Mitos y Leyendas

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La mitología del antiguo Perú comienza con los quechuas y otros pueblos indígenas, como los aimaras, estos vivían a lo largo de la cordillera de los Andes, en América del Sur, antes de la llegada de los conquistadores (siglo XVI). Otros habitaban cerca de las costas del Océano Pacífico. Para acercarnos a los mitos y las creencias de los antiguos peruanos disponemos de relatos transmitidos por tradición oral, de padres a hijos. RELATOS Y PRIMEROS LIBROS En aquellos pueblos, que constituyeron el Imperio inca, existían unos sabios llamados quipucamayos, que tenían a su cargo los quipus, unos conjuntos de cordeles de distintos colores con diversos nudos. Según el número, la posición y el color de los nudos, los quipus guardaban toda la información sobre las cosechas, la artesanía o las circunstancias de sus pueblos (recordemos que estas culturas no conocieron la escritura). Pero, además, con ellos se podían evocar las simi, ‘palabras de la tradición’. Después de la conquista española, algunos indígenas supervivientes y varios frailes escribieron sobre el pasado de los pueblos incas y sus creencias y leyendas. EL ORIGEN DE LOS HOMBRES Con el apoyo de los relatos que reunieron tales autores (como el célebre Garcilaso de la Vega, el Inca) se puede averiguar qué pensaban los antiguos peruanos acerca de la aparición de los primeros seres humanos. Fue el supremo dios Viracocha, identificado a veces con Inti (el Sol), quien, después de haber destruido el mundo con un diluvio, salvó y mantuvo consigo a tres seres humanos (según otros relatos, a cuatro hombres y cuatro mujeres). Entre ellos estaban Manco Capac, que llegó a ser el primer mítico soberano incaico, y Mama Ocllo. Se decía que salieron de una caverna en las cercanías del lago Titicaca, en el Altiplano andino. Aparecieron en un sitio llamado Pacari Tampu, ‘La posada de la aurora’, una especie de abertura creada entre unas cavernas, al igual que en un amanecer se manifestaron los antepasados de los incas. De la principal abertura surgieron Manco Capac y Mama Ocllo; y con ellos vinieron tres hermanos y tres hermanas. Luego, de otras cuevas, asomaron las demás personas que formarían los primeros ayllus, los clanes incas. El dios Viracocha ordenó a Manco Capac marchar en busca del lugar donde debería establecerse. Para encontrar el sitio elegido, dio a Manco Capac una vara de oro. Con ella debía golpear el suelo; allí donde la vara se hundiera encontraría lo que buscaba. Marchó, así, Manco Capac, y después de un largo recorrido halló al fin el sitio donde la vara de oro se hundió. Ese sitio fue Cuzco. Allí se fundaría la ciudad capital del imperio incaico. Hoy, en Cuzco, se conservan vestigios de la antigua grandeza prehispánica. VIRACOCHA Y OTRAS DIVINIDADES Acerca de Viracocha, mucho es lo que puede decirse. Fue, como Quetzalcóatl en el México antiguo, dios supremo y a la vez héroe cultural. Y al igual que ocurrió en México con Hernán Cortés, en Perú, la aparición de Francisco Pizarro se confundió con la llegada de Viracocha. Deidad también muy importante era Pachacamac, muchas veces identificado con Viracocha. Este era concebido, asimismo, como un ser dual, masculino y femenino al mismo tiempo. Se cuenta también que, en el año 1600, el cronista Francisco de Ávila se encontró con el indígena Juan de Santa Cruz Pachacuti

