Meltzer, Donald - Seminarios de Novara

SEMINARIOS DE NOVARA Dr. DONALD MELTZER 1 Dra. MARTA HARRIS CAPITULO 1 - TEORÍA PSICOANALITICA DE LA ADOLESCENCIA CAPI

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SEMINARIOS DE NOVARA

Dr. DONALD MELTZER 1 Dra. MARTA HARRIS

CAPITULO 1 - TEORÍA PSICOANALITICA DE LA ADOLESCENCIA CAPITULO 2 - PSICOPATOLOGÍA DE LA ADOLESCENCIA

Traducido de QUADERNI di PSICOTERAPIA INFANTILE. Ed. Borla. Roma 1978. Traductor: Dr. Humberto Gobbi. 1

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CAPITULO I: TEORIA PSICOANALITICA DE LA ADOLESCENCIA Dr. DONALD MELTZER Desearía iniciar proponiéndoles el plan de trabajo para estos tres seminarios. Hablaré de manera extremadamente informal, deseando que cada uno se sienta libre de interrumpir, hacer preguntas, aún durante el transcurso de mi exposición, para crear una atmósfera de discusión, no de conferencia. Hoy les hablaré del concepto de adolescencia de un modo más bien "ideal" -como si fuese algo que siempre evoluciona de modo sereno o natural hacia la vida adulta, la salud mental, etc., tratando de entender cómo es posible y si es posible. Mañana la Dra. Harris presentará el caso de una muchacha en análisis, para destacar los problemas de la psicopatología de la adolescencia. Pasado mañana discutiré con ustedes el vasto campo de la psicopatología de la adolescencia y los problemas técnicos del tratamiento de los adolescentes según el método psicoanalítico. Creo importante sobre todo destacar que el método psicoanalítico no es particularmente eficaz para investigar la adolescencia, ya que el adolescente vive en el mundo externo de los adolescentes y no está en contacto en forma natural (ni feliz) con el adulto. El conocimiento de la adolescencia no se logra tanto a través de los tratamientos de los adolescentes, sino a través de los tratamientos logrados y completos de niños que se acercan a la edad adolescente, de los pacientes adultos y de los análisis de niños que se continúan en la adolescencia o más allá de ella. Por lo tanto intentaré hoy describir y discutir con ustedes tres diferentes comunidades: la comunidad del niño en el ámbito familiar, la comunidad del mundo adulto y la comunidad de los adolescentes que se sitúa como comunidad externa entre estas dos. Trataré de darles un cuadro del mundo interno del "individuo", de su desarrollo interno y del modo en que el adolescente se traslada hacia adelante y hacia atrás en estas tres comunidades, durante el proceso de desarrollo y de evolución de su estructura interna. Comenzaré describiendo el mundo adulto al cual el adolescente intenta entrar, luego el mundo de los niños que está tratando de dejar y, por último, el mundo de la adolescencia. Lo haré desde el punto de vista del adolescente, o sea describiéndoles cómo él la ve, en la "niebla" de la adolescencia, estas tres comunidades, y no cómo yo las veo, o cómo las ve la estructura del psicoanálisis. El mundo del adulto, desde el punto de vista del adolescente, aparece sobre todo como una estructura política y como un sistema de clases: los adultos son vividos como si tuviesen el poder y el control del mundo. A los adolescentes esto no les parece debido al conocimiento y a la capacidad, sino a la posesión de una organización de tipo aristocrático que tiene como fin principal el de preservar el "poder" contra toda intrusión. El adolescente tiene la sensación de que los adultos son todos "defraudadores" e "hipócritas" y en posesión de algo que ellos no tuvieron nunca el derecho de tener. De aquí deriva la concepción de que los niños se encuentran en posición de "esclavos" o "siervos", o bien en la ilusión que los padres conocen todo y pueden hacer todo. El adolescente se siente parte de la comunidad de los adolescentes que se encuentra entre estas dos clases: los adultos "aristocráticos" que tienen el poder, los esclavos que creen en ellos como si fuesen dioses, o viven en la ilusión de que los adultos lo saben todo; por lo tanto el adolescente se coloca en una posición de desprecio en relación ya sea con los adultos como con los niños, y de la organización del mundo que ambos representan. Quiero resaltar el problema del conocimiento del mundo y la capacidad, a través de este conocimiento, de manipular y mantener orden en el mundo porque el adolescente, aún pareciendo principalmente preocupado por la sexualidad, en realidad está sobre todo preocupado por el conocimiento y por el comprender.

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Esto me parece muy importante porque generalmente se considera al adolescente como si estuviese principalmente interesado en alcanzar satisfacciones sexuales, mientras en realidad la sexualidad es considerada por él como la esencia misma de la situación autoritaria. La posesión del derecho de acceder a las actividades sexuales, se torna para él en el eje principal del control autoritario ejercido, por el mundo adulto, sobre todos los aspectos materiales del mundo: el dinero, la casa, la comida, etc. Quiero ahora subrayar el problema del conocimiento, por un lado, y el de la confusión por el otro, y describir al adolescente acentuando el problema de la confusión. En el psicoanálisis nos hallamos frente a distintos tipos de confusión. Los principales son: la confusión entre bueno y malo, la confusión entre las diversas zonas del cuerpo, y los diferentes modos con que tales zonas pueden relacionarse con el mundo externo y con las demás personas, la confusión entre varón y mujer, entre adulto y niño. Por ejemplo, típica de la adolescencia es la confusión entre lengua y pene para el muchacho y de boca y vagina para la muchacha. Volvamos ahora al problema del conocer y del comprender relacionando lo al mundo de los niños: éstos fantasean que el conocimiento es algo concreto y que existe concretamente en algún lugar. La devoción y el respeto que los pequeños tienen hacia sus padres, están estrechamente vinculados con la convicción de que los padres unidos están en posesión de todo el conocimiento del mundo y, en las fantasías más primitivas, tal conocimiento es sentido como contenido, concretamente, en el pecho materno. Estas fantasías pueden observarse en los sueños, como en los sueños de bibliotecas: en Londres, por ejemplo, la biblioteca del British Museum que es particularmente amplia y debajo de una gran cúpula, transcurre a menudo en los sueños de los pacientes como biblioteca-pecho que contiene todo el conocimiento del mundo. La cualidad mental que padre y madre poseen o bien, en un nivel más primitivo, que el pecho posee, es la omnisciencia. Los "padres unidos" (escena primaria y objeto combinado, según la terminología psicoanalítica) son vividos como el poder de hacer cualquier cosa, esto es como omnipotentes y omniscientes. Estas dos cualidades: La omnipotencia del objeto combinado y la omnisciencia del pecho, son objeto de la más intensa envidia por parte del niño y es esto lo que él más desea obtener de los padres. Esto parece que surge muy pronto cuando el niño es capaz de usar el lenguaje que es la representación de la posesión parental de la omnipotencia y de la omnisciencia. El niño desarrolla entonces no sólo su capacidad de usar el lenguaje, sino que además lo inviste de poderes concretos y mágicos. Deseo subrayar el rol del lenguaje en la sumisión del niño a los padres y la actitud hacia el lenguaje que el niño pequeño tiene en la familia. Cuando el niño comienza a ir a la escuela en los años que nosotros llamamos periodo de latencia, el concepto de aprender es focalizado sobre todo en el aprender el nombre de las cosas. Cuando el niño aprende el nombre de algún objeto cree saber todo sobre ese objeto: si un niño aprende que un objeto se llama avión, él no sólo cree saber volar, sino también cree que puede construir uno, y cuando hace un pequeño objeto-avión, esto en su mente es un verdadero avión. El niño en edad de latencia que es capaz de usar el lenguaje de esta manera concreta, y cree saber todo de una cosa cuando conoce su nombre, está ejercitando su sentido de omnisciencia, pero este sentido de omnisciencia es diferente de la omnisciencia de los padres, ya que está basada sobre una constricción de la imaginación. El no conoce todo, pero cree que todo lo que conoce es todo lo que hay para conocer. Y esta sumisión en el uso del lenguaje, convicción de que los padres conocen todo, se fractura cuando comienza la pubertad. Lo que les estoy describiendo es un modo de entender lo que pasa en el momento de la pubertad, una forma que no pone énfasis en la sexualidad, sino en el conocimiento y la comprensión. El gran misterio para los niños es que los padres "sepan cómo hacer": el saber cómo hacer niños es la esencia de su gran potencia. En la pubertad, el niño descubre que sus padres no saben cómo hacer niños. Esta puede ser considerada la más grande desilusión de la adolescencia, que se inicia con la pubertad, y que permite al niño liberarse de la sumisión a los padres como 3

