Leonardo (Historia National Geographic)

LA SOPA SE ENFRÍA Etcetera, perche la minesstra si fredda, «porque la sopa se enfría». Llamado a la mesa, Leonardo inte

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LA SOPA SE ENFRÍA

Etcetera, perche la minesstra si fredda, «porque la sopa se enfría». Llamado a la mesa, Leonardo interrumpe así las notas sobre geometría que vemos en la página siguiente –escritas de derecha a izquierda, como solía–, y que redacta en su residencia francesa (Códice Arundel). En esta página, el más famoso de los supuestos autorretratos de Leonardo. Biblioteca Real, Turín. RETRATO: WHITE IMAGES / SCALA, FIRENZE. FONDO: BRITISH LIBRARY / ALBUM

L

eo a o a i LT I M O

ENIO

La as que lo ron en Itali usieron e t de quien se c ieron en g s el punto de que el artista se trasladó a Francia y murió allí CRISTINA ACIDINI HISTORIADORA DEL ARTE. PRESIDENTA DE LA ACADEMIA DE LAS ARTES DEL DISEÑO. RESPONSABLE DE LA SUPERINTENDENCIA ESPECIAL PARA EL PATRIMONIO HISTÓRICO DE FLORENCIA (2006-2014)

EL CASTILLO DE LOS SFORZA

Para Ludovico Sforza, señor de Milán, Leonardo trabajó como pintor, organizador de fiestas e ingeniero. LA ÚLTIMA CENA

FRUTTUOSO PINATO / ALAMY / ACI

DE ITALIA A FRANCIA

tarde inspiró un célebre cuadro de Ingres, no es sino una leyenda. Pero sí es cierto que Da Vinci se había trasladado a Francia gracias a la estima por su persona que había madurado en diferentes soberanos franceses, de los que Francisco I fue el último.

Entre Milán y Florencia Leonardo había nacido en Vinci, cerca de Florencia, y se crio en esta última ciudad, donde se formó en las artes, las técnicas y la observación de la Naturaleza en el taller de Andrea del Verrocchio, bajo la protección de Lorenzo el Magnífico. En 1482 acudió a la corte milanesa de Ludovico Sforza el Moro, y allí le sorprendió la invasión de Italia por

MAURO MAGLIANI / RMN-GRAND PALAIS

L

e atacó luego un paroxismo, presagio de la muerte, y el rey se acercó y le sostuvo la cabeza para ayudarlo y demostrarle su favor, así como para aliviar su malestar. Entonces el divino espíritu de Leonardo, reconociendo que no podía gozar de mayor honor,expiró en los brazos del rey».Con esta escena grandiosa y conmovedora, el gran biógrafo Giorgio Vasari concluyó su vida de Leonardo da Vinci, imaginando –porque la narración, ciertamente, está lejos de la verdad histórica– que el 2 de mayo de 1519 Francisco I acogió el último aliento de ese hombre excepcional, que tres años atrás se había puesto a su servicio. Esta fascinante anécdota, que tres siglos más

Entre 1494 y 1498, Leonardo pintó este fresco para el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán.

1452

1482

1516

NACE LEONARDO en Vinci,

LEONARDO recala en la corte

ABANDONA ROMA, donde ha-

en el territorio de la República de Florencia. Es hijo del notario Piero da Vinci y de una campesina, Catarina. En 1469 marcha con su padre a Florencia.

de Milán, donde permanece 17 años. En 1503, tras pasar un año con César Borgia, vuelve a Florencia, donde pinta la Mona Lisa y empieza La batalla de Anghiari.

bía ido en 1513, después de que Giovanni de Médicis se convirtiera en el papa León X, y marcha a Amboise, llamado por Francisco I de Francia, que lo admira.

1519 EL 23 DE ABRIL, ocho días

después de cumplir los 67 años, Leonardo dicta su testamento. Fallece el día 2 de mayo; será enterrado en la iglesia de Saint -Florentin de Amboise.