Yamqui Salamaghua cerca de Cuzco. Este le proporcionó poco después un manuscrito con un dibujo en el que se representaba al mundo y, en él, a muchos de los dioses que allí actúan. Viracocha tiene, según el manuscrito, cinco signos, que significan otros tantos atributos: ser maestro, ser riqueza en el universo, actuar sobre el mundo gracias a su siervo o ayudante Tunupa, ser dual y ser círculo creador. Tunupa es quien lleva a cabo la creación. Hay, además, seres malignos que tratan de impedir su actuación y que acuden incluso a Illapa, dios del rayo. Sin embargo, Tunapa logra triunfar sobre el mal, y es así como pacha (el mundo) existe. Dos diosas tenían también estrecha relación con el mundo. Una era Pachamama, la señora del mundo, y la otra, Mamacocha, la señora del mar o de las aguas. Ellas, como aspecto femenino de la divinidad, actúan al lado de Viracocha y Tunapa. El mundo se presenta así como el gran escenario donde están presentes de muchas formas los dioses que crean e influyen en la vida de los seres humanos. Viracocha, con Tunapa, ha creado el mundo y la vida, pero el mal y la muerte no han desaparecido. En el pensamiento de los antiguos peruanos, la conquista española pareció traer consigo el triunfo del mal y la muerte. Las antiguas creencias y los mitos dejaron de ser dados a conocer por los quipucamayos, y de ellos solo se conservan fragmentos en las crónicas de algunos frailes cristianos y de algunos indígenas. MITOLOGÍA DE LA AMAZONÍA DEL PERÚ Los mitos y leyendas de la Amazonia del Perú forman parte de la cultura popular del nativo de la llanura amazónica del Perú hasta del originario de los países limítrofes; mitos y leyendas son sustrato de la tradición. Se trasmiten de generación en generación de modo espontáneo. Además, en el caso de las etnias amazonenses es parte de su cosmovisión. Una forma de apreciar, conocer el mundo, la vida y el ser humano. La apreciación mítica da un rumbo a su vida y lo inserta en el maremágnum de la selva. En las tardecitas, a las orillas de los ríos o en el interior de las casas comunales: en pueblos, caseríos o comunidades nativas, acude el primero de los mitos y/o leyendas a involucrase en la conversación. En cerca de 500 años de presencia, Occidente- a través de los evangelizadores, colonizadores- ha hecho su penetración en la cultura amazónica. Pero muchos rituales de sanación, posiblemente, mantienen su originalidad. Como la sesión de ayahuasca. Allí, basta que alguien toque el tema, para que los mayores, hombres o mujeres, relaten sobre fieras increíbles, aparecidas, brujería, magia, demonios que viven en el monte y encantamientos que los presentes escuchan con avidez y respeto. Pero, como muchas de las riquezas de esta bendita tierra, también las historias, los mitos y leyendas pueden desaparecer en el tiempo, si no las preservamos para el futuro con la importancia que tienen. Es por ello que publico estas riquezas narrativas con el objetivo principal que se conozca mejor nuestra realidad y que las generaciones futuras sepan conservar intacta, en la memoria colectiva, los recuerdos, mitos y leyendas y así puedan contarlas a sus descendientes. LA SACHAMAMA / YACUMAMA

La Sachamama (Hachamama) es una boa gigantesca y solitaria, que vive en los pantanos de la selva profunda. Llega un momento en su vida, quizá después de mil años, que incrementa su peso; de tal manera, que ya no puede reptar. Entonces busca un lugar

