Macbeth

Trabajo Práctico W. Shakespeare ____________ Historia del Teatro Universal II Tomás Soumoulou Santiago Scarcella 2do

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Trabajo Práctico

W. Shakespeare

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Historia del Teatro Universal II Tomás Soumoulou Santiago Scarcella 2do T.V. EMAD

Macbeth

Principales Secuencias 1. Triunfo de Macbeth en una batalla 2. Aparición de las brujas. 3. Predicción de las brujas sobre que Macbeth será Rey y Barón de Cawdor. 4. Nombramiento de Macbeth como Barón de Cawdor. 5. Regreso de Macbeth a su castillo. 6. Llegada del rey al castillo de Macbeth. 7. Plan de asesinato del rey, por parte de Macbeth y su esposa. 8.Asesinato del rey 9. Acusación en contra de los hijos del rey. 10. Escape de los hijos del rey hacia Inglaterra e Irlanda.. 11. Asunción al trono por parte de Macbeth. 12. Alucinaciones de Macbeth. 13. Asesinato de Banquo. 14. Encuentro con las brujas por parte de Macbeth. 15. Escape de Macduff hacia Inglaterra. 16. Asesinato de la familia de Macduff. 17. Apoyo de Inglaterra a Malcolm. 18. Sueños y alucinaciones de Lady Macbeth. 19. Enfrentamiento entre las tropas de Macbeth y las de Malcolm. 20. Asesinato de Macbeth por parte de Malcolm. 21. Vuelta al trono de Escocia por parte de Malcolm.

Realizando una lectura simple, la historia de Macbeth puede verse como una historia de ambición y traición. Una advertencia acerca de los peligros que estas conllevan para el ser humano. Macbeth y Lady Macbeth ambicionan el trono, y esto es justamente la causa de su ruina. Para ello, traicionan asesinando al rey Duncan y a Banquo, pero es justamente esta acción en lo que se sustenta la historia. El asesinato es la clave, la esencia de la historia. Y es el primero (el del rey) el que desencadena todos los demás, al punto de no haber retorno ni final: “La ambición consiste en el proyecto y el plan del asesinato […] la gran apisonadora de la historia, una vez puesta en movimiento, va aplastando a todo el mundo”. ¿Pero que es lo que produce semejante espanto, lo que sumerge al espectador en una nube aterrorizante así como a los personajes en un sinfín de asesinatos del que no pueden escapar? La respuesta es el aspecto de pesadilla que Shakespeare le da a Macbeth a diferencia de sus demás obras. Tanto la historia como el crimen son mostrados como una experiencia personal, a cargo de quien los comete, con sus propias manos y de manera concreta, a la vista del público. Todos van hundiéndose en esta pesadilla, que “engulle y hunde hasta la garganta”. El mundo está cubierto de sangre. Una sangre física y palpable que está siempre en los asesinos y en las víctimas. La noche se evoca como una metáfora y aparece también en el plano de la acción y de la

escena. El sueño desaparece y abre lugar a la pesadilla. No es solamente Macbeth quien no puede dormir y se ve atormentado por las pesadillas, sino toda Escocia. Y la mayor causa productora de pesadillas es el miedo: ante el crimen y por el crimen. “Hasta la naturaleza, en aquel mundo, tiene el carácter de una pesadilla”. Lady Macbeth parece tomar el rol de hombre exigiéndole a Macbeth “la realización del asesinato como afirmación de su virilidad”. Su relación no está limpia, hay muchos asuntos oscuros por desentrañar. Pero lo importante en esta tragedia sigue siendo la pesadilla. Y más aún, la conciencia de la pesadilla. El pensamiento sobre el asesinato que inevitablemente vendrá y deberá ser realizado es mucho peor que la concreción efectiva del mismo, y quien lo realice se convertirá en otra persona, y su mundo en otro mundo distinto. Sin dudas llega un punto en el que para Macbeth todo se vuelve más fácil, y esto es luego de asesinar al rey. Y lo hace por no poder aceptar al Macbeth cobarde, pero ahora se ve obligado a seguir matando. Sin embargo tampoco puede aceptar al Macbeth que mata, si lo hace es por miedo, para terminar con la pesadilla y librarse de ella. Lo terrible es que la pesadilla no tiene fin y “consiste justamente en la necesidad del asesinato”. Macbeth es la negación de sí mismo, es el hombre que se rehúsa a ser lo que es, que no se acepta y es para sí mismo otra persona: “se escoge a sí mismo, pero después de cada una de esas elecciones se encuentra más ajeno a su propio ser y más espantoso”. No sólo no quiere reconocerse a sí mismo, sino que niega lo irrevocable del mundo en el que vive. Macbeth no puede estar de acuerdo con sí mismo porque eso sería aceptar que vive en la pesadilla cuando sólo quiere escapar, cuando “sueña con un mundo sin asesinatos, donde puedan ser olvidados los crímenes antes cometidos”…o “un asesinato que interrumpa la serie de asesinatos, que ponga fin a la pesadilla y dé la liberación”. “Macbeth sueña con el fin de la pesadilla, y va sumergiéndose cada vez más profundamente en ella”. Cuando se le aparece el espíritu de Banquo, Macbeth reconoce que ese último asesinato con el que soñó no será posible, ya que los muertos vuelven (hasta su última esperanza se desmorona)…el pasado vuelve y eso es lo que más aterroriza a Macbeth y a cualquier persona de pasado oscuro. Pero ese miedo que reinó durante toda la obra desaparece. Macbeth ya no tiene miedo porque ahora “sabe que ante la pesadilla no cabe la huida, que ella es el destino y la condición humana […] sabe ya que la muerte no cambia nada, que es tan absurda como la vida”. Para él, no existe elección alguna, lo cual es claramente comparable con la tragedia griega. Las fuerzas del destino exceden a los seres de la tierra…y no hay escapatoria. Finalmente, en esta historia no hay catarsis. A diferencia de la muerte del barón de Cawdor, en la Macbeth no importa la dignidad humana, él mismo no cree en ella…ni siquiera se siente culpable. Porque conserva el desprecio hasta el final y “lo único que puede hacer es precipitar en la nada, antes de su propia muerte, la mayor cantidad posible de vivos”. Evidentemente hubiera seguido asesinando mientras no fuera asesinado. Efectivamente pudo asesinar hasta su fin. Esta es la concepción final de Shakespeare sobre el absurdo del mundo.