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Educación Especial, Zona escolar No.13 Silvia Romero Contreras Educación Especial, Zona escolar No.13 PRIMERA PARTE

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Educación Especial, Zona escolar No.13

Silvia Romero Contreras

Educación Especial, Zona escolar No.13

PRIMERA PARTE COMUNICACIÓN, LENGUAJE Y DESARROLLO DE LA COMPETENCIA COMUNICATIVA

Educación Especial, Zona escolar No.13 1. Comunicación y lenguaje: visión general La comunicación humana La comunicación humana tiene diversas facetas. Nos comunicamos para satisfacer una amplia serie de necesidades, por ejemplo: para mantenernos en contacto con otras personas, para tener acceso a la información, para realizar múltiples actividades de tipo practico en nuestra vida cotidiana, para confrontar con otros o con nosotros mismos nuestras ideas y sentimientos. Los seres humanos necesitamos comunicarnos para sentirnos vivos y podernos manejar en un mundo social. Al comunicarnos usamos distintas formas: tocar en el hombro a alguien, abrazarlo, mirarlo, hacer gestos, movimientos, expresiones como “aja”, “mj”; decir algo; escuchar lo que dice otro: amigo, pariente, locutor de radio o televisión, empleado de banco; reconocer la manera en la que alguien nos mira o nos hace una seña; leer letreros, recados, instrucciones, textos recreativos o informativos; escribir notas, cartas, documentos…En nuestros cambios comunicativos realizamos acciones, movimientos, emitimos sonidos, hablamos, escuchamos, leemos, escribimos, pensamos, reflexionamos. En suma, la comunicación nos envuelve cotidianamente y nos exige habilidades muy diversas. La comunicación lingüística, es decir, las distintas realizaciones del lenguaje verbal, juega evidentemente un papel privilegiado en la comunicación humana, y por eso nos referimos a ella de manera especial en este libro.

Diferencias entre comunicación y lenguaje

En el uso cotidiano, los términos comunicación y lenguaje tienden a confundirse debido a que los identificamos como parte de un mismo fenómeno. Si en verdad que en algunos contextos los significados de comunicación y lenguaje pueden ser similares de comunicación y lenguaje pueden ser similares, es importante diferenciarlos. La comunicación consiste en el intercambio de ideas, pensamientos, sentimientos, emociones etc. Los seres humanos necesitamos compartir con otros lo que sucede en nuestro mundo interno para lograra un cierto equilibrio en nuestro ambiente. Por medio de la comunicación buscamos obtener objetos, información, reconocimiento, atención, afecto…, entre otras muchas cosas que son necesarias para funcionar individual y socialmente. Este

Educación Especial, Zona escolar No.13 intercambio comunicativo lo realizamos a través de diversos lenguajes, entre los que se encuentran el lenguaje verbal o lingüístico. La comunicación, entonces, se puede realizar a través de diversos lenguajes y el verbal es uno de ellos. Dicho de otra forma, la comunicación tiene una meta, un objetivo y los lenguajes son una herramienta o un medio para comunicarse. La meta comunicativo puede alcanzarse con diversos medios: una mirada, un gesto, un grito, una palabra, un discurso….; y el instrumento lingüístico sirve también para cumplir otros objetivos además de la comunicación, como la autorregulación o el monitoreo de nuestras acciones, la representación del mundo y la codificación de nuestras experiencias. Podemos comunicar que tenemos prisa empleando medios no lingüísticos como: mirar el reloj, actuar de manera apresurada, hacer una señal de “rápido” al tonar los dedos; podemos decir o escribir mensajes lingüísticos como: “tengo prisa”, “se me hace tarde”, “tengo que irme”, “quisiera que avanzáramos

