Louise Baudín Raynaud - Los Falsos Maestros Mi Vida con Serge Raynaud-asin_WGTHJHE46KF6MH7SRY75XHPNY3GFRTTS

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Introducción

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PRIMERA PARTE

Mi encuentro con Serge. Ambulantes enamorados .......................... 13 Turistas en Córcega ............................................................................. 17 Regreso a Niza. Fuera de la Ley: el jabón "erzatz" .......................... l o Negociantes con perfumes. Viajes y buena vida .............................. ¡Hogar, dulce hogar! La Astrología ................................................... Un buen susto: La Gestapo; imborrable recuerdo del salvajismc humano ................................................................................................ El pueblo de La Ferriére .................................................................... Normandía. Matrimonio en mi pueblo. Serge artista ..................... La derrota Alemana. Serge autoridad oficial; el prestigio del uniforme .....................................................................................................46 Astrólogo de fama. Estudio del ocultismo .........................................54 Un anciano misterioso ......................................................................... 60 El hogar en peligro .............................................................................. 62 SEGUNDA PARTE

Rumbo a las Américas .........................................................................67 New-York y Guatemala ....................................................................... 73 Llegada a Venezuela ........................................................................... Vida comunitaria con una familia venezolana en El Limón ........... Nuestra casa. Instalación de la Misión ............................................. Conferencia en Barquisimeto ............................................................ Una familia venezolana en la Misión .................................................

Tomo conmigo misma el compromiso de hacerlo con la más estricta imparcialidad, a fin de que, a través de m i relato, se pueda saber con más autorizado criterio, quien fue Serge Raynaud, titulado por él mism o y aceptado por sus discípulos no sólo como "El Mensajero de la Nueva Era", sino también como "El Avatar". No porque escribo este libro me considero escritora; tampoco pretendo tener la capacidad de "cultivar las flores de la retórica" por lo tanto m i estilo será el modo de expresión común y corriente, que e n vez de presentar una desventaja, quizás pueda llegar más directamente, más fácilmente a la mayoría de los individuos medios que son 20s que se interesan e n estas pseudo-escuelas esotéricas que deben su relativo éxito a la sed que tiene la humanidad de encontrar algo auténtico, superior, quizás movida por una fuerza latente que la hace intuir el falso rumbo que la lleva a su perdición.

Niñito bonito e inocente, ¿quién hubiera dicho en este día, que una mujer que tanto te quiso, se viera en la imperante obligación, después de ser tu viuda, de revelar al público nuestra alocada vida?

Recuerdo del año de su comuni611,Serge a la derecha con primo.

PRIMERA PARTE

M1 E N C U E N T R O C O N S E R G E AMBULANTES ENAMORADOS

RIVIERA FRANCESA 1941.

La guerra todavía hacía estragos con su cortejo de muerte S, llantos, hambre y también, en medio de esta locura humana... espe Niza, ciudad del reposo y dulce vivir sufría las privaciones a le faltaba por conocer el peso de la ocupación alemana. Agente 7 había regresado de Africa del Norte al principio de la guerra y tenia nostalgia del canto de los "muecines", de la flauta de los encantadores de serpientes, del país de los hombres recios y mujeres misteriosas. Deseaba retornar a este país de leyendas. Mi hermano me relacionó con un amigo fabricante de un nuevo producto por lanzar al mercado y, aspirando a la representación exclusiva para Marruecos, tenía qué tratar con el socio de dicho fabricante. Este socio se llamaba Serge Raynaud; el que más tarde se conocería como Serge Raynaud de la Ferriére. Ese mismo instante de conocerlo fue el factor determinante para un nuevo rumbo en mi vida. Hubo una mutua simpatía facilitando el intercambio de opiniones, gustos y esperanzas. Transcurrió la tarde durante la cual supe que había sido hecho prisionero en Inglaterra por no querer enrolarse "voluntariamente" en la armada del General de Gaulle. Lo mandaron de regreso a Franci; con el intercambio de prisioneros. Serge Raynaud, nació en París el 18 de Enero de 1916, de padrl belgas, huyó de Bélgica durante la invasión alemana y en Inglater

aún con el iiniforme de militar francés, se olvidó de la guerra, llevando buena vida en lugares selectos, huésped de los unos y de los otros, lo que hace fácil comprender que no le podía agradar mucho abandonar este modo de vivir para las aventuras y riesgos que en esta época representaba, lo que después fue la gloriosa empresa Gaullista. Por lo menos esa fue su versión. Al separarnos este primer día, quedamos de acuerdo en que me concedía la exclusividad del producto para Marruecos, pero vimos la conveniencia que yo hiciera con él una gira de demostración en alguna ciudad de la costa Mediterránea para que me diera cuenta de las reacciones del público. Convenimos en salir para el puerto de Toulon dentro de ocho días. Dos días después, me informó que saldríamos al día siguiente, y así fue. En la estación de ferrocarriles, mi familia y algunas amistades de él nos vinieron a despedir. Supe más tarde que todos los presentes sabían lo que ni él ni yo sospechábamos ese día, a pesar de nuestra mutua simpatía: que un romance muy serio se había iniciado ya! En efecto, en vez de los diez o quince días previstos para nuestra ausencia, estuvimos tres meses viajando por toda Francia, haciendo exposiciones, cazando cualquier pretexto para seguir viajando juntos desentendiéndose él de los telegramas reclamando su presencia en Niza, y yo, olvidando por completo mi proyecto marroquí. Nos queríamos y para nosotros no había nada más importante! La única y verdadera preocupación que tuvimos en esa temporada fue la salud de mi Serge que estuvo muy delicada, había enflaquecido mucho pero finalmente se recuperó.

Bélgica 1939

Bélgica 1'

Serge, cuando lo conocí: Niza 1941

Beanoucaire: el Csistillo. Ser enflaqueciido.

Los dos en la Feria Exposición, Crenoble 194

TURISTAS EN CORCEGA

De regreso a Niza, apenas nos quedamos unos días y... rumbo a Córcega. Allí mi hermano tenía muchas y buenas amistades y si el negocio no fue muy floreciente, en cambio, con la conocida y muy peculiar hospitalidad de estos isleños vivimos un mes como si hubiésemos sido grandes personajes, atendidos con las mejores atenciones sin que se nos permitiera pagar en ningún lugar; en cierta ocasión invitaron quince personas además de dos músicos y cantantes para acompañarnos en la comida que incluía langosta. Se debe tener en cuenta las restricciones del período de guerra, la carestía de todo lo procedente de "mercado negro" también de la situación de nuestros anfitriones quienes, por ser gentes con ciertas comodidades distaban, sin embargo, de tener un gran capital, circunstancia que nos hacía más sensibles a todas estas atenciones. Antes de regresar a Niza decidimos ir a Aiaccio, otra ciudad casi a la extremidad de la isla en línea oblicua']partiendo de Bastia, en el litoral opuesto, (no me recuerdo bien, pero n1e pare.-*:--ce que fue en Ajaccio que tomamos el barco para regresar al CCJIIL~IICIIte). Un tren, todavía a la antigua, sobre rieles de vía angosta cubría el trayecto; en el transcurso de este viaje tuvimos un momento de ligera angustia. Con la sequía del verano, en este día, se había incendiado la región montañosa que estabamos atravesando, y nos tocó pasar en medio de dos faldas de montañas prendidas en llamas; sólo la vía, que por supuesto estaba limpia, no ardía, pero las chispas de fuego entraban por los dos lados del vagón; a pesar de que el paso se hii!o rápidzimente, a nosotros nos pareció muy lento. iSupimos despué S que e:ra muy corriente en esta época y los empleados de la compañíia ferroc;lrrilera - -. -- - no se emocionaban por eso, pero nosotros no dejamos de Ilevarrius nuestro pequeño susto!

Rumbo para Córcega. Sobre el "Pascal Pauli"

En Bastia. Córcega.

REGRESO A NIZ LA D E L EL JABa !AST1' ..l--,,-, .b, (producto , , ,,..,y.a

.

Serge Raynaud liquidó su negocio con su socio y emprendimos los dos un nuevo trabajo, fabricando una especie de jabón casero, de relativa buena apariencia pero... de pésima calidad; estábamos en aquella época en que todo el mundo, en Francia, vivía, en grado menor o mayor, fuera de la ley, los unos para conseguir dinero, los otros para lograr los alimentos "racionados", temporada del floreciente "mercado negro", con más razón en esta arrinconada ciudad de Francia, alejada de las regiones productoras. Niza, ciudad de los esplendor o s o ~ca rnavale: - ;, recibía su alimento esporádic amente y de último, después que eraln abastecidas las demás. Cada u no con cina maletica, íbamos 2i vender nuestro producto en los pueblos circundantes sin vol1_- . no podía (3 t a r ver jamás- a ius mismos lugares, sabiendo que el cliente muy satisfecho con la calidad de este famoso jabón, la cual no co rres1.

pondía al precio exigido por nosotros. En realidad fue para nosotros una época muy difícil financieramente y además, no teníamos la conciencia muy tranquila cuando teníamos que comparecer delante de un empleado de alguna alcabala. A pesar de todo eso, no podíamos quejarnos; no hubiéramos podido llamar "sufrir" las pequeñas restricciones a las cuales fuimos sometidos; el problema era de todos; se sabía sacar algo de la nada y la verdad es que el ingenio francés hizo maravillas; había que ver los primores de elegancia que se hicieron hasta en los calzados con vulgares suelas de madera!

En esta temporada vivíamos en una pieza del apartamento de mi hermano. Serge era buen pintor y dando libertad a su fantasía había pintado las puertas de nuestro cuarto, una, fondo negro con letras chinas de color dorado, verticalmente en una sola línea central, la otra representaba un dragón de colores vivos, igualmente sobre fondo negro, escupiendo llamas. Era tal el impacto de relieve y color aue. impresionado, el gato de la casa emb~istióla :puerta! Apenas disponíamos de algún di nero, nuiestra gr.an fiesti3 era re.. correr las casas de antigüedades incluyendo el rastro (las chiveras) buscando muebles, cortinas, adornos... todo c!hino. A pIartir de este momento y durante años, nuestras familias y cíirculos cle amist;ades nos, #--A--:llamaron los "chinos" y algunas veces "los hiariuai 111ies". En uno de nuestros pequeños_des] plazamiientos hiacia las afueras de Niza para vender nuestros jabones, un dí:i nos en1contráb:imos sa:A:--- - aigurios -1 liendo de un pueblecito retirado y deciuir~ius alr avebar campos desiertos en vez de seguir la carretera en espera del autobús. De vez en cuando solíamos seguir algún impulso repentino en busca de algo inesperado y siempre estábamos de acuerdo para complacer a este diablito amante de la aventura como en esta oportunidad en que nos hacía cosquillas por dentro! esta región estaba muy poco poblada, ha. bíamos caminado bastante, cada uno con nuestra pequeña maleta, por suerte ya vacía de mercancía; avanzada la tarde, y el bucólico panorama empezaba a perder su atractivo, frente al cansancio, el aipetito y -- - - -- sobre todo constatando que no sabíamos en que dirección teriidiiius que seguir para encontrar algún transporte. No se veía1 ningun;a casa ni carretera. Si la suerte es de los inocentes, pues, debíarnos de sc:rlo por-a

que en ese dilema divisamos los rieles de una angosta vía de ferrocarriles y desde no muy lejos apareCia la máquina de un diminuto tren de sólo unos vagones de carga, escupiendo un humo negro, con su característico ruido rompiendo el silencio de esa campiña. Pues... no había estación... haríamos señas, sí, pero jse pararía?... jno se pararía? Chucuchucuchu... chucuchucuchu... semejante al asmático transporte latían nuestros corazones... esperanza... duda... chucuchucuchu... chucuchucuchu... chucuchucuchu... ya el maquinista vio nuestras señas... jse paró el tren! No recuerdo qué historia le contamos al maquinista, ni sé si nos creyó pero lo cierto es que subimos en uno de los vagones. Carcajadas de satisfacción cortadas con besos; teníamos la impresión de ser los actores de una película de vaqueros del oeste americano y, chucuchucuchu... chucuchucuchu ..., regresando a Niza íbamos. NEGOCIANTES EN PERFUMES VIAJES Y BUENA VIDA

Para nosotros, esta época de fabricar y vender jabón nos duró mucho; pronto tuvimos acuerdo con un negociante en perfumes con el cual trabajamos sólo unos meses (tres o cuatr'o) como representantes, haciendo demostraciones en los más importantes negocios de las ciudades francesas, después de esos meses trabajamos en lo mismo pero por nuestra cuenta. Vivíamos muy holgadamente, viajando cómodamente, con salud, buen comer, buen vestir, jóvenes y enamorados; la vida sonreía. Recorríamos otra vez casi todo el país. Por temporada, regresábamos al lado de nuestras familias, ambas viviendo en Niza en esta época. En estos años Serge fumaba un término medio de dos paquetes de cigarrillos por día. Cuando trataba de hacerle ver la eonveniencia de, por lo menos, reducir tal consumo, me desarrollaba una teoría para justificar tal hábito. Finalmente, un buen día, años después, (a raíz de sus lecturas sobre ocultismo); decidió dejar de fumar, pero como no quería sufrir las molestias consecuentes, ideó un método para lograr su propósito a largo plazo: 1) decidió no obsequiar ni recibir de nadie ningún cigarrillo (para no perder la cuenta). 2) compraba sus dos paquetes de una vez diariamente, y en la mañana, la primera semana, cada día quitaba un cigarrillo de un paquete y lo guardaba aparte en el cuarto. 3) cada vez que sentía la necesidad, o que maquinalmente iba a

sacar un cigarrillo, se aguantaba un minuto retardando el instante masticando un caramelo. 4) la semana siguiente, en vez de quitar un cigarrillo del paquete quitaba dos diariamente y reducía así sucesivamente unas semanas tras otras. Naturalmente que este proceder le obligaba a estar pendiente todo el día de su propósito, y me place reconocer que cumplió cabalmente hasta el día que su método le había Ilevado a fumar un sólo cigarrillo por día. El iba a cortarlo en dos pero en el momento de hacerlo dijo: "Ah... ¿para qué? un mísero pedacito de hierba así no me va a tener esclavo jademás no me hace falta ya!". Así dejó totalmente de fumar. Eso fue más o menos a los alrededores de 1944-45.

Pau, 8 de marzo de 1942. Salid Estación de Ferrocarriles

"Que suerte... todavía un "Balto"

Thonon-Le Bain. 27 de iulio de 1942. :;obre el Lago Lernan.

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Louhans. 15 de agosto de 1942

Pau, 2 de octubre de 1912

Cannes, 27 de noviembre de 1942.

Montpellier, 15 de nc

Niza: luciendo el traje de r azo.

Nuestro papel membrete cuando teníamos I

perfumería.

HOGAR, DULCE HOGAR LA ASTROLOGIA

Un día, dejamos nuestra pieza "china" 1por un a partame ti:-*-- 1~- - L guo al de mi hermano. Teníamos empleadas. e--i i UA:-&: ISLIIILU~ I ~ ~ para I C S la venta de nuestros perfumes. Nuestro trabajo consistía entonces en la compra de las esencias, en las mundialmente conocidas fábricas de la patria de Fragonar "Grasse"; transformarlas, envasarlas y abastecer nuestro puesto de ventas. Nos quedaba tiempo para "estar en casa". Fue el momento entonces de un nuevo interés para Serge: La Astrología. Una obra de Tycho Brahé (astrónomo danés, 1546-1601) sobre astrología, impresionó poderosamente a Serge y en la primera oportunidad que estuvimos "vagando" en una librería, no tuvo ojoc más que para todo lo que llevaba títulos relacionados con este ari (que no me atrevo a llamar "ciencia" por causa de su aspecto degener; do el único conocido del vulgo). La literatura francesa es muy rica e esta materia y cuenta con obras de precios elevados; Sesge no sabí cuáles escoger y no compró nada a pesar de su intenso d eseo; un

compra parcial de los que más anhelaba le hubiera dejado insatisfecho y la suma de dichas obras le parecía demasiado elevada; él quería ser "razonable". Cuando teníamos algún capital, una parte se depositaba en el banco a nombre de los dos, la otra, la guardábamos en casa; nunca el dinero era para nosotros motivo de discusión (y en esta época mucho menos, puesto que vivíamos en la más perfecta armonía). Estábamos pendientes mutuamente para complacer los deseos que podía manifestar el otro; para él, no había nada que pareciera demasiado caro o bello, para tratar de brindármelo y naturalmente yo correspondía en la misma manera. Con ternura y agradecimiento, a pesar de los años transcurridos y del hondo dolor que en relación con él he tenido que sufrir, me recuerdo que en el curso de nuestros múltiples viajes por toda Francia, necesitando un nuevo traje, en una determinada ciudad vi uno, de raso estampado que colmó mi gusto y anhelo. Parece que era un modelo exclusivo y costaba más de lo que encontraba razonable, y con cierto pesar no quise comprarlo aunque Serge me decía: "Bueno, pero si te gusta, cómpralo". Pasaba el tiempo, miraba las vitrinas de otras ciudades y no me decidía; el recuerdo de aquel traje no dejaba que otro me gustara, así que, de nuevo regresamos de nuestra gira a nHestro apartamento de Niza. Unos días después, cual no fue mi sorpresa al oír a mi querido Serge decirme, conduciéndome del btazo hacia el cuarto, y, mirando una caja de cartón sobre la cama: "Mira lo que llegó para ti! "Era el traje de raso estampado que tanto me había gustado. ¡NOsé como Serge se las había arreglado, pero a mi espalda había dado nuestra dirección de Niza para que se nos mandara el famoso vestido en una fecha determinada. Con la alegría de mi deseo satisfecho se sumó lo conmovida que estaba por tan delicada atención! En otra oportunidad, para una noche de Navidad, encontré todo lo necesario para vestirme de nuevo de pies a cabeza, de tonalidades marrón y beige, zapatos de fino cuero, cartera y polvera, traje, turban te y un abrigo de piel. El era muy generoso conmigo y además le gusta ba que siempre estuviera bien vestida. Entre los dos, relacionado con el hecho de disponer del dinero, r se trataba de "rendir cuentas" sino que espontáneamente cada uno E cía saber al otro de la suma que había dispuesto, para que se supiera que quedaba disponible, más que por otra razón. En este particu nunca le dábamos al dinero un valor en sí, sino sólo el de la necesi~

que colma, el placer que procura. En vista de lo dicho, se comprende fácilmente que no me sentía tranquila, sabiendo a mi querido Serge con un deseo insatisfecho de dichos libros. Así que al día siguiente, con pretexto de alguna compra para el desayuno, prevista de dinero suficiente, fui la primera cliente de la mañana en aquella librería de la Avenida de la Victoria, cerca de la Catedral contigua a la calle de Italia donde vivíamos, hoy, para mí, recuerdo y cenizas de una época feliz! En pocos minutos arrasé con una cantidad de títulos (me había fijado en los que Serge había manifestado más interés) y sin demora, ebria de alegría sólo al pensar en la sorpresa y placer que iba a proporcionar a mi esposo, con mi pesado paquete regresé a casa. Sigilosamente lo deposité sobre el escritorio; él estaba en el cuarto y llamándole, le pregunté si había visto lo que estaba allí; al darse cuenta, abriendo el paquete, mirándome me preguntó: "¿Tú estás loca?" pero su amplia sonrisa y el brillo de sus ojos me daban las gracias y me decían S;U contento,. A partir de este día salíamos solamente por necesidad. El se 1niindía hora tras hora, día tras día en el estudio de aquellas leyes Icósmicas. Testigo y confidente de sus entusiasmos, complacida oía el arrullar de este manantial de felicidad y sus nuevos conceptos.c ,,-E,--mos egoístas como cualquier humano (dichoso, pero no insensilbles al dolor ajeno. Cuán lejos estábamos, jut)ilesos como niriguno eni estos , ur;r A, días, de pensar que con esta compra de .uiia :ena de 1ibros, pcIr más pesados, interesantes o valiosos que fuesen, tan inofensivos en apariencia, estaba el punto de partida de un suceder no muy lejano, causante $ara muchos y para mí en especial, de amargas' lágrimas y crueles desengaños! ...pero, no adelantemos los acontecimientos. -

1

U N BUEN SUSTO: LA GESTAPO ;IMBORRABLE RECUERDO DEL SALVAJISMO HUMANO!

