La Necesidad y La Codicia14

Curso de Gnosis Lección Nº 14.- NECESIDAD Y CODICIA “Necesitamos dinero para tener «pan, abrigo y refugio»; pero cuand

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Curso de Gnosis Lección Nº 14.-

NECESIDAD Y CODICIA

“Necesitamos dinero para tener «pan, abrigo y refugio»; pero cuando el dinero se convierte en una necesidad psicológica, se origina la lucha y el conflicto por poseerlo”

Samael Aun Weor -----------------------------------------------------------------------------------------------Instituto Cultural Quetzalcoatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. http://samaelgnosis.net y http://samaelgnosis.org

Lección Nº 14 Necesidad y Codicia

Samael Aun Weor

LA CODICIA O AMBICIÓN “Se hace necesario saber vivir. Esto es algo que debemos entender. Cuando platicamos con alguien éste nos cuenta los diversos sucesos de su vida, nos habla, dijéramos, de acontecimientos, de los que le sucedió en determinadas épocas de su historia; como si la vida fuera únicamente una cadena de eventos. No se da cuenta la gente que además de las circunstancias de la existencia, existen también los estados de Conciencia”. “La capacidad para vivir se basa, precisamente, en la forma como uno acierta a combinar los estados concientivos con las circunstancias de la existencia”. “Podemos verificar el hecho contundente de que hay personas que deberían ser felices y no lo son, como han sido muchos casos concretos de sujetos que tienen una buena casa, un hermoso coche, una magnífica esposa, preciosos hijos y dinero suficiente, y sin embargo no son felices”. “En cambio hemos podido ver el caso de individuos pobres, posiblemente trabajadores humildes de pico y pala, que ni gozan de una magnífica mansión, ni tienen más dinero del que se necesita para el sustento diario, ni un precioso coche último modelo, y que sin embargo son felices en sus hogares, con sus hijos. Pobres pero limpios y aseados. Son pobres que hacen votos y se sinceran”. “Así, pues, no es el dinero en sí mismo lo que puede dar la felicidad”. “Todo depende de la forma en que uno sepa combinar los estados concientivos con los sucesos y circunstancias de la vida práctica”. Samael Aun Weor: Conf. “El estado hipnótico en que vive el ser humano”.

Es necesario que Ud. tenga tres cosas en la vida: «pan, abrigo y refugio». No debemos estar con hambre, necesitamos comer. No debemos andar mal vestidos: es necesario vestir bien. Es justo tener una casa donde poder vivir decentemente. Estas tres cosas son las necesidades primarias del ser humano. Es urgente que todos podamos comprender dónde acaban nuestras necesidades y dónde comienza la codicia. Sólo comprendiendo profundamente la necesidad y la codicia podremos establecer cimientos verdaderos para el correcto proceso del pensar.

LAS DIVERSAS CARAS DE LA AMBICION La ambición es polifacética. La ambición tiene cara de santo y cara de diablo, cara de hombre y cara de mujer, cara de interés y cara de desinterés, cara de virtuoso y cara de pecador. Existe ambición en aquel que quiere casarse y en aquel viejo solterón empedernido que aborrece el matrimonio. Existe ambición en aquel que desea con locura infinita ser alguien, figurar, trepar y existe ambición en aquel que se hace anacoreta, que no desea nada de este mundo porque su única ambición es alcanzar el Cielo, liberarse, etc. Existen ambiciones terrenales y ambiciones espirituales. A veces la ambición usa la Instituto Cultural Quetzalcoatl

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máscara del desinterés y del sacrificio. Al Yo, al Mí Mismo, al Sí Mismo, le encanta esconder la ambición, meterla en los recovecos más secretos de la mente, y dice luego: «Yo no ambiciono nada, yo amo a mis semejantes, yo trabajo desinteresadamente por el bien de todos los demás seres humanos». El político «zorro» y que se las sabe todas, asombra a veces a las multitudes con sus obras aparentemente desinteresadas, mas cuando abandona el empleo, es apenas normal que salga de su país con unos cuantos millones de dólares. La ambición disfrazada con la máscara del desinterés, suele engañar a las gentes más astutas. Existen en el mundo muchas gentes que sólo ambicionan no ser ambiciosas. Son muchas las gentes que renuncian a todas las pompas y vanidades del mundo, porque sólo ambicionan su propia Auto-Perfección Intima. El penitente que camina de rodillas hasta el templo y que se flagela lleno de fe, no ambiciona aparentemente nada y hasta se da el lujo de dar sin quitar a nadie, pero es claro que ambiciona el milagro, la curación, la salud para sí mismo o algún familiar o bien la salvación eterna. Nosotros admiramos a los hombres verdaderamente religiosos, pero lamentamos que no amen a su religión con todo desinterés. Las santas religiones, las sublimes sectas, órdenes, sociedades espirituales, etc., merecen nuestro amor desinteresado. Es muy raro encontrar en este mundo, alguna persona que ame su religión, su escuela, su secta, etc., desinteresadamente. Eso es lamentable. Todo el mundo está lleno de ambiciones. Hitler se lanzó a la guerra por ambición. Todas las guerras tienen su origen en el miedo y la ambición. Todos los problemas más grandes de la vida tienen su origen en la ambición. Todo el mundo vive en lucha contra todo el mundo debido a la ambición, unos contra otros y todos contra todos. Quien no ambiciona este mundo ruin y miserable, ambiciona el otro; y quien no ambiciona dinero, ambiciona poderes psíquicos. Existe codicia de poderes ocultos cuando queremos resultados. Aquellos que sólo quieren resultados, son codiciosos. Aquellos que andan aquí y allá acumulando teorías, buscando poderes, hoy en una escuela, mañana en otra, están de hecho embotellados entre la botella de la codicia. La mente embotellada en la codicia es inestable. Emigran de «Logia» en «Logia», de escuela en escuela, de secta en secta; siempre sufriendo, etc., sin conseguir jamás nada, porque lo inestable no puede jamás comprender lo estable, permanente y divino. Sólo Dios a Sí Mismo se comprende. La mente embotellada entre la botella de la codicia, es incapaz de comprender a l s cosas que están fuera de la botella. Los codiciosos quieren embotellar a Dios y por eso andan de escuela en escuela siempre buscando, siempre anhelando, inútilmente porque a Dios nadie lo puede embotellar. Instituto Cultural Quetzalcoatl

