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LEYES UNIVERSALES Leyes Universales Primera edición: febrero de 2016 David Mora Zamarripa Mar Amarillo 1239 Guadalaja

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LEYES UNIVERSALES

Leyes Universales Primera edición: febrero de 2016

David Mora Zamarripa Mar Amarillo 1239 Guadalajara, Jalisco. Tel. (33) 38-27-51-92

Derechos reservados: David Mora Zamarripa ISBN 978-607-8204-78-6 Impreso y hecho en México.

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del autor y/o editor, la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, incluyendo el fotocopiado.

Prólogo Más allá del cosmos, del tiempo, del espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la realidad sustancial, la Verdad fundamental. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

El impulso y la actitud que definen la separación definitiva del hombre sobre el reino animal es la búsqueda de la Verdad, que lleva inherente la Conciencia de sí mismo. Esto motivó el establecimiento de las preguntas más fundamentales: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy?, cuya respuesta únicamente es accesible a través de un estudio serio y objetivo del comportamiento de la naturaleza dinámica que sostiene la existencia, movida por una serie de mecanismos descritos en el conjunto de “Leyes universales” que operan siempre de manera invariable e inamovible. El legado de Hermes Trismegisto será el pivote en el desarrollo de los contenidos de este libro, porque de todos los verdaderos maestros que han ofrecido y otorgado las bases de la Sabiduría a la humanidad —y han brindado testimonios de la Verdad—, es él quien plantea de manera más científica y filosófica la invitación a la observancia de la Ley universal. En la medida en que las preguntas —¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy?— se mantengan abiertas, el proceso de humanización se sostendrá en su curso natural; no obstante, en sentido inverso, el hombre ha desdeñado el carácter trascendental de tales interrogantes, llegando al extremo de olvidarlas. Esto lo conduce a un proceso

retrógrado de adormecimiento, acompañado de un curso inevitable que conlleva a la involución. El simple olvido de la premisa fundamental “quién soy” propicia un estado de confusión permanente, aunque la capacidad para reconocerlo resulte incipiente; además, provoca que el sentido del Ser se nuble por el engranaje de acontecimientos que mueven la vida material. Con el surgimiento de cierto estado de conciencia, en relación al estado de ignorancia que la humanidad afronta, y una vez restablecida la búsqueda de “quién soy”, surgirán inevitablemente las preguntas: ¿de dónde vengo? y ¿hacia dónde voy? Dichos cuestionamientos, por naturaleza propia, exigirán siempre una legítima objetividad; ajena a cualquier tipo de dogma o fanatismo. De esta manera, resulta inevitable que por añadidura —en amplitud hacia un sentido macrocósmico— surjan preguntas paralelas: ¿qué es el universo? (en relación a su naturaleza propia), ¿de dónde viene? (en relación con su Origen) y ¿hacia dónde va? (respecto de su destino final). Todas estas, y muchas interrogantes más, mantienen viva la búsqueda de la Verdad fundamental; una Verdad absoluta y única que se torna inalcanzable ante cualquier deseo egocéntrico de poseerla; Verdad que por su esencia pura y plena resulta inaccesible al hombre natural, debido a los límites manifiestos en cada una de sus facultades; Verdad que, a pesar de estar inscrita en el corazón del verdadero Hombre, escapa a la reducida posibilidad del lenguaje verbalizado y a los límites dimensionales del mundo material. Ante una Verdad inaccesible a la simple voluntad humana, el hombre mantiene su búsqueda con

el apoyo de una ruta limitada a sus propias facultades; ha construido, creado y recreado verdades “relativas” que solo ofrecen algunas aproximaciones que circundan a la Verdad absoluta, pero jamás la tocan; verdades relativas que podrían generar la “sensación” de convertirse en la Verdad plena, pero terminan en engañosa sensación; semiverdades que se tornan peligrosas en la medida que se confunden con la Verdad única; verdades limitadas que parecen ser “en sí mismas”, pero dependen siempre de otras supuestas verdades; verdades engañosas que llevan consigo un pedazo oculto de falsedad; verdades susceptibles a la manipulación, que pueden ser moldeables y utilizables por cualquier hombre astuto que pretenda engañar, vendiendo sus propios conceptos egocéntricos. En fin, verdades relativas que se constituyen como el gran motor de la ilusión, en la medida que son consideradas como Verdades absolutas. Ante un discernimiento esclarecido entre la Verdad absoluta y las verdades relativas, resulta evidente que cualquier hombre natural —en estado de autoafirmación— agudiza su estado de ensoñación en la medida que se considera poseedor de una “grandiosa capacidad” tal que le permita alcanzar en sí mismo y por sí mismo la Verdad absoluta. La historia conserva el registro de algunos Seres esclarecidos que —por el legado de Sabiduría que han ofrecido a la humanidad— se sugiere experimentaron una conexión legítima y directa con la Verdad universal y absoluta del Ser. No obstante, aunque su Sabiduría haya quedado plasmada en los “Libros universales”, el solo hecho de reducir la Verdad a palabras escritas imposibilita que el lector, con tan solo leerlos, pueda reproducir esa pretendida reconexión con la Verdad. Además, aunque la palabra escrita provenga de una Conciencia libre, la limitada capacidad cognitiva del hombre natu-

ral común no permite la comprensión del fondo que origina los planteamientos verbalizados inscritos en letra impresa, carente de vida. Ante los límites naturales que el buscador afronta al leer los libros de Sabiduría, existe un recurso extraordinariamente didáctico que permite la máxima aproximación cognitiva posible a la Verdad fundamental: la universalidad. La universalidad dirige la atención hacia los puntos más fundamentales de la Sabiduría inscrita en cada uno de los textos universales, y permite descubrir que, en el fondo, todas las tradiciones de la historia giran alrededor de una “Verdad única”, que solo es asimilable cuando se miran todas las corrientes en Unidad. No se trata de un simple análisis en relación a un escueto estudio de religiones comparadas, sino de la ubicación consciente de esa Verdad única y fundamental inscrita en el corazón de toda verdadera religión, “desde el más legítimo religare”. Cabe resaltar que todas las religiones han dirigido siempre sus intenciones hacia la búsqueda del Origen supremo, y que únicamente comprendiéndolas a todas en “Unidad” podremos liberarnos de dogmas, fanatismos y sectarismos para acceder a una verdadera comprensión, que nos faculte para servir a la humanidad en el único aspecto esencial: la Conciencia. La Conciencia, en términos sencillos, es la capacidad para percibir y reconocer la realidad. Esto nos obliga a distinguir dos tipos de realidad; la primera: una realidad “relativa” en función de todos los fenómenos temporales y finitos que acontecen en el mundo manifiesto de las formas, en la existencia. La segunda: realidad “Absoluta”, en relación al carácter atemporal del Origen fundamental, al Ser universal. La conciencia existencial relativa está limitada al reducido margen de percepción de los

sentidos, mismos que se constituyen como la única fuente de información para la mente; que después discrimina, ordena y transforma la información vertida por los sentidos en pensamientos. La Conciencia del Ser es la realidad única y absoluta, va más allá de la mente y de toda manifestación en el mundo físico dimensional. Según la conciencia existencial: somos entidades dividas y aisladas que habitan en un planeta perdido en el espacio infinito; caminantes solitarios y permanentes buscadores del “saber” que se ostentan como conocedores de este mundo; personalidades comprometidas obsesivamente con el “hacer”, tras la conquista de propósitos externos que siempre resultan secundarios; actores metidos en su propio guion, carentes de Luz, identificados con el tiempo y el espacio. Según la Conciencia del Ser: somos partícipes de la gran totalidad que origina la manifestación universal, facultados para percibir cómo se interpenetran todos los planos dimensionales en plena Unidad y en consonancia con una Fuente de energía original y única; sintonizados con la quietud y la Paz del “Ser” y conscientes del único y verdadero propósito interno; portadores de Luz, poseedores de la Libertad interior y en plena Conciencia del presente. Queda claro que la Conciencia del Ser está fuera del alcance de la voluntad de cualquier limitada personalidad; no obstante, la conciencia existencial está al alcance de las facultades cognitivas de la mente y a través de ella debe iniciar todo proceso de búsqueda, si se pretende que sea objetiva y clara. Pero la mente nunca será capaz de conducirse por sí misma en una búsqueda consciente; requiere de una base sólida y precisa que solo puede establecerse con un fundamento: la Ley universal.

Introducción La intención de este trabajo es sencillamente didáctica, ofrecer al lector los elementos más significativos que la Sabiduría ofrece a través de las distintas corrientes, todos ellos dispuestos en una proyección transversal, lo que permite ubicar los puntos de incidencia que en el fondo unifican a todas las tradiciones místicas de la historia, para trascender las diferencias que aparecen en las formas y carecen de significado; con esto se prioriza lo fundamental sobre lo superficial. De esta manera, queda ajena toda intención de crear una nueva filosofía o doctrina; y por motivos obvios, se evitará dar al buscador una pretendida interpretación de la Verdad que se convierta inevitablemente en un nuevo condicionamiento. Este libro permite al lector apoyarse en los Principios de Sabiduría Universal que conllevan a la realización de un discernimiento, evitando así agregar nuevas influencias a la carga natural de condicionamientos que la sociedad impone por medio de la cultura y las distintas tradiciones —religiosas o laicas por igual—. La verdadera Sabiduría es una sola, es universal; nos enseña a vivir en armonía con nuestros semejantes y en una equilibrada relación con las circunstancias ordinarias de la existencia. Nos ayuda a salir del sueño propiciado por el influjo hipnotizante de la actividad externa. Nos evita que lleguemos a sumergirnos en los propósitos más superficiales —los externos— y que nos olvidemos del único propósito verdadero —el interno—. Nos permite comprender

que aunque parezca que somos nosotros quienes actuamos ante las circunstancias de la vida, en realidad solo reaccionamos; nos permite comprender también que es una fuerza natural la que pasa encima de nosotros y mueve todas nuestras pretendidas decisiones. Nos conduce a la certeza de que solo en muy escasas situaciones procedemos de manera libre por nosotros mismos y que en la inmensa mayoría de los casos obramos como una minúscula parte que es movida por una colectividad. Nos ratifica que “no somos” en absoluto lo que siempre hemos creído ser. Todo esto constituye el sentido más profundo de la Sabiduría, enseñanza vinculada con las Leyes universales que mueven el quehacer de la naturaleza y el hombre. Quien entienda estos Principios comprenderá que la personalidad no es más que un simple engrane en una gran maquinaria y descubrirá que el éxito o el fracaso de todo lo que involucre en sus planes dependerá en escasa medida de sus propias decisiones; porque con toda la objetividad por delante, verá que todo cuanto le sucede pasa por encima de su propia voluntad. Sobre la base de este aspecto de la “conciencia existencial”, un hombre esclarecido ya no experimentará el fracaso como tal, porque contará siempre con la certeza de que aun la mayor derrota conlleva al éxito en la búsqueda interior. Una vida conducida con la comprensión previa de las Leyes universales difiere mucho de la vida ordinaria. En el comportamiento del hombre común, sin importar sus condiciones externas, el propósito principal consiste en evitar cualquier dificultad —lo desagradable y lo incómodo— hasta donde sea posible; en contrasentido, el Hombre sabio —conocedor de la Ley— no rechaza lo incómodo ni lo desagra-

dable, lo acepta y así se abre a toda posibilidad de aprendizaje. Es fundamental el reconocimiento y la distinción entre la verdadera Sabiduría y la pretendida “sabiduría de este mundo”, la sapiencia; que en ocasiones es aún más peligrosa que la ignorancia. Al hombre sapiente lo mueve la autoafirmación y al Hombre sabio solo le interesa la quietud que está implícita en la autonegación; el hombre sapiente se erige como “conocedor y constructor” de este mundo, mientras que el Hombre sabio comprende que —como dijo Sócrates— “lo único que sabe es que nada sabe”. La comprensión y la observancia de las Leyes universales conducen al desapego y la aceptación —que constituyen la base fundamental para la neutralidad— ya sea en circunstancias placenteras o dolorosas; un “desapego” que nunca debe ser confundido con la frialdad o con la indiferencia hacia la vida; un “desarraigo” producto del reconocimiento y la comprensión de que todo se hace a partir de ciertas Leyes que movilizan al mundo y así predisponen todo en su propio destino. No obstante, esto tampoco debe mirarse como “fatalismo”, porque aun cuando la existencia dialéctica mantenga la continuidad de su propia dinámica, el humano conserva toda la posibilidad de desvinculación y trascendencia, a partir de la observación de la Ley universal y un estado legítimo de Conciencia y neutralidad. Nunca perdamos de vista que la Sabiduría está destinada a aquellos que buscan internamente lo Verdadero para cambiarse a sí mismos, no está a

la disposición de quienes pretenden “cambiar al mundo”; porque en el fondo, solo pretenden manipularlo y adaptarlo para que satisfaga sus propias necesidades egocéntricas. En el momento en que nos resulte posible proceder desde la Sabiduría, en observación consciente de la Ley universal y sin pretender utilizarla, dejaremos de estar gobernados por los mecanismos que mueven la existencia, aunque sigamos viviendo en ella. Todo esto resultará imposible para quien ignore la Ley, y precisamente por eso adquiere tanto significado el estudio y la comprensión del comportamiento de la vida natural a través de los Principios universales, que aparecen siempre en el corazón de la Sabiduría de todos los verdaderos maestros. El legado de Hermes Trismegisto será el marco referencial inmediato para la exposición de este trabajo, por su forma tan magistral de mostrarnos la Ley universal en un sentido profundamente científico y filosófico. Hermes Trismegisto nació en Egipto en los inicios de esta civilización y fue considerado como el padre de la Sabiduría y descubridor de la alquimia —la leyenda acerca de la “Piedra filosofal” que transformaba todos los metales en oro era una alegoría vinculada con la filosofía hermética—. Se han perdido los registros sobre los detalles de su vida, debido a los largos periodos que han transcurrido desde entonces, pero se sabe que vivió durante las más antiguas dinastías de Egipto, mucho antes que Moisés. Los estudiosos en la materia lo consideran contemporáneo de Abraham y, según dice la tradición, fue instructor de aquel sabio. Aun las doctrinas más

antiguas de la India exhiben enormes coincidencias con la enseñanza Hermética. Muchos años después de su muerte, los egipcios lo elevaron al grado de deidad y le asignaron el nombre de Toth; siglos posteriores, los griegos hicieron también de él otro de sus dioses y le llamaron: “Hermes, el dios de la Sabiduría”. Tiempo después le agregaron el apelativo “Trismegisto” que significa “tres veces grande”. Las siete Leyes universales, objeto principal de estudio de este libro, fueron inscritas por Hermes Trismegisto en un libro conocido como El Kybalión, que fue rescatado del incendio de la biblioteca de Alejandría, perpetrado en el año 395 D. de C. Se dice que permaneció en un baúl de cobre y fue recuperado por discípulos de Hipatia. La primera aparición pública de esta obra en Europa se dio a principios del Siglo XX. Con una comprensión cabal de las Leyes universales, contenidas en El Kybalión, será posible entrar en cualquier biblioteca sin perderse en el mar de la multiformidad contenida en las marejadas de la información; además, sobre esta base será posible discernir lo verdadero de lo falso.

Índice Dos naturalezas: original y física

15

Ley universal

25

Mentalismo

34

Causa y efecto

43

Polaridad •Dualidad •Relatividad •Polaridad

54 54 66 78

Vibración

88

Correspondencia

100

Ritmo

108

Generación

119

Dialéctica

127

Neutralidad

143

Identificación

153

Fuente original •Nombres que recibe •No hay espacio vacío •El Sol como portador de la Fuente original •Dos naturalezas •Dos naturalezas de fuerza en el Sol

164 165 174 175 182 183

Alquimia

185

Vivir en el mundo sin ser del mundo

197

Referencias históricas

209

Bibliografía

223

Dos naturalezas: original y física

Dos naturalezas: original y física El hombre, a diferencia de todas las demás criaturas vivientes sobre la tierra, es de naturaleza dual. Es mortal en razón de su cuerpo; es inmortal en razón del Hombre de sustancia eterna. Es inmortal, y tiene todas las cosas en su poder; sin embargo, sufre la suerte de un mortal, estando sometido al destino. Está exaltado por encima de la estructura de los cielos; sin embargo, ha nacido esclavo del destino. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Resulta imposible profundizar en el estudio de las Leyes universales, de manera clara y objetiva, sin antes realizar un ejercicio de discernimiento que permita distinguir y reconocer las dos naturalezas que sostienen la presencia del hombre en este mundo. Esto es fundamental, porque las Leyes universales operan solo en el mundo físico, el mundo de las formas, y no proceden en la Naturaleza del Ser original, del Hombre verdadero; además, porque el hombre natural común no advierte las diferencias antagónicas entre ambas naturalezas. Los humanos cometemos de manera constante un grave error, consideramos a la naturaleza física como la única realidad y dejamos de lado a la verdadera Naturaleza, la original, en cuya esencia se encuentra el Origen de todo. El motivo de esta gran confusión radica en que la naturaleza física —que es temporal, cambiante y por ende, 15

Dos naturalezas: original y física

poco confiable— es la que sí se percibe. Como personas tenemos la costumbre de depositar toda nuestra confianza —como Tomás— en lo que vemos y tocamos; de esta forma, desdeñamos de manera sistemática todo aquello que no es perceptible por medio de nuestros sentidos. Así la mente, al no recibir información de tipo sensorial, no comprende la verdadera Naturaleza. El humano es la única entidad que vive de manera simultánea en ambas naturalezas: en el plano físico se desenvuelve a través de la personalidad corpórea, permanentemente bajo el control de la mente —producto de un limitado proceso evolutivo natural en una especie “animal”: el homínido—; pero más allá del tiempo y del espacio se mantiene el Ser, siempre latente en su interior. El problema del hombre es que al no estar consciente del Ser, lo ha confundido con la personalidad. Restablecer la conciencia del Ser —nuestra original y verdadera Naturaleza, la identidad real— se convierte en el único y auténtico sentido de la vida, lo que haremos imposible si nos mantenemos orientados de manera constante hacia la naturaleza física; y peor aún, si es a ella a quien consideramos como original y verdadera. Por otra parte, restablecer la conciencia del Ser tampoco será posible si queremos “servir a dos amos”, es decir, si especulamos pretendiendo estar en el Ser sin soltar la identificación con la mente. También resulta ilusorio suponer que por medio de la personalidad —que es un fragmento infinitesimal ante el Ser— alcancemos algún día la Naturaleza absoluta del Ser; y peor aún, considerar que con un mayúsculo esfuerzo transformaremos a la personalidad en el Ser mismo. Por todo lo ya expuesto, siempre será de vital importancia establecer una clara distinción entre el Ser interior 16

Dos naturalezas: original y física

y la personalidad; entre el Origen y su manifestación; entre el Ser y la existencia. La humanidad desconoce que la raíz de todos los grandes problemas radica precisamente en la confusión —la no distinción— entre ambas naturalezas. Resulta fundamental comprender que con la limitada naturaleza de la personalidad no es posible restablecer la Conciencia de la Naturaleza absoluta del Ser original; no obstante, la observancia de la Ley universal permite reconocer que la presencia corpórea de la personalidad no constituye la identidad del Hombre verdadero, y precisamente en esa dirección es donde inicia el más legítimo proceso de búsqueda, porque reconociendo lo falso como falso se revela lo verdadero. Con la intención de profundizar más sobre las dos naturalezas, reflexionemos con la apreciación de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, se seleccionaron aquellas que se consideran de mayor trascendencia histórica, para así construir una visión universal. La esencia de Ser, que es la característica universal de todos los objetos, persiste incluso en ausencia de éstos. Antes de la creación no existía sino esta esencia. Upanishads

La inmanencia del Ser está presente en toda la manifestación universal, es “atemporal”; la manifestación física universal es “temporal”, transitoria, carece de permanencia. Sukesa interrogó al maestro, y la respuesta de éste fue: “El Purusha sobre el que preguntas está en tu propio cuerpo, como residente del Cielo interior, tu corazón.

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Dos naturalezas: original y física

Solo el Purusha es lo que permanece. Él carece de objetivos, de todo rasgo y cambio. Es imperecedero e infinito. Esto es todo lo que hay que conocer”. Upanishads

Nuestra verdadera naturaleza —Purusha—, quien “reside” en el corazón, es lo único permanente y verdadero. Todo lo demás viene, cambia y se va. Cuando el ojo es iluminado por el esplendor del Atma, se vuelve capaz de captar la forma, que es el campo de percepción que le corresponde, pero jamás podrá iluminar al Atma, que es luminoso por sí mismo. La lámpara ilumina los objetos, mas, por su cuenta, los objetos no pueden iluminar a la lámpara. Upanishads

La naturaleza original es energía, es Luz; el ojo no existiría sin la presencia de la Luz. Los sentidos y toda la manifestación corpórea —física— existen y son movidos a partir de un Origen único; no obstante, son incapaces de incidir, mover o condicionar al Origen mismo. En este mundo hay dos principios fundamentales; uno es el perecedero, y el otro el imperecedero. El perecedero es la creación y todo lo que ella contiene, mientras que lo imperecedero es lo que no cambia, lo Inmutable. Bhagavad Gita, XV- 16

A este plano existencial, Krishna le llama principio perecedero porque aquí todo termina, se desvanece, perece; desde el momento en que algo nace, inicia su proceso de muerte. En el Ser todo es permanencia, no hay cambio, nada perece. 18

Dos naturalezas: original y física

Aquel que reconoce que es tan solo la naturaleza la que realiza todas las acciones que se realizan por doquier, en este mundo cambiante, mientras que el Espíritu meramente observa su trabajo, éste en verdad discrimina con acierto. Bhagavad Gita, XIII- 29

El acto de hacer, de realizar, solo procede a través del fluido de los cambios, y esta cualidad “cambiante” siempre está presente en la naturaleza física. En el Espíritu, que es inmutable, no procede la generación de cambios a través de los actos, de hacer o realizar; sobre esta base comprendamos que el único quehacer del Ser —Espíritu— es la observación.

Hermes: No es posible, hijo mío, apegarse, a la vez, a las cosas mortales y divinas; lo que es mortal es de un tipo, y lo que es divino, del otro tipo; y aquel que quiere hacer su elección es dejado libre de elegir lo uno o lo otro. No es posible tomar ambos; y cuando uno pierde fuerza, entonces el operar del otro deviene manifiesto. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

El evangelio de Mateo se refiere a lo mismo que dice Hermes, donde Jesús habla de no servir a dos amos. Si nos orientamos a una naturaleza, se desvanece el operar de la otra; lo más importante de todo es que nosotros siempre tenemos la opción de elegir. Las fuerzas divinas son radiaciones emitidas por Dios; las fuerzas que originan el nacimiento y el crecimiento son radiaciones emitidas por el cosmos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

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Dos naturalezas: original y física

Hermes distingue dos tipos de fuerza, cuyos orígenes están en cada una de las dos naturalezas. La energía cósmica es dinámica —en su movimiento genera el nacimiento y la muerte—, mientras que la energía del Ser es estática, potencial, por tanto inmutable; perenne. La materia grosera es la nutrición de los cuerpos, y el espíritu es la nutrición de las almas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

El cuerpo biológico, que fue generado por el cosmos, solo puede ser alimentado por componentes de naturaleza cósmica, la materia; en relación al Ser acontece lo propio. El Tao permanece en el estado de no obrar y, sin embargo, no hay nada que no sea hecho por él. Lao Tse, Tao Te King

Las Leyes universales surgen en el momento mismo en que la energía estática del Ser (potencial) se manifiesta en la cinemática (energía dinámica). De la quietud estática del “no hacer” emerge el acto perfecto. Nunca se debe tratar con ligereza lo que es primordial, ni con gravedad lo que es secundario. Confucio

En la existencia, todas las responsabilidades son secundarias; en el Ser está presente el motivo fundamental de la Vida. Los humanos nos empeñamos en mirar de manera invertida el verdadero valor de las cosas. 20

Dos naturalezas: original y física

Este cuerpo, que es el cuerpo de Gotama; se descompondrá a su tiempo; y después de su descomposición, nadie, nadie, ni Dios ni hombre, verá más a Gotama. Pero Buddha no morirá; el Buddha vivirá eternamente en el cuerpo sagrado de la ley. Evangelio del Buddha

Solo el Ser original permanece. Los cuerpos existenciales, es decir, los cuerpos de la personalidad, se disuelven inevitablemente; incluso tratándose de un sabio. Es necesario diferenciar las cosas: lo que siempre existe sin haber nacido, y lo que siempre está comenzando sin jamás llegar a ser. Platón

Platón plantea la necesidad de distinguir las dos naturalezas: el Origen, que es lo absoluto, eterno —sin principio ni fin—; y la manifestación, que crece pretendiendo llegar a Ser y se desvanece mucho antes de lograrlo, tal y como sucede con todos los fenómenos de la existencia. Te digo que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino del Espíritu no está en la Tierra. Evangelio de Judas

Jesús de Nazaret ratifica la Naturaleza original del hombre —que es el Ser—, la denomina Espíritu eterno; al tiempo que refuerza lo que dicen otros grandes pensadores, que su procedencia no es de este mundo físico. Nada en el mundo los rescatará hasta la eternidad. Sino que serán sin existencia hasta el fin. Pistis Sophia XL: 25,26

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Dos naturalezas: original y física

Ningún esfuerzo realizado en la existencia, por muy grande que sea, puede ofrecernos como resultado la libertad de la Conciencia. Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Juan 18: 37

Tal como lo ratifica en el evangelio de Judas, Jesús dice que este mundo físico no es el reino original. Les digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. Lucas 7: 28

En esta cita se ubica a Juan como el máximo exponente de este mundo; pero aún con toda su grandeza, él continúa siendo pequeño ante la mínima expresión del plano original. El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Corintios I 2: 14

La mente es una expresión de la naturaleza física y está diseñada para crear y para comprender los mecanismos que regulan este mundo. La naturaleza del Ser solo puede ser comprendida por el corazón. 22

Dos naturalezas: original y física

Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Corintios I 15: 49

Pablo nos acerca a una realidad fundamental, que somos portadores de dos imágenes: nuestra personalidad es la “imagen y semejanza del cosmos” y nuestro Ser interior es la “imagen y semejanza de Dios”. Muchas religiones han enfrentado innumerables problemas y confusiones por no establecer esta distinción, sobre todo por creer que el cuerpo biológico y la mente son la imagen y semejanza de Dios. ¿De dónde viene tanta arrogancia que nos hace creer que Dios es semejante a algo tan limitado como la personalidad? Solo conociéndote a ti mismo comprenderás que no hay mezcla entre lo temporal y lo eterno, y comprenderás que solo hay eternidad. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

Ibn Arabi, tal como lo citó Hermes, nos habla de la imposibilidad de mezclar las dos naturalezas. Pero reconoce la Naturaleza original como la única y verdadera. Así el universo físico, con toda la inmensidad que contiene, es una simple proyección de su Origen. Lo creado no puede pensar en lo no creado. El pensamiento solo puede pensar en su propia proyección, que no es lo verdadero. ¿Puede el pensamiento, que es el resultado del tiempo, de las influencias, de la imitación, pensar en lo inmensurable? Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

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Dos naturalezas: original y física

Tal como lo anticipa Pablo, la mente solo comprende el producto de su propia proyección, el mundo tangible; la Naturaleza del Ser únicamente se comprende con el corazón. El conocimiento existe en dos formas: inerte y sin vida, reunido en libros; y vivo en la Conciencia de los seres humanos. Esta segunda forma de existencia es sin duda la fundamental; la otra, indispensable por cierto, ocupa un lugar inferior. Esto es lo que constituye el distintivo del maestro. Albert Einstein, Mis creencias

Genial es la distinción que establece Einstein sobre el conocimiento: está carente de vida toda la información que procesa la mente a través del lenguaje —oral o escrito—, pero lleno de vida todo lo que constituye la Conciencia.

24

Ley Universal

Ley universal Los principios de la Verdad son siete: el que los comprende posee la clave mágica con la que todas las puertas del templo se abrirán de par en par. El Kybalión

Después de establecer la distinción entre las dos naturalezas, queda claro que el único propósito legítimo, real y auténtico de la vida es reconocer nuestra verdadera Naturaleza —la Naturaleza del Ser—; sin embargo, la resolución de este planteamiento nos coloca ante un enorme conflicto: la Naturaleza original es incognoscible, a pesar de ser nuestra única realidad. De manera contraria, la naturaleza física —que no es la realidad— tiene como cualidad que es cognoscible. Frente a esta situación surge una gran inquietud, ¿descubriremos la verdadera esencia de la Naturaleza del Ser? Indiscutiblemente es una pretensión que está fuera de nuestro alcance, por mucho que nos esforcemos; pero una posibilidad se mantiene abierta y se encuentra plasmada en los libros universales: primero debemos reconocer a lo falso como falso y por simple añadidura la Verdad se manifiesta, se revela. En contradicción con el planteamiento recién mencionado, los humanos identificamos a la existencia —que es la naturaleza “no verdadera”— como la Verdad; por esta razón nos mantenemos confundidos y alejados de la realidad. 25

Ley Universal

Si históricamente creímos que la naturaleza física es la verdadera, en este momento tenemos la alternativa de entender a la existencia tal y como es, como parte de una simple manifestación; y para comprenderla contamos únicamente con una herramienta confiable: “La Ley Universal”, quien nos ofrece una profunda visión, tanto científica como filosófica —las Leyes universales son todas las leyes de la física y aplican en todos los contextos de la existencia—. En estos momentos de la existencia, la ciencia (particularmente la física) ya avanzó lo suficiente para tocar a la filosofía; y ambas, en unidad, nos brindan los elementos necesarios para que cada individuo, sin ningún tipo de apego, recorra el camino de la “no identificación” con la naturaleza que no es verdadera y alcance el único sendero legítimo que puede llevarlo al reconocimiento de su Naturaleza original y verdadera. Todo tipo de información acumulada en la mente, en relación con la existencia, se procesa con grandes tintes de creencia, de dogma —también la ciencia provoca diversos dogmas—; y la única posibilidad que se tiene para comprender a la naturaleza de forma consciente, con el peso específico de la vivencia, es a través de la sabia observación de la Ley universal, cuyos principios permiten comprender y percibir las verdaderas cualidades de la naturaleza física: temporal, transitoria, cambiante, efímera, dual, relativa… en síntesis, solo un conjunto de apariencias. Es importante precisar las dos posibilidades que se presentan sobre el manejo de los principios universales: *Con el entendimiento de la Ley es posible desarrollar la suficiente astucia para que, con una visión enriquecida, 26

Ley Universal

se dé como resultado una supremacía sobre los semejantes con la que es posible obtener —con las debidas manipulaciones— la acumulación de dinero y poder. Bajo este escenario se profana el propósito original de la existencia de la Ley, convirtiéndose en la peor de las desviaciones; como logro, se obtiene simplemente un alimento apetitoso para el ego y un disfrute de placer estrictamente “temporal”, pasajero. Pero la naturaleza compensa todo y tarde o temprano devela el otro lado de la moneda. *El manejo legítimo, además de fundamental, que se debe dar a la Ley universal es su observación y estudio; que permite conocer la esencia verdadera de la existencia. De esta forma es posible comprender el importantísimo quehacer de observadores, para así respetar y aceptar lo que la vida dispone. Todo hace suponer que los Principios universales se constituyen como el único instrumento sobre el que se manifiesta la Conciencia que deviene desde otro orden de Naturaleza superior. Al acercarnos al estudio de la personalidad, particularmente al estudio de la mente, encontramos un competente especialista: el psicólogo; pero “psicología” significa etimológicamente “tratado del alma”, algo muy lejano a lo que realmente se investiga a través de dicha especialidad. Por otro lado, observemos que la mente se comporta en estricta respuesta a los estímulos brindados por los sentidos; esto la convierte en una máquina, muy sofisticada, pero finalmente máquina. Y para que la mente deje de comportarse como una máquina, primero debe reconocerse como tal. Al considerar este rasgo mecánico de la mente, resulta ilógico pretender estudiarla por medio de la moral o la espiritualidad; debe partirse del estudio de la mecánica 27

Ley Universal

—una rama de la física—. Ahora bien, los principios reguladores de la física son precisamente las Leyes universales. Todos los libros de Sabiduría abordan las Leyes universales, de forma directa o indirecta; pero es Hermes Trismegisto quien da el seguimiento más directo y puntual. Los documentos herméticos más importantes de donde es posible extraer la información más abundante sobre los Principios universales son: El Kybalión, Tabla Esmeraldina y Corpus Herméticum. Son siete los Principios básicos en los que se basa la filosofía hermética, y en la combinación del operar de estas siete Leyes se generan muchas más: Mentalismo Causa-efecto Polaridad Vibración Correspondencia Ritmo Generación En todos los contextos y en todos los niveles, la observación de la existencia a través del estudio de las Leyes universales nos brindará más sabiduría de la que podamos imaginar; siempre será para nosotros una fuente inagotable de conocimiento. Como se puede apreciar, nos adentramos a una Fuente inagotable de Sabiduría, la Ley universal. Enriqueceremos este sendero con la revisión de algunas citas, las de mayor trascendencia histórica, extraídas de las Fuentes filosóficas originales. 28

Ley Universal

El hecho de que el hombre pueda afrontar las fuerzas espirituales del universo sin miedo alguno, demuestra que entiende las leyes de Dios. Confucio

Confucio ratifica lo importante que resulta la comprensión de las Leyes universales; ya que expresan las directrices básicas del orden natural, desde el Origen mismo del Universo. Es costumbre, ¡oh rey!, que el que se encuentra el tesoro oculto ofrezca a su padre la joya más valiosa. Permítame, pues, que abra mi tesoro, que es la ley, y acépteme esta gema. Y el Bhagavat recitó las gathas siguientes: Sal del sueño, no tardes. Escucha la ley, Practica la justicia, y he aquí Que la eterna felicidad te pertenecerá. Evangelio del Buddha

No existe tesoro más preciado que la conciencia sobre el operar de la Ley. Sin la observación y la comprensión de la Ley no es posible salir del sueño de la existencia.

Sigan primero solo las leyes de su Madre Terrenal, de quien ya les he contado. Y cuando sus ángeles hayan lavado y renovado sus cuerpos y fortalecido sus ojos, serán capaces de soportar la Luz de nuestro Padre Celestial. Evangelio de los esenios

En esta cita, Jesús de Nazaret hace una clara distinción de las dos naturalezas: la madre terrenal en referencia a la manifestación de la naturaleza física y la Luz 29

Ley Universal

del Padre en relación con la Naturaleza original. Una vez distinguidas, ubica el operar de las Leyes universales solo en la “madre terrenal”, no así en la Luz del Padre; porque en la Naturaleza original no opera la Ley. Con la comprensión y la observación de las Leyes naturales es posible abrirse a la Luz; no así con la aplicación utilitaria de la ley, motivada por una intención superflua de acrecentar el bienestar y desarrollo de la personalidad.

Los escribas y los fariseos han hecho cien veces diez mandamientos. Y han puesto insoportables cargas sobre sus hombros, que ni ellos mismos sobrellevan. Pues cuanto más cercanos a Dios están los mandamientos, menos necesitamos, y cuanto más lejanos se hallan de Dios, más necesitamos entonces. Por eso innumerables son las leyes de los fariseos y de los escribas, siete las leyes del hijo del hombre, tres las de los ángeles; y una la de Dios. Evangelio de los esenios

Jesús de Nazareth establece una relación matemática entre las leyes y la Conciencia —que se mantiene en la Unidad perfecta—. A mayor Conciencia, menos leyes; y viceversa. Jesús coincide con Hermes: puntualizan siete Leyes para este plano existencial.

