecha digital. Contenidos:

Desigualdad y Brecha. La Brecha Generacional. Brecha Social y de Género. Sociedad de la Información y Brecha digital.

Desigualdad y Brecha. Teniendo en cuenta que el concepto de alfabetización digital está incluido en el ámbito de alfabetización general, entendiéndose por ésta como el conjunto de conocimientos y habilidades para el desarrollo pleno de los individuos en los medios: social, de formación y laboral en pos de una sociedad equitativa y plural en un mundo cada vez más globalizado. Deberemos hacer una breve referencia a lo que actualmente se denomina Brecha digital (S. Moores, 1996) y la relación existente entre ésta y el acceso a las nuevas tecnologías. Frente a

un escenario mundial de concentración de la información y

exclusión, es vital el papel que juegan las nuevas tecnologías; y las oportunidades que ellas generan y así, ser utilizadas para reducir la brecha no sólo entre quienes tienen acceso y quienes no lo tienen, sino entre aquellos que interactúan con los medios y los recursos, modificándolos e interviniendo activamente con ellos. Los avances en las Nuevas Tecnologías son uno de los pilares que permiten fortalecer el cumplimiento del derecho a la educación, a través de entornos de aprendizajes formales, no formales e informales, pudiendo ser éstos sincrónicos o asincrónicos, sostenidos en

una estructura de red, como la de

Internet. Debemos destacar que la escuela, que constituye la institución donde los educandos deben estar, no sólo para acceder a información y conocimientos sino para garantizar los procesos de socialización, inclusión y formación de ciudadanía, es el espacio ideal para comenzar los procesos de alfabetización en todas sus dimensiones y en la actualidad la alfabetización digital, permitiendo así generar una disminución de la brecha digital evidente y casi tangible. Organismos como el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (4) en muchos de sus trabajos señalan, que la mayoría de los estudios orientados a esclarecer la relación entre educación y equidad social coinciden en centrar la atención en la educación como una condición indispensable para el logro de una sociedad más equitativa.

4

( ) IIPE- UNESCO, Sede Regional Buenos Aires. http://www.iipe-buenosaires.org.ar/

Los argumentos que permiten pensar a la educación como una instancia previa a la equidad, como su condición de posibilidad, son muy diversos, pero podemos mencionar dos de los más decisivos. Por un lado se sabe que quienes no tienen acceso a la educación carecen de las competencias necesarias que los habilitan para una inserción laboral exitosa; y como consecuencia de ello, estos sujetos excluidos del sistema educativo son además marginados respecto del principal mecanismo social de distribución de la riqueza, el mercado de trabajo, consolidando así uno de los modos de reproducción de las desigualdades en nuestras sociedades. A esta situación se suma aquella que sostiene que quienes no acceden a una educación de calidad tienen limitadas las posibilidades de un pleno ejercicio de sus derechos y de participación en la sociedad, lo cual se traduce en un debilitamiento de su condición de ciudadanos. Ambas perspectivas coinciden en que no es posible promover estrategias de desarrollo e integración social fundadas sobre una distribución inequitativa del conocimiento. La integración de las Nuevas tecnologías en el sistema educativo forma parte de las agendas de política educativa de la mayoría de los países del mundo. En todos los casos se reconoce la necesidad de mejorar la calidad educativa adaptándola a las necesidades de la Sociedad de la Información, las nuevas demandas de la economía global y los nuevos requerimientos del mercado laboral. Se establece así una estrecha relación discursiva entre la integración de las TIC y la calidad de la enseñanza, relacionada directamente con la alfabetización informática por un lado y en un sentido más amplio, el de la alfabetización digital, como competencia, por el otro. Burbules y Callister (1997), describen el “sueño tecnocrático”, una crítica a las expectativas de muchos humanos sobre la tecnología, describiendo tres representaciones diferentes, a saber: 1- La tecnología como panacea: donde se asigna a la tecnología la posibilidad de solucionar los inconvenientes y problemas educativos, se le atribuye a la tecnología el poder por si misma de mejorar la calidad de varios aspectos del sistema educativo, pero sin reflexionar realmente que alcances tiene la

misma sobre esos procesos, esta perspectiva está habitualmente asociada a los discursos políticos que ubican a las tecnologías como “sujetos” del cambio social pero sin tener en cuenta los actores y procesos sociales reales, ocultando en parte lo que verdaderamente ocurre, por ejemplo la simple digitalización enunciada como Sociedad de la Información o el Conocimiento.

2- La Computadora como herramienta: en este caso toda la responsabilidad de la utilización tecnológica recae sobre el tipo de uso que se realice por parte de los actores sociales, señalan que las computadoras no son ni buenas ni malas, sino que depende de las acciones realizadas por los usuarios. Podemos observar que en el primer caso toda la responsabilidad recae sobre la tecnología, en este caso recae sobre las personas.

3- Enfoque Post-tecnocrático: aquí se argumenta la necesidad de salir de las dicotomías entre “bueno” y “malo”, “beneficios” y “perjuicios”. “tecnofóbicos” y “tecnofílicos”, etc. Las dicotomías se plantean porque las tecnologías acarrean tendencias acerca de sus posibilidades de uso y propósitos a los cuales sirven. Como propuesta este enfoque plantea que los usuarios debemos ser reflexivos y críticos frente a las consecuencias inesperadas del uso de dichas tecnologías; ya que el impacto de las mismas es impredecible y conllevan tanto aspectos positivos como negativos.

La realidad, es que se deben generar y evaluar nuevos entornos de enseñanza y aprendizaje que permitan aprovechar las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para adquirir nuevas competencias, que no son exclusivas de los ámbitos escolares formales, sino que atraviesan a la sociedad en su conjunto.

La Brecha Generacional. Las desigualdades de diverso tipo, como lo son las desigualdades sociales, económicas, culturales de los individuos son consideradas “brechas”, a modo de quiebres o fisuras entre dos aspectos. Es en este contexto que se suma una nueva brecha en la actualidad entre diferentes tipos de actores: la “brecha digital”. Según la Asociación Latinoamericana de Integración (5) la brecha digital hace referencia a la línea que divide al grupo de población que puede acceder a los beneficios de las TIC y al grupo que no tiene posibilidad de hacerlo. Esta desigualdad es analizada desde distintas ópticas, multidimensiones, pudiendo considerar la brecha digital generacional, en la cual se analizan las diferencias de acceso y alfabetización digital entre los individuos adultos y los más jóvenes y niños.

Bajo el supuesto de que todos los individuos tienen las mismas posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías, acá reconoceremos las diferencias conceptuales entre los individuos que han nacido paralelamente y se han desarrollado en la era de las nuevas tecnologías, a los cuales denominados “nativos digitales” (M. Prensky, 2001). En cambio, a todos los individuos adultos que nacieron antes que estas tecnologías, que en muchos casos sólo han recibido la alfabetización básica y tradicional, han debido ser, por distintos motivos, “realfabetizados” es decir han tenido que pasar por la alfabetización digital para poder incluirse en un nuevo mundo del trabajo y de relaciones sociales y de comunicación; a este grupo de individuos los denominaremos “inmigrantes digitales”. Cabe destacar los conceptos vertidos por Darío Villanueva (2010) en relación a la preocupación que le genera la brecha generacional, haciendo hincapié en la importancia de las personas y el futuro, llevándolo a un plano más humano que tecnológico. Para el autor, cuando se habla de la “digital divide”, del

5

( ) ALADI: Asociación Latinoamericana de Integración - http://www.aladi.org/

quiebre o división digital, se hace alusión

a la diferencia discriminativa e

insalvable que se puede plantear en cuanto al uso y disfrute de las nuevas tecnologías por parte de los distintos países, sociedades o grupo sociales.

En este caso, se reconoce como un emigrado digital que no renuncia a vivir en el nuevo contexto, resalta la capacidad de adaptación propia y de muchos individuos, pero nos señala su interés y preocupación ante la posible quiebra digital entre generaciones, entendiéndola como la imposibilidad de hablar un mismo lenguaje, o de compartir códigos comunes para el desarrollo del pensamiento, o sea teme la pérdida de una lógica común, esencial para que se den los procesos cognitivos entre las generaciones de individuos. Desde los inicios de la llamada era digital, Nicolás Negroponte (6) afirmó en "El Ser Digital" que la edad era un factor determinante para el aprendizaje y la incorporación de las nuevas tecnologías en todas las esferas del quehacer humano. Según Negroponte lo único que importaba para que una persona aprendiera a manejar un computador, era que fuera niño. No importaba que nunca hubiera jugado en un computador o que incluso tuviera energía eléctrica en su hogar. Cómo entender esta afirmación, ¿qué diferencia existe entre un adulto y un niño que permite un mejor aprendizaje de las nuevas tecnologías? En realidad, los adultos tienen un bagaje mucho mayor de información pero, la diferencia estriba en el nivel de las motivaciones y en una característica propia de los niños: la curiosidad, Cuando los niños preguntan ¿por qué? ante cualquier cosa, responde casi a la misma lógica que tiene el hipertexto. La mecánica de navegación a través de un documento hipertextual al ir pasando por los distintos nodos con solo pulsar sobre palabras destacadas o iconos, es más que nada un ejercicio de curiosidad, de ensayo y error, de ver qué sucede cuando se pulsa algo.

6

( ) N. Negroponte, Fundador y Director del MIT Media Lab.

La hipertextualidad, tal como lo plantea José Luis Orihuela es ir recorriendo caminos para ir investigando un tema en "un sistema de ideas interconectadas" a través de asociaciones temáticas, cuestión en la cual la motivación y la curiosidad cumplen un rol fundamental. Es por eso que pesa tanto la brecha generacional. En muchos adultos las nuevas tecnologías generan temor o están carentes de motivación y curiosidad, otro factor que influye es la falta de familiaridad con el uso de las computadoras por ausencia o escasa alfabetización digital. En realidad, la primera brecha que debemos plantear, asociada a la brecha digital generacional, es la brecha de acceso a las nuevas tecnologías, una vez superada ésta, se plantea la brecha generacional, que en algunos grupos poblacionales es relativa ya que muchos adultos se capacitan en el uso de las nuevas tecnologías. Existe una tendencia a que más adultos con niveles básicos de escolaridad se incorporen a la sociedad de la información, dado que los porcentajes son crecientes, aunque también es probable que sean necesarios diversos estímulos a medida que se produzca la alfabetización digital en los distintos grupos. Se calcula que son necesarios casi tres años para lograr que una persona se acostumbre y se apropie de las nuevas tecnologías, se deben pensar múltiples variables pero, fundamentalmente, se necesita entender una necesidad, decisión y voluntad de cambio. La brecha generacional es un elemento primordial que debe ser considerado a la hora de implementar cualquier iniciativa que pretenda atacar o

solucionar la brecha digital, tanto a nivel escolar como en la sociedad en su conjunto. Brecha Social y de Género. Pero la brecha digital también se encuentra vinculada a las desigualdades en los niveles sociales y de género. Buckingham (2007) en este sentido nos señala la existencia de un riesgo manifiesto de que el uso de tecnología en las escuelas profundice las desigualdades actuales, refiriéndose a las relacionadas a la clase social o al género. En forma reiterada, las investigaciones revelaron que los niños de familias de clase trabajadora tienen menos probabilidades de tener una computadora hogareña o que accedan a esta clase de “capital cultural” (Levingstone y Bober, 2004; Roberts, 2003). No debemos dejar de considerar, que estas desigualdades se vean acentuadas por la desigual asignación de fondos a los distintos establecimientos escolares y las zonas o regiones donde ellos se encuentran establecidos. En relación a la brecha digital y género Cecilia Castaño Collado (2006) nos señala que la alfabetización es la clave de la inclusión digital y de la sociedad de la información para todos, ya que se está observando que en los países desarrollados la brecha digital se reduce desde el punto de vista del acceso a las tecnologías pero no ocurre así desde el punto de vista del uso. Considera a la inclusión como el interés o habilidad por las tecnologías y destaca que ocurre a partir de procesos de aprendizaje social, que se dan por una compleja interacción entre la educación, trabajo, diversión, consumo y ocio. No surge de manera natural o por la simple difusión de las tecnologías. Castaño Collado (2006, p.88) hace hincapié en el informe Sigris (2004) referido a las estrategias de inclusión de género en la sociedad de la información, nos llama la atención sobre algo fundamental: “No hay que confundir la inclusión con la difusión. O lo que es lo mismo: para desarrollar la sociedad de la información no basta con poner ordenadores”, concepto que comparte con Buckingham (2007). consideraciones

