La Siembra Del Petroleo

BIOGRAFÍA DE ARTURO USLAR PIETRI Escritor y político venezolano Nació el 16 de mayo de 1906 en Caracas, Venezuela, en el

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BIOGRAFÍA DE ARTURO USLAR PIETRI Escritor y político venezolano Nació el 16 de mayo de 1906 en Caracas, Venezuela, en el seno de una familia de abolengo. Se licenció en Ciencias Políticas y Económicas y fue ministro de Educación (19391941) y de Hacienda (1939-1941), además de ejercer como redactor de la Ley de Educación de su país conocida como "Ley Uslar Pietri" (1940). Cuando el presidente Medina cayó derrotado, fue encarcelado y desterrado a Estados Unidos. En 1958 regresó a Venezuela, pero de nuevo fue detenido por el dictador Pérez Jiménez. En 1963 se presentó a la candidatura a presidente de la República. Es miembro numerario de diversas Academias, entre ellas la de Lengua; le han otorgado premios importantes, como el Premio Nacional de su país en 1954 y el Príncipe de Asturias de las letras en España en 1990. En su larga vida publicó medio centenar de novelas, cuentos, ensayos, poesía y artículos periodísticos. En su obra destaca la novela histórica Las lanzas coloradas (1931) su novela más universal, de la que se han editado dos millones de ejemplares. En ella nos narra los sucesos en la guerra de independencia de Venezuela a través de las experiencias de un propietario agrícola simpatizante de Simón Bolívar y de un capataz que apoya la causa de los españoles. El rechazo del autor venezolano a transmitir mensajes sencillos y a estructurar su obra con fines didácticos, la hace especialmente poco convencional. Después de algún tiempo apareció Un retrato en la geografía (1962), en la que se retrata la sociedad venezolana que consigue transmitir al lector la alienación humana a través de las impresiones que un prisionero político recién liberado va haciendo del nuevo paisaje social que encuentra a su salida de la cárcel. Sus relatos acuñaron la definición de realismo mágico. Publicó una colección de relatos breves, Treinta hombres y sus sombras, en 1949. Uslar Pietri cultivó además el ensayo literario como Breve historia de la novela hispanoamericana (1955), En busca del Nuevo Mundo (1969), Fachas, fechas y

fichas (1985) o Godos, insurgentes y visionarios (1986). En 1986 apareció El hombre que voy siendo, libro en el que recopila gran parte de su obra poética. Arturo Uslar Pietri falleció el 26 de febrero de 2001 en su casa de la caraqueña urbanización de La Florida.

FILOSOFIA PETROLERA LA SIEMBRA DEL PETROLEO Y SU RELACION CON LA CRISI ACTUAL La llamada «siembra del petróleo» ha sido el eje central de la estrategia de modernización y desarrollo en Venezuela desde que Arturo Uslar Pietri escribiera el famoso editorial del semanario Ahora, en 1936. No obstante, no ha producido los resultados deseados en términos de desarrollo, diversificación del aparato productivo y fundamentación de condiciones de vida cada vez mejores para los venezolanos. Si bien puede identificarse una etapa inicial bastante exitosa asociada a un mercado doméstico cautivo cuya expansión se financiaba con la creciente renta que captaba el país, ello da paso a una creciente inestabilidad a partir de los años setenta, que desemboca en 1989 en la necesidad de un profundo cambio estructural para reorientar la estrategia de desarrollo hacia la apertura y la liberalización de la economía. Puede afirmarse que luego de los setenta el financiamiento petrolero no logró mantener un crecimiento continuo del aparato productivo no petrolero, y que con la apertura de los noventa el país no supo aprovechar estos ingresos para la nueva estrategia. Durante los primeros cuarenta años luego de haberse formulado la propuesta de «sembrar el petróleo», la preocupación de los Gobiernos se dirigió a incrementar la participación de la nación en los ingresos provenientes de la explotación de este recurso, en manos de empresas transnacionales. A raíz de la Ley de Hidrocarburos aprobada en 1943, y la Ley de Impuesto sobre la Renta del año anterior, se pudo aumentar los aportes de la industria petrolera al fisco, primero por intermedio de la fórmula del «fifty-fifty», y luego con la instrumentación del valor fiscal de exportación, a comienzos de los sesenta, por encima del 90 por ciento de los ingresos generados en 1974.1 Con la nacionalización petrolera y la captación del 100 por ciento de estos ingresos por

parte de la república, empieza a percibirse, empero, que la estrategia de sembrar el petróleo planteaba nuevos problemas. La alargada sombra del la siembra petrolera todavía nos persigue. La quimera sigue estando ahí, a la espera que algún hombre digo la logre llevar a cabo. Desde el colegio se nos ha atormentado con la idea. El petróleo, el excremento del diablo, necesita ser redimido y para una redención no hay nada mejor que una siembra. La idea fundamental del editorial es que el petróleo es una riqueza temporal y destructiva. La única capacidad que tenemos los venezolanos de escapar del terrible destino al que nos empuja la actividad petrolera es el de generar las bases de para una economía “reproductiva y progresista”. Para esa tarea es “menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales”. Uslar no solo identificó el supuesto problema sino que propuso la solución. La solución pasaba por emplear la renta petrolera, canalizada mediante el gasto público, para redimirla invirtiéndola en generar una economía reproductiva. Este era pues el único mecanismo que teníamos los venezolanos para zafarnos del terrible destino que nos aguardaba. La renta petrolera ha impedido generar ciudadanía fiscal y ese es su verdadero efecto perjudicial. El petróleo no nos ha transformado en una sociedad parásita e inútil, el petróleo ha retrasado el verdadero proceso de formación de ciudadanía. Si ese es el problema, la solución no puede ser seguir sembrando en esto o aquello. La solución pasa por utilizar la renta petrolera para generar ciudadanía fiscal. El problema es que para poder hacerlo se requeriría que aquellos que controlan o aspiran a controlar el aparato del Estado, estén dispuestos a lidiar con ciudadanos y no con siervos. Muy difícil.