LA BATALLA DE ANGHIARI, ÉXITO Y FRACASO LEONARDO SÓLO ACABÓ parte del fresco sobre la batalla de Anghiari que

AK G/

De La batalla de Anghiari, hoy perdida, se conserva esta espléndida copia, hecha a partir de copias anteriores. Louvre, París. SALA DE LOS QUINIENTOS

La batalla de Anghiari estaba sobre un muro de este salón del palazzo Vecchio, donde se reunía el Gran Consejo de Florencia.

traba en Milán,de donde había huido el Moro. Leonardo recibió de este soberano peticiones cuyo contenido desconocemos, pero que le impidieron aceptar nuevos encargos cuando estaba en Florencia, adonde había marchado en diciembre. Por entonces, Da Vinci estaba pintando un cuadro para Florimond Robertet, ministro galo de finanzas: la Virgen del huso. El rey francés quería tener a Leonardo para él. Encargó al gobernador de Milán, Carlos II de Amboise, que lo hiciese volver allí, y éste presionó insistentemente a la República florentinacontalpropósito.Finalmente,Leonardo abandonó La batalla de Anghiari, que pintaba en el Salón de los Quinientos del palazzo Vecchio,lasededelEstadoflorentino(quizálo dejó por el fracaso de la técnica experimental utilizada en esa obra), dejó Florencia en 1508 y se puso al servicio de Luis XII como Nostre paintre et ingénieur ordinaire, «Nuestro pintor e ingeniero de plantilla».Debía terminar para elreyunaSanta Ana con la Virgen y el Niñoenla quetrabajabadesdehacíamuchosañosconsu proverbial lentitud, y la segunda versión de la Virgen de las rocas ( hoy conservada en la Galería Nacional de Londres),que el monarca

LUIS XII, REY DE FRANCIA. SELLO DE ORO REALIZADO CON MOTIVO DE LA FIRMA DEL TRATADO DE LYON. 1504. ALB

UM

SCALA, FIRENZE

Carlos VIII de Francia en 1494. El objetivo del soberano francés, aliado de el Moro, era apoderarse del reino de Nápoles. Leonardo se relacionó enseguida con los notables franceses; quizá no con el monarca, sino con funcionarios reales. Así parece sugerirlo el llamado «memorándum de Ligny», en el Códice Atlántico (un conjunto de textos y dibujos de Leonardo).En una de sus hojas aparece esta nota enigmática: «Localiza a Ingil y dile que le esperarás en Amor y que irás con él a Ilopan». Los tres nombres, escritos al revés, correspondenaLuisdeLuxemburgo,condede Ligny (Ingil) y primo del rey,a Roma (Amor) y a Nápoles (Ilopan, Napoli en italiano). Puede, sin embargo, que la nota date de unos años después, cuando el nuevo soberano francés, Luis XII, invadió Italia, pero esta vez con el propósito de a p o d e ra rs e de Milán. El 6 de octubre de 1499, el rey en-

LA COPIA DE RUBENS

ERICH LESSING / ALBUM

iba a decorar la sala del Gran Consejo de Florencia. Su biógrafo, Vasari, refiere que pintó un grupo de jinetes, «obra maestra por su manera de tratar la refriega, expresando la furia, la ira y el carácter vengativo, tanto de hombres como de caballos; dos de estos últimos, con sus patas delanteras trabadas, pelean a dentelladas, con no menos ferocidad que sus jinetes». Y dice que, «pensando que podría pintar al óleo en la pared [...] hizo una mezcla tan espesa para el encolado del muro, que cuando empezó su pintura comenzó a chorrear» y «dejó la tarea, viendo el trabajo arruinado».

