La Imagen Del Hombre Medieval

II. La imagen del mundo en la modernidad 22. La cosmovisión medieval comienza a desintegrarse en el siglo XIV. El proces

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II. La imagen del mundo en la modernidad 22. La cosmovisión medieval comienza a desintegrarse en el siglo XIV. El proceso se va desarrollando en el transcurso de los siglos XV y XVI y se consolida en una imagen bastante definida en el siglo XVII 23. Uno de los campos en lo que se manifiesta más evidentemente el cambio cultural es, según Guardini, el de la ciencia. El hombre de los inicios de la modernidad desea cada vez másconocer la realidad natural directamente y experimentalmente sin cimentarse en autoridades. Es porello que se aleja de la tradición y recurre a las fuentes, en el caso de las obras escritas, o a laexperimentación, en el caso de la investigación física. La ciencia se constituye como una esfera autónoma, desligada de la religión. 24. En el plano económico, la vida mercantil asociada a los gremios, característica en el medioevo, se convierte en una actividad bastante libre vinculada a una moral muy flexible. Progresivamente va surgiendo la economía liberal-capitalista en la que cada cual puede ser propietario de todo cuanto pueda adquirir sin demasiadas restricciones. 25. En lo referente a la política, se perfila como una actividad autónoma en la que el fin es laconquista, defensa y uso del poder. Guardini señala a Maquiavelo como el primero que defiende esta postura. Por su parte, Thomas Hobbes elabora una teoría del estado que constituye a este como señor y juez absoluto por encima de la vida de las personas y que considera las relaciones sociales como una lucha de todos contra todos. 26. Poco a poco el universo comienza a ser considerado como ilimitado. Giordano Bruno no solo piensa en un mundo ilimitado, sino también en un número ilimitado de mundos. Debido a los descubrimientos astronómicos, la tierra ya no es considerada como el centro del cosmos y su inmensidad suscita un gran deseo de exploración y de aventura. 27. Aparece además, la conciencia de la personalidad individual. Se da un anhelo por lo extraordinario y un afán de grandeza, fortuna, fama y gloria. La noción de genio alcanza una notable relevancia y la idea de hombre libre, autónomo e independiente se plantea como un magnífico objetivo a alcanzar. Pero al mismo tiempo señala Guardini surge una evidente angustia existencial en el hombre moderno, fruto del sentimiento de desamparo frente a la inmensidad del universo. Los principios existenciales sólidos que constituían un punto de apoyo importante para el hombre medieval la revelación, la moral cristiana, la oración, etc. , se desvanecen en la modernidad y ello genera un profundo sentimiento de angustia. 28. Guardini considera que para entender mejor la transformación de la imagen del mundo en la modernidad y los cambios expuestos anteriormente, es preciso ahondar en tres conceptos fundamentales: naturaleza , subjetividad y cultura . 29. Por naturaleza se entiende en la edad moderna, la totalidad de las cosas con anterioridad a toda acción transformadora del hombre sobre ellas. Expresado con otras palabras, la naturaleza es el conjunto de cuerpos, seres, leyes, fuerzas, energías que no han sufrido la intervención del ser

humano. Desde esta perspectiva, la naturaleza es muy valorada y todo lo derivado de ella se constituye como norma. Lo natural viene a ser un criterio normativo para valorar lo existente. Aquello que es natural constituye un valor en sí mismo. Como ejemplo de esto Guardini hace referencia al hombre natural que presenta Rousseau en su pensamiento y a la belleza natural del arte clasicista. Algo similar sucede con la noción de antigüedad. Lo antiguo constituye algo válido para todos los tiempos. Surge así el concepto de lo clásico . Lo natural y lo clásico son criterios normativos análogos. 30. Guardini destaca que en la edad media la naturaleza era considerada como un todo ordenado creado y gobernado por Dios; y la antigüedad, una introducción preparatoria para la revelación cristiana. En la modernidad, en cambio, naturaleza y antigüedad clásica son elementos autónomos, valiosos en sí mismos, sin necesidad de remitirlos a Dios. 31. Para el autor de El ocaso de la edad moderna la noción de subjetividad se presenta en la modernidad como una estructura humana en desarrollo por su propia capacidad e iniciativa que debe ser comprendida desde sí misma. Aparece el concepto de sujeto , el cual constituye el soporte de los actos admitidos como válidos, tiene carácter autónomo, existe en sí mismo y fundamenta en sí la orientación de la vida del espíritu. Resulta evidente que aquella idea del hombre como criatura e imagen de Dios y cumplidor de la voluntad divina, no tiene ya el lugar fundamentalísimo que tenía en el mundo medieval. 32. Entre la naturaleza y el sujeto humano se ubican los actos y las obras de este último. Surge así el tercer concepto que Guardini considera fundamental en la modernidad: la cultura . Mientras que en el mundo medieval las pinturas, las imágenes, la arquitectura y otras manifestaciones culturales servían para glorificar a Dios o como medio para elevar a Él el pensamiento, en la modernidad la cultura es la creación propia del sujeto humano. El calificativo creador aplicado a Dios se traslada, en la edad moderna, al hombre. Él es el artífice principal que a partir de la ciencia desarrolla la técnica y con ella puede dominar la naturaleza y ponerla a su servicio. 33. De esta manera, en la medida en que el hombre moderno considera el mundo como naturaleza , lo convierte en algo cerrado en sí mismo; al tomar conciencia de su subjetividad , se erige como señor de su propia existencia; y en el afán de cultura , emprende la tarea de construir la existencia como obra exclusivamente suya.