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Quien quiera trabajar en la «Gran Obra Interior», debe abandonar primero la codicia. El albañil que es codicioso abandona la obra cuando halla en su camino otra obra, aún cuando ésta última sea de tinieblas realmente. De la «Gran Obra Interior» se retiran los codiciosos. Muchos son los que comienzan el trabajo, pocos los que lo terminan. Los «Maestros Resurrectos» se pueden contar con los dedos de las manos. Existen grandes ambiciones espirituales y existen grandes ambiciones terrenales. Los que no codician dinero, codician poderes; los que no codician poderes codician dinero. Existe codicia por el dinero cuando lo anhelamos con propósitos psicológicos, y no para cubrir nuestras necesidades físicas. ¿Por qué el dinero ha asumido tan inmensa importancia en nuestra vida? ¿Acaso dependemos exclusivamente de él para nuestra propia felicidad psicológica? Todos los seres humanos necesitamos «pan, abrigo y refugio», esto se sabe, pero ¿por qué esto que es tan natural y sencillo hasta para las aves del cielo, ha asumido importancia y significación tan tremenda y espantosa? El dinero ha asumido tal valor exagerado y desproporcionado, porque psicológicamente dependemos de él para nuestro bienestar. El dinero alimenta nuestra vanidad personal, nos da prestigio social, nos brinda los medios para lograr el poder. El dinero ha sido usado por la mente con fines y propósitos totalmente diferentes de los que tiene en sí mismo, entre los cuales están nuestras necesidades físicas inmediatas. El dinero está siendo utilizado con propósitos psicológicos, esa es la causa por la cual el dinero ha asumido una importancia exagerada y desproporcionada. Necesitamos dinero para tener «pan, abrigo y refugio», esto es obvio, pero cuando el dinero se convierte en una necesidad psicológica, cuando lo utilizamos con propósitos diversos de los que tiene en sí mismo, cua ndo dependemos de él para conseguir fama, prestigio, posición social, etc., entonces el dinero asume ante la mente una importancia exagerada y desproporcionada, de aquí se origina la lucha y el conflicto por poseerlo. Es lógico que tenemos necesidad de conseguir dinero para satisfacer nuestras necesidades físicas (para tener «pan, abrigo y refugio»), pero si dependemos del dinero exclusivamente para nuestra propia felicidad y satisfacción personal, entonces somos los seres más desgraciados de la Tierra. Cuando comprendemos profundamente que el dinero sólo tiene por objeto proporcionarnos «pan, abrigo y refugio», entonces le ponemos espontáneamente una limitación inteligente; el resultado de ésto es que el dinero ya no asume ante nosotros esa importancia tan exagerada que tiene cuando se convierte en una «Necesidad Psicológica». El dinero en sí no es bueno ni malo, todo depende del uso que hagamos de él. Si lo utilizamos para el bien, es bueno, si lo utilizamos para el mal es malo. Necesitamos comprender a fondo la verdadera naturaleza de la «sensación» y de la «satisfacción». La mente que quiera llegar a comprender la verdad debe estar libre de estas trabas. Si queremos de verdad libertar el pensamiento de las trabas de la sensación y de la satisfacción, tenemos que empezar con aquellas sensaciones que son para nosotros más familiares y establecer allí el adecuado cimiento para la comprensión. Instituto Cultural Quetzalcoatl

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Las sensaciones tienen su lugar adecuado y cuando las comprendemos profundamente en todos los niveles de la mente, no asumen la estúpida deformación que ahora tienen. Muchas personas piensan que si todo orden de cosas marchase de acuerdo con el partido político al cual pertenecen y por el cual luchan siempre, entonces tendríamos un mundo feliz, lleno de abundancia, paz y perfección. Ese es un concepto falso porque realmente nada de eso puede existir si antes no hemos comprendido individualmente el verdadero significado de las cosas. El ser humano es demasiado pobre internamente y por eso necesita del dinero y de las cosas para su sensación y satisfacción personal. Cuando alguien es pobre internamente, busca externamente dinero y cosas para complementarse y conseguir satisfacción. Es por eso que el dinero y las cosas materiales han tomado un valor desproporcionado, y es por eso también que el ser humano esté dispuesto a robar, mentir y explotar a cada instante. A eso se debe la lucha entre el capital y el trabajo, entre patronos y obreros, entre explotadores y explotados, etc. Son inútiles todos los cambios políticos sin haber comprendido antes nuestra propia pobreza interior. Puede cambiarse una y otra vez el sistema social, pero si no hemos comprendido profundamente la íntima naturaleza de nuestra pobreza interior, el individuo creará siempre nuevos medios y caminos de obtener satisfacción personal a costa de la paz de los otros. Es urgente comprender profundamente la naturaleza íntima de este Mí Mismo (el Ego) si es que realmente queremos ser ricos internamente. Quien es rico internamente está libre de las trabas de la sensación y satisfacción personal. Quien es rico internamente es incapaz de explotar al prójimo, es incapaz de robar y mentir. Quien es rico i nternamente ha hallado la felicidad. Necesitamos el dinero, es cierto, pero es necesario comprender profundamente nuestra justa relación con éste. Ni el asceta ni el avaro codicioso han comprendido jamás cual es nuestra justa relación con el dinero. No es renunciando al dinero, ni codiciándolo como podemos llegar a entender nuestra justa relación con él, necesitamos comprensión para darnos cuenta inteligentemente de nuestra propias necesidades materiales sin depender desproporcionadamente del dinero. Nosotros conocimos el caso de un hombre que jamás tenía dinero; visitaba a las gentes dedicadas a los estudios espirituales y todas esas gentes le brindaban «pan, abrigo y refugio». Ese hombre decía: «Yo no necesito dinero, porque si tengo hambre, cualquier amigo me da de comer, y si tengo sed, cualquiera me da de beber, y si necesito viajar, cualquiera me regala el pasaje, y si necesito recrearme, en algún jardín me siento, pues el jardinero trabaja para mi»... No hay duda de que ese hombre es un tremendo egoísta, enamorado de sí mismo. Siempre pensó en lo que los demás le brindarían, pero jamás pensó en corresponder, en dar, Instituto Cultural Quetzalcoatl

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en hacerle la vida más grata a los demás. Así es como entre el incienso de la oración también se esconde el delito... Nosotros no debemos caer en semejantes errores, sino que debemos aprender a relacionarnos con el dinero. Cuando comprendemos nuestra justa relación con el dinero, termina de hecho el dolor del desprendimiento y el sufrimiento espantoso que nos produce la competencia. Debemos aprender a diferenciar entre nuestras necesidades físicas inmediatas y la dependencia psicológica de las cosas. La dependencia psicológica de las cosas crea la explotación y la esclavitud. La codicia del mundo está dentro del individuo. La codicia es la causa secreta del odio y de las brutalidades del mundo. Nosotros somos el mundo. Sólo comprendiendo el proceso completo de la codicia en todos los niveles de la mente, podemos llegar a experimentar la GRAN REALIDAD.