Creemos que es conveniente resaltar que estas

sobre inclusión y difusión trascienden al género, pueden

realizarse reflexiones similares y extrapolarse a otros intentos de inclusión, como lo son la social, la regional y la económica. La autora destaca, a partir de sus investigaciones, que la brecha digital de género se plasma principalmente por dos tipos de problemas, las condiciones laborales femeninas, por un lado, y determinados problemas institucionales y culturales, por otro. Las mujeres realizan sus actividades laborales en ámbitos menos informatizados, como la educación, la salud, los servicios sociales; se suma que los ingresos de las mujeres en general, son más bajos que los de los hombres, y tienen menos tiempo, todo esto incide directamente sobre el acceso y sobre el uso. La brecha digital por género, es significativamente distinta en sociedades en las que las leyes y los programas de los estados promueven que las mujeres accedan a una amplia gama de oportunidades, mientras que en países menos desarrollados, que las mujeres no tengan oportunidades de acceso y educación en las nuevas tecnologías, es un reflejo de las carencias estructurales que colocan a un porcentaje de la población en situación de pobreza, en muchos casos endémica. Para Buckingham (2007), que reconoce que los medios digitales han venido a ocupar un sitio central en la vida extraescolar de los jóvenes, ya que ellos no se encuentran con la tecnología por primera vez en la escuela, como ocurría hacia fines de 1980, nos señala que los jóvenes interactúan de una manera diferente que la de los adultos en relación a estos medios, desarrollando nuevas habilidades y competencias. Pero a pesar de ello no podemos caer en una postura ingenua en relación al tema de la brecha digital, para el autor la “vieja” brecha digital sigue siendo un factor de peso, las desigualdades permanecen en el tiempo no solo referidas a las posibilidades de acceso a la tecnología por parte de los jóvenes, también debemos considerar el bagaje cultural que es necesario para su utilización. De tal manera nos indica que existe cierta fantasía contemporánea, un estereotipo denominado “generación digital” detrás del cual se ocultan las dificultades y frustraciones en relación a este tema tanto en jóvenes como en

adultos, para él la brecha digital se está dando cada vez más amplia entre la cultura de la escuela y la cultura extraescolar, temiendo que la escuela se aleje cada vez más de los intereses de los estudiantes, se encontraría en una propuesta lúdica del aprendizaje una de las bases para solucionar esta brecha. Desde ya debemos considerar que la alfabetización informacional y digital sería otro de los soportes en relación a tratar de disminuir estás desigualdades. Estas dos bases mencionadas, son solo una parte del conflicto en la brecha digital, no debemos olvidar la necesidad de que los Estados piensen y lleven a cabo políticas sociales y económicas para bregar en pos de una disminución de la misma. En el caso de nuestro país, Inés Dussel (2005) en el texto “Desigualdades sociales y desigualdades escolares en la Argentina de hoy” analiza como el contexto político histórico y las sucesivas crisis económicas en nuestro país han llevado a una amplia franja de la población a tener un sentimiento de igualdad “en la desgracia” con un amplio sentido fatalista y determinista. Partiendo de esta “estructura de sentimientos” sostiene que pensar en las desigualdades en el sistema educativo nos pone frente a dos dimensiones: la afirmación de igualdad en nuestra sociedad y qué se hace con la acción individual y colectiva. Estas dos dimensiones deben pensarse simultáneamente para lograr los cambios necesarios y duraderos sobre las dinámicas y comportamientos institucionales y de los individuos. La alfabetización digital se basa en dos líneas de acción, una individual que depende expresamente de la necesidad de superación de los individuos y el tener conciencia de esa necesidad. La otra línea de acción tiene que ver con la conformación de la Sociedad de la Información y las necesidades de las instituciones para la inserción de cada nación en el mundo actual. Sociedad de la Información y Brecha digital. La Sociedad de la Información ofrece tal abundancia y posibilidades de contenidos, basándose en el intercambio de los mismos entre los individuos en todo el mundo; y casi siempre es vista como el remedio a las muchas carencias

que padece la humanidad. Numerosos autores, especialmente los más conocidos promotores de la Internet, suelen tener visiones optimistas acerca de las capacidades igualitarias y liberadoras de la red, como es el caso de Gates (1999) y Negroponte, (1995). Sin embargo, las nuevas tecnologías y en particular Internet, igual que cualquier otro instrumento para la propagación y el intercambio de la información, no resuelve por sí sola los problemas del mundo. De hecho, ha sido casi inevitable que reproduzca algunas de las desigualdades más notables que existen. Mientras las naciones más industrializadas extienden el acceso a la red y las TIC entre porcentajes cada vez más altos de sus ciudadanos, Internet sigue siendo ajena a casi la totalidad de las personas en los países más pobres o incluso en zonas y/o segmentos de la población marginada, aún en los países más desarrollados. En el mundo digital se difuminan las fronteras convencionales, una característica de la WEB es que no hay un centro y por lo tanto, tampoco una periferia. Todos podemos ser el centro, aunque jamás sepamos qué tan lejos se ubica la periferia. Las fronteras no se encuentran en el mundo virtual, sino en el mundo real. La más importante de estas fronteras, es la ya señalada desigualdad en el acceso a los recursos informáticos, que no es sino la expresión de las dificultades para extender la cultura y los medios para aprehenderla entre las grandes mayorías en los países de menor desarrollo. Los nuevos recursos tecnológicos constituyen una oportunidad enorme para afianzar la presencia global de las naciones, al mismo tiempo que se acrecientan la cultura y la creación universales; pero para que esto realmente ocurra y se manifieste, son necesarias políticas intencionales de largo alcance para permitir la conexión a las redes informáticas, su utilización y tránsito por los canales de información. Mientras tanto, nos encontramos ante dos conjuntos de personas. El primer conjunto formado por aquellos que tienen los medios necesarios para acceder a los nuevos recursos tecnológicos; el segundo, mayoritario, formado por aquellos individuos que por una u otra razón no tienen acceso a los mismos

recursos, la diferencia entre estos dos grupos de personas, es lo que denominamos Brecha Digital. Estar en el lado mayoritario, menos afortunado de la brecha, significa que hay menos oportunidades para tomar parte en la nueva economía, sustentada en la información, ya que muchos más empleos se encuentran relacionados directa o indirectamente con estas tecnologías. También significa que hay menos oportunidades para participar de la educación, la capacitación, las compras, el entretenimiento y las oportunidades de comunicación que están disponibles en línea. En general, aquéllos que son pobres y viven en áreas rurales están cerca de 20 veces más en riesgo de quedar rezagados que los más prósperos residentes de las áreas urbanas (7) Así, la brecha digital aparece como una de las cuestiones más críticas para el desarrollo de la Sociedad de la información . Se la propone como una carencia crítica ante las necesidades de desarrollo económico, social y cultural. En la Declaración de principios de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, se señala con énfasis:” Somos plenamente conscientes de que las ventajas de la revolución de la tecnología de la información están en la actualidad desigualmente distribuidas entre los países desarrollados y en desarrollo, así como dentro de las sociedades. Estamos plenamente comprometidos a convertir la brecha digital en una oportunidad digital para todos, especialmente aquellos que corren peligro de quedar rezagados y aún más marginados” (WSIS, 2004). El Plan de Acción de la Cumbre destaca la necesidad de establecer indicadores y puntos de referencia más precisos, como así también, el reconocimiento de que cualquier cambio significativo en el equilibro entre usuarios

7

( ) World Resources Institute, 2000 - (Instituto de Recursos Mundiales).

y no usuarios se manifestará en crecimiento económico, esto implica que la brecha tiene su raíz en cuestiones más profundas y estructurales. Norris (2001) intenta conceptualizar la brecha digital en términos más analíticos, se basa en la importancia que las TIC e Internet tienen para las naciones en desarrollo, gracias a la promesa de mayor productividad y su potencial participativo. Dividiendo así la cuestión en tres niveles, para él existe una brecha entre naciones, a la que denomina brecha global; a los individuos los separa en info-ricos e info-pobres, para indicar la brecha social; y por último, diferencia a quienes utilizan el potencial de Internet para aumentar su participación en el proceso político y aquellos que no, denominando a ésta última brecha democrática. De tal manera Norris trata de definir la brecha digital como un conjunto de deficiencias de acceso que afectan el desarrollo potencial que podría surgir del uso de tecnología. La brecha debe atacarse para emparejar las diferencias, permitiéndoles a todos los posibles usuarios aprovechar el potencial de la tecnología y de los recursos disponibles a través de ella. Existen otros modelos más sofisticados (8) para explicar y plantear la brecha digital en la sociedad de la información, como es el caso propuesto por Chen y Wellman (2003) en el que entrecruzan las distintas brechas ubicándolas en cuatro perspectivas: Acceso a la tecnología. Alfabetización tecnológica. Acceso social. Uso social. Se basan principalmente en considerar el uso que realmente hacen las personas de las TIC y de Internet, en este caso, la brecha se entiende como una

8

( ) Di Maggio y Eszter (2001) – Gandy (2002) – Tanner (2003)

serie de deficiencias existentes previamente. Salvar la brecha para este modelo, no solo es una ruta para acceder a la abundancia de información, sino también, como un camino posible para ayudar a corregir o hacer desaparecer varias de las brechas preexistentes en una sociedad dada, resultando así una solución estructural a muchos de los problemas del mundo en desarrollo, pero no se deben tomar en forma aislada a modo de respuesta mágica a los problemas existentes. La aproximación directa a la realidad del uso de las nuevas tecnologías puede servir para realizar un análisis más adecuado y preciso, pudiendo hacer posible una comprensión más adecuada del conjunto de carencias que estaría detrás de la idea de una brecha digital.

SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Interacción con los Medios

Desigualdades

Uso de NTIC BRECHA DIGITAL

Multidimensiones

Desigualdades

Hombres

Mujeres

Socio - Económicas Nativos digitales

Inmigrantes digitales

BRECHA de ACCESO

BRECHA DIGITAL BRECHA DIGITAL

de GÉNERO

GENERACIONAL

Disminuyen con Alfabetización Informacional y alfabetización digital

Actividades de reflexión y revisión 1- ¿Qué relación existe entre la Brecha digital y la concentración de la información? 2- ¿Qué entornos de aprendizaje se plantean para los entornos virtuales? 3- Acorde a lo leído ¿Por qué y para qué la alfabetización digital debe incluirse en el proceso de alfabetización general y en las escuelas? 4-

¿Por qué es necesario generar nuevos entornos de enseñanza y

aprendizaje? A su criterio ¿sólo se accede a ellos con la alfabetización digital? 5- Indique las diferentes brechas digitales de acuerdo a las perspectivas analizadas. Destaque tres características distintivas en cada una de ellas. 6- Acorde a su criterio ¿Cómo define el término “brecha digital”? Destaque algunas de las particularidades negativas implícitas en este concepto. 7- ¿Cuál es la primera brecha a salvar dentro de las variantes de la brecha digital? Considere que es un punto coincidente en todos los autores mencionados. 8- ¿Qué consideraciones se deben tener al diferenciar la inclusión y la difusión? ¿Cree que la difusión aumenta la inclusión en la sociedad de la Información? 9- La brecha digital de género sigue siendo muy amplia en el mundo, muchas naciones realizan grandes esfuerzos para reducirla, pero no siempre los logros son los esperados. ¿Evidencia usted en su lugar de trabajo, comunidad o ciudad la existencia y/o persistencia de la brecha digital relacionada al género? Si la respuesta es afirmativa ¿A qué motivos cree que se debe?

10- Explique la relación existente entre la Sociedad de la Información, la brecha digital y el acceso a las NTIC. 11- Escriba epígrafes explicativos para las siguientes imágenes. Relacione con la temática de la brecha digital y su remediación.

Unidad 4 Sociedad de la información; TIC ante la igualdad de oportunidades

Objetivos:  Reconocer a la Sociedad de la Información como un proceso socio histórico en tránsito.  Analizar la relación existente entre la Sociedad del Conocimiento y las nuevas tecnologías.  Analizar algunas vertientes sociopolíticas y económicas en relación a las posibilidades de inserción de los individuos en la Sociedad de la Información.  Conocer los componentes básicos de éste proceso social.  Reflexionar sobre el nuevo paradigma en los procesos de enseñanza y de aprendizaje acaecido por la conformación de la Sociedad del Conocimiento. Contenidos: “Revolución Digital” y la Sociedad del Conocimiento. Acceso a la Sociedad del Conocimiento. Nuevas Tecnologías y poder: individual y social. Prioridad social de conocimiento.

“Revolución Digital” y la Sociedad del Conocimiento.

Para Manuel Castells (1998), la Sociedad de la Información es una fase del desarrollo social, que se caracteriza por la capacidad de quienes la componen de obtener y compartir información en cualquier momento y lugar, casi en forma instantánea. De esta manera, la Sociedad de la información va apareada indefectiblemente a la tecnología en general y a las Nuevas Tecnologías de la Información (TIC). La comunicación, la productibilidad, la competitividad y el poder son

particularidades de esta sociedad y dependen sustancialmente de la

capacidad de generar conocimiento y de procesar la información, esta capacidad se amplía por el poder de las tecnologías de comunicación interactiva sobre todo con Internet y la telefonía celular. Es así como la geografía se desdibuja, se presenta un nuevo mapa mundial, no delimitado por fronteras sino por Redes de información, que incluyen o excluyen a personas físicas, empresas, regiones e incluso ciudades, según el valor que tengan en la economía en general y del conocimiento en particular. La expresión “Sociedad de la Información”, también denominada en algunos casos, como “Sociedad del Conocimiento”, se ha popularizado a partir de su uso, cada vez más constante, en diversas iniciativas públicas; pero en realidad, se gesta en los años sesenta, cuando comenzó a percibirse que la Sociedad Industrial estaba evolucionando hacia una nueva sociedad en la cual se destaca el procesamiento y manejo de la información, designando una nueva forma de organización de la economía y la sociedad. La diferencia que se introduce en este aspecto es que cada persona u organización no sólo dispone de su propio almacenamiento de conocimiento, sino que puede tener un acceso ilimitado a la información generada por los demás, como así también el potencial para que cada individuo pueda convertirse en un generador de información para los otros. Justamente, la importancia

de esta

nueva Sociedad se encuentra centrada en la capacidad de acceso a la

información, constituyendo así un factor desencadenante de una serie de transformaciones sociales. La disponibilidad de los nuevos medios tecnológicos generan una apertura a un nuevo mundo de posibilidades, se modifican las formas de actuar, se transforman valores y actitudes tanto en lo individual como en lo grupal, provocando cambios en la cultura y la sociedad. En los últimos doscientos años la sociedad, a partir de la Revolución Industrial, ha pasado por tres momentos de conformación: la Sociedad Industrial, la Sociedad Postindustrial y la Sociedad de la Información, ésta última de la mano de la “revolución digital”, la Sociedad de la Información está conformada por cuatro elementos básicos que la componen: - Los Usuarios que representan los individuos u organizaciones que acceden a los contenidos. - Las Infraestructuras que son todos los medios técnicos que permiten el acceso remoto a los contenidos. - Los Contenidos representados por la información, productos o servicios a los que se puede acceder sin necesidad de movilización por parte del usuario. - El Entorno, que son los factores del tipo social y/o económico que influyen en cualquier fenómeno que tenga lugar en la sociedad y que, por lo tanto, hacen que la propia Sociedad de la Información se vea afectada. Los cambios a través de la historia de la humanidad se han dado de manera progresiva, no en forma abrupta, se gestan en situaciones sociales anteriores, que en todos los casos es necesario, el paso del tiempo para poder analizarlos en toda su dimensión. En el caso puntual de esta nueva sociedad y la aparición en escena de las TIC ocurre algo similar, analizamos cómo se han originado, cómo nos influyen, nos encontramos dando definiciones de los nuevos conceptos, por ejemplo el de “alfabetización digital”, pero aún nos falta un largo

camino para lograr dimensionar que nos está ocurriendo como sociedad y las consecuencias que ellos traerán aparejados.

