Moche

Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Universidad del Perú, Decana de América) Facultad de Letras y Ciencias Humana

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Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Universidad del Perú, Decana de América)

Facultad de Letras y Ciencias Humanas

“La Vivienda Moche” Trabajo de Investigación

Curso: Arquitectura del Perú Antiguo Profesor: Martín Fabbri García

Diaz Nuñez Rosa Mercedes Díaz Amado Vannya Estela Gonzalez Guerrero Ema Huarhuachi Gutiérrez Laura Fiorella

Introducción El objetivo de este estado de arte en el tema vivienda moche, es poder entender cómo evolucionó la arquitectura desde el periodo Lítico hasta el periodo de Formaciones Regionales (Moche) escogiendo las más recientes investigaciones y retrocediendo hasta las más antiguas que hablen del tema. Encontramos textos como el de George Kubler (1986), Cristóbal Campana (1983), y Santiago Agurto Calvo (1984) en los cuales mencionan acerca de las características de la arquitectura en general mochica y sus viviendas. Se comenzará por explicar la cultura Moche de manera general, es decir, su ubicación, datación, sociedad, etc. En otro punto, se comentará sobre la evolución y la arquitectura en templos y viviendas. Profundizando en el tema principal de la investigación, en la segunda parte se hablará sobre la vivienda Moche explicando su función, los materiales que se utilizaron para su construcción y cómo influyó el clima para su ubicación. Se citará a los autores ya mencionados para completar el entendimiento del estado de arte - Vivienda Mochica.

1. Sobre la Cultura Moche

1.1. Los Moches

La cultura Moche se desarrollo en los valles de Chicama y Trujillo alrededor de 250 a.C - 700 d.C. Anterior a ellos, se desarrollaron las culturas Cupisnique, Salinar y Gallinazo, para llegar finalmente a la cultura Moche (Sawyer, 1968).

Registraron su forma de vida, en mucho mayor medida que cualquier otro grupo cultural del antiguo Perú, en un arte pictórico de gran detalle y animación. Sus inmensas plataformas en forma de pirámides y sus fincas difieren enormemente de las aldeas dispersas de los períodos inmediatamente superiores. La civilización Mochica se basaba en la agricultura regada por los acueductos, estanques y canales construidos a escala gigantesca. (Kubler, 1986, p.400)

En la organización política, al parecer no existió un poder único y centralizado, cada valle debió contar con su rey o señor, quien se aliaba con sus vecinos para realizar obras de bien común para efectuar ceremonias rituales o para emprender conquistas militares. (Kubler, 1986, p.398)

1.2 Arquitectura

Debido a los cambios climáticos que acontecieron, los Mochicas se vieron obligados a desplazarse de los valles del sur hacia los norteños. Su arquitectura, a comparación de las anteriores culturas, se relacionaba con el clima, eran de espacios abiertos y estaban cerca a los ríos o al mar. Su planta de tipo de rectangular se encontraba en los templos y viviendas. Por ser un pueblo guerrero incluyeron en su arquitectura murallas y se ubicaban en partes altas. (Campana, 1983, p.15)

Los mochicas, ya con una sociedad desarrollada al grado de la urbanización, heredan un alto porcentaje de respuestas y opciones en el campo del diseño arquitectónico (...). La casa o la vivienda por ser una especie de receptáculo que posibilita la vida humana, protegiéndola de los efectos dañinos del clima, necesita de soluciones derivadas del estudio del medio, del carácter de los materiales, o como desafío climático a controlar. (Campana, 1983, p.14)

La Pirámide de la Luna está construida con terrazas escalonadas de adobe que sobresalen de la ladera de una colina y, según su estructura, probablemente fue plataforma para palacio. La pirámide del Sol en Moche se alza en la orilla del río. Es un conjunto de columnas y paredes agrupadas, las cuales formaron probablemente un templo, a diferencia de la Pirámide de la Luna (Kubler, 1986).

Un falso corredor amurallado protegía la entrada, y de un nivel a otro se pasaba por una serie de rampas. Las amplias terrazas inferiores eran para los sirvientes, y las explanadas superiores más retiradas y rodeadas por casas abuhardilladas con planos de ventilación y sombra se alojaban los señores. (Kubler, 1986, p.404)

El desarrollo de este urbanismo planificado estuvo estrechamente relacionado con la construcción de grandes canales que formaban un sistema de riego artificial. Estos sucesos se llevaron a cabo durante los primeros años del dominio Moche (400 a.C. aproximadamente) (Kubler, 1986, p.404). Existen escasas evidencias de las fachadas de las viviendas en Moche; sin embargo, estas han sido representadas en su cerámica, donde podemos apreciar claramente la techumbre y estructura de la vivienda (Agurto, 1984).

2. Sobre la vivienda Moche

2.1 Función La casa o vivienda es principalmente un medio que posibilita la vida humana y responde a la necesidad de resguardo y/o defensa, para protegerse de la intemperie (Campana, 1983).

