La Reponsabilidad de La Familia y Otro Espacio Sociales

LA REPONSABILIDAD DE LA FAMILIA Y OTRO ESPACIO SOCIALES EN RELACION PARA LA SOSTENIBILIDAD.  El papel de la familia en

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LA REPONSABILIDAD DE LA FAMILIA Y OTRO ESPACIO SOCIALES EN RELACION PARA LA SOSTENIBILIDAD.

 El papel de la familia en la formación de actitudes hacia la sostenibilidad

La Familia cumple varias funciones; como institución social, apoyo económico, educa y socializa a los hijos, y por último aporta apoyo emocional. Si nos centramos en las dos últimas funciones hay que resaltar la importancia que las normas, reglas y valores cumplen en la educación de los hijos. De igual manera, es necesario que se reconozca al hijo/a, como ser único y demostrarle que, en muchas ocasiones, tienen el apoyo incondicional de los miembros de la familia.

Somos conscientes de lo complicado que resulta educar a los hijos/as, las presiones a las que se esta sometido en el trabajo, la casa, el cansancio, etc.., lo cual influye en que en muchas ocasiones no nos encontremos en las mejores condiciones para escuchar, comunicarnos y educar a nuestros hijos.

Aún así, es importante destacar que los hijos necesitan normas, independientemente de su edad, aunque sean diferentes según la edad, no según el sexo.

Tanto el exceso, como la carencia de normas tienen consecuencias negativas para el desarrollo de los hijos. Las normas aportan sensación de seguridad, deben existir pocas normas pero mantenidas con seguridad y firmeza. Habrá normas que no tengan posibilidad de cambio, otras que se podrán negociar, y habrá otros temas en el que el hijo/a adquiera la responsabilidad sobre ellas. Hay que situarse sobre el comportamiento, no sobre las emociones (tiene derecho a estar enfadado, pero no a pegar por ello).

Es importante que siempre haya razonamiento, sea cual sea la edad, el niño de 2 años no entiende todo el razonamiento, pero entiende que no se hace porque sí. Y hay que reforzar la sensibilidad a las necesidades de los hijos. A lo largo de la infancia y adolescencia de los hijos, nos podemos encontrar con diferentes dificultades que en ocasiones nos sobrepasan y que en ocasiones no encontramos la respuesta; “¿por qué se comporta de esa manera?”, “¿por qué es así, si nosotros hemos intentado educar a todos nuestros hijos igual?”, “no me hace caso, da igual que se lo diga por las buenas, que por las malas”, ¿por qué tengo que repetir todos los días lo mismo para que se lave los dientes, recoja la ropa ó se ponga a estudiar?”, “siempre dice que no”, “parece que no escucha cuando le hablas”, etc.

El cómo nos comportamos tanto los adultos como los niños, responde a un aprendizaje. Sin quitar la influencia que el componente hereditario tiene en nuestra conducta, lo fundamental en el comportamiento de las personas es el ambiente, porque en él se generan la mayor parte de los aprendizajes. Nadie nace simpático, triste, ó desobediente, etc., sino que a lo largo de la vida vamos aprendiendo a ser como somos. Se puede decir que en este aprendizaje hay dos variables implicadas: nuestra propia conducta, lo que decimos, hacemos y pensamos. Y las conductas de los demás, o dicho de otra forma, su reacción ante lo que hacemos.

Teniendo en cuenta todo esto, se hace visible la importancia que las normas, y las diferentes técnicas de modificación de conducta tienen sobre la conducta de los hijos. Para el aprendizaje de nuestros hijos, es importante la actitud que mostramos los adultos. Por una parte, enseñando con nuestros comportamientos un modelo adecuado (al hablar con lo demás, al resolver conflictos sin pelear, cuando damos opiniones que son distintas al resto, cuando expresamos emociones de forma adecuada, etc.).

Por otra parte, es importante valorar los aspectos positivos, no se puede enseñar comportamientos a nuestros hijos sólo recriminándoles lo que hacen mal.

