La Guerrilla Antifranquista

Dosier La Guerrilla Antifranquista EL MAQUIS ESPAÑOL El Maquis Español Recopilación de materiales V. Antonio López M

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Dosier La Guerrilla Antifranquista

EL MAQUIS ESPAÑOL

El Maquis Español

Recopilación de materiales V. Antonio López Madrid 2012 – 2014© Para el Archivo de la Memoria Histórica de La Comuna

Dosier para uso privado sin ánimo de lucro Materiales publicados en Internet y reseñas de libros Imágenes prestadas por sus editores

Se puede reproducir, copiar, se alienta la difusión, si se hace sin ánimo de lucro y citando su procedencia original

Imagen de portada: Dibujo digitalizado – “Maquis andaluces” Autor desconocido. Imagen de contraportada: Cartel para el Socorro Popular Francés de 1946. Autor: Paul Colin.

ÍNDICE 2

LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

CAPÍTULO

PÁGINA

Presentación Mañana España - Historia oral de la guerrilla antifranquista – 1945-1952 La Federación de Guerrillas de Galicia-León La Guerrilla Asturiana-Cántabra La Guerrilla en el País Vasco La Guerrilla en el Alto Aragón - Comarca del Berguedá - Bages La invasión del Valle de Arán La Guerrilla Levantina- Aragonesa – A.G.L.A. La Guerrilla en Andalucía Oriental (Málaga-Granada) La Guerrilla en el Campo de Gibraltar – Cádiz - Málaga La Guerrilla en Sierra Morena – Badajoz - Córdoba La Guerrilla en la Zona Centro – Toledo – Extremadura – Madrid - Ávila De la Historia oral familiar – Guerrilleros de retaguardia La Guerrilla en La Mancha – Ciudad Real – Cuenca – Albacete La Guerrilla Urbana Epílogo - Cifras finales aproximadas Agradecimientos

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LA INVESTIGACIÓN EN INTERNET Internet puede ser una herramienta de extraordinaria importancia para abordar el estudio de la guerrilla antifranquista en España. A través de Internet tenemos acceso a páginas y enlaces que ofrecen una gran cantidad de información que en algunas ocasiones no podrían ser encontrados mediante otras fuentes más tradicionales. También nos permite elegir entre un estilo u otro, comparar datos y confirmar otros. La red nos aporta un modo distinto de acercamos al universo informativo, y más concretamente al fenómeno del maquis en nuestro país, que lo hace diferente del resto de medios tradicionales utilizados a la hora de indagar sobre la resistencia antifranquista en el interior del estado español. Además, Internet aporta una característica sin duda enriquecedora como es la actualidad, ya que las páginas son actualizadas periódicamente, aportando datos que facilitan el estudio día a día de la historia e investigaciones acerca del maquis.

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DEDICATORIA A todos los hombres y mujeres antifascistas que lucharon por encima de sus posibilidades materiales hasta el fin de sus días, por un mundo mejor, más justo, más solidario y más libre. A sus familias que sufrieron el acoso y las represalias de la Guardia Civil y de todo el aparato represivo franquista, sufriendo torturas y vejaciones, incluso muchos/as perdieron su vida. A los enlaces y gentes del pueblo que les prestó su ayuda, en definitiva a todos los luchadores por la libertad.

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PRESENTACIÓN “Sin memoria, cada noche es la primera noche, cada mañana es la primera mañana, cada beso y cada abrazo son los primeros de nuestra vida”. Alan Paige Lightman (1948) (Físico y escritor norteamericano)

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iguiendo la estela de la memoria histórica este primer trabajo de 2014 lo dedico a la Guerrilla Antifranquista, “el maquis”, “los del monte”, “los huidos”, “los bandoleros” o “los bandidos”, que de todas estas formas fueron llamados, a ellos les gustaba más la palabra “guerrillero”, a mí también me gusta más GUERRILLERO, es un término autóctono que se remonta a la época de Viriato y su guerra contra los romanos, se recupera en la guerra de independencia contra los franceses y se continua en la resistencia antifranquista. La resistencia francesa contra los nazis estaba compuesta por muchos españoles esto dio lugar a que se exportara, (permitirme el término) nuestra genuina forma de lucha. La palabra “maquis” es de origen francés y quiere decir “campo cubierto de maleza” de ahí el dicho de “los del monte”. Guerrilla según el diccionario de nuestra lengua, es definido como diminutivo de guerra, o guerra de poca importancia, aislados, separados unos de otros, todas estas definiciones les van como anillo al dedo, estos combatientes por la libertad escribieron páginas llenas de heroicidades. Algunos autores dan como fecha de su combate entre 1940 y 1962, otros sin embargo reducen el tiempo del conflicto entre 1942 y 1958. Yo situaría el declive a partir de 1948, fecha que Santiago Carrillo, da la orden de disolución de las Agrupaciones Guerrilleras de España (AGE), una vez fracasado el intento de invasión por los pirineos de combatientes de la segunda guerra mundial en el Valle de Arán (Lérida), pensando que Francia y el resto de aliados les prestarían su apoyo logístico, nada más lejos de la realidad, De Gaulle ordenó desarmar a todos los maquis franceses, la traición se había consumado, los aliados no estaban para ayudar al pueblo español, su enemigo era el de siempre, el comunismo internacional, la guerra fría había empezado. Por su aislamiento organizativo y táctico fue muy difícil la comunicación fluida con las distintas Agrupaciones y algunas no se enteraron de este cambio de estrategia del PCE hasta 1950. A las Agrupaciones no comunistas este cambio no les suponía ninguna obligación disciplinaria, sea como fuese estos guerrillero tuvieron en jaque a todo el régimen franquista durante décadas, sus actos están llenos de actos heroicos, también tuvieron sus miserias en forma de traiciones, deserciones, chivatos/as y huidas, además del monte también tuvimos guerrilla urbana, sobre todo en las grandes ciudades como; Barcelona, Bilbao, Cádiz, Granada, León, Madrid o Valencia. La ideología dominante de estos hombres y mujeres era la comunista, pero también había anarquistas, socialistas, republicanos/as y sin partido. El inicio o nacimiento se fraguo con la conquista de las provincias por las fuerzas fascistas, muchos de los huidos lo hicieron por miedo a las represalias, conocedores de la represión franquista, se escondían en casa de familiares y/o en el más cercano monte, esperando tiempos mejores, confiando en la victoria republicana, más tarde confiando en la liberación de España del yugo fascista por las fuerzas

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aliadas de la II Guerra Mundial, ninguna de ellas se produjo y esto condenó a los guerrilleros a enfrentarse con sus escasas armas a las fuerzas represivas del aparato franquista. Una lucha tan desigual solo podía tener un final posible, la derrota. Pese a las condiciones tan adversas estuvieron años siendo el dolor de cabeza del régimen dictatorial, pese al poco apoyo de la población estuvieron dando golpes de mano muchos años, solo hombres o mujeres con tanta determinación podrían aguantar tanto tiempo en el monte. En ese tiempo no solo ellos sufrieron la represión de los cuerpos y fuerzas franquistas, también lo sufrieron sus enlaces y apoyos de las poblaciones cercanas, y sobre todo sus familiares más allegados. Estando activas desde el final de la guerra no es hasta 1944 que se forman las primeras agrupaciones. Hubo cuatro zonas más extensas; en el norte la Federación de Guerrillas de León-Galicia, en el sur de Andalucía, comprendiendo dos zonas independientes, Cádiz por un lado y Granada-Málaga por otro, en el este la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), que actuó en la zona comprendida entre el sur de Teruel, interior de Castellón y el norte de Cuenca, la del Centro, que englobaría Extremadura, norte de Córdoba, Ciudad Real, Toledo, Ávila y montañas del Sistema Central o la Sierra de Gredos: Además hubo actividad también en otras de menor extensión, como en La Mancha, el País Vasco, en el Alto Aragón o en la zona del Bages y el Berguedá en Cataluña. Ver el mapa de las actividades de las guerrillas en la página siguiente. En las ciudades también actuaron grupos de resistentes armados. Los guerrilleros actuaron en varias localidades catalanas y en Barcelona, donde la amplitud de la lucha armada fue más destacada. Esta ciudad constituyó el último de los escenarios urbanos del maquis, donde tenía un respaldo social amplio perteneciendo mayoritariamente a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (/FAI), con el apoyo del organismo “Defensa Interior”, creado en el congreso de 1961 en Limoges de dicho sindicato, a fin de coordinar las acciones revolucionarias contra el franquismo. En Madrid la guerrilla urbana tuvo un carácter predominantemente comunista, apoyada por el PCE. Otras capitales donde también hubo actividad guerrillera fueron Bilbao, Granada, León, y Valencia, destacando particularmente los grupos de Antonio Raya y los hermanos Quero, cuyo mito se extendió a lo largo de décadas. V. Antonio López

Madrid, enero 2014

En color rojo las zonas guerrilleras, en amarillo las capitales de provincia con guerrilla urbana

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Homenaje al maquis español en Prayols (Francia)

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Escojo el prólogo del libro “Mañana España: historia oral de la guerrilla antifranquista (1945-1952” de Hana Bortlová, porque nos puede servir de introducción al mundo del guerrillero español, los relatos en primera persona del interlocutor de Hana, nos inician sin ese halo romántico que siempre rodea las historias del bandolerismo español, y nos introduce en el mundo duro y sacrificado de lo que fue nuestro “maquis” o guerrillero —como a ellos les gustaba llamarse —, he omitido las notas a pie de página por ser casi todas ellas referencias bibliográficas y ocuparían mucho espacio. Algo que me llama la atención es que el interlocutor de Hana se escuda detrás de las iniciales J.M., y no lo entiendo dado el tiempo transcurrido de los hechos y la fecha del trabajo años 2003-2004. Otro dato que me llama la atención es la cita de Hana del historiador checo Milan Vanek sobre su defensa de la historia oral, (sobre todo en los regímenes totalitarios), apoyándose en el hecho cierto de que estos regímenes hacen desaparecer muchos documentos, ojalá la lean algunos “historiadores” y algunos jueces, porque en España prácticamente no se le concede ningún valor histórico, a pesar de la censura férrea y la desidia de algunos archiveros que hemos padecido.

