La Paradoja de La Sabiduria Goldberg Elkhonon

r I La paradoja de la sabiduría Cómo la mente puede mejorar con la edad Elkhonon Goldberg Traducción castellana de l

Views 27 Downloads 0 File size 13MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

r

I

La paradoja de la sabiduría Cómo la mente puede mejorar con la edad

Elkhonon Goldberg Traducción castellana de loan LluÍs Riera

CRÍTICA Barcelona

A mis compañeros baby boomers, la generación de los testarudos

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Diseño de la cubierta: Joan Batallé Ilustración de la cubierta: © Getty Images Realización: Átona, SL © 2005, by Elkhonon Goldberg © 2006 de la traducción castellana para España y América: CRÍTICA, S. L., Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona e-mail: [email protected] http://www.ed-critica.es ISBN: 84-8432-693-4 Depósito legal: M. 5.935-2006 Impreso en España 2006. - BROSMAC, Polígono Industrial!, Calle C, Móstoles (Madrid)

«La sabiduría comienza en la sorpresa.» SÓCRATES

• Introducción

Cavilaciones de un neurocientífico de la generación de los baby boomers l igual que las infelices familias que dibuja Tolstoi en Ana Karenina, las crisis de la mediana edad adoptan formas muy diversas. Supe que la mía se estaba instalando en mi vida cuando mediada mi sexta década comencé a buscar una experiencia catártica. Me embargó una extraña sensación de simetría temporal, y por primera vez en mi vida el pasado me parecía tan importante como el futuro. Sentí la necesidad de examinar más a fondo esa sensación, el apremio por evaluar mi vida, por conectar las piezas que las circunstancias habían separado. Por primera vez en veintiséis años visité mi país natal con la intención de buscar a viejos amigos con los que no había mantenido contacto durante media vida. Y escribí un libro, un suerte de memorias intelectuales, para intentar situar mi pasado, mi presente y mi premonición del futuro en el marco de una perspectiva coherente. Por razones más existenciales que inmediatas o prácticas, decidí también evaluar los daños físicos infligidos por el tiempo. Tras muchos años de consciente abandono, me sometí a un examen físico completo. Descubrí con alborozo que según todos los criterios médicos objetivos gozaba de buena salud, que mi edad biológica

A

12

La paradoja de la sabiduría

era menor que mi edad cronológica. Esto me complació, pero tampoco me sorprendió demasiado; me sentía bien y no había notado que mi energía hubiera decaído con la edad. No sin nerviosismo, decidí someterme a una resonancia magnética (RM) del cerebro, una técnica médica de imagen por resonancia magnética que me permitiría visualizar las estructuras del interior de mi envejecido cráneo. No es que pensara que mi mente hubiera empezado a fallarme. Más bien al contrario, tenía buenas razones para creer que mi capacidad cognitiva se mantenía en plena forma: acababa de publicar un libro que había logrado un éxito razonable; pronunciaba conferencias en todo el mundo y todavía lograba desgranar argumentos técnicos complejos frente a audiencias exigentes sin necesidad de notas; dividía mi dedicación profesional entre varias actividades paralelas sin fallar en ninguna; mi vida intelectual era rica y plena; mi consulta privada de neuropsicología iba viento en popa y mi carrera profesional era un éxito. Incluso, en ocasiones, me abandonaba al placer perverso de echar en cara a mis jóvenes ayudantes y estudiantes de doctorado que todavía poseía más energía y concentración mental que ellos. No obstante, era consciente de que acarreaba un bagaje genético. No conocía ningún caso de demencia en las líneas paterna o materna de mi familia, pero mi madre había muerto de una apoplejía, aunque a la envidiable edad de noventa y cinco años, y su hermano menor, en esencia mentalmente sano, había sufrido una dolencia de los vasos sanguíneos cerebrales relativamente grave conocida como demencia multiinfarto. Lo sabía porque yo mismo había diagnosticado su enfermedad tras examinar una RM de su cerebro. Pero debía reconocer que durante muchos años mi vida había seguido unas pautas poco saludables. Nací en Rusia (en la antigua Unión Soviética, para ser preciso) y me trasladé a Estados Unidos con veintisiete años. Aunque había rechazado el sistema político de mi viejo país, todavía me atraían muchos de los aspectos autodestructivos de su estilo de vida. Fumé CQmo un carretero desde la adolescencia hasta los cuarenta y pocos, cuando por fin abandoné el hábito para

Introducción

13

siempre, y durante años he bebido más de lo acostumbrado entre los intelectuales judíos de mediana edad de este lado del Atlántico. Así que a mi cuerpo no le faltaban neurotoxinas por las que dar cuenta. Como neurocientífico cognitivo, estoy acostumbrado a ver el cerebro de forma desapasionada y abstracta en el laboratorio. Como neuropsicólogo clínico, estoy dotado de una fina percepción de las más pequeñas manifestaciones de disfunciones y daños del cerebro; al menos del cerebro de los otros. Lo malo de hacerme una RM era que sería dolorosamente consciente de cualquier consecuencia que pudiera derivarse del estado de mi cerebro, así que la idea de obtener ese conocimiento no dejaba de asustarme. Esta paradoja no se daba sólo en mí. En conversaciones ocasionales con varios amigos --entre ellos neurocientíficos, neurólogos y psiquiatras de fama mundial-, todos me han confesado que su curiosidad por la condición de su propio cuerpo se acababa a la altura del cuello. Lo que pudiera encontrarse en su cabeza simplemente preferían no saberlo. Este agnóstico descargo de responsabilidad venía invariablemente acompañado de una risita neurótica, y comprendo bien por qué. Para mí, sin embargo, la incertidumbre es siempre una fuente de ansiedad, mientras que la claridad, sea cual sea su contenido, ha tenido siempre en mí un efecto movilizador. Entre el surtido de motes de inspiración zoológica, no siempre halagadores, que utilizan mis amigos y mis enemigos para compendiar los rasgos principales de mi personalidad, avestruz no ha aparecido nunca. Siempre me he enorgullecido de ser razonablemente valiente y resuelto, así que había llegado el momento de introducir mi cabeza en la bobina magnética del escáner cerebral. Mi amigo neurocirujano Jim Hughes, a quien pedí que me enviara a un centro especializado en imagen médica, al principio se mofó de mi idea e intentó convencerme de que desistiera. «¿ y si encontramos un tumor benigno?», Jim no dejaba de insistir. «¡El tormento te arruinaría la vida!» Me expuso el caso de Harvey Cushing, uno de los padres de la neurocirugía estadounidense, que tenía un tumor cerebral benigno.