CAUSAS DE LA AMBICIÓN La ambición tiene varias causas, y una de ellas es eso que se llama MIEDO. El humilde muchacho que en los parques de las lujosas ciudades limpia el calzado de los orgullosos caballeros, podría convertirse en ladrón si llegase a sentir miedo a la pobreza, miedo a sí mismo, miedo a su futuro. La humilde modista que trabaja en el fastuoso almacén del potentado, podría convertirse en ladrona o prostituta de la noche a la mañana si llegase a sentir miedo al futuro, miedo a la vida, miedo a la vejez, miedo a sí misma, etc., etc. El elegante mesero del restaurante de lujo o gran hotel, podría convertirse en un gángster, en un asaltante de bancos o un ladrón muy fino, si por desgracia llegase a sentir miedo de sí mismo, de su humilde posición de mesero, de su propio porvenir, etc. El insignificante insecto ambiciona ser elefante. El pobre empleado de mostrador que atiende a la clientela y que con paciencia nos muestra la corbata, la camisa, los zapatos, haciendo muchas reverencias y sonriendo con fingida mansedumbre, ambiciona algo más porque tiene miedo, mucho miedo; miedo a la miseria, miedo a su futuro sombrío, miedo a la vejez, etc. Cuando los polluelos tienen miedo, se esconden debajo de las alas amorosas de la gallina en busca de seguridad. El niño asustado corre en busca de su madre porque junto a ella se cree seguro. Está pues demostrado que el MIEDO y la BÚSQUEDA DE SEGURIDAD se encuentran íntimamente asociados. Muchos sujetos que no saben trabajar, aterrorizados ante la miseria, buscan seguridad Instituto Cultural Quetzalcoatl

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en el delito y se vuelven ladrones, asaltantes, etc. Muchas mujeres faltas de inteligencia, asustadas ante la posibilidad de la miseria, se convierten en prostitutas. El casero, miedoso de que la gente no le pague el alquiler de la casa, exige contratos, fiadores, depósitos, etc., queriendo así asegurarse. Y si una viuda pobre y llena de hijos no puede llenar tremendos requisitos, y si todos los caseros de una ciudad hacen lo mismo, al fin la infeliz tendrá que irse a dormir con sus hijos a la calle o en los parques de la ciudad. Es indispensable que todo individuo aprenda a confiar en sí mismo. El miedo y la búsqueda de seguridad son terribles debilidades que convirtieron la vida en un espantoso infierno. Por doquiera abundan los cobardes, los miedosos, los débiles que andan siempre en busca de seguridad. Se teme a la vida, se teme a la muerte, se teme al qué dirán, al «dice que se dice», a perder la posición social, la posición política, el prestigio, el dinero, la bonita casa, la bonita mujer, el buen marido, el empleo, el negocio, el monopolio, los muebles, el coche, etc., etc., etc. El miedo y la búsqueda de seguridad son, pues, dos de los elementos que actúan como resortes secretos de la ambición. Otro de los mecanismos ocultos que despiertan a esa ambición en el animal intelectual, equivocadamente llamado hombre, se llama ENVIDIA. La envidia suele manifestarse a veces en formas exquisitamente sutiles y deliciosas. La envidia es polifacética y existen millares de razones para justificarla. La envidia es el resorte secreto de toda maquinaria social. A los imbéciles les encanta justificar la envidia. Para desgracia del mundo, todo el mecanismo de la sociedad se basa en la envidia y el espíritu adquisitivo. Todo el mundo envidia a todo el mundo. Envidiamos las ideas, las cosas, las personas, y queremos adquirir dinero y más dinero, nuevas ideas que acumulamos en la memoria, nuevas cosas para deslumbrar a nuestros semejantes, etc. El rico envidia al rico y quiere ser más rico. Los pobres envidian a los ricos y quieren ser ricos también. El que escribe, envidia al que escribe y quiere escribir mejor. El que tiene mucha experiencia, envidia al que tiene más experiencia y desea tener más experiencia que aquél. Las gentes no se contentan con «pan, abrigo y refugio». El resorte secreto de la envidia por el automóvil ajeno, por la casa ajena, por el traje del vecino, por el mucho dinero del amigo o del enemigo, etc., produce deseos de mejorar, adquirir cosas y más cosas, vestidos, trajes, virtudes, para no ser menos que otros, etc., etc., etc.

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Lo más trágico de todo esto es que el proceso acumulativo de experiencias, virtudes, cosas, dinero, etc., robustece el Yo pluralizado, intensificándose entonces dentro de nosotros mismos las íntimas contradicciones, las espantosas desgarraduras, las crueles batallas de nuestro fuero interno, etc., etc., etc. Todo eso es dolor. Nada de eso puede traer contento verdadero al corazón afligido. Todo eso produce aumento de crueldad en nuestra psiquis, multiplicación del dolor, descontento cada vez más profundo. El Yo pluralizado encuentra siempre justificativos hasta para los peores delitos, y a ese proceso de envidiar, adquirir, acumular, conseguir, aun cuando sea a expensas del trabajo ajeno, se le llama evolución, progreso, avance, etc. Las gentes tienen la Conciencia dormida y no se dan cuenta de que son envidiosas, crueles, codiciosas, celosas, y cuando por algún motivo llegan a darse cuenta de todo esto, entonces se justifican, condenan, buscan evasivas, pero no comprenden. La envidia es difícil de descubrirse debido al hecho concreto de que la mente humana es envidiosa. La estructura de la mente se basa en la envidia y en la adquisición. La envidia comienza desde los bancos de escuela. Envidiamos la mejor inteligencia de nuestros condiscípulos, las mejores calificaciones, los mejores trajes, los mejores vestidos, los mejores zapatos, la mejor bicicleta, los hermosos patines, la bonita pelota, etc., etc. Los maestros y maestras llamados a formar la personalidad de los alumnos y alumnas, deben comprender lo que son los infinitos procesos de la envidia y establecer dentro de la psiquis de sus estudiantes, el cimiento adecuado para la Comprensión. La mente, envidiosa por naturaleza, sólo piensa EN FUNCIÓN DEL «MAS»: «Yo puedo explicar mejor, yo tengo más conocimientos, yo soy más inteligente, yo tengo más virtudes, más santificaciones, más perfecciones, más evo lución», etc. Todo el funcionalismo de la mente se basa en el «más». El «más» es el íntimo resorte secreto de la envidia. El «más» es el proceso comparativo de la mente. Todo proceso comparativo es abominable. Ejemplo: «Yo soy más inteligente que tú». «Fulano de tal es más virtuoso que tú». «Fulana de tal es mejor que tú, más sabia, más bondadosa, más bonita», etc., etc., etc. El «más» crea el tiempo. El Yo Pluralizado necesita tiempo para ser mejor que el vecino, para demostrarle a la familia que es muy genial y que puede para llegar a ser alguien en la vida, para demostrarle a sus enemigos o aquellos a quienes envidia, que es más inteligente, más poderoso, más fuerte, etc. EL PENSAR COMPARATIVO se basa en la envidia y produce eso que se llama descontento, desasosiego, amargura. Las gentes comparan sus amigos, sus familiares, sus hijos, con los hijos del vecino, con las personas vecinas. Comparan su casa, sus muebles, sus ropas, todas sus cosas, con las cosas del vecino o de los vecinos o del prójimo. Comparan sus ideas, la inteligencia de sus hijos con las ideas de otras gentes, con la inteligencia de otras personas, y viene la Instituto Cultural Quetzalcoatl