Mañana España: historia antifranquista (1945–1952).

oral

de

la

guerrilla

(A modo de prólogo) Hana Bortlová (Escritora checoslovaca) En las páginas que siguen quiero brevemente presentar los resultados de mi investigación histórico-biográfica realizada durante los años 2003 y 2004. El tema de la investigación fue la historia de la guerrilla antifranquista en España en los años 1945-1952.

El objetivo de mi investigación fue enfocar e interpretar esos acontecimientos históricos de dos maneras, a través de una doble óptica y así contribuir a la creación de una nueva imagen del pasado - imagen más humana, más plástica. Mi intención fue llenar los “secos” datos historiográficos con vida por medio del testimonio oral de un hombre — actor de la Historia — y de su historia personal. El trabajo con el material de archivo y con la literatura especializada —es decir el mapeo de “la gran Historia” — fue facilitado por la posibilidad de realizar esta parte de investigación directamente en España. Las fuentes primarias utilizadas fueron fundamentalmente los fondos del Archivo Histórico del Comité Central del Partido Comunista de España en Madrid y los fondos del Archivo General de la Guerra Civil en Salamanca. Igualmente, fue parcialmente utilizada la prensa de la época (de diversos

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archivos). En cuanto a las fuentes secundarias, hice uso sobre todo de la literatura y los periódicos especializados de procedencia española (en menor medida de procedencia inglesa y francesa). Para el trabajo con “la historia pequeña” —es decir con la historia personal de mi narrador J. M. — apliqué el método de la historia oral. Visitaba al narrador en su casa a lo largo de más de un año (de junio de 2003 a noviembre de 2004). En total se realizaron ocho visitas de aproximadamente cinco horas de duración cada una. La investigación fue conducida en forma de entrevistas autobiográficas (estructuradas o semi-estructuradas). Las entrevistas se llevaron sólo en español. Esporádicamente, utilicé también en esta parte de la investigación algunas informaciones obtenidas del manuscrito de memorias de J. M. que él mismo me había facilitado.

Historia e historia Optando por el método de la historia oral intenté lograr lo siguiente: destacar la dimensión individual, humana del problema histórico determinado. Como es notoriamente sabido, el método de la historia oral pertenece al terreno de la investigación cualitativa y como tal, su objetivo no está en acumular datos y hechos (que es el caso de la investigación cuantitativa) sino “mirar el mundo con los ojos del sujeto”. El objetivo no es la generalización, sino el enfoque de la particularidad, de la singularidad. El concepto de “la gran Historia” y “la historia pequeña” está basado en la siguiente diferenciación: con la Historia entendemos un conjunto de “grandes” historias oficiales constituidas por los nombres de los gobernantes, denominaciones de pactos o convenios y fechas importantes de batallas. La Historia con H está basada en el análisis objetivo de datos y es registrada por eruditos expertos —los historiadores —. Al contrario “la historia pequeña” es la historia personal del ser humano en la cual están incluidos los fenómenos corrientes de la vida de cada uno como alegrías y tristezas, esperanzas y decepciones. “La historia pequeña” es una interpretación subjetiva de los eventos históricos. Testimonia sobre el impacto de un “gran” acontecimiento histórico en la trayectoria “pequeña” de la vida. El objetivo de la historia oral es describir e interpretar el contexto histórico precisamente de la manera en la cual lo percibe el hombre ordinario. Me propuse enfocar al hombre y su historia personal para quienes no suele quedar espacio en las páginas de la Historia. Ciertamente me doy cuenta de que los testimonios de J. M. no tienen que ser siempre los más exactos, dada la edad del narrador y otros factores psicológicos y sociales. A pesar de eso creo —junto con el historiador y antropólogo eslovaco Peter Salner — que el testimonio de mi narrador debería ser percibido y comprendido como “complementación del mosaico de la época por una dimensión más que no solemos encontrar en las fuentes oficiales: el destino individual del contemporáneo y su percepción subjetiva de las acciones históricas”. Es más bien el punto de vista de un etnólogo que el de un historiador. El objetivo de las entrevistas no fue verificar la “veracidad” de los testimonios 9

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sino dejar al narrador que explicara sus actitudes y contribuir al mencionado mosaico de la época con su experiencia personal. La filosofía de la historia oral es presentar la historia de tal modo que no nos deje indiferentes, que nos podamos identificar con ella humanamente. Es en este aspecto del método donde para mi está su punto fuerte. Hay sin embargo otro argumento importante de por qué, aparte de los métodos tradicionales, decidí utilizar el método de la historia oral. La historia oral es frecuentemente insustituible en las situaciones donde otras fuentes no están accesibles o incluso son inexistentes. En tales casos el testimonio oral puede ser la única fuente de información sobre algún acontecimiento histórico. En su ensayo sobre las posibilidades y los límites de la historia oral el historiador checo Milan Vanek dice: “El método de oral histórico tiene su importancia específica para la investigación de las sociedades totalitarias y post-totalitarias donde no existe la pluralidad de fuentes y donde prevalecen documentos de procedencia estatal y de partido los cuales, además, sólo registraban aquellos eventos que sus autores consideraban importantes para ellos. Tal fue también el caso de la España franquista donde el tema de la guerrilla no ha sido tocado hasta tiempos muy recientes”. Milan Vanek

Estado actual de la investigación del tema Hasta la mitad de los años noventa del siglo XX el tema de la guerrilla y los temas relacionados con ella (por ejemplo la estancia de los españoles en los campos de concentración franceses o su participación en la liberación de Francia de los Nazis) se encontraban más bien al margen del interés en el ámbito universitario. Sin embargo se trata de temas en mi opinión muy atractivos e interesantes y muchas veces completamente inexplorados y desconocidos. En los años cuarenta y cincuenta cuando la lucha de la guerrilla contra la dictadura de Franco aún estaba lejos de terminar, la existencia de la guerrilla fue — por razones muy evidentes— ocultada. Sólo cuando el peligro que representaban los guerrilleros estaba definitivamente extinguido, Franco consintió — es más, incitó — la producción de una Literatura que cubriera el tema del “peligro rojo”. Nacieron diversos estudios sobre “los bandidos despiadados” y sus crímenes. Paralelamente con la literatura oficial existía también literatura publicada en el exilio, sobre todo en Francia (la editorial de Ruedo Ibérico) y en menor medida y en tiempos posteriores también en Cuba y en México. Sin pretender generalizar, opino que esa literatura se parecía más a leyendas y mitos comunistas que a testimonios objetivos sobre los acontecimientos en España de los cuarenta. Un interés más serio en el estudio de la guerrilla no surge hasta algunos años después de la muerte de Franco, y los primeros trabajos históricos propiamente dichos se publican sólo a partir de la segunda mitad de los años ochenta del siglo XX. El primer estudio verdaderamente minucioso sobre la guerrilla española que tenemos a nuestra disposición es obra del historiador alemán Hartmut Heine quien en el año 1980 publicó su trabajo sobre el movimiento guerrillero en Galicia (A

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guerrilla antifranquista en Galicia. Xeiras, Vigo 1980); otras publicaciones de esa época son ante todo las monografías de carácter regional. Los estudios que tratasen del fenómeno de la guerrilla en su totalidad llegan mucho más tarde — el primero que engloba el fenómeno del maquis español— cubriendo todo el territorio de España sale en el año 2001, y su autor es Secundino Serrano Fernández. En los últimos años aparecieron en España algunos trabajos interesantes con carácter de memorias, frutos de los mismos contemporáneos del movimiento guerrillero. En la conciencia histórica checa el tema de la guerrilla española es, a mi juicio, hasta hoy día totalmente desconocido. He podido encontrar tan sólo dos publicaciones que están vinculadas a la problemática. La primera es el libro de reportajes de guerra de Jirí Mucha Ohen proti ohni (Fuego contra fuego) donde el tema de la guerrilla es tratado más bien marginalmente, en relación con las invasiones en los valles de Arán en el 1944. La otra es un estudio de siete páginas de extensión de Vladimír Nálevka que lleva el título Partyzánská válka ve Španelsku (Guerrilla en España) y que fue publicado en el 2000 en las Actas de la Universidad Carolina (AUC Studia Historica). El estudio de Nálevka es una rica fuente de informaciones sobre el contexto internacional más complejo — habla por ejemplo sobre el papel de Stalin en el movimiento guerrillero español—, sobre las relaciones entre los comunistas rusos y españoles etc. Según mis comprobaciones, sin embargo, no ha habido ni hay en el ámbito universitario checo más personas que han investigado sobre la cuestión de la guerrilla antifranquista.

