Marafioti. Peirce

De la ciencia fáctica Una aproximación abreviada a los caracteres de cientificidad (2003) Material de cátedra Por: Dr.

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De la ciencia fáctica Una aproximación abreviada a los caracteres de cientificidad (2003)

Material de cátedra Por: Dr. Neldo L. Candelero.

************************* 0. Introducción. Abordar algunas de las notas esenciales del saber científico fáctico “en general” (aristotélico, medieval, actual), será nuestro objetivo primero, y mostrar algunas características de la ciencia fáctica “moderna” será nuestro objetivo mediato. Ambos destinos harán de norte y territorio al itinerario del presente escrito. Debe aclararse que la ciencia moderna, aún distinguiéndose claramente, comparte características con la ciencia aristotélica, medieval... En definitiva: hay caracteres de la ciencia moderna que le vienen no del ser-moderna, sino del ser-ciencia --en general. Siempre

que

hablemos

de

ciencia

–salvo

que

digamos

explícitamente “otra cosa”--, pensaremos en ella como modo de saber, y como saber acerca de los hechos –fáctico. “Ciencia” –en el presente escrito--: modo de saber científico y fáctico. Las características y/o notas que presentaremos: por un lado, no agotan (ni pretenden hacerlo) la esencia de la ciencia fáctica y/o la ciencia fáctica moderna (si es que la tuvieren); por otro lado, se tratará de aquellas –características— habitualmente más “aceptadas” hoy por la comunidad intelectual --de científicos y epistemólogos. (Se procurará mostrar en sus caracteres una ciencia “standard”.) Algo más, y práctico, se recomienda a los alumnos/as leer las notas a pie de página –pues, e ocasiones, contextúan, justifican y/o Modificado en marzo de 2005.- //

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detallan el tema en lectura, en otras, recomiendan ampliaciones o profundizaciones bibliográficas.

1. La ciencia fáctica en general. Tipo de conocimiento. El conocimiento científico fáctico (la ciencia) 1 es un tipo de conocimiento. Con ello, directamente indicamos: hay otros modos de saber, y segundo: este especial modo de conocer porta características propias y distintivas –no todo es ciencia --como no todo es filosofía. Por cierto, en la actualidad, el conocimiento científico, la ciencia, goza de prestigio y autoridad sociales. Sin embargo, no pocas veces se confunde “ciencia” con otro tipo de saber. De hecho, es frecuente

oír

o

ver

en

medios

masivos

de

comunicación

la

presentación de la ciencia como “legalizadora social” de ciertos descubrimientos... –descubrimientos que por lo general no son tales, sino en todo caso inventos, y no de teorías –obras propias de la ciencia— sino de productos –obras propias de la tecnología científica. En estos casos se confunde “ciencia” –un (tipo de) saber que produce entidades “teóricas”— con tecnología –un (tipo de) saber que produce entidades “sensibles”2. La ciencia como tipo de saber –modo de conocer los hechos— cumple pautas que le diferencian de otros saberes 3. Estos otros La ciencia puede ser abordada por la sociología, la política, la historia... Cada disciplina científica la considera distintamente, y dentro incluso de una misma disciplina son diversos los modos de abordaje –pues ellos dependerán de las teorías que la iluminen. Además, y en compatibilidad con lo dicho, la ciencia puede abordarse (objetivarse) como institución, como juego del lenguaje, como producto cultural... En este escrito la trataremos desde una perspectiva filosófica, diríamos, gnoseológica, y como modo de saber los hechos. (Con lo que decimos, implícitamente, y entre otras cosas, la ciencia no puede reducirse a otros modos de saber, y otros modos de conocer los hechos no pueden convertirse en ciencia. Entre las distintas modalidades de saber hay inconmensurabilidad.) 2 La ciencia produce teorías, la tecnología científica produce artefactos. 3 Lo que hace que el tipo de saber científico sea diverso a otros modos de saber (entre otras cosas, pues también se distingue por su producto, por sus agentes, relación con los hechos...), es que cumple pautas distintas... –la ciencia tiene reglas o si se quiere, exigencias propias. 1