34. Para terminar sus reflexiones sobre el mundo de la modernidad, Guardini se pregunta sobre el lugar que ocupa en este la revelación divina y la fe, y responde que evidentemente fue surgiendo una actitud indiferente y a veces hostil hacia la doctrina cristiana. Dios pierde su puesto porque el hombre es colocado en el centro. Esta situación conduce a que muchos cristianos adopten una posición defensiva y produzcan en gran medida una bibliografía de orden apologético. El mundo moderno se manifiesta muy distinto al mundo medieval. III. Una nueva imagen del mundo la modernidad toca a su fin que pueden divisarse sus fronteras. Aclara que su visión no es el resultado de sentimientos de decadencia y dramatismo, ni tampoco un anhelo romántico por el medioevo. La modernidad, a pesar de sus límites, ha significado en muchos sentidos crecimiento y maduración para la humanidad. No obstante, el fin de esta etapa se acerca. 36. Guardini advierte un cambio en las relaciones entre el hombre y la naturaleza en los últimos años. Ya no se considera a esta última como una realidad de gran valor, buena y ordenada en sí misma. El hombre actual ha sufrido una desilusión que probablemente esté relacionada con la disolución de la idea moderna de una naturaleza ilimitada. Si bien la ciencia ha progresado y ensanchado notablemente los horizontes, sin embargo, no deja de toparse con sus propios límites. En la modernidad existía una gran confianza en la utilidad de la técnica para el bienestar de la humanidad. No obstante, los seres humanos en la actualidad, lejos de una situación de bienestar, experimentan un profundo sentimiento de soledad. 37. Así como la noción de naturaleza propia de la modernidad ha cambiado, también lo ha hecho el concepto de subjetividad, según Guardini. El sujeto moderno, autónomo y artífice de su propia existencia, deja lugar al hombre-masa , un fenómeno sometido a la ley de la producción enserie que rige el funcionamiento de las máquinas. Los hombres se someten a lo impuesto desde afuera, carecen de decisión e iniciativa propia y se sumergen en el anonimato. De esta manera se convierten poco a poco en objetos, es decir, en piezas y engranajes de un inmenso aparato estatal que les impide hacer uso conciente de su libertad. El individuo termina muchas veces absorbido por las colectividades y se pierde el valor de la persona inalienable, irreemplazable e insustituible. En el ámbito de las relaciones interpersonales los seres humanos son tratados cada vez más como objetos utilizables, tanto en el marco de las guerras, como en el seno de los gobiernos nacionales. Así como se dominan, someten y utilizan los elementos de la naturaleza, de la misma manera se trata a las personas, atentando contra su inconmensurable valor y dignidad. 38. La relación del hombre con la naturaleza que se vuelve indirecta y mediatizada por el cálculo y el aparato, deja de ser una vivencia enriquecedora. Debido a esto el hombre pierde sus caracteres propiamente humanos y se transforma, según Guardini, en un hombre no humano , es

decir, un ser en el que la esfera de las vivencias fecundas es reemplazada por el puro conocimiento o por la mera acción. 39. El comienzo de la modernidad había significado para muchos el surgimiento de una etapa cargada de promesas de un porvenir pleno. El avance de la ciencia y los descubrimientos realizados representaron logros impensables en épocas anteriores. Paulatinamente los hombres de la 14 Resulta evidente que en este punto Guardini hace referencia implícita al nazismo alemán y al fascismo italiano que unos pocos años antes de la publicación de El ocaso de la edad moderna, manifestaron su poder para manipular personas y conducirlas a realizar atrocidades como las que tuvieron lugar en la segunda guerra mundial. 15 El mismo Guardini señala en una nota al pie de página que esta expresión no es muy feliz y que recibió numerosas críticas. No obstante, confiesa no encontrar una expresión mejor. modernidad fueron embargados por un sentimiento de confianza y de optimismos sin igual. Expresión de esto fue la vigorosa idea de progreso que postulaba un desarrollo ilimitado, creciente y seguro para toda la humanidad. Pues bien, para Guardini aquella idea de progreso que contenía una fuerza arrolladora en la modernidad, se ha desvanecido en la actualidad. Ya no existe aquella desmedida confianza en el futuro, ya que por todos lados reina la duda y la sospecha respecto a un porvenir mejor16. 40. Quizás la causa principal de todo esto se encuentre en que las erradas concepciones del hombre que se plantearon en la modernidad manifestaron su inconsistencia. El hombre no se reduce a la presentación que de él hacen los positivistas y materialistas. Para estos el ser humano no es más que el fruto de la evolución de la vida animal que tiene su origen en las diversas mutaciones de la materia. Tampoco el hombre es tal como lo ven los idealistas que, si bien lo consideran un ser espiritual, lo identifican con el Espíritu Absoluto y aplican a este el concepto de evolución. De esta manera, el proceso del Espíritu Absoluto constituye el curso de la historia y el hombre forma parte de él sin que tenga lugar la libertad y la singularidad propia de cada persona. Por último, la concepción del hombre en el existencialismo no es menos desacertada. Según este planteo, el ser humano carece de esencia, es absolutamente libre y se determina en todo así mismo, incluso en cuanto a su ser17. 41. Para los hombres de la modernidad el creciente incremento de poder y de dominio representaba en sí mismo progreso, aumento de seguridad y de bienestar, plenitud. No lograban advertir que el poder es algo ambiguo, dado que puede operar para el bien como para el mal, puede