más rápido”. Podemos usar el lenguaje para comunicarle a alguien cierta

información o convencerlo de alguna idea: “llego a las seis”, “me gustaría verte”…; también usamos el lenguaje para controlar nuestra conducta, como cuando nos proponemos algo (“ahora si me pongo a dieta”), o cuando nos organismos (“tengo primero que ir a cobrar, luego al banco, luego al mercado…”); permanentemente estamos empleando el lenguaje para representar el mundo y codificar nuestras experiencias, ya que siempre es más fácil recordar algo por su nombre o su expresión lingüística que por atributos. Con frecuencia, la palabra comunicación se entiende en su sentido positivo: se habla que hay comunicación explicita o efectiva; por otra parte, decimos que no hay comunicación cuando nuestros intentos de compartir con alguien algún aspecto de nuestro mundo interno fracasa, o cuando no somos capaces de expresarnos explicita y claramente. Es decir, hay comunicación cuando se logra un entendimiento y, al contrario no hay comunicación cuando este no se logra; esto es, se identifica la comunicación con el hecho de que un mensaje no sea comprendido. Sin embargo, la comunicación es algo de lo que no podemos escapar. Pensemos, por ejemplo, en un alumno que no dice nada ni participa en la clase. Un maestro desprevenido diría que ese niño no se comunica, pero otro mas perspicaz pensaría que “algo anda mal en el” y que su silencio y quietud están expresando algo muy importante, están comunicando.

Educación Especial, Zona escolar No.13 Lenguaje La función fundamental del lenguaje es la comunicación y ésta es, por excelencia, de naturaleza verbal; manifestándose como la capacidad característica del hombre de comunicarse por medio de sistemas de signos (lenguas), utilizados por comunidades sociales. Se entiende también al lenguaje como la capacidad de los seres humanos de representar al mundo y todo lo que en él coexiste, por medio de símbolos convencionales codificados. Las realizaciones del lenguaje cuentan con recursos tales como palabras, frases, oraciones y textos mediante los cuales representamos las ideas que queremos comunicar y que se caracterizan por tener distintos contenidos o referencias, como pueden ser: objetos, acciones, atributos, tiempos, lugares, etc., que se relacionan de diferentes maneras: en forma casual, temporal secuencial, de pertenencia, de contradicción, entre muchas otra. Los contenidos y las relaciones de nuestras ideas podemos expresarlos por medio del lenguaje. Así, cuando empleamos el lenguaje para comunicar que alguien se fue, no usamos a la persona para informarlo, ni realizamos la acción de “irse”. Si escuchamos decir a alguien que “Alberto se fue”, quiere decir que una persona del sexo masculino, llamada Alberto, realizó en un tiempo pasado, probablemente inmediato, la acción de retirarse del sitio en el que se encontraba.

Además, el lenguaje representa nuestro mundo por medio de un sistema de signos que son arbitrarios y convencionales. Estos elementos de los que hemos hablado –palabras, frases, oraciones, textos--- guardan una relación arbitraria con lo que quieren decir. Decimos que la relación es arbitraria porque no existe un parecido entre la forma del signo que empleamos y lo que significa. Así, sería absurdo concluir que “cama” es un mueble de cuatro letras o que es más chico que “ropero” porque tiene menos letras. Esto es, el nombre no se relaciona de manera natural con lo que se designa, sino que lo hace por convención. Es a partir de un conocimiento compartido por hablantes de una misma lengua, en este caso el español, sabemos que “cama” es el nombre de un mueble que sirve para dormir, se encuentra regularmente en un dormitorio y puede ser de diferentes formas y tamaños. Este conocimiento compartido lo construimos a lo largo de la vida por medio del contacto verbal y no verbal con otros (Edwards y Mercer, 1988). Por otra parte, las realizaciones del lenguaje también son sistemáticas, pues se rigen por reglas que los hablantes conocemos aunque no podamos explicarlas. La mayoría de las personas cuya lengua

Educación Especial, Zona escolar No.13 es el español sabemos, por ejemplo, que “Alberto se fue” es una forma correcta de expresión, mientras que “Alberto se fueron” no lo es. Quienes somos capaces de hacer un juicio de este tipo contamos con una serie de las reglas que conforman nuestra competencia lingüística, que consiste en la posibilidad de entender y producir un numero ilimitado de oraciones, y de evaluar la estructura gramatical de las oraciones que escuchamos y producimos (Chomsky, 1970). Esta competencia la construimos a partir del contacto que tenemos con nuestra lengua, como oyentes y como hablantes. Sin embargo, no todas las personas con el mismo tipo de competencia lingüística; factores tales como el nivel de desarrollo (en el caso de los niños menores de seis años, especialmente), la escolaridad de nuestros padres, nuestro nivel de estudios y el tipo de ambiente sociocultural en el que nos desenvolvemos, inciden en el grado de competencia lingüística que alcancemos y sus particularidades.

