Los Signos en El Evangelio de Juan

Los milagros en el evangelio de Juan El objetivo de este trabajo es averiguar cómo incorpora Juan la tradición de los m

Views 127 Downloads 1 File size 111KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Los milagros en el evangelio de Juan

El objetivo de este trabajo es averiguar cómo incorpora Juan la tradición de los milagros en la obra del evangelio. Para esto, luego de ubicar estos relatos de “signos” dentro de la estructura del evangelio, prestaremos especial atención a los comentarios redaccionales sobre los “efectos” de estos signos y cómo los incorpora el autor en la trama del relato. Una vez identificados los elementos redaccionales, nos aproximaremos a la interpretación que da el evangelista a estos relatos en el marco de la cristología joánica.

1. Los signos dentro de la estructura del evangelio En la primera parte del evangelio encontramos el llamado “libro de los signos”, que va desde 1,19 (inmediatamente después del prólogo) hasta 12,50, donde comienza el llamado “libro de la gloria” (ver anexo). Se le ha dado el nombre de “libro de los signos” porque estos capítulos se refieren principalmente a los milagros de Jesús, a los que da el nombre de “signos”, y a los discursos que interpretan estos mismos signos. Este primer libro prefigura la gloria de Jesús para aquellos que tienen fe suficiente y pueden ver más allá de los signos su significado (2,11; 11,4.40), pero muchos recibieron aquellos signos con una visión limitada y una fe insuficiente. La acción del segundo libro (el “libro de la gloria”) va dirigida a los que han creído en los signos del primero y hace realidad lo que ha sido anticipado por estos signos. Hay que tener en cuenta que no se trata de los únicos signos mencionados en el “libro de los signos”, ya que se hacen continuas referencias, a veces implícitas, a otros signos (2,23; 4,45; 7,4; 12,37; 20,30). El hecho de que se narren siete hace referencia al esquema septenario de la escuela joánica, concretamente en el Apocalipsis, aunque esta interpretación no es unánimemente aceptada. Lo que si es claro es que el evangelista liga claramente el episodio de Caná con el anterior al subrayar la función de los apóstoles (2,2.11); además, al advertir que se trata del primer signo de Jesús en Caná, está ya anticipando lo que ha de venir después. Este mismo recurso, utilizado en la mayoría de los relatos (cf. también 4,46-54 donde une este signo con el primero e introduce el tema de la vida que será tratado en el capítulo siguiente) nos lleva a admitir que estos episodios cumplen una doble función dentro del evangelio, tanto de dar fin a una parte como de dar inicio a una siguiente. Con respecto al tema desarrollado a lo largo de la disposición de estos episodios, surgen varias interpretaciones. Uno, puede ser el de un crecimiento en la fe a partir de Nicodemo, un judío, pasando por la samaritana (una mujer semi-judía) hasta el funcionario real, un gentil. Otra, puede ser una interpretación geográfica: la fe se va haciendo más firme conforme Jesús avanza desde Jerusalén, a través de Samaría, hasta llegar a Galilea. Aunque,

esta última interpretación tiene su dificultad en el hecho de que en 4,43-45 la fe de los galileos es igual que la fe de los jerosolimitanos en 2,23-25; además, entre la fe de la población samaritana en 4,42 y la fe de la familia del funcionario en 4,53 no hay tanta diferencia.

2. Comentarios redaccionales

Labahn propone un sistema desarrollado sobre la base de las historias de milagro en Jn 2,4 y 11. Resalta la importancia de la continuación de la confianza en el milagro: petición 2,3b 4,47 11,3 (indirecta)