Acceso a la Sociedad del Conocimiento.

Los cambios sabemos que son inevitables, las nuevas posibilidades se brindan como amplias; pero ¿realmente se logrará que todos los individuos tengan a su alcance las posibilidades de acceder y desarrollarse en la Sociedad de la información? En este sentido, Karsten Krüger (2006) nos señala que en la “Sociedad del Conocimiento” se llama la atención sobre el hecho de que los procesos socio – económicos cobran una nueva calidad debido a que el conocimiento se convierte en el factor de producción más importante, destacándose así un nuevo modo de producción, diferenciando dos visiones, por un lado la económica y por otro la visión política, para ella los riesgos de exclusión social en la sociedad del conocimiento están relacionados con el acceso a la información y al conocimiento, y con los efectos de la globalización socio-económica. K. Krüger (2006) diferencia la noción de “Sociedad de la Información” como la que se refiere a los aspectos tecnológicos y sus efectos sobre el crecimiento económico y el empleo. Pero las discusiones sobre esta noción han llevado a un nuevo concepto que es “Sociedad del Conocimiento”, lo que implica un cambio conceptual y se considera al conocimiento como el principio estructurador de la nueva sociedad y los cambios económicos, sociales, políticos y culturales que en ella se deben dar. La autora señala que, en el mundo se está hablando de una nueva modalidad de producción, en el actual sistema económico predomina el capitalismo y existe el riesgo de que aparezcan nuevas formas de exclusión social relacionadas con el conocimiento. Destaca, como el uso del término “sociedad del conocimiento” puede presentar otras lecturas según cómo lo utilicemos: desde una postura

política parece

prometer una sociedad más equilibrada y más justa,

donde cada uno de los individuos puede esperar mayores retribuciones futuras, siempre y cuando se realicen los esfuerzos necesarios. Por otro lado, al enmarcar utópicamente al futuro en cierta certidumbre, se proyecta un objetivo de esta sociedad, que plantea reducir las injusticias y desigualdades sociales. La Información y la comunicación han pasado a ser el centro del mundo globalizado y los individuos giramos alrededor de ellas, para Castells (1999) el mundo está habitado por tres clases de seres: los desinformados, que sólo tienen imágenes; los sobreinformados, que viven en un torbellino y los informados, que seleccionan, ordenan y pueden pagar por la información. Este nuevo panorama social conduce, según Castells (1999) “a reinventar la democracia”, para él entre lo que la gente vota y lo que ocurre en la realidad hay poca relación. Reflexiona que si bien millones de personas viven mejor que antes, otro tanto en la última década deben vivir con menos de un dólar diario. Repara, en que la gravedad de este hecho se encuentra en la irrelevancia de esas personas para la sociedad, ya que como población excluida de la red se considera que no sirve para nada. Estos conceptos vertidos por Castells y publicados en diversos medios, son los que nos hacen pensar sobre la dimensión y la importancia que se plantea en la relación existente entre el acceso a la información y la alfabetización digital, de esta manera la alfabetización ya no solo es una opción de elección por parte de los individuos y las naciones a las que pertenecen, sino una necesidad imperiosa para la inserción en el mundo que cada día genera más información, la transmite para comunicarnos y permite acumular conocimiento para su posterior utilización. Se abren así las puertas de un nuevo camino evolutivo tanto en los aspectos sociales, económicos y culturales, el efecto social de las nuevas tecnologías es contundente, hace mejor lo que antes se realizaba y crea nuevas formas de trabajo, han desaparecido o están en vías de extinción viejas formas laborales, desplazando así a los individuos a nuevas formas de ejercicio laboral,

tomando en consideración este motivo aparece nuevamente la alfabetización digital como uno de los pilares para la obtención y desempeño del trabajo. Cabe acá destacar, la función de las escuelas y ambientes académicos, como los ámbitos donde se debería llevar en gran parte la alfabetización digital, considerando como tal, no la formación de simples usuarios, sino la formación de individuos informados y capaces de realizar lecturas críticas, que seleccionen la información y con las posibilidades de utilización real de dicha información. En este aspecto David Buckingham (2007) destaca los acuerdos “hogar escuela” implementados por el gobiernos inglés, donde se compromete no solo a la escuela, sino también a los padres, para que se involucren en el aprendizaje de sus hijos en el hogar como una iniciativa, aparentemente motivada, para igualar las oportunidades para los niños y brindarles a los padres acceso y poder en relación con la educación; pero además tiene un alcance más general, se trata de transformar el ocio y las interacciones cotidianas de los niños en una nueva forma de “trabajo educativo” (Walkerdine y Lucey, 1989). De esta manera se destaca que en este nuevo escenario la educación se ha convertido en un motivo de angustia para muchos padres, al preocuparse por las capacidades de sus hijos, como rendirán los exámenes y la relación de esto para acceder a mejores escuelas o universidades; para algunos significa ascender en la escala social pero para otros refleja la angustia de no caer más abajo. El tiempo real que los padres pueden dedicarles a sus hijos y las presiones de índole económica para cubrir la educación con recursos adicionales en el hogar o el acceso a clases particulares, es otro de los motivos que marca las desigualdades entre los individuos. De manera similar se dan desigualdades en relación al acceso a materiales educativos digitales como los DVD, CD-ROM y sitios Web educacionales tanto para los padres como para los alumnos, considerando así varias razones relacionadas al manejo de mercado de esta industria y los costos para los usuarios, el uso de la tecnología y de software

educativo en el hogar no cumplió con las promesas iniciales, que con tanta frecuencia se realizaron. Un análisis similar hace en relación al uso educativo de Internet, distinguiendo que una vez más existe una “brecha significativa entre la realidad visible del e – learning y la retórica que a menudo la acompaña”, Buckingham (2007, p.170), en este caso hace referencia a la dualidad que se plantea en el discurso de los gobiernos y las empresas, con la idea inicial de que la Red daría origen a un ámbito para la comunicación disperso y no centralizado. En la realidad observa que se produce un mercado al que no siempre los individuos pueden tener acceso, mientras tanto se plantean acuerdos para desarrollar materiales digitales de calidad, entre los gobiernos y las empresas de medios, en este caso la escuela puede llegar a tener acceso a esos materiales, pero para los individuos resulta más difícil por una cuestión de costos. Además teme que la combinación de la política gubernamental y las fuerzas del mercado derive en la progresiva limitación de los contenidos disponibles como de la definición de qué cuenta como aprendizaje significativo. Consideramos que es un desafío para la educación el estar más allá de los intereses gubernamentales o de diversos grupos económicos ya que de esta manera se pondrá al servicio de los individuos el conocimiento, las posibilidades de resolución de necesidades humanas y se posibilitará el desarrollo potencial de cada ser humano, en pos de mejores oportunidades para cada uno y el ejercicio de las libertades individuales.

Nuevas Tecnologías y poder: individual y social.

Dado el volumen, variedad de información y rapidez a la que podemos acceder a través de las Nuevas Tecnologías, como ya hemos señalado, nos abre un nuevo panorama no sólo desde lo social si no desde lo individual. En este

nuevo contexto los individuos podemos ser, en algunos momentos espectadores, en otros partícipes y actores directos e incluso estar marginados totalmente. Nos encontramos ante la Economía del Conocimiento, donde poner en común el conocimiento y compartirlo es la clave para integrarnos a esta nueva sociedad que se está forjando y de la cual somos inevitablemente partícipes y nos atraviesa en distintos sentidos, el acceso y manejo del conocimiento determinará qué papel o rol jugaremos dentro de la sociedad, el conocimiento en definitiva nos “hará libres” y es en esa libertad de pensamiento y obra donde reside el poder individual y social. Es en este aspecto que valoramos las reflexiones de Emilio Ontiveros Baeza (2006, p.28) en su trabajo “Economía del Conocimiento”

hace una

declaración de principios, para él “las tecnologías de la información son inequívocamente favorables. Lo son, indudablemente, desde el punto de vista económico pero también desde el social y político”. Considera que estas tecnologías pueden ser una magnífica herramienta para favorecer la difusión y la democratización del conocimiento. Destaca, la relación existente entre cultura y libertad, libertad no solo de pensamiento, sino también en el sentido literal de la palabra. Al recordarnos la frase: “ser cultos para ser libres” el autor resalta que, el ejercicio de la libertad de una persona se origina en el conocimiento y no en los aspectos

materiales

o

económicos,

destaca

una

relación

inversamente

proporcional entre libertad e ignorancia, describe esta relación de tal manera que considera al conocimiento como un equipo, un arma que nos acompaña desde que lo adquirimos y nos libera de la opresión del desconocer. Para Ontiveros Baeza (2006), las tecnologías permiten la difusión y la permeabilidad del conocimiento a un muy bajo costo y como las tecnologías se propagan muy rápidamente entre todas las naciones, incluso en aquellas que podría considerárselas condenadas a estar sumidas en niveles escasos de desarrollo. Para él la Alfabetización tecnológica o digital es crucial, tratándose de

una precondición ineludible, si se toma con total seriedad, la incorporación de los individuos a la Sociedad del Conocimiento. Analiza el impacto socioeconómico de las TIC y señala refiriéndose a foros de discusión en Davos “las empresas cuando buscan un país para localizarse no es la fiscalidad o el coste del factor trabajo, sino las habilidades de los trabajadores y la calidad de las infraestructuras tecnológicas disponibles”. Evalúa, que no importa el valor de la hora de trabajo, por más económica que sea, si los trabajadores no se encuentran capacitados en el uso de las herramientas con que disponen esas empresas. Hoy en día las herramientas básicas son las TIC, la capacitación de los trabajadores en definitiva va a determinar el grado de competitividad de las naciones. Por otra parte, considera que el mayor impacto económico desde la aparición del ferrocarril, que permitió abaratar los costos de transporte, lo han realizado las

Nuevas Tecnologías, sobre todo con dos transformaciones: el

aumento de la capacidad de computación e Internet. Para el autor, las TIC e Internet permiten explorar en tiempo real las tendencias de los consumidores, anticiparse a la demanda y adaptarse a sus fluctuaciones. Esto marca una estrecha relación entre el mundo de las ciencias económicas y la aplicación de las tecnologías, las mismas han introducido variaciones significativas en todas las áreas productivas y en todas ha aumentado la productividad, de tal manera que los individuos capacitados en estas tecnologías han visto mejorado su acceso y cobertura tanto de necesidades primarias como secundarias. También,

merecen ser destacadas una serie de implicancias no

económicas relacionadas al trabajo, para él las TIC generan una mayor movilidad laboral y eliminan la centralización geográfica: “Se trata de la puesta en común del conocimiento. Buena parte del trabajo en las sociedades modernas tiene que ver con el manejo de la información”. De tal manera, las TIC facilitan el acceso y la distribución de la información y el conocimiento, compartir es la clave en este tipo

de trabajo, las TIC son el vehículo que posibilita esta participación y a un muy bajo costo, como consecuencia cumplen un papel democratizador en el acceso a la información. ¿Por qué nos señala que compartir es la clave? Porque históricamente, se han mantenido dominadas a las personas y a los países, se administraba y regulaba la cultura y el conocimiento. Ontiveros Baeza (2006, p.32) aclara, que frente a esta regulación se indicaba “No sólo el qué había que hacer, sino el cómo y el cuándo había que hacerlo. El conocimiento es la pieza esencial”. Prioridad social de conocimiento. Los economistas clásicos consideraban la tierra, el trabajo y el capital como componentes básicos de la economía, en cambio hoy lo es el trabajo e incluido en él, el conocimiento que se difunde fácilmente entre los distintos niveles sociales y a muy bajo costo. A partir de estas reflexiones, llega a una conclusión: “la prioridad social por excelencia debe ser la inversión en conocimiento, es decir en alfabetización tecnológica y digital”. Desde una perspectiva más política y social Buckingham (2007) analiza, en su capítulo La elaboración de políticas tecnológicas, la relación existente entre las políticas gubernamentales y la necesidad de actuar frente a la Sociedad de la Información, como así también el creciente interés político en la tecnología educativa, de tal manera ya en 1980 se tenía en claro que el empleo de la tecnología de la información y la comunicación en la educación se concebía como un elemento indispensable en el proceso de “actualización de habilidades” de las fuerzas del trabajo futuro, así mismo, es una forma de garantizar las posibilidades de conseguir empleo. Desde esta óptica el uso de la tecnología en la educación es una respuesta directa a las exigencias de la economía moderna, la señala como una economía “posindustrial” o “posfordista”, la que necesita de una “fuerza de trabajo alfabetizada en informática” (Blunkett, 1997), este requisito se extiende al campo del consumo frente a la necesidad de

los nuevos mercados, que

requieren que los individuos logren una destreza tecnológica para tener un desempeño eficiente como consumidores de productos informáticos y digitales. De esta forma, dimensiona las consecuencias que se pueden dar para los individuos que no sean alfabetizados digitalmente. Las personas que no adquieran esas destrezas, no sólo corren el riesgo de no insertarse en el mercado laboral, sino que se encuentran ante el peligro de una especie de privación de sus derechos, puesto que no estarían en condiciones de acceder a una participación plena y activa en la Sociedad de la Información (Selwyn, 1999). En contraposición, otra corriente, analiza los discursos que expresan una especie de determinismo tecnológico, donde la tecnología no se concibe como el resultado de la interacción compleja de fuerzas económicas, sociales y políticas, sino más bien, como el producto final de un proceso neutro de la investigación y el desarrollo científico. En este caso se considera que la tecnología provoca cambios sociales y psicológicos más allá de la forma en que se use, de los contextos y de los procesos sociales humanos y actúa sobre ellos en forma externa; en el caso específico de la educación, una concepción de este tipo, para Buckingham (2007) podría llamarse “determinismo de la información”. Desde esta postura, estima a la información como un bien neutro, que surge de la nada. Con frecuencia, parecería que se equipara el aprendizaje con el acceso a la información y que la tecnología es en esencia beneficiosa porque media o facilita dicho acceso. Esta visión trascendente de la tecnología

y de la información ha sido

fuertemente cuestionada, debido a que lleva una concepción “desocializada” de la tecnología, se niega la historia social y se le atribuye la capacidad de “influir en la sociedad pero sin ser alcanzada por la influencia de la sociedad” Webster, 1999).