divinidades que lo saben todo. Y cuando el adolescente se libera de esta sumisión a los padres como personas que saben todo y que deben saber todo porque conocen el gran secreto de cómo hacer niños, irrumpe todo el mundo de confusión que se había mantenido escondido tras la convicción de la omnisciencia de los padres. Y descubre también que las palabras no significan aquello que dicen, que no contienen significado por si mismas, que las mismas palabras tienen diferentes significados según de quién provengan. El adolescente por lo tanto, siente que el mundo de los adultos es un cúmulo de hipocresía. Y esto lo hace dudar de todo, y naturalmente de lo principal que debe dudar es de ser hijo de sus padres en el sentido real. El debe elegir entre la teoría de que él es padre de sí mismo y se hizo solo, de alguna manera, y que sus padres están "en algún lugar" en sentido fabulesco o abstracto. La elección entre ser él mismo sus propios padres, o el sentir y el teorizar que se creó a sí mismo y que es el hijo de alguna entidad abstracta patriarcal como, por ejemplo, Dios, o determinado equipo de fútbol, es en extremo crucial. Esta es la crisis de identidad, y otra área de confusión que recubre todas las demás confusiones, es el problema esencial del mundo de los adolescentes. Es muy importante considerar que todo lo que emerge en el momento de la adolescencia, existía ya antes del período de latencia y que la novela familiar cuando está fuertemente enraizada en un niño, deriva de una carencia en el periodo de latencia y contiene fantasías infantiles que no fueron suficientemente reprimidas. En esta crisis de identidad y en la agudizada pérdida de la identidad familiar que el muchacho experimenta en la pubertad, lo que importa es la elección entre la idea de haberse hecho a si mismo y la idea de que sus propios padres están en algún otro lugar, en cuanto de esta elección surge la posibilidad de identificarse con la comunidad de los adolescentes. La decisión de aceptar temporariamente entre la identidad de un simple adolescente en la comunidad de los adolescentes, o bien de ser un individuo aislado que se hizo solo y que tiene una misión única en el mundo, una grandiosa misión, es una decisión crucial para el adolescente. Hasta aquí he descripto no tres sino cuatro diferentes comunidades: el niño en la familia, el mundo de los adultos, el mundo de los adolescentes y el adolescente aislado. Pienso que es importante recordar que el individuo está en constante movimiento hacia adelante o hacia atrás entre estas cuatro posiciones: hacia atrás en ser un niño, hacia adelante en ser completamente adulto, hacia atrás estando en el mundo de los adolescentes, hacia atrás estando en la familia. De esta descripción resulta que el intentar un análisis con un adolescente es extremadamente difícil, no está todavía anclado en ningún lugar. Cada participación en una de estas cuatro comunidades separadas implica un estado de la mente, o se manifiesta con estados de la mente que están muy "aislados" unos de otros. Se encuentra por lo tanto en una posición llena de tormento, en la que siente que nadie puede ayudarlo. Y es justamente porque siente que nadie puede ayudarlo, y que debe de algún modo ayudarse por si solo, que tiende a centrar su atención en la sexualidad, tratando de encontrar en el pasado una identificación con los padres primitivos unidos, en el sentido de conocer todo y de ser capaces de hacer todo. Cuando el adolescente tiene la sensación de que está buscando de avanzar y de tornarse muy potente -un individuo que conoce todo y que puede controlar el mundo para adaptarlo a sí mismo- intenta también encontrar su camino hacia atrás, hacia algo que abandonó durante el período de latencia, en el momento de la crisis del complejo edípico a la edad de cinco o seis años. Tratando de encontrar su camino hacia adelante en ser un adulto –en el sentido de ser potente e independiente- y al mismo tiempo en tratar de encontrar su camino hacia atrás -en el contacto con los objetos que conocían todo y que podían hacer todo- trata de dividirse en dos partes y de restablecer la diferencia entre si mismo adulto y si mismo niño: el joven vive todo de manera extremadamente confusa. Encuentra su camino hacia adelante actuando en el mundo externo: por medio de relaciones sexuales, aprobando los exámenes, encontrando trabajo, ganando dinero, etc... La forma en que encuentra su camino hacia atrás es soñando, interesándose por el arte, la literatura, en afrontar problemas relacionados con el desarrollo cultural de la comunidad, en la política considerada en sentido abstracto, en el ideal, que emerge en la adolescencia, del tipo de mundo que él quisiera contribuir a crear. Por lo tanto en la 4

adolescencia se encuentra este extraordinario "splitting": por un lado la envidia, el egocentrismo, la ambición, la falta de piedad que lo llevan hacia la independencia; por el otro el altruismo, el preocuparse por los demás, la emotividad, la sensibilidad, que lo llevan hacia atrás, hacia las artes, la literatura y las relaciones íntimas. La Dra. Harris pide al Dr. Meltzer que aclare el significado de la palabra "volver hacia atrás", que podría confundirse con la regresión. No cambio la palabra "atrás" -prosigue el Dr. Meltzer- porque pienso que el adolescente se siente empujado hacia atrás, hacia su infancia, en un estado de falta de ayuda y tiende a experimentar todas las sensaciones tiernas, el arte, el altruismo, como aspectos de sí mismo que amenazan con devolverlo hacia atrás, hasta volverse de nuevo un niño. Una de las paradojas de la adolescencia es justamente esto: el adolescente piensa que lo que lo hace avanzar en el mundo adulto es en realidad regresivo, mientras que lo experimentado como aquello que lo empujaba hacia atrás, hasta volverlo nuevamente un niño, es en realidad lo que lo hace adulto. En otras palabras, se podría decir que el adolescente se encuentra en un estado de confusión y desilusión enormes con respecto a la organización del mundo que experimentó en su infancia. En lo que respecta al mundo externo se encuentra moviéndose entre estas distintas posiciones; el volver hacia atrás hasta volverse niño, el ir adelante para ser adulto, el estar en el mundo de los adolescentes o sentirse muy aislado, separado y "grandioso". Su sensación es la de que, para crecer, debe avanzar sin piedad, volverse hábil y tener éxito. Lo que él piensa que puede volverlo a la infancia: las sensaciones, las emociones, la fascinación de la infancia en si misma, del apego y el convencimiento de la belleza del mundo y de su propia impotencia y debilidad, lo llevan en cambio adelante hacia el mundo adulto, mientras que la falta de piedad, en realidad, le impide hacerse adulto. El punto crucial en su decisión, en ir hacia adelante o volver atrás es el problema en lo que respecta al sufrimiento mental": "¿él no debe tener piedad, para tener éxito infringiendo sufrimiento a los demás, o debe volver atrás y padecer él mismo ese sufrimiento?". Esto crea un problema también desde el punto de vista técnico: nos son enviados para tratar por lo menos dos tipos de adolescentes: 1) los adolescentes que sufren y que parecen tener miedo: probablemente éstos no necesiten realmente nuestra ayuda, porque éstos, están buscando su camino hacia atrás, 2) el adolescente aislado, el que se ha aislado y no siente que está en dificultades, pero del cual todos los demás se preocupan. Raramente vendrán en cambio los jóvenes que avanzan sin piedad, que tienen éxito y que aprendieron la técnica de infringir sufrimiento a los demás. Por esta razón, los pacientes adolescentes pueden dividirse en dos categorías: La primera es la categoría de los jóvenes que, más o menos, vienen solos porque se encuentran en un estado de gran "stress" y es maravilloso trabajar con ellos; pertenecen a la segunda categoría los jóvenes que nos son enviados por los padres o por la escuela, o los delincuentes, los que son enviados por los tribunales, etc., con éstos es muy difícil intentar trabajar. Los adolescentes que en general nosotros no vemos, son aquellos de la tercera vasta categoría intermedia, los que tienen éxito, los que avanzan despiadadamente y que terminan viviendo, ya adultos, una vida que no es otra que una repetición del período de latencia. Estos constituyen la burguesía y se vuelven neuróticos en su tardía vida adulta. Abriré aquí la discusión sobre la situación externa de los adolescentes, antes de pasar a exponerles la estructura interna sobre la que se apoyan esta confusión y estas "tentativas" de ubicarse. La Dra. Nissim pide que se precise mejor la tercera categoría, la de los adolescentes que con éxito y despiadadamente avanzan y su relación con la burguesía, y quisiera también que se precisasen mejor las tres categorías.