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saberes perviven aún hoy. Queremos decir, en primera instancia: la ciencia no es el más alto y valioso modo de saber, sino uno entre otros. Así, aún hoy, hay comunidades que no saben de los hechos “científicamente”. A pesar de ello no debe pensarse que viven en el error, o si se quiere sin éxitos vitales –la sobre vivencia de esos pueblos en el tiempo no hace mas que acreditar la efectividad práctica de aquellos modos de conocer. (Las prácticas de acupuntura no entran dentro de la “ciencia”, sin embargo no por ello dejan de ser eficaces –y bajo ese sentido “verdaderas” 4.) Además, y en segunda instancia, la ciencia no es el estado superior del saber humano (tomado éste como facultad de saber, única y unívoca), del que los otros saberes son estadios primitivos, precarios, etapas germinales... Los otros modos de saber no son “científicos” en “vía de desarrollo”, no son etapas previas de un único y prioritario saber –el científico. La sabiduría hindú o mapuche no acabarán en ciencia por más que transcurran los tiempos. No hay equivalencias entre estos saberes citados, las diferencias son de esencia..., por lo que los cambios o evoluciones les mantendrán separados como antes, como ahora, siempre.5 (Una situación análoga es la de la filosofía y el mythos Las reglas de la ciencia difieren de las de la técnica por ejemplo. Es así que por cumplir pautas distintas, aparece distinta la ciencia en sus caracteres. A esas reglas o pautas suele llamárselas, en el ámbito de la Epistemología, “reglas o condiciones de cientificidad” –aquellas que deciden cuándo un saber es científico y cuándo no. Sin pretender dar reglas de cientificidad –pues no las hay de manera definitiva y universal--, de algún modo este escrito se ha compuesto con las características generales y más generalmente aceptadas del conocimiento científico fáctico (la ciencia). 4 Téngase en cuenta que la verdad no sólo puede ser entendida como adaecuatio, sino también como éxito –vital, predictivo, etc.. La “verdad” tiene muchos sentidos... 5 Puede objetarse a ello que son frecuentes las adopciones, por parte de las comunidades de saberes foráneos, y no sólo adopciones teóricas, sino utilizaciones. Es verdad, pero aclaremos... No estamos diciendo que ello de hecho no ocurra, sino que aún en esa ocurrencia de hecho, el saber adoptado permanece digamos, puro, aunque claro está, eficaz (verdadero). La acupuntura, o los masajes chinos se utilizan en occidente, y no pierden efectividad; con todo, no resulta posible traducir o derivar, adecuadamente (sin fórceps y/o sin desvaríos) la “energía”, o las “líneas de energía”, de conceptos o sistemas de conceptos científicos médicos. Lo que decimos es que ese saber (los masajes chinos, por ejemplo) no hace “sistema” con la ciencia –aunque prácticamente pueda acoplarse a ella en el paciente. Modificado en marzo de 2005.- //

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griego. No es la posición corriente, y no desarrollaremos los argumentos a favor en procura de evitar una desmesurada extensión del escrito, pero, a nuestro entender (nos apoyamos en posiciones como la de W. Otto), no proviene la filosofía del mythos griego. No es la filosofía la resultante de la evolución del mythos. Se trata de saberes diversos que no pueden alinearse en su evolución ni en sus “conquistas”. De hecho, en la época filosófica del saber de occidente perviven mythos que conservan su originalidad y fertilidad.) Hemos hablado de saberes científico, tecnológico, filosófico, mítico... Y los hemos considerado diversos, y por esencia. No hemos (tampoco vamos a hacerlo) declarado las pautas --ni los procesos, los productos, los agentes-- que los diferencian, pero ¿qué otros modos de saber hay? Podemos agregar: saber religioso (fe), artístico, técnico... 2. La ciencia fáctica en general. Origen. El saber científico –la ciencia-- tiene su origen en Grecia (Sócrates - Platón – Aristóteles), desde allí proviene matricial y destinalmente la ciencia actual –como proceder según modo pautado. A ese origen de la ciencia, si tomamos el sentido de “origen” como concepción (en sentido biológico) podríamos hacerlo coincidir con el origen del concepto (Sócrates), pues no sería posible la ciencia sin él – la ciencia ha sido y es un saber conceptual –un saber por conceptos. Y prosiguiendo con esta analogía “biológica”, podríamos decir que tuvo gestación en Platón y parición en Aristóteles. La ciencia aristotélica –siempre estamos hablando de ciencia fáctica, recuérdese—, la ciencia aristotélica comporta características distintas a la ciencia moderna. Por lo pronto, digamos, que cuando hablamos de ciencia moderna, hacemos referencia a aquella ciencia que tuvo su origen en el siglo XVI –la ciencia de Galileo, de Torricelli. Modificado en marzo de 2005.- //

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Y en cuanto a diferencias importantes y esenciales entre la ciencia aristotélica

y

la

moderna

podemos

citar:

aquella

(la

ciencia

aristotélica) es prioritariamente deductiva en su proceder y siempre son verdaderas las leyes y teorías en sus contenidos; la ciencia moderna no descarta la deducción, pero prioriza la inducción en sus procesos (sea como método de descubrimiento, o de justificación), y las leyes y teorías no se consideran en sus contenidos, de salida verdaderas, sino apenas hipotéticas –probablemente verdaderas. Por cierto que hay más diferencias, y que las presentadas requieren de una mayor explicitación y precisión, de todos modos, en cuanto a lo primero, las “diferencias”, exceden el objetivo de nuestro escrito, y en cuanto a las segundas, se irán “distinguiendo” con el desarrollo del escrito. Eso esperamos...)

