Los secretos de la masoneria M P LOPEZ

Miguel Pérez López LOS SECRETOS DE LA MASONERÍA 1897 Sus Palabras, FORMAS DE DJUILAS TOQUES. SEÑALES, Y FINES que

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Miguel Pérez López

LOS SECRETOS DE LA MASONERÍA

1897

Sus Palabras, FORMAS DE DJUILAS

TOQUES. SEÑALES,

Y FINES que persigue 11 UCilíCE DE TODAS LA9 IBTZI¿aEHOIi.S

TERCERA EDICION 'Jntabljinüiite co rregid a y au m en tada con el D ic c io u a ric m asónico y m asonería de las da m as

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M ALAGA T ipografía de los Hijos do M. Olivar»

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Conceden:os licencia para qué se imprima estefolleto, y recomendamos encarecidamente su lec­ tura. . J- ULAD ISLAO , Ar/nl)is|>o de B uenos A ítuh.

Hay un membrete que dice:—Secretarla deCámara del Obispado de MALpg'a— N .c 385—En la solicitud presen'ada por V. ha recaído con es­ ta fecha el decreta literal 6lpuieDte:=M£lagu 4 de Noviembre «le 1897.— VUt* la presente instan­ cia suscrita j or D. Miguel Pérez López, de puta vecindnd, nutor rie la obrita titulada— «Los S e ­ c r e t o s r>f: l a M a s o n e r í a » — y el favor» bleinfor­ me emitido por el M. I. Sr. Dr. Don Manuel: OrdoDcz G air^o», Canónigo Penitenciario de esta Santa Iglesia CalPdral, A quien comisionnmo» para su rxámen, por lo que A t u ostra Autoridad Eclesiástica t orresprinde, damos licencia pora que pueda imptitniise y publicarse, por no en­ contrar en ella concepto alguno contrario, al dogma y la Moral Católica. — Lo que trasmito ó. V . para bu conocimiento y demás efectos.— Dios gusrde (i V- muchos ellos-—MAla#?a4de Noviem­ bre de J897.— Lic. Juan Franco Pró.— Canónigo' Secretario. — Hay una rúbrica.— Sr. Don Miguel' P ere z López.

DED ICATORIA A l Fxcmo. é Ill-n.o. ¿'; - iJr l'c ii Jvan i ’uí;oz > & Herrera * «*>íU* Málngn. Exctno. é Efrrí'. Pcfior: Grande es el prcblnu:' qu« cd etie folleto fe resuelve; y por eeo sin 1eporta en esto beneficio, solo á la nobleza de sentimientos y beoevolencía de V. E. se debe. Los peligros socio U-s que la Fr nc-masoneria ha preparado ya y continúa s ir ci i orondo sobre las naciones, sen perfreía y t !ar¡ mente señala­ dos por Su Santidad, eu la encíclica Humanan». ( i ma el de compañero', al ser elevado k esta gernrquia, comunicase que todas las traiciones habidas en laórden, han nido come­ tidos en.su mayor parte por Iob compañeros, in­ vitándole para trabajar asiduamente, con el fin de pasar pronta al grado 3o ó maestro. En el p rad o 3o ya se resuelven asuntos políti­ cos y reiigirsos, prévinroente) trnlnrfos y discuti­ dos en las cámnrua superiores, bajn el pretexta de que dichos «¡¡untos afecten hondamente al bien genere! f*e la órder, no sicDdo obstáculo lo con­ signado rn les programas y Jos juramentos pres­ tados, para que Irs nifsones se Jareen á sostener sub acuerdos por medio de las arm a s en delerminades cfisos, pf mbrundo A f.u f aso el luto y des­ truyendo hrsta en fórmen cí¡ todo lo que ten­ ga puntoa de contacto con la religión, sea cual fuese, poro principalmente con la católica, apoatólica, romana. Do este grado al 18 ocupar,se rn úse perfec­ cionando basta que sin inconveniente alguno,. eo solo practican ados de impiedad y fxiern itiio, sino que también hacen pioprpanda cu dicho' sentido, teniendo por objetivo únicameiitc el bien general de la órden. Del grado 18 (Principe rosa cruz) al 33 (últi­ mo de la secta) dilucídense todos aquellos asun­ tos que afectan á la gobernación del estado ó na* ción, repartiéndose éstos éntre bí la mayor suma, ále cargos posibles, valiéndose de los grados i ufe-

