Malvinas

1.810: se integran las islas Malvinas al territorio nacional. 1.820: posesiones de las islas Malvinas 1824: primer coman

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1.810: se integran las islas Malvinas al territorio nacional. 1.820: posesiones de las islas Malvinas 1824: primer comandante militar de las islas, Pablo como comandante militar 1.829 primer gobernador de las islas, Luis mari Vernet como el primer gobernador 1.831 ataque norteamericano, independización de las 1.833: usurpación británica, el reino unido ocupo ilegalmente las islas como parte de su política expansionista, expulsando a las autoridades argentinas. El gobierno argentino protesto La resistencia, el guacho Rivero protesto contra las malas condiciones de trabajo que imponían en las islas los británicos. 1.834: Rivero y otros criollos fueron capturados por tropas británicas y trasladados a Londres para ser juzgados 1.841: colonización británica, el reino unido nombro el primer gobernador de facto de las islas el teniente Richard Clement Mudi, querían convertir las islas en una colonia británica, durante sesenta años el gobierno argentino reclamó las mismas. 1908: Apropiación de las islas del atlántico sur el reino unido profundizo en la ocupación ilegitima apropiándose de las islas Georgia del Sur, Shetland del sur, Orcadas del Sur y Sándwich del Sur y el territorio antártico denominado por los británicos tierras de Graham y la declaro dependencia de la colonia de las islas Malvinas. 1946: intento británica de legitimación, en la asamblea general de la ONU el reino Unido inscribió las islas Malvinas como territorio no autónomo, la delegación argentina instruida por el presidente Juan Domingo Perón formuló una nueva reserva en sus derechos de soberanía 1.960: La ONU Onu abrió un proceso de descolonización. 1.964: Acto por la soberanía, Argentina intensificaba el reclamo diplomático por la soberanía 1.965: Durante la presidencia de Arturo Illia naciones unidas dictó la Resolución 2.065 reconociendo el litigio entre el reino unido y la republica argentina por la soberanía de las islas e instó a las partes a negociar, este fue el preceden internacional que avalaba el reclamo argentino

1.968: Se firmo un documento entre ambos países donde el Reino Unido renocerá la soberanía de la republica argentina sobre las islas a partir de la fecha que será convenida. Sin embargo el Reino Unido continuó la ocupación ilegal de las islas hasta el presente. Desde 1.820 gobiernos y civiles argentinos se asentaron o protestaron contra la ocupación británica en las islas Malvinas, reafirmando la soberanía argentina y expresando en distintos momentos de nuestra historia la resistencia y el reclamo nacional ante el avance del colonialismo británico en el atlántico Sur.

Contexto histórico: Las Islas Malvinas fueron descubiertas en 1520 por integrantes de la expedición de Magallanes, a pesar de haber sido denominadas en la cartografía europea con diversos nombres, siempre quedaron dentro de los espacios bajo control efectivo de las autoridades españolas. Las Bulas Pontificias y el Tratado de Tordesillas de 1494 son los primeros instrumentos que reflejan los títulos de España de acuerdo con el derecho internacional de la época. Toda la región austral de América, con sus costas, mares e islas, quedó indiscutiblemente preservada bajo la soberanía española a través de los diversos tratados suscriptos en este período, como el Tratado "Americano" de 1670, entre España e Inglaterra. La Paz de Utrecht, firmada en 1713, aseguró la integridad de las posesiones de España en América del Sur y confirmó su exclusividad de navegación en el Atlántico Sur, Inglaterra aceptó dichas cláusulas como signataria de los acuerdos de Utrecht y de tratados posteriores del siglo XVIII que lo ratificaban. En 1749, España tomó conocimiento de un proyecto británico para establecerse en las Islas Malvinas y protestó firmemente ante el Reino Unido, cuyo gobierno desistió de llevarlo a cabo. En 1764 fue Francia la que manifestó interés en las Islas Malvinas creando un establecimiento al que denominó "Port Louis" en la Isla Soledad. España se opuso enérgicamente y obtuvo el reconocimiento de Francia de los derechos españoles a las islas, la desocupación del archipiélago y su entrega formal a las autoridades españolas. Poco después de la instalación francesa, el Reino Unido volvió a manifestar sus intenciones de apropiarse de las Islas, esta vez a través de una expedición que llegó clandestinamente al archipiélago y levantó un pequeño fuerte que llamaron "Port Egmont", en una isla situada al oeste de la Gran Malvina. Pese al secreto de la operación, España tuvo conocimiento de ello, protestó insistentemente y, como no obtuvo una respuesta aceptable en 1770, expulsó a sus ocupantes. Los dos países estuvieron al borde de la guerra, llegándose en 1771 a un acuerdo plasmado en dos Declaraciones: una Declaración por la que España restituía a los británicos "Port Egmont" haciendo reserva expresa de su soberanía sobre la totalidad del archipiélago de las Islas Malvinas y una Aceptación de la Declaración en la que Gran Bretaña guardaba silencio acerca de la reserva de derechos española. Como parte del acuerdo se convino que los ingleses se retirarían de "Port Egmont" a breve plazo, lo que efectivamente ocurrió en 1774. Desde entonces las autoridades españolas con asiento en Puerto Soledad continuaron ejerciendo su jurisdicción y control sobre la totalidad del archipiélago. En 1790, con la firma del tratado de San Lorenzo de El Escorial, Gran Bretaña se comprometió a no formar ningún establecimiento en las costas tanto orientales como occidentales de América Meridional ni en las islas adyacentes ya ocupadas por España, cuál era el caso de las Malvinas. La sucesión de gobernadores españoles en las Islas Malvinas, treinta y dos en total, fue continua hasta el año 1811. A partir de la Revolución de Mayo de 1810 las islas Malvinas fueron consideradas por los primeros gobiernos argentinos como parte integrante del territorio heredado de España.

