Largo Contrapunto

LARGO CONTRAPUI{TO JUANRIVANO Bravo y Allende Editores Santiago-Chile t995 O Juan Riva¡o S. Insc+ción N.92.202 @

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LARGO CONTRAPUI{TO JUANRIVANO

Bravo y Allende Editores Santiago-Chile

t995

O

Juan Riva¡o

S.

Insc+ción N.92.202

@

Se

B¡avo y Alleride Eüto¡es, 1995 r.s.B.N. 9s6.70092a2 Obispo del Solar 5239, La Reina Fow¡:2775660

p¡ohibe toda reproduc.ión total o parcial.

Ilustración portada: El bautismo de Jesús, piero de la F¡ancesca (detalle) Dseño Po¡tada y p¡odl¡cción ceneral Andoni Ma¡tija M. L¡p¡eso por VALCRAF ltda.. Gene¡al Bari 237, P¡ovidencia Feb¡e¡o, 1995

PRINIED IN CHILE - MPRESO EN CHILE

In naturalua

nos colocó justo en eI medio; sí cambiamos

un lado de In balanzn, cambiamos también el ltro. Estl tte Ileoa a creer que tenemos en el cerebro resortes d¡spuestos de

modo que tocando uno se toü¿ también el contrario.

No entíende quiat

lee mr.ry a prisa;

ni quien lee muy

despacio.

Si dernasiado jooen, no juzga bim; si demasíado aiejo, tampoco. Si no pimsa suficiente, testnrudo; s¡ en exceso, testnrudo

y medí0.

Así ocurre también en pintwa: no hay

qtLe

miraña de

muy lejos ní de muy ceru. Solo hay unpLmto npropintlo, que la perspectíun nsigna. Pero, sobre la aerdad y la rnoral, ¿quién Io nsignnrá?

(Pascal: Pensamientos)

En

fl gestación, qlte tomó unos seis rños (1981'-86),

este largo contraptLnto salió casi el doble del aoltnnen qtLe presenta aquí. Htlbo qtLereducirlo

,

por razones econótnícns ,

antes Ere nadn; pero tambíén por las críticos delícadas aunque etylícitas de ntLmerosos amigos. Así pasaron al Iimbo capítttlos enteros y con de quienes tnn sólo recuerdo

ellu

la nocnción depersonas

gentileza y alíento Et pleoeste

etpacio parn mi reconocimíento y parn aliainnne, aunque apenas y tar de, de mi ingratitttd. Son de au rcr do a nts años,

flósofo lorge Millas y el joaíal y tlistíngtirlo escritor Luis Oyntzún. eI

erlllcatlor Roberto Mttniznga,

el

/.R.

I ¿QU]EN ME CONTO LA HISTORIA POR PRIMERA VEZ?

La leyencla de Lorelei, sirena que cantando atraía al na ufragio a los navegantes, la introduce Heine con una explicaciírn subjetiva que nunca

entenclí, como no la atribuyera a romántica nostalgia. O a capriclro poético. Trad uciendo sus ve¡sos mediante cliclrés (Heine no diría queno) dicha introducción quedaría más o menos así: No só Io que me pasa realtnente, me nsob¡n

ln tristem;

tnn historin

de tíempos flntíryúsimos

rla ztueltns sin pnrnr en 1 i cnbezn.

Me acuerdo de Heine, de este introito suyo, porque de un tiempo por qué (acaso por los largos años de exilio tan lejos de mi patria), me da vueltas y vueltas en la cabeza una vieja historia. La escuché por primera vez de uno de los maestros que tL¡ve en mis años de preparatorias, y nunca más la olvidé. tantas veces ócurre- es 1a prefeAdemás, esa primera versión a esta parte también a mí, sin tFre pueda explicarme

-como rida de todas las que conozco. Un poeta chileno que fue para mi educación y mis puntos de vista qr.rizás tan importante como Carlos PezoaYéliz, cantó también en versos esta historia. "GuitarrÓn de los Albores"; con esta meláfora (¿o debo decir sinéctloque?) nombraba

Alberto Urbina a uno de sus protagonistas. Porque esta l.ristoria que en mi exilio recuerdo y vuelvo a recordar es una historia de guitarrones, de ingenio pronto y vivo, una historia de duelo largo entre dos payadores cle renombre cuyos cuartetos y décimas podemos imaginar que repetían y repetían sus admiradores hasta alcanzar su rumor la última fonda del

último villorrio del país.