Resulta mucho más útil para el niño recibir elogios, alabanzas ó una caricia por las conductas que hacen bien, ó que están intentando mejorar. Agradecerle las cosas buenas que hace y trasmitirle lo contentos que esto nos hace sentir. Por último, enseñarles que mi “forma” no es la única de resolver un conflicto, y se le puede ayudar a que piense en varias soluciones y elija la más adecuada.

Por todo ello, se hace fundamental el papel de la familia en la conducta de los hijos. Es necesario buscar un tiempo útil con nuestro hijo/a, donde se pueda hablar de lo que ha ocurrido durante el día, lo que le preocupa y recordarle lo mucho que se les quiere. Todo ello facilitará la relación padres–hijos, les aportará seguridad emocional, y contribuirá a una mejor educación y socialización.

 LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA CONCIENCIA SOCIAL DE CIUDADANÍA A FAVOR DE LA SOSTENIBILIDAD

LA FAMILIA; Se refiere al núcleo familiar elemental. Al grupo de individuos vinculados entre sí por lazos consanguíneos, consensuales o jurídicos, que constituyen complejas redes de parentesco.

Y que suponen una profunda unidad interna de dos grupos humanos padres e hijos, que se constituyen en comunidad a partir de la unidad hombre, mujer.

LOS VALORES: Son asesores de conducta de una persona, constituyen un principio, una manera de ser y hacer, asimismo son una guía para nosotros en todos y en cada uno de nuestros actos. Desde el punto de vista socio educativo; son considerados como pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona.

Así como hay una escala de valores morales, existe también la escala de valores inmorales o ANTIVALORES. Estos rigen la conducta de personas calificadas de inmorales, colocan frente a la tabla de valores una actitud negativa. El camino de los antivalores nos deshumaniza y nos desagrada, nos hace merecedores de desprecio, de desconfianza, y rechazo e incluso hasta el castigo por parte de la sociedad.

¿Cuales son los valores fundamentales en la familia?

Para responder esa pregunta, debemos tener en cuenta que un ser se expresa a través de su personalidad y que cada valor apoya y sostiene de forman sólida la personalidad de un hombre maduro.

“Cada persona posee sus propios valores que son distintos a los de los demás ya que han vivido experiencias distintas, y se han formado de una manera diferente.”

Sin embargo, cada uno de nosotros nos interesamos que nuestros niños y

jóvenes

adquieran

buenos

valores

y

conductas

adecuadas.

En este sentido considero como valores fundamentales para vida de un individuo son: la honestidad, el respeto, la responsabilidad, el amor y la autoestima debido a que a través de ellos se establecen relaciones personales que involucran afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo y hacia las demás las personas y al combinarlos derivan muchos otros valores secundarios que son fundamentos de seguridad, y fraternidad en el seno de la sociedad.

LA HONESTIDAD: Es un valor que nos hace mantener un compromiso permanente con la verdad nos conlleva a mantener congruencia entre pensamientos, dichos y acciones. Lo verdadero es inmutable, eterno, imperecedero, no varía de un día a otro. De la honestidad descienden una serie de subvalores tales como: La Imparcialidad, Optimismo, Justicia, Sinceridad, Dignidad, Lealtad, etc.

EL RESPETO: Es una valor que nos permite comprender y aceptar a los demás miembros, sus opiniones y sentimientos , también las diferentes creencias a las mías. Asimismo mantenemos respeto hacia las cosas de los demás; respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona. Del respeto derivan una serie de subvalores como son: La Libertad, La Paz, La Solidaridad y otros.

LA RESPONSABILIDAD: Nos permite asumir las consecuencias de los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones de aquí nacen subvalores como: perseverancia, ética, autoconfianza, iniciativa, obediencia, disciplina, superación, entre otros.