objeción 2,4 4,48 11,6

continua confianza 2,5 4,49 11,21.32

acto positivo 2,7-8 4,50 11,43-44

A lo largo de la obra, vemos también como al final de un determinado pasaje, el autor incorpora un detalle a hace una alusión que recuerda algo mencionado al principio del mismo pasaje. Esto lo hace para delimitar una unidad o subdivisión de la misma al unir el principio y el final (cf. los dos milagros en Caná 2,11 y 4,46-54 y las alusiones a Transjordania en 1,28 y 10,40). Hay que tener en cuenta que Juan tiene un enorme respeto por las fuentes: las modifica pero no añade. Las palabras que abren el relato del primer milagro en Caná: “al tercer día” (2,1), indican que el tema de los “días” que caracteriza a 1,19-51, está llegando a su conclusión. En la celebración judía de Pentecostés, según el relato de Ex 19,16, la gloria de Dios se revelaba al tercer día en la donación de la Ley (cf.2,11) tras cuatro días de preparación (cf. 1,19.29.35.43). Sin embrago, hay algunos elementos en 2,1-12 que separan este relato de milagro de 1,19-51. Se produce un cambio de lugar. En 1,43 Jesús decidió ir a Galilea, y en 2,1 ya se encuentra allí. Junto a los discípulos de Jesús (v.2) hay otros personajes que entran en el relato: la madre de Jesús (v.1) y varios invitados a la fiesta de la boda: sirvientes (v.5), el maestresala o mayordomo (v.8), el novio (v.9) y los hermanos de Jesús (v.12). Se produce también un cambio de forma literaria, pues la narración se mueve desde la respuesta inicial de los judíos y los primeros discípulos al Bautista y a Jesús (1,19-51) hasta llegar a un relato de milagro (2,1-12). El elemento más significativo que nos indica que 2,1-12 constituye la conclusión de los días y el inicio de una sección posterior, es el retorno de Jesús a Caná de Galilea en 4,43-54. El autor se esfuerza por vincular el segundo milagro de Caná con el relato de la primera visita de Jesús a este lugar. El relato del segundo milagro comienza: (+Hlqen ou=n pa,lin ) “entonces [Jesús] vino de nuevo a Caná de Galilea donde había convertido el agua en vino” (4,46). Al concluir este segundo relato de milagro, comenta el narrador: “este fue el segundo signo que hizo Jesús después de venir de Judea a Galilea”

(v.54). Estos comentarios hacen resaltar un nuevo nivel en el despliegue de la estructura del evangelio como un todo. Informa de un viaje realizado desde Caná hasta Caná. Esta visión de conjunto de 2,1 – 4,54 sugiere que la sección, titulada de Caná a Caná, pueda estructurarse de la siguiente manera:         

El primer milagro en Caná (2,1-12) Jesús y “los judíos” (2,13-22) Comentario (2,23-25) Jesús y Nicodemo (3,1-21) Jesús y Juan el Bautista (3,22-36) Jesús y la samaritana (4,1-15. 16-30) Comentario (4,31-38) Jesús y los samaritanos (4,39-42) El segundo milagro en Caná (4,43-54)

Este esquema muestra la estructura literaria creada mediante el uso de los relatos de Caná y el ensamblaje de los materiales utilizados. Los encuentros entre Jesús y los personajes procedentes de Israel siguen al primer milagro en Caná. Los encuentros paralelos entre Jesús y los personajes de Samaría conducen al segundo milagro realizado en Caná. Los dos comentarios, uno del narrador, que sigue al encuentro entre Jesús y los judíos, y el otro, antes del encuentro entre Jesús y los samaritanos, están también colocados simétricamente en el relato. Los vv.46-50 los conserva tal cual como los ha recibido, sin añadir cambios. Otro episodio donde podemos darnos cuenta de la obra redaccional del evangelista es en 5,1-47. Este relato está compuesto del esquema: milagro de curación – controversia sobre el sábado – discurso de revelación, muy propia de la secuencia joánica: relato – diálogo – monólogo. Esta secuencia constituye una gran unidad de pensamiento y de composición. No solamente las partes se encadenan entre sí, sino que se entrelazan. Une magistralmente el relato del signo con el discurso; este enlace se va preparando en los quince primeros versículos. Desde el punto de vista histórico, no sólo confirma un dato tradicional: el conflicto suscitado por las curaciones de Jesús en sábado, sino que ilumina desde el interior de la comunidad lo que supuso el enfrentamiento de Jesús con sus contemporáneos. Hay tres actores en escena: Jesús, el enfermo y los judíos. El autor relaciona tan sólo dos en cada ocasión: Jesús y el enfermo, el hombre curado y los judíos, Jesús y el hombre curado, una vez más éste y los judíos y finalmente los judíos y Jesús. Los discípulos están ausentes del texto, lo cual contribuye a aislar la figura de Jesús que para este momento ya estaba amenazado de muerte (cf. v.16-18). En el capítulo 6, luego de la multiplicación de los panes, en el discurso que hace Jesús a propósito de este signo, cuando el auditorio confronta a Jesús con el maná de Moisés, en el v.32 Jesús simboliza el maná con él mismo. Este recurso literario que busca causar un “malentendido” es utilizado porque trae consigo la explicación más completa por parte de Jesús, lo que se convierte en una clara doctrina.

