La Mujer de Los Perros

lngrid Olderock La mujer de los perros Nancy GuzmánJasmen / © Nancy Guzmán Jasmen 1o Edición, Ceibo Ediciones Santiago

Views 374 Downloads 15 File size 14MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

lngrid Olderock La mujer de los perros

Nancy GuzmánJasmen

/ © Nancy Guzmán Jasmen 1o Edición, Ceibo Ediciones Santiago de Chile, septiembre 2014 Ceibo Producciones S.A. www.ceiboproducciones.cl Tel (562) 22851475 Edición: Dauno Tótoro T. Diseño: Alfonso Gálvez C. Producción Editorial: Italo Retamal E. I.S.B.N. 978-956-9071-89-8 Impreso por Andros Impresores

CEIBO ediciones

Ceibo Ediciones Colección Investigación Septiembre 2014

La memoria no es la historia, si no lo que recordamos de ella.

Dedico este libro a Alejandra Holzapfel PicarteJ Elías Padilla BallesterosJ Beatriz Bataszaw ContrerasJ quienes han sostenido una memoria activa con el fin de ganar esta lucha diaria de evitar el olvido. Agradezco a Pedro Matta quien colaboró y participó en estas entrevistas. Un agradecimiento póstumo a Katia ReszsinkyJ quien partió antes que pudiera terminar este libroJ pero cuyos aportes hacen parte del corpus de este. A Raúl Castro MontanareJ un combatiente honesto que nos abandonó tempranamenteJ por su colaboración en los relatos sobre una época compleja. Un agradecimiento especial a Sandro GaeteJ quien nos hizo cambiar la mirada sobre la Policía de Investigaciones con sus acuciosas investigaciones sobre los crímenes de la dictadura militar. Por últimoJ dedico mi trabajo a mis dos hijasJ Nancy y LoretoJ que son el motor de mi vida. Son ellas y otros los que han heredado esta historia.

Prólogo Alejandro Salís Muñoz Ex Ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago

Nancy Guzmán Jasmen, periodista y diplomada en Historia, ha sido corresponsal de diarios y revistas internacionales, guionista, entrevistadora y productora de documentales y reportajes para canales de televisión europeos y de la cadena de televisión Univisión. Se conocen sus reportajes investigativos para el diario "La Nación" y ha publicado varios libros: "Un Grito desde el Silencio", sobre la detención, asesinato y desaparición de Bautista van Schouwen y Patricio Munita, en 1988; "Romo. Confesiones de un Torturador", Premio Planeta de Periodismo Investigativo, año 2000; "Historias para no Olvidar", en coautoría con Héctor Salazar; además de coautoría junto a otros periodistas destacados en "Los crímenes que estremecieron a Chile", Ceibo Ediciones, 2013. Especialista en periodismo de investigación, ha buscado objetivos muy precisos, como aporte valioso en la recuperación y preservación de la memoria de las graves violaciones a los Derechos Humanos y de sus siniestros actores durante la dictadura cívico militar. El contenido de esta, su última obra, demuestra que ha indagado en un submundo de aquella represión, mencionando a los torturadores y agentes de los servicios de inteligencia, trayendo a la luz lo que el poder en esa época nefasta ocultó a la ciudadanía y describe, en su cruda realidad, las vísceras de un lugar de reclusión muy especial, del cual existen pocos testimonios de los detenidos que pasaron por el recinto, porque se estima que uno de cada dos que llegaban allí, desaparecían. A los sobrevivientes, víctimas de torturas sexuales, les ha costado relatar lo ocurrido, por haber afectado lo más íntimo de sus vivencias y los victimarios, siempre reticentes a describir sus actividades, en este caso se niegan absolutamente a reconocer que el sistema de terror implantado en el subterráneo de la "Venda Sexy" sobrepasó todas las posibilidades de hacer daño a las personas. Los antecedentes, sólidos e indesmentibles, que nos muestra en este libro, los buscó, con suma acuciosidad, indagando en los testimonios de

9

Ingrid Olderock, una de las representantes más significativas de la política de terror instaurada por la dictadura y, como aquella negó toda relación con torturas y matanzas, Nancy Guzmán debió recurrir a testigos presenciales de las atrocidades que se mencionan y que eran de tal magnitud que, por petición de una de ellas, esperó por largos años, con un sentido inmenso de ética periodística, para darlas a conocer, de modo que la madre de esa víctima no supiera los horrendos episodios que la hija debía relatar. La confiabilidad de este trabajo periodístico está asegurada en las fuentes de su investigación y nos informa sobre el entorno de la protagonista, dándonos a conocer un aspecto, desconocido para muchos, del Chile de entonces y del mundo en que se desenvolvía la funcionaria de Carabineros. La experiencia de la autora en el periodismo de investigación ha permitido que no se diluya la verdad. Ha delimitado precisamente lo que es necesario saber, sin entrar en detalles que puedan obnubilar el relato, ya que va intercalando con inteligencia el material del que dispone, de manera de hacerlo de fácil y atrayente, aunque terrible lectura. Como en este tipo de investigación la objetividad no existe, la escritora cuenta y razona y nos entrega el material para que compartamos con ella el sentimiento de rechazo a las prácticas nefastas de su personaje y de su entorno. En este aporte a sus lectores desea, como objetivo cultural, que se reflexione sobre la memoria y se conozca a los criminales en todas sus facetas, para evitar normalizar la barbarie': 11

Presentación

Este libro está basado en una serie de tres entrevistas con la oficial de laDINA Ingrid Felicitas Olderock Bernhad, realizadas entre julio y agosto de 1996. La demora en su publicación se debió a la solicitud de Alejandra Holzapfel de hacer público su relato solo tras la muerte de su madre. Corría la década de los noventa cuando recibí la oferta de la BBC 1 para trabajar en un documental sobre la tortura en el mundo. Me pareció interesante buscar a estos personajes sórdidos que se confundían en la cotidianeidad de un país que aspiraba a ser el tigre de Latinoamérica". Eran los años de la exitomanía. El dictador estaba instalado en la Comandancia del Ejército, se paseaba por la ciudad en tres Mercedes Benz blindados con cortinas, para que nadie viera en cuál de ellos iba y los Presidentes le rendían pleitesía e incluso le agradecían por no sublevar a sus fuerzas. Las violaciones a los derechos humanos habían desaparecido del horizonte de muchas personas que habían trabajado y arriesgaron sus vidas en la Vicaría de la Solidaridad. Incluso, tras algunos llamados, algunos respondieron que ya habían u dado vuelta la página", que eran 0tros tiempos" y que nada se sacaba revolviendo un tema que a la frágil democracia". Como siempre, mi amigo y abogado, dedicado a defender e investigar causas de violaciones a los derechos humanos, Nelson Caucoto, me escuchó y me entregó una lista de agentes con sus direcciones. Me comprometí a entregarle la información que obtuviera. Él, al igual que otros abogados, no lt

11

1

10

BBC: British Broadcast Corporation

11

había flaqueado ante la tentación de puestos bien pagados y, desde su oficina de defensoría pública, atendía a familiares de detenidos desaparecidos. En esa lista estaba el nombre de Ingrid Felicita Olderock Bernhard, mayor de Carabineros de Chile. Era la única información que tenía acerca de ella, además de un vago recuerdo acerca de las acusaciones que se le habían hecho desde algunos tribunales internacionales. Eran cerca de las 16:00 horas cuando llegamos a la calle Coventry 349. La casa de un piso tenía un antejardín visiblemente descuidado, donde estaba estacionado un auto Chevette de color rojo, que en su vidrio trasero lucía un adhesivo que decía "Yo amo a mi perro". Escalofriante. Ella era entrenadora de perros y, en ese papel, había creado el instrumento más ultrajante para torturar: un perro que, al son de sus instrucciones, violaba a los detenidos y detenidas. Esto había ocurrido en la Venda Sexy, nombre del centro de torturas más inquietante y desconocido de la época de la dictadura militar. El adhesivo en el auto nos hizo pensar que posiblemente ella aún viviera en esa casa. Entramos sin llamar. La portezuela de rejas estaba abierta. Todo parecía estar en abandono absoluto: la casa, el jardín, el automóvil, la reja y la puerta de ingreso. Solo bastaron dos gritos de ¡Hola! y un golpe a la puerta para que apareciera una mujer de aspecto andrógino. Tenía el pelo muy corto, rubio canoso, cuerpo voluminoso y grandes manos. Era ella, la capitana de la DINA. La mujer que había alcanzado el grado más alto en la Dirección de Inteligencia Nacional y cumplido el papel de directora de la Escuela Femenina de laDINA, donde se adiestró a cerca de 70 mujeres en las prácticas de la represión política. No obstante, su función de torturadora y adiestradora de perros para ultrajar a los detenidos, era lo que le había dado notoriedad nacional e internacional. Si bien al principio se negó a cualquier entrevista, luego de un corto intercambio de palabras aceptó que ingresáramos a su casa y se esmeró por ofrecernos café o té, los que sirvió con diligencia. La casa era fría, bastante oscura y húmeda. En el comedor se encontraba sentado un hombre moreno, que representaba unos 45 años, al que presentó como su profesor de trompeta y miembro de las Fuerzas Armadas. El hombre se sintió visiblemente incómodo, solo dijo unas pocas palabras y se retiró.

12

Olderock no paraba de hablar y fumar. Su tema era el odio a su institución, al ministro Bañados y a los periodistas. Sorprendentemente, de pronto dijo: «A mí, Mendoza2 me mandó a matar».

2

César Mendoza, ex Director de Carabineros y miembro de la Junta Militar.