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envidia que se convierte entonces en el resorte secreto de la acción. Donde existe comparación de lo que somos aquí y ahora, con lo que queremos llegar a ser más tarde, donde existe comparación de nuestra vida práctica con el ideal o modelo al cual queremos acomodarnos, no puede existir verdadero Amor. Toda comparación es abominable. Toda comparación trae miedo, envidia, orgullo, etc; miedo de no lograr lo que queremos, envidia por el progreso ajeno, orgullo porque nos creemos superiores a los demás. Desgraciadamente, las gentes van de un opuesto a otro opuesto, de un extremo a otro. No saben caminar por el Centro. Muchos luchan contra el descontento, la envidia, la codicia, los celos, pero la lucha contra el descontento no trae jamás el «verdadero contento del Corazón». Es urgente comprender que el «verdadero contento del Corazón tranquilo», no se compra ni se vende, y sólo nace en nosotros con entera naturalidad y en forma espontánea, cuando hemos comprendido a fondo las causas mismas del descontento: celos, envidia, codicia, etc., etc. Aquellos que quieren conseguir dinero, magnífica posición social, virtudes, satisfacciones de toda especie, etc., etc., etc., con el propósito de alcanzar el verdadero Contentamiento, están totalmente equivocados porque todo eso se basa en la envidia, y el camino de la envidia no puede jamás conducirnos al puerto del Corazón tranquilo y contento. La mente embotellada en el Yo Pluralizado hace de la envidia una virtud y hasta se da el lujo de ponerle nombres deliciosos: progreso, evolución espiritual, anhelo de superación, lucha por la dignificación, etc., etc., etc. Todo esto produce desintegración, íntimas contradicciones, luchas secretas, problemas de difícil solución, etc. Es difícil hallar en la vida, alguien que sea verdaderamente Integro en el sentido más completo de la palabra. Resulta totalmente imposible lograr la Integración Total mientras exista dentro de nosotros mismos el Yo Pluralizado. Es urgente comprender que dentro de cada persona existen tres factores básicos. Primero: PERSONALIDAD. Segundo: YO PLURALIZADO. Tercero: EL MATERIAL PSÍQUICO, es decir, la ESENCIA misma de la persona. El Yo Pluralizado malgasta torpemente el Material Psicológico en explosiones atómicas de envidia, codicia, miedo, etc., etc. Instituto Cultural Quetzalcoatl

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Es necesario disolver el Yo Pluralizado con el propósito de acumular dentro el Material Psíquico para establecer en nuestro interior un «Centro Permanente de Conciencia». Quienes no poseen un «Centro Permanente de Conciencia», no pueden ser Íntegros. Sólo el «Centro Permanente de Conciencia» nos da verdadera Individualidad. Sólo el «Centro Permanente de Conciencia» nos hace Íntegros.

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LA VERDADERA VOCACIÓN “Son muchas las personas que codician virtudes. Al Yo le encantan las medallas, los honores, las virtudes”. “Las pobres gentes creen que codiciando las virtudes lograrán poseer esas virtudes”. “No quieren darse cuenta las gentes que el Amor no existe y que sólo comprendiendo todos los procesos del Odio en los distintos pasillos, terrenos y regiones del Subconsciente, entonces termina el Odio y nace en forma natural, espontánea y pura, eso que se llama Amor. Así viene a existir el Amor”. “La gente codicia la virtud del Altruismo, mas sólo comprendiendo muy a fondo cómo se procesa el Egoísmo en los distintos niveles del Subconsciente, podemos aniquilar el Egoísmo. Muerto el Egoísmo nace en nosotros sin esfuerzo alguno, la flor preciosa del Altruismo”. “La gente codicia la virtud preciosa de la Humildad. No quieren comprender las pobres gentes que la Humildad es una flor muy exótica. Con el simple hecho de sentirnos satisfechos con esa virtud, ya ella deja de existir en nosotros”. “Es necesario comprender muy a fondo todo el proceso del Orgullo en los distintos Niveles Ocultos del Subconsciente, así termina el Orgullo... Entonces nace en nosotros sin esfuerzo alguno, la flor exótica de la Humildad”. “La gente codicia la virtud de la diligencia, mas sólo comprendiendo en forma íntegra todos los procesos de la Pereza en los ocultos niveles del Subconsciente, nace en nosotros la Diligencia después de que la Pereza se ha desintegrado”. “El Yo codicia virtudes para robustecerse. No codicies virtudes, ellas van naciendo en ti conforme los defectos van muriendo, conforme el Yo se va desintegrando”... Samael Aun Weor: “Mensaje de Navidad 65-66”.