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Dr. Meltzer: generalmente vienen a nosotros dos tipos: 1) el que nos es mandado porque los padres o la escuela están preocupados, 2) el que viene en general espontáneamente porque está en un estado de gran stress por algún agotamiento físico o porque está en un estado de ansiedad; el tercer tipo está constituido en cambio por los que tienen éxito y consiguen librarse de los agotamientos, de la ansiedad, de la pena, a través del éxito, poniendo a los demás celosos, envidiosos, haciéndolos sentir inútiles. Esta categoría continúa avanzando y parece fijarse, hacia los veinte años, en un tipo de organización de "latencia burguesa": éstos se vuelven neuróticos, o mejor dicho, irrumpe la neurosis, generalmente hacia los treinta años o más. Les recuerdo que el día de hoy está dedicado a la psicología general de la adolescencia, como preparación al seminario del sábado, cuando trataré en líneas generales de los diferentes tipos de psicopatologías: la psicopatología del adolescente aislado, la del adolescente que sufre y la del adolescente que tiene éxito. El Dr. Mancia pide se precise sobre la desilusión que el niño tiene con respecto a los padres, cuando descubre que ellos no saben cómo hacer niños. Dr. Meltzer: en la pubertad, el niño es como si descubriese que los padres tienen solamente relaciones sexuales, que los padres no sólo no saben hacer niños, sino que la madre no es siquiera capaz de arreglar la instalación eléctrica, que el padre no sabe ser plomero, que ambos son incapaces; que no saben más que hacer algunas cosas y, más tarde, que ellos no saben hacer un niño pieza por pieza, etc... Explicaré cuando hable del mundo interno, qué significado tiene hacer un niño; Con respecto al mundo externo, ellos descubren que sus padres no saben hacer niños, que tienen sólo relaciones sexuales que no son muy diferentes de las que tienen los perros y los gatos. La Dra. Nissim pregunta si los adolescentes pueden también llegar a negar toda actividad sexual entre los padres, no sólo desde el punto de vista de la creatividad, sino negar que ellos tengan realmente relaciones sexuales, y recuerda una paciente que decía que ella no había nacido de sus padres, sino que había sido sólo educada por ellos. Dr. Meltzer: para un adolescente es muy fácil negar las relaciones sexuales actuales de los padres, es tal vez más difícil que éste niegue que los padres hayan tenido relaciones sexuales una vez o dos. Les hablé hoy de la adolescencia, en una perspectiva particular que pone el acento en el problema del conocimiento, de la comprensión, por ende, de la identidad. Les he descrito cómo el niño en el período de latencia experimenta esta desilusión con respecto a sus padres, particularmente en relación a su teoría de que ellos lo saben todo, pueden hacer todo, y cómo el descubre que ellos no saben hacer nada, y a duras penas consiguen hacer algo. Esto lo sume en un estado de confusión casi total y pone fin a su teoría del período de latencia, y aquello que le hubiese sido suficiente hubiera sido portarse bien y que los adultos le hubiesen enseñado todo lo que debía saber. El niño llega a la conclusión que ellos no sólo no saben todo, sino a duras penas saben algo, aún pretendiendo saber, a los fines de mantener un tipo aristocrático de tiranía sobre todos los niños del mundo. Entra entonces a formar parte de la comunidad de los adolescentes, que es fundamentalmente rebelde y que tiene la finalidad de adueñarse del poder. La forma en que intenta hacer esto es tratando de tener éxito, ganar dinero, obtener poder, influencia, etc... Y naturalmente el punto central de todo esto tiene que ver con el logro de la libertad sexual. Ha llegado ahora a la conclusión de que la sexualidad es un deporte, el deporte preferido de los adultos y que tiene poco o nada que ver con hacer niños; sin embargo, se halla en una extrema confusión con respecto a la sexualidad, como por otra parte lo está con respecto a todas las cosas.

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Desearía ahora volver atrás, al problema de la infancia y de la primera juventud 2, para discutir con ustedes la naturaleza de esta confusión, que fue momentáneamente dejada de lado en el período de latencia. Uno de los primeros y tal vez uno de los más importantes cambios en la teoría psicoanalítica, introducido por M. Klein en los trabajos de Freud, ha sido el énfasis puesto sobre el primer conocimiento. M. Klein descubrió que para el niño pequeño el conocimiento significa, esencialmente, conocimiento del cuerpo de la madre. Su teoría es que la demanda de conocimiento del niño está relacionada con la fantasía de penetración del cuerpo de la madre, en el cual él piensa están contenidos y custodiados todos los secretos. Pero en la fantasía del niño de penetrar en el cuerpo de la madre, para descubrir sus secretos, está también el descubrimiento de que puede hacer mucho daño al cuerpo materno, a causa de sus malas intenciones. Ya tempranamente en la infancia, se halla frente a la necesidad de proceder a un splitting frente a estas intenciones: buenas y malas intenciones. Las buenas intenciones consisten en desear entender y adquirir el conocimiento, las malas intenciones en desear robarle a la madre el conocimiento, que significa poder. M. Klein sostiene que este splitting primario, la idealización primaria del self y la división del objeto en bueno y malo, son el fundamento de un desarrollo normal. La confusión entre bueno y malo irrumpe nuevamente en la pubertad. Más tarde surge el descubrimiento de que la fantasía de penetrar en el cuerpo de la madre implica también una intención de identificación de tipo ilusorio que llamamos "identificación proyectiva". Este es el segundo tipo de confusión que emerge en los adolescentes: la confusión entre el self y el objeto en relación con la identificación. Y ésta resurge en la pubertad, apenas comienzan a desarrollarse, en el cuerpo, las características del adulto: la zona púbica, el pecho y el desarrollo de los genitales: la forma más característica que puede asumir es, por ejemplo, la de mirarse en el espejo y no saber ya, en ese momento, si se ve a sí mismo o al cuerpo de sus padres. De esto surge la preocupación de los adolescentes por la vestimenta. A causa de estas fantasías primitivas de entrar en el objeto, que acompañan a la identificación proyectiva y a la identificación con el objeto sexual, surge la confusión entre masculino y femenino. Esta confusión es expresada por el adolescente con el preocuparse por el desarrollo del propio cuerpo y de adecuadas características sexuales. La confusión entre macho y hembra, con respecto a la identificación, es "agravada" por el ingreso a la bisexualidad en el momento de la adolescencia. Estos dos tipos de confusión entre masculino y femenino, y entre bueno y malo, cuando se unen, crean la confusión entre la sexualidad buena y la sexualidad perversa. El joven, por ejemplo, no puede distinguir claramente entre sus intereses femeninos y su inclinación homosexual perversa. Cuando el niño entra en la edad de la latencia, recurre por lo común al mecanismo de negación de la realidad psíquica, excluyendo el conocimiento, las fantasías internas, el mundo de los sueños, la emotividad conectada con las relaciones internas y, cuando esta negación de la realidad psíquica cae en la pubertad, el joven se halla frente a una gran confusión entre relaciones internas y relaciones externas. Durante el transcurso del complejo de Edipo pregenital y genital, el niño debe elaborar una serie de confusiones que tienen que ver con la función de las diferentes partes del cuerpo en relación al objeto. Estas confusiones de zonas tienden a dar lugar a combinaciones particulares: la combinación boca-vagina-ano, pezón-lengua-heces. Por lo tanto el niño debe aprender a distinguir entre tener el pezón en la boca, el pene en la vagina, las heces en el recto y las demás zonas relacionadas con éstas. Todas estas confusiones que irrumpen nuevamente en la pubertad, y se acompañan de la desilusión con respecto a los padres, tienden a volver cínico al adolescente; este cinismo podría ser definido como "relatividad moral": todo es relativo, sin significado, se puede hacer todo lo que se quiere. Esta tiende a ser la ética de la comunidad de los adolescentes, en cuanto ellos se encuentran en una relación de rebelión frente al mundo adulto, e implica un tipo de idealización de la confusión, o bien que la confusión es una cosa buena. La única forma de mantener dicha ética es la indiferencia por las consecuencias que podrían traer a los otros sus propias acciones. Esto genera el concepto de éxito como fin último. Este tipo de cinismo y falta de piedad, puede ser mantenido solamente por medio de una continua negación de la realidad psíquica, en el sentido particular dado a tal negación por M. Klein, y puede ser superado a través 2