Francia todavía estaba partida en dos: Francia ocupada y Francia libre. En una oportunidad, tuve que viajar a la zona ocupada, dirigiéndome a París para una compra de frascos para riuestros perfumc2s. En el curso de este viaje, tuve ocasión de conocer un jover 1 matrin~onio, por causa del cual, nuestra libertad, (y aún positdemente: nuestraL vida) fue luego expuesta a un gran peligro. Dicho matrimonio era ht:breo; después de simpatizar, tuvieron la suficiente confianza e n mí para con-

fesarme que él (el marido) había huido de un campo de concentración de Alemania, y, habiéndose salvado milagrosamente de las inundaciones de Kessel, en este momento trataba con muchos riesgos, de juntarse con sus padres en París; les dejé nuestra dirección en Niza. De regreso al lado de Serge, le conté mi encuentro y nos olvidamos del hecho hasta que dicho señor (el hebreo) algunos meses más tarde se presentó en nue-stroapartamento suplicándonos darle asilo, ya que había tenido que huir de la casa de su familia, habiendo sido denunciado y buscándole la Gestapo. Nos confesó que no tenía dinero. En este tiempo la generalidad de los que escondían hebreos cobraban diez mil francos por cada noche; era una suma importante, aunque en verdad y para descarga de dichas personas, ellas arriesgaban su libertad y vida, puesto que de ser descubiertas por la Gestapo de inmediato eran trasladadas a un campo de concentración en Alemania y aunque no se conocían tan bien como hoy los horrores que sucedían en ellos, no se ignoraba que se sufría terriblemente y que en muchos casos se perdía la vida. Para nosotros, la compasión fue más fuerte que nuestro temor y sin más miramientos lo escondimos en nue Stro pequeño ap;artamen to, compartiendo con él nuestro alimento du rante un os diez (lías, des pués de los cuales viajó por otros lugares, atr-aído poi- nuevos fulgore!; de esperanza... el judío errante... implacable destino cle una rziza sufri da! Humanidad... pobres animales agredidos defendiéndose de otro:; animales, sus semejantes...! La partida de este pobre hombre fue nuestra salvación; sólo dos días después tuvimos la visita de la Gestapo, en medio de la noche (ya la línea de demarcación se había suprimido y Francia entera estaba ocupada); otro hebreo viviendo en el mismo edificio había sido denunciado y la Gestapo buscándolo irrumpió en nuestro domicilio y sin dejarme tiempo de vestirme, quería Ilevafnos enseguida. Para suerte nuestra, no solamente no encontraron nada sospechoso, sino que ade más, pudieron comprobar que mi esposo había pasado todo el día estu diando astrología (por la cual los alemanes en general tenían much consideración) y que papeles y libros estaban todavía esparcidos sobi el escritorio. A pesar de lo intratable que era un subalterno borracl (por desgracia un francés colaborador) la ventaja que teníamos era q Serge hablaba alemán; eso le permitió convencer al oficial que, p; alivio nuestro dio la orden de retiro dejándonos en libertad. Mui más tarde, terminada la guerra, tuvimos la visita de la atribul

madre y de la esposa viuda de nuestro transitorio y desdichado huésped; venían a exponernos sus agradecimientos por la mano que habíamos tendido a su ser querido, en momentos en que el sufrir se tropezaba duramente con el egoísmo y la indiferencia. Supimos que la caza había sido fructífera; no solamente el fugitivo había sido arrestado en una de sus andanzas, sino que se le había segado la vida, creo que antes de cumplir sus treinta años!

EL PUEBLO DE LA FERRIERE Serge era huérfano de madre desde los cuatro años. Su padre, arquitecto, después de varios años en el Congo Belga y de regreso a Bélgica, se había casado de nuevo, con una señora divorciada que tenía un hijo de su primer matrimonio. Tuvieron entonces otro hijo del cual Serge fue e! padrino. Al suprimir la "Línea de demarcación" los cuatro dejando Bélgica vinieron también a Niza para vivir cerca de nosotros. Entre tiempo el abuelo paterno de Serge había muerto. Largos años de su vida habían transcurrido en la región francesa de los Alpes marítimos, en la Ferriére donde había visto morir uno tras otro a todos sus hermanos. Allí tenía tierras y casas. Las dificultades creadas por la guerra y el padre de Serge en Bélgica, no habían hechc posible los trámites legales de la sucesión del abuelo, pero (:on la llt:gada a Niza del ' heredero directo se emprendió la liquidación. "Padreci to" (así llamábamos cariñosamente a mi suegro) era un hombre honesto y bueno. Al regularizar la sucesión del abuelo, durante algún tiempo la familia de Serge residió en la Ferriére, tratando de poner las tierras en producción, y nosotros algunas veces, íbamos a pasar algunos días con ellos. La Ferriére es un pueblecito colgado sobre una planicie de una cadena montañosa, con una temperatura ideal en verano, pero con un frío espantoso en invierno, viéndose interrumpida con frecuencia la escasa comunicación (un autobús que sube desde Grasse en la tarde, y baja el día siguiente por la mañana), por el espesor de la nieve. En una de estas vacaciones algo más prolongadas, tuve que regresar sola a Niza por unos quince días. Mientras tanto, esperando mi regreso, Serge se distraía esquiando, tomando fotografías, escribiéndome cartas y versos con dibujos ilustrados. Nunca nos había mos separado tanto tiempo y la ausencia nos pesaba a los dos.

POESIA Y DIBUJO QUE EL ME ENVIO DESDE LA FERRIERE EL 13 DE FEBRERO DE 1943

TRADUCCION DE LA POESIA ANTERIOR

Ella no vendrá. Ella no ha venido... Y del soñar, cansado. Y o n o la he visto! Ella era bella, grande, bruna... Me acercaba, ella n o se retiraba. S u perfil se destacaba sobre la luna! Y el u n o junto al otro, acurrucados e n u n rincón. Alegrías exquisitas, cosas conocidas. Ella me amaba... tengo que decir que yo la quiero... Bueno, este sueño n o era de una desconocida! Ella n o vendrá. Ella no ha venido... Una carta de abajo ¡No la he recibido!... El cartero ha venido para mí: Es triste... m u y pocas veces! Y sólo retirado ahora: Y o espero... y esperaré mucho tiempo! Esta misiva bendita Que me enviará m i amiguita... Es dura la ausencia y la separación Sin una carta de consolación! Ella n o vendrá. Ella n o ha venido. De su paso menudo... Y o n o la he visto! La diligencia llamada carro actualmente Era'vacía ayer, de la que yo espero. Y o esperaba verla bajar De su paso menudo sobre la ceniza! Oh! mortal decepción ¿He de hacer una citación? ')Epistola e non erubiseit!" Mi carta n o se sonrojó! Ella me leerá. Mi carta será leída... Ella vendrá. Y o espero su llegada!... La Ferriére 13 de Febrero de 1'

Con los retratos a continuación, el lector podrá darse cuenta fácilmente del tipo de casas que existen en la Ferriére; se trata de simples casas de campo. Las casas del abuelo, y en la que vivió casi siempre, no se diferencian mucho de las demás, y por más confortables que fueran, .ninguna de ellas se asemejaba ni remotamente al supuesto "Castillo" abandonado por mi esposo, en gesto de desprendimiento de renunciación a las riquezas, tal como la Directiva de la G.F.U. (movimiento que fundó mi esposo, en América) hizo correr el rumor posiblemente con la buena intención de enaltecer a mi esposo pero desconociendo que en materia de espiritualidad no se pueden tomar sus deseos y fantasías por realidad y que emplear la mentira con el fin de conveniencias propias, es engañar a sus semejantes lo que viene siendo un resultado opuesto a la promesa del sonado y redundante título de "Gran Fraternidad Universal" que pomposamente enarbola dicha fundación. Además a la muerte del abuelo, el propietario de los bienes era el padre de mi esposo y cuando éste falleció hacía muchos años que mi suegro había vendido las casas y las mejores partes de los terreno,s. En resumen Serge nunca fue propietario de ninguna casa (cuanto menos de Castillo) porque ni siquiera la de Normandía le pertenecía en propio, aunque la disfrutaba, puesto que era herencia de mi familia, era mi dote, la que por contrato de matrimonio debía devolverse en caso de separación.

Serge con su padre delante de la casa donde murió el abuelo en el pueb

1943 Vista de la Ferriére.

1943. Otro panorama de La Fer

La Ferriére 1943. Con su manto de nieve.

Serge en La Ferriére, con un caballo de su j~adre.

"

La Ferriére 1943. Serge con su padre y su madrasta.

-

La Ferriére 1943. Serge con su Imedio hermano que tambiéin es su ahijado. A

La Ferriére 1943. Los dos en vacación.

La Ferriér

-7

rge esquiando.

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NORMANDIA MATRIMONIO E N MI PUEBLO SERGE ARTISTA

Puesto que Francia entera estaba ocupada, daba lo mismo estar en un lugar o en otro, con la diferencia que en mi puebro de origen, teníamos casa y jardín en una región fértil, rica en buena leche y sus derivados, en el noroeste de Francia, a doscientos cincuenta kilómetros de París. Hacía tiempo que mi madre y mi hermana, después de haber pasado una buena temporada en Niza, habían regresado a ese pueblito Normando, y decidimos trasladarnos al lado de ellas, pudiendo así disfrutar de una buena alimentación y sobre todo, con la tranquilidad propia de los pueblos, mi querido Serge podría proseguir los estudios de astrología por los cuales se apasionaba. Con un pequeño viaje una vez que otra para vender nuestros perfumes, nos bastaba para nuestros necesarios ingresos y así podíamos balancear vida mundana y comercial con temporadas de relativo retiro e intimidad en la cual Serge compartía conmigo sus "descubrimientos" en materia de astrología. Entre tiempo hicimos un viaje muy agradable a Bélgica, visitando unos familiares de Serge, con estancia de aproximadamente un mes en Bruxelles, en casa de dos tías.

1944 - Tres años teníamos ya de vida marital y, plenamente dichosos, decidimos casarnos en buena ley. Grande fue la fiebre de los preparativos; construimos una pieza más a nuestra casa, una gran despensa que nos sería indispensable para la reserva de alimentos que íbamos a necesitar en ocasión de nuestro matrimonio. Una tropa de artistas (de los cuales uno de ellos se convirtió más tarde en mi cuñado), pasaron una temporada en el pueblo, simpatizaron mucho con nosotros; su presencia en nuestra boda contribuyó mucho al realce de la misma que por cierto fue un acontecimiento muy d i r de lai iglesia. sonado. Doscientas personas esperab:in para 7 Era yo la última de las hijas de mi míldre en ( y según iuna cos--.. --~ id 1tumbre antigua, mi madre lanzó gragea>, avciiaiias y. ----A I I I U I I C U ~tí11 plaza de la iglesia para regocijo de los niños. Rondas y bailes se efecm---

0 -

tuaron en el centro del pueblo en los cuales participaban los habitantes. Los festejos dé la boda duraron ocho días. Para el primer día habíamos contratado un servicio pero en los días siguientes los mismos quehaceres eran motivos de diversión; cada uno, hombres y mujeres, se acomodaba pelando papas o zanahorias, etc., yo cocinaba y se fregaba en cadena con indescriptible alegría. Luego: paseos en el maravilloso bosque circundante, suculentas y sanas comidas, a veces en casa, a veces en el mismo campo o bosque, visitas a la hacienda de amigos, todo en medio de cantos y risas con las improvisaciones de los artistas. Condesa de la más rancia estirpe codeabase con campesinos, burgueses y artistas, ricos y pobres, allí durante estos ocho días sólo había vertían :y deseat:~ a n humanos, humanos felices que sanameni ~nimbor rables ei1 la compartir su gusto de vivir ¡Ochodías que memoria de muchos de nosotros!

1943. Paseando en Bélgica. Serge a mi izquierda y unode sus amigos a mi derecha.

Serge reformando el jardín en vista d nuestro matrimonio.

Yo, preparando el lugar para la futura despensa.

Serge, con el Padre Lemarchand. el sacerdote que nos casó.

es 1 de mavo de 1944. 12. h. m.. Salida de la Iglt ceremonia

La feliz pareja de nuevos desposados delante de su casa.

1 de mayo de 1944. Regocijo en el pueblo, rondas en la Icalle.

Siguen los festejos de la boda.

Cerramos este despilfarro de alegría con la boda de una amiga de infancia, en una ciudad vecina y luego, con cierta comprensiva nostalgia cada uno regresó a su hogar. La tropa de artistas también regresó a París, excepto dos de ellos, quienes unidos a nosotros con esta entrañable amistad tan repentina como incomprensible, se quedaron con nosotros. El año siguiente, en 1945, habríamos de celebrar el cumpleaño de nuestro enlace con una segunda misa de matrimonio por la cual nos fue necesario tener un permiso especial del señor Obispo (el cual nos fue concedido). Esta vez el acontecimiento se celebró con más intimidad, en familia y con unos pocos amigos, pero no con menos profunda felicidad. También en este mismo año de 1945, pero anteriormente al cumpleaño de nuestro matrimonio, nuestra bella y sufrida Francia clamaba al Señor para que se terminara la Gran Pesadilla de la guerra. Muchos cristianos habían emprendido una larga peregrinación a través de toda la nación cargando en hombros a Nuestra Señora de Boulogne con el Niño Jesús en su legendaria barca. Con esas heladas de invierno europeo se vieron sacerdotes caminando descalzos en la nieve. Dicho peregrinaje iba a atravesar un pueblecito vecino a unos cinco o seis kilómetros del nuestro; Ifelyaría el Imartes 23 de Ent:ro, depositaria la sagrada barca en la iglesia donde pasaría 1si noche c:xpuesta a la adoración del público, para seguir su viaje al día siguieinte; así que Serge y yo con mi familia y unos vecinos, suficientemente ;abrigados y adecuadamente calzados, al oscurecer de este mismo 23, provis-

tos de faroles, móviles manchas sobre la blanca alfombra de nieve, íbamos a sumar nuestras súplicas a las de los fieles peregrinos, en la pequeña iglesia de Ancinnes que quizás nunca se había visto tan honrada y tan iluminada. Después de orar por grupitos, la mayoría de las gentes se acercaba a la sagrada barca y en ella depositaba su ofrenda, sea dinero, prendas o cualquier cosa aún a veces sin gran valor monetario pero sí, sentimental. Nosotros hicimos lo mismo y me recuerdo que Serge, entre otras cosas depositó una medalla que apreciaba mucho por ser un recuerdo de familia. He olvidado si compramos o si se nos obsequió una imagen de Nuestra Señora de Boulogne que había sido impresa en la ciudad de Angers, con el permiso del vicario general A. Oger, el 9 de Marzo de 1944. En el camino de retorno, tuvimos que encender los faroles. No había viento y no se sentía frío (salvo cuando habíamos salido de la iglesia, por el contraste de la temperatura) seguramente como consecuencia de la marcha. El ruido de nuestros pasos estaba apagado por el espesor de la nieve; el silencio era impresionante, y de vez en cuando interrumpido por los comentarios de los unos y de los otros. Los pueblos tienen algo especial; en ellos en ciertos mometitos es como si el tiempo se detuviera. Han podido pasar guerras enemigos o aliados, que les sacan de ese algo de inmutabilidad, pero de inmediato vuelven a su serenidad, a su paz y tranquilidad que tiene sabor a eternidad. En esta noche se respiraba esa peculiaridad. Llegamos a la casa cerca de la media noche. Seguíamos dichosos pero como lo mencioné anteriormente sensibles al dolor ajeno. Teníamos amistad con algunos artistas de ciudades vecinas y formamos el proyecto de montar un espectáculo de im a s re1 1 ciones para beneficio de los prisioneros de guerra dt:1 pueblc este tiempo estaban en campos de concentración de Alemani Personalmente escribí las piezas de teatro y confeccioné los trajes; Serge se había encargado de los coros y decoración del escenario. Nueva temporada febril y entusiasta de preparación. Finalmente llegó para nosotros el famoso día. Fue un éxito rotundo. Después de haber dado una representación en la tarde y otra en la noche (noche de lluvia) alrededor de ciento cincuenta personas bajo paraguas estaban afuera reclamando una tercera función puesto que no habían podido i

ACTA MATRIMONIAL

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Recuerdo de nuestra Peregrinación. Nta. Sra. de Boulogne.

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pesar de lo inmenso de la sala; el público había venido de varios pueblos circundantes; había gentes hasta colgadas de las ventanas. Tan satisfecho estuvo el público que, además de haber pagado su entrada, nos pidió hacer una colecta, pero las gentes estaban tan apretadas que nos era imposible circular en la sala; pues, a Serge y a mí, nos cargaron en hombros encima de este mar humano, y así, hicimos nuestra fructuosa colecta. Claro está que después de un día tan "cargado" (creo que la palabra es apropiada) después de más de ur mes de intensa actividad para la preparación, no pudimos complace la petición de las personas de afuera... jestábamos exhaustos... pero S muy satisfechos! Además de una importante suma de dinero (qi mucho pasó de nuestras esperanzas) que pudimos enviar por medio la Cruz Roja, tal éxito, nos valió las efusivas felicitaciones de las au ridades, el aprecio, cariño y agradecimiento de tantas familias así,

mo naturalmente de los directamente beneficiados, es decir de los prisioneros de guerra. Entre otras ocupaciones y tomándolo como ejercicio físico, Serge cultivaba el jardín; fue motivo de una legítima satisfacción cuando pudo enseñar su primera cosecha a nuestras amistades. Su interés por la astrología no había menguado y con la extraordinaria facultad de síntesis que le caracterizaba, dominaba bastante bien este "arte"; así que, sintiéndose capacitado para hacerlo se puso a escribir un libro de predicciones. Por temporadas, según el capricho, se dejaba crecer la barba en forma de collar, muy bien cuidada; tenía la ventaja que aquella crecía rápidamente permitiéndole estos cambios con frecuencia y facilidad. Como escritor-astrólogo, le agradó completar su apariencia física, agregando a la barba y bigotes, lentes ligeramente ahumados.

Escenas de la representación ejecutada para beneficio de los prisioneros de guerra. (Fotos tomadas en nuestro jardín, al día siguiente)

Serge orgulloso de su jardín.

Serge. "antes".

En el jardín de mi madre Sergc escribiendo un libro de prediccior Sobre una vieja maquina de cosc sirviéndole de nnesa.

"Después con 45 días

LA DERROTA ALEMANA SERGE AUTORIDAD OFICIAL PARIS VIA ALEMANIA EL PRESTIGIO DEL UNIFORME

"Gott mit Uns!" (Dios con nosotros). El metálico amuleto de los cinturones alemanes parecía ya no tener poder para ellos! En el teatro europeo, se presenciaban las últimas escenas de un pueblo que había soñado dominar al mundo; un pueblo con excelentes cualidades, pero que, en su programa, se había olvidado del amor al prójimo; presenciaba la Gran Derrota Alemana. Desde que habíamos fijado nuestra residencia en este mi pueblo de nacimiento, durante la ocupación alemana, cada vez que los negociantes tenían alguná dificultad con los militares ocupantes, acudían a mi esposo porque era el único que podía servirles de intérprete. Así, tuvimos oportunidad de iniciar relaciones amistosas con un alemán en los últimos tiempos de 1% ocupación. Era un joven de más o menos veinticinco años, muy simpático, de conversación agradable con facultad artística; en momentos libres pintaba; el retiro de las tropas se apresuraba y también se hizo para él apremiante la necesidad de marcharse del pueblo, ...solo quedaba una ruta libre para la huida hacia Alemania, cuando se le presentó un inconveniente muy grande; él era responsable de su tanque el cual acababa de accidentarse y nuestro joven amigo se veía en el dilema de abandonarlo (lo que además del problema de conciencia representaba para él el consejo de guerra) o, q u e d a ~ s (lo e que le exponía, sino a perder la vida, por lo menos, caer prisionero dentro de veinticuatro o cuarentiocho horas). Hasta el último momento trató de ponerlo en marcha pero si recuerdo bien, le faltaba cierta pieza; finalmente, desesperado vino a despedirse; nos regaló su estuche de pintura como recuerdo; despedida hecha en gran parte de silencio, y algunas palabras que, por ambas partes salían/con dificultad. Lo vimos alejarse, guardando cierta compostura, pero su palidez revelaba la carga de la enorme pesadilla que le agobiaba. En el curso de la semana siguiente supimos que todo el cuerpo al cual pertenecía había sido hecho prisionero; ojalá se haya salvado! A nadie puede agradarle que su país esté ocupado por tropas extranjeras, y por supuesto no eram,os la excepción; sin embargo, no

sentíamos odio por un individuo en particular, por el solo hecho de Ilevar un uniforme que en un momento particular de la historia represente al enemigo (y porque así lo dispusieron algunos políticos movidos por determinadas energías). El valor intrínseco del individuo era para nosotros más importante que su nacionalidad; y en este pueblecito Normando, sí, que desfilaron alemanes, italianos, rysgs, ingleses, americanos, negros y blancos! y todos los tratamos de la misma forma. Por este sentimiento sencillamente humano que dictaba nuestra conducta, nos habíamos expuesto a graves peligros al esconder un judío, y también nos valió ciertos momentos desagradables en los primeros días de la famosa liberación. A medida que una zona estaba liberada, se instalaba un Comité de Liberación que se encargaba' de "ajusticiar" a los llamados "colaboradores". El salvajismo se infiltró también, a veces, en estos Comités para hacer de las suyas! En estos casos de pueblos, los rencores personales salen de su reserva. Un individuo divorciado de una pariente mía, nos abarcaba en su rencor por el solo hecho de ser miembros de l a familia de su ex-esposa, y lanzando gritos tildándonos de "Colaboradores" trataba no solamente de fomentar la inadversión en el pueblo, sino reclamaba para que, ni más ni menos, sin previo juicio, se nos colgara en exhibición de los ganchos de la carnicería... Felizmente para nosotros, desde varios meses antes de la partida de los alemanes, un inspector secreto del Comité de Liberación estaba instalado en el pueblo trabajando en el aserradero. El sabía quién era quién, y pronto mandó a callar al energúmeno, así, no pasó de ser un pequeño incidente algo desagradable.