14

La paradoja de la sabiduría

Respondí con petulancia que sin duda tenía suficiente carácter y fortaleza interior como para enfrentarme con entereza al hallazgo, y que, en cualquier caso, el conocimiento era mejor que la ignorancia. «En ese caso, será mi vida la que acabe arruinada por el tormento si encontramos algo malo en tu cerebro», respondió Jim, exasperado. Tras una breve discusión, acordamos que el tormento de Jim era un precio razonable que pagar a cambio de satisfacer mi curiosidad morbosa, y Jim se prestó a ayudarme. Como neuropsicólogo clínico y neurocientífico cognitivo he dedicado los últimos treinta y siete años de mi vida a estudiar los efectos de las diversos tipos de lesión cerebral sobre la mente humana, y he visto y analizado cientos de imágenes de TAC y RM. Pero ahora estaba a punto de ver por primera vez imágenes de mi propio cerebro. Conocía mejor que la mayoría de la gente los efectos devastadores que sobre la mente humana, y sobre el espíritu, tienen los daños cerebrales, incluso si son leves. Pero en último término, creía en todas y cada una de las palabras que había pronunciado ante Jim: creía ser capaz de enfrentarme a cualquier noticia, aunque fuese mala, y creía que el conocimiento era preferible a la ignorancia en cualquier circunstancia. Y así fue como un día soleado de abril entré en las oficinas del centro de resonancia magnética Columbus Circle de Manhattan. El informe y las imágenes (que por lo general no se entregan a los pacientes pero que a mí me enviaron como cortesía profesional) llegaron a los pocos días. Lo que vi no tenía un aspecto terrible, pero tampoco me complació especialmente. Mis surcos corticales (los pliegues de la superficie del cerebro que le confieren el aspecto de nuez) y los ventrículos (los espacios del interior del cerebro que contienen el líquido cefalorraquídeo que baña el cerebro) eran, ajuicio del radiólogo, «de tamaño normal». En mi propia opinión, los surcos sin duda lo eran, pero los ventrículos me parecieron grandes incluso teniendo en cuenta las dilataciones normales que se producen con la edad. Esto sugería cierto grado de atrofia cerebral. El informe también hacía notar la presencia de dos diminutas

Introducción

15

manchas de mayor intensidad de la señal en la materia blanca (largas vías nerviosas que conectan partes distantes del cerebro y que se encuentran envueltas en una sustancia blanca lipídica llamada mielina) del hemisferio izquierdo de mi cerebro. Yo también podía apreciarlas. El significado de este tipo de manchas es incierto. En mi caso, lo más probable es que reflejaran cambios isquémicos, la muerte de regiones de tejido cerebral por culpa de un suministro deficiente de oxígeno. También podían indicar la pérdida de mielina en ciertas áreas, aunque esta explicación era menos probable. De acuerdo con mi propia definición del término, sufría daños cerebrales leves. Pero no todo eran malas noticias. En las arterias carótidas internas y en las basilares se detectaban «vacíos de flujo normales», y las imágenes de difusión no presentaban nada fuera de lo corriente. Esto significaba que mis principales arterias estaban limpias como una patena, no ocluidas u obstruidas por restos de grasa, y que mis vasos sanguíneos eran fuertes. Esto era coherente con el resultado normal de una prueba de ultrasonidos doppler de las arterias carótidas que me habían realizado como parte del examen físico al que me había sometido unos pocos meses antes. Todo esto, junto con una presión sanguínea un tanto elevada, pero por lo general normal, significaba que la posibilidad de sufrir un ataque de apoplejía o una rotura de aneurisma graves, repentinos y catastróficos era afortunadamente remota. Los hipocampos (unas estructuras cerebrales con forma de caballito de mar que son importantes para la memoria) mostraban un tamaño normal, lo que sin duda era una buena noticia, ya que la atrofia de hipocampo es un precursor común de la enfermedad de Alzheimer. Para poner fin a mis aprensiones le hice una visita a unos de los mejores neurólogos de Nueva York, el Dr. John Caronna del célebre New York Presbyterian Hospital (el mismo lugar en el que muchos años antes, prácticamente al salir del barco de inmigrantes, había ocupado mi primera plaza académica en Estados Unidos). El Dr. Caronna, un hombre genial y afable, me examinó con sumo cuidado, estudió las imágenes radiológicas y se las mostró a un col e-

16

La paradoja de la sabiduría

ga, el jefe de neurorradiología de la Escuela Médica Weil de la Universidad de Comell. Ambos llegaron a la conclusión de que todo era normal para mi edad, incluidas las dos áreas «punteadas» (minúsculas) de isquemia. «Es simplemente un cerebro bien usado, eso es todo», concluyó el Dr. Caronna con su característico y amable sentido del humor. Pero habiendo examinado cientos de imágenes del cerebro en mi carrera, todavía tenía la impresión de que mis ventrículos eran más grandes que los de muchas personas de mi edad, y de que las minúsculas lesiones isquémicas que aparecían en mi resonancia no eran una consecuencia sine qua non del envejecimiento. Para resolver esta cuestión, le mostré las imágenes a un viejo amigo, el Dr. Sanford Antin. Sandy es uno de los neurorradiólogos más experimentados de Nueva York, y había colaborado con él en el pasado en algunos de los proyectos más formativos de mi carrera científica. Sandy examinó las imágenes de RM e inmediatamente descartó una de las lesiones punteadas como un artefacto, explicándome con confianza y detenimiento de qué modo se producían tales artefactos. Luego declaró que la otra lesión punteada era «insignificante», juzgó los surcos y las circunvoluciones (las pequeñas eminencias entre los surcos) >, Artículo presentado en la 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Figura 13: Adaptada de Brodmann, K., Vergleichende Lokalisations-

Fuentes y lecturas complementarias

347

lehre der Grosshinrinde in ihren Prinzipien dargestellt aufGrund des Zellenbaues, Barth, Leipzig, 1909. Modificación de Creación de Adán: Go1dberg, E., The Executive Brain: Frontal Lobes and the Civilized Mind, Oxford Vniversity Press, Oxford, Nueva York, 2001; rústica 2002. [Hay trad. cast.: El cerebro ejecutivo: lóbulos frontales y mente civilizada, Crítica, Barcelona, 2004.] Lobulos frontales y empatía: Singer, T., Seymour, B., O'Doherty, J., Kaube, H., Dolan, R J. Y Frith, C. D., «Empathy for pain involves the affective but not sensory components of pain», Science, 303(5661) (2004), pp. 1.157-1.162. Lóbulos frontales y teoría de la mente: Fletcher, P. c., Happe, F, Frith, V., Baker, S. c., Dolan, R J., Frackowiak, R S., et al., «Other minds in the brain: a functional imaging study of "theory of mind" in story comprehension», Cognition, 57(2) (1995), pp. 109-128.; Stone, V. E., Baron-Cohen, S. y Knight, R. T., «Frontallobe contributions to theory of mind», J Cogn Neurosci, 10(5) (1998), pp. 640-656. Incapacidad de introspección tras una lesión frontal: Goldberg, E., The Executive Brain: Frontal Lobes and the Civilized Mind, Oxford Vniversity Press, Oxford, Nueva York, 2001; rústica 2002. [Hay trad. cast.: El cerebro ejecutivo: lóbulos frontales y mente civilizada, Crítica, Barcelona, 2004.] Criminalidad, personalidad social y agresividad impulsiva vinculados a un trastorno prefrontal: Raine, A., Buchsbaum, M. y LaCasse, L., «Brain abnormalities in murderers indicated by positron emission tomography», Biol Psychiatry, 42(6) (1997), pp. 495-508; Raine, A., Lencz, T., Bihrle, S., LaCasse, L. y Colletti, P.,«Reduced prefrontal gray matter volume and reduced autonomic activity in antisocial personality disorder», Arch Gen Psychiatry, 57(2) (2000), pp. 119-127; discusión en pp. 128-119. Aprendizaje causal y lóbulos frontales: Tumer, D. c., Aitken, M. R, Shanks, D. R, Sahakian, B. J., Robbins, T. W., Schwarzbauer, c., et al., «The role of the lateral frontal cortex in causal associative leaming: exploring preventative and super-Ieaming», Cereb Cortex, 14(8) (2004), pp. 872-880.

