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1 2 MI PASTOR, MI PESADILLA En búsqueda de una iglesia sana INSPIRADA EN EVENTOS REALES Por DANIEL ESTRADA 3 4

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MI PASTOR, MI PESADILLA En búsqueda de una iglesia sana

INSPIRADA EN EVENTOS REALES

Por DANIEL ESTRADA

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PREFACIO DEL AUTOR Aunque el título parezca “herético”, creo que es necesario definir algunas cuestiones que son de suma importancia para el evangelio. Una de ellas, es tratar de ensayar una definición de “IGLESIA”, ya que hay muchas maneras de definirla. ¿Qué es la iglesia? ¿Son personas o son “mercaderías”? Por otro lado está la cuestión del liderazgo de la misma. ¿Quiénes pueden o deben liderarla? ¿Es por un “llamado” de Dios o es por una “Dinastía”? ¿Se trata más bien de una “línea sucesoria de familiares”, directos e indirectos, que se hacen cargo del liderazgo? Creo necesario reparar en la idea, de que andan muchos “chantas” o “falsos” pastores o maestros, dando vueltas por ahí. Me refiero al liderazgo que algunos pastores ejercen, a lo largo y ancho de la misión de la iglesia (deseo tener esperanzas, de que esa “misión” sea genuina). Sin un liderazgo sano para la Iglesia de Cristo, lo único que se puede esperar, es tener personas lastimadas, o “raquíticas”, espiritualmente hablando. O lo que podría ser peor, que los nuevos “discípulos” de este tipo de liderazgo, se “reproduzcan” en nuevos líderes, siguiendo el mal ejemplo de esas personas. En principio las podríamos denominar, “falsos pastores” o en todo caso, personas “poco idóneas” para ejercer un pastorado sano y productivo para el reino de Dios. Vamos a considerar, entre otras cosas, la persona del pastor, como líder y como ser humano, pero además, vamos a

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considerar al “cuerpo” pastoral o grupo de líderes. Hay iglesias que no tienen a un solo pastor (modelo de liderazgo EPISCOPAL), sino que tienen a un “grupo” de pastores, o de ancianos, o de diáconos, que lideran los asuntos de la iglesia, en conjunto (PRESBITERIO). Los dos (2) ejes sobre los cuales este libro irá alternando, serán “la iglesia” y “el liderazgo”. Por otro lado, vamos a ver a la iglesia, desde la UTOPÍA (o lo que podríamos llamar “lo ideal”) y desde la REALIDAD que nos toca vivir. Si uno busca en Youtube algunas novedades de “movimientos” espirituales o “modas” de iglesias, podemos encontrar “muchas cosas”. En principio podríamos pensar que alguien estuviera “bromeando”, ojalá fuera así, pero se trata de una triste realidad. Desde la “unción del chicle” a “la unción del garrote”, hay una amplia variedad de “unciones” y “movimientos” eclesiásticos (o pseudo eclesiásticos. Entiéndase como “pseudo”, aquello que es “supuesto” o “falso”). Lo que busco a través de esta pequeña obra, es que cualquier persona pueda tener acceso a algunas “herramientas” necesarias, para identificar a (medianamente) un “buen pastor”, y a una “iglesia sana”. No es posible la “perfección” mientras estemos en este mundo. Así que nos sacamos de la cabeza, la idea de encontrar al “pastor perfecto” o a la “iglesia perfecta”. En todo caso, a veces sólo es posible poder elegir la iglesia “menos mala” o al pastor “menos malo, menos chanta o menos corrupto”. Tengo una amiga “virtual”, de Colombia, quien me asegura que en su ciudad hay tres (3) iglesias, de las cuales, tiene que elegir la “menos mala”.

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La mayoría de las personas con las que hablo semanalmente, (gran parte de Latinoamérica) tienen serios conflictos dentro de sus iglesias, y no saben qué hacer. En la mayoría de los casos, pude notar serias falencias por parte del pastor, que con sus “consejos” puede causar mucho daño. Por lo general, un líder inmaduro, se toma más atribuciones que las que le corresponden. Otros van más allá, y se atreven a “condenar” a las personas, cosa que Jesús NO hizo, ni es el propósito o la misión actual de la iglesia. Por eso creo necesario, analizar algunas cuestiones de la iglesia local (las que conozco), porque puede ser que se haya desvirtuado su meta o propósito específico. Y tú, como lector/a de esta obra, podrás comparar algunas situaciones narradas aquí, con las que suceden en tu congregación. Si eres un líder, que has tomado decisiones equivocadas en el ministerio, podrás tomar algunas medidas para corregirlas. No podremos encontrar la iglesia “perfecta” (como señalaba más arriba) ya que de ella tenemos un ideal o una utopía, pero sí podemos hallar la iglesia en la cual podremos desarrollarnos sanamente, y de esa manera hacer el aporte correspondiente, con los dones que Dios nos ha dado. Creo que allí entran en juego varios factores, como por ejemplo, si la iglesia está haciendo la misión que recibió de Dios, o por el contrario, está tomando medidas “anti-misión” como me pasó a mí, hace varios años atrás. Te voy a adelantar un secreto, que si yo lo hubiera sabido antes, no habría perdido “tanto tiempo” en mi primera iglesia. Se trata

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de que nosotros, los miembros o líderes activos de una iglesia, NO PODEMOS “cambiar” a ningún pastor, me refiero a la forma de “ser” o a la forma de “liderar” la iglesia. Digo esto, para que nadie se “detenga” en la iglesia a “perder el tiempo”, ni a “malgastar” ayunos y oraciones, sino simplemente “huir” de ese lugar, escapando por nuestra vida. El propósito de este libro, es que sirva, a modo de guía, para que aquellas personas que estén enfrentando una “crisis”, dentro o fuera de la iglesia, sepan qué hacer. Alguien dijo “de los errores se aprende”. Espero que te sirvan los “errores y aciertos” que serán parte de esta obra, para poder tomar tus propias decisiones. La finalidad de esta obra literaria, NO ES descalificar a nadie, ni ofender, aunque seguramente, más de un falso líder, se sentirá “tocado”. Mi gran “inspiración” para escribir este libro, es (o fue) mi primer pastor y mi primera iglesia. No sé si fue el “peor” pastor de todos, pero digamos que hizo “mucho mérito” para ganarse el título de “el peor pastor de todos” o el de “falso pastor”. En cualquiera de los dos casos, lo importante de resaltar, es que le hizo “mucho daño” a la obra de Dios, y tomó medidas “anti-misión”. Creo que la mayor “fechoría” que cometió, podría haberle costado pasar unos años en “prisión”, si una de sus “víctimas” lo hubiera denunciado por “abuso sexual”. Además, hay que resaltar y elogiar, la labor que muchos líderes (hombres y mujeres), realizan en pos de la misión y de la obra redentora de Dios. Espero que disfrutes esta obra, así como yo lo hice al escribirla.

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DEDICATORIA

Dedico esta obra al Autor de la Vida, A mi pequeña sobrina, Camilina Estrada, a quien tanto amo. A la sagrada memoria de todas las personas que han liderado a la iglesia, desde su fundación. Todos ellos y nosotros, no hacemos más que continuar la obra de Cristo. Inmerecedores somos, de eso estoy seguro. Es por “pura gracia”, inmerecida y fundamentada en el amor de Dios, ya que Él “crea” para “salvar”. A mi familia y amig@s: Dr. Jorge Pérez (mi gran amigo), Smith, Yoenis, Carlos, Gerson, Delcy y Milagros, de Colombia, y a sus familias, Camila Lescinskas y Ezequiel Spanabello (dos preciosas personas), Chapita (Daniel, un genio), Ana Nonato Almerco (Cerro de Pasco-Perú), Sabrina De Luis (Bahía Blanca, Pcia. De Buenos Aires), mis queridas amigas, Zulma y Claudia Miño, Mariano Virnik (un capocómico), Nancy Rivera y familia (Puerto Rico, Orlando-EE.UU.), Martha María Ventocilla Campos (Perú), Valeria Bravo, Hadija Athumani, Janaina Rivero, Norma Beatríz Chousa de Penello Rial, Roxana Cuéllar Álvarez, Berenice Martínez, Rabah Wassim, Illar Alan Ok, Harist Aldiansyah, Juana Salinas, Mario Solís, Valeria Centurión y Flia. (Paraguay), Susana Covello, Paola Covello, Graciela Covello, Romina Covello, Alfredo, Rosa, Pablo, Elizabeth Bellasai y Flia, Marta Lúquez (mi querida mamá), Coty Estrada, Alejandra Benito, Jorge Méndez (un gran amigo), Damián Correa, Jimena Noelia Sanz, José María Benítez, Rebeca Alconz y Soledad Aysallanque (dos damas muy inteligentes, de la carrera de psicología del SITB), Luis Báez y familia, Marcela, Martín López (músico), Marcelo Estrada,

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Tania y Camila Estrada, Érica Estrada, Estefanía Estrada, Oscar Obenlok, Francisco Estrada, Carlos Perafán, esposa, y sus mellizos, Karen Estrada, Sergio Estrada, John (Jesús Quintana), Marcos Abel Alvarado y Victoria, Augusto, Carolina Muñóz, Florencia Herrera (Uruguay), Leanethe, Lorena, Adán Quintana, Carmen Mansilla, Leo, Zaira y Tobías, Sandra Cruz Lezo (México), Cristina Zarco, Dr. Eduardo Pataro, Dr. Magallanes, Dr. Pablo Lewczuk, Sebastián Golluscio, José Luis Peralta, Daniel Pontoriero, Jessica Ibarbalz, Estefanía Papakiriacopulos, esposo y Agustín (un bebé maravilloso), Dr. Samuel Pagán, Dr. Carlos Villanueva, Dr. Pablo Deiros, Walter Merino, Mariela Lúquez, Roxana Lúquez, Fernanda y Flia., Romy y Flia., Claudia, Verónica, Belén, Adriana Vallejos y Flia., Pablo Vernola, Mario González, Jorge Shultz y esposa (Alemania), Sofía, Kevin y Nicolás, Beatríz Segovia, Gladis, Tito, Matías, Lucas, Martín y Leito, Alberto Lúquez, María Estrada y Flia. Julia Estrada, Adrián Gentille, Héctor López, Lorenza, Narciso Lúquez, Víctor Cesáreo (Capellán), Tito Onorati, Joel, Leo, Hernán, Raúl (de las islas de Escobar), Ángel Portal, Sarita y Flia., Gisela y Mabel Marullo, Héctor Villanueva y Flia., Isabel, Ángel Rosales (Mendoza), Paula Aquino, Fernando Saini, Cristian y David Alcaráz, y a todos mis amigos y contactos de las redes sociales. Y seguro que la lista sería interminable. A todos ustedes les dedico esta pequeña obra. A ti querid@ lector, de cualquier edad y nacionalidad. Espero que encuentres en esta pequeña obra, aquello que más necesitas, honro tu vida.

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AGRADECIMIENTOS

A mi primer pastor (ya fallecido) y a mi primera iglesia, por causarme tantas “pesadillas”. Gracias a estas cuestiones, puedo escribir “motivado” por la necesidad de definir algunos asuntos, como “la iglesia” y “el liderazgo”. Un agradecimiento especial, al docente y pastor, Fernando Saini. Creo que el artículo que gentilmente nos has compartido, sobre el “discípulo amado”, le da cierta riqueza teológica, a este, mi pequeño aporte literario. Como dice otro docente, tienes un DON de Dios, para enseñar, hasta lo más aburrido, de forma divertida, honro tu vida. Otro agradecimiento especial, para alguien que permanentemente me anima a escribir, Mariano Javier Virnik. Junto con este querido “personaje”, estamos pensando una iglesia, que vaya en búsqueda de los “paganos”, y creo que no tiene nada que ver con lo tradicional. Gracias a las personas, de diferentes países, que a diario, leen estas y otras obras, desde el Blog: https://obrasliterariasestrada.blogspot.com.ar/ y desde Facebook: https://www.facebook.com/obrasliterarias.estrada e Instagram: https://www.instagram.com/obrasliterariasestrada/ totalmente gratis, sin publicidad, y siempre disponibles.

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ÍNDICE Capítulo 1. MI PEOR PESADILLA……………… 12 Capítulo 2. HACIENDO DISCÍPULOS…………...27 Capítulo 3. EL PASTOR……………………………43 Capítulo 4. REQUISITOS BÍBLICOS DEL LÍDER…………………………….56 Capítulo 5. ROL DE LA MUJER COMO LÍDER………………………….77 Capítulo 6. EL LÍDER, COMO MAESTRO Y DISCÍPULO………………………….91 CONCLUSIONES GENERALES………………….103 BIBLIOGRAFÍA…………………………………….111 INFORMACIÓN ELECTRÓNICA………………..112

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Capítulo 1 MI PEOR PESADILLA El cambio de vida Hablando de malas experiencias, en una casa de estudios teológicos, un compañero seminarista de Colombia, me dijo: “De las cosas que cuentas, yo no viví ninguna, esas experiencias son tremendas”. Creo que me convertí, sin quererlo, en un “especialista” de vivir cosas malas dentro de la iglesia, y por supuesto fuera de ella también. Por alguna cuestión, pienso en las personas que por primera vez asisten a una iglesia protestante o evangélica, y se encuentran con muchas cosas que no entienden, como me pasó a mí. Seguramente en tu familia no hubo (o sí) protestantes, sino de otras religiones, en mi caso, era católico “nominal”, esto quiere decir, que no iba a la iglesia. Mis padres también lo eran, nunca iban a la iglesia, pero se llamaban a sí mismos “católicos”. El hecho de “conocer” a Jesús, ¿Se trata simplemente de un “cambio de religión”? La verdad es que NO. Se trata más bien, de tener una relación personal con Dios, quien NO ES un Dios lejano, y tampoco está enojado con nosotros. Se trata de vivir una vida abundante. De seguro, no viviremos lejos de los problemas, pero sí los podremos atravesar, acompañados por Dios. Cuando nos predicaron el evangelio de Jesucristo, nos hablaron de las “buenas nuevas de salvación”, que Cristo nació de la virgen María, engendrado por el Espíritu Santo, ejerció su ministerio terrenal, fue crucificado, resucitó al tercer día, y

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ascendió a los Cielos, con la promesa de regresar por nosotros. Antes de hablarte de las “buenas noticias” te habrán mencionado las malas: Que somos dependientes de Dios (porque Él nos creó a nosotros, por ende somos sus criaturas), que pecamos contra Él, no tenemos (ni teníamos) con qué pagarle a Dios nuestras deudas, y merecemos la condenación del infierno. Luego de saber estas “malas noticias”, necesitamos escuchar las buenas: Que Cristo nos ama y está dispuesto a perdonarnos, por la sangre que derramó en la cruz, del monte Calvario. Si todo se fue dando de forma parecida a lo que relataba anteriormente, o en todo caso, si no fue similar, pero Cristo está en tu corazón (a través de alguna experiencia sobrenatural, leyendo algún folleto o de alguna otra forma), estoy casi seguro que te fuiste a visitar la iglesia de tu barrio, o donde te hayan invitado. El primer “encuentro” en o con la iglesia, puede que no resulte demasiado satisfactorio o atractivo. Seguramente te llamará la atención de que faltan las “estatuas o ídolos” de la fe que profesan tus padres. No hay imágenes, salvo algún cuadro con versículos bíblicos, o algo similar. Aunque algunas iglesias prefieren usar bastante los estandartes, escudos, cuadros, símbolos de leones o corderos, grandes luminarias, pantallas gigantes, música funcional, bailes, coreografías, vestimentas muy particulares, etc. Ese primer encuentro puede resultar “chocante”, porque es otro mundo, otro paradigma o modelo de iglesia, que nunca tuvo nada que ver con nuestra fe anterior, que hoy podemos afirmar “está muerta”. Es decir, no teníamos esperanzas de una vida

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eterna en el Cielo, con Dios, para siempre. Mucho menos esperábamos que Jesús nos perdonara los pecados, que no han sido pocos, por el contrario fueron miles de millones de pecados cometidos, fruto de una vida lejos de Dios. Esto no quiere decir que hemos dejado de pecar, sino que estamos en un proceso de santificación, dejando viejos hábitos, con la ayuda del Espíritu Santo. Ese primer encuentro nos puede condicionar, de tal manera que podemos decidir no asistir más, o seguir yendo hasta que podamos acostumbrarnos, con un cierto grado de dificultad. La Central Muy bien, hecha esta necesaria introducción, te voy a contar acerca de mi triste y dificultosa experiencia, en mi primera iglesia, en la cual estuve cerca de nueve años. Creo que te puede servir mi experiencia, para poder “identificar” algunas características del pastor de esta historia, con tu actual (o futuro) líder o pastor. Antes de continuar, debo hacer la siguiente aclaración, que no vamos a descalificar a nadie, mucho menos dar los nombres reales de las personas de esta historia u otras. Los nombres son ficticios, y los hechos nos servirán pura y estrictamente a modo de ilustración, con la “pequeña” salvedad, que son “hechos reales”, vividos en primera persona. Tuve una experiencia genuina con Jesucristo, hace 22 años atrás. Estaba trabajando en una fábrica que se dedicaba a las máquinas para fabricar helados. Yo tenía el pequeño cargo de “medio oficial electricista”, bajo las directivas de un oficial homónimo.