Se tienen evidencias de que hubieron edificaciones diferenciadas para funciones muy especializadas en algunos casos. Esta diversidad de funciones son observables, primero y más empíricamente en las pictografías mochicas. “Hay dibujos en los cuales se observan, talleres de textilería, palacios, casa de personajes importantes, edificios para ritual o ceremonia no de carácter templario y hasta algunos criaderos de peces” (Campana, 1983, p 19).

2.1.1 Social

La posición social de los habitantes juega un rol fundamental respecto a la significación de las formas arquitectónicas y sus funciones. De este modo es posible afirmar que había claras diferencias entre la vivienda de un funcionario de estado y la vivienda de un artesano o un ciudadano común.

2.1.2 Constructiva La complejidad de las estructuras, el empleo de los materiales y las técnicas y elementos constructivos fueron pensados de acuerdo al nivel social de sus ocupantes (Campana, 1983). Así, los materiales más rudimentarios se utilizaban para la construcción de viviendas del común de la población, que eran de menor tamaño, mientras que para las viviendas de funcionarios, que eran más grandes, se usaban materiales más resistentes y compactos, elementos decorativos y un mejor acabado (Campana 1983).

En cuanto a materiales y elementos constructivos también hay una notable diferencia; en las casas importantes las paredes son más espesas y hechas con piedras más grandes y mejor dispuestas; hay restos de fino enlucido, con pintura gris, amarillo, ocre, blanco o rojo indio, así mismo hay restos de columnas hechas de piedra y barro, con la función evidente de ser soporte aislado, para recibir cargas mayores; en cambio en las casas más pequeñas no hay los restos anteriormente anotados, pues sus paredes más pareciera que fueran trabajadas con cimientos de piedra y con estructuras laminares de quincha, funcionando como pared y los apoyos son horcones de madera de sauce y/o algarrobo, tal como lo hacen aún los campesinos costeños. (Campana, 1983, p.23)

Se han hallado además restos de casas, como en el poblado de Galindo, de mayores dimensiones, complejas y con varias divisiones que evidencian estas notables diferencias. En las casas grandes hay un patio interior descubierto en el cual se encuentran uno o dos batanes, mientras que en las viviendas más simples el patio es exterior y los restos de cocina se ubican afuera (Campana, 1983). También en las casas grandes se han encontrado varios recintos con dos o tres niveles de banquetas y una elevación central, con graderías que podrían representar una especie de trono, elementos que no están presentes en las casas más simples (Campana, 1983, p.22).

2.1.3 Representaciones

Los mochica se destacan por su capacidad de representar figurativamente su entorno, tanto natural como artificial, sobre todo en la cerámica. “Desde el Formativo Tardío, en la cerámica comienzan a representarse obras arquitectónicas de diversa índole y dentro de estas hay muestras de casas, llegando al clímax de la

belleza y descripción en tiempos de las culturas Virú y Mochica” (Campana, 1983, p.13). Los tipos de vivienda aparecen representados en la cerámica, mostrando las diferencias anteriormente mencionadas (Campana, 1983).

2.2 Materiales

Los materiales que fueron empleados para la construcción de las viviendas Moche estaban regidos por las condiciones climatológicas y la geomorfología de los valles. Asimismo, se utilizaba la flora encontrada a la ribera de los ríos, laderas o pantanos, de los cuales se podían extraer elementos como la caña, los algarrobos y las totoras respectivamente (Campana, 1983).

2.2.1 Cimentación

La cimentación de las viviendas Moche han ido variando de acuerdo a sus distintas etapas. De acuerdo a las investigaciones de Campana (1983), se sabe que durante sus tres primeras fases, se utilizó mampuestos rústicos asentados con mortero de barro; mientras que en las dos siguientes, “comienza a usarse canto rodado con mortero de barro, en hiladas regulares y alternadas oblicuamente” (Campana, 1983, p.28).

2.2.2 Paredes

Existe una serie de limitaciones en cuanto a las evidencias de las paredes de viviendas que han sido halladas en este período, por lo que se ha recurrido “al dato etnográfico; a la revisión de pequeños trozos de barro crudo o quemado, con una cara alisada y la otra con huellas de caña y totora” (Campana, 1983, p.31). Del mismo modo, se ha recurrido a los restos pictóricos hallados en la cerámica.

Se piensa que la razón por la que no se ha hallado restos de las paredes es porque estaban hechas de quincha hechas “de caña, de totora, de varales de “pájaro bobo”, amarrados con cuerdas” (Campana, 1983, p.31). Por otra parte, mediante las representaciones en la cerámica se ha logrado llegar a la conclusión de que estas paredes eran delgadas por la naturaleza de la quincha, y solo en caso de las casas importantes de los señores mochicas, se utilizó adicionalmente barro y arena fina (Campana, 1983).