13

Capítulo 1 La extraña historia de un atentado

La mañana del día miércoles 15 de julio de 1981, una fina llovizna invernal caía suavemente sobre Santiago. Eran cerca de las 7:30 de la mañana y en la casa de Coventry Nº 349, ubicada en el agradable barrio de Ñuñoa, al oriente de la ciudad, su única moradora, Ingrid Felicitas Olderock Bernhard, se disponía a cumplir su rutina: salir de su casa, caminar tres cuadras hasta la esquina de la concurrida Avenida Irarrázaval y coger un bus que la transportara hasta donde se encontraba su lugar de trabajo, la Dirección de Carabineros de Chile, uno de los grises edificios que rodean al Palacio Presidencial de La Moneda. Mientras tomaba a sorbos largos su cargado café y fumaba el primer cigarrillo de la mañana, se dijo que hacía días que dormía mal, a pesar de sus rezos y plegarias. Algo la angustiaba. ¿Su pasado? ¿El presente? No lo tenía muy claro, pero el temor se había apoderado de ella y ni siquiera las dos cajetillas de Viceroy lograban calmar la ansiedad que la consumía en la soledad de la noche. Al igual que cada mañana, la mujer abrió la puerta de su casa y escrutó detenidamente el movimiento en la calle. Buscaba señales que le indicaran

15

que todo estaba bien, que nadie la esperaba en las inmediaciones para atentar contra su vida. Pensaba que la casa que había heredado de sus padres estaba cargada de recuerdos confusos que la alteraban. En otras ocasiones la consumía la culpa, el miedo y la angustia. Eran esas imágenes aterradoras las que le impedían conciliar el sueño, se decía. La Browning 7.65 que guardaba en el cajón de su mesa de velador era un apéndice de su mano y su única compañera en las noches. Era tal era la seguridad que le producía ese artefacto, que la mantenía permanentemente limpia, perfecta, sin seguro y con la bala pasada, por si acaso. También llevaba otra en su cartera, el arma de servicio, para defenderse hasta la muerte y, por si fuera poco, guardaba una tercera en el horno de su cocina. Nadie que osara entrar a su casa pensaría que ahí había un arma lista para ser disparada. Las sesiones de terapia psicológica que había comenzado y a las que asistía para exorcizar sus culpas, la tenían confundida más que aliviada. Sentía que le habían derribado sus muros de contención, dejando todos sus flancos expuestos. Por primera vez era ella la que respondía preguntas, la que abría su vida y no podía eludir el fondo de sus conflictos sin entregar información que la dejaba indefensa ante otro ser humano. Tenía claro que, con la terapia, había transgredido todas las estrictas normas de su institución y de la Inteligencia Militar. Lo sabía. Pero la angustia y los sentimientos de culpa la superaban y necesitaba a un desconocido que la escuchara. Nadie que perteneciera a un servicio de inteligencia podía buscar ayuda psicológica con una profesional civil y ella lo había hecho. De ser descubierta, la transgresión sería sancionada drásticamente, incluso con la muerte. Cada cita era un riesgo de vida. Por eso tomaba toda clase de precauciones y aplicaba lo que los gringos le habían enseñado para despistar a los enemigos. Todas las semanas se inventaba una fachada. Buscaba rutas diferentes para llegar a su trabajo, caminaba chequeándose en cada esquina, se daba vueltas por el sector buscando alguna cara sospechosa e ingresaba al edificio sin que nadie lo notara. Su paranoia se acrecentaba día a día, al sentirse doblemente expuesta. Ya no eran solo las armas de sus enemigos marxistas las que la apuntaban, sino que

16

se había convertido en blanco para sus propios compañeros.de armas, si acaso se enteraban que estaba en tratamiento psicológico con una civil desconocida. Esa mañana, se sentía especialmente confundida. Por eso se quedó largamente observando uno a uno a los transeúntes que pasaron frente a su casa. Todo parece normal, se dijo, a modo de reafirmación. Niños en uniforme escolar pasaban presurosos, tratando de eludir el frío. Hombres ocultos tras gruesas chaqueta iban y venían. Su vecina, una funcionaria de la Fuerza Aérea, esperaba en la puerta la llegada de su transporte. Todo era normal, nada le indicaba que corría peligro, por lo que salió hasta el antejardín y, mientras abría la desvencijada reja, saludó y entrecruzó unas palabras con la mujer de la casa contigua. No parecía llevar mucha prisa, caminó media cuadra hacia el sur y, cuando se aprestaba a cruzar la esquina de Coventry con Baden, sintió algo inusual en el ambiente, pero no le dio mayor importancia. Se repitió una vez más que todo estaba bien, quizás como una forma de apaciguar sus angustias. Se dijo que la situación de seguridad era absolutamente dominada por los Servicios de Inteligencia de la dictadura y no prestó atención a los dos hombres que escondían su rostro tras unas gruesas parkas y caminaban en sentido contrario al de ella. Los dos hombres eran jóvenes, altos y fornidos. Vestían jeans y gruesas parkas azules, con el cuello subido. No se les veía claramente sus rostros. Parecían dos trabajadores que iban presurosos a sus jornadas diarias. Ambos habían cruzado la ciudad en bus para llegar a su objetivo a tiempo. No era raro que no dispusieran de un vehículo para la operación, pues el dinero que el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) recaudaba en el extranjero pára sus compañeros del interior, casi nunca llegaba a manos de los combatientes y se perdía en una oscura nebulosa, haciendo que la militancia en la clandestinidad viviera penurias y realizara operaciones asumiendo enormes riesgos, sin contar con la logística adecuada. Raúl Castro Montanare, conocido como y Carlos Bruit eran dos militantes del MIR que se habían incorporado a las filas de la revolución en la adolescencia. El golpe de Estado no amilanó sus sueños revolucionarios y, a pesar de su corta edad, comprendieron que las causas no se abandonan cuando se contaminan con la derrota. Con frecuencia resonaban en el silencio de la clandestinidad las palabras que Miguel Enríquez había pronunciado en su último discurso en el Teatro

17

Caupolicán: «No estamos asistiendo al crepúsculo de una Revolución, sino que el largo y difícil camino de la revolución obrera y campesina recién comienza.» Esas palabras habían despertado el coro de voces de conciencia, fusil: MIR, MIR" y se transformarían en el motor para que muchos asumieran la decisión de resistir a la dictadura cívico militar. Carlos sería uno de ellos. Detenido por laDINA cuando aún era menor de edad, había sumado a su decisión de resistir a la dictadura militar el odio desatado por las torturas recibidas en la Villa Grimaldi y la desaparición de entrañables militantes revolucionarios. Su salida al exilio en Francia fue solo un paréntesis antes de reintegrarse a la resistencia. La orden de eliminar a Olderock la habían recibido de Guillermo Rodríguez y este de un tal Rucio". Este milit-ª_D._te, a su vez, la había recibido del dirigente Hernán Aguiló. Fue en que se les daba a los encuentros clandestinos- donde le 'e'ntregaron a Rodríguez la información necesaria para «ajusticiar a una de las agentes más salvajes de la dictadura, la que había entrenado perros para violar a detenidas y detenidos y además en torturas, operaciones de exterminio y en había participado la Operación Esas referencias gatillaron la voluntad inmediata de los dos miristas cuando fueron convocados por Rodríguez para realizar la operación. La información obtenida en los chequeos al objetivo hablaba de una mujer corpulenta, rubia, de cabello corto, rubicunda, que vestía traje de oficial de Carabineros, con rutinas fijas y que se desplazaba a pie desde su casa, en la calle Coventry, hasta el paradero del bus en la Avenida Irarrázaval. El primer tiro lo dio }acinto". Olderock solo escuchó una frase: u esto es para ti"; luego sintió un estallido muy fuerte y cayó al suelo por el impacto. La bala dirigida al corazón solo la rozó. Carlos se aproximó, poniendo la pistola a medio metro de distancia y le disparó directo a la cabeza, para rematarla. El arma calibre 32 disparada a poca distancia no logró el objetivo. Solo alojó una bala en la cabeza, sin producir estallido de cráneo. Rápidamente, tomaron su cartera, una carpeta, y se fueron a paso rápido por el enjambre de calles de Ñuñoa. No supieron qué había pasado; 11

11

3

18

Entrevista de la autora a Guillermo Rodríguez y Raúl Castro Montanare.

pensaron que el cometido estaba cumplido, que Ingrid Olderock había pagado por sus crímenes. En el lugar, la mujer sangraba profusamente. Tras el velo viscoso que cubría su rostro, había visto con alivio las zancadas de sus atacantes que se alejaban, creyéndola muerta. De a poco comenzaron a llegar algunos vecinos, mientras otros espiaban disimuladamente tras los visillos de sus ventanas. Un joven se acercó a auxiliada. Ella balbuceaba algunas palabras y pedía que la ayudaran, que no la dejaran morir. Tiritaba, apenas sentía las piernas. Con esfuerzo, se hincó para rezar y trató de pararse para llegar hasta su casa, pero las piernas no pudieron con el peso de su cuerpo. Le pidió a otra vecina que fuera a buscar unas cajas que tenía en su casa y que no se las entregara a nadie. Hizo un nuevo esfuerzo y logró ponerse de pie para intentar llegar hasta la puerta de su domicilio. Fue en ese momento que se dio cuenta, con pavor, que no tenía su cartera ni tampoco la carpeta con la imagen del papagayo en una de sus tapas. No podía entrar a su casa porque no tenía las llaves. Se desesperó. Estaba en shock y no sabía por dónde comenzar a ordenar el caos que tenía en su mente. Solo repetía algo acerca de unas cajas que debían ser escondidas. A los pocos minutos, llegó una ambulancia del Hospital de Carabineros. Con premura, la tomaron, la pusieron en la camilla y la subieron al vehículo sin pedir mayores antecedentes ni testimonios a la gente que se agolpaba en el lugar. Al llegar a la clínica, la ingresaron a una sala de gran tamaño y la dejaron sola. Pasó un tiempo sin que los médicos la atendieran, a pesar de la gravedad de sus heridas y de llevar una bala alojada en la cabeza. Desesperada, comenzó a gritar por ayuda, a pedir que la atendieran, porque se moría. Solo después de un tiempo incalculable llegaron unos enfermeros que le tomaron la presión y algunos datos de rigor y la dejaron sola nuevamente. Fue tanto el griterío, que los médicos llegaron excusándose por la demora debido al cambio de turno y la pasaron a pabellón. Entre los gritos desarticulados de la mujer, había un pedido especial que se repetía con insistencia: lt¡No quiero anestesia!". ¿Por qué la aterraba la anestesia? Tenía claro el uso que laDINA le daba al Pentotal y no quería correr riesgos; quizás temiera que algún secreto pudiera salir de su boca en me-

19

dio de la inconsciencia o, peor aún, que la subieran a un helicóptero y la lanzaran al mar atada a un riel. Sabía que nadie la buscaría, que nadie reclamaría su cadáver. Aterrorizada, ingresó al pabellón del Hospital de Carabineros. De allí saldría con la bala alojada en el mismo sitio y sin ningún daño visible. Solo con el tiempo desarrollaría una extrema ansiedad y algunos rasgos psicóticos temporales, como señalarían los médicos. Pero la verdad es que ella no tenía ningún psicótico", sino que sus comportamientos exaltados eran parte de su personalidad y los explotaba para resguardar su vida. Este comportamiento, con el tiempo, le serviría cada vez que fuera llamada a declarar ante los tribunales de justicia, donde se parapetaba tras conductas excéntricas.

