Más Allá Del Principio de La Autodestrucción

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Más allá del principio de la autodestrucción Resumen A manera de introducción podemos decir que la obra “más allá del principio de la autodestrucción” podría ser tomado como una crítica o como una recopilación de lo que mencionan ciertos autores o algunos personajes célebres en cuanto a la gran limitación del hombre, limitación autoimpuesta para satisfacer sus necesidades o sus anhelos, los cuales hacen que el ser humano pierda su esencia como tal y tenga a bien ser parte de la sociedad como un ente careciente de ideales o insatisfecho consigo mismo por el hecho de no cumplir lo que se tiene estipulado a nivel sociocultural, la obra hace mucha referencia a diferentes especialistas citando especialmente frases o material que son de gran recopilación para la formulación de la obra. Freud, consideraba que la tendencia a destructividad es una pulsión básica en el ser humano, un impulso tan poderoso que incluso está más allá del principio del placer, la hipótesis freudiana solo es aceptable su tomamos en cuenta el marco de la psicología transpersonal. Las hipótesis freudianas como con otras teorías de la personalidad, concuerda con las enseñanzas más profundad de sabios y místicos de toda la historia de la humanidad, deben existir obstáculos que le impidan al individuo realizar su potencial humano y satisfacer sus más profundas necesidades. Existen dos grandes clases de obstáculos para la autorrealización unos son los que, sin que el individuo puedan controlarlos, le imponen condiciones a su vida; a estos los llamaremos factores condicionantes. Otros obstáculos dependen de, el mismo, de la forma como se enfrenta a su existencia; a estos llamaremos factores decisivos. Los factores condicionantes algunos de estos, que denominamos factores básicos, son de naturaleza física o biológica, los factores inhibidores o facilitadores, están relacionados con las condiciones socioculturales del momento histórico en que vive el individuo, los predisponentes pueden hallarse en la historia particular de las personas, en las frustraciones patógenas crónicas o agudas, si solo existieran los factores condicionantes, la vida humana sería una verdadera tragedia sin sentido, por fortuna el hombre, con todas sus limitaciones, es un ser consiente, volitivo y racional; puede percatarse de su propia existencia en el mundo, darse cuenta del curso que lleva su vida y tomar conciencia de sus mismas limitaciones y capacidades. Aun teniendo la capacidad de ser consciente de sí mismo y de elegir el rumbo de su vida, con demasiada frecuencia no la aprovecha, y por tanto, se priva del privilegio de ser todo aquello que podría. Dado que los factores decisivos son los únicos que cada persona puede manejar y alterar para su propio desarrollo humano. A pesar de que los factores decisivos que obstruyen el desarrollo integral del hombre forman una unidad que en la vida real no es divisible para su estudio, pueden clasificarse en cuatro categorías diferentes: dinámicos, existenciales, espirituales y volitivos. Para lograr un desarrollo psicológico saludable, el ser

