MITOS Y LEYENDAS

EL MITO Es aquella narración tradicional y fantástica cuyos hechos no se basan en ningún hecho real, sino que es puramen

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EL MITO Es aquella narración tradicional y fantástica cuyos hechos no se basan en ningún hecho real, sino que es puramente imaginario. En él, se intenta explicar el origen del universo, del hombre y de grandes acontecimientos de la humanidad, cuyos hechos relatados acontecen fuera del tiempo histórico. Sus personajes son, principalmente, dioses y héroes. Los mitos son aceptados en la comunidad donde son relatados como hechos reales y explicativos del entorno. Tipos de mitos Se distinguen varias clases de mitos: 

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Mitos cosmogónicos: intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos y de los que existe mayor cantidad. A menudo, se sitúa el origen de la tierra en un océano primigenio. A veces, una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función determinante en esta creación; en este caso, tales gigantes, que suelen ser semidioses, constituyen la primera población de la tierra. Mitos teogónicos: relatan el origen de los dioses. Por ejemplo, Atenea surge armada de la cabeza de Zeus. Mitos antropogónicos: narran la aparición del ser humano, quien puede ser creado a partir de cualquier materia, viva (una planta, un animal) o inerte (polvo, lodo, arcilla, etc.). Los dioses le enseñan a vivir sobre la tierra. Normalmente están vinculados a los mitos cosmogónicos. Mitos etiológicos: explican el origen de los seres, las cosas, las técnicas y las instituciones. Mitos morales: explican la existencia del bien y del mal. Mitos fundacionales: cuentan cómo se fundaron las ciudades por voluntad de dioses. Un ejemplo es el de la fundación de Roma por dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron amamantados por una loba. Mitos escatológicos: anuncian el futuro, el fin del mundo. Siguen teniendo amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases principales, según el elemento que provoque la destrucción del mundo: el agua o el fuego. A menudo están vinculados a la astrología. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y toda clase de catástrofes naturales que aterrorizan a los humanos.

EJEMPLO DE MITO

APARICIÓN DE LOS SERES HUMANOS En tiempos remotos, el actual valle de Jauja o del Mantaro estaba cubierto por las aguas de un gran lago en cuyo centro sobresalía un peñón llamado Wanka, sitio de reposo del amaru, monstruo horrible con cabeza de llama, dos pequeñas alas y cuerpo de batracio que terminaba en una gran cola de serpiente. Más tarde, al ver tan sola a aquella criatura, el Tulunmaya (Arco Iris) decidió que era momento de que compartiera sus días y su espacio con otra criatura similar, así que engendró, en el lago, otro amaru de color más oscuro para acompañar el primero. Este último amaru nunca llegó a alcanzar el tamaño del primero, que, por su madurez, había adquirido un color blanquizco. Los dos monstruos, que habían sido engendrados para vivir en armonía y acompañarse mutuamente, lejos estaban de la convivencia pacífica y se disputaban la primacía sobre el lago, cuyo espacio se negaban a compartir desde un principio. A esto se sumaba que el lago, aunque de grandes dimensiones, no alcanzaba ya a dar cabida para su reposo a los dos juntos, lo que acrecentaba la furia de ambos, que veían como única solución eliminarse. Para ambos monstruos, la presencia del otro era intolerable. Las luchas entre ambos eran frecuentes, por lo que se elevaban a grandes alturas en el espacio sobre trombas de agua, que agitaban el lago. Esto ya venía ocasionando malestar en el dios Tiques, quien, por bastante tiempo, había soportado esa situación. Pero un día, en una de las violentas luchas, ocurrió algo que colmó su paciencia: el Amaru grande perdió un gran pedazo de su cola al atacar furioso al menor. El dios Tiques, irritado por su mal comportamiento, descargó sobre ellos una tempestad, cuyos poderosos rayos mataron a ambos, que cayeron deshechos con diluvial lluvia sobre el ya agitado lago, y aumentaron su volumen hasta romper sus bordes y vaciarse por su lado sur. Cuando se formó el valle, salieron lanzados del Harina o Wari-puquio (que proviene de las palabras wari, “escondrijo no profanado que guarda cosa o ser sagrado” y puquio, “manantial”) los dos primeros seres humanos llamados Mama y Taita, que hasta entonces habían permanecido por mucho tiempo bajo tierra por temor a los amarus. Es así como los seres humanos pasaron a habitar la superficie de la Tierra, que había sido dominada por aquellas violentas criaturas. Los descendientes de esta pareja, a diferencia de los amarus, aprendieron a compartir el espacio ya trabajar juntos, por lo que el dios Tikse se quedó tranquilo. Más tarde, estos descendientes construyeron el templo de Wariwillka, cuyas ruinas existen todavía.