(Robins y

Otras corrientes opuestas al determinismo tecnológico, señalan que las relaciones sociales decretan por completo la tecnología, acá la tecnología se concibe como una función de lo que las personas queremos hacer con ella, es lo que Williams (1974) define como “Tecnología Determinada” e incluso el mismo autor prefiere un enfoque del tipo dialéctico donde la tecnología es al mismo tiempo determinada socialmente y es a su vez un determinante social. La realidad es que las Nuevas tecnologías están con nosotros, nos influyen, modifican muchos de nuestros actos, tratamos de acceder a ellas por diversos motivos desde mejoras laborales, sociales e incluso marcan cierto “status” para algunos individuos, en algunos casos tratamos de comprenderlas; pero hasta el momento probablemente no se ha llegado a dimensionar el potencial que en ellas está guardado, nos encontramos inmersos en una vorágine de cambios y aceleración tanto de los elementos tecnológicos en sí mismos, como en la cantidad y variedad de información a la que podemos potencialmente acceder. De tal manera, a medida que percibamos más claramente este potencial, los individuos adquiriremos un poder, del que no siempre somos conscientes, el poder reside en el conocimiento y las habilidades que se desarrollan en este proceso, lo mismo ocurre con la sociedad a la que pertenecen ya que el poder social está inmerso e implícito en cada uno de los individuos que la conforman.

Revolución Industrial

3 períodos posteriores Acción de nuevos Medios Tecnológicos Usuarios Socieda d

Sociedad

Sociedad

Postindustri

de

al

Información

Industri

Infraestructur Conformada por

a Contenido

al

Entorno

Sociedad del conocimiento

Corrientes

Social

Nueva organización

Económi

Política

Cultural

ca Determinis

Tecnología

mo

Determinad

Tecnológico a Economía del Conocimiento

Actividades de reflexión y revisión 1- Indique dos definiciones del concepto “Sociedad de la Información” 2- Señale las particularidades de la Sociedad de la Información y a su criterio, cuáles y por qué, le parecen las más relevantes de esta fase social.

3- ¿Por qué se habla de un nuevo mapa social? 4- Analice si las afirmaciones que se indican a continuación son correctas. Justifique en cada caso. a- “La Sociedad Industrial evolucionó hacia la Sociedad del Conocimiento” b- “Las personas y organizaciones disponen sólo de su conocimiento” c- “La capacidad de acceso a la información es un factor influyente en las transformaciones sociales” 5- Señale los períodos de conformación de la sociedad a partir de la 1º y 2º Revoluciones Industriales. 6- Complete el siguiente cuadro: Elementos básicos que conforman la Sociedad del Conocimiento

Representación

7- Según Karsten Kruger ¿Por qué el conocimiento es el factor de producción más importante? 8- Basándose en los contenidos vertidos por Castells analice y complete el siguiente cuadro:

Centro del Mundo Globalizado

Individuos

Escuela

Formación de

Selección de información

Importancia para

Solo perciben imágenes

Acceso a información Alfabetización digital

9- ¿Qué alcances tiene para E. Ontiveros Baeza la idea de “economía del conocimiento”?

10- Explique y justifique por qué el conocimiento actualmente es considerado una prioridad social. 11- A partir de lo leído en este módulo señale algunas características, comparando las corrientes socio – económicas relacionadas a la tecnología completando el siguiente cuadro: Tecnología en la Economía postindustrial

Determinismo tecnológico

Tecnología determinada.

Unidad 5 Alfabetización digital crítica.

Objetivos:  Analizar la influencia de las TIC sobre la sociedad en general y en la escuela en particular.  Reconocer los procesos de alfabetización como base primordial en los intentos de inclusión social y participación ciudadana.  Reconocer el papel de institución escolar en los procesos de alfabetización digital.  Analizar el proceso evolutivo en relación a las nuevas tecnologías y la sociedad.  Reconocer diferentes entornos de aprendizaje y sus características.

Contenidos:

Inicio del camino. Entornos de aprendizaje. Análisis de un caso. Llegar a la Alfabetización Digital Crítica. Consideraciones finales.

Inicio del Camino. Durante el año 2008 se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires el Seminario Internacional “Cómo las TIC transforman la escuela” ( 9), en este evento las ponencias de prestigiosos educadores, psicólogos, pedagogos y la Directora Regional, Margarita Poggi elaboraron un documento, en el cual se analizan varias aristas de la inserción de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tanto en el plano social como escolar. La Directora Regional; ya en su mensaje de apertura destaca que “en

la agenda de las políticas

educativas de los países de América Latina está presente, cada vez con mayor fuerza, la necesidad de incluir las TIC para potenciar las estrategias de trabajo docente y enriquecer los aprendizajes de los alumnos. En los estados del arte como en las investigaciones sobre esta temática, se resalta la tendencia a la integración de las TIC en la escuela como parte de un proceso de innovación pedagógica”. Hoy resulta difícil pensar la sociedad y la educación sin la presencia de estas nuevas herramientas, pero también es necesario desnaturalizar el criterio común que sobre ellas se construye y reflexionar sobre el sentido de la inclusión de las TIC en la educación y la necesidad de la alfabetización digital que permitirá utilizar en un mayor potencial estas tecnologías. Para la UNESCO, los procesos de integración de las TIC en la educación pueden orientarse al desarrollo de distintos aspectos: educativos, en la formación de alumnos y docentes en nuevos entornos de aprendizaje y cooperación; como así también la integración territorial, a partir de la formación de redes que articulen y relacionen las distintas comunidades a nivel regional, provincial, nacional o internacional. Generándose de esta manera nuevos espacios y coyunturas de aprendizaje y desarrollo social, dirigidos a los distintos estamentos sociales a través de la formación y capacitación continua con la adaptación de los nuevos entornos, ya no solo presenciales sino también virtuales, de aprendizaje. (9) UNICEF- Argentina / IIPE – UNESCO. Sede Regional Buenos Aires, “Las TIC: del aula a la Agenda política”

Es relevante analizar algunas cuestiones sobre el contexto en que las TIC están impactando en los sistemas educativos, sus instituciones y los individuos que los conforman, en particular los docentes y alumnos. Las mismas están dando lugar a profundas transformaciones socioculturales, frente a un escenario mundial de concentración y exclusión, es primordial que estas nuevas tecnologías, y las oportunidades que ellas crean, puedan ser usadas para reducir la brecha no sólo entre quienes tienen acceso y quienes no lo tienen, sino entre aquéllos que interactúan con los medios y los recursos. Por ello, la incorporación de las TIC en la sociedad en general, y en la educación en particular, se encuentra ligada a políticas de igualdad que deben ser cuidadosa y estratégicamente planificadas. En definitiva, como ya hemos señalado en otros momentos, es fundamental el papel de un Estado que aspire a poner al alcance de todos los ciudadanos un uso productivo y crítico de estos nuevos productos culturales. En las últimas dos décadas en nuestro país se ha iniciado este camino de integración de las nuevas tecnologías en casi todos los ámbitos sociales, como en otras partes del mundo en que se aplican, con avances y retrocesos, pero con una clara intención de progresar en este campo. Si volvemos la vista atrás, en nuestra propia historia personal, nos daremos cuenta de cómo estos procesos tecnológicos han atravesado nuestras vidas, en muchos casos, casi sin darnos cuenta de que una nueva “marea” nos llevaba hacia este presente y próximo futuro inmediato, en el cual las tecnologías de la comunicación ya se encuentran instaladas e influyendo todos nuestros actos. Es en este contexto, en que las instituciones escolares han ido progresivamente, incluyendo las TIC, todavía falta mucho por hacer, no solo con el uso de tecnologías (tanto soporte como software) que cada día son más avanzadas, sino también en el campo que nos atañe en este caso, el proceso de alfabetización digital. En la actualidad la mayoría de las escuelas tienen acceso a ordenadores personales, ya sea en salas de computación o con el uso de Net Books y teléfonos conectados a la Web dentro del tradicional espacio áulico.

La aparición de estos nuevos espacios llevó a la preparación de la mayor parte posible de los docentes para la utilización de los mismos, así comenzó un largo camino, no siempre con las expectativas iniciales cumplidas, y en muchos casos, con un gran entusiasmo por parte de los alumnos, pero no así por parte de los docentes que con cierto tono catastrófico, se veían envueltos en la aparición de las nuevas tecnologías. Distinguimos, en relación a este hecho, los conceptos vertidos por Umberto Eco (1964) en su serie de ensayos “Apocalípticos e Integrados” donde diferencia a los individuos que forman la “cultura de masas” y la sociedad de la comunicación (en sus inicios) en dos grandes grupos: por un lado, al grupo que el autor denomina “Apocalípticos” y que está conformado por los hombres de la cultura que al reconocerse como, lo que Eco (1964, p.30) denomina, los “últimos supervivientes de la prehistoria destinados a la extinción” se consideran fuera de la masa, pesimistas y se replantean permanentemente las nuevas apariciones culturales y tecnológicas. El término “supervivientes” hace referencia a que este grupo de individuos ha sobrellevado los cambios ocurridos en la sociedad y la influencia de las tecnologías, pero negándose a dichos cambios, también podemos interpretar que han pasado una dura prueba y la han resistido. Por otro lado, al usar el concepto “prehistoria” lo hace desde una dimensión temporal, que da profundidad a los cambios realizados, en realidad en un corto tiempo histórico y describe la sensación de pérdida o desorientación de muchas personas, las cuales saben conscientemente o intuyen su desaparición, no como individuos físicos, sino desde los cambios en estructura del pensamiento, comportamiento, valores y formas de trabajar. Por otro lado, nos presenta al grupo de los “Integrados” cuyo contraste es su visión optimista, con bienes culturales al alcance de todos, los individuos integrados no se plantean dónde nace la cultura, a diferencia del grupo anterior, raramente teorizan, prefieren actuar. Pero a medida que analizamos como cada uno de estos grupos actúa frente a la cultura de masas es interesante el planteo

de U. Eco (1964, p.31) cuando pregunta “¿hasta qué punto no nos hallamos ante dos vertientes de un mismo problema?”. En este caso la fórmula “apocalípticos e integrados” no se refiere al valor sustantivo de cada término, como grupos individuales, sino que lo toma como adjetivo al tratar de identificar de alguna manera a los individuos, no plantea actitudes opuestas, sino actitudes complementarias frente a la crítica popular. El apocalíptico en el fondo conforta al integrado al dejarle entrever su conocimiento sobre los sucesos, que toma como catástrofe, en cambio el integrado no tiene la misma visión sobre los sucesos y acepta, sin cuestionarse los cambios; pero la realidad es que ambos se encuentran atravesados por la cultura, la tecnología y son parte de una misma sociedad, con una historia común a ambos. Si transferimos esta idea a la escuela, el rol de apocalípticos aparentemente lo desempeñan los docentes y los alumnos responden al rol de integrados, pero frente a las nuevas tecnologías pueden encontrase en igualdad de condiciones. Es de esta manera que aparece en juego la capacitación docente para poder absorber, aplicar y enseñar estas nuevas tecnologías y, por otro lado, y casi simultáneamente, la capacitación de los alumnos, por parte de esos mismos docentes, para que puedan aplicar

y potenciar el uso de estos nuevos

conocimientos en sus prácticas escolares. En definitiva cuando nos referimos al término “capacitación” representamos el proceso de iniciar, completar o profundizar el proceso de alfabetización en todas las dimensiones posibles. En el marco del programa de cooperación de UNICEF con la República Argentina, esta organización ha incluido entre sus acciones prioritarias generar espacios de debate sobre el papel de las tecnologías de la información y la comunicación en la agenda educativa argentina; como así también promover políticas y acciones que garanticen la equidad y la calidad en el mencionado sistema.

