Marco Referencial Terapia Floral

¿Qué es la terapia floral? Para definir que es la terapia floral, lo óptimo es recurrir a la fuente más fidedigna, en es

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¿Qué es la terapia floral? Para definir que es la terapia floral, lo óptimo es recurrir a la fuente más fidedigna, en este caso son los escritos florales de Bach. El Sistema Floral de Bach creado en los años treinta, luego de haber pasado mucho tiempo inmerso en la práctica en medicina convencional y en homeopatía. Este sistema creado por él se compone de treinta y ocho remedios, que se corresponden con treinta y ocho estados disarmonicos, los cuales dan vida a un acabado sistema de salud natural , que apunta primordialmente a

generar un equilibrio emocional y a partir de esto

incidir en la armonización de nuestro cuerpo físico y espíritu. Las Flores de Bach son un cuidadoso medio para regenerar la paz mental. Solamente cuando se logra alcanzar esta paz interior, se puede otorgar a ser interior una oportunidad para combatir lo que origina la enfermedad utilizando los propios medios de sanación del cuerpo. Bach se debió tomar mucho tiempo para poder encontrar un remedio idóneo para tratar cada caso diferente, a partir de esta búsqueda encontró finalmente todos los remedios en en las poderosas cualidades otorgadas a la naturaleza. A diferencia de otras medicinas de origen natural los remedios de Bach se diferencian y caracterizan por no utilizar la materia física de las plantas, sino solamente la energía esencial guardada en una flor. Lo que se toma es la energía sanadora, la cual se extrae a partir de un particular proceso y se debe almacenar en un fluido que la preserva. A partir de esto se obtiene una delicada sustancia, la que finalmente se utiliza para tratar la causa de la enfermedad a un nivel sutil o vibracional, estimulando el campo energético humano.

Entonces mientras la generalidad de las medicinas basan su tratamiento para curar los males del cuerpo utilizando elementos físicos, en cambio los remedios de Bach trata aquello que no es visible, ni tangible o la causa psicológica, desde la cual se desprende la enfermedad. Existen otras maneras de curar en lo que comúnmente se conoce como medicina

alternativa,

en

cierta

manera,

en

acuerdo

con

los

descubrimientos del Dr. Bach, y en este punto cabe destacar que ningún método en particular goza de un tipo de jerarquía, no se pueden categorizar en mejores o peores, de mayor o menor efectividad, cada uno puede ser apropiado en su manera particular de actuar. No obstante los acabados descubrimientos del Dr. Bach representan una perspectiva revolucionaria en la medicina, poniendo el acento en el tratamiento hacia la persona y no en la enfermedad. Se pudiese tratar de cualquier tipo de malestar o enfermedad (bronquitis, gastritis, etc.) que se manifiesta en el cuerpo físico, la causa principal de este estado podría ser eliminada, si se tiene la capacidad de determinar y de contrarrestar el desequilibrio que afecta y se aloja en la psiquis del paciente.

“Hay dos elementos en cada uno de nosotros, dice Bach, el Alma que es nuestra esencia, nuestro núcleo, que es inmortal por ser parte de esa energía universal, y nuestra PERSONALIDAD que es temporal y material. Ambas tienen que estar en armonía. Esta es una concepción holística del ser humano, quien es, en este planeta, sólo una parte del más amplio concepto de creación” (Stern, 1992, pág.15) A la hora de pensar en la terapia floral de Edward Bach debemos tener en cuenta la diversidad e individualidad de las personas, valorándonos como seres únicos e irrepetibles. Bajo este punto se ha de considerar

que la acción de los remedios deben ser preparados para cada caso en particular. Actualmente, las investigaciones científicas prueban que el estado mental y emocional de una persona ejerce influencias positivas o negativas sobre diferentes enfermedades, desde una simple gripe hasta patologías muy severas. Según Bach el organismo humano manifiesta distintas vibraciones en estado de stress que en estado de equilibrio. En una persona enferma el nivel de vibraciones energéticas se incrementará o decrecerá significativamente. El estado psíquico y emocional debe ser muy tomado en cuenta en el tratamiento – integral- de los enfermos (no de las enfermedades) (Stern, 1992, pág.17) Edward Bach acabo por entender que el real origen de los malestares a nivel físico en las personas, no se basa en la gran cantidad de enfermedades que pueden causar malestar, sino la predisposición psicológica que la desencadena. Existen disciplinas que pueden ratificar lo expuesto por Bach, a modo de ejemplo se puede citar a la

Psiconeuroinmunología, la cual es una

ciencia que estudia las influencias de las emociones sobre el organismo, puntualmente en el sistema inmunológico. Esta ciencia y algunas otras existentes en la actualidad, pueden apoyar la visión del Dr. Bach en cuanto a la influencia de los elementos emocionales en el orden de las patología y los síntomas. “En este sentido la enfermedad, que es expresión de nuestro mundo emocional, es lenguaje que advierte a nuestra conciencia aquello que de nosotros es necesario corregir. Finalmente, la enfermedad es también la posibilidad de aprender una lección que debemos asimilar, para avanzar en nuestro proceso de maduración e individuación”