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Él era creyente evangélico, junto con otros 3 empleados más de esa fábrica. Yo tenía 21 años de edad, estaba depresivo por la muerte prematura de mi papá, desde hacía varios años. Por las noches lloraba en mi habitación, era de sonreír mucho de día, pero era una gran “máscara”, que me ayudaba a lidiar un poco con la gran tristeza que sentía. Refiriéndome un poco más acerca de mi papá, era un hombre muy gentil, bueno, proveedor, presente, amoroso, etc. Él tenía 43 años cuando murió, y yo apenas 13 años. Éramos muy compañeros uno con el otro, yo lo acompañaba a todas partes. Esa gran pérdida irreparable, me causó una profunda depresión. El oficial electricista me veía algo triste, yo, a veces, no podía ocultarlo. Me preguntó cómo me sentía, yo le respondí que me sentía bien. Pero él repreguntó, ¿Seguro? No sé por qué le conté la verdad, del motivo verdadero de mi tristeza. Lo que le causó cierta sorpresa, fue la cantidad de años en los que estuve sumergido en la depresión, cerca de 8 o 9 años. Aparte de la tristeza, sentía una tremenda culpa, porque cuando operaron a mi papá, de un tumor cerebral, él no quedó bien, es decir, parecía que fuera “otra persona”, y yo me porté muy mal con él. Esa mezcla de tristeza y culpa, me hundieron y generaron en mí, grandes deseos de morirme. ¿Te parece raro que un joven, promediando los 20 años de edad, quiera morirse o tenga ideas de suicidio? Las estadísticas del 2017 indican que el suicidio en los adolescentes se ha triplicado

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en los últimos 20 años1. Creo que hay muchos jóvenes que desean morirse, antes que seguir viviendo de cierta manera, con la familia rota, relaciones amorosas vacías, sin un trabajo estimulante, etc. Volviendo al tema de mi conversación con el oficial electricista, cristiano, te diré que ése fue “el primero del resto de mis días”, con Cristo. Cuando le confesé lo que me atormentaba, él compartió conmigo unos versículos, “casualmente”, de una Biblia “idéntica” a la que tenía mi mamá. Esa Biblia era de tapa dura, de color rojo, Reina Valera 1960. Eso hizo que yo “bajara la guardia”, sabiendo que no era muy distinto a lo que mi mamá comprendía, o eso me imaginaba yo. Esas palabras, me las leyó un día viernes, y ese fin de semana fue el más “perturbador” de todos. Comenzando ese mismo viernes por la tarde, a “romperme” la cabeza, no dejándome “tranquilo” ni por un instante. Literalmente me estaba volviendo “loco” la idea, de que Dios me amaba, y que además estaba dispuesto a perdonarme los horrores que yo había cometido. Cuando volví el lunes al trabajo, fui a verlo a la oficina, y le dije que no daba más, que quería “eso”, que ni siquiera yo podía ponerle nombre, pero sin darme cuenta, ya me había rendido a los pies de Jesús, sin saberlo. Me senté sobre un pequeño gabinete metálico en el piso, mientras él me guiaba a hacer la “oración de fe”. Comencé a sentir mucho calor en mi cabeza, como si se fuera a “prender fuego”, era tan insoportable, que me 1

http://www.lanueva.com/sociedad/911724/en-20-anos-casi-se-triplico-lamortalidad-adolescente-por-suicidios.html consultado por el autor, el 13/08/17

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vi tentado a pedirle que dejara de orar, sin embargo, lo dejé continuar. En el momento menos esperado, se me “abre” una “visión”, que en ese momento no sabía lo que significaba. Respecto a las cosas que en ese momento estaba viendo como algo muy real para mí, era el instante previo a aceptar a Cristo como mi Señor y Salvador. Vi mi corazón, que era como de piedra, resquebrajado, viejo, sucio, con telas de araña y sumergido en una densa oscuridad. Por mi cabeza, entraron “dos manos de luz”, que bajaron hasta ese corazón de “piedra”, y lo envolvieron, transformándolo en un corazón de “carne”, lleno de luz y que latía con mucha fuerza. A la par de esta “visión”, yo no paraba de llorar, como si fuera un niño, mientras “miraba” asombrado lo que estaba pasando “dentro de mí”. Para muchos esto puede ser de un carácter “mítico” insoportable, pero esa es mi verdad, del día de mi conversión a Cristo. Luego de haber llorado por un largo rato, en esa oficina de unos 6 metros cuadrados, llena de cables y de tableros eléctricos, el oficial me preguntó cómo me sentía. Le dije que había visto las cosas que relataba antes. Para eso llegaron a la oficina, los otros 3 cristianos que trabajaban en la fábrica, en diferentes sectores, como si el Espíritu Santo los hubiera reunido para una ocasión muy especial, “un pecador que se arrepintió de sus pecados”. Cuando ellos llegaron, yo tenía los ojos rojos de tanto llorar, entonces el oficial me pidió que les contara a los otros mi experiencia. Imagínate que yo de la Biblia no sabía más que la historia de la crucifixión de Jesús, David y Goliat, y la historia de Sansón. No sabía nada de visiones, ni de profetas, ni nada de

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nada. Cuando les conté las cosas que había visto, cuando el oficial me oraba, uno de ellos, levantó sus manos al cielo, cerró los ojos y dijo: “Padre te doy gracias, porque has levantado a un profeta de entre nuestros hermanos”. Por supuesto que esas palabras me parecieron una “locura” sin sentido, “incomprensibles” para mí. No sabía de qué asunto estaba hablando. Para ser sincero contigo, ese DON fue el que “permanentemente”, y de forma “continua”, me ha acompañado todos estos años. A los pocos días de mi conversión, fui por primera vez a una reunión evangélica, en un templo (o auditorio) cristiano, donde el oficial se congregaba. La verdad, es que yo pensé muchas cosas malas, me surgían muchas dudas, por el “contexto” en el que estaba. Paso a explicar, un poco mejor, a qué me refiero: El pastor era bastante morocho, al estilo brasileño o afroamericano. Hablaba mucho acerca de “el hermano Pablo dijo…” yo pensé que me había metido en algún “culto o secta africana”, y dejé de ir por algún tiempo. Creo que me había agarrado mucho miedo a lo desconocido. Un día (el de mi cumpleaños), vinieron a visitarme a mi casa, el oficial, su esposa, y otro de los empelados de la misma fábrica, los tres eran miembros de la misma iglesia. Te cuento que nunca fui de una cultura alcohólica, se me daba más por hacer deportes y comer sano. Pero esa noche, estaban mis amigos en la casa materna donde yo vivía siendo soltero. Había unas botellas de sidra sobre la mesa, cuando ellos entraron, me dio “vergüenza”, y eso que nunca me habían dicho nada sobre usos y costumbres cristianas. Creo que

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“sentí” la presencia de Dios, y me percaté de que a Dios le interesaba que yo volviera a congregarme, y así lo hice. Era de esos cristianos que nunca faltan a un culto o reunión general o de oración o de lo que fuera. En esa primera iglesia hice de todo un poco, porque así las circunstancias lo ameritaban. Fui portero, secretario, casero, maestro de escuela bíblica, hice muchas cosas de mantenimiento, como herrería, carpintería, albañilería, etc. Además prediqué muchas veces en la iglesia central y en un anexo cercano a ésta. Hice evangelismo en los hospitales, las villas, las calles, en mi escuela secundaria, etc. Yo pensé que mi iglesia era “perfecta” o por lo menos, que era bastante “buena”. Sin embargo, siempre hubo cosas que me hicieron “ruido”, y todas ellas tenían que ver con el pastor, su familia, y algunas situaciones dentro de la iglesia. Voy a tratar de pasar en “limpio” algunas cuestiones, que pueden servir de “ilustración”, para que tú puedas “compararlas” con situaciones de tu propia iglesia. El pastor era un hombre que promediaba un poco más que la mediana edad. Un hombre sin preparación académica, ni teológica, ni secular. Quiero decir con esto, que apenas había ido algunos años de la escuela primaria y nada más. ¿Eso es malo? De ninguna manera, sólo estoy describiendo las circunstancias particulares que rodearon la vida, de quien fue mi pastor por 9 años. Él estaba en contra de que los miembros de la iglesia fueran al seminario bíblico. Decía que “la letra mata, pero el espíritu vivifica”. Además tenía otra frase bíblica, “no te hagas sabio o te autodestruirás”. Era un

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hombre “muy inseguro”, al que todos debían “pedirle permiso” para todo. Recuerdo una oportunidad, en la que una pareja joven se acercó, después de la reunión general de un sábado, para pedirle al pastor, que orara por ellos, ya que “saldrían de vacaciones” a algún lugar. El pastor los interpeló de inmediato (yo estaba allí y doy fe que es cierto) y les dijo: “¿Y ustedes a quién le pidieron permiso?”. La pareja en cuestión, se sorprendió por el reproche al igual que yo. Ambos se “encogieron” de hombros, y le dijeron que para eso habían venido, para pedirle “permiso”. Luego el pastor oró por ellos. De estas historias puedo contarte cientos. Él era un “especialista” en “crear frases” que podían destruir al cristiano más fuerte, en ellas había una gran carga de sagacidad y maldad. Comenzó a sentir “celos” de mí, porque las personas se acercaban a hablar conmigo y no con él. Un día, parece que se cansó de esa situación, y me “increpó” de una forma muy ácida, diciendo que el pastor era él, no yo, y que las personas debían hablar con él. Me pidió que apenas se acercaran a mí, los derivara con él. Así lo hice, comencé a cerrarme al diálogo con las personas que necesitaban un consejo, y les decía que debían acercarse al pastor. La mayoría de las personas, me respondían lo mismo, “yo no quiero hablar con él, quiero hablar con usted”. Yo les respondía a todos por igual (a pedido del pastor), “usted tiene que hablar con el pastor de la iglesia, para eso está”. Los resultados se comenzaron a ver a corto plazo, todas esas personas, dejaron de venir a la iglesia. Parece mentira, pero estas

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cosas ocurren dentro de lo que parece ser “una iglesia sana” o “normal”. Comenzó a tomar decisiones, que yo mismo las considero “antimisión” de la iglesia. ¿A qué me refiero con esto? A los pocos años de abrir esta iglesia, que de ahora en más, denominaremos “la central”, Dios nos permitió poder comprar un “anexo” (u obra misionera) a unos 4 o 5 kilómetros de allí. En ese lugar, se hacían reuniones los días martes y jueves, por la tarde, además de funcionar la escuela bíblica de niños, los días sábados. Esas “simples” reuniones de los días de semana, se habían transformado en algo bastante “concurrido”, donde asistían más personas que en “la central”. El pastor casi nunca venía al “anexo”, y los músicos “principales” tampoco (sus hijos). Yo casi siempre hacía algo, si no era dirigiendo la reunión, predicaba. Mis primeras intervenciones en el anexo fueron “cortos mensajes”, de no más de 5 minutos. Parece que esos cortos tuvieron cierto “éxito”, en el sentido de que las personas comenzaron a sentir, que de alguna manera, Dios les hablaba a través del mensaje bíblico. Parte del “liderazgo” de la iglesia, le pidió al pastor, que me diera permiso de predicar en “la central”, aunque sea con cortas reflexiones. Luego de unos 6 o 7 meses lo autorizó, mientras yo seguía predicando en el anexo. Del corto mensaje pasé a la predicación principal, a pedido de los diáconos y diaconisas, abocados al servicio en el anexo. ¿Cómo podía ser, que se congregaran más personas en el “anexo” y no en “la central”? Eso era insoportable para el pastor, y un día lo hizo notar. De a

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poco comenzó a instar a las personas, que debían asistir a “la central”, porque allí estaba “la visión” del siervo de Dios. De vez en cuando, se aparecía en el anexo, para insistir en la idea, de que todos los que allí estaban (martes y jueves), debían ir a “la central” el sábado y/o el domingo. No sé si era la forma en la que lo decía, pero a la gente no le caía bien, y muy pocos iban a “la central”. Yo soy de esas personas que “observan y analizan todo”. ¿Cuáles podrían ser los motivos por los cuales, las personas preferían ir al “anexo” y no a la “la central”? Para saber ciertas cosas “internas” de la iglesia, lo que mínimamente debemos hacer, es “congregarnos”, y yo no me perdía ninguna reunión. Cuando menciono la frase, en la tapa de este e-Book, “En búsqueda de una iglesia sana” en gran medida, es responsable el pastor, por las decisiones que éste pueda tomar. La familia del pastor es otro factor muy importante. En este caso, casi todos andaban “flojos de papeles”. ¿En qué sentido lo digo? Había actitudes muy difíciles de soportar, y que causaban daño a las personas de la iglesia. Si hay “injusticias” de cualquier tipo, esto afecta directamente el estado anímico de las demás personas, y el avance del reino de Dios en ese lugar, Veamos un pasaje del Nuevo Testamento: Romanos 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Si te fijaste bien, comienza por la “justicia”, luego la “paz”, y luego el “gozo”… Creo que si hay “injusticias”, se termina la “paz” y también el “gozo”. Eso era lo que sucedía en la iglesia, había muchas “injusticias”, fomentadas por el mismo

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pastor y su familia, con la “venia” (permiso o autorización) de éste. La mujer del pastor, a veces se levantaba en medio de una reunión general, gritando y corriendo por el medio de la calle. El pastor interrumpía su predicación para salir a buscarla, en medio de un caos generalizado. Luego esta “respetable” dama, era la encargada de predicar, o de “exhortar” a las personas, de la peor manera posible. Ella creía que ése era su DON, reprender a las personas y tratarlas mal. Lo que esta querida dama no sabía (porque en esta iglesia imperaba la ignorancia, impulsada y defendida por el mismo pastor) es que el DON de exhortación, tiene que ver con “animar” a otros. “La pastora”, así había que decirle, a pedido del pastor, no era muy amante de congregarse, si venía una vez cada 3 meses era mucho. Pero, siempre “mandaba a decir algo”, a través de su esposo. A veces, era para darle una “reprimenda” a la iglesia o maltratarla en algún sentido. Ella quería “manejar” la iglesia desde su casa, ¿Qué raro no? Otra “injusticia” cometida en la iglesia, se la debemos a la “cortesía” de algunos hijos del pastor, que estaban en el área del sonido, la música y el coro. Uno de ellos, el “guitarrista principal” y “vocalista”, hizo muchos “méritos” para ser de mal testimonio, frente a todas las personas de la iglesia. Cada 2 o 3 meses, cambiaba de novia. Lo peor de todo esto, es que se involucraba a la iglesia, en hacer oraciones, “bendiciendo” el (los) noviazgo/s de este joven “picaflor”. Además, era muy parecido a su madre, ya que “casi nunca” se congregaba. ¿Y qué

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hay de malo con eso? Los demás músicos de la iglesia, se reunían a ensayar las canciones, con responsabilidad y seriedad, una o dos veces por semana. ¿De qué les servía? Si cuando a este joven se le ocurría venir, hacía su propio “repertorio”, una especie de “show” unipersonal, sin importarle lo que los otros músicos habían ensayado (hacía lo que se le cantaba su regalada gana). ¿Quieres saber más? Ponía más alto el volumen de su guitarra y micrófono, y les bajaba el volumen a los demás, para sobresalir él. Todo esto ante la mirada atónita de las personas de la iglesia, y la insensibilidad del propio padre y pastor. Mientras el pastor nos exigía a todos los colaboradores, camisa y corbata, su “hijito” querido, venía vestido como un “rockstar”, con pelo largo incluido. Algunas personas creen que los creyentes “laicos” de las iglesias, “comen vidrio” o que “no se dan cuenta de nada”. Pero a decir verdad, se les puede notar en la cara lo que en realidad sienten, y luego uno puede escuchar sus comentarios al respecto: “¡Claro, lo hace porque es el hijo del pastor!” Imagínate las situaciones antes mencionadas, extendidas a lo largo de los años, ¿Qué tipo de consecuencias pueden traer a la iglesia? En el caso de esa congregación, el efecto causado era que las personas se sentían más a gusto, yendo al “anexo” y no a la “central”. Por lo menos allí ese tipo de “injusticias” no existían, y por ende, se sufría “menos”. ¿Sabes por qué? Porque ni el pastor, ni ningún integrante de su familia, iban al “anexo” (lo curioso, es que el pastor vivía a unas 9 o 10 cuadras del “anexo”). Aun el “mover” de Dios era distinto, allí las personas

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eran, de alguna manera, “tocadas” por Dios, lloraban, se abrazaban y podían expresarse con libertad. ¿Recuerdas que te dije que el pastor tomó algunas decisiones “ANTI-MISIÓN”? Prepárate para leer una de las más grandes “burradas”, pensada y ejecutada por este “genial” pastor. Un día se apareció el pastor en el anexo, con cara de “pocos amigos” y con el “ceño fruncido”. La diaconisa que estaba dirigiendo el culto, al verlo, lo invitó a pasar para que salude a la iglesia, pero él hizo señas de que pasaría después. Se quedó de pie, cerca de la puerta principal del salón. Luego me tocó predicar, mientras veía que la cara del pastor era como una “piedra”. Al final, el pastor pasó al frente, con una voz muy tensa, como si estuviera “enojado”, dijo que había “tomado” la decisión de “cerrar el anexo”. Algunas personas no lo podían creer, pero yo creía que el pastor era capaz de hacer eso y cualquier otra cosa. Otras se pusieron a llorar (unas mujeres, entradas en años y con un corazón generoso y sincero), mientras que las caras de los asistentes se “desfiguraban”, haciendo “muchos gestos” de inconformidad. El pastor dijo que “la visión está en la central, no aquí”. Además, agregó que lo iba a “vender”, y aquel que quisiera congregarse, que fuera a “la central”. Ése fue “el último día” que se hizo reunión allí, porque poco tiempo después, el pastor lo vendió. ¿Cuál crees que fueron los resultados? Te equivocas si crees que las personas fueron a “la central”. La verdad es que la mayoría dejó de congregarse, y los que iban a “la central” de vez en cuando,

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dejaron de hacerlo. ¡Qué “sabia” que fue la decisión del pastor! ¿No? La pregunta que puede surgir, es ¿Qué se hizo con el dinero de esa propiedad? Se REINVIRTIÓ en “la central”, porque allí estaba “la visión”. El edificio lucía un poco mejor que antes, pero con muchas “menos” personas. Las pocas que quedaron (yo, cometí la burrada de quedarme), estaban muy tristes y desanimadas. ¿Por qué? Creo que por la sencilla razón de que hay “afectos”, mucho más si esas personas tenían cierta antigüedad como miembros de esa iglesia. Algunas de ellas eran cofundadoras de la iglesia. La verdad es que yo también los extrañaba, y mi ánimo estaba por el piso. Me costaba mucho trabajo “recibir” algo de Dios en esa congregación. Iba a todos los cultos o reuniones, hacía largos ayunos, me pasaba muchas horas “tirado” en el piso (literalmente), orando y llorando. No podía creer que de una persona salieran tantas lágrimas, eran “grandes charcos” en el piso, y mi cara estaba enrojecida de tanto llorar.

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Capítulo 2 HACIENDO DISCÍPULOS En el capítulo anterior, relaté el “contexto” de la iglesia, en la cual estuve cerca de 9 años. Este pastor afirmaba, una y otra vez, que había tenido un “sueño”: Que muchas personas entraban corriendo a “la central”. Esa era la “visión”, por la cual había “cerrado” el “anexo” (la obra misionera), y el dinero recaudado de la venta, lo REINVIRTIÓ en “la central”. ¿Qué hay acerca de “LA GRAN COMISIÓN” mencionada en el evangelio de Mateo 28:18-20?, veamos: Mat 28:18 Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: -Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Mat 28:19 Por tanto, vayan y HAGAN DISCÍPULOS de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Mat 28:20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (NVI) Esto nos sirve para señalar, que cualquier líder o pastor, que se deje “guiar” sólo por los sueños, y no por la “Palabra de Dios”, está bajo un “engaño”, que traerá como resultado, un gran fracaso, y muchas otras cosas malas. En los 9 años que yo estuve allí, fielmente, hubo mucha “circulación” de personas, que permanecían un breve tiempo, y luego se marchaban.