En 1820, a pesar de las luchas internas que enfrentaba el Estado argentino, el Coronel de la Marina argentina David Jewett tomó posesión de su cargo en las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata en un acto llevado a cabo públicamente en Puerto Soledad, ante loberos y balleneros de varias nacionalidades, entre ellos estadounidenses y británicos. La noticia fue publicada en medios de los Estados Unidos y del Reino Unido (diario Times de Londres David Jewett del 3 de agosto de 1821). Pese a la publicidad del acto llevado a cabo por la autoridad argentina ni en esa ocasión, ni más tarde en el proceso de reconocimiento del Estado argentino, que culminó con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación de 1825, Gran Bretaña formuló manifestación alguna sobre eventuales pretensiones sobre las Islas Malvinas. Los gobiernos argentinos realizaron diversos actos demostrativos de su soberanía sobre las islas concediendo tierras y legislando sobre recursos pesqueros, en este marco se fue desarrollando Puerto Soledad,. El 10 de junio de 1829 el gobierno argentino creó la Comandancia Política y Militar de las Malvinas y designó a Luis Vernet al frente de la misma. Después de haber mantenido silencio por más de medio siglo desde el episodio fugaz de Puerto Egmont, y luego de haberse sucedido sin oposición alguna administraciones españolas y argentinas en las islas Malvinas, es recién en noviembre de 1829 que el Reino Unido, en el marco de un renacimiento de su interés estratégico en el Atlántico Sur, presentó una protesta contra la decisión del 10 de junio de ese año. Poco tiempo después, el 3 de enero de 1833, una corbeta de la Marina Real británica por un acto de fuerza expulsó a las autoridades argentinas que se negaron a reconocerle autoridad alguna. Este acto fue inmediatamente rechazado y protestado por parte de las autoridades argentinas. En efecto, el 16 de enero de 1833, al llegar a Buenos Aires las primeras noticias de lo ocurrido en las Islas Malvinas, el gobierno argentino pidió explicaciones al Encargado de Negocios británico, que no estaba al tanto de la acción de su país. Pocos días después, el 22 de enero, el Ministro de Relaciones Exteriores argentino presentó una protesta formal ante el funcionario británico las reiteradas presentaciones argentinas ante el gobierno británico tropezaron con respuestas negativas de parte de ese gobierno. La cuestión quedó pendiente y así lo reconoció el Secretario de Asuntos Extranjeros británico en 1849 en una comunicación oficial. Por el lado argentino, la cuestión continuó planteándose a distintos niveles del gobierno y fue objeto de debates en el Congreso de la Nación. En 1884, ante la falta de respuesta a las protestas, la Argentina propuso llevar el tema a un arbitraje internacional, lo cual también fue rechazado sin dar razones por el Reino Unido. Los sucesivos gobiernos argentinos continuaron presentando, sin éxito, protestas ante el Reino Unido y realizando en cada oportunidad propicia las presentaciones y reservas correspondientes en defensa y preservación de sus derechos de soberanía sobre los archipiélagos disputados. LA CUESTIÓN DE LAS ISLAS MALVINAS EN LAS NACIONES UNIDAS

La llamada "Cuestión de las Islas Malvinas", entendida como la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, antes incluso de constituirse las Naciones Unidas, estuvo presente en la Conferencia de San Francisco, en la que la delegación argentina presentó una reserva de derechos según la cual la República Argentina en ningún caso acepta que dicho sistema pueda ser aplicado a o sobre territorios que le pertenezcan, ya sea que ellos estén sujetos a reclamo o controversia, o estén en posesión de otros Estados. Ya en pleno desarrollo el proceso de descolonización impulsado por la Carta de la ONU, el 14 de diciembre de 1960, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1514 (XV) “Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales”, que proclamó “la necesidad de poner fin, rápida e incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”, consagrando dos principios fundamentales que debían guiar el proceso de descolonización: el de autodeterminación y el de integridad territorial. Esta Resolución establece en su párrafo sexto que “todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”. Indiscutiblemente esta Resolución deja en claro que, allí donde está en juego el principio de integridad territorial de los Estados no puede tener aplicación el de autodeterminación . En ejecución de la Resolución 1514 (XV) el 16 de diciembre de 1965 la Asamblea General aprobó la Resolución 2065 (XX) por cuyo intermedio reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido e invitó a ambos países a negociar para encontrar una solución pacífica a la controversia. Esta Resolución contiene los elementos esenciales que encuadran la Cuestión: 

El caso de las Islas Malvinas es una de las formas de colonialismo al que debe ponerse fin.