Ya se les dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”. Pero yo les digo, Hijos del Hombre: Honren a su Madre Terrenal y guarden todas sus leyes, para que sean largos sus días en esta Tierra, y honren a su Padre Celestial para que sea suya en los cielos la vida eterna. Evangelio de los esenios

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Ley Universal

Las Leyes (plural) operan para este mundo existencial; en el Padre —entendido como Origen-destino— opera solo una: Jesús la llamó Amor. Si un hombre desea enseñar a los demás hombres, antes deberá obtener su saber de Dios y de la naturaleza; después, si los demás quieren, que se instruyan junto a él. El error se debe a que se quiere obtener la ciencia más allá del fundamento verdadero. Paracelso, Las Siete Apologías

El “saber supremo” y el de la naturaleza está en las Leyes universales, que son el fundamento verdadero del Conocimiento, ajeno a las predisposiciones de la mente de cualquier individuo. Es necesario distinguir a los que actúan según la ley universal de los que actúan según la ley de los hombres. Unos sirven al amor y los otros al interés. Paracelso, Las Siete Apologías

Las leyes del hombre —incluidas las leyes morales— son simple imitación. Fueron creadas para llenar el vacío que existe en la conciencia humana, por ignorar las Leyes universales. Los resultados de la ética y la moral son muy limitados y hacen evidente un sinnúmero de desviaciones; solo sirven para que las cosas no se salgan de ciertos límites preestablecidos. En contraste, los Principios universales tienen su Origen en el Ser; y gracias a su comprensión, la libertad se hace posible. La naturaleza, en su primer plano, consiste en siete propiedades que se dividen hasta el infinito. Jacob Boehme, La Llave

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Ley Universal

Jacob Boheme —al igual que Jesús y Hermes— ratifica la existencia de siete principios, que a su vez generan otros. Queda claro que prefiramos las enseñanzas de la filosofía y que estimulemos a los espíritus más lúcidos y perspicaces a que estudien con exactitud la naturaleza, en lugar de tintar metales. Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz

La filosofía responde también a las mismas Leyes naturales. En el mundo físico hacemos la distinción entre las leyes de la naturaleza y las de la moralidad. Cuando deseamos explicar los procesos naturales, no podemos hacer uso de ideas morales. Explicamos una planta ponzoñosa de acuerdo con las leyes naturales, pero no la condenamos moralmente por ser ponzoñosa. Cuanto más espiritual sean los mundos en que entramos, tanto más coinciden lo que pudiéramos llamar la ley natural y la ley moral. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo

Tal como lo cita Paracelso, Rudolf Steiner considera a las leyes morales como imitación para sustituir a las Leyes universales; ambas de distinta naturaleza. Sin embargo, pueden coincidir cuando hay libertad de Conciencia. La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general, pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos. Albert Einstein

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Ley Universal

Ante toda la profundidad científica contenida en las Leyes universales, no necesitamos convertirnos en científicos colosales para entenderlas. La materia prima sensorial, la única fuente de nuestro conocimiento, puede llevarnos, por hábito, a la fe y a la esperanza, pero no al conocimiento, y todavía menos a la captación de las relaciones expresables en forma de leyes. Albert Einstein, Mis creencias

Los Principios universales regulan el comportamiento de la materia, pero no son la materia. A través de los sentidos solo es posible captar una parcialidad del operar de la Ley.

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Mentalismo

Mentalismo El Todo es mente; el universo es mental. El Kybalión

Para profundizar debidamente en este Principio, antes debemos revisar la naturaleza del universo físico. Es probable que lo concibamos como “infinito, perfecto y eterno”; pero conceptos más equivocados que estos no son posibles de otorgar, aunque cause sorpresa. El universo no es infinito: si bien es impresionantemente grande, existe cierta distancia entre las galaxias más lejanas; y esto le pone límite. No es perfecto: existen colisiones ocasionales y accidentales entre algunos astros; en la superficie de algunos planetas —como el nuestro— se presentan desastres ecológicos y extinciones de especies, no necesariamente provocados por el hombre; esto también le pone límite. No es eterno: están destinados a la extinción todos los planetas, estrellas y galaxias, ningún cuerpo celeste es perenne; este límite es más que evidente. En conclusión: el universo físico no posee la cualidad del Todo; porque es finito, imperfecto y temporal. Para comprender mejor y a fondo este tema, articulemos estas observaciones con el siguiente planteamiento filosófico que puede servir como base para introducirnos debidamente al Principio de mentalismo: “Si partimos de que el universo se gestó en vinculación con un Ser de naturaleza absoluta —Hermes lo denomina 34

Mentalismo

“el Todo”—, entonces este universo tangible, cuyas cualidades son limitadas, no puede formar parte del Todo; en otras palabras: “no puede estar adentro de la perfección de ese Ser universal que algunas religiones llaman Dios”. Si así sucediera, entonces Dios tendría dentro de sí una parte limitada e imperfecta y dejaría de ser “el Todo”, ya no sería perfecto ni absoluto. No obstante, en sentido opuesto, nada verdadero puede existir afuera del Todo; si así ocurriera, el Todo estaría incompleto, le faltaría lo que está fuera de él; cualquier cosa real, separada del Todo, anularía su cualidad total y absoluta”. A partir de este planteamiento, surge una gran interrogante: si el universo —por su carácter limitado— no puede estar adentro ni afuera del Todo, ¿qué ubicación podríamos darle?, ¿qué relación tendría con ese Ser absoluto? Agreguemos un cuestionamiento de mayor trascendencia: ¿dónde estamos nosotros? El hermetismo, para ofrecer una conciliación ante esta gran disyuntiva, plantea: “Todo el universo físico es solo una proyección emanada de un pensamiento de Dios”, es una gran emanación, es decir, una manifestación; surgió a partir un mecanismo espontáneo y de naturaleza mental. De allí la postura de que otorgarle a Dios la responsabilidad creadora de un universo con límites y constituido por entidades tan imperfectas como nosotros, sería tanto como juzgarlo de limitado. Por lo tanto, si el universo es una proyección de un pensamiento del Todo y como individuos nosotros somos una proyección del universo; entonces asumámonos como una proyección de otra proyección. Al comprender este planteamiento adquirimos mayor conciencia sobre nuestra insignificancia; entiéndase “nosotros” como la cualidad de la personalidad corpórea, ya que nuestro verdadero Ser va más allá de todo lo planteado en este tema. 35

Mentalismo

Con el propósito de lograr una mejor comprensión sobre el Principio de mentalismo, revisemos algunas citas —las de mayor trascendencia histórica— extraídas de las fuentes filosóficas originales, con la intención de generar una visión universal. El universo solo puede ser el resultado de una Inteligencia Suprema, una inteligencia omnímoda. Upanishads

El universo es de naturaleza mental, tal como lo plantea Hermes, proyectada a partir de una inteligencia suprema que lo abraza y comprende todo desde un Origen absoluto. Así como su imagen reflejada en el agua no es distinta de ustedes, el universo, que es la imagen de Dios, es lo mismo que Él. Mientras el hombre permanezca engañado no podrá visualizar la Realidad inmanente en él y, por otro lado, caerá en pensamientos, palabras y actos equivocados. Upanishads

El universo es solo una imagen proyectada desde un Origen único. La creación entera está supeditada a nombre y forma, y por ello es irreal; puede ser descrita con palabras y, así, es limitada y circunscrita por el intelecto y la mente. Solo el Paramatma es eterno, real y puro. Es él quien impulsa la acción y dispensa las consecuencias. Sin embargo, está más allá de los sentidos y del intelecto. Upanishads

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Todo lo que no puede ser considerado como real es limitado, tiene nombre y forma, puede ser descrito con palabras y puede ser sondeado por la mente; el universo físico posee todas esas características. “¡Rama!, ¿cómo es que te has vuelto tan callado? Tu madre y tu padre sufren de pena y miedo, incapaces de comprender este cambio tan inexplicable. Debes contribuir a su felicidad también, ¿no es así? Tienes que demostrar con tu propia acción la validez de los preciosos axiomas «Trata a tu madre como a Dios» y «Trata a tu padre como a Dios», ¿no es así?” Vasishta le dio a Rama varias lecciones para que considerara las verdades que le estaba enseñando. Rama se sentó sonriendo, escuchando al gurú. Cuando terminó, le dijo calmadamente: “Maestro, tú hablas de la progenitora; pero, ¿quién es exactamente la madre? ¿Quién es exactamente el «hijo»? ¿Qué es el cuerpo y qué es el alma individual? ¿Es real el mundo físico o lo es el Alma Suprema? Este cuerpo no es sino la “imagen” del Alma Suprema, ¿no es así? Los cinco elementos que constituyen la sustancia llamada cuerpo también son la sustancia del Universo entero y este Universo no es más que una interrelación de esos cinco elementos, ¿no es verdad? Los elementos persisten a pesar de todas las permutaciones y combinaciones. Estos también tienen una base más profunda. Si no se comprende esto, si se cree que este Universo creado es real, si uno cae en la fascinación de esta falsedad, si se descarta la Verdad por darle peso a la mentira, ¿qué podríamos decir de esa colosal ignorancia? ¿Qué puede ganar el individuo ignorando la eterna, absoluta, verdadera Realidad, el Alma suprema?” Cuando Vasishta escuchó a Rama planteando estos problemas filosóficos tan profundos, también notó un halo de rayos de resplandor espiritual que emanaba y rodeaba su faz. Ramayana

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Mentalismo

Rama, a su corta edad, ratifica categóricamente que el universo físico “no es la realidad”, sino una simple imagen. Además, exhibe las consecuencias inevitables para quien lo ignora. El universo es una creación mental sustentada en la Mente del Todo. El Kybalión

En esta frase, tan profunda como breve, Hermes establece de manera clara la vinculación del universo tangible con el Todo como una simple “proyección” mental. El Todo crea en su Mente infinita innumerables universos, los que existen durante eones de tiempo; y aun así, para Él la creación, desarrollo, decadencia y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que toma un abrir y cerrar de ojos. El Kybalión

Es evidente que el universo proyecta desde sí mismo la perfección de su propio Origen, pero con un límite contundente: el tiempo. ¿Cómo negar la perfección que caracteriza el operar de los mecanismos de la naturaleza?; pero de la misma forma, cómo resistirnos al evidente límite temporal que marca todos los procesos naturales, inclusive los más longevos como el nacimiento, desarrollo y muerte de una galaxia. Dios no es la Mente, sino el origen al que debe la Mente su Ser. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

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Importante precisar que el hermetismo nos dice que el universo no surge como proyección del Todo, sino de un pensamiento suyo. El Conocimiento que corresponde al carácter de la Mente del Dios supremo, este Conocimiento y solo éste, es la Verdad; y de esta Verdad no es discernible ni el más ligero bosquejo o sombra en el cosmos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

La Verdad emanada de la Mente del Todo es absoluta; es la Conciencia del Ser, y para nuestra limitada mente humana resulta difícil de comprender. Buscar la Mente con la mente discriminatoria es el mayor de los errores. Sosán, Hsin Hsin Ming

Sosán, maestro del Zen, nos lleva al planteamiento de Hermes que antecede esta cita. Realicemos una distinción: al referirse a “Mente” (con mayúscula) evoca la presencia del Todo, y la “mente discriminatoria” (con minúscula) alude a la capacidad de pensamiento del hombre. Por lo tanto, sería complicado que a través de las limitadas capacidades humanas se alcance la comprensión de la Naturaleza del Todo. Se dice que lo absoluto nos ha creado. Pero lo que es absoluto no puede ser causa. Todas las cosas que nos rodean provienen de una causa, de la misma manera que la planta procede de la semilla. ¿Pero cómo lo absoluto puede ser a la vez causa de todas las cosas? Si estuviera en ellas, ciertamente no las crearía. Evangelio del Buddha

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Mentalismo

Cualquier “creación” proviene de una causa y las Leyes universales —incluida la de causa y efecto— provienen del Todo, pero no operan en Él; ya que nada puede limitar al Todo, ni siquiera el operar de las Leyes universales. Por tanto, otorgar a Dios una cualidad creadora es pretender hacerlo a nuestra imagen y semejanza —los humanos sí tenemos la capacidad de creación, surgida ante una necesidad de crecimiento cuando se adquiere conciencia de la limitada existencia—. Dios, entendido como el “Todo”, no tiene necesidad alguna, ni siquiera la de crear, ¿qué necesidad tendría de expandirse si lo contiene todo? Resulta más lógico y entendible que el universo brotara espontáneamente como simple manifestación y no como consecuencia de una “necesidad” creadora de Dios. Asimismo, es conveniente aceptar la reiterada aparición de la palabra “creación” en los textos universales, incluidos los textos budistas. Esto hace evidente la intervención humana en las múltiples transcripciones y traducciones. Si nos despojamos de todos nuestros deseos y reconocemos distintamente la no existencia de la materia, alcanzaremos el estado de perfecto vacío. Allí encontraremos las condiciones de la vida inmaterial. Evangelio del Buddha

Hace 2,500 años Buddha habló del carácter ilusorio de la materia, a finales del siglo XX la ciencia moderna demuestra que la materia no ocupa un lugar en el espacio. Esto es lo más maravilloso que ofrece la filosofía, con ella podemos ir más allá de los propios límites de la ciencia; aunque después la ciencia misma se reencuentre con la filosofía. 40

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No es que Allah haya creado todas las cosas, sino que tanto en el mundo invisible como en el visible no hay nada salvo Él, en ninguno de los dos mundos hay una sola partícula de existencia propia. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

Desde el corazón del Islam, Ibn Arabi se suma a la idea “no creacionista” y refuerza el carácter ilusorio de todo cuanto nos rodea; deja como única realidad, en ambos mundos, la presencia absoluta del Todo. Aunque Dios es el origen de todos los pensamientos, todos iguales, el siervo debe cuestionárselos. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Nuevamente se develan los grandes límites de la mente humana; y un sabio jamás concede el carácter de verdadero a pensamiento propio alguno, por elevado que sea. Así como la Mente eterna imagina en la eterna sabiduría de Dios, en el Poder Divino, y la transforma en idea, la naturaleza crea en propiedad. Jacob Boehme, La Llave

El gran alquimista Jacob Boheme relaciona la cualidad creadora con la naturaleza física, no así con Dios. Yo quisiera saber cómo creó Dios este universo. Pero no estoy interesado en éste o en aquel fenómeno. No, quiero saber sus pensamientos; lo demás son solo detalles. Albert Einstein

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Mentalismo

Si entendemos a la Mente de Dios como la Conciencia absoluta, entonces los “detalles” son todo lo que acontece en el Universo entero. Toda la luz contenida en el universo no es más que una sombra de Dios. Albert Einstein

Einstein deja de lado la palabra “creación” y habla de una sombra; que es hablar de una proyección, una manifestación. La ilusión más plebeya del realismo ingenuo, de que las cosas “son” lo que percibimos a través de nuestros sentidos, domina la vida diaria de hombres y animales. Albert Einstein, Mis creencias

Einstein redondea este tema diciendo que es ilusorio creer que la información que ofrecen los sentidos a la mente sea una percepción de la realidad, ya que ambos —sentidos y mente— son limitados. Aquí coincide con Buddha, que se refiere a este mundo como ilusorio; también entra en sintonía con Platón que concibe al plano físico como simple “sensación” y no como la realidad. Por lo tanto, “todo cuanto sensibiliza a nuestros sentidos no puede tener relación con la naturaleza absoluta del TODO”.

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Causa y efecto

Causa y efecto Toda causa tiene un efecto; todo efecto tiene una causa; todo sucede conforme a la ley; la suerte no es más que el nombre que recibe la ley no reconocida; hay varios planos de causalidad, pero nada escapa a la ley. El Kybalión

De todos los Principios universales, la Ley de causa y efecto es probablemente la más perceptible a nuestros sentidos y, por ende, más comprensible para la mente. La tercera ley de Newton, emitida para explicar un fenómeno físico, ofrece una clara descripción de su operar y nos permite observar cómo se manifiesta en todos los ámbitos de la vida —tal como sucede con todas las leyes de la física, que a su vez constituyen los Principios universales—. Es relevante destacar que, varios milenios antes, Hermes Trismegisto ya la había suscrito —con un tinte muy universal, sin particularizar en la física— de manera magistral. Para los buscadores de la Verdad, es obligado hacer un alto en el estudio de esta Ley, pues solo se tiene la posibilidad de encontrar la realidad pasando de lo externo a lo interno, de la periferia al centro, de los confines de la existencia a su correspondiente Origen; en palabras un tanto alegóricas: “del efecto a la causa”. Desde el Origen primigenio de todo, hasta nuestra circunstancia existencial, está tejida toda una cadena de es43

Causa y efecto

labones duales de “causas-efectos” tan vasta que resulta difícil imaginarla. Ante dicha cadena, y con una limitada conciencia sobre su entramado, los humanos estamos acostumbrados a proceder, de manera confundida, respondiendo instintivamente a los efectos más inmediatos como si fuesen profundas causas, y esto es precisamente lo que nos convierte en máquinas —muy sofisticadas, por cierto, pero finalmente máquinas—. Sobre el comportamiento “mecánico” del hombre se ha hablado mucho, pero sin ubicar a este fenómeno como el fondo de su causa. Al detenernos a observar la inercia con que actuamos, siempre respondiendo a los efectos más inmediatos, descubrimos que estamos perdidos, carentes de conciencia; y para salir de dicho estado, la única posibilidad es orientarnos hacia el Origen de las causas primigenias —sin perder de vista que nuestro Ser interior original posee la naturaleza del Origen absoluto—. En otras palabras, la solución está en el reencuentro con nuestro átomo nous, nuestro centro microcósmico, principio original de Conciencia; no importa que seamos científicos, poetas, místicos, obreros o empresarios, mientras no se restablezca la conciencia que está presente en nuestro interior, seguiremos por tiempo indefinido en el olvido de sí mismos, en calidad de máquinas. Hablar de “causa-efecto” es hablar de “acción-reacción”, y todo lo que conlleva nuestro proceder egocéntrico —más allá de las variadas cualidades morales que se pudiesen asignar— es una cadena de reacciones inconscientes y mecánicas. No obstante, aunque parezca así de simple, puede llevarnos a una innumerable cantidad de conflictos. Lo más sorprendente es que ignoramos cuán adictos somos a la reacción; y entre más reaccionarios somos, más nos enredamos con el mundo de las formas, con la existencia, lo que inevitablemente nos aleja del Ser. 44

Causa y efecto

No reaccionar a la marejada de circunstancias que la vida nos presenta es maravilloso; pero mucho más trascendente es evitar la reacción al ego de nuestros semejantes. Tengamos claro que “no reaccionar” a otros no es signo de debilidad, sino de fuerza; mejor aún, de Conciencia. En la medida que reaccionamos a los demás, únicamente sumamos enemigos; en caso contrario, con la “no reacción” permitimos que la cordura fluya en todos. Cuando nos descubrimos adictos a la “reacción”, se exhibe nuestra incapacidad para la “acción” —a mayor reacción, menor acción—. Esto demuestra nuestra limitadísima capacidad para actuar; porque prácticamente todo nos sucede. Hasta nuestros pensamientos son algo que nos acontece. En tanto sigamos comportándonos como máquinas —o peor aún, que no caigamos en cuenta que así sucede—, este problema será irreversible. Siempre que pretendamos hacer algo, aun cuando lo realicemos, descubriremos que en realidad nos sucedió, que somos movidos por la interminable cadena de “causas y efectos”, que nuestro margen de acción es ínfimo ante la enorme e inconsciente adicción a la reacción; porque “para hacer, primero hay que Ser”. Con este planteamiento se reitera lo ya enunciado, “el único camino legítimo es descubrir lo que no somos, para así reencontrarnos con lo que realmente somos”. Otro aspecto destacable de esta Ley universal es la forma tan precisa como equilibra todo: “lo que damos es lo mismo que recibimos”; pero ¿qué tanto podemos recibir si lo que damos es muy limitado? Pocas veces nos detenemos a pensar que mientras más consideramos a los demás, más somos considerados por la existencia misma. 45

Causa y efecto

En paralelismo con lo anterior podemos establecer: si ofrecemos poco, poco nos dará la vida; si generamos circunstancias agradables, el universo nos va a sonreír; si somos pesimistas, estaremos rodeados de desanimados. Agreguemos algo más: si nos hacemos daño, haremos daño a los demás; si interiormente somos libres, ofreceremos libertad a quienes nos rodean. Estas observaciones nos brindarán la posibilidad de hacernos conscientes de la responsabilidad que tenemos hacia nosotros; porque nada está aislado, todo repercute en todo; todo está relacionado con las causas primigenias que devienen del Origen absoluto, de la Unidad perfecta. Siempre habrá quienes reciban más de lo que dan y otros que ofrezcan más de lo que pretenden recibir, sin duda es preferible permanecer entre los segundos. No obstante, primero hay que distinguir lo que es realmente legítimo y sabio ofrecer: indiscutiblemente, lo que espontáneamente brota de nuestro Ser interior, como paz, amor, libertad, felicidad o confianza, entre muchas más. Recordemos que cualquier dádiva en el sentido externo, material, siempre será engañosa y superficial. Para redondear lo ya expuesto, observemos que en sintonía con nuestra más cercana secuencia de “causas y efectos” siempre llevamos a cuestas una predisposición —podría llamarse destino— que se materializa en formas diversas; una de ellas (un factor muy perceptible) es la genética, que en muchos casos dignifica el futuro de las personas, pero en pocas ocasiones es ella la dignificada —por tanto trascendida— por una actuación consciente y libre. Es momento de profundizar más, con las citas de mayor trascendencia histórica extraídas de las fuentes filosó46

Causa y efecto

ficas originales, sobre la Ley de causa y efecto. Revisemos para generar así una visión universal. Todo lo causado y todo lo que es resultado de algo tienen vida breve. Upanishads

Esto no es exclusivo para la Ley de causa y efecto: todo lo que está sujeto a las Leyes universales es transitorio, es efímero. Los opuestos, mérito y culpa, son inexistentes. El mérito da acceso a los mundos superiores después de la muerte, y la vida culposa lo conduce a uno hacia las regiones inferiores; sin embargo, para el que pretende salir de la ignorancia y realizarse en la Verdad, ambos son como grilletes. Tiene que buscar la forma de cortar las amarras que atan su corazón. Upanishads

Todas las Leyes universales nos mantienen articulados con el mundo físico de las formas, y es preciso aclararlo: operan también en el hiperespacio —en la cuarta dimensión—; la libertad de la Conciencia va más allá de todos los opuestos, del deseo y del rechazo, del bien y del mal, del efecto y de la causa. El cuerpo está sujeto a nacimientos y muertes, lo que trae el nacimiento también trae la muerte; tratar de saber el porqué es una locura. Los actos de Dios están más allá de la cadena de causa y efecto. Ramayana

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Las Leyes universales surgen desde el Origen de todo, pero ninguna Ley —y nada que haya surgido en el tiempo— puede incidir en Él. Las consecuencias de nuestros actos son ataduras irrevocables. Ramayana

Todos los hilos de articulación, surgidos desde las Leyes universales, se constituyen como ataduras a este plano de manifestación. El efecto es más duro que la causa, el metal que es extraído de la tierra es más duro que la tierra misma. Ramayana

El aspecto más “duro” derivado de la Ley universal es que nos mantiene vinculados con este mundo que no es nuestro Origen y tampoco nuestro destino. El ignorante puede asegurar que es el ejecutor de sus actos. Ramayana

Tal como se expuso en la parte introductoria de este tema, Rama ratifica que los ignorantes se creen hacedores y generadores de causas; cuando tan solo somos máquinas movidas por el flujo dinámico de la vida natural: la Ley universal. Y debemos comprenderlo bien: lo que es movido no puede alterar, modificar o manipular aquello que lo mueve, aunque en apariencia parezca posible. 48

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El universo entero y toda la naturaleza funcionan y mantienen la vida solo mediante la combinación adecuada de acción y reacción. De otra forma, la creación se destruiría. Mahabharata

Entre los vedas, el Mahabharata presenta la Ley de causa y efecto como un factor indispensable y fundamental de equilibrio; no obstante, aunque el equilibrio se mantenga durante periodos inconmensurables de tiempo, ese equilibrio no es eterno. No veo a una sola criatura en el mundo que se mantenga viva sin dañar a otra. Ni los ascetas pueden mantenerse vivos sin matar a una criatura. Mahabharata

Nadie escapa al proceder de la ley, todos jugamos tanto el papel de víctima como de victimario en múltiples e inevitables circunstancias. No hagas a otros lo que no deseas que te hagan a ti. Confucio

Como percutidos en un muro, todos nuestros actos regresan nuevamente hacia nosotros. Las cosas del mundo y sus habitantes están sometidas al cambio, son producto de cosas que han existido anteriormente; todos los seres vivos son lo que les han hecho sus actos anteriores; porque la ley de causa y efecto es uniforme y sin excepciones. Evangelio del Buddha

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Causa y efecto

Es indiscutible que nuestra circunstancia actual proyecta nuestros actos del pasado; esto no es posible cambiarlo con una limitada disposición humana en pretender manipular o manejar la Ley. Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro. Platón

Como resultado de nuestros actos, obtenemos lo que otorgamos, aunque siempre será mejor hacer el bien sin esperar algo en retribución. A toda acción corresponde una reacción, de la misma naturaleza pero en sentido contrario. Isaac Newton

Newton destaca en su “tercera ley” algo adicional que no ha sido mencionado: el efecto siempre será “de la misma naturaleza” de la causa. ¿Será posible ayudar con dinero y recibir a cambio amor?, ¿cómo ayudar con beligerancia, esperando conseguir la paz? Y peor aún: ¿cómo pretender que el bien limitado de nuestros actos sea premiado con el Bien absoluto de Dios? Sería tanto como querer engañarlo, intentando comprar oro con “espejitos” en pago. Evidentemente las buenas obras “limitadas” que realicemos, siempre serán compensadas con algo limitadamente bueno e invariablemente dentro de la misma naturaleza de este espacio existencial; de lo contrario se gestaría un desequilibrio radical. 50

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Al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Mateo 25: 29

Si lo analizamos textualmente nos veremos en la necesidad de buscar una justificación para encubrir una actitud despiadada de Dios, ¿cómo explicar una compensación tan injusta? La posibilidad de comprenderlo se presentará si establecemos la debida distinción entre las dos naturalezas: en esta cita se hace referencia al tesoro oculto en el interior —tanto para el que tiene como para el que no posee—, que va más allá de la Ley.

Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Apocalipsis 13: 10

Se aplica una compensación estrictamente acorde con la naturaleza misma de la causa, tal y como se establece en la incomprendida ley del talión: “ojo por ojo, diente por diente”, que desde su esencia no pretende invitar a la venganza, simplemente describe el comportamiento de la vida natural.

Los que tan solo buscan su propio beneficio, son cubiertos por una legión de miserias y lamentaciones. Paracelso, Las Siete Apologías

Ante cualquier acto egocéntrico —como el provecho personal—, siempre habrá una compensación en la misma naturaleza, pero en sentido contrario. 51

Causa y efecto

Mientras la acción esté basada en ideas, entonces la acción es simplemente una reacción; por lo tanto, las ideas se vuelven mucho más importantes que la acción, y eso es precisamente lo que ocurre en el mundo. Solo cuando la mente está libre de ideas y creencias puede actuar correctamente. Como la mente no es libre, no es capaz de actuar; solo puede reaccionar; y así la reacción es la base de nuestra acción. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual)

Krishnamurti ratifica que somos incapaces de actuar ante el comportamiento reaccionario de todos los pensamientos, esto solo puede revertirse con una mente libre de condicionamientos. Debemos ser conscientes de este condicionamiento causa-efecto; no es algo estático pero la mente sí lo es cuando se aferra a una causa-efecto que ya ha pasado. Esta esclavitud de la causa-efecto es el karma. Como el propio pensamiento es el resultado de muchas causas-efectos, debe liberarse a sí mismo de su propio cautiverio. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

Como consecuencia de nuestras confusiones, la Ley de causa y efecto se convierte en una interminable cadena de condicionamientos. Y es precisamente debido a nuestra adicción a la reacción que la Ley se convierte en Karma; a esto se agrega la creencia de que la existencia y la mente constituyan la realidad de nuestro Ser. Nunca creeré que Dios juega a los dados con el mundo. Albert Einstein

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Causa y efecto

¿Quién será capaz de juzgar que a Dios le divierta juguetear con la existencia puesta a la deriva por el azar? La más sutil gota de rocío, que toca el pétalo de una rosa, repercute hasta la más lejana estrella. Albert Einstein

Nos llenamos de Luz con tan solo comprender que en el universo no existe punto aislado alguno, estamos inmersos en una interconexión plena.

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Polaridad

Polaridad Todo es dual, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: Los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son de idéntica naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse. El Kybalión

La simple intención de abordar este Principio hermético tan vasto, exige desglosarlo a través de tres subtemas; lo que permitirá acercarnos de manera clara a los aspectos más reveladores ofrecidos por la Ley de polaridad.

Dualidad En todos los ámbitos de la vida, los humanos nos conducimos partiendo de la capacidad cognoscitiva ofrecida por la mente limitada; a su vez, la mente humana se mantiene en plena dependencia de su única fuente de información: los sentidos, quienes permiten percibir los fenómenos de la existencia. Asimismo, la mente nunca ha dudado sobre la veracidad de la información registrada por medio de los sentidos, y en correspondencia, hemos brindado confianza plena a lo que la mente determina. En este pequeño círculo de confianza la duda difícilmente aparece y la autoafirmación se cristaliza ante el desconocimiento de los Principios universales. 54

Polaridad

El estudio y la observación de la dualidad nos motivará para plantear algunos cuestionamientos nuevos, colocándonos así en otros ángulos de percepción de la vida; esto abrirá algunas dudas sobre lo que antes considerábamos como verdad plena. Con una percepción inmediata —que pudiéramos catalogar de superficial— resulta evidente que todo se mueve en el ámbito de la dualidad: bien y mal, verdadero y falso, bello y feo, luz y oscuridad, conocedor y conocido, amor y odio, sujeto y objeto... esta aparente dualidad permite descubrir que en la existencia no todo es nacer, crecer, triunfar o gozar; sino también fracasar, sufrir, perder, envejecer y morir. Si observamos lo que sucede y lo vinculamos con la Ley de causa y efecto terminaremos descubriéndonos enredados en la existencia, inmersos en un mar de dualidades. Este planteamiento no pretende mostrar una cara negativa, sino reconocer la propia naturaleza de las cosas, para evitar mantenernos en el común estado ilusorio. La mente humana, acorde con su naturaleza, siempre percibe las cosas en comparación con su contrario, le es imprescindible el contraste; de lo contrario se enfrentaría ante un inesperado vacío, resultándole imposible comprender algo sin su opuesto: ¿cómo entender la luz sin la experiencia de la oscuridad?, ¿acaso comprender la vida sin la muerte? Si todo lo existente estuviera pintado con un solo tono de verde, ¿cómo podríamos decir que las hojas de los árboles son verdes? Otro aspecto a precisar sobre la dualidad es que los opuestos siempre van de la mano, nunca se muestra uno sin la compañía del otro. Como referente, observemos que permanentemente estará el mal detrás del bien y el bien detrás del mal —aunque la mente solo mire la apa55

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riencia de la superficie—. El siguiente planteamiento sirve de base para establecer los paralelismos que permiten la comprensión de otras dualidades: Podemos sentir que la cualidad cambiante de la naturaleza es un mal, dado que ninguno de nuestros logros permanecerá; sin embargo, también podemos apreciarla como un bien, ya que por muy grande que sea la cristalización de un error cometido siempre terminará por disolverse. La sorpresa más grande que ofrece la dualidad es que los opuestos “no son opuestos”. La gran dualidad primigenia: “Ser y no ser” está vinculada con todos los pares de opuestos, así discernimos que en todos los casos un componente dual está relacionado con el “Ser” y el otro con el “no ser”, uno es verdadero y el otro falso, uno “es” y el otro “no es”; esto sucede con todas las dualidades. Es conveniente iniciar la revisión de este punto a partir de los ejemplos de “pares duales” más estudiados en la física, pues son los de mayor percepción, y por ende, los más comprensibles: *El calor existe, el frío no. Se establecen unidades de medición para el calor —calorías—, no para el frío; llamamos frío a una baja concentración de calorías, pero siempre habrá presencia de calor; no se registra lugar en el universo con ausencia absoluta de calor. Mientras haya átomos en movimiento siempre habrá calor en algún grado y el frío nunca existirá; a pesar de que nuestra piel perciba bajos niveles de calor y la mente los conceptualice como supuesto “frío”. *La luz existe, la oscuridad no. Conocemos unidades de medición para la luz —lumen, lux, candela—, para la oscuridad no; llamamos oscuridad a una baja concentra56

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ción de fotones, pero únicamente habrá una escasa presencia de luz; no existe punto en el universo con ausencia absoluta de luz. En tanto que haya átomos en movimiento siempre habrá luz en algún grado y la oscuridad nunca existirá; aunque los ojos no perciban los bajos niveles de luz y, como resultado, a la mente le resulte difícil comprender con objetividad que no hay oscuridad como tal. *El sonido existe, el silencio no. Hay unidades de medición para el sonido —decibeles—, para el silencio no; llamamos silencio a una baja concentración de vibraciones sonoras, pero siempre habrá presencia de sonido; no hay punto en el universo con ausencia absoluta de sonido. Mientras haya átomos en movimiento siempre habrá sonido en cierto grado y el silencio no existirá, aunque los oídos no escuchen las endebles vibraciones sonoras; en consecuencia, dicho fenómeno resulta poco comprensible para la mente. Tal como sucede con el calor, la luz y el sonido, para todas las dualidades una existe, su opuesto no; una está manifiesta, su opuesto es conceptualizado; siempre estará presente cierto grado de la cualidad existente y el opuesto será un simple referente. Al establecer el paralelismo correspondiente, lo que vemos como mal es en realidad una presencia limitada del Bien absoluto; lo que percibimos como muerte es una manifestación parcial de la verdadera Vida; lo que observamos como distracción es realmente un escaso grado de Atención; y así sucesivamente con todas las dualidades, sin excepción alguna, a razón de que la Verdad resulte paradójica a la mente. La circunstancia común es que aún comprendiendo que los opuestos “no son opuestos”, requerimos utilizar —en el lenguaje— los vocablos asignados a elementos duales conceptualizados como: frío, oscuridad, mal, por citar 57

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algunos ejemplos; porque de lo contrario estaremos desarticulados del sistema comunicativo que emplea la humanidad; no obstante, en la medida que seamos conscientes del único elemento dual existente —vinculado con el Ser—, trascenderemos espontáneamente la dualidad, para que así podamos ver todo en Unidad perfecta, cualidad fundamental del Ser interior original y del Origen mismo de todas las cosas, del Todo. Cuando se alcanza la Conciencia sobre la Unidad del Ser descubrimos que la atracción natural entre hombre y mujer tiene su raíz en la búsqueda de la Conciencia misma, en añoranza del fin de la ilusión de la dualidad; y la unión sexual, la vivencia más profundamente satisfactoria que puede ofrecernos el plano físico (más allá de cualquier limitación impuesta por la moral que histórica y culturalmente ha creado la mente), también puede traducirse en la máxima experiencia de aproximación a la Unidad del Ser. Aunque, claro está, no es más que una pincelada de la plenitud del verdadero Amor que está presente en la Unidad absoluta. Si observamos y atendemos la sensación de la dualidad —con un poco de sabiduría— queda claro que no es posible combatir la oscuridad, pero sí propiciar un acercamiento a la luz; que antes de emprender una batalla contra el mal, se proceda primero con el bien; que resultará irónico atacar el silencio, cuando una sencilla y bella melodía lo llena; que antes de luchar contra el odio, primero hay que ubicar cualquier vacío para que sea llenado de Amor. Descubramos cómo se inhibe la sensación de dualidad y se libera la Conciencia con las citas más exquisitas y de mayor trascendencia histórica extraídas de las fuentes filosóficas originales; y además, con ellas se genera una visión universal sobre la dualidad.

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En esencia, el hombre es divino. Sin embargo, cree que es un individuo limitado y temporal porque se encuentra enredado en las características de los cinco elementos: sonido, textura, forma, sabor y olor. Este error trae como consecuencia la alegría y el pesar, lo bueno y lo malo, la muerte y el nacimiento. Upanishads

Por naturaleza, el hombre afronta la dualidad —Ser y no ser—. Posee una naturaleza original verdadera de la que no es consciente y cree que su realidad es el cuerpo biológico, constituido por los elementos de la naturaleza física. En este error radica la percepción ilusoria de la dualidad. El sabio, cuya conciencia está despierta, ve al Atma en todos los seres y a todos los seres como al Atma. Ve a todos los seres como uno solo y no percibe división o diferencia. De este modo se salva de la dualidad. Upanishads

En los Upanishads, el vocablo “atma” se emplea para hacer referencia al verdadero Ser; en esta cita queda claro que el verdadero Hombre —consciente de sí mismo— percibe en todo la esencia original del Ser-Uno y no se detiene con las apariencias de la dualidad. Para el dualista, siempre existe una atmósfera de apego, orgullo y odio, porque allí donde hay dos, siempre hay temor y apego, y todas las pasiones consiguientes. La no dualidad es la más alta Verdad; la dualidad es una cierta actitud mental. Upanishads

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El dualista es el hombre dormido, desvinculado de la Conciencia, que se obstina en analizar, manejar y manipular la dualidad —además de las otras Leyes—; cree que con el simple análisis de la dualidad, alcanza la Verdad.

Cuando se enciende la lámpara, desaparece la “serpiente” y queda solo la cuerda, desaparece la imagen ilusoria que atraía o repelía, la imagen de la dualidad. Es este “dos” el que causa temor. Si uno mismo (el Ser-Uno) fuera el que escucha, el que ve, el hacedor, el que disfruta... ¿cómo podría surgir el miedo? En esos momentos está ausente el mundo externo, están solos consigo mismos. Upanishads

La dualidad es una “imagen”, es tan solo una de las distintas caras que muestra el mundo de las formas, que a su vez es una simple proyección de una realidad original de la que el hombre natural no es consciente.