3. La ciencia fáctica moderna. Características. Vayamos a algunas de las características “esenciales” de la ciencia fáctica moderna. O si se quiere, y en otros términos: a las pautas que todo saber científico fáctico moderno cumple –en tanto científico. Por lo pronto, debemos aclarar algo: estas pautas a las que nos referimos, si se quiere, estos cumplimientos propios de la ciencia moderna, hoy, aún tienen vigencia en el ámbito de la ciencia. Siendo así, en la medida en que la ciencia actual cumple pautas de la ciencia “moderna”, podemos decir que la ciencia de nuestro tiempo continúa siendo procedimentalmente moderna. Por cierto que la ciencia de nuestros días no puede compararse, en complejidad conceptual, con la ciencia de Galileo; de todos modos, en cuanto al modo de proceder... continúa siendo, si no el mismo, al menos visceralmente derivado de él. Modificado en marzo de 2005.- //

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3.1. La ciencia fáctica moderna. Saber por la causa: razones causales –teorías. Se trata de, y la ciencia siempre lo ha sido –desde el mismo Aristóteles--, un saber por la causa. La ciencia persigue aquello que hace ser a todo lo que es. Esa causa consiste en ser: una razón-deser. Esa razón no es fáctica --observable. Esa razón-causal es teórica: inobservable. La ciencia fáctica, en cuanto tal, se ocupa de hechos, pero la causa de los hechos no es sino una razón –gnoseológicamente: una entidad pensable –psicológicamente: una idea –lógicamente: un concepto; científica o epistemológicamente: una teoría. Toda vez que la ciencia pregunta por un por qué (causa), responde con un qué (esencia) –que se dice en un concepto –universal, unívoco, inteligible, etc. Explicar

un

hecho

por

otro

hecho,

es

saber,

mas

no

científicamente –es saber “vulgarmente”. Y es que decir que la mesa se mueve (hecho 1) porque Juan la empuja (hecho 2) no es dar la razón – el por qué— por el que la mesa se mueve, sino un hecho que es condición, y condición –incluso-- “accidental” (condiciones auxiliares), pero nunca suficiente –la mesa no se mueve porque Juan la empuja... La razón por la que la mesa se mueve (hecho 1: observable), es que Juan, al empujar (hecho 2: observable), aplica una

fuerza...

(concepto: inobservable). La noción, el concepto de fuerza es lo que no se observa –aunque sí es pensable--, y es la razón suficiente por la que la mesa se mueve –una mesa se mueve cuando actúa una fuerza –ello

independientemente

de

que

la

“empuje

Juan”

(hecho:

observable), u otro, u otra cosa –ello es accidental. Reiteramos. El empuje de Juan es visible, también el movimiento de la mesa, aunque no la fuerza actuante. (Obsérvese que de hecho podríamos encontrar otra “razón” –concepto: teoría-- para la relación de hechos: Juan + movimiento de la mesa.) Modificado en marzo de 2005.- //

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Aparte 1. No todos los saberes son causales. El saber religioso, concretamente y en especial, la experiencia religiosa, por ejemplo, no lo es. No abundaremos en detalles, pero es fácil advertir que nadie se convierte al catolicismo por demostración racional

--causal— de la existencia de

Dios. En cambio, toda conversión religiosa ocurre como saber personal –no prioritariamente de conciencia, sino corpóreo— que ocurre en el modo de: otro-que-se-da-enpersona

–un otro justamente no conceptualizable, sino

prepotente, heterogéneo y vivo. Volvemos a la idea de antes: la ciencia no es el único modo de saber, y el éxito vital no es privativo de la ciencia –es posible vivir, religiosamente, o artísticamente... 3.1.1. Ciencia fáctica moderna. Teorías: hipótesis inventadas e intersubjetivas. “Obsérvese que de hecho podríamos encontrar otra “razón” – concepto: teoría-- para la relación de hechos: Juan + movimiento de la mesa.” Esto es importante para entender algo muy propio y distintivo de la ciencia moderna –lo que la diferencia de la ciencia aristotélica y medieval, por ejemplo--: el que las razones-causales-teóricas (y los sistemas que de ellas se derivan) no se consideran como verdades (de partida, en origen): las razones nacen como conjeturas –hipótesis. A la ciencia moderna se la ha calificado frecuente y largamente, desde una perspectiva metodológica, como experimental –la ciencia moderna ha sido (es) ciencia experimental. En efecto el experimento cumple un rol importante en esta ciencia, y es incluso ese rol específico del experimento lo que justifica aquella calificación de “experimental”. Pero es importante destacar: no es que la ciencia aristotélica y la medieval no hayan utilizado el experimento, sí no lo utilizaron con los mismos fines y del mismo modo. La ciencia Modificado en marzo de 2005.- //