Se toma nota de la existencia de una disputa entre los gobiernos argentino y británico.



Se invita a los gobiernos argentino y británico a entablar negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica al problema y a informar el resultado de las mismas al Comité Especial o a la Asamblea General.



Para dichas negociaciones deberán tenerse en cuenta los objetivos y las disposiciones de la Carta (entre ellos el art. 33 relativo a la obligación de las partes de un diferendo de buscar la solución ante todo por la vía de la negociación) y de la Resolución 1514 (principio de integridad territorial), así como los intereses de la población de las Islas (dejando de esta manera de lado el principio de autodeterminación). Poco tiempo después de adoptarse la citada Resolución se inició un proceso de negociación bilateral respecto de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y

Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, en los cuales ambas partes propusieron distintas alternativas de solución pero sin llegar a concretarse ninguna. En el año 1.973 la AGNU declaró la necesidad de acelerar las negociaciones en curso y mediante su resolución 3.160 (XXVIII) instó a ambos gobiernos a proseguirlas sin demora.En los años siguientes, mientras se mantenía el ámbito de negociación de la disputa de soberanía, se desarrollaron conversaciones especiales sobre aspectos prácticos que hacían al bienestar de la población de las Islas, explicitando así la Argentina, su voluntad de atender los intereses de los mismos. Como resultado de esas conversaciones especiales ambos gobiernos arribaron, en 1.971, a un acuerdo, bajo fórmula de soberanía, para cooperar en materia de servicios aéreos y marítimos regulares; y en comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas; mientras que la Argentina asumió el compromiso de cooperar en los campos de la salud, educacional, agrícola y técnico. Al poco tiempo, las negociaciones que versaban sobre la cuestión de fondo, trataron oficial u oficiosamente distintas fórmulas de solución. Pero a pesar de dichas negociaciones en curso y las acciones argentinas en favor de los intereses de los habitantes de las Islas que, por cierto, aliviaban las cargas de las responsabilidades de la potencia ilegalmente ocupante y administradora, el Reino Unido simultáneamente realizaba actos pretendidamente jurisdiccionales, relacionados con la exploración de los recursos naturales del área en disputa, que fueron protestados por el Gobierno argentino. Atento a ello, en diciembre de 1976, la Asamblea General de la ONU adoptó una nueva Resolución- la número 31/49-, de significativa importancia por su contenido, ésta insta a las dos partes de la disputa a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso recomendado por las Resoluciones 2065(XX) y 3160 ya mencionadas. Es el día de hoy que esta Resolución continúa siendo desoída por el Reino Unido, que persiste en el desarrollo de actividades unilaterales en el área disputada relativas, principalmente, a la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables, así como de carácter militar. El conflicto de 1982 no alteró la naturaleza de la controversia de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, que continuó pendiente de negociación y solución. Así lo reconoció la Asamblea General en noviembre de 1982 cuando aprobó la Resolución 37/9 y lo reiteró mediante las resoluciones 38/12, 39/6, 40/21, 41/40, 42/19 y 43/25. A partir de 1989, el examen anual de la Cuestión de las Islas Malvinas está radicado en el Comité Especial de Descolonización, este Comité aprueba anualmente una resolución en términos semejantes a las resoluciones pertinentes de la Asamblea General.Asimismo, en el ámbito de la ONU, se mantiene el mandato de la misión de buenos oficios del Secretario General y el tema de la Cuestión de las Islas Malvinas figura desde el año 2004 en la agenda