La Naturaleza desencadenada EN SUS AÑOS FINALES, Leonardo manifestó

con textos y dibujos su fascinación por la potencia incontrolable de la Naturaleza, encarnada en el Diluvio bíblico. Así, en el Códice Windsor escribió: «Aparezca el oscuro y nuboso cielo batido por el curso contrario de los vientos y envuelto en incesante lluvia que con granizo se confunde, arrastrando de acá para allá infinitas ramas desgajadas de los árboles y hojas infinitas». Y PROSIGUE: «Aparezcan los añosos

árboles desarraigados y arrancados por el furor de los vientos, y los montes arruinados y descarnados por el ímpetu de los torrentes, en ellos desplomándose y sus valles cegando, y los ríos rebosantes, anegando y sumergiendo innumerables tierras y sus gentes». LEONARDO PLASMÓ estas ideas en los

«Dibujos del Diluvio», conservados en el castillo de Windsor y que debió de realizar en Clos Lucé. Parecen visiones alucinadas, pero son dibujos científicos –«una anatomía de la tormenta», en palabras de Charles Nicholl–. Así lo refleja la frase de la parte superior de este dibujo: «Mostrarás la intensidad de la lluvia que cae a diferente distancia y los distintos grados de oscuridad, y harás que la parte más oscura esté más cerca de la mitad de su grosor».

DIBUJO CONSERVADO EN LA COLECCIÓN REAL BRITÁNICA. FORMÓ PARTE DEL LEGADO DE LEONARDO A FRANCESCO MELZI; TRAS PASAR A MANOS DE THOMAS HOWARD, CONDE DE ARUNDEL, FUE ADQUIRIDO POSIBLEMENTE POR EL REY CARLOS II. MIDE 16,2 X 20,3 CM.

© HER MAJESTY QUEEN ELIZABETH II, 2019 / BRIDGEMAN / ACI

FRANCISCO I EN MARIGNANO

Un relieve de la tumba del rey francés, en Saint Denis, lo muestra cargando al frente de sus tropas en aquel choque, en 1515. BASÍLICA DE SAN PEDRO

necesitaba para sustituir la pintura original y quedarse con ella, lo que finalmente consiguió (de ahí que se conserve en el Museo del Louvre, en París). Leonardo había pintado esta obra para la iglesia de la Hermandad de la Inmaculada Concepción en Milán.

Leones para dos reyes En 1509, con ocasión de una nueva estancia de Luis XII en esta ciudad, Leonardo proyectó, para un espectáculo en su honor, un león mecánico que, erguido sobre sus patas, se abría el pecho y extraía bolas azules con flores doradas de lis, el emblema dee la monarquía francesa. Pero la esttancia de Leonardo en Miláán y la protección del m monarca galo se interrum mpieron cuandolos Sforza recuperaron n la ciudad en dicieembre de 1512. En n septiembre del año siguiente, Leonardo marchó a Roma, donde vo olvió a sentirse

protegido por miembros de la familia Médicis: el papa León X y su hermano Giuliano, que ya lo habían favorecido cuando era joven. Sin embargo, Leonardo no encontró allí la «colocación» que ambicionaba. Con las sibilinas palabras «li medici mi creorono e desstrussono», anotadas en el Códice Atlántico, confiaba al papel su profunda insatisfacción. Pero no sabemos si por los Médicis (con mayúscula) que, tras haberlo «creado» o formado profesionalmente lo abandonaron, o bien por los médicos (con minúscula) que, tras haberlo traído al mundo, ahora que era anciano y estaba enfermo deterioraban su salud con curas equivocadas. Cuando el siguiente rey de Francia, Francisco I, reanudó la guerra con los milaneses, Leonardo volvió a gozar de las atenciones de la corona gala. En julio de 1515, el soberano se detuvo en Lyon camino de Italia, y allí los representantes de Florencia le ofrecieron un banquete donde le rindió homenaje otro león mecánico inventado por Leonardo: este animal (símbolo tanto de Florencia como de Lyon), cuyo pecho se abría para dejar caer flores de lis, también caminaba. En octubre,

LEÓN X, NOMBRE QUE TOMÓ GIOVANNI DI LORENZO DE MÉDICIS AL SUBIR AL TRONO PONTIFICIO. AKG / ALBUM

FRANK FELL / ALBUM

UIG / ALBUM

León X, que prestaba mayor atención a Miguel Ángel o a Rafael, no fue el mecenas que Leonardo esperaba.