Lengua Una vez que hemos definido al lenguaje como la capacidad del hombre para comunicarse, hablemos de la forma en que éste se realiza: entendida también como el código constituido por sistemas de signos, utilizados para producir mensajes, de acuerdo con la intuición comunicativa de cada persona. Hemos de comprende, primero, que todos los seres humanos tenemos aptitudes para desarrollar, entender, aprender y producir lenguas; después, que la lengua con la que estamos en contacto desde el nacimiento es la materna o primaria y que es a partir de su conocimiento que podemos aprender y desarrollar segundas lenguas orales o signos1 pero, por supuesto, mediante enseñanza directa o formal.

Lengua oral, habla y escucha La lengua oral es la manera natural en la que aprendemos nuestra lengua. Coloquialmente se dice que las personas aprenden hablar su lengua materna en la infancia temprana, sin embargo, en el

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Las lenguas de signos, también llamadas manuales o de señas, son las lenguas utilizadas por las comunidades de personas con sordera profunda; en cada país o región estas comunidades han desarrollado sistemas propios es decir, idiomas de signos particulares.

Educación Especial, Zona escolar No.13 proceso de desarrollo de esta se aprende más que hablar; la lengua oral permite la comprensión y expresión de mensajes, la elaboración de ideas, la interacción comunicativa con otros, la reflexión y la solución de problemas, entre otras funciones. De esta forma el habla2 o acto de hablar, si bien es un componente importante en el desarrollo de una lengua, no es el único. El habla es el producto mas visible de la expresión de mensajes, que se apoya en un amplio bagaje interno para la adecuada elaboración y estructuración de ideas. Los principales componentes externos o visibles de la forma de hablar son: la articulación o pronunciación, la fluidez y la voz; cuyas principales cualidades son: tono, timbre, intensidad, ritmo y melodías. Por su parte, la lengua oral, al ser una versión de la capacidad lingüística, presenta todas las características y procesos propios del lenguaje. “Así el suceso del habla estaría estrechamente vinculado con la planificación verbal y ésta dependería de tres factores: el código lingüístico, con sus implicaciones sociológicas de roles y estructura social: de orientaciones motivacionales y estrategias de solución de problemas en el plano psicológico, y de condiciones neurofisiológicas” (Infante, 1983, p. 101, cursivas agregadas)

Es común dar una gran importancia a la forma en la que las personas hablan; en cierto sentido esta característica constituye una carta de presentación. Cuando una persona habla de manera fluida, clara con pronunciación e ilación adecuada y voz agradable, lentamente, con pronunciación deficiente o alteraciones en la articulación, con mala calidad de voz o con ideas poco claras. Atender únicamente a la forma de hablar para valorar la capacidad lingüística de una persona es tan natural y, a la vez, tan parcial, como juzgarla por su manera de vestir. Nuestro dominio de la lengua oral también es posible gracias a la tan poco reconocida habilidad de escucha; la escucha o escucha comprensiva no se limita a oír, implica un complejo proceso de construcción de significados que va evolucionando a medida que se domina mejor la lengua y se cuenta con mayores posibilidades de conocimiento compartido. Pensemos en la posibilidad de

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El término habla en este texto se refiere a la actividad de hablar y no al concepto saussureano que remite a la realización individual de la lengua. La distancia entre lengua y habla de Saussure (1922/1982) atiende a la delimitación del campo de estudio de la lingüística moderna que él funda. Esta diferenciación no es contradictoria con los planteamientos generales que aquí hacemos pero tampoco es totalmente equivalente.

Educación Especial, Zona escolar No.13 escucha de un niño de cuatro años al oír un programa de análisis político en la radio: a pesar de que oye todos los sonidos, palabras, oraciones, ruidos y efectos musicales, su dominio de la lengua oral es insuficiente, y es aún mas limitada su falta de conocimiento previo sobre el tema; ambos factores producen, en este ejemplo, una posibilidad de escucha comprensiva muy incipiente. La escucha comprensiva, además de depender del desarrollo de la lengua oral y de las oportunidades para acceder a ciertos conocimientos, también depende de la disposición e interés particular del que escucha. En este sentido, los hablantes podemos influir en nuestro oyente para conseguir su atención e interés en lo que comunicamos. Si en lo nuestro el rol o papel de hablantes tomamos en cuenta la perspectiva del oyente, es decir, reflexionamos al comunicarnos sobre la relevancia que pueden tener nuestros mensajes para el otro y la manera en la que los presentamos de acuerdo con el conocimiento compartido, estamos facilitando la disposición para una escucha comprensiva.