rfores, para que con tus votos en lus elecciones

públicas, apoyen sus decisiones; y prueba de ello es la elevación á ciertos puestos de importancia de hombros sin IIlulos que justifiquen A los ojos de los pueblo*, Ion méritos que les edornnn para talen gerarquias. Trátase también de entrometer á la masonería en ciertas corporaciones ó empre­ sas importantes, para de este modo extender el circulo de su acción. El masón llega A los altos puestos con ayuda de la órden, sin importarle para Dada el Agrade­ cimiento de que sea deudor para con personas agenns A la secta; esto es cu si axiomático. Entre­ las muchas pruebas que pediéramos citar, damos las siguiente»: Convino h los intereses del Gran Oriente del Brasil, qur> aquel Imperio se transformase en República Fedrrn), y encomendaron la misión de pioelamsrLi, al general Deodoro de Fonseca, miembro del Supremo consejo delaórden; y este: cuyo valimiento era casi todo, merced A la be­ nignidad del Emperador Don Pedro II, noiitube6 en volver la espada traidommente contra aque), que ( n él oT ó feda su confiar/.», y «cío seguido, descoi oii» i rio la *Ua misión civilizadora presta­ da por la religión católica apostólica romana en aquella nación, niégale toda autoridad & la Santa Iglesia; y contra la voluntad unánime de los Bra­ sileños, apoyado solamente por la masonería, proclama la libertad de cultos, y separa la reli­ gión del Estado. Por acuerdo de la masonería espafiola, en 1889

- ir. — subleváronse las fuerzas do cruarnictóa en la ciu­ dad de Badajoz, y como en de costumbre entre ellos, A la hora que el Gobernador Civil de pro­ vincia D. Liborio Garcia Bartolomé hallábase entre los amigos políticos y particulares que for­ maban bu tertulia, aprovechando los masones esta oportunidad, es sorprendido por algunos de estos que os'entaban caraos públicos, y revolver en mano lo reducen & prisión, estallando casi si­ multáneamente la revolución ea los cutírteles. Apodéranse de las iglesiuH, donde cometieron toda clase de actos contrarios A la moral menos­ preciando las imágenes y objetos del culto; el gobierno de Madrid hasta los dos dias no tuvo conocimiento de lo ocurrido, y en vi a inmediata­ mente ejército suficiente para con trarestar el al­ zamiento, pero en el momento de salir las fuer­ zas de Madrid, sábese que merced á los manejos de la masonsría., al llegar á lUdajoz los refuerzos, suamrianse A los sublevados, por lo que el go­ bierno acudió al único remedio, que fué comprar a l secretario del comité central N° 75 por 300 mil pesetas, expidiendo dicho Secretario A Bada­ jo z un telegrama cifrado comunicando se retirasen las tropas revolucionarias A Portugal, por haber abortado el movimiento, y correr peligro las v i­ das de los principales comprometidos. Por circunstancias especiales, una vez implan­ tada la autoridad legal, quedó preso un teniente alcalde de Badajoz que ostentaba el grado 30 dentro de la logia «Paz Augusta» y al mandársele deportado & los presidios menores de iAfrica, hizo su parada en la cárcel pública de Málaga, donde llegó un pliego cerrado á la secretarla de la logia*

■Nueva B ética»;en este pliego, en bien de la órden en general, recomendábase proporcionar la evasión del preso A cualquier costa en conso­ nancia con los juramentos que en los grados su­ periores se prestan. Reuniéronse en cim ara de maestros del grado ílu al 33, dándose lectura á las comunicaciones recibidas, y con preferencia á, la de la logia «Paz; Augusta* de Badajoz; despuój de amplia discu­ sión, se acordó que por el venerable maestro Dr. Don Enrique Villalobos, Re lirado, grado 39, qua actuaba como médico ds la cárcel pública, se expidiese certificado declarando que el preso político estaba en un est ido de salud que Le im­ posibilitada permanecer en. la prisión, solicitando su traslación al Hospital Civil. Asi fuó hecho y conseguido; á los pocos dias recíbese órdon por escrito del Ministerio de la Gobernación, para ■que en unión con otros 23 reos políticos, fuese remitido & Ceuta al masóu preso. El oficial 1° del Gobierno Civil grado 3* Dr. D. Eugenio Carreras, de acuerdo con los venerables de loa logias, en las Listas de embarque omite el nombre de su. hermano en masonería; y aquella noche en que el barco salín del puerto, fué sobornado ni centi­ nela que vigilaba la ventana del cuarto q'ie ocu­ paba el referido preso, y este se desliza por la pared, sirviéndose para ello de las sábanas de su cama; salta la tapia interior del H ^ p ital donde le esperaban tres masones armados, que le acom­ pañan hasta la frontera de Portugal. En el primer periodo de la actual Regencia de Marta Cristina, gobernadora de .España, sa-^

tolérase el general Villacampa, de sombre sim­ bólico Empecinado, grado 33; en el momento de dirigirse á las afueras de Madrid con bus tropo9, presentáronse A él vario 3 grupos de paisanos ar­ mados, á la cnbeza de los que Apuraban los re­ publicanos de más prestigio; y preguntando si el movimiento era republicano en atención A jr dando vivas A ]a República tanlo él como loa suyos A bu pí>so por las calles roas céntricas, Contestó; que el nwrínifpnto obedecía 1i un progra­

m a que excluía valerse de oíros elementos extra­ ños ti los que esperaba; y debido á la llegada in­ mediata & los ctiariel< s de ciertos gefes superio­ res, no pudo l;i oficialidad masónica comprometi­ d a lanzarse A las enlles con toda la guarnición de la corte A unirse con Villacampa, y esto motivó ien conocidos.