EL AMOR: Es una forma de energía que cada individuo transmite y recibe en cada momento, está vinculado o tiene adhesión a la honestidad, al respeto, a la responsabilidad y a la autoestima ya que el hombre estando social y emocionalmente equilibrado consigo mismo podremos trasmitir a los demás amor. De aquí surgen subvalores como: la amistad, el perdón, la bondad, felicidad interior, simpatía, tolerancia, paciencia, apoyo.

LA AUTOESTIMA: Es uno de los valores fundamentales para el ser humano, equilibrado y sano. Este valor es la visión más profunda que cada persona tiene de sí misma, influye de modo decisivo en las elecciones y en la toma de decisiones, en consecuencia conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que elegimos. A través de ella pueden nacer subvalores positivos o negativos de acuerdo al tipo de autoestima del individuo (autoestima baja o autoestima alta).

¿Cómo Influye la familia en la Formación de Valores?

En la familia tenemos las oportunidades de vivir y formarnos en los valores o en los antivalores. Los valores fundamentales en la vida del individuo son los valores que se aprenden en del contacto de las personas significativas pueden ser de los padres, maestros o quienes hicieron este papel durante nuestra infancia.

Esas personas han dejado huellas importantes; tanto rasgos positivos o negativos.Generalmente es en la infancia donde se enseñan los primeros valores; el amor, el respeto, la honestidad, el valor por mi mismo (autoestima),la reponsabilidad, el compañerismo entre otros valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona.

Los padres tiene que reconocer que son los primeros educadores en la vida de un infante, que son de vital importancia tanto para su desarrollo físico y aun más en su desarrollo intelectual ya que es el primer agente socializador que va a tener el niño al inicio de su vida.

La influencia que tiene la familia radica en que el niño percibe lo que observa de sus padres y lo ve como su ejemplo a seguir, ellos son grandes imitadores durante toda su infancia y cuando alcanzan la adultez ya han internalizado patrones de conducta que serán determinantes sobre el resto de su vida.

 SER CIUDADANOS GLOBALMENTE EN LAERA DE LA INCERTIDUMBRE

El ciudadano global es una persona activa, que participa y se compromete. Un actor político-cosmopolita que influye en la agenda pública en todos los niveles: local, regional y global. Son ciudadanos formados e informados, con autonomía moral desarrollada, que miran la realidad con criterio propio y operan en redes virtuales y reflexivas, alimentan la discusión, promueven el diálogo y crean conocimiento. Son personas con un mayor grado de conciencia de sus propios actos que adhieren a tres principios básicos: la defensa de los Derechos Humanos,

la defensa del medio ambiente y la convicción de que la globalización tiene que estar acompañada de un mejoramiento de las condiciones de vida del planeta.

Se distingue cinco imágenes de la ciudadanía globalizada: a) el reformador global, b) la elite empresarial global, c) el 'manager' del orden global en torno a problemas ambientales, d) el regionalista políticamente consciente, y e) el emergente activista transnacional. Todas estas imágenes de ciudadanos globales formarían parte de una comunidad globalizada, que comparte la responsabilidad social, la solidaridad y el sentimiento por la equidad, así como el respeto por la naturaleza.

La ciudadanía globalizada también debería estar vinculada a una democratización

global,

que

extienda

nociones

de

derechos

y

obligaciones a escala planetaria. La extensión de la ciudadanía en nuestra época, dando por hecho la globalización de la vida y del capital, dependerá de construir y promover una agenda transnacional más sólida y un sentido de comunidad acorde, así como estimular la participación más amplia de las masas, para contribuir al proceso de una "globalización desde abajo". Dependerá también del sentido del tiempo que se tenga, y de actuar en la consideración de las generaciones aún por nacer.

Esa comunidad política global tendrá premisas en torno a la solidaridad global o a la solidaridad entre las especies vivas, en co - evolución y co responsabilidad, distinguiendo un destino común y al mismo tiempo como reconocimiento de lo diverso y lo plural de las experiencias históricas y culturales. Por todo lo anterior, la ciudadanía global es aún un proyecto ideal, es el delta del cambio posible a través de la conformación de comunidades globales que participan del civismo global.