Lengua escrita Muchas lenguas cuentan con un sistema de escritura, el cual difiere de la lengua oral, aunque este se construye sobre la misma base. Regularmente, las personas que saben emplear el sistema de escritura del español desarrollaron, primero, el sistema oral. Sin embargo, los conocimientos sobre la lengua oral no son suficientes para ser un usuario competente dela lengua escrita, pues esta tiene características propias. Por otra parte, es posible que una persona tenga mejor competencia comunicativa escrita que oral, aunque lo contrario suele ser más común. La lengua escrita exige una mayor secuencia que la lengua para su expresión y comprensión pues, en general, en la escritura se siguen las convenciones propias de un estilo de comunicación más formal. En esta, la interdependencia entre el lenguaje y ele pensamiento se hace mas patente, ya que las demandas de esta forma de comunicación son cognoscitivamente más complejas (Infante, 1983). Para dominar el sistema de la escritura, tanto a nivel de la comprensión como la expresión, es necesario desarrollar una cultura especial. No basta con conocer la correspondencia entre los sonidos de la lengua oral y las grafías o letras de la lengua escrita; las diferencias entre lengua oral y lengua escrita se ubican en el contexto, es decir, en las situaciones mismas de comunicación en que

Educación Especial, Zona escolar No.13 cada una se utiliza y en el texto o forma en que se estructuran para lograr la transmisión del mensaje (Cassany, 1996). En el nivel del contexto, la lengua oral y la lengua escrita varían en cuanto a su canal de transmisión, su temporalidad, su nivel de espontaneidad y su grado de dependencia del contexto extralingüístico inmediato. La lengua oral se percibe a través de la audición, y la escrita a través de la vista, esta forma de comunicación afecta la temporalidad de códigos. La lengua oral es un recurso que desaparece inmediatamente ( a menos que registremos por medios electrónicos), mientras que la escrita permanece (a menos que destruyamos el escrito). Esta diferencia, además de marcar funciones muy particulares de cada una, también afecta a la manera en éstas se construyen. La lengua oral es mas espontanea, mientras que la escrita lo es menos, pues quien escribe puede revisar o editar su texto antes de presentarlo al lector. Al ser inmediata, la lengua oral se apoya en el contexto de situación – contexto extralingüístico—para la construcción de los mensajes. Así, podemos tener una conversación entendible haciendo uso de menos recursos lingüísticos y empleando un gran número de apoyos como la señalización, la demostración física de algo o, incluso, la posibilidad de repetir lo que hemos dicho si alguien no nos ha entendido. En la construcción de mensajes escritos hay que crear el contexto de situación dentro del texto mismo; es necesario ser más explícito, anticiparse a las posibles dudas del lector y aclararlas, pues regularmente el escritor no está presente, por lo que es difícil o imposible “preguntarle” algo que no nos queda claro. En el nivel textual la lengua oral admite mayor variación, dependiendo de la situación comunicativa, del origen geográfico de los hablantes. Etc.; por su parte, la lengua escrita tiende a conservar una forma de comunicación más general o más estándar. Los hablantes de una lengua con frecuencia nos sentimos más cómodos y capaces hablando que escribiendo, esto se debe a que la lengua oral acepta una formalidad y coherencia, al tiempo que proporciona mayor libertad y posibilidades de simplificación que la lengua escrita. Para dominar la lengua escrita, además, es necesario desarrollar una serie de conocimientos y habilidades que nos permita entender las convenciones del sistema de escritura y su función, por ejemplo: la diferencia entre lo que se escribe junto y lo que se separa por espacios “no se aburra” frente a “no sea burra”; cuál es la función de los signos que no “suenan” como los dos puntos (:), la coma (,), el punto (.), el guion (-), el uso de las mayúsculas, que tienen función los segmentos de

Educación Especial, Zona escolar No.13 texto que su ubican en líneas sueltas, generalmente al principio de un texto o de un apartado que se conocen como títulos o subtítulos; cuál es la función y cómo se emplean los listados que regularmente aparecen al principio de los libros o revistas conocidos como índices; cuales son las diferencias de forma y función de textos como artículos informativos, cuentos, novelas, cartas, recados, letreros; cual es la dirección de la escritura (de izquierda a derecha, de arriba abajo, en el caso del español); qué significan los signos no alfabéticos que pueden realizarse de manera oral como son: $, %, +, -,