LA LEYENDA Es una narración oral o escrita basada en un hecho real que es contado de manera fantástica y que, con el tiempo, adquiere carácter tradicional y se convierte en creencia colectiva. Pueden ser religiosas, profanas o mixtas, según el tema del cual traten. Las leyendas también pueden ser populares (de formación más o menos espontánea o inconsciente), eruditas o fruto de una combinación de elementos de ambos orígenes. Pueden haber sido inicialmente eruditas y haber conseguido, después, una gran popularidad. Una leyenda está generalmente relacionada con una persona, una comunidad, un momento, un lugar o un acontecimiento cuyo origen pretende explicar Sin importar la extensión que tengaaunque por lo general es corta el rasgo que la define es su tema. La leyenda siempre es un relato que pretende explicar un fenómeno natural como las tempestades, los lagos, los terremotos, contando una historia fantástica Leyenda viene del latín legenda («lo que debe ser leído») y se refiere en origen a una narración puesta por escrito para ser leída en voz alta y en público, bien dentro de los monasterios, durante las comidas en el refectorio, o dentro de las iglesias, para edificación de los fieles cuando se celebra la festividad de un santo. En las leyendas la precisión histórica pasa a un segundo plano en beneficio de la intención moral o espiritual.

EJEMPLO DE LEYENDA LA LAGUNA DE CHOCLOCOCHA Cuentan los lugareños que, hace muchos años, un hombre adinerado, que vivía con su familia en las afueras del pueblo, festejó su cumpleaños a lo grande para todos los invitados. La comida era abundante en aquella fiesta. Al día siguiente, el hombre adinerado escuchó que alguien golpeaba la puerta de su casa: toc, toc, toc. Al abrirla, vio a un anciano pobre, con las ropas rasgadas y lleno de polvo de tanto caminar. Viéndolo tan pobre, pensó que no merecía su atención; entonces, con la voz alterada, le dijo: ¡Qué quieres, viejo sucio! ¡Lárgate, vete de aquí! Disculpe que lo interrumpa, sólo deseo un poco de comida. No he comido en días y sé que ayer hubo un gran festín, algo de sobra tendrá dijo el anciano. Sí, algo de sobra hay, pero es para mis animales dijo el hombre adinerado. Seguidamente se dio media vuelta y cerró la puerta. Después de caminar por largas horas, se encontró con unas mujeres que limpiaban las afueras de una casa. Entonces, pensando que ellas podrían ayudarlo, les dijo: Buenos días, señoras, he caminado durante días y no tengo que comer. ¿Podrían regalarme algo que les sobre? Las mujeres, al verlo pobre y anciano, no le prestaron la menor atención y, sin contestarle el saludo, le cerraron la puerta en la cara. Casi desfalleciente y sin esperanzas de encontrar alimento, el anciano continuó su camino hasta que divisó, a cierta distancia, una familia que partía del pueblo rumbo a las chacras. Al verlos, le volvió la esperanza de conseguir alimento y, desesperadamente gritó: ¡Espérenme, por favor! Sólo quiero un poco de alimento, algo que les sobre, no he comido en días y me siento muy débil. Nadie siente respeto ni compasión por este pobre anciano. La familia de noble corazón, pensó que aquel anciano se merecía el mismo respeto que cualquier otra persona y aunque se encontraban alejados de su vivienda, decidieron retornar a su hogar para darle algo de comer y lo trataron con amabilidad. Allí le ofrecieron grandes potajes y algo de beber pero, sorprendentemente el anciano se negó a probar alimento alguno y solamente se limitó a pedir una flor de su hermoso jardín. En realidad, este anciano era el espíritu del agua que había venido a probar la amabilidad y la gentileza de la gente del pueblo. Correspondiendo al buen trato de aquella familia, el anciano les advirtió que muy pronto se escucharía un ruido intenso y sorprendente. Cuando ello ocurriese, debían