En los altos del pueblo, manto de frescura y verdor, atornasolado dorado-cobroso, o de armiño, según la estación, un espléndido bosque de cuarenta y cinco kilómetros cuadrados adorna este pueblecito de mi bella Francia. Tampoco él había escapado al desvarío de los hombres y se había convertido en un tremendo peligro; su suelo era ya una alfombra de municiones (enorme reserva alemana) de tal envergadura que luego de terminarse la guerra, se necesitaron varios años de trabajo diario para darle de nuevo su prístina inofensividad. Apenas los alemanes se habían retirado del pueblo, se anunció que los aviones americanos, al mediodía en punto, vendrían a bombardear

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el bosque para desalojar de él, las tropas que se suponía estaban allí todavía. La gendarmería dio la orden prudencial de evacuación. Quedaban dos horas antes del bombardeo. Veíamos desfilar las gentes, tristes, nerviosas o pálidas según el temperamento de cada uno, con algunas pertenencias, pero no se iban muy lejos. Serge y yo sin saber por qué, no estábamos muy convencidos de esta necesidad de evacuar; nos animaba un cierto grado de fatalismo; por lo menos estábamos dispuestos a esperar hasta el último momento, las primeras señales de un verdadero peligro. Tal fue así, que, sin novedad al mediodía Serge quiso hacer una broma a algunas familias conocidas que se habían resguardado en un pequeño subterráneo en un jardín a unos quinientos metros fuera de las casas, al final de nuestra calle. Se puso un casco alemán que había quedado en la casa y, acercándose sin hacer ruido hasta le entrada del subterráneo, repentinamente engrosando la voz gritó: "iRaus!" (Fuera)... por el relato que se me hizo luego parece que el susto fue espectacular; una señora que en ese instante estaba tomando un refresco "a pico de botella", ojos y boca desmesuradamente abiertos por la sorpresa, se derramaba el líquido en el pecho; al reconocer'a mi esposo, las carcajadas de todos les relajó los nervios. El relato fue la distracción de sobre-mesa de algunas familias durante varios días. Una contra orden había sido dada en relación al bombardeo (posiblemente en vista de la enormidad de la reserva de municiones) y solo una bomba cayó en la proximidad del pueblo accidentalmente, y por el lado opuesto al bosque. El bombardero pasó justo encima de nuestro jardín a bajísima altura. Habíamos salido para verlo; no sé lo que Serge experimentó pero para mí fue como si el mismísimo motor me hubiera atravesado los intestinos! En esos mismos días, a unos cuatro o cinco kilómetros, un "cazador" americano perseguía un bombardero alemán el cual descargó todas sus bombas (creo que ocho), en forma de collar alrededor de una casa aislada, a la orilla de la carretera... Allí vivía "Tonton Albert" (llamado así cariñosamente un tío mío) con su señora; era de noche y estaban acostados; un fragmento de bomba atravesó el vidrio de la ventana, les pasó delante de la nariz para ir a tropezar en medio de un cuadro en la pared, y rebotó haciendo casi la misma trayectoria para salir, pero por unos vidrios que tenía la puerta, al lado de la ventana,

petit-pois y cebollas salieron del jardín volando por encima de la casa, atravesando la carretera; un manzano enorme, con todas sus raíces fue transplantado y quedó derechito a cincuenta metros de su nacimiento; salvo un vidrio de la ventana y uno de la puerta, la casa solo sufrió una grieta. Al saber la noticia, enseguida, acompañada de mi madre, mi hermana y Serge, fuimos a visitarlos. Para nosotros fue causa de asombro el constatar que la esposa de mi tío no parecía darse cuenta que hubieran podido quedar sepultados bajo la casa, que el fragmento de la bomba podía haberse incrustado en la cara de uno o del otro! ella lloraba... lloraba sus cebollas y petit-pois...!

Con la nieta de "Tonton Albert", en una visita después del bombardeo.

Por fin decreció la fiebre destructiva (por lo menos en esta forma específica) y se terminó la guerra. Se decretó el cambio de la moneda de ocupación por billetes c' - 'liberación. En una oportunidad, mi esposo desempeñó un cargo de

ponsabilidad en el correo donde se efectuaba dicho cambio, puesto que allí no háy banco; le respaldaban los gendarmes. Los hombres que debían'hacer la guardia durante las semanas que duraría este cambio, habían sido designados y Serge además de turnarse con gendarmes como "autoridad" debía de establecer .el turno de los "subalternos civiles" de guardia. El individuo que tanto hubiera querido vernos colgados en la carnicería era uno de estos últimos, y se le presentó alguna dificultad cierto día que le tocaba trabajar de noche y estar de guardia de día; Serge se mostró muy justo con él, como si nunca hubiese habido ningún incidente desagradable, lo que le valió un crecido respeto en el pueblo y además comentarios y muchas felicitaciones de los mismos gendarmes que habían conocido el "caso". Un viento nuevo soplaba por la mente de mi marido. No sé si fue por causa de hab-er tenido la oportunidad de dar órdenes con el revólver a la cintura, en ocasión del cambio de moneda, por la aureola de los militares de la liberación o simplemente por el incentivo del cambio, lo cierto es que parecía estar atraído por el "prestigio del uniforme". Había terminado su libro de predicciones y fui encargada por él de informarme de las posibilidades de publicación. Por eso tenía que ir a París por unos días. Es entonces que Serge me pidió que al mismo tiempo hiciera las gestiones para introducir su petición de ingreso en la armada de ocupación para Alemania como teniente "asimilado". En esta época las autoridades no eran demasiado exigentes en cuanto a pruebas relacionadas con las declaraciones de un postulante para la ocupación de Alemania, por lo menos es lo que yo pude constatar en cuanto a lo que Serge me encargó de decir referente a su grado de "teniente" porque según él, el oficial superior (su general) le hubiera dicho que le proponía para tal ascenso pero que luego murió y no pudo ser confirmada su proposiéión. ¿Era verdad o mentira? No lo hubiera podido saber, tampoco me interesaba buscar prueba en contra de lo que me podía decir. Lo cierto es que no encontré dificultad con el oficial encargado del servicio correspondiente para que me despachafa la autorización. Tampoco se debe descartar la ventaja para una solicitud cuando está hecha por una dama, puesto que, por regla general, los hombres están inclinados a querer complacerla, de no presentarse obstáculos mayores, y por algo será que Serge me mandó.

Su deseo de pu bljcar su primera obra no tuvo éxito puesto que las casas editoras no la encontraban suficientemente "comercial". Pero sí, -su proyecto de ir a Alemania como oficial de ocupación fue aceptada; así, pronto cerramos las maletas y después de más o menos una semana en París donde se procedió con rapidez al papeleo burocrático indispensable, fue integrado a un grupo que previamente iba a seguir un curso en una ciudad fronteriza por unos quince días antes de ocupar su puesto en Alemania. Cada oficial tenía licencia para estar acompañado de su esposa; de lo contrario mi marido no hubiese aspirado a esta nueva situación. Llegados a nuestra nueva y transitoria residencia fronteriza, estuvimos hospedados con varios colegas de mi esposo en un buen hotel. Mientras duró el curso, los oficiales de dicho grupo fueron sometidos a determinados exámenes de los cuales Serge salió muy airoso (según me dijo él). Sin embargo, por último, tuvieron que presentar un sumario de conocimientos en el cual mi esposo no resistió el deseo de introducir ciertas ideas relacionadas con "influencias cósmicas" resultando de su interés por la astrología, pero dando una nota insólita en la rutina de estos cuadros militares. Parece ser que esta peculiaridad de mi querido Serge no fue del todo muy grata a los oficiales superiores que le miraron entonces como un ser algo extraño, lo que le causó cierta decepción y enfrió un poco el contento que sentía con el nuevo personaje que representaba como oficial de ocupación. Por alguna razón desconocida de nosotros, se ordenó desde París que la mitad del grupo cursante regresara a la capital. Mi esposo estaba intluido en él. Así se vinieron al suelo nuestras ilusiones relacionadas con Alemania. Sin esperar un nuevo nombramiento para otra y desconocida dirección, Serge, quien había perdido ya su primer entusiasmo, pidió su baja, y regresamos a nuestra casa de Normandía por algunas semanas, sólo el tiempo de tomar nuevas decisiones.

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Serge "autoridad" en el pueblo en ocasión del cambio de la moneda de ocupación por la liberación.

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pueblo normando donde yo nací y nos hemos casado. En el fondo se divisa el maravillos bosque.

Serge, teniente "asimilado".

Los dos con un americano en la proximidad de la frontera alemar

visita a una granja con compañeros. A la izquierda, Serge de pie y yo sentada. A ,1"', ma derecha de pie, un oficial que había sido torturado en el campo de concentrzición de Dachau, en Alemania. -AL,--

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UN ASTROLOGO DE FAMA ESTUDIO DEL OCULTISMO

Serge tomó una resolución: nos instalaríamos en París y el profesaría como astrólogo. Una prima mía tenía un confortable apartamento totalmente amueblado en las afueras de París, apartamento que no ocupaba. Aceptó fácilmente alquilarnosIo y así la calle Gabriel Péri en Clamart, tuvo dos nuevos habitantes. Serge volvió a dejarse crecer la barba que había visto la conveniencia de rasurar como teniente en ejercicio, y adoptó otra vez los lentes semi-oscuros. A su apellido "Raynaud", él agregó el nombre del pueblo de su abuelo paterno: "de la Ferriere". Fue de esta manera que a partir de este momento, para todo el mundo fuimos, el señor y la señora Raynaud de la Ferriere. Serge empezó a conseguir rúbricas astrológicas en algunos periódicos y, por este medio no tardó en tener una buena clientela. Pasábamos los días en el apartamento donde también tenía su despacho. Dos o tres veces a la semana, por las noches, acudíamos a invitaciones en París o, recibíamos. Llegó a escribir artículos en ocho periódicos y revistas y estaba invitado con frecuencia a la Radio donde era objeto de interview. La primera vez que una emisora hizo una transmisión radial desde un avión sobrevolando París, mi esposo fue uno de los pocos invitados. Nuestro apellido, o sea su nombre de escritor-astrólogo, Ilegó a ser conocido en toda Francia y hasta en ultra-mar, de manera que las autoridades no presentaron ninguna dificultad para proporcionarnos cédulas y pasaportes con esta identidad. Yo no estudiaba la astrología; me limitaba a oír, muy interesada por cierto, y en admirar y apoyar a mi marido. Pero por la puerta de la astrología habíamos entrado en "otro r-s.--'-" ... c1 U-'-1C ocultir--' 5111U: Asistíamos a todo tipo de reuniones y cc ias. Con su facil idad para establecer contactos, Serge supo al ir las relaciones que .. -. . .-. . tenía en el mundo científico cuyos nomores uarian prestigio a- SUS nuevos proyectos. Con algunas personalidades de dicho mundo f~indó la "AGRUPACION MUNDIAL DE COSMOBIOLOGIA" que existió como

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entidad pero nunca tuvo vida funcional, de no ser dos o tres reuniones, hasta que hizo un nuevo intento más tarde, sin que tampoco obtuviera grandes resultados. En una de estas pocas reuniones con dichos científicos, se trató de la deriva de los continentes, y con unanimidad se reconocieron los CALCULOS del DOCTOR de la FERRIERE como los más exactos. Sí... después de ennoblecer su apellido vio la conveniencia de auto-titularse también de "DOCTOR" para estar a tono con la mayoría de los miembros de la Agrupación Mundial de Cosmobiología; fue muy fácil: un amigo "aleccionado" le interpeló así en presencia del grupo y, la fuerte tendencia de los humanos para la imitación hizo el resto! Eso de los cálculos del "Doctor de la Ferriere" sobre la deriva de los continentes, lo trataré con otros sujetos, en la CUARTA PARTE de esta obra. Semanalmente nos reuníamos con cinco o seis personas que pretendían estudiar el fenómeno espiritista "científicamente". Retrospectivamente puedo darme cuenta hoy, que nunca oí, en estas reuniones, una explicación que podría tildarse de "científica". Por parte mía no pasaba de tener un cierto interés, curiosidad por los fenómenos. También eramos asiduos de los "té" de la princesa "Y ..." en Versailles, quien, con los ojos cerrados, modelaba figuras cuya nariz casi siempre era borbónica. Además Serge se había inscrito como Miembro de la Orden Eudiaque dirigida po,r el Doctor Durville, propietario de una clínica parisina, y cuyo difunto padre, igualmente médico, había sido autor de numerosas obras sobre magnetismo. Mi esposo había leido una buena cantidad de libros relacionados con esta materia, de los autores más conocidos. Su inscripción en la Orden Eudiaque no fue tanto a título de "estudiante" puesto que no asistió más que dos veces a las reuniones, sino más bien con la intención de tener un "respaldo" con el Dr. Durville, pues Serge ahora tenía también su clientela como magnetizador (de los buenos, lo reconozco) independiente de su profesión de astrólogo. No muy lejos de Clamart, domicilio nuestro en este tiempo, S;e extiende el conocido bosque de Meudon en el cual todavía se puede n\ver ~ regrandes piedras con una colocación especial, que datan de t i e m)O )las y moto de los Druidas. Serge había leído ciiertas obiras menc un día que teníamos la visita de un amigo, escog imos este lugar (:omo meta de paseo, para comprobar la preseincia de e:stas pieldras y siJ dis-. ... -..: A1:1.-.:-- .posición, lo que fue objeto más tarde de comenrarios y.-uioujos e,n varias obras de mi marido. - A

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Hicimos de nuevo un viaje a Bélgica, y pasamos un mes en holanda, casi completo en Amsterdam, con un paseo a La Haya. Un domingo salimos de Amsterdam en autobús hacia el interior, sin dirección fija, así al capricho, para apearnos (después de atravesar varios pueblos) en medio de los campos. Al atravesar dichos pueblos pudimos ver como todos eran muy limpios y adornados los jardines y ventanas con muchas flores, todo impecable. Nos llamó poderosamente la atención, la extrema visibilidad que presentaban las casas. La gran mayoría de ellas, a través de amplias ventanas, dejan ver no sólo su interior sino también los jardines traseros. Si las ventanas tenían cortinas, no se notaba, por lo menos de día. Nos dio la impresión de que estas gentes tienen vida como "a la vista de todo el mundo" en sentido de gentes sanas, física y mentalmente, como de personas que no tienen misterio, nada que esconder; claro que solo hablo de una impresión. Al apearnos, ya bastante alejados de la capital, dejando la carretera, seguimos una ruta de segunda importancia, hasta divisar un molino en medio del campo, con una vivienda al lado. Llegados al portón del jardín, Serge llamó a los propietarios que se acercaron mostrando bastante desconfianza. Bien se veía que no tenían costumbre de recibir esta clase de visita, y bien lógica nos parecía su sorpresa y prudencia. Como Serge dominaba bien el idioma, les dijo que su señora era francesa, que venía por primera vez a Holanda y tenía mucho deseo de visitar un molino y un interior campesino. Se rompió el hielo de inmediato y después de invitarnos a sentarnos en la sala, nos sirvieron una magnífica merienda que nos vino como " ja pedir de boca!". Tenían once hijos (que no pudimos conocer porque estaban en la iglesia). Era de admirar la extrema limpieza del hogar; todo brillaba como un espejo y personalmente me sorprendió el magnífico servicio de té, muy fino, por el hecho de que se trataba de una familia numerosa, más bien de la clase pobre. Después de visitar, en la capital, a otro matrimonio, siendo el señor simple cobrador para una compañía, no me recuerdo bien si de gas o electricidad, y en posesión de algunas informaciones más, pudimos darnos cuenta de que el índice de vida era bastante bueno en este país (por lo menos en esta época). De regreso a Francia nos encontramos con una novedad: un nuevo movimiento hacía su propaganda con bombos y platillos... "a todo dar" como dirían los mejicanos! Era la "UNION ESPIRITUAL UNI-

VERSAL" dirigida por un señor haciéndose llamar: "Maha Chohan Kout Houmi La1 Singh, Príncipe Cherenzi Ling, Regente del Agartha ..." nada menos! (mucho más tarde, en América, supimos que se trataba de un antiguo periodista cubano). Lo cierto es que fue un supuesto supersabio que armó gran revuelo tanto en Francia como en Italia, con su segundo, un cierto señor Michael Ivanoff, en torno del cual hubo luego muchos escándalos, principalmente en relación a corrupción de menores.

En la Kalverstrass. Amsterdam. 42 de julio de 1942. Recuerdo de la típica carrera de un repartidor de leche. '

En el firmamento de la pseudo-espiritualidad, fueron dos estrellas cuyo repentino fulgor se apagó con la velocidad del relámpago! Sin embargo, no para todo el mundo cayó en el olvido lo que bía ideado y publicado en pro de este movimiento. En especial

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guardó con mucho cuidado un folleto enumerando los objetivos y cuadros administrativos U.S.U. en el cual todavía se puede ver algunos párrafos marcados por él con lápiz los que le interesaban en particular. También en esta misma época, con varios otros movimientos, se hablaba (con mucha más discreción) de otro dirigido por el señor Lanza del Vasto. Tuvimos una entrevista con él, pocos días antes de salir de Francia para las Américas. Nuestras informaciones acerca de este movimiento eran escasas y no pudimos formarnos una idea sobre él. Solo puedo decir que el señor Lanza del Vasto nos recibió amablemente y que tenía un porte impresionante; alto (mucho más que Serge), tenía una barba bien cuidada y vestía de blanco con una amplia capa y sandalias. No en vano para mi esposo, en todo este mundo del ocultismo, se hablaba de evolución, de Maestros... ¡Nuevas aspiraciones habían surgido en el ágil intelecto de Serge. Ya la astrología no le hablaba solamente de observaciones de influencias cósmicas sobre el destino del individuo, sino también del destino de las masas, de épocas... etc. Estudió las Eras precesionales. Ya no le interesaban tanto las predicciones para individuos en particular. Había nacido la idea del "Mensajero de la Nueva Era". Cuando eso ocurrió, él exclamó como'para sí mismo: iAh, eso es! Fue solamente mucho más tarde que comprendí todo lo que encerraba dicha exclamación!