Muchas de sus acciones al respecto se enmarcan en el artículo 28 de la Convención de los Derechos del Niño, según el cual los Estados parte “fomentarán y alentarán la cooperación internacional en cuestiones de educación, a fin de contribuir a eliminar el analfabetismo en todo el mundo y de facilitar el acceso a los conocimientos técnicos y a los métodos modernos de enseñanza”. La meta de alcanzar el derecho a una educación de calidad para todos y cada uno de los niños y adolescentes de la Argentina constituye un desafío crucial; ya que la educación tiene implicancias directas con la posibilidad de ejercer otros derechos. La educación surge como un pilar en la agenda política de las naciones y nuestro país no está exento de estos objetivos. Argentina estableció como meta, para el año 2015, lograr que todos los niños, niñas y adolescentes puedan completar la educación básica (diez años de escolaridad completos). Pero cabe señalar que la Ley de Educación Nacional, estipula la obligatoriedad de la educación secundaria elevando a trece años esta meta. Estas metas, no solo demandarán nuevas respuestas de la política pública derivadas del sector educativo, sino también de ámbitos privados; ya sean empresariales, de organizaciones sociales, universidades, etc. que podrán facilitar los vínculos entre adolescentes, educación, formación para el mundo del trabajo y nuevas tecnologías. Como ha señalado Gladys Acosta Vargas ( 10) “el sistema educativo argentino muestra segmentaciones y situaciones de inequidad persistentes que impactan más fuerte sobre los más pobres. A pesar de que los índices de cobertura escolar para los niveles básico y secundario están entre los más altos de la región”. Pero no todos los alumnos que ingresan a la escuela la culminan y los niveles de calidad y eficiencia interna son bajos, se calcula que actualmente casi un 14% de la población estudiantil argentina, de entre 6 y 18 años, se encuentra fuera del sistema educativo. La educación básica se caracteriza por su alta tasa 10

( ) Gladys Acosta Vargas, Directora UNICEF – Argentina, 2008.

de cobertura pero con altas tasas de permanencia y sobreedad, en el caso del nivel medio, éste avanza en sus niveles de cobertura pero contiene los más altos porcentajes de abandono del sistema. Frente a este panorama, los nuevos escenarios educativos que instauraron las TIC y los medios de comunicación en la última década sorprendieron a todos los países de América Latina, donde con la deuda pendiente del déficit grave en el acceso equitativo a una educación de calidad se le suma el desafío de acelerar, promover e integrar nuevas formas de alfabetización tecnológica, sin que aumente la brecha se acceso, incluir las TIC para mejorar la equidad y la calidad educativa es un desafío que debe enfrentarse. Entornos de aprendizaje. El efectivo cumplimiento del derecho a la educación puede fortalecerse sustancialmente con los avances tecnológicos, a través de entornos de aprendizaje formal, no formal e informal gracias a una estructura de red, como la que proporciona Internet. Actualmente los ambientes de aprendizaje no se circunscriben a la educación formal, ni a una modalidad educativa particular, se trata de aquellos espacios en donde se crean las condiciones para que el individuo se apropie de nuevos conocimientos, nuevas experiencias, de nuevos elementos que le generen procesos de análisis, reflexión y apropiación. Los entornos de aprendizaje se entienden como los ambientes propicios para atender al sujeto que aprende, dentro de estos ambientes consideramos desde los espacios físicos reales a los espacios o entornos virtuales. Podemos caracterizar brevemente estos entornos de la siguiente manera: a. Entorno de aprendizaje formal: comprende a los sistemas educativos, ordenados en forma sistémica y jerarquizada, alcanza desde los niveles escolares iniciales hasta los estudios universitarios; representados por la “institución escuela”. En ellos se desarrollan clases formales con una estructura determinada, suele ponerse el énfasis en la enseñanza de los

contenidos, el aprendizaje va de lo teórico a lo práctico, si bien el desarrollo de las clases son grupales, el aprendizaje finaliza en forma individual. b. Entorno de aprendizaje informal: es un proceso que abarca toda la vida de una persona, de esta manera se adquieren y acumulan conocimientos, habilidades y actitudes a medida que ocurren; este tipo de entorno está directamente relacionado a las experiencias diarias, algunos investigadores lo denominan “aprendizaje invisible”. El énfasis se encuentra plasmado en los procesos de comunicación entre los participantes y el ambiente donde se produce el intercambio. En este caso el aprendizaje se da la mayoría de las veces en forma colaborativa partiendo desde la práctica hacia la teoría. c. Entorno de aprendizaje no formal: generalmente no se desarrollan en una institución educativa y no se obtiene una validación oficial de lo aprendido, son

todas

las

actividades

educativas

y

sistémicas

organizadas

generalmente fuera del espacio físico de una institución pero ésta puede ser la mediadora para que ese entorno de aprendizaje se plasme, las actividades se encuentran dirigidas a grupos. d. Entornos de aprendizaje virtuales: generalmente asociados a modelos formales de aprendizaje; ya que en muchos casos dependen de instituciones

oficiales,

no

se

llevan

a

cabo

en

un

lugar

físico

predeterminado, es así como las nuevas tecnologías tales como los sistemas satelitales, Internet, las herramientas multimediales y la televisión interactiva, entre otros, se han potenciado traspasando al ámbito escolar, favoreciendo

así

la

adquisición

de

conocimiento,

apropiación

de

contenidos, experiencias y procesos pedagógico comunicacionales (Ávila y Bosco, 2001). En ellos la comunicación y el aprendizaje se da entre individuos que se encuentran en distintos lugares físicos, muchas veces a grandes distancias entre si y el intercambio se logra a través de la Web a la que se tiene acceso por Internet. En el entorno virtual podemos diferenciar dos tipos o momentos en la comunicación:

-

Espacio virtual sincrónico: este ocurre cuando dos o más participantes se encuentran

en un mismo momento en un espacio virtual

predeterminado, por ejemplo una sala de chat. -

Espacio virtual asincrónico: en este caso los participantes acceden a un espacio virtual en diferentes momentos y la comunicación se da a través de consignas y mensajes escritos o grabados.

Estos dos espacios, en los entornos virtuales, conllevan el concepto de elearning o educación en plataformas virtuales de aprendizaje, el aprendizaje puede ser llevado a cabo totalmente en estos espacios o darse una modalidad donde se mezclan las formas de enseñanza, entre presencial y virtual. A esta forma de aprendizaje mixto o “mezclado” se lo conoce como Blended learning. Hay diversas maneras de concebir un ambiente de aprendizaje en la educación, en ellos se contemplan, no solamente los espacios físicos y

los

medios, sino también los elementos básicos del diseño instruccional. Básicamente existen cinco componentes principales que lo conforman: el espacio, el aprendiz, el asesor, los contenidos educativos y los medios de información y comunicación. Según Gros Salvat (2000) en la Sociedad del Conocimiento, los individuos se adentran en un mundo nuevo y de gran trascendencia para sus vidas, en el que la gestión,

adquisición,

transformación,

diseminación

y

aplicación

de

los

conocimientos se presenta en un mismo espacio, que puede ser físico o virtual. Las prácticas escolares actuales pueden responder a dos grandes corrientes del aprendizaje humano, las cuales proporcionan una fundamentación a la hora de planificar y conducir las actividades del diseño de instrucción utilizado por los docentes. Para la corriente Conductista, que iguala el aprendizaje con los cambios en la conducta observable, el aprendizaje se logra cuando se obtiene una respuesta apropiada a partir de un estímulo ambiental específico. Por otro lado la corriente Constructivista, que es considerada una rama del Cognitivismo, estima que el conocimiento es una creación de significados por parte del individuo a partir de experiencias propias.

En relación a las Nuevas tecnologías y las prácticas escolares Jorge R. Rivas (1999), al referirse al diseño instruccional en educación a distancia, señala que este diseño, en parte, se basa en teorías del aprendizaje conductista y no es tan claro con las nuevas tecnologías, discriminar las corrientes emergentes constructivistas en los procesos de enseñanza – aprendizaje, en este marco, destaca “Los conductistas de la instrucción programada establecen una gran separación entre el diseño y la implementación”. Para él esta separación se hace evidente en la instrucción, a través de los programas y el software que se utilizan en la educación a distancia. Considera que se desvaloriza la naturaleza

del

aprendizaje, al plantear el acceso al conocimiento en forma estática, jerarquizada y estándar ya que primero se suministra la información, luego se verifican las respuestas correctas y si es necesario se hacen reajustes y refuerzos ante posibles contingencias. Para el autor no existen en este caso diferencias entre un espacio áulico real o uno virtual a través de una pantalla de computadora, resalta la necesidad de un abordaje cognitivo con alta interactuación, donde cualquiera de los partícipes pueda ejercer una influencia educativa. Consideramos que estos conceptos pueden ser perfectamente transferidos a las prácticas escolares más convencionales y donde la aplicación y uso de la tecnología está en fases iniciales o intermedias. La realidad es que en los entornos virtuales el constructivismo es la corriente que prima, debido a que el aprendizaje colaborativo se plasma como la instancia principal en la elaboración y adquisición del conocimiento, las plataformas en las que se desarrollan estos aprendizajes han evolucionado mucho distinguiéndose gran cantidad de herramientas que facilitan la comunicación y el intercambio. También el aprendizaje puede realizarse a través de la utilización de espacios y herramientas cada vez más participativos y en los cuales los usuarios, ya sea en espacios públicos o privados, o redes semi privadas, pueden expresar sus opiniones, volcar su conocimiento e interconectarse a distintas fuentes de información; en los últimos cinco años cada vez son más las ofertas de herramientas que permiten el trabajo colaborativo, desde los buscadores, las

redes sociales, los marcadores sociales, organizadores de información y sistemas de gestión de archivos entre otros. Para el uso de la diversidad de ofertas, que encontramos hoy, para trabajar formas de enseñanza y aprendizaje en

entornos virtuales o mixtos es

preponderante la capacitación, la falta de la misma o la implementación incorrecta puede generar debilitamientos en las instituciones escolares, Este proceso no sólo debe permitir

acceder a la información y conocimientos, sino que, es

preponderante para garantizar los procesos de socialización, inclusión y formación de ciudadanía, entre otros valores prioritarios. Las soluciones que se limitan a superponer los propósitos y potencialidades de las TIC a la estructura curricular actual,

sin

fomentar

transformaciones

más

profundas,

son

claramente

insuficientes. Es necesario trabajar en modificaciones fundamentales desde los programas de estudios, los libros de texto, hasta las políticas de gestión escolar y, fundamentalmente, en las políticas de formación docente. En este sentido, la Ley de Educación Nacional funda un marco legal de oportunidad y transformación para garantizar la equidad y la calidad en todas las aulas, en el Título VII de esta Ley, se hace referencia a la integración de nuevas tecnologías y medios de comunicación; y según el Artículo 76 de la misma Ley, se pone de manifiesto que no es posible integrar efectivamente innovaciones educativas en un programa más amplio, si los que deben trasmitirlas, promoverlas y enseñarlas no están convencidos de su importancia. En las primeras etapas de este camino, la capacitación se dio en forma asimétrica, fueron los alumnos los que

rápidamente asimilaron la información

sobre el uso de estas nuevas herramientas y se sumó el contacto extraescolar que tenían en muchos casos con las computadoras. La capacitación institucional y de los docentes, en los distintos ámbitos provinciales, actualmente, es una de las propuestas más vigentes para acceder al proceso de alfabetización y aplicación a diversas ofertas pedagógicas.

Análisis de un caso. A continuación daremos a conocer parte de una investigación realizada en el año 2010 en una escuela media en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ubicada en la zona sur de la Capital Federal, en un cinturón altamente poblado y con una población estudiantil perteneciente a los niveles bajos y medios del

espectro

socioeconómico.

Dicha

investigación

estaba

referida

a

la

alfabetización digital y la existencia de diversas brechas, queremos con el análisis de algunos de los datos relevados mostrar la necesidad de la alfabetización digital y la relación existente, a modo de ejemplos, con muchos de los conceptos vertidos en este curso. El proceso de capacitación en el uso de computadores personales, por parte de los docentes, en este establecimiento, se inicia a mediados del año 1994, hoy en día, casi dos décadas después, consta con dos aulas de informática, con sus computadores conectados en red y con conexión a Internet, también se han informatizado las dependencias escolares, tanto en la parte pedagógica como administrativa, si bien aún no se han recibido equipos de Net Books para los alumnos y docentes, el establecimiento se encuentra en las fases finales para la implementación de las mismos. La capacitación acaeció con diferentes grados de aceptación y convocatoria a través del tiempo, si bien nos referimos a una institución con una amplia disponibilidad de recursos informáticos, a continuación se expresan los datos cuantitativos que se han relevado sobre los usos de estos recursos, por parte de los alumnos del ciclo superior y el grupo de docentes a cargo de los mencionados alumnos. Se utilizaron dos instrumentos del tipo encuestas precodificadas para muestreo y relevamiento de datos. La muestra de trabajo fue de ciento nueve alumnos, con una edad promedio de diecisiete (17) años y el rango de edad entre los dieciséis (16) y veinte (20) años, cincuenta y cinco de los alumnos correspondió al género femenino y cincuenta y cuatro al género masculino. En relación a los docentes, fueron

encuestados treinta y uno con una edad promedio de cuarenta y seis (46) años y el rango de edad ubicado entre los treinta y tres (33) y sesenta (60) años; el género femenino se encontraba representado por el 96 %. El primer ítem al que nos vamos a referir está relacionado al uso regular de una PC, los resultados arrojados fueron los siguientes: los porcentajes entre los alumnos que tenían acceso y utilizaban una computadora era muy alto, al igual que sucede con los docentes, los porcentajes entre ambos grupos fueron muy cercanos. La mayoría reconoció que utilizaban esta herramienta, lo llamativo en este punto fue que cuatro (3,7%) de los casos de alumnos indicó no utilizarla, si bien se imparten clases de computación semanalmente. Por otro lado, solamente dos docentes (6,5%) indicaron que no utilizaban este recurso. En relación al acceso por parte de los integrantes de la comunidad educativa (en ambos grupos), según los datos arrojados, no se pudo apreciar una brecha digital generacional, tampoco se ha apreciado una brecha digital por género, ya que accedían por igual mujeres y varones; pero al realizar un análisis de quienes no utilizaban computadoras personales se pudo apreciar cierta tendencia de la brecha por género, puesto que el 90 % de los casos correspondían al género femenino, si bien se debe considerar que la cantidad de datos relevados en la muestra carecen de sustento para establecer una generalización. En este punto, los alumnos que tenían un acceso regular al uso de PC fue de un 96,3% y del grupo de los docentes accedía regularmente el 93,5%. . Gráfico 1 - alumnos

Gráfico 2 - docentes

3,70%

6,50%

96,30%

usan PC 105

no usan PC 4

93,50%

usan PC 29

no usan PC 2

Como señala D. Buckingham (2007, p.103) “el uso de tecnología, con frecuencia, implica todo un conjunto de cambios posteriores (de los cuales no todos pueden planificarse de antemano) y pueden conllevar una variedad de consecuencias no previstas”. Por lo que se desprende de los porcentajes analizados, destacamos que tanto alumnos como docentes tuvieron una actitud de acercamiento al uso de tecnología y el dominio de algunos conocimientos básicos en este campo para acceder al uso regular de computadoras. En segundo lugar se analizó en qué ámbitos

utilizaban una PC, nos

encontramos con resultados diferentes al punto anterior, solamente en setenta casos (66,7%) de alumnos tenían acceso a una PC en el hogar, los treinta y cinco restantes (22.6%) sólo accedían en la escuela y un 10,7% lo hacían en otros ámbitos, que identificaron como el cíber, casa de amigos y en unos pocos casos casa de parientes (gráfico 3). En cambio en el grupo de los docentes, veintiséis casos, el 89,7% tuvieron acceso a una PC personal en su hogar y además catorce de ellos utilizaban también las computadoras de la escuela, dos docentes (6,9%) usaban solamente PC en la escuela y sólo un docente indicó usarlas en un cíber Gráfico 3 - alumnos