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NUNCA el pastor intentó “formar discípulos” de Jesús, lo que sí hizo, fue “deformar” (no “formar”) personas, que venían con la mejor intención, “conocer a Jesús”, y cambiar sus vidas. Había una especie de “ADOCTRINAMIENTO” constante, pero no con la Biblia vista como una “UNIDAD”, sino más bien, con unos pocos versículos “segmentados” o “aislados” del resto de la Biblia. Los pocos versículos que él usaba, de forma continua, son estos que siguen a continuación: (las partes señaladas con “negrita”, son las que él más resaltaba) Eclesiastés 7:16 No seas demasiado justo, ni tampoco demasiado sabio. ¿Para qué destruirte a ti mismo? (NVI) 2 Corintios 3:6 Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. (NVI) 1 Samuel 24:6 Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová. (RV 1960) Con esta “trilogía” de versículos, este pastor desarrollaba su ministerio, imponiéndose sobre cualquier otro miembro de la iglesia, que cuestionara algunas de las cosas que allí sucedían. Con el versículo que dice “la letra mata, pero el Espíritu da vida” se aseguraba que los laicos no fueran al seminario bíblico, o al menos, desalentaba ir. No le gustaban mucho las preguntas profundas, porque revelaban que era un “burro” teológico, que defendía sus 3 versículos a muerte, porque allí estaba

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“sustentada” toda su teología, y no toleraba que otro supiera más que él. Con el otro versículo que dice: “Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová” se aseguraba de apagar cualquier “sedición” en su pequeño “reino”. ¡Claro que había rebeldes! Yo era uno de ellos. Pero con esta cita bíblica, la “remó” cerca de 30 años de ministerio, metiéndole miedo a la gente, que si alguien lo cuestionaba, alguna maldición caería sobre esa persona. Y aquí es que recuerdo otros versículos más, Números 12:1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. Números 12:10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. Estos versículos le servían para “lavarnos la cabeza” y ejercer una especie de “patriarcado” sobre ese lugar. En lugar de que se “reprodujeran” discípulos de Cristo, lo que se veía habitualmente era que se reproducían “modelos” o “imitadores” de ese pastor. Yo me parecía cada vez más a él, en lo “cerrado” e “intolerante” a los demás. Por ejemplo, en la vereda de enfrente, en diagonal al emplazamiento del edificio de la iglesia, vivían un hombre y una mujer (ambos eran hermanos de sangre), que practicaban el “ocultismo”. De vez en cuando nos dejaban algún “trabajito” en la puerta de la iglesia. La idea que el pastor nos había metido, era que ellos eran nuestros “enemigos”, y ni siquiera teníamos que mirarlos y mucho menos saludarlos. Era como una especie de “guerra” entre vecinos, no debíamos mostrarles amor, ni predicarles a Cristo. ¿Esto suena

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raro, no? Yo creí que debíamos amarlos, y buscar la manera de predicarles sobre el amor de Dios, buscando de esa manera que ellos cambiaran su forma de vida. Todo ese “adoctrinamiento” me hacía ruido, yo pensaba en este pasaje bíblico, Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Veámoslo desde la NVI, Efesios 6:12 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Esto quiere decir, que mi lucha no era contra estos 2 hermanos “ocultistas”, sino contra los mismos demonios que ejercían cierto dominio sobre ellos. Gracias a Dios, mi vida hoy es diferente, enfrente de mi casa, vive una familia que practica el ocultismo, eso no me impide hablar como buen vecino, con el Pai o con la Mai umbanda, y siempre que puedo le doy un abrazo y hacemos bromas. Antes de que me trates de “hereje”, pensemos en ¿Qué haría Jesús con estas personas? ¿Los vería como enemigos o los miraría con amor? Sé que nos puede venir a la mente, la imagen bíblica de Jesús, haciendo un látigo y echando a los mercaderes afuera del templo de Jerusalén. Pero en otras ocasiones, lo tenemos cenando con pecadores, cobradores de impuestos (traidores a la patria israelita), borrachos, ladrones y prostitutas. Lo malo, damas y caballeros, es que queremos ser más “santos” que Jesús, más

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papistas que el papa. Jesús tomaba vino, pero sé que hay personas que dicen que tomar vino es pecado, o hablar con ciertas personas, lo catalogan como pecado. Somos grandes “catalogadores”, le ponemos “etiquetas” a todo el mundo, lo más interesante de todo esto, sería “hacer”, lo que Jesús nos pidió que hiciéramos, “DISCÍPULOS”. ¿Cómo vamos a hacer discípulos, si los “garroteamos” todo el tiempo, o los excluimos de la gracia que sobreabunda? ¿Acaso somos jueces o servidores de Cristo? Si todo esto es así, ¿Dónde quedan el amor y la misericordia? ¿Existe un “modelo ejemplar” de discípulo? ¿Cuál, de los 12 discípulos del Señor, fue el más sobresaliente? El apóstol Pablo, no tuvo el privilegio de “caminar, tocar y escuchar” en primera persona, al “Jesús histórico”. Pero sí tuvo la sublime experiencia, de encontrarse con el Cristo resucitado. ¿Fue Pablo el discípulo ejemplar? Puede ser que sí, no hay dudas de que el apóstol llenó el mundo conocido, de las buenas nuevas de salvación. ¡Imagínate un grupo de cristianos tan “locos” como Pablo, llevando el mensaje del evangelio a todas las naciones! En las predicaciones más comunes que se pueden escuchar en las iglesias locales, es que Pedro fue el más sobresaliente de todos. Otros dicen que fue Juan, el “discípulo amado”. Los eruditos en la materia, están en condiciones de afirmar, de que NO hay evidencias “internas o externas” (dentro o fuera de la Biblia), de que Juan haya sido el “discípulo amado”. Tradicionalmente es aceptado así y punto, ¿No? Lol. Para la mayoría de los creyentes, es Juan.

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Eso es lo que vamos a ver, desde el punto de vista del evangelio de Juan. Allí hay menciones muy curiosas de ese “discípulo amado”. Yo no podría escribirlo mejor, que el docente-pastor, Fernando Saini, quien gentilmente cedió un artículo escrito por él. Muchas gracias Fernando, eres de una gran inspiración para mí. Ahora sí, veamos el contenido de ese documento: Cualidades del “discípulo ejemplar” Betesda, domingo 26 de julio de 2015 

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Luego de recorrer el evangelio de Marcos y ver que es una Cristología y un discipulado, todos queremos ser ese discípulo que sigue de cerca de Jesús y le sirve para difundir su obra y su mensaje. En el evangelio de Juan nos encontramos con un título: “El discípulo amado”, es una forma de referirse al discípulo perfecto. Revisemos sus intervenciones, para conocer las cualidades del discípulo perfecto:

1 – Juan 13:21-28 “21 Dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu, y declaró: «De cierto, de cierto les digo, que uno de ustedes me va a entregar.» 22 Los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.   

Contexto: Cena Situación: Jesús lanza un interrogante que sorprende a todos. Jesús se lo va a revelar solo a uno de sus discípulos. Postura: recostado al lado derecho.

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Juan 13:23 Uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús.  



Privilegio, es el que tiene la cabeza más cerca del pecho de Jesús. En el prólogo del evangelio de Juan, 1:17 “La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie lo vio jamás; quien lo ha dado a conocer es el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre.” Jesús tiene una posición de privilegio frente al Padre y “el discípulo amado” la tiene con respecto a Jesús.

Juan 13:24 A éste, Simón Pedro le hizo señas, para que preguntara quién era aquel de quien Jesús hablaba. 25 Entonces el que estaba recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: «Señor, ¿quién es?» 26 Respondió Jesús: «Es aquel a quien yo le dé el pan mojado.» Enseguida, Jesús mojó el pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. 27 Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto.» 28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.   

El discípulo amado tiene intimidad con Jesús. Está cerca. Sabe cosas que los demás no saben (incluso el gran Pedro las desconoce). Jesús le hace una confidencia, pero él no la revela.

2 - Juan 19:25-27 “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena”.

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Este relato está sólo en Juan. Él es el único que da testimonio de esta presencia junto a la cruz; los demás se limitan a decir que Jesús está solo en ella y sus amigos permanecen alejados. La cruz era custodiada por 4 soldados (que se repartieron sus cosas: 23-24 “Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos y los partieron en cuatro, una parte para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual no tenía ninguna costura, y de arriba abajo era de un solo tejido. 24 Y dijeron entre sí: «No la partamos. Más bien, echemos suertes, a ver quién se queda con ella.» Esto fue así para que se cumpliera la Escritura, que dice: «Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.» Y así lo hicieron los soldados) Esto hacía que nadie pudiera acercarse: todos miraban de lejos. Sin embargo Juan las coloca “junto a la cruz”. Juan selecciona 4 para darles un trato especial.

Juan 19:26 Cuando Jesús vio a su madre, y vio también presente al discípulo a quien él amaba, 

JESÚS VIO: o Lo más destacable es que Jesús en su hora más difícil, tenga ojos para ver otra realidad además de la suya.

Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: El gran amor del SEÑOR nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!

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Por tanto, digo: «El SEÑOR es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!» (Lamentaciones 3:21-24, NVI) …le dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» 27 Y al discípulo le dijo: «Ahí tienes a tu madre.» JESÚS DIJO: o Mujer -> Hijo o Discípulo amado -> Madre Y a partir de ese momento el discípulo la recibió en su casa.    

El discípulo amado está cerca, aún en los peores momentos. El discípulo amado asume riesgos. El discípulo amado obedece, y lo hace rápido, sin vueltas. “Y desde aquel momento, día, el discípulo la tomó, recibió a lo que es suyo, a lo propio, a lo de su propiedad, entre sus cosas. O sea en su casa, donde están las cosas de su propiedad.” Esto sería como una especie de testamento de Jesús, “mi madre, cuando muero, pasa a ser tu madre”.



3 - Juan 20:1-9 

Hasta hora vimos la escena de la Cena y la de la Cruz: o El discípulo amado está cerca, aún en los peores momentos. o El discípulo amado es confidente. o El discípulo amado asume riesgos. o El discípulo amado obedece.

Juan 20:1 “El primer día de la semana, muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, 

El dato de María Magdalena es común a los 4 evangelios:

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o Mateo sigue la forma judía de cronometrar el tiempo: el día comienza en la tarde del día anterior, cuando “sale la primera estrella”. o Marcos y Lucas siguen la forma romana, por lo tanto computa el tiempo según su calendario: “a la salida del sol”. Juan dice que ella va “cuando todavía está oscuro”. Es más que una simple referencia al amanecer o al tiempo. Juan se detiene en el valor simbólico de esta imagen y deja de lado el cronómetro en horas: La oscuridad es falta de fe. Por lo tanto el anuncio de María está dado sin fe.

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María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra del sepulcro había sido quitada. 2 Entonces fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que Jesús amaba, y les dijo: «¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!» 

Ella corre a ver a Pedro y al discípulo amado y les dice: “Se lo han robado”, al faltarle la luz de la fe todavía no comprende qué es lo que ha pasado.

Juan 20:3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Juan 20:4 Corrían los dos juntos, aunque el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.  El discípulo amado es diligente.  ¡Corre más rápido que Pedro! Juan 20:5 Cuando se acercó para mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. 6 Tras él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí; 7 pero el sudario, que

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había estado sobre la cabeza de Jesús, no estaba puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.    

¿Qué ven?: signos. ¿Son suficientes para creer?, NO. Otra vez está presente el desafío de la fe. El relato está planteado para que el lector se pregunte: ¿Qué haría yo?, con los datos que tengo ¿creo? Hay elementos para creer, pero también para no creer: ELECCIÓN

Juan 20:8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y al ver todo eso, creyó.  

Salen juntos, pero el “amado” llega primero. Ven lo mismo, pero el “amado” cree. En contraste con María y con lo que viene después: Tomás (20:29 “Jesús le dijo: «Tomás, has creído porque me has visto. Bienaventurados los que no vieron y creyeron.”)

Juan 20:9 Y es que aún no habían entendido la Escritura, de que era necesario que él resucitara de los muertos.  

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Esperaban un cadáver, pero desde ahora empiezan a creer en el anuncio de resurrección. El primero es el “amado”: o está cerca, es confidente, asume riesgos, obedece… o es diligente y creyente. - Juan 21:1-14



Hasta ahora, en las 3 intervenciones anteriores vimos que el discípulo amado: está cerca, es confidente, asume riesgos, obedece, es diligente y creyente.

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Juan 21:1 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos, junto al lago de Tiberios; y lo hizo de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, conocido como el Dídimo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.3 Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Ellos le dijeron: «También nosotros vamos contigo.» Fueron, y entraron en una barca; pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya estaba amaneciendo, Jesús se presentó en la playa; pero los discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús.

• Había poca luz y cierta distancia, unos 100 mts. Y él les dijo: «Mijitos, ¿tienen algo de comer?» Le respondieron: «No». • Les pide literalmente "algo para comer con pan", pescado. • La pregunta fue para poner en evidencia su imposibilidad. NO TENEMOS. • Una vez que muestran y reconocen su incapacidad, Jesús toma la iniciativa. Juan 21:6 Él les dijo: «Echen la red a la derecha de la barca, y hallarán.» Ellos echaron la red, y eran tantos los pescados que ya no la podían sacar. 7 Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: « ¡es el Señor!» Y cuando Simón Pedro oyó que era el Señor; se puso la -ropa (porque se había despojado de ella) y se echó al mar. 8 Los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban como a doscientos codos de la orilla.

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El discípulo amado es el que lo reconoce, a pesar de estar a unos 100 mts. Y Pedro, se entera por él.

Juan 21:9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, un pescado encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de pescar.» 11 Simón Pedro salió del agua y sacó la red a tierra, llena de grandes pescados. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de ser tantos la red no se rompió.



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153: San Jerónimo: "los que escribieron acerca de la naturaleza y propiedad de los animales... entre los cuales está el sapientísimo poeta Oppiano de Cilicia, dicen que hay 153 géneros de peces". Por lo tanto el evangelio es para todos, por muchos y distintos que sean. "No se rompió", lit. "no se hizo cisma". La red es tan pero tan fuerte, que aún llena de todos los peces, los más variados y grandes, no hay cisma, permanece la unidad. Sin Jesús, son incapaces de pescar nada, con Jesús se pescan todo. Juan 21:12 Jesús les dijo: «Vengan a comer.» Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: « ¿Tú, quién eres?», pues sabían que era el Señor. 13 Entonces, Jesús tomó el pan y les dio de él, lo mismo que del pescado. 14 Ésta era la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.

Diálogo con Pedro: 5 - Juan 21:15-25

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15 Cuando terminaron de comer, Jesús le dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?» Le respondió: «Sí, Señor; tú sabes que te quiero.» Él le dijo: «Apacienta mis corderos.» 16 Volvió a decirle por segunda vez: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?» Pedro le respondió: «Sí, Señor; tú sabes que te quiero.» Le dijo: «Pastorea mis ovejas.» 17 Y la tercera vez le dijo: «Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?» Pedro se entristeció de que la tercera vez le dijera « ¿Me quieres?», y le respondió: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. 

Jesús le está pidiendo a Pedro que apaciente sus ovejas y para eso necesita el amor ágape: 1º Co 13

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue 

Jesús le anticipa su muerte:

Juan 21:18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te vestías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te vestirá otro, y te llevará a donde no quieras.» 19 Jesús dijo esto, para dar a entender con qué muerte glorificaría a Dios. Y dicho esto, añadió: «Sígueme». 20 Al volverse Pedro, vio que los seguía el discípulo

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a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y que le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te entregará?» 21 Cuando Pedro lo vio, le dijo a Jesús: «Señor, ¿y éste, qué?»    

Pedro interroga a Jesús sobre el discípulo amado y Jesús le contesta con el verbo “méno”: PERMANECER Juan 15 la vid verdadera: “Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” Parecido a la pesca, sin mí, nada, conmigo, todo. Otra característica del discípulo amado es la permanencia, la fidelidad.

22 Jesús le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.» 

Otra vez Pedro necesita escuchar el llamado: ¡SÍGUEME!

23 De allí surgió la idea entre los hermanos de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría. Sólo le dijo: «Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» 

No hay que meterse en el llamado del otro.

24 Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito. Y sabemos que su testimonio es verdadero. 25 Jesús también hizo muchas otras cosas, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. 

Testifica de Jesús: Marturés (del griego, “testigos”)

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Los demás le reconocen la veracidad de sus dichos. Conclusión: o 10 Cualidades del discípulo ejemplar:  Está cerca.  Es confidente.  Discreto.  Asume riesgos.  Obedece.  Es diligente.  Creyente.  Lo reconoce antes que nadie a pesar del fracaso de la pesca y de la distancia.  Permanece.  Testifica.

Como podemos ver, Fernando Saini encuentra todas estas características del “discípulo amado” en el evangelio de Juan. Creo que todos nosotros, somos “amados” por Dios. Podríamos levantar la siguiente pregunta: ¿Nosotros nos parecemos, aunque sea un “poquito” al modelo del “discípulo amado”? Por supuesto que también, es muy bueno observar a los otros discípulos de Cristo. La mayoría de ellos, o casi todos, sufrieron una muerte violenta, por el sólo hecho de ser cristianos y no renegar de su fe en Jesucristo. El apóstol Pedro tenía muchas virtudes, y también muchos defectos, pero NO HAY registros de que otro discípulo haya caminado sobre las aguas, como lo hizo él. Creo que podemos tomar los buenos ejemplos que nos han dejado, después de todo, las cosas que se escribieron en la Biblia, son para nuestra “enseñanza”.

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Capítulo 3 EL PASTOR SU PERSONALIDAD: Ya vimos cómo la tarea pastoral puede ser cuestionada, por sus consecuencias poco deseadas, o contradictorias. Hubo cosas en mi primera iglesia, que tenían rasgos de “anti-misión” y “antireino de Dios”. ¿La tarea pastoral o de liderazgo, está disociada de su personalidad? ¿Qué características debe tener un buen líder? ¿La personalidad influye a la hora de liderar a otros? Recordemos que la iglesia no es una “empresa”, aunque existe un “modelo” empresarial de ella. No vamos a cuestionar los modelos de iglesias, sino más bien vamos a analizar la figura pastoral, para poder saber si estamos o no, siendo “guiados” por un buen líder. Esto puede influir en la cantidad de años que podemos perder, al lado de alguien que puede resultar un mal pastor o un falso líder. Las dos cosas son terribles, ya que ninguna es deseada ni esperada por las personas que asisten a la iglesia, en búsqueda de un cambio de vida. Recordemos que cuando alguien se acerca a la iglesia, el 99% de las veces, es por una necesidad, el resto tal vez por curiosidad o porque se equivocaron de dirección. Esas necesidades, pueden ser de índole “interior” (una necesidad espiritual, el deseo de buscar a Dios), o más bien, pueden ser “físicas, económicas, enfermedades, familia, adicciones, etc.” Nunca será “aceptable” para la Misión de Dios, que un líder le arruine la vida a un creyente.