humano debe satisfacer en forma adecuada una serie de necesidades básicas desde que nace. Las frustraciones mínimas no solo con inevitables, sino deseables y eugenésicas; no obstante, es común que los traumas sean mayores, patogénicos, en cuyo caso sus consecuencias por lo general son muy dolorosas. Si se exige ser omnipotente, perfecto y admirado, no se permitirá descubrir la depresión e inseguridad que yacen en su interior; si demanda de sí mismo la autosuficiencia e invulnerabilidad, evitara entrar en contacto con sus necesidades de amor y cercanía y con sus sentimientos de rabia por no haberla satisfecho. Los factores dinámicos que impiden la autorrealización son aquellos que más a fondo han sido estudiados por la mayor parte de la escuelas de la personalidad, comenzando por la psicoanalítica, pasando por la humanista y concluyendo con la conductista y cognoscitivista. Podemos decir que existen cinco tipos de factores dinámicos que pueden obstruir al individuo en su proceso para llegar a ser el mismo. El primero obstáculo dinámico es el miedo condicionado a reconocer y aceptar como parte de sí mismo aquellos impulsos, emociones y sentimiento que han aprendido a ver como repudiables, malos, peligrosos y por supuesto, el miedo a expresarlos conductualmente. La agresividad acumulada se puede manifestar como un estado depresivo muy notable y/o mediante alteraciones somáticas como ulcera, dolores de cabeza, colitis, padecimientos cardiacos etc. No obstante sin darse cuenta de ello mediante su conducta con frecuencia agrede a quienes loa rodean, por ejemplo, haciéndolos sentirse culpables de su depresión, manipulándolos de manera velada y con apariencia de bondad. El segundo factor dinámico que impide el desarrollo sano de la personalidad es el sentimiento de culpa y minusválida por no ser lo que debería de acuerdo a la autoimagen idealizada de la persona. En tanto se aferre obstinadamente a sus deberías y se exija ser lo que no es, la parte de sí mismo que ha repudiado aparecerá cada vez con mayor energía, haciéndolo sentirse más vil, culpable y despreciable; y estos sentimientos de minusvalía, que a menudo ni siquiera se atreve a reconocer en forma consciente, lo conducirán a castigarse privándose de la oportunidad de vivir una vida más satisfactoria. El resultado es que entre más se culpa y se castiga por no ser lo que debería, menos puede desarrollar sus verdaderas capacidades. El tercer factor dinamico que obstaculiza el desarrollo de la personalidad de un individuo esta constituido por todas aquellas preconcepciones rígidas sobre sí mismo, los demás y su propia vida, que ha adquirido en el pasado, con mucha frecuencia el ser humano basándose en sus experiencias tempranas, se forma una serie de constructos personales y decide que debe esperar de la vida, de los demás y de sí mismo. El cuarto factor dinamico que impide el desarrollo sano de personalidad es la falta de reconocimiento y aceptación del pasado tal como fue, y de lo que no puede cambiarse en el presente, no puede modificarse. En ocasiones las frustraciones son tan dolosas, que la persona, usualmente sin darse cuenta de ello, no las acepta ni renuncia a lo que tanto necesitó y nunca obtuvo. Así comienza a vivir esperando que sus necesidades insatisfechas algún día sean saciadas.

Con mucha frecuencia las necesidades frustradas son muy específicas, como la del cariño y aceptación de una madre o un padre comprensivo, tierno y amoroso. Desafortunadamente, entre más se aferra el hombre a sus fantasías ideales inconscientes, mas heridas y decepcionantes acumula, con mayor obstinación intenta modificar lo que no puede cambiarse y menos aprecia los valores positivos de lo que tiene y lo que tuvo. El quinto obstáculo dinamico que impide obtiene con el desarrollo saludable de la personalidad se encuentra en los reforzamientos y ganancias secundarias que la persona obtiene mediante sus conductas y actitudes no sanas. En primer lugar encontramos los reforzadores positivos sociales que el sujeto obtiene como consecuencia de su patrón de conducta, como las alabanzas y halagos que recibe por su perseverancia compulsiva en una tarea, o los millones de pesos que gana a base de explotar a los demás de manera antisocial. En segundo lugar está la seudogratificacion de sus necesidades neuróticas, como la fantasía irreal y pasajera de ser amado y estimado por personas que en realidad solo desean aprovecharse de la dependencia de un individuo. En tercer lugar están los reforzadores negativos, cuando una situación temida por la persona no se presenta, y su ausencia es interpretada por ella como el resultado de sus conductas. Finalmente esta la satisfacción morbosa de la persona al comprobar sus expectativitas generalizadas, cuando sus mismas conductas y actitudes han provocado las reacciones que tanto temía en los demás. La búsqueda de certidumbre y de confirmación de los prejuicios con frecuencia se manifiesta mediante una atención selectiva. Existen otro tipo de impedimentos para la autorrealización; estos son de naturaleza universal, pues sin importar la historia particular o las condiciones de vida del individuo, son aplicables a todos los seres humanos por el simple hecho de existir y ser conscientes de sí mismos. Este tipo de factores no deben ser forzosamente impedimentos para el desarrollo, al contrario, pueden ser de gran ayuda para el individuo. El miedo a confrontar la existencia, el propio ser-en-el-mundo, generado por la resistencia a reconocer y aceptar las angustiosas propiedades existenciales, constituye el meollo de los obstáculos de naturaleza existencial que impiden el desarrollo de la personalidad. El primer obstáculo existencial al desarrollo de la personalidad es el miedo a reconocer la propia libertad para elegir por parte de la persona, la libertad, esa capacidad inalienable para elegir el propio camino, esa propiedad a la que nadie puede renunciar, impone una pesada carga sobre el ser humano. El segundo obstáculo existencial para la autorrealización es el regar la responsabilidad por la propia vida, la responsabilidad existencial amenaza a todo ser humano con el inevitable sentimiento de culpa, que principalmente emana de todo lo que podría haber sido y no fue. El tercer impedimento existencial es el terror a aceptarse como un individuo, un ser separado y diferente de los demás; un ser por tanto aislado en el cosmos. El sentimiento de soledad proviene del despertar existencial es sin duda uno de los más difíciles de aceptar. El cuarto obstáculo existencial para el desarrollo sabio de la personalidad es la resistencia del individuo a reconocerse y aceptarse a sí mismo como un ser débil, frágil, limitado, expuesto