Historia de la guerrilla antifranquista 1945-1952 En esta parte del trabajo voy primero a esbozar una breve introducción al contexto histórico. A continuación, describiré distintos momentos históricos (y los fenómenos vinculados a ellos) de la manera en que he podido reconstruirlos a base de mi investigación histórica (investigación en los archivos y trabajo con la literatura secundaria) y los completaré con la perspectiva de mi narrador J. M. introduciendo partes de citas de las entrevistas transcritas. La situación que imperaba en España en los años cuarenta del siglo XX suele ser evocada y descrita como una época de total silencio y de miedo sofocante. Una larga y silenciosa década durante la cual los hombres y las mujeres se recuperaban del choque de la guerra civil y del milagro de que habían sobrevivido. Su situación personal completamente cambiada no permitía que se ocuparan de nada más que de la pura supervivencia. Como si entre el final de la guerra civil y la primera manifestación de desacuerdo con el régimen (como suele considerarse la huelga general de Barcelona en marzo de 1951) se extendieran doce largos años de silencio e inmovilidad. Como si la brutalidad de las represiones de la posguerra no permitiera ninguna alternativa. Y sin embargo había una alternativa. El final oficial de la guerra no significó el final de la lucha y estado de guerra. A lo largo de los años cuarenta se siguió luchando por todo el territorio español. En las montañas de León, Galicia, Asturias, Andalucía y Aragón, grupos de guerrilleros declararon la guerra a Franco y su régimen fascista. Nació un complejo movimiento de resistencia que en muchos aspectos (temporales, ideológicos) correspondía a 11

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otros movimientos antifascistas en Europa (por ejemplo en Grecia o en Yugoslavia). J. M., que pasó seis años de su vida en la guerrilla, dice: J.M.- “Éramos un puñado de hombres que… bueno, tal vez estábamos equivocados pero tal vez no, y puede ser que no teníamos posibilidades de vencer, pero puede que sí… bueno, hicimos todo cuanto estuvo en nuestras manos para recuperar España y devolverle su personalidad política, enajenada por el régimen dictatorial franquista”. La guerrilla era la primera oposición antifranquista organizada. Existía prácticamente en todo el territorio español y más de una vez representó un grave problema para la dictadura. Constituía una posibilidad de cambios importantes si consideramos la inestabilidad en la cual se encontraba el régimen de Franco hasta la mitad del año 1947. En toda la existencia de la guerrilla pasaron por sus filas alrededor de 5.000–6.000 hombres. No podemos expresar numéricamente cuántas eran las personas que ayudaban de manera activa a los guerrilleros. Eran al menos decenas de miles: sabemos que por las simpatías con el movimiento guerrillero, aproximadamente 20.000 personas fueron detenidas y posteriormente muchas veces ejecutadas.

El exilio y los campos de concentración franceses En los últimos meses de la guerra civil e inmediatamente después, más de medio millón de españoles (450.000–470.000) abandonó el país. Entre ellos, más de 200.000 eran mujeres y niños. Como muchos otros republicanos, J. M. se marchó a Francia. Salió de Barcelona a finales de enero de 1939: J.M.- “(…) Poco antes de que cayera Barcelona, se declaró la movilización de la quinta a la que yo pertenecía. Hice entonces mi mochila y fui a presentarme al centro de reclutas, pero allí ya no había ni Dios. Las tropas franquistas ya tenían Barcelona al alcance de la mano y los republicanos se marchaban. Dos días más tarde todo era decidido (…) me quedé en Barcelona, lo recuerdo perfectamente, hasta el día 26 de enero. En la madrugada de ese día lie mis bártulos, llevaba muy pocas cosas, cerré la puerta y tiré la llave por encima del hombro, al tejado, creo y me uní a la riada de gente que llenaba la carretera de Badalona (…) Marchamos varios días antes de llegar a Francia. La mayor parte del viaje la hicimos a pie, aunque si también, algunas veces, pocas, nos llevaba alguna camioneta (…) El peor recuerdo que guardo es cuando… era todavía… antes de llegar a Calella, en el cielo aparecieron los cazas franquistas y barrieron la carretera llena de gente que se iba a Francia con sus ametralladoras… hubo muchos muertos y heridos, y ni una ambulancia. Tenía las manos llenas de sangre pues ayudaba a cargar dentro de una camioneta a los heridos. Recuerdo que entre ellos había una mujer, tenía un niño, un niñito de tres o cuatro años, que había muerto. Lo llevaba en los brazos y no quería separarse de él por nada ni por nadie… Entonces me di cuenta de lo que era ese franquismo, lo odié a muerte y me juré que nunca viviría bajo su régimen (…)

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Frente a la enorme cantidad de gente, el gobierno francés — que en esa época tampoco se encontraba en una situación muy envidiable — tardó considerablemente en resolver el problema. La solución que finalmente encontró consistía en la construcción de campos de concentración (los llamados camps d´internement o camps de concentration). Aunque sus capacidades parecían ser suficientes en realidad apenas pudieron absorber el número astronómico de los refugiados que venían cada día de España. De manera masiva, los campos surgieron ante todo en los primeros meses del 1939, por todo el territorio francés. Los de mayor capacidad estaban situados en el sudeste del país, cerca de la costa mediterránea. El campo de concentración más extenso era el de Argelès-sur-Mer el cual acogió aproximadamente a 100 000 refugiados. La mayoría de los campos (Bram, Agde, Rivesaltes, Septfonds, Gurs, Vernet, Rieucros) se hallaba en los departamentos de Roussillon y Pirineos Atlánticos (Pyrénées Atlantiques). Al llegar los primeros exiliados españoles no había absolutamente nada ni agua corriente y mucho menos instalaciones sociales; ni siquiera las llamadas barracas, construcciones de madera que más tarde servían de alojamiento. Los primeros refugiados dormían en la playa, en los huecos que ellos mismos habían excavado y rellenado de periódicos: J.M.- “Dormimos en la arena (…) algunos tapados con una manta, algunos con dos, eso dependía de capacidades de cada uno de buscarse la vida. Sólo luego dormimos bajo el tejado, en barracas que nosotros construimos. Había muchas enfermedades, mucha gente se moría, sobre todo la que venía herida de la guerra. Comíamos lo mismo que comían los soldados, es decir comida del ejército. Patatas sobre todo. Un pedazo de pan, así de grande, tenías que repartirlo con cuatro personas. A veces nos poníamos de acuerdo con mi hermano o con alguien conocido y cuando se empezaba a hacer cola para el pan... el pan lo tiraban desde arriba, desde los camiones y nosotros abajo esperando, y entonces uno de los dos empujó al que estaba delante esperando su turno, ése tropezó y el otro ya cogió el pan volante y patitas para que os quiero (…)”. Después de llegar al campo, entre miles de otras personas J. M. encuentra por casualidad a su hermano M. Este acontecimiento resultó ser de importancia fundamental para su futura estancia en Francia. J.M.- “(…) entonces yo ya llevaba un tiempo en el campo. Voy a lo largo del alambre, iba buscando algo. Uno siempre iba buscando algo en el campo, tabaco, comida, en fin, algo, y estoy mirando por ahí y por allá y de repente del otro lado del alambre veo que están afeitando a los soldados, y mi hermano era soldado, había estado en el frente del Ebro, y veo a mi hermano allí con la cara llena de espuma y entonces voy para allá, nos miramos y él me pregunta: ¿Y tú, qué haces aquí? Y yo a él lo mismo le pregunto (…) Miguel era dos o tres años mayor que yo, y había estado en el ejército republicano desde el año treinta y siete, y claro, ya conocía algunos trucos de la vida, y además era muy comunicativo, mucho más comunicativo que yo. Yo aún era muy pequeño y me costaba mucho empezar a comunicar con gente, pero él no, siempre sabía arreglárselas (…). Y ya no nos separamos,

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no hasta el año cuarenta y dos, cuando en el campo alemán, yo me escapé más tarde, y ahí sí nos separamos (…)” El tratamiento que recibieron los españoles en la primera etapa de su exilio en Francia fue sin duda alguna extremadamente hostil y agresivo. Amenazas y violencias estaban al orden del día y contribuyeron a que dentro de unos pocos meses miles de exiliados, ante todo mujeres y niños, volvieron a España. Entre ellos, también la madre y la hermana de J. M. Las dos mujeres decidieron regresar a la España franquista, a la casa que J. M. Había abandonado como último de la familia: Cuando regresaron (mi madre con mi hermana) de Francia, de los campos de concentración, ni sé si encontraron aquellas llaves que yo había tirado al tejado. O si tuvieron que forzar la puerta. Me imagino que sí, que la habrían forzado pero lo no sé, la verdad es que nunca se lo pregunté ni a mi madre, ni a mi hermana. Las llaves las había tirado porque creo que presentía que yo ya no volvía allí. Sin embargo, poco a poco la organización de la vida en los campos pasaba a las manos de los refugiados. Ese hecho permitió que surgieran numerosas actividades, incluidas las políticas. Fueron los mismos exiliados quienes hicieron las condiciones de vida en los campos más soportables. En algunos campos, incluso, se formaron los llamados barrios chinos, una especie de mercados donde uno podía vender o comprar casi de todo. Los españoles organizaban diversos eventos culturales, se impartían clases, se editaban periódicos, se realizaban encuentros políticos. La presencia de los intelectuales, de los maestros y de los profesores universitarios ayudó a que los campos llegasen a ser el catalizador de la identidad republicana. En agosto de 1940 ya existían en el campo de Argelès-sur-Mer los primeros grupos de comunistas organizados que intentaban coordinar sus acciones con las de los partidarios comunistas de otros campos y acordar un procedimiento común en la lucha contra los rebeldes franquistas. A pesar de las iniciativas políticas y sociales mencionadas, la vida cotidiana en los campos, sobre todo en la fase inicial, tenía un carácter profundamente triste y deprimente. Durante largos períodos los refugiados no podían salir de los campos y no disponían de nada que les ocupara manualmente o espiritualmente: J.M.- “Que ¿qué hacíamos? Pues qué hacíamos, hija. Nada. No se podía hacer nada. (…). Sentados en la arena, buscábamos las pulgas… el campo estaba infestado de pulgas… y las contábamos, quién atrapaba más. Recuerdo una vez haber contado más de doscientas (…). También las veíamos a través de una lupa… ¿sabías que los bichos esos tienen unos pelos así de largos, en la espalda? (…) luego hacíamos un hoyo en la arena, y metíamos allí las pulgas, cada uno sus pulgas en su hoyo, y competíamos a quién le van a salir primero del hoyo. Ay, Dios mío…como tontos, todo el santo día, mirando las pulgas saltar del hoyo (…). A veces, llegaban los gens d’armes, o los guardias móviles a caballo, esos eran los peores, y rayando por allí y por allá, dios mío, como locos, y gritándonos… y nosotros, para hacerles la puñeta, tendíamos sogas entre las barracas. Las barracas estaban una al lado de otra así que el espacio que había entre ellas formaba una especie de calle, algo así como un callejón… pues entre una barraca y otra tendíamos una soga y cuando venía el guardia 14

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móvil a caballo, la tiramos para arriba y él se caía del caballo (…) y nosotros patitas para que os quiero (…)”.