Relato de lngrid Olderock «Esa mañana, salí igual que otras veces. Llevaba mi cartera y una carpeta cuero muy linda, que decía 'Colombia' y tenía un papagayo de colores. muy llamativa; me la había regalado Yiye Avila, así que yo le tenía cariño. «Pasé por la esquina y vi un auto estacionado. Cuando me iba a acercar, es para ti". Y, a menos hombre se me acerca y me dice algo así: dos metros, me dispara. El tiro me rozó la cabeza y me lanzó al suelo. en el suelo, veo que el hombre se abalanza sobre mí para rematarme me pone la pistola como a medio metro y dispara, recoge mi cartera y la ro-:tl"·na·t--:t y se arranca. Yo le alcancé a ver la silueta y el tamaño de los pies. «Quedé tendida y creí que me moría ¡Si este fue un milagro de Dios!» refiriéndose a su recuperación. «Fue a poquitas casas de aquí -se refiere a su casa-. Me estaban espelos desgraciados. «Fue aquí, en la esquina de Coventry con Haden. «Ellos sabían que yo todas las mañanas salía de mi casa a pie, a tomar micro para ir a la Dirección de Carabineros. «¡Sí po'! Yo andaba a pié, no tenía ni auto, ni guardaespaldas, como los Se molesta al referirse a quienes habían sido sus jefes en la DINA y a altos mandos de Carabineros. Durante largo rato comenta acerca del

abuso de poder que existía en su institución. Después se calma y prosigue con su relato. «Aquí al lado, una vecina que era de la FACH 4, me vio caer y salió corriendo a pedir ayuda. También había un muchacho que estudiaba leyes en la universidad y que esa mañana, cuando sucedió esto, iba a clases ... él me ayudó. Yo no sé cómo llegue hasta mi casa. Pensaba llamar para que viniera la ambulancia de Carabineros y quería abrir la puerta y me di cuenta que no podía porque me habían llevado la cartera donde tenía las llaves. Le dije a mi vecina que cuidara unas cajas que tenía guardadas, que no las dejara. «Así que me hinqué a rezar en la calle para que Dios me ayudara, y ahí fue cuando llegó la ambulancia de Carabineros que estaba a dos cuadras de mi casa. Eran las siete y media de la mañana cuando sucedió el atentado y, según ellos, habían ido a llevar un enfermo a su casa. ¿A esa hora? Es muy raro, ¿no cree? Se demoraron quince minutos en llegar hasta mi casa». Entre el reclamo rabioso y la búsqueda de complicidad de su entrevistadora con su relato, la mayor en retiro lngrid Olderock recuerda la 1Tiañana en que dos tiros casi le quitan la vida. Insistió en sus argumentos, que comprometían en el atentado a la Dirección General de Carabineros de la época. «Cuando llegué al Hospital de Carabineros, me dejaron abandonada en una sala grande, al final de un pasillo, en lugar de llevarme rápidamente al quirófano para ser operada y extraerme la bala que tenía en la cabeza. Tuve que gritar para que llegaran unos enfermeros. Los médicos llegaron dijeron que estaban en el cambio de guardia ¿Cómo iban después y a tener botada a una persona con una bala en la cabeza por el cambio de guardia? «Esperaban que me muriera y por eso no me atendían, a pesar que estaba grave y sangraba». Al ser consultada por qué no la dejaron morir durante la operación, si tanto afán tenían por deshacerse de ella, responde que no sabe. «Investigué a través de amigos fieles que tenía al interior de Carabineros de Chile, y todas las informaciones coinciden en que el atentado en mi contra se gestó a nivel de la dirección de esa institución. 4

Fuerza Aérea de Chile

21

«Yo investigué, soy especialista en eso. ¿Quién había dado la orden de matarme? Sé que fue el General Mendoza. Él tomó la decisión y destinó a Benimelli 5 para que la ejecutara». La pregunta que surge es, ¿por qué ella insistía en que era su institución la que buscaba deshacerse de ella, siendo considerada una oficial destacada?

Una oficial destacada Rápidamente, las radioemisoras que transmitían las noticias de la mañana comenzaron a recibir la inquietante información acerca de un atentado en la zona oriente de la capital. La víctima era, hasta entonces, una mujer desconocida para la mayoría de los chilenos. Poco a poco fueron apareciendo los datos a través de tímidos trascendidos. El comunicado oficial de Carabineros de Chile, aparecido en la prensa nacional, señalaba: «Hoy, a las 7:25 horas, en los momentos en que la mayor (E.F.) señorita Ingrid Felicitas Olderock Bernhard transitaba por la calle Coventry, comuna de Ñuñoa, en dirección a su oficina, fue atacada a mansalva por la espalda por un desconocido, quien sorpresivamente disparó sobre ella con un arma de fuego, causándole heridas en la cabeza de carácter grave, huyendo el agresor posteriormente». Lo que no mencionaba el comunicado era la función que Olderock realizaba al interior de su institución. Era una destacada Oficial de Inteligencia del cuerpo de Carabineros de Chile, que había cumplido importantes servicios en laDINA. Su historia al interior de la policía de Carabineros de Chile había sido u exitosa", por lo menos hasta 1973. Así lo recordó Ingrid Olderock una fría tarde de invierno en la sala de su casa mientras sostenía nerviosamente un cigarro, que se llevaba con ansiedad a la boca, una y otra vez, al tiempo que se quejaba de lo mal que le hacía el tabaco. 5

22

Se trata del mayor de Carabineros Julio Eladio Benimelli Ruz, quien participó en la represión al aparato de Informaciones del Partido Comunista entre los años 1975 y 1976, cuando formaba parte del Comando Conjunto Antisubversivo, conformado por la Dirección de la Fuerza Aérea (DI FA), el Servicio de Inteligencia de Carabineros (SICAR), la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE), el Servicio de Inteligencia Naval (SIN), civiles de Patria y Libertad y algunos miembros de Investigaciones de Chile.

«Yo fui una de las fundadoras de la Escuela Femenina de Carabineros. Siempre había querido ser policía, desde chica me gustaba lo militar, a pesar que a mis padres les disgustaba mucho que yo entrara a Carabineros. Ellos encontraban que Carabineros era rasca. Así que envié un proyecto al General Queirolo 6, que era Director de Carabineros en la época, donde le explicaba lo que debía ser el cuerpo femenino de la institución policial. A él le gustó muchísimo mi propuesta y comenzó a funcionar la Escuela Femenina con más de 100 postulantes, entre las que estaba yo. «Fui una pionera. También tuve las mejores calificaciones de la escuela, porque yo me dedicaba a estudiar y a trabajar, no como las otras. «¡Es que los chilenos hacen todo al lote!» Y era cierto. Ingrid Olderock tenía una disciplina prusiana forjada por sus padres, y eso la había llevado a sobresalir entre sus pares. Era tiradora experta, la mejor en artes marciales y en defensa personal, paracaidista y jinete sobresaliente en la Escuela de Carabineros. Así la recordaron sus compañeras de escuela al cumplirse los 50 años de la formación de la Escuela de Carabineros, sección femenina. «En 1966 se aprobó el reglamento que dio origen al Escalafón Femenino de Orden y Seguridad, destinado a las brigadieres, y se instauró por ley el Departamento de Policía de Menores. En 1967, la Subteniente (E.F.) Ingrid Olderock se convirtió en la primera mujer paracaidista de Carabineros y las Fuerzas Armadas en efectuar un salto desde 1.000 metros, en el campo militar de Peldehue». Olvidaron, en sus memorias, que era también una experta adiestradora de perros. Su carácter fuerte, inflexible y con tendencias a sobre exigir en las órdenes a sus subordinadas, era el ideal en un cuerpo policial que tenía una marcada formación militar. Sus actitudes militaristas, racistas, clasistas y anticomunistas tenían raíz en la educación familiar, profundamente represiva y de fanática admiración por el nazismo. «Mis padres eran muy exigentes, estrictos. Y como estudiaba en el Colegio Alemán, que también era muy exigente, a mí y mis dos hermanas no nos dejaban hablar español en .la casa, solo teníamos que hablar alemán. Y como 6

Arturo Queirolo Fernández fue General Director de Carabineros entre los años 1958 y 1964. Fundó la Escuela Femenina de Carabineros de Chile el 16 de julio de 1962.

en el colegio hablábamos puro alemán, nuestros padres nos castigaban si hablábamos español, así que no podíamos relacionarnos con nadie chileno. «A mis padres no les gustaba que nos juntáramos con gente que fuera chilena. A ellos no les gustaban los chilenos porque eran muy indios y tampoco había mucha gente con quién juntarse, así que nosotras pasábamos, las tres, solas en la casa, pero iban muchos profesores de música y de danza para mi hermana, la que se fue a Alemania. «Crecimos aisladas. Mis padres eran de una disciplina muy alemana, no al/ate como son los padres chilenos que crían a los niños dejándolos hacer de todo. En mi casa todo tenía que estar ordenado, o nos mataban. Ellos siempre nos enseñaron de acuerdo a como era la cosa en Alemania. soy nazi desde pequeña, desde que aprendí que el mejor período \ que vivió Alemania fue cuando estuvieron los nazis en el poder, cuando ) había trabajo y tranquilidad y no había ladrones ni sinvergüenzas. Pero que quede claro: no comparto el exterminio de los judíos. Tampoco estoy de acuerdo con los de la Colonia Dignidad 7 • «Le voy a contar que mis abuelos llegaron de Alemania con mis padres, a Peñaflor. Ellos fueron parte de un grupo de alemanes que formaron la Colonia de Peñaflor, que todavía existe. Son familias de colonos alemanes que se instalaron allí a trabajar. Para mis abuelos fue terrible llegar a este país. A ellos les habían dicho que este era un país civilizado y les habían prometido miles de cosas, pero cuando llegaron, no les dieron na', había puros indios a pata pela' y medio tontos, flojos y pobres. Eso fue terrible; mis abuelos se deprimieron, a ellos no les gustaba na' de esto. Nunca les gustó Chile. «Tampoco le gustaban los ingleses. Yo me enamoré de un inglés, que era todo un caballero y mis padres me prohibieron verlo y lo corrieron de la casa. A mis padres no les gustaba que nos visitaran». En los días siguientes al atentado, la prensa escrita nacional destacaba en sus titulares que un comunicado del Mando Zonal de la Resistencia Popular, comando uLumi Videla", se había adjudicado la autoría del atentado a

Enclave alemán que fue fundado en 1961 por el ex cabo nazi Paul Schaffer Schneider al interior de Parral, en el lugar conocido como fundo El Lavadero, que luego pasa a ser conocido como Villa Baviera.