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moderna tomó al experimento (lo que incluye a la observación controlada) como control último de la verdad (o falsedad) de sus hipótesis. Ahora bien, pensemos que lo que llamamos “experimento” no es una pura observación, es en todo caso una observación pautada. El experimento cumple un plan y prevé (espera) un resultado –que puede no darse (fácticamente), claro... Pero ese plan según el que el experimento se hace, y esa predicción de lo que es posible que (sensiblemente) resulte, son teóricos –no sensibles. En síntesis. El experimento valida la hipótesis pero la hipótesis regla al experimento. La ciencia moderna es por origen hipotética, por destino experimental. Pero siendo que la hipótesis es teórica –y habiendo dicho que la hipótesis rige al experimento--, bien podemos decir que la ciencia fáctica moderna es antes racional que sensible. ¿De dónde nacen las hipótesis? Del hombre –del científico. Las hipótesis, en ese respecto, son subjetivas --pues es el científico el sujeto de la ciencia –es el científico quien inventa razones sobre los hechos –y/o sus relaciones.6 ¿A dónde se dirigen? A los demás científicos –pues las hipótesis no pueden ser (para ser científicas) privadas –deben acreditarse a una comunidad de pares (comunidad científica). La ciencia moderna no es un saber privado –diverso ello a IMPORTANTE. No todos los hechos son pasibles de consideración científica. Entre otras características que un hecho debe comportar para llegar a ser “científico” está la de la repetividad. Un hecho debe poder repetirse, mejor, un tipo de hecho debe poder reiterarse (decimos ello en razón de que la repitencia de un acontecimiento es espacio-temporalmente imposible). Tipo de hecho: evento. Hecho: ocurrencia. La ciencia se ocupa de y en eventos – hechos, en principio, reiterables. ¿Porqué? Porque la ciencia sólo puede ocuparse de regularidades –ello le viene impuesto por mandato de origen: en la medida en que es un saber universal (Aristóteles) sólo puede ser un saber de lo universal – y lo universal es, metafísicamente, lo que se reitera, o lo que permanece. Hay en el mundo eventos y relaciones que se reiteran y/o permanecen: de ellos se ocupa..., sólo de ellos puede ocuparse la ciencia. Algo más: hay eventos que no se reiteran ni permanecen. Volvemos a la experiencia religiosa (mística). En ella lo que se da (lo numinoso) no se repite –es siempre diverso, cambiante y hasta contradictorio--, ni permanece –pasa, es móvil, dinamismo. (Vid., R. Otto, Lo Santo, Revista de Occidente, Madrid.) 6

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los saberes práctico-religiosos por ejemplo. La ciencia moderna es un saber intersubjetivo. (De hecho, este, frecuentemente, llamado “principio

de

la

experiencia”,

este

ser-el-hombre-individual

el

destinatario y controlador de la idea ajena o el generador y dueño de la idea propia (hombre como sujeto), es otra de las características distintivas de la modernidad, y se define y recorta ante otro criterio de verdad no menos importante, a saber: el criterio de autoridad – ¡intelectual y escandalosamente denegado en la actualidad a la contemporaneidad,

y

naturalmente

imputado

al

insensato

y

retrógrado medio-evo...! ¿Es que ya no tiene vigencia...? 3.2. Ciencia fáctica moderna. Saber sistemático. Derivabilidad. Coherencia. Como saber específico presenta otras distintivas características –además de ser un saber por la causa. Es un saber sistemático. Unos muchos conocimientos se derivan de unos pocos. Esta característica viene de lejos (Aristóteles), y la ciencia actual –que, reiteramos, no ha dejado de ser moderna--, la conserva. La primera obra científica de la que tenemos conocimiento es “Elementos” –de Euclídes. Basándose en la propuesta de cientificidad de Aristóteles, a partir de definiciones, axiomas, postulados y teoremas construye Euclídes por primera vez un sistema en el que de unos pocos conocimientos pueden derivarse otros –del punto, la línea, de la línea, el plano. Antes aún de Euclídes y Aristóteles por cierto existía saber geométrico –v. gr.: en Egipto, o en los pitagóricos--, pero sin ser parte de un sistema axiomático. Actualmente la ciencia conserva esta necesidad de ser-sistema. Toda teoría debe ser-sistema. Y además, debe permitir derivar otras teorías y/o derivarse de alguna teoría mayor (característica sintáctica: “derivabilidad”). El saber científico no es –no puede ser-- un saber Modificado en marzo de 2005.- //

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aislado.

Como

sistema,

la

ciencia,

debe

comportar

además

coherencia; esto es, no de debe presentar contradicciones internas (característica del orden “sintáctico”). La ciencia entonces debe ser o consistir --desde un plano sintáctico-- en un sistema de saber coherente entre sí, en sí mismo, derivado y/o “derivante” de otros sistemas. Pero además, y en tanto hablamos de ciencias fácticas, semánticamente, toda teoría (sistema de conceptos: expresos en leyes, reglas, definiciones...) debe tener la posibilidad de contrastarse con la realidad –los hechos. (En ciencias fácticas la verdad de los enunciados deben darla los hechos.) 3.3.

Ciencia fáctica moderna.