Portada del Folleto U.S.U. UNION ESPIRITUAL UNIVERSAL CONGRESO PERMANENTE DE LOS PUEBLOS LIBRES UNIDOS

UN ANCIANO MISTERIOSO En los altos de un edificio de los Campos Eliseos había una librería privada; era un centro de intelectuales escogidos. En esta época, siendo mi esposo una figura de primer plano en la prensa, fuimos invitados para un té en su honor en dicho centro. Presentes estaban alrededor de quince a veinte personas, y después de las presentaciones en forma individual, sentados en torno a tazas humeantes empezó una animada conversación y sucesivas preguntas, todas dirigidas a Serge. Repentinamente y para sorpresa mía, mi esposo se excusó y, levantándose se dirigió hacia un rincón semi-obscuro del amplio salón donde estaba sentado un anciano, solo que, no había sido presentado (casi seguro a petición suya). Por parte de mi marido, proceder así, es decir, alejarse dejando la palabra en la boca a personas invitadas en su honor era insólito (me contó luego que no había podido resistir esta extraña fuerza que le impulsaba a ir hacia este anciano para hablar con él). Después de poco tiempo regresó a la mesa. De nuevo en nuestro apartamento me contó lo que había sido la conversación con el anciano: Serge le había confiado su proyecto de "Misión"; supuestamente habían hablado en "idioma universal" (con este término, Serge me quería dar a entender "idioma iniciático"). El anciano, señor Soun-Wou-Koun, le dijo como a manera de vaticinio: "Dentro de tres años, nunca me equivoco". Serge interpretó que para él sería el momento de una gran realización espiritual, de la adquisición de un gran poder! La época iba a coincidir cerca de sus 33 años lo que siempre se considera, en esoterismo, como muy simbólico; (hablaré nuevamente al respecto en la cuarta parte) por lo tanto, fue para nosotros un factor contribuyente para alimentar nuestras espe-m ranzas. Queríamos guardar relación con el señor Soun-Wou-Koun por quien teníamos mucho respeto; sin embargo, solo dos veces tuvimos el honor de tenerle en casa, y otra vez más, yo personalmente, en compañía de un amigo que deseaba conocerle, pude reunirme con él, y los tres fuimos a almorzar en un restaurante chino; este día Serge no pudo acompañarnos por tener compromisos con algunos clientes. Nuestro apartamento se situaba en el quinto piso, sin ascensor. Siempre llegábamos más o menos jadeantes frente a nuestra puerta,

pero para sorpresa nuestra, nuestro enigmático invitado, las dos veces que vino, llegó hasta arriba sin ninguna molestia respiratoria; aunque no lo representaba, según él, podía tener alrededor de 72 años... ¡De pasos ligeros, hacía gimnasia muy ágilmente; con la mayor facilidad hacía la "chimenea" (cabeza abajo con las piernas rectas arriba). Vivía en un hotel modesto y pasaba su tiempo en la biblioteca Santa Genoveva. De su vida nos contó algo, advirtiéndonos previamente que de su historia nosotros mismos deberíamos separar lo que nos pareciera real, de la fantasía. Según su decir, hacía muchos años, en el desierto de la India, unos monjes le encontraron inconsciente; estaba vestido con el traje típico de los que en caravana atraviesan el desierto conduciendo mujeres por cuenta de traficantes de las mismas; lo curaron, lo educaron en su monasterio; tenía alrededor de 30 años cuando le encontraron y nos dijo que había sufrido amnesia y nada recordaba de la época anterior al día que fue recogido por los monjes; para él, empezó a vivir en este mismo instante. Por cierto que este relato no es para tomarlo al pie de la letra y que su significado espiritual es muy evidente!

El misterioso señor SOUM-WOU-KOUh.

EL HOGAR EN PELIGRO

Antes de seguir adelante en relación con el señor Soun-Wou-Koun, quiero decir que habían pasado más de 6 años desde aquel día en que, en la estación de ferrocarriles de Niza, despidiéndonos unos parientes y amigos, habíamos emprendido nuestro primer viaje. Durante todo este tiempo el cielo de nuestra felicidad había sido incólume, pero desde hacía unos meses, ya no era así... Serge estaba preso de una repentina y avasalladora pasión por un cierta señora D..., divorciada y con ciertas comodidades financieras, cliente suya para sus sesiones de magnetismo y según su decir, pretendiente a la espiritualidad; mi marido, de la noche a la mañana había cambiado totalmente, y no solamente me trataba con la más completa indiferencia sino que deseaba separarse de mí. Inútil relatar en que grado de dolor estaba sumida puesto que lo amaba como el primer día, y naturalmente no podía aceptar tan fácilmente una separación; además eramos una pareja que durante años había sido idealizada no solamente por mí, sino por todos nuestros conocidos que nos citaban como la personificación de la felicidad. Temeroso por la imagen que se habían formado de nosotros, de las repercusiones que podía tener una separación que no tendría,mi consentimiento, él ensayaba todos los medios para lograr que yo aceptara salir de su vida con la máxima discreción: me desplegaba sus ideas sobre la "afinidad" (que en la práctica no pasaba de ser la común satisfacción de la atracción sexual)... que esta señora le era indispensable para su evolución...! etc. Como yo no era "muy comprensiva" ensayó el drama: Al no poder vivir con ella, iba a renunciar al mundo... iba a ingresar en un monasterio y hacerse monje...! Por más doloroso que fuese el fracaso de mi matrimonio, no dejaba de ser, desgraciadamente, un hecho demasiado corriente; pero para mí era algo más: era el caer de un pedestal muy alto, un esposo que se hacía pasar por un Maestro de Espiritualidad; al constatar que su actitud no era la de un Ser Superior en posesión del dominio propio, sino la de cualquier humano dejándose arrastrar por la exigencia de SUS sentidos... eso era para mí un factor adicional que colmat>ala me1dida del sufrimiento. Finalmente, como él había planificado iuna "Mi sión para las Américas", y que se acercaba la fecha de la parti da, no habló más de una separación total, sino que se ingenió para imponem presencia de su amante para este viaje. En mi de: 1

que dicha señora formara parte del grupito que sería el primer núcleo de discípulos de mi esposo, que con nosotros iban a expatriarse "para transformar al mundo...!" Que ingenuidad ... que ignorancia...! En mi fuero interno anidaba el secreto anhelo de que en último instante, él desistiera de este capricho y así quizás yo podría recuperar la felicidad perdida de mi destrozado hogar. Volviendo al extraño señor Soun-Wou-Koun, a pesar de tener un nombre chino, sus rasgos nada tenían que ver con este pueblo. De cabellos y barba blanco-rojizos, con tez blanquísima y pómulos rosaditos, tenía ojos azules. Habiendo viajado muchísimo por regiones intranquilas políticamente hablando un buen día, en una frontera asiática, se encontró sin documentos y se le otorgaron papeles de identificación con nacionalidad y nombre chinos. La segunda vez que él estuvo en nuestro apartamento, teníamos como huésped para unos días, al amigo Roger S...; El señor Soun-WouKoun nos contó varias historias chinas llenas de un segundo sentido, que solo parecía entender mi marido (¿hasta que grado?). El amigo Roger S., era la persona que pocos días antes, había ido conmigo a almorzar a1 restaurant chino en compañía del señor Soun-Wou-Koun. Serge y yo, habíamos hablado en forma tan elogiosa de este señor al amigc1 Roger S., que naturalmente habíamos despertado en (51 un vivio interé: para conocerlo. Parece que Roger S. tenía problemas de conciencia se, rios y deseaba someterlos al señor S.W.K. Por mi parte, me parece poco llamar "problema" la angustia, la desesperación que me err 1 por causa de1 cambio de mi esposo, y yo también esperaba qu tar mi desventura a este venerable anciano, algo ocurriría, S A L ,3 a u ~ ; i que, ni como, que restablecería mi paraíso perdido. p

En aquel día, antes de ir al restaurant, estuvimos charlando, el señor S.W.K., Roger S. y yo, en un gran salón de té, durante largo rato. Cuando digo que estuvimos charlando, es un decir, porque en realidad, si tanto Roger S como yo estábamos obsesionados por el deseo de comunicar nuestros "problemas" al señor Soun-Wou-Koun, no nos era posible hacerlo porque este último, con su voz tranquila y lenta manera de pronunciar todas las palabras nos relataba ...cuentos chinos! Sucedía que Roger S., experimenaba lo mismo que yo (me lo comunicó después), era como si una fuerza, una pared magnética, nos impedía

introducir una palabra. Fue después sólo después de desistir de tal intento, que tanto Roger S., como yo, nos dimos cuenta que con sus historias chinas, el buen anciano nos daba a cada uno ciertas indicaciones relacionadas con nuestros problemas individuales. ¡Sí, verdaderamente, el señor Soun-Wou-Koun era un anciano misterioso! En la segunda parte de este libro se comprenderá porque he mencionado la U.S.U.*yel señor Lanza del Vasto. En esta misma época habíamos establecido lazos de amistad con un matrimonio que hacía estudios bíblicos. Tenía una hija de unos cinco o seis años. La pareja tenía muchas divergencias y estaban a punto de separarse. A pesar de las condiciones inarmónicas de nuestro propio hogar, la situación siendo un poco menos tensa desde que me había inclinado a las exigencias de mi esposo, de común acuerdo, tratábamos de evitar la separación de nuestros dos amigos, animándoles con la idea de que al encontrarse en otro ambiente, en América, trabajando por un mismo ideal, restarían importancia a pequeñeces de la vida ordinaria; logramos convencerlos y vendieron sus muebles para ir a Venezuela donde iban a preparar nuestra llegada. Por parte nuestra, fuimos a Normandía, también para vender casa y muebles. Un poco antes de conocer a la señora D..., por la cual Serge experimentó la nombrada y repentina pasión, mi marido había querido tener, a parte de nuestro apartamento de Clamart, un salón-oficina en la Avenida Wagran, cerca del Arca de Triunfo. No duró mucho tiempo sin que tuviera que desistir de dicho salón; lo cierto es que se encontró en algunos apuros, y luego supe que al confiar sus dificultades financieras a la señora D..., ella le prestó 25.000 francos. Unas semanas antes de la fecha fijada para nuestra salida de Francia, Serge se dio cuenta de que no le alcanzaba el dinero para devolver el préstamo y hacer frente a los gastos de viaje y a nuestra instalación en Venezuela. A esa dificultad financiera se debió que no tuve que sufrir la presencia de mi rival en el anhelado viaje... él salió de Francia sin despedirse de ella... (qué pronto se olvidó que ella le era indispensable para su evolución...!) Y yo, demasiado contenta del giro de las cosas, me hice cómplice de este silencio. Habíamos vendido casa, muebles, todo cuanto podía convertirse

en dinero disponible, pero aún así, tuvimos que ser muy prudentes en relación a los gastos porque antes de llegar a nuestro destino, Venezuela, teníamos previsto pasar unos quince días en New York en casa de una señora francesa que mantenía correspondencia con mi esposo, y también una temporada en Guatemala donde vive mi hermano con su familia. La víspera de nuestro viaje, por la noche, fuimos al cine y nos agradó muchísimo un noticiero sobre el Perú, para ser más precisa, sobre el Machu-Pichu, por el interés tan grande que había despertado en no- . sotros la literatura en relación con este lugar por haber sido (según se dice) un Centro de Grandes Iniciados, en la época Incaica, a tal punto que Serge pensaba establecer allá nuestra residencia definitiva, es decir: "LA CASA MADRE DE LA MISION".

... Mañana... Mañana sería el exilio voluntario, la Gran Aventura, El Nuevo Mundo...!

SEGUNDA PARTE

RUMBO A LAS AMERICAS Hoy es "mañana...", 12 de Noviembre de 1947... día tan anhelado...!

ucxado el gran

Temprano en la calle, liquidando las últimas ge: YT en buena hora en la estación de ferrocarril en un confortable vagón, el tren nos llevaría al puerto de Le Havre. En el andén de la estación algunas amistades y periodistas nos vinieron a despedir; entre ellos estaba el matrimonio (Marcel y Denyse E.) con su hijita, que a pesar de partir unos días más tarde, por otra vía llegarían primero a Venezuela para recib'irnos. Impresionado por el majestuoso porte y vestidura del señor Lanza del Vasto, y por asociación de ideas con las "vestiduras blancas" citadas en las Sagradas Escrituras, Serge había decidido usar este mismo tipo de atavío y color; así fue que en este memorable día de despedida de mi querida patria, Serge por primera vez estrenó su "uniforme misional"; la estación del año no era propicia para que se vistiera completamente de blanco como lo hizo estando en Venezuela, ctsí que llevaba pantalón azul marino, camisa y capa de mi confección, hechas de una espesa tela marroquí para afrontar los rigores de la travesía y del frío Newyorkino. La camisa era blanca con anchas fajas azul-marino sobre el pecho y parte del dorso; la capa enteramente blanca. Como pectoral llevaba la típica y ya conocida "Cruz de Acuarius" que había encargado a un artista parisino (además de otras tres, de tamaño algo más reducido destinadas a sus tres primeros discípulos: el matrimonio E..., y YO.

En la misma tarde llegamos a Le Havre y se procedió de inmediato al embarco ya que el "Oregón" iba a zarpar en la misma noche rumbo a New York. En este 12 de Noviembre de 1947, dejando el país que nos había visto nacer, había una conjunción del Sol y la Luna a los 19 grados de Escorpión. (Este detalle tomó relieve más tarde en la Misión,

"NACIMIENTO" PUBLICO DEL MENSAJERO DE LA NUEVA ERA SERGE RAYNAUD "DE LA FERRIERE". (En e1 dorso: "A mi tsposa en testimonio de mi profundo afecto: delante de Dios y bajo el Acuarius. Sergy, Primera insignia de nuestra Misión New York, el 30-1 1-47.

por lo menos con el primer grupo de discípulos; por causa de este fenómeno astronómico que acompañó nuestra salida de Francia, Serge en varias ocasiones, estando en Venezuela, habría de mencionar: Mateo XXIV,29-30: "La venida del Hijo del Hombre; e inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el Sol se oscurecerá, y la Luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo y lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. "... insinuando... recordando... como por casualidad. ¡Mirando retrospectivamente los acontecimientos, es asombroso constatar como tan fáciImente uno se engaña a sí mismo...! a pesar de'haber sufrido en carne propia la falta de control de mi esposo en el aspecto pasional, como la falta de escrúpulos en relación a la deuda con la señora D..., había bastado el retorno normal a nuestra vid;a conyugal para que palidecieran estas experiencias paira mí. il5s tan fá lo que se desea! Aunque no me era posible cre!er que S;erge era ad ---- que -... pronto 11 un gran Maestro no dejaba de tener la plena confiaii~a sería; él era tan inteligente y sobre todo yo lo amaba, así que fácilme te él me podía convencer de cualquier cosa. Lo importante para mí este tiempo, no era tanto mi propia evolución, sino la suya, y quf considerar sus recientes extravíos como algo pasajero que que< atrás, sin querer pensar en posibles repeticiones de los mismos Al ir al encuentro del nuevo mundo, mi marido no tenía un ficación muy bien definida en cuanto a "su misión", sino un r general; había leído mucho en relación a ocultismo; sus prP magnetismo curativo le proporcionaban buen éxito, y sus cc tos en astrología también. Tenía una capacidad de síntes mún;y agraciado por una figura que se prestaba marav' con un poco de arte, para hacer de él una verdadera estar de Nazareth. Con su conocimiento de movimiento precf lugar a las distintas Eras, quitando y poniendo a los di mientos que habíamos conocidos y en gran parte a la nc algunas ideas de base para su misión llamada Acuariv nombre conocido como el de la Nueva Era, se propon getarianismo, la astrología, la Yoga, lograr para todr adquisición de un pasaporte universal (Internacion

,

Artículo 4 de la U.S.U., diploma de ciudadano del mundo, fundar colonias agrícolas, ideas todas copiadas de la U.S.U. Lo que creo era de él, era en qué forma pensaba conseguir dicho pasaporte y ciudadanía: que se reconociera que todo Acuariano sería persona que NO MENTIA, cuando diría SI, sería SI y cuando diría NO, sería NO! Debemos reconocer que la intención era buena. Quería hacer de sus discípulos unos Neo-esenios, sabiendo que estos en su tiempo eran los únicos que en los Tribunales eran exentos de prestar juramento. Incluidas estaban sus peculiares ideas sobre la evolución basada en el empleo de la energía sexual y no precisamente en la abstinencia, sino en "afinidad casual" y peculiares prácticas, cuyas consecuencias hicieron tantos estragos en muchos miembros de la Misión y principalmente en matrimonios...! Todo eso giraba alrededor de la idea "Evolución" así que consecuentemente había necesidad de fundar "Escuelas Iniciáticas". Como se hubiera podido evolucionar? En realidad Serge no tenía método, no conocía ningún "Sistema de Escuela" puesto que nunca había tenido Maestro... pero, eso no parecía preocuparle, pues, ninguno de los dos teníamos la menor idea de lo que podía ser un Sistema de Desarrollo y sencillamente creíamos que algunas horas diarias de práctica de Yoga según indicación de tan profusa literatura como disponemos en nuestra época, era el medio insuperable y suficiente para llegar a ser un Super-hombre. Mi esposo tenía un arte muy especial: no afirmaba abiertamente algo en relación a su persona, sino que, con sutileza indescriptible insinuaba de tal manera que hacía fácil convencerse de lo que él quería (aparte en el caso de algunas excepciones de personas por supuesto). No es de sorprender que haya habido tantos incautos convirtiéndose al Acuarianismo, cuando yo misma que he vivido los porinenores del principio, a pesar de ellos, jno dejaba de creer en él...! ¿Cómo no caerían en el engaño los que no estaban al tanto de estas cosas? Por ejemplo quien mejor que yo puede saber que el nombre y apellido de mi esposo era SERGE RAYNAUD ...a secas! Como lo he mencionado anteriormente "de la Ferriere" es el nombre de un pueblo del Sur de Francia donde vivió su abuelo paterno y en una temporada su propio padre. Este nombre se convirtió en su apellido de astrólogo y escritor, lo que en realidad no tiene nada de particular (en relación a pintores,

bien se llamaron: el Veronés, el Corregio, el Bosco, etc ..., todos seudónimos) pero lo insólito es que fue para él, en la Misión, un factor de especulación...! Se destacaron las cuatro letras en RaYNaud de la FerRIere en todas las publicaciones con pretexto de citas bíblicas, ejemplo: EXODO, XXIII, 21: "... porque mi nombre esta en él!" Isaías LXII, 2: "... y te será puesto un nuevo nombre ..." y así a continuación, haciendo relación con las iniciales del letrero colocado encima de la cabeza de J.C. en la Cruz: INRI, y todo su significado en Esoterismo. En cuántas Obras de mi esposo no se ha mencionado, o hecho alusión a lo siguiente: S. RaYNaud de la FerRIere Yesu Nazareth Rex Ieudi Ygne Nitrum roxis Invenitur Ygne Natura Renovatur Integra Yamin Mour Romach Iebeschah... Todo ese lujo de detalles se da en "Yug-Yoga-Yoghismo", página 194-195, y la llamada de la página 196 que dice así: "Es de notar que el autor tiene en su nombre estas cuatro letras sagradas en perfecto equilibrio como para simbolizar su misión de unión entre la Ciencia y la Religión: Serge RaYNaud de la FerRIere. El que venciere será vestido de vestiduras blancas, dice el vers. 5 del Cáp. 111 del Apocalipsir anunciando el retorno de Cristo. En el "Libro Negro de la Francmasr nería", páginas 175-176, se puede leer: "Juan en sus revelaciones, pal ce haber comprendido bien toda la importancia de esas cuatro letr formando un nombre simbólico para el presente: aquel que vend yo escribiré sobre él, el nombre de mi Dios ..." (Apocalipsis.111-12). yándose en estas citas y motivado también por el recuerdo de la i sionante figura del Señor Lanza del Vasto con sus vestiduras blz sandalias, no ha de sorprender a nadie que así sería en adelantc riencia física que adoptaría mi flamante esposo para desemr nuevo papel en la ideada Misión Acuarius, ampliamente ayu una personalidad cuya naturaleza era rica en "adaptabilidz Para descarga de él (... y mía también) he de decir que a do, su intención (en esta época, en el principio) no era par? era sincero (tomando el término sincero en el sentido usT te, superficial o sea con el desconocimiento de lo que es ,

fundo de la sinceridad). Puede parecer incomprensible, inaceptable para el lector, sin embargo es cierto. Nos parecería un milagro que justamente tuviera familiares con propiedades en este determinado pueblo; que él había escogido esta nueva identidad sin pensar todavía en la Misión y que la combinación de estos apellidos coincidieran con el Sagrado "INRI" así que era una mentira sincera, y el humano es tal, que no solamente da por cierto lo que desea vivamente, sino que además llega a creer sus propias mentiras. Pues, es en estas condiciones que dos franceses ilusos iban hacia el nuevo mundo para hacerse "pescadores de hombres". Solamente se olvidaban de un detallito: "Que, en odres viejos, no se puede poner vino nuevo...!" Y, éramos odres viejos! Ibamos a residenciarnos en Venezuela porque era el país que más fácilmente admitía la inmigración. Pero en realidad nuestra idea primera era el Perú así que pensábamos dirigirnos a este último después de cierta temporada en Venezuela. Algo en mí sabía de los odres viejos y del vino nuevo (aunque no muy claramente), y por eso en nuestras conversaciones siempre recalcaba sobre la idea que era preferible primeramente aislarnos del mundo (lo que también hubiera sido un error) ir hacia la selva con aquel matrimonio con el cual nos íbamos a reunir, para llevar allá una vida reducida a las mínimas necesidades, buscando un nivel superior de ser; PRIMERO QUE TODO EL DEBIA DE CONSEGUIR SU "TRANSMUTACION" y entonces empezar su vida de "Mensajero de la Nueva Era". Pues, pensábamos que la vida moderna y las grandes ciudades no eran propicias para el desarrollo interior, por eso salíamos de nuestro país. También pensábamos que Europa estaba siempre amenazada por guerra y queríamos la paz interna y externa. Pues, mi querido esposo no opinaba mucho, ni en pro, ni en contra, en cuanto al retiro a la selva... supe más tarde que él pensaba que mi insistencia al respecto era motivada por los celos... ¡Quizás no estaba del todo equivocado, aunque no estaba consciente de tal motivación, yo pensaba únicamente en su éxito en lograr su transmutación, en ser un verdadero y auténtico Maestro, era mi más caro deseo; pero casi seguro que en mi inconsciencia sabía que al alcanzar él, este nivel superior, tendría el control de sí mismo, y no podría ya abandonar a su mujercita que tanto le amaba, su primera discípula. Volvamos a nuestro viaje hacia Venezuela. La travesía se efectuó sin mayor incidente salvo que llegados en alta mar, el barco se detuvo

durante cuatro horas por avería de maquinaria. En el comedor compartíamos la mesa con una señora algo mayor que vivía en New York y hablaba perfectamente el francés. Ella aconsejó a mi esposo de no presentarme como su esposa. Según ella por causa de la psicología de allá, le podía perjudicar para su éxito y ganaría presentándome como su secretaria. Yo encontraba eso bastante chocante; estaba tan orgullosa de ser su esposa... además de inmediato me daba cuenta de todo el peligro que podía representar para nuestro matrimonio el hecho de hacerse ver como hombre soltero, pero escondía este temor, aun a mis propios ojos, detrás de la idea de que era inadmisible que un hombre que iba con la misión de "cambiar a las gentes ..." empezara por hacerse esclavo de la psicología de aquella! Serge escuchaba... no opinaba... Durante 11,días el "Oregón" se deslizó sobre un mar más o menos tranquilo antes de que pudiésemos ver los orgullosos rascacielos, esta siembra de estalagmitas, de unas de las modernas ciudades occidenta les, New York!