N. del T.: "Fanciullo" = jovencito entre diez-doce años.

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de la posición depresiva. Recuerdo que la esencia de la posición depresiva es que el objeto y el bienestar del objeto aparecen como más importantes que el propio bienestar. Es muy difícil para los jóvenes mantener la negación de la realidad psíquica, cuando éstos empiezan a preocuparse por otro. Es en este momento que se empieza a manifestar el afecto por otro individuo y por lo tanto emerge, de la negación, la posición depresiva en relación al objeto interno. Por lo tanto, cuando los adolescentes empiezan a sufrir, es casi siempre por estados depresivos de diferentes tipos que toman la forma, en sus fantasías inconscientes y en sus sueños, de ansiedades depresivas acerca del daño causado al objeto en la búsqueda del conocimiento. Para salir de su estado confusional deben reencontrar el deseo de entender, que tiene su fundamento infantil en el deseo de entrar en el cuerpo de la madre, donde el conocimiento está "contenido", y encontrar la verdad de las cosas. Esto despierta todas las ansiedades infantiles relacionadas con la avidez, la envidia y los celos. Despierta en particular la envidia por la madre que posee todos estos conocimientos, despierta esta avidez, ya experimentada en la infancia, por el alimento que es dado a través del pecho, y despierta celos muy primitivos hacia los niños contenidos dentro de la madre, que son sentidos como niños aristocráticos que comparten el conocimiento que la madre posee. Por lo tanto el adolescente que ha comenzado a experimentar la ansiedad depresiva en su intento de salir de la confusión, vuelve a caer siempre más profundamente en la ansiedad depresiva y, a medida que busca encontrar su camino para salir de la confusión, cae aún más en la confusión. Es en este punto que el adolescente deprimido debe redescubrir la generosidad del objeto; debe redescubrir que, si espera ser alimentado, si espera que el conocimiento le sea dado, si formula su problema y espera la respuesta, todo esto le llegará. Debe por lo tanto redescubrir que no puede usar su mente como una máquina, no puede guiarla, no puede forzarla a hacer lo que él quiere; debe redescubrir que su mente es esencialmente algo de lo que él es dependiente y no es algo que puede usar del mismo modo en que usa sus autos o sus chicas. De tal manera el adolescente que es capaz de soportar ser miserable y sufrir ansiedades depresivas y que es capaz de soportar el consiguiente sentimiento de falta de ayuda, redescubre el objeto dentro de su mundo interno, el objeto del cual puede depender para resolver sus dificultades. Dicho entonces en otras palabras, se puede decir que el adolescente redescubre de tal modo qué objeto de su mundo interno puede esclarecer y eliminar tal confusión y decirle la verdad sobre las cosas, si consigue soportar el sufrimiento que le llega por ser nuevamente dependiente de la propia mente como un niño. De la aceptación de su impotencia y de la repetición de aquella experiencia de impotencia que el niño experimenta en las relaciones con su madre, el adolescente descubre nuevamente el objeto en su mundo interno, objeto con el cual se puede identificar de modo distinto. Descubre la modalidad de la identificación introyectiva, que consiste en su mayor parte en admiración y en "inspiración". Y a través de este proceso de identificación experimentada como "inspiración", se torna gradualmente un verdadero adulto, cuyas cualidades son fundamentalmente las parentales. Esta forma de identificación con las cualidades parentales que son la fuerza, la generosidad, la bondad y sobre todo la belleza del objeto contrasta con la modalidad de la identificación proyectiva que es inmediatamente desilusoria y que está relacionada con el objeto pleno de poder y éxito. Por lo tanto, por una parte está la identificación introyectiva que es una inspiración no inmediata, pero que avanza poco a poco; por otro lado en posición antitética, la identificación proyectiva de tipo narcisista inmediata, que implica la identificación primaria con el poder y con el éxito del objeto (Estas identificaciones son antitéticas ya sea con respecto a la modalidad como al contenido). Quiero subrayar aquí la pena, la lentitud, la impotencia, que está implícita en este redescubrimiento del objeto. El adolescente está en continuo movimiento entre estas diferentes "comunidades" porque el proceso de crecimiento es tan doloroso, que puede soportarlo sólo por un breve lapso de tiempo; huye del mismo, ya sea refugiándose en la cínica comunidad de los adolescentes, ya sea volviendo atrás hasta volverse de nuevo un niño en la propia familia, ya sea luchando por tener éxito y status. Desde el punto de vista del adolescente, en cuanto al trabajo terapéutico, habría que intentar crear un lugar donde este proceso se pueda 8

desarrollar lo más sistemáticamente posible y al mismo tiempo permitir al adolescente suficiente movilidad como para que pueda huir, cuando para él resulta insoportable. No se puede por lo tanto pensar en llevar adelante, con adolescentes, un tratamiento psicoanalítico en forma sistemática y organizada, como se espera hacer con un adulto, o como se puede generalmente lograr hacer con un niño. Para concluir, esta descripción que hice del adolescente dejó más que en segundo plano la sexualidad; hice esto porque el problema de la sexualidad emergerá en la presentación que la Dra. Harris hará mañana y entonces tendrán la oportunidad de discutirlo, y también porque creo que cualquier discusión sobre la sexualidad en los adolescentes, tiende a volverse muy moralista si no se entiende la confusión y la tentativa que el adolescente hace para salir de ésta. Si se piensa que para el adolescente la sexualidad consiste ante todo en una búsqueda de satisfacción del placer sexual, nos colocamos en términos de aprobación o desaprobación. No se puede realmente entender la necesidad apremiante de la sexualidad, si no se entiende el stress de la confusión que el adolescente trata de resolver a través de la actividad sexual. Dicho de otro modo, si piensan que la sexualidad del adolescente está sobre todo ordenada por la búsqueda de satisfacción del deseo, o lo aprobamos, diciendo que es algo bueno, o lo desaprobamos diciendo que es algo malo, pero no entendemos la esencia, porque la necesidad apremiante surge de la confusión que el adolescente trata de resolver. Dra. Nassim: a propósito de lo que el Dr. Meltzer dice de la sexualidad, pone en evidencia la diferencia entre el enfoque kleiniano y el freudiano. Dr. Meltzer: agrega que Freud justamente tiende a considerar la sexualidad desde el punto de vista del Ello, más que del Yo. Dr. Moretti: pregunta si este ir hacia adelante y hacia atrás típico del período adolescente, se puede producir también en otras edades. Dr. Meltzer: dice que, poniendo el acento sobre la confusión ha tratado de explicar lo que significa para el adolescente vivir en diferentes comunidades al mismo tiempo y por qué el adolescente debe moverse "hacia adelante y hacia atrás" durante su desarrollo: a las diferentes comunidades corresponderían diversos estados de la mente. Subraya nuevamente el concepto de las cuatro comunidades y su relación con la confusión: 1) En la comunidad de los adolescentes, el adolescente idealiza la confusión. 2) La fe en la comunidad de los adultos, en la búsqueda del éxito, del status, implica la negación de la confusión. 3) El volver hacia la familia, restablece la idealización de los padres. 4) El aislamiento tiene como consecuencia el acentuarse de la megalomanía y de la omnipotencia. En este sentido el proceso de desarrollo del adolescente es distinto del que transcurre en la niñez o en la edad adulta. La Dra. Del Carlo Giannini pide una nueva aclaración del concepto de conocimiento. Dr. Meltzer: la teoría psicológica del conocimiento, que yo sigo, es la formulada primero por el Dr. Bion en particular en Aprendiendo de la Experiencia. Esta teoría se basa en el concepto de que existen dos tipos de conocimiento: 1) El conocimiento de las cosas que viene directamente de la autoridad. 2) El que surge de la experiencia y que es verdadero conocimiento. Para alcanzar este último, la persona debe desenvolverse en el mundo, en un tipo de relación emotiva que la lleva a un estado de confusión y de angustia por lo tanto debe dirigirse a su objeto interno y proyectar aquella parte de sí que está en estado de angustia y confusión. El objeto interno resuelve la confusión y le devuelve la parte proyectada, con la confusión resuelta. En otras palabras, el pensar vuelve dependiente una parte de la mente que es experimentada como objeto y no como sí mismo.