(gráfico 4)

otros lugares 10,70%

Gráfico 4 - docentes sólo en la escuela 22,60%

en el hogar 66,70%

solo en la escuela 6,90%

otros 3,40%

en el hogar:70 sólo en la escuela: 24 otros lugares: 11 en el hogar 89,70%

en el hogar:26 solo en la escuela: 2 otros lugares: 1

Otro punto que

se consideró en este trabajo fue el tiempo,

en dos

aspectos, por un lado, ¿desde cuánto tiempo atrás utilizaban una PC alumnos y docentes? y, por el otro, la cantidad de horas semanales que se dedicaban al uso escolar, uso de juegos y uso privado. En relación a las respuestas obtenidas para el primer aspecto distinguimos tres momentos: aquellos individuos que hacía menos de un año que utilizaban el medio en cuestión, los individuos que lo utilizaban desde hacía cinco años o menos

y los que usaban una PC por más de cinco años. En este punto,

encontramos diferencias notables entre uno y otro grupo de encuestados, por un lado, sólo el 3% de los docentes había comenzado con el uso hace menos de un año, a diferencia de los alumnos que representan un 14%. Suponemos que por la diferencia de edad es que el 73% de los adultos accedían a ellas por cinco años o más, en contraposición al 38% de los alumnos. Para el rango “de 1 a 5 años” los porcentajes arrojaron un 48% para los alumnos y un 24% para los docentes, con este ítem podemos determinar que el acceso a los medios digitales no era reciente para la mayoría de los alumnos y los docentes encuestados. Refiriéndonos al segundo aspecto temporal y relacionado sobre el uso que hicieron de la computadora, encontramos diferencias importantes entre ambos grupos, relacionados: al uso escolar, uso de juegos y uso privado, habiéndose considerado dentro de esta última opción el envío y recepción de mail, participación en redes sociales, uso de canales de Chat y navegación en Internet. 110

120 100 80 60 40

28

20

19 6

6

2

0 uso escolar

uso de juegos

alumnos (hs. semanales)

uso privado

docentes (hs. semanales)

Gráfico 5 En los tres aspectos tomados en consideración los alumnos dedicaban más cantidad de horas semanales a las distintas actividades que los docentes, en el

gráfico 5 podemos observar el promedio de horas dedicado en cada caso, pero destacamos el tiempo dedicado a actividades privadas por parte de los alumnos, a diferencia de los docentes que señalaron una dedicación de tiempo similar entre el uso escolar y el privado, casi no teniendo éstos ingerencia en el uso de juegos de PC. Podemos destacar acá una disociación, por parte de los alumnos, entre el uso de este recurso en las prácticas escolares y las prácticas digitales por fuera del sistema escolar, como bien destaca Buckingham (2007) los alumnos tienen otras inquietudes que trascienden la escuela y pueden llegar a ser incorporadas a sus prácticas escolares, en cambio esta diferencia no es perceptible en el grupo docente. En ambos grupos de estudio se les solicitó identificar bajo qué Sistema Operativo trabajaban, y si era posible especificar la versión como así también algunos de los programas que generalmente utilizaban, los resultados brindados por la encuesta nos indica que en el caso de los alumnos el 72% reconocía el sistema operativo y el 28% lo desconocía; en cambio en los docentes el 68% lo reconoció y el 32% no lo hizo. Cabe señalar que se encontró que tanto adolescentes como adultos confundían los conceptos “Sistema Operativo” con “Programas”, en el caso de los alumnos reconocieron correctamente estas diferencias un 37% y 48% en los docentes. Se hizo hincapié en este trabajo en la navegación, búsqueda y selección de información en la Red y el uso de correo electrónico en el ámbito escolar. En relación al tiempo que se usa para navegar, hemos notado que las respuestas han sido altamente subjetivas, muchos de los individuos encuestados, sean alumnos o docentes, consideraron que el uso semanal de una o dos horas es mucho y otros han señalado “poco” con un uso de catorce y/o dieciséis horas semanales. Se relevó que de los alumnos que utilizan una PC, noventa y seis usan Internet, representando éstos el 92%, el 8% restante de este grupo indicó no

navegar por Internet, el promedio de horas semanales de navegación fluctuaba entre 5 horas semanales para la opción “poco” y 18 horas semanales para la opción “mucho”. En relación a la muestra de docentes encontramos que el 97% de ellos usaban Internet y un solo caso indicó no hacerlo, representando el 3%, en este grupo el promedio de horas semanales de navegación fluctuaba entre 10 horas para la opción “poco” y 37 horas semanales para la opción “mucho”. Un ítem que se ha tenido en cuenta como destacado para analizar la alfabetización digital en este estudio ha sido si se busca información en la Web para utilizarla en las prácticas escolares y cómo se hace uso de esa información, encontrándonos que para los alumnos: el 26% buscaban siempre información, 71% de los casos indicó que lo hacen a veces y el 3% de los alumnos nunca buscaba información en la Red; en relación a los docentes encontramos la siguiente

relación, ya que sólo el 7% de los docentes utilizaban siempre

información para sus clases, 76% lo hacían algunas veces y 17% indicó no usar este recurso. De manera similar y con el mismo enfoque, se tomaron las siguientes tres opciones para los alumnos, en relación a cómo se utilizaba la información seleccionada: 1) “cortas y pegas” la información, 2) Realizas un proceso de la información Gráfico 6 Utilización de la Información por parte de los alumnos utilizan todo 6%

y

3) utilizas toda la página sin seleccionar información (gráfico 6). Es

procesan la informació n 43%

"cortar y pegar" 51%

en este grupo que

podemos

apreciar 51%

de

que los

alumnos solamente “corta y pega” la información, estamos ante un porcentaje

importante de alumnos que podrían encuadrarse en el patrón de navegadores, un 43% señaló que realiza procesaba la información, ubicándolos así en el patrón usuarios críticos (Burbules y Callister, 2001) y sólo un 6% de los alumnos indicó que utilizaban toda la información sin realizar ningún tipo de selección ni racionalización de la información. Para los docentes las opciones fueron similares, variando ligeramente en el punto tres, a saber: 1) “corta y pega” la información, 2) Realiza un proceso de la información y 3) Utiliza software educativo. En este grupo se plasmaron respuestas más diversificadas

ya que

indicaron realizar formas combinadas al momento de seleccionar y utilizar la información, el 38% realizaba un proceso de selección de la información de la Web, a ellos se le suma el 25% de los docentes que además de procesar la información utilizaron algún tipo de software educativo, otro 25% señaló solamente el uso de software educativo en sus prácticas escolares y el doce por ciento restante se divide entre un 4% para docentes que usaban software educativo y además “cortan y pegan” información obtenida en Internet y un 8% de los docentes sólo “cortan y pegan” la información (gráfico 7). Gráfico 7 Utilización de la Información por parte de los docentes 4%

"cortar y pegar"

8% procesan la información utilizan soft educativo

25% 38%

procesan la información y utilizan soft "cortar y pegar" y uso de soft

25%

Otro Aspecto que se ha considerado está dado en relación a si ambos grupos se comunicaban entre sí por Mail para evacuar dudas y hacer consultas, se dieron resultados bastante disímiles (gráfico 8), en el caso de los alumnos ninguno lo hacía regularmente, el 26% lo realizaba excepcionalmente y el 74% indicó que nunca se comunicaba por este medio con sus profesores.

Gráfico 8 Comunicación por Mail entre docentes y alumnos

nunca

74%

excepcionalmente

26%

44%

28%

siempre 0% 28%

0%

20%

40%

60%

alumnos

80% 100% 120% 140% docentes

En cambio el 28% de los docentes indicó hacerlo siempre, otro 28% lo hacía excepcionalmente y el 44% restante nunca se comunicaba por Mail con sus alumnos. En este punto, a partir de la respuesta dada por ambos grupos a la opción “siempre” también creemos que se ha dado una respuesta subjetiva, ya que ningún alumno considera tener un intercambio de mail fluido con alguno de sus docentes, mientras que el 28% de los docentes considera que esto sí ocurre entre sus alumnos y ellos.

Por último, se compararon los porcentajes en relación a qué opinan ambos grupos frente a si se ha visto favorecido o mejorado el rendimiento de sus prácticas escolares a partir del uso de PC. En los casos analizados de los alumnos, el 28% consideró que habían mejorado mucho, el 39% estimó que la mejora había sido regular y el 33% opinó que no habían mejorado o los cambios fueron muy pocos (gráfico 9), en relación a los docentes el porcentaje más alto está indicado para una mejora sustancial en sus prácticas escolares con un 55% de los encuestados, un 24% lo han señalado como regular y el 21% consideró que ha habido muy pocas mejoras en sus prácticas a partir del uso de PC (gráfico 10) Gráfico 10 Gráfico 9 Mejora en las prácticas escolares Mejora en las prácticas escolares - docentes - alumnos -

poco o nada 33%

mucho 28%

poco o nada 21%

mucho 55% regular 24%

regular 39%

Tomando en cuenta los datos relevados y compartidos aquí de este trabajo, planteamos a continuación una serie de conclusiones y reflexiones, que pasamos a detallar: Tal como arrojan los datos cuantitativos de estas encuestas, consideramos que podemos afirmar que, la mayoría de los participantes de este trabajo tienen de alguna manera acceso al uso de computadoras personales, como así también a Internet. No se evidencia en relación al acceso una brecha entre los nativos digitales y los inmigrantes digitales, en este aspecto podemos afirmar que el grupo de docentes ha tratado de asimilar a su vida privada y profesional las nuevas tecnologías, tratando de llevar nuevas formas metodológicas a sus prácticas, si

bien no podemos afirmar esto en relación a las prácticas pedagógicas, ya que deberían analizarse desde la dimensión de las corrientes del aprendizaje y como acceden sus alumnos a los mismos, a través de estas prácticas. Sabemos que las prácticas conductistas pueden en muchos casos profundizarse con el uso de las nuevas tecnologías. Si consideramos los conceptos vertidos por Jorge R. Rivas (1999), el análisis realizado en este trabajo permite determinar que no se produjeron cambios profundos en las prácticas escolares de los grupos a partir del uso de las computadoras, pero

si creemos que se han establecido algunas de las

herramientas de la alfabetización digital que favorecen la igualdad de oportunidades entre los alumnos que pertenecen a distintos estamentos sociales. En este caso podemos, plenamente, afirmar que los integrantes de esta comunidad han sido alfabetizados en el sentido tradicional, conocen el alfabeto, tienen conocimientos de cálculo ya que han podido decodificar sin inconvenientes los ítems solicitados en las encuestas. Pero, en relación a la alfabetización digital propiamente dicha, en el caso estudiado nos encontramos ante una “alfabetización informacional” o como distingue Buckingham (2003) “alfabetización en nuevos medios” refiriéndose a los medios digitales, debemos ser cautelosos al hablar de la alfabetización digital en toda su dimensión y lo que con ella conlleva, ya que no es posible comprender en forma acabada los medios digitales, si lo único que consideramos es simplemente el uso de máquinas (hardware) y técnicas (software). Uno de los problemas que acá se plantean es que la mayoría de los usos educativos de estos medios, es que se los toma como “herramientas” neutras o medios instrumentales para adquirir y distribuir la información en forma más rápida y fácilmente, siendo que los docentes que las utilizan como herramientas neutras se corresponden a otra “matriz” de formación, al haber nacido y sido formados fuera de las nuevas tecnologías. Hemos apreciado que la mayoría de los individuos tanto alumnos como docentes, toman estos medios, como novedosos

materiales de enseñanza, pero no llegan a valorar o apreciar el pleno potencial que tienen para su vida laboral, estudiantil y privada. La verdadera alfabetización digital, como acá hemos explicado, tiene un fundamento más profundo, que busca darle a los individuos alternativas superadoras, que si bien es más rigurosa, también es más interesante para ellos. En este tema Buckingham (2007) diferencia la educación para los medios, como el proceso de enseñar y aprender acerca de los medios y la alfabetización en los medios, como el abordaje de conocimientos y habilidades adquiridas por los individuos como el resultado del proceso de educación y en cierta medida la alfabetización se da por la interacción cotidiana entre los individuos con estos nuevos medios digitales. Si partimos de este criterio plasmado por Buckingham entonces podemos afirmar que este grupo de estudio, conformado tanto por alumnos como por docentes, está alfabetizado digitalmente ya que los porcentaje (96,3% y 93,5% respectivamente) nos indican la interacción de ambos con uno de estos medios digitales, la computadora.

Pero si analizamos la alfabetización digital basándonos en los conceptos vertidos anteriormente por Luke (2000), Fabos (2004) y Steiner (2005), sobre “alfabetización crítica” entonces deberemos replantearnos si esto es así. Al observar los resultados con respecto a cómo es el manejo de la información buscada y seleccionada por parte de estos individuos y las lectura y utilización de la misma y en qué contexto se realiza, este trabajo permite determinar que, en el común denominador de los casos, es inexistente una “alfabetización crítica” de los contenidos seleccionados. Es recomendable, en este caso, que diferenciemos dentro de la alfabetización digital, la denominada por Buckingham (2007) “alfabetización en la Red” donde se destacan sus cuatro componentes esenciales, mencionados con anterioridad, en este terreno se plantea una tensión entre un modelo social o crítico de la alfabetización mediática y un modelo o enfoque basado en las competencias. La mayoría de las concepciones de “alfabetización digital” no se ocupan, al menos en profundidad, de las cuestiones complejas

quedando soslayada la profundidad de lo que en realidad implica esta alfabetización y basándose solamente en la pericia y habilidades informáticas o del valor inherente del aprendizaje con computadoras. Un punto a resaltar es la calificación sustantiva que usaremos para los participantes de este grupo, en relación a cómo se comportan frente a la información que buscan en Internet. Por los resultados obtenidos y basados en los criterios de aproximación a los sistemas hipertextuales, señalados por Burbules y Callister (2001), podemos afirmar que estamos ante individuos que pueden encuadrarse en los tipos “usuarios” y “navegadores”, pero debemos ser cautos y usar con reserva la calificación de “usuarios críticos” o “hiperlectores”. Debemos, en este punto aclarar que al referirnos a la capacidad para estimar el valor y la credibilidad del material presente en Internet y la habilidad para alcanzar los beneficios de la información, a la cual acceden los alumnos y docentes en general, no siempre se cumple un mismo rol, como señalan Nicholas Burbules y Thomas Callister (2001, p.119) “probablemente sea imposible (y hasta indeseable) ser siempre lectores críticos que estudian todo tipo de material en forma exhaustiva. Reconocer en qué tipo de situación se requiere una evaluación es, en sí misma, una de las destrezas del usuario crítico”. Para finalizar con el análisis de este caso, queremos distinguir la apreciación por parte de estos actores educacionales frente a la cuestión de si han notado mejoras o no en sus prácticas escolares a partir del uso de estas nuevas tecnologías. En ambos grupos se da una apreciación más positiva que negativa ante este hecho. Si evaluamos los resultados obtenidos el 67% de los alumnos creen que de alguna manera han mejorado sus prácticas escolares y por ende su rendimiento escolar, una consideración bastante cercana en porcentajes se da con los docentes, donde el 79% de ellos creen que se ha producido alguna mejoría. Aunque se diferencia el criterio de profundidad en este aspecto, un alto porcentaje de los docentes creen que sus prácticas han mejorado mucho y en cambio en los alumnos el porcentaje más alto está dado para una mejoría regular o intermedia.