NEW YORK Y GUATEMALA

La señora que mantenía correspondencia con mi marido n bió a la llegada del barco y después de terminar con los requ; dispensables del caso, nos llevó de inmediato a su apartament jó por entero a nuestra disposición. Era una francesa ya n cionada a la astrología, y fue muy atenta con nosotros; se ha zado para vivir con amistades mientras estuviéramos en nos venía a visitar un momento cada día para ponerse a nT sición y darnos todos los informes que necesitabamoc charlas para Serge, en estos innumerables salones semi tentes en New York donde cada asistente colaboraba c ra los gastos del conferencista. Corta estancia sin mayr (salvo el establecer Serge unas relacione: j que lut:go pués de la cual emprendimos el vuelo par#a Guaterna el 2 de Diciembre. Ahí llevamos una vida familiar e lL!. su familia y mi querida madre que nos haoia prec ses.

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Una vez visitamos un centro espiritista del cuál habíamos recibido una invitación. Un poco antes de retirarnos, la directiva del centro habló a mi esposo de una casa donde ocurrían "muchos fenómenos" y le preguntaron si aceptaría practicar en ella un "exorcismo" una de estas noches. Serge aceptó y así llena de curiosidad le acompañé con la comitiva del centro. Todos se "concentraron", Serge hizo algunos gestos y pronunció algunas palabras de todo lo cual no me recuerdo. Pues no vi nada de particular, pero todos parecían contentos y convencidos de que... se había hecho algo! Serge dio también una charla sobre astrología en la Universidad. No sé si todavía es vigente, pero en ese tiempo, en Guatemala, existía una ley que no permitía a los religiosos llevar el hábito. Las autoridades llamaron la atención a Serge, pero él dio razones tan lógicas sobre la libertad que tenía de vestirse a su gusto, evocando la comodidad, apartándose de relacionar la vestimenta con cualquier idea religiosa... que finalmente se le concedió una tolerancia puesto que solamente era transeúnte. También se encontraba de paso en esta ciudad un renombrando psiquiatra español dictando unas conferencias en la universidad y le rogó a mi esposo que aceptase someterse al examen de dicho doctor, en presencia de profesores y estudiantes ya que para ellos Serge representaba "un caso". El aceptó. No le reconocieron nada específicamente anormal, pero sí, una inteligencia muy por encima de lo común. Nos quedamos hasta la mitad de enero en familia haciendo algunas veces paseos turísticos, y tomamos el vuelo para Venezuela donde llegamos el 17 de enero de 1948. El matrimonio E..., había llegado con su hija, anteriormente desde el sur de Francia, con un barco italiano, y había informado a la prensa de nuestra llegada.

Vuelos hacia Guatemz

LLEGADA A VENEZUELA

Al pisar tierra venezolana, desde el aeropuerto, Serge se dio a conocer ya como "Misionero de la Nueva Era". Por cierto que nuestra primera impresión del trópico y en especial de Venezuela fue más bien una decepción: llovía, y la subida a Caracas por la tortuosa y resbaladiza carretera vieja no respondía a la visión de los luminosos días soleados que asaltan la imaginación de los europeos mal informados como nosotros. Nuestros amigos se habían hospedado en el hotel del Parque en La Pastora y ahí nos habían reservado una habitación. Nuestra primera salida con ellos, para conocer la ciudad, fue naturalmente hacia la plaza Bolívar donde de inmediato Serge fue objeto de una entrevista con un periodista, y blanco de flash y curiosos. Gracias a la publicidad periodística, desde los primeros días las llamadas telefónicas, sea por interés personal o como representante de centros de ocultismo, de personas que solicitaban ser recibidas, nos permitieron establecer los primeros contactos con el pueblo venezolano directamente interesado por la "Misión Acuarius". En medio de tantos Centros, Fraternidades, Sectas, existentes en Caracas, funcionaba una cierta agrupación llamada "Sociedad de la Iglesia Católica Liberal". Tenía su local de reunión en la subida del Manicomio, de Guamito a Minerva No 5. Uno de los presidentes de dicha sociedad, que más tarde en la Misión, llegaría a ser un importante Gurú reunía en derredor suyo, miembros pertenecienes a la Orden Rosacruz (Amorc o Max Heindel), teósofos, masones, etc., que no estaban del todo satisfechos con su respectiva organización y seguían buscando otra vía. En la antes nombrada "SICL" sólo se practicaba en forma de ritual, una cadena con los asistentes, manos cruzadas, pronunciando una oración; luego se pasaba al estudio que consistía en la lectura de un párrafo de varias obras en las cuales estaban incluidas La Biblia y Obras de Mme Blavatsky. Cada párrafo era comentado por los asistentes. Yo menciono estos detalles para que el lector pueda comprender que este grupo, con todas las fallas que podía tener, no obstante tenía la ventaja de estar compuesto por personas que por lo menos no estaban aferradas de un fanatismo férreo que cierra el entendimiento a cualquier idea que podría ser nueva. Por lo tanto era el

grupo más apto para interesarse verdaderamente en la persona y en el movimiento en gestación de mi esposo. He dicho y subrayado "la persona" de mi esposo, pbrque efectivamente por causa de su búsqueda y varias lecturas, este grupo se había convencido de la venida de un "NUEVO HOMBRE", del retorno de Cristo, y lo esperaban vivamente (aunque sea con interpretación equivocada). A pesar de no conocer el idioma castellano el intenso deseo de entenderse mutuamente ayudaba a mi esposo y a sus interlocutores; se las arreglaron de tal forma que el domingo siguiente, fuimos los invitados especiales de la Sociedad de la Iglesia Católica Liberal. Serge se había ganado a todos los miembros de la directiva y despertó un vivo interés en todos los afiliados. Nos veíamos diariamente con los principales representantes de este grupo y la segunda semana de nuestra estadía en el hotel, en vista de nuestro escaso peculio, la situación se había hecho crítica puesto que no podíamos enfrentar los gastos n6 te niendo entradas. Además Serge participó su deseo de no residenciar, en la capital. Es entonces que un miembro de la S.I.C.L., un simpát' señor de seudónimo Zonhamir nos hizo saber que para él y su her na, sería un honor si aceptásemos su hospitalidad. Vivía en ur queño pueblo sumando apenas 3.000 habitantes, a siete kilómer Maracay, en Aragua. Era para nosotros la solución provisio nuestro apremiante problema. Nos pidió esperar sólo unos días arreglo de la casa. Supimos más tarde que con el deseo de recit mejor posible, habían blanqueado la casa y hecho algunos car ra brindar ciertas comodidades a estos cinco "Musiues" qi nosotros. Me conmueve la evocación de estos recuerdos con puesto que no solamente ha muerto mi esposo, sino tambié ñero E..., y también el que fue el social y simpático señc Así más o Nlenos r Dios les tenga en su miser damos a El Limón, de: días de vida caraqueña, nc después de 23 años de resiuCltLla, auiiyut; 11" a L a rii la IT a algunos metros de ella, estoy escribiendo estas 1Iíne

que

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Los primeros quince días en Caracas. Hotel del Parque. La Pastora.

José Manuel Estrada, ebanistai. Presiderite de la Sociedad de la Iglesia Catsólica Libei-al en Caracas, el que más tarde haicia llamar'se , . a mi ( "El Gran Guní". Foto obsequiaaaa poso el 30-5-48.

VIDA COMUNITARIA CON UNA FAMILIA VENEZOLANA E N EL LIMON

Empezamos entonces una vida comunitaria, el matrimonio E..., con su hijita, el señor Zonhamir y su hermana V..., Serge y yo, en total siete personas. Denyse de E..., y yo nos repartimos los quehaceres de la casa ocupándonos alternativamente, un día de cocina y otro de aseo. Marcel E..., iba al mercado de Maracay y se encargaba del jardín. La niña iba a la escuela. Mientras tanto Serge preparaba las "clases" que nos daba en la tarde. Practicábamos yoga tres veces al día, (excepto la hermana del señor Zonhamir que no se consideraba como discípula sino como oyente). Serge elaboró su "Misa Cósmica" compuesta de algunas fórmulas extraídas de obras de ocultismo. El aceptó mi sugerencia de introducir en ella la conocida plegaria católica: "Señor, yo no soy digno de que entréis en mi pobre morada; decid una sola palabra y mi alma será sana", y también el "Tantum Ergo". El señor Zonhamir colaboró con "Plegaria a Dios" que fue de su composición. Por eso me sorprende que dicha plegaria, años más tarde se publicó en Barranquilla con una firma que, puede referirse al dibujo de un pergamino sobre el cual se copió la plegaria, pero da la impresión que el firmante es el autor de esta plegaria, lo que no es cierto. Mucho más tarde un discípulo que había sido Presidente de la S.I.C.L., agregó otras cosas tal como un "Acto de Fe" y una "Cadena", vestigio de la Sociedad de la Iglesia Ca tólica Liberal (que pronto se había visto absorbida por la "Misi ón Acuqrius"). Así que dicha "Misa Cósmica" se limita a ser una recc:ta más para rezar; un cocktail en el cual cada una de las persorlas nombradas había aportado los matices peculiares de su intelectuzilidad o de su emotividad. Mucho más tarde todavía, no sé quien de 1los "sacerdotes" del Acuarius, padeciendo de narcisismo, estableció, p2 el final del oficio, la retirada de los fieles en marcha trasera miranda oficiante erguido, único que puede dar la espalda al altar. Por mejoi que hayan sido algunas intenciones de dichas personas en re lación a esta "Misa Cósmica )' no dej;3 de ser una mescolanza resultante del capricho de algunos. E s el ensa mblaje (le fragmlentos de origen di. i a.,i u i iuue -.-. un auténtico Maverso. No es una "pieza eritera" la ~ i a i i a i i i.....-estro pueda hacer a sus discípulos lpara rec,ordarles "lo que hacer". &-.,.----.-..

La firma que se ve abajo a la derecha presta (con intención o no) a la confusión. Esta plegaria es la composición del difunto señor Zonhamir, ejecutada al principio del Movimiento Acuariano, en Venezuela, en el Limón y no en Barranquilla el 25 de Aries del quinto año, como lo menciona esta publicación.

(Al dorso está el retrato de J. M. Estrada que por lo visto estaba de acuerdo con este tipo de publicación ... Sin embargo, él muy bien sabía quién fue el autor ...)

El común del pueblo no se refería a mi esposo como al "Mensajero de la Nueva Era" sino al "Profeta de El Limón". De todos los pueblos circundantes (y aún de lejos) venían gentes a consultar sobre todo para sus enfermedades y Serge practicab'a la curación por magnetismo. Muchos eran pobres; no se cobraba a nadie, sino que cada uno colaboraba como quería o podía, los unos con unos bolívares, los otros con frutas o verduras. Algunos domingos fuimos de paseo a pueblos vecinos; las gentes nos seguían y rogaban a mi esposo para que entrara, aunque fuera un solo instante en sus casas, sintiéndose muy honradas cuando él lo hacía; lo miraban como si hubiera sido el mismo Jesús de Nazareth, y nosotros, sus discípulos, también lo creíamos... sí, incluso yo, a pesar de lo que sabía... se me olvidaba, o si me acordaba, pensaba que si no era Jesús el Cristo, él llegaría a serlo! en verdad, para nosotros era conmovedor ese atravesar de pueblos tranquilos, de gente humilde en su mayoría; estábamos transportados a tiempos bíblicos... ¡Qué profund: tristeza me produce hoy el medir nuestra ignorancia! Incluso la de F esposo... sí, porque a pesar de su gran inteligencia, :;u super ioridad ' telectual sobre todos nosotros, él no dejaba de tener mucha i gnorar .--..-relacionada con el papel que desempeñaba y con 1-id:, LVIISCLUCI que tendría para él, para nosotros y para un sinnúmero de person: nocidas y desconocidas. ---
E;

Pocos días antes de comunicarme su decisión de abandonarme, la personalidad de mi esposo se manifestó en una forma que por regla general no acostumbraba, m6 place reconocerlo, y la presión tanto externa como interna tuvo q'ue'tener una intensidad máxima dara que pudiera llegar al grado canallesco que alcanzó en esta opcIrtGnidacd, Y que se manifestó a través del proceder que voy a relatar, y con la a!~ u d de a . L--.-..A J U J -'?S u\ incondicionados partidarios, las discíptilos ex vuncauor y ex profe5sor que .no retrocedían delante de ninguna bajeza con tal de no caer e&ndesgr;acia con el "Gran presdigitador" que había montado el A 3-show *tnm:-:LL V ~ I ~ I UBcuar II ius" para escalar el cielo a precio de remate... una que no se querían perder! -l.-

A----

En estos días, Serge insistía para que me fuera. El era lo bastante inteligente para darse cuenta de que, abandonarme sería desencadenante de múltiples consecuencias para él como para la Misión. Claro, obedecerle en este caso hubiera sido por parte mía "abandono del domicilio conyugal" o sea el ideal para él; él hubiese figurado como la víctima, quedando como la simbólica pureza de la blanca paloma. Otra solución hubiera sido que me suicidara, pues, no se me ocurrió como creo que a él, la idea de matarme. Trató de coaccioriarme diciéndorrie que debía de irme antes de este fin de Septiembre (estábamo1s en la SIe., -. gunda quincena) sino desaparecería sin darme ~ ~ -----~ G L L y ~ U C III L I UIIC~S me encontraría en este bungalow por el cual él debía 300 dólares y cuyo alquiler expiraba el fin del mismo mes, por lo cual, de todos modos me vería en la obligación de desocupar. Fue solo en esta oportunidad que se mencionó la palabra "alquiler"... ¿Era verdad? (Era mentira? No lo sabía ni traté de averiguarlo. Entonces en vista de mi reiterada negación en marcharme, me amenazó con hacerme encarcelar como loca, se sentía fuerte con las "buenas voluntades" dispuestas a servirle de testigos, y luego hacerme expulsar del país. Hizo alarde de sus "poderes" con su "diploma de masón". Lo único que en esta época tenía no era más que un diploma de honor otorgado por negros de una Logia irregular, no me acuerdo de cuál pequeña ciudad norteamericana, en cuya logia había dado una conferencia (hasta ese día mi esposo no había sido miembro de ninguna fraternidad, movimiento o escuelas de las llamadas iniciáticas de no ser la suya propia). De las amenazas pasó a los hechos y no es preciso volvkr a nombrar los dos infelices que se prestaron a su juego y fueron encargados de entrevistarse con un investigador del gobierno, conocido en uno de estos sc:lectos Salones dle New York donde mi esposo conseguía dar charlas para reca.udar foi1-------dos. Pero no es tan fácil embaucar a las autoridades ---a--iiur Lcaiiitzi i~aiias como él lo deseaba. Con su tolerencia en relación a la existencia de múltiples movimientos de toda índole, tienen demasiadas experiencias en cuanto a conocer "Maestros" de todo calibre! y empleando una expresión común, diría: "el tiro le salió por la culata". El no t.uva el vi1lor, o más justo sería decir, el tuvo la sensatez de no enfrentarse a la1s consecuencias cuando supo que en caso de acción en contr.a mía, S,e nos encarcelaría a los dos por seis meses o un año, hasta que se aciarara el asunto, para luego, pura y simplemente expulsarnos a los dos! A pesar de la situación trágica para mí, ni el secretario ni yo, pudimaIS --LA--.

reprimir la hilaridad, divertidos al ver la cara compungida de los dos "enviados" cuando regresaron de su "fracasada misión cumplida". En relación a ciertos detalles de menor importancia, algunas veces tengo dudas, por ejemplo, en este caso, no llego a recordar si fue el exprofesor o mi propio esposo que me puso al corriente de la dichosa entrevista con el señor inspector y el resultado de la misma. Al lector le puede parecer increíble que uno de los "antagonistas" cuente sus propias desventuras a la "parte contraria". Sin embargo, así pudo ser y para mí, conociendo las dos personas en cuestión y habiendo vivido los acontecimientos, no tiene nada de sorprendente: El ex-profesor, aunque no era frecuente en estos meses, tenía momentos de acercamiento... "se ablandaba" y se dejaba ir a ciertas confidencias. En cuanto a mi esposo, tanto había alardeado de sus "importantes relaciones", que le era fácil hacerme encarcelar, que el fracaso le causó un descontrol muy fuerte, se quedó anonadado, y es muy posible que en este mismo momento me hubiera "confesado" el inesperado resultado, desprevenido por el hecho de la misma sorpresa. De lo que estoy segura es de que fue uno de los dos. ¡Dios es grande y no desampara! En la región vivía (aunque bastante retirada) una francesa casada con un americano, y el día anterior a su partida Serge había ido a despedirse de este matrimonio y me había llevado con él en el carro manejado por su "chofer". La señora, mujer mayor, se percató de la inmensa tristeza que me era imposible disimular y solícita, indagó sobre el motivo de tal desolación. Estando sola con ella en la cocina (me había llamado con un pretexto) estallé en sollozos y le conté mi desventura además de mi preocupación para salir del lugar donde nada más tenía por hacer. Después de dar curso a su sorpresa, compasiva, me ofreció conducirme a New York con el hermano E.C ..., después de que se hubiera ido mi esposo. Efectivamente, al día siguiente, Serge y sus dos acompañantes se fueron a las diez de la mañana y apenas media hora más tarde, mi servicial compatriota venía a buscarnos y enseguida tomamos la dirección de New York. Antes de proseguir con mi relato, en el caso de que dicha señora llegase a leer estas líneas, aquí quiero renovarle la expresión de mi profundo agradecimiento por su gentil y humanitaria atención, en un momento tan difícil de mi vida. Después de despedimos de ella, E.C ..., y yo fuimos de inmediato al

Consulado General de Francia donde hice constar el abandono de domicilio por parte de mi esposo y declaré que, según las propias instrucciones de mi esposo, iba a reunirme con mi madre que en esta época vivía con mi hermano en Guatemala. El secretario, o digamos exsecretario de mi marido era menor de edad y me consideraba responsable de él; por lo tanto, habiendo tenido la precaución de guardar el dinero del pasaje en cheques de viajero, acompañé a este decepcionado hermano que había quedado fiel al propósito que había motivado nuestro viaje y que en vista de nuestro fracaso, había tenido el valor de actuar según los principios de su ideal; le acompañé en la misma tarde 41 día al aeropuerto para que se reuniera con su familia en Ven siguiente, me reunía yo con la mía en Guatema la. Al p2 luí se concluía mi "odisea" con mi esposo y su Misión, pelo -iio- luc asi. Aquí se sepultaba mi matrimonio pero habría de volver a ver a mi marido una vez más. --e-

