Mitos y Leyendas de Los Llanos Orientales

MITOS Y LEYENDAS DE LOS LLANOS ORIENTALES Entre los mitos y leyendas de la región Orinoquía más importantes están el Sil

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MITOS Y LEYENDAS DE LOS LLANOS ORIENTALES Entre los mitos y leyendas de la región Orinoquía más importantes están el Silbón, Florentino y el Diablo, el Rompellanos, la Sayona o Llorona y Juan Machete. En todos se representa el espíritu supersticioso y mágico-religioso del pueblo llanero. Estos mitos y leyendas son fruto de la imaginación popular y se han transmitido de generación en generación.

Están vinculados con la vida diaria del llanero, la naturaleza de la región y sus creencias religiosas.

LA LEYENDA DEL SILBÓN Esta leyenda está muy arraigada en los llanos orientales colombianos y versa sobre un espanto con forma de hombre muy alto y extremadamente flaco.

Es el terror de hombres borrachos y mujeriegos que viven de fiesta en fiesta. Él anuncia su presencia con un silbido estridente que aterroriza a quienes lo oyen, para luego molerlos a palos como castigo por su mal comportamiento. Generalmente aparece entre mayo y junio, durante la estación lluviosa del llano. Otra versión que corre en el llano es que el Silbón es un ave que emite un silbido muy fuerte en las noches oscuras y tormentosas, y llega a las casas para asustar a sus moradores. Luego de que canta, el ave se aleja hablando fuerte en un dialecto indio que solo algunos llaneros sabios entienden.

FLORENTINO Y EL DIABLO

Florentino tenía fama de ser el mejor coplero y jinete del llano. Una noche, mientras cabalgaba solo por la sabana para asistir a un joropo en un pueblo, él notó que era seguido por otro hombre vestido de negro. De pronto, cuando se preparaba para cantar, el misterioso hombre desafió a Florentino a un contrapunteo. Florentino aceptó, y al comenzar el cruce de coplas se dio cuenta de que en realidad estaba contrapunteando con el Diablo. Si perdía, este robaría su alma. A pesar del peligro, Florentino no se amilanó y mantuvo su fe en sí mismo como improvisador. Entre copla y copla fue transcurriendo la noche. El Diablo estuvo ocupado toda la noche intentando derrotar a Florentino.

Pero este no se rindió y logró cansar al Diablo, que tuvo que retirarse totalmente derrotado al salir el sol. JUAN MACHETE

Juan Francisco Ortiz quiso ser el hombre más poderoso de la región, a pesar de ser ya bastante rico. Entonces hizo un pacto con el Diablo: a cambio de entregar a su mujer e hijos, pidió al Diablo más tierras, dinero y ganado. Juan cumplió al pie de la letra el ritual para lograr el objetivo. Debía tomar una gallina y un sapo, coserles los ojos y luego enterrarlos vivos invocando al Diablo, un Viernes Santo a la medianoche. El ambicioso hombre lo hizo. Luego de varios días comenzó a ver cómo su fortuna aumentaba. Una mañana se levantó muy temprano y observó un toro negro grande e imponente al cual no le prestó mayor atención. Mientras tanto, sus negocios siguieron prosperando y llegó a ser el hombre más rico de la región. Un día la buena fortuna comenzó a desaparecer, hasta que el hombre quedó al borde de la miseria. Arrepentido por el pacto diabólico que había hecho, enterró el dinero que le quedaba y desapareció en la selva.

Cuentan que a veces se ve a Juan Machete vomitando fuego y deambulando por el lugar en donde enterró el tesoro para impedir que lo desentierren.

El mito de Rompellanos Rompellanos era un antiguo guerrillero de los años 50 que estuvo combatiendo entre el departamento de Arauca y el de Casanare. Su verdadero nombre era Eduardo Fernández, pero se le conoció con el apodo de Rompellanos cuando se convirtió en un mito. Era un hombre generoso con los pobres y robaba a los ricos hacendados del llano para ayudar a los humildes. Luego de acogerse al decreto de amnistía del gobierno colombiano en el año 53, se fue a Arauca y estuvo bebiendo por tres días. Era el 22 de septiembre cuando lo vieron tomando acompañado de dos funcionarios del servicio secreto SIR. Esa noche el Rompellanos fue asesinado y su cadáver permaneció tendido bajo la lluvia hasta la mañana. Dicen que la intensa lluvia purificó su alma. Nadie reclamó su cadáver, por lo cual fue enterrado sin urna en el cementerio del pueblo. Años más tarde llegó una mujer que dijo ser su esposa e intentó llevarse el cuerpo, pero la gente del pueblo no lo permitió. Desde su muerte se convirtió en benefactor de los pobres y necesitados, y en su memoria se canta la canción del cantautor Juan Farfán, que añora los tiempos pasados y aboga por el rescate de las costumbres y las virtudes del Rompellanos.