Aunque no es tema de este trabajo entrar a analizar las diferencias del relato de la multiplicación de los panes con los sinópticos, haremos alguna alusión a este relato que lo encontramos en 6,1-15, sobre todo lo que se refiere a lo redaccional. En el v. 4 Juan hace una alusión directa a la Pascua, ambientando la escena que viene a continuación. Hay diversos rasgos particulares en la introducción a la multiplicación: Tiberiades (v.1); los signos (v.2), la multitud (v.2.5). El motivo pascual, encaja además con los vv. 51-59, como también la alusión al maná del v.31, pues el maná se menciona destacadamente en la liturgia de la cena pascual, así como el paso del Mar Rojo, que podría estar relacionado con el episodio de Jesús caminando sobre las aguas en 6,16-21. Con respecto al signo ocurrido en el cap. 9 (1-41), la curación del ciego de nacimiento, hay que decir que la estructura interna del relato muestra una consumada obra redaccional. Antes de narrar el milagro, el autor presenta a Jesús indicando el significado del signo como un ejemplo de la venida de la luz en medio de las tinieblas. El relato empieza en el v.1 con la figura de un ciego que recupera la luz y finaliza en el v.41 con los fariseos que se han vuelto espiritualmente ciegos. El evangelista ha pintado con mano maestra el cuadro de la visión y la ceguera crecientes: por tres veces confiesa humildemente su ignorancia el que antes fuera ciego (vv.12.25.36); por tres veces formulan los fariseos, que se hunden cada vez más en su ceguera abismal, afirmaciones rotundas sobre lo que les consta acerca de Jesús (vv.16.24.29). Aunque el ambiente de un día de sábado y la acusación lanzada contra Jesús crean una cierta semejanza entre este milagro y la curación del hombre que yacía junto al estanque de Betesda (cap.5) este ciego, inteligente y hablador, se muestra muy diferente del torpe paralítico del cap. 5. Finalmente, el último milagro o signo presentado por Juan, lo encontramos en el capítulo 11. No cabe duda de que los materiales recogidos en los caps.11-12 proceden de los círculos joánicos (personajes como Tomás, Felipe y Andrés, el evgw, eivmi de 11,25, el “malentendido” de 11,11-14, numerosos términos del vocabulario joánico, etc.) Sin embargo, el uso de la expresión “los judíos” en estos capítulos, difieren del uso que se da en los caps. 1-10. Los judíos no son ya las autoridades judías hostiles a Jesús, sino el pueblo llano de Judea y Jerusalén, que en muchas ocasiones mostró su simpatía hacia Jesús e incluso llegó a creer en él. El relato se sitúa entre la fiesta de la Dedicación, que se celebraba en invierno (10,22), y la fiesta primaveral de la Pascua (11,55). Juan presenta la resurrección de Lázaro como causa directa de la muerte de Jesús, pues provoca una sesión del Sanedrín (11,46-53) en que se toma la decisión de dar muerte a Jesús. Este signo glorificará a Jesús, no en el sentido de que el pueblo se sentirá admirado y le alabará, sino porque provocará su muerte, que es un paso necesario hacia su glorificación (12,23-24; 17,1).