Participación Ciudadana En Desarrollo Sustentable

El desarrollo sostenible es un proceso de cambio progresivo en la calidad de vida del ser humano, que lo coloca como centro y sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con equidad social, la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo que se sustentan en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la región. Este proceso implica el respeto a la diversidad étnica y cultural regional, nacional y local, así como el fortalecimiento y la plena participación ciudadana en convivencia armónica con la naturaleza, sin comprometer y garantizando la calidad de vida de las generaciones futuras.

El desarrollo local sostenible se centra en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida humana en el ámbito local. Se construye a partir del protagonismo real de las personas, familias, niños/as, productores, organizaciones e instituciones. Para que el desarrollo local sostenible sea una realidad, la comunidad debe fijar sus propios objetivos y metas, tener confianza en la fuerza de la misma comunidad, valorar y afirmar la cultura junto con el conocimiento tradicional propio y la forma autónoma de convivencia.

La cultura individualista de competencia mercantil, la baja autoestima, la dependencia política y económica de las instituciones centrales y agentes externos, falta de confianza en la capacidad de gestión comunitaria, son entre otros los obstáculos para alcanzar el desarrollo local sostenible.

Los ciudadanos pueden participar de diversas formas en el desarrollo sustentable con acciones como: 1. No quemar la basura, ya que causa contaminación atmosférica. 2. Separar la basura en orgánica e inorgánica, y de esta forma dicha basura se puede compostear. 3. Verificar sus automóviles con tal de minimizar la contaminación atmosférica. 4. Verificación de emisiones atmosféricas de las industrias.

5. No usar aerosoles, ya que contienen cloroflorocarbonados, y otros compuestos contenidos en equipos de aire acondicionado y refrigeración que destruyen la capa de ozono de la atmósfera que protegen de los rayos ultravioleta del Sol. 6. Ahorrar agua, ya sea en el servicio sanitario o en su aseo personal así como en otros usos.

7. No deforestar los árboles o reforestar intensivamente los bosques con el fin de purificar el ambiente. Nuestro país lo ha hecho, a partir de la Reforma Constitucional de 1994, en donde además de consagrar el derecho a un medio ambiente sano, ha establecido las herramientas y garantías legales para su efectivo cumplimiento, introduciendo además mecanismos que permiten la participación ciudadana en la toma de las decisiones públicas que afectan al medio ambiente.

 MOVIMIENTOS ECOLOGISTAS EN LA PROMOCIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD

Hoy en día, el movimiento ecologista se ha convertido en una fuerza social y política, reclamando y reivindicando el equilibrio en los ecosistemas naturales. Pero, ¿realmente conocemos los orígenes y precedentes que tiene?

La preocupación por el entorno medioambiental no es propia de este siglo o de finales del pasado. Los expertos apuntan que posiblemente el movimiento nació cuando se percibió el deterioro del medio ambiente a causa de experimentos o del desconocimiento de la actividad humana. Es por eso que la existencia de organizaciones ecologistas está estrechamente ligada al desarrollo de los sistemas democráticos y al progreso de las libertades civiles.

De esta manera, el movimiento ecologista fue implicándose en temas de la conservación

y

regeneración de

los

recursos

naturales,

la preservación de la vida silvestre y el movimiento para reducir la contaminación y mejorar la vida urbana.

Actualmente

existe

un

gran

número

de organizaciones

no-

gubernamentales, tanto a nivel local como internacional, proponiendo modificaciones significativas en las políticas ambientales de todos los países del mundo.

Gracias al movimiento ecologista, ha concienciado a la población, y respaldados por la ciencia, han podido introducir nuevos conceptos como la ‘lluvia ácida’, el ‘cambio climático’ y la ‘sostenibilidad’.

Es por ello, que el movimiento ecologista ha adquirido una gran importancia en la actualidad que no puede pasar desapercibida en nuestras vidas cuotidianas.

