Labores Para Mejorar La Estructura Del Suelo

UNIVERSIDAD TECNICA ESTATAL DE QUEVEDO FACULTAD DE CIENCIAS PECUARIAS FERTILIDAD DE LOS SUELOS TEMA Labores Para Mejor

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UNIVERSIDAD TECNICA ESTATAL DE QUEVEDO

FACULTAD DE CIENCIAS PECUARIAS

FERTILIDAD DE LOS SUELOS TEMA Labores Para Mejorar La Estructura Del Suelo INTEGRANTES Alcívar Natalia Briones Sandra Castillo Burneo Monica Castro Vinces Genesis DOCENTE: Dr. Gregorio Vasconez

LABORES PARA MEJORAR LA ESTRUCTURA DEL SUELO El suelo representa el recurso de producción más importante, ya que da soporte a las plantas en forma de una capa permeable para las raíces y es una especie de depósito para los nutrientes y el agua, por lo que su manejo requiere de la adopción de prácticas para su conservación. Estas prácticas tienen como principal función disminuir la velocidad del agua en suelos ubicados en laderas con el fin de evitar la erosión, interceptándola, reteniéndola e infiltrándola, evitando el arrastre del suelo escurrido. Al aplicarlas, se contribuye a conservar las características físicas, químicas y microbiológicas, logrando mantener y/o mejorar la fertilidad y por ende la productividad del suelo. En un manejo eficiente del suelo debieran mejorarse las características deseables del mismo con buenas prácticas agrícolas que combinan una serie de técnicas destinadas a su conservación. Dentro de los componentes importantes de las buenas prácticas agrícolas están entre otros: 1. Reposición de la materia orgánica, 2. Mantener una adecuada reacción química, 3. Buena o adecuada cubierta vegetal, 4. Control de la erosión, y 5. Adopción de prácticas de manejo acorde a sus necesidades (Peña, julio 2013). CÓMO SE MANEJA LA FERTILIDAD DEL SUELO Algunos nutrientes químicos en el suelo son estables (fósforo) mientras que otros se pierden o se consumen muy fácilmente (nitrógeno). Un agricultor necesita

hacer una aplicación básica y suficiente de nutrientes para empezar y luego mantener una aplicación regular de los mismos mientras el cultivo crece. Un suelo pobre, puede llegar a ser productivo si está bien manejado. El abono y el compost son necesarios para mejorar la estructura del suelo (los fertilizantes químicos son necesarios para una mayor producción). El método comun es cavar un hoyo para producir y mezclar el compost, la materia orgánica, el abono y utilizarlos en el suelo, justo antes de plantar los cultivos. Esta es la aplicación básica. Después de plantar, aplique pequeñas cantidades de abono alrededor de la planta y añádalo aproximadamente cada dos semanas hasta cuando se produzca la cosecha. Compost El compost es muy fácil prepararlo y no cuesta nada si usted tiene tiempo, espacio en su huerto y acceso a los desechos de los animales de la granja o de la cocina, así como hojas y pasto cortado. El compost si se lo hace en un hueco común los nutrientes se pierden en el suelo debajo del hueco. Por esta circunstancia es mejor hacerlo formando un montón. Haga el compost en capas y añada los restos de cocina cada día. Es indispensable remover el montón cada mes, con el fin de ayudarle a que se prepare mejor. Este toma tres o cuatro meses para presentarse oscuro y listo para su utilización. Coloque el montón en un sitio donde usted puede rodearlo con ladrillos o con plantas grandes. Sólo en caso que usted no tenga acceso a los abonos orgánicos recurra al uso de fertilizantes. FIGURA Ejemplo de un compost en montón

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Fertilizantes La forma más rápida para colocar los elementos nutritivos dentro del suelo es usar los químicos o fertilizantes que contengan uno o más de los tres nutrientes químicos que necesitan las plantas (ver cuadro 2). Los fertilizantes pueden eliminarse muy rápidamente, por lo que es necesario que no se apliquen demasiado pronto antes de la plantación. Los fertilizantes son costosos y se encuentran en forma muy concentrada en el comercio. Nunca ponga un fertilizante en el hueco muy cercano a la planta porque esto puede quemar las raíces. Es mejor dispersar el fertilizante y mezclarlo ligeramente en la superficie del suelo. FIGURA Uso de cercas

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Abono verde y compost para cultivos Otra vía para alimentar el suelo es el uso de abono verde que puede ser utilizado como compost, especialmente las legumbres, las cuales colectan y retienen nitrógeno. Los árboles de vaina, pueden crecer junto a los cultivos alimentarios y sus ramas, ocasionalmente podadas, quedarse en el suelo como abono. Plantas leguminosas más bajas pueden ser plantadas junto a un cultivo alimentario para mejorar el suelo y mantener alejadas a las plagas. CUADRO

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Abono verde para cultivos

Cercas vivas

Abono verde/compost

Laucaena

Pastos

Flemingia sp.

