La Segunda Guerra Mundial

HENRI MICHEL LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL ALUMNA: CAROLINA DEL AMO SÁEZ, DNI: 44798809 ASIGNATURA: HISTORIA CONTEMPORÁN

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HENRI MICHEL

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

ALUMNA: CAROLINA DEL AMO SÁEZ, DNI: 44798809

ASIGNATURA: HISTORIA CONTEMPORÁNEA PROFESORA: AURORA BOSCH SÁNCHEZ TITULACIÓN: HUMANIDADES

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HENRI MICHEL: LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Introducción Si bien la guerra, en sentido amplio, ha sido una constante en la historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial difiere de cualquier conflicto anterior tanto a nivel cuantitativo, como cualitativo. Fue un brutal fenómeno social que, como muchos otros, marcará un antes y un después en el devenir de la historia. Se extendió a lo largo de casi todo el planeta pero, además, no sólo fue una lucha militar, sino económica e ideológica en la que todos los sectores de la población se vieron involucrados de uno u otro modo. La necesidad armamentística aceleró el progreso científico y tecnológico. Todo ello explica la profunda destrucción que dejó a su paso. Todas estas condiciones dieron lugar a un final en el que no se firmó paz alguna, pues los vencidos sabían que no cabía posibilidad de negociación y tendrían que luchar hasta el final. A partir de entonces surgirían nuevos problemas profundos que enfrentarían durante años a los que fueran aliados. Pretextos para el inicio del conflicto Alemania aludía a la humillación de la derrota del 18 y a las condiciones impuestas por el diktat de Versalles. Italia y Japón no podían acogerse a este pretexto por haber formado parte de los vencedores en la Primera Guerra Mundial. Si bien es cierto que Italia tampoco estaba conforme con lo que había obtenido de aquel conflicto, hecho que se extendería a la población con el eslogan de “La Victoria Mutilada”. En los tres países la propaganda iba dirigida hacia la obtención de un “espacio vital” para satisfacer las necesidades de una población abundante. Japón y Alemania estaban convencidos de la superioridad de su raza, lo que “justificaba” sus actuaciones sobre “razas inferiores”. Frente a estas tres potencias amenazantes, las amenazadas no supieron formar un bloque sólido, pues cada una de ellas adoptó inicialmente la postura que más parecía favorecer a sus propios intereses y pensando que el enemigo se abatiría sobre las otras. La URSS se sentía relativamente segura por haber pactado con Alemania, mientras que Francia e Inglaterra pensaban que Hitler iniciaría sus ofensivas hacia el Este. Todas se equivocaron. La carrera la empieza Japón invadiendo China, continúa Mussolini intentando cobrarse todo aquello que se le negó tras la Primera Guerra Mundial y, por último, pero no menos amenazante, inicia Alemania su conquista por Europa. Francia y Gran Bretaña permitieron todas estas conquistas iniciales en pro de la paz, pues esta era la base de su política de apaciguamiento. Hicieron