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Seamos sinceros con nosotros mismos, un bajo porcentaje de las personas nuevas en la iglesia, van en búsqueda de Jesús. La mayoría, está agobiada por el peso abrumador de la vida misma. El peso inherente de las malas decisiones que hemos tomado, o alguna desgracia de carácter aplastante sobre nosotros, fue el catalizador (o el disparador) que nos llevó (o nos llevará) a los pies de Cristo. Imagínate que si encima, a esos agobios o fracasos, por los cuales llegamos a la iglesia, le sumamos un mal pastor o un falso líder, sería lo peor que nos pudiera pasar. Se espera de un pastor, que siga los pasos de Jesús, y lo tenga como supremo modelo de liderazgo. La gente nunca espera del pastor ser decepcionada, sino más bien espera que el pastor sea una especie de “héroe” o un “súper hombre”. Estoy de acuerdo que el tipo de personalidad influye sobre el ejercicio de la tarea pastoral. Dicha tarea tiene el carácter de “apacentar y guiar” a las personas hacia la perfección (RV 1960), y capacitarlos (NVI) veamos: (Efesios 4:11-13) Efe 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, Efe 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, Efe 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (RV 1960)

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Efe 4:11 Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, Efe 4:12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el Cuerpo de Cristo. Efe 4:13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo. (NVI) ¿Qué es la personalidad? Veamos una definición: Personalidad. Del lat. tardío personalĭtas, -ātis. 1. f. Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra. 2. f. Conjunto de características o cualidades originales que destacan en algunas personas. Andrés es un escritor con personalidad. 3. f. Inclinación o aversión que se tiene a una persona, con preferencia o exclusión de las demás. 4. f. Fil. Conjunto de cualidades que constituyen a la persona o sujeto inteligente.2 Se espera del pastor o líder, que no baje los brazos, que sea dinámico y una persona de acción. Además tiene que ser 2

http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=personalidad Consultado por el autor el 30/09/2017

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honesto, leal y persistente. Por supuesto que no hay una personalidad “modelo”, sino que hay un conjunto de ellas, que hacen del líder alguien “único”. La personalidad debe ser “dinámica”, ya que por delante le esperan metas por alcanzar, objetivos y una “visión” que es parte de la “misión” de Dios. La personalidad está ligada intrínsecamente con la cultura a la que el individuo pertenece. Cuando el pastor está inmerso en una cultura que no es la suya, puede suceder lo que se denomina como “choque cultural”, y esto puede ser anti productivo para la misión y el desarrollo de la tarea pastoral. Podemos definir como cultura, al sistema integrado de conductas aprendidas y no aprendidas, que es característico de un individuo. A su vez la cultura es un sistema integrado de patrones de conducta aprendidos, que son característicos de los miembros de una determinada sociedad. Es todo aquello que le permite a la humanidad, subsistir, de tal modo que no sea necesario “reinventar” el fuego, por ejemplo. De esa manera, comienza a “acumular y transmitir” una serie de conocimientos, que considera “valiosos”. Todo esto influye sobre todos los seres humanos, incluso sobre el líder y los laicos de una congregación (entiéndase como “laico” a cualquier persona que asiste a la iglesia, y que NO ha sido “ordenada” para ocupar ningún cargo eclesiástico). Incluye factores como: Biológicos, psicológicos, tipo de cuerpo, neurofisiología, endocrinológico, la naturaleza del medio ambiente que rodea al individuo, etc. Por supuesto que también

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está el factor social, de cómo este individuo se relaciona con las personas, si se ve a sí mismo como un jefe, superior a los demás, o alguien del llano, que acompaña a las demás personas en su crecimiento o madurez espiritual. También es indispensable, que el líder sea alguien “maduro” en todo sentido, NO perfecto, sino MADURO. Dicha madurez se espera que sea compatible con la edad cronológica. Debemos afirmar también, que es la meta de todo creyente, ser maduro en Cristo. Esto no se da instantáneamente, sino que es un proceso largo, que requiere de nuestra dedicación y paciencia. Veamos: Mateo 5:48 Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto. (NVI) El adjetivo, que en la Biblia se traduce como “perfectos”, tiene implicancias de “madurez” y de estar “completos”, tanto en la mente, como en el carácter moral, (desde el idioma griego original). Antes de irme “lejos” con esta cuestión, vamos a ver el contraste, con quien fue mi pastor, hace varios años. ¿Qué tipo de personalidad evidenciaba este “hombre de Dios”? Hubo muchas cuestiones que me llevaron a pensar, que las cosas no estaban bien dentro de la iglesia. Al principio sólo eran “dudas” (las mías, digo), pero al pasar el tiempo, las dudas fueron transformándose en “certezas”. Ya comenzaba a tener la “seguridad”, de que TODO estaba mal dentro de la iglesia. Algunas “características” que son típicas del reino de Dios, NO

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coincidían para nada, con las cosas que allí (en la iglesia) se vivían. En Romanos 14:17 dice: “porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de JUSTICIA, PAZ y ALEGRÍA en el Espíritu Santo” (NVI). Y “casualmente” fue el “principio” de la justicia el que fue “vulnerado”, y de allí en adelante, todo lo demás, como la “justicia” y la “alegría”. Muchas de esas “injusticias” las cometió el mismo pastor. Recordemos que 8 o 9 años después de que yo me fui de esa iglesia, él intentó abusar de su secretaria. El resto de las “injusticas” fueron cometidas por algunos integrantes de su familia, con el consentimiento de él. Donde “impera” la “injusticia”, ¿Qué PAZ y qué ALEGRÍA puede haber? En realidad. Había mucha tristeza y falta de paz, dentro de la congregación. Habíamos mencionado más arriba, que se espera del líder, una madurez óptima que le permita hacer bien su tarea pastoral. En cuanto a este pastor, se “ufanaba” de haber alcanzado el pastorado a los “dos años y medio” de su conversión. ¿Pero cómo se dieron las circunstancias en las que él llega al pastorado tan rápido? La verdad, es que alcanza su “conversión” en una campaña evangelística de Carlos Annacondia. Luego se congregó en una iglesia en la localidad de Villegas, Pcia., de Buenos Aires. Estuvo allí como miembro activo, sirviendo en la iglesia de forma casi imparable, hasta que por alguna cuestión (de la cual evitaba hablar), se va de la misma, para abrir “su propia iglesia”. Unos años más adelante, quien otrora fue su pastor, lo reconoció como tal. Esto nunca incluyó que este

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“flamante” pastor, se sujetara a alguien más, sino que gozaba de plena “autonomía”. Él, no le rendía cuentas a nadie más, ni siquiera a su antiguo pastor. Él usaba eso para acusarnos de “incapaces” o “inferiores”, al tener más años de convertidos, y no ser ni siquiera diáconos. De cierta manera nos “minimizaba” como creyentes, y exigía cada vez más de nosotros, mientras que al mismo tiempo, esto producía cierta culpa. Imagínate, yo tenía 9 años de convertido, en esa congregación; nunca me había congregado en otra. De esos 9 años, fui el principal colaborador. Cuando el pastor tenía que irse a predicar a otro lugar (por lo general lo invitaban de 2 congregaciones, muy de vez en cuando) me dejaba a cargo de la iglesia (pero de una forma “secreta”, no quería que el evangelista lo supiera), a pesar de haber algunas autoridades “menores”. El único “reconocimiento” que me dio (tengo mis dudas si fue Dios) fue estar “propuesto a obrero”, cuando siempre mis actividades superaban las de cualquier “obrero” o “diácono”. Espero que no estés pensando “Daniel se fue de la iglesia, porque allí no lo reconocían con algún cargo”, porque esa no era MI realidad. Era toda una “batería” de cosas, muchas, las que cada vez me empujaban con más fuerza, hacia “afuera” de esa iglesia. Citando otra vez lo enfático de la madurez del líder, ocurrió cierta vez que yo salía de la obra misionera (antes de que éste decidiera el cierre de la misma), en mi vehículo, y justo en el cruce de una arteria principal, cerca de la casa del pastor, vi que casi chocó contra otro vehículo. Él no me vio, vi que se bajó de

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su auto y se quiso agarrar a las trompadas con el otro conductor. Hubo gritos de parte del pastor hacia la otra persona, esto provocó que también se bajara el hijo del pastor (el “rockstar”), del lado del acompañante. Está demás decir, que quien manejaba era el pastor, y su hijo se bajó a separarlos, mientras yo seguí por mi camino. ¿Por qué perdí tantos años al estar con un pastor así? Creo que influyen varias cuestiones. Una de ellas es el “adoctrinamiento” constante, por supuesto de manera NO BÍBLICA. Otra cuestión es que soy un hombre de grandes esperanzas. Quiero decir, que frente a cualquier adversidad, creo que Dios puede actuar por el bien de todos y cambiar cualquier situación adversa. Eso me llevó a estar ayunando por períodos bastante largos. Durante muchos años oré y ayuné para que Dios tuviera compasión, y de alguna manera “cambiara” al pastor. La verdad es que por varios años no esperé que viniera “otro pastor”, sino que el cambio que esperaba de verdad, era en la “personalidad” del pastor. Debo ser sincero, Dios “no hizo nada” para cambiar esta situación, al menos no algo que fuera evidente. Me duele decirlo, porque yo tenía mucha esperanza en que Dios algún día permitiría un cambio o alguna otra cuestión, para cambiar la historia de esa iglesia. Esos cambios no vendrían sino hasta que este pastor murió. ¿En qué contexto sucede esa transición para la iglesia? Fue después de que este pastor intentara violar a su secretaria, quien era mi amiga. Yo me fui de la iglesia luego de congregarme 9 años. Ella estuvo “18” años allí, al término de los cuales, la

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quiso violar en su oficina pastoral. Ella se resistió, pegándole con una charola de acero inoxidable, en el pecho del pastor, y salió corriendo en búsqueda de ayuda. Ella quedó tan mal, que no hizo la denuncia penal, sino que quedó sumida en la peor de las tristezas, ya que era insoportable el hecho de que su propio pastor, quisiera abusar de ella. De todas estas cosas, me entero a través de Facebook. La noticia explotaba en el peor de los escándalos y el peor de los escenarios una “red social”, que serviría para ventilar esa noticia hacia los “4 vientos” del “ciberespacio”. Por supuesto, nunca falta quien lo defiende, diciendo que es “un gran siervo de Dios”. Y también estaban los detractores (yo era uno de ellos, pero no podía opinar sin saber cómo era el asunto en verdad) que lo acusaban sin piedad. Como la familia del pastor estaba emparentada con otra familia de la iglesia (y de forma indirecta, con mi amiga), esto provocó una notable división entre familiares. Dos familias se fueron de la iglesia, solamente quedaba el “séquito” fiel de siempre, al lado del “siniestro y degenerado” pastor, quien resultara ser una especie de “depredador sexual”. Fui casi de forma inmediata, a la casa de una de las hermanas de esta joven mujer. Allí, ella me confirmó (sin darme muchos detalles) que todo lo que había visto en la red social, era cierto. Le propuse hacer una oración, allí en la vereda de su casa, y fue la siguiente: Dios nuestro, si de verdad esa iglesia la abriste Tú, ¿Por cuántos años más vas a permitir que este hombre siga haciendo daño a las personas? Tienes que hacer algo de forma urgente, porque está dañando lo que más amas, a las personas.

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Cambia su vida, o cámbialo como pastor y que venga otro, o llévalo de esta tierra, pero algo tienes que hacer. Amén. Luego de hacer esa oración, me fui a mi casa, un poco amargado, y no era para menos. Luego de aproximadamente “dos meses y medio” de haber hecho esa oración, otra vez, por una “red social”, me entero que este hombre estaba “internado”. Una de sus hijas (que también es mi amiga), publicaba algo similar a esto: ¡Papi, aún las caricias te duelen! Le pregunté por mensaje privado, qué pasaba con él, y me dijo que se le había “despertado” un cáncer. Casi 3 meses después, partía a la eternidad (no sé a cual, si al cielo o al infierno, esto le corresponde sólo a Dios). Resumiendo, una oración desesperada, motivada por un intento de violación, por parte de un pastor hacia su joven secretaria, hace que en “breve tiempo”, se despierte un cáncer fulminante. Todo esto, teniendo en cuenta, que la salud física era bastante buena, en un hombre que promediaba los 55 años. Murió en la peor de las circunstancias, ya que aun “las caricias de sus hijos le dolían”. Fui al velatorio, su cuerpo estaba “irreconocible”, había quedado “chiquito” y con el cuerpo deformado. Estaba tan desfigurado, desde mi perspectiva, que si alguien me hubiera dicho en otras circunstancias “este fue o es tu primer pastor”, al verlo, lo habría negado. Esto habla a las claras, de cómo Dios actuó, en la vida de este hombre, que tanto daño le hizo a la iglesia, y en especial, a su bella y joven secretaria. En cuanto al perfil de la personalidad de un buen líder, podemos mencionar las siguientes características:

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Debe poseer cierto “magnetismo” personal. ¿Qué cosas debe tener para que otras personas quieran seguirlo o dejarse influenciar por él? Creo que debe ser alguien “transparente”, sincero, honesto, pacificador, sabio, con dominio propio, etc. Creo que todos esperan que su propio líder sea “íntegro”, responsable, amoroso, justo, que conozca bien las Escrituras, y ejerza su oficio con verdadera pasión. Creo que no he mencionado, que la tarea pastoral NO es nada sencilla. Uno puede conocer bien el oficio pastoral, sabiendo hacer esta tarea a la perfección. ¿Pero alcanza con saber cómo se hace esta tarea? La verdad es que está muy bien saber cómo ejercer ese oficio. Creo que eso NO alcanza para ser efectivo, sino que además se necesita una “unción” específica para ejercer ese ministerio. Nadie es un verdadero pastor por conocer el oficio pastoral, sino que esto depende de Dios. Él es quien da esa “unción” o “capacidad” especial, para ser un buen y verdadero pastor. De lo contrario, nadie podría con esa pesada tarea, que lo demanda “todo”. Debe poseer un dominio personal de sus propios problemas. Además debe tener buen testimonio de las personas que están “afuera” de la iglesia. Debe sentirse cómodo al estar vinculado con otras personas, y creer que es mejor trabajar en equipo, y no como un “lobo” solitario. La individualidad es válida en cierto sentido, porque eso favorece la independencia, pero al mismo tiempo, debe ser dependiente. No sólo dependiente de Dios, sino de sus hermanos en la fe. No se puede ejercer un ministerio pastoral desde la soledad, o sin tener contacto con los miembros

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de la iglesia. Esto se puede complicar si es una “mega iglesia” (más de 2000 miembros), ya que sería casi imposible que el pastor principal hable con miles de personas, en ocasiones individuales. También está el peligro, de que solamente se relacione con una “decena” de personas, y forme una especie de “séquito personal”. Una persona, contó en cierta ocasión, que en su iglesia (con una membrecía aproximada de 400 personas) el pastor principal nunca tenía contacto con los laicos. Él entraba por una puerta lateral para predicar, y luego salía de la misma manera, sin tener contacto con la gente. Resulta que las personas sí desean hablar con su pastor, pero éste se transforma en alguien “intocable”. ¿Será que ése es el modelo pastoral que se haya en la Biblia y que el mismo Jesús practicó? Sabemos que hay decisiones que se toman desde lo que es “conveniente” y “práctico”, pero esto NUNCA debe ir en contra de los principios bíblicos. Uno de esos “principios”, es la cercanía que el líder debe tener con las personas. La verdad, no sé en qué o en quién piensan, estos líderes, a la hora de ejercer su tarea pastoral. ¿Será que sacan ese “modelo” de liderazgo, de la misma Biblia? Lo dudo. EL MODELO BÍBLICO DEL LÍDER: ¿Ese es el modelo pastoral que Jesús mismo vivió en su ministerio? Nosotros los creyentes, creemos que la Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo, usando a las personas para hacerlo (escritores bíblicos, recopiladores y editores si los hubo). Consideramos a la Palabra de Dios como 100% divina y

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100% humana. También dicho de otro modo, la Biblia es “verdaderamente” divina y “verdaderamente” humana. Divina: Porque fue inspirada por Dios. Humana: Porque fueron hombres, quienes escribieron en piedra, tablillas de barro, papiros, cueros, etc., lo que Dios les inspiraba en ese momento. Quiero hacer mención, de un prolífico escritor, que ya está en la Patria Celestial, se trata de Arnoldo Canclini. En uno de sus tantos libros, titulado “ESCRIBE”, menciona a algunos profetas, a quienes Dios mismo les pidió que escribieran, lo que se les dictaba en ese momento específico. Por cierto, es uno de los pocos escritores que reconoce, el hecho de “escribir”, como un “DON” de Dios. (Ese libro, me lo obsequió una de sus nietas, la profesora y licenciada, Estefanía Papakiriacopulos, y ha sido de mucha inspiración. Una “nota de color” respecto a ese libro, es que a través de él, Dios me confirmó que debía escribir novelas, con un tinte misionero. De hecho ya la escribí, y vamos por el tercer volumen, distribuido gratuitamente en internet). La misma Biblia menciona cuáles son los requisitos de un buen líder.

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Capítulo 4 REQUISITOS BÍBLICOS DEL LÍDER Imagínate que nadie que asiste a la iglesia, por primera vez, va a estar pensando en esto que sigue. A mí, ni siquiera se me cruzó por la cabeza, que existieran “requisitos”, para que mi pastor pudiera ejercer ese oficio. Con el paso del tiempo, nos vamos enterando de que sí existen esos requisitos, y que por supuesto, están vigentes hasta el día de hoy, y hasta el fin de los tiempos. Si bien, en el Antiguo Testamento está la figura “pastoral”, no se refiere exactamente a la figura que presenta el Nuevo Testamento. Dios sigue siendo nuestro “Buen Pastor”, pero los “pastores” del Antiguo Testamento, eran figuras del poder político-religioso de la época. Eran los que de cierta forma, dirigían o guiaban al pueblo de Israel (monarquía-sacerdocioprofetas). La idea de “pastor” neo testamentaria, es alguien más cercano, con una misión específica de apacentar, guiar, acompañar, aconsejar, predicar, enseñar, aunque no necesariamente se tengan que dar todas estas cuestiones y otras, en una sola persona. Pero no pueden faltar esas funciones, en el “equipo” pastoral. El gran tema está, en que no todos los pastores asumen la importancia de trabajar en equipo, y mucho menos “delegar” las tareas que ellos mismos no pueden realizar, o que las realizan con cierta deficiencia (y es perfectamente entendible). Si hay una característica que distingue a muchos (no a todos) pastores, es la "inseguridad personal”, que tiene cierta tendencia,

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a querer “aplacar, apagar” a las personas que vienen creciendo. Ese crecimiento, que debe ser “normal” y “esperado”, en todo creyente, lo otorga Dios, veamos: (1° Corintios 3:6-7) 1Co 3:6 Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 1Co 3:7 Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino sólo Dios, quien es el que hace crecer. (NVI) Si decimos que alguien está “creciendo” en la iglesia, el pastor puede “presuponer” que esto va a ser negativo para su propio pastorado. Se puede llegar a entender, como que le está haciendo “sombra” a su ministerio. Si el pastor sufre de un exceso de “inseguridad personal”, es probable que tome algunas medidas, que considere necesarias, para tratar de “impedir” ese crecimiento. A mí me pasó, el pastor sentía celos, cuando las personas preferían hablar conmigo, en vez de hablar con él. Una vez decidió ponerle fin a esa cuestión, “ordenándome” que cuando las personas se acercaran a mí, yo debía decirles que había un pastor, y que debían ir a hablar con él. Por supuesto que le obedecí, y la respuesta más común de las personas fue: “pero yo no quiero hablar con él, sino con usted”. Lamentablemente, tuve que decirles, que eso ya no sería posible. La respuesta a esta cuestión, por parte de la mayoría de las personas, fue “irse” de la iglesia. Pero ni aún con estas consecuencias negativas, la conducta del pastor era modificada. La verdad es que de esos 9 años en los que estuve allí, NUNCA hubo una decisión acertada por parte de ese pastor. Era una

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“burrada” detrás de la otra, con situaciones que siempre empeoraban, por causa de él. Ahora sí, vamos directamente a los requisitos bíblicos para un líder: Para la función de “obispo”: 1° Timoteo 3:1-7 (NVI) 1Ti 3:1 Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. 1Ti 3:2 Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar; 1Ti 3:3 no debe ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible. 1Ti 3:4 Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; 1Ti 3:5 porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? 1Ti 3:6 No debe ser un recién convertido, no sea que se vuelva presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó el diablo. 1Ti 3:7 Se requiere además que hablen bien de él los que no pertenecen a la iglesia,* para que no caiga en descrédito y en la trampa del diablo.