(Grecco, 1993, pág.18) Este tipo de terapia está sentada bajo la conclusión de que las enfermedades obedecen a una oscilación interior a nivel energético y emocional siendo este último la llave para poder sanar. Al pensar de Bach “Su realidad inmediatamente le decía que necesitaba volver sobre la comprensión del origen del dolor humano para entender el sentido de la enfermedad y las causas reales que la provocan” (Rosaspini, 1993, pág. 13)

Para poder comprender el sentido de la obra del Dr. Edward Bach es necesario partir de los soportes de su concepción del hombre y del universo. Bach postuló la existencia de una polaridad básica entre dos instancias: el alma y la personalidad. El alma es lo permanente, lo inmortal la energía esencial, lo trascendente y la personalidad lo transitorio, lo mortal, el accidente y lo inmanente. La meta del alma es alcanzar la perfección. Perfección equivale al despliegue de las potencialidades, a la individuación o realización. El camino para tal fin consiste en el recorrido de un proceso de evolución que finaliza al alcanzar la perfección. Este proceso de evolución va desde la falta a la completud, del error a la verdad, de la ignorancia al conocimiento y del defecto a la virtud. ” (Rosaspini, 1993, pág. 15)

Bach menciona en sus escritos florales la existencia de “Verdades Fundamentales” las cuales se convierten en sus sustentos filosóficos. La incidencia de estos pilares radica en su importancia y la necesidad de conocerlas se hace necesaria para llegar al entendimiento de la naturaleza de la enfermedad. Dentro de la categorización de las Verdades Fundamentales se encuentran: 1. El hombre tiene un alma que constituye su ser real 2. Somos personalidades y existimos para lograr conocimiento y experiencia 3. La enfermedad es producto de la acción de factores personales y transpersonales 4. La enfermedad no es material en su origen 5. En la enfermedad no hay nada accidental Bach también hace cierto tipo de ecuaciones entre síntomas o enfermedades orgánicas y su correlato psíquico, por ejemplo: El dolor es el resultado de crueldad que causa crueldad a otros y puede ser mental o físico. Pero seguramente, si uno sufre dolor, debe buscar dentro de sí mismo y encontrará alguna acción o pensamiento riguroso, duro o severo. Si elimina esto, el dolor cesará. (Stern,1992,pág.17) Bajo la lógica de Bach podemos inferir que el malestar de tipo físico no es lo más relevante, sino el estado psicológico en lo que se debe poner el acento para ser tratado. Podría presumirse que esta visión es un tanto superficial de la enfermedad, no obstante citando al Dr. Bach:

“Realmente maravillosa es la simplicidad combinada con sus efectos altamente sanadores” “Analicemos ahora las razones por las cuales la medicina debe cambiar inevitablemente. La ciencia de los últimos dos mil años ha considerado la enfermedad como un hecho material que puede ser eliminado por medios

materiales,

cosa

que,

por

supuesto,

es

completamente

errónea”(Bach en Rosaspini, 1993,pág40) La pregunta medular es: ¿realmente las flores de Bach son efectivas? Y la respuesta es

inminentemente positiva. Ineludiblemente existen

enfermedades que se encuentran más allá del alcance de esta terapia, en el mismo caso hay diversos malestares y conflictos que obedecen más a otros métodos de tratamiento, no obstante las flores de Bach son posibles de administrar de manera efectiva en la mayoría de los casos. Aparte de ser inocuas y no poseer efectos colaterales, por lo demás funciona favorablemente en niños, animales, incluso en plantas y son totalmente compatibles con cualquier variedad de tratamiento o terapia, tanto alternativa, alopática u homeopática.

Las terapias que inciden a nivel energético toman en cuenta que en nuestros organismos poseemos siete centros de control y repartición de energía en nuestro organismo. Estos centros de control son los siete chakras principales. Además existen veintiún chacras secundarios y otros cuarenta y nueve chacras menores. Cada uno de estos chacras

principales, se encuentran estrechamente relacionados con una función a nivel orgánico y emocional a partir de una glándula. La propiedad esencial que articula las diversas terapias que trabajan a nivel energético, es que los terapeutas se dirigen a la interpretación de cada paciente indagando en su situación particular y acompañándolo en su proceso de sanación; siendo el paciente y terapeuta una unidad indisociable, que avanza simultáneamente. Entre este tipo de terapia se enmarca la terapia floral. La cualidad que poseen las flores es que intervienen en la organización energética de la persona, a partir de allí despliegan su sutil pero poderosa influencia en la dimensión física y también psíquica, tomando a la persona como un ente global e integral. Por último Bach explica: “La acción de estos remedios es elevar nuestras vibraciones y abrir canales para la recepción del Ser Espiritual, para inundar nuestra naturaleza con la virtud particular que necesitamos y borrar los defectos que causan dolor. Son capaces, al igual que la música hermosa o cualquier otra cosa de elevación gloriosa que nos da inspiración, para elevar nuestra naturaleza interna y acercarnos a nuestras Almas, de darnos paz y aliviar nuestro sufrimiento. Curan, pero no atacando la enfermedad, sino inundando nuestros cuerpos con las vibraciones de nuestra naturaleza superior, en presencia de la cual la enfermedad se disipa como la nieve al sol. No hay curación real a menos que haya un cambio en la perspectiva con la cual el hombre ve el mundo, que da el logro de la paz y de la felicidad interna”.