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demasiadas concesiones por una paz que no duraría mucho. Será la invasión de Polonia por parte de Hitler lo que hará intervenir a las dos potencias, dando comienzo así la guerra en septiembre de 1939. Japón vio una oportunidad en el conflicto Europeo y aprovecho para dirigir su expansión hacia el sudeste asiático. I. Los éxitos de los estados fascistas La potencialidad en recursos de Francia y Gran Bretaña era superior a la de Alemania pero, dada la planificación y preparación del conflicto por esta última, el inicio de la guerra estuvo marcado por una clara superioridad de las fuerzas del Reich. Los ejércitos de Gran Bretaña y Francia estaban anticuados, tanto a nivel técnico como táctico. Mientras que el ejército alemán estaba preparado y dispuesto a emplear nuevas tácticas como la exitosa combinación de aviación con carros de combate. No obstante, los recursos de Alemania eran limitados, y sólo estaría en disposición de vencer una guerra corta, por lo que planea una estrategia de “guerra relámpago” que le hará avanzar rápidamente pero que no podrá mantener durante mucho tiempo. Una serie de errores de cálculo -como penetrar en la URSS sin haber cerrado el frente occidental- y de situaciones inesperadas -como la entrada de EEUU o la gran resistencia de Stalingrado-, llevarán a Alemania a agotar sus recursos hasta la completa derrota. Alemania tiene un éxito rotundo en su primera actuación en guerra, pues Polonia cae en pocos días y, respondiendo a una cláusula secreta del pacto germanosoviético, queda dividida. Ciertos territorios se los anexionará Alemania y el resto correrán a cargo de la URSS. Francia y Gran Bretaña no fueron capaces de socorrer a su aliado. Tras la campaña de Polonia empieza un período de calma provocado por condiciones climatológicas adversas que impiden el avance Alemán. Estos meses son decisivos para la preparación de Francia y Gran Bretaña, pero, a la vez, se volvía a alimentar la esperanza de que Alemania atacara antes a la URSS. Entre tanto, los aliados planeaban un ataque a Alemania pero, ante la imposibilidad de encontrar una ruta favorable, decidieron bloquear su suministro de hierro en Noruega. Pero esta información se filtró a Alemania e hizo que ésta se anticipase invadiendo Dinamarca y Noruega. Tras el invierno Hitler decide atacar Francia penetrando por las Ardenas. Decisión muy acertada, ya que era el último lugar por donde Francia pensaba que entrarían y, por tanto, era el más desprotegido. Alemania rompe el frente francés a principios de junio, penetrando en todas las direcciones, el gobierno francés se refugia en Burdeos y solicita un armisticio que entrará en vigor el 25 de junio. Gran Bretaña se había quedado sola en la lucha. A Hitler nunca le interesó combatir con los británicos porque reconocía su superioridad en recursos y pensaba que, como los alemanes, eran también una 4

raza superior. Pero Churchill rechaza las primeras propuestas alemanas de negociación. En verano de 1940 empieza la Batalla de Inglaterra, en la que la aviación alemana sufre graves pérdidas, lo que le hace recurrir a bombardeos “de terror” a ciudades –Londres especialmente- para intentar minar la moral británica. Tras esto, Churchill decide llevar la guerra lejos de Gran Bretaña, a África, para pararle los pies a Mussolini. En abril de 1941 los alemanes invaden Yugoslavia y Grecia, donde los británicos tienen que retirarse. Al ver los éxitos alemanes, muchas personas de los gobiernos ocupados deciden colaborar con ellos. Ejemplo de este hecho es el gobierno de Vichy. En junio de 1941, HiItler invade la URSS, lo que sorprende a todos sus dirigentes. Alemania envía para este propósito un gran ejército que tendrá que cubrir simultáneamente tres objetivos: Leningrado, Moscú y Ucrania. El avance es rápido durante los 6 primeros meses, pues las “purgas” de Stalin habían dejado muy debilitado el ejército Rojo. Pero, aunque los soviéticos retroceden, el frente no se rompe. Llegado el invierno Leningrado resiste mucho más de lo que los alemanes esperan. La guerra relámpago no ha dado resultado; todo parece indicar que se transformará en una guerra de desgaste. Paralelamente, la caída de Francia ha permitido a Japón penetrar en Indochina, un paso más en sus planes de conquista de todo el sudeste asiático. Para prevenir una intervención de EEUU, Japón ataca Pearl Harbor en diciembre de 1941, lo que hará entrar en la guerra definitivamente a EEUU, situación nada deseada para Alemania. Tras este ataque Japón tiene un tiempo limitado para efectuar sus conquistas, pues en unos meses los estadounidenses estarán en condiciones de desplegar todos sus recursos. Así, en este lapso de seis meses, conquistan Hong Kong, Filipinas, los atolones del pacífico central, Indonesia, Malasia, Singapur y Birmania. En todos estos lugares son ayudados por los movimientos nacionalistas locales que quieren independizarse de los imperios europeos y creen que será mejor para ellos un imperio oriental. Pronto se darán cuenta de que Japón sólo desea dominarlos, pues los considera inferiores a la raza nipona. II. Los Imperios del Eje Los tres países del Eje siguen la misma dinámica de dominio en los territorios ocupados. Cada uno de ellos ostenta el poder absoluto en estos lugares, disponiendo a su antojo de los recursos –materiales y humanos-, implantando una dura represión basada en el terror y deshaciéndose de las “razas inferiores”. No olvidemos que, sobre todo, Japón y Alemania se consideran una raza superior, lo cual “justifica” todo este tipo de actuaciones, pues “están en su derecho”