Para llevar Acabo sus proyectos los proi úranse introducir la mayor Rum* de ésten (prefiriendo los que más c mfianza, inspiran á Ion grandes inspectores de esta órden) cu los lugares donde hayan de tener su realización, en el caso de que no cuenten con ninguno, ó sean insuficien­ tes los que existan, por más que en previsión, la órden cuenta con iodiv’duo.s de su seno en ca»¡ todas partee, que tienen el deber de presentar obstáculos ¿todo lo que directa ó indirectamente pueda redundar en perjuicio de la secta. A su influencia no escnp:i nada. Ellos intercep­ tan por sus cnipleudos en correos la circulación de Pastorales, periódicos católicos y cuanto ae relaciona con la Santa Religión; hemos sido tet>tigos oculares del siguiente hecho: Ocupando la silla del Obispado de M&l»ga el virtuoso prelado, luego Arzobispo d« Burgos, y habiendo este dado Una Pnstoral el afio 1884 uno de los empleados de correo que gozaba fama por su seriedad y honradrz en aquella administración, sustrajo de las oficinas un gran número de dichas Pastorales re­ galándolas A los venerables délas loirins. Cualquier asunto que en aquel1)! Curia Ecle­ siástica se tramltahii, era divulgado entro los musones por el notario Dr. D. Antonio Márquez Cálvente, Orado 18, Orador de una logia capitul » r , que cumpliendo con sus deberes masónicos, prestábase & servir á los masones en lo relativo &bu cargo en asuntos justos ó injustos. Por este tiempo en el seminario conciliar de Málaga expli­ caba las asignaturas de Aritmética y Algebra, Geometría y .Trigonometría dicho Señor siendo

notoria H parcialidad que mostraba ea los exá­ menes á favor de los alumnos recomendados por los masones. Gn los tribunales de justicia, todo aquel que entabla demanda civil ó criminal contra un ma­ són, si loa jueces y demás funcionarios encarga­ dos de velar por la ley no son masones (cosa que alguna vez ocurre), el masón recurre á las logias, lée los cuadros lógicos, y acto seguido viaitn á los abogados masones de mayor prestigio ó in­ fluencia, para que defiendan su derecho, aun cuando ninguno le asisto,, y como es de costum­ bre, el masón triunfa sobre el legitimo derecho de su contrario, que sólo cometió el crimen de contratar con hombre excomulgado y por lo tan­ to perverso. Podemos citar muchos miles de casos de estos, tanto de América como de Europa; incendiarios que en lugar de llevar una cadena, cobran pin­ gues primas de las compañías aseguradoras; co­ merciantes que quiebran fraudulentamente y son rehabilitados, asesinos que en la via pública cla­ van el pufial en el pecho de un hombre de bien, y á despecho ríe las autoridades y de la justa cen­ sura de la opinión, se establecen y adquieren pa­ tentes de ciudadanos honrados y serios; de mili­ tares que olvidan su compromiso de honor y en­ tregan ua punto estratégico confiado á su custo­ dia; de médicos que á sabiendas recetan una be­ bida venenosa; de particulares que sirven de tes­ tigos presenciales de hechos que no conocen; no­ tarios que otorgan testamentos falsos, y misera­

bles que adquieren grandes fortunas ¿ costa de negociar con la honra ó la pobreza. Todo cuanto se llova enumerado y mucho raAs realizan los masones, seguros de quedar impunes; pues Jo que no se le perdona en modo alguno A un masón, es que profese las sabias doctrinas de la verdadera religión, y puede aseguraren, que la única divinidad en que ellos creen es en la de Satanás, y sus preceptos, los pecados de cual­ quiera categoría que nean: considérame crimen horrendo entre losmeBone?, quedá lugar A Ja expulsión inmediata sin formación de causa, y A s t perseguidos tanto ellos como rus familias, el tener afinidades con el jesuitismo, y entre otros casos puédese citar el decreto del gran maestre de Espafla fecha 17 de Septiembre de 1874, pu­ blicado en el Boletín oficial de la órden N° 18, por el que fué expulsado, según Acusación secreta sin oirle defensa alguna, Dan Eduardo Simón Latorre, que pertenecía A la logia «Estrella Ga­ laica» de Lugo. En igual forma, por probarse ser católicos apostólicos romanos, fueron expulsad^s sin for­ mación de eapedientM Don P.iblo del Alamo de la logia «Perfección» de Riv.-ideo, Don Ear!que Peinador y Don José Qulroga Pozida de la logia «Helénica» d? Pontevedra. De idéntico modo, por negarse A formar parte de una sublevación que tenia por objeto el derra­ mamiento de sangre con fines políticos, también se expulsaron A los masones de la logia «Aurea» de Orense, D. Pantaleon Soria, D. Juan Slero González, D, José Saborit, D. Manuel Montes,

D. Antonio Moure, D. Rauion Dinz, D. F'Mix Eduardo Dicguez, D. Rionrdo de Litorr