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• Gerald Colmenarez de Montiel

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Los Astros y el Tarot 25-02-2013 a las 03:00:48

El tarot apareció a finales de la Edad Media en el norte de Italia y en momento en el que, curiosamente, la astrología alcanzaba su mayor apogeo e influencia en este país, donde llego a tener una cátedra en la Universidad de Bolonia. De los siglos XIV y XV proceden los mazos más famosos que hoy se conservan, como el Visconti-Sforza, el Mantegna o el Minchiate.

El tarot transforma en imágenes los símbolos,los conceptos o los mitos, muchos de los cuales son astrológicos o muy próximos a la astrología. Por ejemplo, en el primitivo tarot de Mantegna, de 1460, se reproducían los siete planetas; en el Minchiate, de 1453, los doce signos zodiacales y los cuatro elementos, y en el tarot actual todavía tenemos cartas relacionadas con los astros El Sol (XIX), La Luna (XVIII), La Estrella XVII) y otras que guardan un gran paralelismo con los signos o con el influjo atribuido los planetas.

Sin embargo, también es honesto reconocer que, del mismo modo que hay cartas de tarot que encajan como un guante con un determi- nado signo zodiacal o planeta, hay otras más difíciles de asociar. Asimismo, también es preciso indicar que los expertos que han tratado este tema no se ponen de acuerdo sobre las atribuciones astrológicas que corresponderían a cada carta del tarot. Cada uno tiene su propina escuela o su propio sistema y, por ello, expondremos las atribuciones astrológicas que nos parecen más sensatas y ajustadas a los significados más ortodoxos.

LOS PALOS DEL TAROT OROS Los oros representan el elemento Tierra, aunque llevan asociado también un significado positivo relacionado con el dinero y los bienes materiales. El As de Oros está considerada una de las mejores cartas. Es casi una representación 'solar", cercana al triunfo, en especial al material. El Dos haría referencia los o vínculos de carácter material o económico, o simplemente interesados.

COPAS

Las copas aluden al elemento Agua, íntimamente relacionado con los sentimientos y el corazón.Las copas tienen, por lo general, un significado positivo y de buen augurio, solo que, en este caso, referido a tos sentimientos y el mundo afectivo: armonía, estabilidad, felicidad, paz, estabilidad emocional. El Dos de Copas señala una unión por amor y es muy similar a la carta de Los Enamorados (VI). El As de Copas representa también el hogar, el matrimonio o un embarazo.

ESPADAS Las espadas se relacionan con el elemento Aire, aunque a diferencia de los dos palos anteriores, llevan asociado un matiz negativo y, sobre todo, asimilado con la agresiva y

violenta influencia de Marte. El As suele ser un mal augurio de luchas, rupturas, violencia o accidentes y, en el mejor de los casos, indica firmeza. El Dos es un claro símbolo de ruptura, conflictos o pleitos entre dos personas o sociedades.

BASTOS Los bastos se asocian al elemento Fuego y, en este caso, no llevan añadido ningún significado ni bueno ni malo, sino que simbolizan la actividad, la iniciativa, el ardor y el ímpetu en la acción o los sentimientos, así como el nacimiento, ya sea material o espiritual. También hablan de liderazgo, energía y gran vitalidad. El Dos de Bastos indica una unión por amistad o para conseguir juntos una meta, una asociación de voluntades en busca de un objetivo, a veces más espiritual que material.

LA BARAJA DEL TAROT EL LOCO (0) En esta carta se representa la figura de un 'bufón" o un "loco" y todos parecen estar de acuerdo en su clara afinidad con el planeta Urano, que rige a las personas distintas a los demás y todo lo que es original o diferente. Urano rige el idealismo, lo irracional o lo anárquico y, sobre todo, los cambios. Todas estas cosas se hallan asociadas con El Loco. Esta carta no tiene número para acentuar que es diferente.

EL MAGO (I) Casi todos los comentaristas están de acuerdo en la clara afinidad de esta carta con el planeta Mercurio y entre los signos que rige Mercurio se asocia, sobre todo, a Géminis. Los valores mentales e intelectuales se hallan exaltados en El Mago (T), que además aparece representado por una figura de carácter juvenil, muy en sintonía con Mercurio o Géminis, asociado con la idea de inteligencia, listeza y habilidad.

LA PAPISA (II) Esta carta tiene clara afinidad can bilma y podríamos reconocer en día a alguna de las antiguas diosas lunares, como Isis o hasta incluso la Virgen María del cristianismo.

Representa la exaltación de los valores femeninos, familiares, maternales, relacionados con el hogar, la sensibilidad, los sueños, el mundo onírico e inconsciente y todo lo secreto. También tiene un significado asociado a la sabiduría oculta.

LA EMPERATRIZ (III) Desde la época moderna se asocia siempre esta carta a Venus, la bella diosa del amor y los placeres, en concreto a la Venus de Tauro, el signo que rige la sensualidad y todos los goces materiales o terrenales. Representa a la bella Afrodita en el jardín del amor, símbolo de fecundidad y de crecimiento, del amor, el matrimonio y el embarazo feliz. Es una Venus terrenal y amante de los placeres mundanales.