Centro (Centrosema sp.)

Gliricidia sp.

Puero (Puerina sp.)

Pigeon pea (Cajanus sp.) Setaria sp.

Capa de hierba Otra vía para alimentar el suelo es utilizar una capa de hierba o paja, la cuál protege el suelo de la erosión. La paja y trozos de majada deberán ser dispersados y su espesor deberá ser de cuatro a seis centímetros alrededor de la planta (Agricultura). FIGURA 5 Capa de hierba

El manejo de suelos y de la nutrición vegetal se fundamenta en lo siguiente: Uso de suelos según su vocación. Uso de enmiendas para la mejora de los suelos. Uso de medidas integrales de conservación de suelos. Aplicación de técnicas de laboreo reducido. Uso de la rotación y asociación de cultivos. Uso racional de fuentes de fertilizantes inorgánicos como complemento para manejar la nutrición vegetal.

Fertilización científica. Uso de prácticas de abonamiento orgánico (Vermicompost, Compost Natural, Biotierras y Abonos fermentados). Uso de prácticas de abonamiento verde. Uso de Biofertilizantes (Empleo de biopreparados a partir de microorganismos de vida libre o asociados a las plantas). Uso de suelos según su vocación. Es una de las medidas más elementales que considera un manejo agroecológico de suelos. Se refiere al estudio de los factores limitantes de los mismos en relación con las exigencias del cultivo y sus niveles de tolerancia a la presencia de determinadas cualidades dadas por sus propiedades físicas y químicas. En la medida en que los cultivos bajo explotación corresponden en mayor medida con la vocación del suelo, la práctica agrícola se acercará más a los procesos que naturalmente tienen lugar en el suelo, requiriéndose a su vez menos intervención externa y de los agricultores para contrarrestar efectos negativos. El uso de suelos según su vocación se consigue a través de los estudios de factores limitantes y por tanto de la clasificación agroproductiva general y particular para los cultivos. El estudio de suelos debe incluir el estudio de las propiedades físicas, químicas y biológicas. El estudio de los factores limitantes del suelo para que el mismo permita la mayor expresión de los rendimientos y calidad de las cosechas, incluirá, en la medida de las posibilidades del agricultor, pero teniendo en cuenta la necesidad de su estudio, los siguientes parámetros: Profundidad efectiva.

La profundidad efectiva del suelo definida como la profundidad a la cual aparece algún material restrictivo para el desarrollo óptimo del sistema de raíces de las plantas. Los requerimientos de profundidad son específicos para cada cultivo, debiendo valorarse el efecto restrictivo real para el cultivo y en que medida afecta los rendimientos y calidad de las cosechas. Pedregosidad, rocosidad y gravillosidad. Los libros clásicos de estudio de suelos refieren valores restrictivos para la explotación de suelos en la agricultura con presencia de piedras y rocas (porcentaje de la superficie) y/o afloramientos rocosos, lo cual es cierto que restringen el laboreo de áreas a gran escala en el marco de una agricultura que basa su rentabilidad precisamente en el empleo de máquinas e insumos de mayor productividad que el trabajo con herramientas manuales. Este aspecto debe ser considerado de acuerdo a las condiciones con que se cuenta para la explotación agrícola. Pendiente. La pendiente del terreno es un factor de extrema importancia muy relacionado con el drenaje y el riesgo de erosión del suelo. Se realizan prácticas de cultivo tales como la preparación del suelo, riego, control de la vegetación indeseable, labores de cultivo propiamente dichas (aporques, escarificación, etc.) y otras que son aceleradoras de la erosión y degradación de la fertilidad natural, lo que es imprescindible mantener en la agricultura y más en el caso de una agricultura que se sustenta en principios orgánicos. La horticultura a valores de pendiente del suelo mayores del 8%, considerando sus características físicas, regularmente demanda la realización de prácticas de conservación y mejoramiento que permitan su explotación sostenible. Drenaje.

La textura y estructura del suelo determinan características importantes que pueden restringir su capacidad productiva. En este sentido el drenaje interno de un suelo dependerá de la velocidad de infiltración del agua en el sentido de su profundidad y el drenaje externo de la misma y de su pendiente. Muchos cultivos son susceptibles a encharcamientos de agua mas o menos prolongados, por lo que se deberán conocer las características del área a fin de proceder con la ejecución de medidas que atenúen el efecto negativo de este factor. Erosión. La erosión debe evaluarse atendiendo a sus riesgos y factores relacionados, así como por indicadores tales como el porcentaje de pérdidas de los horizontes del perfil orgánico del suelo. La erosión está relacionada directamente con la fertilidad natural del suelo, en la medida en que se hayan perdido capas de suelo de los perfiles orgánicos se irá deteriorando su fertilidad. En esta condición el uso de prácticas de mejoramiento es necesario, útiles, pero costosas. Características del suelo en relación con la nutrición y fisiología de las plantas. Un grupo de características del suelo puede ser por si mismas o como resultado de su interacción, factores limitantes de la adecuada nutrición de las plantas. Entre estas características se encuentran el pH, la salinidad, la sodicidad, el valor de la capacidad de intercambio catiónico (valor T), la capacidad de campo, el porcentaje de arcilla, las relaciones intercatiónicas, la relación sílice – sesquióxidos, porcentaje de saturación por bases (V), contenido de materia orgánica y reserva nutricional del suelo, etc. Si bien algunas de estas características pueden no ser las de mayor efecto negativo a considerar para su explotación en los cultivos, en los cuales muchas veces la adición de materia orgánica mejora determinadas condiciones, sí están todas ellas en estrecha relación con la eficiencia del sistema de cultivo especial que representa la agricultura ecológica. En este sistema de producción el manejo