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de disponer de su espacio vital a costa de estados cuyos habitantes habrán de subordinarse a ellos por su “inferioridad racial”. De los tres países, Italia es el que menos territorios ha logrado ocupar. Está muy lejos de lograr su objetivo inicial de controlar toda la cuenca mediterránea. Sin embargo Alemania, en la primavera de 1942, controla la mayor parte de Europa, tanto con territorios anexionados directamente, como con estados satélites aliados. Económicamente, toda Europa es explotada, lo que constituye uno de los rasgos característicos de esta guerra. En estos momentos parece que está muy cerca de lograr convertirse en el Imperio europeo. En Asia, el caso de Japón fue análogo al de Alemania. También fue enorme la extensión de sus conquistas, aunque con las dificultades añadidas de tratarse de islas. Al no estar industrializadas estas zonas, Japón no pudo sacar provecho de sus recursos como lo hizo Alemania. El régimen nazi, tal y como hizo en Alemania hasta llegar al poder, supo hacerse propaganda en las zonas ocupadas haciendo un hábil uso de la política de masas. De este modo logró colaboracionistas en todos los lugares, incluso en Francia con el gobierno de Vichy. Los nazis no dejaron posibilidad de colaboración ni en Polonia ni en la URSS, donde la ocupación fue acompañada de tal dureza que la población no pudo sino reaccionar en contra de este pillaje sin precedentes. Los campos de concentración de los nazis eran una muestra del “orden” que imponían en el mundo tras su victoria. Como ya se ha mencionado con anterioridad, Japón fue apoyado inicialmente por los nacionalistas locales de las zonas ocupadas que deseaban independizarse de los imperios europeos, pensando que sería preferible un imperio oriental con Japón a la cabeza. Pero Japón se creía muy superior a estos pueblos, con lo que su dominio resultaría más opresivo que el de los imperios europeos, desapareciendo la inicial posibilidad de colaboración. Los japoneses también internaron en campos muy duros a los prisioneros de guerra, muchos de los cuales perecieron. En todos los lugares ocupados surgió una resistencia clandestina que, por sí misma, no tenía capacidad de actuación. Los aliados ayudaron a esta resistencia sólo si les servía para sus intereses; cuando no era así, la combatieron. Pese a que militarmente esta resistencia no tuvo un papel decisivo en el desenlace de la guerra, sí que lo tuvo en el terreno político. En casi todas partes, los comunistas y la URSS fueron los grandes beneficiados, así se explica el éxito del comunismo durante los años posteriores a la guerra. Se puede decir que “(...) la lucha por la liberación de los pueblos ocupados contribuyó grandemente a modelar el mundo de la posguerra, ya se tratase de estructuras políticas y económicas como de mentalidades.” (Henri Michel) III. Fuerzas y flaquezas de la Gran Alianza