2.2.3 Techos y cubiertas

Los techos de las viviendas Moche tienen la característica particular de ser “a dos aguas” a pesar de la escasez de lluvias en dicha región, esto se debió al tipo de material empleado en su construcción. Este material era obtenido mayormente de la flora encontrada en las riberas aledañas. Utilizaron, por ejemplo, tronco fuerte de algarrobo para las cumbreras (Campana, 1983).

Del madero superior bajaban las viguetas hasta el alar, siendo estas de sauce, de algarrobo o de espino. Sobre las viguetas se ponía caña brava, estera de totora y un enlucido barro, que tal vez también sirvió para defender el material orgánico de la polilla o de otros insectos. La viguería del techo iba amarrada a los parantes del arriostre con fuertes cuerdas de junco, cabuya o totora, encontrándose restos de barro, a manera de moldes del enlucido, en la unión del techo y la pared, como si se tratase de un solo elemento. (Campana, 1983, p.38)

Se han encontrado escasos restos de estos materiales; sin embargo, en las piezas de cerámica se han hallado representaciones pictóricas de dichas construcciones. De este modo, se pueden observar los techos a una, dos o tres aguas; así como las

llamadas “teatinas” o ventanas de las casas señoriales utilizadas para una mejor recepción de la luz solar al interior de la vivienda (Campana, 1983).

2.3 Diseño y climatización

La

evidencia

muestra

que

las

construcciones

mochica

estaban

principalmente condicionadas por las características climáticas de la zona, tales como el asolamiento, la humedad y las radiaciones derivadas; y a su vez, los materiales y formas que usaron tenían armonía con el medio que los rodeaba. Así lograban una vivienda que no solo era funcional, sino agradable. (Campana, 1983)

Se han encontrado dos tipos de viviendas en la sociedad de los moche. Uno de esto es un espacio privado con ventanas altas y poca iluminación, es es a consecuencia de que la gran parte de las actividades diurnas se realizaban al aire libre, incluso las de la cocina; el otro, por el contrario es un espacio más abierto y exterior que posee buena iluminación tamizada, por lo que se infiere que era de uso grupal y diurno. (Campana, 1983)

2.3.1 Asoleamiento y radiación

Los principales problemas a los que se enfrentaron los moches fueron el calor y asoleamiento interior y la radiación del suelo. Para contrarrestar esto se valieron de ventanas altas y de materiales térmicos como el barro, las cañas y la totora, así podían mantener las temperaturas uniformes tanto en el día como en la noche. (Campana, 1983)

Los techos a dos aguas obedecen también al problema de asoleamiento, ya que este es mayor en las superficies planas, esto es evidencia de que los techos inclinados son producto de un diseño climático y no de influencia de las zonas de la

sierra como podría presumirse en primera instancia. Esto también explica las aberturas de barro al pie de la cumbrera. Esto les servía para reflejar el asoleamiento y también para mantener una temperatura moderada para la noche. (Campana, 1983)

En las poblaciones arqueológicas de Galindo, Bello Horizonte, San Idelfonso y Quirihuac en el Valle de Moche, o Pampa Grande en Lambayeque, se puede observar que la aglomeración de casas determina una “geometría compacta”, proporcionando un máximo volumen, con poca superficie expuesta al asoleamiento del desierto pedregoso de la costa [...] se reduce la exposición solar, se aumentan las sombras, haciendo más habitable el ambiente. (Campana, 1983, p.42)

La cocina se encontraba al exterior de la construcción, de esta manera se podía controlar el calor que se desprendía de esta. Aledaño a la cocina se encontraba el vestíbulo que servía como ambiente grupal, este contaba con buena ventilación e iluminación, detrás estaban los ambientes cerrados y oscuros y de esta manera se existía un mejor flujo de temperaturas.

2.3.2 Orientación

Las casas cercanas a la orilla marina tienen una orientación muy rigurosa: Dan la espalda al mar -o sea al Sur-, disponen los vestíbulos hacia el Norte y las fenestraciones son siempre laterales y altas, de suerte que los vientos húmedos y fríos que vienen del mar, no tienen acceso directo a la vivienda. Controlada así la humedad ambiental, se obtenía una iluminación lateral de Este a Oeste. (Campana, 1983, p.42)

El constructor mochica elaboraba sus viviendas teniendo en cuenta los climas y microclimas de la región. Prueba de esto son las casas que se encuentran en las laderas y quebradas, estas están situadas en un área de alta temperatura. Estas casas están en dirección contraria al mar y frente hacia el valle, de esta manera la ventilación de este entra a las casas y mejora la iluminación de estas. Otra de las ventajas de esta posición es evitar que los vientos fuertes hagan ingresar arena a las casas y también mantiene la temperatura en óptimas condiciones. (Campana, 1983)

Referencias



Agurto Calvo, Santiago. (1984). Lima prehispánica. Lima: Perugraph Editores S.A..



Campana D. Cristobal. (1983). La vivienda Moche. Trujillo: Varese Editores.



Kubler, George. (1986). Arte y Arquitectura en la América Precolonial: los pueblos mexicanos, mayas y andinos. Madrid: Cátedra.