a sucesos impredecibles, incontrolables e incomprensibles que pueden trastornar y aun destruir su vida sin el menor aviso u en cualquier momento un ser desamparado, vulnerable, finito y en ultimo termino irremediablemente desahuciado. El sentimiento de impotencia, de incertidumbre y desamparo que esta propiedad existencial trae consigo es tan devastador, que muy comúnmente la persona intenta escapar de él negando su finitud o rebelándose con furia contra el, o intentando en vano entregar su vida a un ser poderoso que le prometa en pago, la fuerza y el poder que carece, o bien cae presa de la desesperación y la tristeza. De cualquier forma que el individuo intente negar su finitud, el resultado es el mismo: la destrucción de la propia existencia, del propio ser-en-el-mundo. La única forma de trascender la propia finitud es aceptarla; cuando un individuo en realidad le da la bienvenida a esta, comienza a vivir con verdadera intensidad su vida en el único lugar y momento en que la vida puede vivirse. La característica definitoria de la naturaleza humana, sin la cual esta no es plenamente naturaleza humana. Es parte del ser real, de la propia identidad, del propio núcleo interior de nuestra condición especifica, de la plena condición humana. Cuando un individuo ha trascendido sus necesidades de deficiencia, inmaduras o neuróticas; cuando se encuentra en el proceso o autorrealización, brotan sin trabas de su esencia sus necesidades más profundas y se percata con toda claridad de que lo que realidad requiere y valora por sobe todas las cosas. Por alguna razón el hombre contemporáneo parece estar más urgido de saciar sus necesidades espirituales que nunca; esto no solo puede observarse en el surgimiento de movimientos religiosos dentro del cristianismo, como el de renovación cristiana en el espíritu santo, el del catecumenado y el de los pentecostales, pero no solo eso, la urgencia de satisfacer las necesidades espirituales es tan notable que ha dado origen a lo que ha sido llamada “la industria de la iluminación”. La pérdida de valores básicos en la sociedad actual con frecuencia deja vacío al hombre. El primer obstáculo espiritual lo constituye la desorientación. En nuestros días abundan las personas, que en búsqueda de espiritualidad y trascenciencia, van e una a otra escuela de meditación. El segundo obstáculo espiritual para la autorrealización es el fanatismo. Cuando una persona sin entender la grandeza y profundizar la religión se aferra en una forma neurótica, hasta el punto de estar obsesionada por la misma, puede considerarse una adicta o fanática religiosa, en los fanáticos la religiosidad no ha brotado espontáneamente, se la han impuesto a sí mismos por sus propias necesidades neutrónicas. El tercer impedimento de naturaleza espiritual es la desesperanza. Si la necesidad de verdad se encuentra con deshonestidad, se genera la incredulidad y desconfianza, el cuarto obstáculo espiritual es el escepticismo. En nuestros tiempos abundan los hombres que, basándose en prejuicios y decepciones personales, niegan la realidad de la vida espiritual. A estos individuos los podemos considerar tan fanáticos de su incredulidad, por desgracia entre ellos hay muchos que se autonombran “científicos”, olvidándose de que la actitud verdaderamente científica es aquella que