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Dra. Harris: subraya que la teoría de Bion puede estar ligada con la teoría de Mrs. Bick. Dr. Meltzer: agrega que ciertamente está ligada a esta teoría, que pone en evidencia el rol de la madre como primera contenedora de la parte infantil del sí mismo, cuando se encuentra en un estado de angustia. Se trata de la teoría de la función de la piel como primera contenedora de las angustias infantiles (primer proceso de identificación introyectiva). Dra. Harris: agrega que para que tal objeto interno se pueda establecer, debe haber para el niño un objeto externo, que debe poder ejercer adecuadamente estas funciones de contenedores. Dr. Meltzer: el contenedor que se vuelve objeto interno, es aquel objeto con el cual el Yo puede identificarse y ser capaz de contener la propia angustia. Con respecto a la teoría del conocimiento y el problema de resolver la confusión, el sí mismo no puede explicar por sí solo esta función, sino que debe recurrir al objeto interno. Por esto sostenemos que uno de los aportes más importantes de la labor analítica con el adolescente, es hacerle descubrir su vida fantasmática y la importancia de ésta, para poder proseguir su proceso de desarrollo. Por ejemplo, es muy importante para el adolescente, en la labor analítica, aprender a esperar los sueños, esperar hasta que algo sea juntado y resuelto, para poder entender el sueño que contiene la resolución del conflicto. Todo esto será ilustrado mañana por la Dra. Harris. Dra. Harris: el adolescente deberá llegar al punto de decir que necesita ayuda, porque no aguanta más, de darse cuenta que no puede hacer todo sólo, y también lograr concebir que ha experimentado en el pasado algo que existe y que puede volver a experimentar a través del sueño. Dr. Meltzer: en el tratamiento con adolescentes es muy importante el problema relacionado con el acting-out. Cuando el adolescente está en plena confusión puede tratar de resolverla esperando, esperando que emerjan los sueños y continuando con la labor analítica, o bien alejándose del análisis cuando la angustia es muy fuerte. En este último caso, se debe permitir al adolescente alejarse. Este es un problema "económico". Querría también subrayar que el moverse de un adolescente de una comunidad a otra, como ya describí, no es lo mismo que un acting. El acting es lo que decía la Dra. Harris, el no esperar, pero tratar de resolver los conflictos con la experiencia. En un tratamiento con adolescentes, cuando los sueños se acaban, cuando el paciente pierde sesiones, cuando el material está todavía muy lejano, ocurre a veces que hay que esperar. Y no se debe deducir que el paciente esté haciendo un acting. Pienso que se lo puede entender a través del material: si en presencia del material y a la espera de la interpretación, el paciente se aleja del análisis, significa que la situación analítica es tan insoportable que él se aleja, se va. Podrán ver esto mañana en el material de la Dra. Harris: para la paciente que vive en Londres y que está en análisis, la situación es tan insoportable que ella se va, yendo a visitar a su familia que vive en otra ciudad.

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CAPITULO II: PSICOPATOLOGIA DE LA ADOLESCENCIA Se puede ver a la adolescencia desde una óptica particular, como lugar en el cual hemos estado y que hemos atravesado en un momento de nuestra vida. Aún estamos buscando entender qué cosa pasó entonces. Hemos visto las cuatro "comunidades", en la cuales el adolescente se mueve: la comunidad de los adolescentes, (el niño en) la familia y los progenitores, el adolescente aislado; hemos visto cómo el adolescente siente el mundo adulto en el cual desea entrar, y su continuo moverse entre estas comunidades. Como he subrayado, el individuo habitualmente se mueve entre estas cuatro comunidades y luego encuentra la senda para salir. En el intento de usar esta aproximación, para mejorar nuestra capacidad de entender y observar al adolescente y para comprender su psicopatología, podría ser muy útil intentar describir el individuo "adolescente", que pertenece a una de estas comunidades. Buscaré entonces describir el adolescente representativo de alguna de estas cuatro comunidades, con sus características psicopatológicas, recordando el peligro que corre de permanecer fijado a una determinada posición y de no conseguir mas salir. Ante todo, centraré la atención sobre el "individuo" que busca permanecer en la familia, después intentaré describir el individuo que intenta entrar velozmente en el mundo adulto, hablaré después del individuo aislado y del adolescente en la comunidad de los adolescentes. De estos cuatro tipos, como ya he dicho, llegan a nosotros para el tratamiento: el individuo aislado por el cual todos se preocupan, y el individuo en la comunidad de los adolescentes que sufre y que solicita él mismo tratamiento. Los otros dos tipos: aquél que está en la familia y aquél que intenta entrar velozmente en el mundo adulto, no los veremos en la adolescencia -en este momento no solicitan nuestra ayuda- pero los veremos más tarde y cuando llegaran al tratamiento será para "construir" toda su etapa adolescente. Primeramente trataré de reconstruir el prototipo del adolescente que está en la familia. En familias muy unidas, donde el niño tiene un período de latencia estable, generalmente con los padres que intentan ayudarlo, la teoría del período de latencia es que todo aquello que el niño debe hacer es esperar: los padres deben introducirlo en el mundo de los adultos, presentarles este mundo y equiparlo para entrar en la vida adulta. Este período se encuentra estabilizado en el chico: los niños son buenos niños que siguen las ambiciones y las aspiraciones de los padres, terminan su escuela, generalmente emprenden carreras que tienen que ver con la familia, su mundo social es en el fondo el mundo social de los padres con el cual también los padres tienen algo que ver. Sus primeros flirts están habitualmente ligados al mundo de los padres, en tanto se trata de flirts con amigos de los padres; con experiencias sexuales mínimas se meten y arman una familia reproduciendo el modelo familiar que los padres les han presentado. El tipo de casa que establecen y ponen, es precisamente el tipo de casa de dos corazones y una cabaña; ellos planifican tener uno o dos niños y criarlos del mismo modo en el cual ellos mismos han sido criados. Nosotros los vemos frecuentemente en la Child Guidance Clinic, más tarde, porque se encuentran teniendo problemas y se sienten impotentes frente a sus propios hijos. Estos individuos representan un tipo de evolución psicológica: permanecen así durante toda su vida, en una prolongación del período de latencia, llevando adelante un modo de vivir "irreal", casi de fábula, peculiar del período de latencia. El segundo tipo de muchacho (el que intenta entrar velozmente en el mundo adulto) está caracterizado en cambio, por un ambiente familiar que crea, cercano al fin del período de latencia, insatisfacción en la familia en relación a la comunidad externa. Tal insatisfacción está frecuentemente ligada a una decepción por parte del padre del mismo sexo. Este tipo de niño desarrolla ambiciones muy precisas y tiene un esquema frecuentemente ligado con las ambiciones que el padre del mismo sexo no ha podido realizar. En el momento de la adolescencia parece que entra en un túnel y debe marchar hasta el fondo del mismo. Sin poder ser distraído por aquello que constituye el mundo adolescente de afuera, debe alcanzar a 11