La alegría y el pesar, al igual que lo correcto y lo erróneo, deben ser trascendidos. El amor y el odio pertenecen a la naturaleza de los instrumentos del hombre; no pertenecen al “viviente” que habita con ellos. Upanishads

La dualidad no opera en el Ser universal ni en el Ser interior del hombre —que son Uno mismo—; de esto debemos mantenernos conscientes. Las Leyes solo operan en la personalidad (instrumentos del hombre), que es la apariencia manifiesta del verdadero Hombre. 60

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Los sabios y grandes personajes no se involucran en actos que impliquen dualidad; se comprometen en actividades sin ningún deseo o apego a las consecuencias de las mismas. Cuando no se buscan los frutos de la acción y aun así los actos se ejecutan con sinceridad, corrección y justicia, éstos no atan. Por el contrario, confieren sabiduría al que los realiza. Ramayana

Los Hombres lúcidos no se encandilan con los fenómenos vinculados con la dualidad. Aunque se involucran en los quehaceres de la vida natural, no desean ni esperan resultado alguno; lo que permite trascender la Ley y mantener un legítimo estado de libertad. Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su pareja de opuestos. Los semejantes y los distintos son lo mismo; los opuestos son de idéntica naturaleza pero diferente grado;… El Kybalión

En unas cuantas líneas, contenidas en el Principio de polaridad, Hermes puntualiza los aspectos básicos que definen el comportamiento de la dualidad. En esta cita Hermes precisa que los opuestos son lo mismo, de naturaleza idéntica; en otras palabras, son Uno mismo. Un sabio no siente lástima por los que viven, ni tampoco por los que mueren. La vida y la muerte no son diferentes. Bhagavad Gita, II- 11

¿Qué necesidad tenemos de desgastarnos con las emociones en la percepción de la división dual?, si finalmente queda la certeza de que: ¡no hay opuestos! 61

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Todos los seres nacen ya en la ilusión, engañados por la división dual que produce el sentimiento de deseo y repulsa frente a las cosas de este mundo. Bhagavad Gita, VII- 27

Desde que arribamos a la existencia, estamos inmersos en la ilusión de percibir la vida dividida. El “deseo” y el “rechazo” constituyen la dualidad primigenia que induce la “sensación” de otras dualidades; cada vez que rechazamos algo, tengamos presente que en realidad lo estamos deseando; pues ambos son de la misma naturaleza. Cuando los hombres comprenden que la bondad es buena, entonces saben que la maldad existe. Cuando los hombres comprenden que la belleza es bella, entonces saben que la fealdad existe. El ser y el no ser se engendran mutuamente. Lo fácil y lo difícil se hacen mutuamente. Lo largo y lo corto se perfilan mutuamente. Lo alto y lo bajo se desnivelan mutuamente. Lao Tse, Tao Te King

Lao tse corrobora que la mente solo puede percibir las cosas a través del contraste y la inevitable comparación. Pocos pueden ver lo malo en las personas que le agradan y lo bueno en quienes le disgustan. Confucio

Siempre que permitamos que los intereses egocéntricos nos envuelvan, perderemos la posibilidad de visualizar dos lados de la dualidad; y el discernimiento sobre la sensación de lo dual es la capacidad más elemental que debemos poseer. 62

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La vida y la muerte son la misma historia, lo aceptable y lo inaceptable están en la misma cuerda. Chuang-Tzu

Chuang-Tzu, tal como lo cita Krishna, habla sobre la naturaleza única de la vida y la muerte; fenómeno común en todas las dualidades.

Mientras estés en un lado o en el otro, nunca conocerás la Unidad. Aquellos que no viven en el Camino único fracasan en ambas: actividad y pasividad, afirmación y negación. Sosán, Hsin Hsin Ming

Sosán, en sintonía con Krishna, dice que la ensoñación con la percepción dual de las cosas nos aleja de la apreciación de la Unidad, cualidad fundamental del Ser. Agrega que el fracaso en la búsqueda del Ser lleva implícito otro fracaso en la existencia.

Actividad y descanso derivan de la ilusión; en la iluminación no hay agrado ni desagrado. Todas las dualidades proceden de ignorantes deducciones. Son como sueños o flores en el aire: es estúpido intentar atraparlas. Sosán, Hsin Hsin Ming

En la iluminación, la dualidad carece de sentido, solo existe la conciencia de la Unidad. La ensoñación con la sensación dual procede de la ignorancia. 63

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Mi consejo es que te cases: si encuentras una buena esposa serás feliz, si no, te harás filósofo. Sócrates

Toda decisión que tomemos en la vida natural, siempre tendrá dos lados; lo más sabio es no establecer distinción alguna entre ellos. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Lucas 9: 23

La cruz no representa el sufrimiento —lo que muchas religiones nos hacen creer—; simboliza la dualidad que se pierde en la intersección de los dos maderos. Es una invitación a hacer de dos, Uno. No existe ningún veneno que no pueda transformarse en un bien para el hombre. Paracelso, Las Siete Apologías

La dualidad no es estática, es nuestro estado psicológico quien determinará la cara que puedan brindarnos los fenómenos duales. No hay nada más peligroso para la mente que hallarse en la duplicidad, y no tratar de llegar a la Unidad. Hay en ti dos voluntades, una contra la otra. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

Krishna y Sosán coinciden con Jacob Boheme, quien además considera como lamentable que no nos ocupemos 64

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en dejar la dualidad de una existencia ilusoria, para regresar a la Unidad de la Conciencia. Dentro del patrón de dualidad no hay respuesta duradera. Cada opuesto tiene un elemento de su propio opuesto, por eso no puede haber nunca una respuesta permanente dentro del conflicto de los opuestos. Solamente fuera del patrón existe una respuesta única, permanente. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

Si nuestra intención es encontrarnos con la Verdad, primero hay que salir de las limitaciones y condicionamientos de la aparente dualidad. Firmé una carta dirigida al presidente Roosevelt en la que pedía que se realizaran experimentos en gran escala para explorar las posibilidades de producir una bomba atómica. He sido siempre consciente del peligro tremendo que representaba para la humanidad un éxito en ese campo. Sin embargo, la posibilidad de que los alemanes estuvieran trabajando en el mismo problema, con fuertes perspectivas de resolverlo, me forzó a dar ese paso. No tenía otra alternativa, a pesar de que he sido siempre un pacifista convencido. Según mi criterio, matar en guerra equivale a cometer un asesinato común. Albert Einstein, Mis creencias

En el contexto de una sociedad dormida, y ante cualquier disyuntiva, siempre se presentará la dualidad con todos los escenarios determinados por su comportamiento; cualquier decisión que tomemos, invariablemente tendrá repercusiones en ambos sentidos. 65

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Relatividad . . . todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse. El Kybalión

Para comprender debidamente la relatividad, es necesario partir de una premisa básica: “nada es en sí mismo” —nada en la existencia posee cualidad alguna que pueda ser identificada o valorada en sí misma—. Como se expuso en el subtema anterior, la mente, para entender el plano físico, requiere categorizar y comparar, no puede apreciar cuerpo alguno si no establece una relación con otro objeto; de esta manera se comporta la mente ante la existencia, en todos los ámbitos y en todos los sentidos. Para apreciar mejor este principio universal es preciso mirar a la relatividad, en primera instancia, con los ejemplos más básicos de la naturaleza física, en el aspecto “dimensional”: *El punto, geométricamente, es la intersección de dos líneas; matemáticamente, es un círculo de diámetro cero —si fuera mayor de cero dejaría de ser punto y se ratificaría como un círculo—. Se manifiesta en la “dimensión cero” y por esta razón, en términos estrictos, resulta imperceptible a la capacidad visual natural. Ante esta limitante, para que los ojos y la mente puedan concebirlo y manejarlo, se considera como punto a una figura de tamaño “relativamente” pequeño en relación con los objetos que le rodean. Por ejemplo: para el universo, una galaxia es un punto; para la galaxia, un sol también lo es. Para el sistema solar, nuestro planeta es un punto; para 66

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el planeta, una ciudad también lo es. Para una ciudad, un parque es un punto; para un parque, un árbol también lo es. Para un árbol, sus frutos son puntos; para un fruto, sus semillas también lo son. Para una semilla, una célula es un punto; para una célula, un átomo también lo es. Y así sucesivamente. Partamos de esta base: en términos absolutos, nada de lo que percibimos es un punto; en términos relativos, todo puede ser o no ser. *La línea, geométricamente, es la proyección que surge del desplazamiento de un punto; matemáticamente, resulta de multiplicar un punto por un infinito —por la presencia de un infinito, se manifiesta en la “primera dimensión”—. Su grosor real, tal como sucede con el punto, es de “cero” —si fuera mayor de cero dejaría de ser línea y se confirmaría como rectángulo— y por esta razón, en términos estrictos, resulta también imperceptible a la capacidad visual natural. Ante estas condiciones, para que los ojos y la mente puedan concebirla y manejarla, se considera como línea cuando su espesor es relativamente delgado con respecto a los objetos que la rodean. Partiendo de esta base: en términos absolutos, nada de lo que percibimos es una línea; en términos relativos, todo puede ser o no ser. *El plano, geométricamente, es la proyección que surge del desplazamiento perpendicular de una línea; matemáticamente, resulta de multiplicar la línea por un infinito —se genera a partir de la interposición de dos infinitos (largo y ancho) por eso es que se manifiesta en la “segunda dimensión”—. Su espesor real, tal como sucede con el punto y la línea, es de “cero” —si fuera mayor de cero, dejaría de ser plano y se transformaría en un cuerpo voluminoso, un cubo—, por este motivo, en términos estrictos, resulta imperceptible a la capacidad visual natural. Considerando estas limitaciones, para que los ojos y la mente 67

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puedan concebirlo y manejarlo, se considera como plano cuando su espesor es relativamente delgado con respecto a los objetos que lo rodean. Por ejemplo: la mente no dudaría en ver el cristal de una ventana como plano, pero su grosor —que puede ser de tres o cuatro milímetros— hace evidente que se trata de un cubo, por muy delgado o estirado que se presente; lo mismo sucede con una lámina de aluminio, una hoja de papel, etc.; todo tiene un espesor. Partamos de esta base: en términos absolutos, nada de lo que percibimos es un plano; en términos relativos, todo puede ser o no ser. *El espacio, geométricamente, es la proyección que se genera con el desplazamiento perpendicular de un plano; matemáticamente, resulta de multiplicar el plano por un infinito —se genera a partir de la interposición de tres infinitos (largo, ancho y grueso) y por eso es que se manifiesta en la “tercera dimensión”—. Los cuerpos voluminosos que están manifiestos en el espacio sí son perceptibles a la capacidad visual natural —caso contrario al punto, la línea y el plano, manifestados en dimensiones inferiores—. Pero si consideramos lo que nos dice el principio de mentalismo: que el universo material es simple proyección, solo una sensación; y lo que la ciencia ya comprobó: que la materia no ocupa un lugar en el espacio, queda claro que el mundo material, físico, es manifestación o proyección relativa de su origen y, por ende, solo puede ser percibido y manejado por la mente en términos relativos, tal como sucede con las dimensiones inferiores. Así también, inevitablemente comprendamos que: en términos absolutos, nada de lo que percibimos es corpóreo; en términos relativos, “todo puede ser o no ser”. El gran problema del hombre, que lo mantiene en estado de ilusión, es que percibe con sus sentidos el mundo material relativo y lo entiende como si fuera Absoluto, Verdadero. 68

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Y que no nos sorprenda: la cuarta dimensión, el hiperespacio, que se genera con un infinito adicional —y no ha dejado de ser estudiada por la ciencia moderna— es una manifestación dimensional en la que opera plenamente esta Ley. El principio de relatividad deja de operar en la verdadera Naturaleza del Ser —la Verdad absoluta del Todo— que es “adimensional”. Como ya se mencionó, la relatividad está presente en todo y no es de sorprender que opere también en la energía. En el universo nada existe que tenga fuerza en sí mismo, y desde hace mucho tiempo se habla sobre la relación de fuerzas que mantienen todo el equilibrio, pero fue hasta el siglo XX cuando el gran físico Albert Einstein se da a la tarea de realizar los estudios necesarios para calcular las fuerzas relativas entre los cuerpos suspendidos en el espacio. Los resultados de este trabajo son un parteaguas para la física contemporánea. Una vez revisada la forma en que opera la relatividad en el campo de la física, establezcamos los paralelismos necesarios y comprendamos su comportamiento en otros contextos, algunos menos tangibles. De esta manera vemos que aquello que es grade para unos, para otros es pequeño; lo bello para unos, es feo para otros; lo bueno para algunos, es malo para otros; la verdad para unos, es mentira para otros. En dependencia del marco referencial que se utilice, siempre habrá un punto de vista relativista que ofrezca “cierta definición” dentro de todas las dualidades. Pero no perdamos de vista que una verdad a medias es más peligrosa que una mentira; todas las sectas se basan en “semiverdades” que se ofrecen como si fuesen verdades plenas, por eso son peligrosas. Si miramos la indefinición que caracteriza a todas las verdades relativas —con las que siempre opera la mente—, 69

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comprenderemos que la afirmación “esto es así” repercute en la creación de dogmas y creencias, motivo de todas las diferencias entre las religiones, con sus naturales consecuencias de confrontación y guerra. Un verdadero sabio se limitará a decir: “esto es posible”. La relatividad conduce a la comparación; la comparación a la competencia y la competencia al miedo. En nuestra existencia está siempre presente la lucha comparativa —que implica toda una cadena de prejuicios— y es profundamente ilusorio creer que la comparación otorga comprensión; todo lo contrario, la ilusión del ego se mantiene viva con la comparación y nos hace creer que somos de la manera en que nos miran los demás. Nos juzgamos de forma comparativa, en relación con una sociedad que a su vez es comparativa; así todos podríamos considerarnos relativamente malos, locos, torpes, pecaminosos, y un sinfín de apelativos; tristemente esta es la base de nuestra estructura ética y moral. Pero, ¡qué denso!, nuestra personalidad es solo una verdad relativa y nuestro verdadero Ser va más allá de todo esto. Con esta relatividad sobre nuestra existencia revisemos las citas de mayor trascendencia histórica acerca de este subtema, acerquémonos a las fuentes originales y dilucidemos con ellas sobre este maravilloso punto. Todas las distinciones entre lo bueno y lo malo son básicamente el resultado del apego y las inclinaciones, a causa de que consideran al mundo como real, aunque “no es ni real ni irreal”. Aquéllos que han escapado de esta “ilusión” y esta dualidad son los mahatmas (Grandes Almas). Han comprendido que su realidad es el Atma inmutable. Saben que no hay dos; experimentan siempre solo al Uno. Los demás pertenecen al grupo de los ignorantes. Ramayana

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Lo más significativo que muestra la relatividad es que nada de lo existente en el mundo de las formas puede ubicarse en cualquier extremo de la dualidad, todo fluye a lo largo del espacio intermedio; por lo tanto, en contraste con lo absoluto, nada es real, pero tampoco irreal. Todo es relativo. Lo que es bueno en este mundo es aquello que participa menos del mal; pues en este mundo el bien deviene mal. El bien, pues, se halla solo en Dios. En el hombre, aquello que se llama bien lo es por comparación al mal; pues aquello que no es malo, más allá de cierta medida, es llamado bien. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

En nuestra existencia, el bien y el mal son relativos. ¿Quién posee el “parámetro” para definir cuándo aparece, y en qué grado, uno u otro? Aquellos que se han jactado de poseerlo son quienes han provocado las más grandes guerras, han engañado a sus pueblos exponiendo su supuesta “verdad”. El bien absoluto —Verdadero— está más allá de esta naturaleza relativa. El sabio a medias, al reconocer la irrealidad relativa del universo, imagina que puede desafiar las leyes, pero no es sino un tonto vano y presuntuoso. El Kybalión

A medias nada existe, mucho menos la sabiduría; quien pretende colocarse por encima de la Ley universal queda muy lejos de comprenderla. Aunque la naturaleza física sea relativa, es el origen de la personalidad, y lo menos que podemos hacer es respetarla. 71

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Cuando es noche para los demás seres, el hombre disciplinado despierta a la Luz. Y lo que es día para los demás seres, para el sabio que puede ver, es noche. Bhagavad Gita, II- 69

El humano que se mantiene identificado con la ilusión de la existencia siempre va en sentido contrario del verdadero sabio. Si las cosas se miran desde el punto de vista del Tao, en las mismas cosas no existe diferencia entre lo precioso y lo vil; si se las mira desde el punto de vista de las mismas cosas, cada cosa se tiene por preciosa a sí misma y por viles a las demás cosas. Lao Tse, Tao Te King

Para el Tao, todo está conectado con la Unidad perfecta; para cualquier entidad humana dividida no solo aparece la separación, sino también la distinción, con la que pretende colocarse siempre por encima de todo. Midiendo al hombre de acuerdo a la rectitud absoluta, es imposible encontrar un verdadero hombre. Midiendo al hombre con dimensión del hombre, es darle a los seres un ejemplo para seguir. Confucio

Si nos comparamos con el absoluto, somos nada; con la relatividad solo nos adentramos en la ilusión de creer que somos algo, sin importar si se mezclen cualidades buenas y malas. Es por eso que la ética y la moral —que son relativas— se mantienen como principios rectores de una humanidad dormida, por encima de la Conciencia. 72

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Pocos pueden ver lo malo en las personas que le agradan y lo bueno en quienes le disgustan. Confucio

La mente humana, además de mirar todo a través del cristal de la relatividad, es siempre tendenciosa; en todos los casos apreciará como más le conviene. Esto es un simple mecanismo de defensa natural, que le permite creerse verdadera. Los hombres aseguran que Mao-ch’iang y la Dama Li eran bellas, pero si los peces las vieran se sumergirían hasta el fondo de la corriente; si los pájaros las vieran, se irían volando; y si los ciervos las vieran, saldrían corriendo despavoridos. De estos cuatro, ¿cuál sabe cómo fijar las pautas de la belleza en el mundo? Chuang-Tzu

La belleza, como todo lo existente, no escapa al operar de la relatividad. Chuang Chou soñó que era una mariposa, una mariposa volando y revoloteando por doquier, contenta consigo misma, haciendo lo que le gustaba. No sabía que era Chuang Chou. De pronto se despertó y allí estaba: el sólido e inconfundible Chuang Chou. Pero ya no sabía si era Chuang Chou que había soñado ser una mariposa, o una mariposa soñando ser Chuang Chou. Chuang-Tzu

Maravilloso planteamiento que describe el comportamiento de la relatividad, llevándonos del plano físico al astral, es decir, a la cuarta dimensión, donde también opera. 73

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Cuando los objetos del pensamiento se desvanecen, el sujeto pensante se desvanece; y cuando la mente se desvanece, los objetos se desvanecen. Las cosas son objetos debido al sujeto, y la mente es tal debido a las cosas. Entiende la relatividad de ambos, así como la realidad básica: la unidad del vacío. Sosán, Hsin Hsin Ming

Resulta impresionante descubrir la relación de dependencia y el vínculo relativo entre el objeto material y la mente; cada uno de ellos “es” en relación con el otro, pero ninguno de ellos “es en sí mismo”. Cuando todas las cosas se ven por igual, se alcanza la esencia intemporal del Ser. Ninguna comparación o analogía es posible en este estado sin causas ni relaciones. Sosán, Hsin Hsin Ming

Toda comparación nos introduce en la ilusión de la relatividad; para salir de ella, el sabio nos invita a evitar las distinciones. Los que se imaginan encontrar la verdad en el error, y ver el error en la verdad, jamás alcanzarán la verdad, pues persiguen vanos deseos. Y los que reconocen la verdad en la verdad, y el error en el error, llegarán a la verdad. Evangelio del Buddha

En la existencia ilusoria siempre van mezclados la verdad y el error, pretender separarlos es vana sabiduría. No estamos facultados para reconocer la Verdad en la Verdad, 74

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porque el Ser es intangible e incognoscible; no obstante, tenemos toda la capacidad para reconocer el error en el error, porque todo lo que nuestros sentidos perciben de la existencia está lejos de ser la Verdad. El verdadero sabio siempre mira basándose en el discernimiento de las dos naturalezas: la Verdad en el “Ser” y el error en el “no ser” de la existencia. Sobre todas las cosas pueden hacerse dos afirmaciones totalmente contrarias. Pitágoras

De la ignorancia emana cualquier afirmación, y del apego y del sostenimiento de la afirmación brota la inconsciencia. Si comprendemos esto, espontáneamente nos retiraremos de cualquier discusión; a pesar de que a la mente le fascine el debate. Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella. Aristóteles

Si comprendemos el carácter relativo de la verdad de este mundo, ¿qué necesidad hay de apegase a ella? Resulta torpe pretender hacerlo. Tanto en el mundo invisible como en el visible no hay nada salvo Allah, en ninguno de los dos mundos hay una sola partícula de existencia propia. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

Lo verdadero solo está en el Ser absoluto —Allah— y en él no opera la relatividad; ésta es una cualidad de la existencia ilusoria. 75

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Cuando ha alcanzado la comprensión clara de todo y ha pasado de lo relativo a lo absoluto, puede tomar la Verdad como creencia y adorarla a Ella y, entonces, volver otra vez a lo relativo. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Ante una insipiente percepción del Ser absoluto, cualquier apego —provocado por el miedo de soltar lo que de momento se alcanzó— produce un dogma. De esta manera resultará fácil regresar a la ilusión. La gente que adora una existencia relativa, adora solo a un ídolo que ha creado en su imaginación. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Todo objeto tangible es relativo, ilusorio; su aparente realidad está en relación con la imaginación de la mente. Creer que es verdadero es tanto como otorgarle la cualidad del Todo; lo adoremos o no. Se puede hacer el mal a partir del bien y el bien a partir del mal. Nadie puede acusar una cosa sin conocer la transmutación. Lo que es veneno puede ser transformado en no-veneno. Paracelso, Las Siete Apologías

Las cualidades relativas pueden ser manipuladas, transformadas, pero qué difícil hacerlo sin involucrar la ilusión del ego. Es mejor aceptar lo que la naturaleza ofrece, sin perder jamás de vista su carácter relativo. La Libertad no admite compromisos. La libertad parcial del individuo no es Libertad en absoluto. Krishnamurti, Educación y la importancia de vida

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Sin importar en qué sociedad nos coloque la existencia, el estado de libertad que gocemos será siempre relativo, parcial, aparente. La única libertad con amplitud absoluta la llevamos adentro, en la naturaleza del Ser original; así que debemos redescubrirla.

Cuando las leyes de las matemáticas se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad. Albert Einstein

Las matemáticas son el mejor recurso con el que se cuantifican los fenómenos relativos de la existencia, la naturaleza dividida; para la Naturaleza absoluta del Ser, la Unidad perfecta, solo servirían de adorno.

Existen muchas cuestiones que carecen de respuesta posible. Sin embargo, no creo que sea correcto el llamado punto de vista “relativista”, ni siquiera en el caso de las decisiones morales más sutiles. Albert Einstein, Mis creencias

La visión relativista, aún en los casos más justificables, únicamente ofrece cierta comodidad dentro la división; nunca nos acercará a la Unidad.

La relatividad es como acercar la mano a una estufa durante diez minutos y sentir que fueron dos horas; o charlar con una bella dama durante dos horas y sentir que pasaron solo diez minutos. Albert Einstein

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Sencilla y graciosa forma de describir la relatividad, sin necesidad de profundizar en las complejidades matemáticas que apoyan a la ciencia. Dios es simple. Todo lo demás es complejo. No busques valores absolutos en el mundo relativo de la naturaleza. Albert Einstein

La inmensidad absoluta del Todo converge con la máxima simplicidad, sin pasar jamás por la relatividad. A partir de esta reflexión, nos introducimos en el aspecto absoluto inherente en la polaridad.

Polaridad Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su pareja de opuestos . . . los extremos se tocan . . . El Kybalión

Una vez que se cuenta con cierta claridad sobre lo que representa la dualidad, resulta fácil advertir que la relatividad cubre todos los puntos intermedios entre los elementos duales; pero con este vasto abanico de puntos nada esencial es posible hacer, son infinitos pero… todos relativos, aparentes. La única realidad está en ambos extremos, que al poseer la naturaleza absoluta se funden en una Verdad única. Resulta claro comprender que la Verdad absoluta está en los polos; no obstante, aunque se tenga certeza parcial 78

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de ello, la mente nunca tendrá posibilidades de percibirla, porque solo se mueve dentro del inmenso valle de la relatividad. De allí que pueda catalogarse de falso lo que la mente dirime; no obstante, ella jamás renunciará al deseo de convertirse en una parte de la realidad. Algo fundamental y que no debe perderse de vista es que los humanos, sin advertirlo, vivimos en la polaridad: en relación con la personalidad (comandada por la mente) somos nada; pero en la naturaleza del Ser interior original somos más que un universo, somos la totalidad misma. Cuando alguien vivencia un chispazo de la realidad del Ser, inevitablemente llega a la certeza de que ninguna de las múltiples cualidades asignadas a su personalidad es verdadera. Así, con la madurez otorgada por esa experiencia, ya nada teme perder; alcanza la conciencia de que en realidad nada posee y de esta manera adquiere todo. Es posible vislumbrar un destello sobre la polaridad cuando se experimenta todo un día en actividad extrema; la propia intensidad de las labores permite advertir el momento en que la tranquilidad ocurre, y cuando desciende el Sol sobre el horizonte se presenta una pasividad que es mucho más hermosa que la actividad. Lo mismo ocurre con la mente: cuando el pensamiento toca el extremo de la objetividad y la claridad sobre la naturaleza de las cosas, surge espontáneamente el “no pensar”. Profundicemos sobre este principio de polaridad, vayamos a la revisión de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, aquellas de mayor trascendencia histórica, y con ellas generemos una visión universal. 79

Polaridad

El Atma nunca sufre modificación alguna y, sin embargo, ¡es más veloz que cualquier mente! Éste es el misterio y el milagro. Upanishads

En la Naturaleza del Atma —Ser universal— se muestra la polaridad: no cambia, pero se mueve a una velocidad absoluta; en grado tal que toca el extremo de la estática.

Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su pareja de opuestos. Los semejantes y los distintos son lo mismo; los opuestos son de idéntica naturaleza pero diferente grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden conciliarse. El Kybalión

Aunque los dos elementos de la dualidad sean de la misma naturaleza, solamente en los polos desaparece la relatividad y se presenta la Unidad perfecta.

El sabio, posponiéndose se antepone. Descuidándose, se conserva. Lao Tse, Tao Te King

La obsesión por conseguir algo, movilizados por el deseo, tarde o temprano nos lleva al lado opuesto. Y en ausencia del deseo, todo se concreta espontáneamente.

Nada hay más blando que el agua, pero nada supera al agua en vencer lo duro. Lao Tse, Tao Te King

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Polaridad

El extremo de la blandura del agua ofrece la cualidad cortante. Hoy en día existen equipos cortadores de acero que trabajan a partir de un delgado chorro de agua impulsado a presión extrema. Lo mismo sucede con la erosión en las duras rocas producida por las olas del mar. Pero no nos quedemos con el ejemplo físico del comportamiento del agua, trasladémoslo a cada uno de nuestros contextos.

La virtud superior no ejerce su virtud; luego tiene virtud. La virtud inferior no cesa de ejercer su virtud; luego no la posee. Lao Tse, Tao Te King

Desde la Naturaleza del Ser, por la “no acción”, todo se realiza.

Solo el carácter más alto y el más bajo no cambian. Confucio

En la cualidad dinámica de la relatividad, todo cambia constantemente; en la cualidad estática del Ser, en los polos, todo se mantiene.

Entiende la relatividad de los opuestos, así como la realidad básica: la Unidad del Vacío. En este Vacío ambos son indistinguibles y cada uno contiene en sí mismo el mundo entero. Sosán, Hsin Hsin Ming

La Unidad del Vacío solo se presenta en los polos, donde todo lo verdadero se funde en comunión plena. 81

Polaridad

Jesús dijo: Desde Adán hasta Juan el bautista no hay, entre los nacidos de mujer, nadie que esté más alto que Juan el bautista, de manera que sus ojos no se quiebren. Pero yo he dicho: Cualquiera de entre ustedes que se haga pequeño, vendrá en conocimiento del reino y llegará a ser encumbrado por encima de Juan. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi

Jesús muestra que la máxima pequeñez en la existencia toca la majestuosidad del Ser; donde no existen distinciones ni grados. Por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. Corintios II 12: 10

Sobre la humilde debilidad en la existencia reposa la fortaleza del Ser. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Apocalipsis 1: 8

El alfa y la omega son la primera y última letras del alfabeto griego, esto las convierte en un símbolo universal de la polaridad; el Apocalipsis dice que es allí donde reside la naturaleza absoluta del Ser. Allah está en el Principio y en el Fin, Él es el Exterior y el Interior y Él lo sabe todo de su propio Ser. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

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Polaridad

En el Islam aparece la misma referencia sobre la naturaleza del Ser, que la ubica en los polos.

La virtud del Amor es NADA y es TODO, esa nada invisible de la que provienen todas las cosas; su poder se extiende a través de todas las cosas; su altura es tan elevada como Dios. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

Si hablamos del Amor como una cualidad absoluta del Ser, solo puede estar presente en los extremos; no lo hallaremos navegando en la relatividad. En este espacio natural de vida, lo que fluye es el amor terrenal relativo del humano, con sus limitaciones naturales.

Solo si escuchamos podremos aprender. Y escuchar es un acto de silencio; solo una mente serena pero extraordinariamente activa pude aprender. Conversaciones por Krishnamurti en India 1966

La pasividad silenciosa, en el acto de escuchar —inherente a la quietud extrema de la estática—, nos introduce en el profundo estado del Conocimiento —absolutamente dinámico—.

Si tu intención es describir la Verdad hazlo con sencillez, y la elegancia déjasela al sastre. Albert Einstein

La Verdad absoluta no puede ser descrita por medio del lenguaje; así, cualquier intento osado por lograrlo, debe realizarse con la más profunda sencillez. 83

Polaridad

Si en realidad comprendemos que los extremos se unen y en ese punto de convergencia se encuentra la Verdad fundamental, resultaría absurdo dejar este tema sin antes hacer una última reflexión, la más fundamental: En esta existencia cambiante navegamos constantemente en un fluir que se moviliza siempre en el mar de la relatividad, sin la mínima posibilidad de experimentar la Naturaleza absoluta del Todo. No obstante, una ventana se abre brindándonos una legítima posibilidad: “alcanzar uno de los dos extremos absolutos de la polaridad”. De esta manera surgen dos alternativas: la absoluta totalidad o la absoluta nadidad. El tránsito hacia la conciencia de la “absoluta totalidad” es complejo, en él tendríamos que esperar que un proceso evolutivo de crecimiento sostenido nos permita adquirir las cualidades de la perfección total, hasta hacernos consustanciales con Dios, pero esto jamás acontecerá —esta es la ruta que emprende casi toda la humanidad y está definida por la autoafirmación—; pero entendamos: la naturaleza relativa de la existencia, lo limitado, jamás podrá conducirnos a lo ilimitado del Todo, del Ser absoluto. En un sentido diametralmente opuesto, el tránsito hacia la conciencia de la “absoluta nadidad” es sencillo, tan simple que pudiera parecer complejo; además, es el único accesible a las limitadas capacidades de la personalidad, basta observar la naturaleza cambiante e impermanente de la personalidad para comprender que no puede considerarse como verdadera —a esto se le conoce como autonegación—; en ese extremo de la polaridad, la conciencia absoluta del “no ser” queda envuelta e invadida por la Conciencia del “Ser”. Pero aproximarse a la certeza de la “nadidad” —que caracteriza la verdadera naturaleza de la personalidad— 84

Polaridad

resultará imposible mientras se mantenga el gusto por el sentido de “superioridad” impulsado por la reputación, la posición social e intelectual, las posesiones económicas y hasta la afirmación surgida del sostenimiento de los ideales religiosos. A la mente le encanta el reconocimiento y la exaltación del honor porque producen una enorme “sensación de ser”. Por la conciencia del “no ser” de la naturaleza tangible, por la conciencia del “no ser” de la personalidad creada por esta misma naturaleza, será posible ir más allá de la afirmación del “yo” para allanar el camino hacia la libertad de la Conciencia. Observemos lo que los libros universales nos dicen al respecto. Aquello que no era y posteriormente no será es lo mismo que “nada”, incluso en el presente. Upanishads

Tan solo con mirar el carácter temporal de la personalidad, es suficiente para apreciar su nadidad implícita. Debemos comprenderlo. “Brahman, de quien el Vedanta declara que solo se puede hablar como ‘no es esto, no es esto’, es Yo mismo; mi realidad es Brahman en el recinto de mi corazón. Brahman es aquello que queda después de sustraer cuerpo, mente, aires vitales, cerebro, etcétera”. Este Conocimiento se alcanza mediante la disciplina de la negación. Upanishads

La “autonegación” es el factor fundamental para la libertad de la Conciencia, el paso único que conduce a 85

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la verdadera Vida; con ella no se pretende el abandono de la personalidad, mucho menos su aniquilación, sino el reconocimiento de su verdadera naturaleza. Lo que debe quedarnos claro es que solo será posible reconocer al verdadero Ser interior con la previa conciencia de lo que no somos, en otras palabras: por la autonegación.

El problema del alma se manifiesta en las expresiones “yo digo”, “yo sé”, “yo percibo”, “yo vengo”, “yo me voy” o “yo me quedo”. Tu alma no es tu cuerpo; no es tu ojo, tu oído, tu nariz, tu lengua. Evangelio del Buddha

Siddharta Gautama, el Buddha, nos invita a ser conscientes de que no somos lo que siempre hemos creído que somos; porque en la ilusión de “creer que somos lo que no somos” está el origen de la ilusión del “ego”.

El conocimiento de ti mismo consiste en comprender que tu existencia no es real y que tu existencia no es nada, pues tú no eres, no has sido y no serás jamás. Cuando comprendas esto, comprenderás claramente el sentido de la máxima: “No hay Dios más allá de Allah”. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

Cuando se dice en el Islam “no hay Dios más allá de Allah”, no se pretende descalificar el culto a cualquier Dios de otra religión; antes bien, se indica que solo Dios “es” (solo Allah “es”), sin importar el nombre que se emplee en cada tradición. 86

Polaridad

Me anulé a mí mismo; mi mismo Yo me encontró de nuevo. “Lo serás todo cuando hagas de ti nada”. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Tras la conciencia del “no Ser” se manifiesta el “Ser” absoluto. Dice la gran ley: “Para llegar a ser conocedor del “Yo” entero debe primeramente ser conocedor del yo”. Para lograr el conocimiento de tal yo, tiene que abandonar el Yo al no-yo, el Ser al no-ser. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio

Por la conciencia del “no ser” —la negación del “yo”— se revela el “Ser”. Somos nada. Tal vez tengamos un nombre y un título, una propiedad y una cuenta en el banco, tal vez tengamos poder y seamos famosos. Pero a pesar de todas estas protecciones, somos nada. Posiblemente no tengamos la menor conciencia de este vacío, de esta nada, o quizá no queramos ser concientes de ello; pero el problema está ahí, hagamos lo que hagamos para evitarlo. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (primera serie)

Todos los instrumentos que nos hacen creer que “somos” lo que nunca hemos sido, solo nublan la razón. Queramos o no, ser conscientes de ello.

