La Leyenda Del Cerro Baul

LA LEYENDA DEL CERRO BAUL Una noche de luna, venía de Carumas a Moquegua una caravana de jinetes, caballos y burros, ca

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LA LEYENDA DEL CERRO BAUL

Una noche de luna, venía de Carumas a Moquegua una caravana de jinetes, caballos y burros, cargando papas; al pasar por la quebrada de Mullisaja, cerca de Yacango, los burros se asustaron. Se oían cascabeles y olía fuertemente a ruda cuando vieron un enorme toro que mugía lastimero. Parecía agonizante con sus cuernos dorados como barras de oro. Caminó un poco y desapareció. La caravana asustada llegó a la hacienda Tumilaca en Moquegua. Allí sabían del toro y su cadena de oro. Esta legenda representa a las minas de cobre de Cuajone, cuyo pesado mineral es trasladado al pueerto de Ilo para exportar.

La leyenda de María Sosa (Moquegua) Esta es la historia de una roca que se encuentra en el valle y tiene forma de mujer subiendo un cerro, ella parece llevar un bebé. María Sosa era una mujer que vivía en el valle y estaba casada con el señor Pedro Tuntes. Su madre era una persona muy importante porque agasajaba a las personas que la visitaban. Cierto día una de las autoridades de Moquegua llegó a su casa y no tuvo qué prepararle ; así que fue a la casa de su hija para solicitarle su ayuda. Le pidió una res para agasajar al ilustre visitante. Maria Sosa habló con su esposo y él le dijo que no, porque su madre gastaba demasiado en aquellos recibimientos. Al ver la negativa de su hija, la señora aguardó a que llegara la noche e ingreso al corral para sacar la res, pero en la oscuridad no se dio cuenta que iba por unos matorrales, los cuales le causaron profundas heridas en el cuerpo y al no poder curarlas murió. Pasado el tiempo, misteriosamente Maria Sosa desapareció del valle , nadie la pudo encontrar . Ella tenía un corral en el cerro, pues allí se encontraba abundante pasto. Las personas pensaron que tal vez María estaba en su corral porque cuando se aproximaban notaban la presencia de unas extrañas piedras que nunca estuvieron en el lugar. Una de esas piedras tenía la forma de una mujer que cargaba a su hijo en la espalda. Entonces los pobladores comprendieron que se trataba de María Sosa y sus animales. La madre fallecida, antes de su muerte maldijo a su hija, al esposo de ella y a sus animales.