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Para la función de “diácono”, 1° Timoteo 3:8-13 (NVI) 1Ti 3:8 Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas. 1Ti 3:9 Deben guardar, grandes verdades* de la fe.

con una conciencia limpia,

las

1Ti 3:10 Que primero sean puestos a prueba, y después, si no hay nada que reprocharles, que sirvan como diáconos. 1Ti 3:11 Así mismo, las esposas de los diáconos* deben ser honorables, no calumniadoras sino moderadas y dignas de toda confianza. 1Ti 3:12 El diácono debe ser esposo de una sola mujer y gobernar bien a sus hijos y su propia casa. 1Ti 3:13 Los que ejercen bien el diaconado se ganan un lugar de honor y adquieren mayor confianza para hablar de su fe en Cristo Jesús. Para la función de “anciano, obispo”, Tito 1:6-9 (NVI) Tit 1:6 El anciano debe ser intachable, esposo de una sola mujer; sus hijos deben ser creyentes,* libres de sospecha de libertinaje o de desobediencia.

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Tit 1:7 El obispo tiene a su cargo la obra de Dios, y por lo tanto debe ser intachable: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas. Tit 1:8 Al contrario, debe ser hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, santo y disciplinado. Tit 1:9 Debe apegarse a la palabra fiel, según la enseñanza que recibió, de modo que también pueda exhortar a otros con la sana doctrina y refutar a los que se opongan. Para la función de “anciano, pastor”, 1° Pedro 5:1-4 (NVI) 1Pe 5:1 A los ancianos que están entre ustedes, yo, que soy anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe con ellos de la gloria que se ha de revelar, les ruego esto: 1Pe 5:2 cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. 1Pe 5:3 No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño. 1Pe 5:4 Así, cuando aparezca el Pastor supremo, ustedes recibirán la inmarcesible corona de gloria. Para el creyente, en relación con los dirigentes: Hebreos 13:17 (NVI)

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Heb 13:17 Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas. Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho. En este pasaje, donde se anima a los creyentes a obedecer a los que “dirigen” a la iglesia, habla indirectamente acerca de los líderes, en cuanto a que van a “rendir cuentas” y que “cumplan su tarea con alegría y sin quejarse” Para un joven evangelista y supervisor de la iglesia: 2° Timoteo 2:1-5 (NVI) 2Ti 4:1 En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: 2Ti 4:2 Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. 2Ti 4:3 Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. 2Ti 4:4 Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.

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2Ti 4:5 Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio. En el caso de Timoteo, quien fue compañero de viaje del apóstol Pablo, y parece que además era un “hijo espiritual”, fue un evangelista, con tareas de supervisión en Tesalónica y en Éfeso. Era alguien de mucha estima y confianza (muy elogiado por el apóstol), que ejercía su ministerio bajo la supervisión y consejería de Pablo. ¡Cuánta diferencia existe, cuando tenemos un “buen” líder o pastor! Todos estos requisitos pueden poner mucha presión para quien pretende ocupar un cargo de liderazgo. La cuestión que me preocupa a veces, es que hay líderes que ocupan una responsabilidad como esta, por muchos años, sin tener los mínimos requisitos bíblicos para hacerlo. Por esa cuestión pudiera ser, que abundan los escándalos en las iglesias. El pastor que queda envuelto en una situación poco clara con temas de dinero, polleras y abusos de poder. Los malos testimonios abundan, lamentablemente. Muchas de esas situaciones pueden ser evitadas, y por alguna razón “inexplicable e irracional”, el pastor sigue adelante con sus “burradas”; a veces pienso que sólo le faltaría “rebuznar”. Creo que no hay forma de comparar, estos “listados” bíblicos, que contienen una serie de requisitos para ser líder, con lo que sucedía en la iglesia. Los conceptos NUNCA FUERON CLAROS, al menos NO de la manera que los manejaba este

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pastor. Era demasiado “subjetivo” el criterio que sostenía, para que alguien ocupara áreas de “grandes” responsabilidades. Si de alguna forma, alguien cumplía una función de “liderazgo”, era sin el reconocimiento adecuado. De esa forma, aseguraba su permanencia, en su pequeño “reino de ignorancia y sometimiento” sobre las personas, sin que éste se viera amenazado. Estoy casi seguro, que si le hubieran hecho algún examen psicológico, para ver si estaba o no en condiciones de tratar con personas, NO lo hubiera aprobado. Era un hombre muy cerrado, con un criterio personal y teológico muy reducido. Además, era un tipo muy “pendenciero”, y por si esto fuera poco, “se llevaba más dinero” del que la iglesia había acordado darle. Esto ocasionaba, que en ciertas ocasiones, ni siquiera alcanzara para pagar los impuestos y los servicios públicos. Era muy audaz, en cuanto a la utilización de frases “maliciosas”. Cuando el tesorero se fue de la iglesia, por la cuestión que mencionaba antes, en la cual el pastor exigía que se le diera más dinero, recibió esta desagradable frase, por parte del pastor: (cuando el tesorero le dijo: “Pastor, me voy de la iglesia”) “Vos, Fulano, hace rato que te fuiste de la iglesia”. Te cuento además, que con este diácono-tesorero, evangelizábamos en todas partes. Tenía un celo evangelizador y una ferviente vida espiritual, hoy es un pastor reconocido de la zona oeste del Gran Buenos Aires. Dirigía a la iglesia como si fuera su “NEGOCIO FAMILIAR”. No importaba el daño que ellos pudieran causarle a la iglesia, les daba lo mismo. Creo que la misericordia de Dios fue y es

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extraordinaria, al permitir que diferentes personas se acercaran a la misma. Lástima, que al poco tiempo se iban, emigraban hacia otras congregaciones, o algo peor, quedarse en sus casas. Ya que mencioné lo del “NEGOCIO FAMILIAR”, hace pocos días se publicó en una revista, un artículo que escribí, sobre si el liderazgo es por el “llamado” de Dios, o es una especie de “Dinastía”. También describo brevemente lo que es la iglesia. Hay muchas formas de definirla, allí sólo menciono algunas de ellas. Veamos el artículo a continuación: UN “NEGOCIO FAMILIAR” LECTURA DE HOY: 1 CRÓNICAS 22:9-10 Y 2 PEDRO 2:3 1Cr 22:9 que tendría un hijo amante de la paz, y que no tendría problemas con sus enemigos, sino que durante todo su reinado Israel viviría en paz y tranquilidad. Por eso tu nombre es Salomón. 1Cr 22:10 »Dios me dijo que a ti sí te permitiría construir el templo. Él será como un padre para ti, y te tratará como a un hijo; hará que tu reino en Israel sea firme y permanezca para siempre. (TLA) 2 Pedro 2:3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. (RV 60) INTRODUCCIÓN ¿Qué es la IGLESIA? Porque dependiendo de cómo la entendemos es de la forma en la que vamos a liderarla, servirla,

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o “servirnos” de ella. Será, de esa manera, lo que podemos darle o quitarle. Será lo que determinará la forma en la que trataremos a las personas que la componen, tal vez como si fueran una “mercadería”. También determinará si la vamos a manejar como si fuera un negocio o un organismo vivo. El título de este artículo, hace referencia a lo que he visto en estos últimos 20 años, de cómo algunas personas tratan a la iglesia, como si fuera una pequeña, mediana o gran empresa familiar. En la Argentina, se denomina “PyME” a la pequeña y mediana empresa. Parece que algunos líderes de iglesias locales, tratan a la iglesia como si fuera una “PyME”. El pasaje bíblico del Antiguo Testamento que he citado más arriba, se trata de las palabras del rey David a su hijo Salomón, y de cómo Dios lo había elegido y amado, como sucesor de David. Eso lo podemos llamar “Dinastía”, es decir: 1. Serie de reyes o soberanos que pertenecen a la misma familia. 2. Período de tiempo durante el cual está en el poder una dinastía. Y el pasaje citado del Nuevo Testamento, de la segunda carta de Pedro, indica cómo los falsos maestros “adornaban” la verdad, diciendo las cosas que la gente quería escuchar, para obtener más dinero. La codicia dominaba sus vidas. El liderazgo de las iglesias, ¿Es por el llamamiento de Dios o por Dinastía?

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Quiero aprovechar para agradecer, la participación activa en este artículo, de una joven dama a la cual quiero mucho, se trata de “Susana Covello” (honro tu vida). LO QUE LA IGLESIA “ES” Y LO QUE “NO ES” Lo que NO es la iglesia:      

La iglesia no es un edificio o local destinado para fines religiosos. La iglesia no es una gran institución social, organización o denominación religiosa. La iglesia no es el clero, líderes o mediadores religiosos. La iglesia tampoco es una línea teológica determinada (reformista, evangélica, pentecostal) La iglesia no está en una territorialidad específica (iglesia romana, iglesia de Escocia, etc.) No es un sector determinado de la humanidad (pobres y oprimidos, pueblo de Dios)

LA IGLESIA, SEGÚN LA BIBLIA La Biblia SÍ nos enseña el carácter de la iglesia cristiana. El apóstol Juan, en su primera epístola (Juan 1:1-4) nos ofrece algunas precisiones en cuanto a este tema: 

La iglesia es una experiencia compartida: Juan enfatiza el carácter experiencial de lo que los cristianos comparten en lo que denominan “iglesia”. Es una

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 



experiencia colectiva alrededor de lo que “hemos visto y oído” (vs 3a) La iglesia es una comunión compartida: Tiene que ver con la comunión unos con otros. “Para que ustedes también tengan comunión con nosotros” (vs 3b) La iglesia es una misión compartida: Es la misión que compartimos “con el Padre y con su Hijo” (vs 3c) queda claro que la iglesia, a la luz del Nuevo Testamento, está en el mundo para cumplir una misión y esta es la misión del padre, del Hijo y del Espíritu Santo, La iglesia es un gozo compartido: En el versículo 4 dice “para que nuestra alegría sea completa”. Cuando la comunidad de creyentes es LA IGLESIA, el resultado es el gozo y esto es particular, ya que es un gozo que se comparte con otros.

Cuando nos preguntamos ¿Qué es la iglesia? una probable respuesta, podría ser: La iglesia, es esencialmente, una comunidad de personas. Primeramente, definiremos y distinguiremos ¿Qué entendemos por iglesia cristiana? En el Antiguo Testamento, el término traducido del hebreo al griego, como EKKLESÍA, nos habla del llamado de Dios para con el pueblo de Israel, a través de una relación de PACTO. En este sentido, Israel es llamado “iglesia”, porque el pueblo escogido por Dios, fue llamado a ser un pueblo santo, con un propósito redentor en mente.

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En el Nuevo Testamento, el término griego EKKLESÍA significa “llamar afuera” y es utilizado por los escritores del Nuevo Testamento, en relación a la congregación local de cristianos, llamados “afuera del mundo”, para la proclamación del evangelio, con el propósito de pertenecer a Dios a través de Cristo y por el poder del Espíritu Santo. En definitiva, una definición de iglesia podría ser: Una comunidad de creyentes, que reconocen a Cristo como Salvador y le sirven como Señor, y se han unido entre sí para un fin en común y una gran misión, salvar personas. NOSOTROS Ya tenemos, en el apartado anterior, algo del marco teóricobíblico de lo que ES y lo que NO ES la iglesia. A la luz de estas verdades, podemos identificar si un liderazgo es “sano” para las personas de tal o cual congregación cristiana. ¿Cómo estar seguros que nuestro actual líder fue puesto por Dios o por una persona? ¿Puede una persona poner un líder en la iglesia sin tener en cuenta a Dios? ¿La iglesia reconoce el liderazgo de esa persona como “genuino”? Hay varias formas de dirigir los asuntos de la iglesia. Una de ellas es EPISCOPAL, donde es una sola persona (el pastor) quien toma TODAS las decisiones. PRESBITERIANA, aquí es un grupo de líderes, quienes toman las decisiones. GERENCIAL, es una forma de ver a la iglesia como si fuera una EMPRESA, donde el éxito se mide por números y cantidad de iglesias plantadas, entre otras cosas. En mi primera iglesia, era el pastor quien tomaba todas las

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decisiones. Una de las cosas que él “IMPONÍA” era que a su esposa se la llamara “PASTORA”. ¿En realidad lo era? ¿La iglesia la reconocía como pastora? En realidad NO. Era una persona que “a duras penas” se congregaba, pero pretendía “DIRIGIR” la iglesia desde su casa. Una de las grandes luchas era “aguantarla” como “líder”, porque cuando agarraba el micrófono, comenzaba a maltratar a las personas (esto sucedía las raras veces que venía). En una leve disputa con el pastor, cuando me “imponía” que la llamara “PASTORA”, yo le respondía que ella NO tenía un corazón pastoral. La respuesta de él, era que por ser su ESPOSA, era PASTORA. En ese sentido (le respondí), sus hijos son “pastorcitos”, pero esto NO ES UNA DINASTÍA, es por el llamado de Dios a cada persona, con diferentes dones. Esto lo dejaba sin respuestas, y con el ceño fruncido. Siguió cometiendo otras muchas “burradas” hasta el día en que Dios determinó llevárselo de este mundo. No sin antes, intentar abusar “sexualmente” de su secretaria. Tengo muchas historias para contarte sobre las cosas que hizo su familia, todas ellas para LASTIMAR A LA IGLESIA. La única forma de dejar de hacerlo, fue porque se murió. Hoy, hay otro pastor allí, gracias a Dios, y creo que es una oración contestada. En otra congregación, el pastor se fue para hacerse cargo de otras cuestiones, y dejó a su “yerno” a cargo de la misma. En otra iglesia, casi toda la familia del pastor está a cargo de distintos liderazgos. Se puede ver cómo desentonan estas personas en esas áreas. ¿Son malas personas? Deseo pensar que NO lo son.

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Sí se puede notar la carencia de DONES para desarrollar esas tareas específicas. Son muy buenos haciendo otras cosas, pero las que su propio pariente les encargó, NO. ¿Las puso Dios o las puso el líder, familiar de estas nobles personas, sin tener en cuenta a Dios? Parece una “casualidad” o “causalidad”, que siempre son “familiares” y no otras personas de la iglesia, quienes ocupan áreas de liderazgo. ¿Será que estos líderes no entienden lo que la iglesia ES y lo que NO ES? Por lo menos en Argentina, es bien conocido el “clientelismo político, amiguismo, parentelismo, etc.” En este sentido, siempre son beneficiados los parientes y amigos del líder de la iglesia local. En una mega-iglesia, de “la noche a la mañana” apareció un nuevo líder, pariente de un cristiano muy conocido. Tiene un reconocido DON de sanidades, pero es un desastre teológico al predicar, le hace decir a la Biblia cosas que NO dice. En vez de ponerlo a orar por los enfermos, se lo pone a predicar, causando el malestar de miles de personas. ¿Cuál es el don que esta persona recibió de Dios? Es el de “sanidad”, no el de “predicar”. ¿Está usando ese don de Dios? No en la forma que debería hacerlo. Aquí existe lo que se denomina “amiguismo”, y tampoco funciona en el reino de Dios. ¿En realidad es esto lo que Dios quiere? En la Biblia hay requisitos para ocupar un cargo de liderazgo en la iglesia. Podemos ver cómo estas personas NO califican, según los requerimientos de la propia Biblia. Yo me quedé NUEVE AÑOS (9) intentando que las cosas cambiaran en mi primera iglesia. Hice largos ayunos y oraciones, charlas, para que en todos esos años NADA cambiara. Es más, unos 8 o 9 años después de que yo me fui de

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allí, él (el pastor) intentó abusar de su secretaria (mi mejor amiga, un ángel de Dios), esto indica que las cosas “empeoraron”. Hay noticias que nos sorprenden a diario, más si tienen que ver con la iglesia. Algunas indican que a pesar del avance de la “civilización” y la tecnología, sigue vigente la “barbarie”. Estos bárbaros sin corazón, siguen asesinando cristianos en diferentes partes del mundo. Por otro lado, a otras congregaciones se las investiga por supuestos vínculos con el narcotráfico y el lavado de dinero. Por si esto fuera poco, se vincula a otras congregaciones, con el tráfico de niños. Algunos ven la oportunidad, NO de servir al Señor Jesucristo, sino de “servirse” ellos mismos, viendo a las personas como fuente de ingresos económicos, para su propio patrimonio. Las ven como si fueran “mercadería”, nada más que “números”, como un indicador de éxito. Pero la misión encomendada por Jesús, NO es la de “congregar o reunir” personas, sino la de “formar discípulos”, seguidores de Jesús. Pero a estos inescrupulosos líderes, no les importa la misión, sino el enriquecerse ellos mismos a costa de la ignorancia de las personas. Nunca van a hablar de “pecado” o de lo que “cuesta” seguir a Jesús. Van a “adornar la verdad” para caer más “simpáticos”. Si estás viviendo algo similar, SAL CORRIENDO DE ALLÍ. CONCLUSIÓN Dios sigue “llamando” a personas sencillas, como tú y como yo, para LIDERAR, en algún sentido, a la iglesia, que es EL