Los rumores, bien fundados o no, siempre han corrido a unai velocidad envidiable por cualquier campeón... Al llegar a Guatemala me encontré con la noticia de que: "Me había fugado con un hombre y la caja de la Misión... ¡Bueno..., que me podía sorprender ya! El resultado fue que él se hizo su propia propaganda porque ahí quedó como un difamador. Por supuesto que cualquier impresión se borra con el tiempo, con más razón cuando hay elementos interesados en hacer que así sea y seguramente que hoy deben ser muy pocos los que recuerdan eso. No haré más comentarios sobre el particular ni sobre tantas otras cosas el estilo puesto que este libro, no lo escribo con propósito de hablar de mí, ni de "defenderme" de cualquier acusación... después de tantos años. Personalmente no me interesa, ni soy ni pretendo ser ningún Maestro ni jefe de cualquier movimiento, por lo tanto si es ineludible hablar de mí, es solamente en la proporción en que los hechos vividos por mí están directamente ligados con mi esposo no sólo por haber sido mi esposo sino por haber sido el fundador y regente vitalicio de la Misión Acuarius, y en la medida en que es indispensable que el lector pueda tener una información clara y fidecligna iot>requiein fue, como actuó, frente a determinadas situaciones, e 1 llamad o "Mens,ajero el. Al atar) de la Nueva Era" (el que más tarde pretendería Ser el Criisto, con sus inevitables consecuencias en el movimiento que fundó. Permanecí tres meses en Guatemala. A pesar del amor de mi c

da madre, de mi hermano, del cariño de toda la familia, no podía encontrar sosiego; no me resignaba a la realidad, tanto al fracaso de mi matrimonio como a la separación de este grupo de seres que había aceptado como hermanos verdaderos y, no soportando más este terrible vacío, decidí regresar a New York en busca de mi esposo; aunque desconocía su dirección sabía que no había salido de esta capital. Arregle mi viaje para llegar el 24 de Diciembre de 1949, alimentando la ilusión de, por lo menos, pasar la noche de Navidad con él y los hermanos acuarianos. Teniendo escasez de dinero, después de vender algunas cosas, viajé en autobús desde Méjico donde había llegado por avión. Cinco días y cinco noches; era algo fatigoso, pero lo importante era llegar. En un viaje de varios días se conversa entre pasajeros que, por grupitos también van a comer juntos a los restaurantes en las paradas. Había pedido a un vecino de asiento hacerme el favor, al llegar a New York, de llamar por teléfono a un número que le daría (número de una simpatizante de la Misión) para decir que él había oído hablar de la Misión, que estaba interesado en conocer al Maestro de la Ferriere y deseaba su dirección; el aceptó y el engaño dio resultado; algunos minutos después de haber llegado sabía donde ir a sorprender a mi cónyugue; le encontré sólo en su apartamento con su discípulo chofer; de inmediato mi esposo y yo nos retiramos al cuarto para conversar, y su primera reflexión fue: "¿Por qué regresastes? El tono de su voz y su mirada no demostraban enojo sino tristeza y a la vez ternura... no cabía duda que yo estorbaba sus planes pero con la natural confusión de la sorpresa, no representaba yo solamente ciertas complicaciones sino también todo un mundo de recuerdos los cuales no eran todos amargos; como lo mencioné anteriormente representaba también parte de su juventud, años de amor, la alegría de estas visitas a las casas de antigüedades para comprar cualquier capricho para nuestro nido... en fin tantas cosas que emergen simultáneamente sin que se detenga uno a analizar los detalles pero que se experimenta como una sensación global. Este fue el momento delicado y oportuno del cual no me supe aprovechar. Estaba muy cansada por el viaje y todas las noches de insomnio de estos tres meses que acababa de pasar en Guatemala; estaba muy nerviosa y emocionada de encontrarme de nuevo con él. En vez de manifestarle ternura y alegría por estar nuevamente juntos, queriendo afirmar mi

Documento de Declaración de Abandono del Domicilio Conyugal. Consulado General de Francia. CQNSüLAT GENERAL DE FRANCE

Clk* 7-

7-8

A m-YORK

-

610 Fifth Arenue New-Yo&

J e soussignáe, Louise, ñAYl AUD de l a FEPRIFflE,

n&s BADDII l e 20 Mnrr 1912 h Heufchatel de n a t i o n s l i t b frnngalse, deneurant

en San~no3.s (Sarthe),

Slsracay-, Limon,

V(rnCwola, dbclare i-tre venua r?joinrirr mnn mo.r i b NenYorlc le,;uel a v n i t y u i t t d notre r6sidence l e 3 juin 1949, Js m i s

a

Bew Ycrk de-uis l e 3 zoíit 1049 e t

ce nrtln non mar1 Sergr IIAYXhUG

Ge l a PwSFIFFV,,

de 33 ans, e s t parti sans me l e i s s e r d'sdresse en me

dgclarant que js n ~ a v a i sc;ufL rejoindre ma mhco

a

,

GuatE-

mala 5 CO Aa12, ?r&s de 1n;uelle jtatrrais de l f a i d e , cnr non marí,en e f f e t , mla dbandannoe sr.ns sucune r-ssourcc.

TRADUCCION DEL DOCUMENTO RELACIONADO CON EL ABANDONO DEL DOMICILIO CONYUGAL

CONSULADO GENERAL DE FRANCIA 610 FIFTH VENUE. NEW YORK Referencia Yo, la abajo firmante, Louise Raynaud de la Ferriere, nacida Baudin el 20 de marzo de 1912, en Neufchatel-en-Saosnois (Sarthe), de nacionalidad

francesa, domiciliada en El Limón, Maracay, Venezuela, declaro haber venid o a reunirme con mi marido en New York, el cual había dejado nuestra residencia el 3 de junio de 1949. Estoy en New York desde el 3 de agosto de 1949 y esta mañana mi marido Serge Raynaud de la Ferriere, de edad de 33 aiíos, ha salido sin dejarme dirección declarándome que no tenía más que hacer sino reunirme con mi madre en Guatemala, 5, Co, No 12 con la cual tendría ayuda, porque mi marido, en efecto me abandonó sin recurso. En New York, el 22 de septiembre de 1949

La depositaria L. Raynaud de la Ferriere

voz, le contesté de un modo que tuvo que parecerle autoritario, que mi puesto era al lado de él, que aquí estaba y aquí me quedaría... el delgado cabello que quizás hubiera podido unirnos de nuevo se rompió en este instante, lo sentí de inmediato sin poder remediarlo. Yo tenía que llevar una maleta a un matrimonio conocido y quise salir de este compromiso de una vez para tener mi noche libre y no faltar a la reunión que indudablemente iba a efectuarse en esta noche de Navidad. Cuando regresé mi esposo había salido para ir a esconderse en otra parte. El discípulo ex-boxeador y chofer del momento me esperaba con instrucciones muy especiales. El apartamento estaba, según su decir, a su nombre y como no le era grata mi presencia, tomó mi maleta y me echó fuera, tomándose sin embargo la molestia de acompañar-

me hasta un gran hotel, el Sherman Square Hotel, 70-71 Street Manhattan, pero sin preguntarme si tenía dinero para pagarlo o para comer. Yo tenía 60 dólares solamente; unos trajes tropicales y por suerte un abrigo negro que barato me había vendido una hermana de mi cuñada de Guatemala, famoso abrigo que sirvió de base al encargado de la Misión en Venezuela, después de un viaje que en esta época hizo a New York, para declarar, cuando él regresó a Venezuela, que yo me dedicaba a la Magia Negra. Ese fue mi regalo de Navidad... sola en un cuarto de hotel... mientras todo el mundo, o por lo menos la mayoría, se divertía y disfrutaba del calor familiar, yo, la repudiada, estaba entre cuatro paredes de un cuarto impersonal, en una ciudad de un país extraño del cual poco hablaba el idioma... ¿Qué más podía hacer... ? ¡Llorar desconsoladamente todas mis esperanzas perdidas e ilusiones rotas! Pasaron los días navideños y también los del año nuevo. 1950 estaba por delante. Seguía yo involucrada en su torbellino. Pronto se me acabarían los míseros 60 dólares; mi visa no me permitía trabajar en este país, así me encontraría en el triste dilema de no poder quedarme ni tampoco irme. Imprescindiblemente tenía que hacer algo, encontrar una solución. En mi turbación pensé en mi Consulado y ahí fui para pedir una orientación. No acepté ser repatriada, no quería cerrarme las puertas de América. Entonces se me ofreció un abogado famoso para obligar a mi esposo a cumplir con sus responsabilidades. No sabía a ciencia cierta lo que podía resultar empleando el medio legal pero sí, de lo que estaba segura es que se produciría un escándalo que nada bueno traería para mi esposo ni para la Misión. En contra de lo que se podría pensar no deseaba perjudicar ni a él ni a su Misión. Por esta razón hice intervenir a varias personas allegadas a la Misión, en repetidas oportunidades, para suplicar a mi esposo que no me obligara a emplear el medio legal, que para el bien de él como para el mío, me ofreciera una solución. Todo fue inútil. El solamente creía que eran amenazas, no creía en mi sinceridad de querer evitar el escándalo. Estaba demasiado imbuido de su importancia, de los apoyos que tenía comparando conmigo... Que podía hacer una pobre mujer, sola sin recursos, en país extraño y sin casi hablar el idioma... ? Estaba demasiado seguro de sí mismo...!

Mientras tanto, en el hotel donde sin la menor vacilación el "caritativo" hermano me había soltado, después de que yo había caído en "su" apartamento, un día tuve la visita de un grupo de personas, algunos hombres y una mujer deseaban conocerme. No me dijeron que eran acuarianos pero era fácil suponerlo. Lo más extraño es que de inmediato tuve la seguridad de que ellos venían más bien para sondear mis intenciones, a manera de espías, posiblemente mandadas por mi esposo; les hice saber que si acaso venían con esas intenciones no me molestaban en manera alguna porque yo no tenía nada qué esconder. Su asombro fue muy grande y se miraron entre sí durante un momento sin saber que decir, pero su sorpresa no fue de ofuscación, de disgusto, no, por el contrario. Es entonces que la señora tomó la palabra en nombre de sus compañeros y me hizo saber que mi esposo les pedía una importante suma de dinero para la publicación de un libro; no muy entusiastas, sin embargo habían estado de acuerdo con el proyecto, pero ya no estaban tan seguros, les había nacido la sospecha en cuanto a la "Maestría" de mi esposo, y lo de la bailarina no les había pasado por alto, era demasiado patente. La conversación se desarrolló de manera muy amena; no me acuerdo todos los detalles, pero sí lo siguiente que me dijo la señora: "Le confieso que después de la conversación que acabamos de tener me gustaría mucho más, y veo que a mis compañeros también, publicar sus memorias, si Ud. quisiera, en vez de financiar para el libro de su esposo..." No acepté la proposición porque en esta época no quería decir nada que pudiera ser perjudicial para mi esposo y su Misión. Si las personas que participaron en esta entrevista tienen la oportunidad de leer estas líneas, no podrán hacer menos que reconocer la veracidad de mi relato. Pues, con el dolor en el alma, no tuve más remedio que aceptar el apoyo que me había ofrecido mi Consulado, dejando la solución de mi problema en manos de un abogado. La recomendación que yo tenía no era para cualquier abogado perdido en el montón, sino para uno de los famosos de Wall Street. Como lo he mencionado ya, sabía que se podría esperar un escándalo, pero en realidad paso mucho más de lo que podía suponer. Los americanos y con más razón los hombres de negocios nunca desperdician una oportunidad de publicidad; mi abogado no hizo excepción, y a pesar de que mi caso no representaba suficiente "interés" para la categoría de él, y que lo había remitido al cuidado de

un colaborador de menos trascendencia, el día de la citación con mi esposo, él había tomado la precaución de hacer unas llamadas telefónicas y cuando personalmente se presentó a la Corte acompañándome del brazo, la prensa grande y pequeña estaba en alerta y las noticias repercutieron hasta Francia. La Corte nos dio la oportunidad de una reconciliación dejándonos solos en una pieza. Ninguna de mis súplicas hizo cambiar a mi esposo; además el estaba demasiado rabioso por haber sido traído ajuro por la policía (mi abogado había empleado los medios drásticos). Después de las declaraciones pertinentes, la corte condenó a mi esposo a pagar lo mínimo (puesto que él aseguraba no tener recursos y que su obra era sobre todo filantrópica), es decir una pensión alimenticia que se limitaba a 60 dólares mensuales. El pagó el primer mes; el segundo hubo que "halarle las orejas" y, si mal no recuerdo, el tercero abandonó las Américas, dirigiéndose a Europa y Oriente. Nunca nos hemos divorciado, jamás ni él ni yo hemos deseado una separación legal, más bien mucho más tarde, a raíz de habladurías de sus discípulos, me hizo una pregunta al respecto, y yo también a él, y al saber que no habíamos intentado tal proceso ni el uno ni el otro, él me pidió que guardáramos este lazo como recuerdo. Efectivamente, en una carta que me mandó de las Baleares el 7 de marzo de 1956, me decía: "No, no he pedido el divorcio. No nos ocupemos de eso y guardemosle como piadosa reliquia de esta unión que hemos tenido". Nunca tampoco nos volvimos a ver, aunque sí, más tarde establecimos nuevas relaciones por correspondencia, las cuales duraron hasta que un infarto del miocardo complicado con edema del pulmón causaron su muerte en Niza, el 27 de Diciembre de 1962, a las 7 horas y 30 minutos p.m.

Documento comprobando la obligación para mi esposo de pagarme una mensualidad.

'Ts. t , o u i s e s a y n a u d i ) e L a F e r r t o r r Yeinne 3'Arc ;Tome 2 5 3 t e s t 2 4 t h '3tPoet :Tea York C i t y

I n r o p l y t o your cnrA nf: 2/13/50, n l e a r e ?e a i v i ? - d t h d t t i e r e a r e no n r r p n r s n t t i e - r e - o ? t t f n e . Pa..rnents of ?GO.OO n o n t i p r a r a ? u s M r e on $'?o I q t ' i o? e n c s manth a n d a r e r o r * a r c l ~ tiempoI por. - --. ... .11c1-1 que se hacen a pie (es lo que escribe mi esposo) en lugares muy ui~iciles. En una carta que me mandó de Oriente el 19 de Diciembre de 1958 me dice:

-"No estuve en el extranjero, he llevado una vida errante, vagabunda si tú quieres..." (con eso él quierbdxir que a pesar de haber viajado muchísimo en el extranjero, no era por interés en los países por sí mismos, sino por el placer de la vida errante). Otra confirmación de lo dicho se encuentra en su Circular XV. Parte anexa, a intención del Hno. Elías R. Alonzo, México, en la que se puede leer:

"... He visitado el Ashram del Swami Yvananda en Rishikesh durante mis perigrinaciones en los Himalayas, donde me presenté con otros Sadhus y en mi calidad de Sannyasin, fui bien recibido. Ivanandaji me ofreció quedarme algún tiempo en su kutir, pero yo tenía que pasar por el Tibet sin aprovechar un día más de este hospedaje...". ¿Cuándo entonces le quedó tiempo para estudiar los métodos de un Maestro? Se requiere tiempo porque no se trata solamente de oír como se oye una conferencia. Sus peregrinajes a los Montes Sagrados? En una carta que me mandó en 1953 dice: "... En fin, purificado, saneado, fortificado, emprendía nuevamente la ascensión más tarde y pasaba el famoso contrafuerte del mundo. El "Paso del Mana" estaba pisado por mis pies y algunos días más tarde descubrí en todo su esplendor el Santo Monte Kaila: Yo era un Paramhamsa... etc.". -Lo que no dice es que son muchos los que hacen eso todos los años; además parece ser que en muchas personas ciertas palabras extranjeras, aunque se tenga la traducción de ellas, conservan algo misterioso y ejercen una especie de hechizo sobre~llas.En la religión musulmana es un deber para todo buen practicante ir a la La Meca por lo menos una vez en su vida. Pero como hay musulmanes repartidos sobre varios continentes, para muchos es un viaje imposible por lo costoso que resultaría, pero los que lo realizan se granjean admiración y respeto porque tienen derecho al título de "Hedjaz" (si no me equivoco) nombre del mismo reino de Arabia ¿Por eso han alcanzado un nivel superior de espiritualidad? Durante diez años he tenido buena amistad con un Pacha de Marruecos con el cual efectuaba negocios cada año cuando viajaba por estas regiones. El era "Hedjaz" y les aseguro que sin ninguna intención de restar algo a su personalidad, que por cierto era muy descollante, tanto que el gobierno francés trataba con él de igual a igual ..., puedo afirmar que no tenía nada de santo y tampoco lo pretendía. ¿Acaso todos los que van de peregrinaje a Jerusalem se

convierten en "Paramhamsa", un santo inmaculado? ¿Y los campeones del alpinismo, qué? ¿A qué p i e cuál Monte tuvieron que subir los cuatro evangelistas de no ser hacia su propia Cima Interior? Que yo sepa el Gólgota no figura como el techo del mundo en medida métrica. ¿Por eso pierde su valor sagrado histórico y esotérico? Sin embargo mi esposo conocía muy bien el significado simbólico de la palabra "montaña" y para el lector no acostumbrado a estos enfoques mentales bastará para que se convenza, citar la llamada 52, página 109 del "Libro Negro de la Francmasonería" que mi esposo escribió en 1949:

"... La montaña representa simbólicamente las ideas elevadas; es el Hobeb, el Sinaí, Sion, el Monte Tabor, el Calvario, el Olimpo, el Parnaso, el Vaticano, que son al mismo tiempo ideas y alegorías. Es a una montaña elevada adonde fue conducido el cuerpo de Hiram ...". Siendo así ¿por qué 4 años después, en 1953 se sirve del sentido literal por el hecho de escalar el Monte Kaila, como si por eso hubiese adquirido un nivel de Ser superior? ¿Por qué sería sino para aprovechar el derecho a un título (que en este sentido no tiene más valor que el que se puede dar a un alpinista) y exhibirlo par:1 satisfalcer su desmedida ambición de trepar por encima de los demá:i por toclos los medios! (Esta sí, es la verdadera ascensión que intentó desesperadamente y con asombrosa constancia, con una enfermiza idea fija, pero\ desgraciadamente por un sendero equivocado y consecuentemente con desastroso perjuicio para las posibilidades maravillosas que tenía de autosuperación en sentido espiritual! ¿Quién no siente la pujante exhalación del narcisismo saliéndole por todos los poros con la simple frase: "El Paso del Mana estaba pisado por mis pies...?" en cuanto a los retiros de mi esposo en las regiones tibetanas. ¿Qué diferencia al retiro de ciertos monjes en sus celdas? Si todas estas ascenciones y retiros pueden ser factores de auto-realización en sentido espiritual, no obligatoriamente el resultado ha de ser un éxito. Así que, hasta aqu í, si el lector lo desea, podemos dejar al Superior de la Orden Acuarius, el beneficio de la duda, aunque para mí el solo hecho de tener person as para fotografiarle al salir de su llamado estado de "SAnAdhi" me F)arete bastante sospechoso. Se podría admitir que ignoraba que le iba11 a fotografiar, pero la publicación del retrato no se le puede imputar la responsabilidad a nadie sino a él mismo y personalmente confieso considerar este proceder como falta de pudor incompatible con el esta do es-

convierten en "Paramhamsa", un santo inmaculado? ¿Y los campeones del alpinismo, qué? ¿A qué p i e cuál Monte tuvieron que subir los cuatro evangelistas de no ser hacia su propia Cima Interior? Que yo sepa el Gólgota no figura como el techo del mundo en medida métrica. ¿Por eso pierde su valor sagrado histórico y esotérico? Sin embargo mi esposo conocía muy bien el significado simbólico de la palabra "montaña" y para el lector no acostumbrado a estos enfoques mentales bastará para que se convenza, citar la llamada 52, página 109 del "Libro Negro de la Francmasonería" que mi esposo escribió en 1949:

"... La montaña representa simbólicamente las ideas elevadas; es el Hobeb, el Sinaí, Sion, el Monte Tabor, el Calvario, el Olimpo, el Parnaso, el Vaticano, que son al mismo tiempo ideas y alegorías. Es a una montaña elevada adonde fue conducido el cuerpo de Hiram ...". Siendo así ¿por qué 4 años después, en 1953 se sirve del sentido literal por el hecho de escalar el Monte Kaila, como si por eso hubiese adquirido un nivel de Ser superior? ¿Por qué sería sino para aprovechar el derecho a un título (que en este sentido no tiene más valor que el que se puede dar a un alpinista) y exhibirlo par:1 satisfalcer su desmedida ambición de trepar por encima de los demá:i por toclos los medios! (Esta sí, es la verdadera ascensión que intentó desesperadamente y con asombrosa constancia, con una enfermiza idea fija, pero\ desgraciadamente por un sendero equivocado y consecuentemente con desastroso perjuicio para las posibilidades maravillosas que tenía de autosuperación en sentido espiritual! ¿Quién no siente la pujante exhalación del narcisismo saliéndole por todos los poros con la simple frase: "El Paso del Mana estaba pisado por mis pies...?" en cuanto a los retiros de mi esposo en las regiones tibetanas. ¿Qué diferencia al retiro de ciertos monjes en sus celdas? Si todas estas ascenciones y retiros pueden ser factores de auto-realización en sentido espiritual, no obligatoriamente el resultado ha de ser un éxito. Así que, hasta aqu í, si el lector lo desea, podemos dejar al Superior de la Orden Acuarius, el beneficio de la duda, aunque para mí el solo hecho de tener person as para fotografiarle al salir de su llamado estado de "SAnAdhi" me F)arete bastante sospechoso. Se podría admitir que ignoraba que le iba11 a fotografiar, pero la publicación del retrato no se le puede imputar la responsabilidad a nadie sino a él mismo y personalmente confieso considerar este proceder como falta de pudor incompatible con el esta do es-

piritual aludido. Además dibujar una paloma para simbolizar el Espíritu Santo es una cosa... pero fotografiarlo... será "agua de otra fuente". Nunca he presenciado a nadie saliendo de este estado samadhico pero a decir verdad, la expresión de mi esposo en este retrato, muy bien es la de un "drogado" y cuando se sabe que en determindas Escuelas de Oriente se les permite a ciertos discípulos hacer experimentos específicos con el uso de drogas especiales, no seria tan sorprendente que con sus relaciones, mi esposo hubiera podido procurárselas, pero por lo que tengo entendido estas "experiencias" no proporcionan la autosuperación, sino que hacen conocer lo que se podría hacer (en cada caso individual) para lograrla, con la desventaja de acortar la vida. En realidad nada sé de eso, pero son las informaciones que tengo. Considero necesario todos estos comentarios a raíz de la citación relacionada con el Sr. Pedro Ouspensky pero como quiero ser honesta con el lector y conmigo misma, y como no quiero ser injusta con el que fue mi esposo, reconozco que a pesar de tener buenas bases para estas deducciones, éstas, sin embargo, tienen un valor muy relativo por ser subjetivas, por eso he propuesto que se le dejara a mi esposo el beneficio de la duda en cuanto a su "Maestría" durante su estadía en Oriente, hasta que yo pueda proporcionar más material válido para estatuir sin lugar a dudas en relación al caso que se estudia. La interrogante que queda planteada es si encontró un auténtico Maestro en Oriente y si le dedicó el tiempo indispensable a la par que la conveniente entrega. En el caso positivo, a su regreso de Oriente, mi esposo hubiera debido manifestar una calidad de ser muy diferente a las reacciones comunes y corrientes de cualquier individuo. Es lo que se verá más adelante; por el momento el lector sabe que antes de ir a Oriente, Serge no tuvo Maestro y que toda su inteligencia no pudo suplir la presencia, la guía de un Ser superior, y conoce también las consecuencias: En el curso de sus 33 años, sus ilusiones de ser el Cristo Rey se convirtieron en un vulgar suceso de hombre común, preso de sus pasiones, de sus ambiciones, en el fracaso de su matrimonio y la huida por otros lugares... para tratar de "tapar el Sol con el dedo'.' Antes de analizar el comportamiento de mi esposo después de haber regresado de Oriente, quiero comentar lo siguiente: En relación a lo que el venerable anciano, señor Soun-Wou-Koung, había afirmado a mi esposo; "dentro de tres años... nunca me equivoco", se impone una aclaratoria. Con la natural tendencia del hombre a

Saliendo del Samadhi.

tomar sus deseos por realidades, Serge interpretó que este señor le anunciaba un gran acontecimiento, un gran cambio, que no podía ser otro que el de ser el Maestre, jel Cristo en sus 33 años! Primeramente no me consta lo que exactamente haya dicho este anciano; segundo, llevado por sus ilusiones, sus anhelos, por el deseo también de reforzar mi creencia en que se convertiría en un verdadero Maestro, es muy posible que Serge haya tergiversado, a propósito o no, el sentido de la frase, porque en realidad si bien se precisa un determinado número de años (" ... dentro de 3 años...") no se precisa el suceso en sí... Si se toma en cuenta que el Sr. S. W. Koung hablaba (como dijo Serge) en lenguaje "universal" o sea el lenguaje de los Iniciados, se deduce que para poder entenderlo, Serge hubiera debido ser iniciado a este lenguaje. ¿A qué tipo de lenguaje iniciático se refería él? No podía ser al método

con el cual se inician los discípulos de una escuela para que todos ellos den una misma interpretación a determinadas palabras, puesto que él nunca había pertenecido a este tipo de escuela. No podía tampoco referirse al "lenguaje que no precisa de palabras habladas" (puede haberlo "balbuceado" como le sucede a un gran número de personas "profanas" en determinados y muy fugaces instante de la vida, y no con dominio propio, porque si hubiese sido el caso, seguro que no se le hubiera ocurrido desempeñar el papel que representó desde este tiempo en adelante y hasta su muerte). El hubiese sido otro tipo de hombre y los resultados muy diferentes. Entonces me parece mucho más lógico pensar que se refería a un lenguaje empleado en sentido figurado (como cuando el Sr. S. W. Koung nos narraba cuentos chinos, forma de expresarse a la que era muy aficionado). Este último lenguaje da amplio margen para las interpretaciones subjetivas... y consecuentemente facilita el auto-engaño! Yo no sé de manera precisa cuales eran las "facultades" del Sr. S. W. Koung para pronosticar un acontecimiento importante al cabo de los tres años; ignoro si tenía conocimientos astrono-astrológicos, me parece muy posible pero sí, lo que sé, al igual que todo astrólogo que tenga alguna experiencia al respecto, es que un fenómeno cósmico relacionado con el Sol, hace que para cada hombre ocurra un acontecimiento que deja una huella en su vida, y eso en las aproximaciones de sus 33 años. Lo sabía el Sr. S. W. Koung (no importa "cómo" lo sabía) y por eso podía afirmar "... nunca me equivoco!". Encontrando viejas notas puedo darme cuenta que previamente a las palabras "dentro de 3 años" el Sr. S. W. Koung le había dicho: "... está marcado...". Ya el lector sabe como Serge interpretó lo dicho anteriormente, y estas palabras no cambian nada el asunto, por el contrario, se prestan para dar ambigüedad a la frase entera. De ser persona con un desarrollo espiritual superior (como yo lo creo) es muy lógico que este respetable y discreto señor, haya sabido penetrar la naturaleza íntima de mi marido y haya conocido previamente las consecuencias de las tendencias que iban a prevalecer al finalizar los 3 años por venir, después de que mi esposo hubiera "saboreado" las delicias de la adulación, de un relativo éxito público. Así que, si esta expresión "está marcado" puede significar para Serge que él estaba marcado par;a convertirse en el Gran Maestre, el Avatar de la Nueva Era, tiene igua1 validez para significar que en vista de su narcisismo, de su desmedida ambición y peculiar teoría sobre el sexo, no teniendo Maestro para

guiarlo consecuentemente "estaba marcado" para CAER, para fracasar en cuanto a lo espiritual (no se debe ser tan iluso como para creer que dos o tres entrevistas con un ser superior sean suficientes como guía para el resto de la vida). Cuando la pureza no está en la base de la fuerza energética que "eleva", sino el egocentrismo, ide más alto es la caída! El puso su alto desarrollo,intelectual al servicio de su naturaleza pecadora en vez de utilizarlo para su evolución espiritual. Es lo que confirma la forma en que vivió su vida, la que ilustra plenamente que el vaticinio del Sr. S. W. Koung se cumplió a cabalidad, en el segundo sentido expuesto más arriba, es decir opuesto al resultado que esperaba mi ilusionado esposo. Serge no podía hacer menos que repetir a sus discípulos lo que afirma la astrología tradicional: "Los astros inclinan pero no obligan", y reconocer la necesidad de "transformar" dichas influencias, sin embargo, con estas contradicciones mencionadas ya variasweces, que son características del hombre alejado del estado de Super-hombre, su comportamiento ha demostrado que no trabajaba sobre sí mismo en este sentido. ¿Cómo lo hubiera hecho con toda la mezcolanza de aspiraciones contradictorias de las cuales estaba preso inconscientemente? Consecuentemente tampoco pudo ensefíar a sus discípulos como liberarse... por el contrario, les perjudicó, aunque ellos no lo sepan, ni en que sentido. Después de este largo pero necesario paréntesis, se podrá entender con más facilidad los sucesos posteriores, diferenciando lo aparente de lo real, liberándose del hechizo de una inteligencia que no tuvo más que una meta: LEVANTAR UN ALTAR A SU PROPIA PERSONA EN EL PENT HOUSE DE UNA TORRE DE BABEL QUE EL LLAMO GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL, CON SU MISION Y ORDEN ACUARIUS. Después de muchas peripecias que no vienen al caso contar aquí, y que no tienen relación directa con mi esposo, del cual no sabía nada salvo lo que anunciaban los periódicos, o sea que se había ido a Francia para despedirse de su padre, para luego seguir viaje hacia la India y el Tibet, fuertes rumores aseguraban que se había llevado la bailarina española a Francia y que allá se acabó también este capítulo; pero eso ni me consta ni me interesa, como tampoco puede tener valor para el lector, entonces regresé a Venezuela.

Pasaré por alto en la medida de lo posible, todos los sinsabores que durante largos años tuve que sufrir por causa de los principales dirigentes y seguidores de la Orden de Acuarius, aunque sin lugar a dudas sería muy ilustrador en cuanto a la categoría de las personas que encabezan este movimiento, pero no entra en mi propósito despertar la compasión del lector hacia mi persona, sino revelar al público, en la medida de mis posibilidades, el mecanismo circunstancial, psicológico, que ha permitido que un hombre sumamente simpático, extraordinariamente inteligente, ni mejor ni peor que muchos otros, haya podido convertirse en FALSO PROFETA arrastrando en su perdición gentes que siguen su ejemplo, los unos, dirigentes de la Orden, que han sido sus discípulos desde el principio, y que simplemente fueron cómplices por conveniencia y los otros buenamente por credulidad, por ignorancia, por falta de información aceptando como palabras de evangelio todas las fantasías acomodaticias que a los gurúes acuarianos se les antojaba repetir generosamente para puro provecho personal, y así justificar y conservar sus puestos, y al igual que a su llamado "Sublime Maestre"... endiosarse! Personalmente, encontrándome fuera de este movimiento, y desde tantos años lo que hacen o dejen de hacer los dirigentes de la G.F.U. me es totalmente indiferente en cuanto a interés egocéntrico, pero por una parte no siempre estuve fuera y por otra parte con mi regreso de New York no terminaron mis relaciones con la Misión. Indudablemente los hechos me involucran como "testigo presencial" y me obligan a "declarar" para no ser cómplice de una organización que no hace otra cosa sino abusar de la credulidad pública. Aquf quiero aclarar algo muy específico y que el lector lo tenga muy en cuenta, que no se le olvide: cada vez que mencione la G.F.U., sea como Misión u Orden de Acuarius, me referiré especialmente, además de su fundador, a los gurúes y su consejo supremo en Caracas, puesto que es su sede central, incluyendo a una de las figuras más relevante en la Misión, después de la muerte de mi esposo, figura que se ha colocado en una situación más que ambigua, como se verá a su debido tiempo. Lo que aquí quiero poner de relieve, es que no deben sentirse aludidos los centros, las personas, que desempeñan EXCLUSIVAMENTE labores sociales y que no tienen más conexiones con la G.F.U., que su inscripción como simpatizantes con esta especial línea de actividad. Por supuesto que yo no

puedo estar opuesta a labores humanitarias, tema que volveré a mencionar cuando corresponda. En cuanto a todos los que fueron sorprendidos en su buena fe, pueden tener la seguridad de que los comprendo muy bien, por experiencia propia, y que lo más importante es salir del engaño, no amargados sino enriquecidos con esta experiencia vivida que les permitirá ser más prudentes en adelante. Estando en Venezuela, mi marido se convirtió en el Santo GlobeTroter Acuariano número uno. Sus obras y las cartas personales que he recibido durante muchos años y mayormente las circulares que él mandaba mensualmente a la Hermandad que fueron publicadas por la misma G.F.U., servirán para que mi "denuncia" tenga base objetiva. Los extractos de dichos escritos serán reproducidos respetando la sintaxis y ortografía originales pero subrayando frases o palabras cuyas ideas serán principal motivo de comentarios. De esta forma el lector podrá darse cuenta del andamiaje de mentiras tanto en relación a la causa del abandono del hogar (causa que le obligó a defenderse como "diablo en agua bendita" lo que es el colmo para un Avatar...!) como igualmente con todas las que va a descubrir en el curso de esta CUARTA PARTE, como medida de precaución para aparecer no sólo como un Santo varón sino el Cristo prometido. Estas mismas precauciones de autodefensa, estos mismos escritos cuyo eje fue la obsesión de elevar su personalidad por encima de todos los demás, justamente son los que van a transformarse en las pruebas acusadoras derribando su Torre de Babel! Después de un tiempo en Venezuela, estando todavía demasiado ligada a mi esposo a pesar de las condiciones de su abandono y como descbnocía su paradero, salvo que estaba viajando por la India con J. V. Mejías, le dirigí una carta por intermedio de J. M. Estrada que en esta época era el máximo representantes de mi esposo en la Misión. Mi primera carta tenía por fecha Agosto de 1950, y la última que recibí de él (mi esposo) era del 8 de Septiembre de 1961 o sea un poco más de un año antes de su muerte, carta a la cual no di contestación. Dicha correspondencia, durante muchos años, no fue para mí motivo de mucha alegría, puesto que Serge en vista del escándalo que se había desatado en la prensa sin yo quererlo, me echaba la culpa de esto, olvidando a propósito lo mucho que le había suplicado para que no me dejara en tan intrincada situación cuyas consecuenciasílo podían dejar

de alcanzar a su misma organización. Me guardaba rencor injusto, que además dice mucho en cuanto a su "Maestría". A pesar de mis intentos no había medio que él saliera de los mismos leit motiv...: "tú hiciste... tú dijiste... me amenazaste... acudiste a la ley... etc.; él tergiversaba los hechos (el lector tendrá oportunidad de comprobarlo más adelante); era como si hubiera querido convencerse de que estos habían ocurrido de'un modo distinto a como ocurrieron en realidad... pero estos hechos, los había vivido yo en carne propia y nadie me podía venir con cuentos... Tal empeño, y durante tanto tiempo, deja ver claramente una "necesidad de no ser sincero", se cuidaba de reconocer lo que había sucedido exactamente, por el temor de que sus cartas se convirtieran en documentos pudiendo destruir la imagen de Santo que con la colaboración de sus cómplices, se tenía de él, (y, en eso tenía razón, aunque en esta época, no pensaba escribir al respecto). Pero ¿quién le pedía remover constantemente el pasado? ¿Acaso, no podía tener otro tema para tratar en sus cartas ? A pesar de tanto desengaño yo no podía admitir que este lazo entre nosotros estuviera totalmente roto (no tengo más remedio que reconocer que yo era bastante terca, por lo menos en este particular) y deseaba establecer nuevas relaciones basadas en la mutua amistad, aunque fuese solamente por correspondencia, prescindiendo de lo que había sucedido en el pasado. Finalmente, me cansé... por una parte de tener que pasar por el intermediario del encargado de la Misión para esta correspondencia; y por otra parte me cansé del contenido de la misma que no era otra cosa sino una sempiterna autodefensa. Se lo hice saber, advirtiéndole que en adelante me escribiera directamente sino que guardara sus cartas y además, el tema de las mismas ...; ya, eso hiede...! ¿Hasta cuando? ¿Sería eso digno de personas con alguna aspiración espiritual? Parece que estas reflexiones y firme decisión mía le hicieron reaccionar y a partir de este momento me escribió directamente y aunque una vez que otra no podía dejar de mencionar el pasado (y siempre en la misma forma de auto-defensa) sin embargo por regla general sus cartas demostraban una gran confianza y reconoció que en la gran crisis que habíamos sufrido, ninguno de sus discípulos había tratado de ayudarnos, sino más bien de separarnos. Eso lo saben muy bien los miembros del Consejo Supremo de la Misión en Caracas porque mi propio esposo se los reprochó a ellos mismos en un CARTA CIRCULAR del 15 de Marzo

de 1959, en que les manifiesta su agrado de que yo reingresara en la Misión. Es así que a partir de este tiempo y hasta su muerte tuvimos con frecuencia la oportunidad de intercambiar obras que encontrábamos interesantes y varias veces complacerme él con pequeños favores que podía pedirle. La afirmación que acabo de hacer, que él estaba siempre en estado de autodefensa, lo confirma el mismo en su CARTA del 25 de Septiembre de 1959: -"Puede ser exacto que me encuentro inconcientemente siempre en estado de autodefensa... etc.". He mencionado que siempre Serge fue oportunista; efectivamente nunca desperdiciaba la ocasión de tergiversar, de invertir cualquier hecho o idea a favor suyo como también mentir cuando creía que le podía servir en alguna forma. Por ejemplo desde la India me mandó una carta del 11 de Febrero de 1952 (carta escrita con lápiz y transmitida por el encargado de la Misión en Caracas: "Me negué igualmente a firmar tu arresto'?. Los lectores ya están al corriente de lo que aquel inspector contestó a mi marido por mediación de dos discípulos, cuando quisieron impresionar a dicha autoridad con el Diploma de Honor de una Logia Masónica. En cuanto a presentar una denuncia alegando "que me había ido con la caja de la Misión", (rumores que me llegaron mientras vivía en casa de mi hermano en Guatemala) le era absolutamente imposible hacerlo, porque el único dinero del cual había podido disponer me había sido entregado por la Comisión de Hermanos Acuarianos en Caracas, como colaboración para los gastos de viajes y lo poco que me quedaba, todavía lo tenía en cheques de viajeros que se me había entregado en Venezuela. Ahora (lo que no sé) si de alguna manera, de acuerdo con cómplices el inventó algunos cargos y que en último momento no quiso firmar tal hipotética declaración, que no hubiera sido más que un compendio de mentiras, por temor a las consecuencias... bueno,,, eso es otra cosa. De todos modos su mentira hubiera quedado al descubierto porque, o no hubo denuncia y mentía al escribirme que se negó a firmarla; o hubo denuncia y tuvo temor en última instancia de firmar sabiendo que le hubiera sido imposible probar un robo que no existió, mientras que yo, sí, hubiera, podido probar la fuente del dinero de que disponía y en que lo había empleado. Por añadidura, ade-

más de poner su mentira al descubierto en forma "legal" le hubiera podido traer consecuencias sumamente desagradables. Pero siempre el afán de atribuirse gestos bonitos (que lo fueran si fuesen reales) le llevaban con frecuencia o a mentir descaradamente con pura invención, o a invertir un proceso, o a tergiversar ideas que es otra forma de mentir más sutil. Cuando le exigí escribirme directamente sin intermediario y de cambiar el tema de sus cartas le pregunté: "¿Acaso, no podemos ser amigos?" En las cartas que siguieron, fue como si no se hubiera dado por aludido, cuando un día, como si la idea naciera de él, me escribió el 18 de Diciembre de 1955: "... podríamos ser amigos ..., quieres? No pude dejar de darme cuenta de la "pirueta mental" de mi marido pero consideraba su actitud como una debilidad a la que me había acostumbrado, y como para mí lo que tenía más importancia era el resultado; es decir, que parecía dispuesto a establecer nuevamente relaciones basadas en la amistad, no le mencioné dicha pirueta. A propósito dije "parecía" porque aunque en aquel tiempo creía en una posible y honesta amistad entre los dos, pude comprobar con el transcurrir de .los. años, que dicha amistad tenía límites bien definidos como se pc comprobar más adelante. He mencionado tres etapas en la vida de Serge desde que empr t.11dió "su Misión". He descrito la primera que transcurrió desde nuestra salida de Francia hasta los acontecimientos de New York. La segunda etapa no tiene mayor interés puesto que no se diferencia de la primera salvo en que Serge sabía que mentía en relación a ciertos hechos, principalmente en relación a los sucesos de New York, pero todavía estaba engañado en cuanto al valor de "su Misión". Dicha segunda parte empezó al abandonarme y posiblemente se extendió durante todo el tiempo que vivió en la India y el Tibet, por lo menos buena parte de esta época. Se comprenderá que muy poco puedo decir en relación a la vida de mi esposo en estas regiones puesto que tanto el Consejo Supremc la Misión en Caracas como yo, no teníamos más informaciones quc que Serge quería darnos en sus cartas, y las del discípulo que le ac pañó un tiempo; pero más adelante explicaré porque no se puedt:con; fiar en lo que este último pueda decir, aunque la posición adoptadla por él, apoyando incondicionalmente a mi esposo durante los sucesos de New York, es lo suficientemente elocuente para no tener duda a, 1 Lapecto. Es muy posible que mi marido haya empezado a "darse c uenta" ~ -0,-