3. Interpretación en calve de la cristología joánica.

El tema de la fe: Este tema se rastrea fácilmente por la respuesta o “reacción” de las personas involucradas en los dignos y obras de Jesús. En 2,11 los discípulos creen en Caná de Galilea, en la transición de 2,23-25, muchos habitantes de Jerusalén creen inadecuadamente en sus signos, en ----Nicodemo, en Jerusalén, cree inadecuadamente, en 4,29 la samaritana cree con ciertas dudas, mientras que en 4,42 la población samaritana cree más plenamente. En la transición de 4,43-45, muchos galileos creen inadecuadamente en sus signos y en 4,53 el funcionario real y su familia llegan a la fe sobre la base de la palabra y el signo de Jesús. En el episodio del ciego de nacimiento (9,1-41) se nos muestra un desarrollo progresivo de la figura de Jesús. Los primeros días de Jesús concluyeron con una promesa de que los discípulos verían cosas más grandes, pero esta promesa estaba vinculada a la exigencia de que su fe superara a la que habían manifestado durante aquellos días. No bastaba con creer que Jesús era el cumplimiento de las esperanzas mesiánicas, ni tampoco con llegar a creer en él por su conocimiento milagroso de cosas que tendrían que estarle ocultas. La fe más grande les conducirá les conducirá a contemplar la revelación de lo divino en Jesús, el Hijo del hombre. Con todo esto el autor quiere indicar que la historia que sigue a continuación, contará cómo Dios se da a conocer en y mediante Jesús. Pero muestra también cómo esta revelación implica una respuesta. El autor prestará una especial atención a la forma en que los diferentes personajes de dentro y fuera de Israel, responden a la persona, a la palabra y a las obras y signos de Jesús. El autor durante toda su obra, precisa con toda claridad que para tener la vida, la condición absoluta es creer en Jesús. Así como en el Antiguo Testamento era Dios quien “veía” la miseria del pueblo (Ex 3,7), ahora es Jesús quién “ve” la necesidad de quien le solicita: 5,6: “al verlo Jesús” (ivdw.n); 6,5: “viendo que iba hacia él mucha gente” (qeasa,menoj); 9,1: “vio a uno, ciego de nacimiento” (ei=den). Es Jesús quien toma la iniciativa. Jesús no alude a la fe en su poder milagroso, sino en su palabra, es decir, en su propia persona presente. La fe entonces, en Juan, consiste en reconocer la gloria de Dios en Jesús. Para el autor, Jesús es “la palabra de Dios hecha carne”, por tanto, el milagro no es simplemente una consecuencia del poder comunicado por Dios a Jesús, sino la expresión propia de la Palabra que es el mismo Jesús. La fe en el cuarto evangelio, no apunta al hecho que se va a producir, surge ante el hecho producido que da cuerpo a la Palabra. En 4,50 vemos cómo aquel hombre cree en la palabra que le había dicho Jesús, por eso va, pero es en 4,53 donde esa fe inicial se ve confirmada y madurada. Además, inicialmente cree sólo él, pero luego del signo cree toda su familia. Lo mismo ocurre en 11,26: Jesús le pregunta a Marta si cree en lo que él ha dicho sobre si mismo con respecto a la resurrección (en su palabra), pero es en

11,45 donde se nos dice que muchos de los que estaban allí, después de ver lo ocurrido, creyeron en él. La presencia de la fe en los relatos joánicos de milagro, sólo en los relatos anteriormente expuestos, aparece mencionada expresamente como requisito previo al milagro. En otras ocasiones la fe no es condición sino consecuencia del milagro y se convierte en reconocimiento de la gloria de Jesús.