Toda persona en la vida ambiciona ser algo. Las personas de cierta edad, maestros, padres de familia, tutores, etc., estimulan a los niños, a las niñas, a las señoritas, a los jóvenes, etc., a seguir por el camino horrendo de la ambición. Es lamentable que a los niños y niñas se les llene de Temor desde su mismo hogar. A los niños y niñas se les amenaza, se les intimida, se les aterroriza, se les da palos, etc. Es costumbre de padres de familia y maestros, atemorizar al niño y al joven con el propósito de que estudie. Por lo común se les dice a niños y jóvenes que si no estudian tendrán que pedir limosna, vagar hambrientos por las calles, ejercer trabajos muy humildes como limpiar calzado, cargar fardos, vender periódicos, trabajar en el arado, etc., etc., etc. Como si el trabajo fuese un delito. En el fondo, tras de todas estas palabras de padres y maestros, existe el miedo por el hijo y la búsqueda de seguridad para el hijo. Los mayores le dicen a los alumnos y alumnas: «Tienes que ser algo en la vida, volverte rico, casarte con gente millonaria, ser poderoso, Instituto Cultural Quetzalcoatl

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etc., etc». Las generaciones viejas, horribles, feas, anticuadas, quieren que las nuevas generaciones sean también ambiciosas, feas y horribles como ellas. Lo más grave de todo esto, es que la gente nueva se deja marear y también se deja conducir por ese camino horrible de la ambición. Los maestros y maestras deben enseñar a los alumnos y alumnas que ningún trabajo honrado merece desprecio, es absurdo mirar con desprecio al chofer de taxi, al empleado del mostrador, al campesino, al limpiador de calzado, etc. Todo trabajo humilde es bello. Todo trabajo humilde es necesario en la vida social. No todos nacimos para ingenieros, gobernadores, presidentes, doctores, abogados, etc. En el conglomerado social se necesitan todos los trabajos, todos los oficios; ningún trabajo honrado puede jamás ser despreciable. En la vida práctica cada ser humano sirve para algo, y lo importante es saber para qué sirve cada cual. Es deber de los maestros y maestras descubrir la VOCACION de cada estudiante y orientarle en ese sentido. Aquel que trabaje en la vida de acuerdo con su vocación, trabajará con Amor verdadero y sin ambición. El Amor debe reemplazar a la ambición. La vocación es aquello que realmente nos gusta, aquella profesión que con alegría desempeñamos porque es lo que nos agrada, lo que amamos. En la vida moderna por desgracia, las gentes trabajan a disgusto y por ambición, porque ejercen trabajos que no coinciden con su vocación. Cuando uno trabaja en lo que le gusta, en su vocación verdadera, lo hace con amor porque ama su vocación, porque sus aptitudes para la vida son precisamente las de su vocación. Ese precisamente es el trabajo de los maestros: saber orientar a los alumnos y alumnas, descubrir sus aptitudes, y orientarles por el Camino de su auténtica vocación. Quien conoce su vocación o quien la llega a descubrir por sí mismo, pasa por un cambio tremendo. Ya no busca el éxito, poco le interesa el dinero, la fama, la gratitud. Su placer está entonces en la dicha que le proporciona el haber respondido a un llamado íntimo, profundo, ignoto, de su propia Esencia Interior. Lo más interesante de todo esto es que el sentido vocacional nada tiene que ver con el Yo, pues aunque parezca extraño, el Yo aborrece nuestra propia vocación porque el Yo solamente apetece jugosas entradas monetarias, posición, fama, etc. El sentido de la vocación es algo que pertenece a nuestra propia Esencia Interior; es algo muy adentro, muy profundo, muy íntimo. El sentido vocacional lleva al hombre a acometer con verdadero denuedo y desinterés verdadero las más tremendas empresas a costa de toda clase de sufrimientos y calvarios. Es por lo tanto apenas normal que el Yo aborrezca la verdadera vocación. Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El sentido de la vocación nos conduce de hecho por la senda del Heroísmo Legítimo, aun cuando tengamos que soportar estoicamente toda clase de infamias, traiciones y calumnias.El día que un hombre pueda decir la verdad: «Yo sé quién soy y cuál es mi verdadera vocación», desde ese instante comenzará a vivir con verdadera rectitud y amor. Un hombre así vive en su obra y su obra en él. Realmente sólo son muy pocos los hombres que pueden hablar así con verdadera sinceridad de corazón. Quienes así hablan son los selectos, aquellos que tienen en grado superlativo el sentido de la vocación. Hallar nuestra verdadera vocación es fuera de toda duda el problema social más grave, el problema que se encuentra en la base misma de todos los problemas de la sociedad. Encontrar o descubrir nuestra verdadera vocación individual, equivale de hecho a descubrir un tesoro muy precioso. Cuando un ciudadano encuentra con toda certidumbre y fuera de toda duda su verdadero y legítimo oficio, se hace por este solo hecho, insustituible. Cuando nuestra vocación corresponde totalmente y en forma absoluta al puesto que estamos ocupando en la vida, ejercemos entonces nuestro trabajo como un verdadero apóstol, sin codicia alguna y sin deseo de poder. Entonces el trabajo en vez de producirnos codicia, aburrimiento o deseos de cambiar de oficio, nos trae dicha verdadera, profunda, íntima, aun cuando tengamos que soportar pacientemente dolorosos vía crucis. En la práctica hemos podido verificar que cuando el puesto no corresponde a la vocación del individuo, entonces sólo piensa en función del «más». El mecanismo del Yo es el «más». Más dinero, más fama, más proyectos, etc., etc., etc., y como es apenas natural el sujeto suele tornarse hipócrita, explotador, cruel, despiadado, intransigente, etc. Si estudiamos la burocracia detenidamente, podemos comprobar que rara vez en la vida el puesto corresponde a la vocación individual. Si estudiamos en forma minuciosa los distintos gremios del proletariado, podemos evidenciar que en muy raras ocasiones el oficio corresponde a la vocación individual. Cuando observamos a las clases privilegiadas, ya sean del Este o del Oeste del mundo, podemos evidenciar la falta total del sentido vocacional. Los llamados «niños bien» ahora asaltan a mano armada, violan a indefensas mujeres, etc., para matar el aburrimiento. No habiendo encontrado su puesto en la vida, andan desorientados y se convierten en «rebeldes sin causa» como para variar un poco. Es espantoso el estado caótico de la humanidad por estos tiempos de crisis mundial. Nadie está contento con su trabajo porque el puesto no corresponde a la vocación; llueven solicitudes de empleo porque nadie tiene ganas de morirse de hambre, pero las solicitudes no corresponden a la vocación de aquellos que solicitan. Muchos choferes deberían ser médicos o ingenieros. Muchos abogados deberían ser ministros y muchos ministros deberían ser sastres. Muchos limpiadores de calzado deberían Instituto Cultural Quetzalcoatl