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Vibración Nada está inmóvil; todo está en movimiento; todo vibra. El Kybalión

Con este Principio universal, Hermes Trismegisto ofrece la certeza de que todo lo que se manifiesta en el universo se mantiene en movimiento continuo; además, que ese movimiento es siempre de tipo vibratorio. “No existe objeto estático alguno en el universo”, y el movimiento continuo implica, por sí mismo, que todas las cosas se mantengan también en cambio continuo; nada permanece igual, todo se transforma continuamente; cada cosa ofrece caras distintas, momento tras momento, en función del factor tiempo; además, es importante comprender que el movimiento y el cambio solo pueden sostenerse bajo la influencia de algún flujo energético. En relación con esta Ley universal, es factible apreciar todo el Universo como un gigantesco mar de “energía” viviente donde se expresa el Ser a partir de innumerables puntos de manifestación. En el Universo coexisten fuerzas en dos órdenes, con naturalezas absolutamente distintas y de origen diametralmente opuesto. Por un lado están las fuerzas naturales de la existencia que son tangibles y dinámicas —energía cinética—, en ellas se presentan efectos contrarios, dependen unas fuerzas de otras y la relatividad opera en ellas de manera permanente; su movimiento es continuo y circundante con el punto de Origen. Por otro lado, en la Naturaleza del Ser, la energía original es intangible y 88

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estática —energía potencial—, es por sí misma y en sí misma; por su Naturaleza absoluta es incognoscible e indescriptible, se le conoce como Fuente original —será objeto de revisión en uno de los temas posteriores—. Es preciso aclarar que el Principio de vibración lo suscribe Hermes Trismegisto en relación con las fuerzas dinámicas naturales del mundo de las formas; porque en la naturaleza estática del Ser la Ley no opera. En la manifestación externa, cuando dos objetos en movimiento se encuentran, se libera una fuerza vibratoria natural que se multiplica en círculos; en cuanto cae una piedra sobre la superficie del agua se genera una onda que se multiplica continuamente en “círculos concéntricos” cada vez más amplios, hasta que la vibración se diluye y es imperceptible. Este movimiento —senoidal— caracteriza todo tipo de energía natural en la existencia dialéctica. La lógica simplista del hombre ordinario indica que una manifestación de fuerza natural puede permanecer en un sentido, es decir, que si algo aumenta, ya no puede disminuir; que si alguien crece, ya no puede decrecer; que si alguien goza ya no puede sufrir; que si alguien ama, ya no puede odiar. Esta lógica se sostiene en una dirección recta, pero la vida se mueve siempre en círculos; el movimiento es permanentemente ondulante, sube y baja de manera oscilatoria. Las manifestaciones de energía más tangibles son calor, sonido y luz, y están presentes en todos los rincones del universo; no obstante, también hay gravedad, electricidad y magnetismo. Y en relación con el magnetismo, encontramos la sentencia hermética: Los labios de la Sabiduría siempre estarán abiertos para el oído capaz de escuchar, que es un axioma eminentemente magnético, 89

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que hace referencia a la atracción entre el buscador y lo buscado, el discípulo y el maestro. Los verdaderos buscadores de la Sabiduría universal nunca procuran su fuerza magnética en el aislamiento, sino que suman siempre su potencial con el de sus afines, sin desear algún papel preponderante; saben que la magnitud de su magnetismo se potencializa al fundirse en un campo de fuerza colectivo y lo ponen a disposición de quien tenga la necesidad de él. También, en relación al magnetismo, podemos distinguir dos tipos de energía, dos tipos de campos magnéticos presentes en nuestro espacio de manifestación; no delimitados ni separados, sino presentes existencialmente al mismo tiempo y en el mismo espacio. Uno orientado a la densificación vibratoria de las formas materiales y el otro a la sutileza que reunifica con el Ser; un campo que es de esta naturaleza física y otro campo magnético originado en el Ser. Toda entidad biológica posee un circuito eléctrico que genera a su vez un campo magnético individual, y el cuerpo biológico humano no es la excepción: tiene un sistema nervioso constituido por una infinidad de conexiones neuronales —transmisoras de impulsos eléctricos— que forman un imán individual. El campo electromagnético de cada hombre natural se mantiene en sintonía con el de la Tierra —también entidad viviente—, de modo que su centro de gravedad permanece vinculado con el de este campo existencial, y esto constituye uno de los más grandes condicionamientos: “el hombre natural es movido por la dinámica de la naturaleza y las Leyes que la rigen”. En su conjunto, la humanidad posee una fuerza electromagnética obtenida de la Madre Tierra y mantiene con 90

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ella una interacción condicionante y permanente; la manifestación universal es regida por Leyes naturales que regulan su curso y, por consecuencia, inciden directamente en el hombre natural. La red de chacras en el humano es un sistema que capta radiaciones electromagnéticas y las traduce en la energía química que regula las funciones biológicas; es así como los procesos de la vida natural humana se explican por el curso de los fluidos magnéticos. De este modo es posible apreciar cómo lo que la humanidad engendra en su pensamiento y en sus actos repercute en orden o desorden magnético para el planeta. Uno de los fluidos magnéticos más agudos que genera la humanidad, de manera colectiva, es el deseo, que es una fuerza de gravedad o de atracción; y tal como sucede con cualquier imán, tiene sus dos polos: cuando un polo desea algo, el otro rechaza lo opuesto. Es por eso que, en sentido natural y por magnetismo, la humanidad se mantiene oscilando entre el deseo y el rechazo. Esto permite comprender cómo es que cada hombre se mantiene —por el deseo-rechazo— prisionero dentro del campo electromagnético del planeta; siendo él su propio carcelero. Es preciso comprender que resulta imposible liberarse de una influencia magnética sin someterse a otra; por lo tanto, lo más inteligente no está en rechazar ciertos estados vibratorios, sino en reconocer el tipo de influencia a la que se pretenda dirigir, y para esto se requiere de una aguda observación. Cada persona posee cierto estado de conciencia existencial y, por correspondencia, procura acercarse con personalidades afines; la propia observación será siempre el factor que defina el tipo de personas con las que cada quien se relaciona —lo que frena o impulsa hacia la Libertad— y esto es fundamental. El habla se constituye como un centro generador de magnetismo —en sentido natural— que por medio de la 91

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atracción o el rechazo desencadena toda una serie de procesos; a través de su poder, el habla humana puede ser altamente curativa o extremadamente venenosa y dañina. Hablar y cantar son actos magnéticos que denotan el estado de conciencia existencial de cualquier persona. En relación con el campo magnético fundamental, los libros universales reiteran la frase: Dios es Luz; y sobre esa Luz pránica universal, de Naturaleza absoluta, se sustenta el campo magnético vinculado con el Ser. La experiencia de ese campo magnético gnóstico produce un contraste tan radical —con respecto al campo natural— que algunos, por temor a lo desconocido, reaccionan con rechazo; esto los aleja de ese maravilloso vínculo con lo interno. Cuando el verdadero buscador acepta la experiencia de ese contraste, con todas sus consecuencias, se sintoniza con esa atmósfera vibratoria en modo tal que las nuevas radiaciones ya nunca lo abandonan. Esa tempestad magnética, provocada por el cambio radical de naturaleza vibratoria, se describe magistralmente en el libro: Las bodas alquímicas de Cristián Rosacruz. Cabe señalar que, cuando los libros universales hacen referencia a la Luz —en vinculación con el Ser que origina la manifestación universal—, no se emplea este referente con intenciones estrictamente metafóricas; porque la luz es el fenómeno físico que propicia, con mayor claridad, la más estrecha aproximación hacia la naturaleza del Ser original, veamos: “La luz es intangible, no podemos ver los flujos de luz, solo percibimos cómo se proyecta en los cuerpos”, ni siquiera la luz solar se puede ver en el espacio, solo se percibe cuando se proyecta en la Luna o en nuestro planeta; si creemos ver rayos de luz solar durante el día, cuando miramos hacia el cielo, lo que en realidad estamos 92

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viendo es la forma en que se “proyectan” en las nubes o en espacios de atmósfera con alta concentración de humedad. Así observamos que ningún rayo de luz es visible, pero sí su proyección sobre los cuerpos tangibles. “Sucede lo mismo con el Ser universal”: su presencia no es tangible, pero sí su proyección —el universo entero—; y por la percepción de la existencia, la manifestación, deducimos la presencia de su “Origen”, el Ser. “La Luz es incognoscible, el Ser universal también”. La ciencia contemporánea ha realizado numerosos estudios sobre el comportamiento de la luz, sin embargo, sobre la naturaleza de la luz casi nada se sabe. “La luz origina la vida biológica, y el universo entero fue generado a partir le Luz”. Estudios recientes han revelado que la energía primigenia emanada desde el Big Bang, que dio origen al universo, es Luz. “La Luz es omnipresente, no hay espacio vacío en el universo carente de Luz”. Aunque resulte extraño, el universo entero está inundado de Luz; lo que sucede es que no toda es perceptible para nuestros limitados ojos. Y del Ser original, se dice también que es omnipresente. “El Ser es adimensional y atemporal, y así acontece con la Luz”. También podría resultar extraño: la ciencia tiene comprobado que a la velocidad de la luz (300,000 km/s) la corporeidad se desintegra y el tiempo desaparece. De esto podemos deducir que la luz es la primera fuerza vibratoria que se manifestó desde el Origen del universo y se ubica en los límites entre el Ser y la existencia. Solo resta puntualizar lo que ya se estableció al inicio de este tema —en relación con la energía—, la distinción entre la luz natural dialéctica y la radiación fundamental de Luz que dio origen a todo: la primera “existe” en vinculación relativa con todos los procesos naturales tangibles, y la segunda “Es” la radiación fundamental que origina y sostiene al universo, además de ser la fuente del Conocimiento. 93

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Cuando alguien obtiene cierta conciencia sobre la Luz de las radiaciones gnósticas fundamentales, no le acontece porque haya cambiado su comportamiento moral, sino porque se ha sensibilizado del carácter cambiante, pasajero e ilusorio de la existencia material; las radiaciones de esa nueva atmósfera ejercen una influencia tal que debilitan las radiaciones regidas por las Leyes naturales del orden físico. Es fundamental que cada humano aprenda a nutrirse de esas líneas de fuerza esenciales, porque cada vez que alguien despierta se amplifica el impulso de la conciencia colectiva, y facilita —por magnetismo— el cambio para los demás. El Conocimiento absoluto del Ser —la gnosis— está presente como campo magnético, aunque de manera intangible, sobre la esfera mecánica de manifestación. Ante esta atmósfera de Luz debemos desvincularnos radicalmente del pasado y de las viejas líneas de fuerza que lo sustentan, para permitir que las nuevas radiaciones, de Naturaleza absoluta, inunden tanto nuestros cuerpos existenciales como nuestros cuerpos de orden superior; de este modo nos mantendremos preparados para las bodas alquímicas, es decir, para que la cabeza se entregue al corazón y fluya así la energía fundamental. Es innecesario preocuparse por las doctrinas, los sistemas de enseñanza o las escrituras, es suficiente con encontrar en el interior la presencia que no tiene causa y permitir —sin “hacer” y sin esfuerzo alguno— que el Ser universal atraiga como un imán al Ser interno. Existe una Sabiduría universal plasmada en los Libros universales que va más allá de las palabras y que puede ser reconocida por todos los que mantienen vivo su impulso de búsqueda; en realidad se trata de una “Fuerza 94

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vibratoria viva” que se hace presente en aquellos que se mantienen sustraídos de los estados ilusorios originados por la ensoñación de la existencia. Esa Fuerza “vibratoria”, emanada desde el Ser, contiene la única posibilidad legítima para la libertad de la Conciencia y está presente en cada rincón del Universo; en relación con ella “no hay espacio vacío”. Revisemos lo que las fuentes filosóficas originales nos expresan y profundicemos en una visión universal sobre la vibración. Demos sustento a lo ya expuesto por medio de las siguientes citas. El Atma está más allá del sonido, forma, olor, sabor y textura; no conoce fin, es el instrumento primario para toda actividad y conocimiento, la fuerza motriz interna detrás de todas las cosas. Upanishads

La fuerza vibratoria motriz que origina todos los procesos dialécticos deviene del Ser universal. En el instante de morir, el jivi sale hacia los rayos solares y desde allí hacia el Suryaloka. Sin embargo, el jivi que está identificado con la mente y sus divagaciones, escapa a través del oído o del ojo o de cualquiera de los otros sentidos, y cae en los lokas en que rige el karma. Upanishads

En esta cita se hace alusión a las dos posibilidades de orientación, hacia alguna de las dos naturalezas de energía vibratoria. 95

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Ya que el fuego está presente como calor y luz en el corazón de todo ser viviente, el fuego que está presente en la conciencia interna puede quemar toda indecisión o titubeo. De hecho, el fuego, la iluminación y el sutil fulgor divino que constituyen el núcleo del fuego, es el elemento predominante en el Ramayana. Ramayana

No solo en el Ramayana, en las fuentes de sabiduría universal más significativas se valora el carácter esencial sobre la reconexión con esa energía vibratoria fundamental. Para que cambiemos una cualidad, debemos cambiar la vibración. El Kybalión

Abandonar o modificar un estado vibratorio, para sustituirlo por otro de orden natural, a nada legítimo conduce; el verdadero proceso alquímico se realiza cuando se trascienden los estados vibratorios de la naturaleza “relativa” de las formas y se restablece la conexión con la energía fundamental “absoluta”. Si observas con los ojos de tu corazón, hallarás el camino de ascenso; o más bien, la visión misma te guiará en tu camino. Pues ello tiene un poder peculiar en sí mismo; se posesiona de quienes han alcanzado la visión de ello, y los atrae hacia arriba, igual que los hombres dicen que la piedra imán atrae al hierro. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Literalmente habla Hermes de la “piedra imán” para referirse a la fuerza magnética de atracción entre el Ser universal y el Ser interior original. 96

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Todo era invisible, todo estaba inmóvil en el cielo. Entonces vino la Palabra; vino aquí de los Dominadores. Fue dicha por los Dominadores, los Poderosos del Cielo; hablaron: entonces celebraron consejo, entonces pensaron, se comprendieron, unieron sus palabras, sus sabidurías. Popol-Vuh capítulo 2

En este libro, los mayas describen el Origen estático e intangible del Universo y la Gran Emanación de energía dinámica (la Palabra) que emerge desde ese centro de energía potencial. Esto constituye uno de los precedentes más antiguos a la teoría del Big-Bang (Gran explosión). Pitágoras consideraba que la música contribuía en gran medida a la salud. Sentaba en el centro a una persona que tocase la lira, mientras que en el círculo se sentaban los que eran capaces de cantar. En otros momentos ellos utilizaban la musicoterapia. También danzaban. Vida Pitagórica, Jámblico

La música tiene una correlación, a través de vibraciones sonoras, con el orden vibratorio de los planos cósmicos superiores. De esta base partió Pitágoras para diseñar la escala musical (do, re, mi, fa, sol, la, si) que se emplea actualmente en todo el mundo. Y sobre esta misma premisa descubrió la musicoterapia, ya que la música es capaz de modificar el estado de salud tanto en el alma como en el cuerpo biológico a través de los cambios de vibración (para bien o para mal). La Luz ha sido mi libertadora y ha cambiado mis tinieblas en Luz. Y ha abierto el caos que me envolvía y me ha ceñido de Luz. Pistis Sophia XXIV: 18,19

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La energía vibratoria fundamental de la Fuente original liberadora es “Luz”. El que posee el Conocimiento adquiere lo que es propio y lo atrae hacia sí. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi

El Hombre Consciente atrae por magnetismo lo que corresponde a su estado de Libertad. Partícula soy, visita del Sol eres para mí. Enfermo estoy de pena, como medicina eres para mí. Sin ala ni pluma detrás de ti vuelo. Limadura soy y como un imán eres para mí. Rumi, Masnavi

Esta es una estrofa de un bello poema de Rumi, que establece la relación magnética entre el Ser interno y el Ser universal. La Quinta-Esencia es la verdadera Vida de la Naturaleza, es una Emanación de la Palabra. En la Quinta-Esencia reside la región paradisíaca, la palabra fluida del poder y de la virtud divina, donde las propiedades reposan en igualdad (uniformidad). Jacob Boehme, La Llave

Los alquimistas llamaron “Quinta-esencia” a la energía vibratoria fundamental, entendida como la “Fuente” que da origen a los cuatro elementos de la naturaleza —donde reside la “verdadera Vida”, reiteradamente referida por 98

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Jesús de Nazaret—; le otorgan la misma cualidad que se describe en la parte introductoria del tema. Para que uno encuentre la Verdad es necesaria una abundante energía, y esta energía se disipa a través del conflicto que se origina con la represión, la conformidad, la compulsión. Pero el deseo también genera contradicción, lo que ocasiona de nuevo que la energía se disipe. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)

Las fuerzas vibratorias naturales van y vienen, se ganan y se pierden, se concentran y se disipan, y esto queda fuera del control de la simple voluntad humana. Para la Libertad de la Conciencia, la energía estática esencial del Ser —la Fuente original— es el factor fundamental.

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Correspondencia

Correspondencia Como es arriba es abajo; como es abajo es arriba. El Kybalión

“Las Leyes universales operan en toda la manifestación del universo; en el Todo no opera Ley alguna y el Principio de correspondencia no es la excepción”. Iniciemos el tema a la luz de esta premisa y en complemento con otra maravillosa cita de Hermes Trismegisto, extraída del Corpus Herméticum: El Eón, es una imagen de Dios. El Cosmos es una imagen del Eón. El Sol es una imagen del Cosmos. Y el hombre es una imagen del Sol. Toda imagen es una proyección y es en la proyección misma donde la Ley de correspondencia encuentra su raíz; su operar adquiere alcance en todo lo citado por Hermes, excepto en Dios —el Ser universal—, porque en el Todo no existe división alguna —ante esto, resulta absurdo hablar de “niveles de Ser”—. Tal como se aprecia en la cita, existen diversos niveles y contextos de aplicación para este Principio, operando exclusivamente para el mundo de las formas, la “manifestación” universal. A partir de las dos citas de Hermes Trismegisto se puede inferir que el microcosmos es un espejo del macrocosmos; y si atendemos la correspondencia inmediata que 100

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Hermes asigna para el hombre (físico-biológico), veremos que establece una relación directa con el Sol, “que es una estrella”. Así apreciamos cómo los diminutos hombres que habitan en este pequeño planeta presentan una evidente correspondencia con las gigantescas estrellas en la inmensidad del cosmos: en el espacio, las estrellas viven por parejas, en familias y en el seno de grandes naciones; y tal como los humanos, ellas también nacen, resplandecen en una efímera juventud, se reproducen, se debilitan, se reducen y mueren. Particularicemos un poco más al respecto: Hasta hace apenas un siglo se creía que las estrellas se esparcían casual y caprichosamente a lo largo de un espacio infinito, muchos sostuvieron que eran incorruptibles y eternas. Ahora, la ciencia dice que el espacio es finito y curvado, y en él habitan naciones y pueblos de estrellas dispuestas en una configuración geométrica que responde a un orden natural; por lo tanto, los astros no viven esparcidos arbitrariamente, se mantienen reunidos en grandes sociedades; tanto en el cielo como en la Tierra se mantiene la vida asociada. Y estas grandes sociedades celestes —tal como las sociedades humanas— están compuestas de familias: los sistemas solares, que constituyen la base para la conformación de grandes pueblos y naciones: las galaxias. Resulta interesante este dato: al hombre natural biológico lo integran, aproximadamente, cien millones de células; que corresponde a la cantidad aproximada de estrellas que contiene una galaxia. Asimismo, en una galaxia hay al menos cien mil sistemas solares semejantes al nuestro, donde el Sol funge como el padre de un cinturón de planetas que literalmente son sus hijos, emanados de él. Igualmente, los satélites —lunas— son engendrados por los planetas, y así miramos al sistema solar como una estructura familiar. 101

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Otra sorprendente analogía es la “relación de pareja”. La mayoría de los humanos viven en parejas, y entre las estrellas sucede lo propio; la mayoría de las estrellas aparecen dobles, como astros de tamaño similar que se mueven en correlación de un mismo centro de gravitación. Resulta curioso, pero en el extremo microcósmico más diminuto, sobre el espacio vacío —casi vacío—, aparecen partículas también en pares; y tras una breve existencia, se aniquilan mutuamente. Tal como acontece con los hombres, las estrellas también nacen, llegan a su juventud, envejecen y mueren. Gracias a la espectroscopía —que estudia las condiciones de los cuerpos celestes a partir de la descomposición de su luz— se han podido reconstruir los procesos que experimentan las estrellas. Surgen primeramente como concentraciones de gases que después llegan a un máximo de esplendor y calor, emitiendo luz blanca y azulada —durante su adolescencia y juventud—; después se empequeñecen gradualmente, emitiendo luz amarilla y luego roja —en esa etapa se encuentra nuestro Sol—; finalmente cesa su brillo y colapsan en sí mismas para convertirse en estrellas ocultas —conocidas con un término no muy acertado: agujeros negros—. Entre los hombres como entre las estrellas, el número de muertos supera en mucho al de los vivos; además, las estrellas jóvenes, radiantes de luz y calor, son infinitamente menos que las ancianas y las que ya murieron. Y si establecemos una relación con la distribución de la riqueza en las sociedades humanas, las estrellas gigantes y supergigantes son pocas en relación con las enanas; también en el cielo predominan los muertos, los débiles y los pobres. En relación con la vejez existe un paralelismo impresionante: a través de la espectroscopia se exhibe la ma102

Correspondencia

durez de una estrella por la presencia en el espectro de una raya que muestra acumulación de Cal; y en el hombre la señal principal de vejez es la arterioesclerosis, que es el endurecimiento y la osificación de las arterias por el predominio de cal. En el universo aparecen también masas estelares que no alcanzan la temperatura mínima de 2,700 grados Celsius que les permita resplandecer lo suficiente para manifestarse como estrellas, esto corresponde a una gran oleada de abortos. Tal como lo hacen los humanos, las estrellas también se alimentan, se tragan errantes e innumerables meteoritos, y absorben infinidad de partículas suspendidas en el éter; de no ser así, su esplendor resultaría más efímero. La reproducción de las estrellas adquiere también correspondencia con la humana: el parto de los planetas no podría producirse sin la intervención de otro astro gigante, que al aproximarse produce una emisión de materia gaseosa del cuerpo del padre; a ese fenómeno se le conoce como marea sideral. Esta marea, por efecto de la rotación, se desprende del astro enamorado y se fracciona en pedazos que, al enfriarse, forman los planetas. Ilustremos el tema con otros ejemplos de aplicación de la Ley de correspondencia “más inmediatos” a la vida natural del hombre: las circunstancias de vida en un individuo corresponden a su estado de conciencia existencial; las relaciones entre hombres y mujeres corresponden al estado de crisis en que la humanidad se encuentre en cada momento histórico; la contaminación del planeta proyecta la contaminación psíquica de la humanidad; todo tipo de reacción, ante las circunstancias externas, refleja el nivel de conocimiento de sí mismo; el canto y la poesía son una proyección de la intimidad que es cercana al Ser; quien 103

Correspondencia

es débil ante la vida se muestra igualmente débil ante la búsqueda; quien se acerca a los Libros universales logra ver únicamente lo que corresponde a su nivel de conciencia existencial. En síntesis, las múltiples correspondencias permiten comprender con claridad que el mundo de cada persona corresponde al estado que posee y, por ende, hay tantos mundos como personas; no obstante, un plano de Vida verdadero solo corresponde al Hombre verdadero. La Ley de correspondencia opera, invariablemente, más allá de nuestra voluntad; y cuando alguien intenta modificar su curso, se opone de manera frontal contra la naturaleza: si alguien se introduce forzadamente en un cielo que no le corresponde, buscará inmediatamente una salida o construirá allí mismo su propio infierno; igualmente, si alguien siente el llamado de su dios, y en respuesta habla, canta y discursa sobre ello, pero permanece anclado en sus apegos hacia el mundo externo, termina en autoengaño de un falso misticismo. No obstante, en sentido opuesto y ante una actitud legítima: cuando alguien ríe, el mundo entero le sonríe. En otra dirección, para penetrar conscientemente en una persona y comprenderla, es preciso penetrar antes en uno para así comprenderse a sí mismo; de otro modo resultará imposible entender a los semejantes. Mientras no se produzca una verdadera elevación en el nivel de la conciencia existencial, la historia personal de cada hombre seguirá siendo siempre la misma. Demos sustento a lo ya expuesto en relación con la correspondencia; profundicemos con algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas universales, las de mayor trascendencia histórica y generemos una visión universal. 104

Correspondencia

Los ojos no pueden ver cosas abstractas como el amor, la piedad, la misericordia, la virtud, la fe; todas ellas están más allá de su capacidad. Sin embargo, por las palabras y las acciones de alguien podemos inferir que una persona tiene amor en su corazón. También es posible apreciar si una persona está establecida en su propia Realidad, y si ello se produce por momentos o si es constante y firme. Upanishads

El comportamiento siempre refleja lo que se lleva en la conciencia existencial, que finalmente define toda la actuación. La materia grosera es la nutrición de los cuerpos, y el espíritu es la nutrición de las almas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Estos son los alimentos básicos que corresponden a cada una de las dos naturalezas. Habla para que yo te conozca. Sócrates

La boca siempre expresa lo que se lleva dentro; en la conciencia existencial. En verdad les digo que si no conocen más enfermedades sobre la Tierra, vivirán por siempre en el reino de los cielos. Evangelio de los esenios

El estado de Libertad interior —el cielo interno— tendrá siempre alguna repercusión en el estado de salud biológica. 105

Correspondencia

Guárdense de los falsos profetas, que vienen a ustedes vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. Mateo 7:15,16

Cuando alguien oculta artificiosamente lo que lleva dentro, atenta contra la propia naturaleza. La calidad de nuestros frutos habla de nuestra madurez. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6: 45

En esta cita, Jesús de Nazaret reitera lo dicho por Sócrates. Cuando se descubre el enigma de una sola partícula, se descubre el misterio de toda la creación. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

En esta cita se establece la correspondencia entre el macrocosmos y el microcosmos. Tu boca rebosa lo que tu corazón esconde. Paracelso, Las Siete Apologías

Paracelso también reitera lo previamente dicho por Sócrates. A la gente le gusta ser engañada. Precisamente porque el mundo no vale nada o casi nada, no pue-

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Correspondencia

de soportar la presencia de la piedad. Lo semejante se une con su semejante. Paracelso, Las Siete Apologías

Por la ensoñación con la existencia se desea lo ilusorio. El falso “yo” —la personalidad— siempre amará lo falso. El cuerpo del hombre es una imagen o un compuesto de todo lo que es el mundo. Y el mundo visible es una manifestación del interior del mundo espiritual. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno

Entre el cuerpo del hombre y el mundo se establece una clara correspondencia; no obstante, para el plano original, el mundo visible es tan solo una simple manifestación —proyección—. Igual que cada semilla contiene en sí misma un árbol completo o un fruto completo, también el mundo entero está presente en un pequeño hombre. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

La manifestación universal está inscrita en la genética de cada hombre. Ser es relacionarse; el Ser aislado no existe. El mundo y usted no están separados; su problema es el problema del mundo, usted lleva el mundo en usted; sin usted el mundo no es. No existe el aislamiento y no existe objeto alguno que no se encuentre relacionado. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

El aislamiento como tal, no existe; todo está relacionado y en cada relación se establece una correspondencia. 107

Ritmo

Ritmo Todo fluye y refluye; todo posee periodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es idéntica a la de su movimiento hacia la izquierda. El Kybalión

Acogidos por la naturaleza transitoria, vivimos inmersos en la dualidad, cuyo carácter dinámico se mantiene regulado por la Ley del ritmo —también conocida como Ley del Péndulo—; así, de manera implícita, todos los procesos “dinámicos” de nuestra vida quedan regidos por esta Ley. Permanecemos oscilando de un lado a otro, aunque estando en un opuesto perdamos conciencia del extremo contrario; en grado tal de considerarlo inexistente. El “movimiento pendular” oscila entre dos extremos y cuando se alcanza uno de ellos, el péndulo inicia su movimiento en dirección contraria; la trayectoria que recorre a la derecha es simétricamente la misma hacia el lado izquierdo; cuando va a la izquierda acumula energía para preparar su retorno hacia la derecha y viceversa. La manifestación de este Principio resulta evidente en el hombre: mientras se alegra, poco advierte que almacena energía para sufrir; mientras ama, no percibe la acumulación de energía para odiar; mientras desea, no imagina que después rechazará; mientras crece, se establecen las condiciones para el decrecimiento. 108

Ritmo

Quien se vuelca con euforia hacia la vida se olvida de la muerte, que lo tomará inevitablemente desprevenido; quien es capaz de ver el lado de la muerte en todas las manifestaciones de vida, en aceptación, sin miedo y sin resistencia, es capaz de aproximarse espontáneamente al estado de neutralidad que es fundamental para la Libertad interior. En la naturaleza de nuestro campo de manifestación, la Ley del ritmo opera en todo, aunque de manera poco perceptible en la mayoría de los casos. De manera evidente y tangible la apreciamos en el cambio de estaciones, del verano al invierno y más tarde de vuelta al verano; en el movimiento de las olas y de la marea; en el cambio del flujo del viento. Y particularizando nuevamente en el hombre natural, el péndulo oscila entre la afirmación y la negación; entre la certeza y la duda; entre el placer y el dolor; entre el deseo y el rechazo. En términos de física, las variables que rigen el movimiento del ritmo pendular están en función de la longitud, la amplitud y la velocidad de oscilación —frecuencia—, vemos así movimientos breves que cambian en unos cuantos minutos y otros que fluyen a lo largo de varios milenios; cambios simples que parecen imperceptibles y otros profundamente radicales. En el proceso de toda oscilación, cuando se llega a un punto extremo se produce una breve detención que permite la manifestación de la fuerza opuesta; es allí donde la velocidad llega a cero, mientras que en el punto medio se mueve con mayor rapidez. En el extremo derecho es donde la derecha resulta más débil y donde la izquierda adquiere todo su poder —y viceversa—. Es precisamente en un punto extremo donde puede apreciarse la cualidad de la estática, que permite la trascendencia de la dualidad; y por razones obvias, exige toda nuestra atención. 109

Ritmo

Seamos observantes ante cualquier pausa entre dos pensamientos, entre dos versos de un poema, entre dos frases de una ejecución musical, entre la inspiración y la espiración. Esta experiencia puede conducir al punto de contacto con la Conciencia. A lo largo de todos los fenómenos de la existencia —de los procesos tangibles y no tangibles de la vida terrenal— operan fuerzas que a veces van en un sentido y en ocasiones en otro. De modo que después de la guerra sigue la paz, después de la escasez viene la abundancia, y como dice el refrán popular: “después de la tempestad viene la calma”. Es preciso “mirar” sin perder jamás de vista los dos sentidos. Así quedó plasmada esta idea en el Eclesiastés, III,1-8: Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de cocer; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. Ante la ignorancia de esta ley, son muchos los que pretenden cosechar cuando es tiempo de sembrar. Esto inhibe la capacidad de adaptación y limita también la posibilidad de comprender que los tiempos son marcados por la naturaleza y nunca por la voluntad humana, aunque el hombre se obsesione en la tarea de construir, mientras se resiste y sufre los procesos de destrucción; exalte 110

Ritmo

el valor de la paz, cuando no comprende que la guerra es inevitable; se arroje impulsivamente hacia la vida, sin entender la magia presente en el impulso que llega tras la muerte. Resultaría absurdo pretender que en la vida todo sea nacer, todo sea sembrar, todo sea guardar, todo sea bailar, […]; si así aconteciera, la naturaleza entraría en tal desequilibrio que todos sus procesos de renovación resultarían inviables. Por eso es fundamental comprender, con claridad plena, que todo lo que llega a su fin es reemplazado por su opuesto; hasta la “moral” suele ir en un sentido que después es reemplazado por el otro: un mismo acto puede ser malo en un tiempo, para ser bueno después. Todo es el resultado de dos fuerzas opuestas que tienden a contrarrestarse una a la otra, garantizando así un equilibrio razonable —aunque también transitorio— entre todo lo manifiesto. Nuestra incapacidad para asimilar esta Ley universal, para mirar los fenómenos desde las dos direcciones, para tener conciencia de ambos lados del “movimiento” pendular —que es el aspecto dinámico de la dualidad—, hace que seamos propensos a la petrificación por no incluir en nuestra vida la perspectiva que ofrece la visión de los opuestos; y una vez cristalizados, insistimos en mirar los acontecimientos de manera unilateral, considerando que todo lo que es contrario a nuestras ideas es falso y desechable. Así pretendemos que todo se fije y adapte a los modelos creados por nuestra mente, volviéndonos inflexibles y predisponiéndonos a todo tipo de conflictos con quienes nos rodean. Es preciso mirar el comportamiento de esta Ley en la existencia y en nosotros mismos, para así evitar hundirse en el deseo de cualquier lado del movimiento pendular. 111

Ritmo

Asimismo, es importante observar que estando dos personas en un mismo punto pueden experimentar condiciones diametralmente distintas, porque el movimiento puede ir en una dirección o en la contraria; podemos estar en un punto idéntico pero con tendencias diferentes, la circunstancia puede ser la misma pero llevar una dirección opuesta. Es aquí donde se comprende que las ocasiones tienen un momento único; y aún si regresaran, sería en condiciones diferentes. La aceptación juega un papel fundamental, al no juzgarse a sí mismo como bueno o malo, al no jactarse de ser acertado o equivocado. La armonía de los opuestos radica en la “fuerza neutralizante”, una tercera fuerza de naturaleza distinta que trasciende a las otras dos. Esa tercera fuerza está vinculada con lo que se conoce como la Fuente original —de ella hablaremos en un tema posterior—. El “factor-límite” más importante que debemos visualizar en la Ley del péndulo es que “nada puede crecer por siempre”; si así sucediera, el universo entraría en un caos total. Hay ciclos de crecimiento y hay ciclos de decrecimiento y nunca debemos aferrarnos a ninguno de ellos; no es cierto que el ciclo ascendente sea bueno y el descendente sea malo, es solo la mente quien lo juzga así. Y aunque parezca paradójico, el ciclo descendente suele resultar esencial para la libertad interior: en el fracaso se puede experimentar un profundo dolor que, si se asimila con sabiduría, puede inhibir los estados de “ilusión” de este mundo y, por ende, conducir al vislumbre de la libertad. En el caso contrario, si se es consciente del carácter ilusorio del éxito, éste se vuelve vacío y sin significado; así se desacelera el movimiento pendular “ascendente”, y en este estado se evita un futuro dolor; al mismo tiempo que libera del adormecimiento. 112

Ritmo

Recordemos que todas las Leyes universales fungen como factor equilibrante, y particularmente el ritmo juega un papel compensador; la ley de la física que describe mejor la compensación es el principio de Arquímedes, que expresa lo siguiente: “Todo cuerpo que se sumerge en un líquido experimenta un empuje de abajo hacia arriba, igual al peso del volumen del líquido desalojado”. A través de la compensación, la naturaleza propicia que todo vacío sea llenado y evita que cualquier exceso llegue a rebasar cierto límite. Si miramos la compensación desde la Ley de “causa y efecto”, comprenderemos que la “reacción” es la que compensa a la “acción”, por esta razón debe ser de la misma magnitud e inevitablemente en sentido contrario. Con esto se garantiza que cualquier desequilibrio se transforme en equilibrio. La Ley del ritmo, como factor de compensación, coadyuva al orden natural del cosmos, convirtiéndose en objeto fundamental de estudio para la verdadera Ciencia; si esta Ley no existiese, el universo tangible entraría en un estado caótico. Igualmente, si no operase la compensación, las relaciones entre humanos se convertirían en un desorden tal que el hombre provocaría su propia extinción. Todo hombre que no comprenda ni visualice el comportamiento de esta Ley, tampoco comprenderá la perfección que ha sido proyectada en todos los ecosistemas; incluido el “ecosistema de las relaciones humanas”, que permite mantener el tejido social en un estado relativamente sano. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la Ley del Péndulo, pongamos a disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia histórica, para generar una visión universal. 113

Ritmo

La pena y la alegría nos afligen una después de la otra y causan angustia a la persona y a su cuerpo. Ramayana

Los cambios no son arbitrarios, llevan siempre un ritmo predeterminado por la Ley. Así como la noche sigue al día y el día sigue a la noche, la riqueza y la carencia, la felicidad y la pena, la cercanía y la lejanía vienen una detrás de la otra de forma inevitable. Solamente los tontos se dejan llevar por la alegría cuando llega la felicidad y se sienten desanimados y tristes cuando la miseria los aqueja. Ramayana

El ignorante involucra sus emociones de manera condicionada por las fluctuaciones naturales de los cambios; quien conoce y entiende la Ley, y además comprende el carácter ilusorio de los mismos cambios, se libera de esos condicionamientos y así experimenta la libertad. La alegría y la tristeza son como las dos vasijas que se balancean hacia atrás y adelante en el palo en el que están atadas y puestas sobre el hombro. Todos tienen que cargar a ambas en la misma medida. Si no se tiene tristeza, no se puede identificar la alegría como alegría. De la felicidad no puede seguir felicidad. Ramayana

Inevitablemente, las fluctuaciones siempre irán de un lado al otro del péndulo; nada en el universo mantiene su curso constante en una misma dirección. 114

Ritmo

Existen muchos fervientes devotos que olvidan todo cuando experimentan el Amor y el supremo poder de Dios, y creen que no hay nada más grande que Dios; pero después de un tiempo, o cuando sus anhelos no fructifican, empiezan a dudar incluso de aquello que experimentaron o vieron. Ramayana

El deseo (o anhelo) y la duda surgen de la mente, y la mente misma nos mantiene enganchados con los cambios movidos por la Ley; la Conciencia es el recurso único que nos puede sustraer de la ensoñación. Cada paso tiene su momento; no te aflijas cuando te invada la pena, ni te exaltes cuando brote la alegría. Ramayana

La sabia virtud de conocer el tiempo es comprender y aceptar que hay un momento para cada cosa. . . y nunca forzarlo. A la contracción precede necesariamente la expansión. A la blandura preceden la dureza y la fuerza. A la ruina precede la prosperidad. Al quitar precede el dar. Lao Tse, Tao Te King

Uno antecede al otro, para después sucederlo. Tras la robustez viene la vejez. Esta es falta de Tao. Sin Tao pronto acaba todo. Lao Tse, Tao Te King

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Ritmo

La Ley del ritmo, y cualquier otra, opera por la desconexión con el Tao —la Naturaleza del Ser—. A gobierno flojo, pueblo inteligente. Cuanta más inquisición en el gobierno, más delincuencia en el pueblo. La desdicha se apoya en la dicha, y la dicha se agazapa detrás de la desdicha. ¿Quién podrá conocer los límites que las separan? Nada existe puro y neto. La rectitud se convierte en extravagancia, y lo bueno en monstruosidad. La confusión en que el hombre vive es muy antigua. Lao Tse, Tao Te King

Si se comprende la Ley del ritmo, quedará claro que los movimientos radicales del péndulo no son absurdos —son compensatorios—; y con el cobijo de esta comprensión, ya no provocarán confusión. El que cada día no progresa, retrocede cada día. Confucio

No es posible estabilizarse en cierta condición, porque todo se mueve —en cualquier punto del péndulo—. Cuando los hombres se juntan para comparar su fortaleza con juegos de habilidad, comienzan con un humor liviano y amistoso, pero con frecuencia terminan con otro oscuro e iracundo. Lo que empieza siendo sincero en general acaba siendo embustero. Lo que era simple al comienzo, adquiere proporciones monstruosas al final. Chuang-Tzu

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Ritmo

Ante una conciencia limitada, cualquier situación puede polarizarse en unos cuantos minutos. Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil, cuanto más se apresuran, más lentos van. Sosán, Hsin Hsin Ming

Cada movimiento pendular lleva su propio ritmo; cuando la voluntad humana pretende modificarlo, solo consigue el efecto contrario. ¡Ay de ustedes los que ahora están saciados! porque tendrán hambre. ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen! porque lamentarán y llorarán. ¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes! porque así hacían sus padres con los falsos profetas. Lucas 6: 20-26

No importa de qué lado nos encontremos, el lado opuesto asomará su cara. Tú has recibido más que los demás; en compensación, procura también dar más. Esta recomendación me sorprendió mucho. Las bodas alquímicas de Cristián Rosacruz

En esta cita se invita a respetar con sabiduría la Ley del ritmo. El que quiera castigar que se ande con cuidado, no sea que el castigo se vuelva en su contra. Paracelso, Las Siete Apologías

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Ritmo

Transitar al otro lado del péndulo no es solo una posibilidad, es algo seguro. No olvides, tú, que por la liberación del hombre peleas, que cada fracaso es triunfo. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio

Mientras nos mantengamos dormidos, cada triunfo se tornará después en fracaso. Si el “sendero secreto” es inaccesible para ti en este día, estará a tu alcance mañana. No olvides que ningún esfuerzo, ni aun el más insignificante, así en buena como en mala dirección, puede desvanecerse del mundo de las causas. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio

Hasta el acto más insignificante tendrá su compensación. Lo puedo asegurar, cuando nos encontramos totalmente desnudos, sin esperanza alguna, en ese momento de inseguridad vital nace la llama de la suprema inteligencia, la dicha de la Verdad. Krishnamurti, Informes de conversaciones y respuestas a preguntas, Nueva York 1935

En la incertidumbre extrema del “no saber” surge el “saber supremo”.