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CUERPO DE CRISTO. Esto deberíamos hacerlo con “temor y temblor”, ya que es una tarea que NO merecemos, y que si de alguna forma podemos hacerlo, es por los DONES Y CAPACIDADES que Él nos da. ¿Cómo entendemos a la iglesia? ¿Le damos o le sacamos? Una de las cosas que hacía mi primer pastor, era llevarse más dinero de lo que la iglesia había acordado darle. Quien era tesorero en ese tiempo, un querido diácono, renunció y se fue de la iglesia, alegando que el pastor se llevaba TODA la plata, de tal forma que no alcanzaba para pagar los servicios y los impuestos, y esto traía un gran perjuicio a la iglesia, como deudora. Será muy oportuno que tú puedas elaborar una definición de lo que es la iglesia para ti. Seguramente esto molestará a más de un pastor o líder, que ha señalado a su familia para ejercer “ministerios” dentro de la iglesia. ¿Cómo volver atrás con semejantes decisiones? La verdad, no conozco a nadie, que PRIME los dones y el llamamiento de Dios, a las arbitrarias elecciones y preferencias sobre su propia familia. Una cosa es la “familia” del líder, y otra es la “iglesia”. ¿No es lo mismo? Creo que una cosa es cómo se administra la propia familia, y otra cómo se administra la iglesia. No es que me falte FE, como para NO creer que todo pueda cambiar. Pero si algo conozco bien, son las BURRADAS sostenidas hasta el final, por parte de algunos líderes que conocí. Se podría llamar “la obstinación final”, ya que siguen de forma empedernida y obstinada, con cosas que dañan a las personas, hasta el día que se mueren. Me concentro más en ti, un futuro líder (hombre o mujer) para que entiendas, que NO ES UNA DINASTÍA, sino, LLAMAMIENTO DE DIOS. NO es un

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“negocio familiar” la iglesia. Si tienes ganas de tener una “PyME”, puedes FUNDARLA junto con tu amada familia, seguro que te irá bien. La IGLESIA no es un NEGOCIO, es la Familia de Dios, y las personas NO SON MERCADERÍA. Ya hemos visto en este artículo, cómo y por qué es el llamado de Dios, y cómo algunos líderes lo han “distorsionado o tergiversado” transformándolo en una “Dinastía”. Ahora, continuemos con lo que estábamos viendo antes de este artículo de la revista. En cuanto a que el pastor o líder debe ser “irreprensible”, siempre sobraban motivos para reprocharle cosas a mi primer pastor. ¿Quieres que mencione las más graves? ¡Qué dilema encontrar el orden “jerárquico” de sus maldades! Podría comenzar con las de índole “institucional”, o de la “misión” de la iglesia. Cuando ordenó el cierre y venta de la obra misionera, y con ese dinero pagó unas refacciones en la iglesia “central”. Con esta medida “anti-misión”, hizo que más del 90% de las personas que asistían a la obra misionera, dejaran de congregarse. Trajo serios conflictos entre los diáconos y obreros, que no encontraban explicación a semejante tontería. ¿Qué cosas motivaban tamañas decisiones? Creo que en primera medida, los “celos”. Ya que asistían más personas a la “obra misionera” que a “la central”. A pesar de que a veces una diaconisa solía decirle “¿Cuándo va a visitarnos en la obra misionera?” creo que lo hacía de “compromiso”, ya que nadie deseaba que viniera el pastor y mucho menos su familia. Los que asistían a la “central” eran testigos de cosas “engorrosas”, como las que protagonizaba uno

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de los hijos del pastor. Nunca vino a una reunión de oración, faltaba por varios meses a las reuniones principales, nunca fue a la obra misionera. Cuando se decidía a venir a “la central”, pasaba directamente al área ocupada por los músicos, les bajaba el volumen de los otros instrumentos (guitarras, bajo, teclado y micrófonos), y ponía bien alto el volumen para su guitarra. Él decía que la guitarra eléctrica debía escucharse más alto que los demás instrumentos. Por supuesto que además era “el primer vocalista”. Qué pena que los demás músicos, sí iban a los ensayos, y ya tenían preparado el repertorio de alabanzas para ese culto. Esto provocaba “muchos malestares”, no sólo entre los músicos, sino en los demás integrantes de la iglesia. Pero nadie podía quejarse, ya que era “el hijo del pastor”, que gozaba de ciertos beneficios “exclusivos”. Ahora creo oportuno trasladarlo a tu iglesia o congregación. ¿Qué cosas estás viviendo, que pudieran estar en desacuerdo con la Biblia? ¿Tu pastor o líder es alguien “ejemplar”? Recuerdo que un líder de obra misionera, NO estaba “bautizado”. ¿Puede un líder no estar bautizado y ejercer el oficio pastoral? Pocos son los que arriesgan una respuesta sobre este asunto, ya que intentan ser más “conciliadores”, y más “buenos” que Jesús. Yo me arriesgo a decir, que eso es parte del “ABC” cristiano. Es decir, que un pastor debe ser “cristiano”, seguidor o discípulo de Jesús. Debe tener el Espíritu Santo, y debe estar bautizado. Además debe tener incorporados, como hábitos de vida cristiana, la oración, la lectura apasionada de la Biblia, el ayuno y el dominio propio. Sí o sí debe evidenciar cierto grado de

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madurez, y ser un claro ejemplo para los demás (esencialmente, dentro y fuera de su casa). Todo lo expuesto hasta ahora, sobre la figura del pastor o líder (de sexo masculino), vale por igual para la mujer. Quiero decir con esto, que tanto el hombre como la mujer, pueden ejercer un liderazgo con igualdad de oportunidades. Por supuesto, que esta idea les “erizará” la piel, a los ultraconservadores, a los “evangeloides”, a los “solapada o abiertamente” machistas, los que se aferran en su pequeño “reducto” de ignorancia y de conveniencias. A los que son más “paulinos” que “cristianos”. A todos ellos, los invito a revisar la “teología paulina” sobre la mujer. Esto se encuentra en el próximo capítulo, es decir, el número 5. Allí Pablo (o quienes hayan escritos las diferentes cartas) menciona el “rol de la mujer”, de una forma “progresiva” y no siempre de la misma manera. Algunos eruditos están de acuerdo, que hay una “progresión teológica”, respecto del rol de la mujer, en el primer siglo de la era cristiana. Otros opinan que es Pablo quien dice que “no hay varón ni mujer, todos son iguales”, y que sería una escuela paulina, la que tiene una opinión más “dura” con respecto a ella. Ahora, nadie dijo que esto sería “fácil” para las damas. ¿Por qué? Creo que cuando nos “conviene”, aplicamos “la sana doctrina”. Y por alguna cuestión particular, casi siempre, la doctrina, se la aplicamos a la mujer. En una Argentina “solapadamente” machista, con una imperante violencia contra la mujer, denominada “violencia de género”, también atraviesa a la iglesia cristiana. Hay asociaciones para-eclesiásticas

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(organización cristiana, que participa en el bienestar social y la evangelización, sin limitarse a una denominación religiosa específica) que trabajan asistiendo a mujeres maltratadas por sus parejas. Muchas de ellas son “evangélicas o protestantes”. Estas queridas mujeres cristianas, que darían la vida por su familia sin titubear, son avasalladas a diario, por aquellos que prometieron “amarlas por siempre”. Esa violencia y trato “distinto e indigno” que las damas reciben, también se traslada al ámbito de las “cuatro paredes” de la iglesia. Ellas no son reconocidas para ejercer el ministerio pastoral o profético, y mucho menos para un apostolado. En el próximo capítulo, nos vamos a detener con más detalle, sobre cuál es el rol de la mujer en la Biblia. Especialmente desde la perspectiva “paulina”, es decir, lo que surge de las cartas del apóstol Pablo.

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Capítulo 5 ROL DE LA MUJER COMO LÍDER En el capítulo que nos precede, mencionaba que la mujer tiene iguales condiciones delante de Dios, para ejercer el ministerio. Pero en la práctica, lamentablemente esto NO es así. ¿Por qué? Ya mencioné el solapado machismo en la Argentina, que también atraviesa a la iglesia cristiana. Si ya tienes algún tiempo de creyente, seguro que puedes contestarme con toda sinceridad, esta pregunta: ¿A cuántas mujeres “pastoras o profetas” conoces? En mi caso particular, con más de 20 años de creyente, conozco solamente a 2 pastoras. ¿Será posible que en la “economía” del reino de Dios, no haya mujeres “preparadas” para ejercer un “pastorado” como los hombres? ¿O son los hombres (pastores) que no les permiten a las mujeres, llegar a un reconocido liderazgo? ¿Es un “club” exclusivo para “caballeros”? Todo parece indicar que sí. Y si por alguna cuestión “entran” las mujeres a este club exclusivo, es para que se pongan a “cocinar, limpiar o encargarse” de los niños. ¿Seguro que esta es la “perfecta” voluntad de Dios? En la actualidad, ¿Cuán importante es la mujer en la iglesia? ¿Son minoría o mayoría? ¿Fueron importantes para el ministerio que Jesús ejerció en esta tierra? ¿Qué tan importantes son para las familias que componen la sociedad? ¿Y en las escuelas u hospitales? La lista podría ser casi interminable, de las “áreas” en las cuales, la mujer es “muy importante”. Para “colmo de males”, dentro de sus hogares, viven situaciones “poco felices”.

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Recuerdo que hace unas pocas semanas, se publicó otro artículo en una revista, en el cual describo algunas de estas cuestiones. Por razones de espacio y temática, no lo voy a citar de forma completa, sino sólo una sección del mismo. El artículo se titula “Lo viejo Vs. lo nuevo”, veamos: La mayoría de los pastores o líderes de iglesias, coinciden en esta afirmación: Las mujeres, son “mayoría” en las iglesias protestantes o evangélicas. También coinciden, en que ellas están “cansadas” de ciertas cuestiones que, año a año, se repiten en sus hogares. Ellas están a la “vanguardia” en muchas cosas. Deciden estudiar alguna carrera, o terminar el secundario. Trabajan todos los días, realizan actividades dentro y fuera de la iglesia, estudian, hacen las cosas de la casa y crían hijos (también al “marido” dicen ellas). Están “hartas” de que el marido, no tenga más expectativas que “echarse” en el sillón de la sala, para ver un partido de fútbol, mientras toma su bebida alcohólica preferida. Está sentado (o aplastado) sin hacer “nada” productivo. No terminó la secundaria, y no le interesa terminarla. No se compromete con la iglesia, y tampoco le interesa. Lo único que le importa, es ver “fútbol” y tomar alguna bebida “espirituosa” (a propósito, es lo único “espirituoso” en su vida). Así que el año menos pensado para él, su “amada” esposa, le pide el “divorcio”. Esto va a ser motivo, para que él “culpe” a Dios, de que NO lo ayuda lo suficiente. Parece que Cristo “encendiera” una “mecha” en la vida de las mujeres, que ahora sí pueden descubrir, que la vida tiene sentido.

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Imagínate que a pesar de todas las luchas que tienen en la vida diaria, les sobra empuje y energías, para colaborar con casi todos los asuntos de la iglesia, excepto ser “pastoras”. ¿Qué es lo que acontece en tu congregación? ¿Cuál es el rol de la mujer donde tú te congregas? Sí, ya sé que probablemente cumpla las funciones de “maestra de escuela bíblica”, “administradora”, “líder de grupo celular o grupos pequeños”, etc. Pero de ahí a tener una mayor responsabilidad o reconocimiento, hay una gran distancia. ¿Por qué? ¿Es verdad que a los hombres nos cuesta recibir “directivas” de una mujer? ¿Es verdad que las mujeres NO pueden ejercer un liderazgo de importancia, porque sus “hormonas” las hacen “inestables”? ¿Afecta su período menstrual para tomar decisiones críticas o de extrema importancia? Creo que para algunos hombres, estas son “buenas” excusas, para NO darle el lugar que tiene que tener la mujer en la congregación. También creo que no tienen problemas al momento de reconocer a una mujer como “evangelista”, siempre y cuando ejerza ese don “AFUERA” de la iglesia, y mientras “más lejos” mejor. Una de las debilidades presentes en los líderes prominentes, es la “INSEGURIDAD”, acerca de su propia persona y ministerio (ya hemos mencionado algo de esto, con anterioridad). Por eso cuando un miembro de la congregación comienza a “crecer” y a ser usado por Dios, el pastor “teme” que esta persona le haga “sombra”, y comienza a “restringirlo”, a ponerle “límites”, a dejarle en claro que “yo soy el pastor, tú sólo eres un miembro”.

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¿Seguro que esto es lo que Dios quiere? ¿Cuál es la mirada bíblica acerca de la mujer? En otro pequeño libro, escribí acerca de la necesidad de hacer una revisión de la “teología paulina”, en cuanto a la mujer. Esto se debe, a que lamentablemente, hemos basado “toda nuestra doctrina” en las cartas del apóstol Pablo, y no hemos mirado a la Biblia, como una “UNIDAD”. “Idolatramos” al apóstol Pablo, tanto que ni siquiera leemos los evangelios, ni las otras cartas, como si la “primacía” la tuviera Pablo. Para nuestros amigos católicos, alguien digna de devoción, es la virgen María, para nosotros, el apóstol Pablo. Bueno, aprovechando que nos gusta mucho la teología paulina, vamos a ver, citando otra obra literaria, algunos pasajes que nos van a hablar del rol de la mujer. Luego de leerlo con detenimiento, examinar el cuadro y los detalles, ¿Qué haremos con el versículo que usamos para prohibirle a la mujer hablar en la congregación? ¿Qué haremos con los otros versículos? Si notas que en tu congregación, a la mujer se la trata “distinto”, NO ES una buena señal, de que sea una iglesia “sana”. Ahora sí, vamos a la cita de una obra anterior: 1. UNA MIRADA MUY CENTRADA EN EL APÓSTOL PABLO. Estoy seguro que también usas algunos pasajes bíblicos de las cartas del apóstol Pablo, como por ejemplo este: Efesios 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la

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iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. El gran dilema de los evangélicos protestantes, es que casi idolatramos la figura del apóstol Pablo, así como los amigos Católicos hacen con María. Pero te invito a ver el siguiente segmento, sobre la teología del apóstol Pablo, sobre la mujer y el esclavo. 2. LA TEOLOGÍA DEL APÓSTOL PABLO, SOBRE LA MUJER Y EL ESCLAVO. (también se puede ver esta evolución de su teología, en el tema de la Parousía (o Parusía), o segundo regreso de Jesús y la escatología, el tiempo final. Pero solo nos vamos a concentrar en la mujer y el esclavo) En la clasificación moderna de las cartas del apóstol Pablo, se puede ver una evolución en la teología paulina. (Esta clasificación es conforme a la autoría, es decir que tiene objeciones a que todas estas las haya escrito Pablo. Por el contrario, la clasificación tradicional, lo hace de forma cronológica, no cuestionando la autoría paulina de las cartas) TEMA AUTÉNTICAS EFESIOSPASTORALES (año 55) COLOSENSES (año 65) RADICAL CONSERVADOR REACCIONARIO PABLO COMO DURO MUY DURO TIPO DE ES SUAVE TRATO

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Gálatas 3:28 no Efesios 5:22varón 23 Las casadas LA MUJER hay ni MUJER; estén SUJETAS a sus propios maridos, como al Señor; 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer Gálatas 3:28 Ya Efesios EL ESCLAVO no hay judío ni 6:5 Siervos, griego; no hay obedeced a ESCLAVO ni vuestros amos terr libre; enales con temor y temblor Colosenses 3:22 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.

1 Timoteo 2:15 Pero se SALVARÁ enge ndrando hijos,

Tito 2:9 Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones;

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UN REPASO DEL CUADRO Luego de leer el cuadro anterior, ¿Qué opinas? Repasemos el tema de la mujer solamente, porque es la cuestión que nos ocupa ahora, aunque algunos las tratan como si fueran “esclavas”: 1. NO HAY VARÓN NI MUJER. Pablo propone para la primera etapa de la iglesia, (en un contexto social en el cual la mujer era considerada como algo secundario, sin mucha importancia), que ya no había diferencia entre el varón y la mujer. Aquí Pablo es más RADICAL en cuanto al aspecto cultural, proponiendo igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, y es SUAVE con respecto a la mujer. 2. DEBE SUJETARSE AL MARIDO. Luego ya notamos un cambio respecto a su primera postura de lo cultural y a la mujer: Ella debe SUJETARSE al marido, porque él es CABEZA DE LA MUJER. Antes dijo que “no había diferencia” entre ella y él. Pero ahora, la que debe sujetarse al marido (varón) es ella. Aquí Pablo se muestra más CONSERVADOR culturalmente, y más DURO con la mujer. 3. SE SALVARÁ ENGENDRANDO HIJOS. Aquí hay cambios más severos, veamos: La mujer ahora se va a SALVAR engendrando hijos. ¿Acaso no se salva igual que el hombre, por la Sangre de Cristo? Veamos qué dicen los versículos anteriores a 1 Timoteo 2:15 Pero se SALVARÁ engendrando hijos, ESTOS SON LOS

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PASAJES ANTERIORES, VEAMOS: 1Ti 2:11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 1Ti 2:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 1Ti 2:13 Porque Adán fue formado primero, después Eva; 1Ti 2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 3 Como buen pastor o consejero que eres, ¿Cómo explicarías lo que acabamos de ver? ¿Es muy difícil verdad? El apóstol Pedro, en su segunda carta, escribió algunas líneas respecto al apóstol Pablo, veamos: 2 Pe 3:15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 2 Pe 3:16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.4 4. LA TEOLOGÍA DE UN SOLO VERSÍCULO. No podemos hacer “teología” con 1 o 2 versículos, sino que tenemos que mantener la unidad temática-teológica de la Biblia, tratándola como un “todo”, donde el ser humano es un ser integral e indivisible, con necesidades 3 4

La Santa Biblia, R.R.V. 1960 Ibíd.