Saber contrastable. De esta contrastación

--de las hipótesis con los hechos—

saldrá la conjetura (hipótesis) verificada, comprobada, corroborada, o refutada7. Son los hechos los que establecen --o no-- a una teoría como “verdadera”. En ciencias fácticas, las teorías nacen como hipótesis..., y algunas, a partir de la contrastación con los hechos, se establecen temporariamente como “verdades”. En ciencias formales, la verdad es adecuación de los enunciados..., mas no a los hechos, sino a los principios “convenidos como” indemostrables –postulados. Los distintos términos utilizados “verificación”, “corroboración”, “comprobación” no son sinónimos, se corresponden a distintas posiciones epistemológicas y significan distintamente. No se darán detalles, por lo que recomendamos para ampliar y/o profundizar la siguiente bibliografía: G. Klimovsky, Las desventuras del conocimiento científico, A-Z editora, San Pablo, 1994; A. Chalmers, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Siglo XXI, Buenos Aires 1988; AAVV., Pro- Ciencia, CONICET, Pensamiento Científico, Red Federal de Formación Docente Continua, Buenos Aires 1996. Aunque al menos someramente, debe saberse que cuando se habla de “verificación” (hacer verdadera una hipótesis), se indica la obtención de una verdad definitiva y absoluta, mientras que “corroboración” dice: que la hipótesis apenas es “sobreviviente” de los intentos de refutación –por lo que se presupone son ellas (las hipótesis), por esencia, precarias, provisorias –temporarias. Quienes hablan de verificación, y en una etapa inicial (ingenua) son los Positivistas lógicos (Círculo de Viena) y son los Racionalistas Críticos (K. Popper, I. Lakatos) los que se posicionen en la corroboración. (Para ampliar se sugiere consultar la bibliografía arriba declarada.) 7

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“Verificar” en matemáticas es adecuar un enunciado a un principio. En Física verificar es adecuar una teoría a los hechos. Entonces.

La

ciencia

fáctica,

para

hablar

en

términos

semióticos, debe ser sintácticamente sistema coherente, y derivable o “derivante”, pero a la vez semánticamente contrastable –debe hablar de los hechos –y deberán ser ellos (los hechos) los que determinen su valor de verdad. Pues una teoría que no habla de los hechos, no podrá ser refutada por ellos, y, en términos popperianos, no será teoría científica, sino “pseudociencia” –ideología, cosmovisión. (Si bien es esta una posición propia de Popper, la ponemos como característica de la ciencia fáctica moderna, en razón de que, consideramos, resulta ampliamente aceptada en la actualidad.) 3.4. Ciencia fáctica moderna Saber en lenguaje artificial. Otra característica de la ciencia, es la de que se establece, presenta y desarrolla en un lenguaje propio. El lenguaje científico – siempre escrito (no hay ciencia sin escritura) y denotativo (no sería posible que el lenguaje de la ciencia fáctica no hablara de/sobre los hechos),

es

“artificial”

--aunque

no

es

puro.

Construido

convencionalmente por los científicos, no puede sino basarse en la lengua natural. Podríamos considerar incluso a la ciencia como “metalenguaje” de la lengua natural –tomada como “lenguaje objeto”. Evita, o al menos intenta evitar, por medio de definiciones y/o equivalencias cuantitativas, dos “vicios” semánticos de la lengua natural: la ambigüedad (polisemia de los términos —una palabra, distintos sentidos--, o terminología varia de los conceptos –un mismo sentido, distintas palabras), y la vaguedad (imprecisión en el sentido de las palabras). Con todo, más allá de los intentos, a nivel (primer

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nivel) de los enunciados observacionales singulares –“protocolares”— el recurso a la lengua natural es inevitable. 3.5. Ciencia fáctica moderna. Saber de objetos particulares. Las ciencias suelen denominarse “particulares”. Solemos decir: “porque tienen un objeto particular...” En efecto, la física tiene como objeto los entes, en tanto materiales; la biología los entes, en tanto vivos. Todo objeto es particular. Veamos. Un particular, no es un universal, pues es concreto –observable. (Si fuera universal, como tal, sería inobservable, sólo pensable. El concepto es universal.) Pero a la vez, no es un individual –pues si lo fuera carecería de “sentido”, o lo que es lo mismo, tendría infinitos “sentidos” –infinitas maneras de entenderse. Por cierto, el particular ni es universal, ni es individual, sin embargo, tiene de los dos –es compuesto. Pero para entender ello, debemos antes entender cómo o qué ocurre en el pensar los hechos. Pensar (los hechos) es juzgar (los hechos) --ello nos viene de la modernidad –Descartes (s. XVII). Juzgar es aplicar conceptos a los hechos. Aplicando conceptos –universales-a los hechos –individuales--, estos se transforman en objetos – particulares. El objeto, entonces, no es el hecho, sino el hecho pensado – juzgado— por un sujeto. El Objeto: Hecho + Teoría. Individual + Universal. Cosa + Concepto. El objeto no es la cosa o el hecho puro, sino una construcción –a partir de juicios— del sujeto. El Sujeto inventa el sentido según el cual el hecho será entendido –la construcción del objeto no es, digamos, respecto su “materia”, sino en su “forma”. Algo más: el universal –concepto— da al individual el “sentido” según el cuál se entenderá, pero el individual da al sentido su “encontrabilidad” o “perceptibilidad”. Y una sola cosa más: lo Modificado en marzo de 2005.- // 12