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Generación

Generación El género está en todo, todo tiene su principio masculino y femenino. El Kybalión

El Ser universal —el Todo— es impenetrable e inmutable, de Él nada sale y nada entra, nada es generado por Él porque su sustancia no se esparce. Todo lo que tiene inicio y termina, todo lo que se divide y pasa, es tan solo su sombra, una simple proyección. Pero Él es inmutable en su propia Luz y permanece incorruptible. La generación es una Ley universal que opera en la existencia y jamás debe considerarse como un atributo divino; porque el Ser universal —el Todo— es absoluto, lo abarca todo, lo contiene todo y no tiene necesidad alguna: ni de crecer ni de expandirse, mucho menos la “necesidad de generar”. El universo, como tal, sí posee cualidad generadora, y el hombre natural —creado a imagen y semejanza del propio universo físico— también la tiene. El hombre dispone de la capacidad para generar pero no por sí mismo, ni en sí mismo; sino como un canal para que a través de él fluya la generación universal. Lo que dice, siente, hace y, por supuesto, “piensa”, todo le sucede; la afirmación “yo genero” es tan equivocada como decir “yo digiero el alimento” o “yo bombeo mi sangre”. El medio generador del macrocosmos está en la Mente original universal; y a nivel microcósmico, el canal generador está en la mente humana. Cada hombre genera 119

Generación

un mundo alrededor de sí, que depende de los condicionamientos de su mente. Y aún cuando la mente forme parte de un plano ilusorio, es creativa; crea infinidad de sueños, que pueden ser celestiales o infernales. Alguien puede estar viviendo en su paraíso y quien está justo a su lado puede vivir en su propio infierno. Desde la antigüedad, la humanidad se ha mantenido enferma, mortalmente enferma como víctima de su instinto generador —creador—; no hay hombre que escape de ello. El abuso del poder generador de la mente —por parte del hombre natural— ha sido tal, que a menudo lo ha degradado a un estado subhumano; este impulso es estrictamente reaccionario y lo ha llevado marcado tanto en la sangre como en la genética. Esto ha provocado un desarrollo desmedido de la mente —órgano generador y creativo por excelencia— en detrimento de otras capacidades más sutiles y necesarias, como la intuición y la Conciencia de Unidad. En su condición creativa el hombre puede manejar todo tipo de fuerzas y, como ya se expuso previamente, con ellas genera sus infiernos o sus cielos; no obstante, la posibilidad liberadora no está en el desarrollo de la capacidad para generar cielos cada vez más excelsos, sino en la disposición para “dejar de generar”, es decir, en el “no hacer” de la mente humana —del que tanto habla Lao Tse (en el wu-wei), como base fundamental del taoísmo—, para así propiciar una clara aproximación a la quietud del Ser interior original. La intención de “hacer” es lo que mueve la voluntad humana, y el hombre que entrega y confía su vida a la disposición de su propia voluntad estará siempre rodeado de preocupación y miedo; porque la voluntad de hacer implica esfuerzo y el esfuerzo implica estrés, como conse120

Generación

cuencia de la tensión que produce el deseo de alcanzar algún resultado en el futuro. La magnificencia de la Unidad del Ser sólo podrá comprenderse cuando hayan cesado las obsesiones de “hacer” inherentes en la voluntad. “La voluntad humana jamás será liberadora”. Para el “no hacer” no se requiere de práctica alguna, basta con romper el instinto mecánico de “reaccionar”; porque todo lo que creemos “hacer” en realidad es pura reacción. Los humanos ni siquiera conocemos lo que realmente significa “hacer” porque lo hemos confundido siempre con la “reacción”. Es por eso que en el Zen se dice que la iluminación puede ocurrir en cualquier momento; porque no es cuestión de cómo alcanzarla, sino de cómo permitir que esto suceda. El movimiento de la dinámica externa nunca podrá penetrar en la quietud estática de lo interno; cuando esto se comprende, se aprecia por primera vez la belleza que hay en el “no hacer”. Todo el “hacer” fortalece la personalidad y detrás del “no hacer” se manifiesta la Conciencia. Revisemos lo que aportan algunas citas extraídas de los libros universales; veamos aquellas de mayor trascendencia histórica y propiciemos con ellas una visión universal. Todo lo que es generado es incompleto, divisible, y sometido al aumento y la disminución; pero aquello que es completo no está sometido a ninguna de estas cosas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Tanto lo generado, como la entidad generadora, poseen las mismas cualidades limitadas que caracterizan la existencia. Solo el Ser es “total”. 121

Generación

Nunca verás que se genere riqueza sin que se haga daño a otros. Mahabharata

Por Ley de compensación, cuando alguien genera algo lo hace en detrimento de alguien que no pudo hacerlo. Es por eso que las relaciones productivas y comerciales se convierten en un verdadero campo de batalla. La materia contiene en sí la generación de todas las cosas, puesto que presenta una matriz sumamente fértil para la concepción de todas las cosas que vienen a la existencia. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

La “Madre Naturaleza”, manifiesta en el plano material, es la matriz generadora de toda la vida biológica. Dios no es autor del mal, sino que es la obsesión por la perduración de las cosas generadas la que hace que el mal estalle en ellas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Todo lo generado es perecedero, tiene fecha de caducidad; obsesionarse por conservarlo es tanto como ir en contra de la naturaleza. El conocedor de la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones manifiestas, sabe que algunas fuerzas de la naturaleza trabajan sobre otras. Libre entonces de su esclavitud, ya no pretende ser el hacedor. Bhagavad Gita, III- 28

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Generación

Cuando se tiene conciencia de que es la naturaleza quien realiza todos los procesos y genera todas las cosas, ya no hay reacción en oposición a ella; se descubre la insensatez que hay en la pretensión de “hacer”, cuando la búsqueda es interna. Un hombre tal, que ha renunciado al fruto de sus acciones, está siempre contento y libre de toda dependencia; y aunque interviene en la acción, él no actúa. Bhagavad Gita, IV- 20

Únicamente sin el deseo del resultado, en plena “aceptación”, se hace posible la participación en la acción; sin condicionamientos y sin romper la quietud del “no hacer”. Un fuerte viento no dura toda la mañana. Una lluvia torrencial no dura todo el día. ¿Quién los genera? El cielo y la Tierra. Y si el cielo y la tierra no pueden durar mucho, ¿cuánto menos durará el hombre? Lao Tse. Tao Te King

El cielo —plano astral— y la Tierra, por muy majestuosos que parezcan, fueron generados; y por tanto, son perecederos. El hombre natural no es la excepción. Pocos en el mundo llegan a comprender la utilidad de enseñar con el silencio y del no hacer nada. Lao Tse, Tao Te King

La quietud y el silencio son, para el sabio, el instrumento de enseñanza más importante para ofrecer la verdadera Sabiduría. 123

Generación

Un buen labriego siembra el campo, pero no puede garantizar la cosecha. Confucio

Todo lo generado es inestable, de ello nada puede garantizarse. Tu vida tiene un límite pero el Conocimiento no lo tiene. Si usas lo limitado para alcanzar lo ilimitado, estarás en peligro. Si comprendes esto y aún te esfuerzas por conseguir el Conocimiento, ¡estarás en peligro sin duda alguna! Chuang-Tzu

En la estadía del Ser, la Quietud y la Paz se sostienen por el “no hacer”. En actitud opuesta, y en desdén a las limitaciones de la existencia, los humanos pretenden la conquista del Ser por medio del “hacer” de la mente, pero así jamás lo consiguen. No vivas en los enredos de las cosas externas. Mantente sereno, sin hacer esfuerzos, en la Unidad de las cosas. Sosán, Hsin Hsin Ming

La Conciencia de la Unidad se manifiesta solo por la desvinculación con los intereses de la existencia y sin hacer esfuerzo alguno. Todo lo que ha tenido comienzo se disolverá de nuevo. Evangelio del Buddha

Todo lo generado tiene un comienzo e ineludiblemente le depara un fin. 124

Generación

Se dice que lo Absoluto nos ha creado. Pero lo que es Absoluto no puede ser causa. Todas las cosas que nos rodean provienen de una causa, de la misma manera que la planta procede de la semilla. ¿Pero cómo lo Absoluto puede ser a la vez causa de todas las cosas? Si estuviera en ellas, ciertamente no las crearía. Evangelio del Buddha

En su Evangelio, Buddha deja claro que el Ser absoluto no es generador —no es creador—, no tiene esa necesidad y ninguna otra; por ningún motivo es “causa”, porque en Él no opera la Ley. ¿Quién genera estos cambios? Disparo una flecha a la derecha Cae a la izquierda. Cabalgo tras de un venado y me encuentro perseguido por un cerdo. Conspiro para conseguir lo que quiero Y termino en la cárcel. Debo sospechar de lo que quiero. Rumi, Masnavi

Los “cambios” que fluyen en todo lo generado son la causa principal de lo absurdo de la existencia. Dice Aristóteles, toda generación se hace de cosas convenientes en naturaleza, y esto es constante, incluso en la generación de los metales. Nicolás Flamel, El deseo deseado

La generación es un mecanismo natural de auto conservación. 125

Generación

La mente ha sido generada y lo que ella crea también es generado, por lo tanto puede ser desechado. Conversaciones por Krishnamurti en Europa 1956

Krishnamurti ratifica la cualidad generadora —y a su vez ilusoria— de la mente. “Todo lo generado es perecedero, es impermanente, y será desechado inevitablemente”. La inspiración llega cuando estamos abiertos a ella, no cuando vamos tras ella. Krishnamurti, Educación y la importancia de vida

Con el “no hacer” es posible abrirse a la inspiración. Solo cuando la mente ya no busca ni pide nada, es libre para descubrir lo verdadero. Conversaciones por Krishnamurti en Europa 1956

La mente lleva el papel protagónico en el “hacer” de la personalidad; cuando se renuncia a ese papel termina la función, y el Ser universal es revelado.

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Dialéctica

Dialéctica El cambio, el movimiento, la renovación, el espacio de vida en el que los humanos nos desenvolvemos, las características y el proceder que definen la existencia; esto es —desde un enfoque universalista— el estudio de la dialéctica. Planteamiento que necesariamente nos lleva a todo un tratado sobre el comportamiento de la naturaleza —en todos sus aspectos y en todas sus relaciones—; ya que son las Leyes universales quienes constituyen el recurso fundamental que ofrece esta posibilidad de manera amplia. Consideremos como premisa fundamental que, dentro de la existencia, las Leyes universales operan tanto en la tercera dimensión —el plano físico— como en la cuarta dimensión —el plano astral—. Por lo tanto, miremos ambas dimensiones como la dualidad indisoluble que constituye la dialéctica. En la naturaleza todo se manifiesta a través de la forma, todo posee dimensión, color, olor, textura, sonido, movimiento, [...], y de este modo todo se hace perceptible, en mayor o menor grado se evidencia delante de los sentidos. Con la combinación de ciertas cualidades, cada entidad se manifiesta con una identidad propia, y recibe autonomía; pero también desarticulación, división. Nunca perdamos de vista que todas las formas son impermanentes, perecederas; todo está en constante movimiento y los cambios que se presentan fluyen a través del tiempo y del espacio. 127

Dialéctica

Ante esta cualidad cambiante de la dialéctica, es posible mirarla de dos modos: como una condena, porque todos nuestros logros, éxitos, reconocimientos, acumulaciones, son inestables y terminarán por disolverse; o bien, como una bendición, ya que los fracasos y errores no permanecerán. De esta forma, los cambios naturales terminan brindándonos la posibilidad permanente de hacer rectificaciones. Cuando los humanos llegamos a esta vida natural sin recuerdos de nuestro Origen, resulta inevitable que se creen ciertas expectativas sobre lo que consideramos que la existencia pueda ofrecer, de esta forma esperamos que el mundo brinde alegría y felicidad constante... la realidad es que solo lo hace de manera muy limitada y temporal; de allí que la vida pueda tornarse en un estado de frustración persistente. Por otra parte, deseamos con vehemencia permanecer en la existencia, tal vez de manera inconsciente, pero siempre de forma recurrente. Lo realmente contradictorio es que la raíz de todos esos sufrimientos terrenales está en la búsqueda desenfrenada por lograr una “permanencia” dentro de un espacio donde nada puede permanecer; lo que deriva en una demanda de seguridad donde absolutamente nada es seguro —así nos introducimos en una situación de miedo constante—; finalmente caemos en cuenta que estamos ante una gran brecha que se abre entre lo que acontece y lo que deseamos que suceda, entre el “quisiera” y el “es”. Solo cuando somos conscientes del origen de todo el dolor —que no es otro más que el deseo y la apuesta por las cualidades ilusorias de la dialéctica— es posible reconocer, por contraste, la paz que se encuentra en nuestro Ser interior original; solo así lograremos reencontrarnos con ella. Evidentemente tenemos la posibilidad de acariciar el triunfo sobre muchas metas trazadas en este mundo dia128

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léctico, pero... revisemos primero algo inevitable: para concretar el éxito, en cualesquiera de los campos, inicialmente se gesta el fracaso de otras muchas personas que buscaban lo mismo —ya que es imposible que todos triunfen en una misma dirección—; sintetizando: “todo éxito está fundamentado en el fracaso de otros”. Sustentándose en esta revisión, queda claro que tras cualquier conquista viene la inevitable compensación que se manifiesta con el operar de la Ley del ritmo y la Ley de causa y efecto. Con base en lo mencionado sobre el comportamiento de la dialéctica, se corre el riesgo de caer en el error de mirar al mundo como “malvado”, culpándolo de nuestros sinsabores; peor aún si esto se combina con sentimentalismos religiosos. Pero el mundo es como “es” —más allá del bien y del mal—, los problemas surgen si no obtenemos lo que nuestro deseo pretende. De allí la importancia en distinguir si nuestra búsqueda de la Verdad es impulsada por frustraciones y decepciones hacia este mundo —lo que representaría una plena desviación— o sencillamente porque existe un reconocimiento de que esta existencia no es nuestro Origen ni nuestro destino. Si caemos en el grave error de juzgar al mundo dialéctico como “malo”, se nublará nuestra visión y difícilmente entenderemos que es la naturaleza misma —a través de sus Leyes universales— la que nos muestra el camino de regreso a casa, a nuestro estado original. Después de comprender y experimentar la “inestabilidad” que caracteriza a la naturaleza física y todas las formas manifiestas en ella, dejaremos de otorgar excesivo valor a cosas que antes nos encandilaban, y sin apego a ellas ya no nos perderemos buscando a ciegas. Se revelará el propósito interno de la verdadera Vida, relacionado con el Ser; lo entenderemos como el único y fundamental, en contraste con los propósitos externos —aquellos relaciona129

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dos con el hacer, construir, generar— que son superficiales y secundarios. Descubriremos que lo más sabio es —tras el reconocimiento de las cualidades que tienen todas las estructuras dialécticas— aceptar este mundo tal como es: inestable, inseguro, cambiante, temporal, frágil. Una vez que se “acepte” la cualidad temporal y transitoria de las formas y se renuncie a la obsesión por transformar este plano de vida para erigirlo como un “mundo mejor” —para evitar mirarnos arrogantemente como arquitectos cocreadores de un nuevo paraíso—, se revelará en nosotros el Ser informe y adimensional que llevamos dentro y que está más allá de todas las limitaciones de la vida natural dialéctica. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la dialéctica, pongamos a nuestra disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, de mayor trascendencia histórica, para así generar una visión universal. El árbol del Samsara es como el árbol que hace aparecer un mago: solo una ilusión. Upanishads

“Samsara” es el término sánscrito que puede ser traducido como “dialéctica”. El mundo en constante cambio y movimiento es manifestado desde Brahman. Es verdadero, objetivo y útil, en tanto uno no tenga conocimiento de la Realidad. Lo más que uno puede ganar por medio de la actividad pura y sagrada, es el cielo, que implica una mayor extensión de vida, la cual, no obstante, tiene también un final. Upanishads

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Para quienes nos mantenemos en cualquier grado de ensoñación —en ignorancia de la “Realidad”— la vida dialéctica adquiere sentido; para el sabio, que tiene la certeza de que la vida natural es solo un sueño, el mundo dialéctico carece de sentido. En esta cita también se expresa que lo imaginado como cielo —en la cuarta dimensión— pertenece a la dialéctica, pues posee las mismas cualidades. El nacimiento y la muerte, el peregrinar por el espacio de un mundo a otro, son todos irreales. Todo es apariencia, no realidad. Upanishads

Se ratifica que tanto el espacio tridimensional —plano físico— como el hiperespacio solamente son apariencia. El intento de dominar la mente sin ayuda de la discriminación o de hacerle ver al hombre la irrealidad de los objetos de los sentidos, equivale al intento de vaciar el océano con una brizna de hierba... es algo tonto e infructuoso. Afínquense en la convicción de que el mundo es una ficción, y solo entonces podrán aspirar a la paz y la seguridad. Upanishads

No todos están dispuestos a experimentar esta pauta: asimilar y asumir que este mundo de las formas es mera ficción. No obstante, esta clave es más fundamental de lo que pudiera parecer. El mundo exterior es creado por nuestro propia mente pensante como el humo que surge del in-

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cienso encendido. Todo no es más que apariencia, un algo que se cree que está allí pero en realidad es inexistente. Upanishads

La mente pensante es intensamente creativa, pero solo es capaz de crear sueños, apariencias. Todo lo causado y todo lo que es resultado de algo tienen vida breve. El cielo y el infierno son resultado de las acciones, son objetos producidos y, por lo tanto, no pueden ser eternos; asimismo, están condicionados por nacimiento, desarrollo, decadencia y muerte. No han existido desde el principio, han sido hechos; antes de aquel “acto”, no eran. Aquello que no era y posteriormente no será es lo mismo que “nada”, incluso en el presente. Upanishads

En esta cita, se otorgan al hiperespacio cualidades que corresponden a la dialéctica; se enfatiza que todo lo temporal solo puede ser entendido como “nada”, es decir, “irreal”. Una vez que se haya establecido la convicción de que todas las experiencias sensoriales son irreales, la mente dejará de funcionar como agente de distracción; quedará tan impotente como un miembro paralizado. Por muy hambriento que esté un hombre, ciertamente no ansiará comer desperdicios. Upanishads

La mente se mantiene como agente permanente de distracción, precisamente porque otorga toda la credibilidad a las percepciones sensoriales. Solamente asimilando 132

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esto se tiene la posibilidad de aquietarla de forma espontánea, para experimentar así la quietud donde radica la verdadera paz. Éste es el ciclo de la Rueda de la Ley en continuo movimiento, y en vano vive el hombre que, malgastando su vida en placeres, no ayuda a este ciclo. Pero el hombre que se deleita en el Espíritu, y en Él encuentra su satisfacción y su paz, ese hombre está más allá de las leyes de la acción. En verdad, está más allá de lo que se ha de hacer y de lo que no se ha de hacer, y para realizar su trabajo ya no necesita depender de la ayuda de los seres mortales. Bhagavad Gita, III- 16, 17 y 18

Krishna toma la rueda como símbolo del cambio continuo y demás cualidades que caracterizan a la existencia. Buddha retoma este símbolo que es nombrado en los Vedas como Samsara, término que en occidente se traduce como “dialéctica”. Duryodhana estuvo desafiante hasta el final. —No me arrepiento de nada. No me importa que Bhima baile sobre mi cabeza; después de todo, mi cuerpo perecerá en algún momento. Mi futuro está en el cielo, a donde llegan los guerreros, y sé que mis seguidores estarán ahí y me darán la bienvenida. Mahabharata

Duryodhana, al verse perdido en el combate, apela a la continuidad de la existencia en el cielo —la cuarta dimensión—. Esto sugiere que los planos físico y astral, ambos temporales, son complementarios dentro de un mismo campo dialéctico. 133

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Nunca verás que se acumule riqueza sin que se haga daño a otros. Mahabharata

Detrás de la ganancia está la pérdida y aunque repercuta en otros, tarde o temprano se nos devuelve como mecanismo de compensación. No veo a una sola criatura en el mundo que se mantenga viva sin dañar a otra. Ni los ascetas pueden mantenerse vivos sin matar a una criatura. Mahabharata

Es inevitable que la vida de un organismo se mantenga a expensas de la muerte de otros. El sabio nunca buscará el gozo en las cosas de este mundo, pues los placeres que ellas reportan son tan solo el presagio de los sufrimientos que luego han de venir. Todo es transitorio, igual que viene se va. Bhagavad Gita, V- 22

El placer y el dolor se manifiestan siempre alternándose, como la onda senoidal que se genera con el girar de la rueda. El proceso del tiempo es regulado por un orden fijo; y el tiempo, en su curso ordenado, renueva todas las cosas del cosmos sucesivamente. Estando sometidas todas las cosas a este proceso, nada hay que permanezca firme, nada fijo, nada libre de cambio, ni entre las cosas que vienen a la existencia, ni entre las del cielo ni entre las de la Tierra.

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Solo Dios permanece inmóvil, y con buen motivo; pues es autocontenido y autoderivado, totalmente centrado en sí mismo. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Hermes también habla de la cualidad cambiante de la dialéctica, característica que atribuye tanto al cielo como a la Tierra, es decir, a la tercera y cuarta dimensión.

Dios no es autor del mal; sino que es la obsesión por la perduración de las cosas hechas la que hace que el mal estalle en ellas. Y ésta es la razón por la que Dios ha sometido las cosas al cambio; pues, por medio de la transformación las cosas hechas, son purgadas del mal. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Hermes dice que el mal se genera en la medida que nuestra actitud persistente desea que las cosas permanezcan. Aceptemos los cambios y asumámoslos como un mecanismo necesario de depuración.

Un fuerte viento no dura toda la mañana. Una lluvia torrencial no dura todo el día. ¿Quién los produce? El cielo y la Tierra. Y si el cielo y la Tierra no pueden durar mucho, ¿cuánto menos durará el hombre? Lao Tse. Tao Te King

Lao Tse habla de la impermanencia, misma cualidad que otorga tanto a la Tierra como al cielo, de esta manera les asigna una idéntica naturaleza en el marco de la dialéctica. 135

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Cuando reina el buen orden, el menos sabio sirve al más sabio. Cuando no reina el buen orden, el más pequeño sirve al más grande y el más débil sirve al más fuerte. Confucio

En la dialéctica difícilmente reinará el verdadero orden —porque es una cualidad exclusiva del Ser—, es por eso que surge inevitablemente la utilización del hombre por el hombre; la historia lo ha demostrado siempre. No podría ser de otro modo.

A los cambios que parecen ocurrir en el mundo los llamamos reales solamente debido a nuestra ignorancia. Sosán, Hsin Hsin Ming

No solo el aspecto cambiante, sino todas las cualidades que se manifiestan en la dialéctica tienen carácter ilusorio.

Todo es vanidad. Desolación y vanidad. Contemplar el mundo es vano, y gozar de la vida es vano. El mundo, incluso el hombre, es como un fantasma; y la esperanza en el cielo, como un espejismo. Evangelio del Buddha

Pierde todo sentido apuntar al cielo si posee cualidades ilusorias similares a las de la Tierra; y uno le sucede al otro. El verdadero Ser está más allá del bien y del mal, del cielo y la Tierra; la Naturaleza del verdadero Ser no es propia de la tercera ni de la cuarta dimensión. 136

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Todo lo que ha tenido un comienzo se disolverá de nuevo. Todo cuidado de la personalidad es vano; el “yo” es como un espejismo, y todas las tribulaciones que le tocan son pasajeras. Se desvanecerán como la pesadilla cuando el soñador despierta. Evangelio del Buddha

Es de verdad interesante observar cómo los humanos consideramos prioritario el cuidado de la persona; creer que la personalidad es nuestra realidad... simplemente es un sueño. Pitágoras, sospechando que Fálaris tramaba su muerte, pero sabiendo que no estaba destinado a morir en manos de Fálaris, se puso a hablarle con toda franqueza. Mirando a Abaris dijo que hay por naturaleza tránsito entre el cielo y las regiones aéreas y terrestres. Vida Pitagórica, Jámblico

Pitágoras habla del constante devenir entre el cielo y la Tierra, una migración cíclica entre la cuarta y la tercera dimensión. Este planteamiento abre el debate sobre el tema “reencarnación”. Nadie se mete dos veces en el mismo río. Heráclito

En unas cuantas palabras, Heráclito describe el cambio constante que fluye en la dialéctica. Nosotros, hombres, estamos apresados desde la infancia en una caverna subterránea donde no podemos girar la cabeza para dirigirnos hacia la salida,

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estando, por el contrario, obligados a mirar a la pared de la caverna. Platón, La República, libro 7

Todo el pasaje narrado por Platón, en relación con la caverna, describe de manera detallada las características de la dialéctica; incluso el hecho de ignorarnos como “prisioneros dormidos” dentro de ella. Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. Marcos 13: 1,2

Jesús de Nazaret habla, por medio de este ejemplo, sobre la impermanencia de todas las cosas; incluso las que consideramos más estables. Vi un cielo nuevo y una Tierra nueva; porque el primer cielo y la primera Tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Apocalipsis 21: 1

En la Apocalipsis de Juan, también se señala el carácter transitorio tanto del cielo como de la Tierra. Nuestro verdadero origen está más allá de ambos. Todo aquello que aparece ante nosotros como distinto de Allah se desvanecerá. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

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En el Islam, en consonancia con todas las corrientes, se dice que todo lo que no está en el Todo —Allah— es meramente transitorio e ilusorio.

No es que Allah haya creado todas las cosas, sino que tanto en el mundo invisible como en el visible no hay nada salvo Él, en ninguno de los dos mundos hay una sola partícula de existencia propia. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad

Ibn Arabi plantea como inadmisible el creacionismo. El Absoluto, al poseer todo lo verdadero, ¿qué necesidad tendría de crear, de expandirse? También explica que a lo largo de la dialéctica, de los dos mundos, nada es en sí mismo.

Debes pedir lo que realmente quieres No te vayas a dormir. La gente va y viene a través del umbral Donde los dos mundos se tocan No te vayas a dormir Rumi, Masnavi

En un exquisito mensaje poético, Rumi describe el tránsito entre ambos mundos; y deja abierta la posible reencarnación.

¿Es que acaso se vive de verdad en la Tierra? ¡No por siempre en la Tierra, solo breve tiempo aquí! Aunque sea jade: también se quiebra; aunque sea oro, también se hiende,

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y aun el plumaje de quetzal se desgarra: ¡No por siempre en la Tierra: solo breve tiempo aquí! Nezahualcóyotl, El árbol florido

Nezahualcóyotl hace referencia a lo transitorio de las cosas y de nuestra breve estancia en la Tierra, pero además propicia una confrontación acerca de este cuestionamiento: ¿de verdad se vive aquí?

El cielo tiene cada día un nuevo modo de acción. Su esencia cambia cotidianamente: también él envejece. Un niño, tras su nacimiento, se transforma con la edad. También el cielo, en otro tiempo niño, comenzó a existir, y se dirige inexorablemente hacia un fin predestinado; la muerte merodea en torno suyo igual que en torno al hombre. Paracelso, Las Siete Apologías

Paracelso visualiza al cielo tal como es este mundo: pasajero. Sintoniza con lo dicho por la física contemporánea: El universo entero está en proceso de disolución... perecerá.

En el materialismo nunca serás capaz de alcanzar la libertad. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

La libertad se vislumbra al orientarse en sentido contrario, desvinculándose de los intereses de este mundo dialéctico; pero no porque sea malo, sino porque es ilusorio. Y si confiamos en él, nos introduciremos más en el sueño profundo. 140

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En este mundo, el cielo y el infierno están presentes en todo lugar, pero de acuerdo con la región interna. Jacob Boehme, La Llave

Cada quien edifica por sí mismo, de acuerdo con la proyección de su estado interior. La mente anhela permanencia; anhela un perpetuo estado de paz, de amor, de divinidad, una seguridad. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)

Es legítimo anhelar la experiencia de todas la cualidades que se otorgan al Ser, pero no perdamos de vista que en el plano externo solo recibiremos minúsculas pinceladas. El problema no es el mundo, sino la relación de usted con los demás, eso es lo que genera el problema; y ese problema, al extenderse, se convierte en el problema mundial. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) Ceilán

Los humanos estamos tan divididos como la existencia misma, y en todos los sentidos; cuando aceptemos esta cualidad natural, el problema deja de ser problema. El principio rector es en todas partes la lucha por el éxito a expensas del prójimo. Este espíritu competitivo predomina hasta en las escuelas y universidades y al destruir todos los sentimientos de cooperación y fraternidad, concibe el triunfo no

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como algo que emerge del amor al trabajo fecundo y concienzudo, sino como algo que nace de la ambición personal y del temor al rechazo. Albert Einstein, Mis creencias

El éxito no podría ser de otro modo, el problema consiste en que fuimos educados para convertirlo en la razón fundamental de la existencia —como si fuera el único propósito de nuestra presencia en este mundo—, sin considerar las implicaciones que conlleva. El verdadero sabio jamás se esclaviza con el deseo del éxito, es un hombre tan simple y común que podría pasar inadvertido.

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Neutralidad En su condición natural, el hombre común logra retener un margen minúsculo del recuerdo de los múltiples acontecimientos del pasado —ni siquiera retenemos las impresiones del momento en que llegamos a la existencia, mucho menos la posibilidad de algún antecedente—; esto podría ser el resultado de un mecanismo de defensa natural, que nos induce al olvido para protegernos de una interminable carga de experiencias densas, cuya acumulación en el recuerdo resultaría psicológicamente indigesta y devastadora. No obstante, este mecanismo de defensa exige el pago de un costo muy elevado: por la ausencia del recuerdo, y por el olvido de lo que hay detrás de él, nos mantenemos en la existencia sobre el influjo ensoñador de creer que el único propósito de la vida es “estar bien aquí”. Pero cada vez que la naturaleza nos dice que aquí no es posible estar lo suficientemente bien, nos ayuda así empujándonos a investigar la posibilidad de trascenderla, para descubrir la parte esencial que hay en nuestro verdadero Origen. No perdamos de vista que la naturaleza tiene una constitución dual, por un lado nos empuja hacia una búsqueda y, por el otro, nos retiene a través de sus mecanismos de encantamiento (regulados por la Ley universal). No obstante, el equilibrio cosmogónico es sabio y nos otorga una gran clave —casi mágica— que permite la desvinculación con esos mecanismos naturales; su nombre es “neutralidad”. He aquí la importancia fundamental y trascendental que este tema devela ante nosotros: la neutralidad nos lleva más allá del operar de la Ley universal; claro, no 143

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contra ella, ni desafiándola, sino con absoluto respeto por todo lo que representa. Los verdaderos Maestros coinciden en que el Hombre libre, sustentado en la Conciencia del Ser, sostiene su mirada sin distraerse hacia izquierda o derecha, no es conservador ni reaccionario, no asume un papel protagónico pero tampoco antagónico; es decir, no toma partido en ninguna de las infinitas dualidades que fluyen a través de las marejadas de la dialéctica. Va más allá del bien y el mal, no etiqueta las cosas con conceptos de “bueno o malo”; asume una abstención, permitiendo que el universo fluya y mueva sus fuerzas en consonancia con el Ser. El gran maestro sufí Gurdjieff relata que al ser recibido en el monasterio de Bokhara, le colocaron una placa que siempre portaba en el pecho, de un lado decía: “Estoy negativo, por favor no me tomen en serio”; y del otro lado: “Estoy positivo, amoroso, por favor no me tomen en serio”. Finalmente, cuando dejó de sentirse de un lado u otro, en el estado donde desaparece la división, cuando todo está en quietud y en Unidad... fue el momento de retirarle esa placa, de abandonar el monasterio; la iluminación llegó. Nuestra realidad es que no vivimos en un monasterio y aún así el propósito es convertir la vida cotidiana en un laboratorio experimental. Observemos que difícilmente estamos en neutralidad y no advertimos las consecuencias que se presentan —como miedo o ansiedad— cada vez que por impulso de cualquier deseo elegimos algo; qué complicado es no elegir. Sin embargo, debemos acercarnos a ese estado para vivenciar los primeros sabores de la experiencia trascendental del Ser, ya que solo de esta forma se manifiesta. 144

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En el momento que se presente una circunstancia que exija un proceder, es natural que surja la pregunta: ¿cómo puedo decidir, actuar y mantenerme en neutralidad al mismo tiempo? Claro que es posible, debemos actuar de acuerdo con lo que consideramos conveniente, pero lo importante es que se “acepte” cualquier resultado; sin etiquetarlo como bueno o malo. De este modo se afronta la existencia “actuado en neutralidad” sin resistencia a lo sucedido; y así abrimos nuestra ventana interior para que el Ser se manifieste. Quien se abstiene de actuar por “indiferencia”, se aleja de la neutralidad; pues la indiferencia surge de un desdén egoísta —o cobarde— donde nada importa de lo sucedido a nuestros semejantes. La neutralidad solo se presenta cuando la actuación es libre de los impulsos del deseo y de todo tipo de condicionamiento. Cada vez que rechazamos, es el deseo quien está actuando; porque deseo y rechazo son de la misma naturaleza, y ambos nos sacan de la neutralidad. En la ilusión del ego siempre sucede así: surge la preferencia o el rechazo por todo, y eso impide ver más allá de la dualidad. Solo en neutralidad veremos los hechos tal como son, por encima de nuestras opiniones que no son más que vendas que ciegan el corazón. Con la conciencia sobre la “no-realidad” de la existencia —conciencia existencial—, el desapego surge de manera espontánea y eso conduce hacia el más legítimo estado de neutralidad. Pero el desapego no es un obstáculo que impida disfrutar de lo que el mundo ofrece, por el contrario, por vez primera disfrutaremos sin temor a la pérdida y sin angustia por el futuro; sin atribuirle a las cosas el peso y la importancia que no tienen; inmersos en la quietud y en la paz surgida de la neutralidad. 145

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No nos sorprendamos al descubrir, de manera vivencial, un error que es tan común: creer que cualquier impulso “místico emocional” viene de nuestro corazón, del Ser interior. Al Ser verdadero solo se le escucha en un estado pleno de NEUTRALIDAD. No estamos aquí para vivir “experiencias emocionales o místicas” ni para “hacer algo”, sino para permitir que todo suceda como “es”. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la neutralidad, pongamos a disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia histórica; para así generar una visión universal. La mente se deja atrapar por el apego cuando se detiene en un objeto y lo desea o lo rechaza. Para liberarse de esa atadura, la mente debería ser instruida para no adherirse a ningún objeto, ni desearlo ni rechazarlo. La mente es precisamente la que encadena o libera. Upanishads

Por naturaleza propia, a la mente no le es posible mantenerse en neutralidad. A pesar de que había perdido un reino y se veía forzado a exiliarse, el rostro de Rama brillaba como la luna detrás de gruesos nubarrones, sin ser afectada por aquel oscuro velo. El esplendor de su expresión no había cambiado, pues enfrentaba el honor o el deshonor con plena ecuanimidad. Se comportaba como un veterano yogui. Sin traza alguna de agitación en pensamiento, palabra u obra; caminaba como si nada hubiera pasado, como si nada pudiera preocuparlo. Ramayana

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La neutralidad caracteriza al verdadero yogui. Con esa actitud, Rama deja claro que era un Hombre verdaderamente libre. Como una enorme y firme roca erguida sobre las aguas del mar, Rama seguía imperturbable ante los golpes de las crecientes olas a su derredor. Estaba por encima y más allá de los ataques de la pena y de los halagos de la alegría. Lo embargaba la misma ecuanimidad que cuando se le había ordenado retirarse a la selva por catorce años, igual que cuando iba en camino de ser coronado rey de un gran imperio. Ramayana

La simple neutralidad describe todo lo que hay detrás de la majestuosidad de un Maestro. Aquél que no siente atracción ni repulsión, que ha renunciado a los logros personales y la obtención de bienes, que, estando más allá del bien y del mal, ya no se queja por nada, agradeciéndome todo con su amor, a este hombre Yo le amo en verdad. Bhagavad Gita, XII- 17

Krishna describe a un “Hombre libre” que va más allá de todas las dualidades, que de nada se queja. ¿Qué podría afectarle a un hombre tal, si es consciente de que todos los acontecimientos de la existencia derivan de una realidad relativa? El que no es perturbado por las penas ni anhela las alegrías, ya desapegado de los placeres y estando más allá de la pasión: éste es un sabio de mente equilibrada. Bhagavad Gita, II- 56

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Quien ha trascendido la dualidad, quien se mantiene inamovible ante los vaivenes de la dialéctica, solo él experimenta el desapego de manera espontánea. No alabando al ilustre, se mantiene al hombre alejado de la rivalidad. No valorando lo precioso, se mantiene al hombre alejado de la codicia. No revelando lo deseable, se mantiene el corazón del hombre alejado de la confusión. Lao Tse, Tao Te King

La sensación de la dualidad comenzó cuando el hombre dio a las cosas el valor que nunca han tenido. Así, sin advertirlo, se alejó cada vez más del estado original de la neutralidad. El hombre superior no alaba a un hombre por sus palabras, ni rechaza las palabras de un hombre porque le disgusta su persona. Confucio

El elogio es tan nocivo como la injuria. Es torpe detenerse en eso y en cualquier dualidad. Los Hombres-Verdad de la antigüedad no sabían amar la vida ni aborrecer la muerte. Salían a la vida sin alborozo y entraban a la muerte sin resistencia. No olvidaban su origen ni buscaban su fin. Chuang-Tzu

Si la conciencia del Origen permanece en nosotros, la dualidad se trasciende por añadidura y se restablece la neutralidad. 148

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No sufrir daño alguno, tengas o no tengas éxito: solo un hombre con virtud puede lograrlo. Chuang-Tzu

Se requiere desapego, y una madura conciencia existencial, para no sentirse afectado en el fracaso y no verse encandilado con el éxito. El Gran Camino no es difícil para aquellos que no tienen preferencias. Cuando ambos, amor y odio, están ausentes todo se vuelve claro y diáfano. Sin embargo, haz la más mínima distinción, y el cielo y la tierra se distancian infinitamente. Sosán, Hsin Hsin Ming

Cualquiera puede pensar que el camino hacia la liberación es largo, sinuoso, difícil. Pero con una sencilla mirada desde el interior, queda claro que con la neutralidad es fácilmente accesible para quien quiere recorrerlo. Sosán nos ofrece esta clave: Sin preferencias se abre y se despeja; cualquier distinción lo cierra. Que no considere el hombre si una cosa es agradable o no. El amor al placer engendra disgusto, y el temor al dolor crea miedo. El que está libre del amor al placer y del temor al dolor, no conoce ni el disgusto ni el miedo. Evangelio del Buddha

Todo condicionamiento se mantiene vinculado con una dualidad: deseo-rechazo. Hay cinco meditaciones[...] La quinta, es la meditación sobre la serenidad, en la que debes elevarte

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por encima del amor y del odio, viendo tu propia suerte con imparcialidad y una tranquilidad perfectas. Evangelio del Buddha

La serenidad, la paz interior, llega por la trascendencia de la dualidad. Seamos neutrales —imparciales— tanto hacia las circunstancias externas como hacia el vehículo propio; la personalidad. El más importante apoyo, para una altura de sentimientos, era la convicción de que ninguna eventualidad humana debe resultar inesperada, sino que debe esperarse todo lo que no está bajo nuestro control. Vida Pitagórica, Jámblico

La sociedad siempre tuvo gran respeto hacia los pitagóricos por su sabiduría. Pitágoras los formó para que, en vivencia de la neutralidad, estuvieran siempre preparados para esperar lo inesperado; en permanente ausencia de emociones. Hermanos: el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa. Corintios I 7: 29-31

¿Cómo explicaría la religiosidad moral cristiana que quien tiene esposa sea como si no la tuviese? Más cuestionable resulta en pleno siglo XXI. Esto queda fuera del 150

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alcance de la comprensión para todo aquel que ignora la esencia escondida detrás de la neutralidad. Este pasaje del Nuevo Testamento es poco leído, y en él Pablo habla del carácter aparente y transitorio de este mundo.