La guerrilla. Los principales objetivos del movimiento Inicialmente los objetivos del movimiento guerrillero no estaban muy claramente definidos. Sobre todo en las zonas donde el núcleo de la guerrilla fue formado por los llamados huidos, los cuales se retiraron a las montañas por miedo a perder su vida, el carácter del movimiento era más bien defensivo. No obstante, eso cambió con la llegada de los guerrilleros enviados de Francia por el PCE (Partido Comunista de España) que disponían de experiencias prácticas de la guerra, de armas y de propaganda política. Uno de ellos, mi narrador J. M. Fue enviado a España en el año 1945. Pertenecía al grupo que posteriormente pasó a ser parte de una de las agrupaciones guerrilleras más grandes y más activas de todo el territorio español – la AGLA. La meta principal de la lucha guerrillera era el derrocamiento del régimen franquista. El movimiento guerrillero tenía por objetivo provocar un levantamiento armado popular por medio del cual se llegaría a la abolición de las leyes franquistas y a la liberación de los prisioneros políticos, al restablecimiento de la libertad de palabra y de imprenta y finalmente a la constitución de un gobierno provisional que se encargaría de organizar las elecciones democráticas. La base de la guerrilla eran las llamadas agrupaciones guerrilleras. Según algunas de las fuentes que he podido consultar, las agrupaciones eran nueve. El PCE, por ejemplo, declaraba tener siete agrupaciones pero se trataba más bien de “la versión oficial” del partido que de una situación real. El movimiento guerrillero español no tenía una dirección que fuera común para todas las agrupaciones y todo el territorio; cada grupo hacía el máximo de lo que podía y como podía. Asimismo, la terminología que usamos hablando de la guerrilla es muy variable puesto que en diferentes lugares se utilizaban diferentes nombres – lo que, por ejemplo, en Valencia fue denominado como, “agrupación guerrillera correspondía a lo que en Galicia fue conocido como, ejército guerrillero” etc. La propaganda directa estaba por supuesto considerada como uno de los objetivos más importantes del movimiento. La más conocida y también la más típica consistía en la ocupación de los pueblos. Los guerrilleros casi siempre procedían del mismo modo: tan pronto como obtuvieron informaciones necesarias sobre la localización y la distancia del Cuartel de Guardia Civil más cercano, sobre la extensión del pueblo, los caminos de escape etc., bajaron al pueblo y convocaron a los habitantes en la plaza. En esta “reunión” primero explicaron a los campesinos el sentido y el objetivo de la lucha guerrillera, luego distribuyeron la propaganda política y finalmente aclamaron la República. Una parte del grupo se encargaba de vigilar todos los caminos de acceso al pueblo. En cuanto duraba la ocupación del pueblo estaba prohibido que sus habitantes se alejaran (para el caso que algún campesino decidiera informar a la Guardia Civil más cercana de lo que pasaba en el pueblo).

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También formaba parte de la ocupación del pueblo la confiscación de armas pertenecientes al alcalde, al cura, a los miembros de la Falange y a los somatenistas. La ocupación del pueblo generalmente no duraba más que unas horas. En casos particulares, sin embargo, podía prolongarse hasta dos días. J. M. participó en estas acciones un sinnúmero de veces. Aquí va uno de sus recuerdos, sobre la ocupación del pueblo de B…: J.M.- “(…) Citamos a nuestro enlace al monte por medio de la estafeta que con él teníamos establecida… y nos informó de todo lo que nos interesaba para que la operación no fracasara: nombres de los somatenistas, situación de la casa del alcalde que era al mismo tiempo Jefe del Somatén, la del jefe de falange y la de un somatenista que podía resultar peligroso… luego nuestro enlace se marchó (…). Oscurecido entramos en el pueblo. En un callejón detuvimos a un campesino que nos guió hasta la casa del alcalde, mientras que dos guerrilleros tomaban posición sobre la carretera para en caso que los civiles de El Toro se presentaran… en casa del alcalde sólo encontramos a la mujer (…) salimos a toda prisa porque se tenía que llegar al café de la plaza donde se reunían todas las tardes los vecinos con los caciquillos del pueblo para echar una partida al tute y tomar unas copas (…) entramos, pues, en el establecimiento, y cuando supimos quién era el alcalde, yo le comuniqué lo que esperábamos de él y le aseguré que a nadie le sucedería nada si obedecían nuestras instrucciones (…) luego el hombre se tranquilizó y ayudado por el jefe de Falange, nos acompañaron por las casas de los somatenistas a los que recogimos fusiles que fuimos cargando en un mulo que el propio Jefe de Falange nos proporcionó (…) en el café teníamos concentradas a más de cuarenta personas… les explicamos lo que hacíamos y los objetivos de la lucha guerrillera y el programa del partido comunista de España para el derrocamiento del régimen y la instauración de un gobierno republicano provisional hasta que se celebren elecciones libres (…) nos retiramos no sin antes soltar una serie de silbidos para dar a entender que había más guerrilleros cercando el pueblo”. Un papel significante en la difusión de la propaganda antifranquista jugaba también la prensa guerrillera. Cada agrupación guerrillera publicaba su título que por lo general llevaba el nombre de El Guerrillero, El Combatiente, Al ataque, Combate, Lucha etc. En las agrupaciones guerrilleras más importantes circulaba El Mundo Obrero, prensa oficial del PCE en Francia. Uno de los rasgos comunes para toda la prensa guerrillera era una fuerte dominación de propaganda y escasez de reflexión e información. Proliferaban artículos dirigidos a la población campesina que trataban de alguno de los problemas actuales de la localidad, condiciones económicas insoportables o más generalmente de la situación socioeconómica grave de todo el país. Apelaban a los campesinos que soportaran la lucha guerrillera y que se levantaran contra la represión económica (y otra) del régimen. El Guerrillero, tal vez el periódico guerrillero más difundido, se publicaba (irregularmente) entre los años 1946 y 1949. La mayoría de las agrupaciones disponía de su propia “redacción”. Según varias fuentes, sólo en la AGLA se publicaron cerca de 5. 000 ejemplares. En torno al tema de la cantidad, mi narrador entabla una polémica:

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J.M.- “El Guerrillero lo editamos en el monte, en los bosques, no. Y te digo que es imposible que hayan sido 5 000 los ejemplares que sacamos, como se puede leer en algunos libros. Pues era imposible adquirir tanto papel y tanta tinta (…) porque tienes que tener en cuenta que cuando iba alguien, algún enlace del pueblo, a por el papel y la tinta, cuando hacía la compra, provocaba sospechas, si la gente sabía que no trabajaba en ningún despacho, donde haya necesidad de papel, y eso los guardias lo averiguaban muy rápido, que no trabajaba en ningún despacho u oficina donde haya necesidad de papel, y entonces ya le estaban pisando los talones y si volvía a hacerlo, ya lo cogían (…) Así que lo de 5 000 me hace reír. Eran 500 ejemplares a lo sumo (…)”.

Algunos aspectos de la vida guerrillera Ciertos aspectos de la vida guerrillera como por ejemplo la comida, el sueño, la higiene, el calzado y el indumento o las relaciones que mantenían los guerrilleros con las mujeres son cuestiones a las cuales pocas veces he encontrado respuestas o comentarios en la literatura historiográfica. No obstante, son problemas que formaban parte inseparable de la existencia cotidiana de los guerrilleros, aspectos que a base diaria exigían la atención de esos hombres y requerían soluciones. Por lo tanto, paso otra vez la palabra al protagonista de nuestra historia: Sobre la comida y su consecución: J.M.- “Que ¿qué comíamos? Harina, mucha harina. Me pasé seis años comiendo harina, tortillas de harina. Harina para desayunar, harina para comer y harina para cenar (…) de vez en cuando, comíamos arroz, si algún enlace la conseguía, o aceite. Patatas (…) muy pocas, uno porque pesaban mucho y segundo porque no dan mucha energía. Pero la harina era muy buena, en fin es muy buena. Yo la sigo comiendo, fíjate tú, es que no me he hartado de comer harina (…) Hacíamos depósitos de comida. Esos depósitos tenían un doble objetivo: uno para tener algo de comida de reserva, guardada, cuando se nos acababa, y el otro para no tener que ir muy cargado. Metíamos el arroz o lo que fuera, harina, en un garrafón y lo enterrábamos y ahí se quedaba guardado (…) ése era nuestro depósito. Muchas veces los puntos de apoyo que logramos establecer no podían comprar la comida que necesitábamos y que les pagábamos. Cada tienda era vigilada por los alcaldes, somatenistas y falangistas que colaboraban con la Guardia Civil (…) muchas veces eran los propios tenderos los que llevaban el parte a la Guardia Civil de las adquisiciones que consideraban sospechosas. Y sospechoso era en estos años comprar tres kilos de arroz, cinco de harina, dos litros de aceite (…) o dos pares de alpargatas (…) en todos los pueblos cercanos se conocía al dedillo la situación económica de cada familia campesina. Campesinos que en toda su vida habían podido comprar un botón, se aparecían un buen día como compradores y nadie se explicaba cómo sucedía eso de la noche a la mañana. Y así es que, así (…) comenzaron para nuestro grupo una serie de hambres que nunca nos quitamos de encima”.

Sobre la ropa y la colada

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J.M.- “(…) una mañana, Julio que estaba de guardia avisó que llegaban voces desde el barranquillo. Prestamos atención y al poco oímos una especie de chapoteo en el agua (…) y una voz femenina entonando unas coplas. Nos aproximamos y vimos una moza de unos 16 o 17 años que estaba haciendo la colada en el arroyo (…) sin saberlo, la lavanderita nos prestó un gran servicio con lavar sus ropitas en aquél arroyo: todavía no habían hecho su aparición los piojos pero hacía tiempo que sentíamos la necesidad de mudarnos la camisa si no queríamos vernos plagados de ellos (…) ya habíamos pensado en lavar nuestra ropa sucia pero como el arroyo tenía escasa corriente, la espuma del jabón se hubiera quedado retenida entre las hierbas del ribazo, y eso no dejara de llamar la atención al que lo descubriera (…) si no se tenía por costumbre lavar en aquellas aguas. Entonces cogimos la ocasión por los pelos y aquella misma noche hicimos nuestra colada y nos pudimos mudar, qué buena falta nos hacía (…) y es tan simple lavar una camisa, ¿verdad? Sin embargo en la vida de una guerrilla (…)”.