Sin embargo, como sostiene Norberto Bobbio, el problema de los derechos fundamentales ya no consiste en su reconocimiento, sino en la posibilidad de tornarlos efectivos, lo cual no resultará posible si los ciudadanos no logran ejercerlos en forma plena. Ejemplo de PNUMA, participación ciudadana.

 VOLUNTARIADO

AMBIENTAL

EN

EL

DESARROLLO

SOSTENIBLE

El voluntariado ambiental es aquel que tiene como fundamento y objetivo la realización de acciones de conservación del medio ambiente. Las organizaciones ambientalistas basan sus actividades con mucha frecuencia en el voluntariado ambiental.

Acciones

 Entre las acciones en las que frecuentemente toman parte voluntarios se pueden citar

 Presión, a través de ciberacciones, manifestaciones, puntos de información, etc.  Restauración ambiental, repoblaciones, limpieza de resíduos, etc.  Censos e inventarios, necesarios para llevar a cabo atlas de distribución, seguimiento de poblaciones, etc.  Difundir y crear conciencia a través de jornadas ambientales involucrando a empresas privadas, gubernamentales así como sociedad civil, haciendo participes a directivos, empleados y sus familias.

La Educación Ambiental como herramienta social A tenor de lo expuesto en el apartado anterior, podemos plantear que la disyuntiva de explotar los recursos naturales o conservarlos intocables ha pasado, desde hace más de medio siglo a la fecha, de una discusión casi teórica hasta un serio enfrentamiento de puntos de vista sobre el estilo de vida de las actuales y futuras generaciones. La progresiva urbanización provocada por la concentración acelerada de la población y las modificaciones en las políticas relativas al campo se han traducido en cambios drásticos en el ambiente. A causa de ello podemos observar que ante la demanda creciente de productos agrícolas, pecuarios, forestales, mineros y energéticos para la satisfacción de las necesidades urbano-industriales naturales.

se

alteran

irreversiblemente

los

ecosistemas

Aunque paradójico, la causa de la problemática señalada es la búsqueda del desarrollo, entendido éste en términos del bienestar de los individuos, como producto creciente de la posibilidad de acceder a las oportunidades para la satisfacción de sus necesidades, tanto en los aspectos económico como político y social.

Es innegable que el origen principal de la problemática ambiental lo encontramos en la conducta humana. La falta de información, conciencia y capacidad se constituyen en las principales causales de la inadecuada respuesta social. Para dimensionar adecuadamente lo expuesto, justo es señalar que la crisis del medio ambiente no es un problema moderno, lo nuevo son sus dimensiones. A esto cabe acotar que la tecnología propicia la degradación acelerada del medio ambiente y los recursos naturales cuando no es usada racionalmente y que la capacidad de respuesta orientada a su restauración se sitúa en el largo plazo. Hablar de sustentabilidad en el desarrollo implica estar plenamente conscientes de que nos referimos precisamente a una relación de conflicto entre la sociedad y la naturaleza; relación que debiera tener como meta una coexistencia armónica, que tienda a garantizar un adecuado nivel de vida humana, que pretenda evitar el deterioro de los ecosistemas y obtener el mayor equilibrio posible de los mismos.

Cotidianamente se señala que la conservación y el desarrollo raramente han sido combinados y frecuentemente parecen incompatibles, y lo serán en la medida en que no se haya previsto un desarrollo sostenido. Bajo esa perspectiva hay que considerar que el bienestar social se sustenta en el aprovechamiento de los recursos naturales y en la modificación de la biosfera, acordes al uso los recursos humanos y financieros, de tal forma que la satisfacción de las necesidades y el nivel de vida dependen directamente del modelo de desarrollo que se adopte. Queda claro entonces que el modelo de desarrollo que se ha venido aplicando resulta atentatorio para los recursos naturales, los que junto al medio ambiente se han sometido a una presión y ritmo de consumo superior a su capacidad de regeneración. Se hace necesario entonces, partir de bases diferentes que contemplen como metas no sólo el bienestar de las actuales generaciones, sino que prevea la sana subsistencia de las futuras. Por lo tanto, el modelo de desarrollo socioeconómico que se requiere es un modelo de desarrollo sustentable, en el cual es fundamental que el aprovechamiento y uso de los recursos naturales sea racional y potencialmente sostenible. En este sentido es que se manifiesta una "nueva cultura ecológica" que se hace patente en todos los niveles y sectores. Mientras que en el gubernamental se percibe un creciente proceso de organización, en la sociedad civil se incrementa el reclamo, la denuncia y la gestión como expresiones participativas.

