La Luz de La Fe (Lumen Fidei) Resumen

TRABAJO TEOLOGÍA: LA LUZ DE LA FE (LUMEN FIDEI) 1) RESUMEN -Introducción En el mundo moderno, la fe se ve como una luz i

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TRABAJO TEOLOGÍA: LA LUZ DE LA FE (LUMEN FIDEI) 1) RESUMEN -Introducción En el mundo moderno, la fe se ve como una luz ilusoria, que según Nietzsche, impide al hombre la búsqueda del saber y limita su conocimiento. Por lo tanto, hay que recuperar el carácter luminoso de la fe, que es capaz de iluminar toda la existencia del hombre y distinguir lo bueno de lo malo. La fe procede del pasado, de la memoria de la vida de Jesús capaz de vencer a la muerte (resurrección), pero también del futuro abriéndonos vastos horizontes y llevándonos hacia la comunión. -Primer capítulo: Hemos creído en el amor La fe está vinculada a la escucha de la palabra de Dios. A Abraham, nuestro padre en la fe, dios le dirige la Palabra (la fe adquiere carácter personal) y le comunica una llamada y una promesa: una llamada a abrirse a una vida nueva guiado por la fe y una promesa como memoria de futuro unida a la esperanza. Esta palabra al ser pronunciada por Dios, es lo más seguro, lo que hace posible que nuestro camino tenga continuidad en el tiempo. Este Dios es la fuente de bondad de la que proviene toda vida, el Dios padre creador. La historia de Israel sigue la estela de la fe de Abraham. El pueblo ha caído en la incredulidad y lo contrario de la de se manifiesta como la idolatría: en lugar de tener fe en Dios se prefiere adorar a un ídolo, y el hombre se separa en la multiplicidad de sus deseos sin seguir un rumbo fijo. Lo contrario de la idolatría es la fe, que se confía al amor misericordioso, que acoge y perdona, y que endereza lo torcido de nuestra historia. La mayor prueba de fiabilidad del amor de Cristo se demuestra en su muerte por los hombres. Cristo resucitado es testigo fiable y digno de fe. Con la resurrección se demuestra que el amor del Padre es un amor eficaz y concreto, con el que Dios actúa en la historia y determina el destino final. La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira del punto de vista de Jesús, con sus ojos, y necesitamos de él, fiable y experto, para explicarnos a Dios. Creemos en Jesús cuando lo acogemos en nuestra vida y nos fiamos a él, uniéndonos mediante el amor y siguiéndolo en el camino. Cristo con su encarnación y resurrección, habita en nuestros corazones mediante el Espíritu Santo, y el creyente es transformado por el amor que se le ofrece. La existencia creyente se convierte en existencia eclesial. Se confiesa en el cuerpo de Cristo como comunión real de los creyentes. Desde este ámbito, abre al cristiano individual a todos los hombres. Por esta razón, la fe no es algo privado, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y convertirse en anuncio. La fe se hace operante en el cristiano, y le hace partícipe del camino de la Iglesia, peregrina en la historia hasta su cumplimiento. -Segundo capítulo: Si no creéis, no comprenderéis La fe está relacionada con la verdad: la fe, sin verdad, no salva, no nos da seguridad y se queda en una bella fábula, proyección de nuestros deseos de felicidad. Gracias a esta unión, la fe es capaz de dar una luz nueva porque comprende la actuación de Dios que es fiel a su alianza y sus promesas. Hoy en día se tiende sólo a aceptar como verdad la verdad tecnológica o la verdad del individuo, dejando de lado y bajo sospecha la verdad grande, la que explica la vida personal y social en su conjunto, y se pretende separar la unión de la religión con la verdad, pues este nexo estaría en la raíz del fanatismo que arrolla a quien no comparte sus ideales. La fe también está relacionada con el amor: la fe transforma a toda persona, porque la fe se abre al amor. El hombre moderno cree que hoy en día el amor se concibe como una experiencia que pertenece a los