EL PALACIO IDEAL DE ROMORANTIN ENTRE LOS MOTIVOS por los que Francisco I, ya desde 1515, insistió para

La última etapa Desilusionado por su escaso éxito en Roma y preocupado por su futuro tras la muerte prematura de Giuliano de Médicis en marzo de 1516, Leonardo aceptó la invitación que Francisco I y su madre Luisa de Saboya le habían hecho el año anterior; el soberano, yerno de Luis XII, admiraba tanto como este último el trabajo de Leonardo. En una vida de peregrinajes, aquel traslado a Francia sería el definitivo, e implicaba transportar sus bienes a través de los Alpes.

Estudio de Leonardo para el palacio de Romorantin. 1517-1518. Códice Arundel. Biblioteca Británica. EL PROTECTOR DE LEONARDO

Jean Clouet pintó este retrato de Francisco I en 1515, el año en que Leonardo conoció al rey de Francia. Museo Condé, Chantilly.

Además de animales de carga con baúles colgando de sus flancos, debió de necesitar un carro para los cuadros más grandes, pues con Leonardo viajaron sus pinturas inacabadas: Santa Ana, San Juan Bautista y quizás el San Juan-Baco, así como su inseparable Mona Lisa,todas las cuales se conservan en el Louvre. El viaje fue fatigoso para él, que ya tenía 64 años y quizá sufría las secuelas de un probable ictus cerebral que había comprometido la movilidad de su mano derecha. Una nota del Códice Atlántico del 22 de mayo de 1517 revela que se había establecido en Amboise, en el plácido valle del Loira; con él también estaban susfielescolaboradoresFrancescoMelziySalaì.El soberano le había cedido la finca de Clos Lucé,a quinientos metros del castillo de Amboise,la residencia real.Leonardo y Melzi recibieron un salario de Francisco I,que estimaba enormemente a Leonardo, y gustaba de su presencia y su conversación hasta el punto de pasar un tiempo con él todos los días. Esta familiaridad ha dado lugar a la leyenda del «pasaje secreto», un túnel entre el castillo de AmboiseyClosLucéquehabríafacilitadosus encuentros y que, al parecer, nunca existió.

LUISA DE SABOYA, MADRE DE FRANCISCO I DE FRANCIA. BUSTO EN TERRACOTA. LOUVRE, PARÍS. ERICH LESSING / ALBUM

FINE ART / SCALA, FIRENZE

Francisco I entró en Milán, ya ocupada por sus tropas, y allí probablemente contempló La última cena, que había impresionado a su predecesor hasta el punto de haber pensado en trasladarla a Francia. Fue poco después,en diciembre de aquel mismo 1515,cuando Leonardo, como miembro del séquito del papa León X, conoció en Bolonia al soberano galo, con quien el pontífice se entrevistó.

BOCETO PARA UN SUEÑO

PRINT COLLECTOR PRINT COLLECTOR COLLEC TOR / ALBUM ALBUM

que Leonardo se trasladase a Francia estaba el de favorecer los propósitos de su madre, Luisa de Saboya, que deseaba ampliar y renovar Romorantin, señorío de su difunto marido Carlos, conde de Angulema. Varios apuntes y dibujos de Leonardo en los códices Arundel y Atlántico están dedicados a ese proyecto grandioso, concebido según la visión renacentista italiana de la «ciudad ideal». Incluía un nuevo palacio de forma rectangular, con torreones o pabellones angulares, así como caballerizas, un pabellón de caza, barrios para la corte y una red de canales con molinos, puesto que en su concepción el agua tenía especial protagonismo, aprovechando que la nueva ciudad-palacio se edificaría junto al río Sauldre. La muerte de Leonardo impidió que este vasto sueño se hiciera realidad.

ESCUDO DE FRANCISCO I FORMADO POR UNA SALAMANDRA, ANIMAL HERÁLDICO DEL MONARCA. CASTILLO DE BLOIS. 1515-1520.