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Los aliados poseían un potencial superior a los imperios del Eje, pero mientras que los objetivos de estos últimos eran comunes, la alianza de los primeros no respondía a intereses mutuos, sino que fue una alianza forzada por la situación. Tuvieron que salvar muchas diferencias para lograr ponerse de acuerdo y poder ganar el conflicto. Cabe mencionar que, si bien el conflicto armado fue ganado por los Aliados en 1945, estas divergencias iniciales continuaron enfrentándolos durante muchos años después. A finales de 1942 nos encontramos con un punto de inflexión en el que la balanza se moverá hacia el lado de los Aliados. Varios acontecimientos durante este año explican este giro del conflicto. El ataque de Japón a Pearl Harbor en diciembre de 1941 hace que EEUU entre en el conflicto, quien acabará frenando la expansión japonesa tras las derrotas que le infligirá en Midway y Guadalcanal (julio de 1942 y febrero de 1943, respectivamente). La misma suerte que Japón corre Alemania tras su ataque a la Unión Soviética en junio de 1941. Fue un error abrir este frente oriental sin haber cerrado los frentes en Gran Bretaña y el Norte de África. A partir de este momento las derrotas de Alemania e Italia se suceden. En el Norte de África, Alemania e Italia querían tomar el control sobre el canal de Suez, pero los británicos, ya con ayuda material de EEUU, obtienen una victoria en El Alamein en octubre de 1942, permitiendo este hecho la entrada de las tropas británicas en Trípoli en enero de 1943. Este hecho es importante, pero la derrota realmente decisiva es la que sufre Hitler en Stalingrado en enero de 1943. Los soviéticos resisten mucho más de lo que estaba previsto. Así, el mito del invencible ejército alemán se caía, al mismo tiempo que creció el prestigio de la Unión Soviética. A la vez que pasa todo esto y antes de que EEUU entrara en guerra, Churchill y Roosevelt se reúnen en 1941 para elaborar La Carta del Atlántico, que ponía énfasis en los derechos de los pueblos y en la necesidad de su cooperación durante y tras el conflicto. Se reunirán de nuevo estos dos dirigentes en Casablanca en enero de 1943, donde tomaron la decisión de que no iban a hacer la guerra a los pueblos italiano, alemán y japonés, sino a sus dirigentes. Sabiendo hoy lo que ocurriría posteriormente –bombardeos indiscriminados a ciudades alemanas y japonesas, culminando el terror con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki-, parece que esta reunión sólo sirvió para decidir que sólo aceptarían una derrota incondicional de sus adversarios. Hecho que también ha sido muy discutido, pues Alemania y Japón obligaron a la población a resistir hasta el final, lo que también invalida la anterior decisión. La Unión Soviética desconfiaba de de EEUU y Gran Bretaña, pues era ella la que estaba soportando el esfuerzo bélico contra Hitler sin ayuda. Exigió a los Aliados que le ayudaran abriendo otro frente. Para tener satisfecho a Stalin abrieron un frente en el norte de África y ocuparon Irán para hacerle llegar material bélico que fue insuficiente

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y tardío. A la vez, Stalin dejó claro que no iba a perder el territorio de Polonia logrado con el pacto germanosoviético y, como EEUU y Gran Bretaña temían un nuevo acuerdo entre Alemania y la Unión Soviética, tuvieron que ceder. Así, los tres Aliados se reúnen por primera vez en Teherán en octubre de 1943, tras la capitulación de Italia. Aquí acuerdan en el plano militar lanzar ofensivas conjuntas contra Alemania en unas fechas previstas. Los anglonorteamericanos se comprometen a atacar por el canal de la Mancha. Políticamente tomaron decisiones respecto a la posguerra. Todos estaban de acuerdo en castigar duramente a Alemania, y respecto a Polonia, Churchill y Roosevelt tienen que aceptar las exigencias de Stalin, manteniendo éste su porción de Polonia, la cual sería compensada con la anexión de territorios alemanes. Prácticamente todo el mundo fue movilizado económicamente para la producción de guerra, lo que supuso un boom económico para EEUU, que terminaba así de recuperarse de la crisis del 29. Igualmente, la economía soviética también experimentó un gran impulso, aunque a costa de un grandísimo esfuerzo de la población. Para lograr esta colaboración de la población, Stalin cambió su discurso de apoyo al régimen por el de apoyo a la nación. De este modo, explotando todos sus recursos al unísono, los aliados poseían la superioridad necesaria que les llevaría a la victoria. IV. La victoria aliada Los aliados se disponen a abrir un frente en Europa por el Sur de Italia, antes de lo cual logran ocupar Túnez en mayo de 1943. En julio de ese mismo año tuvo lugar un desembarco en Sicilia y, aunque en el sur el avance es rápido, en la península itálica el avance es muy lento. Entretanto, los mismos fascistas destituyen a Mussolini para devolverle el poder al rey. En septiembre de 1943 Italia firma el armisticio con los Aliados. Alemania ocupó todo el norte de Italia, incluyendo Roma, zona donde el continuamente creciente antifascismo domina la población. El avance de los Aliados se detiene en Nápoles, no logran llegar a Roma hasta junio del 44 y a Rávena hasta diciembre de ese mismo año. Antes de lanzar las ofensivas planeadas, los Aliados deciden bombardear Alemania para reducir su resistencia, pero no fue esta la causa del debilitamiento de Alemania. Ya vimos que sólo estaba preparada para sostener una guerra corta, con lo que, a medida que ésta se alargaba, su capacidad de resistir era menor. Además, el régimen nazi se había negado a emplear mano de obra femenina, lo que iba en detrimento de la producción. A pesar de todo, hasta los desembarcos de Normandía y de Provenza, Hitler no perdió la esperanza de vencer. Tal y como se dispuso en Teherán, el 6 de junio de 1944 tuvo lugar el desembarco de Normandía, donde se desplegaron una gran cantidad 8