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ser ministros y muchos ministros deberían ser limpiadores de calzado, etc, etc. Las gentes están en puestos que no les corresponden, que nada tienen que ver con su verdadera vocación individual. Debido a esto, la máquina social funciona pésimamente. Esto es semejante a un motor que estuviese estructurado con piezas que no le corresponden, y el resultado tiene que ser inevitablemente el desastre, el fracaso, el absurdo. En la práctica hemos podido comprobar hasta la saciedad que cuando alguien no tiene disposición vocacional para ser guía, instructor religioso, líder político o director de alguna asociación espiritualista, científica, literaria, filantrópica, etc., entonces sólo piensa en función del «más» y se dedica a hacer proyectos y más proyectos con secretos propósitos inconfesables. Es obvio que cuando el puesto no corresponde a la vocación individual el resultado es la explotación. Por estos tiempos terriblemente materialistas en que vivimos, el puesto de maestro está siendo arbitrariamente ocupado por muchos mercaderes que ni remotamente tienen vocación para el magisterio. El resultado de semejante infamia es la explotación, crueldad y falta de verdadero Amor. Muchos sujetos ejercen el magisterio, exclusivamente con el propósito de conseguir dinero para pagar sus estudios en la facultad de medicina, derecho o ingeniería, o simplemente porque no encuentran nada más que hacer. Las víctimas de semejante fraude intelectual son los alumnos y las alumnas. El verdadero maestro vocacional, hoy en día es muy difícil encontrarlo y es la mayor dicha que pueden llegar a tener los alumnos y alumnas de escuelas, colegios y universidades. El individuo da con su vocación por una de estás tres vías: Primera, el AUTODESCUBRIMIENTO DE UNA CAPACIDAD ESPECIAL. Segunda, LA VISION DE UNA NECESIDAD URGENTE. Tercera, LA MUY RARA DIRECCION DE LOS PADRES Y MAESTROS, que descubrieron la vocación del alumno o alumna mediante la observación de sus aptitudes. Muchos individuos han descubierto su vocación en determinado momento crítico de su vida, frente a una situación seria que reclamaba inmediato remedio. Gandhi era un abogado cualquiera cuando con motivo de un atentado contra los derechos de los hindúes en el Africa del Sur, hizo cancelar su pasaje de regreso a la India y se quedó a defender la causa de sus compatriotas. Una necesidad momentánea le encaminó hacia la vocación de toda su vida. Los grandes benefactores de la humanidad, han encontrado su vocación ante una crisis situacional que reclamaba inmediato remedio. Recordemos a Oliverio Cromwell, el padre de las libertades inglesas; Benito Juárez, el forjador del nuevo México; José de San Martín y Simón Bolívar, padres de la independencia Suramericana, etc., etc. Jesús el Cristo, Buddha, Mahoma, Hermes, Zoroastro, Confucio, Fuji, etc., fueron hombres que en determinado momento de la historia supieron comprender su verdadera vocación y se sintieron llamados por la Voz Interior que emana del Intimo. Cuando alguien está plenamente convencido del papel que tiene que representar en la existencia, hace entonces de su vocación un apostolado, una religión, y se convierte de hecho y por derecho propio en un apóstol de la humanidad. Instituto Cultural Quetzalcoatl

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Lección Nº 14 Necesidad y Codicia

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UNA HISTORIA PARA SER CONTADA “En el terreno de la vida práctica, podemos verificar conscientemente las desastrosas consecuencias que devienen de la violación de la Ley de la Balanza”. “El pródigo, el derrochador, aquel que malgasta su dinero, aunque en el fondo se sienta muy generoso, es indubitable que está violando la Ley”. “El avaro, aquel que no hace circular el dinero, aquel que egoístamente lo retiene en forma indebida más allá de lo normal, ostensiblemente está perjudicando a la colectividad, quitando el pan a muchas gentes, empobreciendo a sus semejantes; por tal motivo está violando la Ley del Equilibrio, la Ley de la Balanza”. “El derrochador, aunque aparentemente haga bien haciendo circular la moneda en forma intensiva, es lógico que produce desequilibrio no solamente en sí mismo, sino también con el movimiento general de valores. Esto a la larga ocasiona tremendos perjuicios económicos a los pueblos”. “Pródigos y avaros se transforman en mendigos, y esto está comprobado”. Samael Aun Weor: “Sí, hay Infierno. Sí, hay Diablo. Sí, hay Karma”.

Viajando por todos estos países del mundo, hube de morar por algún tiempo en la ciudad del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada al pie de las montañas de Monserrate y Guadalupe. Por aquellos tiempos ya muy cercanos a la Segunda Guerra Mundial, me fue presentado en aquella ciudad un amigo por cierto muy singular. Sucre se llamaba, y viajando también había venido en busca de conocimientos universitarios, desde cierto puerto del Atlántico hasta la cumbre andina. Con aqueste amigo de otros tiempos todo fue muy curioso, hasta la insólita y misma presentación. Alguien cuyo nombre no menciono tocó cualquier noche en la puerta de mi morada, con el evidente propósito de invitarme a una plática de fondo con el consabido amigo... No fue por cierto muy hermoso el sitio de reunión; una tienda de mala muerte con un pequeño salón. Y después de todos los formulismos de presentación entramos en materia de discusión. Resultó palmaria y manifiesta la capacidad intelectual de mi nuevo amigo; sujeto teorético, especulativo, estudioso... Se decía fundador de alguna Logia de tipo teosófico y citaba con frecuencia a H.P.B., Leadbeater, Annie Besant, etc. En el intercambio de ideas es indubitable que brilló haciendo exposiciones pseudoesotéricas y pseudo-ocultistas... Si no hubiera sido por su afición al Hipnotismo y al deseo exhibicionista, aquella Instituto Cultural Quetzalcoatl