348

La paradoja de la sabiduría

Estructuras «si. .. entonces ... » en el lenguaje complejo: Fitch, W T. y Hauser, M. D., «Computational constraints on syntactic processing in a nonhuman primate», Science, 303 (2004), pp. 377-380. Experiencia del arrepentimiento: Camille, N., Coricelli, G., Sallet, J., Pradat-Diehl, P., Duhamel, J. R Y Sirigu, A, «The involvement ofthe orbitofrontal cortex in the experience ofregret», Science, 304(5674) (2004), pp. 1167-1170. Mielinización de las vías prefrontales: Goldberg, E., The Executive Brain: Frontal Lobes and the Civilized Mind, Oxford University Press, Oxford, Nueva York, 2001; rústica 2002. [Hay trad. cast.: El cerebro ejecutivo: lóbulos frontales y mente civilizada, Crítica, Barcelona, 2004.] Células nerviosas fusiformes: Allman, J. M., Hakeem, A, Erwin, J. M., Nimchinsky, E. y Hof, P., «The anterior cingulate cortex. The evolution of an interface between emotion and cognition», Ann N Y Acad Sci, 935 (2001), pp. 107-117. Inteligencia emocional: Goleman, D., Emotional Intelligence, Bantam Books, Nueva York, 1995. [Hay trad. cast.: Inteligencia emocional, Kairós, Barcelona, 1996.] Memoria de los conceptos de acciones: Fuster, J. M., Cortex and Mind: Unifying Cognition, Oxford University Press, Nueva York, 2003. Ancianos en buena forma mental y lóbulos frontales fisiológicamente activos: Cabeza, R, Anderson, N. D., Locantore, J. K. y McIntosh, A R, «Aging gracefully: compensatory brain activity in high-performing older adults», Neuroimage, 17(3) (2002), pp. 1.394-1.402; Rosen, A C., Prull, M. w., O'Hara, R, Race, E. A, Desmond, J. E., Glover, G. H., et al., «Variable effects of aging on frontallobe contributions to memory», Neuroreport, 73(18) (2002), pp. 2.425-2.428. Talento ejecutivo: Goldberg, E., «Train the Gifted», Harvard Business Review, 31 de enero de 2004. CI tras una lesión en los lóbulos frontales: Goldberg, E., The Executive Brain: Frontal Lobes and the Civilized Mind, Oxford University Press, Oxford, Nueva York, 2001; rústica 2002. [Hay trad. cast.: El cerebro ejecutivo: lóbulos frontales y mente civilizada, Crítica, Barcelona, 2004.]

Fuentes y lecturas complementarias

349

10. NOVEDAD, RUTINA Y LOS DOS LADOS DEL CEREBRO

La «resonancia adaptativa» de Grossberg: Grossberg, S., «Competitive learning: from interactive activation to adaptive resonance», Cognitive Science, 11(1987), pp. 23-63. El cuerpo calloso, las comisuras y la conversación cruzada entre los hemisferios: Kolb, B. y Whishaw, 1. Q., Fundamentals of Human Neuropsychology (4ª ed.), W. H. Freeman, Nueva York, 1996. Afasia y daños en el hemisferio izquierdo o en el derecho: Luria, A. R, Higher Cortical Functions in Man, Basic Books, Nueva York, 1966. [Hay trad. cast.: Las funciones corticales superiores del hombre y sus alteraciones por lesiones locales del cerebro, Fontanella, Barcelona] Afasia y daños en el hemisferio izquierdo o en el derecho en niños: Bates, E., «Plasticity, localization and language development», en The Changing Nervous System: Neurobehavioral Consequences of Early Brain Disorders, eds. S. Broman y J. Fletcher, Oxford University Press, Nueva York, 1999, pp. 214-253. Estimulación eléctrica del lóbulo temporal izquierdo y experiencias alucinatorias verbales: Ojemann, G. A, «Brain organization for language from the perspective of electrical stimulation mapping», Behavioral and Brain Sciences, 6 (1983), pp. 189-230. Alucinaciones auditivas en la esquizofrenia: Nasrallah, H. S. (ed.), Handbook of Schizophrenia, EIsevier, Amsterdam, 1991. Lateralidad zurda «patológica»: Orsini, D. L. y Satz, P., «A syndrome of pathologicalleft-handedness. Correlates of early left hemisphere injury», Arch Neural, 43(4), (1986), pp. 333-337. Hiperfasia y síndrome de Williams, comunicación personal del Dr. Oliver Sacks a E. Goldberg. Daños en el hemisferio derecho, prosopagnosia y amusia: Luria, A R, Higher Cortical Functions in Man, Basic Books, Nueva York, 1966. [Hay trad. cast.: Las funciones corticales superiores del hombre y sus alteraciones por lesiones locales del cerebro, Fontanella, Barcelona.] Plano temporal y opérculo frontal mayores en el hemisferio izquierdo: Geschwind, N. y Levitsky W., «Human brain: left-right