Ingrid Olderock8 • En él no se mencionaba la fuente de la información, pero el Almirante José Toribio Merino, miembro de la Junta Militar, se apresuraba en afirmar que los autores del atentado eran «vándalos y cavernícolas, seguramente pertenecientes al PC, y que no tienen derecho a ningún respeto de los derechos humanos que los puedan proteger» 9 • Esa declaración era un aviso: los días venideros serían difíciles para la oposición y lo más probable era que se aproximara una fuerte represión. El nombre del supuesto comando inducía a pensar que se trataba de una acción del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, puesto que Lumi Videla había sido una conocida militante de este partido político, detenida en septiembre de 1974 y asesinada por laDINA el 3 de noviembre de ese mismo año. Su cuerpo desnudo había sido lanzado al interior de la embajada de Italia, con el fin de desprestigiar a los refugiados y, de paso, secuestrar a Humberto Soto mayor, quien se había asilado tras el enfrentamiento donde falleció Miguel Enríquez. Como era habitual, por entonces, durante días la prensa difundió profusamente la versión de laDINA, haciendo aparecer la muerte de Lumi Videla como un homicidio pasional entre asilados en la embajada, que desde septiembre de 1973 se encontraba atestada de ciudadanos chilenos y extranjeros que huían de la represión militar posterior al golpe de Estado. El nombre de Ingrid Olderock llenaba los noticieros y los teletipos de las agencias de prensa comenzaban a difundir hacia el exterior las pocas informaciones que lograban obtener en los círculos periféricos de la dictadura. Las preguntas que rondaban en el ambiente periodístico eran: ¿Quién era esta mujer de nombre y apellido alemán? ¿Por qué esta desconocida había sido objeto de un atentado? Y, ¿quiénes realmente habían atentado contra ella? Hasta entonces, solo se conocía la existencia de hombres entre los agentes del Estado dedicados a la represión. Poco había circulado la acusación de Amnistía Internacional contra Olderock y otros señalamientos en los informes de Naciones Unidas, que daban cuenta de sus aberrantes torturas. Las declaraciones en diferentes tribunales europeos de ex detenidos, la •nu...... u ........... u como torturadora y adiestradora de perros usados para infligir Revista HOY 22 al 28 de julio de 1981 pag N° 9 Revista HOY 22 al 28 de julio de 1981 pag N°1 O

mayores dosis de sadismo en las sesiones de torturas y como responsable de los grupos que hacían desaparecer a los detenidos. La noticia no solo hacía correr a los periodistas; también Odlanier Mena, director de la Central Nacional de Informaciones (CNP 0), debía responder a Pinochet cómo se había producido un atentado en sus narices. Al interior del círculo de poder de la dictadura, muchos consideraban el atentado como prueba del relajamiento de los organismos de seguridad y comenzaban a añorar la tranquilidad que les había proporcionado el general Manuel Contreras 11 • Contreras, desde su escritorio en la empresa de fachada Alfa y Omega12, enviaba mensajes a personajes claves para hacerles ver que la "guerra contra la subversión" no había terminado y para ofrecer sus servicios de seguridad privada. Volvamos un poco atrás para revisar qué venía pasando en Chile.

La década de los años ochenta fueron tiempos difíciles en Chile. La primera etapa represiva de la dictadura cívico militar, durante los años de la década de 1970, había estado dirigida a la izquierda en general, 10 La Central Nacional de Informaciones (CNI) fue el organismo represivo continuador de la Dirección de Inteligencia Nacional {DI NA). Su primer director fue Manuel Contreras Sepúlveda. Lo sucedió el general retirado de Ejército Odlanier Mena. A su salida fue nombrado director el general de Ejército Humberto Gordón, responsable de numerosos asesinatos encubiertos como falsos enfrentamientos. El año 2000, mientras se investigaba el asesinato de Tucapel Jiménez, Gordon murió repentinamente en el Hospital Militar. El año 1986 asume la dirección de la CNI el general Hugo Salas Wenzel, condenado por la muerte de 12 militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, conocido como "Caso Albania". El último director del organismo represivo fue el general Gustavo Abarzúa, responsable del asesinato de Jecar Neghme, ocurrido tres meses antes de la primera elección presidencial que terminaba con la dictadura. 11 Manuel Contreras Sepúlveda, siendo coronel de la rama de Ingeniería del Ejército, fue nombrado por Augusto Pinochet para que organizara la DI NA y luego lo nombró director del organismo represivo. Se mantuvo en el cargo desde su origen hasta que fue disuelta {1973 a 1977). 12 "Alfa y Omega" fue una empresa de seguridad y transporte de valores que Manuel Contreras compró en 1980, junto a su socio Ignacio Navarrete Cáceres. La escritura firmada ante el notario Luis Azocar establece que Contreras compró el 98% de la propiedad. Con esta empresa, Contreras se involucró en turbios negocios de compra y venta de armas para los grupos paramilitares organizados por los servicios de inteligencia de la dictadura militar.

26

abarcando a todas las organizaciones políticas y sociales: partidos, sindicatos, juntas de vecinos y federaciones estudiantiles. En ese período, el terror operó desde el Estado a través de la Junta de Gobierno y en él participaban activamente todas las Fuerzas Armadas, la policía civil y uniformada, sumándose a ellas las organizaciones paramilitares de derecha: Patria y Libertad y el Comando Rolando Matus. Además, un grupo no despreciable de empresarios del ámbito agrario se había ofrecido para llevar a cabo las operaciones de exterminio de campesinos y comunidades mapuche que habían participado activamente en las luchas por la expropiación de tierras durante la Reforma Agraria. No debe olvidarse que un número importante de empresarios y altos ejecutivos de empresas privadas formaban parte de la Reserva de las Fuerzas Armadás. El en la política represiva de la dictadura militar fue la de Inteligencia Nacional, fundada en octubre creación de de 1973. Este cr.rganismo represivo se encargaría de la administración del terror y se concentraría, en primer lugar, en la destrucción del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR. Cientos de militantes de ese partido político, o quienes colaboraban brindando apoyo logístico para enfrentar la clandestinidad, simpatizantes, familiares y dirigentes, habrían de pasar por inenarrables sesiones de tormentos en las temidas casas de torturas entre 1974 y 1977. Este cerco terminó con la muerte y desaparición de gran parte de su dirigencia y militancia histórica. Un escaso número de militantes y dirigentes del MIR logró romper el cerco, escapando de Chile. Una vez instalados en el extranjero, comenzaron a organizarse para enfrentar militarmente a la dictadura. Este proyecto sería conocido popularmente como la 1 ) \ La política del "Retorno" se iniciaría el año\L 978, 9on un cambio profun__ do en la estrategia del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Miguel Enríquez, junto al grupo fundador del MIR, había propuesto desde sus inicios una acción revolucionaria que convocara a las grandes masas a la lucha por el poder, para construir una sociedad socialista. Un hecho inaudito y desafiante para una sociedad temerosa, domeñada, cuya izquierda jamás se había propuesto la lucha por el poder, optando siempre por la vía de reformas parciales y dejando en manos de la derecha la hegemonía del poder. Tras el golpe de Estado, el MIR había intentado avanzar en una política alianzas que proponía el desarrollo de un gran frente de resistencia a ./

la dictadura militar, con el fin de recuperar la democracia y para disputar en la arena política las grandes diferencias de los proyectos de sociedad. Con vistas a desarrollar ese gran frente, Miguel Enríquez se había contactado con algunos sectores de la Iglesia Católica, con miembros de la Democracia Cristiana y con sectores de la Unidad Popular en la clandestinidad. El Obispo Carlos Camus y Laura Allende 13 habían servido como intermediarios. Entonces, el coronel de la FACH Edgar Cevallos propuso una negociación: liberar a todos los prisioneros del MIR que estaban en la Academia de Guerra (AGA) de su institución, a cambio de la rendición. Enríquez respondió que el MIR no se rendía. La muerte de Miguel Enríquez, cercado por laDINA el S de octubre de 197 4, sumada a las desapariciones, el encarcelamiento de centenares de militantes del MIR y los efectos de la clandestinidad, habían desarrollado una cultura política manejada por las conspiraciones, más cercana a posiciones estalinistas, donde la vida personal y colectiva de sus militantes era controlada por la dirigencia y, quienes se oponían a sus políticas, eran expulsados deshonrosamente. En ese clima de derrota, la dirección lanzó su política de "Retorno", destinada a reingresar a Chile a todos sus militantes, para combatir a la dictadura militar. En Europa y América Latina comenzó el reclutamiento de quienes habían partido al exilio y se encontraban reorganizando sus vidas tras las traumáticas experiencias represivas. Todos habrían de pasar por un breve período de entrenamiento en Cuba, antes del reingreso clandestino al país. A fines del año 1978, la tarea de exterminio contra los opositores estaba casi concluida. Ese año fueron detenidas 1.623 14 personas y de ellas, según

13 Laura Allende Gossens (1 911 - 1981 ), hermana del Presidente Salvador Allende, madre de Denise, Marianne, Gastón y Andrés Pascal Allende. Fue una destacada dirigente socialista y diputada por Santiago entre 1960 y 1973. A pesar del cáncer que la afectaba, tras el golpe se sumó a la resistencia corriendo enormes riesgos. Fue detenida por la DI NA en noviembre de 1974 y salió al exilio en 1975. En 1976 se radicó en Cuba hasta su muerte. 14 Archivos de la Vicaría de la Solidaridad. Estos datos corresponden sólo a detenciones que fueron declaradas ante la Vicaría de la Solidaridad no a los totales reales. Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, anexo Informe Calificación de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos y de la Violencia Política, año 1996, pág.579

