La Vendedora de Claveles

LA VENDEDORA DE CLAVELES Erase una vez una familia de 6 personas y un perro, los cuales se ganan la vida vendiendo clave

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LA VENDEDORA DE CLAVELES Erase una vez una familia de 6 personas y un perro, los cuales se ganan la vida vendiendo claveles, en la esquina de una avenida en un semáforo, y cuando el semáforo se pone en rojo es el momento en donde se logra vender los claveles. En la familia hay 2 varones y cuatro mujeres, y un perro llamado happy (en honor al boxeador “happy lora”). La madre, Rosina, María Aurora, Adriana Andrea, José Wilinton y Roberto. La madre es la encargada de entregar los ramos de claveles a Rosina y a Adriana Andrea ellas son las que se acercan a las ventanas de los carros a vender. Roberto es el hermano mayor, el que sufrió un accidente y tiene su pierna enyesada, debido a que unos ladrones durante un robo (trataron de robarle el dinero recaudado por los claveles) y le dispararon en esta. Su madre es la encargada de organizar los billetes, estar pendiente de todo lo que hace Rosina y Adriana Andrea cuando venden los claveles en medio de tantos automóviles. Rosina es la que más vende claveles en los días soleados. Adriana Andrea es la que atrae a la gente, por sus manera de ofrecer los claveles, por la forma tierna en que lo hace y con sus ojos lindos que parecen que hablaran por ella. José Wilinton (nombre en honor a wilinton Ortiz), es un bebe que solo gatea, pasa jugando con su hermano mayor Roberto. María Aurora es perezosa y distraída pero llora poco y juega pocas veces con sus hermanos. Estos viven en una pieza, en la casa de doña manuela. Donde comparten con otros inquilinos. Esta casa es muy grande y vieja, ya

que viven muchas personas, entre estos un policía con su esposa. El policía es muy serio y habla poco y su esposa es igual. También habita un hombre que tiene una bicicleta y vende periódicos y le gusta hablar mucho, se llama Pedro lunes. Vive una pareja y 2 niños sordomudos que hacen ruidos extraños cuando quieren llorar. Al fondo vive un hombre solo, alto y seco siempre lleva una chaqueta negra se llama Abelardo, es el primero que se levanta y el ultimo que se acuesta, es muy serio pero a veces sonríe. Adriana Andrea es muy afortunada porque todos los días pasa un carro blanco que se detiene y le deja muchos euros. Es una mujer que maneja el carro y un hombre que también quiere saludarla. Roberto es el mayor de los hermanos a quien dice que le hubiera gustado llamarse Wilinton Ortiz, o el pibe Valderrama, o Lucho Herrero. Ya que Roberto es un nombre muy pesado y largo. Le han traído a Adriana Andrea una muñeca y Rosina y a ellas le da mucha alegría. Al día siguiente aparece la pareja del Renault blanco estacionan el carro en el andén, pasan la calle con Adriana Andrea de la mano y se acercan a la mamá y miran que Roberto tiene la pierna enyesada se agachan para examinar su pierna, les toman una foto y regresan al carro, le traen a Adriana Andrea un vestido rosa y a sus hermanos unas chocolatinas. Adriana Andrea les dice: ¡Adiós, hasta que cambia el semáforo! Roberto empezó a discutir, Rosina decía: ¡Son gringos! y este dice: ¡Son Franceses!, lo cierto es que Roberto tenía la razón (eran franceses). Los cuales llegan con unos papeles escritos a máquina y hace que la madre los firme, estos le piden a la mamá de ellos, que los acompañe y le hacen subir al carro mientras la madre se va los niños juegan a el piso es lava.

María Aurora pide auxilio porque aparecen 2 muchachos que arrean sus vacas. Adriana Andrea luce su vestido rosado y la señora de la caseta dice: ¡Que princesa! La del vestido de Chantú. De repente aparecen los franceses la suben al carro blanco ella va muy triste y sus hermanos quedaron llorando. En la tarde su madre les cuenta que los franceses adoptaron a Adriana Andrea. Después de un aguacero aparecieron policías de transito un hombre y una mujer de gorra y sombrero uniforme turquí y botas negras porque el semáforo se había dañado, por lo tanto había un trancón. En los buces un niño vende chocolatinas con su voz fuerte, y la gente le compra siempre. Cuando cambia el semáforo Roberto ve un Renault blanco y sale corriendo hasta