350

La paradoja de la sabiduría

asymmetries in temporal speech region», Science, 161 (837) (1968), pp. 186-187. Grandes simios y «estructuras del lenguaje» del cerebro: LeMay, M. y Geschwind, N., «Hemispheric differences in the brains of great apes», Brain Behav Evol, 11(1)(1975), pp. 48-52; Cannon, P. J., Holloway R L., Broadfield, D. c., y Braun, A. R, «Asymmetry of chimpanzee planum temporale: humanlike pattem of Wemicke's brain language area homolog», Science, 279(5348) (1998), pp. 220-222. Australopitecos y asimetría del cerebro: LeMay, M., «Morphological cerebral asymmetries of modem man, fossil man, and nonhuman primate», Ann NY Acad Sci, 280 (1976), pp. 349-366. Torsión yacokvlevia: Geschwind, N. y Galaburda, A M., «Cerebral lateralization. Biological mechanisms, associations, and pathology», Arch Neural, 42(5) (1985), pp. 422-459. Diferencias en el tamaño del plano temporal y el opérculo central: Geschwind, N. y Levitsky, W., «Human brain: left-right asymmetries in temporal speech region», Science, 161(837) (1968), pp. 186-187. Asimetría del cerebro y grosor de la corteza: Galaburda, A. M., LeMay, M., Kemper, T. L. Y Geschwind, N., «Right-Ieft asymmetries in the brain», Science, 199(4331) (1978), pp. 852-856; Diamond, M. c., Dowling, G. A Y Johnson, RE., «Morphologic cerebral cortical asymmetry in male and female rats», Exp Neural, 71(2) (1981), pp. 261-268; Diamond, M. c., «Rat forebrain morphology: Right-Ieft; male-female; young-old; enriched-impoverished», en Cerebrallaterality in nonhuman species, S. D. Click (ed.), Academic Press, Nueva York, 1985. Asimetría del cerebro y células fusiformes: Blakeslee, S., «Humanity? Maybe It's in the Wiring», The New York Times, 9 de diciembre de 2003, pp. Fl, 6. Asimetría del cerebro y vías de neurotransmisores: Click, S. D., Ross, D. A Y Hough, L. B., «Lateral asymmetry of neurotransmitters in human brain», Brain Res, 234(1) (1982), pp. 53-63; Sholl, S. A y Kim, K. L., «Androgen receptors are differentially distributed between right and left cerebral hemispheres of the fetal male rhesus monkey», Brain Res, 516(1) (1990), pp. 122-126; Ebstein, R. P., Novick, O., Umansky, R,

Fuentes y lecturas complementarias

351

Priel, B., Osher, Y, Blaine, D., et al., «Dopamine D4 receptor (D4DR) exon III polymorphism associated with the human personality trait of novelty seeking», Nat Genet, 12(1) (1996), pp. 78-80. Asimetrías izquierda/derecha en los hipocampos y receptores NMDA: Kawakami, R., Shinohara, Y, Kato, Y, Sugiyama, H., Shigemoto, R. y Ito, l., «Asymmetrical allocation of NMDA receptor epsilon2 subunits in hippocampal circuitry», Science, 300(5621) (2003), pp. 990-994. Asimetrías en el cerebro de la mosca del vinagre: Isabel, G., Pascual, A y Preat, T., «Exclusive consolidated memory phases in drosophila», Science, 304(5673) (2004), pp. 1.024-l.027. El hemisferio izquierdo como repositorio de conocimiento condensado: Goldberg, E. y Costa, L. D., «Hemisphere differences in the acquisition and use of descriptive systems», Brain Lang, 14(1) (1981), pp. 144-173. Especialización hemisférica en personas zurdas: Rasmussen, T. y Milner, B., «The role of early left-brain injury in determining lateralization of cerebral speech functions», Ann NY Acad Sci, 299 (1977), pp. 355-369.

11. LA DUALIDAD DEL CEREBRO EN ACCIÓN

Teoría de la novedad-rutina: Goldberg, E. y Costa, L. D., «Hemispheric differences in the acquisition and use of descriptive systems», BrainLang, 14(1) (1981), pp. 144-173. Hemisferios cerebrales y tareas verbales familiares o «retorcidas»: [bid. Hemisferios cerebrales y tareas visu~les familiares o no familiares: Marzi, C. A y Berlucchi, G., «Right visual field superiority for accuracy of recognition of famous faces in normals», Neuropsychologia, 15(6) (1977), pp. 751-756. Neuroimagen funcional y transferencia de derecha a izquierda en el «centro de gravedad cognitivo»: Haier, R. J., Siegel, B. V. Jr., MacLachlan, A, Soderling, E., Lottenberg, S. y Buchsbaum, M. S., «Re-

352

La paradoja de la sabiduría

gional glucose metabolic changes after leaming a complex visuospatial/motor task: a positron emission tomographic study», Brain Res, 570(1-2) (1992), pp. 134-143; Raichle, M. E., Fiez, J. A,Videen, T. O., MacLeod, A M., Pardo, J. V, Fox, P. T., et al., «Practice-related changes in human brain functional anatomy during nonmotor leaming», Cereb Cortex, 4(1) (1994), pp. 8-26; Gold, J. M., Berman, K. F., Randolph, c., Goldberg, T. E. Y Weinberger, D., «PET validation of a novel prefrontal task: Delayed response alteration», Neuropsychology, 10 (1996), pp. 310; Tulving, E., Markowitsch, H. J., Craik, F. R, Habib, R y Houle, S., «Novelty and familiarity activations in PET studies of memory encoding and retrieval», Cereb Cortex, 6(1) (1996), pp. 71-79; Bems, G. S., Cohen, J. D. YMintun, M. A, «Brain regions responsive to novelty in the absence of awareness», Science, 276(5316) (1997), pp. 1.272-1.275; Martin, A, Wiggs, C. L. y Weisberg J., «Modulation of human medial temporallobe activity by form, meaning, and experience», Hippocampus, 7(6) (1997), pp. 587-593; Shadmehr, R y Hoicomb, H. H., «Neural correlates of motor memory consolidation», Science, 277(5327) (1997), pp. 821-825; Henson, R, Shallice, T. y Dolan, R., «Neuroimaging evidence for dissociable forms of repetition priming», Science, 257(5456) (2000), pp. 1.269-1.272. Hemisferios cerebrales y EEG de frecuencias gamma: Kamiya, Y., Aihara, M., Osada, M., Ono, C., Hatakeyama, K., Kanemura, H., et al., «Electrophysiological study of lateralization in the frontallobes», Japanese Journal ofCognitive Neuroscience, 3(1) (2002), pp. 88-191. Figura 14: ¡bid. Hemisferios cerebrales y músicos expertos o novatos: Bever, T. G. Y Chiarello, R J., «Cerebral dominance in musicians and non musicians», Science, 185(150) (1974), pp. 537-539. Papel del hemisferio derecho en la adquisición del lenguaje en los niños: Para una revisión detallada, véase: Goldberg, R y Costa, L. D., «Hemispheric differences in the acquisition and use of descriptive systems», Brain Lang, 14(1) (1981), pp. 144-173; Bates, E., «Plasticity, Localization and Language Development», en The Changing Nervous System: Neurobehavioral Consequences of Early Brain Disorders, S. Broman y J. Fletcher (eds.), Oxford University Press,