LA BOLA DE FUEGO

Es uno de los mitos y leyendas del llano más conocidas, que viaja de generación en generación. En una de sus muchas versiones, se dice que es el espíritu de una mujer que decapitó a su único hijo porque este iba a ser obispo. La mujer fue condenada por este acto a vagar por la sabana convertida en una bola de fuego, que pierde al caminante solitario. Tiende a aparecer en la semana antes de semana santa. Se dice que cuando se acerca al caminante, este tiene que maldecirla, y por nada rezarle porque esto la atraerá. EL ANIMA DE SANTA HELENA

El ánima de Santa Helena, es un poema compuesto por un araucano. Este narra la pelea entre dos hombres que disputan el amor de una catira el día de su cumpleaños número quince. Un extraño llega a la fiesta y reta a contrapuntear a uno de los músicos. Entre rimas sacan sus armas, el extraño muere de un balazo y de este sale una bala perdida la cual acaba con la vida de la hermosa quinceañera. Desde aquél día se dice que se ve una figura espantando a los forasteros del Hato de Santa Helena.

LA DIENTONA, SAYONA O LLORONA

En los llanos de Colombia y Venezuela se le conoce con estos tres nombres el espanto que devora con sus grandes colmillos, y sus espeluznantes gritos y lloros asustan a los hombres llaneros parranderos y enamorados.

Según cuentan los viejos llaneros, una hermosa mujer casada dio a luz un bebé. Al poco tiempo un pretendiente de ella, en son de ganarse la confianza de esta dama, inventa una peligrosa patraña, anunciando con una seguridad disfrazada que su esposo se la juega con su mamá. Este comentario desbocó la ira, los celos y el odio hacia su progenitora.

Cuando su madre regresa a la casa, la hija enfurecida la ataca, causándole la muerte con un puñal y luego le prende fuego a la humilde casa de palma. Desesperada al ver las llamaradas sale corriendo, pero sorpresivamente recuerda que su hijo está adentro y trata de rescatarlo, pero fue imposible. Durante este tiempo sólo escucha el llanto desgarrado de su pequeño hijo, lo que provoca que ella grite y llore desesperadamente hasta volverse loca y luego desaparecer en la inmensa llanura. Sus apariciones siempre las hace en los caminos y veredas por donde deambulan los hombres parranderos. Se caracteriza por su hermosura que seduce a los hombres, los cuales caen en su red y luego son invitados a pasar una noche de amor en su vivienda. Una vez la pareja se encuentra en la habitación y cuando el viajero comienza a besarla, a ella le empiezan a crecer grandes colmillos con los que devora a su invitado y luego desaparece emitiendo desgarradores y expulsantes gritos de dolor por la sabana. OTRAS CREENCIAS Y AGUEROS : 



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El tigre sabe cuándo la persona siente miedo. Como el llanero camina descalzo, el tigre pone su garra sobre la huella de la persona, si al tigre le tiembla la mano es que el llanero lleva miedo y él lo sigue para cazarlo. Cuando se mata una res y no se quiere que haya chulos sobrevolando, se le quita a la res muerta la punta de la lengua y se entierra debajo de la paleta del animal que pega en el suelo, cuando aún está maniada. El que puñalea la res para el gasto de la casa, le toca salar la carne, pero ese día no se puede bañar el cuerpo porque puede quedar paralítico. El cuero o piel de la res se estaca en el patio para que se “orie” y de ahí picar o sacar una soga, de donde iba la cabeza de la res que quede mirando hacia la puerta de la cocina, esto con el fin de que nunca falte la carne en la casa. Cuando se va de noche a caballo se le hace una cruz en los cascos delanteros con la punta del cuchillo y dicen que los espantos se hacen a un lado del camino. Cuando se va de noche en canoa y la distancia es larga, se pone lo que llamamos vela, para que la embarcación se impulse y se le canta a San Telmo y así corra bastante brisa.



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Para que la pesca dé resultado, se echan al fogón las tripas del animal y la manteca hasta que se quemen y se le dice a San Rafael: gracias por el pescado, porque es el Patrón de los pescadores. El llanero con sólo ver el sol sabe qué hora es, y así no haya sol tiene medido el tiempo por instinto de naturaleza. El llanero sabe a distancia qué producto dio la vaca, es decir, si es hembra o macho lo que parió, la hembra va por detrás de la mama y el macho jugueteando por el lado. El llanero antiguo conserva sus agüeros, costumbres y creencias, es así que tiene oraciones propias: Para el toro bravo se le reza a San Marcos. Para ligar a un caballo para que no corcovié, hay una oración secreta a San Carmelo. Para ahuyentar a las culebras, tan pronto se levanta del chinchorro, se le reza una Oración a San Pablo y así si llegare a tropezar con una culebra no intentara morderlo. El ganado se reza según los colores de la piel, se hace una cruz, puede ser a un metro de distancia y a las ocho horas se van cayendo los gusanos y el animal se cura completamente. También se reza la sabana para que el ganado no se enferme de fiebre, peste loca o renguera. Para el dolor de muela, se pesca una raya, se le quita la puya que lleva en la cola, se suelta vivo el animal al agua, y la puya se mete en una caja de fósforos y cada vez que se tiene el dolor se inca la muela y el dolor desaparece. Para los dolores de cintura el amansador de caballos utiliza un cabresto tejido de cabello de mujer y se lo amarra a la cintura por debajo del pantalón, lo mismo la guaya o tripa del temblador, se diseca la tripa y queda lista para utilizarla.