permanente de la Asamblea General, el cual puede ser tratado previa notificación de un Estado miembro. La reanudación de las relaciones consulares y diplomáticas entre ambos países en octubre de 1989 y febrero de 1990 fue precedida por un entendimiento sobre las condiciones en las que ambos países considerarían la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. A este fin se acordó, a partir de las Declaraciones Conjuntas de Madrid de 1989 y 1990, una fórmula de reserva o salvaguarda de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes que, al mismo tiempo constituye un reconocimiento por parte de ambos países sobre la existencia y contenido de la controversia de soberanía. Sin embargo, la cuestión de la soberanía, tema central de la disputa, no ha podido aún ser abordada debido a la negativa del Reino Unido a reanudar las negociaciones sobre esta materia. El Reino Unido insiste en su posición rechazando las reiteradas exhortaciones de la Argentina, de las Naciones Unidas, del GRUPO de los 77 más CHINA y de toda la comunidad internacional El Reino Unido une a su rechazo a la reanudación de las negociaciones la invocación de un pretendido derecho a la autodeterminación por parte de la población de las Islas que es inaplicable al caso y que ha sido reiteradamente rechazada por las Naciones Unidas. Ello es así porque la Organización entendió que una población trasplantada por la Potencia colonial, como es la población de las Islas Malvinas, no es un pueblo con derecho a la libre determinación ya que no se diferencia del pueblo de la metrópoli. Conflicto bélico: La guerra de Malvinas constituye uno de los episodios más controvertidos y difíciles de abordar de nuestra historia reciente. Por un lado fue producto de la decisión de una dictadura cívico-militar que venía implementado desde 1.976 una política de terrorismo de Estado. Por otro lados, fue apoyado por buena parte de la sociedad, incluso por los grupos opositores del gobierno militar. Jorge Rafael Videla, Jefe del Ejército, asumió como presidente de facto de la República Argentina en 1.976. A seis años de la toma del poder, las Fuerzas Armadas se enfrentaban a un contexto político interno difícil con varios frente del conflicto: la creciente actividad sindical y la crisis económica, las denuncias por las violaciones de los derechos humanos, y los reclamos de la recientemente creada Multipartidaria, entre otros. Este clima hostil incidió en la decisión de apresurar las operaciones tendientes al desembarco de Malvinas, que comenzaron, en realidad, el 24 de Marzo de 1.982aniversario del golpe de Estado de 1.976- cuando un grupo de tarea encabezado por el hoy ex Capitán Fragata Alfredo Astiz hizó la bandera argentina en Grytviken, Islas Georgia del Sur. Esto provocó el reclamo británico y la movilización de un buque hacia la zona de

tensión. El 2 de Abril desembarcó una fuerza conjunta argentina en la cercanía de puerto Argentino y recuperó las Islas luego de breves combates que produjeron un muerto entre los argentinos, la sociedad argentina reaccionó en apoyo a la recuperación de las islas, el apoyo tenía sus matices: algunos apoyaban la causa anti-imperialista pero se oponían al gobierno militar, otros no distinguían entre una cosa y otra; y otros veían que esta causa les permitía volver a la calle para hacer política. El apoyo de la población se concentró, en la figura del grueso de los soldados que estaban siendo enviados a Malvinas: los conscriptos de la clases 62 y 63, que constituían el 70% de los movilizados al Sur y que una vez finalizado el conflicto serian caracterizados como “los chicos de la guerra”. Venían de distintas provincias y diferentes clases sociales. En el transcurso de Abril de 1.982 alrededor de 10.000 soldados consolidaron las posiciones argentinas en las islas Malvinas, la conducción militar argentina no había previsto una respuesta militar británica pero tres días después del desembarco, una fuerza de tarea la más grande constituida por Gran Bretaña de la Segunda Guerra Mundial se dirigió a las islas. Posteriormente Estados Unidos declaró su apoyo a Gran Bretaña. A finales de Abril, los británicos expulsaron a los argentinos de las islas Georgia y el ataque sobre las islas del archipiélago de Malvinas fue inminente. El 1 de Mayo de 1.982 aviones británicos bombardearon el aeropuerto de Puerto Argentino, el 2 de Mayo, fuera de la zona de exclusión que los británicos habían establecido el submarino Conqueror torpedeo y hundió al crucero argentino Ara General Belgrano: murieron 323 de sus tripulantes y se hundieron las ultimas posibilidades de negociar alguna salida diplomática al conflicto. Unos días después, aviones argentinos devolvieron el golpe: lanzaron un misil que hundió al crucero Sheffield. Durante muchos días, la aviación argentina bombardeo los barcos británicos pero no pudo impedir el desembarco, que tampoco fue enfrentado por tropas terrestres. Mientras se desarrollaba este combate aeronaval, el cerco sobre las islas se estrechó, y las condiciones de vida de los soldados argentinos empeoraron, ya que tuvieron que sumar a las deficiencias alimentarias y al frio que avanzaba, la tensión propia de un ejército movilizado a la espera de ser atacado mientras era bombardeado diariamente. Las fuerzas británicas batallones de élite de marines y paracaidistas avanzaron rumbo a puerto Darwin, donde se produjo una violenta batalla entre el 27 y el 28 de Mayo que culminó con la rendición masiva de la guarnición argentina. Entre el 10 y el 14 de Junio, fecha de la rendición argentina, se produjeron intensos combates en muchos de los cerros que rodean el puerto: Monte, Londog, Monte, Two Sister, entre otros. Fuerón breves pero duros enfrentamientos en pésimas condiciones climáticas en general por la noche, los británicos quedaron controlando las alturas que rodeaban a la ppoblacion