Desde ya debemos señalar que no podemos tomar como un hecho casi mágico que el solo uso de una computadora, navegar por Internet o comunicarse por fuera del horario escolar con docentes o alumnos vayan por sí solo a mejorar las prácticas escolares. Sí creemos que, por ejemplo, el uso de mail entre docentes y alumnos suele mejorar los canales comunicacionales y favorecen en muchos aspectos el acercamiento entre ambos, reduciendo de alguna manera la brecha generacional y generando un marco de contención para algunos alumnos, sobre todo cuando sus familias, por falta de preparación o tiempo no pueden dar respuesta a dudas o criterios a seguir con las tareas escolares. Por otro lado, como ya se ha señalado la alfabetización digital es un punto destacado y relevante para potenciar y mejorar el acceso a estas nuevas tecnologías, pero acá se da un proceso de alfabetización paralelo y en algunos casos casi simultáneo entre los más jóvenes y los adultos. Hasta hace dos o tres década atrás el poder del conocimiento y la información lo tenía casi en su totalidad el ambiente académico y los individuos concurrían a las escuelas para iniciar el proceso de alfabetización. Los adultos que estaban al frente de estos individuos ya habían sido alfabetizados; pero hoy en día se plantean las divergencias entre lo tradicional de la alfabetización y las nuevas formas de alfabetización y nos encontramos con que muchas veces los jóvenes tienen un conocimiento más profundo de estos medios. En definitiva se trata de disminuir la distancia entre los “nativos digitales”, es decir, aquellos individuos que han crecido rodeados de los elementos digitales

y los “inmigrantes digitales”,

considerando en este grupo a todos aquellos que no han nacido y crecido en la era digital y su variedad de herramientas, pero sí han sido influenciados por las gramáticas tecnológicas e intentan adaptarse y dar cuenta del mundo digital. En algunos momentos, la escuela ha sentido fuertemente el rezago frente a esta situación y ha comenzado lentamente a producir algunos ligeros cambios, no sólo en el discurso de las políticas educacionales, que muchas veces quedan en el camino meramente retórico, sino también desde la voluntad particular de los

docentes de insertarse en esta nueva Sociedad de la Comunicación y del Conocimiento más allá de su desarrollo profesional. Pero el aprendizaje en ambos casos no debe ser superficial o meramente técnico, para lograr utilizar al máximo los nuevos medios debemos tomar conciencia de que los mismos no son solamente información en forma de texto, sino que se deben incluir gráficos, cuadros, imágenes, audio, efectos de animación interrelacionados. Más allá de las habilidades y/o capacidades de cada individuo en el uso de las herramientas deberemos considerar como crucial

el desarrollo de la

alfabetización crítica, para fomentar maneras más reflexivas de los diversos usos de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Llegar a la Alfabetización Digital Crítica. El Consejo de Feira (11),

en el año dos mil, se planteó como objetivo

esencial invertir en las personas y en la formación, destacándose que es fundamental dar acceso a la juventud a la era digital, y estableció como medios para lograr dicho objetivo, dos líneas de acción a nivel escolar fundamentales, a saber:  La formación de los docentes para que adapten sus currículos a las nuevas tecnologías.  Que los alumnos adquieran una “cultural digital para ser capaces de moverse en el mundo digital una vez hayan dejado la escuela”. En lo que se refiere al trabajo, se indicó que es preciso aumentar la formación sobre tecnologías de la información y fomentar la igualdad de oportunidades para ambos sexos, enfatizando que “debe realizarse un particular esfuerzo para atraer a la mujer a las profesiones relacionadas con la tecnología de la información, donde están muy poco representadas y constituyen un recurso sin 11

( ) Consejo Europeo de Santa María Da Feira. Portugal, 2000 – Plan de Acción Europa 2002.

explotar en la mayoría de los países”. Asimismo, se persigue la participación de todos los individuos en la economía del conocimiento a través de la elaboración de políticas concretas y efectivas para evitar la exclusión. En la mayoría de los trabajos realizados, en relación a la alfabetización digital, brecha e inserción social de los individuos, se reconoce la importancia clave de la formación y la educación para vivir y trabajar en la nueva sociedad del conocimiento, es necesario otorgar a cada ciudadano las competencias necesarias para vivir, desarrollarse y trabajar en la sociedad de la información. La alfabetización digital en la actualidad, se corresponde al objetivo de la alfabetización general que se plantearon en su momento las sociedades industriales. El potencial de innovación de las tecnologías de la información y comunicación juega un papel decisivo en la sociedad, pero también genera una necesidad prioritaria, que es la de impedir el ensanchamiento de la “brecha digital” entre quienes tienen acceso a los nuevos conocimientos y quienes no lo tienen. Distintas líneas de acción deben implementarse y relacionarse para llevar a cabo estos procesos en este nuevo contexto social, son fundamentales: la infraestructura y el equipamiento, la formación en todos los niveles educativos, como así también de la sociedad, las empresas y los ciudadanos en general, generar cada vez mejores servicios y contenidos de calidad e ir forjando redes de conexión y cooperación por distritos, regiones, naciones y los distintos actores sociales. Los nuevos enfoques pedagógicos se encuentran centrados en los alumnos, como protagonistas de un futuro cambiante, pero los docentes no se encuentran fuera de ese futuro, son parte de él también. Aparecen nuevos retos y necesidades no sólo de las instituciones escolares, sino de la sociedad en su conjunto. Nos encontramos ante desafíos como;  La necesidad de mostrar el valor agregado de los nuevos entornos de aprendizaje.

 La necesidad de crear indicadores y puntos de referencia para los responsables de las tomas de decisiones.  La necesidad imperiosa de hacer hincapié en la calidad educativa, las normas y la pedagogía.  Prestar mayor atención a la formación docente, modernizando los sistemas de educación y formación.  La necesidad de reforzar la investigación y los convenios entre el sector público y privado.  La conveniencia de fomentar el uso de los nuevos espacios de aprendizaje (e-Learning y blended learning) como mecanismo de inclusión y compensación frente a la carencia de cualificaciones (einclusión) (12)  La necesidad de contrarrestar la brecha de acceso y digital en general. La importancia de la alfabetización digital no solo reside en el uso y manejo de Internet, de los aparatos y soportes electrónicos, sino que pueden estar integrados de maneras muy diversas en las actividades cotidianas, pero es primordial tener en cuenta que se puede lograr con la información a la que se tiene acceso, como se la utiliza, se la capitaliza y qué lectura se hace de ella. Por un lado, el uso de Internet presupone un buen manejo de la lengua materna como de otras lenguas y admite unas capacidades informáticas básicas. Por otro, se requiere toda una gama de competencias nuevas: competencias mediáticas; creación, producción y utilización de nuevos servicios digitales; diseño de nuevos objetos y juegos educativos. A partir de estas consideraciones, debemos tener en cuenta distintas líneas de acción y hacia quienes van dirigidas, para poder iniciar la alfabetización digital primero deben contrarrestarse las distintas brechas, fundamentalmente la brecha de acceso, como ya hemos considerado en el módulo correspondiente, a partir de ello se debe tener la determinación y lograr la difusión de buenas y nuevas 12

( ) Programa Plurianual de eLearning (2004-2006) – UE.

prácticas en la aplicación de las nuevas tecnologías en relación al aprendizaje y así mermar la brecha digital. También debemos mejorar el acceso a las TIC para aquellos individuos con dificultades para hacerlo, como es el caso de los niños y jóvenes que corren riesgo de marginación por abandono del sistema escolar. Las acciones dirigidas para estos casos son transversales, fomentando el aprendizaje digital, debemos poner atención a los diferentes estilos de aprendizaje, las diferentes didácticas a implementar, buscando el reconocimiento de la diversidad de procedencias en términos territoriales y de estratos socioeconómicos.

En este nuevo panorama, pueden utilizarse con fines

educativos, todos los medios en general, desde la televisión, la radio hasta las nuevas herramientas usadas para el aprendizaje y el trabajo colaborativo en entornos virtuales; el empleo de juegos interactivos facilita el acceso a los alumnos y genera espacios de curiosidad y nuevo interés por parte de ellos. El desarrollo de estas nuevas herramientas favorece la adquisición del conocimiento significativo, la educación ciudadana, la comunicación intercultural y motiva a las personas adultas a adaptar sus capacidades. La innovación pedagógica es un factor clave para el acceso a las distintas prácticas escolares dirigidas a la alfabetización digital, muchas experiencias realizadas a tal fin conllevan estrategias lúdicas, que constituyen uno de los rasgos de éxito de experiencias relacionadas con las TIC y con el “aprendizaje intuitivo” de las mismas; los juegos interactivos se convierten así en una herramienta motivadora para los alumnos, accediendo de esta manera, al inicio del uso de las nuevas tecnologías y por ende se incorporan al mundo digital de una forma menos rígida y más entretenida. Podemos considerar estos tipos de trabajo como un intento de flexibilización de los métodos de enseñanza, tanto tradicionales como digitales. La idea de alfabetizar digitalmente a través del juego se convierte en algo mucho más innovador cuando, además se incorpora a la estrategia de promoción inicial, se suma la articulación a un nuevo soporte, es decir, el desarrollo de un medio poco frecuente en las estrategias tradicionales; por ejemplo la utilización de

telefonía móvil para la alfabetización digital a través del juego virtual o a través del uso de recursos y contenidos digitales. Ambas estrategias permiten a los alumnos que acceden a estas tecnologías la posibilidad de personalizar los contenidos y la elección de los recursos, en definitiva pueden adaptar la tecnología a sus necesidades. Dentro de todas las posibles estrategias que implican un nuevo soporte o medio en la alfabetización digital, también es importante pensar en el desarrollo de estrategias paralelas de alfabetización ante soportes tecnológicos como: la implantación de los sistemas telefónicos de última generación; las Tablets, el desarrollo de la televisión digital interactiva; y el desarrollo de la Web 2.0 y la próxima Web 3.0. Los métodos más tradicionales de alfabetización digital suelen ser más lentos, tediosos y en muchos países ya han sido superados por estas acciones innovadoras del “hacer para aprender”.

Las propuestas acá

mencionadas van dirigidas exclusivamente a la escuela, pero ella no es la única institución u organismo que puede facilitar e impulsar la alfabetización digital en una comunidad, en este proceso pueden participar Universidades, ONGs, empresas privadas, Institutos de investigación e incluso sindicatos y gobiernos de distintos países, donde se busca que las naciones con mayor índice tecnológico apoyen y refuercen a las naciones con un índice menor de desarrollo, complementándose para satisfacer sus necesidades y demandas.

La innovación es un elemento indispensable para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías, pero queremos destacar que el fin no es la mera alfabetización digital, como el acto de manejar, leer y escribir a nivel multimedial, como señala Alfonso Gutiérrez (13) “No solo se trata de escribir y leer multimedia, sino de desarrollar las aptitudes necesarias para disfrutar leyendo y escribiendo, para interpretar de manera crítica y productiva el sentido de lo que se lee y ejercer plenamente el derecho a recibir, producir y transmitir información multimedia”.

13

( ) Gutiérrez, A. “Alfabetización digital. Algo más que ratones y teclas” – Editorial Gedisa, 2003.

Es cierto que los alumnos suelen conocer mejor los medios digitales que los docentes pero eso no quiere decir que sepan utilizarlos en su máximo potencial, con frecuencia buscan y utilizan información presente en la Web pero desconocen la mayor parte de recursos que tienen a su disposición. Es con este ejemplo, que queremos resignificar el rol del docente en el proceso de alfabetización digital crítica, el concepto “alfabetizar” cobra una dimensión profunda, donde se tratará de lograr la competencia de comunicación lingüística sumada a la digital, desde la perspectiva en la que el alumno el protagonista de este proceso, iniciar el camino de “aprender a aprender”, con autonomía, desarrollo de la creatividad, iniciativa personal para encarar los problemas. El docente es el encargado de guiar, mostrar; es el organizador y orientador de cómo buscar la información, de cómo valorar la información a la que se tiene acceso, de señalar la necesidad de confrontar la información con varias fuentes (gráficas, virtuales, audiovisuales, bibliográficas) en definitiva deja de ser un difusor de conocimiento para pasar a ser un formador de hiperlectores. Para la promoción de la alfabetización digital y la merma de la brecha digital es necesario tener en cuenta distintos factores como: el nivel de renta o ingresos disponibles, la edad o el alcance territorial de un proyecto. Los ingresos serán, los que determinen la inclusión o no para disminuir la brecha digital de acceso, pero no deben descuidarse otros elementos que la configuran, como es el caso de la no-inclusión de personas mayores o que están fuera del sistema formal educativo; en cuanto al alcance territorial, se debe tratar de establecer, a futuro, en qué ámbitos geográficos hay que incidir en materia de cultura digital para evitar el aislamiento de las regiones. Es necesario un análisis de estos factores para reforzar la elaboración de herramientas adaptadas a necesidades específicas, como también la conexión de las acciones de inclusión digital con las de promoción del empleo y la igualdad social, traspasando las fronteras de los sectores relacionados con la educación y la formación ligadas a determinados empleos; la alfabetización digital debe ser un proyecto abarcativo a los ciudadanos en general que les permita el acceso a

recursos, servicios, colaboraciones e intercambios, no importando la distancia en que se encuentren entre si los individuos, ni las limitaciones geográficas que se presenten. No obstante, la mayoría de las investigaciones en este tema ponen el acento en el aprendizaje ya que las TIC o uso de distintos soportes digitales no son, por si mismas, una garantía de mejoras en la calidad del aprendizaje. El aprendizaje

en línea o con el uso de nuevas tecnologías aplicadas, es un

concepto dinámico y evolutivo, que se gesta y proviene del concepto tradicional de aprendizaje y educación, adaptado a las especificidades del entorno en el cual se desarrolla el proceso.