se cuestiona. Desafortunadamente entre más reprimen o niegan su espiritualidad, mas vacíos se sienten los escépticos. Para realizar un cambio en la vida es indispensable tomar una redecision firme y total, el ejercicio de la voluntad no es tan simple como se creía en los tiempos victorianos, no obstante, es un elemento indispensable para la realización de cualquier cambio en el curso de la existencia, lo que le impide al ser humano ser verdaderamente humano, autorrealizarse, ser lo que es, es no aceptar que lo que es, es: negar la realidad. Al negar aquello que siente malo e indeseable, el hombre automáticamente le arranca a la vida sus aspectos positivos y se priva del gozo de la existencia. El obstáculo fundamental para el desarrollo del individuo es la negación de lo que es; la no aceptación de la verdad, pero lo que determina esta negación es, en el fondo, su propia voluntad, el mismo. La responsabilidad de la vida de cada persona recae en si misma; el verdadero problema del ser humano es que no reconoce ni acepta su responsabilidad por no reconocer ni aceptar aquello que es; la causa de sus sufrimientos es negar su culpa existencial, la infelicidad de la persona radica en que no reconoce el hecho de que no acepta lo que es y que esto es su propia responsabilidad. La meta de la voluntad transpersonal, la de desarrollar al máximo las propias potencialidades, influye a todo lo que existe el hombre no es la excepción, para poder oponerse a su voluntad primaria, el ser humano necesita emplear una contravoluntad de la misma magnitud que la primera. Lo que frena y obstaculiza el desarrollo pleno del ser humano es la tendencia de autoconservacion del ego, la misión del ser humano, como la de todo lo que existe es ser perfectamente lo que es. Para poder desarrollarse es necesario que se niegue a sí misma, que renuncie a su inmaculado ego; que sacrifique su autoimagen idealizada y falsa, y que se permita seguir su propio camino. El obstáculo volitivo fundamental para la voluntad de autorrealización del individuo es el no querer reconocer que se rehúsa a darse cuenta que no acepta los aspectos dolorosos de la verdad. En la primera etapa del acto de voluntad, aparece en la conciencia una meta anhelada, significativa, valiosa para la persona, las persona no se atreven a reconocer lo que en verdad desean, ya sea por miedo a comprometerse, por temor a ser decepcionadas so lo que anhela no pudiera obtenerse, por miedos condicionados a expresar o a reconocer sus sentimientos, una vez que se han reconocido una meta valiosa, la segunda etapa es sopesarla contra otras opciones significativas; es decir, evaluar honestamente que es lo que en realidad se desea, el tercer paso del acto de voluntad es tomar una decisión, elegir. Decidir es renunciar a todo lo demás aquí y ahora, la cuarta etapa la constituye la afirmación. En este contexto afirmar es invertir toda la energía en la opción elegida. Con mucha frecuencia las personas se rehúsan a afirmar sus decisiones por no aceptar la posibilidad del fracaso, el quinto paso consiste en planear y organizar, de manera racional, la forma de conseguir la meta deseada. La última etapa del acto de voluntad es la de ejecutar lo que se ha planeado, es la culminación de todo el proceso. Lo que impide al ser humano se lo que pude ser, es el no aceptar que lo

que es, es; mentirse a sí mismo y engañarse mediante una cadena interminable de negaciones.

En conclusión puedo decir que la obra trata sobe como el ser humano ha ido auto imponiendo limitaciones a todo lo que se plantea, tomando mucho en cuenta el estigma social, dando a entender que todos seguimos el ciclo que la sociedad marca, solo por el hecho de pertenecer a ella. En este caso, considero al libro como un buen material de “superación personal” solo que en mejoría, por lo mismo que manifiesta la esencia de lo que transmite, si bien es un libro un poco complicado o tedioso de leer por el hecho de tener demasiadas citas y demasiados ejemplos, está bien fundamentado en base a una ciencia la cual los distintos autores arrogan lo esencial para comprender que absolutamente todos estamos frustrados o insatisfechos con nosotros mismos aunque sea por lo mas mínimo, esto está demostrado en las clases a nivel social que nos rigen. En los capítulos se abordan pasos o escalas de lo que nos impide autorealizarnos, esto es algo que a simple vista está pero no llegamos a verlo o a percibirlo desde a nivel personal hasta nivel social, cosas que van desde terne algo a nivel personal hasta la ropa que usamos solamente porque no está acorde a como la sociedad en la que nos movemos la aprueba. La obra nos da la pauta a romper con los esquemas del ente social, a no seguir los convencionalismos y “darnos gusto” siendo como somos, la vida es de nosotros mismos y somos nosotros lo que decidimos que está bien y que está mal, debemos tener sentido de auto pertenencia y no dejar que nuestros ideales cambien solamente porque a los demás no les parezca el modo en que nos regimos, considero que va un poco ligado a los principios personales y al modo en que percibimos la vida, un poco enrollado a la familia. También considero que si tenemos o queremos hacer algo, no debemos de desistir en ello, es fácil decirlo pero hacerlo es difícil si no tenemos la voluntad de hacerlo, solamente nosotros decidimos lo que queremos y lo que no, así como nosotros decidimos que es lo que queremos ser y que es lo que queremos aparentar ser, siempre y cuando tengamos el sentimiento de comodidad y se satisfacción con nosotros mismos, considero que es mejor darte el gusto a ti mismo y que los demás no les parezca a hacer algo que tu no quieres.