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específicas. Querido pastor, si hay una mujer en tu congregación que corre peligro por la violencia de género que padece, bríndale auxilio, haciendo todo lo que esté a tu alcance. No basta con decirle que se la aguante, porque el marido es cabeza de ella, y porque el matrimonio es para siempre. Es para siempre, cuando ha sido Dios el que los unió, en una “unión verdadera”, de 2 personas que se aman con todo el corazón, en donde Dios también dijo que “sí”, a modo de aprobación.5 Una vez que has leído, lo que propongo como una “revisión de la teología paulina”, tocante a la mujer, ¿Qué opinas? Si tú eres un líder, ¿Qué excusas pondrás, de ahora en más, a la hora de evaluar la posibilidad, de que una mujer sea una líder en tu congregación? ¿Seguro que Dios NO ha dotado de capacidades de liderazgo a las mujeres? ¿Por qué el lugar de ellas debe ser la cocina, la escuela bíblica, los grupos pequeños, etc.? ¿Por qué no considerar un liderazgo en equipo? Está claro, que tanto la mujer como el hombre, para ocupar cargos eclesiásticos, deben cumplir ciertos requisitos, mencionados con anterioridad. No se le debe dar un “cargo eclesiástico” a nadie que “no esté preparado” para ello y que “no cumpla” con los requisitos que la misma Biblia nos muestra. Con esto, quiero decir, que darle un cargo, a una mujer, por el sólo hecho de ser mujer, y para “aliviar” las presiones “feministas” dentro o fuera de la iglesia, está mal. Debemos respetar el llamado que Dios tiene para cada 5

Daniel Estrada, Amores que van y vienen (Buenos Aires, Obras Literarias Estrada, 2017) P. 79-81

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persona, y no ser un estorbo o impedimento, para que esto se lleve a cabo. De lo contrario, le estaría haciendo un “severo” daño al Cuerpo de Cristo y a la misión de la iglesia. Hay cargos en la congregación, que son ocupados por una especie de “amiguismo” o por “parentesco”. NO tienen dones de liderazgo (pastor, evangelista, profeta, maestro o apóstol) pero allí están, liderando personas, sin experiencia previa, sin un “recorrido” ministerial. ¿Por qué están allí entonces? Simplemente (y lamentablemente) porque son “amigos” de alguien o “parientes” de… A veces, pareciera más una “DINASTÍA” no “LLAMADOS POR DIOS”. ¿A qué me refiero con “dinastía”? (recuerda que algo de esto vimos, en el artículo citado de la revista) Por el sólo hecho de que alguien es el pastor, su esposa, por consiguiente, es “pastora” y sus hijos son “pastorcitos”. Si el pastor deja sus funciones, ese cargo lo hereda de forma “inmediata”, alguien de su familia, su esposa, alguno de sus hijos, o el yerno, etc. De esta forma, parece más un “negocio familiar” que una congregación de creyentes guiados por el Espíritu de Dios. Créeme que si escribo estas cosas, es porque lo vi y lo viví, hasta el hartazgo. ¿Qué tiene de malo que algún familiar “de confianza” ocupe el lugar del pastor? Si la persona en cuestión tiene el Don pastoral, y es llamado por Dios para ese lugar (y no otro), creo que no hay ningún problema. A fin de cuentas, de Dios es la obra, y Él pone a quien desea en el ministerio. El problema radica, en que hay personas que ocupan cargos eclesiásticos, sin tener el “DON” adecuado para hacerlo. Son

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muy buenos haciendo otras cosas, porque poseen el DON dado por Dios, para hacer determinadas cosas, pero NO TODOS tienen el DON pastoral. Es una “gracia” que sólo la da Dios y no el hombre. El ser humano NO reparte dones, esto le corresponde sólo a Dios. El llamado también le corresponde a Dios, él llama, capacita y envía, para cumplir con una misión específica. La esposa del pastor: Estuve unos años en una iglesia, con características “muy especiales”. La esposa del pastor, era una dama muy particular. A veces se levantaba en medio de la reunión pública, y gritando, salía corriendo hacia la calle, con rumbo incierto. Luego su esposo, el pastor, salía corriendo detrás de ella. Claramente algún problema tendría, de índole emocional, o psicológico. Lo curioso de todo esto, es que ella creía tener el “DON” de “exhortación”, y cada tanto se le daba por maltratar a la congregación, con palabras muy ásperas. Otro factor que la “complicaba” para tener un “buen testimonio” dentro de la congregación, es que “casi nunca” venía a los cultos. Y cuando venía, ¡Ay Dios! Pobre gente, lo digo por los laicos. Era infaltable la “reprimenda” por parte de esta mujer, a la cual la teníamos que llamar “pastora”, por una “obligación” impuesta por su esposo. Lo que esta “querida” dama ignoraba, es que “exhortar” a las personas, es “animarlas” a hacer o dejar de hacer cosas. NO es un “DON” para andar repartiendo “reprimendas” para todos los presentes. Tenía por costumbre, muy seguido, “mandar a decir” cosas por medio de su esposo. Las cosas que mandaba a decir, no eran del todo buenas.

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El concepto que debería imperar, cuando lideramos a alguien, NO ES “HAZ LO QUE YO DIGO”, sino todo lo contrario, es “VEN Y SÍGUEME”. Es más fácil dar directivas u órdenes a las personas, porque NO necesariamente se necesita dar el ejemplo en TODO. Pero cuando impera dar el ejemplo, a veces las palabras NO son necesarias. O nuestros dichos cobran una fuerza imparable, cuando predicamos con el ejemplo. La esposa del pastor, es decir “la pastora”, quería dirigir a la iglesia desde su casa, porque rara vez se congregaba. Esto ocasionaba que las personas no la quisieran como líder, pero el pastor nos OBLIGABA a respetarla y llamarla “pastora”. Yo tuve un desacuerdo con el pastor, en ese sentido y en otros. Le dije que a su esposa no la iba a llamar “pastora”, porque no tenía un “corazón pastoral”. Me dijo que ella era pastora porque era su esposa. Yo le dije, que con esa premisa, si él era pastor, y su esposa lo era por el sólo hecho de ser su cónyuge, entonces sus hijos eran “pastorcitos”. Ante semejante respuesta, el pastor enmudeció, y creo que yo era una de las pocas personas, que la llamaba por su nombre. ¿Puede una persona dirigir la iglesia desde su casa? ¿Puede alguien demostrar tener un corazón pastoral maltratando a los demás todo el tiempo? Para ejercer un liderazgo sano y fuerte, es necesario tener un corazón de padre-madre, como lo demuestra el apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 2:7-11 1Ts 2:7 Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza.* Como una madre* que amamanta y cuida a sus hijos,

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1Ts 2:8 así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos! 1Ts 2:9 Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga. 1Ts 2:10 Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa, justa e irreprochable. 1Ts 2:11 Saben también que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos. (NVI) Cuando el apóstol se tenía que poner severo, lo hacía. Pero no era así todo el tiempo, por el contrario, amaba mucho a las personas. Creo que nadie, que siendo INCAPAZ de amar a los demás, puede ejercer un ministerio en la iglesia. De lo contrario, estoy seguro que va a tener otro tipo de motivaciones, como el aspecto financiero o el ejercicio desmedido de “poder”. Una persona así debería dedicarse a otra cosa. Mi mamá diría ¿Con qué necesidad? Malas personas hubo siempre, las hay y las seguirá habiendo. Lo que debemos evitar, es que personas así ejerzan cualquier tipo de liderazgo dentro o fuera de la congregación. Si ya estás en una iglesia así, te recomiendo que no pierdas el tiempo, y SALGAS CORRIENDO DE LA MISMA. No malgastes tiempo orando, ayunando y esperando, para que esa situación cambie, porque ese pastor ya está decidido a ser así, y si no fuera por un milagro de Cristo, no va a cambiar. Digo lo de

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no perder el tiempo, estando allí adentro, y orar por muchos años como lo hice yo, para que nada cambie. Yo me fui, crecí, escribí libros, profeticé, misioné, etc., y años después, ese mismo pastor, intentaría violar a su secretaria, mi más preciada amiga. En 22 años de creyente, nunca pude ver ese milagro, de que Dios cambie la forma de ser de un pastor. Creo que no hay cosa más espantosa, que tener a alguien por pastor, y que ése tipo sea un desgraciado capaz de abusar sexualmente de alguien de la congregación o fuera de ésta. Creo que no hemos entendido la magnitud del daño potencial (y también real), que un líder puede causar. Hablando de la iglesia en general, NO nos son ajenos los escándalos de índole sexual, económicos o por abusos de poder. Si tu pastor o iglesia, tiene alguna de las características que mencioné antes, huye despavoridamente, escapa por tu vida, sin mirar atrás.

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Capítulo 6 EL LÍDER, COMO MAESTRO Y DISCÍPULO Por varios siglos, se ha interpretado que la “gran comisión” de Mateo capítulo 28:19-20, como “salvar almas” para Cristo. Por supuesto, que en muchos lugares hay rezagos de este pensamiento. Como si al ser humano lo pudiéramos “dividir” por partes, negando su “integridad o integralidad”. Sea como sea, se trata más bien de apegarnos a lo que dice el texto bíblico: Mat 28:19 Por tanto, vayan y HAGAN DISCÍPULOS de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Mat 28:20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (NVI) Así que NO solamente se trata de evangelizar o de anunciar el mensaje de salvación, sino más bien de “hacer discípulos”. ¿Se trata solamente de juntar personas dentro de la congregación? ¿Y a los que ya están dentro (o fuera) se los está discipulando? Si ya eres líder, seguramente alguien te ha discipulado, ¿No? Si es así, de cierto modo estás enseñando a otros cómo ser un discípulo de Cristo. ¿Hay modelos en la Biblia de “buenos” discípulos? Cuando pensamos en los discípulos del Señor, nos acordamos de 2 o 3 como mucho. Nunca nos olvidamos del apóstol Pablo, que él se consideraba como el más pequeño de los apóstoles que habían caminado con Jesús. Éste era “maestro de los gentiles”, pero también era un ferviente “seguidor” de Jesús. Recordemos que él perseguía a la iglesia de Cristo, hasta

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el día de su conversión, camino a Damasco, cuando se le apareció el Cristo resucitado. Hay otro modelo muy interesante, del “discípulo amado”, que aparece en el evangelio de Juan, para ser más precisos, en la segunda mitad del libro, y que ya hemos visto anteriormente. Podríamos pensar en nosotros mismos, sobre la idea de qué características tenemos, como discípulos. Espero que NO creas, que por el sólo hecho de ser un líder, has dejado de ser un discípulo de Cristo. El discípulo es aquel que se pone “detrás” del maestro y no por “delante”. El discípulo sigue los ejemplos de su maestro, no sólo sus enseñanzas. Lamentablemente, hoy en día, están “disociados” ambos términos. Por un carril van las “palabras” o enseñanzas, y por el otro, las “acciones” de quien enseña. Muchas veces no hay “conexión” entre las palabras y las acciones. Esto nos pasa a casi todos los creyentes. Antes de seguir con algunas características del discípulo ejemplar, me vino a la memoria otro artículo publicado, donde menciono un poco más al detalle, la “desconexión” existente, entre nuestras palabras y nuestras acciones. Veamos a continuación el artículo, de forma completa: OPERACIÓN: “CONEXIÓN ROTA” LECTURA DE HOY: FILIPENSES 2:5-8 Flp 2:5 Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo: Flp 2:6 Aunque Cristo siempre fue igual a Dios, no insistió en esa igualdad.

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Flp 2:7 Al contrario, renunció a esa igualdad, y se hizo igual a nosotros, haciéndose esclavo de todos. Flp 2:8 Como hombre, se humilló a sí mismo y obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz! (TLA) INTRODUCCIÓN Hay conocidas operaciones militares, que tienen nombres icónicos, como por ejemplo, “tormenta del desierto” y operación “flecha rota”, en organizaciones cristianas, pasa de forma similar. En una de ellas, de la cual soy miembro, se llama “operación vida”, pasa lo mismo con otros encuentros de similares características. Pero lo que quiero tratar en este artículo, es el tema de la conexión, o de forma contraria, la “desconexión” que puede existir entre nuestro discurso y nuestras acciones. Si vemos las Escrituras, podemos mirar que el amor de Dios, se expresó de forma dinámica y real, en la muerte de Jesús en la cruz. Hubo una “conexión” entre las palabras y la expresión real del amor de Dios: (Juan 3:16) »Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. (TLA) Las acciones de Dios, no se quedaron solamente en palabras, sino en acciones concretas, por ejemplo la más sublime de todas: La muerte de Jesús para darnos perdón y vida eterna. DESARROLLO LA CONEXIÓN DEL AMOR DEL PADRE

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No hay dudas, que esa conexión fue lograda “en Jesús”. Todos los anuncios proféticos del Antiguo Testamento, referidos al Mesías, se cumplieron “en Jesús”. No son palabras vanas, huecas o sin sentido, sino enserio, y Dios cumple todas sus promesas. Los religiosos de la época de Jesús, hablaban mucho acerca de la piedad o del amor y la obediencia, pero no predicaban con el ejemplo. Jesús decía de ellos, que había que hacer todo lo que ellos decían, pero no seguir su ejemplo. Alguna expresión popular que conozco, dice que escribimos con la mano y borramos con el codo. Esto da la idea de que poquito tiempo después de escribir o decir algo, lo borramos nosotros mismos. “Mucho ruido y pocas nueces” es otro dicho popular, que hace referencia a que hablamos mucho y hacemos poco. Dios dijo (dice) que nos ama, ¿Lo demostró de alguna manera? La respuesta es positiva: Nos envió a su único Hijo, para salvarnos de nuestros pecados y de las consecuencias de éstos. Gracias a que Dios hizo algo por nosotros, tenemos esperanza de ir al cielo, y de vivir aquí una vida plena en Jesucristo. NOSOTROS Es aquí donde todos tenemos problemas, aunque algunos lo vivan como si no fuera un verdadero problema, por la “desconexión” existente entre nuestro discurso y las acciones. ¿Cómo es que una acción determinada puede cambiarlo todo? Hace unos días terminé de hacer una pasantía, en una fundación dedicada a cobijar a víctimas de violencia y de abusos. Son todos menores, varones y mujeres, a los cuales

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gente muy mala, les hizo mucho daño. Cuando crucé el umbral de la puerta, el primer día de mi actividad, lo primero que sentí, fue que había una “fragancia” a “hogar”. Que no solamente era una casa con chicos y chicas adentro, sino que era una verdadera familia. ¿A qué se debe que una casa, con personas tan sufridas, sea un verdadero hogar? Un hogar es la envidia de muchos, que tienen una gran casa vacía, de seres queridos que son unos verdaderos extraños, y de un amor verdadero que queda en la utopía. La respuesta es que puede haber una verdadera expresión de amor, no sólo palabras, ni una búsqueda de recompensa económica. Honro la vida de las personas que expresan el amor, sin grandes o elocuentes discursos, “hacen”, eso es lo principal, “hacer”. Esto es posible, gracias a que Dios ha llenado de amor a personas, que en el pasado sufrieron mucho, y que hoy aman de verdad a niños tan sufridos. Hace unas semanas, fui a donar sangre para la esposa de un amigo y compañero. Ella estaba en terapia intensiva, enfrentando los fantasmas de la muerte. Me llegó el pedido de este compañero, que necesitaba dadores de sangre, debido a que le habían hecho varias transfusiones, y había que reponerla. De inmediato subí ese aviso a un grupo de WhatsApp, donde aparte de ser compañeros, somos todos cristianos, la mayoría son líderes en sus propias congregaciones. ¿Cuál fue la respuesta a ese pedido de dadores de sangre? NINGUNA. ¿Cómo? Sí, ninguna respuesta de nadie. Hubo una gran “indiferencia” por parte de todos ellos. Me fui a

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donar sangre al otro día, le dije a uno de estos compañeros cristianos, si me quería acompañar a donar sangre, su respuesta fue, que era demasiado “tierno” para hacerle frente a un pinchazo. Le dije que una hermana nuestra, del mismo Cuerpo de Cristo, necesitaba nuestra sangre, y que teniendo tiempo y salud para poder hacerlo, las demás excusas carecían de sentido. Pocas semanas después, esta querida mujer, se fue con el Señor, a la eternidad. Tanto a este compañero “tiernito” (este año) y a una mujer “cristiana” (el año pasado, porque se negaba a servir a sus compañeros, sumado a sus malas contestaciones, su egoísmo, su hipocresía, etc.) les dije que lo pensaran dos veces, antes de hablar del amor o del servicio, debido a que el ejemplo no los acompañaba. ¿Encuentras al igual que yo una desconexión entre nuestras palabras y las acciones? CONCLUSIÓN Uno de los mayores fiascos que podemos protagonizar, es decir y no hacer. Hacer promesas que luego no las vamos a cumplir. Creo que eso es parte de la religión, o más bien, de los religiosos. Menos mal que Dios no es ningún religioso, sino que Él es Verdadero y Fiel, que cumple sus promesas ¿O qué hubiera sido de nosotros si Dios no las cumpliera? ¿A qué se debe la necesidad de hablar y luego no hacer? Nos encantan los buenos discursos, cuando hablamos del amor, del servicio a los demás. Nos gusta más, cuando las personas que prometen cosas, las cumplen.

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Si fueras tú o yo, quienes necesitáramos una donación de sangre o de plaquetas, ¿Cuál discurso nos convencería más? ¿El que nos envía un mensaje diciendo lo mucho que nos ama, o el que nos manda un mensaje para decir: Ya doné sangre para ti, te mando un abrazo, cuenta conmigo para lo que necesites? Sin dudas, nos convence más el amor de aquel que donó la sangre que estábamos necesitando por un tema de salud, que aquel que nos ama solamente de palabras. Si podemos ayudar a alguien y no lo hacemos, es pecado. ¿Nos gustaría que nos traten de determinada manera? Pues debemos hacer lo mismo. Yo a esta mujer cristiana, esposa de mi compañero, no la conocía ni en fotos, pero eso no me detuvo para ir a donar sangre, y orar por ella para que Dios cumpliera su propósito en su vida. Antes de que me olvide, te cuento algo muy importante, uno de los pastores de ella, también fue a donar sangre, no solamente fueron oraciones, sino también donar sangre, visitarla, y estar en todo el proceso luego de su partida. Esos amores son los que tienen una verdadera “conexión”. La invitación que hago a través de este artículo, es que si la conexión estaba rota (la de nuestro discurso y acciones concretas) se restablezca, para eso es necesario dar menos discursos y hacer más por el prójimo. Se puede, así que manos a la obra, si hablamos, también cumplamos lo que decimos, y así recuperar la falta de coherencia entre nuestras palabras y las acciones. No estamos solos, contamos con la ayuda del Espíritu Santo.

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Creo que nadie escapa a esto que dice el artículo, ni siquiera el pastor. Sigamos un poco más con el tema que veníamos desarrollando más arriba. De los 12 discípulos que Jesús eligió al principio de su ministerio terrenal, hay de todo tipo. Está el zelote, que muy seguramente, llevaría una espada, el incrédulo, como Tomás, que si no veía a Jesús resucitado, no podía creer. El intrépido y atrevido, como Pedro, también están los que huyen, cuando más se los necesita, como casi todos. En la cruz, el peor momento de Jesús y más doloroso, estaban algunas mujeres, entre ellas, María, la madre de Jesús. También había un discípulo, por cierto “amado”. De éste discípulo ya vimos algunas de sus características. No es “haz lo que yo digo”, sino más bien, “ven y sígueme”, ya que el maestro enseña con su ejemplo. Ese fue un tema crucial en el primer siglo del cristianismo, cuando Jesús interpelaba a los maestros de la ley, fariseos y saduceos. ¿Por qué Jesús los confrontaba, con palabras duras como “sepulcros blanqueados” o “¡Hipócritas!”? También le decía a la audiencia, que hicieran todo lo que ellos (los maestros) les enseñaban, pero que NO siguieran su ejemplo (el de ellos). ¿Qué “ejemplo” de vida era el que demostraban los maestros de ese tiempo? Indudablemente, la falta de piedad, el alejarse de las sagradas escrituras, amar los primeros puestos y que las personas los llamaran “¡Maestro!”. Extorsionaban a las viudas, eran implacables con aquellos que pensaban distinto, eran grandes hipócritas, y otras muchas cosas malas. ¿Te imaginas tener un pastor así, o un líder?