cualquier costa aquello que esta al fin del túnel. Naturalmente el tipo de ambiciones a las cuales aspira puede ser extremadamente variado, de tal manera que no se pueden describir claramente sus objetivos y el fin puede ser diverso: puede ser la fama, el dinero, un marido, una esposa de cierto tipo, etc... Pero si bien no se puede definir el fin, se puede definir el método o bien la preocupación de llegar al otro extremo del túnel. Ahora hablaré del individuo aislado. Forma parte de una categoría que presenta la psicopatología más severa, más grave. Elemento esencial, en tal individuo, si tenemos en cuenta el punto de vista en el cual estamos colocados, es la caída de una "grave" idealización de los padres y la incapacidad de reconstruir esta idea1ización, moviéndose hacia algo de lo más concreto, que puede ser la vida política, la vida de la comunidad, etc... El se retira a una organización narcisística en la que se "construye" viviéndose como padre o como madre de sí mismo. Son estos los tipos de individuos que desarrollan una megalomanía "tranquila", por la cual sienten tener una misión a cumplir en el mundo. Es muy natural para estos muchachos que se sienten progenitores de sí mismos, que han abandonado a sus propios padres, pensar que su propia experiencia sea una experiencia única, personal diferente de todas las de los otros. Naturalmente la mayor parte de los muchachos salen del período de latencia y encuentran la posibilidad, durante la adolescencia, de constituir una comunidad de jóvenes de la misma edad. Este hecho, muy típico de nuestra cultura, parece comenzar con la formación de un grupo de un mismo sexo, de muchachos o muchachas. Estos grupos son muy diferentes de los grupos de amigos durante el período de latencia, en cuanto se mantienen juntos principalmente por intensos procesos de identificación. Se vuelve muy natural para los púberes, que han encontrado un grupo, una barra (gang), que hablen en términos de "nosotros", en lugar de "Yo". La preocupación principal durante la pubertad, parece ser la confrontación con el gang formado por personas del otro sexo y la rivalidad con otros gangs del mismo sexo. En un primer momento se trata de gangs en plena revuelta respecto al mundo adulto, que tienen el objetivo de llevar adelante la guerra de los sexos: son "grupos de guerrilleros", que realizan pequeños ataques a los otros grupos y obtienen trofeos, que son esencialmente trofeos de experiencias sexuales, que representan aquella parte del cuerpo del partenaire que habría estado ocupada durante la batalla sexual. Cuando esto sucede, durante la pubertad, existe en los jóvenes el deseo y la fantasía que este modo de ser pueda continuar para siempre: es la actividad más excitante, más plena de significado que se da al mundo. Pero un poco después comienzan a aparecer en el grupo los "traidores", aquellos que devienen amigos del otro sexo: las muchachas comienzan a experimentar rechazo por los muchachos a los cuales infringieron grandes frustraciones sexuales, los muchachos comienzan a sentirse culpables en la confrontación con las muchachas que han seducido y engañado, y vuelta a vuelta estos "traidores" comienzan a salir del grupo púber y a formar parejas por detrás. Estas parejas comienzan a formar un nuevo grupo que es el verdadero grupo de la comunidad adolescente rebelde. Me parece que, desde el punto de vista de la psicopatología, el grupo de mayor interés sea el grupo púber por cuanto en el momento en que el joven entra en el verdadero grupo adolescente, comienza a poder experimentar vivencias depresivas, es capaz de sufrir y entonces de tener un buen desarrollo. Aquello que sucede en la comunidad adolescente, es que hay un movimiento de avance y retroceso tras el viejo grupo homosexual y aquél heterosexual. Me parece que la psicopatología se ubica sobre todo en el grupo homosexual, que podemos también llamar grupo psicoparanoide, mientras el grupo heterosexual es esencialmente un grupo depresivo, y tiene buenas posibilidades de desarrollo. Comprenden ustedes que no estoy hablando de comportamiento homosexual y heterosexual, sino que hablo de motivaciones, porque desde el punto de vista descriptivo, es muy difícil decir si un comportamiento tiene significado hétero u homosexual. Como por ejemplo en las escuelas y colegios, donde se habla mucho de comportamientos homosexuales, este comportamiento en gran medida tiene un significado heterosexual. Por el contrario, en individuos que viven juntos pueden haber comportamientos heterosexuales que tienen un significado homosexual. 12

Quisiera hablarles ahora de las implicancias patológicas del grupo homosexual y de su organización. Este grupo púber es de un tipo muy primitivo y consiste de identificaciones que se entrecruzan: cada miembro del grupo se identifica a través de la proyección en otros miembros. Esto significa que los individuos no se identifican tanto con el grupo, cuanto uno con el otro, con los individuos que constituyen el grupo. Esta identificación es dada por los procesos de splitting: cada individuo en el grupo juega un rol particular y para lograr ser un verdadero ser humano, necesitaría colocar en conjunto todos los roles. Naturalmente estos roles cambian frecuentemente: un individuo puede ser agresivo hoy y pasivo mañana; otro puede ser ávido hoy y generoso mañana y los roles continúan rotando. Es entonces un grupo que tiene como función principal la de evitar el sufrimiento y que funciona de modo particular. No bien apenas el individuo experimenta un cierto sufrimiento "resbala fuera". El grupo funciona de manera de evitar todo el sufrimiento, poniéndolo fuera en el grupo del otro sexo. Como he dicho antes, este grupo tiende a desintegrarse cuando los individuos, uno por uno, terminan yendo al grupo adolescente heterosexual. La última persona que habitualmente abandona el grupo púber, es el individuo más homosexual y más perverso; cuando el grupo tiende a desintegrarse, siempre hay alguno que tiende a tenerlo todavía consigo. Este individuo es el que presenta el mayor riesgo de permanecer fijado a una psicopatología perversa, Intenta entretener a otros de ir al grupo heterosexual adolescente. También los individuos que son entretenidos corren un gran riesgo de caer en la perversión. En este grupo púber termina entonces por existir dos tipos de psicopatología homosexual: el activo y el pasivo. El momento crucial, en lo que respecta al desarrollo del individuo, es la vida en el grupo púber. En el momento en que este grupo se constituye pueden acaecer hechos graves sin que los padres puedan tener algún control. Es mi impresión que una vez que el pasaje del grupo púber al grupo adolescente ha acaecido, el riesgo de una grave patología o de una estructura de personalidad muy rígida está al menos en parte evitado. A esta altura, todos los riesgos que el muchacho ha corrido son, al menos en parte, disminuidos. Naturalmente esto no significa que un individuo que se inserta en el grupo adolescente no corra más riesgos; pueden haber riesgos aún graves, pero éstos provienen de ahora en más del mundo de los adultos, que no saben dar espacio vital suficiente al grupo adolescente. El grupo adolescente, en su conjunto, está muy seguro, muy sano: el individuo puede hacer su propia experiencia con el sufrimiento, no hay riesgo de fijaciones o de catástrofe; a menos que sean los adultos quienes impongan las restricciones que lleven a los miembros del grupo hacia el negativismo. He intentado dar una evaluación del adolescente, en base a lo que siento cuando me hablan de estos problemas, en ocasión de las consultas o en discusiones con los estudiantes de la universidad, etc... Seguramente no es fácil prever la evolución de un joven ni precisar las razones por las cuales se encuentra en una determinada situación; tengo sin embargo la impresión que las cosas se desarrollan así como lo he descripto. Creo que la adolescencia debe ser vista con una mirada panorámica teniendo en cuenta la focalización de pasaje desde la infancia al grupo púber homosexual, y al grupo adolescente heterosexual. Muy importante es evaluar el grado de tolerancia al sufrimiento de cada adolescente, el grado de sufrimiento depresivo que están en condiciones de tolerar en relación a la confusión. Nosotros, como terapeutas, estamos en la posición de deber considerar que un individuo que no sufre lo suficiente en grado de requerir una intervención, no tiene probablemente necesidad de nuestra ayuda. Naturalmente esta posición resulta buena: tenemos de esta manera pacientes que dan resultados maravillosos y con los cuales podemos establecer óptimo rapport. Creo que en la vida de un terapeuta, las sesiones más placenteras sean justamente aquéllas con los adolescentes que solicitan ser curados, y las más displacenteras con los adolescentes que son curados por otras personas, en la escuela, en la familia, etc... Naturalmente, como dije antes, todos nosotros tenemos un modo diferente de ver las cosas, que depende de cómo hemos sido criados, de los frenos que hemos tenido, de nuestra experiencia. Para que mi aproximación pueda ser útil, es necesario que se integre con vuestro tipo de aproximación. Probablemente no difieran 13