Fuentes y lecturas complementarias

353

Nueva York, 1999, pp. 214-253; Bates, E. y Roe, K., «Language Development in Children with Unilateral Brain Injury», en Handbook of Developmental Cognitive Neuroscience, C. A. Nelson y M. Luciana (eds.), The MIT Press, Cambridge, Mass., 2001. Lesiones en el hemisferio derecho y lenguaje en adultos: Basser, L. S., «Hemiplegia of early onset and the faculty of speech with special reference to the effects of hemispherectomy», Brain, 85 (1962), pp. 427 -460; Dennis, M. y Whitaker, H. A., «Language acquisition following hemidecortication: Iinguistic superiority of the left over the right hemisphere», Brain Lang, 3(3) (1976), pp. 404-433; Bates, E., «Plasticity, Localization and Language Development», en The Changing Nervous System: Neurobehavioral Consequences of Early Brain Disorders, eds. S. Broman y J. Fletcher, Oxford University Press, Nueva York, 1999, pp. 214-253. Papel del hemisferio derecho en el lenguaje y la edad: ¡bid. Resolución de tipo ieureka! de rompecabezas verbales: JungBeeman, M., Bowden, E. M., Haberman, J., Frymiare, J. L., ArambelLiu, S., Greenblatt, R., et al., «Neural activity when people solve verbal problems with insight», PLoS Biol, 2(4) (2004), p. E97. Dinámica cerebral de un segundo idioma: Kim, K. H., Relkin, N. R., Lee, K. M. YHirsch, J., «Distinct cortical areas associated with native and second languages», Nature, 388(6638) (1997), pp. 171-174; Lee, S., Yeon, E., Lee, D. y Jung, K., «Cortical Representations in Korean-English Bilinguals», 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping Conference, Nueva York, 2003; Mechelli, A., Noppeney, U, O'Doherty, J., Ashbumer, J., y Price, c., «A Voxel-Based Morphometry Study of Monolinguals, Early Bilinguals and Late Bilinguals», 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping Conference, Nueva York, 2003; Meyer, M., Goddard, G., Simonotto, E., McNamara, A., Azuma, R, Flett, S., et al., «Differential Brain Responses to Ll and L2 in Near-Native L2 Speakers», 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping Conference, Nueva York, 2003. Apoplejía en el hemisferio derecho en una persona bilingüe: Barbara Kapetanakes, comunicación personal a E. Goldberg.

354

La paradoja de la sabiduría

Agnosia asociativa y daños en el hemisferio izquierdo: Goldberg, E., «Associative agnosias and the functions of the left hemisphere», J Clin Exp Neuropsychol, 12(4) (1990), pp. 467-484.

Apraxia ideacional y daños en el hemisferio izquierdo: ¡bid. Contribución de Byron Rourke la comprensión de los trastornos del hemisferio derecho: Rourke, B. P., Nonverbal Learning Disabilitíes: The Syndrome and the Model, The Guilford Press, Nueva York, 1989. Cambio de derecha a izquierda en el «centro de gravedad cognitivo» durante la vida: Cabeza, R., Grady, C. L., Nyberg, L., McIntosh, A. R., Tulving, E. Kapur, S., el al., «Age-related differences in neural activity during memory encoding and retrieval: a positron emission tomography study», J Neurosci, 17(1) (1997), pp. 391-400; Madden, D. J., Turkington,T. G., Provenzale, J. M., Denny, L. L., Hawk, T. C., Gottlob, L. R., et al., «Adult age differences in the functional neuroanatomy of verbal recognition memory», Hum Brain Map, 7(2) (1999), pp. 115-135; Aihara, M., Aoyagi, K., Goldberg, E. y Nakazawa, S., «Age shifts frontal cortical control in a cognitive bias task from right to left: part 1. Neuropsychological study», Brain Development, 25 (2003), pp. 555-559; Brown, T. T., Lugar, H. M., Coalson, R. S., Miezin, F. M., Petersen, S. E. y Schlaggar, B. L., «Developmental changes in human cerebral functional organization for word generation», Cerebral Cortex, bhh129 (2004) (versión electrónica).

Fuentes y lecturas complementarias

355

bases of strategy and skill in sentence-picture verification», Cognit Psychol, 40(4) (2000), pp. 261-295. Experimento de Carlsson sobre creatividad alta y baja: Carlsson, l., Wendt, P. E. YRisberg, J., «On the neurobiology of creativity. Differences in frontal activity between high and low creative subjects», Neuropsychologia, 38(6) (2000), pp. 873-885. Mayor actividad frontal derecha en personas creativas: Martindale, C. y Hines, D., «Creativity and cortical activation during creative, intellectual and EEG feedback tasks», Biol Psychol, 3(2) (1975), pp. 91100; Carlsson, l., Wendt, P. E. Y Risberg, J., «On the neurobiology of creativity. Differences in frontal activity between high and low creative subjects», Neuropsychologia, 38(6) (2000), pp. 873-885.

12. MAGALLANES CON PROZAC

Brown, J. W. y Jaffe, J., «Hypothesis on cerebral dominance», Neuropsychologia, 0(1) (1975), pp. 107-110.

Daños en el hemisferio izquierdo y depresión: Gainotti, G., «Emotional behavior and hemispheric side of the lesion», Cortex, 8(1) (1972), pp. 41-55; Narushima, K., Rosier, J. T. Y Robinson, R. G., «A reappraisal of poststroke depression, intra- and inter-hemispheric lesion 10cation using meta-analysis», J Neuropsychiatry Clin Neurosci, 15(4) (2003), pp. 422-430. Daños en el hemisferio derecho y manía o belle indifference: Goldstein, K., The Organism, American Books, Nueva York, 1939; Gainotti, G., «Emotional behavior and hemispheric side of the lesion», Cortex, 8(1) (1972), pp. 41-55. Daños en el hemisferio derecho y «anosognosia»: Heilman, K. y Valenstein, E. (eds.), Clínical Neuropsychology, Oxford University Press, Nueva York, 1993.

Neuroimagen funcional, lóbulos frontales y familiaridad con tareas: Jahanshahi, M., Dimberger, G., Fuller, R. y Frith, C. D., «The role

Heminegligencia izquierda: ¡bid. Fenómeno de la «mano ajena»: Goldberg, G. y Bloom, K. K. ,

of the dorso-lateral prefrontaI cortex in random number generation: a study with positron emission tomography», Neuroimage, 12(6) (2000), pp. 713-725; Reichle, E. D., Carpenter, P. A. Y Just, M. A., «The neural

«The alien hand sign. Localization, lateralization and recovery», Am J Phys Med Rehabil, 69(5) (1990), pp. 228-238. Daños en el lóbulo frontal izquierdo y depresión: Robinson, R.

Activación prefrontal izquierda en adultos de edad avanzada: Cabeza, R., Anderson, N. D., Locantore, J. K. Y McIntosh, A. R., «Aging gracefully: compensatory brain activity in high-performing older adults», Neuroimage, 17(3) (2002), pp. 1394-1402.