No prredo evocar con ¡rrecisi(rn las circunstancias de la mañit¡.ril cn que ¡ror primera vez escuclré la historia clel mLrla to Taguada y clctn Jav icr. cle la Rosa. Hace tanto, tantn tiempo. Unos once años tendr.ía en (,s(, entonces. Lo que sí recuerclo bien es el lugar, la vieja cason¿ colorri¡1. Habí¿r siclo construicla casi en la cima mi:m¡ rle la colina quc, cor.r r'l tiempo, mi prreblo provinciano terminí) por escalar, sobrepasar incltrso, clescendiendo por la otra falda y extencliénclose todavía más all¡i, l¡or lor bordes c1e la cancha de carrelas hasta flanquear por el sur los muros rlc los clos cementerios, el viejo y el nr.revo. Habíitn instalado la esctrt,lir t,n aquella casa enorme poco antes del terremoto de 1939 que clicznli l,r potrlación y clej(r el ptreblo c¿tsi clel toclo en ruinas. No aqucllr cls,r, sirr embargo, clonde se contaba que vi\¡i(r rrn hombre muy avaro a I il L¡o u n( )rr ebrios, sir.r clinero cor.r clue seguir la francachela, asaltaron una ntx.lr y asesinaron tratanclo de sacarle a golpes y cr.rchillaclas siqLliela cl s(\.r.(,lo de un rincón en c1¡.re ocultara tr¡r bolso cle sus mJles y miles clc pcsos r li, pl;rta. Tuve clos profesores en los clos años en clue ¿tsistí a esa escrrt,l,r,

l,r

Número T¡es. En el primero de esos clos años, la escuela rro t.sl,rl,,r instalacla todavía en la casona colonial sino er.r el pabell(rrr princi¡rrltlt,l eclificio qtre abandoní) el regimiento. Crei¡ reco¡clar que se tr¡t,rl),r (l(.1 reliimiento "Anclalié¡r", que fue traslaclado clescle nuestro ¡.r¡ri,bIr ir l,r provincia de Concepción. En total, recr.rerdo siete profesores cie m¡s t¡empos cic ¡rr.r'¡r,rr.,1|r rias. Tres o cuatro de elkts, sin d uda, tienen mucho que vcr co¡.r l,rs l¡r rr,, r'r elementales de mi folmaci(>n. Recuerclo que uno cle la Escrrt.l.t Nr¡¡rrr,¡o Tres, el que me enseñaba aritmética y letras cuanclo Ia escr¡elil f u n( ion.rl).r en el viejo y pocirido edificio abandonado por eJ regimie rr to " Art l,r lir.r r", era mucho más urbano que rural. Y mucho mas ru rl I quc rlrl)it ¡t( ) (,1 ( )lr { r,

el

qr-te me enseñaba como se construían las clócimls rlt'¡rit'lirrz,r,lo cuando la escuela ftrncionaba en la casa deJ I'iejo ;rvaro ¡scsirr,r,lo , o¡r trancas y ctrchilkrs. ¡Era el Sr.Orellana, mi alma ! A veces vení¿r a cl,tscs cor.r

,r lr rr,¡ r, lr r', ,

ir.

huaso bien para(lo: tacón alto, pantalones ajLrstatlos t'¡r lor lol,rllr',, chaqr.reta corta estreclra, con hiJeras tle trohrnes clc nrirr.lr.(. l)('rl,r l)r lf

,

|

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,

|

,

Hasta su par de tragos sc zampaba rle vt:z cn crrirrrtkr ¡,rr,r crrI.III.rr',¡. mejor. Mi preferenciir por él conro prirrer Íol¡tor rlc l,r 1ie,t,r |rrtrr.r.l mulato Taguatla y clon Javier cle l¡ Ros¡t sc tlcciriit'r,r rlt' rrrr \,{':/ r,r r,, fttera porque mi oLro pr()fesor dr. ost, cntonct,s t'l Sr.Alrr¡r lr,, ,lr¡¡. ¡rrc enseñab¡ anii lisis llr¡ Ínittic¡ I y ¡ ¡ itllla'1i