EL EMPERADOR (IV) Es una carta que simboliza valores claramente masculinos y fálicos, astrológicamente relacionados con planetas como el Sol, Marte y el signo de Aries. Rige las cualidades viriles de dominio, poder, voluntad y gran firmeza. Gobierna sobre lo terrenal mediante la imposición y la agresividad, la ley de la fuerza. Representa una figura de poder: jefe, padre. En su lado más negativo también sería el tirano o el déspota.

EL PAPA O EL SUMO SACERDOTE (V) Casi todos estarían de acuerdo en el claro paralelismo de este personaje con la influencia benéfica de Júpiter. Dotado de gran poder v solemnidad, nos recuerda al mismo dios Zeus del Olimpo. Entre los signos de Júpiter guarda un claro paralelismo con Sagitario. Es una carta afortunada que nos sugiere ayuda o protección, de una naturaleza benefactora. Llevaría consigo un significado espiritual de providencia.

LOS ENAMORADOS (VI) No puede ponerse en duda la clara afinidad de esta carta con Venus, el planeta del amor, la amistad y la concordia; cualquier otra atribución carece de lógica. Tiene un claro significado de armonía y sobre todo de unión, entendimiento y entrega sincera. Indirectamente, se relaciona con la paz y la reconciliación, el caminar juntos en pos de un objetivo. En los asuntos mundanos

este naipe representa la armonía.

EL CARRO (VII) En esta carta se representa una imagen masculina de gran fuerza que nos sugiere la influencia de Marte. Sin embargo, por otro lado, indica movimiento y viaje, debido a lo que también podría tener alguna relación con Mercurio. Es un símbolo de victoria mediante la lucha y la acción, de esfuerzo y asunción de riesgos. Fuerza y dominio. Es una carta muy positiva, aunque anuncia grandes esfuerzos.

LA JUSTICIA (VIII) Tiene una clarísima afinidad con el signo de Libra, tanto en su imagen exterior como en sus símbolos y significados asociados. Lleva implícita la idea de justicia y equidad, de retribución justa, ya sea en forma de recompensa o de castigo, y también un significado mundano asociado a los juicios y los asuntos legales. Idea de armonía, equilibrio y moderación. Esta carta también tiene un significado asociado al karma.

El ERMITAÑO (IX) Existe una clarísima e histórica afinidad entre esta carta y Saturno, aunque muchos autores, no sin cierta razón, la asocian al signo terrenal de Virgo en su lado más serio o severo. Se relaciona con la soledad y la austeridad, pero también con la sabiduría, la iluminación y la santidad o la espiritualidad. Indica el tiempo y los retrasos, así como la segunda mitad de la vida con su experiencia y su realismo.

LA RUEDA DE LA FORTUNA (X) Es una de las cartas más favorables del tarot y solo puede asociarse con el más benéfico de los planetas: Júpiter. Es el karma o destino, pero, desde su vertiente más positiva, la suerte, el cambio favorable, el triunfo o la ayuda de gente poderosa. Sin duda, es el mejor naipe para los asuntos mundanos y materiales. Buena estrella y liberación de dificultades.Realización de los deseos en lo material o lo emocional.

LA FUERZA (XI) Tiene una clara afinidad con el signo de Leo y casi todos están de acuerdo en ello. Vemos una imagen femenina que con gran facilidad sujeta y domina a un león. Es un claro símbolo de poder y de autoridad interiores capaces de vencer cualquier obstáculo o problema. Alude al liderazgo, la confianza en nosotros mismos, la fortaleza y el dominio ante las dificultades. Representa ayuda, tanto mundana como espiritual.

EL COLGADO (XII) Esta carta tiene cierta afinidad con Neptuno y el signo de Piscis desde su vertiente de tribulaciones y sacrificio, renuncias y pruebas. Indica retrasos o incluso parálisis en los asuntos mundanos y también se asocia con enfermedades de carácter crónico y paralizante, así como con el exilio, la cárcel y los amores no correspondidos. Es una de las cartas más difíciles para los temas mundanos.

LA MUERTE (XIII) Inequívocamente asociada con el signo de Escorpio y con su regente, Plutón, esta carta nos habla de las crisis más profundas, incluyendo la propia muerte o la de los seres queridos. También del fin de un amor o de un proyecto mundano. Pero lleva consigo la idea de renacimiento y regeneración, de una transformación radical y un resurgir a otra realidad. Este naipe representa las pruebas más grandes y profundas.

LA TEMPLANZA (XIV) Esta carta se halla claramente asociada a valores de tipo espiritual y, por lo tanto, a los planetas que se relacionan con esos asuntos, como Neptuno y Júpiter. Es un símbolo de moderación y esperanza, de paz y armonía, pero también de ayuda y protección espiritual. El lado superior del ser humano se impone sobre el inferior y los instintos. Podría relacionarse con algún mensaje espiritual positivo.

EL DIABLO (XV) Claramente asociada al signo de Capricornio y al lado más negativo de Saturno, representa las más severas pruebas y, sobre todo, el lado más oscuro o malo de la existencia. La realidad y las limitaciones a las que debemos someternos y también los instintos y las pasiones más siniestros. Fatalidad e infortunio. La magia negra y la maldad se asocian a ella. También indica los fuertes enganches emocionales destructivos.