Jason Brown y Joseph Jafte sobre la dominancia cerebral:

356

La paradoja de la sabiduría

G., Kubos, K. L., Starr, L. B., Rao, K. y Price, T. R., «Mood disorders in stroke patients. Importance of location of lesion», Brain 107 (Pt 1) (1984), pp. 81-93; Davidson, R., «Cerebral Assymetry, Emotion, and Affective Style», en Assymetry, eds. R. Davidson y K. Hugdahl, The MIT Press, Cambridge, Mass., 1995, pp. 361-388. Lesión frontal derecha y manía o euforia: Starkstein, S. E., Boston, J. D., YRobinson, R. G., «Mechanisms of mania after brain injury. 12 case reports and review of the literature», J Nerv Ment Dis, 176(2) (1988), pp. 87-100. Llanto patológico y risa patológica: Tucker, D. M., Stenslie, C. E., Roth, R. S. y Shearer, S.L., «Right frontal lobe activation and right hemisphere performance. Decrement during a depressed mood», Arch Gen Psychiatry, 38(2) (1981), pp. 169-174; Sackeim, H. A., Greenberg, M. S., Weiman, A. L., Gur, R. c., Hungerbuhler, J. P. Y Geschwind, N., «Hemispheric asymmetry in the expression of positive and negative emotions. Neurologic evidence», Arch Neural, 39(4) (1982), pp. 210-218. Investigaciones de Richard Davidson: Davidson, R., «Cerebral Assymetry, Emotion, and Affective Style», en Brain Assymetry, R. Davidson y K. Hugdahl (eds.), The MIT Press, Cambridge, Mass, 1995, pp. 361-388. Expresión frente reconocimiento de emociones: Ibid. Imágenes desagradables o tristes y activación del hemisferio derecho: Tomarken, A. J., Davidson, R. J., Wheeler, R. E., Y Doss, R. C., «Individual differences in anterior brain asymmetry and fundamental dimensions of emotion», J Pers Soc Psychol, 62(4) (1992), pp. 676-687. Pérdida de memoria y activación del hemisferio derecho: Davidson, R., «Cerebral Asymmetry, Emotion, and Affective Style», en Brain Asymmetry, R. Davidson y K. Hugdahl (eds.), The MIT Press, Cambridge, Mass, 1995, pp. 361-388. Meditación y activación prefrontal izquierda: Kalb, C., «Faith and Healing», Newsweek, CXLII, 44-56, 10 de noviembre de 2003. Estilos emocionales y activación hemisférica: Davidson, R., «Cerebral Asymmetry, Emotion, and Affective Style», en Asymmetry R. Davidson y K. Hugdahl, The MIT Press, Cambridge, Mass., 1995, pp. 361-388. Tristeza y depresión cuando la activación frontal izquierda está

Fuentes y lecturas complementarias

357

alterada: Henriques, J. B. Y Davidson, R. J., «Left frontal hypoactivation in depression», J Abnorm Psychol, 100(4) (1991), pp. 535-545. Activación frontal izquierda en la emociones negativas: Wheeler, R. E., Davidson, R. J. Y Tomarken, A. J., «Frontal brain asymmetry and emotional reactivity: a biological substrate of affective style», Psychophysiology, 30(1) (1993), pp. 82-89. Juego de pelota virtual: Eisenberger, N. l., Lieberman, M. D. Y Williams, K.D., «Does rejection hurt? An FMRI study of social exclusion», Science, 302(5643) (2003), pp. 290-292. Activación frontal derecha e izquierda en bebés: Davidson, R. J. YFox, N. A., «Frontal brain asymmetry predicts infants' response to maternal separation.», J Abnorm Psychol, 98(2) (1989), pp. 127-13l. Activación de la amígdala derecha e izquierda: Roeder, c., Mueller, J., Sommer, M., Zanella, E y Linden, D., «Valence But Not Arousal Correlates with Limbic Activity in Emotional Probe Processing in Female Subjects», artículo presentado en Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Amígdala derecha y la apreciación de las expresiones faciales de temor: Thomas, K. M., Drevets, W. c., Whalen, P. J., Eccard, C. H., Dahl, R. E., Ryan, N. D, et al., «Amygdala response to facial expressions in children and adults», Bid Psychiatry, 49(4) (2001), pp. 309-316. Elección en un menú de restaurante: Arana, F. S., Parkinson, J. A., Hinton, E., Holland, A. J., Owen. A. M. YRoberts, A. C., «Dissociable contributions of the human amygdala and orbitofrontal cortex to incentive motivation and goal selection», J Neurosci, 23(29) (2003), pp. 9.632-9.638. Amígdala derecha y trastorno de ansiedad generalizada: De Bellis, M. D., Casey, B. J., Dahl, R. E., Birmaher, B., Williamson, D. E., Thomas, K. M., et al., «A pilot study of amygdala volumes in pediatric generalized anxiety disorder», Biol Psychiatry, 48(1) (2000), pp. 51-57. Amígdala derecha y expresiones faciales de miedo: Anderson, A. K., Spencer, D. D, Fulbright, R. K. Y Phelps, E. A., «Contribution of the anteromedial temporal lobes to the evaluation of facial emotion», Neuropsychology, 14(4) (2000), pp. 526-536. Estructuras cerebrales implicadas en la regulación de las emo-

358

La paradoja de la sabiduría

ciones: Kolb, B. y Whishaw, 1. Q., Fundamentals 01 Human Neuropsychology (4ª ed.), WH Freeman, Nueva York, 1996. Lateralización de neurotransmisores (norepinefrina y dopamina): Click, S. D., Ross, D. A Y Hough, L. B., «Lateral asymmetry ofneurotransmitters in human brain», Brain Res, 234(1) (1982), pp. 53-63. Dopamina y conducta estereotípica: Tucker, D. M., Y Williamson, P. A., «Asymmetric neural control systems in human se1f-regulation», Psychol Rev, 91(2) (1984), pp. 185-215. Dopamina y adicción: Ibid. Norepinefrina y búsqueda de novedades: Ibid. Norepinefrina en la depresión: Delgado, P. L. Y Moreno, F. A., «Role of norepinephrine in depression», J Clin Psychiatry, 61 Suppl 1 (2000), pp. 5-12. Serotonina en la depresión: D'Haenen, H., Bossuyt, A, Mertens, J., Bossuyt-Piron, c., Gijsemans, M. y Kaufman, L., «SPECT imaging of serotonin2 receptors in depression», Psychiatry Res, 45(4) (1992), pp. 227-237. Kay Redfield Jamison sobre la creatividad y la enfermedad psiquiátrica: Jamison, K., Touched with Fire: Manic Depressive Illness and the Artistic Temperament, Free Press Paperbacks, Nueva York, 1994; Jamison, K., An Unquiet Mind: A Memoir 01 Moods and Madness, Vintage Books, Nueva York, 1997. Jablow Hershman y Julian Leib sobre el trastorno maníaco-depresivo y la creatividad: Hershman, D. J. Y Leib, J., The Key to Genius: Manic-Depression and the Creative Lije, Prometheus Books, Amherst, Nueva York, 1988. Depresión de Miguel Ángel: Hershman, D. J. Y Lieb, J., Manic Depression and Creativity, Prometheus Books, Amherst, Nueva York, 1998. Trastorno maníaco-depresivo en Napoleón, Hitler y Stalin: Hershman, D. J. Y Lieb, J., A Brotherhood 01 Tyrants: Manic-Depression y Absolute Power, Prometheus Books, Amherst, Nueva York, 1994. Trastorno maníaco-depresivo en Potemkin: Binyon, T., Pushkin: A Biography, Knopf, Nueva York, 2003. La depresión como factor de riesgo de la demencia: Roberts, G.