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El liderazgo por excelencia, es el mismo Jesús de Nazaret. ¿Cómo alguien así no iba a tener buenos discípulos? Pese a todo lo que les dio a sus alumnos, incluso la vida misma, los discípulos dejaron mucho que desear. Siempre estaban dudando, teniendo mucho miedo, criticando, juzgando mal, no entendiendo bien los tiempos, competían mutuamente por los primeros puestos, etc. Eso no fue impedimento para que Jesús, siguiera trabajando en ellos, hasta lograr que algunos de sus discípulos trastornaran el mundo conocido, con el evangelio de las buenas nuevas. Entre todos ellos, hay varios que se destacan del resto. Para momentos “especiales” no iban los 12, sino solamente 3. Como por ejemplo, el momento de la transfiguración, la resurrección de la hija de Jairo y otros. Pedro, Jacobo y Juan, eran los destacados, los del grupo intimo de Jesús. Como no sabemos con exactitud si el discípulo “amado” era Juan, podemos verlo como un “cuarto” destacado. Pero éste se destaca más que los demás, incluso que Pedro. El peligroso concepto de liderazgo actual, NO ES “servir”, sino “ser servidos”. Un líder siempre está buscando la forma de “servirse” de los demás. Una de las formas más “groseras” de hacerlo, es disponer del dinero de las demás personas, para “uso personal”. Así es, “enriquecerse” a costa de los demás. Contrariamente a esto, la idea bíblica de liderazgo, está asociado al de “servidumbre” (así lo reconoce Deiros6). Muchos son los que se aprovechan de la ignorancia y la buena fe de las personas. 6

Pablo A. Deiros, liderazgo cristiano, (Buenos Aires, Argentina, publicaciones Proforme, 2008) p.53

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Andan en un automóvil que sólo los ricos pueden tener. Mientras que el promedio de los miembros de su iglesia, utiliza los medios masivos de transporte público, y algunos pocos tienen automóviles “viejos”. La “prosperidad” de Dios, se puede ver, cuando “todos” los de la iglesia “prosperan”, y no solamente el pastor. Si esto es así, algo no anda bien. LOS DONES En cuanto a los “Dones” que debería tener el “pastor”, no puede faltar el “DON pastoral”. Esa es una “unción” específica y sobrenatural, que lo va a capacitar, para ejercer dicha tarea con efectividad. Algunos opinan que sí o sí, debe tener el DON de la enseñanza. En la práctica, no todos los pastores tienen ese DON. Lo importante aquí, es que ante la falencia de ese DON, el pastor pueda trabajar en “equipo”, con otras personas que sí lo tengan. En el caso de que no sea “pastor”, pero sí un “líder”, puede tener “otro DON”, como por ejemplo el de “presidir”. Este DON, se caracteriza por ser un DON de liderazgo, que va a servir para “conducir, pilotear y dirigir” a la iglesia. El liderazgo bíblico, se caracteriza por buscar el bienestar de los demás, no el propio. El DON de “administración” es muy necesario en la iglesia. Puede ser que al pastor, también le falte este DON, pero seguramente estará entre las personas que colaboran con él. Este DON se caracteriza por habilidades gerenciales o de liderazgo básico. Es alguien con capacidades especiales, para guiar a la iglesia a través de las dificultades de la vida diaria, manteniendo

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el orden y ayudando a la iglesia a cumplir con su misión. Es probable que parte de este DON, se haya aprendido o sea en gran medida “natural”. Es decir, que probablemente, la persona haya nacido con un DON natural (algunos sectores evangélicos, lo llaman “talento”), para “administrar”, y que al convertirse a Cristo, se transforme en un DON espiritual, al servicio del Cuerpo de Cristo (otro DON, que puede comenzar de forma “natural” y luego convertirse en “espiritual”, cuando la persona acepta a Cristo, es el DON de hacer “misericordia”). No se debe despreciar la ayuda que una persona bien instruida puede brindarle a la iglesia, por el contrario, debe ser muy bien recibida. La esencia de este pequeño libro, no es desarrollar ni definir los dones del Espíritu Santo, de Cristo y de Dios el Padre. Así es, no sólo el Espíritu Santo es quien reparte Dones a la iglesia (a sus miembros). A grandes rasgos, podemos decir, que el DON de Dios hacia nosotros, es Jesucristo. Los Dones de Cristo a la iglesia, son los Dones que se pueden denominar como “residentes”. Estos son por lo menos 5, entre ellos podemos contar el de pastor, maestro, evangelista, profeta y apóstol. Además podríamos decir, que es Cristo quien nos envía del Padre, al Espíritu Santo. Lo interesante aquí, es no disociar uno del otro, porque estos 3 son 1. Es un solo Dios, en una Trinidad o Triunidad indivisible. El Padre es Dios, pero no es el Hijo, y tampoco es el Espíritu Santo. El Hijo es Dios, pero no es el Padre, y tampoco es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios,

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pero no es el Padre, y tampoco es el Hijo. Sí, ya sé, esto es imposible de comprender, porque estamos hablando de “Dios”.

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CONCLUSIONES GENERALES DEL LIBRO Tus primeros días (meses o años) en la iglesia, como miembro, son muy importantes para definir si estás o no, en una iglesia sana. Puede pasar, que corras cierto peligro, si tienes un pastor nocivo, como el que yo tuve. Es probable también, que pierdas varios años en un lugar “improductivo”, hasta darte cuenta, que tienes que marcharte, para nunca más volver. Ese sería el peor de los escenarios, “irte”. Pero también es probable, que estés en una iglesia, en la cual te puedas quedar por muchos años, y desarrollarte como persona y como hijo de Dios. Podrás hacer tu aporte al Cuerpo de Cristo, gustosamente, y nunca será una pesada y desagradable “carga”. Si tuvieras que irte de la iglesia, no es el fin del mundo. Otras puertas se abrirán por la providencia de Dios. Tampoco hay que irse envuelto en escándalos o pleitos que nunca terminan (de ser posible). Cuando me fui de mi primera iglesia, “la central”, le dije al pastor: “muchas gracias por todo pastor, le aviso que este es el último día que me congrego aquí”. Me cuesta creer la respuesta que me dio el pastor en ese momento: “No te podes ir”. A lo que yo le respondí: “No le estoy pidiendo permiso para irme, sino que le estoy avisando que me voy”. Él me respondió algo que todavía me hace pensar: “¿No habrá alguna forma, como para que te quedes?”. Le dije que no había forma, era una decisión tomada. Le di la mano en señal de amistad, y me fui. ¿En qué formas habrá pensado el pastor, para hacerme cambiar de opinión? ¿Me hubiera dado alguna especie de “reconocimiento especial” que hasta ese momento no tenía?

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¿Habrá pensado darme algo de dinero mensualmente? Eso sería muy difícil de creer, a menos que me “cediera” algo del dinero que él se llevaba (recordemos que se lo llevaba todo). Vayamos hacia el otro extremo, en el cual es el “laico” o “miembro” de la iglesia, el que busca “sacar ventaja” de alguna situación de la iglesia, hay que decir, que también está mal. Algunas personas que pasaron por “la central”, buscaban sí o sí algún reconocimiento o “título”, como por ejemplo, de diácono, obrero, ujier, evangelista, profeta, etc. Si quien dirige la iglesia, es un “verdadero” pastor, se dará cuenta enseguida qué es en realidad, lo que persigue ese laico. Está por demás decir, que “eso” que busca el laico, en esa iglesia NO podrá obtenerlo. Buscará otra iglesia en la cual, NADIE se dé cuenta, de sus verdaderas intenciones. Me viene a la memoria, un caso que seguí muy de cerca, ya que era consejero de una mujer, que estaba viviendo una serie de “sometimientos” en su propio hogar. Ella, es casada, y tiene varios hijos. Su esposo es “músico”, de esos que duran “muy poco” en las congregaciones. Un tipo violento, calculador, de esos que “no dan puntadas sin hilo”. Finalmente halló la iglesia “perfecta” para él. Nadie se dio cuenta, que maltrataba a su esposa, y la anulaba en todo sentido. En la casa de él, se hacía lo que él ordenaba, o de lo contrario, habría consecuencias nefastas. La alejó de su familia materna y de sus amistades, la cela constantemente, y no para de “lavarle” la cabeza, para poder someterla a diario. Este “músico” encontró una iglesia “ciega”, que no se da cuenta de nada. Él es uno de los

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“ministros” de alabanza, que da su diezmo, sonríe a todo el mundo, es muy amable con todos, “dentro de la iglesia”. Pero cuando llega a su hogar, “todo cambia”. Es el “príncipe” que se transforma en “ogro”. No del tipo de “ogros” como “Shrek”, que dentro de todo es bastante “simpático”, lol. Todo lo contrario, se transforma en algo peor que un “pagano”, y maltrata, de todas las formas posibles, a quien prometió “amar” toda la vida. Finalmente encontró lo que tanto buscó: Una iglesia de la cual, pueda aprovecharse. Se aprovecha de que nadie puede “ver” ni “discernir”, que él es un “verdadero monstruo”, que de ninguna manera podría tocar un instrumento, en ninguna iglesia sana. Hablemos de “monstruos” y de “sobrevivientes”, lol. Mi querida y bella amiga, que sobrevivió al ataque sexual del “monstruo”, mi primer pastor, estuvo varios años en una depresión profunda. Según una de sus hermanas, “tocó fondo” de verdad. Esa fue mi oración a Dios, que ella pudiera “tocar fondo”, para volverse a levantar. Un día ella decidió ver a una “profesional” de la salud, una psiquiatra. Esto fue debido a la sana insistencia de sus familiares, que la aman con todo el corazón. El mayor milagro, según mi humilde parecer, es que volvió a una iglesia cristiana. Todavía no se anima a hacerlo sola, pero siempre hay alguien de su familia, que la acompaña con mucho gusto. No volvió a la misma iglesia, a pesar de que el pastor se murió, y hay otro que está a cargo de la misma. Yo pensé, en todos estos años, que el mayor desafío para ella, sería volver a una iglesia cristiana. ¿Por qué? Porque ese fue el “escenario” en el cual, la máxima autoridad de la iglesia, intentó vulnerar su honor y dignidad.

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Podríamos hacer mal, y “culpar” a Jesús de todo esto, y decidir NUNCA MÁS volver a una iglesia cristiana. Pero gracias a Dios, ella entendió que NO todos los pastores son así. Tal vez muchos líderes se ven envueltos en escándalos financieros, dejan a sus esposas para comenzar un amorío pasajero con sus secretarias, están acusados de “abusos de poder”, pero de ahí a tratar de “violar” a sus secretarias, puede que haya un largo trecho. Sólo un enfermo mental podría hacerlo, o un degenerado y depredador sexual, como lo fue, hasta el día de su muerte, mi primer pastor. Tengo entendido, que NUNCA le hizo llegar un pedido de “perdón” a su secretaria, POR ARRUINARLE LA VIDA. Eso pudiera indicar (o no) su falta de arrepentimiento. Eso a ella la detuvo algunos años, pasándola mal, hasta “tocar fondo”, pero luego (e inevitablemente) se puso de pie, porque es una CAMPEONA de la vida, venciendo tantas cosas malas. La amenaza de una “destrucción permanente”, estuvo merodeando su vida, casi de forma constante, a punto de lograr su cometido. ¿Pero qué crees? Cristo, quien la llamó a su reino eterno, es invencible, y quiere terminar en ella, la obra que comenzó. (Filipenses 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;) Creo que ella, mi amiga, es un claro ejemplo, que se puede volver del peor de los terrores, y ponerse de pie, para seguir adelante con el llamado que Cristo tiene para ella. Entonces, no tienes excusa, como para darte por vencid@. ¿Nadie te saluda en la iglesia? ¿Nadie te tiene en cuenta? ¿Eres un evangelista al

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cual no le dan oportunidad para predicar en la iglesia? Ya sabes lo que tienes que hacer, honrar tu DON, y salir por los caminos, para anunciar el evangelio de salvación. ¿Eres alguien parecido al músico que maltrata a su esposa, pero que es un “ejemplo de cristiano” dentro de la iglesia? Ya sabes lo que tienes que hacer, deja de aprovecharte de tu esposa y de la iglesia “ciega” en la que estás, y sé ejemplo para tu propia familia (con ellos primero, luego con la iglesia). ¿Hace 10 años que estás en la misma congregación y todavía NO tienes “tu lugar” para desarrollar tus Dones? Debes analizar el por qué. Algo está pasando, y debes descubrir qué es. Puede ser que ese lugar, no sea para ti. Puede ser que todos estos años, hayas estado “pecando obsesivamente”, y encima, que lo sepa la iglesia. Puede ser que el pastor no esté necesitando líderes, porque cada área está cubierta y la iglesia no esté creciendo. De ser así, te invito a que “mires hacia afuera”, es decir, buscar la manera de hacer algo, para que los “paganos”, se conviertan a Jesús. O también debes considerar la opción, de cambiarte de iglesia, agradeciendo todo lo que ellos han hecho por ti. Estoy seguro, que si te encomiendas en las manos de Dios, Él te guiará al lugar adecuado, para que puedas aportar tus Dones, al Cuerpo de Cristo. Yo estoy en una “mega-iglesia”, donde hay miles de personas, y cientos de colaboradores, y muchos pastores “asociados”. Para las tareas que yo pudiera desarrollar “dentro” de la iglesia, hay una “fila interminable” de personas, que se ofrecen todo el tiempo. Eso sería como una especie de “obstáculo” para seguir escribiendo, por una cuestión lógica de

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tiempo. Las dos cosas llevan mucho tiempo, por un lado, desarrollar alguna actividad “dentro” de la iglesia. Por el otro, escribir libros. Como el día tiene “24 horas”, hay que priorizar aquello que es de “mayor” impacto para la misión de la iglesia. Por eso te animo, a no desesperar, si no estás haciendo nada “dentro” de la iglesia. Comienza a mirar “hacia afuera” de las 4 paredes, tratando de alcanzar a los perdidos de alguna forma. Volviendo al tema de mi iglesia (no “la central”, lol, sino la mega-iglesia), y de los colaboradores, hay muchas personas con un trabajo “normal” (o no), que tienen ciertas ambiciones sanas, de ser parte, algún día muy lejano (o cercano), del liderazgo de la iglesia. Los pastores asociados, con los que me toca tratar, saben que Dios, por ahora, me llamó a escribir. Creo que más adelante, podré desarrollar la otra faceta de mi llamado, que es ser misionero y profeta, en otro país. Mientras tanto, no pierdo el tiempo en “mirar hacia adentro” de la iglesia, mi misión es “hacia afuera”. ¿De qué manera hago misión? Escribiendo, este es mi “octavo libro” (y también he colaborado activamente en otros libros, de otros autores), todos ellos tienen un enfoque “misionológico” (en EE.UU. es “misiológico”). Puedes dejar que los demás se “peleen” por tener un puesto dentro de la iglesia, porque tal vez tu llamado para hacer misión, esté “afuera”. En la Dedicatoria del libro, introduje una gran verdad teológica, que Él “crea” para “salvar”. Es muy probable que tú no seas cristiano, y que por esas “causalidades” de la vida (nótese que escribí “causalidades” y no “casualidades”) este libro haya

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llegado a tus manos. Todos nosotros somos “creación” de Dios. El propósito, por el cual Jesús nació, ejerció un ministerio terrenal, fue crucificado, resucitó al tercer día, estuvo un tiempo más con sus discípulos, y luego fue ascendido al Cielo, con la promesa de volver por nosotros, todo eso, es porque quiere salvarnos por amor. Estas son las “buenas noticias”: Que Él pagó nuestra deuda para con Dios. Es “gratis” (lo cual NO implica que para Él haya sido fácil, y que nosotros nos demos el “lujo” de tomarlo con cierta “liviandad”), no debemos pagar nada, es por la fe en Jesucristo. Ahora, también debemos conocer las “malas noticias”: Somos deudores a Dios, y no tenemos con qué pagar, si esto dependiera por nuestra propia cuenta. Dios nos creó, somos sus criaturas, por ello, a Él, y sólo a Él, rendiremos cuentas. ¡Y qué crees, no tenemos con qué pagar lo que le debemos! Por esta cuestión, merecemos un destino, estar “separados” de su presencia, en el infierno, por toda la eternidad. Si afirmamos que “Él crea para salvar”, tú y yo, estamos en sus planes de salvación. NO hay caminos “alternativos” como para que nos podamos salvar por nuestros propios méritos. Por eso, confiamos, por la fe, que sólo Cristo “puede” y “quiere” salvarnos. Jesucristo, el que es “verdaderamente” hombre, y “verdaderamente” Dios, derramó su sangre, sin haber pecado jamás, porque nos ama con amor eterno. ¿Cómo podemos acceder a esa vida eterna que Cristo compró con su sangre? Confiando que el “único” CAMINO, que nos lleva a Dios el Padre, reconciliándonos de una vez y para

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siempre, se llama Jesucristo. NO hay otro NOMBRE que pueda salvar. Es por la fe, no lo podemos “ver”, pero sí podemos creer, que Él es el Hijo de Dios, que fue enviado por el Padre, por amor genuino, para salvarnos. Puedes comenzar con una oración similar o igual a ésta: Dios mío, te pido perdón por todos mis pecados. Te ruego que vengas a mi vida, te acepto como mi único y suficiente Salvador y Señor. Ayúdame a vivir una relación personal contigo, amén. Si ya has hecho esta oración, con todo tu corazón, y depositas tu fe sólo en Jesucristo, has nacido de nuevo. Eres un hijo/a de Dios, con un propósito específico de parte de Dios. Tienes que descubrir cuál es esa finalidad, buscar una iglesia cristiana, congregarte, y servir en lo que puedas. Bienvenido a una vida abundante, de la mano de aquél que te ama, como nadie más podrá hacerlo: Dios.

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BIBLIOGRAFÍA Deiros, Pablo. Dones y Ministerios, Buenos Aires, Argentina, Publicaciones Proforme, 2008 Deiros, Pablo. Liderazgo Cristiano, Buenos Aires, Argentina, Publicaciones Proforme, 2008 Deiros, Pablo. Sanidad Cristiana Integral, Buenos Aires, Argentina, Publicaciones Proforme, 2008 Estrada, Daniel. Amores que van y vienen, Buenos Aires, Obras Literarias Estrada, 2017 La Santa Biblia, R.R.V. 1960 La Santa Biblia, NVI, 1999 Saini, Fernando. Artículo: Cualidades del “discípulo ejemplar” C.A.B.A. Argentina, iglesia Betesda, 2015 Schwarz, Christian. Desarrollo Natural de la Iglesia, Barcelona, España, Clie, 1996 Snyder, Howard. La Comunidad del Rey, II, Buenos Aires, Argentina, Kairós, 2005 Stamateas, Bernardo. Gente Tóxica, C.A.B.A. Argentina, Ediciones B Argentina S.A. 2008

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