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reunión de amigos habría terminado pacíficamente, mas he aquí que el diablo donde quiera mete la cola. Sucedió que a este amigo le dio por hacer demostraciones de su poder hipnótico y, acercándose a un señor de cierta edad que estaba por allí, sentado cerca a otra mesa, le rogó muy cortésmente sirviese de sujeto pasivo para su experimento. En tratándose de cuestiones relacionadas con la Hipnología, no está de más enfatizar la idea de que no todos los sujetos son susceptibles de caer en trance. Sucre, con su Yo exhibicionista es ostensible que no quería verse en un ridículo, necesitaba demostrar su poderío y por ello hizo sobrehumanos esfuerzos para sumir en sueño hipnótico al caballero. Mas todo fue inútil, mientras Sucre luchaba y hasta sufría, aquel buen caballero en sus adentros pensaba lo peor. Y de pronto como si cayera un rayo en una noche tenebrosa, sucedió lo que tenía que suceder; el caballero pasivo saltó de su lugar increpando a Sucre, tratándole de ladrón, estafador, bandido, etc., etc. Mas nuestro consabido amigo, que tampoco era una mansa oveja, tronó y relampagueó. Y volaban mesas por los aires, y sillas y tazas y platos, y clamaba el dueño del negocio entre aquel gran zafarrancho pidiendo se le pagara la cuenta. Afortunadamente intervino la policía y todo quedó tranquilo; el pobre Sucre hubo de empeñar su equipaje para pagar la deuda... Pasado aquel tan desagradable descalabro, fijamos una nueva cita con el mencionado amigo, la cual es obvio que fue más tranquila, pues a Sucre no se le metió en la cabeza la absurda idea de repetir su experimento. Entonces aclaramos muchas ideas y conceptos de fondo esotérico y ocultista. El amigo aquel, ingresó más tarde a la Universidad con el propósito de hacerse un buen abogado y es evidente que era un magnífico estudiante. Un día cualquiera, después de muchos años, el mencionado amigo me invitó a comer y de sobremesa hubo una conversación sobre tesoros escondidos; entonces a mí se me ocurrió narrarle el siguiente caso: «Dormía yo en mi recámara -le dije- cuando fui súbitamente despertado por un extraño ruido subterráneo que corría o circulaba misteriosamente del noroeste al suroeste». «Me senté, algo sobresaltado por tan inusitado sonido, para ver desde mi lecho lo que estuviera sucediendo». «Entonces con gran sorpresa vi que en un rincón de mi dormitorio la tierra se abría». «Y surgió como por encanto el fantasma de una mujer desconocida, que con voz muy delicada me dijo: «hace muchos años que estoy muerta; aquí en este lugar enterré yo un gran tesoro; sácalo tú, es para ti»». Al escuchar Sucre mi relato de sobremesa, me rogó vehemente le llevara al lugar de Instituto Cultural Quetzalcoatl

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los hechos y es claro que yo no quise negarle este servicio... Otra tarde vino a decirme que se había puesto en contacto con el dueño de esa casa un doctor muy famoso de la ciudad- y me suplicó le investigara si tal personaje era o no realmente el dueño de dicha propiedad pues tenía sus dudas. Confieso llanamente y con la más entera franqueza, que no me fue difícil realizar el desdoblamiento astral; sencillamente aproveché el estado de transición entre vigilia y sueño. En instantes de empezar a dormitar me levanté delicadamente de mi lecho y salí a la calle. Es ostensible que el cuerpo físico quedó dormido en la cama. Así se realizó el desdoblamiento del Eidolón con pleno éxito; todavía recuerdo fielmente aquel notable experimento psíquico. Volando, flotando en el ambiente astral del planeta Tierra, anduve por varias calles buscando el consultorio médico del Doctor... Rogué a mi Intercesor Elemental me llevara a ese despacho y es ostensible que fui asistido... Al llegar a cierta casa entendí; tres gradas conducían a la portada suntuosa de una mansión... Me entré por aquellas puertas y me encontré en una sala de espera; avancé un poco más y penetré resueltamente en el consultorio... Examiné en detalle el interior de este último; vi una mesa y sobre ella una máquina de escribir y algunas otras cosas; una ventana permitía ver un patio de la residencia; el Doctor estaba sentado y en su aura pude ver la consabida propiedad... Regresé a mi cuerpo físico muy satisfecho con el experimento; el Eidolón ciertamente es extraordinario... Muy de mañana vino mi amigo a conocer el resultado de mi experimento psíquico. Yo le narré detalladamente todo lo que había visto y oído; entonces vi asombro en el rostro de Sucre; él conocía tal consultorio y los datos que le daba resultaban exactos... Lo que sucedió después es fácil adivinarlo; Sucre no sólo logró que aquel médico le alquilara la casa, sino además, y esto es lo más curioso, lo hizo su socio... Por aquellos días resolví alejarme de aquella ciudad a pesar de los ruegos de aquel amigo, quien insistía en que yo cancelara mi viaje... Cuando regresé más tarde, después de algunos años, a aquel lugar, ya todo había cambiado, la casa aquella había desaparecido... Entonces me encontré en un terreno árido, horrible, pedregoso, espantosamente aburridor... Y vi instalaciones de alta tensión eléctrica y motores de doble bomba y máquinas de toda especie y trabajadores bien pagados, etc., etc., etc. Sucre, viviendo allí mismo dentro de un cuarto que parecía más bien una trinchera en un campo de batalla, entraba, salía, daba órdenes imperantes a los trabajadores, etc., etc., Instituto Cultural Quetzalcoatl

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etc. Aquel cuarto estaba protegido con gigantescas rocas y en sus muros se veían muchas ventanillas pequeñas que podían abrirse o cerrarse a voluntad. Por aquellos postigos vigilaba Sucre lo que pasara a su alrededor. Tales mirillas le eran dizque muy útiles... De cuando en cuando, al menor ruido exterior, empuñaba su pistola o su fusil y entonces aquellas aberturas veíanse desde afuera ya abriéndose o cerrándose o asomándose a través de ellas las bocas de fusiles o pistolas... Así estaban las cosas cuando yo volví; entonces mi amigo me explicó que aquel tesoro era muy codiciado; que se trataba del famoso becerro de oro que tanto había inquietado a muchas gentes de la comarca y que por lo tanto estaba rodeado de mortales enemigos codiciosos que habían intentado asesinarle. ¡Válgame Dios y Santa María!, me dije a mi mismo... En mala hora fui yo a contarle a este amigo la visión esta del tesoro... Mejor hubiera sido haberme callado el pico... Otro día, lleno de optimismo, me confesó que ciertamente a doce metros de profundidad había encontrado un muñeco de barro cocido y que dentro de la hueca cabeza del mequetrefe halló un pergamino en el cual estaba trazado todo el plano del tesoro. En el laboratorio del Doctor, fue cuidadosamente sacado tal pergamino de entre la cabeza del fantoche, pues con el tiempo y la humedad se había pegado demasiado... De acuerdo con el plano, existían a doce metros de profundidad, cuatro depósitos situados uno al este, otro al oeste, un tercero en el norte y el último hacia el sur... Tal plano daba señales y datos precisos y al final tenía una sentencia firmada con iniciales de nombre y apellido. «Quien encuentre mi tesoro que enterré en pozos hondos, será perseguido por la Iglesia del Patrono y antes de veinte días que no sepan que sacó las ganancias que enterré para yo». Por esos día s ya la Segunda Guerra Mundial estaba muy avanzada; Hitler había invadido a muchos países europeos y se preparaba para atacar a Rusia... Mi amigo era germanófilo ciento por ciento y creía muy seriamente en el triunfo de Hitler... Es claro pues que influenciado por las tácticas políticas de Hitler que hoy firmaba un tratado de paz con cualquier país y al otro día le atacaba, no quiso trabajar de acuerdo con las indicaciones del plano... Sucre se dijo a sí mismo: «Tales indicaciones son un despiste»... «El tesoro está muchos metros bajo el muñeco; los citados cuatro depósitos no me interesan...». Así pues, abandonó las indicaciones y se fue a fondo; cuando me asomé al hueco aquél, sólo vi un Instituto Cultural Quetzalcoatl