salir del pueblo y seguir su camino sin voltear a mirar lo que pasa. Después de decirles esto, el anciano les agradeció y se fue. Al cabo de unos días, se escuchó el fuerte ruido que advirtió el anciano. La familia que había tratado al anciano amablemente salió del pueblo y continuó su camino sin voltear a ver quéocurría, tal y como les había advertido el anciano, de esta manera, quedaron salvo. El ruido que escucharon en el pueblo era el de la inundación que se estaba produciendo. Todo el pueblo quedó convertido en una gran laguna y el hombre rico y las mujeres quedaron convertidos en piedras. Es por eso que, en la actualidad, alrededor de la laguna de Choclococha, se encuentran grandes piedras, que son las personas que prestaron ayuda al anciano.

LAGUNA DE CHOCLOCOCHA

MITO

“EL CHULLACHAQUI”

Este se refiere a un personaje que adopta la forma o figura de una persona conocida del pueblo para engañar a sus víctimas y hacerlos perder en la espesura de su vegetación. Lo llaman Chullachaquiy es considerado el duende o guardián del bosque; infunde respeto y temor a propios y extraños. Generalmente se presenta a quienes caminan solitariamente por las trochas. Según la tradición popular, algunas veces se presenta de manera amistosa y otorgando regalos de la Selva, siempre y cuando éste no diga el origen de su buena suerte; otras veces se presenta agresivo. Algunos le atribuyen un espíritu infantil, porque secuestra niños para jugar con ellos, sin hacerles daño. Los que han tenido una experiencia personal con el Chullachaqui, dicen que se les presentó cuando realizaban alguna labor propia del lugar, en una figura familiar que les hace señas para seguirlo; después de un buen tiempo se dan con la sorpresa de que ha desaparecido y los ha llevado a un lugar enmarañado del bosque. Quienes dicen haberlo visto, sostienen que usa un gran sombrero de paja que oculta un rostro arrugado, en la que destaca una prominente nariz, orejas puntiagudas y ojos rojos. Apenas si traspasa el metro de estatura y viste harapos muy sucios. Pero quizá, su característica principal recaiga sobre sus pies: uno es de un humano y el otro de un animal (venado, sajino, tortuga, etc.) tal como se dejan impresos en el barro por donde circula. De allí su nombre Chullachaqui (chulla=falso; chaqui= pie), ampliamente conocido en Madre de Dios, la parte selvática de Cuzco, Tingo María, Loreto y Ucayali. Algunos dicen haber escuchado descargar su furia por las personas extrañas en su territorio, dando golpes a los árboles con objetos contundentes como un palo, machete o hacha. Otros aseguran escuchar sonidos como de niños llorando, música de flauta o animales caminando; todos atribuidos al chullachaqui, experto en tocar flauta e imitar el sonido de los animales. Algunas personas de edad avanzada, cuentan que antaño, el Chullachaqui ha conversado con ellos, y los ha exhortado a no depredar los recursos de la Selva, es decir, que no cacen a los animales, ni talen a los árboles. De allí su apelativo de “Guardián del bosque”.

EL CHULLACHAQUI

MITO

“EL ZORRO Y EL HUAYCHAO”

Dicen que el zorro tenía hace muchos años la boca menuda y discreta. Un día que andaba de paseo vio sobre un cerro cantando a un huaychao. Era este menudo como un zorzal, de plumaje gris claro y lindo cantar, movía alegremente las plumas blancas de su cola. El zorro se quedó mirando el pico largo y aflautado del ave y le dijo educadamente : ¡Que hermosa flauta amigo huaychao y que bien tocas! ¿Podrías prestármela sólo por un momento? Yo la tocaré cuidadosamente. El ave se negó, pero el zorro zalamero insistió tanto que al fin el huaychao le prestó el pico, recomendándole que para tocar se cociera el hocico a fin de que la flauta se adaptara mejor, y así sobre el monte, el zorro se puso a cantar soplando la flauta largo y tendido, después de algún rato, el huaychao reclamo su pico, más el zorro se negó devolvérsela y el huaychaole decía: Yo sólo lo uso de hora en hora pero tú la tocas sin descansar. El zorro no entraba en razones y soplaba incansablemente para un público de pequeños animales que se habían congregado en su alrededor. Al ruido despertaron unos zorrillos y salieron de sus cuevas y subieron al cerro, al ver al zorro tocar se pusieron bailar y con ellos bailaron todos los animales del campo. El zorro al verlos no pudo contener la risa y se rio fuertemente y al hacerlo se le descosió el hocico, mucho más de la medida y se le quedó grande y rasgado de oreja a oreja. El huaychao antes de que el zorro saliera de su sorpresa recogió su pico y se echó a volar. Desde allí se dice que los zorros quedaron con la boca enorme en castigo de su abuso de confianza.

