London Construction

THE LONDON CITY HALL Nada menos que 43 millones de libras (cerca de 70 millones de euros) costó hacer realidad esta impr

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THE LONDON CITY HALL Nada menos que 43 millones de libras (cerca de 70 millones de euros) costó hacer realidad esta impresionante nueva construcción para la ciudad de Londres, diseñada por el equipo de arquitectos de Norman Foster. La mayoría asegura que parece un huevo gigantesco, otros sostienen que tiene el aspecto de una enorme máscara de esgrima. Hay quien lo describe como un monumental cenicero, y algunos lo comparan con el faro de un coche. Aunque para el alcalde de Londres, Ken Livingstone, no hay duda: “es como un testículo de cristal.”

Características del edificio Se trata de la vanguardista sede del Ayuntamiento de la capital británica, un edificio de 45 metros de altura y moderno perfil ovalado situado muy cerca de la emblemática Tower Bridge o Torre de Londres. En términos convencionales el inmueble, de 10 pisos y 17.200 metros cuadrados de superficie total, no tiene frente ni parte trasera, y su distintiva silueta se deriva de una esfera modificada geométricamente. La forma no tiene un propósito simplemente ornamental, sino que se eligió para cumplir dos propósitos: minimizar el área expuesta directamente a la luz solar y acomodar el mayor espacio en el menor terreno posible.

El programa arquitectónico comprende la sala del cabildo, oficinas para el alcalde de Londres y su gabinete, salas de juntas y áreas públicas. El edificio ofrece espacios de oficinas flexibles que pueden ser subdivididos conforme se requiera en varias células sobre una planta abierta. Estas particiones pueden ser transparentes o sólidas. La sala de cabildo permite varias configuraciones, usos y funciones. Hay un conjunto fijo de butacas para 250 personas destinado al público, pero la parte frontal de la sala puede ser acomodada de distintas formas, al tiempo que se disfruta de una gran panorámica del Támesis y la ciudad de Londres. La envoltura de vidrio del edificio permite a los londinenses ver el trabajo de sus funcionarios.

Materiales utilizados en su construcción La piel de vidrio utiliza diferentes variedades de este material: cristal claro, recubierto con cerámica, vidrio triple con persianas antiincendio y hasta vidrio blindado en áreas más sensibles. También incorpora los agujeros para ventilación y extracción de humo en caso de incendio.

Problemas ocasionados después de su inauguración Tras los problemas que dio el famoso Puente del Milenio, cuya pasarela tuvo que cerrar tres días después de su inauguración a causa de las fuertes vibraciones que registraba, precisando de 20 meses de trabajos de reparación que costaron ocho millones de euros, Foster quiso asegurarse de que tal contrariedad no se repetiría en la majestuosa rampa en espiral que recorre el interior del edificio. “Nos hemos cerciorado que no tiene vibraciones. No le digo más que un día hicimos venir a un montón de personas y las pusimos a caminar a todas a la vez sobre ella sólo para demostrarnos que no sufría oscilaciones”, afirmó muy serio Max Neal, miembro del equipo de Foster.

Respecto al tema energético Gracias a la informática, Foster y su equipo pudieron reproducir exactamente la forma en la que los rayos del sol incidirían en el nuevo edificio del Ayuntamiento día tras día, durante todo el año. Millones de cálculos infinitesimales han determinado la forma de cada una de las paredes y la opacidad de cada placa de cristal a fin de mantener reducido al mínimo el consumo de energía. Como edifico sostenible, la estrategia energética del City Hall permite su operación con sólo un cuarto de la energía consumida por un edificio típico de oficinas. Esto se ha logrado no sólo a través del uso de modernos sistemas de control climático, sino también con la forma y alineación del edificio, que fueron estudiadas de forma científica para minimizar la radiación solar en verano y la pérdida de calor en invierno. Minimizar la superficie del edificio logra una gran eficiencia en términos energéticos. La forma derivada de una esfera ocupa una superficie un 25% menos área que un cubo del mismo volumen. Las plantas se van desplazando del centro hacia el sur conforme se asciende, creando así una sombra natural en las horas de luz más intensa.

El edificio se ventila naturalmente, con ventanas abatibles en todos los espacios de oficinas. El consumo eléctrico se reduce al evitar el uso de aire acondicionado y emplear en su lugar una red de agua fría extraída del subsuelo, la cual también se reutiliza en los baños y los sistemas de riego de los jardines. Una estructura de acero de 2.100 toneladas constituye el esqueleto del edificio, construido con casi 2.000 toneladas de hormigón y 13.000 metros cuadrados de vidrio, de los cuales, 7.300 son de un tipo especial de cristal recubierto para el control climático. El ángulo de inclinación de la fachada es de 31º y su diámetro de 45 m.

Principales objetivos en el diseño del edificio Construido en sólo 30 meses (entre 1999 y 2002), el City Hall se diseñó pensando también en su papel cívico y simbólico para una ciudad ya de por sí repleta de edificios emblemáticos. Como parte de esta estrategia se incorporó a su diseño un anfiteatro en una extensa área al sur del inmueble, llamado “The Scoop”, el cual puede alojar a mil personas y es un espacio muy popular en los días soleados, cuando acoge espectáculos musicales y teatrales. En la página web de Foster & Partners se llama la atención sobre las similitudes formales y conceptuales entre el edificio londinense y el proyecto de expansión del Reichstag en Berlín, realizado también por el arquitecto británico. Ambos “expresan la transparencia y la accesibilidad del proceso democrático y demuestran el potencial para un edificio público sostenible y virtualmente no contaminante”. Un nexo ligero hay también entre las redondeadas y acristaladas formas del City Hall con otro edificio de Foster en Londres, la Torre SwissRe, inaugurada hace un par de años y ubicada cerca de la sede del Ayuntamiento de la capital británica. Tan cerca, que buscando el ángulo correcto es posible que ambos edificios salgan en la misma foto.

Aunque un poco reacia inicialmente a modernizar su paisaje urbano tradicional, en el que hasta hace poco estaban proscritos los rascacielos, la capital del Reino Unido ha ido incorporando varios edificios de corte contemporáneo, varios de ellos obra del Norman Foster, Premio Pritzker de Arquitectura en 1999. El City Hall contribuye a este cambio de rostro, ganándose la admiración de los turistas y el asombro y picardía de los londinenses, que no han tardado en imponerle sobrenombres: como “bozal”, “pelota de rugby”, “la colección de cacerolas caída del cielo”, el “casco de Darth Vader” y “el huevo deforme”.

Ángel Vega González, 4º D