Fuentes y lecturas complementarias

359

W, Leigh, P. N. Y Weinberger, D. R, Neuropsychiatric Disorders, Wolfe, Londres, 1993. Lista de Charles Murray de personalidades históricas: Murray, C. A, Human Accomplishment: The Pursuit 01 Excellence in the Arts and Sciences, 800 BC to 1950, HarperCollins, Nueva York, 2003. Connie Strong y Terence Ketter sobre la personalidad creativa: Strong, C. y Ketter, T., Negative Affective Traits and Openness Have Dijlerential Relationships to Creativity. Artículo presentado en el Congreso Anual de la APA (American Psychiatric Association), Filadelfia, Pennsylvania, 2002, 21 de mayo de 2002. Pautas de activación del cerebro en estados maníacos y en estados depresivos: Dr. David Silbersweig, comunicación personal a Elkhonon Goldberg. Perfil de activación cerebral en el trastorno maníaco-depresivo: Baxter, L. R, Jr., Schwartz, 1. M., Phelps, M. E., Mazziotta, J. C., Guze, B. H., Selm, C. E., et al., «Reduction of prefrontal cortex glucose metabolism common to three types of depression», Arch Gen Psychiatry, 46(3) (1989), pp. 243-250; Delvenne, V., Delecluse, E, Hubain, P. P., Schoutens, A, De Maertelaer, V. y Mendlewicz, J., «Regional cerebral blood flow in patients with affective disorders», Br J Psychiatry, 157 (1990), pp. 359-365; Migliorelli, R, Starkstein, S. E., Teson, A, De Quiros, G., Vazquez, S., Leiguarda, R, et al., «SPECT findings in patients with primary mania», J Neuropsychiatry Clin Neurosci, 5(4) (1993), pp. 379-383; Bonne, O., Krausz, Y, Gorfine, M., Karger, H., Gelfin, Y., Shapira, B., et al. , «Cerebral hypoperfusion in medication resistant, depressed patients as ses sed by Tc99m HMPAO SPECT»,J Affect Disord, 41(3) (1996), pp. 163-171. Subtipos de depresión: Diagnostic and Statistical Manual 01 Mental Disorder (4ª ed.), American Psychiatric Association, Washington, Columbia, 2000. [Hay trad. cast.: DSM-IV, manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, Masson, Barcelona, 1996 (CD-ROM).] Cambios en la actividad de la amígdala con la edad: Leigland, L. A, Schulz, L. E. y Janowsky, J. S., «Age related changes in emotional memory», Neurobiol Aging, 25(8) (2004), pp. 1.117-1.124.

360 13.

La paradoja de la sabiduría Los

DÍAS PERROS DEL VERANO

Surcos más someros al envejecer: Rettmann, M., Prince, J. y Resnick, S., Analysis 01 Sulcal Shape Changes Associated with Aging, 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York,2003. La ínsula y el envejecimiento: Grieve, S., Clark, R y Gordon, E., Brain Volume and Regional Tissue Distribution in 193 Normal Subjects Using Structural MR/:The Effect 01 Gender, Handedness and Age, 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Morfometría de vóxeles y envejecimiento: Taki, Y, Goto, R, Evans, A., Sato, K., Kinomura, S., Ono, S., et al., Voxel Based Morphometry 01 Age Related Structural Change olGray Malter lor Each Decade in Normal Male Subjects, 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Reducción del tamaño cerebral con la depresión: Ballmaier, M., Kumar, M., Sowell, E., Thompson, P., Blanton, R, Lavretsky, H., et al., Cortical Abnormalities in Elderly Depressed Patients, 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Edad, sexo, lateralidad y volumen cerebral: Rex, D. y Toga, A., Age, Gender, and Handedness /nfluences on Relative Tissue Volumes in the Human Brain, 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Cambios en el test de CI de la escala WAIS con la edad: Lezak, M, D" Howieson, D. B. Y Loring, D. W., Neuropsychological Assessment (4ª ed.), Oxford University Press, Nueva York, 2004. Técnicamente, lo que disminuye no es el CIV o el CIM per se, sino la puntuación en los tests utilizados para medirlos. Los valores resultantes son luego corregidos por la edad para mantener los cocientes de CI constantes.

Fuentes y lecturas complementarias

361

14. USE EL CEREBRO Y SÁQUELE MÁS PARTIDO

Fernando Nottenbohm sobre la neuroplasticidad: Nottehbom, F., «Assymetries of neural control of vocalization in the canary», en Lateralization in the Nervous System, Harnard, S., Doty, R W., Goldstein, L. y Jaynes, J. (eds.), Academic Press, Nueva York, 1977, pp. 23-44. Proliferación neuronal en monos: Gould, E., Reeves, A. J., Graziano, M. S. y Gross, C. G., «Neurogenesis in the neocortex of adult primates», Science, 286(5439) (1999), pp. 548-552. Proliferación neuronal en los hipocampos: Gould, E. y Gross, C. G., «Neurogenesis in adult mammals: sorne progress and problems», J Neurosci, 22(3) (2002), pp. 619-623. Estructuras cerebrales vulnerables al envejecimiento y la demencia: Raz, N., «Aging of the brain and its impact on cognitive performance: integration of structural and functional findings», en The Handbook 01 Aging and Cognition (2ª ed.), E. Craik y T. Salthouse (eds.), Lawrence Erlbaum Associates, Mahwah, Nueva Jersey, 2000, pp. 1-90. Niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro: Cotman, C. W., y Berchtold, N. C., «Exercise: a behavioral intervention to enhance brain health and plasticity», Trends Neurosci, 25(6) (2002), pp. 295-30l. Una revisión general de la neuroplasticidad: Schwartz, J. y Begley, S., The Mind and the Brain: Neuroplasticity and the Power 01 Mental Force, Regan Books, Nueva York, 2002. Neurogénesis en el hipocampo humano: Eriksson, P. S., Perfilieva, E., Bjork-Eriksson, T., Albom, A. M., Nordborg, c., Peterson, D. A., et al., «Neurogenesis in the adult human hippocampus», Nat Med, 4(11) (1998), pp. l.313-l.317. Neurogénesis en la enfermedad de Alzheimer: Shors, T.J., «Can new neurons replace memories lost?», Science 01 Aging Knowledge Environment, 49 (2003), pp. 35-38. Hipocampos en taxistas: Maguire, E. A., Gadian, D. G., Johnsrude, 1. S., Good, C. D., Ashbumer, J., Frackowiak, R S., et al., «Navigation-related structural change in the hippocampi of taxi drivers», Proc Nad Acad Sci USA, 97(8) (2000), pp. 4.398-4.403.