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precipicio, negro, profundo, espantoso... «Amigo Sucre -le dije -, Ud. ha cometido un error muy grave, ha dejado el tesoro arriba, en los cuatro depósitos y se ha ido al fondo, nadie entierra un tesoro a tanta profundidad»... Es ostensible que tales palabras por mí pronunciadas llevaban la fragancia de la sinceridad y el perfume de la cortesía... Empero, debemos hablar sin ambages para hacer énfasis en el Yo de la codicia. Incuestionablemente este último resaltaba exorbitantemente en mi amigo combinándose con la astucia, la desconfianza y la violencia. De ninguna manera fue para mí algo insólito el que Sucre entonces tronara y relampagueara vociferando y hasta endilgándome cosas en las cuales jamás había pensado. ¡Pobre Sucre!... Me amenazó de muerte, creyó por un instante que yo dizque estaba muy de acuerdo con sus consabidos enemigos, tal vez con el propósito de robarle el tesoro... Después de todo y viendo mi espantosa serenidad, me invitó a su refugio de trinchera a tomar café... Antes de alejarme definitivamente de aquella hispánica ciudad en otros tiempos conocida como Nueva Granada, hízome aquel amigo otra petición; me suplicó de todo corazón estudiara con el Eidolón su trabajo subterráneo. Yo también quería hacer una exploración astral en aquella hondura y por ello accedí a su petición... Y sucedió que en una noche exquisita de plenilunio me acosté muy tranquilo en decúbito dorsal (boca arriba) y con el cuerpo bien relajado... Sin preocupación alguna me propuse vigilar, espiar, mi propio sueño... Quería utilizar para mi salida astral aquel estado de transición existente entre vigilia y letargo... Cuando comenzó el proceso de ensoñación, cuando empezaron a surgir las imágenes propias del sueño, delicadamente como sintiéndome espíritu, hice un esfuerzo para eliminar la pereza y entonces me levanté de la cama... Salí de mi recámara como si fuese un fantasma, caminando delicadamente y luego abandoné la casa... Por las calles de la ciudad flotaba deliciosamente lleno de una exquisita voluptuosidad espiritual... No me fue difícil orientarme; pronto estuve en el lugar de los acontecimientos, en el terreno de los hechos... Ante aquel hueco negro y horrible que ya tenía más de setenta metros de profundidad, un viejito enano, un pigmeo, un gnomo de respetable barba blanca me contempló inocente... Flotando en la atmósfera descendí suavemente hasta el fondo acuoso del nefasto Instituto Cultural Quetzalcoatl

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hoyo de codicias... En tocando con mis pies sidéreos el limo de la tierra húmeda y sombría, hice con agrado un esfuerzo más y penetré en el interior de ésta bajo el fondo mismo del pozo... ¡Cuán suavemente descendía con el Eidolón bajo el asiento negro de tal antro del que manara mucha agua!... Examinando detalladamente cada roca de granito sumergida bajo las aguas caóticas, me adentré muy profundamente bajo aquel subsuelo... Es evidente que mi amigo de marras había dejado el fabuloso tesoro allá arriba como ya lo dijimos en párrafos anteriores... Ahora y en estas regiones abismales, sólo veía ante mi insignificante persona, piedras, lodo, agua... Más de pronto algo inusitado sucede, estoy ante un canal horizontal que saliéndose del terreno aquél se dirige hacia la calle... ¡Qué sorpresa! Sucre nada me había hablado de esto, nunca me dijo que en semejantes profundidades pensara hacer una perforación horizontal... Serenamente me deslicé con el Eidolón por entre el sobredicho canal inundado por las aguas, avancé un poco más y luego salí a la superficie por el lado de la calle... Concluida la exploración astral regresé a mi cuerpo físico; la investigación obviamente fue maravillosa... Más tarde, cuando comuniqué todo esto a mi amigo, le vi muy triste, este hombre sufría lo indecible, quería oro, esmeraldas, riquezas, la codicia se lo estaba tragando vivo... Empero se justificaba diciendo que todo ese tesoro lo necesitaba para hacer una revolución proletaria, dizque necesitaba invertir esos dineros en armamentos, etc. ¡Cuán horrible es la codicia!... En tal lugar sólo reinaba el miedo, la desconfianza, el revólver, el fusil, el espionaje, la astucia, los pensamientos de asesinato, las ansias de mandar, imperar, subir al tope de la escalera, hacerse sentir, etc... Cuando salí de aquella ciudad tomé la resolución de jamás volver a intervenir en esos motivos de codicia... «Vended lo que poseéis, dijo el Cristo, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los Cielos que no se agote, donde ladrón no llega ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» -----------------------------------------------------------------------------------------------Instituto Cultural Quetzalcoatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. http://samaelgnosis.net y http://samaelgnosis.org Instituto Cultural Quetzalcoatl

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GLOSARIO Eidolón.- Término Griego con el cual se designa el Cuerpo astral. Gnomo.- Elementales o criaturas inocentes que viven en el elemento tierra. Son los encargados de vigilar las riquezas de la tierra y de elaborar los distintos elementos existentes. H.P.B.- Helena Petronila Blavatski.

Cuestionario: Envía las respuestas de este pequeño cuestionario de 4 preguntas a [email protected] con copia a [email protected] para que de esta forma enviemos con gusto la siguiente lección.

1.- ¿Hasta donde llega la Necesidad y dónde comienza la codicia?

2.- Menciona algunos ejemplos de tipos Codicia

3.- ¿Con qué otros defectos se relaciona la codicia?

4.- ¿cuáles son los siete defectos principales del Ser Humano?

-----------------------------------------------------------------------------NOTA: La Siguiente lección debe llegarte el: Lunes (si enviaste las respuestas el viernes, sábado o domingo). Miércoles (si enviaste las respuestas el lunes o martes). Viernes (si enviaste las respuestas el miércoles o jueves). En todos los casos en horario de México. No dejamos ni un solo e mail sin contestar, así que si no te llega es que se ha extraviado, el que nos enviaste o el que nosotros te enviamos, por ello sugerimos a los estudiantes de gnosis, que por favor nos reenvíen los correos al ver que nos les llega la respuesta en los días indicados.

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