primero que encuentro en el plano físico es el objeto, no el hecho ni el concepto –sólo llegamos a estos componentes por reflexión metafísica. Con lo cual indicamos: percibimos objetos, nunca hechos puros; y ya en la misma percepción de la “realidad” hay teoría –no hay percepción pura –sin mezcla de conceptos. Síntesis e implicancias. Toda ciencia tiene objeto –y todo objeto no es sino un particular –podríamos decir un Caso de un universal – un espécimen de una Especie. Toda ciencia tiene objeto, y en cuanto tal, presupone al menos dos cosas. Presupone la existencia de aquello de lo que se ocupa –el objeto. Ej.: la física presupone la existencia de las cosas materiales. (Supuesto de “existencia” --al que Aristóteles llamaba “hipótesis”.) Y presupone la teoría –o concepto— que construye su objeto. (Supuesto de “esencia”.) Por fin, obsérvese y téngase en cuenta que para un mismo hecho –el que siempre estará ya “presente” en conceptos, aunque sea de bajo nivel teórico— es posible existan distintas teorías descriptivas, explicativas y/o predictivas. 3.6. Ciencia fáctica moderna. ¿Saber metódico?

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Es frecuente hablar u oír hablar de “método de la ciencia” en el marco de la ciencia misma o de la epistemología 8. No siempre se precisa a qué se hace referencia con el término declarado. Método puede ser el proceso general de la ciencia. Aquel que, bajo criterios neo-positivistas podríamos abruptamente describir: va de la observación a la teoría y de la teoría a la observación. O “método” puede decir, en un sentido más estricto, el camino que se utiliza para generar teorías --método de descubrimiento.

Ambas

posiciones por cierto que son válidas o aceptables, pero lo que debe hacerse para que lo sea...: siempre debe esclarecerse en qué sentido se usa o ha usado el término “método”. Respecto el sentido primero: método como proceso. Los epistemólogos y científicos no se han puesto de acuerdo en cuál es el proceso (método) propio y distintivo de la ciencia. Los neo-positivistas 9 lo describen en o al menos a partir de la siguiente secuencia: OBSERVACIÓN-TEORÍA-OBSERVACIÓN. PROBLEMA-HIPÓTESIS-OBSERVACIÓN.

Los

racionalistas:

Los historicistas: CADA

ÉPOCA (con su MODO DE HACER CIENCIA) TIENE SU MÉTODO. La Epistemología es... Vamos a definirla por lo que ha sido: una reflexión gnoseológica sobre la ciencia como tipo de conocimiento. Tuvo un nacimiento histórico determinado, al que podemos ubicar en los inicios del siglo XX. Nos llega esta reflexión hasta nuestros días, y por cierto que en la actualidad, y en el marco de las distintas “disciplinas” filosóficas y científicas tiene autonomía y entidad propia. Representantes, los hay muchos, y no menos tiene antecesores –algunos de ellos se mencionan en el presente escrito, de todos modos y en razón de superar este detalle nuestros objetivos, se sugiere consultar al respecto a cualquier “manual” de Epistemología vigente y encontrable. Sí consideramos acercará más precisión respecto lo que sea la Epistemología un mínimo detalle de las problemáticas que anudan las distintas versiones o posiciones epistemológicas actuales. Las distintas epistemologías abordaron entre otras cuestiones: la del método (si hay o no método científico, si lo hay cuál es), la del procedimiento de la ciencia (cuál es, cómo es, cómo puede distinguirse, si puede hacerse distinción interna), la del progreso (si hay y cuándo hay progreso en ciencia, cómo es), la del criterio de cientificidad (cuándo un conocimiento es científico, cuándo no, si hay un criterio definitivo, si ese criterio depende de la época histórica), de la verdad (¿hay verificación absoluta?, ¿sólo hay probabilidad?,¿ sólo sobreviven las teorías frente a los hechos?, ¿es imposible la verificación?, ¿y la refutación absoluta?). 9 O positivistas lógicos o empiristas lógicos, cuyos representantes más conspicuos son los hombres del Círculo de Viena. 8