para vivir permanentemente. Consigue, con su poderosa cola, un espacio lo suficientemente amplio; donde pone su cabeza y ahí espera. El gran poder de atracción que ejerce, le permite jalar a sus víctimas hacia esa pequeña área de territorio, marcado y vigilado adelante de su cabeza. Cualquier animal u hombre que por ignorancia o descuido pasa cerca de ella, apenas distingue la cabeza de la alimaña. Pero pobre el incauto ya que correrá una triste peripecia. Más rápido que una centella ocurre lo inesperado. Pues, el infortunado habrá caído en el campo atractor de la Sachamama. Estará atrapado con su poderosa mandíbula, en un tris-tras lo tritura y se lo traga. Hartando su hambre, le espera un largo y plácido sueño. Otros relatos un tanto fantasiosos señalan que es la encarnación del espíritu de los ríos de la floresta y tierra. EL TUNCHE El Tunche, originario de la mitología Yine, es un ser que vaga por las noches oscuras de la selva peruana, como alma en pena, unos dicen que es un ave, otros que es un brujo o un espíritu que goza aterrorizando a la gente; sin embargo, no es ni bueno ni malo, es en sí el balance entre ambas cosas que refleja el verdadero ser de las personas con las que se encuentra. Es decir, si una persona es mala, el Tunche le hará pagar por el daño que ha hecho y si la persona es buena solo le hará recordar que no debe temer de sí mismo. Nadie lo ha visto porque no tiene una forma específica, y los que le temen es porque han vivido los efectos de su venganza. Se le puede reconocer cuando, en plena oscuridad, lanza al aire un silbido penetrante que se pierde a lo lejos, pero cuando vuelve a silbar con insistencia sobre el techo de una casa o por los alrededores de un pueblo, se cree que es significado de mala suerte, enfermedad y muerte. Burlarse del Tunchi o tunche, insultarlo, puede costarle caro al atrevido, ya que lo hará enfurecer y entonces atacará silbando, lo perseguirá tanto que hasta el más valiente terminará entrando en pánico, que puede llevarlo a la locura o a la muerte. EL CHULLACHAQUI El Chullachaqui es un Duende o diablillo de selva, pequeño de estatura, viste siempre una ponchito colorado cuando va a trabajar a su chacra o anda de paseo. Puede transformarse tomando la forma o figura de cualquier persona o animal, cuando quiere atrapar una nueva y bella doncella y hacerla perder en el monte para siempre. Se cuenta que las personas perdidas en la selva suelen encontrarlo. El Chullachaqui no vuelve aparecer en el mundo real, y su víctima pasa a formar a las legiones de duendes de este diablillo, de las cuales es el jefe absoluto. En lo profundo de la selva posee chacras donde cultiva sus alimentos, que resultan ser plantas venenosas similares a la papa, la yuca y otros vegetales alimenticios. Si fuéramos a la selva y encontráramos allí a un familiar u otro ser querido casualmente y sin razón alguna, debemos ser precavidos. Porque, seguramente, el Chullachaqui toma esa forma para hacernos perder en el monte y solo podemos escapar de su “encantamiento”, si

logramos descubrir que su pie izquierdo tiene la forma de una pata de cabra. Es raro pero también se cuenta que pueden tener su pie en forma de patas de otro animal, o incluso un pie humano vuelto hacia atrás. LA RUNAMULA La Runa-mula (una “mujer o gente” más mula “cruce de caballo con burra”) es una criatura monstruosa. Es con la llegada de los primeros misioneros españoles que nace la leyenda. Cuenta que cuando una mujer casada o comprometida, nativa o mestiza seducía o era conquistada por un misionero, por raro sortilegio, se convertía en un duende con cuerpo de mula, cabeza y pecho de mujer, que vagaba en las noche de luna llena asustando a los pobladores de los pueblos y caseríos, con sus relinchos espeluznantes y el ruido producido por sus cascos, al galopar sin rumbo por los alrededores. La gente sabía entonces que había allí una mujer que mantenía relaciones prohibidas. Entonces, los más valientes, perseguían al animal encantado para ver en qué casa se metía o hacia donde se dirigía cuando terminaba el encantamiento. La infiel descubierta, tenía que ser llevada ante un buen curandero para que la curara, mediante baños y sesiones de ayahuasca, liberándola del hechizo que sufría por mantener amores prohibidos.