Valoración de la fe según los signos- discursos: 2,11: “sus discípulos creyeron en él” 2,18: “los „judíos‟ le dijeron: ¿qué señal nos muestras que te autorice a hacer eso? 2,23: “muchos creyeron en su nombre al ver las „señales‟ que realizaba... 3,2: “(Nicodemo) fue al él de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, pues nadie puede realizar esas „señales‟ que tú realizas si Dios no está con él” 4,53: “y creyó él (el oficial real) y toda su familia” 6,14: “Así que los hombres, al ver aquella „señal‟ que había realizado, decían: Este es verdaderamente el profeta que va a venir al mundo”. 6:30: “Le dijeron: Entonces, ¿que „señal‟ realizas tú para que veamos y te creamos? ¿Qué obra haces? 10,41-42: “Y muchos iban a él, y decían: “Juan no realizó ninguna „señal‟, pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad. Y muchos allí creyeron en él”. 12,18-19: “Por esto también le salió al encuentro la gente, porque habían oído que él había realizado aquella „señal‟. Así que los fariseos se dijeron unos a otros: Veis que no sacáis ningún provecho: mirad, el mundo se va detrás de él”. SEMEIA en el evangelio de Juan: Jn 2,11: Tau,thn evpoi,hsen avrch.n tw/n shmei,wn o` VIhsou/j evn Kana. th/j Galilai,aj kai. evfane,rwsen th.n do,xan auvtou/( kai. evpi,steusan eivj auvto.n oi` maqhtai. auvtou/Å (este relato pertenece a una Fuente de Signos) Jn 2,18: Apekri,qhsan ou=n oi` VIoudai/oi kai. ei=pan auvtw/|\ ti, shmei/on deiknu,eij h`mi/n o[ti tau/ta poiei/jÈ (Este relato es propio de Juan). Los interlocutores “retan” a Jesús, pidiendo una “señal” y desafían su autoridad. Jn 2,23-25: ~Wj de. h=n evn toi/j ~Ierosolu,moij evn tw/| pa,sca evn th/| e`orth/|( polloi. evpi,steusan eivj to. o;noma auvtou/ qewrou/ntej auvtou/ ta. shmei/a a] evpoi,ei\ auvto.j de. VIhsou/j ouvk evpi,steuen auvto.n auvtoi/j dia. to. auvto.n ginw,skein pa,ntaj kai. o[ti ouv crei,an ei=cen i[na tij marturh,sh| peri. tou/ avnqrw,pou\ auvto.j ga.r evgi,nwsken ti, h=n evn tw/| avnqrw,pw|Å