de efectivos que el ejército alemán no fue capaz de contener. La liberación de París se produjo en agosto de 1944. El 15 de este mismo mes se desembarcó en Provenza. Una vez liberada Francia, los Aliados debían ponerse de acuerdo sobre cómo penetrar en Alemania. En el frente oriental, los avances del Ejército Rojo son mucho más rápidos. En el invierno de 1943 y 1944 se levantó el cerco de Leningrado, se ataca Rumania, se libera Crimea, se lanza una ofensiva contra Finlandia...hasta llegar en agosto del 44 a la orilla derecha del Vístula, frente a Varsovia. El gobierno polaco en Londres no aceptaba ceder a los soviéticos los territorios orientales de Polonia, por lo que Stalin forma otro gobierno comunista rival en los territorios disputados. El gobierno polaco de Londres ordena el levantamiento general para liberarse de los nazis sin ayuda. En poco tiempo los alemanes destruyeron la ciudad. El Ejército Rojo entro tarde y con facilidad, sin prestar ayuda a los polacos y sin reconocer al gobierno en el exilio. En Rumania y Bulgaria los acontecimientos fueron más favorables a Stalin, cuya política consistía en enfrentar a Alemania con sus satélites, haciéndolos entrar en la órbita de la Unión Soviética. En Hungría no lo consigue. A finales del invierno de 1944, Hitler está rodeado. El Ejército Rojo, por el este, ha alcanzado Prusia Oriental. Al oeste acechan los anglonorteamericanos, que finalmente deciden avanzar bordeando el curso del Rhin. Se dirigen hacia Berlín, igual que los soviéticos. En abril de 1945 el frente alemán se está desmoronando y la Alemania nazi está en plena descomposición. Los americanos y los soviéticos se reúnen para cercar y bombardear Berlín desde el 22 de abril de 1945. Capitula el 2 de mayo, antes de lo cual Hitler se suicida. Ahora sólo quedaba Japón. En el pacífico se realizó una doble ofensiva norteamericana por el norte, bajo el mando del almirante Nimitz, y por el sur con el general Mac Arthur a la cabeza. Los éxitos de EEUU fueron espectaculares, tanto por sus técnicas de combate, por su capacidad de reponer el material perdido. Los japoneses sólo contaban con su tenaz resistencia hasta la muerte. Mac Arthur volvió a Filipinas en enero de 1945 y en la primavera de ese mismo año Japón estaba acorralado, aunque sigue resistiendo con tenacidad. El 9 de agosto el Ejército Rojo entra en Manchuria, tal y como se había acordado en la conferencia de Yalta, cuando Truman ya había lanzado la primera bomba atómica en Hiroshima. Sólo con la de Nagasaki, el mismo 9 de agosto, el emperador ordena el cese de la lucha. V. El mundo al final de la guerra EEUU no tenía ninguna intención de conquista, como ya había manifestado en la Carta del Atlántico. Stalin pensó que le correspondían todos los territorios anexionados con el pacto germanosoviético. Churchill no lograría sus objetivos de mantener la hegemonía sobre sus colonias ni de desmembrar a Alemania. 9

