La Hojarasca

Universidad Nacional de Colombia “Muerte, duelo y venganza” Docente: Mario Bernardo Figueroa Estudiante: Melissa Antia P

Views 111 Downloads 2 File size 260KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Universidad Nacional de Colombia “Muerte, duelo y venganza” Docente: Mario Bernardo Figueroa Estudiante: Melissa Antia Palacios Análisis sobre “La Hojarasca” de Gabriel García Márquez (1955) Este texto tiene como objetivo realizar un análisis de la novela colombiana “La Hojarasca” desde los conceptos de tabú, muerte, duelo y venganza vistos en clase. En primer lugar, es claro que el relato que gira en torno a la negación del entierro del doctor por parte del pueblo de Macondo instala la profanación de un tabú por excelencia: el tabú sobre el cadáver. Al ser un objeto, recae sobre él la prohibición del encuentro, pero no de cualquiera sino de aquel que logra usufructuarlo; que goza de él. En Macondo, dicho goce es evidente en la espera de la muerte del doctor y de la fetidez que producirá su cuerpo cuando el proceso de descomposición llegue con ella. “lo habían esperado de corazón, sin remordimiento y hasta con la satisfacción anticipada de sentir algún día el gozoso olor de su descomposición, flotando en el pueblo, sin que nadie se sintiera conmovido, alarmado o escandalizado, sino satisfecho de ver llegada la hora apetecida” (García, 1955, pp. 13). Incluso sin un contacto material y directo, con la usencia de una intención de duelo, pero sobre todo con el retorno del objeto de deseo anal supuestamente desechado por Macondo y evidenciado en el anhelo del olor del muerto, al cadáver del doctor le espera la profanación. Sin embargo, es allí en donde el ex comandante, trunca el goce de Macondo. Desde el momento en que algunos rituales relacionados con el objeto de tabú aparecen en el texto, como la vestimenta que llevan y que sólo usan los domingos, la actitud de agobio y el silencio que inunda el momento en que el muerto comparte habitación con ellos. Incluso con el hecho de colocarlo dentro de una caja y sellarla con él adentro, el goce del pueblo comienza a ser mermado y finalmente es asesinado con el tabú. “Ahora nosotros privaremos a Macondo de un placer largamente deseado” (García, 1955, pp. 13). De ese modo, el ex comandante, logra sustituir en alguna medida al doctor como sujeto. No lo hace solamente al otorgarle una sepultura “cristiana” y echar en la caja aquellos objetos de su pertenencia, sino al traer al presente las memorias que lo remitían a él, aquellos significantes que lo atravesaban. El ex comandante logra hacerlo, a pesar de no contar con el nombre del doctor. Sin embargo, la sustitución del doctor no es lo único que consigue. Al matar el goce de Macondo, rescata al pueblo de la destitución de la que iban a ser afectados con la profanación del cadáver y con el olor que iba a llegar sus narices. Evita que el pueblo quede “untado” de muerte y que se vuelva la muerte. La muerte del goce del pueblo y el encuentro con el cadáver del doctor que tiene lugar entre el ex comandante, su hija y su nieto los convierte en un tabú sobre el que también pesará un anhelo de profanación. Ella lo manifiesta en el relato cuando afirma que “es posible que esta determinación de papá sea la causa de que mañana no se encuentre nadie dispuesto a seguir nuestro entierro” (García, 1955, pp. 12), incluso hace referencia a las consecuencias que también llevará encima su hijo con el encuentro “Y mañana ya no será mi hijo quien asista a la escuela, sino otro niño completamente distinto ; un niño que crecerá, se reproducirá, y morirá al fin, sin que nadie tenga con él una deuda de gratitud que le acredite para ser enterrado como un cristiano” (García, 1955, pp. 15. Desde la venganza, encontramos que se encuentra estrechamente relacionada con el tabú como causa que fundamenta su profanación. A raíz del suceso de los heridos que llegaron a la puerta del doctor y que fueron rechazados por él, Macondo desarrolla sentimientos de hostilidad y de odio, que más tarde desembocan un anhelo de venganza que se ve reflejado en el deseo de profanar sus despojos mortales. En ese sentido, el tabú sobre el cadáver no solo preserva y contiene el goce, sino también la venganza. Respecto al duelo, su importancia recae en la sustitución del muerto como sujeto, evitando que sea tratado como un pedazo de carne y huesos; como Nuda Vida. En Macondo, se evidencia que los despojos del doctor quieren ser tratados de esta manera porque la gente no quiere otorgarle sepultura alguna. Esto afirma la falta de lazo social y de sostén de la comunidad en Macondo, sin la cual el duelo no puede ser llevado a cabo.