mientras que los argentinos se retiraban y concentraban en los alrededores de Puerto Argentino. El gobernador militar Mario Benjamín Menéndez se rindió al jefe británico el 14 de Junio de 1.982. Los argentinos, en su condición de prisioneros de guerra permanecieron en las Islas Malvinas unos días más, unos días más concetrados en el aeropuerto hasta que fueron embarcados de regreso al continente, donde desembarcaron en los puertos patagónicos y fueron devueltos a sus guarniciones y hogares, en la mayoría de los casos en condiciones de semiclandestinidad, con la orden expresa de no hacer declaraciones a la prensa y de no contar de lo vivido a sus familiares. Los medios de comunicación y el final: La información durante la guerra de Malvinas no escapó las condiciones generales de la dictadura. Al severo control de la prensa que existía desde el golpe de Estado se agregaron la censura típica de todo conflicto armado y el triunfalismo propio de la propaganda, impulsado desde el gobierno militar. El rápido desenlace, la falta de información previa crearon en gran parte del público argentino la sensación de que las islas habían caído sin combatir. La guerra de Malvinas produjo la muerte de 649 argentinos durante su desarrollo, y heridas a otros 1.063. Durante los años de posguerra, se suicidaron más de 400 sobrevivientes. En el conflicto bélico murieron a sí mismo 255 británicos. Fueron enviados a la guerra soldados escasamente entrenados y equipados para la batalla en climas subpolares. La derrota de la guerra de Malvinas precipitó la caída de la dictadura cívico militar. Amplio sectores sociales que habían acompaño la revolución consideraron que las Fuerzas Armadas nacionales habían fallado en su función específica Contexto actual: Las Islas Malvinas se han constituido en uno de los signos identitarios de los argentinos que con más fuerza siguen interpelando un pasado de despojo y una historia de avasallamiento permanente de nuestra soberanía. Es por eso que la causa de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur continúa presente en la Constitución Nacional y hoy está definida expresamente en la Ley Nacional de Educación. Porque se trata de historia contemporánea, viva y todavía abierta. Memoria y proyecto se conjugan en el presente cuando nombramos esas Islas.

Cuando decimos que la Argentina tiene un conflicto de soberanía con el Reino Unido por la ocupación ilegal de “las Malvinas”, nos referimos, en realidad, a la usurpación de un territorio, de un espacio geográfico mucho más amplio que el de las Malvinas. En la configuración de un territorio intervienen factores simbólicos –como los producidos por relaciones de identidad e indentificación afectiva, apropiaciones funcionales de un orden más concreto -como los producidos por relaciones de poder, de dominación o de propiedad, donde los conceptos de límite, frontera y soberanía son instrumentos que efectivizan los distintos “recortes espaciales”. Sobre la cuestión Malvinas pesa un conflicto en el que la Argentina define su territorio con unos criterios y el Reino Unido pretende hacerlo con otros. Cuando nos referimos al “conflicto Malvinas”, entonces, nos estamos refiriendo a unos 3 millones de kilómetros cuadrados que desde 1833 permanecen ocupados por una potencia extracontinental, vale decir, cerca de un tercio de los casi 10.400.000 km2 que la República Argentina considera territorio de su soberanía desde que oficializó ante la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar el límite exterior de su plataforma continental. Dado que la disputa con el Reino Unido se extiende también a la Antártida Suramericana los vínculos geológicos, geográficos e históricos que unen a aquellos tres archipiélagos con la Patagonia continental y con el Sector Antártico Argentino cobran especial relevancia, porque ponen en perspectiva la dimensión del desafío que afrontan los pueblos y gobiernos suramericanos frente a la pretensión colonial británica. Como la ocupación de los espacios usurpados continúa, la Argentina y los países que integran la Unión Suramericana de Naciones han iniciado la adopción de políticas comunes que contribuyan a restablecer el principio de integridad territorial, quebrado por el Reino Unido en el Atlántico Sur. A esa decisión se refiere nuestra Constitución Nacional cuando, en su Disposición Transitoria Primera, expresa que “La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios

del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”. En el marco de esta resolución, la Ley 23.775, sancionada por el Congreso de la Nación, establece que las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, junto con la Antártida Argentina y los espacios marítimos correspondientes, constituyen una unidad geográfica, histórica y jurídica perteneciente al territorio de la República Argentina que forma parte de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Población actual de las islas Malvinas En el contexto actual, las Islas Malvinas cuentan con una población civil de 3.198 habitantes, entre ellos son 18 los argentinos. La bibliografía consultada sugiere que en su mayoría llegaron antes de la guerra del Atlántico Sur de 1982. Pero hay un par de excepciones, argentinos que llegaron después de esa fecha, como Sebastián Socodo, el encargado de custodiar el Cementerio de Darwin, el lugar donde descansan los argentinos caídos en combate. Los datos surgen del último censo de población realizado el 9 de octubre de 2016 en las Islas Malvinas, actividad que se reitera cada cinco años en ese territorio. El 50 por ciento de la población de Malvinas es nacida en las islas y la otra mitad es extranjera. De este grupo poblacional no nacido en las Islas, el 25 por ciento es inglés y el otro cuarto está compuesto por ciudadanos provenientes de 50 países del mundo, entre ellos se destacan unos 180 chilenos que están radicados en el territorio austral. "En parte son desplazamientos definitivos, con intención de radicarse en las Islas, entrevistamos algunas personas que hace 20 años que están residiendo allí, pero también son importantes los desplazamientos temporales", explica Gustavo Peretti, docente investigador del Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, además sostiene que el 77% de la población se encuentra radicada en la localidad capital, en Puerto Stanley, y refiere que en 1930 el archipiélago alcanzaba 2.392 habitantes, cifra que fue disminuyendo de manera constante hasta inicios de la década de los años 80 cuando sólo contaba con 1.813 pobladores. "Una de las marcas de la guerra en las islas puede encontrarse en el aumento de la población de Malvinas, pues Inglaterra comienza a prestar mayor atención a ese