Toma a uno que no lleva sus cuentas Que no quiere ser rico, ni tiene miedo a perder Que no tiene interés alguno en su personalidad: es libre. Rumi, Masnavi

¿Qué necesidad de hacer cuentas tiene un hombre libre y neutral? Para él la pobreza y la riqueza son intrascendentes.

Ten paciencia, candidato, como aquel que no teme ningún fracaso, ni acaricia triunfo alguno. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio

No desear el triunfo, no temer al fracaso... ¡Qué grandiosa libertad!

Es posible deshacerse radicalmente de toda simpatía o antipatía, hasta considerar finalmente todo cuanto nos suceda con la misma neutralidad con que un observador contemplaría cómo cae el agua de una montaña sobre el valle al pie. No hay que buscar indiferencia hacia la vida cuando andamos tras el conocimiento suprasensible, sino la transformación del interés directo que el ego se toma en su propio destino. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo

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La “neutralidad” surge de la Conciencia, es una cualidad del Ser; la “indiferencia” viene de la ilusión del ego, nos aleja del Ser; nunca debemos confundirlas. Investigamos, analizamos, nos estudiamos a nosotros mismos, pero éste es un proceso que implica conflicto y dolor; en él no hay alegría porque nos juzgamos, nos justificamos o nos comparamos. La conciencia de no elección, esta pasividad creativa, es incluso más esencial que la observación de uno mismo. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

La conciencia de “no elección” nos lleva de la mano hacia la neutralidad. Cualquier juicio, incluso hacia uno mismo, nos aleja de la lucidez que aflora en la neutralidad.

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Identificación Todos poseemos una verdadera y única identidad, nuestro Ser interior, que además de portar una Naturaleza absoluta y perfecta es el Origen de la manifestación corpórea y mental. En relación con nuestra identidad original, afrontamos un problema sistemático: la incapacidad para percibirla con los sentidos; esto nos mantiene alejados de ella en tal grado, que quedó en el olvido y fue sustituida por una nueva —pero falsa— identidad: la personalidad, con todas sus manifestaciones corpóreas. A partir de ese momento, todo lo vinculado con la “persona” se convierte en objeto de identificación y forma parte de esta falsa identidad. Mientras que el Ser original, nuestra “verdadera identidad”, tiene naturaleza absoluta; la personalidad, la “identidad sustituta”, es limitada y temporal. Y el miedo que produce la certeza de que se acerca cada día el fin de la personalidad corpórea, nos adentra inconscientemente en la necesidad compulsiva —deseo— de engrandecerla. Es así como el sencillo juego de la existencia se convierte en una trágica lucha por el engrandecimiento y la supremacía, que también se traducen en supervivencia. Quien se identifica con la personalidad y se olvida de lo primordial, atiende con gravedad los asuntos secundarios —los existenciales—; quien mira hacia el Ser, minimiza los asuntos secundarios y se ocupa de lo primordial —la Conciencia—. Existe un sinnúmero de objetos de identificación y todos están destinados a reafirmar la personalidad, para hacernos sentir que ella es nuestra verdadera 153

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identidad —esto nos introduce en el más profundo estado de ilusión—. Para sustraernos de dicho estado, dirijamos la atención inmediata hacia la mente; ella tiene el mando de la personalidad. La mente es la herramienta más importante que tenemos para afrontar la existencia, sin ella estaremos absolutamente perdidos en el mundo; si la usamos correctamente transitaremos por la vida con decoro. No obstante, si nos identificamos con ella —si la creemos nuestra identidad verdadera—, ella misma nos utilizará. Al creernos la mente, ella toma el control de todo. La mente a su vez se identifica con el tiempo y con las formas, haciéndonos creer que este mundo es nuestra Patria original; que somos originarios de aquí y que esto es nuestro destino. De allí que el paso fundamental hacia la libertad de la Conciencia sea evitar la identificación con la mente. Nuestro esquema de pensamiento, nuestras creencias —tanto en lo social como en lo religioso—, constituyen un importante sentido de identidad enraizado en la mente. A mayor identificación, más amplia se hace la brecha entre las filosofías y las religiones; así nos identificamos como cristianos, musulmanes, judíos, budistas, masones, rosacruces, [...], ¡cuánta división, cuánta densidad! Unos descalifican a otros y todos se consideran poseedores de la verdad, como un mecanismo inconsciente para proteger su falsa identidad —individual o colectivamente—. La mayoría de personas se reducen a “objeto enamorado” del drama particular de su vida, en el momento de la identificación con su historia. Es así como muchos se hacen adictos a contar cada pasaje de su vida para reafir154

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mar su falsa identidad. Así se mantienen identificados con su apellido, su raza, su profesión o su nacionalidad, entre otros. Es de lo más común creer que el cuerpo físico es nuestro Ser, nuestra identidad; con el cuerpo viene el género —hombre o mujer— y la apariencia estética, que marca la autoestima. También nos identificamos con diversas funciones sociales, como: padre, madre, esposo, hijo, amigo, […]. Otro de los motivos más elementales de identificación surge con los objetos: el juguete, la bicicleta; que después se convierten en el auto, la ropa, la casa, y tantas cosas más; suponemos que se crece acumulando pertenencias y la verdad es que terminamos perdidos entre ellas. Todos los intereses creados alrededor de la publicidad se derrumbarían si la gente dejara de afirmar su falsa identidad a través de los objetos materiales. Existe el riesgo de convertir a la enfermedad en ingrediente de identidad; peor aún si nos enganchamos con la consideración especial ofrecida por familiares y amigos. De mayor complicación si la enfermedad prolongada define algunos rasgos de la personalidad. Hay quienes llegan al extremo de utilizar el dolor y el sufrimiento para fabricarse una identidad de víctima, quedan reducidos a un estado de autocompasión; pero curiosamente logran mover algunas voluntades. Conviven cortés y educadamente, pero buscan cualquier circunstancia para reaccionar y encontrar a quién confrontar y culpar, así procuran alguna razón que justifique su infelicidad. No pueden vivir sin buscar a los responsables de su desdicha para convertirlos en enemigos. 155

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A través de la identificación con la personalidad es como se manifiesta el ego, que no es más que un “falso” sentido del Ser. Surge cuando el Ser original —que es adimensional— se confunde con las formas dimensionales. Es una grave equivocación creer que el ego es una entidad maligna que nos mantiene sumidos en el mal; el “yo” es la simple manifestación de una gran confusión; pero podemos cometer el grave error de engrandecerlo si nos identificamos con él, diciendo: “yo soy vanidoso, avaro, envidioso, iracundo…”. Los juicios —peor aún si se dirigen a uno mismo— a nada verdadero conducen. Cuando descubramos que hay una voz repetitiva y constante en la cabeza, que pretende erigirse como el Ser, comenzará a revertirse la identificación con la mente; así dejaremos atrás el añejo estado ilusorio. Cuando no confundamos lo que somos con las formas dimensionales y transitorias, se expresará en nosotros la eternidad y la amplitud adimensional del Ser. Cuando hagamos a un lado la historia personal, que no es más que un cuento cargado de emociones, recuperaremos el verdadero sentido del Ser, que está lleno de luz. Cuando nos reencontremos con la Conciencia de nuestra verdadera identidad, veremos la insignificancia de todos los acontecimientos existenciales; lo que veíamos como “grandes problemas”, serán simples nimiedades. El próximo salto evolutivo de la humanidad estará marcado por la trascendencia de los pensamientos y se dará cuando la humanidad deje de identificarse con la mente. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la identificación, pongamos a nuestra disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica, y generemos una visión universal. 156

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El sabio verá a todos los seres como a sí mismo, sabiendo que comparten su propia realidad innata. Será alguien que brilla en el esplendor de su propio Ser. Así, la forma individualizada no es su forma genuina, no, y ni siquiera lo son los cuerpos denso y sutil. Upanishads

Ninguno de los cuerpos de la personalidad —físico, vital, astral o mental— constituyen nuestra verdadera identidad. El jivi que está identificado con la mente y sus divagaciones, escapa a través del oído o del ojo o de cualquiera de los otros sentidos, y cae en los lokas en que rige el karma. Upanishads

Tras la confusión de creer que la mente es el Ser, surge la identificación con lo que muestran los sentidos; en esta condición nos enredamos con todo lo que acontece en el mundo dialéctico. Esta confusión propicia que la mente otorgue credibilidad a todo lo que adquiere forma y se enrede en el entramado de causas y efectos. Al analizar el valor y la importancia relativa de los objetos y los poderes, el hombre debe renunciar a la identificación del Ser con el cuerpo físico y reconocer su verdadera realidad. Un hombre de esta clase se eleva hasta las alturas; es el más noble de los hombres, riéndose, actuando y moviéndose sin preocuparse de las necesidades o comodidades del cuerpo. Upanishads

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Resultará imposible reconocer nuestra verdadera identidad, mientras nos mantengamos identificados con el cuerpo y la mente.

Aquel que se siente uno con el cuerpo denso, persigue febrilmente los placeres que se pueden obtener a través de los sentidos. El deseo no es más que la consecuencia de la identificación con el cuerpo físico. Renuncien a ella y los deseos se apartarán de ustedes. La alegría y el pesar, al igual que lo correcto y lo erróneo, deben ser trascendidos. El amor y el odio pertenecen a la naturaleza de los instrumentos del hombre; no pertenecen al “viviente” que habita con ellos. Upanishads

La identificación con el cuerpo denso y los cuerpos sutiles es la raíz de todos los problemas; tras la negación de la personalidad, el deseo y los apegos se desvanecen por añadidura, llevándose el dolor y la ansiedad que llevan consigo.

El “Yo” se refiere a la Realidad; solo la ignorancia puede emplearlo para indicar el cuerpo. Esta ignorancia y esta falsa identificación son las causas de los interminables capítulos de sufrimiento y alegría. Por consiguiente, utilicen la palabra Yo con discernimiento y solo para significar su realidad bráhmica. Upanishads

El fondo de la ignorancia radica en la falta de discernimiento; distingamos el verdadero “Yo” —el Ser original—, del “yo” ilusorio —la personalidad—. 158

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Por muy informada que sea una persona, si se identifica con el cuerpo habrá que declararla equivocada. No se identifiquen con el cuerpo denso de carne y huesos, ni tampoco con el sutil o el causal. Solo así puede emerger la permanente bienaventuranza. La alegría y el pesar, el bien y el mal, pertenecen al ámbito de la mente y no a ustedes. Ustedes no son el hacedor ni el que disfruta de los resultados de la acción. Ustedes siempre son libres. Upanishads

En la identificación con la personalidad resulta imposible la libertad de la Conciencia. Todos los fenómenos que rodean la personalidad forman parte de ese estado de identificación que nos mantiene dormidos, conduciéndonos al envanecimiento de creernos “grandes hacedores”.

Es una lección que Rama enseñó más que con palabras con su comportamiento. “Nadie, por muy grande que sea, puede escapar de maya, la ilusión del mundo; los pondrá de cabeza en un momento, no aflojará sus garras hasta que la víctima esté embelesada en la creencia de que es el cuerpo; no se asustará ante el nombre, la fama, la destreza o la inteligencia de la persona que busca poseer. Solo cuando el individuo descarte el nombre y la forma, se libere de esta conciencia del cuerpo y se establezca en el Absoluto, podrá escapar del engaño que maya inflige.” Ramayana

Maya, la ilusión del mundo, se sustenta en la identificación con el nombre y las formas. Tras la “no identificación” viene la Conciencia de la “Realidad”. 159

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Llorar por Vali en su forma corporal es tonto, puesto que el cuerpo está aquí. ¿Lloras entonces por el Atma que estaba en este cuerpo? Ese Atma es eterno; no puede morir o deteriorarse, disminuir o desintegrarse. Solo aquéllos que no comprenden el principio del Atma sufren por el engaño de que ellos son su cuerpo, y hasta que no logran comprenderlo, aun los más eruditos caen en ese error. Estar enamorado del cuerpo, como si eso fueses tú, es «ignorancia»; estar consciente del Atma, que es lo que realmente eres, es «sabiduría». Ramayana

Los hombres más identificados con las formas corpóreas son quienes más sufren por la muerte —aunque esencialmente, la muerte no es real—; solo en la “no identificación” es posible vivir la sabiduría. El que busca el “yo” debe distinguir entre el falso y el verdadero “yo”. Su “yo” y su egoísmo son el falso “yo”, ambos son ilusiones sin realidad y son compuestos perecederos. Únicamente aquel que identifica su “Yo” con la Verdad alcanzará el Nirvana, alcanzará el estado de Buda. Evangelio del Buddha

Buddha nos invita también a discernir entre el Ser interior y la personalidad. Sin el verdadero “Yo” —nuestro Origen— nada verdadero podrá alcanzarse. Replica Judas: De lo que tenemos aquí, ¿qué no nos corresponde? Contesta el Maestro: Ya les he dicho que ni sus huesos, ni sus carnes, ni sus padres, ni sus hijos; ni lo que han aprendido de sus antepasados les sirve, ni les corresponde. Evangelio de Judas

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Jesús de Nazaret nos pide evitar la identificación con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra historia.

Te digo que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino del Espíritu no está en la Tierra. Evangelio de Judas

Aquí habla sobre nuestra verdadera identidad: el Espíritu; cuyo Origen no es de este mundo.

Debes alejar tu deseo de todas las cosas; no debes extender tu voluntad para poseerlas para ti. Pues tan pronto como tomas algo en tu deseo, y lo recibes en ti como algo propio, entonces este mismo algo se identifica contigo mismo, como si formase parte de tu propio Ser. Pero si no recibes nada en tu deseo, eres entonces libre. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

El deseo es el factor vinculante de identificación con las cosas.

No somos nada. Tal vez tengamos un nombre y un título y una propiedad y una cuenta en el banco, tal vez tengamos poder y seamos famosos. Pero a pesar de todas estas protecciones, no somos nada. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (primera serie)

Todos los elementos de identificación con la personalidad son simples protecciones. Y por muy protegidos que nos sintamos, la personalidad sigue siendo “nada”. 161

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La identificación con el conocimiento que hemos adquirido es otra forma de apoyar la personalidad ¿verdad? A través del conocimiento, el “yo” continúa con su esfuerzo por ser algo, y con ello perpetúa el dolor y la desdicha. Conversaciones por Krishnamurti en Europa 1956

Por supuesto, Krishnamurti se refiere al conocimiento mental y no al Conocimiento del Ser. La identificación con el intelecto es lo más difícil de trascender. La memoria, como proceso de identificación, proporciona continuidad a la personalidad. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

La identificación con la mente es la que otorga más vida a la personalidad; pero esa vida es relativa y temporal. Si somos totalmente conscientes de un obstáculo, ya se trate de un gurú, de la memoria, o de la clase social, esa conciencia descubrirá aquello que crea todos los obstáculos, todas las ilusiones, es decir la conciencia de la propia identidad, el ego. Cuando la mente es inteligentemente consciente de ese creador, es decir, consciente de su propia identidad, durante dicho proceso consciente, ese creador de ilusiones se disuelve por sí mismo. Inténtelo y verá lo que sucede. Krishnamurti, Informes textuales de conversaciones y respuestas, Adyar, India 1933-34

Nuestra falsa identidad es la creadora de la ilusión del ego. El primer paso es descubrirlo, los siguientes pasos hacia la libertad se darán por añadidura. 162

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En el momento del gozo no existe conciencia de la propia identidad. Cuando hay felicidad no decimos “soy feliz”. Krishnamurt, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

Nuestra personalidad, que es limitada, no puede experimentar la verdadera felicidad —la absoluta—; solo percibe algunos chispazos efímeros. No es posible olvidarse de sí mismo identificándose con algo más grande, ¡eso es la comunidad! No es un acto de disipación del “yo”, de la personalidad. Por el contrario, es la identificación del “yo” con algo más grande. Lo colectivo se vuelve pues el “yo”. Como el religioso se identifica con una idea que llama Dios. Y esa identificación sigue siendo el “yo”. Conversaciones por Krishnamurti en India 1966

La entrega a alguna filosofía, religión o fraternidad produce la sensación de renuncia al ego, pero es pura ilusión: pretendiendo abandonar la personalidad, termina por sumarse a una personalidad colectiva más grande y fortalecida. Aquí está el origen de todos los pseudo misticismos y fanatismos. La única rendición y entrega legítima que puede hacer la personalidad es hacia el Ser interior original.

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Fuente original

Fuente original En el desarrollo de los temas anteriores, reiteradamente se ha hablado del carácter ilusorio de la existencia física; no obstante, aún en esa condición, merece toda nuestra atención. El hecho que la hace relevante es que surge a partir de un Origen absoluto; y bajo este contexto, lejos de rechazar, debemos discernir. Resulta fácil observar con qué sencillez se destraban las múltiples dudas que recurrentemente aparecen, estableciendo simplemente una distinción clara entre las “dos naturalezas”; de allí la importancia de que abordemos la Fuente original, ya que es la radiación de Naturaleza absoluta —accesible a nosotros— que da Origen a la manifestación universal, y por tal motivo, es el hilo de contacto entre “el Ser y la existencia”. Si el propósito fundamental de la vida está vinculado con el Ser original, entonces, en primera instancia, consiste en permitir que fluya esa Fuente original; que es la piedra angular, el elixir de la Vida verdadera, la Luz del Amor universal y el hilo de comunión que garantiza la cohesión de la Unidad perfecta, más allá de la división ilusoria mostrada a través de la miopía de nuestros sentidos. El verdadero Conocimiento del Ser es intransmisible de un intelecto a otro, uno debe buscarlo en esa Fuente de Luz, que es la “Gnosis”. Hay quienes piensan que la Conciencia —que es la Luz emanada de la Fuente eterna, el Maná para los hebreos— está sujeta a un proceso; pero no es así en términos absolutos, en la Naturaleza del Ser no existen gradaciones, ni cambios, ni evolución. 164

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Toda la obra magna puede realizarse con base en este campo electromagnético universal que es el elemento secreto del Magnum Opus (del latín «gran obra»), oro vivificado de los verdaderos alquimistas, Logos del Ser universal; cuyo contacto surge en contraposición de cualquier método, ritual, disciplina y en ausencia de cualquier esfuerzo. Tampoco es algo sentimental ni místico, porque no causa entusiasmos emocionales o intelectuales. Abordaremos este tema a lo largo de varios subtemas; cada uno sustentado con sus respectivas citas de los libros universales.

*Nombres que recibe Todos los libros de sabiduría han hablado sobre esa Fuente original, asignándole diversos nombres; pero la presencia de este campo electromagnético es lo que importa. Aunque el nombre queda en segundo término, en este primer subtema se ubican una serie de citas que permiten identificar estos nombres, mismos que se realzarán con letras engrosadas.

El término prana se refiere a Aditya mismo, porque Aditya, el Sol, da prana, la esencia vital. Puesto que todos los seres viven gracias al consumo de alimento, el Sol también es conocido como Viswanara. Upanishads

El término prana es empleado en los Upanishads para referirse a la Fuente original; después fue retomado por Buddha. 165

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Los hombres que compartieron la Gnosis, devinieron hombres completos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Hermes fue el primero en emplear el término Gnosis, asignado precisamente a esa Fuente original. Porque florece espléndidamente en el Jardín del Edén, la Comunidad de Israel recibe el nombre de Rosa de Sharon; porque su deseo es que la riegue el Manantial profundo que es la Fuente de todos los ríos espirituales, recibe el nombre de lirio de los valles. El Zohar

En la tradición hebrea, el Zohar identifica la Fuente original como Manantial profundo. A un pez le basta con tener un pozo de agua para vivir. Allí encuentra todo lo que necesita. El hombre que vive en el Tao tampoco necesita nada más que el Tao. Chuang-Tzu

Tao es el nombre que Lao Tse empleó. Un verdadero discípulo del Tathagata no debe poner su confianza en autoridades o en los ritos, sino que trascendiendo lo ideal del “yo”, descansará confiado sobre el Amitabha, que es la infinita Luz verdadera. Evangelio del Buddha

Buddha le llamó Amitabha. 166

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El Pleroma, que no es deficiente pero que colma la deficiencia, es lo que el Padre suministró desde sí mismo para completar lo que falta, para que así reciba la gracia. Pleroma es el descubrimiento de la Luz de la Verdad que es inmutable. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi

En el gnosticismo cristiano, el término más empleado fue Pleroma. Replica el Maestro: Quien come del Pan y bebe del Agua de la Vida Eterna, nunca volverá a tener hambre ni sed y sus males desaparecerán de él, porque tiene en su interior la Gracia que la Palabra le ha dejado... Evangelio de Judas

El Pan y el Agua fueron los símbolos representativos de la Fuente original. Yo he venido para traerles el conocimiento completo de la emanación del universo. Porque la Emanación del universo es el conocimiento del misterio. Pistis Sophia XXXVII: 20,21

En la Pistis Sophia aparece como Emanación del universo. Yo rogaré al Padre, y les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: el Espíritu de Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero ustedes le conocen, porque mora con ustedes, y estará en ustedes. Juan 14: 16,17

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Jesús de Nazareth, en el evangelio de Juan, le llama Consolador, el Espíritu de Verdad. El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho. Juan 14: 26

En el mismo evangelio de Juan le llama Espíritu Santo, que es el término más empleado dentro del cristianismo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del Árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios. Apocalipsis 2: 7

Árbol de la vida es un maravilloso nombre que se emplea en Apocalipsis. Yo Soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del Agua de la vida. Apocalipsis 21: 6

En Apocalipsis aparece otro nombre muy peculiar: Agua de la vida. Todas las cosas que existen se manifiestan de la Aseidad Absoluta. Si la revelación, que es la vida de ese Ser, se cortase durante un instante, todo se sumiría en la no existencia. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

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Interesante nombre utilizado en el Islam por Ibn Arabi: Aseidad, que significa “cualidad del Ser”. Cuando la Luz de Allah se enciende en el corazón, los pies de los ladrones desaparecen. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Este término no podría faltar en el Islam: Luz de Allah. El Conocimiento es un espejo de la Aseidad. La Efusión viene solo de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Efusión es otro apelativo empleado por Ibn Arabi. “Los caminos que conducen a Dios son tantos como los suspiros de las criaturas”, en cada aliento hay un camino hacia Dios. Lo que dignifica al gnóstico, y lo que tiene que hacer, es tomar cada Aliento de Dios y devolvérselo a Él. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Aliento de Dios, una muy significativa expresión. Entre nosotros, pobres mortales, Cristo opera como renovador de la Luz eterna, pero además de eso, Él renueva la luz natural. Paracelso, Las Siete Apologías

Fuerza de Cristo, expresión empleada por los alquimistas. 169

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La sabiduría es la respiración del Poder Divino, un rayo y un Soplo del Omnipotente. Jacob Boehme, La Llave

Soplo divino, muy común escucharlo en la tradición judeocristiana. La Quinta-Esencia es la verdadera Vida de la Naturaleza, es una Emanación de la Palabra. En la Quinta-Esencia reside la región Paradisíaca, la palabra fluida del poder y de la virtud Divina, donde las propiedades reposan en igualdad (uniformidad). Jacob Boehme, La Llave

Quinta-Esencia, término específico empleado por los alquimistas. La Voluntad fluida es producida por la Palabra o Respiración Divina (Soplo), así como la Unidad, por tanto, la Voluntad anhela seriamente la Unidad, y ésta anhela la Sensibilidad, esto es, la región del fuego. Así una anhela la otra y cuando hay esta ansia, ocurre como un estallido o resplandor de Iluminación. Jacob Boehme, La Llave

Voluntad fluida y Respiración Divina, son apelativos que de manera elocuente hablan de un fluido universal. Salomón dice que la sabiduría es un infinito tesoro para el hombre, pues ella es el Aliento de la Fuerza Divina y un rayo de la gloria del Todopoderoso. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

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Salomón empleó un nombre similar: Aliento de la Fuerza Divina.

Del Décimotercer Eón fluye lo que los doce Bodisatvas tienen que enseñar. Es la misma entidad a la que los antiguos Rishis llamarón Vishva Karman, a lo que Zoroastro llamó Ahura Mazdao; es la entidad a la que nosotros llamamos Cristo. Jesús fue ungido, esto es, ¡compenetrado del Vishva Karman, del Cristo! Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas

Rudolf Steiner ofrece tres vocablos para tres tradiciones: Décimotercer Eón en el Budismo, Vishva Karman en el hinduismo y Ahura Mazdao utilizado por Zoroastro en Persia.

*Otras referencias En el primer subtema observamos las diferentes designaciones con las que se nombra a la Fuente original; ahora, abramos nuestro horizonte cognitivo y compartamos otras develaciones que inspiraron a los grandes maestros. El Atma es como el océano. Para instruir a una persona acerca de él no hay necesidad de pedirle que se lo beba todo. Una sola gota colocada sobre su lengua le dará el conocimiento necesario. Upanishads

Una sola gota de la Fuente original es suficiente para adquirir el Conocimiento del Ser. 171

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Si los príncipes y reyes pudieran guardar el Tao, todos los seres se acogerían espontáneamente a su hospedaje, y el cielo y la Tierra se unirían para llover rocío. El pueblo, sin necesidad de decretos, se concertaría equitativamente por sí mismo. Lao Tse, Tao Te King

Lao Tse considera al Tao como el sostenedor del equilibrio universal. El gran Tao viste y nutre a los seres y no se adueña de ellos. Lao Tse, Tao Te King

Es el gran sustento para todas las entidades vivas y no ejerce autoridad alguna. Sectas y religiones se jactan de ser intermediarias y dadoras de esta Fuente de Luz —aunque nunca sea cierto—, de esta manera se adueñan de sus feligreses y así ejercen su autoridad. El hecho de que el hombre pueda afrontar las Fuerzas Espirituales del universo sin miedo alguno, demuestra que entiende las leyes de Dios. Confucio

Si no entendemos las Leyes universales, menos comprenderemos esta radiación universal. La Luz infinita es la Fuente de la existencia espiritual del estado del Buddha; las obras de los brujos y de los hacedores de milagros son fraudes. Evangelio del Buddha

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Solo hay una fuente verdadera de Luz, brujos y chamanes emplean fuerzas de la naturaleza dialéctica que nada tienen que ver con la Naturaleza del Ser. La Verdad es la boca del Padre y su lengua es el Espíritu Santo. El que se une a la Verdad se une a la boca del Padre por su lengua, cuando llegue a recibir el Espíritu Santo. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi

Boca y lengua son símbolos que evocan el Verbo, a su vez símbolo de la radiación universal. A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu. Corintios I 12: 7,8

Pablo testifica que la ciencia y la espiritualidad van de la mano y esta Fuente de Conocimiento inspira en ambos sentidos. Un hombre es en esencia un taller Divino. La Aseidad de Dios está revelándose constantemente. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

La aseidad siempre se revela en consonancia con nuestro estado de libertad interior. A mayor libertad, más revelación. Cada habitación o sala recibe Luz según su ventana. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

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No estamos para conquistar esta Fuente universal, solo la recibiremos en la medida que nos abramos a ella. Traer la sabiduría del Amor, ha sido la misión de los Bodisatvas y del Buddha; dar a la humanidad la Fuerza del Amor, ha sido la misión del Cristo. Hemos de distinguirlo claramente. Rudolf Steiner, S/ Ev. Lucas

Mientras Buddha habló de esa fuente a través de la sabiduría, Rudolf Steiner indica que Jesús propició la apertura necesaria para que esta radiación fluya a lo largo de este mundo.

*No hay espacio vacío En cuanto a la existencia de materia, el universo está absolutamente vacío —aunque nuestros sentidos nos mantengan en la ilusión de lo contrario—; en cuanto a la presencia de la radiación original, todo el espacio está absolutamente lleno. Las citas que se abordan en este subtema dan testimonio de ello. No hay absolutamente ningún espacio vacío. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

Los rosacruces clásicos lo tenían muy claro y así lo expresan en su libro Llamada de la fraternidad. El vacío no existe, ni puede haber existido en el pasado, ni existirá nunca. Ni siquiera la región externa al cosmos está vacía, está llena de cosas de la Naturaleza similar a su propio Ser Divino. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

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Hermes, además de testificar que más allá de la materia todo el universo está lleno, agrega que el contenido del cosmos tiene la Naturaleza del Ser original. Es por eso que no debe sorprendernos la imperceptibilidad para nuestros sentidos. Jesús dijo: Yo Soy la Luz que está sobre todos ellos. El universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partan un leño y allí estoy Yo; levanten una piedra y allí me encontrarán. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi

Jesús manifiesta que aún en el interior de la materia está presente la radiación original. La mente que está por completo tranquila se encuentra totalmente llena de Energía. Esa Energía es anónima; no es suya ni mía. Esa Energía, esa intensidad, esa vitalidad no se genera mediante una acumulación, sino a través de un profundo ejercicio de investigación sobre dónde se encuentra la Energía; a través del profundo ejercicio de preguntarse de dónde viene esa Energía. Conversaciones por Krishnamurti en India 1966

Krishnamurti expresa que esa energía universal a nadie le pertenece y solo con una mente tranquila nos abrimos para que sea recibida.

*El Sol como portador de la Fuente original A lo largo de la historia, la Fuente original ha sido objeto de búsqueda en todas las tradiciones; lo paradójico es que siempre la hemos tenido a nuestro alcance y mu175

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cho más cerca de lo imaginado. En la mayoría de los libros universales se cita al Sol como portador —pero no como generador— de ese fluido universal. En el instante de morir, el jivi sale hacia los rayos solares y desde allí hacia el Suryaloka. Sin embargo, el jivi que está identificado con la mente y sus divagaciones, escapa a través del oído o del ojo o de cualquiera de los otros sentidos, y cae en los lokas en que rige el karma. Upanishads

La Luz pránica solar conduce a la Conciencia misma. Rama saboreó las frutas que la anciana le ofreció con gran devoción; mientras lo hacía dijo: “¡Madre, estas frutas son tan dulces como tu propio corazón! Realmente éstas no son frutas que crezcan en los árboles. Éstas son frutas que han crecido en el sagrado árbol de la vida, en las ramas de la mente pura, con la luz del Sol del amor”. Rama comió las frutas, elogiando a cada momento su sabor. Ramayana

En la tradición hebrea se emplea también el término “Árbol de la Vida” para referirse a la Fuente de la “verdadera Vida” —nombrada así por Jesucristo—. Además, en esta cita, Rama la vincula con la “Luz del Sol del Amor”. Al principio las criaturas nacían con hambre. Para ayudar, el Sol se inclinó la mitad del año hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Es la energía del Sol la que sostiene a la vida. Por ende, debes buscar su gracia. Todos los reyes de la antigüedad han

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mantenido a sus súbditos rezándole al Sol. Yudhistira orientó sus pensamientos en el Dios del Sol, recitando sus alabanzas. En respuesta a sus rezos apareció el Dios del Sol, luminoso y ardiente, le ofreció una escudilla de cobre, y le dijo: usa esta escudilla de hoy en adelante y les abastecerá con una cantidad inagotable de comida. Mahabharata

Yudhistira, junto con su hermano Arjuna y otros dos hermanos más, fueron despojados de su reino y condenados a vagar por el desierto, donde seguramente morirían por inanición. El Sol ofreció depositar su alimento en una escudilla de cobre —cuenco en que pedían comida como limosna los ascetas— para así garantizar su supervivencia. Toda la vida han existido hombres que pudieron conservar su vida biológica exclusivamente con el alimento solar, sin probar bocado alguno de comida material. Hoy en día existen varios personajes que viven de esta manera y, algunos de ellos, ya fueron estudiados por la ciencia, que corroboró la autenticidad del fenómeno biológico. Para todos nosotros queda abierta esta posibilidad, la información necesaria para llevarlo a cabo de manera detallada y sin riesgos, se ofrece en la página: www.centrouniversalisata.com Del mismo modo que el Sol proyecta su luz sobre todas las cosas de este mundo, igualmente el Señor del campo llena con su Luz todas las cosas del campo. Bhagavad Gita, XIII- 33

Todos los alimentos que produce el campo han sido bañados por esta Luz. 177

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El Sol es el conservador y mantenedor de todo tipo de seres vivientes; el Sol llena todas las cosas del cosmos con su Luz, y las hace Vivas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Hermes expresa algo que científicamente es irrefutable: el Sol porta la Luz que da, conserva y mantiene la vida. Sin el Sol nada somos. Los pitagóricos no se levantaban del lecho después de salir el Sol, sino que cuidaban de adorar al Sol naciente. Vida Pitagórica, Jámblico

Para los pitagóricos era obligatorio levantarse a mirar el Sol del amanecer, de lo contrario, no eran admitidos en su comunidad. Después de la contemplación solar seguía una caminata meditativa y posteriormente daba inicio el ejercicio filosófico. Cabe mencionar que para realizar la contemplación solar, es el amanecer —junto con el atardecer— el momento en que es posible abrir las ventanas de nuestros ojos para que su Luz nos llene, sin riesgos de daños oculares. Cuando sean capaces de contemplar el brillo del Sol del mediodía con los ojos fijos, podrán entonces mirar la Luz cegadora de nuestro Padre Celestial, que es un millar de veces más brillante que el brillo de un millar de Soles. Evangelio de los esenios

La radiación original es cegadora, el Sol es un transformador electromagnético que la dosifica en la intensidad en que es posible digerirla. 178

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¿En qué le afecta al Sol el entrar en cada torre, palacio o casa que se ha construido en el mundo? Si los palacios estuviesen en ruinas, nadie pensaría que le ha pasado algo al Sol, porque no le pasaría nada. El Espíritu Cualificado sigue presente por siempre y en cualquier estado en que esté. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo

Esta frase revela la cualidad absoluta e inmutable de la Fuente original.