de suelos y nutrición de los cultivos demandan prácticas integrales que necesariamente serán apropiadas condicionalmente al estudio de los mismos y de sus complejas interacciones. La agricultura ecológica como norma, siempre preocupa y ocupa a los agricultores en el uso de compost y abonos orgánicos de distinto tipo, sin embargo el abonamiento orgánico puede ser un arma de doble filo si no se logran en ellos las condiciones y efectos más apropiados para el suelo y para las plantas. Los abonos orgánicos aplicados al suelo deben verse como un momento en el que estos materiales en movimiento cíclico tienen determinadas cualidades, las cuales dependen de sus fuentes y a su vez de las cualidades de las mismas. Esto quiere decir por ejemplo que no se aporta lo mismo al suelo cuando se emplea un mismo material, digamos un residuo de cosecha, proveniente de un suelo o de otro, cuando se emplea un estiércol de una misma especie animal de un lugar o de otro, cuando se emplea un residuo que tiene un elemento que no está en el equilibrio óptimo o con niveles de toxicidad. El término manejo de suelos implica conocer el suelo. El término manejo de la nutrición vegetal implica conocer el suelo y su relación con la demanda en calidad y cantidad de elementos nutrientes de la planta y su disponibilidad, es decir conocer que práctica agronómica realizar para que la planta tenga disponibles los nutrientes que demanda para expresar su potencial de rendimiento en el momento oportuno. Uso de enmiendas. El uso de enmiendas puede verse como una oportunidad para aportar al suelo una vez que se le ha alterado su equilibrio natural, o que naturalmente presenta una condición desfavorable para la explotación agrícola que puede ser manejada en función de la mejora de un agroecosistema en función de sus propiedades.

De esta manera, el uso de enmiendas como el encalado, es una práctica agrícola que permite aprovechar posibilidades de sinergismos en la absorción de nutrientes y mejora de los equilibrios internutrientes. El uso de enmiendas se refiere a la utilización de prácticas agronómicas que permitan corregir limitaciones significativas del suelo para su cultivo y que han sido denominadas como labores de mejoramiento de suelos. Estas enmiendas pueden ser químicas o físicas. Entre las enmiendas químicas cabe destacar el encalado. Entre las físicas, la aplicación masiva de materia orgánica dirigida a mejorar la estructura del suelo, el mejoramiento de la nivelación y el drenaje de las plantaciones, etc.

Uso de medidas integrales de conservación de suelos. Esta es una de las actividades agrícolas que menos explicación requiere en relación con un manejo agroecológico de suelos. Cabe destacar que el enfoque de la conservación de suelos en este sentido va a dirigido hacia un manejo integral con enfoque de sistema, es decir el uso apropiado de la medida que corresponda en cada momento condición de espacio y tiempo. De esta forma la conservación de suelos debe concebirse como un sistema y estar sujeta a su proyección y replanteo de manera que no obstaculice el mejor desempeño del sistema de medidas fitotécnicas de un cultivo o grupo de cultivos determinados.

Aplicación de técnicas de laboreo reducido El uso de técnicas de laboreo reducido pretende evitar lo más que se pueda cualquier labor que provoque compactación, períodos prolongados de exposición y riesgos de erosión, pérdida de la vida microbiana por desecación, entre otros efectos negativos que provocan los sistemas convencionales de preparación de suelos y métodos de siembra. Incluye varias modalidades que se refieren a la reducción de labores de labranza, a la preparación localizada del área vital de las

plantas conservando el resto del área en su estado natural, a la reducción y sustitución de labores mecanizadas por otras de tracción animal o a su combinación (Ph.D).

Bibliografía Agricultura, D. d. (s.f.). MEJORANDO LA NUTRICIÓN A TRAVÉS DE HUERTOS Y GRANJAS FAMILIARES ... deposito de documentos de la FAO, http://www.fao.org/docrep/v5290s/v5290s30.htm. Peña, I. A. (julio 2013). Conservación de suelo como estrategia de producción. El Cafetal. Ph.D, H. A. (s.f.). Universidad Nacional de Colombia. Obtenido de http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/agronomia/2005840/lecciones/cap 09/Lec9_1.htm