(Este relato es propio de Juan). Presenta una fe basada en los signos, lo cual la hace “insuficiente”. Jn 3,2: ou-toj h=lqen pro.j auvto.n nukto.j kai. ei=pen auvtw/|\ r`abbi,( oi;damen o[ti avpo. qeou/ evlh,luqaj dida,skaloj\ ouvdei.j ga.r du,natai tau/ta ta. shmei/a poiei/n a] su. poiei/j( eva.n mh. h=| o` qeo.j metV auvtou/Å (Este relato es propio de Juan). Jn 4,48: ei=pen ou=n o` VIhsou/j pro.j auvto,n\ eva.n mh. shmei/a kai. te,rata i;dhte( ouv mh. pisteu,shteÅ (Este relato es propio de Juan). Presenta una fe basada en los signos, lo cual la hace “insuficiente”. Jn 4,54: Tou/to Îde.Ð pa,lin deu,teron shmei/on evpoi,hsen o` VIhsou/j evlqw.n evk th/j VIoudai,aj eivj th.n Galilai,anÅ (Este relato es tomado de la Fuente de Signos) Jn 6,2: hvkolou,qei de. auvtw/| o;cloj polu,j( o[ti evqew,roun ta. shmei/a a] evpoi,ei evpi. tw/n avsqenou,ntwnÅ Jn 6,14: Oi` ou=n a;nqrwpoi ivdo,ntej o] evpoi,hsen shmei/on e;legon o[ti ou-to,j evstin avlhqw/j o` profh,thj o` evrco,menoj eivj to.n ko,smonÅ (Este relato es tomado de la Fuente de Signos) Jn 6,26-27: VApekri,qh auvtoi/j o` VIhsou/j kai. ei=pen\ avmh.n avmh.n le,gw u`mi/n( zhtei/te, me ouvc o[ti ei;dete shmei/a( avllV o[ti evfa,gete evk tw/n a;rtwn kai. evcorta,sqhteÅ evrga,zesqe mh. th.n brw/sin th.n avpollume,nhn avlla. th.n brw/sin th.n me,nousan eivj zwh.n aivwn, ion( h]n o` ui`o.j tou/ avnqrw,pou u`mi/n dw,sei\ tou/ton ga.r o` path.r evsfra,gisen o` qeo,jÅ (Este relato es propio de Juan). Presenta una fe basada en los signos, lo cual la hace “insuficiente”. Jn 6,30: Ei=pon ou=n auvtw/|\ ti, ou=n poiei/j su. shmei/on( i[na i;dwmen kai. pisteu,swme,n soiÈ ti, evrga,zh|È (Este relato es propio de Juan). Los interlocutores “retan” a Jesús, pidiendo una “señal” y desafían su autoridad. Jn 7,31-32: Ek tou/ o;clou de. polloi. evpi,steusan eivj auvto.n kai. e;legon\ o` cristo.j o[tan e;lqh| mh. plei,ona shmei/a poih,sei w-n ou-toj evpoi,hsenÈ h;kousan oi` Farisai/oi tou/ o;clou goggu,zontoj peri. auvtou/ tau/ta( kai. avpe,steilan oi` avrcierei/j kai. oi` Farisai/oi u`phre,taj i[na pia,swsin auvto,nÅ (Este relato es propio de Juan). Presenta la reacción de las autoridades a la fe de la gente. Jn 9,16: e;legon ou=n evk tw/n Farisai,wn tine,j\ ouvk e;stin ou-toj para. qeou/ o` a;nqrwpoj( o[ti to. sa,bbaton ouv threi/Å a;lloi Îde.Ð e;legon\ pw/j du,natai a;nqrwpoj a`martwlo.j toiau/ta shmei/a poiei/nÈ kai. sci,sma h=n evn auvtoi/jÅ

Jn 10,41-42: kai. polloi. h=lqon pro.j auvto.n kai. e;legon o[ti VIwa,nnhj me.n shmei/on evpoi,hsen ouvde,n( pa,nta de. o[sa ei=pen VIwa,nnhj peri. tou,tou avlhqh/ h=nÅ kai. polloi. evpi,steusan eivj auvto.n evkei/Å (Este relato es tomado de la Fuente de Signos) Jn 11,47-48: Sunh,gagon ou=n oi` avrcierei/j kai. oi` Farisai/oi sune,drion kai. e;legon\ ti, poiou/men o[ti ou-toj o` a;nqrwpoj polla. poiei/ shmei/aÈ eva.n avfw/men auvto.n ou[twj( pa,ntej pisteu,sousin eivj auvto,n( kai. evleu,sontai oi` ~Rwmai/oi kai. avrou/sin h`mw/n kai. to.n to,pon kai. to. e;qnojÅ (Este relato es propio de Juan). Presenta el temor de las autoridades a lo que los „signos‟ de Jesús puede causar en la gente. Jn 12,18-19: dia. tou/to Îkai.Ð u`ph,nthsen auvtw/| o` o;cloj( o[ti h;kousan tou/to auvto.n pepoihke,nai to. shmei/onÅ oi` ou=n Farisai/oi ei=pan pro.j e`autou,j\ qewrei/te o[ti ouvk wvfelei/te ouvde,n\ i;de o` ko,smoj ovpi,sw auvtou/ avph/lqenÅ (Este relato es propio de Juan). Contrasta la fe de la gente contra la reacción de los fariseos. Jn 12,37-43: oi` ou=n Farisai/oi ei=pan pro.j e`autou,j\ qewrei/te o[ti ouvk wvfelei/te ouvde,n\ i;de o` ko,smoj ovpi,sw auvtou/ avph/lqenÅ i[na o` lo,goj VHsai