¡Oh día, despierta! los átomos bailan... todo el universo baila gracias a él.... las almas bailan poseídas por el éxtasis, te susurraré al oído.... a donde les arrastra su danza... Todos los átomos en el aire y en el desierto.... sabes, parecen locos.... cada átomo, feliz o triste... está encantado por el Sol... No hay nada más que decir... Rumi, poema de los átomos

Maravilloso poema de Rumi que describe cómo cada partícula de esta Tierra es tocada por la Fuente original.

Es el sepulcro helado nueva cuna para nacer del Sol a los fulgores, y su tiniebla, lóbrega, importuna, brillo para los astros superiores. Nezahualcóyotl, Vanidad de la gloria humana

Nezahualcóyotl habla del renacimiento por el fuego a través de la energía solar. 179

Fuente original

El cuerpo natural es grueso y elemental, es como los elementos exteriores; sin embargo, en este cuerpo grosero hay un poder y una virtud que es sutil, semejante al Sol, y que es una con el Sol. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

A través de estas palabras se denota la correspondencia existente entre la naturaleza solar con la que hay en nuestro Ser interior original. Será necesario aguardar y esperar la Luz sobrenatural y Divina designada para gobernar el día, que se eleva por el verdadero Este. Lo de afuera se hará sirviente de lo de adentro. No habrá por tanto peligro alguno, sino que todo irá bien, y todo residirá en su esfera apropiada. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

Con la Luz sobrenatural que se eleva por el verdadero Este —punto cardinal por donde sale el Sol—, nuestro Ser interior se restablece como regulador de lo externo. Recoge todos tus pensamientos y dirígete con fe hacia el centro, mantente silencioso ante el Señor, sentado en soledad con Él en tu celda más interna. De ese modo tu Luz romperá con la mañana, y después de que haya pasado su rojez, el Sol mismo se elevará en ti, y bajo sus curativas alas te regocijarás grandemente, ascendiendo y descendiendo en sus brillantes y salutíferos destellos. Advierte que éste es el verdadero fundamento suprasensible de la Vida. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

Confirma al Sol como el verdadero fundamento suprasensible de la vida, además de otorgarle cualidades curativas. 180

Fuente original

Es el presagio del Sol, radiante de Amor, quien con sus rayos puros y ardientemente radiantes dará nacimiento al bienaventurado día que muchos corazones piadosos buscan con anhelo. En la Luz de este día se verán y se reconocerán en verdad todos los tesoros celestiales de la sabiduría Divina, así como todas las cosas invisibles ocultas en el misterio del mundo. Este será el verdadero Rubí real, un carbunclo de noble resplandor que es una perfecta medicina para todos los cuerpos, que puede transformar metales innobles en oro puro, y que es capaz de suprimir todas las enfermedades, los temores, miserias y tribulaciones de los hombres. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

Ubica a los rayos solares como el alimento para el renacimiento, piedra filosofal —Rubí real—, instrumento curativo que transforma al hombre natural en Hombre libre e iluminado. Han existido épocas en las que se veía, otras en las que se oía, y otras en las que se olía. Queda aún por llegar, y se está acercando a pasos agigantados, el tiempo en que la lengua tendrá el honor de hablar y expresar finalmente todo lo que en algún momento ha sido visto, oído y olido. Tan pronto como el mundo haya superado la embriaguez de la aturdidora y envenenada copa que ha bebido, irá por la mañana temprano, alegre y jubiloso, con el corazón abierto, la cabeza descubierta y los pies desnudos, al encuentro del Sol naciente. Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz

Los rosacruces (igual que en diferentes culturas) emitieron el presagio de la nueva era Solar; debemos estar preparados para recibirla con el corazón abierto, la cabeza descubierta y los pies desnudos: con el Ser interior 181

Fuente original

libre, la mente quieta y en pleno respeto por la naturaleza terrenal, que es la madre generadora del cuerpo biológico. Zoroastro fue una de las más grandes figuras de la evolución de la humanidad; de las profundidades del mundo espiritual pudo dar a su época el sublime mensaje del Espíritu Solar, que más tarde apareciera como el Cristo. Fue él quien dijo: “Ese Espíritu, Ahura Mazdao, está en el Sol y se acercará a la Tierra. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas

Zoroastro, después del gran diluvio, en la antigua Persia, presagió el acercamiento de la energía solar fundamental a la Tierra —el Ahura Mazdao—.

*Dos naturalezas Retomemos el tema de las “dos naturalezas” para establecer la debida distinción en la manifestación de la energía, y con esto ubicar las dos naturalezas de fuerza que nos ofrece el Sol. Las Fuerzas Divinas son radiaciones emitidas por Dios; las fuerzas que originan el nacimiento y el crecimiento son radiaciones emitidas por el cosmos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

Las fuerzas cósmicas otorgan la vida biológica y la mantienen de manera “temporal”; por el contrario, a través de la Fuente original se mantiene siempre el vínculo de nuestro Ser interior con el Ser universal, que es la verdadera Vida. 182

Fuente original

La luz inferior es, por naturaleza, un instrumento de destrucción y muerte que devora todo aquello que se le acerca. Pero la Luz blanca ni consume, ni demuele, ni cambia jamás. Moisés permaneció de pie en la Luz suprema que no consume y no demuele. El Zohar

La distinción que hacen los hebreos entre la luz inferior y la Luz blanca, adquiere correspondencia con la distinción que establece Hermes entre las fuerzas cósmicas y la fuerza divina.

*Dos naturalezas de fuerza en el Sol El Sol genera una multiformidad de energías naturales, todas perceptibles en mayor o en menor grado; y además transmite la energía de frecuencia absoluta del Ser. En las siguientes citas se establece esta distinción. En verdad que todo debe nacer de nuevo del Sol y de la Verdad, pues su cuerpo se baña en la Luz del Sol de la Madre Terrenal, y su Espíritu se baña en la Luz del Sol de la Verdad del Padre Celestial. Evangelio de los esenios

Jesús distingue las dos naturalezas de energía; y dice que la luz del Sol de la Madre terrenal —energía cósmica— es para el cuerpo biológico y la Luz del Sol de nuestro Padre Celestial —radiación suprema del Ser universal— es para nuestro Ser interior original. Estando Jesús reunido con sus Discípulos, le preguntó Santiago: Maestro, ¿qué debemos hacer para comprender mejor su Mensaje?

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Fuente original

El Maestro dijo: Alrededor del Sol, hay muchos Planetas y cada uno de ellos ocupa su lugar y su distancia entre ellos y el Sol y entre los demás Planetas; así ustedes deben ocupar su lugar y distancia alrededor del Sol, procurando no estar ni demasiado cerca, ni demasiado lejos. Y entre Ustedes, mis discípulos, esto debe ser en equilibrio, permitiendo así, como los Planetas, que cada uno reciba únicamente lo que necesite para su propia sobrevivencia; habiendo concordancia en “la Luz que viene del Sol y la Luz que viene del Padre”. Evangelio de Judas

Además de ocupar el lugar que nos corresponde respecto del Sol, Jesús pide distinguir a la luz que viene del Sol, de la Luz que viene del Padre. Enseñaba el gran Zoroastro que la luz solar y el calor que nos llegan del Sol, no son sino la vestidura física de las supremas entidades Espirituales, rayos poderosos Espirituales que desde el Sol penetran en la Tierra. Y el ductor de todas esas entidades que desde el Sol transmiten a la Tierra su obrar benéfico, es precisamente la entidad que más tarde fue llamado el Cristo. Zoroastro decía: “Sobre la Tierra no encontramos a este Espíritu-Luz, pero si dirigimos la mirada hacia el Sol, se nos presenta la entidad Espiritual que es el Ahura Mazdao, y la Luz que de allí fluye a nosotros, es el cuerpo del Espíritu Solar. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas

Zoroastro decía que la energía calórica y la energía lumínica (perceptibles) son la simple vestidura de la energía suprema, el Ahura Mazdao (imperceptible a los sentidos). Y con la invitación que nos hace de dirigir la mirada al Sol, se convierte en el primer promotor de la contemplación solar en la historia. 184

Alquimia

Alquimia El término alquimia surge del trabajo que proyectaron los científicos europeos medievales en el que pretendían transformar el plomo en oro. Aunque públicamente hablaban de esa intención, es claro que su verdadera búsqueda apuntaba a transformar la naturaleza de la personalidad (el plomo) en la Naturaleza del Espíritu (el oro); pero las circunstancias de censura —prevalecientes en el contexto de su momento histórico— les obligaron a revelar solo su supuesta intención externa; la que tiene relación con los metales. La verdadera alquimia consiste en el renacimiento evangélico de agua y Espíritu, proceso en el que la muerte se reviste de inmortalidad; donde Isis se encuentra con Osiris, según la tradición egipcia; donde el Alma se desposa con el Espíritu, en la experiencia que describe Cristián Rosacruz en Las bodas alquímicas. En estas tradiciones no se hace referencia a un simple cambio mecánico, producto de nuestro deseo y voluntad, o que la vida natural ponga a nuestra disposición; se trata de una mutación que requiere de un proceso inteligentemente dirigido y que va más allá de lo que la naturaleza por sí misma puede ofrecernos. Pero antes de especular con la intención de transformar, es necesario determinar ciertas bases, con el sustento de los Principios de la Sabiduría Universal, para así establecer las condiciones necesarias. Todo inicia con la búsqueda de la verdadera identidad, que va más allá de los fenómenos naturales de la existen185

Alquimia

cia, y que no se reconoce ya en la manifestación corpórea de la personalidad —constituida por cuatro cuerpos: físico, vital, astral y mental—; esto exige la comprensión y la observancia de las Leyes universales, lo que favorece a la “no identificación” con todo lo manifiesto en el tiempo y en la forma, sujeto al cambio continuo que es regulado por la Ley. La misma búsqueda apunta hacia la Naturaleza original, que es incorpórea, atemporal y absoluta, donde radica la Conciencia del Ser original. A partir del reconocimiento de lo que “no somos” (autonegación), la actividad en la naturaleza ordinaria y la orientación hacia ella se reducen a un mínimo; y en actitud contemplativa, en estado de “presente”, en plena neutralidad y aceptación, la cabeza se entrega al corazón; así se abren las ventanas para la recepción de la energía suprema, la Fuente original, que es referida en todos los libros universales de sabiduría —hasta aquí el aspecto preparativo y pasivo—. El aspecto activo del proceso alquímico inicia a partir de la recepción del Prâna original, el Tao, el Pleroma, la Luz de Allah, la Gnosis, el Espíritu universal, es decir, la “Energía Fundamental” de inducción solar que constituye el motor de todos los procesos transformadores dirigidos por la Luz de la Conciencia. La ventana principal de recepción de la energía fundamental original la constituyen los ojos; en segunda instancia el esternón (literalmente significa radiante) que transfiere la energía directamente al corazón, receptáculo del centro geométrico del microcosmos: el Ser interior original. El sistema nervioso es quien recibe las primeras influencias de la Fuente original. Se reactiva el nervio simpático, que consiste en dos cordones situados a derecha e izquierda de la columna vertebral; ambos canales forman 186

Alquimia

dos campos magnéticos particulares: uno de ellos tiene una función creadora (masculina) y el otro, una función productora (femenina). En la enseñanza universal se llama al campo masculino Píngala y al femenino Ida; en los Hechos de los Apóstoles se citan como Ananías y Safira; respectivamente. En Las bodas alquímicas de Cristián Rosacruz son designados como la “Sal”, sustancia purificadora y conservadora. En este proceso alquímico, el bazo juega un papel importante, pues absorbe los éteres de orden superior que son la materia prima transformadora. En segunda instancia, el sistema endocrino es conmovido por los impulsos eléctricos del sistema nervioso y las glándulas empiezan a secretar nuevos y renovadores fluidos químicos (la palabra “química” deriva de “alquimia”), que son vertidos directamente en el torrente sanguíneo. La sangre renovada, portadora de éteres de orden superior, irriga todo el cuerpo biológico y renueva los cuerpos sutiles —a través del alma, cuyo sustento físico es precisamente la sangre—. El alma renovada impulsa la reconstrucción de los cuerpos latentes: intelectual superior —quinto— y emocional superior —sexto—, con quienes mantiene una estrecha vinculación; al tiempo que son empleados como herramienta para establecer el contacto con el séptimo cuerpo: El Espíritu, el Ser original. En el libro Las bodas alquímicas de Cristián Rosacruz, se hace referencia al empleo de los cuerpos superiores a través de un pasaje que —de manera sintetizada— presenta la siguiente descripción alegórica: Los invitados a las bodas, para concluir el proceso alquímico, deben subir al séptimo piso de la Torre de Olimpo, donde reposa el Espíritu, el Rey. Para ello se les 187

Alquimia

asigna una herramienta. Quienes poseen una visión racional interior reciben alas (portadores del cuerpo intelectual superior) y a pesar de su limitada experiencia para maniobrar con ellas logran llegar al séptimo piso; allí se quedan pero ya no se atreven a descender. Los místicos, poseedores de la certeza de la fe, reciben una cuerda (portadores del cuerpo emocional superior) y a pesar de su limitada experiencia para asirse de ella logran llegar al séptimo piso; allí se quedan y tampoco se atreven a descender. Cristián Rosacruz, que siempre puso conscientemente el acento en el acto, recibió una escalera (tenía activos los dos cuerpos superiores); aunque de momento la recibió con agobio por lo significativo de la responsabilidad, con ella podía ascender y descender cómodamente hasta el espacio deseado. Así, simbólicamente, queda facultado para regresar a este plano de vida en ayuda de la humanidad. Tras la realización de Las bodas alquímicas surge el Ánimo —el Alma-Espíritu—, que es la confluencia del Alma pura y renacida con las radiaciones del Espíritu; asimismo, aparece como un destello de Luz el llamado “vestido nupcial”. Cabe hacer el siguiente señalamiento: en distintas épocas se han empleado hierbas, perfumes y diversas técnicas —de respiración, en muchos casos— con cuya asistencia se fuerza el sistema nervioso y las glándulas de secreción interna para que provoquen estados que solo aparentan la plenitud de la alquimia. Son “artificios” negativos y peligrosos, ofrecen resultados temporales que derivan siempre en lamentables circunstancias; debido a que imitan las manifestaciones externas y tangibles de las “formas” en la alquimia, sin que se toque jamás el “fondo”. Los resultados son asimilados por la personalidad, y con ellos se introduce en una nueva ilusión: creer que lo188

Alquimia

gró la conquista del Ser interno. El “yo” (ego) se transforma en “yo superior” (súper ego), y en lugar de la libertad interior se consigue el estado más exaltado posible de la personalidad. Este estado engañoso de engrandecimiento (autoafirmación) —antagónico al verdadero propósito de la alquimia— es casi imposible de revertir; la personalidad queda cristalizada en la densidad más alta. Con la intención de profundizar más sobre la Alquimia, reflexionemos con la apreciación de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales. Se seleccionaron las consideradas de mayor trascendencia histórica, para así construir una visión universal. El conocimiento del lodo y del oro permitirá el conocimiento de todas las vasijas de barro, así como de todos los brazaletes y collares de oro. Sus modificaciones y transformaciones son temporales, meros nombres-formas. De manera similar el mundo, al igual que la vasija y el brazalete, solo es un efecto cuyo Origen se encuentra en la esencia del Ser. Upanishads

La transmutación de elementos de la misma naturaleza física no constituyen la verdadera alquimia; el plomo y el oro fueron empleados por los alquimistas europeos solo como símbolos. Prâna se mueve desde el corazón y sube a través de los nervios del rostro, de la nariz, y llega a la cabeza. Desde allí estimula los distintos nervios que corren a través del cuerpo y que van cambiando de nombre de acuerdo con sus diferentes funciones. Upanishads

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Alquimia

La verdadera Alquimia se sustenta en la Fuente original (Prâna), misma que fluye “desde el corazón” para elevarse hacia la cabeza. Con el empleo de cualquier energía distinta, de otro orden natural, solo podríamos hablar de pseudoalquimia; peor aún si de dirige a partir de un punto distinto al corazón y en sentido contrario. ¡Levántate Arjuna! y, beneficiándote de la ayuda de tu Espíritu, ¡eleva tu alma! No seas un alma caída, pues al igual que tu alma puede ser tu amigo, igualmente puede ser tu enemigo. Bhagavad Gita, VI- 5

El alma tiene la posibilidad de orientarse hacia lo interno o hacia lo externo; puede ser amigo o enemigo. Solo a través de la fuerza electromagnética de la Fuente original puede ser reorientada para favorecer a la libertad de la Conciencia. El alma es fiel amiga del hombre solo cuando ha sido conquistada por el Espíritu. Para un hombre débil que aún no ha conquistado su alma, ésta puede convertirse en su propio enemigo. Bhagavad Gita, VI- 6

En esta segunda cita, Krishna enfatiza el carácter dual del alma, con lo que deja claro que también es un cuerpo existencial. El verdadero sabio, conociendo la naturaleza del universo, mediante la alquimia transmuta lo indeseable en valioso y de este modo triunfa. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum

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Alquimia

Antes de pretender ser un maestro de la alquimia primero debe estudiarse la naturaleza del universo físico —a través de las Leyes universales—, para así poder establecer la distinción entre las dos naturalezas: la original y la manifiesta. Sin este debido discernimiento ni siquiera es posible la comprensión de lo que significa transmutación.

Cuando estos dos, alma y espíritu, se hayan puesto a tono, serán dignos de recibir al “alma suprema”. El Zohar

La alquimia se consuma en la comunión del alma con el Espíritu, a partir de esta unión aparece el “Alma suprema”; conocida en la tradición alquimista rosacruz como el Ánimo. El que albergue en su corazón el amor a la Verdad nunca morirá, porque ése ha bebido el agua de la inmortalidad. Evangelio del Buddha

El amor a la Verdad es el impulso fundamental hacia la Conciencia del Ser, es la sed del Agua viva que conduce a la trascendencia. El elemento manifiesto de la Verdad es débil y despreciable, mientras que lo interno es lo sólido y digno de aprecio. Manifiestos están los misterios de la Verdad a manera de modelos e imágenes, mientras que la cámara nupcial, que es el Santo dentro del Santo, permanece oculta. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi

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Lo manifiesto en nosotros es la personalidad, que por sí misma es incapaz de algo trascendente. Solo en el “vacío” interior, en la “cámara nupcial”, se revelan los misterios de la Verdad. Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Apocalipsis 19: 7,9

En el plano externo, las bodas constituyen el “símbolo” de lo que internamente acontece como “Unidad alma– Espíritu”. Bienaventurados son los candidatos a tal realización. El espíritu no se une al cuerpo hasta que el cuerpo está perfectamente purgado y limpio de su inmundicia y de sus máculas. El cuerpo imperfecto, mediante el fermento, toma un color firme y permanente, y este fermento es el alma del cuerpo imperfecto: y el espíritu, por medio del alma, se une con el cuerpo y se transforma con él en el color del fermento, que se hace una sola cosa con ellos. Nicolás Flamel, El deseo deseado

Para que la personalidad, con toda la densidad de sus cuerpos, se entregue a la sutileza del Espíritu, primero debe ser digna de ello; el alma es el fermento que —cuando se instauran las debidas condiciones— establece el vínculo entre lo corpóreo y lo incorpóreo; así se hace posible que la personalidad se entregue incondicionalmente al Ser. 192

Alquimia

La medicina es según como se haga. Se puede hacer el mal a partir del bien y el bien a partir del mal. Nadie puede acusar una cosa sin conocer la transmutación. Lo que es veneno puede ser transformado en no-veneno. Paracelso, Las Siete Apologías

Tras la realización, por la alquimia, se adquiere la Conciencia que permite ir más allá del bien y el mal. Así se logra la maestría de la transmutación sobre todas las dualidades. Un médico debe ser astrónomo, también debe ser cosmógrafo, también debe ser filósofo, también debe ser artista; finalmente, el médico debe ser alquimista. Paracelso, Las Siete Apologías

El arte de la alquimia está en el centro de todos los quehaceres humanos, es el hilo que los articula en un propósito común, es la Fuente de Conciencia donde todos convergen en Unidad. La temperatura del Fuego y de la Luz es el elemento santo, o el movimiento en la Luz de la Unidad; de esta región proceden los cuatro Elementos. El Mercurio ígneo es un agua seca, que dio origen a los metales y piedras, pero el Mercurio dividido produjo el agua húmeda. Por la palabra Mercurio se debe entender siempre, en el sentido espiritual, la actuante, natural y emanada palabra de Dios. Jacob Boehme, La Llave

La Fuente original es la Luz de la Unidad; el Mercurio ígneo es el símbolo que emplearon los alquimistas para 193

Alquimia

referirse a la fuerza electromagnética de la propia Fuente original, citada en La Biblia simbólicamente como la Palabra de Dios. Es el presagio del Sol, radiante de amor, quien con sus rayos puros y ardientemente radiantes dará nacimiento al bienaventurado día que muchos corazones piadosos buscan con anhelo. Éste será el verdadero rubí real, un carbunclo de noble resplandor, que es una perfecta medicina para todos los cuerpos, que puede transformar metales innobles en oro puro, y que es capaz de suprimir todas las enfermedades, los temores, miserias y tribulaciones de los hombres. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

En este documento, la fraternidad original rosacruz reconoce al Sol como portador–ductor de esa Fuente original, fundamental para la transmutación del plomo en oro y para el alivio de todas las enfermedades —del cuerpo y del alma—; energía fundamental para el proceso alquímico. En relación con la impía producción de oro, muchos poseídos degenerados han cometido grandes canalladas, aprovechándose de la curiosidad y credulidad de muchos. Incluso personas humildes piensan que la transformación de los metales es la cumbre y la coronación de la filosofía, y que aquél que sea capaz de producir grandes cantidades de oro y de pepitas de oro sería especialmente agradable ante Dios. Así atestiguamos aquí oficialmente que esto no es correcto, siendo la producción de oro, para los verdaderos filósofos, algo insignificante y de poca importancia. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

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Alquimia

Los alquimistas plantearon la transmutación del plomo en oro como un símbolo, la búsqueda esencial estuvo siempre dirigida a la transformación de la personalidad —como consecuencia última—, inducida por la transfiguración de los cuerpos superiores bajo el influjo de la radiación electromagnética de la Fuente original . Bajo el nombre de “alquimia” aparecen libros y dibujos que son un insulto para la gloria de Dios. Rogamos a todos los ilustrados que estén cuidadosamente atentos ante libros de esta índole, pues el enemigo nunca deja de sembrar su maleza, hasta que alguien que sea más fuerte que él lo impida. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz

La sabiduría universal siempre ha sido mancillada por individuos o grupos que dan prioridad a intereses propios. Los auténticos buscadores están obligados a distinguir los documentos legítimos de los adulterados. Sobre los impostores, en cuestión de transmutaciones de metales, esto es lo que queremos decir: no queremos menospreciar en absoluto este don de Dios. No obstante, como este don no conlleva el incesante conocimiento de la naturaleza y, sin embargo, la filosofía sí enseña este conocimiento, además de una infinidad de otros misterios de la naturaleza, quedará claro que prefiramos las enseñanzas de la filosofía y que estimulemos a los espíritus más lúcidos y perspicaces a que estudien con exactitud la naturaleza, en lugar de tintar metales. Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz

Este documento rosacruz deja abierta la posibilidad de que algunos alquimistas lograran la trasmutación del 195

Alquimia

plomo en oro; no obstante, dan poca importancia a este posible hecho y priorizan el estudio de la filosofía y la naturaleza (ciencia). Cuanto más se una tu alma con aquello que Es, tanto más te convertirás en compasión absoluta. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio

En la medida que el alma de un hombre se acerca al Ser, sus virtudes relativas se van aproximando a lo legítimo, a lo absoluto.

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Vivir en el mundo sin ser del mundo

Vivir en el mundo sin ser del mundo Una de las grandes bondades de la Sabiduría, vinculada con la observación y la comprensión de las Leyes universales, es que nos conduce a vivir conscientemente; porque ofrece los elementos necesarios para salir de la inconsciencia y la ensoñación de la existencia —estado que se provoca por la influencia hipnotizante de las sensaciones con que se percibe la manifestación dialéctica—. Permite recordar que los propósitos de la existencia carecen de significado y que todo lo que se hace, a pesar de su escaso sentido, debe realizarse sin imprimirle una carga de deseo al resultado. Bajo estas condiciones se hace posible “vivir en la existencia teniendo la conciencia de no pertenecer a ella”. Si un hombre, ante la certeza de la insustancialidad de la naturaleza física de este mundo, transforma su actitud y deja de “reaccionar” a todo lo acontecido, observará que el direccionamiento de las circunstancias que le rodean cambia favorablemente; sin embargo, el agrado por esos cambios “externos” favorables bajo ningún motivo debe convertirse en un nuevo propósito; porque el único y legítimo propósito es “interno”. La Sabiduría Universal muestra también que el hombre —salvo situaciones muy escasas— es incapaz de actuar por sí mismo, todo lo hace de manera condicionada como una minúscula pieza articulada a un gigantesco mecanismo del que difícilmente se sustrae; este gran mecanismo es regulado y movido por las Leyes universales. Cuando se comprende cómo es el operar de estas Leyes —y en 197

Vivir en el mundo sin ser del mundo

aceptación a la incapacidad para modificarlas— se minimiza la frustración que provoca el fracaso y la soberbia emergida del éxito; porque ya se posee la conciencia de que todo acontece “como debe suceder” y de forma inevitable. Solo un Hombre libre es capaz de salirse del gran entramado de “causas y efectos, acciones y reacciones”, porque vive en este mundo sin ser del mundo, consciente de no pertenecer a él. La vida de un hombre que conoce el operar de las Leyes universales es muy distinta a la de un hombre ordinario. Los propósitos de una persona común se orientan a mejorar su entorno natural, evitando dificultades y todo tipo de incomodidades —consiguiéndolo de manera parcial y temporal—; mientras que el Hombre libre, consciente de la Ley, acepta dificultades e incomodidades —sin caer en la indiferencia— porque su propósito inmediato es aprender de ellas. Este nuevo comportamiento no se mueve por el descuido, ni por el deseo de alejarse de la vida, sino por la comprensión y el reconocimiento de que nada puede cambiar el curso de la Ley. Esto no es fatalismo, porque se cuenta también con la certeza de que en la Conciencia, en la libertad, se posee la suficiente “templanza” para sustraerse de la influencia psicológica y emocional que deriva de los cambios y del operar de la Ley. La Sabiduría Universal es el único camino para quien busca liberarse de la ensoñación en las formas externas de la existencia. El “Hombre libre” pocas veces es reconocido por el hombre ordinario, porque su centro de gravedad es interno mientras que externamente es igual al hombre ordinario: atiende sus responsabilidades, produce, se relaciona, disfruta en diversos momentos (sin necesidad de identificarse), en fin; hace las mismas cosas pero sin apego. Ade198

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más, goza de una libertad interior que le permite estar en paz sin importar las circunstancias externas y no es movido por las fluctuaciones de la existencia, a pesar de vivir en ella. Cuando se dan los primeros pasos hacia la Conciencia, se experimenta cierta inseguridad en la medida que todos los propósitos externos se desvanecen, hay quienes sienten vértigo por la sensación que se experimenta al estar en medio de dos mundos —el interno y el externo—; no obstante, debe otorgarse toda la confianza a la presencia interna. Una vez dado el salto, se vive en la amplitud de la verdadera libertad, cuyo valor es incalculable. Y ante la Conciencia libre, ya no es posible sentirse en casa viviendo en la naturaleza cambiante de este mundo. “Vivir en el mundo sin ser del mundo” es tanto como “vivir en la personalidad sin ser la personalidad”. La no identificación —que conlleva a la Conciencia de sí mismo— es fundamental para la desvinculación de las influencias de la existencia dialéctica; permite actuar conscientemente aún en los momentos más complejos. Y una vez que se goza de cierta libertad sobre las influencias de este mundo, surge una profunda y reveladora pregunta: ¿qué puede ofrecernos una existencia cambiante y temporal, tras la Conciencia de que nuestro verdadero Ser es absoluto y eterno? Ante esta interrogante, solo hay un camino: la desarticulación de los hilos que nos mantienen identificados con las formas de este mundo. La dicha de esta libertad será como pasar por un puente sobre aguas turbulentas. Para dar sustento a lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre este tema, atendamos algunas 199

Vivir en el mundo sin ser del mundo

citas extraídas de la fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica y generemos una visión universal. Tan pronto como visualice el Atma, ya no se sentirá inclinado hacia nada, ya no sentirá apegos. Allí donde lo sorprenda la puesta del sol, se tenderá a descansar. Se moverá entre los hombres de incógnito, sin ser reconocido, sin buscar que se le reconozca. Upanishads

Solo por la Conciencia del Ser se hace posible vivir en este mundo sin las inclinaciones naturales hacia las formas pasajeras, considerando ridícula la autoafirmación; porque este plano de vida no es el Origen y tampoco el destino. Los hombres que no eran capaces de reconocer la realidad de los muchachos, por el ocultamiento de maya, deseaban entrenarlos para hacerlos diestros en las armas y enseñarles prácticas útiles para la vida mundana. Pero los príncipes habían venido a salvar al mundo del desastre y por eso tenían que estar en el mundo, respetando sus reglas, en tanto que sirvieran a su propósito. Los hombres no podían entender sus actos por estar más allá del intelecto o de la imaginación humanos. Ramayana

El Ramayana nos dice que los nobles de la antigüedad nacían en este mundo con un propósito claro y sin perder la Conciencia de su Origen, que no es de este mundo. Vivían entre hombres dormidos, pero sus actos poco se comprendían porque ellos se mantenían despiertos. 200

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Actualmente, esta sociedad dormida capacita a los jóvenes para que todo su potencial humano coadyuve a intereses estrictamente mundanos. El hombre, aunque divino en parte, también ha sido hecho mortal en parte, siendo colocado en un cuerpo. Ahora bien, todas las cosas terrenales que el hombre mantiene en su posesión para gratificar sus deseos corporales son ajenas a toda esa parte de su Naturaleza que es afín a Dios; y estas cosas es correcto que se llamen posesiones por este motivo: que no nacieron con nosotros. Todas esas cosas, por consiguiente, son ajenas al hombre; sí, y también al cuerpo debemos estimarlo ajeno. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum.

Si toda la manifestación corpórea es ajena a nuestro Ser, ¿qué podemos decir de las posesiones? Con la personalidad y con los bienes que la engrandecen —materiales y no materiales— nos mantenemos deseando permanecer en este mundo, pero no somos de aquí. Vive en paz con la multitud, sin ser multitud. Confucio

Las masas siempre se equivocan, se comportan de manera mecánica, ciega e inconsciente; aprendamos a fluir en armonía con la multitud, sin imantarnos de su inconsciencia. El sabio tiene la forma de un hombre pero no sus sentimientos. Como tiene la forma de un hombre, se junta con otros hombres. Como no tiene los sentimientos de un hombre, el bien y el mal no lo al-

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canzan. Pequeño e insignificante, se queda con el resto de los hombres. Inmenso y grandioso, perfecciona su Cielo solo. Chuang-Tzu

El Hombre libre comparte con el hombre natural lo que es posible, para evitar cualquier rompimiento en la relativa armonía; siempre y cuando se garantice la estabilidad de su centro de gravedad interior y su vinculación con el Ser. ¿Debo abandonar mi opulencia, mi casa, mis negocios y, como tú, vagar sin hogar, a fin de alcanzar la felicidad de una vida religiosa? El Buddha dijo: La felicidad de la vida religiosa puede alcanzarse por cualquiera que vaya por el camino del noble óctuple sendero. El que se apegue a la riqueza hará bien renunciando a ella antes de permitir envenenar su corazón; pero el que no es apegado a la opulencia y siendo rico se sirve de sus riquezas con justicia, ese será una bendición para los seres y sus hermanos. En verdad te digo, sigue en tu condición de vida y aplícate activamente a tus negocios. No son ni la vida, ni la riqueza, ni el poder lo que hacen al hombre esclavo, sino su apego a la vida, a la riqueza y al poder. Evangelio del Buddha

Para un “Hombre libre” las bondades y las riquezas de este mundo no constituyen problema alguno, porque ya trascendió la identificación y los apegos hacia las formas manifiestas; su desapego brinda la lucidez necesaria para poner orden a los intereses externos sin que cause estragos a la estabilidad interna. En ese estado proyecta su armonía hacia el exterior y se convierte en una bendición para la humanidad. 202

Vivir en el mundo sin ser del mundo

La ley del Tathagata no exige al hombre vagar sin hogar o renunciar al mundo, a menos que tenga vocación para ello; la ley del Tathagata lo que exige a todo hombre es que se libere de la ilusión del “yo”, que purifique su corazón, que renuncie a la sed de placeres y que lleve una vida recta. Y que todo hombre en lo que haga, ya en el mundo como artesano, mercader, soldado, rey, o ya retirado del mundo y consagrado a la vida religiosa, ponga todo su corazón en ello; que sea diligente y enérgico; que se parezca al loto, que creciendo en el agua, quede, sin embargo, sin tocar con ella. Evangelio del Buddha

En su primera etapa, Buddha busca la liberación en el ascetismo; y al toparse con un sinnúmero de límites, decide abandonarlo. Posteriormente se encuentra con la iluminación y en dicho estado nos invita a “vivir las experiencias de este mundo sin identificarnos con ellas”, como lo simboliza la flor del loto. El hombre que sigue el excelente camino vive en el mundo, y, sin embargo, su corazón no está manchado por los deseos mundanos. Evangelio del Buddha

Los verdaderos caminos hacia la libertad de la conciencia fluyen por el mundo, pero deben recorrerse en el más legítimo desarraigo. Vivamos felices, sin odio para los que odian. Vivamos entre los que nos odian exentos de todo odio. Vivamos exentos de males entre los enfermos. Entre los hombres enfermos permanezcamos exentos de males.