Amigo y maestro del rey

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un joven alto y fuerte de 21 años, y parecía la perfecta encarnación del príncipe renacentista. Benvenuto Cellini, que también estuvo al servicio del rey francés, dijo de él que «como era un hombre dotado de tan gran talento y además poseía ciertos conocimientos de latín y de griego, quedó gratamente prendado [innamorato gagliardissimamente] de las muchas virtudes de Leonardo, y llegó a ser tan de su gusto oírle disertar que eran pocos los días del año en que estaba lejos de él [...]. Dijo que no creía que hubiera existido jamás un hombre que supiera tanto como Leonardo, no sólo por sus conocimientos de escultura, pintura y arquitectura, sino por ser además un grandísimo filósofo».

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CUANDO LEONARDO conoció a Francisco I en Bolonia, en 1515, éste era

EL CASTILLO DE AMBOISE

En lo alto de un promontorio que domina el río Loira se alza este magnífico castillo, una de las residencias reales favoritas de Francisco I. En sus inmediaciones se levanta la mansión de Clos Lucé, donde Leonardo se alojó durante los tres últimos años de su vida. OLIMPIO FANTUZ / FOTOTECA 9X12

ESTANCIA EN AMBOISE

Leonardo vivió en el antiguo castillo de Cloux, hoy Clos Lucé, que Carlos VIII adquirió en 1490 como residencia de verano. LA INVITADA DE LEONARDO

PASCAL DUCEPT / GTRES

Poco después, en junio, tuvo lugar la celebración más fastuosa y sorprendente: la «Fiesta del paraíso», que Leonardo ofreció a su mecenas en los jardines de Clos Lucé. En ella, el artista retomó una representación celebrada en Milán para Ludovico el Moro e n 1490, casi treinta años atrás, basada en textos del poeta Bernardo Bellincioni. Una cubierta de tela azul con estrellas doradas, imitando el firmamento,cubría casi 700 metros cuadrados y se extendía sobre el estrado donde se sentaron los invitados.Éstos,con la noche convertida en día gracias a cientos de antorchas, asistieron extasiados a una representación que incluía actores disfrazados de planetas y un portento mecánico: un orbe que se abría mostrando el paraíso. Fue la última fiesta que Leonardo organizó.

La visita del cardenal El 10 de octubre de 1517, Leonardo había recibidoalcardenalLuisdeAragónysusecretario Antonio de Beatis, en misión diplomática; y fue precisamente De Beatis quien, en su informe del viaje, habló de la parálisis de la mano derecha del artista, que le impedía pintar

LEONARDO, EN LA PORTADA DE SU BIOGRAFÍA POR GIORGIO VASARI. 1568. HERITAGE / SCALA, FIRENZE

SCALA, FIRENZE

Leonardo encontró en el soberano algo que hasta entonces no había hallado: un mecenas que le pagaba un generoso estipendio sin la obligación de ejecutar ninguna obra en concreto, lo que le liberaba de toda presión. Puso entonces su inventiva al servicio del monarca como escenógrafo de la corte y montó cuatro espectáculos, dos de los cuales fueron especialmente celebrados. En mayo de 1518, para conmemorar la batalla deMarignano(quetres años antes había dado a Francisco el control del Milanesado), se escenificó el asedio y la toma del castillo de Amboise, con gran estruendo y humareda; culebrinas y bombardasdisparaban «globos que rebotan al caer en la plaza, para gran placer de todos y sin causar daño alguno a los presentes: un invento muy novedoso ymagníficamente ejecutado».

Leonardo se llevó consigo a Francia el retrato que conocemos como la Gioconda y también como Mona Lisa. Louvre, París.

sucedió con la Mona Lisa o Santa Ana con la Virgen y el Niño– el artista no dejó de trabajar hasta el final. Es uno de los cuadros que vieron el cardenal Luis de Aragón y su secretario De Beatis cuando visitaron Clos Lucé, y a buen seguro no les dejó indiferentes. San Juan Bautista fascina por su belleza andrógina, que culmina en una elusiva sonrisa; la cabeza de adolescente se inclina sobre el busto, que gira en el gesto de señalar con su índice hacia lo alto, en su papel de precursor (de él dice el evangelio de Juan que «no era la luz, sino el enviado para dar testimonio de la luz»). Este óleo sobre tabla, de 69 x 57 cm, se conserva en el Museo del Louvre, en París.