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Respecto

el

segundo

sentido:

método

como

método

de

descubrimiento. Tampoco se han puesto de acuerdo –y no lo hacen aún. No sólo respecto a cuál sea, sino acerca de si hay método. Unos sostienen que no lo hay (K. Popper), otros (R. Carnap) sostienen lo contrario... E incluso estos últimos se diferencian entre sí en torno a cuáles o cómo son esos métodos –se plantean métodos diversos en los que

diversos

son

los

procesos

intelectivos

básicos:

inducción

(Hempel), analogía (S. Gould), abducción (J. Samaja). No detallamos todo esto para desorientar o abrumar al alumno. Sólo para ubicarlo en la complejidad y abundancia de variantes respecto el tema, y para mostrarle que el ser-científico de un saber no se decide –ni decidió— siempre, de modo uniforme y consensuado, por el método –como suele ser habitual pensar. Aparte 2. Aprovechamos a resaltar algo que no es menos infrecuente: el asociar la “cientificidad” a la “verdad” del saber. Un saber no es científico por verdadero –piénsese en la abundancia de hipótesis que no han sido corroboradas, pero acaso algún día lo sean; o en aquellas teorías que hoy no tienen vigencia, pero que la tuvieron y acaso la recuperen algún día... Esas hipótesis o teorías “viven” en el marco de la ciencia, se las aceptan y tratan como científicas (aún encontrándoselas como falsas)..., porque: están formuladas en lenguaje científico, son sistemáticas en sí mismas, se derivan como sistemas de otros sistemas teóricos aceptados por la comunidad de científicos, hablan sobre los hechos (los hechos pueden refutarlas), son coherentes, formulan un nuevo objeto, o se ocupan de ó en un objeto ya formulado, etc., etc. La verdad, hoy, no es criterio de cientificidad –sí, en Aristóteles, los enunciados científicos, en cuanto tales, eran Modificado en marzo de 2005.- // 15

verdaderos. Un conocimiento científico puede ser falso –más aún hasta podría decirse hoy, en razón de que se piensa la ciencia no como un saber definitivo y absoluto sino provisorio y temporario, que algún día lo será –que toda teoría verdadera, algún día se falseará. Por contrapartida, un conocimiento vulgar o no científico puede ser tal, y ser verdadero –en el sentido de adecuado a los hechos, o en el sentido de eficaz, exitoso en su aplicación. Piénsese: la mesa se mueve porque Juan la empuja. Es verdadero, pero no es científico –la mesa científicamente no se mueve porque Juan la empuja, sino porque Juan al empujarla aplica una FUERZA . Piénsese en el hata yoga, es eficaz, pero no científico --entre otras cosas: no se deriva de sistemas ni conceptos del cuerpo de la ciencia establecida. Apenas una consecuencia: no debe presentarse a la ciencia como legitimadora de una verdad. La ciencia también tiene falsedades –en el sentido de: tesis inadecuadas, y tesis ineficaces. ¡Cuidado con: “Es verdad porque lo ha dicho la Ciencia.”! 3.7. Ciencia fáctica moderna. Las funciones o propiedades de las teorías. Las razones o hipótesis, como unidades conceptuales, se extienden y expanden en sistemas conceptuales: teorías. Hemos dicho que la ciencia es –y ha sido siempre— un saber por la causa. Y la causa es aquello que hace que algo (un hecho o una relación entre hechos) sea lo que es. La causa es el por qué algo es lo que es y cómo es, y siendo así: dar (inventar) la causa (razón) es explicar... algo. La ciencia explica –siempre lo ha hecho –y lo hará, en la medida en que esa proceso le compete por mandato de origen – fundacional. (Desde Aristóteles que la ciencia es saber por la causa.) Modificado en marzo de 2005.- // 16

Describe. Además, describe. Por mucho tiempo (s. XIX) las ciencias naturales (botánica, zoología) sólo describieron hechos, en el sentido de clasificarlos. No les ocupó el por qué sino el qué. (Téngase en cuenta que toda “clasificación” requiere un criterio, una regla teórica, y que muy distintamente se organiza el mundo cuando cambia el criterio teórico del orden.) De todos modos, también la descripción dice el cómo algo es –no sólo describir es dar el qué sino también –puede dar— el cómo algo es. En este caso describir no es clasificar; llamémosle “detallar”. Los enunciado protocolares o a veces llamados “enunciados observacionales singulares” (unos de los tipos de enunciados que componen el cuerpo de la ciencia)

son los que

detallan-describen los sucesos sensibles (hechos) en sus apareceres más pormenorizados –sin agotar los hechos, claro está. Estos enunciados ejercen descripción de los hechos. Sin embargo no son los únicos. Hay enunciados generales (universales), ya no singulares (individuales), digamos, leyes, que describen comportamientos (de hechos y de relaciones entre hechos) regulares. A estas leyes se las denomina “empíricas” porque denotan hechos –no entidades teóricas, no entidades de razón, ideas--, y “descriptivas” porque declaran regularidades, no las explican –no dicen por qué algo es sino cómo algo es. (Un ejemplo claro de esto último bien pueden darlo las leyes de Kepler --que describen el comportamiento orbital planetario-- y las leyes de Newton --que dicen por qué los planetas orbitan como lo declara Kepler.) Las leyes causales son leyes teóricas, esto es: son enunciados en los que se da el por qué de los hechos (recuérdese, de su modo de acción, o de su modo de relación). También recuérdese: este por qué nunca es observable, sino inobservable –teórico--, y a partir de la modernidad, no descubierto, sino primeramente inventado –por el sujeto. (No hay lugar en el mundo sensible en que un cuerpo caiga, Modificado en marzo de 2005.- // 17

digamos, rodeado de vacío –como lo plantea Galileo. Justamente, es un planteo, una conjetura teórica del científico, inexistente..., pero que

sirve

para

calcular

lo

existente.