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Vivamos felices, pues, exentos de avaricia entre los avaros. En medio de los codiciosos vivamos exentos de codicia. Evangelio del Buddha

Tal como lo expresa Confucio, Buddha también nos invita a vivir con la multitud sin ser la multitud. Los pitagóricos constituyeron una gran sociedad, pero era una pequeña parte de la ciudad, que no compartía políticamente los mismos hábitos y forma de vida de ellos. Vida Pitagórica, Jámblico

A nivel grupal, los pitagóricos “vivían en una sociedad sin ser de esa sociedad”; sin sentido de pertenencia. Replica Judas: De lo que tenemos aquí, ¿qué no nos corresponde? Contesta el Maestro: Ya les he dicho que ni sus huesos, ni sus carnes, ni sus padres, ni sus hijos, ni lo que han aprendido de sus antepasados les sirve, ni les corresponde. Evangelio de Judas

Aunado a nuestra manifestación corpórea, vivimos en un mundo que tampoco nos corresponde. Les he dicho que la fuerza que está depositada en ustedes la he extraído de los doce salvadores que están en el tesoro de la Luz. Y por eso les he dicho desde el principio que ustedes no son de este mundo, ni yo tampoco lo soy. Pistis Sophia I: 37,38

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En el Evangelio de Valentín, Jesús de Nazaret confirma que él no es de este mundo y nosotros tampoco. Si el mundo los aborrece, sepan que a mí me ha aborrecido antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no son del mundo, antes yo los elegí del mundo, por eso el mundo los aborrece. Juan 15: 18,19

Cuando un Hombre, tras el encuentro con la ibertad, descubre que no es de este mundo, se gana la animadversión de quienes creen que son de aquí. Ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17: 13-16

En el evangelio de Juan, Jesús ratifica que ni él, ni nosotros somos originarios de este mundo. Reitera que los hombres dormidos, que creen ser de aquí, acumulan odio hacia los Hombres libres. Mi reino no es de este mundo. Juan 18: 36

Queda claro que este mundo dialéctico no forma parte del plano Original. 205

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Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales. Corintios II 10: 3,4

Aunque estemos manifestados en un cuerpo de carne, nuestra conducción no debe girar alrededor de ella. Nos atormentamos: no es aquí nuestra casa de hombres… allá donde están los sin cuerpo, allá en su casa… ¡Solo un breve tiempo y se ha de poner tierra de por medio de aquí a allá! Vivimos en tierra prestada aquí nosotros los hombres. Nezahualcóyotl, Nos Atormentamos…

En este poema, Nezahualcóyotl dice que aquí no es nuestra casa, y “tampoco la morada del más allá” (el plano astral). Deseas que te diga cómo abandonar tu propia voluntad. Te puedo asegurar que solo hay un modo de hacerlo: debes considerar seriamente que éste no es tu verdadero país nativo; dado que el reino de Cristo no es de este mundo, debes en consecuencia hallarte en continua ascensión si es que deseas seguir a Cristo, aunque tu cuerpo deba habitar entre las criaturas. Jacob Boehme, Diálogos Místicos

Si comprendemos que este mundo no es nuestra Patria original, la voluntad propia y el ego no tienen cabida. 206

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Aprende a evitar todas las causas. A la ondulación del efecto, lo mismo que a la gran oleada del aguaje, la dejarás seguir su curso. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio

Aprendamos a permitir que fluyan las ondulaciones de este mundo cambiante —liberarse del operar de la ley—, dejemos que todo pase, sin involucramiento. Cuando algo tiene que ser soportado, aparece inmediatamente el poder de soportarlo firmemente. Cuando algo penoso aparece nos es posible adoptar una actitud tal, hacia esas experiencias, que más bien nos colocan en situación de espectadores de nuestras propias experiencias. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo.

Si logramos asumir la actitud de espectadores ante experiencias propias, recibiremos la Luz necesaria para soportar lo insoportable, para transitar con ecuanimidad; para vivir en el mundo sin ser del mundo. Para cambiar la sociedad es necesario primero alejarnos de ella. Debemos dejar de ser lo que la sociedad es: codiciosa, ambiciosa, envidiosa, buscadora del poder, etc. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)

Para no ser de aquí, vivamos en el mundo sin ser lo que la sociedad es. Esto es lo único que nos faculta para transformar la conciencia de la sociedad. ¿No podemos vivir sin codicia entre la codicia, satisfechos con poco? ¿No podemos vivir con salud entre lo malsano? El mundo no está apartado de nosotros, somos el mundo; hemos hecho de él lo

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que es. Ha adquirido su sentido mundano a causa nuestra y para dejarlo debemos eliminar de nosotros ese sentido mundano. Solo entonces podremos vivir con el mundo y no ser parte de él. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946

Para ir más allá de las cualidades duales de la humanidad es preciso trascender el sentido mundano; solo así —como lo deja inscrito Krishnamurti— es posible vivir en el mundo sin ser del mundo. Debe existir una nueva sociedad, una nueva comunidad de personas que, aunque vivan en el mundo, no sean del mundo. Conversaciones por krishnamurti en U.S.A.1996

Si la humanidad da un brinco verdaderamente evolutivo, tendrá que ser en este sentido.

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Referencias históricas Los Upanishad son escrituras pertenecientes al “corpus” védico que exponen la metafísica del no-dualismo, tratan acerca de la naturaleza de Dios y el universo. La tradición dice que los Vedas no fueron precisamente compuestos, sino que fueron revelados a los Rishis o videntes védicos. Muchos eruditos consideran que son el conjunto de escritos más antiguos de los que se tiene conocomiento. Se distingue a los Upanishad del resto de los escritos porque se consideran como las reflexiones místicas del significado más íntimo de los Vedas, por ello son también conocidos como Vedanta, que quiere decir “el fin o la culminación de los Vedas”. Dada su profundidad y elevado tono filosófico es que son la base de la religión hidú y de disciplinas como el yoga y la meditación, que conducen a estados contemplativos. De acuerdo a la tradición, existen más de doscientos Upanishad, pero se consideran solo once como los principales, debido a que estos son los comentados por Shankara, el maestro y filósofo responsable de consolidar las bases de la escuela de pensamiento no dualista Vedanta. El Ramayana es una de las obras más importantes de la antigua India, está compuesto por 24,000 versos, divididos en 7 volúmenes. El término Ramayana significa “la gesta de Rama”, esta célebre epopeya figura como la obra más espléndida de la literatura hindú; se atibuye al poeta Valmiki Prachetasa, aunque seguramente intervinieron varios en su redacción y Valmiki fue quien escribió la versión definitiva. A pesar de los múltiples elementos de carácter fantástico que integran esta composición, se considera que tiene una base histórica, los hechos relatados habrían ocurrido entre 2350 y 1950 a.C., según algunos investigadores, mientras que otros proponen fechas más tardías. Krishna. Un número de tradiciones y deidades regionales pueden haberse fusionado en las historias y la persona de Krishna. Los mitos y canciones acerca de Krishna aparecen en un gran número de textos filosóficos, religiosos y poéticos. Estos incluyen el Mahabharata (que contiene el Bhagavad Gita) y otros de desarrollos posteriores como el Jarí vamsa parva (‘el capítulo [del Mahabharata] sobre la familia de Jarí [Krishna]’). También el poema Gita govinda y el Bhagavatapurana, que dedica miles de versos en describir la vida de Krishna. Según la tradición hindú,basada en cálculos astrológicos, Krishna nació en el Rohini nakshatra, a la medianoche del octavo día después de la luna nueva del mes de Sravana (bhadrapada).Pero no se sabe en qué año. Varios astrólogos hindúes, con la ayuda de software especializado en astrología, han propuesto varias fechas:

•5,561 a.C.: según P.V.Vartak. •3,228 a.C., 21 de julio: según Arun K. Bansal. •3,228 a.C.: según Swami Prakashanand Saraswati. •3,067 a.C.: según B. N. Narahari Achar. Hermes Trismegisto o Mercurio Trismegisto, tres megas, esto es, “Tres Veces Gran Hermes”, era también identificado como Toth entre los egipcios. Ese personaje fabuloso, que los egipcios y los griegos consideraban como el padre de todas las ciencias, era el legislador, el mago y el benefactor de Egipto y vivió en el siglo XX a.C. No se puede precisar realmente la localización de Hermes en el tiempo y en el espacio. Según la cronología egipcia de Maneton, su época se denomina “reino de los dioses”. Por ese entonces no había aún ni papiro ni grafía fonética pero sí, apenas, la ideografía sagrada grabada por los sacerdotes en jeroglíficos en las columnas y paredes de los Templos. Los griegos, discípulos de los egipcios, lo llamaban Hermes Trismegistus o Trinidad Suprema; lo consideraron como un legendario y fabuloso legislador egipcio, sacerdote y filósofo; lo ubicaron en el reinado de Ninus, alrededor de 2,270 años a.C. Hermes Trismegisto era el nombre que los griegos daban al dios egipcio (Hermes Toth). En el culto egipcio de Osiris, Toth era el gran consejero; que presidía las ciencias y se le atribuían la totalidad de un conjunto de obras que contenían prácticamente todo el saber del antiguo Egipto. Diódolo Sículo lo describe como secretario de Osiris y Cumberland llegó a decir que ese personaje era el propio Osiris. Sin duda existe mucha confusión entre los mitologistas respecto a este personaje. Dicen que Hermes Trismegisto escribió más de treinta libros sobre teología y filosofía, y seis sobre medicina. Parece que todos desaparecieron, probablemente en las invasiones y guerras que Egipto sufrió a lo largo de su historia. Los egipcios atribuían a Hermes cuarenta y dos libros sobre ciencias ocultas. El hermetismo, que continúa siendo un punto de referencia para las ciencias esotéricas contemporáneas, se desarrolló a partir de la Edad Media como una doctrina filosófica estrechamente ligada a la Alquimia. Hermes es considerado el padre fundador de la alquimia y de donde surgieron las ciencias herméticas que originaron, en la Masonería, los ritos y grados herméticos. La influencia del hermetismo en la elaboración del ritual de la Masonería fue importante, ya que en los primeros tiempos del cristianismo Hermes era considerado como padre de la inteligencia humana, citado inclusive, en las herencias documentales de la fase operativa de la Orden.

En todos los registros y manuscritos antiguos que contienen leyendas de la fraternidad, se hacía mención a Hermes Trismegistos como fundador de la Masonería. Así el Manuscrito de la Gran Logia de los Operativos, que data de 1632, afirma que “el grandioso Hermarino, que fue hijo de Cuby, hijo de Sem y nieto de Noé, fue identificado posteriormente como Hermes, padre de la sabiduría”. Es en el asiglo XII cuando surge en toda Europa Occidental, a través de las cruzadas y de los contactos con el mundo islámico, una serie de textos herméticos traducidos del árabe al latín. El más conocido de todos esos textos es la Tabla Esmeraldina, así denominada porque fue grabada en una piedra verde. Ésta es la “biblia de los alquimistas”. El Zohar. Es una fuente de gran sabiduría espiritual que le fue revelada a Moisés como el “decodificador” de La Biblia. Fue transmitida como tradición oral hasta que se puso por escrito como un texto sagrado que permaneció oculto durante miles de años. El Zóhar y la Kabbalah han tenido una profunda influencia en todas las disciplinas más relevantes, desde la literatura y el arte hasta la medicina y la ciencia. Lao Tse. Según algunos, Lao Tse nació en el año 604 a.C. Según otros, vino al mundo en el año 729 a. C. La fecha del año 604 a.C. se confirma como la más razonable si tomamos como referencia a Confucio y el primer encuentro que se produjo entre ambos filósofos. Lao Tse no es un nombre propio, sino un sobrenombre que significa “Viejo Sabio”. Su nombre completo y verdadero era Li po yang. Lao Tse nació en Khio-gin en el reino de Tsou. Según unos, era censor en la corte de la dinastía Chu; según otros era archivero. En cualquier caso, después de un largo tiempo dedicado a los menesteres palaciegos, Lao Tse decidió no solo abandonar aquel estado, sino el territorio de la inmensa China, es decir, el Imperio. Pero antes de cruzar la frontera decidió dejar escrita su obra, condensada en el Tao Te King. Confucio. Filósofo, teórico social y fundador de un sistema ético -más que religioso- que ha llegado hasta nuestros días. Kung-tse (Confucio, para occidente) vivió en la China feudal hace 2,500 años, entre el 551 y el 479 a. C. Sus orígenes eran muy humildes, pero desde joven mostró una gran inclinación por los libros antiguos y, con el tiempo, desempeñó una alta posición como funcionario del estado de Lu, en la actual provincia de Shang-Tung.

Chuang Tzu (350-275 a.C.) nació en el estado Chu, en la actual China central, y es, incuestionablemente, el segundo maestro del taoísmo. Chuang Tzu es posterior a Lao Tse, lo que le permitió exaltar la labor de éste y desarrollarla y ampliarla. Lo hizo básicamente mediante un libro que lleva el nombre del propio filósofo y que está escrito en prosa. Chuang Tzu está considerado como el gran genio impulsor de las letras chinas. Según se cuenta, Chuang Tzu llevó una vida de ermitaño, pese a que tuvo muy buenas oportunidades para destacar. Una de ellas se produjo cuando el rey Ch’u le ofreció el puesto de primer ministro, y no solo rechazó la oferta, sino que luego ridiculizó a los dos enviados y el pomposo ceremonial con el que se habían dirigido a él. En su obra, Chuang Tzu dedica muchas páginas a comentar el confucianismo, que, bajo el punto de vista del taoísmo, era una escuela rival muy digna. Sin embargo, se empeñó Chuang Tzu en demostrar que Confucio había sido un admirador e incluso discípulo sumiso de las doctrinas taoístas. Aún así, las posturas del confucianismo y del taoísmo eran irreconciliables: para el primero, la base era buscar un humanismo perfecto; para el segundo, la perfección no es posible en lo humano, la perfección solo puede encontrarse en el Tao. Sosan (murió en el 606 d.C., de pie, bajo un árbol, en la postura de kin hin) es el tercer patriarca zen. No se sabe mucho sobre él; así es como debe ser, porque la historia solo registra la violencia. No registra el silencio; no puede. Sosan fue durante toda su vida un monje errante. Nunca se quedó en ningún sitio; siempre de paso, yendo, moviéndose. Era un río; no era un estanque, no era estático. Era un constante movimiento. Una vez que su iluminación fue un hecho reconocido, Sosan continuó en su antiguo estilo de vida de vagar mendicante. Y nada en él era especial. Era un hombre ordinario, un hombre del Tao. El zen es un cruce entre el pensamiento de Buda y el de Lao Tse. Es un gran encuentro, el mayor que jamás haya tenido lugar. Y Sosan estaba ahí justo al comienzo, junto a la fuente original, cuando el zen salía del útero. Siddhārtha Gautama, Buddha, nació hacia el año 560 a.C., en Kapilavasthu (en la antigua India, hoy Nepal), príncipe heredero del clan de los Shakyas, de donde derivaría su apelativo Shakyamuni (sabio de los Shakyas). Tras haber llevado una vida llena de lujos y placeres, privado del contacto con las cosas tristes de la vida, se

encontró en tres paseos sucesivos, por los límites de los jardines reales, con escenas por él desconocidas hasta entonces, las que repercutieron profundamente en su interior: un anciano, un enfermo débil y delgado y un muerto llevado por sus parientes. Sabiendo que su linaje no lo aislaba de esos infortunios (vejez, enfermedad, muerte), se dio cuenta de la inutilidad de gastar la vida en lujos y placeres y deseó encontrar un medio para liberarse de tales tribulaciones. Así abandonó sus riquezas y su futuro trono y partió en busca del remedio para la enfermedad, la vejez y la muerte. Siddhārtha Gautama murió alrededor del año 486 a. C., a los 80 años de edad. Popol Vuh. Las antiguas “Historias del Quiché”. Es el libro sagrado de los quichés que habitaban en la zona de Guatemala. Se explicaba en él el origen del mundo y de los mayas. También se relataba la historia de todos los soberanos. Es esencialmente una descripción del conjunto de tradiciones mayas de quienes habitaban la región guatemalteca. No se conoce el nombre del autor pero, por datos sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito hacia 1544. Fue escrito originalmente en piel de venado, posteriormente transcrito en 1542 al latín por Fray Alonso del Portillo de Noreña. La versión española fue realizada sobre este último texto en el siglo XVIII (1701) por el fraile dominico Francisco Ximénez. El significado de los términos que conforman el nombre es: Popol: Palabra maya que significa reunión, comunidad, casa común, junta. Vuh: Libro, papel, árbol de cuya corteza se hacía el papel. Para los quichés de Guatemala, hombres del bosque o de los magueyes, el Popol Vuh es su Biblia. Filósofos griegos •Pitágoras. Si bien no son muchos los datos históricos que se conocen de la vida personal de Pitágoras, se puede citar lo siguiente: Nació hacia el año 578 a.C. en Samos (rival comercial de Mileto). Fué expulsado hacia occidente por cuestiones políticas, abandonando su patria para escapar de la tiranía de Polícrates (538 a.C.), refugiándose en la Magna Grecia (sur de Italia), específicamente en Crotona. Fue en Crotona donde fundó en 532-520, más o menos, una especie de comunidad de carácter filosófico–religioso, misma que se difundió en numerosas filiales esparcidas por Tarento, Metaponto, Sibares, Regnum, Siracusa, etc. Estableció su hogar en Crotona, donde sus opiniones políticas dominaron en la ciudad.

Fue desterrado por el partido adversario, exactamente por Cylon. Murió en Metaponto en 495, a.C. teniendo cerca de 83 años. •Heráclito de Éfeso (544-484 a.C. aprox.) Para Heráclito, no solo las cosas individuales salen del fuego y vuelven a él, sino que el mundo entero perece en el fuego para luego renacer. He aquí la imagen del “ciclo cósmico” la que ya fuera apuntada por Anaximandro, ésto es, la antigua idea griega del “eterno retorno” que volverá a aparecer con Platón. Pero el aporte más trascendente de Heráclito está en sus ideas respecto a la contradicción y el Lógos. Todo está en constante movimiento porque el mundo fluye permanentemente. •Parménides. Nació en Elea, hacia el 540 antes de Cristo aproximadamente, donde residió hasta su muerte en el año 470 a.C. Se dice que fue pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya propia. •Sófocles. Nace en Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia, 495 a.C.; muere en Atenas, 406 a.C. Poeta trágico griego. •Herodoto. Historiador griego nacido en Halicarnaso poco antes de la expedición de Jerjes contra Grecia (480 a.C.). Con motivo de la revuelta Herodoto hubo de abandonar su patria y dirigirse a Samos, donde pudo tener un contacto más estrecho con el mundo cultural jonio. •Sócrates. Nació en Atenas en el año 470 a. C. de una familia, al parecer, de clase media. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden con el periodo de esplendor de la sofística en Atenas. •Arístocles de Atenas, apodado Platón (Πλάτων, «el de anchas espaldas»), nace, probablemente, en el año 428-427 a.C. en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces con 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte.

•Aristóteles. Nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad macedonia, cercana al monte Athos, llamada Estagira. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre, en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, a quien pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor. •Horacio. Poeta lírico y satírico romano, autor de obras maestras de la edad de oro de la literatura latina. Quinto Horacio Flaco nació en diciembre del año 65 a.C., hijo de un liberto, en Venusia (hoy Venosa Apulia, Italia). Estudió en Roma y Atenas filosofía griega y poesía en la Academia. Horacio murió en Roma el 27 de noviembre del año 8 a.C. •Plutarco. Procedente de la hoy desaparecida Queronea, en la actual Grecia, fue un historiador, biógrafo y ensayista griego que vivió entre el 46 y el 120 d.C. •Epícteto, en griego: Επίκτητος (Hierápolis, 55 – Nicópolis, 135). Fundó su escuela en Nicópolis, a la que se dedicó plenamente, pues él, a imitación de Sócrates, uno de sus modelos, no escribió nada. Las enseñanzas de Epícteto tenían su base en las obras de los antiguos estoicos; se sabe que se aplicó a las tres ramas de la filosofía en la tradición de la Stoa, lógica, física y ética. Sin embargo, los textos que se conservan tratan casi exclusivamente de ética. Según ellos, el papel del filósofo y maestro estoico consistiría en vivir y predicar la vida contemplativa. Cristianismo •Evangelio de los esenios. Fue necesario el “accidental” hallazgo hecho en el interior de una gruta, en el año 1947, por un joven beduino, Mohamed el lobo, quien encontró las jarras de greda con rollos de lino recubierto de alquitrán o cera con escritos en pergamino y láminas de cobre de más de 2,000 años de antigüedad, para que los esenios fueran nombrados en el mundo moderno. El evangelio de los esenios, que es una traducción directa del arameo de los evangelios conservados en el Vaticano, en los que la Madre y el Padre ocupan un lugar primordial en contraposición a la

versión patriarcal de otros evangelios, es una auténtica doctrina y enseñanzas espirituales de la escuela de los esenios. Se dice que casi todos los principales fundadores, de lo que luego se denominó la cristiandad, fueron esenios: Santa Ana, José y María, Juan el Bautista, Jesús, Juan el Evangelista, etc. Los Pitagóricos y Estoicos en Grecia siguieron los principios esenios; sus enseñanzas están presentes en los elementos de la cultura Adónica de los Fenicios, en los de la escuela de Alejandría que contribuyeron a cimentar la cultura de Occidente con el Gnosticismo, la cristiandad, la kabbalah, la Francmasonería y una pléyade de movimientos renovadores posteriores que actuaron secretamente debido a las persecuciones a que fueron sometidos. En 1928 Edmond Bordeaux Szekely (filólogo y lingüista, Ph. D. de la Universidad de París) publicó la primera traducción del Arameo al Francés, del primer tomo del “Evangelio Esenio de la Paz”. Las ediciones del material esenio precedieron a los escritos encontrados en las cuevas del Mar Muerto en 1947. •Evangelios Gnósticos de Nah Hammadi. Los evangelios conocidos como apócrifos, comprenden alrededor de 50 textos, escritos algunos en arameo, otros en copto, en griego antiguo, etc. En 1945 fueron descubiertos por campesinos Egipcios los papiros de Nag Hammadi, que recopilaban una serie de textos originales, en una forma muy parecida a los cuatro evangelios reconocidos por el cristianismo ortodoxo, con clara expresión del cristianismo gnóstico esencial, prístino, original. Estos evangelios fueron desdeñados por el catolicismo con el nombre de apócrifos (por considerar que “se apartan de la verdad”, al menos la pretendida), considerados actualmente “Evangelios apócrifos gnósticos”, entre los que se encuentran el Evangelio de Tomás, el Evangelio de Felipe, de María Magdalena, el evangelio apócrifo de Juan, el de San Valentín; y para asombro de los intelectualoides de la Era del Kaly Yuga, en pleno 2006, el evangelio de Judas. •Evangelio Según Judas. El papiro con el Evangelio según Judas, de 26 páginas, fue hallado cerca de la localidad de Beni Masar, en Egipto, en 1978. En 2000, la Fundación Mecenas de Arte Antiguo de Basilea (Suiza) se hizo con el documento e inició los trabajos de traducción. Los expertos consideran que se trata de una copia de un texto aún más antiguo, en el que Judas aparece retratado como una figura benévola que trata de ayudar a Jesús a salvar a la raza humana. La autentificación del documento se ha llevado a cabo utilizando numerosas técnicas, como la prueba del carbono 14, el análisis de

tinta, la imagen multiespectral, así como los índices paleográficos e históricos. •La Pistis Sophia es una traducción de una colección especial de manuscritos Gnósticos Coptos de 2,000 años de antigüedad, derivados de Códices Egipcios-Coptos Cristianos. En el periodo histórico posterior en que la iglesia temprana fuera establecida como la “religión oficial” del Imperio Romano (325 d.C.), la literatura de la Pistis Sophia fue retirada. El término “Pistis Sophia” corresponde en Griego a las palabras “Fe-Sabiduría” y representa la enseñanza que fue dada a los discípulos de Cristo-Jesús después de su resurrección. No son enseñanzas reveladas tan solo a los discípulos de Jesús, sino también a sus discípulas, incluidas María Magdalena, Martha y Salomé. Los manuscritos de la Pistis Sophia datan del 150-300 d.C. Sin embargo, esta extensiva y expansiva enseñanza se dice que fue dada hasta los 11 años posteriores a la resurrección. •La Biblia. No es un solo libro, es una colección de antiguos textos compuesta por diversos libros separados, escritos a lo largo de aproximadamente 1,600 años. El Antiguo Testamento contiene 30 libros escritos aproximadamente entre el 1500 y el 400 a.C., y el Nuevo testamento contiene 27 libros escritos aproximadamente entre el 40 y el 90 d.C. El Antiguo Testamento original fue escrito principalmente en hebreo, con algo de arameo, mientras que el Nuevo Testamento original fue escrito en griego común. Comenzando ya desde el 250 a.C., La Biblia hebrea fue traducida al griego por expertos judíos en Alejandría, Egipto. Esta traducción fue conocida como la “Septuaginta”. Comenzando cerca del 40 d.C, y continuando hasta cerca del 90 d.C., los testigos oculares de la vida de Jesús, incluyendo Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Santiago, Pedro y Judas, escribieron los Evangelios, cartas y libros que se convirtieron en el Nuevo Testamento de La Biblia. Durante los años 200 d.C., los escritos originales fueron traducidos del griego al latín, cóptico (Egipto) y sirio (Siria), y ampliamente diseminados como “escrituras inspiradas” a través del Imperio Romano (y más allá). En el año 397 d.C., los actuales 27 libros del Nuevo Testamento fueron formalmente y finalmente confirmados y “canonizados” en el Sínodo de Cartago. Islam •Ibn Arabi. Es todo un referente del misticismo neoplatónico musulmán, nacido en 1165 en la ciudad de Murcia, Mohidin. Con la comodidad que supone proceder de una familia distingui-

da, pronto sale de Murcia para pasar su juventud en Sevilla. Pasa unos años en los que la ligereza y la disipación toman las riendas de su vida, hasta que irrumpe en él una atracción irrefrenable por la mística y la filosofía sufi. Decide entonces embarcarse en un viaje que le llevará a recorrer los reinos bajo dominio árabe en el interior de la península, pasando después al norte de África: Marruecos, Túnez y Egipto, para llegar finalmente a Oriente, donde pasará el resto de su vida, muriendo en Damasco cuando contaba con ochenta años de edad. Durante su estancia en la Meca, a los treinta y nueve años, él mismo relata que recibió la iluminación de Allah. La fecundidad literaria de Ibn Arabi es impresionante, siéndole atribuidas más de cuatrocientas obras en prosa y verso que abarcan las más diversas temáticas: filosofía, mística, poesía, teología...Evidentemente su fuente principal es el Corán. En cuanto su epistemología, Ibn Arabi sostiene que el conocimiento del mundo presente a través de los sentidos no es el conocimiento verdadero, sino el camino hacia el Conocimiento. •Mevlana Jalal’uddin Rumi (1207-1273) nació en Balk (lo que se conoce hoy como el norte de Afganistán), hijo de un gran maestro sufi de la época, Baha Veled. Fue criado dentro del mundo místico desde muy pequeño: debió compenetrarse con la lectura del Corán, su interpretación y exégesis (interpretación crítica), la jurisprudencia Islámica y los hadith (los dichos y actos del profeta Mahoma), los que llegó a manejar a la perfección. A la edad de 10 años debió emigrar, debido a que el pueblo Mongol estaba invadiendo cruelmente esa zona. Él y su familia emprendieron un largo viaje, pasando por La Meca y Damasco, arribando finalmente luego de 12 años al estado de Anatolia (Turquía); durante el viaje, Rumi conoció a muchos y notables maestros del sufismo. Luego de la muerte de su padre en 1231, se convirtió en su sucesor y tuvo diversos ilustres e iluminados maestros, que fueron sus tutores y guías. Pero no fue hasta su encuentro con el gran maestro Shams i Tabriz, que Rumi despertó al máximo su potencial. Shams es un espejo para Rumi, y en su compañía Jalal’uddin Rumi hace realidad la Verdad de su Ser. Son sus discípulos o amigos los que transcriben sus recitaciones y así será el caso de todas sus obras. Años más tarde, Husamedin Chelebi -seguidor y amigo de Mevlana- se ofrecerá para transcribir el Masnavi, que es una de las obras principales y más extensas de Rumi. Es seguro que quien abra su corazón a Rumi comprenderá en mayor profundidad el místicismo Islámico (Sufismo). Nezahualcóyotl (1402-1472), gobernante y poeta del México antiguo. Desde los últimos años del mundo indígena hasta nuestro tiempo, el rey poeta de Tezcoco ha sido una figura legendaria, de multiple fama. Y sin embargo, se le conocía más por sus anécdotas y

por cierto vago prestigio, que por los hechos de su vida y, hasta hace pocos años, se ignoraban sus verdaderos poemas o cantos. En Nezahualcóyotl se unían de manera excepcional las aptitudes a menudo irreconciliables del guerrero, el gobernante, el constructor, el sabio en las cosas divinas y el poeta. Pero, además, él fue un hombre que trascendió a su tiempo, por las indagaciones espirituales que formuló y por la organización administrativa y la estructura legal que dio a la vida de su pueblo y, singularmente, por las instituciones culturales que estableció, como fueron los archivos de los libros pintados, las escuelas y consejos superiores, las academias de sabios y poetas, las colecciones de flora y fauna, y aun por el cuidado de la lengua que distinguía a sus dominios. Dentro del mundo nahua del siglo anterior a la conquista, él representa una tradición moral y espiritual, la herencia tolteca de Quetzalcóatl, que intentó oponerse a la concepción místico-guerrera de los aztecas. Alquimistas •Nicolas Flamel (Pontoise, 1330 – París, 1413). Fue un burgués parisino del siglo XIV, escribano público, copista y librero jurado; aunque sin duda un personaje histórico, su vida está ligada con leyendas, que lo reputan como alquimista de suficiente habilidad para ejecutar las dos obras más complejas del arte alquímico: la transmutación de los metales en oro gracias a la elaboración de la piedra filosofal, y la inmortalidad. •Paracelso. Philippus Aureolus Theophrastus Bombastus Paracelsus es el nombre latino adoptado por el astrólogo, médico, mago, alquimista y filósofo alemán Theophrast Bombast von Hohenhein. Nació en Einsiedeln en 1493 y murió a los 48 años, en 1541, en Salzburgo. Comenzó trabajando como cirujano militar, así hizo sus primeros viajes a Oriente, Escandinavia…, estos viajes le sirvieron para recopilar conocimientos. En 1527 se instaló en Basilea, allí fue reconocido por sus sorprendentes curaciones, devolvió la vida a un amigo de Erasmo de Róterdam. Gracias a su fama fue nombrado profesor de la escuela de medicina, dejaba entrar a sus clase a los barberos cirujanos, les hablaba en alemán y no en latín(lengua de los cultos), quería que los conocimientos médicos fueran para el pueblo y no para unos cuantos privilegiados. Escribió más de 14 volúmenes de medicina, naturismo y filosofía y otros tantos de teología. Descubrió la homeopatía, si un veneno se aplicaba en pequeñas dosis surgiría de él su naturaleza oculta beneficiosa: “lo símil se cura con lo símil”. Paracelso tenía su propio concepto de la sanación, basado en el tratamiento de las enfermedades con sustancias minerales trans-

formadas alquímicamente, consistente en el reconocimiento de la íntima unión de los tres elementos que conforman la totalidad del hombre: espíritu, alma y cuerpo. Él mismo dice: “la alquimia no tiene por objeto exclusivo la obtención de la piedra filosofal, la finalidad de la ciencia hermética es producir sustancias soberanas y emplearlas en la curación de las enfermedades”. Según Paracelso, el verdadero médico es ordenado por Dios. •Jacob Boehme (1575–1624). El “Teósofo Alemán”, cuya vida creativa abarcó el periodo Rosacruciano, nació en un poblado de la Antigua Seidenburg y se trasladó a la Lusatia Superior en las cercanías de Bohemia en las últimas décadas del siglo XVI. Fue un místico cuyo discernimiento contribuyó mucho para establecer una interpretación espiritual de la alquimia. Aunque haya sido un zapatero sin instrucción, Boehme poseía un alto grado de percepción mística de los mundos espirituales y para expresar sus experiencias interiores decidió revestirlas de términos alquímicos. Boehme tuvo una profunda influencia sobre las ideas teológicas y esotéricas, particularmente entre finales del siglo XVII e inicio del siglo XVIII; con todo, su sistema esotérico-filosófico de la teología continúa inspirando a muchos en los días actuales. •Fama Fraternitatis. De este libro proceden las primeras referencias históricas a la Orden de la Rosa Cruz, obra esotérica publicada en Kassel, Alemania, en el año 1614, de autor anónimo y desconocido, que ha sido sin embargo atribuida por varios autores a Johann Valentin Andreae (1586-1654), sin que exista no obstante ninguna prueba formal que apoye esta tesis. Según lo relatado en la Fama, la Orden Rosacruz tendría sus orígenes en Christian Rosenkreuz, personaje legendario nacido en 1378 en Alemania. A partir de 1393 este místico alemán iniciaría un periplo iniciático que le llevaría a visitar varios países lejanos como Damasco, Palestina, Tierra Santa, Egipto y Marruecos entre otros, donde estudió durante años con maestros de las ciencias ocultas. Según la Fama, a su retorno a Alemania en el año 1407, fundó la Orden Rosa-Cruz, que estaría constituida por un pequeño grupo de no más de ocho personas, y de quienes esta obra da sus nombres y funciones en el seno de la Orden. Cuando Christian Rosenkreuz murió en 1484, la Orden se extinguió y la localización de su tumba permaneció desconocida hasta que en el año 1604 fue redescubierta, y como consecuencia la Orden Rosacruz «renacida». Otros dos documentos importantes en relación a la fundación de la Orden Rosacruz fueron la Confessio Fraternitatis publicada también en Kassel en (1615), anónima pero atribuida de igual forma a

Andreae y Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreuz publicada en 1616 y atribuida por otros a Francis Bacon. La Confessio Fraternitatis está indiscutiblemente ligada a la Fama, ya que podría afirmarse que es una continuación de la misma. Con respecto a las Bodas Químicas, explica con un lenguaje simbólico y alquímico el proceso místico de Christian Rosenkreuz. Teosofía •Helena Petrovna Blavatsky. Nació el 30 de julio de 1831 en Yekaterinoslav, Dnipropetrovs’k (Ucrania). Durante mucho tiempo viajó por Europa, Asia y Estados Unidos. Afirmó que había estudiado durante siete años con los mahatmas hindúes durante su estancia en Oriente. En 1873 viajó a Nueva York y en solo dos años se convirtió en la principal fundadora de la Sociedad Teosófica, un activo grupo internacional. Con la nacionalidad estadounidense se estableció en la India en 1878. Entre sus obras destacan: La Voz del Silencio, Narraciones Ocultistas, El país de las Montañas Azules, La Clave de la Teosofía, Isis sin Velo, la Doctrina Secreta, el Glosario Teosófico y cientos de artículos publicados en numerosas revistas del mundo. Falleció el 8 de mayo de 1891. •Rudolf Steiner. Nació en Krakjevec (Hungría-Croacia) el 27 de febrero de 1861. Hijo de un empleado ferroviario, pasó su niñez en Neudörfl, un apartado y encantador pueblito austríaco. Cursó estudios en Wiener Neustadt, en la Technische Hochschule de Viena y finalmente en la Universidad de Rostock (doctorado en Filosofía). Cultivó especialmente ciencias y matemáticas, y la lectura de filósofos como Kant, Fichte, Schelling y Hegel; su temprana preocupación por Goethe hizo que se le encomendara la edición comentada de la obra científica de este autor. La notable introducción que escribió para los primeros volúmenes hizo que fuera contratado por los Archivos Goethe y Schiller de Weimar, donde se radicó durante varios años y terminó su edición de la obra goethiana. Desde niño había tenido un conocimiento intuitivo y clarividente de los aspectos ocultos de la naturaleza y el hombre, y paulatinamente logró desarrollar una clarividencia consciente que le permitió acceso a planos más elevados. Fue gestando así su doctrina antroposófica o Ciencia Espiritual que pretende alcanzar el conocimiento del hombre, del mundo suprasensible y de las fuerzas espirituales. Hacia 1901 se lanzó abiertamente a la enseñanza de la Ciencia Espiritual, habiendo aceptado el cargo de Secretario General de la Sección Alemana de la Sociedad Teosófica en 1902. •Krishnamurti. Nació en la India en 1895 y murió en 1986. A los 13 años lo tomó bajo su protección la Sociedad Teosófica, que lo

consideraba a él como el vehículo para el “instructor del mundo”, cuyo advenimiento habían estado proclamando. Krishnamurti emergió como un maestro inflexible e inclasificable. Sus pláticas y escritos no tenían conexión con ninguna religión específica y no pertenecían ni a Occidente ni a Oriente, sino que eran para todo el mundo. Repudiando firmemente la imagen mesiánica, en 1929 disuelve de forma tajante la vasta y caudalosa organización que se había construido en torno a él y declaró que la Verdad era una tierra sin senderos a la que resulta imposible aproximarse mediante alguna religión filosófica o secta convencional. Por el resto de su vida rechazó insistentemente la condición de gurú que otros trataban de imponerle y negó él mismo su autoridad; no quizo discípulos y habló siempre como un individuo habla a otro. El núcleo de sus enseñanzas estaba en la comprensión de que los cambios fundamentales de la sociedad podían tener lugar solo con la transformación de la conciencia individual: acentuaba constantemente la necesidad del conocimiento propio y señalaba las influencias restrictivas y separatistas originadas en los condicionamientos religiosos y nacionalistas. Krishnamurti siguió hablando hasta su muerte a los 90 años. Sus pláticas, diálogos, diarios están reunidos en más de 60 volúmenes. Cada libro se centra sobre alguna cuestión que tenga particular importancia y urgencia en nuestras vidas cotidianas. Albert Einstein. Nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich. El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor». A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y trasladarse a Estados Unidos, en donde pasó los últimos veinticinco años de su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton, ciudad en la que murió el 18 de abril de 1955.

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El presente material se imprimió en febrero de 2016 en los talleres de Terminados Bibliogáficos. Enrique Díaz de León Nte. # 732, Col. Artesanos, Guadalajara, Jal. Tiraje: 1,000 ejemplares.