CON LEONARDO VIAJÓ a Francia esta obra excepcional, en la que –como

San Juan Bautista

SCALA, FIRENZE

SAN JUAN BAUTISTA. HACIA 1475-1478. ACADEMIA DE CARRARA, BÉRGAMO.

LA BÚSQUEDA DE LOS RESTOS DE LEONARDO POR VOLUNTAD del propio Leonardo, sus restos mortales fueron de-

El final del camino El 23 de abril de 1519, cuando se aproximaba la muerte, Leonardo hizo testamento –ocho días depués de cumplir 67 años–. Dispuso su sepultura en la iglesia de Saint-Florentin de Amboise; durante su funeral, sesenta pobres a los que se pagaría por ello debían llevar otros tantos velones; y en su memoria se debían

En el castillo de Amboise está la capilla de SaintHubert, adonde se trasladaron los restos que en 1874 se creyeron de Leonardo. UNA ESCENA LEGENDARIA

En 1818, Ingres pintó este óleo sobre lienzo, en el que recreó la muerte de Leonardo según la relata Vasari. Petit Palais, París.

decir tres misas mayores y treinta menores. En cuanto a su legado, a Francesco Melzi, su ejecutor testamentario,le dejó ropa,dinero y, sobre todo, libros, documentos, dibujos «sobre su arte e industria de pintor»... Un tesoro inestimabledehojasencuadernadasysueltas, cuya dispersión empezó muy pronto. La viña que poseía en Milán fue dividida entre Salaì (que se había construido una casa en aquel terreno) y un joven sirviente de Leonardo, Battista de Villanis. A Maturina, cocinera de Clos Lucé,el artista le dejó dos ducados y piezas de ropa.A sus hermanastros,con quienes, en el pasado, había habido disputas y querellas legales, les dejó 400 escudos en depósito en Florencia, en el Hospital de Santa Maria Nuova. Los cuadros, que ya se habían vendido al rey, quedaban fuera del testamento, y contribuyeron a hacer de París la ciudad con la mayor concentración de obras de pintura del genio florentino en el mundo. Para saber más

ENSAYO

Leonardo. El vuelo de la mente Charles Nicholl. Taurus, Madrid, 2010. Leonardo da Vinci Walter Isaacson. Debate, Barcelona, 2018. INTERNET

Royal Collection Trust: https://www.rct.uk/collection/search

ALBUM

aunque, como era zurdo, todavía podía dibujar. Enseñó tres cuadros a los visitantes: «Uno de cierta mujer florentina, hecho del natural, a instancias del fallecido magnífico Giuliano de Médicis, el otro de san Juan Bautista joven, y uno de la Virgen y del Niño que están en el regazo de santa Ana, todos perfectísimos». Y, además, una infinidad «de volúmenes, y todos en lengua vulgar [en italiano, no en latín], los cuales, si llegan a ver la luz, serán provechosos y muy amenos». De Beatis se refiere a los manuscritos de todo tipo –estudios sobre el vuelo, anatomía, óptica, máquinas, aguas, un tratado de pintura–, que habían ido con Leonardo a Francia. En cuanto a los cuadros de santa Ana y san Juan Bautista, son los que hoy están en el Louvre. Queda sin resolver la identidad de la dama florentina, que muchos (no todos) consideran que es la Mona Lisa.

LAS SUPUESTAS RELIQUIAS

ALAMY / ACI

positados en la iglesia de Saint-Florentin de Amboise, pero debido a los sucesivos conflictos de religión que vivió Francia, la tumba fue profanada. En 1863, las excavaciones sacaron a la luz un esqueleto que, sobre la base de una lápida incompleta, se pensó que era el de Leonardo. Los huesos fueron trasladados a la capilla de Saint-Hubert, en el castillo de Amboise, a una nueva tumba. Una investigación nueva y más fiable sobre tales restos debería de tener en cuenta los resultados del Leonardo Project: un grupo internacional de expertos cuya meta es la identificación del ADN de Leonardo gracias a la localización de sus descendientes, más allá de eventuales «reliquias» que se le puedan atribuir.