LABOREM EXERCENS

LABOREM EXERCENS (1981) La crisis del petróleo mundial estaba en su pleno apogeo (1973) para el momento en el que se esc

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LABOREM EXERCENS (1981) La crisis del petróleo mundial estaba en su pleno apogeo (1973) para el momento en el que se escribió esta encíclica, esta crisis llevo a muchos cambios drásticos en el ámbito económico de los países, los más ricos querían apoderarse de los estados más pobre, cada vez se hacía mayor la pobreza y el desempleo, cualquier tipo de capital que estos tenían eran trasladados a lugares en donde la mano de producción era más barata obviando el aspecto humano del trabajo, creció la deuda externa, las perspectivas de desarrollo se detuvieron y aumentaron las diferencias ricos/pobres, haciendo que los países se afianzaran en su propia economía herméticamente de los otros estados. Laborem Exercens es la primera encíclica social del Papa Juan Pablo II, esta le hacía un llamado fehaciente a los trabajadores para que se unieran al seno de una sociedad justa. Esta encíclica debió ser publicada para el aniversario de los 90 años de la Rerum Novarum pero tuvo que ser retasada hasta el 14 de septiembre de 1981 por el intento de asesinato que sufrió el Papa el 13 de Mayo de 1981. La importancia de esta encíclica es tal que el Papa fue invitado a la convención de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, esta fue la primera vez que alguien del grado del Papa dedicara todo un documento al trabajo humano. Esta encíclica tenía como tema principal: “El ser humano debe ser considerado como el valor supremo en las relaciones laborales. Los trabajadores no son simple mercancía.”

Puntos que se destacan dentro del contenido de la encíclica:



El trabajo es el elemento fundamental de la cuestión social, “hacer la vida humana, más humana.”



Desde la Palabra de Dios considera la dignidad del trabajo basada en la dignidad de la persona que trabaja.



Expresa el error del pensamiento materialista y economista.



Justifica las reacciones que pudieran tener los trabajadores frente a las injusticias provocadas por el capitalismo.



Afirma la prioridad del trabajo sobre la del capital.



El trabajo es un deber del ser humano y es fuente de derecho.

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Resalta las diferencias entre el trabajo objetivo y el trabajo subjetivo, estableciendo una justa relación entre las dos dimensiones. La técnica es un aliado del trabajo pero hay que tener en cuenta que fue creado por el talento humano.



Gracias al trabajo humano, la agricultura toma una parte primordial de actividad económica y un factor indispensable de producción.



Hace reseña en el conflicto capital/trabajo que se traducirían en el mismo liberalismo/marxismo.



El capital nace del trabajo del ser humano, por lo tanto este último está por encima de este.



Hay que asociar el trabajo con la propiedad en la medida de lo posible.



Vincula la justicia con la busca de la paz.



Resalta los elementos principales dentro de la concepción del trabajo, siendo estos: personal, familiar, social, cósmica, siendo una imitación a la actividad de Dios y su obra creadora, y una imitación de la obra de Jesucristo y su obra redentora.



Después de establecer firmemente los principios, se centra en desarrollar temas más concretos.



Desarrolla los distintos aspectos que debería obtener obligatoriamente un trabajador, como un salario mínimo, vacaciones, condiciones favorables laborales, seguridad social, prestaciones, derecho a asociarse en sindicato, entre otros, todos, por supuesto, siendo utilizados hoy en día en las organizaciones desde la más pequeña hasta la más grande.



Pide que los trabajadores extranjeros sean tratados de la misma manera como si fueran ciudadanos.



Subraya el derecho al trabajo que tienen los minusválidos.



Destaca el trabajo que pudiera pasar una madre de familia fuera de su hogar.



Exige que la justicia dentro de la sociedad laboral debe ser protegido por parte tanto de la organización como de los trabajadores.





La clave central de cualquier problema de la sociedad se encuentra en el trabajo humano, y este es el punto más adecuado para proceder a un análisis. La encíclica termina con algunas directrices básicas para una espiritualidad del trabajo basada en la Biblia y en las enseñanzas del Concilio Vaticano II.