construir o destruir. El resultado depende del uso que se haga del poder. En el transcurso de la modernidad el poder del hombre se ha incrementado considerablemente, pero la responsabilidad y la madurez en el ámbito de la moral no crecieron proporcionalmente. Dicho con otras palabras, junto al desarrollo del poder por medio del avance científico-técnico no se dio un desarrollo semejante de la responsabilidad de los hombres. Esto constituye un gran riesgo en la actualidad, pues el hombre domina la naturaleza pero no domina su capacidad de dominar. El poder ya no es poseído y utilizado por el hombre sino que se ha tornado una realidad autónoma que, en cierto modo, posee y somete al hombre. 42. Guardini considera que el futuro estará marcado por dos rasgos fundamentales: el riesgo y el temor. Así como el hombre primitivo se encontraba inseguro y temeroso ante una naturaleza indómita y no comprendida, el hombre del futuro también se sentirá inseguro y temeroso, pero no ante la naturaleza, sino ante sus propias construcciones culturales. Al no dominar su propio poder, crece el sentimiento de riesgo y de inseguridad en el ser humano. Es por ello que el problema central en torno al cual girará la tarea cultural del futuro y de cuya solución dependerá la vida o la muerte, es el problema del uso del poder. 16 Nótese la similitud de estas reflexiones de Guardini con las ideas, posteriores a él, de los pensadores de la posmodernidad, referentes a la caída de los grandes relatos de la modernidad y a la existencia de una modernidad líquida 17 Las concepciones del hombre planteadas brevemente por Guardini parecen referirse implícitamente al pensamiento de Marx, Comte y Darwin, al pensamiento de Hegel y al planteo de J. P. Sartre, respectivamente. 43. Lo que se requiere para lograr una recta utilización del poder es el desarrollo de ciertas virtudes fundamentales. Según Guardini la virtud básica que se requiere es la veracidad, pues por medio de ella el hombre evitará engañarse a sí mismo en lo referente a sus intenciones con el desarrollo del poder. Lejos de autoconvencerse de que más poder representa inmediatamente más progreso, la veracidad le facilitará una mirada sincera y realista sobre sus propias acciones. 44. Otra virtud fundamental que se requiere es la fortaleza. Esta virtud será útil para no

desfallecer frente a las dificultades y permanecer firme en los principios morales frente al desorden y el caos de opiniones y propuestas falaces. 45. Por último, Guardini señala como virtud de vital importancia el autodominio. Es preciso que los hombres desarrollen un dominio de sí, aprendan a ser dueños de sí mismos y controlen su poder sin que este los controle a ellos. Los humanos deben asumir su condición de seres libres discerniendo entre lo justo y lo injusto, los medios de los fines, lo conveniente para un desarrollo integral de lo que no lo es. 46. Al llegar al final de su trabajo, Guardini reserva un espacio para referirse a la religión. Después de señalar como se transformó la relación del hombre con Dios en el desarrollo de la historia, reiterando algunas ideas desarrolladas anteriormente cuando se refirió al mundo medieval y al mundo moderno, el autor de El ocaso de la edad moderna advierte que sin el aporte religioso, la vida humana se convierte en algo similar a un motor sin lubricante: la piezas componentes se desencajan y, debido a la fricción, no funcionan con precisión. Sin la religación con Dios la existencia humana se desorganiza y pierde su orientación. Guardini piensa que la religión del futuro tenderá a ser en gran medida un nuevo paganismo, una vuelta a la religiosidad de los antiguos, a la mitología. Sin embargo, no se podrá olvidar ni dejar de lado el mensaje de Cristo, pues este tiene un gran poder para transformar la existencia, tal como lo manifestó S. Kierkegaard. Los cristianos deberán renovar su fe y mantenerse firmes frente a las dificultades. Guardini termina diciendo que sus palabras no pretenden hacer un pronóstico apocalíptico barato y que si se ha referido a la proximidad del fin, ello no debe entenderse en sentido cronológico sino es sentido sustancial. Esto significa que los seres humanos están entrando en un tiempo de decisiones absolutas, de las cuales pueden darse las máximas posibilidades como así también los riesgos supremos.