Leyes de La Geologia

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGIA DE MARACAIBO DEPARTAMENTO DE GEOLOGIA

Principios y Leyes de la Geología

Realizado Por: POLO GERARDO C.I. 17.804.065

Los cinco principios geológicos  Correlación: Si se tiene un mismo fósil en dos lugares distintos, los estratos corresponden al mismo periodo.  Dualismo: Los fenómenos del presente explican el pasado.  Superposición: Los estratos superiores son más modernos que los inferiores.  De sucesión faunística: Los estratos se distinguen por los fósiles asociados.  De horizontalidad original: Los estratos sedimentarios son, originalmente, horizontales.

Las leyes de la Geología Para comprender mejor las leyes de la Geología hay que partir de las leyes fundamentales de la Física, de la Química y de la Biología, que, como se sabe, son universales. Existen sólo cuatro leyes fundamentales que se refieren a la Tierra, pero cada una de ellas se expresa en varios grupos de principios y axiomas

Primera ley: Una existencia finita en el tiempo. La Tierra, que se define en términos de la materia que la constituye, de una masa y un volumen, tiene, en el contexto del Sistema Solar, una previsión de tiempo de vida limitado. Partiendo del hecho probable de que todos los planetas del Sistema Solar y el Sol tienen un origen común, se acepta que la Tierra se formó a la vez que el Sol, hace casi 4 600 millones de años, y que terminará su vida con el enfriamiento de éste, dentro de otros muchos millones de años. En segundo lugar, el principio de las reservas de energía "finitas" establece que las materias primas contenidas en nuestro planeta no son inagotables sino limitadas, hecho que es también aplicable al Sol, aunque las reservas de este último sean mucho mayores. El principio, guía fundamental de la Geología, el de la superposición, establece que en una sucesión de capas rocosas las rocas más jóvenes están encima de las más antiguas, hecho que nos proporciona una escala de tiempos relativa. El principio de la destrucción limitada, pese a la erosión y el reciclaje de los materiales, se confirma por los restos que se conservan de toda la historia geológica. El principio del crecimiento alotrométrico establece que tanto los sistemas orgánicos como los inorgánicos crecen según modalidades de subdivisión matemáticamente previsibles (por ejemplo, el veteado de una hoja o las ramificaciones de un río) y en todo el Globo, en su conjunto, el principio de la ordenación por gravedad constata el hecho de que la materia tiende a disponerse en esferas estratificadas según su densidad: la atmósfera sobre la hidrosfera (el aire por encima de los mares), ésta sobre la litosfera, etc, jugando un papel decisivo en esta subdivisión en capas los procesos de convección térmica, activos ya desde el origen de la nebulosa de la que procede la Tierra.

Segunda ley:

Evolución física. Muy lentamente el planeta van cambiando, a medida que evoluciona gravitacional, química y biológicamente (esto es particularmente válido para la atmósfera, los océanos y los rasgos superficiales). Esto es debido a la dinámica externa y la acción de organismos

Tercera ley: Evolución orgánica. En épocas muy antiguas, en que la atmósfera procedía en su casi totalidad de los vapores y gases emitidos por los volcanes y la energía venía del Sol, aparecieron las primeras formas de vida: moléculas sencillas que se auto reproducían. Incluso los organismos más complejos evolucionaron en el tiempo lentamente, oponiéndose parcialmente a este proceso las extinciones esporádicas. Ningún phylum (grupo orgánico) importante se ha extinguido jamás; es más, la complejidad del mundo orgánico aumenta constantemente con el paso del tiempo, en lo que se refiere tanto al número de las especies como a su fisiología. Esto constituye un caso de entropía negativa, en Contraposición con la segunda ley de la Termodinámica, que es de aplicación tanto a los organismos individuales como a la Tierra en su conjunto. Según el principio de la especialización, las nuevas especies fueron surgiendo de las formas precedentes, mostrando únicamente variaciones muy limitadas (por ejemplo: el primer pájaro no surgió de repente a partir de un cocodrilo, aunque todos sus predecesores eran reptiles). Por el principio de la extinción, aunque las especies y los grupos con ellas relacionados puedan experimentar una extinción catastrófica (por ejemplo, la de los dinosaurios), las clases principales siguen existiendo y el número total de tipos específicos aumenta con el paso del tiempo. Los principios de la población y de la nutrición permiten que, para cada especie, el número de individuos aumente hasta alcanzar los límites del espacio y del alimento disponibles, dentro de los límites impuestos por la competencia. La relación entre el número de individuos y el número de las especies en competición en sí tiende a disminuir con el paso del tiempo, aunque en cada periodo determinado y en cada lugar específico una especie suela dominar sobre las demás. Y por último, la nota más optimista la proporciona el principio de la continuidad biológica que establece que nunca, desde que la vida apareció sobre el planeta, se ha producido una extinción total de la misma seguida de un nuevo comienzo evolutivo.

Cuarta ley: Equilibrio dinámico. Dentro de los límites del espacio y de la energía disponibles, cada cosa puede crecer hasta alcanzar una medida preestablecida que resulta del contrapeso entre numerosos mecanismos de feed-back. Por ejemplo, la relación planetaria entre continentes y mares es fija (aunque con pequeña variaciones) en el tiempo. Una montaña no supera la altura de los 8.000 metros antes de que la erosión y otros fenómenos empiecen a contrarrestar

su crecimiento. El caudal de un río siempre está adaptado la cantidad de agua que circula por él. Un playa está en equilibrio dinámico con las olas que rompen en ella. Pero de todas formas hay cuatro principios que definen las reglas del equilibro: • • • • •

almacenamiento de energía (que provoca retrásos o aceleraciones en los procesos), feed back (no hay ningún sistema que esté aislado), umbrales (la acumulación termina en estancamiento) y ciclicidad (todos lo sistemas tienden a repetirse en el tiempo). En el marco de las cuatro leyes antes esbozadas y de los principios a ellas asociados, la ciencia geológica ve la Tierra como un conjunto bien ordenado pero dinámico sujeto—es cierto—a movimientos de turbulencia desordenada, pero también favorecido por un ambiente benigno en su Órbita bien regulada, aunque Constantemente variable, alrededor del Sol.