Sobre el frío: J.M.- “En invierno (…) para entrar en calor, no tuvimos otro medio que batir la tierra helada con los pies o dar vueltas en el espacio del campamento, muy reducido, claro, como fieras en una jaula… no se podía encender una hoguera porque el humo nos hubiera delatado a la Guardia Civil, sólo un pequeño fuego para cocinar, entonces nos poníamos todos muy cerca del fuego y todos le dábamos consejos al que estaba preparando la comida cómo tiene que hacerlo para no hacer humo. Cada uno teníamos algún consejo especial (…) el caso es que el resultado era siempre el mismo (…) Cuando el terreno que teníamos delante no era bueno, es decir no habían buenos bosques para escondernos, en estos casos la travesía de la sierra se tenía que hacer en una noche, lo que suponía una marcha bastante agotadora (…) máxima en los meses de invierno en que la nieve y las ventiscas la hacían todavía más dura (…) y a menudo sin otro calzado que un par de alpargatas medio reventadas, y eso que había nieve hasta la rodilla (…) y luego esperábamos todo el santo día mojados, temblando de frío, pegados al terreno. Siempre me pregunto cómo es posible que en todos esos años nadie se murió de una neumonía (…)”.

Y sobre las relaciones con las mujeres: J.M.- “Bueno… yo no creo ser tan puritano como para que me escandalicen ciertas situaciones. Y no quiero censurar un hecho que ocurría (…) aunque si en la mayoría de los casos se produjo de forma fortuita, espontánea y no calculada (…) en algunas ocasiones las guerrilleras se vieron rodeadas de una aureola de romanticismo, por así decirlo, que toda lucha, donde la vida está en juego, lleva consigo (…) y creo que la mujer del campo español a veces buscaba este romanticismo (…) así que así surgían aventuras amorosas que, sin embargo, tenían poca aceptación entre muchos de los guerrilleros, porque suponían un gran peligro en cuanto al mantenimiento de la disciplina. Se llegó incluso un par de veces al extremo de perder algunos puntos de apoyo por estos avances amorosos que no tuvieron respuesta (…) en fin, creo que si estas situaciones sucedían de forma fortuita, 18

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sin cálculo previo, es difícil criticarlos porque son un resultado lógico de las relaciones entre personas de distinto sexo… pero sí se puede criticar a quien busque estas situaciones y con su comportamiento ponga en peligro a los demás”.

Conclusión Mi trabajo es por una parte descripción e interpretación de “la gran Historia” del movimiento guerrillero español de los años cuarenta (y principios de los cincuenta) del siglo XX, y por otra presentación de mi investigación biográfica. La importancia del movimiento guerrillero para la historia nacional española, su evolución y desarrollo así como su carácter antifascista (que debería ser argumento final para que sea identificado con otros movimientos europeos de esa índole) son temas que no voy a profundizar más en esta parte de conclusión. Quisiera al contrario volver a tratar el aspecto biográfico de mi investigación. ¿Qué papel jugó? ¿Qué fin perseguía con la realización de las entrevistas? ¿Qué quería decir con “la historia pequeña”? Desgraciadamente no dispongo aquí del suficiente espacio como para poder subrayar cuánto las entrevistas biográficas y los momentos pasados con mi narrador me habían enriquecido personalmente, humanamente; ni puedo entrar en el tema del enorme valor testimonial de los datos recogidos a lo largo de esas entrevistas: fue precisamente a través del análisis narrativo que podía ver claramente qué importancia les atribuía mi narrador a los eventos históricos vividos y qué impacto tuvieron en su vida personal. En el presente trabajo sólo intenté esbozar un análisis de la historia oral; mi intención fue presentar la época histórica estudiada a través de la narración biográfica de J.M. El objetivo de mi trabajo fue enfocar la experiencia personal e individual del “hombre pequeño” — mi narrador — e intentar demostrar cómo él crea la imagen del pasado, es decir cómo nace su “historia pequeña”, y de qué testimonia.

RESUMEN Entre 1945 y 1952 existe en España un movimiento antifranquista organizado, de carácter predominantemente comunista, que ha quedado olvidado hasta la fecha en la historiografía checoslovaca (posteriormente checa y eslovaca) en torno a la historia de España. El fenómeno de la guerrilla española de los años 40 y 50 ofrece, sin embargo, una serie se aspectos particulares, que sirven para justificar este breve trabajo. Hana Bortlová/J.M.

Años 2003 - 2004

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Una vez introducidos en el mundo de la guerrilla española, nos metemos en harina —nunca mejor dicho—, empezamos por la Camino Real del Puerto de la Mesa guerrilla gallego-leonesa quizás una de las pocas que fue pluripartidista y no estaba bajo la influencia del PCE, esto que parece a simple vista un hándicap a la larga pudo ser beneficioso.

La Federación de Guerrillas Galicia-León La Federación de Guerrillas de León-Galicia fue una organización guerrillera antifranquista, con carácter pluri-partidista, si bien con predominio de socialistas leoneses y asturianos, que agrupó a guerrilleros anarquistas, comunistas y socialistas que operó en la inmediata posguerra española.

A pesar de que grupos de guerrilleros antifranquistas operaban en la zona desde la caída del frente norte en 1937, la Federación de Guerrillas de León-Galicia no se creó hasta el 17 de julio de 1942 con grupos de las provincias de León, Orense y Lugo, mediante una reunión en los montes de Ferradillo (Montes Aquilanos), cerca de Ponferrada, que fijó como objetivos encauzar la lucha contra el franquismo, no hacer proselitismo de partido dentro de la guerrilla, mantener la democracia interna pero con obediencia a los superiores, y buscar el apoyo de la población. Se eligió un comité director presidido por el socialista Marcelino Fernández Villanueva, con el cenetista Marcelino de la Parra y el socialista César Ríos como ayudantes.

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El objetivo de la Federación no era derribar el franquismo mediante la lucha armada, sino mantener viva la llama de la resistencia hasta que se produjera la intervención de las potencias aliadas que todos daban por segura. En abril de 1943 editaron el primer número de El Guerrillero, órgano de expresión de la Federación, impreso clandestinamente en Santalla (El Bierzo). Hasta 1944 la Federación de Guerrillas de León-Galicia se mantuvo aislada de los partidos y sindicatos antifranquistas, tanto del interior como del exterior, creando su propia línea política. Se dio la paradoja de que los principales dirigentes eran socialistas, a pesar de que el PSOE como tal no apoyaba la lucha guerrillera. La Federación actuaba en el oeste de León (El Bierzo, Laciana, Cabrera, Maragatería), norte de Zamora (Sanabria), este de Orense (Viana del Bollo, Puebla de Trives, El Barco de Valdeorras) y sureste de Lugo (Fonsagrada, Becerreá y Quiroga). Por eso la Federación toma su nombre de las regiones republicanas de Galicia y León.

Camino Real del Puerto de la Mesa. Desvinculados de los partidos y sin ayuda externa, los guerrilleros vivían de lo que les daban sus enlaces y, sobre todo, de los golpes económicos, ejecutados siempre contra personas afines al régimen franquista, y cuyo resultado se destinaba normalmente a la compra de armamento en el mercado negro de Portugal. La guerrilla también daba charlas políticas entrando por sorpresa en los pueblos, y hacía abundantes sabotajes contra los vehículos de línea y el tendido eléctrico. Los guerrilleros pasaban largas temporadas ocultos en casas de toda confianza, individualmente o por parejas. Cuando el peligro era mayor, se refugiaban en la sierra del Eje, territorio libre para los guerrilleros durante varios años. La vida era dura en el monte, pero no faltaba la caza ni el agua. También era frecuente la marcha por el monte, a veces durante meses, caminando de noche y descansando de día.

La Federación en 1942 y 1943 En 1942, y en el mismo lugar, la Federación de Guerrillas realizó su segundo congreso, reeligiendo para la dirección a Villanueva, Mario Morán y Marcelino de la Parra. El tercer congreso tuvo lugar en 1943. En él se debatió la adhesión de la Federación a la Unión Nacional Española (UNE), una organización creada en el exilio por el PCE, a la que no pertenecían ni el PSOE ni la CNT ni los partidos republicanos. El debate sobre la UNE se debió a la presencia en la zona de un delegado comunista. Los guerrilleros aceptaron ingresar en la UNE a cambio de mantener su autonomía. En aquellos momentos la Federación de León-Galicia era la única guerrilla organizada que había en España. Durante 1943 la guerrilla tuvo varias bajas en enfrentamientos con la Guardia Civil, tanto de guerrilleros como de enlaces. Sin embargo, durante 1944 y 1945 se produjo una calma tensa, con ausencia de enfrentamientos, a causa del devenir de la II Guerra Mundial, cuando ya se veía la derrota de las potencias del Eje. La guerrilla hizo numerosos actos de

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sabotaje y de propaganda en pueblos y aldeas, pero tanto ellos como la Guardia Civil evitaban el choque. Entre la población había un apoyo condicionado a la guerrilla. Era dificil evitar el miedo a las represalias por parte de las fuerzas del orden público, de un lado, o de las fuerzas antifranquistas, del otro.