Lo mismo observamos la creación de dependencias oficiales, como la manifestación constante de organizaciones no gubernamentales, eventos políticos, científicos, etc. (cf. Aceves Rubio).

La relevancia de la Educación Ambiental como campo de conocimiento teórico y práctico es claramente reconocida, en la actualidad, habida cuenta las variables económicas, políticas, sociales y culturales que permiten explicar las diversas situaciones que se manifiestan en el medio, que permiten hablar de “problemática ambiental”, así como de la necesidad de concertar alguna medida para afrontarla. En realidad se espera que la Educación Ambiental sea capaz de suscitar cambios en las mentalidades, actitudes, saberes, comportamientos, etc., que han de tener las personas y sociedades, cada vez más inquietas por la exigencia de conjugar la vida diaria con los gigantes cambios tecnológicos, económicos, culturales, ambientales en los que se expresa la modernidad: con los efectos y consecuencias que están produciendo en las sociedades actuales, desarrolladas y no desarrolladas, y en su ciudadanía. Esta creencia supone una interpretación directa del papel de la Pedagogía Social en la comprensión del medio: ¿qué puede hacer la Educación Social como práctica y como profesión a favor del medio ambiente?

El mismo Libro Blanco para la Educación se hace eco de estos cambios y viene a exponerlos y entre ellos aparece el crecimiento y desarrollo sostenible y protección del medio ambiente, sin olvidarnos de todos los que recoge, entre otros: atención a la diversidad y exclusión; internalización,

globalización

económica

y

socio-económica

y

la

necesidad de respuesta “local” y atención a los servicios a la ciudadanía que ello demanda; el nuevo marco internacional que conlleva el contacto y el intercambio entre colectivos, ciudadanos con identidades diversas. Demanda de una nueva cultura de la interculturalidad, la mediación y la convivencia.

Todo ello se traduce en un nuevo tipo de sociedad, la sociedad del conocimiento. En ella aparecen dos perfiles educativos claves: el aprendizaje dinámico y el de aprendizaje para toda la vida vinculados de manera transversal a la incorporación y uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y a la participación crítica y responsable para reaccionar ante las transformaciones y los desajustes que la nueva situación produce.

Y a partir de aquí expone acciones, planes, programas y proyectos que desde una visión educativa estarían relacionados y unidos a acciones continuas, en donde la implicación del profesional de la educación y de los participantes es absolutamente fundamental:



Programas, acciones, proyectos e iniciativas vinculadas a la vida diaria.



Programas, acciones, proyectos e iniciativas vinculadas a la mejora de la calidad de vida



Programas, acciones, proyectos e iniciativas culturales y de ocio.



Programas, acciones, proyectos e iniciativas vinculadas al medio ambiente.

Educación Social versus Educación Ambiental Es en este campo en donde destaca la importancia del papel de la educación que debe traspasar los ámbitos de la educación reglada, formal, escolar, llegando al marco del desarrollo socioeducativo de personas y colectivos en el contexto de la educación no reglada, no formal. Es aquí en donde aparece la Educación Social, desde la vertiente académica y profesional dando respuesta a las demandas sociales y de ciudadanía y, por supuesto desajustes que vienen a provocar esas transformaciones. En este campo y bajo estos criterios es en donde ponemos en valor la relación, la vinculación entre dos realidades que transcurren, en ocasiones paralelas a lo largo del tiempo y que terminan compartiendo criterios, finalidades, compromisos, etc.