28

datos oficiales, desaparecieron solo once 15 • De todos los detenidos, 1.249 habían sido arrestados durante manifestaciones. Era el comienzo del fin al miedo. Se iniciaba otro período y prueba de ello era la organización de los primeros movimientos sociales -que se articulaban en torno a la búsqueda de los detenidos desaparecidos- y las Bolsas de Cesantes. Ambas, cobijadas por la Iglesia Católica en la Vicaría de la Solidaridad, daban a algunos grupos un pequeño margen de acción para hacer política abierta de resistencia. Ese año, también, dejó de funcionar la Villa Grimaldi como centro de detención y torturas. El mismo año, el día 2 7 de marzo, el todo poderoso ex Director de laDINA Manuel Contreras, alias "el era llamado a retiro por su propio mentor, el general Augusto Pinochet. ¿La razón? La justicia norteamericana había concluido su investigación sobre el asesinato de Orlando Letelier y la norteamericana Ronnie Moffit, ocurrido en Washington el21 de septiembre de 1976 y presionaba a la dictadura para que entregara a los miembros de la DINA que habían participado en el atentado, incluyendo al entonces coronel Manuel Contreras, director del organismo de inteligencia de la dictadura. Pero la salida de Contreras del Ejército no se debía sólo a las presiones de la administración del presidente demócrata de los Estados Unidos, Jimmy Carter. Había, en su llamado a retiro, una búsqueda, por parte de Pinochet, de sacarse de encima a un subalterno que le había comenzado a ser incómodo: acaparaba demasiado poder y ya muchos altos mandos de las fuerzas castrenses resentían a este particular hombre de armas, que sobrepasaba las rígidas jerarquías militares y no trepidaba a la hora de deshacerse de sus enemigos, tanto personales como políticos. También les era molesto a los civiles que tenían importantes posiciones en la dictadura y que buscaban blindar al gobierno, inmunizarlo ante las acusaciones respecto de las violaciones a los derechos humanos, pues los afectaba económicamente. El retiro de Contreras del Ejército se hizo de modo escalonado. Nadie, ni Pinochet, quería tener problemas con el hombre que había espiado a todos sus amigos y enemigos y tenía a su disposición un pequeño ejército de leales. Había acumulado demasiado poder en los casi cuatro años a cargo de laDINA. El12 de julio de 1977, Pinochet disolvió la DINA y creó la Central Nadode Informaciones (CNI) por Decreto Fuerza de Ley Nº 1878, dejando a Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, anexo Informe Calificación de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos y de la Violencia Política, año 1996, pág. 579.

29

Contreras al mando del nuevo servicio de seguridad. Como el nuevo decreto exigía que el director del nuevo organismo de inteligencia debía ser un general en servicio activo, lo ascendió. Pero su ascenso sería solo un escalón para su caída. El3 de noviembre de 1977 fue reemplazado en la dirección de la Central Nacional de Informaciones y el27 de marzo de 1978, Pinochet lo llamó a retiro. La molestia de Contreras fue tan grande, que muchos temieron una posible retaliación, pero Lucía Hiriart lo llamó personalmente para decirle que estaba de su lado, lo que apaciguó la ira del General. Para marcar su poder, Pinochet nombró director de la CNI al enemigo número uno de Contreras, el general Odlanier Mena. Mena había tenido serios contratiempos con Contreras mientras fue director de la DINE 16 y Contreras de laDINA. A tal punto llegaron tales diferencias, que Mena, junto a otros altos mandos de la Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, crearon un grupo represivo paralelo a laDINA, el llamado Antisubversivo Conjunto". A Mena, como a otros altos oficiales, le molestaba que Pinochet se hubiese saltado la jerarquía institucional, nombrando de director de un organismo de inteligencia a un simple coronel del arma de Ingeniería. Más aún cuando ese coronel tenía poderes que sobrepasaban los de cualquier general. En septiembre de 1975,los generales de la Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas habían tenido una dura reunión con Contreras, en el edificio Diego Portales 17 • En esa ocasión, el ministro de defensa Herman Brady y el ministro del interior César Benavides, habían obligado a los generales de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), la Dirección de Inteligencia de la FACH (DIFA), el Servicio de Inteligencia de Carabineros (SICAR) y el Servicio de Inteligencia Naval (SIN), a firmar un documento que le entregaba a laDINA toda la autoridad sobre la represión interior. El documento del Departamento de Defensa de los Estados Unidos del 20 de noviembre de 1975, señala que: «Hernán Brady (Ministro Defensa), 16 Dirección de Inteligencia del Ejército. 17 Fue llamado Diego Portales al edificio construido para la Tercera Reunión de la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD) realizada en Chile el año 1972. El complejo contaba con un edificio de 23 pisos, salas de conferencias y casino. Tras el golpe de Estado se convirtió en la sede de la Junta Militar, cambiándole el nombre a Diego Portales. Hoy el edificio es la sede del Ministerio de Defensa y se recuperó la edificación destinada a la cultura, donde se encuentra el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).

30

junto a los otros jefes de las FFAA, servicios de inteligencia de las FFAA, más el director de laDINA, se reunieron el17 de noviembre para discutir las regulaciones promulgadas el 22 de septiembre de 1975, dictadas por el Ministro del Interior acerca de las detenciones de personas sospechosas de actividades subversivas. Contreras se había quejado días antes al Ministro del Interior César Raúl Benavides Escobar, que el Brigadier Enrique Ruiz Bunger, director de inteligencia de la Fuerza Aérea, estaba desobedeciendo las órdenes del 22 de septiembre y continuaba deteniendo a miembros del P.C. (Partido Comunista). La Marina, en menor escala, también estaba deteniendo a miembros del P.C. y Contreras no sabe el número exacto de los detenidos que tenía la Fuerza Aérea y la Marina». Por lo tanto, Odlanier Mena vio en su nombramiento como director de la CNI un desquite con Contreras y su gente. 11

La ilusión Carter Jimmy Carter había asumido la presidencia de los Estados Unidos (19771981) tras la administración de Gerald Ford, quién reemplazó a Richard Nixon en 1974, luego de su dimisión producto del escándalo de espionaje al interior del gobierno, conocido como el Watergate, hecho que generó la peor crisis política de la post-guerra en los Estados Unidos. Carter era considerado un político liberal, sensible a las denuncias por violaciones a los derechos humanos que se cometían en Latinoamérica, las que aparecían en extensos reportajes en los medios informativos estadounidenses. Esa nueva mirada de la prensa norteamericana era el reflejo de una sociedad que había cambiado tras la guerra del Vietnam, que se había vuelto más crítica a la participación de su gobierno en las intervenciones militares en territorio extranjero, permeando a los sectores más progresistas de la sociedad que buscaban a un presidente con una visión más humanista de la política exterior de su país. La elección de Carter fue la expresión de una opinión pública norteamericana cansada de las denuncias que se hacían a la CIA por actividades conspirativas para derrocar gobiernos contrarios a la política de La Casa Blanca. Así lo consignaba la Comisión Church del Senado Norteamericano. participación del gobierno de Nixon en actividades ilícitas había sido

descarada y parte de ello estaba recopilado en este informe, que describía la instigación y asignación de recursos a sectores políticos de derecha, demócrata cristianos, prominentes empresarios y militares chilenos, con el fin de que Salvador Allende no asumiera como presidente de Chile en 1970 18• A la CIAy a la política exterior de Henry Kissinger se le atribuía culpabilidad en los asesinatos de dos ciudadanos norteamericanos tras el golpe de Estado en Chile: Charles Horman, periodista independiente que simpatizaba con el gobierno de Salvador Allende y el estudiante de Economía de la Universidad de Chile, Frank Terruggi. También se acusaba a los representantes de la Embajada de los Estados Unidos de no haber protegido a todos sus ciudadanos de la represión en Chile. Diecisiete norteamericanos habían sido detenidos y sus experiencias horrorosas en el Estadio Nacional eran el testimonio del abandono de su embajada, que no había intervenido en defensa de sus conciudadanos. Tampoco estaba muy claro el rol de Kissinger en la Üperación Cóndor". Carter no era demasiado carismático, pero tenía un leve parecido con John Kennedy y lo había utilizado para atraer a los nostálgicos de los años sesenta. También había cautivado a los electores con su sonrisa amable, que contrastaba con la holywoodense apariencia de su contendor, Ronald Reagan, y con los rasgos adustos de sus antecesores. Carter intentaba cambiar la imagen de los Estados Unidos y recuperar el liderazgo internacional desgastado. Esta percepción despertaba muchas esperanzas en los demócratas de Latinoamérica, que veían en él la posibilidad de revertir las dictaduras y el término de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos. En Chile, los opositores a la dictadura militar tenían grandes ilusiones puestas en este cambio, casi desmesuradas para los magros efectos que la administración Carter tuvo en cuanto a evitar que se siguieran produciendo violaciones a los derechos humanos y políticos. En las cárceles y campos de prisioneros, los detenidos apostaban a que la represión comenzaría a mermar y que Carter impulsaría, vía boicot económico y embargo de armas, la apertura para crear una fuerza política capaz de derrocar a Pinochet. Pinochet y su staffpolítico estaban nerviosos; sospechaban que Carter no iba a ser solícito con su gobierno. Tenían la certeza que la imagen que proyec11

18 Documentos desclasificados del, ASN, Archivo de Seguridad Nacional. 15 de Noviembre de 1970. Reunión de Richard Nixon con Richard Helms, director de la CIA. Nixon le ordena un plan de golpe de estado en 48 horas.

taba la dictadura militar era desastrosa, a tal punto que el viaje de Pinochet a los funerales de Francisco Franco había sido la única visita de Estado - aún sin ser invitado- que había hecho hasta la fecha y con pésimos resultados. Incluso debió devolverse antes que llegaran las autoridades invitadas a la ceremonia de juramento como nuevo Jefe de Estado del Rey Juan Carlos de Barbón, para no incomodar a los mandatarios que habían amenazado con no asistir si el dictador chileno estaba presente. Los diarios europeos titularon en esa época: IIPinochet se va, los presidentes del mundo llegan". En parte tenían razón al pensar que el flamante presidente demócrata estadounidense no iba a arriesgar su carrera política amparando a un gobierno que se sostenía violando los derechos humanos a diario. Pero Carter tenía otra preocupación: Centro América. El patio trasero" se había desordenado y Nicaragua se convertía en la revolución posible. De tal modo que, mientras la dictadura chilena disminuyera la intensidad de la violencia sobre sus connacionales y dejara de organizar actos terroristas fuera de sus límites, Estados Unidos se mostraría distante, aunque no decidido a poner fin a la dictadura. Pinochet entendió que debía hacer algunos cambios al interior de su aparato de inteligencia, que proyectaran la voluntad de restitución de ciertos derechos civiles, calmando de esa forma a los congresistas demócratas, que eran tenaces detractores de la dictadura chilena. La preocupación principal era que aumentara el boicot a su gobierno y que eso condujera a cancelar préstamos que necesitaba urgentemente para costear el enorme presupuesto militar y la débil economía, en momentos que se comenzaba a vivir una crisis económica mundial. Pinochet no se podía dar el lujo de quedar sin la ayuda norteamericana, puesto que tenía a sus espaldas dos posibles conflictos, uno con Perú y otro con sus socios allende la cordillera, la dictadura Argentina. El gobierno de Carter, contrario a las expectativas de los opositores a las dictaduras latinoamericanas, poco hizo por apoyar los esfuerzos democratizadores, es más, fue el único Presidente norteamericano que recibió en la Casa Blanca a Augusto Pinochet como jefe de Estado. 11

El atentado y sus claves

liJa cinto" y Carlos" habían huido del lugar del atentado 11

'Y,

tomando cada uno un camino divergente. A paso rápido .