demasiado, sino en el hecho de que yo he puesto el acento sobre la confusión y sobre el "conocimiento". Me pondría contento si se pudiese iniciar ahora una discusión, porque pienso que en estos dos días de trabajar juntos han sido enfrentados muchos problemas que se podrían discutir ya sea conmigo como con la Dra. Harris. Dra. Mancia: intervención no registrada. Dr. Meltzer: he perdido desde hace bastante tiempo la ilusión de ser tan hábil como para poder hacer previsiones; lo que he tratado de hacer aquí, no es establecer las bases para alcanzar las previsiones, sino sólo buscar comprender nuestro modo de proceder y rehacer con el mundo del adolescente, o sea las razones por las cuales nos sentimos temerosos, sin esperanza, por el contrario en lo concerniente a un adolescente, los motivos por los cuales tomamos un paciente antes que no tomarlo. Si ustedes se encuentran en el estado de desesperación en el cual yo me encuentro, la única política para actuar es aquélla de tomar en terapia todos aquellos que entendemos. Dra. Del Cario Giannini: intervención no registrada. Dr. Meltzer: la función del grupo homosexual en la pubertad, es la de contener, de juntar, en el momento que la pubertad para el individuo inaugura una situación de gran desintegración y ansiedad paranoide, ligada al período pregenital. Se podría decir desde un punto de vista psicoanalítico que la pubertad es el momento de mayor locura en el desarrollo del individuo. Me parece que el pasaje al grupo homosexual es esencial para el desarrollo del individuo, donde evitar una vuelta atrás, el "aislamiento" o el "apegarse" a la familia o el arrojarse en ese túnel debiéndolo recorrer derecho hasta el final. Dra. Harris: si el "conocimiento" está ligado a un deseo de llegar a ser fuerte, importante, puede inducir a una inhibición en el aprendizaje. Intervención: esta inhibición abarca también inhibiciones de parte del terapeuta de hablar, de entrar en contacto con el paciente, ¿por qué el paciente echa esta inhibición también sobre el terapeuta? Dra. Harris: no creo, es necesario interpretar al paciente la inhibición, de "no trasladarse atrás" como inhibición del terapeuta. Dr. Meltzer: cuando el adolescente a través de la transferencia comienza a desarrollar una intensa curiosidad sobre la vida del terapeuta o particularmente sobre la vida sexual del analista, creo que el consultorio se vuelve de esta manera carga de estas implicancias eróticas, que puede tener un efecto extremadamente inhibitorio sobre el terapeuta. Dra. Harris: no creo sea el caso de mi paciente de ayer. Cuando hay una intensa curiosidad, un interés de saber aquello que sucede en la mente del analista, esta intensa curiosidad mezclada con envidia "él comprende estas cosas y yo no las entiendo", es percibido por el paciente como peligrosa para el terapeuta. Dr. Meltzer: el último sueño de la paciente de la Dra. Harris, es el típico sueño que podría alejar a la paciente del análisis, porque es fundamentalmente el sueño de entrar en la vida del analista y de destruir todas sus relaciones. Dra. Harris: esto podría ser ejemplificado muy bien con el sueño en el cual la niña quería ser como la mamá, mejor que la mamá, y quería que el padre lo advirtiese. 14

Dr. Meltzer: La Dra. Harris ha hablado de la sed de conocimiento que proviene de la ambición. Un tipo de ambición es el deseo de ser superior, otro tipo es el de probar que las otras personas son inferiores. Cuando la curiosidad por el analista comienza a operar, a buscar defectos, la hipocresía, los puntos débiles, ésta, me parece es la intrusión más destructiva en la mente del analista. La forma que tal intrusión puede tomar es una investigación cuidadosa y ruda sobre el método analítico y sobre la vida del analista. Intervención no registrada... Dr. Meltzer: parece que el grupo adolescente heterosexual tiene dos funciones: la primera función es la de crear un espacio en el mundo adulto, en el cual el adolescente puede ser libre, la segunda es que en este espacio tenga la posibilidad de llevar adelante la "experimentación" de las relaciones humanas. Podríamos imaginar que este espacio sea delimitado por un perímetro, una armadura, tanto más presente cuanto mayor es la agresividad directa en contra de ella por el mundo externo. Este grupo heterosexual es un poco como el arca de Noé: cuando el diluvio ha pasado los animales salen del arca en parejas. En este proceso el adolescente se ha identificado muy poco con el grupo como grupo. Se trata esencialmente de una identificación negativa: el grupo es un lugar donde los adolescentes no han tenido necesidad de encontrar un objeto de identificación, pero donde llevan adelante experiencias necesarias para llegar a una propia identidad. En esta imagen del arca de Noé, hay una identificación materna, es decir, un ligamen inconsciente muy fuerte con lo interno del cuerpo de la madre y con todos los niños contenidos y hay también un sufrimiento de ansiedad claustrofóbica. Es muy importante para el adolescente que este espacio exista concretamente en el mundo y que los adultos estén afuera. Por ejemplo, es muy importante que en un departamento los padres "estén afuera" de la habitación del muchacho. Dr. Guaraldi: ¿Existe el adolescente que pasa directamente al grupo heterosexual sin tener su momento en el grupo púber homosexual, es decir, se acopla sin tener su momento de homosexualidad? Dr. Meltzer: hay dos tipos diversos: aquellos que entran directamente, a través del túnel, en la vida adulta, que se "lanzan", es decir, directamente en una relación heterosexual, y que ya desde la pubertad buscan un partenaire para casarse; aquéllos que se oponen a la experiencia sexual hasta que lleguen al final de túnel, es decir, hasta que no logren el éxito y sólo ahora se sienten en grado de escoger el partenaire que prefieren. El riesgo de decepción en estos dos tipos de elecciones es naturalmente diverso: el adolescente que se lanza inmediatamente en la relación heterosexual con la idea que estará cada vez en la justa, que durará para siempre, va de una decepción tras otra y frecuentemente tiene relaciones sexuales con personas mucho más viejas que él, y termina en un tipo de "promiscuidad migratoria"; mientras el adolescente que va en el túnel sin tener ninguna actividad sexual, cuando llega al fin y ha logrado el estado social al cual aspiraba, se encuentra habiendo perdido en gran parte la verdadera y esencial capacidad de una respuesta sexual en los cotejos con los otros y no encuentra más nadie "que le caiga bien". Desde el punto de vista de la psicopatología se vislumbra en estos dos casos, las posibilidades de consecuencias bastante serias. Dr. Guaraldi: el Dr. Meltzer ha dicho que en el grupo púber hay una persona, última, que busca entretener a los otros que quieren irse y en el grupo heterosexual hay una persona aislada que no logra encontrar un partenaire sexual, pero que hace de "paño de lágrimas" a los otros: ¿cuál es el porvenir, el riesgo psicopatológico de éstos?

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Dr. Meltzer: Una de mis ideas preferidas en cuanto se toma en cuenta la ansiedad depresiva de estos adolescentes, es que ellos participan mucho, tanto del dolor, como del sufrimiento de los otros. Están entonces en un cierto sentido constreñidos a asumir un rol terapéutico en las confrontaciones de la ansiedad depresiva de los otros, así como lo hacen en las confrontaciones de las propias. En el hacer eso parece que asumieran el rol del bufón, del juglar, pero estos son personas que poseen una gran capacidad de amar y que prosiguen en su vida y en su desarrollo bastante bien. Una de mis ideas, en lo atinente a los adolescentes, en relación a la propia capacidad de amar, es que ellos la experimentan como una posición extremadamente vulnerable, vulnerable por aquello que concierne a la humillación y consideran que cuando uno está enamorado es un estúpido. El adolescente que tiene capacidad de tolerar sentirse estúpido por enamorarse, está en los comienzos de su vida adulta. Es interesante notar que las personas que están en este grupo, muy a menudo tienden más a promover flirteos entre los compañeros, que a meterse directamente en la "batalla". Dra. Harris: pregunta si aquel sufrimiento del adolescente -que significa olvidar el amor propio para ponerse a disposición de todo el sufrimiento que implica el amar a alguien o algosea el núcleo de la posición depresiva. Esto implica el abandono de la omnipotencia y de la omnisciencia y el no estar más en vía de controlar al objeto. Dr. Meltzer: La ética de este grupo de adolescentes es preocuparse de aquéllos que sufren, que no tuvieron éxito, que no arriesgan, porque la posición depresiva está en contacto con el elemento trágico de la vida. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: considerando la forma (figura) política de estos grupos de adolescentes, vemos que presentan dos características: la homosexual y la heterosexual. Los objetivos políticos de estos dos grupos son absolutamente opuestos: uno es conquistar, el otro es salvar el mundo. El primero corresponde a una posición esquizoparanoide, el segundo a una posición depresiva. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: mi experiencia es un poco diversa: este grupo que podríamos llamar "fascista" es un grupo de conquista y tiene grandes implicancias homosexuales y esquizoparanoides. Nada más natural, para estos que pertenecen a este grupo, es, logrado el éxito, de convertirse en burgueses y retornar al período de latencia. El grupo heterosexual militante, aquél que quiere salvar al mundo, cuando alcanza el éxito y llega a una posición burguesa, tiende a retornar a las características de tipo esquizoparanoide. Esto se puede ver también en el psicoanálisis, porque cuando el psicoanálisis ha comenzado a tener éxito, a ser respetado, se puede decir que los psicoanalistas habrían comenzado a formar un grupo esquizoparanoide. Dra. Harris: me viene a la mente que en los grupos universitarios cuando hay una gran ansiedad por los exámenes, al final de los exámenes aprobados con éxito hay un momento de éxtasis, como un mirarse alrededor, y por ende un estado depresivo. Dr. Meltzer: esta es también mi experiencia. El grupo de estudiantes heterosexuales que ya poseen un trato depresivo, superados los exámenes entran en una fase de "terrible" depresión. Dra. Harris: cuando el enemigo externo que era individualizado en los exámenes ya no existe más, ahora el enemigo deviene interno.