territorio", asegura el investigador y da cuenta también de las mejoras en la infraestructura urbana que se observa en las dos ciudades malvinenses: Puerto Stanley y Mount Pleasant, o Monte Agradable. Luego de la guerra, se construye la base militar, un aeropuerto de grandes dimensiones y un hospital de alta complejidad que era una necesidad para los isleños que hasta ese momento visitaban territorio argentino para la atención sanitaria. El principal obstáculo que presenta esta perspectiva es que, en el trato, los isleños son cerrados y distantes, sin embargo, tiene la ventaja en lo que se refiere a derechos ciudadanos, por ejemplo con un contrato de trabajo uno tiene los mismos derechos que un kelper en términos de educación, que es gratuita, y de salud", refiere Peretti. Se observa "una apertura de la sociedad isleña. El año pasado se aprobó el matrimonio igualitario, fue una decisión política de la Legislatura de Malvinas, no fue impuesto por Inglaterra, y es una legislación de avanzada porque permite la adopción para parejas homosexuales, por ejemplo. Previo a la sanción de la ley hubo una consulta y más del 80% de los isleños votó a favor del matrimonio igualitario. Estas decisiones contribuyen a reafirmar su identidad, pues ellos se consideran isleños", opina Peretti En las Islas aún persisten minas, resabios de la guerra del 82, en territorios de difícil acceso lo que dificulta su desactivación. Por esta razón, se observa un nuevo componente demográfico en la población isleña. Se trata de un grupo de unos 80 expertos en desactivación de minas, que provienen desde Zimbabwe. "Es una migración reciente, que seguramente cumplirá su tarea y retornará a su país, pero porcentualmente es importante por la reducida población de la isla", analiza Peretti. Para poder radicarse en Malvinas hay que contar con un contrato de trabajo, no se puede ir a buscar empleo. "Los contratos son generalmente por dos años y luego estas personas regresan al continente. En su mayoría son chilenos que viajan desde Punta Arenas, es un grupo que alcanza las 200 personas, pero también hay peruanos y uruguayos, por ejemplo", indica Peretti. "Los salarios son comparativamente mucho más altos en Malvinas que en el continente, y su estándar de vida es más alto que el nuestro, entonces se entiende que se produzca la migración temporaria de personas que luego retornan a sus países de origen", explica el investigador. Sólo hay un vuelo semanal que va desde Punta Arenas, Chile, a Malvinas que es

el que lleva alimentos frescos, como frutas y verduras. Por esta razón las habitantes de Puerto Stanley comenzaron a construir sus propios invernaderos, porque las condiciones climáticas no permiten cultivar a cielo abierto. En Puerto Stanley hay una sola escuela, que cuenta con jardín de infantes, escuela primaria y secundaria. "Tuvieron muchas mejoras en los últimos años, por ejemplo la piscina climatizada", cuenta Peretti. "En Malvinas la obligatoriedad de estudiar es hasta los 15 años y luego si el estudiante alcanza determinado desempeño, el gobierno de las islas los beca para estudiar en Inglaterra, y varios vuelven a Malvinas ya con una profesión. Este derecho es para todos quienes tienen la ciudadanía, no sólo kelpers, sino también extranjeros", asegura el investigador y relata que conoció a una estudiante chilena que estaba recursando el último año de la secundaria para ver si alcanzaba la calificación necesaria para ser becada y estudiar en Inglaterra. Entre los puntos destacados que hemos repasado, se destacan la cantidad de habitantes actualmente, el aumento de la población después de la guerra, infraestructura, migraciones desde distintos paises, educación, etc.

Recursos Naturales: La hostilidad del clima se ve reflejada en las formas de vida. Malvinas carece prácticamente de árboles. Si bien la humedad es elevada, la temperatura y los vientos son factores limitantes tanto para la vida animal y vegetal como para el desarrollo de actividades económicas como la agricultura y la ganadería. En ciertas condiciones de producción, la cría de ganado ovino se puede desarrollar en la zona. Asimismo, son muy pocos los asentamientos humanos en las islas. La mayoría de la población vive en Puerto Argentino y solo algunos grupos de personas lo hacen en establecimientos rurales. La mayor concentración de personas de las Islas se encuentra dentro de las bases militares británicas y son profesionales de esa fuerza que se renuevan año a año. Las turberas son el recurso natural de origen vegetal más utilizado. Se forman en las áreas más bajas, generalmente cerca de las costas, originadas por el depósito y posterior descomposición de vegetación. Sirven como combustible, al igual que las acumulaciones de turba en la Patagonia, que son de idéntico origen. Sobre las rocas se desarrollan líquenes y en la plataforma submarina adyacente crecen algas, por lo general sobre fondos duros. Las algas son propias del ambiente submareal,