32

..:.:""'

.

''

laberínticas calles de Ñuñoa, hasta llegar a la Avenida Tobalaba, hacia el oriente de la capital. Ambos andaban armados y, cada minuto que pasaba, el arma les pesaba más. No podían correr ni un riesgo, por lo que se fueron directo a la casa de acuartelamiento. Cuando llegaron y se encontraron, abrieron la cartera de Olderock. No encontraron nada inesperado. La revisaron detenidamente en sus recovecos y bolsillos y solo encontraron una pistola con un número de serie correspondiente a Carabineros de Chile, algo de dinero y papeles sin importancia. Pero la sorpresa la encontraron al abrir la carpeta de cuero que decía 'Colombia' y tenía un llamativo papagayo en una de sus caras. En su interior había cerca de seis pasaportes, más de uno falsificado por la propia Olderock y uno en pleno proceso de falsificación. Sin embargo, lo más sorprendente fueron unas cartas que indicaban que tenía contactos con alguna organización en la clandestinidad y estaba a punto de desertar de los servicios de inteligencia. ¿Por qué su partido los había enviado a eliminar a una agente que, a juzgar por los documentos encontrados, parecía tener contactos avanzados con algún grupo opositor y estaba falsificándose una identidad para salir del país? Era extraño. Aunque nada en esos días era normal. Más extraña aún les pareció la obstinada defensa que Olderock hizo de la carpeta después de los dos tiros que recibiera en su cuerpo. Lo que no supieron fue que Olderock, con dos balas en el cuerpo, obsesivamente pedía a su vecina que guardara "unas cajas que tenía en su casa". Parecía que alucinaba e insistía en hablar de "unas cajas muy importantes". Sucedía algo inaudito. La mujer más feroz de la inteligencia de la dictadura militar estaba ad portas de desertar de los Servicios de Inteligencia y el MIRle hacía un atentado. Ella había sido la encargada de elegir y formar a las mujeres de la DINA, siendo la directora de la Escuela Femenina de esa agencia en Santo Domingo; no había trepidado en torturar (a pesar que nunca lo reconoció y que, al igual que otros, confesó haber sido solo 'analista') y en buscar fórmulas para causar más dolor y degradación humana a través del adiestramiento de perros para violar a detenidos y detenidas.

34

Guillermo Rodríguez, encargado de las Milicias del MIRa comienzos de la década de los ochenta, fue quien recibió la orden de seleccionar a dos milicianos para llevar a cabo el atentado contra Olderock. 19 «El atentado se gestó a partir de una información que le llegó a la Dirección del MIR de parte de un ayudista que trabajaba en la embajada de Jordania como junior. A él lo conocíamos solo por sus apellidos, Pizarro Piña, y era hijo de una señora que trabajaba haciendo el aseo en la casa de la Olderock. «Ella era una modista muy humilde que vivía a pocas cuadras de Olderock y se dio cuenta que esta mujer era parte de los aparatos de seguridad de la dictadura. Debe haberse dado cuenta por las conversaciones, o por algún papel que vio en la casa. El asunto es que fue y le contó al hijo. Él hizo llegar la información a la dirección interna del Partido, que estaba formada por Hernán Aguiló, por "El Rucio" -que estaba encargado de Informaciones y al que nunca le conocí su nombre, pero que sé vivía más allá de la Escuela Militar-, por "José", por Hugo Ratier -quien fue asesinado el 7 de septiembre de 1983, después del atentado a Carol Urzua-, por "Yamil", Dagoberto Cortez -que murió en el enfrentamiento del28 de noviembre de 1982-, por el"Coño", por Arturo Vilavella -asesinado el 7 de septiembre de 1983-, por Manuel Cabieses, por el "Chico Ornar" -de quien no sé su nombre-, y por "Joaquín" -de quien también desconozco el nombre. «Cuando la dirección recibió la información, la chequeó y decidió que había que ajusticiarla, porque se tenía información que había sido una torturadora que participó de la represión en distintos centros de torturas de laDINA y nuestra política era golpear a los represores. «Yo fui informado que tenía que realizar la acción y que para eso debía seleccionar a dos personas con experiencia. Así lo hice y seleccioné a Carlos Bruity a Raúl Castro, ambos militantes ejemplares y de probada capacidad para la acción. «Hay que ubicarse en el tiempo y en lo que se vivía en Chile. En ese tiempo nadie se hubiese negado a participar en una acción de este tipo. Era lo que encontrábamos éticamente correcto, porque había tantos compañeros muertos, desaparecidos y casi todos habíamos pasado por centros de torturas, donde vivimos situaciones límite, tanto en la tortura personal, 19 Entrevista a Guillermo Rodríguez, de la autora.

como en el hecho de ver a nuestros compañeros y compañeras destrozados por las torturas. Para mí, matar a una miembro de los aparatos represivos, como laDINA, no representaba ningún conflicto ético. «La información que recibimos de la dirección (del MIR) era la ubicación de su casa, la hora de salida y que se movilizaba en liebre -así se les decía a las micros chicas. Esa información la chequeamos y decidimos fijar la fecha de la acción armada, la que llevamos a cabo sin contratiempos. Raúl debía dar el disparo inicial y Carlos rematarla, para que no sufriera. Luego, teníamos que recuperar su cartera para buscar información que sirviera para saber qué estaba pasando al interior de los servicios de seguridad. «El único error fue que yo le di la orden a Carlos de usar una pistola de calibre 38 y él solo pudo conseguir una de calibre 32. Fue un error, porque Carlos tenía que darle un tiro para rematarla y debía ser de calibre 38, para que no hubiera posibilidad que quedara viva y sufriera una larga y terrible agonía. La idea era matarla de una sola vez. Raúl era el encargado de darle el primer tiro, directo al corazón. Lo hizo, pero no murió. La verdad es que falló. Nosotros la dimos por muerta y tomamos sus cosas y nos fuimos». Aunque Rodríguez insiste en que lo del calibre de la bala fue el origen de la falla en el atentado, Carlos asegura que la razón fue la escasa distancia del disparo, lo que impidió que se consumara el ajusticiamiento. Jacinto solo recuerda que ellos creyeron que la mujer había muerto y que, al margen del nerviosismo propio de realizar una acción que podía costarles la vida, sintió que realizaba un acto de justicia por cada uno de sus compañeros muertos en terribles torturas o lanzados al mar, minas de cal, ríos o enterrados clandestinamente en lugares remotos. «El llamado político de Miguel había sido tan potente el11 de septiembre, que yo estaba dispuesto a morir por la revolución y la resistencia a la dictadura militar. Nosotros lo considerábamos una obligación moral. Si Miguel, Bautista y otros habían muerto en este empeño, nosotros no íbamos a ser menos. Fueron muchos los que quedaron en una vuelta del camino y que seguramente en nuestro lugar hubieran hecho lo mismo. El partido nos aseguró que Olderock era una torturadora y que había participado en la muerte de compañeros fuera de Chile. Para nosotros fue un honor ser elegidos para acabar con ella». 20 La psiquiatra Ka tia Reszczynski, experta en los efectos conductuales que

genera la represión, explica las razones que indujeron a muchos militantes de izquierda a participar en acciones armadas contra la dictadura. «Puede haber casos donde la actividad política militar no pasa por las experiencias personales. Pero si uno ve a la mayoría de los militantes que salieron vivos de los centros de torturas, que movilizados por el derecho a la rebelión usaron la violencia, puedo decir que la motivación principal que los impulsó a realizar acciones de este tipo es la ideología. Cuando se está en dictadura no hay derecho a la justicia y la rebelión como método de lucha contra ella es legítima. «Lo que principalmente sostiene al militante es la ideología. Esa es la fuerza que le permite usar métodos de eliminación contra aquellos que son agentes que provocan el terrorismo de Estado, que torturan, secuestran, desaparecen, ejecutan. «Creo que ninguna persona de las que pasó por las experiencias de los centros de detenidos podría torturar a alguien. Aunque no puedo afirmarlo al cien por ciento. Una cosa son las acciones armadas, volar torres de alta tensión, descarrilar trenes, hacer atentados, que desde el punto de vista político son justificadas en el contexto de la rebelión, y otra muy diferente es prepararse para ocasionar intencionalmente sufrimientos hasta la muerte». 21

Quién dio la orden Todos los relatos de quienes participaron en la acción son coherentes. Hay un claro reconocimiento acerca de quién recibió la orden de la Dirección del MIR para eliminarla y a quiénes se las transmitió, así como de los dos militantes que llevaron a cabo la acción armada. Sin embargo, las acusaciones que Olderock profería contra el alto mando de Carabineros y el oficial Benimelli, sumadas a su convicción acerca de la inocencia de los autores materiales confesos del atentado que la mantuvieron hasta su muerte con una bala calibre 32 en su cabeza, nos lleva a mantener fuertes sospechas en cuanto a que la acción militar del MIR estuvo cruzada o digitada por una decisión tomada en los más altos mandos de la inteligencia militar y que recayó sobre el General Mendoza la responsabilidad de ejecutarla, 21 Entrevista de la autora con la médico psiquiatra Katia Reszczynski 1O de septiembre de

20 Entrevista de la autora con Raúl Castro 20 de abril de 2004.

36

1999.