EL ZORRO Y EL HUAYCHAO

MITO “EL CÓNDOR” Se cuenta que había una vez, en una comunidad cusqueña, un hombre que vivía con su hija, quien se encargaba de pastar a las ovejas, llamas y otros animales. Cuando de pronto, apareció un elegante joven, vestido con un traje negro, chalina blanca y sombrero negro. Este hombre visitaba a la mujercita todos los días, con quien acostumbraba jugar. Un día empezaron a jugar a levantarse hacia arriba el uno al otro, intercambiando turnos. En una de esas, el joven alzó a la muchacha y de pronto se dio cuenta de que ella estaba volando; al darse cuenta ella de esto, notó que el joven también volaba: él se había convertido en cóndor. El muchacho la tomó en sus brazos y se la llevó a un nicho ubicado en un barranco. Así pasaron los días, meses y años, hasta que ella tuvo un hijo de él. La muchacha no podía dejar de llorar, lamentándose por la soledad de su padre, quien se había quedado en la comunidad. Hasta que de pronto, apareció un picaflor, quien le dijo que podía ir a avisarle al padre de ella para decirle donde se encontraba y fuera a rescatarla. Ella le promete al picaflor todas las lindas flores del jardín de su casa, si consigue ayudarla. El picaflor buscó al padre y le contó el plan para el rescate de la mujercita: llevar un burro y dos sapos para iniciar su estrategia. Mientras el cóndor se comía al burro, el padre rescataba a su hija y a su nieto. El picaflor luego va donde el cóndor a contarle que ha ocurrido una desgracia: “Tu mujer y tu hijo se han convertido en sapos”, el cóndor fue rápidamente adonde se encontraban su mujer e hijo, y sólo encontró dos sapos. Se asustó pero ya no pudo hacer nada al respecto. Desde entonces la mujer, su hijo, su padre y el picaflor, viven felices en la comunidad cusqueña.

EL CÓNDOR Y LA PASTORA

MITO “LA HUACACHINA” Cerca de la laguna de la Huacachina,vivía una joven princesa incaica. Que era conocida por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un feliz varón. La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. Cierta vez en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sábana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro hacia ella. La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre las dunas y breñas en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sábana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sábana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, pues el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.

LA LAGUNA DE LA HUACACHINA

MITO “LA MEDUSA” La Medusa era una mujer mortal, hermosa y tentadora como el más dulce de los pecados. Tanta era su belleza que Poseidón, dios del mar, queda prendado de ella y no descansa hasta conseguir satisfacer su deseo, contra voluntad de la muchacha, en el templo de Atenea. Atenea, diosa de la pureza y castidad entre otras cosas, se ve terriblemente ofendida y castiga a Medusa pues simbolizaba todo lo contrario a ella deseo, carnalidad, voluptuosidad. Los cabellos de la joven se vuelven siseantes serpientes, sus ojos de una intensidad tal que si los miras fijamente, te vuelves de piedra. Medusa se había transformado en un monstruo pero aún se hacía valer por su andar provocador y sensual que hipnotizaba casi tanto como su mirada. Atenea, viendo que su castigo no había tomado los tintes que ella esperaba, envió al valeroso Perseo a que cortara esa inmunda cabeza. Éste, muy inteligentemente, usó su escudo a modo de espejo para que Medusa se reflejara en él y de este modo pudiera vencerla y entregarla a la diosa. Desde entonces la cabeza de Medusa fue imagen del escudo de la casta Atenea como instrumento para atemorizar al enemigo. En ello se unía la perversión y la virtud porque nunca nada es tan bueno, ni a la vez tan malo.