La Federación en 1944 En 1944 se reorganizó el PCE en Asturias, León y Ponferrada. Comenzaron las fugas de comunistas de los destacamentos penales de la zona, los cuales se iban al monte para encuadrarse en la guerrilla. Pero los guerrilleros veteranos no veían con buenos ojos esas incorporaciones de gente a la que no conocían, y que además planteaba serios problemas logísticos y de seguridad. En sus mejores momentos, la Federación nunca contó con más de cien guerrilleros activos. En octubre de 1944, el 4º congreso de la Federación reeligió a Villanueva, Morán y Parra, a los que se unió Francisco Elvira Cuadrado en representación de los guerrilleros comunistas. Se acordó crear una Federación Nacional de Guerrillas, proyecto que nunca pasó del papel. A finales de octubre de 1944 tuvo lugar la invasión del Valle de Arán por parte de la Agrupación Guerrillera promovida por el PCE sobre la base de los maquis comunistas españoles que habían luchado en la resistencia francesa. La operación fue un fracaso, pero unos 200 guerrilleros consiguieron adentrarse en España, contactar con los grupos de huidos y comenzar a organizar las agrupaciones guerrilleras que comenzaron a funcionar en 1945. En Galicia crearon el Ejército Guerrillero de Galicia-León, sin relación orgánica con la Federación de Guerrillas de León-Galicia.

La Federación en 1945 El 5 de julio de 1945 capitulaba la Alemania nazi. Poco antes, el 19 de junio, la recién creada ONU emitía una condena contra la dictadura española. Las guerrillas alcanzaron su apogeo. El PCE consiguió crear las agrupaciones guerrilleras de Galicia-Asturias-Santander, Levante-Aragón, Centro-Extremadura y Andalucía, con el objetivo de derribar el régimen franquista mediante la lucha armada. En León, los comunistas incrementaron su influencia a partir del 5º congreso de la Federación, al tiempo que aumentaban su presencia en Galicia a través del Ejército Guerrillero. Desde que a finales de 1945 y comienzos de 1946 se tuvo la certeza de que los países aliados no intervendrían en España, la violencia volvió a los montes, golpeando a los guerrilleros, a sus enlaces, a los guardias civiles, a los exponentes más significados del régimen, a los delatores y a los traidores. Durante 1946 la guerrilla desencadenó una ofensiva en toda España, paralela a la presión diplomática sobre el franquismo, pero finalmente el comienzo de la guerra fría permitirá que el régimen de Franco se consolide.

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La Federación en 1946 En 1946 se llevó a cabo el último congreso de la Federación, llamado de reunificación, en los montes de Casayo. Iba a servir para sellar la reconciliación entre la tendencia comunista y las demás, pero, poco después de reelegir como jefe a Villanueva, la Guardia Civil atacó la reunión. El congreso no dio fruto y en agosto los comunistas abandonaron la Federación, pasándose al Ejército Guerrillero. En el trasfondo había un problema político grave: la Federación había basado su existencia en la esperanza de una intervención extranjera que no se había producido; los comunistas pensaban que, por tanto, los federacionistas debían dejarles a ellos tomar el mando de la resistencia armada. 1946 fue el año del declive de la Federación. Se incrementó la violencia represiva contra los enlaces y los familiares de los guerrilleros; aumentaron las muertes y detenciones de guerrilleros causadas por delaciones, y por tanto aumentaron las represalias de la guerrilla, aparte de los actos habituales de sabotaje. Entre los miembros de la Federación prevalecía una política liquidacionista, de dejar el monte y salir al exilio en el extranjero. El PSOE, controlado por Indalecio Prieto, les animaba sin pausa a dejar la guerrilla cuanto antes. Prieto mantenía la opinión, basada en la realidad objetiva y en sus contactos internacionales, de que la guerrilla no lograba ningún objetivo realista que justificase la inevitable y progresiva caida de sus miembros. Entre el PCE se consideraba que la guerrilla cumplía un fin en sí mismo.

El final, 1947 El Pico de la Aquiana y a su falda Montes de Valdueza en los Montes Aquilanos lugares done "operaba" la partida de Girón. Durante 1947 las acciones de la Federación serán meramente económicas, con el objetivo de conseguir dinero para la subsistencia y para organizar la salida al extranjero, aun cuando la práctica desaparición de la red de enlaces, a causa de la represión, dificultaba enormemente la salida de los guerrilleros. Pero en 1948 la mayor parte de ellos consiguieron salir al extranjero. El 22 de octubre consiguieron salir en barco desde Luanco a San Juan de Luz una treintena de guerrilleros socialistas leoneses y asturianos. Otros muchos, en grupos de dos o tres, pasaron la frontera francesa a pie desde Bilbao o San Sebastián, mediante guías que cobraban por el servicio. Algunos guerrilleros que quedaron en los montes de León, una vez perdida la organización, se dedicaron a actividades próximas a la delincuencia común. Otros grupos ingresaron en el Ejército Guerrillero y otros, muy pocos, permanecieron en El Bierzo y Cabrera, en una lucha sin esperanza. Durante 1949 y 1950 irían muriendo en enfrentamientos con las fuerzas represivas casi todos los guerrilleros que quedaban en el antiguo territorio de la Federación. El último reducto guerrillero fue la comarca de La Cabrera, que prestó apoyo generalizado al grupo de Manuel Girón Bazán, histórico luchador que pasó por todas las fases: huido al monte en 1936, fundador de la Federación de Guerrillas, pasado al Ejército Guerrillero y último exponente de una guerrilla degenerada ya en algo cercano al parasitismo social, si bien todo el mundo coincide en que Girón era un hombre de extraordinaria moralidad. Murió el 2 de mayo de 1951 cerca de Molinaseca (Ponferrada), a causa de la traición de un compañero de partida.

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**************************** Una vez concluido el relato de los hitos más destacados de la Federación de Guerrilleros incluiré los datos o testimonios de los guerrilleros más destacados o como diríamos hoy los que alcanzaron más notoriedad mediática. Este apartado lo titularé; “Personajes más destacados”, bien por sus hechos o importancia de su trayectoria guerrillera, el primer personaje que traigo ante el Tribunal de la Historia se llamaba Manuel Girón Bazán, es curioso que en nuestros días cuando han pasado más de 70 años aún se pinte en los muros de Ponferrada (León); “Girón Vive”.

Personajes más destacados Manuel Girón Bazán Manuel Girón Bazán (1910-1951), alias Girón, al que también llamaban el león de Salas, a quien no le “fieren” las balas, fue un guerrillero antifranquista español. Actuó principalmente en León y Galicia.

A lo largo de los años se ha creado una leyenda en torno a su figura. Para algunos fue un héroe luchador contra la dictadura del Ejército, para otros un simple bandolero y otros opinan que empezó luchando contra la dictadura y termino siendo un bandolero

Nacimiento y comienzo en el Maquis

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Nació en la localidad de Salas de los Barrios, en la Valdueza (El Bierzo) (provincia de León). De familia campesina, él mismo fue campesino. En 1937, tras ser avisado de que una partida de falangistas, que había matado a una persona en un pueblo cercano se dirigía a buscarlo a él y a su hermano, decide escaparse, precipitadamente al monte. En el monte permanece un tiempo hasta que decide unirse al ejército II República española republicano en el frente de Asturias. El frente de Asturias cae 40 días más tarde por lo que Manuel Girón y su hermano se integran en las partidas de huidos, con tan sólo 26 años. Era miembro del sindicato Unión General de Trabajadores y, de haber sido detenido, le hubiese esperado el mismo destino de muchos de sus compañeros del sindicato, que fueron fusilados. Acabarían por refugiarse en sierra Calva, en los límites entre la provincia de León y Galicia. Jefe de partida, actuaría en los concejos orensanos de O Bolo, La Vega, Carballeda de Valdeorras y Viana do Bolo, y también en la comarca zamorana de Sanabria, y también en El Bierzo y La Cabrera, en la provincia de León.

El hombre que murió varias veces En el libro escrito por Santiago Macías Pérez: “El monte o la muerte: la vida legendaria del guerrillero antifranquista Manuel Girón” Edi. Temas de Hoy (2005). La primera vez que se le da por muerto es en la localidad de Castropodame, comarca de Bueza, (El Bierzo) en la cual, tras intentar asaltar la vivienda de un médico de la localidad, cae muerto por éste uno de los miembros de esa partida, que es confundido con Girón. La Guardia Civil trae a su hermana, Emilia Girón, a identificarlo, ésta, pícaramente, lo identifica aun sabiendo que no es él, para así ganar unos meses de tranquilidad. Aparte de esta vez, otras dos veces fue dado por muerto, registrada su muerte en el juzgado y publicada en los medios de comunicación. Se da por buena la anécdota de que tras haber sido dado por muerto cerca de Vega de Espinareda (El Bierzo), él leyó la noticia de su muerte en un bar de la localidad de Encinedo (La Cabrera). En esta ocasión la Guardia Civil al no fiarse ya de los testimonios de la familia de Girón para identificarle, llevo a un vecino de Salas de Los Barrios que no era sospechoso de ser "colaborador" a identificar el cuerpo, pero después de tantos años en el monte lo confundió, al parecer de buena fe, con otro guerrillero.

La persecución Todos estos sucesos, más otras escapadas de distintas emboscadas y distintos rumores dan lugar a que se cree una "leyenda" sobre la figura de Girón, su supuesta "inmunidad" a las balas y el que se encuentre en todas partes. Esta leyenda hace que el gobierno decida acabar de una vez con la última resistencia antifranquista, nombrando un mando nuevo en Ponferrada destinado a acabar con Manuel Girón y su partida, llevándose a cabo una campaña para acabar con sus "enlaces" entre el pueblo a base de "premios y castigo" para sus delatores y colaboradores respectivamente.