sentidos, y no tiene que ver con la verdad. Pero el amor no se puede reducir a un sentimiento que va o viene y sólo cuando está fundado en la verdad, puede perdurar en el tiempo y permanecer firme en un camino común. La fe es un conocimiento que se aprende sólo en un camino de seguimiento. Ilumina los interrogantes de nuestro tiempo en cuanto a la verdad, que queda reducida a la autenticidad subjetiva del hombre, solo útil para cada uno. La luz de la fe en Jesús ilumina también a todos los que buscan a Dios y forma la aportación propia del cristianismo al diálogo con todas las religiones. La teología es parte de la fe, que busca la inteligencia más profunda de la autorrevelación de Dios. Dios no se puede reducir a un sujeto, porque él es Sujeto que se deja conocer. La teología participa en la forma eclesial de la fe, estando al servicio de los cristianos. -Tercer capítulo: Transmito lo que he recibido Quien se ha abierto al amor de Dios no puede mantener ese don para sí mismo. Quien cree nunca está sólo, pues la fe tiende a difundirse y compartir su alegría con otros. La fe se transmite en la iglesia mediante los sacramentos. El primero de ellos es el bautismo, seguido de la eucaristía. En la celebración de los sacramentos, la iglesia transmite su memoria mediante la confesión de fe: el Credo, el Padre Nuestro y el Decálogo: los diez mandamientos. Estos cuatro elementos están incluidos en el Catecismo y representados en la catequesis de la iglesia. La fe es una sola porque es compartida por toda la iglesia, y debe ser confesada en toda su pureza e integridad. El señor a dado a la iglesia el don de la sucesión apostólica. -Cuarto capítulo: Dios prepara una ciudad para ellos La fe se presenta como la preparación de un lugar donde el hombre puede convivir con los demás. La luz de la fe permite valorar la riqueza de las relaciones humanas e ilumina el arte de la edificación, contribuyendo al bien común . El primer ámbito donde la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia, en el matrimonio siendo este la unión estable entre un hombre y una mujer, fundada en el amor de Dios y que ayuda a la generación de los hijos mediante la fe. Otro ámbito es en los jóvenes, que manifiestan la alegría de la fe, el compromiso de vivir una fe cada vez más sólida y generosa. La fe ilumina también las relaciones sociales, volviendo a la verdadera raíz de la fraternidad. El hombre descubre que dios quiere hacer partícipes a todos de la bendición que encuentra su plenitud en Jesús. La fe también nos hace respetar más la naturaleza invitándonos a buscar modelos de desarrollo que no se basen solo en su aprovechamiento. Por último, otros ámbitos son la muerte y el sufrimiento: El cristiano puede darle sentido, convertirlo en acto de amor. Incluso la muerte puede ser vivida como la última llamada de fe, donde nos ponemos en manos de Dios y confiamos que nos sostendrá en el paso definitivo. El sufrimiento nos recuerda que el servicio de la fe al bien común es un servicio de esperanza, que mira adelante sabiendo que sólo en Dios puede encontrar nuestra sociedad cimientos sólidos y duraderos. En el contexto del evangelio de Lucas, la mención del corazón noble y generoso, que escucha y guarda la Palabra, es un retrato de la fe de la Virgen María, que conservaba en su corazón todo lo que escuchaba y veía, de modo que la Palabra diese fruto en su vida. La madre del Señor es icono perfecto de la fe como dice Santa Isabel: "Bienaventurada la que ha creído". Este capítulo acaba con una oración a la Virgen María para que ayude a la fe del hombre, abra su oído a la Palabra para que escuche la llamada y voz de Dios, se fíe de él, recuerde que quien cree nunca está solo y que le enseñe a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en su camino.

2) FRASES DESTACADAS

(Nº 3): "De este modo, el hombre ha renunciado a la búsqueda de una luz grande, de una verdad grande, y se ha contentado con pequeñas luces que alumbran el instante fugaz, pero que son incapaces de abrir el camino." No me gusta, porque muestra la conformidad del hombre, el conformarse con lo justo en vez de perseguir grandes objetivos. (Nº 13): "Por eso, la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro. La idolatría no presenta un camino, sino una multitud de senderos, que no llevan a ninguna parte, y forman más bien un laberinto." Me gusta la expresión de que elegir varios caminos no llega a ningún sitio y forma un laberinto. Mejor seguir siempre el mismo camino y creer en un solo Dios. (Nº38): "La persona vive siempre en relación. Proviene de otros, pertenece a otros, su vida se ensancha en el encuentro con otros. Incluso el conocimiento de sí, la misma autoconciencia, es relacional y está vinculada a otros que nos han precedido." Me gusta porque dialogar con otras personas enriquece, y siempre apoyándote en otros, compartiendo conocimientos y opiniones, se llegará a mejor fin que con el pensamiento individual. (Nº 57): "La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo. ¡Cuántos hombres y mujeres de fe han recibido luz de las personas que sufren! San Francisco de Asís, del leproso; la Beata Madre Teresa de Calcuta, de sus pobres." Me ha gustado porque no conocía la historia de Francisco de Asís y el leproso y a raíz de leerla en la carta la busqué. (Nº 57): "El sufrimiento nos recuerda que el servicio de la fe al bien común es siempre un servicio de esperanza." Me gusta porque a pesar del sufrimiento y saber que el fin era la muerte, el cristiano intentaba convertirlo y tomarlo como un acto de amor de Dios con esperanza.

3) JUICIO PERSONAL En general me ha gustado la carta, y creo que he entendido, la idea principal que era transmitir la fe a todos los seres humanos como una luz que nos acompaña y guía en la vida. Personalmente, me parece un texto que no es fácil de leer ni comprender, a primera vista, para quienes no estamos acostumbrados a este tipo de documentos, con tantas citas, y con referencias a filósofos y autores. Aunque con ayuda de internet y buscando síntesis y comentarios he conseguido comprender la mayoría de la carta, y aprender también algunas palabras e ideas.