Para llevar a cabo este trabajo, vamos a utilizar una metodología documental que no facilitará, dentro del proceso de Investigación científica, el dominio de las técnicas empleadas para el uso de la Bibliografía. A su vez, nos permitirá ir adquiriendo habilidades para el acceso

a

investigaciones

científicas,

reportadas

en

Fuentes

documentales de forma organizada. Tal y como se hacen eco Meira y Caride (2007), ambas se desarrollan de forma definitiva en el periodo del estado de bienestar, con el fin de dar respuesta a los compromisos que plantean las nuevos desajustes sociales propios de las transformaciones del momento. En un caso, como consecuencia de los desequilibrios emanados, como consecuencia de los excesos industriales y los problemas que plantea el modelo socioeconómico. En el otro, alarmada por las disfunciones sociales que provoca; siendo aquí como hemos visto anteriormente en donde la Educación Social termina haciéndose eco y tratando de dar respuesta. Compartiendo ambas la crisis global y la necesaria seguridad ante la calidad de vida y la incertidumbre que, en cualquier caso, la sociedad actual conlleva. Los iniciales planteamientos educativos surgen en el contexto de formar en valores que faciliten el respeto a la naturaleza en donde las personas realizamos nuestras actuaciones. A este planteamiento en un principio reduccionista (didáctica de la ecología), sucede otro más inter o

multidisciplinar que da más importancia a la naturaleza social y cultural del medio ambiente. Esta perspectiva queda de manifiesto en la figura 1.

Figura 1: Relación entre la Pedagogía Social y la Ecología Fuente: Elaboración propia a partir de Rodríguez (2006)

Vemos como con el devenir, con el proceso ambiental y educativo, en donde se aprecia ue la Ecología y la Educación Social, como praxis de la Pedagogía Social, da lugar a una nueva visión a la que denominamos Educación Ambiental. Dado que nace como un elemento integrador, autoras como Rodríguez (2005) viene a denominar la Educación Socioambiental.

Bien entendido que la Educación Social no es una ciencia ni una disciplina científica, es un hecho, un fenómeno, una acción y por ello puede ser objeto de estudio y análisis, pero no la ciencia misma. No es una materia ni una disciplina académica, la formación debe abordarse de manera interdisciplinar y desde diferentes ámbitos de las ciencias socioeducativas ya existentes. Hay

que

entender

el

medio

ambiente

como

un

conjunto

de

representaciones, dimensiones interrelacionadas y complementarias, que educativamente debe concebirse como un proyecto social y comunitario. En donde se desarrollen las actividades educativas; al tiempo que, con el compromiso que debe ser el eje que guie las mismas, se debe fomentar la participación, el desarrollo comunitario, etc. (Sauvé, 2006). Con ello se busca asegurar los medios que permitan llevar una vida comunitaria correcta y adecuada, en donde la educación, incluida la ambiental no debe ser entendida como resolución de problemas o modificación de conducta cívicas.

Figura 2. Tipologías de representaciones del Medio Ambiente. Fuente: Sauvé, 2006: 222.

La Educación Social y la Educación Ambiental aparecen como intervención socioeducativa y ambiental, como praxis, con finalidades idénticas a niveles teóricos, objetivos, metodología y en muchas ocasiones

contenidos

compartidos.

Lejos

de

mantener

líneas

separadoras, aparecen interacciones e interdisciplinaridad que va a enriquecer y favorecer la comprensión de la crisis ambiental, de carácter social, que es el origen de los desequilibrios ambientales que faciliten la toma de decisiones superadoras de los mismos (Caride y Meira, 2001). Esta forma de entender la Educación Ambiental, dentro del contexto de la Educación Social, tiene la ventaja de entenderse, al tiempo que facilita respuestas a las necesidades de sostenibilidad.