LE I

de su error en relación a "su Misión" hacia el final de su estadía en Oriente pero de ser así, de todos modos este "darse cuenta" no tuvo mayor impacto en su Fundación en esta época, así que, con seguridad la TERCERA ETAPA se puede contar a partir de su regreso a Europa, hasta su muerte. Para hablar de la TERCERA ETAPA es necesario dar una definición del propósito que tenía la GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL original, porque efectivamente lo que se conoce hoy bajo esta denominación es muy diferente del Movimiento en su principio. El término "Gran Fraternidad Universal" tenía quizás un mismo significado (en cierto sentido) pero los medios de manifestación muy diferentes a los empleados en esta TERCERA ETAPA aunque el leit motiv fuese siempre el mismo: "Unir la Ciencia y la Religión". La idea del fundador de este Movimiento era, por una parte, proporcionar más filosofía espiritualista a los partidarios de la Ciencia Materialista, brindándoles material para que pudieran comprobar que la religión no es pura credulidad (el tan cacareado "opium" de los pueblos) sino qae está basado en Leyes del Universo igual que cualquier ciencia oficial, y, por otra parte, proporcionar también más conocimiento científico a las personas de inclinación religiosa para que estos dos grupos que dividen la humanidad depusieran su antagonismo. La diferencia fundamental que existe entre la G.F.U. original y la NEO-G.F.U. es que aquélla no se dividía en una MISION CULTURAL EXOTERICA y una ORDEN MISTICA ESOTERICA como prácticamente se e k á manifestando desde que su fundador cambió la orientación de dicha entidad pero sin jamás confesar que él fue el responsable de dicho cambio (responsabilizó a sus seguidores), sino Fue al publicar "NUEVOS ESTATUTOS" se la ingenió con frases que dieron margen a la interpretación para "acomodar" este cambio en forma disimulada. Primeramente "La Gran Fraternidad Universal" no era denominador del Movimiento, de la Institución, puesto que la Fundación original era "LA ORDEN DE ACUARIUS tal como se titula el documento registrado inicialmente en Caracas: "ESTATUTOS DE LA SUPREMA ORDEN DE ACUARIUS. DIRECCION GENERAL VENEZUELA". En confirmación de lo anterior el ARTICULO CUATRO de los primeros Estatutos dice: -"La Suprema Orden del Acuarius como Organización Civil no estipu.

la término para su duración, ya que ella persistirá en el tiempo hasta tanto logre los fines que se propone". El mismo artículo cuatro (4) de la Neo-Organización dice: "La G.F.U., como agrupación civil... etc.". Estos nuevos Estatutos fueron aprobados en una reunión del 3 de Diciembre de 1953 en Argel, y son desde entonces los válidos para toda la Hermandad, con excepción del Artículo 22 que también sufrió un cambio más tarde. El Artículo 1 de los Estatutos iniciales dice: "La Suprema Orden del Acuarius es una Organización Civil y Cultural que tiene por objeto reunir la Ciencia y la Religión para un niejoramiento intelectual y reedificación cultural, mediante la fusión de todas las sectas, asociaciones humanitarias, filosóficas, científicas y giosas". "Los fines que persiguen la Suprema Orden del Acuarius se resumen así: Reunir en un todo orgánico a las gentes, cualesquiera que fuera su credo, nacionalidad, raza, sexo y condición, que luchen pc r SUPERACION DEL ESPIRITU y estén de acuerdo en instaurar e mundo, la paz en el corazón de todos los hombres para lograr la Frc nidad Universal". ' 3

Sin mayores detalles pareciera ser que el Artículo 1 desmienta lo que yo he dicho en cuanto a que la institución originalmente no tenía una LINEA ESOTERICA. Se desvanece la contradicción cuando se conoce el ¿cómo? y ¿para quién?. -Efectivamente el Artículo 6 especifica: "Dividirá su enseñanza en dos secciones: una Exotérica, relativa a la administración, organización y dirección general de las actividades d e la Orden y otra Esotérica, con bases conducentes a una documentación regular sobre fundamentos de las ciencias naturales, filosóficas o religiosas, capacitando a sus miembros para estudios iniciáticos". ¿En qué consistían estas actividades de la línea exotérica de la Orden? Puedo asegurar, como lo podrían hacer todos los que pertene-

cieron a la institución en su principio, si tuvieran la sinceridad de recordarlo, que de ninguna manera consistían en fundar obras sociales de todo género como se ha pretendido hacer después del regreso de mi esposo a Europa. No es que eso no sea deseable, que sea reprobable no, pero simplemente no era el propósito original de la Orden. Las actividades de los discípulos de la Orden de Acuarius eran los siguientes: Poner en producción las tierras del Ashram de El Limón en Venezuela (el primero y único que existía en este tiempo) mantenimiento de la casa de habitación (limpieza y ampliación sea por construcción o compra), cocinar, hacer el mercado, y preparar (los que tenían capacidad para hacerlo) artículos de prensa, charlas, conferencias para publicidad de la Orden y reclutar discípulos para la misma. Existía solamente la orden al contrario de lo que pretende mi esposo en la CIRCULAR VI1 del 24 de Octubre de 1957, página 29: "La Orden Acuarius no existe efectivamente aún, es la responsabilidad del Director General de la Misión de formar los elementos que más tarde o'rganizarán el Movimiento Esotérico... etc ...". No podía existir la Misión y la Orden de una entidad que no existía o sea que la idea de GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL era solamente LA ESPERANZA, no como entidad enfrascada en estatutos sino como UN ESTADO INTERIOR deseado para la humanidad, una aspiración como consecuencia de la influencia esotérica de la ORDEN DE ACUARIUS. ¿Qué se entendía por Orden de Acuarius? Una institución ESOTERICA, cuyos miembros de ambos sexos, de cualquier nacionalidad, color, religión, deseosos de entregarse a la búsqueda de la Verdad para su Evolución Espiritual, escogidos por mi esposo para recibir una enseñanza privada (Esotérica) cuya enseñanza tendía a que CADA DISCIPULO COMPRENDIERA MEJOR SU PROPIA RELIGION, CUALQUIERA QUE SEA. Lo confirma el mismo fundador en su obra: LOS GRANDES MENSAJES, página 349: "La Misión del Acuarius está en el deber de remediar la falta de conocimientos que el estado actual del mundo demuestra y por lo tanto debe estar informado acerca de todas las concepciones, para ENSEÑARLE A CADA QUIEN S U PROPIA RELIGION". Eso era el tipo de publicidad, de actividad EXOTERICA para que se conociera la Orden y se ingresara en ella para recibir la enseñanza

PRIVADA. Dicha enseñanza no sería sólo teoría sobre leyes científicas relacionadas con la Evolución Espiritual sino incluía prácticas consideradas por mi esposo como propias para la auto-superación de cada discípulo en sentido armonioso. El transcurso de los años ha demostrado que este sentido armonioso er? sólo una expresión cuyo verdadero significado no se comprendía cabalmente, por la sencilla razón que no había sido realizado por el mismo Superior de la Orden, quien, desconociendo EL METODO PARA TAL OBJETIVO, no lo podía aplicar a sus discípulos. Entre otras cosas estaban incluidos: la Yoga, la Astrología. La Orden de Acuarius pretendía ser de tipo "místico-científico" y la aspiración de los discípulos era PERTENECER A LA G.F.B. o sea LA GRAN FRATERNIDAD BLANCA Cónclave de Sabios Espirituales que rigen el mundo y se reúne en la AGHARTA, sea cual sea el sentido que se le dé. Según la literatura de la que teníamos conocimiento, la Gran Fraternidad Blanca está formada por los Grandes Maestros de Sabiduría Divina que se reúnen en la Ahgartha, gran ciudad subterránea en las entrañas del Tibet. Otros conciben a fa Agharta, no en un sentido geográfico, sino en un sentido mucho más ESOTERICO. Por asociación, de la idea de esta Gran Fraternidad Blanca de la cual tanto había hablado el Príncipe Cherenzy Lin de la Unión Espiritual Universal que he mencionado en otra oportunidad, mi esposo que pretendía ser miembro de ella simplemente cambió "BLANCA" por "UNIVERSAL" y trastocó un estado interior deseado para el género humano en la NEO-ORGANIZACION llamada GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL compuesta por dirigentes que el lector irá conociendo poco a poco bajo aspectos muy diferentes a los que se han dado a conocer a sus discípulos. En la institución original el fundador había dotado a la Orden de un ritual que llamó "MISA COSMICA". En "Los Grandes Mensajes" página 102, se puede leer: "Estamos en una era de conocimiento (Saber) y lo que antes permaneció oculto ha de ser revelado. Estas ceremonias obedecen a causas muy profundas, sus fines son necesarios a la vida interior y su mecanismo es esotérico, sublimando las sutiles fuerzas de la vida para elevarnos hacia lo divino. Este conocimiento se perdió por lo cual los rituales han caído en un simple formulismo vacío de sentido en la mayoría de los casos".

-Que el conocimiento de los rituales establecidos se perdió para la mayoría de los fieles, es desgraciadamente cierto pero si la Nueva Era es la del "conocimiento" y que "lo que permaneció oculto ha de ser revelado" el papel del fundador de la Orden de Acuarius (y por extensión sus misioneros) ¿No hubiera debido ser ayudar a cada uno a redescubrir en su propia religión este sentido perdido y no crear un nuevo ritual que también está "vacío de sentido práctico real" para el acuariano, con el agravante de no poseer la riqueza de significado que poseían aquellos, aportando un nuevo elemento de división en lo social en vez de unir por medio de una mayor comprensión? Lo que pasó es que esos otros rituales... no los había creado él... ése es el problema! Como mi esposo se anunció como el MENSAJERO DE LA NUEVA ERA, y que dicha Era es la de Acuarius, corrientemente se llamaba su fundación "MISION ACUARIUS" (que no se diferenciaba de la Orden sino que era otra denominación de la misma) fue un detalle que permitió al fundador "jugar con las palabras" e involucrar otras ideas, trayendo una nueva orientación a su institución, introduciendo una "MISION CULTURAL EXOTERICA" que no existía como tal al principio, paralela de la ORDEN DEL ACUARIUS línea ESOTERICA, la que verdaderamente había sido la original. Así que de aquí en adelante, cuando mencione Misión u Orden de Acuarius, el lector entenderá que es en relación a la Fundación original, y cuando utilice el término "Misión" es en relación a la Línea Exotérica de la Neo-organización siempre estará incluida una idea que hará entender que me refiero a la G.F.U. A pesar de que la Orden de Acuarius tenía su ritual, su "Misa Cósmica", era normal asistir a cualquier ceremonia religiosa sin distinción de credo. El fundador no se había atribuido el derecho de celebrar matrimonio, solo después de la ceremonia religiosa del credo al que pertenecían los recién casados, el Superior de la Orden (en aquel tiempo mi esposo) daba su bendición después de un momento de recogimiento en el Templo de la Orden. Existía también un tipo de CONFESION muy especial, al que muy pocas personas podrían someterse (digamos... por suerte) y de la que muy pocas personas tuvieron conocimiento ni siquiera en su primera fase; en cuanto a la segunda cas,i me atrevería a decir que fui yo la única en conocerla porque mi es poso muy pronto se dio cuenta del peligro de una más amplia difusión, aun

entre los mismos discípulos más avanzados, por causa de la casi insuperable dificultad de aceptación y de las consecuencias que podrían ¡tornarse en contra de él! Es todo lo que quiero decir al respecto. Serge había aceptado mi sugerencia de que cada matrimonio de discípulos acuarianos adoptase un niño abandonado. La Casa Madre de la Orden de Acuarius debía, con el tiempo, establecerse en el Perú, como lo mencionó en "LA PROXIMA VENIDA DEL GRAN INSTRUCTOR DEL MUNDO EN AMERICA" página 32: -"Es bajo la sombra de un viejo templo Inca, lugar sagrado, donde los blancos nunca han podido llegar, pese a las diferentes expediciones organizadas, que los Misioneros de Acuarius podrían retirarse... etc.".Esta publicación confirma que los "misioneros" eran los miembros de la Orden Esotérica y no miembros de una Exotérica, cultural, social, pública como lo es la de la G.F.U. Se trataba del lugar desde el cual mi esposo junto con sus discípulos más avanzados de la Orden (también llamada: Escuela Esotérica) tendría la supervisión de todo el movimiento (o sea la Casa Madre y todos los Ashrams), una nueva AGHARTA en gestación a la vez geográfica y esotérica, cuyos miembros estarían totalmente entregados a la búsqueda de la realización individual de grados superiores de espiritualidadmientras que los discípulos de grados menores tendrían la responsabilidad de "ASHRAMS DE PROTECCION" a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde los cuales tendrían ciertos contactos con el público por medio de las publicaciones y conferencias como se dijo anteriormente, para reclutar los aspirantes a entrar en la Orden los cuales estarían bajo su dirección, aliviando así el trabajo de la Casa Madre del Machu Pichu, hasta que alcancen el desarrollo interno suficiente para ser recibidos en la Casa Madre, residencia de los postulados por pertenecer a la GRAN FRATERNIDAD BLANCA, Cónclave de Elegidos. En la Misión original cada padre de familia debía convertirse en un sacerdote en su hogar, es decir en el iniciador de su esposa y de sus hijos, y según su desarrollo también de los recién ingresados. Hasta que hubiera discípulos capacitados para tal tarea, era el fundador que desempeñaba este papel, el cual tenía la entera responsabilidad; como efectivamente fue durante nuestro primer año en Venezuela, tal como lo he relatado

en la SEGUNDA PARTE y la TERCERA de esta obra. Lo que era muy importante, la idea principal que no se debe perder de vista era que "LOS GRADOS" serían exclusivamente otorgados como reconocimiento de realización interior real (idea que prueba nuestra ignorancia). No serían simbólicos como en muchas otras fraternidades conocidas por los cuales el Superior de la Orden de Acuarius, a veces manifestaba cierta ironía y menosprecio. En su "LIBRO NEGRO DE LA FRANCMASONERIA" página 49, se puede leer: -"La mayor parte de los Masones de hoy se han arrogado ostentosos títulos de grados simbólicos, cuyo fantástico lirismo da pie a la más desconsoladora falta de virtud, y de verdadera dignidad, el orgullo, la ambición y el egoísmo son las expresiones básicas de la gran mayoría de los que hacen de la Masonería una muy pobre exhibición del simbolismo sagrado de nuestros precursores, de aquellos iniciados de los grandes santuarios de la antigüedadv.-El escribió el manuscrito de esta obra en 1949. No creo necesario entrar en más detalles sobre cuál era el propósito inicial de mi esposo con su institución. Creo que el esbozo que acabo de hacer es suficientemente amplio para que el lector pueda comprender de manera fácil lo que pasó con el~transcursode los años. Me asombré y decepcioné al constatar que era imposible reconocer lo que había sido, lo que llamábamos "Misión Acuarius", lo que confirmó el mismo fundador en sus cartas y circulares a toda la hermandad, como lo podrá comprobar el lector más adelante. ¿De quién o de quiénes fue la culpa? todos hemos contribuido a que así fuera, pero indudablemente que el máximo responsable ha sido el mismo fundador. Ya he llegado al momento de proporcionar al lector las bases que tengo para opinar en la forma que lo hago sobre un hombre que fue mi esposo y un Movimiento al que fui ligada por fuertes vínculos durante muchos años. Estas bases abundan, siendo las propias declaraciones de mi esposo, sus escritos a lo largo de 24 años, que pondré en confrontación. El material es tan extenso que considero inútil fotocopias de las cartas personales que me mandó mi esposo, y solamente bastará con mencionar pasajes que vienen al caso que se estudia, pensando que es más que suficiente lo que se puede comprobar con los extractos de la publicación que se ha hecho de sus obras, como "SUS CIRCULARES" que fueron publicadas en 3 tomos así que dando las referencias 167

cada vez que sea necesario, le sería muy fácil al lector asegurarse, si lo deseara, que los escritos que mencionaré son fidedignos. Además de sus escritos será muy ilustrador para el lector latino tomar conocimiento de algunos artículos de prensa que circularon en New York a raíz del abandono de mi esposo y las declaraciones que él hacía al respecto. Se podrá dar cuenta, por añadidura, que no denigraba de mi esposo ni su Fundación y que lo máximo que declaré públicamente, a pesar de la conducta tan despiadada de él, fue que "Yo dudaba ya que fuera un Maestro". Muchos fueron los artículos publicados en relación a nuestro caso, y en los pocos que tengo y puedo proporcionar al lector, se puede notar algunas variantes en las informaciones, pero sin ninguna importancia para el asunto que aquí se estudia, como por ejemplo: que nos casamos en Niza... que todos los días conducía a Serge a su Misión en mi pequeño carro... que yo era modelo de una casa de Alta costura, etc... cuando en realidad nos habíamos casado en mi pueblo... que nunca he poseído carro ni grande ni pequeño... y nunca he sido modelo de ninguna casa de costura ni alta ni pequeña... En fin quizás fueron malas interpretaciones de los periodistas o simplemente motivaciones para que los artículos sean más interesantes. Lo cierto es lo que yo comento y que se encuentra confirmado en dichos artículos.

Artículos de Periódicos de Nueva York

*f By Booton Herndon OUlSE was slim and willowy and her eyes were bright with the enjoyment of lib. Serge was handsome, with wavy reddishi>rownhair snd a sensltlve face. Couthern France i,:is s land of romance, even in the oecupatioo vean , :~of 1944. and love. well. love is love sny\r,iere.

so.

whpn Serre asked Louire to becohe' ~ ~ Y n s uded la Ferrierc. to shaw him hir sorrow and hir loy, she gave him hcr 180s for an answer. They were marrled. in Ni*. i i x years ago. Serge, then 27. was an ambltious and promislng young burinessman, snd h u i s e was eager to help hlm in his eareer. He was an omnivorous ~ a d a m e.Si>&

She Was in a StrangeCountry When Her Husbaná" t%,lowers Drove Her From Hím

In Arnerica, Serge dressed In ñowing whlte robes. let his halr and beard grow long and wore sandals withaut socks. He was a siccess In certain circles in New York and then he decided to tour the Western ~enhsphere. Wlth Louise handling the purse strings tsking up Collections after meetings, and ackpting mntributions from the groups which invited Serge to s p a k ta them. thev llvrd ~- romforirhlv ". 1" Caracas, Louise found her

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Louíre Was Practícal-She Handled the Money Serge Refused to Touch. reader. t m , she discovered. and he paid apeclal attentlon to oecult sciences, ii~. ,

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~lovemelrt The swxini. R tal1 willoivy inan In his 30s with loiig hlnck hnir t h a t docsii't nintch his hcavd, bexrs t h e impressive title of Mnstrr of t h e Mission of t h e Arlunrinn Ordcr, a tlllt s u h t i t l d "The New A r e Move--.iser.'Ape

. R i s rhic s n d shapelx wife Lovise, R E'renchwom~i, whosé de la Periiere priscnted a irlcns on tlie qircst f o r univerriil triith a r e somrw!int less c t h o e n l $íikinp: appenrance in a white eonililninrd tliat he loeked her ou; l a ~ tSeptember. Up to t h a t time r h e n(l