encargando a Benimelli que se hiciera cargo de cumplirla, sin ensuciar a la institución y traspasándole al enemigo la tarea. Olderock aseguraba: «A mí, el mismo General Mendoza me mandó a matar. Dijeron que eran los socialistas o los miristas quienes habían atentado contra mí, pero yo vi a Benimelli, un oficial de Carabineros experto en explosivos, al que después eliminaron con una bomba que le hicieron explotar los mismos sujetos que me intentaron matar». De acuerdo con su versión, así como Carabineros habría intervenido en su atentado, años más tarde intervendría en la muerte del oficial Benimelli, para no dejar huellas sobre las actividades en las que estuvo involucrado. «Yo hablé con el sobrino de él -dice Olderock. A Benimelli lo llamaron para que fuera a desactivar una bomba y se presentó con su sobrino, al que dejó esperando en el auto. Lo llamaron cuando se iba de vacaciones y tenía el auto cargado para irse con su familia. Salió de su casa con salida de cancha y zapatillas. Era una cosa rutinaria esa bomba. Después dijeron que había muerto mientras intentaba desactivar la bomba caza bobos en una casa que habían dejado los del MIR. Pero ese oficial era un experto explosivos». Pero los pies que vio Olderock el día de su atentado fueron los de Carlos Bruit. De eso no hay ninguna duda. ¿Por qué Olderock sostuvo hasta su muerte que el intento de asesinato se gestó en el despacho de Mendoza? Así argumentó su convicción, la tarde del 17 de julio de 197 6, cuando esta entrevista se iniciaba: «Mire, aquí en Chile se sabe todo, no ve que una persona cuenta a otra algo y le pide secreto, y esta persona va y se la cuenta a otra y esa otra a otras más y todas se piden guardar el secreto y nadie cumple. Finalmente, todo se sabe. Aquí, la gente no guarda secretos. «Yo supe todo porque me contaron que la orden había venido directamente del General Mendoza». Ante tan tajante respuesta, se le consultó sobre las certezas y las razones que habría tenido su propio general para atentar contra su vida. Ella respondió que no sabía, pero que «cuando salí de la DINA y volví a Carabineros, me recibieron mal. Todos los Carabineros que servimos en laDINA, al ser nuevamente reincorporados a nuestros servicios, fuimos mal recibidos. Nosotros no habíamos elegido irnos a laDINA; fuimos seleccionados por nuestros jefes. «Cuando volví a Carabineros, primero me mandaron al4º piso del edificio

38

de Norambuena y me dieron un escritorio en el pasillo ¡Ahí me tenían! -dice, furiosa. De ahí pasé a SICARytambién me dieron un escritorio en el pasillo». -Usted se pasó de pasillo en pasillo ... «Pa" que vea. Fueron re-malos conmigo y no entiendo por qué. Imagínese que cuando me retiré, vinieron aquí, a mi propia casa, a quitarme el uniforme. Era mi uniforme y a nadie que se acoge a retiro en la institución le quitan el uniforme. Todos se van con el uniforme a su casa. Eso que me hicieron a mí fue una ofensa. Si yo le dijera ... » -Dígame. «No, ahora no». Ella sabía por qué fue degradada. Por traición. Sabía que le retiraron el uniforme y todas las medallas por haber perdido toda la confianza de su institución, de Contreras y de todos los organismos de seguridad de la dictadura, debido a su intento de deserción y de entregar información al enemigo. Esta degradación ocurrió cuando ella regresó a su casa desde el hospital. En ese momento, la ex oficial más importante de laDINA aún se encontraba convaleciente de la operación y a su estado de debilidad se sumaba a la impotencia de ver perdido todo su poder. Su crisis se acrecentó al perder todo contacto con las personas que la estaban ayudando para desertar de su institución, incluso con la psicóloga que la trataba, que era el nexo entre ella y una religiosa que había gestado la negociación con un grupo de socialistas que se radicaba en Alemania. Al ser consultada sobre las razones que tenía para inculpar al oficial Benimelli, considerando que no había visto la cara del atacante y solo pudo verle los zapatos, respondió: «No lo vi, pero sí pude darme cuenta de la talla, por sus pies y porque lo vi alejarse de espaldas. Además, hay varias otras cosas que yo se las dije al fiscal militar. Primero, que si hubiesen sido de izquierda quienes hicieron el atentado, no hubiesen sido tan burdos. Ellos se llevaron la carpeta y esa carpeta era demasiado llamativa y fácil de ubicar. Segundo, se llevaron mi arma y después la usaron para hacerle un atentado a ese viejo, Silva Cimma22 • Tercero, está lo de la ambulancia de Carabineros que, como le dije, estaba cerca de mi casa y del atentado, a la hora precisa. Pero lo más importante es 22 Enrique Silva Cimma (1918 - 2012), abogado, académico y político. Fue Contralor de la República, ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Patricio Aylwin (1990 -1994).

que me contaron cómo se había planeado mi atentado y que en eso estaba metido el General Mendoza, que él, personalmente, dio la orden». -¿Se lo contaron personas que estuvieron en la planificación de su atentado o personas que escucharon algo? «Eso no se lo voy a decir, pero yo lo supe de quienes trataron de matarme. Yo le dije al fiscal que a los que tenía detenidos no eran los mismos que yo había visto y él me contestó: uNo importa, gringa, si igual van a ir presos, sean o no culpables. No te hagai problemas". «Cómo voy a creer en la justicia si a esos pobres los torturaron por algo que ni siquiera hicieron y uno sabe que la gente cuando es torturada reconoce hasta lo que no sabe, y después pagaron un crimen que no cometieron porque, insisto, no fueron esos socialistas o miristas los que atentaron en contra mía». -¿Andaba armadaJ no se defendió? «Sí po; si le dije que la pistola la usaron para después atentar contra Silva Cimma. La pistola yo la tenía en la cartera, pero no alcancé a reaccionar. Yo no tenía ninguna razón para pensar que me querían Yo solo había cumplido con mi deber». Jacinto entrega las claves que Carabineros tuvo para deshacerse de una de sus mejores oficiales: «Lo que nos llamó la atención fue que, al abrir la carpeta, nos dimos cuenta que esta mujer estaba desertando de los servicios, pero eran tiempos tan complejos que no nos detuvimos a pensar siquiera por qué nosotros le hacíamos un atentado a una agente cuando estaba a punto de dejar los aparatos represivos. Además, no sabíamos la otra parte de la historia, la que se nos completó cuando caímos presos y supimos que a ella la estaba sacando un grupo en Alemania a cambio de información. Pensar que nosotros irrumpimos en otra operación que era más importante que matarla, es suponer que estábamos infiltrados y que nuestro partido nos había enviado a matar a esta mujer para impedir una acción de inteligencia amiga. Ella tenía seis pasaportes falsos y una carta de una persona con la que se estaba poniendo de acuerdo para salir de Chile». «La sorpresa -refuerza Guillermo Rodríguez- fue cuando abrí su porta documentos y empecé a ver que Olderock estaba en contacto, por correspondencia, con una monja alemana y, entre las cartas, había una de Olderock donde le expresaba que ya estaba lista para desertar de su institución y dejar atrás su paso por los servicios de seguridad. Ella estaba lista para

40

arrancarse de Chile con destino a Alemania. En su carpeta tenía pasaportes alemanes falsos que estaba preparando para escaparse. En resumen, Olderock estaba en conversaciones con una congregación de monjas alemanas para irse de Chile cuando nosotros le hicimos el atentado. «La otra información que había en el portadocumentos eran códigos cifrados para los documentos de ellos y unas planillas de sistemas de comunicación, nada muy llamativo». Por eso estaba tan angustiada la mañana de su atentado. Con dos balas en el cuerpo, se aferró a la carpeta que guardaba su secreto, intentando evitar que se la arrebataran y se levantó para tratar de ir a guardar las cajas con información que tenía en su casa. Así lo señaló ese día de junio de 1997: «Afortunadamente, tengo el cuaderno donde están todas las niñas que seleccioné para la escuela y ahí tengo anotadas las materias que les dábamos. «¡Si lo supiera mi General Contreras!» -¿Si supiera qué? «Que tengo el cuaderno donde están los nombres de todas las niñas que fueron de laDINA. Ahí también están sus datos. Ese cuaderno debía haberlo hecho desaparecer y yo no sé cómo me lo traje y un día lo encontré. Yo enterré en el fondo de mi casa un montón de cosas que tenía de laDINA, papeles, carpetas. Hice un hoyo y metí un montón de cajas». -¿Usted sacó información de la DINAy la tiene enterrada en su patio? «Claro. Era información sin importancia y la hice enterrar para no tener problemas, pero este cuaderno se quedó afuera y un día me trajeron unas cajas que había mandado a guardar cuando fue el atentado y la encontré. El General Contreras me mata si se entera». ¿Por qué temía que Contreras la matara? La explicación plausible es que las cajas que sacó de su casa, que luego recuperó y enterró en el fondo de su patio, contuvieran información secreta de laDINA. Posiblemente listas de agentes con sus nombres reales y sus respectivas nomenclaturas militares, así como también información del destino de los detenidos desaparecidos. De allí que al ocurrir el atentado no le cupiera duda acerca del origen del mismo, más allá que los verdaderos ejecutores fueran militantes del MIR. Para muchos militantes del MIR, ésta, como otras acciones, marcaría a fuego la duda sobre la infiltración a nivel de su Dirección Nacional. Rodrí-

41

guez explica lo difícil que resultaba para ellos analizar la posibilidad de una trampa tendida por la inteligencia de las Fuerzas Armadas para deshacerse de una traidora y justificar la continuación de la represión, en esos adversos días de resistencia a la dictadura militar: «Era muy difícil reflexionar en las condiciones en que vivíamos. Imagínate, nosotros hicimos la acción a pie, no teníamos auto para escapar, las armas las conseguimos cada uno de la manera que pudo. A veces no teníamos plata ni siquiera para comer, caminábamos cuadras y cuadras para llegar a los 'puntos'. Éramos absolutamente voluntaristas y casi religiosos. Creíamos, y no me arrepiento de ello, en la posibilidad de crear una gran resistencia compuesta de gente común y corriente y eso funcionó por un tiempo. Hubo pobladores, estudiantes, obreros, desempleados, empleados de financieras, profesionales y hasta curas que participaron en la resistencia a la dictadura y veían en el MIR un referente. Nosotros resistíamos haciendo acciones donde nos asegurábamos que no hubiera muertos inocentes, dañábamos a los bancos, caracoles -centros comerciales- y hasta incendiamos Camino ReaF 3, pero no hubo ni un solo muerto. «Fue una política exitosa, por un tiempo. Luego se desmoronó todo cuando vino la política militar propiamente tal, y ahí no teníamos nada que hacer porque nos tenían completamente cercados. Mientras más golpes sufríamos, la dirección más nos acosaba para que hiciéramos acciones donde había una posibilidad en mil de salir vivos. Nosotros las hacíamos porque creíamos que debía ser así o, porque, supuestamente, de esas acciones dependía la vida de otros compañeros. Así fuimos cayendo detenidos algunos y otros fueron asesinados fríamente, porque todos estábamos bajo sospecha y podían detenernos. Eso nos fue destruyendo en un mar de desconfianzas, ¿Por qué unos eran asesinados y otros quedábamos vivos? «Esa fue la mejor tarea de la CNI, destruirnos totalmente por la vía de las desconfianzas. Para los que quedamos vivos, volver a creer en algunos muy difícil. El MIR no solo fue destruido como partido político, fuimos destruidos como personas, nuestras familias también fueron afectadas y muchas destruidas, todos quedamos con enormes secuelas». -¿Les produjo dudas de una posible infiltración en la dirección del MIR? 23 Camino Real era un restaurante que estaba de moda durante la dictadura militar. Desde sus instalaciones se transmitía el programa de Televisión Nacional 'Vamos a Ver', conducido por Raúl Matas.