no solo de Malvinas, sino también de Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego e Islas Georgias del Sur. Se utilizan como materia prima para aditivos en alimentación de ganado y fertilizantes, así como también para producción de ácido algínico, de uso en la industria vitivinícola, en la farmacológica y en la química. En las costas de las islas se encuentran focas, lobos, leones y elefantes marinos. Es abundante la fauna ictícola, las almejas y las ostras, así como también los moluscos y el krill. Hay, además, un efecto independiente al producido por las estaciones, debido a las variaciones de la luz ambiente, que en un clima tan cambiante puede dar, de un momento a otro, aspectos muy distintos a un mismo paisaje. Con el cielo cubierto y con llovizna todo se presenta a los ojos predominantemente gris. Pero en cuanto asoma el sol, aparece una variedad de colores de una intensidad inesperada. Los fuertes vientos determinan que solo se desarrollen en forma nativa las hierbas, entre ellas las especies cortaderas y la yareta. El Espacio como Recurso Natural Estratégico: Las Malvinas no pueden considerarse en sí mismas sino con el espacio magallánico. Y el espacio magallánico abarca el sur de Argentina, el sur de Chile, la Isla Grande de Tierra del Fuego, los canales y archipiélagos adyacentes, la zona de Georgias, las Islas Sandwich del Sur y también la península antártica y sus dependencias inmediatas. Como los yacimientos de oro, plata o cualquier otro recurso natural, los espacios significativos, valiosos para el hombre, también “se concentran” en determinados lugares: los “yacimientos” de este recurso son los puntos de acceso y los corredores de pasaje entre grandes áreas, por donde el hombre debe pasar para transportar los otros recursos naturales. Aquí se producen grandes tensiones, porque es tan importante controlar los portales de pasaje como controlar el petróleo, por ejemplo. Para eso las grandes potencias despliegan su poder militar y lo concentran en los puntos de acceso y en los corredores interoceánicos. No necesitan ocupar todo el Mar Arábigo; es suficiente controlar Suez. Del mismo modo, para controlar el paso entre el Atlántico y el Pacífico, no hace falta ocupar los dos océanos y todas sus costas. Para eso solo interesa el control de dos grandes corredores: el istmo centroamericano de Panamá por el Norte y, por el Sur, el área magallánica. La importancia geoestratégica de las Malvinas reside en que es el único pasaje interoceánico alternativo en caso de que un conflicto cierre el pasaje del Canal de Panamá“.

Clima y Relieve: como factores limitantes: El clima en Malvinas es frío y presenta una nubosidad casi constante con vientos fuertes y persistentes, principalmente provenientes del Noroeste, Oeste y Sudoeste, en razón de que las islas están situadas en una franja de vientos permanentes del Oeste. Durante el mes de diciembre predominan los días con precipitaciones intensas, aunque las lluvias tienen una presencia regular a lo largo de todo el año: llovizna casi todos los días y en invierno son habituales las nevadas. El clima de las Islas Malvinas no posee verano térmico: La temperatura media del mes más cálido se mantiene por debajo de los 10º C, aunque en ocasiones pueden registrarse máximas de hasta 20º C. La evaporación es baja, por lo cual hay excedente hídrico. Su humedad relativa es superior al 80 %. Es común que en un mismo día se presenten momentos de lluvia, chaparrones, granizo o aguanieve, seguidos de momentos de sol. Estas características limitan mucho la actividad agrícola. Los suelos impermeables, los fuertes vientos, las bajas temperaturas y los pocos días de sol hacen casi imposible la producción de vegetales al aire libre. Los pobladores utilizan invernaderos para cultivar vegetales que utilizan para consumo propio. El relieve presenta planicies suavemente onduladas, con algunas sierras de poca altura, redondeadas, debido a que fueron sometidas a una intensa erosión. En la isla Soledad, el Cerro Alberdi, de 705 m –el más alto de las islas-, forma parte de una línea de ondulaciones denominada Rivadavia, la cadena de mayor extensión. La mayor altura de la isla Gran Malvina es el Cerro Independencia, de 700 m. Las alturas Rivadavía hacen las veces de divisoria de aguas, y de ellas parten algunos arroyos que son los pocos cursos de agua permanentes de la isla. En las planicies se pueden encontrar algunas lagunas producto de la poca evaporación y la impermeabilidad del suelo. Las costas en Malvinas son, en general, acantiladas e irregulares, interrumpidas por valles fluviales hundidos y penetrados por el mar. Sobre el estrecho de San Carlos y en la Bahía Agradable, entre otros sitios, se ubican playas de declive suave. Tanto el clima como el relieve son factores que limitan la vida animal y vegetal. La alta humedad, las características del suelo, las bajas temperaturas, los fuertes vientos y los pocos días con sol hacen que los seres vivos deban enfrentar fuertes desafíos para desarrollarse con normalidad. Actividades Económicas en las Islas:

Antes de la ocupación británica, las actividades principales eran las relativas al uso del mar: la pesca ballenera y la cacería de lobos marinos, entre otras cosas, por su valor en la industria aceitera de entonces, cuya materia prima se utilizaba para iluminar el interior de los edificios. Aun así, las Islas no funcionaban como centros de esta industria sino como base de aprovisionamiento y asistencia para buques que venían del hemisferio Norte, particularmente de Estados Unidos, el Reino Unido y Holanda. La ganadería fue en ese entonces otra de las actividades principales en las Islas. Durante la época en que el archipiélago estuvo administrado por España se desarrollaron vaquerías, que no prosperaron debido al clima riguroso de la zona. Con el arribo de los primeros colonos enviados desde el Reino Unido, en 1842, y sobre todo a partir de la instalación de la factoría de las Falkland Island Company (FIC), se implantó la cría del ovino, que continúa hoy en día. La cría de ovejas se desarrolló de manera extensiva, sobre tierras de baja receptividad. Durante la segunda mitad del siglo XIX, esta actividad se vio favorecida por la creciente demanda de lana por parte del Reino Unido, consolidando en las islas el desplazamiento del vacuno y contribuyendo a la mejora de las razas, prevaleciendo la merino australiana. Las islas han dependido fuertemente de la ganadería ovina, especialmente entre 1870 y 2003. Si bien el destino principal es la lana, la carne de oveja es consumida por los habitantes de las islas. La mayor parte de los rebaños son propiedad de la FIC, empresa que monopoliza la economía isleña, ya que no sólo controla la ganadería, sino también el comercio, el transporte marítimo, la actividad bancaria y la financiera. La agricultura, muy limitada por las bajas temperaturas, se reduce a la producción de avena y cebada, y a las huertas familiares. Nuevamente se observan las limitaciones que impone el clima para el desarrollo de actividades humanas. A partir de los Tratados de Madrid y de Londres firmados en 1990, la economía de las islas se orientó sobre todo a la pesca y a la exploración de los recursos petroleros de la zona. Estas dos actividades no son llevadas adelante por sus habitantes, quienes se limitan a vender permisos de pesca y exploración a flotas y empresas extracontinentales sobre el área en conflicto. Resulta importante decir que esta actividad es ilegal, ya que en el año 2007 la Argentina denunció los artículos de los Tratados de 1990 que facilitaban estas actividades. Estas actividades se desarrollan sobre un área definida arbitrariamente por los británicos, quienes ya han venido financiando expediciones en busca de recursos hidrocarburíferos desde los años setenta.

Las plataformas de exploración petroleras enviadas a la zona han realizado o realizan trabajos para las empresas Desire Petroleum, Rockhopper Exploration, BHP Billiton, Falkland Oil and Gas, Argos Resources y Borders & Southern Petroleum. Se sabe por los informes de estas expediciones que la cuenca petrolera de Malvinas posee reservas estimadas en 60 millones de barriles de petróleo de calidad comercial. Las actividades de perforación fueron recibidas con protestas formales, tanto del Gobierno argentino como de todas las naciones de América Latina, que en conjunto se han manifestado contrarias a la presencia británica en el Atlántico Sur. Los Habitantes de las Islas: condiciones de vida: En la actualidad habitan en Malvinas casi 3.248 personas, dato que surge del censo realizado en el año 2012 en las Islas La población civil de las Islas casi equipara a la población militar que habita en las tres Bases Militares británicas instaladas en Isla Soledad. Se calcula que permanecen allí entre 2.500 y 3.000 efectivos militares. El 92 % de la población civil se concentra en la zona urbana de Puerto Argentino. El resto vive en establecimientos rurales. La cantidad de habitantes crece muy lentamente, con tendencia a evidenciar un estancamiento en su crecimiento demográfico. La relación entre nacimientos y fallecimientos revela que la tasa de crecimiento poblacional en Malvinas va disminuyendo paulatinamente De los 2.906 pobladores registrados por el censo de 2006, solo 1.200 son nacidos en las Islas. Los nativos son, en su mayoría, descendientes de los colonos enviados desde 1842 desde Gales y Escocia tras la usurpación británica de 1833 como parte de una política de afirmación del enclave colonial. Se trata de una comunidad implantada y no constituyen, por lo tanto, un pueblo originario de las Islas. Desde 1983 el gobierno inglés les ha concedido la ciudadanía británica, cosa que ha vuelto a confirmar su pertenencia al Reino Unido, contradiciendo de este modo los argumentos que los propios ingleses presentan cada año en las Naciones Unidas (ONU) en apoyo a la “autodeterminación de los isleños” como si se tratara un “pueblo libre” que está amenazado o sufre una ocupación colonial. Naciones Unidas ya se ha expedido al respecto: no los reconoce como pueblo ni como parte en la discusión sobre soberanía.