Todo ello, dentro del bienestar general en un medioambiente equilibrado que viene a facilitar el desarrollo y el progreso de la vida (Rodríguez, 2005). Analizar las distintas perspectivas de la Educación Ambiental en el ámbito de la Educación Social consiste en reflexionar sobre cómo el entorno influye en los procesos de acceso individual a la cultura y también de cómo los individuos, dentro de una sociedad, influyen en el Medio en que se desenvuelven al mismo tiempo que están influidos por éste.

Es

decir,

supone

tener

en

cuenta

las

complejas

interacciones Individuo-Medio.

En sociedades como la nuestra, el Medio Ambiente no es sólo lo que de natural hay en el entorno de los individuos, sino que también es el resultado de las acciones de estos individuos en dicho medio natural, y esto es algo a tener muy en cuenta a la horade elaborar el marco conceptual de la Educación Ambiental. Por ello, no podemos olvidar que cuando se habla de EA no estamos abordando sólo un aspecto del entorno (medio natural) en el que los individuos se educan. Este planteamiento, demasiado frecuente, empobrece el análisis y restringe en demasía la visión completa de la realidad socioeducativa.

A tenor de lo expuesto y, teniendo en cuenta la implementación del “sentido social” de la Educación Ambiental, las recomendaciones del Libro Blanco giran en torno a dos factores claves para introducir los aspectos medioambientales en el ámbito de la Educación Social: la interrelación entre la participación social y el desarrollo sostenible. Merece la pena citar esas recomendaciones en su totalidad, porque recogen, con exhaustividad, ese giro tan necesario para renovar una acción educativa, en general poco rigurosa, que se ha recluido en la actividad extraescolar de la enseñanza reglada y en la animación sociocultural de la infancia (Calvo Sastre, 199), o se ha diluido en el mercado del ocio y en la oferta sensibilizadora de los medios de comunicación; y tan necesario, al mismo tiempo, para reconvertirle en un destino propicio para la intervención socioeducativa en espacios comunitarios, en directa conexión con la cuestión de desarrollo. Estas recomendaciones sobre la “nueva” Educación Ambiental, son entre otras (Faraco, 2001): 

Mayor atención a los programas educativos a los factores sociales.



Incidencia en el cambio de valores y de comportamientos.



Progresiva extensión de la Educación Ambiental al conjunto de la comunidad.



Integración de la Educación Ambiental en todos los niveles de la política ambiental y en los programas de desarrollo.



Fomento

de

ambientales.

la

participación

ciudadana

en

las

iniciativas

CONCLUSION

Durante la infancia, todo lo que se percibe en el hogar, quedará profundamente marcado en la vidas de nuestros niños, por ello la influencia de los padres durará toda la vida. Por este motivo, los padres deben de ser muy cuidadosos con los actos, con las conducta, con las muestras de afecto y cariño, con la disciplina y es deber proporcionarles un clima de comprensión, de afectividad, de respeto, de tolerancia, de humanidad donde cada miembro de la familia pueda expresarse sin miedo y donde el niño pueda sentir que su hogar es un refugio donde se le puedan inculcar valores como la alegría de vivir o la importancia de la amistad.

La idea es que el niño sienta que su familia es unida, es feliz sin importar la posición económica, sembrándoles los valores que en realidad no se compran, se viven y se otorgan como el regalo más preciado que podemos dar.

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22. Declaración en 2010 sobre la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible 23. Incluidos los precursores del Club de Roma, Rene Dumont, el sociólogo Jacques Ellul, Iván Illich Nicholas Georgescu-Roegen, así como el economista Serge Latouche y la física y filósofa Vandana Shiva 24. Informe Planeta Vivo 2004 WWF/Adena 25. The global 2000 report to the President of the U.S., entering the 21st century ISBN 0-08-024616-8. ISBN 0-08-024617-6 26. Instituto de Recursos Mundiales 27. Cumbre de la Tierra+5 28. Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo ONU (1992) 29. Quinto programa comunitario de actuación en materia de medio ambiente: hacia un desarrollo sostenible 30. La Declaración de Hannover de los líderes municipales en el umbral del siglo XXIAgenda21.

ANEXOS