LA MEDUSA

LA LEYENDA DEL RIO HABLADOR Hace mucho, pero mucho tiempo, vivía en la cima celestial el dios sol, conocido también como Inti. Un joven de gran postura y sumamente bondadoso llamado Rímac, quien de cuando en cuando bajaba al mundo de los humanos a contarles bellas historias, por lo que era muy querido y reverenciado. Un día acompañado de los demás dioses miraba hacia la tierra por las ventanas del palacio dorado, vio que los llanos junto al mar eran azotados por una grave sequía; las hierbas, las flores y los árboles se marchitaban, los hombres y animales morían de sed. Los dioses se alarmaron y acudieron al dios Inti, su padre, a pedirle que librase a los hombres de la costa, de aquella horrenda sequía. Pero el Inti les dijo que era imposible, pues según las leyes celestiales solo sacrificando a uno de ellos en el altar de fuego podrían conseguir agua. Los dioses callaron, sin embargo ante la sorpresa de todos, Chaclla, la más bella y virtuosa de las hijas del sol, poniéndose delante de su padre se ofreció valientemente ante el sacrificio. Rímac que adoraba a su hermana, se arrodilló implorante y pidió a Inti que lo sacrificase a él en vez de ella, pero Chaclla, aun cuando agradecía su gesto, no aceptó aduciendo que los hombres echarían de menos las bellas historias que aquel sabía contarles. Mas Rímac insistió, finalmente a ruego de ambos y ante la resignación de Inti, los dos se dirigieron al altar de fuego para el sacrificio. El dios sol pudo así hacer llover la tierra. Agradeciendo a los cielos, los yungas, así llamados antiguos hombres de la costa, recibieron el agua jubilosos. Rimac y Chaclla, envueltos en infinidad de gotas caían sobre las montañas cercanas al gran valle de Lima, y convertidos en un tormentoso río corrían, jugando y riendo, hacia el mar. Una vez allí, elevándose en forma de nubes, persiguiéndose, llegaban al cielo para vaciarse de nuevo. Pero eso duró solo cuarenta noches, al cabo de los cuales, Chaclla quedó convertida para siempre en lluvia y Rímac en el más bullicioso río de la costa peruana. Cuenta la leyenda que quienes suelen sentarse a orillas del río Rimac y se ponen a escuchar con atención perciben claramente el murmullo de sus aguas como se disuelve en una voz humana que cuenta bellísimas historias de este y de antiguos tiempos, por eso se le llama “RIO HABLADOR”.

EL RÍO HABLADOR RÍMAC

LA LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR Sobre la montaña Pacaritambo (doce lugares al Noroeste de Cuzco) aparecieron los hermanos Ayar después del gran diluvio que había devastado todo. De la montaña llamada "TampuTocco" partieron cuatro hombres jóvenes y cuatro jóvenes mujeres, hermanas y esposas de ellos. Eran Ayar Manco y su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; AyarUchu y Mama Rahua y finalmente, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco. Viendo el estado de las tierras y la pobreza de la gente, los cuatro hombres decidieron buscar un lugar más fértil y próspero para instalarse. Llevaron con ellos los miembros de diez Ayllus (organización inca que agrupaba diez familias). Se dirigieron hacia el sudeste. Pero un primer altercado se produjo entre Ayar Cachi, un hombre fuerte y corajudo, y los otros. Sus hermanos lo celaban y quisieron matarlo. Él les ordenó de volver a las cavernas de Pacarina (se llama así, en quechua, al lugar de los orígenes) a buscar semillas y agua. Ayar Cachi penetró en la caverna de CapacTocco (ventana principal de la montaña "TampuTocco") y el doméstico que lo acompañaba cerró con una gran piedra la puerta de entrada, y él no pudo jamás salir. Los siete hermanos y hermanas, seguidos de los ayllus, prosiguieron su camino y llegaron al monte Huanacauri donde descubrieron un ídolo de piedra del mismo nombre. Llenos de respeto y de temor frente a este ídolo, entraron al lugar donde se lo adoraba. AyarUchu saltó sobre la espalda de la estatua y quedó enseguida petrificado, haciendo parte en delante de la escultura. Aconsejó a sus hermanos de seguir el viaje y les pidió que se celebre en su memoria la ceremonia del Huarachico, o "iniciación de los jóvenes". En el curso del viaje Ayar Auca fue también cambiado en estatua de piedra en la pampa del Sol. Ayar Manco, acompañado de sus cuatro hermanas, llegó a Cuzco donde encontró buenas tierras, y se hundió su bastón con facilidad pero no pudo retirarlo sin esfuerzos. Entusiasmados por el entorno decidieron quedarse. Ayar Manco fundó una ciudad en nombre del creador Viracocha y en nombre del Sol. Esta ciudad fue el Cuzco (ombligo, en quechua), la capital del Tahuantinsuyo (imperio de las cuatro provincias).