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Dr. Meltzer: descubro así aquello que la Dra. Harris decía antes: ellos no pueden proteger sus objetos y no podrían salvar el mundo. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: creo que en el grupo homosexual hay una oposición del grupo hacia cada uno de los miembros que se van. Estos grupos, cuando hay un individuo "potente", pueden funcionar de modo de impedir el desarrollo del individuo y el abandono del grupo. En este grupo la aparición de actividad homosexual es ciertamente peligrosa. La atmósfera de este grupo es de defensa, de superioridad, de altivez, tratos que caracterizan las tendencias homosexuales. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: me parece que el grupo homosexual que agresivamente quiere conquistar el mundo deviene muy fácilmente un grupo delincuente: el grupo se vuelve delincuente pero no el individuo. Me parece que hay una cierta confusión sobre el significado de persecución y de ansiedad persecutoria. Cuando nosotros usamos estos términos en psicoanálisis hablamos de "miedo". En cambio cuando lo usamos en la confrontación de los fenómenos sociales, entendemos "el sentirse tratados injustamente". Me parece que los adolescentes del grupo heterosexual se sienten perseguidos por la "maldad" de aquéllos que detentan el poder. No tienen ansiedad persecutoria en la confrontación de estos últimos, pero se sienten tratados injustamente. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: la anorexia mental de Debby aparece cuando buscaba salir del grupo homosexual, en el cual era una figura prominente y buscaba entrar inmediatamente al grupo de los adultos mediante experiencias sexuales que la habían desilusionado mucho. Dra. Harris: parece que la anorexia emerge en un momento de desilusión y de abandono, pensando también en la historia de Virginia, cuya anorexia era iniciada a la edad de dieciséis años, en el momento en el cual se sentía abandonada en el grupo homosexual por Debby, que tendía a irse al grupo heterosexual: no pudiendo manifestar su propia desilusión y rabia abiertamente, volviéndolas contra sí misma. Dr. Meltzer: una cuestión importante a propósito del grupo homosexual, respecta a aquellos individuos que no logran ir hacia adelante ni encontrar el propio camino hacia atrás cuando son dejados solos. Van al encuentro no de la ansiedad depresiva, sino a una verdadera enfermedad depresiva que se manifiesta cuando el mejor amigo o la mejor amiga comienza a encontrar un partenaire sexual. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: según mi experiencia cuando los adolescentes se reúnen en un grupo que va contra los adultos, esto acaece porque viven a los adultos como aquéllos que quieren destruir el mundo, mientras ellos quieren salvarlo.. Estoy hablando del adolescente desde el punto de vista de la estructura de su personalidad y de la estructura social. La edad no cuenta. Este grupo puede ser llamado un grupo de "supuesto básico" según la terminología de Bion. El presupuesto es que en tanto "juntos" se puede salvar al mundo. Cuando el adolescente intenta salir del grupo adolescente con este supuesto básico grandioso, debe hacer frente a una "desilusión depresiva" muy grave. Esta desilusión corresponde estructuralmente a la desilusión del niño que no sólo no puede salvar a la madre o al pecho, sino que ni aún puede salvarse a sí mismo de las fuerzas destructivas que están dentro de él. Depende de sus objetos para ser salvado. 17

Dra. Harris: la desilusión que debe afrontar el grupo adolescente que quiere salvar el mundo, lo lleva a superar todos los residuos de la omnipotencia a través de la reelaboración de esta desilusión: salvar al mundo encuentra las limitaciones en la posibilidad de los adolescentes y en la grandiosidad de la tarea que se han propuesto. El adolescente que se encuentra frente a esta enorme tarea de salvar el mundo, debe reconciliarse con la realidad, con lo poco que puede hacer y con el aporte mínimo que puede dar en esta dirección. Dr. Meltzer: en este sentido es como el niño pequeño que debe descubrir que no sólo no puede salvar el pecho, sino que está continuamente poniéndolo en peligro y deteriorándolo. La primer cosa que debe aprender es cómo debe hacer para no dañarse a sí mismo y a sus objetos. Dra. Nissim: en estos movimientos de pasaje del grupo homosexual al grupo heterosexual, el individuo más patológico es así porque el grupo lo convierte en eso, le da este rol de enfermo, ¿o es el individuo que es enfermo en sí? Dr. Meltzer: el criterio importante para valorar a un individuo en este momento de la vida, es su movilidad o no. El individuo al cual le falta la movilidad que le permite cambiar de puesto de comunidad en comunidad, y que lo fija a una posición de modo que no puede más desarrollarse, se enferma. La terapia debe ayudarlo a encontrar su movilidad. Intervención no registrada. Dr. Meltzer: he intentado describir el grupo heterosexual no tanto como grupo, cuanto como posición. Me parece -de acuerdo con Bion- que hay dos tipos diferentes de grupos: el grupo de trabajo y el grupo dominado por el "supuesto básico". Pienso qué los grupos dominados por el "supuesto básico" se conectan con la patología individual sólo en un nivel de enfermedad mental muy grave, que implica procesos de splitting y formas de identificaciones extremadamente narcisistas. Es mi opinión que este tipo de grupo no puede tener ningún elemento que facilite la evolución del individuo. Creo que el grupo homosexual puede ser visto como un grupo "dominado por el supuesto básico" que se forma enseguida al irrumpir estos procesos de splitting durante la pubertad. La única función utilitaria de este grupo para el desarrollo del individuo está representada por el tenerlo en compañía; el individuo puede así encontrar su camino hacia la posición adolescente. Este es un punto de vista muy personal. Cada uno debería hablar según la propia experiencia. Según la mía, los grupos de trabajo son muy raros, posiblemente porque yo no trabajo mucho en grupo; la Dra. Harris en cambio es más valiente. Dra. Harris: no estoy de acuerdo con el Dr. Meltzer, los grupos de trabajo ocupan un rol importante en el desarrollo del adolescente. Por ejemplo, se pueden tomar adolescentes en un grupo para hacer teatro: tienen un trabajo en común, el cual es útil porque los mantiene juntos y porque constituyen un parámetro al cual referirse. De este modo tienen la posibilidad de conocerse entre ellos y de comenzar a entender en qué medida sus propios desacuerdos personales pueden hacer saltar por el aire el trabajo. Si se quiere lograr llevar a cabo el espectáculo, deben hacerlo de tal modo que resolver sus desacuerdos personales. Si tienen éxito en su intento tendrán la sensación de haber alcanzado algo. Deben aprender a superar ya sea su propia dificultad interna ya sea aquélla en la relación con los otros para llevar a cabo el trabajo que se habían propuesto. Este es un ejemplo muy simple del trabajo del grupo. Dr. Meltzer: ésta es, en mi criterio, una descripción perfecta de aquello que se entiende por puesto (empleo). Yo pienso que ellos no llevan a término su tarea, porque no consiguen

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realizar esa representación que quieren, en cuanto la misma es para ellos "como" salvar al mundo. Dra. Harris: no habrán salvado al mundo, pero algo han hecho; esto es muy importante.

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