Traición y muerte de Manuel Girón

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La partida de Girón fue reduciéndose a lo largo de los años. Muerto su hermano por una bala perdida en 1946, en 1951, año de su muerte, solo le acompañan unos pocos guerrilleros y su compañera, Alida, viuda de un amigo que también fue guerrillero. El último miembro en formar parte de su partida es un tal Cañueto, que entra a formar parte de ella tras protagonizar un extraño incidente en un pueblo de La Cabrera en el que da muerte de una manera salvaje y torturadora a dos personas a las que acusa de confidentes. Este hecho hace que se gane la confianza de Girón y sus compañeros, permitiéndole integrarse en la partida. Un grave error, ya que tras marchar el resto de la partida a Villablino para preparar el exilio a Francia (exilio que habían decidido llevar a cabo ante las nulas perspectivas de supervivencia), quedan solos Cañueto, Girón y su compañera. Acampados cerca de Los Puentes del Malpaso (también llamado Las Puentes del Malpaso), cerca de Molinaseca, en El Bierzo, Cañueto aprovecha para dar muerte a Girón y apresar a su compañera. Posteriormente la Guardia Civil muestra los cuerpos de dos personas a las que identifica con Girón y Cañueto, asegurando, en la versión oficial del Consejo de Guerra que se realizó contra su compañera, que Girón y Cañueto fueron muertos en un enfrentamiento con la Guardia Civil. La compañera de Girón certifica está versión, pero parece probable que fue debido a la necesidad de colaborar para evitar "males mayores" delatando a varios colaboradores que ya estaban muertos en esas fechas. La compañera de Girón, Alida, fue acusada largo tiempo de haber traicionado a Girón, versión esta desmontada por lo averiguado posteriormente. El cuerpo que se muestra junto al de Girón parece que fue el de un prisionero republicano que estaba "purgando" su pena trabajando en las minas de Wólfram en la localidad de Casaio (Orense). No se sabe cómo murió esta persona pero sí que le habían volado la cabeza por lo cual era irreconocible. El dato principal por el que se desmonta la versión oficial es porque Cañueto aparece muerto oficialmente (existe el certificado de defunción) en 1966 en un accidente de tráfico en Sevilla, accidente de tráfico que parece ser que todos los indicios indican que fue casual, por lo que se desmonta otra de las leyendas en torno a este suceso que decían que había sido asesinado por la Guardia Civil para que callara o por los compañeros de Girón como venganza.

Últimas vicisitudes. Su entierro Los cuerpos de Girón y el de la persona que hacen pasar por Cañueto son "exhibidos" varios días en la ermita del antiguo cementerio de Ponferrada, el Cementerio del Carmen, habilitada la ermita como sala de autopsias. Parece ser que se pretendían dos objetivos con este acto, por un lado que la población certificara que Girón efectivamente estaba muerto y por otro intentar capturar al resto de su partida si se acercaban a comprobar la muerte de Girón, lo cual no sucedió. Girón fue enterrado junto con el otro cuerpo en una esquina del cementerio municipal que estaba habilitado como cementerio civil. En 1979, tras la monda 1 de este cementerio y del adyacente religioso y su traslado al nuevo cementerio, sus restos son guardados y años más 1

Exhumación hecha en un cementerio en el tiempo prefijado, conduciendo los restos humanos a la fosa o al osario. 26

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tarde enterrados en el nuevo cementerio de Ponferrada, el Cementerio del Montearenas donde reposan actualmente. En las calles de Ponferrada aún se pueden encontrar pintadas con la leyenda: “GIRÓN VIVE” OTROS NOMBRES DE LA FEDERACIÓN DE GUERRILLEROS FRANCISCO MARTINEZ LÓPEZ “QUICO” Nacido en El Bierzo (León), comienza formando parte de la organización Guerrillera del Llano desde donde realiza un extenso trabajo de propaganda en toda la región. En 1947 se incorpora a la Federación de guerrillas de Galicia y León. MANUEL ZAPICO TERENTE “EL ASTURIANO” Nacido en Asturias, minero y de familia republicana represaliada, organiza sabotajes en la mina desde los primeros años de la postguerra. En 1946 es descubierto y se incorpora a la Federación de guerrillas de Galicia y León. BENJAMIN RUBIO FERNÁNDEZ (1925-2007) Natural de León y sindicalista de CNT, colabora desde muy joven con las guerrillas de Asturias y de Galicia-León, siendo después enlace con las organizaciones clandestinas. ANGELA LOSADAS Nace en un pueblo de la montaña leonesa y siendo niña pierde a su padre víctima de los fusilamientos del golpe militar. Colabora con su madre, primero como punto de apoyo y después como enlace de la guerrilla galaico-leonesa hasta su captura y presidio. EMILIA GIRÓN BAZÁN De familia campesina de la sierra de la Cabrera (León), sufrió persecución y tortura sistemática por ser hermana del guerrillero Manuel Girón Bazán.

********************************* A continuación inserto la opinión de un periodista y escritor gallego, Carlos González Reigosa más conocido por Carlos G. Reigosa. Este periodista tiene la opinión de que existe un preocupante sectarismo excesivo en los escritos sobre la memoria histórica, no voy a polemizar con él, es su opinión y nada más. Yo también quisiera dar la mía, en primer lugar no me gusta nada que presente a Girón cómo; “analfabeto hasta edad adulta” de esto no tiene él la culpa buscala en el sistema económico y educativo del país al que pertenecía, y 27

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segundo a mí me parece preocupante que después de 70 años estemos hablando de esto, quizás porque hemos estado más de cuarenta años amordazados y secuestrados, si ahora nos excedemos un poquito bienvenido sea, ya está bien de que los “malos” de esta película tengamos que ser siempre feos, con rabo y cuernos, ya era hora de demostrar al mundo quienes somos y como diría el poeta… “y pasearnos a cuerpo.”. *******************************

Carlos G. Reigosa denuncia la manipulación y uso sectario de la memoria de la posguerra española El periodista y escritor lugués Carlos González Reigosa ha alertado de que, actualmente, se están escribiendo muchos libros acerca de la posguerra española que tienen 'un sectarismo excesivo' y que intentan trasladar a la actualidad los hechos de esa época 'de modo utilitario', algo que, a su juicio, resulta 'preocupante'

El escritor ha resaltado que, en la actualidad, se 'mitifica' y presenta a los guerrilleros antifranquistas de posguerra como 'siempre buenos', ignorando los elementos negativos de su actividad. Así, Reigosa ha explicado que la historia debe 'contextualizarse' y debe reflejarse a través de los hechos, y no 'introducir elementos falsificadores'.

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En la presentación de la traducción al gallego de su libro 'A agonía do león', que narra la historia del maquis leonés Manuel Girón Bazán, Reigosa ha señalado que, cuando presentó la obra por primera vez, la figura de Girón se trasladó a la actualidad política y aparecieron pintadas en la región natal del guerrillero reivindicando su figura. Reigosa ha afirmado que, en su obra, ha intentado presentar a Girón como un 'ser humano' en todas sus dimensiones, mostrando su faceta 'cariñosa y protectora', su afición a la caza y a la cocina, su ansia por aprender a leer —fue analfabeto, o prácticamente analfabeto, hasta la edad adulta —, y su disposición a realizar las guardias mientras los demás dormían. Pero, por otra parte, Reigosa recuerda su faceta guerrera, al que llamaban 'el león de Salas, a quien no le “fieren las balas”, y que no dudaba en disparar a matar. El escritor ha relatado que, simultáneamente, su libro refleja la situación de la sierra de La Cabrera, limítrofe entre las provincias de León, Zamora y Ourense. Según Reigosa, en esta zona 'la guerra civil duró quince años', debido a que lo escarpado del terreno y la falta de comunicaciones permitió a los guerrilleros antifranquistas sobrevivir y actuar en la región.

ACTUALIDAD El presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares, ha señalado que cuando se publicó originalmente el trabajo de Reigosa acerca de la guerrilla antifranquista, fue un 'relato precoz' puesto que, según consideró, en las décadas de 1980 y 1990 apenas había publicaciones acerca del maquis gallego y existía en España más interés 'por el futuro que por la historia'. Ahora, en opinión de Villares, la sociedad española 'se acuerda demasiado' del pasado. Reigosa ha añadido que la visión de la guerrilla antifranquista se ha invertido desde el año 1974, en el que el estudio pionero desde el tema, realizado por un miembro de la Guardia Civil, tachaba de criminales a los guerrilleros antifranquistas. Según Villares, en la actualidad hay, en la visión de la Guerra Civil, un relato 'excesivamente favorable' a los vencidos.

NOVEDADES La edición en gallego del libro incorpora, como novedades con respecto a la edición original, un prólogo a cargo del reportero bélico vizcaíno Manu Leguineche, que, según ha relatado Reigosa en su intervención, tiene un gran interés por el fenómeno maquis. Además, cuenta con un epílogo en el que el autor evalúa las consecuencias de la publicación del libro, e introduce las correcciones y ampliaciones de datos que Reigosa añadió desde la publicación de la obra original, en el año 1996

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********************************** No merece la pena polemizar con personas así, decir que según Villares; “(…) en la actualidad hay, en la visión de la Guerra Civil, un relato “excesivamente favorable” a los vencidos,” me parece por lo menos inaudito, deben pensar que los vencedores se merecen mejor prensa. Mirad la lista de asesinatos en serie y después decirme que tienen de favorables. Si se mira demasiado al pasado es porque este ha estado demasiado tiempo secuestrado y amordazado, no es de extrañar que ahora empecemos a conocernos, (el pasado y los vencidos) porque el presente y los vencedores nos hastían y muchas veces nos devuelven al siniestro pasado. Nos trasladamos a otra provincia y otros guerrilleros los del pirineo oriental.

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antifranquista en Asturias y Cantabria Una recopilación de Alberto Bru, basada en los estudios Secundino Serrano, Pons Prades y datos de Francisco Aguado 30

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Doce siglos después que comenzara la Reconquista desde Asturias, volvía esta tierra a alumbrar nuevas levas de bravos guerrilleros, luchadores de la libertad, dispuestos a quemar en el pebetero de la Patria, sus vidas e ilusiones. Todo se perdió en una lucha larga y baldía, donde la política o los "politiqueos" fueron peores adversarios que las tropas regulares, la Guardia Civil, las contrapartidas o los somatenes: éstos eran el enemigo declarado, el otro, tal vez el más letal, el solapado. Es deber de todo bien nacido, rescatar del anonimato y la indiferencia a quienes tanto dieron y tan poco recibieron. Guerrilleros del Norte, siempre tendréis nuestra admiración y el afecto de nuestro reconocimiento. Vaya a ellos el respeto de nuestro recuerdo. Principales jefes y grupos guerrilleros. Un holocausto semi-olvidado en el que murieron muchos valientes sin escapatoria alguna, abrasados por la aviación alemana o atravesados por las bayonetas marroquíes.