Las tensiones entre los aliados eran patentes en todas las direcciones, de modo que, aunque en Yalta (febrero de 1945) no se había decidido un reparto del mundo, éste se estableció de hecho y se confirmó en Postdam (julio de 1945). Así se establecía un condominio del mundo entre las dos nuevas superpotencias: EEUU y la Unión Soviética. Alemania sería ocupada militarmente en su totalidad, repartida en zonas de ocupación de cada uno de los aliados. En Yalta, Churchill insistió en incluir a Francia en el reparto. Cada uno de los cuatro ocupantes regiría un sector de Berlín, ciudad situada en la zona soviética. Los cuatro comandantes militares administrarían de común acuerdo los asuntos comunes, de esta manera se mantendría, según Roosevelt, el acuerdo entre los Aliados. Todos se pusieron de acuerdo en castigar duramente al pueblo alemán, que debería pagar por los crímenes cometidos. Churchill fue el único que se preocupó cómo la población alemana en estas condiciones podría producir lo suficiente para vivir y para pagar las reparaciones de guerra. En cuanto a Polonia, se tuvo que ceder ante los deseos de Stalin, tanto en la cuestión territorial, como en la formación del nuevo gobierno polaco. No aceptaría al de Londres e impondría, aunque con elecciones libres, un gobierno comunista a imagen y semejanza del de la Unión Soviética. Esto era democracia para Stalin, obviamente muy distinta a la concepción que de ella tenían Roosevelt y Churchill. Toda Europa centro quedó bajo influencia soviética, exceptuando Grecia, donde Stalin respetó su acuerdo con Churchill. Los países vencidos pierden sus imperios coloniales. EEUU se pronunciaba por la supresión del colonialismo. Los Aliados renuncian a sus concesiones territoriales en China. Tras la derrota de Japón, los territorios asiáticos siguen luchando por su independencia. Lo consiguen Indonesia, después Birmania y más tarde la India. En África no estaba previsto, pero Francia tiene que conceder la independencia a muchos países de su dominio. Mac Arthur decretó que Japón sería desmilitarizado y democratizado. Roosevelt deseaba que se construyese una institución más fuerte que la Sociedad de Naciones y encargada de preservar la paz. La ONU nació en San Francisco de abril a junio de 1945. Otras instituciones como la UNESCO y el FMI, entre otras, fueron ya creadas durante el conflicto, pero cuyos objetivos irán aumentando paulatinamente. La Segunda Guerra Mundial supuso una ingente cantidad de pérdidas, tanto humanas como materiales. En cuanto a las humanas, estas pérdidas se pueden cifrar en unos 50 millones, con una proporción de civiles del 50 %. Además de estas pérdidas, se produjeron grandes movimientos de población, tanto organizados por los ocupantes como fruto del miedo de la población. Respecto a las pérdidas materiales, decir que fueron incalculables, tanto en Europa como en Asia, pues

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ciudades enteras fueron arrasadas mediante bombardeos de la aviación y de la artillería. Sólo EEUU salió indemne en este sentido, exceptuando el ataque a Pearl Harbor. No menos importante fueron los daños morales que sufrió la población. Conclusión Tras el conflicto todo había cambiado y ya no había marcha atrás. Europa salió muy debilitada, y varias potencias de primer orden en 1939 habían pasado a ocupar un segundo plano, “cediendo” su posición privilegiada a EEUU y la Unión Soviética. Ya durante la guerra los Aliados pensaban que luchaban por algo más que por defenderse de Alemania. Debería asentarse un nuevo orden bajo consenso social y basado en la revisión de la democracia, dándole un contenido social, en la que el estado ha de intervenir para lograr un estado del bienestar. Este intervencionismo del estado sería compensado a nivel internacional restituyendo un liberalismo económico flexible, no basado en el patrón-oro como el anterior. En Asia y África, aún víctimas de la colonización, su lucha en la guerra fue un preludio de su liberación. La Unión Soviética es ahora más que nunca la metrópoli del comunismo internacional, que domina toda Europa central y oriental mediante democracias populares. EEUU fue el gran beneficiado económicamente. Aumentó considerablemente su producción y tenía deudores de distinto grado en todo el mundo. Paradójicamente, la enorme destrucción provocada por el conflicto dio lugar a un gran avance de la ciencia y la técnica dirigido a solventar y/o minimizar los daños causados o, en el caso de la bomba atómica, multiplicarlos. Lo deseable hubiera sido que un conflicto de estas dimensiones nunca hubiese sucedido, pero el mundo en el que vivimos en la actualidad es tributario de de todos los acontecimientos pasados que permanecen como estratos en la historia de la humanidad, y de los cuales no podemos desligarnos por mucho que lo deseemos. ¿Cómo sería nuestra sociedad si los acontecimientos no hubiesen sido tal como fueron? ¿Sería mejor? ¿Sería peor? Parece evidente que un imperio nazi no hubiera sido un desenlace deseable pero, ¿habrían desarrollado la solución final si no hubiese estallado la guerra? ¿Cuál habría sido el destino de la Unión Soviética? ¿habría “estallado” la Guerra Fría?

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