LOS HERMANOS AYAR

LA LEYENDA DE YACUMAMA En lo profundo de un bosque impenetrable por su exuberante vegetación, había un lago muy poco conocido por los que vivían en las proximidades de ese lugar. Simulaba ser sumamente tranquilo, apacible, en suma, un remanso de paz; pero, lamentablemente era lo contrario. Así lo aseveraban quienes habían llegado a él, pues sabían que tenía "madre" y que ella celosamente cuidaba ese lugar, persiguiendo sin piedad al que por desgracia se atrevía a pescar en sus aguas. Así llegó cierto día un pescador que siguiendo el curso de un riachuelo desembocó en él; desde el primer momento que lo vio, se sintió feliz porque creía que era el primero en llegar y pensó: al fin podré realizar una "pesca milagrosa" en esta laguna olvidada, que debe estar llena de peces. Infelizmente no fue así; al penetrar en el lago, lo primero que hizo fue ubicar un lugar para arrojar su red y aunque se sentía intrigado por el movimiento del agua, siguió remando confiado; pero el vaivén continuo de su canoa, siguió preocupándole hasta que sintió que algo salía del fondo del lago. Rápidamente volvió para averiguar qué era eso, y vio una terrible cabeza, suspendida a casi un metro de altura sobre la superficie del agua moviendo su monstruosa figura de orejas paradas y sacando su lengua puntiaguda. Inmediatamente dio vuelta su canoa, metió su remo con fuerza hasta el fondo del agua para impulsarse mejor y en esos instantes apremiantes para colmo de males, notó que las plantas de la orilla venían a su encuentro, cerrándole el pase como si obedecieran a no sé qué designio; terriblemente asustado, giró su cabeza para ver que ocurría con la fiera y comprobó que ella le perseguía a toda velocidad. En ese momento, aterrorizado levantó sus ojos al cielo y clamó ayuda al DiosTodopoderoso, convencido que él no podía hacer nada para librarse con vida de ese monstruo lacustre. Y realmente, el Señor escuchó su súplica, porque inexplicablemente cayeron al lago cuatro sachavacas peleando y mordiéndose como fieras, produciendo un tremendo ruido. Ese terrible estruendo asustó a esa serpiente, que no era otra cosa que la terrible Yacumama, que velozmente se sumergió en su lago. Incomprensiblemente, las plantas acuáticas también volvieron a su posición inicial y todo quedó en calma, pues hasta las sachavacas se escaparon viendo a la horrible Yacumama. El pescador que advertía estupefacto todo cuanto sucedía. No quiso perder un segundo más, y se alejó de este fatídico lago, antes que la Yacumama le cerrara el paso nuevamente.

Lamentablemente no llevó ni un solo pez, porque "la madre" de esa laguna no quiso regalarle sus pacos, sardinas, sábalos, y lizas. AI respecto, se cuenta que cuando alguna persona común se acerca a las orillas y penetra a esos lagos encantados, se desata sorpresivamente una tormenta infernal que hace zozobrar la embarcación y la persona se ahoga irremediablemente.