De tal manera la educación digital supone un cambio de paradigma, una transformación en los modelos, contenidos y métodos que, en definitiva, son los que permiten que los recursos y servicios digitales y online, así como las colaboraciones e intercambios, sean valores reales acrecentados con el proceso educativo, de manera permanente y a lo largo de la vida; esto último conlleva una exigencia a los usuarios, que es, la de tener conocimientos previos que le permitan aprovechar las tecnologías con fines educativos. No debemos olvidar que el punto de partida para entender la alfabetización digital es: la adquisición de la competencia técnica para ser usuarios de las TIC, entendidas en un sentido amplio;

a esto se le suma la adquisición de las

capacidades intelectuales y prácticas necesarias para que los individuos puedan desempeñarse plenamente en la sociedad de la información. Estos conceptos son aceptados por la mayoría de los especialistas en el tema, pero el punto de inflexión se plantea, ante la capacidad técnica (inevitable) y la profundidad que abarca este concepto. Para algunos de ellos, basta con

tener conocimientos

elementales para acceder al uso de las TIC y con ello ya podemos considerar a un individuo digitalmente alfabetizado; en cambio, para otros investigadores, éste proceso se logra cuando, además, un individuo adquiere la capacidad de producir

en los nuevos medios y para ello son necesarias capacidades técnicas más elaboradas y avanzadas. En el primer caso podemos considerar que se genera un ambiente inclusivo y más confortable para aquellos individuos que componen la brecha digital y así se animen a participar en actividades de formación, en cambio en el segundo caso se corre el riesgo de exclusión al verse intimidados por la tecnología actual. Debemos entender que este camino es un proceso, que no solo depende de los criterios de quienes alfabetizan digitalmente, sino también, de las sensaciones y posturas frente a las tecnologías de los individuos a alfabetizar. En todo caso, las competencias técnicas mínimas tendrán que ser suficientes, para que los individuos al menos puedan incursionar con cierta autonomía en el uso de las TIC; y a partir de esa base fomentar la comprensión de la funcionalidad de las mismas, en términos de oportunidades y beneficios. Llegar a esta comprensión será lo que en definitiva orientará el alcance y el esfuerzo en la adquisición de más y mejores competencias técnicas. Pensar en red, sea quizá, el cambio propuesto, más sustantivo que exige la cultura digital, es así que la alfabetización digital demande también una modificación de las capacidades intelectuales y cognitivas que superen la linealidad y prospere en entornos no lineales y multimediales. En la sociedad del conocimiento se hace posible una vida social, económica y política con la intermediación de las TIC, se plantea una ciudadanía activa y participativa, el ejercicio de los derechos, la educación y la formación permanente, entre otros, son prácticas que, en la versión digital, sólo están al alcance de aquellos individuos que escapan de la brecha digital. Esto implica la necesidad de estimular el sentido crítico que permitirá hacer un uso apropiado de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en beneficio propio y colectivo; de esta manera se conjuga un cúmulo de capacidades

que

abarcan

desde

el

aspecto

puramente

técnico,

hasta

competencias intelectuales y de ciudadanía que permiten al individuo desarrollarse plenamente en la sociedad de la información. Hacia estos campos deberían

apuntar las acciones de difusión y formación específica en la promoción de la alfabetización digital, proceso que se da como resultado de la incorporación masiva, sistemática y trasversal de las TIC sobre todo en la educación formal, en cuyo sistema recae la responsabilidad de promoverla. Es también, sobre el sistema educativo que recae la posibilidad real y material de disminuir los distintos tipos de brecha, sean transversales; señaladas como las que trasponen a distintos países de una misma región, o verticales, que son inherentes a cada país y que se dan en todos los niveles del tejido social. Las brechas se instalan y crece según la condición socioeconómica, el nivel socioeducativo, la edad, la procedencia, la condición y entorno laboral, la zona geográfica y la comunidad donde se vive, el género, las condiciones físicas y de salud. En definitiva, los individuos más susceptibles a integrar estas brechas son los que se encuentran en estado o riesgo de exclusión social, el primer eslabón para encontrar y plantear soluciones concretas y pertinentes

para paliar y

posteriormente erradicar las brechas son los estados, pero la difusión de estas soluciones, en la mayoría de los casos, se plantean para ser llevadas a cabo en las instituciones escolares. Como podemos apreciar, el proceso de disminución de las brechas digitales, la alfabetización digital y la influencia de las TIC, se encuentran en una relación tan estrecha que es casi imposible analizar uno de estos conceptos sin hacer referencia a uno de los otros dos, se encuentran tan interrelacionados que en realidad las acciones de mejora sobre uno de ellos conlleva

una acción

implícita sobre otro. Como señala Victoria Camps Cervera ( 14), al referirse a la cultura digital, para poder alfabetizar en algo o adquirir una cultura determinada hay que saber en qué consiste ese algo o esa cultura. Señala uno de los problemas que tenemos

14

( ) Filósofa y Catedrática española.

con las TIC, quizá el fundamental y es que “reducimos la alfabetización o la cultura en y para las TIC al aspecto tecnológico”. No basta con equipar las escuelas, las empresas, los organismos públicos y los hogares de ordenadores, es un error limitarse al valor de la técnica o incluso sobreestimarlo. La tecnología es la base, pero hay que llenarla de contenidos. La cultura digital es una nueva cultura, ante todo, porque es tecnológica, pero también porque exige, tanto que los contenidos a transmitir se adapten a las nuevas tecnologías, como la creación e invención de contenidos derivados de un contexto que cambia las formas de vivir, de conocer la realidad, de enseñar, de aprender y de comunicarnos. Debe corregirse el reduccionismo tecnológico, para que la sociedad de la información o del conocimiento deje de ser lo que hasta ahora es: un mercado de la información, donde se ofrece y se demanda información; y donde las personas se comunican por unos medios diferentes a los tradicionales, pero no se crea una auténtica sociedad de la información. La autora nos destaca, que se debe dar un cambio de cultura en todos los ámbitos imaginables y en ese cambio deben tenerse en cuenta tres aspectos básicos: 1- Una nueva forma de aprendizaje y de relación interpersonal, para lo que hay que aprender nuevos lenguajes y aprender a relacionarse a través de artefactos telemáticos. Por lo tanto, la alfabetización digital consiste en una competencia lingüística o comunicativa nueva. 2- Aparece

una forma distinta de ver el mundo, un nuevo espacio social

relacionado a una nueva experiencia comunicativa. Además de constituir un cambio epistémico, o como consecuencia de ello, la cultura digital tiene que afectar al sistema y a los escenarios educativos. 3- La existencia de un nuevo entorno digital no significa que los entornos tradicionales deban desaparecer o quedar absorbidos por el nuevo. Haciendo

referencia a la hipótesis de Javier Echevarría (2000) sobre “Los tres entornos” desarrollados por la especie humana: el entorno natural; el urbano y el entorno tecnológico. El hecho de estar viendo nacer un entorno nuevo no ha de implicar que desaparezcan los otros dos, este entorno tecnológico habrá de convivir con los dos primeros, como el entorno urbano ha convivido con el natural. Desestimar los logros alcanzados anteriormente sería otra forma de reduccionismo tecnológico. Consideraciones finales: …”La historia de la educación nos ha enseñado, a veces, en forma dolorosa que la transformación educativa es un proceso sistémico. Ninguna variable, por sí sola, logra transformar la educación. Pero la historia también nos enseñó que no se puede transformar la educación pretendiendo hacer todo al mismo tiempo”. Juan C. Tedesco (1998). Las Nuevas Tecnologías y la alfabetización digital ya forman parte de la historia de la educación; pero los cambios que se están observando varían en profundidad y velocidad de un país a otro, entre regiones dentro de un mismo país y entre continentes. El cambio está presente y plasmado, pero el rol que debe jugar la escuela en este aspecto no debe ser dejado a un simple acto de “voluntariado” por parte de los actores escolares que tienen la responsabilidad de guiar a los que a ella ingresan. La brecha entre escuela y sociedad sigue existiendo, deberá el sistema escolar considerar esta brecha y en qué medida y cómo tratará de reducirla, porque mientras estas diferencias existan se hará más profunda esta fractura o distanciamiento entre el camino de los docentes, con una visión de alfabetización tradicional a los que les toca aplicar en sus prácticas escolares una nueva herramienta y el camino de los alumnos con una estructura de pensamiento distinta que los lleva a un modo diferente de procesar y articular el conocimiento a través de los contenidos.

Hacemos hincapié en la necesidad de una nueva forma de destreza crítica, del desarrollo de una facultad, aún desconocida, para seleccionar la información brevemente, con un nuevo sentido común. Lo que se necesita es una nueva forma de educación para desarrollarse en un nuevo mundo, sin dejar de pensar en si es en definitiva productiva o no la “alfabetización digital”. Podemos preguntarnos en cuanto a qué debe ser productiva y las respuestas que consideramos son amplias, entre ellas: debería hacer más productivo el trabajo docente y del alumno, un facilitador a la hora de enseñar y de aprender, los individuos alfabetizados digitalmente pasan por un proceso que otorga valor agregado, en el caso de la escuela es válido tanto para los docentes y los alumnos, siempre y cuando la planificación de acciones a seguir tengan un real conocimiento de a dónde se quiere llegar. Este valor agregado no puede ser considerado como un mero adorno curricular, sino para permitir la inserción de las nuevas generaciones en el mundo del trabajo, ser más productivos y por ende aumentar las posibilidades de acceso y mejora laboral, social y cultural. Las habilidades y conocimientos que tiene una persona se van adquiriendo durante toda su vida, es un proceso constante, continuo y gradual; pero lo que sí es claro que cuanto más mejoran en habilidades y conocimiento los individuos, mejora el acceso a superiores niveles de vida. Por algunos de estos motivos, es que las naciones han puesto parte de su accionar socio político en generar políticas relacionadas a la inclusión social y la alfabetización digital, el acceso a mejores niveles de vida marca en parte una de las diferencias entre las naciones que forman el mundo desarrollado y las que forman parte de las naciones en vías de hacerlo. De esta manera, no debemos dejar de evaluar el papel del Estado en el camino de la “alfabetización digital”, que no sólo es partícipe con las políticas relacionadas a este tema, sino también brindando la infraestructura necesaria para la capacitación y el acceso cotidiano a las nuevas tecnologías.

La tendencia y la voluntad de acercamiento en muchos casos están presentes, pero para lograr que las Nuevas Tecnologías respondan a las expectativas en ellas apoyadas, se deben tener en cuenta tres pilares: 1-

Políticas educacionales y gubernamentales serias y viables.

2-

La alfabetización digital desde la noción de alfabetización crítica, y

3-

El compromiso real de los actores escolares, donde incluimos: alumnos, docentes, padres, directivos y el propio Estado. En definitiva se necesita una triada de sujetos para llevar a cabo una

“alfabetización digital” eficiente: los alumnos, como representantes de las necesidades sociales, los docentes como los mediadores para acceder a la lectura crítica y el Estado que debería brindar la infraestructura y el marco legal donde ésta se desarrollará. No queremos dejar de considerar la importancia de la transversalidad de la “alfabetización digital” en los contenidos escolares, este concepto apareció hace dos décadas atrás, en los diseños curriculares de base. Con el término “transversal” se alude a la ubicación o al espacio que se pretende ocupen ciertos contenidos dentro de la estructura curricular de cada ciclo o nivel. De tal manera los contenidos son concebidos como ejes que atraviesan en forma longitudinal el currículo, y en torno a ellos se articulan los temas de las diferentes áreas de formación, pero sobre todo en la formación ética y ciudadana de los individuos. Destacamos que la “alfabetización digital” está relacionada a todas las áreas del conocimiento pero es un emergente de una nueva Sociedad. Cuanto más fuertes sean los lazos entre estos pilares, la escuela permitirá darles a sus alumnos las herramientas necesarias para incluirse en la Sociedad del Conocimiento y permitirles evolucionar como individuos plenos y libres.

Actividades de revisión y reflexión

1- Señale en qué contextos están impactando las TIC ¿La institución escuela puede permanecer ajena al mismo? 2- ¿Cuál es la relación existente entre brecha digital, la alfabetización digital y la exclusión? 3- ¿Por qué la incorporación de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) y la Alfabetización digital se encuentran ligadas a las políticas de igualdad? 4- Señale que metas ha propuesto la UNICEF en relación a la educación y las nuevas tecnologías. 5- Complete el siguiente cuadro indicando algunas características de cada uno de los entornos de aprendizaje señalados: E N T O R N O S FORMAL

INFORMAL

NO FORMAL

VIRTUAL

6- Según las corrientes de aprendizaje actuales ¿cómo influyen las mismas sobre las TIC y viceversa? 7- En relación al estudio de caso que se planteó ¿considera que se ha logrado una alfabetización digital o una alfabetización instrumental? 8- Analice la siguiente afirmación, indique si es correcta y justifique su respuesta: “Podemos tomar como sinónimos los procesos de “educar para los medios” y el de “alfabetizar en medios” 9- Señale las características de la alfabetización crítica. ¿Por qué es importante llegar a este nivel?

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Links consultados:

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