La costa del Perú esconde muchas historias tradicionales que tienes que conocer. Nuestro país está lleno de relatos mágicos que sobreviven al tiempo. Aquí te presentamos algunos de los más interesantes que se pueden encontrar en la costa peruana. LAS BRUJAS DE CACHICHE Este pueblo ubicado en Ica es famoso porque se dice que alguna vez ahí vivieron brujas. Según cuentan los lugareños las mujeres eran expertas en amarres de amor y podían sanar a los enfermos y enfermar a los sanos. Además organizaban aquelarres alrededor de la famosa “palmera de siete cabezas”, una enorme planta que ha crecido en el suelo y parece una serpiente petrificada. Su forma mística la ha llevado a convertirse en un atractivo para los visitantes. Se dice que antes de morir, una de las brujas puso un hechizo sobre la séptima cabeza de la palmera. Si la dejaban crecer ocurriría un desastre que afectaría a toda la ciudad de Ica. Hace 10 años se cumplió la profecía cuando recibieron una inundación provocada por el fenómeno El Niño y desde entonces los pobladores le temen. NAYLAMP Era un dios que llegó misteriosamente a las costas de Lambayeque a inicios del siglo VIII navegando en caballos de totora, acompañado de un numeroso séquito. La leyenda dice que gobernó durante muchos años y trajo prosperidad a su pueblo. Al

envejecer le crecieron alas y emprendió el vuelo. Para que no lo olviden dejó su imagen tallada en una hermosa estatuilla de piedra verde a la que llamaron Llampayec que significa “estatua de Naylamp”. De esa palabra nació el nombre del departamento. Los tumis de oro que hoy conocemos son una representación suya. EL HIPOCAMPO DE ORO La leyenda cuenta que en lo más profundo del océano existe una mágica criatura muy parecida a un caballito de mar que ayuda a los pescadores de la costa a tener buena pesca. Aparece como una luz brillante debajo del agua. Esta es la señal que les avisa que puedan lanzar sus redes para que se llenen. LOS GIGANTES DE QUITUMBE Se dice que durante la creación de Tumbes, unos gigantes desembarcaron en Santa Elena (hoy Ecuador), causando terror entre la población. Pero las historias de gigantes son muy comunes entre los pueblos de la costa. Muchos aseguran que el templo de Pachacámac fue construido por hombres de gran estatura y que ellos mismos fueron los fundadores de la cultura Chimú.

En nuestro país se han contado muchas historias de generación en generación. En una nota anterior te contamos sobre los mitos de la selva que sorprenden al mundo en esta conoce los tres mitos más populares de la sierra peruana. ¡Toma nota!

EL JARJACHA Este ser mitológico,conocido como el demonio de los andes, es un monstruo con forma de llama de dos o hasta tres cabezas. Su nombre proviene del grito tenebroso que propaga para atemorizar a los pobladores: “Jar-jar-jar”. Se dice que esta criatura nació a raíz del pecado del incesto. Este hecho lo condenó a convertirse en un ser demoníaco que sale en las noches a matar. Puede hipnotizar a sus víctimas con solo verlos fijamente a los ojos. Existe una película sobre este popular mito, “El Demonio de los Andes” del director Palito Ortega Matute. ¡No dejas de verla! EL MUQUI El Muqui es quizás el mito más famoso de nuestra sierra peruana. Este ser es un pequeño duende que vive al interior de las minas. Muchos dicen que entorpece el trabajo de los mineros, ya que le atribuyen la responsabilidad de extraños ruidos, pérdidas de herramientas y la aparición y desaparición de diversos minerales.

No llega a medir más de un metro, es de estatura pequeña y fornido y su cabeza está unida a su tronco.

Su nombre varía dependiendo del lugar. En Arequipa se le llama “Chinchilico”; en Puno, “Anchancho; en Pasco y la región andina de Bolivia, “Muqui” y en Cajamarca, “Jusshi”. EL UKUKU Según este mito, el ukuku es un ser mitad oso-mitad hombre. La historia cuenta que un oso muy fuerte se enamoró de una mujer joven y la mantuvo cautiva. Ella quedó embarazada. Cuando el hijo creció, su madre le contó que su padre, el oso, la tenía presa y que ella deseaba ser libre. El hijo oso mató a su padre y su madre pudo ser liberada. Existe una danza en la que los Ukukus son los protagonistas. Estos personajes inspirados en el emblemático mito son vistos durante las dos fiestas más importantes del Cusco: la Festividad de la Virgen del Carmen de Paucartambo y la Festividad del Señor de Qoyllorit’i.