42

«No. Por eso cada uno de los que participamos seguimos militando y cumpliendo con nuestras tareas. No dudamos en ese tiempo que el atentado fuera una acción de infiltración y menos a nivel de la dirección interna». fue más explícito: «Nosotros no nos dimos cuenta de cómo la represión nos fue llevando a una guerra de aparatos, donde teníamos todas las de perder, porque éramos más débiles que la CNI. En ese sentido, la CNI fue más hábil que laDINA. La DINA asesinó a nuestros compañeros de la forma más brutal, pero la CNI nos liquidó con menos tiros y menos torturas, nos infiltró. Así, cuando caíamos, ya sabían todo. Nos tenían absolutamente chequeados desde meses antes, sabían cada una de nuestras relaciones, de nuestras acciones y nos dejaban hacerlas hasta que caían sobre nosotros sin que nos hubiéramos dado cuenta». Continúa relatando: «A mí me tomaron preso cuando iba saliendo hacia Perú. Nunca me preguntaron sobre el atentado a Olderocky cuando intentaba hablar sobre él, me hacían callar. Eso siempre me pareció extraño, porque pensé que por lo que más me iban a dar duro era por esa ejecución. A la CNI no le interesaba ese atentado, ni el atentado que le hicimos -y en el que yo participé-, a un supuesto agente de nombre Roberto Rojas, donde la dirección planificó el ajusticiamiento porque supuestamente era un agente de laDINA que había participado en la detención de María Galindo. Nosotros, sin pensar, hicimos ese ajusticiamiento y fue terrible. Es algo que me ha perseguido toda la vida, porque nos dimos cuenta que el compadre no era agente. Además, yo no había ingresado al MIR para ser asesino, sino por razones ideológicas que me indicaban que la única forma de cambiar a la sociedad era a través de una revolución. Eso era el MI R. Yo creo que nosotros estábamos infiltrados y es por eso que la CNI jamás mencionó estos atentados en los interrogatorios y eso nos hizo darnos cuenta que había algo extraño». 24 Los tres miristas solo se enteraron del tenor de las complejidades cuando llegaron a la cárcel. «Conversando con unos compañeros socialistas, nos enteramos que había una operación para sacar a Olderock de Chile y llevarla a Alemania, asegurándole absoluta discreción a cambio de la información que tenía sobre laDINA, la SICAR y la CNI» 25 • 24 Raúl Castro, entrevista con la autora. 25 Raúl Castro

Así, sin saberlo, los miristas que atentaron contra ella le hicieron un enorme favor a la inteligencia militar, a Manuel Contreras, a Pinochet, a Odlanier Mena y a todos los agentes que participaron en crímenes y acciones delictivas contra los derechos humanos de opositores. En cambio, Olderock sí supo que había sido detectado su plan de escape. Si bien debió tener claro que escapar de los servicios de seguridad era difícil, se confió en su superioridad aria al intentarlo. Solo esa mañana se dio cuenta que nadie podía engañar a esta intrincada red de servicios de inteligencia, ni a sus códigos tácitos de lealtades forjadas a sangre y fuego. El oficial Benimelli, a quien acusaba de ser el encargado de ejecutar el plan de eliminación, era un hombre de cuentas poco claras. El14 de julio de 1986 había sido encargado reo por el Ministro en Visita Carlos Cerda, acusado de la detención y desaparición de once dirigentes comunistas y dos miristas -conode los trece" 26 -, ocurrido en diciembre de 1976. Como solía cido como ocurrir en esos tiempos, Benimelli y otros fueron amnistiados por la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema, quedando en libertad. Tal como señalaba Olderock, el oficial era experto en fabricar y desactivar explosivos. Se decía que podía hacerlo con los ojos cerrados. Curiosamente, murió destrozado por una mina caza bobos en una casa ubicada en calle Los Maquis Nº 10.995, comuna de La Cisterna. Supuestamente, la mina había sido instalada por el MIRen una casa de seguridad, pero esa casa había sido allanada siete veces, se encontraba vacía y con vigilancia permanente de la CNI. Según testimonios de sus cercanos, Benimelli se encontraba complicado y molesto por esos días. Tenía un sentimiento encontrado con su institución, le amargaba que los altos mandos no se hicieran responsables de las órdenes que impartían a sus subordinados, quienes eran llevados a la justicia para que respondieran por cumplir órdenes de sus superiores. Fue en esa etapa de debilidad cuando murió despedazado por la bomba. La Seguridad Nacional, pilar de la DINA

1

La política estadounidense, durante el siglo pasado, marcó de manera brutal , a los países de Centro y Sudamérica. Las invasiones, derrocamientos de presiljentes y golpes de Estado fueron el sello de la Doctrina de la Seguridad Nacional. 26 Javier Rebolledo, La Danza de los Cuervos, Editorial Ceibo, año 2012

El desarrollo del enfoque de la Seguridad Nacional estuvo basado en la estrategia de contención al avance de la ideología marxista, propia de la Guerra Fría. Basado en esta concepción política militar, Estados Unidos financió todas las aventuras golpistas en Latinoamérica, sin que existieran grandes reproches de sus ciudadanos. Mal que mal, Monroe 27 nos había detrasero", refiriéndose al lugar donde se lanzan los nominado su desperdicios. Desde que Allende fuera elegido presidente, el gobierno de Nixon inició su estrategia para el derrocamiento. Con un presupuesto inicial de diez millones de dólares, aportados por los contribuyentes norteamericanos, financió a la cúpula militar chilena, a las dirigencias de los partidos opositores a Allende, a sectores profesionales influyentes, a empresarios prominentes, a periodistas y a dueños de medios de comunicación. El texto del documento de laCIA del15 de septiembre de 1973, desclasificado el 14 de octubre de 199 3, así lo revela: «La chancees de 1 en 10, pero ¡salvar a Chile! vale la pena ... el gasto ... no interesa envolver... ni involucrar a la Embajada. «10 millones de dólares disponibles, más si es necesario ... trabajo a tiempo completo con los mejores hombres que tenemos ... plan del juego ... hacer gritar la economía ... 48 horas para el plan de acción». El gobierno de Nixon financiaría todo tipo de actividades terroristas, para ello la embajada tenía contacto con grupos de ultraderecha que les proveían información y ofertas de planes sediciosos. El asesinato del Comandante en Jefe del Ejercito René Schneider -el 23 de octubre de 1970- fue una muestra de la obsesión que tenía Nixon por detener la llegada de un socialista a La Moneda. La doctrina para América Latina de los Estados Unidos, a partir de la Segunda Guerra Mundial, se basaba en la concepción estratégica de crear una gran área de influencia político militar desde México hasta Tierra del Fuego. Esta alianza, organizada desde el poder político de Estados Unidos y aceptada 27 James Monroe (1758- 1831) fue el Quinto Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Su gobierno va a marcar de manera definitiva la política hacia América Latina con su propuesta "América para los americanos", elaborada por John Quincy Adams, que cambiaba el eje del colonialismo europeo al de los Estados Unidos.

por las clases dominantes que componían el poder político de los países del continente, les permitía contrarrestar cualquier posibilidad de insurrección. Su despliegue propagandístico hacia el continente se dio a través del control de los medios de comunicación, que mayoritariamente estaban en las manos de los grupos que componían el poder político y económico. También había una efectiva promoción de los valores, que consistía en mostrar al mundo capitalista como el único que respetaba las libertades del hombre y a los Estados Unidos como el modelo a seguir. En contraposición, se mostraba al marxismo como la caricatura del mal. Era la doctrina de la Seguridad Nacional, en medio de la guerra fría. Bajo esa doctrina, Pinochet llegó al poder: «El marxismo no es una doctrina simplemente equivocada, como ha habido tantas en la historia. No. El marxismo es una doctrina intrínsecamente perversa, lo que significa que todo lo que de ella brota, por sano que se presente en apariencia, está carcomido por el veneno que corroe su raíz. Eso quiere decir que su error es intrínseco y, por eso mismo, global, en términos que no cabe con él ningún dialogo o transacción». 28 Esa concepción dio a luz el estilo de guerra más sofisticada y destructiva. Ya no se operaba en un teatro de acción donde los enemigos estaban claramente identificados y se enfrentaban hasta que un ejército demostrara la supremacía en el campo militar. Por el contrario, en esta guerra la ideología era el enemigo y quienes la sustentaban, el objetivo. Se catalogaron como manifestaciones subversivas a gran parte de los problemas sociales, como la pobreza, los derechos humanos, la libertad de expresión, etcétera. Por consiguiente, los enemigos se encontraban enquistados en el corazón de las comunidades nacionales, atacando a la sociedad occidental y cristiana desde adentro, desde las propias organizaciones que el sistema permitía para existir. El teatro de acción eran las ciudades, las calles, las universidades, las iglesias, los centros sociales. Se decía que los enemigos estaban agazapados y encubiertos, podían ser sacerdotes que trabajaban con las comunidades de base, activistas en derechos humanos, simples pobladores que luchaban por mejores condiciones de vida, sindicalistas, estudiantes. Basado en ello, se justificó la formación de unidades militares especiales. Todas las formas fueron válidas para terminar con el enemigo. 28

Nac1onal

de Augusto Pinochet dirigido al país el 11 de septiembre de 1976, Seguridad

En 1946, crearon en Panamá la Escuela de las Américas, o Fort Benning. Allí se formaron militares latinoamericanos-como expertos en técnicas de la guerra antisubversiva, desde el año (1