362

La paradoja de la sabiduría

Inflamación y neurogénesis: Monje, M. L., Toda, H. y Palmer, T. D., «Inflammatory blockade restores adult hippocampal neurogenesis», Science, 302(5651) (2003), pp. 1.760-1.765. Circunvolución angular en personas bilingües: Mechelli, A, Noppeney, u., O'Doherty, T., Ashbumer, J. y Price, c., A Voxel-Based Morphometry Study of Monolinguals, Early Bilinguals and Late Bilinguals, 9ª Reunión Anual de la Organization for Human Brain Mapping, Nueva York, 2003. Luria sobre la circunvolución angular: Luria, A R, Traumatic Aphasia, Mouton, La Haya, 1970. La circunvolución de Heschl en los músicos: Schneider, P., Scherg, M., Dosch, H. G Specht, H. J., Gutschalk, A y Rupp, A., «Morphology of Heschl's gyrus reflects enhanced activation in the auditory cortex of musicians», Nat Neurosci, 5(7) (2002), pp. 688-694. Cambios en el cerebro de artistas malabares: Draganski, B., Gaser, c., Busch, V, Schuierer, G., Bogdahn, U. y May, A, «Neuroplasticity: changes in grey matter induced by training», Nature, 427(6972) (2004), pp. 311-312. Migración celular en roedores y en humanos: Sanai, N., Tramontin, A D., Quinones-Hinojosa, A, Barbaro, N. M., Gupta, N., Kunwar, S., et al. «Unique astrocyte ribbon in adult human brain contains neural stem cells but lacks chain migration», Nature, 427(6976) (2004), 740744. «Inmigración denegada»: Rakic, P., «Neuroscience: immigration denied», Nature, 427(6976) (2004), pp. 685-686. Función respecto a neuropatología: Katzman, R., et al., «Clinical, pathological, and neurochemical changes in dementia; a subgroup with preserved mental status and numerous neocortical plaques», Ann Neural 23 (1988), pp. 53-59. Orden de la Enseñanza de Notre Dame: Snowdon, D., Aging with grace, Bantam Books, Nueva York, 2001. [Hay trad. cast.: 678 monjas y un científico, Planeta, Barcelona, 2002.]

Fuentes y lecturas complementarias

363

15. REFUERZO DE PATRONES

Proyecto MacArthur: Albert, M. S., Jones, K., Savage, C. R, Berkman, L., Seeman, T., Blazer, D., et al., «Predictors of cognitive change in older persons: MacArthur studies of successful aging», Psychol Aging, 10(4) (1995), pp. 578-589; Rowe, J. y Kahn, R (1998). Successful Aging, Random House, Nueva York, 1998. Miller sobre los orígenes evolutivos del arte: Miller, G., The Mating Mind, Anchor Books, Nueva York, 200l. El arte como actividad de «desecho»: ¡bid. 8eth Neimann sobre el efecto Mozart: Comunicación personal a E. Goldberg. Programas de mejora de la memoria: Cavallini, E., Pagnin, Ay Vecchi, T., «Aging and everyday memory: the beneficial effect of memory training», Arch Gerontol Geriatr, 37(3) (2003), pp. 241-257; Ball, K., Berch, D. B., Helmers, K. E, Jobe, J. B., Leveck, M. D., Marsiske, M., et al., «Effects of cognitive training interventions with older adults: a randomized controlled trial»,JAMA, 288(18) (2002), pp. 2.271-2.281; Rapp, S., Brenes, G. y Marsh, A P., «Memory enhancement training for older adults with mild cognitive impairment: a preliminary study», Aging Ment Health, 6(1) (2002), pp. 5-11; Schaie, K. W. y Willis, S. L., «Can decline in adult intellectual functioning be reversed?», Developmental Psychology, 22(2) (1986), p. 223. Método de rehabilitación de Taub: Taub, E., y Morris, D.M., «Constraint-induced movement therapy to enhance recovery after stroke», Curr Atheroscler Rep, 3(4) (2001), pp. 279-286.

EpÍLOGO: EL PRECIO DE LA SABIDURÍA

Poema de Sir Edward Dyer: Sargent, R M., The Lije and lyrics of Sir Edward Dyer (antiguamente titulado At the Court of Queen Elizabeth), Clarendon Press, Oxford, 1968.

• '" Indice alfabético

ablación de hipocampo, 138-139 acalculia, 40 actividad mental y función cerebral, 25, 275-293 véase también mejora cognitiva; paradoja de la sabiduría actividades matinales y actividad del cerebro, 35-41 Adenauer, Konrad, 97 afasia de Broca, 37 afasia de Wernicke, 37 afasias, 37, 39, 43, 212, 213, 250 Aforismos (Hipócrates), 57 agnosia asociativa, 44, 153, 236 agnosia visual de objetos, 37, 38 Altman, Joseph, 276 Alzheimer, enfermedad de actividad mental y funcionamiento cerebral, 277, 278, 281,291,292-293 personajes históricos y envejeCimiento, 71-72, 72-73, 73-74, 76, 77, 79-80, 80-81 Y actividades diarias del cerebro, 31, 38,43,47

y atrofia del hipocampo, 15 y desarrollo cerebral, 61

y memoria genérica, 151-152, 156 Y preocupación de los baby boomers, 18 y recuerdos, 138 ambigüedad cognitiva, 186 amígdala y actividades diarias del cerebro, 39, 49 Y desarrollo del cerebro, 60 y emoción y cognición, 247248,253-254,259,264 Y reconocimiento de patrones, 170,171 amígdala derecha, 39 amnesia y memoria genérica, 144, 146150 Y recuerdos, 127135-140 amnesia retrógrada con encogimiento, 139 amusia, 213 anomia,43

366

Índice alfahético

La paradoja de la sabiduría

anosognosia (negación), 45, 249250 ansiedad generalizada, trastorno de,254 anterógrada, amnesia y memoria genérica, 147, 148 Y recuerdos, 136-137 Antígona (Sófocles), 90 Antin, Sanford, 16 Anton, síndrome de (ceguera cortical), 36, 37 apoptosis, 54 apraxia del vestido, 38 apraxia ideacional, 37, 38, 237 aprendizaje no supervisado, 163 aprendizaje supervisado, 163 aprendizaje y dualidad del cerebro, 219-225,240-246 Árbol de la Sabiduría, 90 arborización, 54 Aristóteles, 92 arrogancia, 75 ART (teoría de la resonancia adaptativa), 166,210 arte y demencia, 70-75 y mejora cognitiva, 296-297, 298-303 artefacto, 16 arteria basilar, 15 Asperger, síndrome de, 43 astrocitos, 54 atención, afectada por desarrollo del cerebro, 62-63 atención dividida, 62 atención selectiva, 62

atractores y estados atractores, 34, 163-168,169,171 atrofia de hipocampo y enfermedad de Alzheimer, 15 autoconfianza sin límites, 75 autómata celular, 111 axones, 53,54

baby boomers, 18-19 Bahrick, H. P., 135 Baltes, Paul, 99 Bamett, Jacqui, 305 Barr, William, 150 Barzum, Jacques, 87 Begley, Sharon, 279 Bilder, Robert (