Marina

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El poema que voy a comentar, titulado “Marina”, se publicó por primera vez en la revista Caras y Caretas en 1903 y luego se integró a la obra Cantos de vida y esperanza (1905) de Rubén Darío, poeta nicaragüense nacido en Metapa en 1867 y muerto en León en 1916. Su excelencia en el uso de la gran musicalidad y ritmo, color y métrica en sus poemas, lo ubica como el máximo referente del modernismo hispanoamericano. Generalmente se suelen destacar tres etapas en su evolución poética, cada una marcada por obras puntuales. En 1888, Azul marca su inicio en el modernismo; en 1896, Prosas profanas significa la consolidación de una nueva estética en su estilo; y Cantos de vida y esperanza en 1905, cuando Darío comenzó a incluir poemas más profundos sentimentalmente, frecuentemente representando el dolor y la melancolía. De esta manera, podemos colocar a “Marina” en su última etapa y por lo tanto, se pueden esperar aspectos propios del modernismo americanista. El Modernismo en sí, puede dividirse en dos etapas, la preciosista (1882 – 1896), en cuyo transcurso se ven características como la preferencia por sitios exóticos, el refinamiento y exquisitez de gusto, tanto en los temas como en la expresión. Por otro lado, la americanista, es la etapa durante la cual se busca revalorizar las raíces hispanoamericanas y se comienza a darle importancia a los temas sociales y políticos. “Marina” pertenece a la etapa americanista del Modernismo y efectivamente representa las características de este movimiento. Algo para remarcar del modernismo es que esta se basó en dos corrientes literarias de Francia: el parnasianismo, en el cual se propugna el “arte por el arte” y los versos son de rima perfecta; y el simbolismo, que trata de exhibir un objeto mediante otro. El título del poema, “Marina”, adelanta que el mar será protagonista de sus versos. Externamente, el poema está compuesto por tres estrofas, la primera de ocho versos, la segunda de diez y la tercera y última, de diecisiete. La irregularidad de las estrofas se debe a lo que cada una de ellas aborda, el poeta busca recrear el movimiento del mar a partir de la longitud de versos y estrofas, típica innovación modernista de la métrica y la rima. El mar adquiere diferentes matices en su proceso de transformarse en poderoso y fuerte. Las dos primeras estrofas comienzan con versos pareados y rima consonante siguiendo el patrón AABCBCDD. Internamente, se distinguen dos momentos temáticos. El primero abarcando la primera y segunda estrofa, hace una descripción del mar con referencias que lo ligan al yo lírico. El segundo, se refiere a la historia y los peligros hallados en el mar.

En los primeros dos versos del a primera estrofa se distingue una aliteración de la palabra “mar”, consecuencia de un paralelismo sintáctico seguida por una anáfora producida por la particularidad de las palabras “armonioso” y “maravilloso”, mostrando al mar de modo tranquilo y pacífico. Los dos puntos en el segundo verso sirven para indicar que el resto de la estrofa se referirá al mar. Para describirlo, el poeta recurre a dos ejemplos de sinestesia: “tus colores y música sonora” y “tu salada fragancia” que tienen como objetivo pintar el mar no solo con color, sino también con sabor y aroma. A continuación se hace presente el yo lírico mediante el verso “me dan la sensación de mi infancia”, así se interpreta que el yo lirico toma el personaje del poeta y alude a los mares nicaragüenses y por lo tanto, a lo que el mar le ha dado siendo niño. También, mediante el uso de adjetivos como “suaves”, “reposada” y “ensueño” se crea una fantasía de tranquilidad y calma, significando que el mar, como el niño, es puro pacifico e inocente. La segunda estrofa comienza, al igual que la primera, con la aliteración de mar en los dos primeros versos, “Mar armonioso, mar maravilloso “, y por lo tanto, con la repetición de estos dos versos. En el tercer verso, la metáfora “arcadas de diamante” hace referencia a las olas, brillantes por el reflejo de la luz del sol. Otra metáfora refuerza este sentido de cromatismo del mar, “blanco y azul tumulto” hacia el final de la estrofa, se distinguen encabalgamientos entre los versos tres y cuatro y siete y ocho, recurso propio del movimiento modernista que agiliza la lectura de los versos, efecto que se puede interpretar como una anticipación a la aceleración del movimiento del mar. En el noveno verso de esta estrofa se identifica nuevamente la aliteración de la palabra mar, esta vez describiéndolo como “paternal y santo”. El uso de esta aliteración tanto en el inicio de las primeras dos estrofas como en el final de la segundo, significa el final del primer momento temático. Inicia, a continuación, la tercera estrofa, y con ella, el segundo momento temático. Se identifica el uso de un paralelismo sintáctico entre los primeros dos versos, “velas de los Colones” y “y velas de los Vascos”. También en estos versos se distingue un ejemplo de sinécdoque, siendo que al nombrar las velas, en realidad se refiere a barcos y, por lo tanto, a la colonización de Nicaragua por contexto histórico del poeta. De esta manera se refiere a la relación entre el mar y la historia de su país mismo. Inmediatamente después, el mar se transforma, y ahora es descripto por metáforas como “odios de ciclones” aludiendo a un mar enfurecido e intenso. Se encuentra también una hipérbole sobre el carácter del mar al referirse a él como “magnifico”. La aparición de imágenes visuales y auditivas alarga las estrofas y continúan describiendo la ferocidad del mar. La aliteración del grupo consonántico “TR” crea un sonido fuerte y agresivo, de manera que se emplea para reforzar la idea de un mar caótico, esta vez mediante el sonido y la musicalidad. En el verso final se hace una alusión a la mitología romana mediante el nombramiento de “Venus”, diosa de la belleza, el amor y la fertilidad; y el “Sol”, que juntos “hacen nacer

mil rosas”, significando que a partir de la violencia del mar, representando a los colonos, surgieron rosas, representando a un país libre y bello. El tema del poema, es así, una alabanza al mar; a la capacidad que posee de ser pacífico y de ser destructivo. El vocabulario es simple, si bien se hace uso de términos referentes a hechos históricos y mitológicos, por ejemplo “Venus y el Sol hacen nacer mil rosas” y “celeste, con Europa sobre el lomo”. Las palabras así reproducen, en conjunto, la experiencia vivida por el poeta.