Si

hay

característica

esencialmente importante de la racionalidad moderna –y hablamos no sólo de la racionalidad científica— es el que la razón moderna (dada, inventada,

teórica,

subjetiva),

se

adelanta

a

los

hechos

significándolos: la racionalidad moderna es pro-yectiva –predice, y luego va a observar si el hecho se comporta cuál la predicción. La razón

moderna

en

general

(organizaciones

conceptuales

no

científicas), y la razón científica en particular (sistema conceptual científico:

teoría),

tienen

pretensiones

predictivas

–pretenden

adelantarse al comportamiento de los hechos –más allá de que no siempre lo logren..., con éxito.) La otra –tercera— propiedad o función de las teorías, es la predictiva. Las teorías predicen... Podríamos decir, mejor: las hipótesis intentan predecir, las teorías predicen –esto si entendemos la hipótesis como conjetura, y la teoría como verdad (establecida), y si pensamos a la vez, que una hipótesis una vez “verificada” deviene verdad, y lo será para siempre –en otros términos: que las teorías dejan de ser –definitivamente—hipótesis. (La historia de la ciencia no muestra esto último, sino lo contrario: aún las teorías establecidas en y por su relación con los hechos no dejan de ser simples conjeturas.) Las leyes causales, como las leyes de Newton en torno al movimiento de los cuerpos, tienen pretensiones predictivas: esto es, no sólo explican los comportamientos de los cuerpos de aquí y ahora, sino que pretenden adelantarse a explicar (dar cuenta de) los comportamientos corpóreos de otros tiempos y espacios –de los cuerpos pasados y los cuerpos futuros. Aparte 3. Poder predecir los comportamientos permite prevenir y/o prescribir –lo que es, en relación a la actividad Modificado en marzo de 2005.- // 18

del hombre, evitar y/o corregir respectivamente. Conocer la causa, el por qué algo es lo que es (qué es) y cómo es (cómo se comporta) permite prácticamente controlar al hecho. Es claro que el saber científico (sobre los hechos) es poder práctico (sobre los hechos). Para finalizar. La relación saber-poder no tiene una única dirección. Por cierto, quien tiene saber, tiene poder... Pero, ¿no determina acaso lo que sea saber..., quien tiene poder...?.FIN Bibliografía ampliatoria sugerida. Joseph Moreau, Aristóteles y su escuela, Eudeba, Buenos Aires, 1979. (Temas: ciencia aristotélica –deducción, silogismos, etc..) Vicente Fatone, Lógica e introducción a la Filosofía, Kapelusz. (Temas: de lógica –concepto, juicio, razonamiento, etc..) Martin Heidegger, “El Principio de Razón”, en ¿Qué es Filosofía?, Narcea, Madrid, 1976. (Temas: modernidad, racionalidad moderna) Irwin Copi, Introducción a la Lógica, Eudeba, Buenos Aires, 1966. (Temas: lógica, tipos de lenguajes, enunciados, etc..) Gregorio Klimovsky, Las desventuras del conocimiento científico, A-Z editora, San Pablo, 1994. (Temas: Ciencia, líneas epistemológicas más importantes, tesis epistemológicas básicas.) Alan Chalmers, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Siglo XXI, Buenos Aires 1988. (Temas: idem. Klimovsky) AAVV., Pensamiento Científico, Pro- Ciencia, CONICET, Red Federal de Formación Docente Contínua, Buenos Aires 1996. (Temas: idem. Klimovsky.) Modificado en marzo de 2005.- // 19

Flichman



Pacífico,

Pensamiento

Científico

–La

polémica

epistemológica actual, PRO-CIENCIA, Buenos Aires, 1996. (Temas: idem. Klimovsky.) ÍNDICE TEMÁTICO ************************* 0. Introducción. 1. La ciencia fáctica en general. Tipo de conocimiento. 2. La ciencia fáctica en general. Origen. 3. La ciencia fáctica moderna. Características. 3.1.1. Ciencia fáctica moderna. Teorías: hipótesis inventadas e intersubjetivas. 3.2. Ciencia fáctica moderna. Saber sistemático. Derivabilidad. Coherencia. 3.7.

Ciencia fáctica moderna. Saber contrastable.

3.4. Ciencia fáctica moderna. Saber en lenguaje artificial. 3.5. Ciencia fáctica moderna. Saber de objetos particulares. 3.6.

Ciencia fáctica moderna. ¿Saber metódico?

3.7. Ciencia fáctica moderna. Las funciones o propiedades de las teorías. Breve bibliografía ampliatoria sugerida.

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