YACUMAMA Y EL PESCADOR

LA LEYENDA DE “LA PATASOLA“ La Patasola fue una mujer muy bella, codiciada por todos, pero perversa y cruel que se dio al vagabundaje y la disipación. Andaba y andaba haciendo males con su hermosura pervertida. Para acabar con su dañino libertinaje, y en horrendo castigo, le amputaron una pierna con un hacha, y el miembro fue luego quemado en una hoguera hecha de maíz. La mujer murió a consecuencia de la terrible mutilación, y desde entonces vaga por entre el corazón de las montañas gritando lastimosamente en busca del consuelo y engañando siempre con sus lamentos al que la escucha, quien cree, al oír la voces angustiosas, que es una persona perdida en la espesura e ingenuamente contesta sus gritos, con los cuales la atrae y ésta termina por devorarlo ferozmente. Huye y se enfurece ante todo lo que se relacione con el hombre cristiano; le fastidian los grandes aserríos en las montañas, los tambos, las trochas, las cacerías, las labranzas y las siembras, en especial de maíz, cerca de sus dominios; las excursiones con bueyes, caballos u otros animales amigos del hombre y todo aquello que trate de invadir sus lóbregos y abruptos territorios. Persigue a los hombres que maldicen en las montañas, a los cazadores que tienen la osadía de adentrarse en la espesura; a los aserradores, que por lo general pasan la noche en la montaña en toscos ranchos construidos junto al aserradero; a los mineros, a los que abren trochas y buscan maderas, y en fin, a todos los que por un motivo u otro violan las misteriosas soledades de la montaña. Pero da la circunstancia que al presentarse de improviso la fatídica aparición, sea por miedo o por alguna especie de hechizo, se olvida por completo y la víctima se queda perpleja sin articular palabra. En este caso es aconsejable hacer un gran esfuerzo y con voz al grito pedir:¡El hacha! ¡las tres tusas y la candela! Recordándole así, los tres objetos que sirvieron para la amputación y desaparición de su pierna. Sus características de ataque son las siguientes: en lo más lejano y espeso de la montaña se oye un grito lastimero, si el que lo oye le contesta se oye uno más cercano e igual de triste; una segunda contestación y el grito se oye ya muy cerca; a la tercera contestación la fiera se le aparece en cualquiera de sus formas, se lanza sobre la víctima, le chupa la sangre o lo devora. Cuando ésta logra ponerse a salvo de su ataque, ya porque va favorecido por algún talismán, o sea, porque va rodeado de animales domésticos, se enfurece diabólicamente, origina de improvisto terribles ventarrones, hace bramar la montaña y temblar la tierra, desencadena tormenta de rayos y agua y destruye por completo los alrededores. La Patasola también acaba con los sembrados aledaños a la montaña, puestos de aserríos, tambos y animales de corral que se críen en sus alrededores. Muchos se salvaron milagrosamente en el último instante, metiéndose entre el ganado, bueyes o perros, con lo que la Patasola en medio de una confusión endemoniada de los elementos, grita desilusionada: Anda y agradece que te encuentras en medio de esos animales benditos. La tormenta pasaba y la aterrada víctima se libraba milagrosamente de la muerte.

LA LEYENDA DE "LA DAMA TAPADA” Era común escuchar a los caballeros juergueros, que habían sido seducidos por la Dama tapada. ¿Quién era esta mujer que asustó a más de un ecuatoriano? Nunca se supo. Pero cuentan los caballeros que siempre veían a una mujer de elegante caminar, con vestidos de seda y encaje, de esbelta figura y un perfume dulce de violetas y nardos, que llevaba una mantilla o velo que le cubría el rostro. Todo seductor, al que le gustaba trasnochar, de seguro se sintió tentado a seguir los pasos de esta especial mujer, a quien por mucho que estirara la mano, parecían no alcanzar, quien no respondía ni los más osados piropos. Ella caminaba por los callejones más oscuros, por las calles más estrechas y por los lares más escondidos, sin inmutarse, con paso seguro y dejando tras de sí ese perfume a nardos que enloquece a los hombres. Escuchaba su risa, su respiración y el perfume embriagaba todo el aire de la noche. El galán hipnotizado seguía los pasos elegantes de la joven mujer, estando cada vez más en las entrañas de Guayaquil, de pronto la joven paraba su caminar de golpe, se daba la media vuelta y levantándose el velo decía: Ya me ve usted como soy, ahora, si quiere seguirme, siga. Ella era bellísima, su rostro era fino, como el de una reina de cuento de hadas, fresco y juvenil, sus ojos eran brillantes y sus labios delicados. Esta visión duraba solo segundos, ya que de inmediato frente a su rostro, se tornaba cadavérico y macabro, el asustado caballero estaba petrificado, obligado por su galantería a ver aquel deterioro acelerado del rostro de la bella joven, un olor a azufre y mortandad, invadía el aire, y sus ojos tenían el brillo del infierno. El pobre hombre si no moría del susto, se quedaba inmóvil y tembloroso. La mujer se desvanecía en la oscuridad y dejaba a su víctima sin ganas de caminar de noche nunca más.

LA DAMA TAPADA