Testimonios de la represión franquista en Asturias Testimonio de José Enrique Llera Iglesias

"Nos llevaron a la Plaza de Toros, donde había miles de camaradas en la misma situación que nosotros. También había prisioneros en El Cerillero, La Iglesiona, El Coto, Falange y en las cuadras del cuartel de la Guardia Civil de Los Campos. Por las noches, sentíamos tiros y ráfagas de ametralladora y creíamos que eran partisanos: ¡qué equivocados estábamos! Los disparos eran en la playa, en La Providencia o en el cementerio de Ceares, lugares preferidos por las “chekas” (de Falange) para efectuar sus asesinatos. De La Iglesiona, por camiones sacaban a los prisioneros para asesinarles en Ceares. La brutal, salvaje y ensañada represión sobre el vencido comenzaba así en Gijón." "Llevaríamos quince días en la Plaza de Toros, cuando un día de principios de Noviembre llegan los Guardias de Asalto en tromba y dando leña a todo el mundo como siempre. Pero esta vez mandan que los asturianos formásemos dentro de la Plaza. Creíamos que era una formación más, pero, no sé por dónde se supo, pronto circuló el rumor de que nos marchábamos. Formar a más de mil personas con edades que iban de los 31

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dieciséis a los sesenta años y con los de Asalto repartiendo leña origina confusión y lleva su tiempo. Rápidamente, me fui al lugar en el que acampaba, cogí una manta, el macuto con ropa, la maquinilla de afeitar, el plato y la cuchara, y volví a la formación, que aún tardó en terminar de hacerse. Igual que yo hicieron otros, y acertamos, pues una vez formados nos sacaron de la Plaza. Me quedó allí otra manta y casi toda la comida que me había llevado mi madre, todo lo cual di a los gallegos. A la salida de la Plaza, una chica, llorando, gritó: “¡Adiós, padre! ¿Dónde te llevan?” Y al mismo tiempo trató de darle un abrazo. Un guardia de Asalto le pegó una bofetada, la cogió bruscamente por un brazo y gritando: “¡Hala, roja, tú también!”, la metió en la formación. La llevó hasta El Muelle y allí la mandó marchar. Fuimos caminando por Marqués de San Esteban, sin saber si el destino era la Estación del Norte o El Musel. Sería El Musel. Entre mi amigo Granda y yo, como buenamente pudimos, llevamos casi en volandas a un señor, ya mayor, de Caravia Alta, el cual estaba enfermo y muy reumático, por lo que apenas si podía andar. Tiempo después, a este mismo señor lo trajeron de vuelta del campo de concentración para Gijón y le fusilaron. En La Calzada, próxima a Cuatro Caminos, había una fuente al lado de la calle. Varios prisioneros se acercaron a ella para saciar su sed y, al momento, fueron maltratados por los guardias con toda clase de golpes, patadas y bofetadas. Uno de ellos estaba bebiendo por un plato, lo que le impidió ver acercarse al guardia que, de un culatazo, le metió el plato por la boca y le partió tres dientes." Testimonio de Juan Antonio Cabezas "Siempre demostró el capitán Casariego la fidelidad a sus ideas, pero jamás utilizó la venganza y la crueldad con sus enemigos. Se hizo notorio su comportamiento con un grupo de prisioneros “rojos”, capturados por su unidad en los combates de la asturiana Sierra de Cuera, en el concejo de Llanes. Como sabía que iban a ser fusilados, los llevó a “tierra de nadie”, ordenó al piquete que disparasen al aire varias ráfagas de fusil ametrallador y mandó a los prisioneros (jóvenes bisoños de las últimas quintas movilizadas por los republicanos) que huyesen por el monte. Con aquel fingido “fusilamiento”, salvó el capitán Casariego una veintena de vidas” Testimonio de Teresa Prieto "Mi padre no quiso evacuar. Decía que no había hecho nunca nada malo y que, por lo tanto, no tenía nada que temer; que solamente había defendido una idea y nada más. (...) Cuando acabó todo ya en Asturias, mi padre se vino para casa. No se quiso ni esconder. Un día, el veintisiete de octubre, estábamos a la hora de comer sentados todos en la mesa. Picaron a la puerta y él mismo fue a abrir. Eran tres o cuatro falangistas de la “Bandera de Santander”: - ¿Eduardo Prieto Menéndez? - preguntaron. - Un servidor – contestó mi padre.

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Entraron y nos registraron toda la casa. Se llevaron todo lo que quisieron: cadenas de oro, las botas de militar..., todo lo de valor que encontraron. Se lo llevaron a él y, además, se marcharon cargados de todo lo que les apeteció. No les debió de parecer bastante, porque al día siguiente volvieron con la disculpa de llevarse la pistola de papá, y en casa no estaba. Era también la hora del mediodía. A mi padre, los de Falange, le metieron en un local que tenían donde está el Banesto de la calle Corrida, pero que se entraba por detrás, por la calle Libertad. Creo que le llevaron también a un cuartel de la Guardia Civil. Le dieron unas palizas de muerte. Había un guardia civil que le tenía ganas porque, antes ya de la guerra, mi padre se había interesado y protegido a un aldeano al que acusaban de haber prendido fuego a la cacería que llevaba en renta. Mi padre sabía que no había sido él y le escondió en casa. En el local de Falange, le metieron en un cuarto con más presos. Entró el famoso “Paco Lunares” y dijo: -¡Uf, buena redada tengo para esta noche! Me duele el dedo de darle al gatillo, pero el corazón me pide sangre. Nosotros lo sabemos porque uno de los que estaban allí se salvó y se lo contó a mi tío en Méjico. Mi madre fue a ver a una cuñada, Matilde, que era monja Dominica, para decirle que el hermano estaba preso. Le respondió que no podía hacer nada porque, si se metía, le quitaban los hábitos; o sea, que para ella eran primero los hábitos que intentar salvar la vida del hermano. (...)Mi madre anduvo buscando a mi padre por entre los presos de la Plaza de Toros, por la cárcel, por todos los sitios... ¡Y ya le habían matado! (...) Mi madre quedó viuda a los cuarenta años y con seis hijos. Antes de la guerra, vivíamos bien, luego, nos tocó pasar hambre, necesidades, no poder estudiar (...). Testimonio de Mercedes Ordás Roza "A mi hermano Félix le cogieron los de la Guardia Civil en el pajar de la casa de la novia. Hubo un chivatazo, fueron y rodearon la casa. Le gritaban que se entregase, pero nada. Tenía una pistola y les disparaba desde la ventana del pajar. Como tenían miedo a entrar, prendieron fuego al pajar. Cuando se vio perdido, con la última bala de la pistola, se asomó a la ventana, les gritó que era Félix Ordás y se pegó un tiro. El cadáver, medio quemado, lo metieron en un saco y lo trajeron para Cangas. Lo tuvieron tirado delante de la cárcel, en exposición, para que la gente lo viese. Poco después, veníamos mi madre y yo (Mercedes) de andar recogiendo castañas. Nos cruzamos con el barrendero y otros que iban con el carro de la basura en dirección al cementerio. Nosotras no sabíamos nada, pero notamos algo raro y nos quedamos mirando para atrás. Nos dijeron que siguiéramos para adelante y que no miráramos: Llevaban el cuerpo de nuestro hermano Félix. A los cuatro o cinco días fue cuando nos soltaron a Remedios y a mí (Benigno) en el campo de concentración de Figueras. Llegamos aquí el día dos de diciembre, no se me olvida, porque era el día siguiente de la feria. También intentaron quedarse con lo que teníamos. Un día, llegó a casa un papel del Estado diciendo que en el plazo de veinticuatro horas teníamos que entregar la parte de la 33

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herencia que les correspondía a los dos hermanos que nos habían matado." Testimonio del hermano de José Enrique Llera Iglesias “Estábamos en pleno combate en la Sierra del Mazuco, cuando sentimos gritar a nuestras espaldas: “¡alto, paisa!, ¡alto, paisa!” Nos coparon, pensé. Miro tras de mí y veo a un numeroso grupo de moros. Los teníamos a nuestras espaldas apuntándonos y con las bayonetas caladas. Nosotros seríamos unos cincuenta. Levantamos los brazos y se acercaron a nosotros y empezaron a cachear a la gente. Lo quitaban todo: botas, carteras, relojes, chaquetas de cuero, todo. ...Y luego los asesinaban hundiéndoles la bayoneta. Me llegó el turno; me estaba quitando las botas y no acertaba. El moro, bayoneta en ristre, me metía prisa. Yo no podía más, viendo la muerte en las manos de aquel asesino. Me acordé de mi hija que, con poco más de un año, se quedaba huérfana. Me hice por mí las necesidades, pues en esos momentos los valientes no existen. Como en el cine, la salvación llegó en los últimos segundos: la mía y la de dieciséis compañeros más. Apareció un alférez español de Regulares que, fusta en mano y hablando en árabe muy indignado, empezó a repartir fustazos a diestro y siniestro. De esta forma se terminó la matanza. Nos puso una escolta de soldados españoles y nos bajaron para Llanes.” Testimonio de Fermín López de Vega “Al derrumbarse el Frente Norte, estaba en el sector de Buenavista, en Oviedo, como teniente del Batallón “Onofre” nº 207, que formaba parte de la 1ª Brigada Móvil que mandaba Higinio Carrocera. (...)Yo seguí allí, en mi puesto, desesperado, sin saber qué hacer. (...)A mí no vino nadie a avisarme para salir por mar hacia Francia. (...)Yo no resistí que se llevaran a mi padre por mi culpa, bajé y me entregué. Era el día tres de diciembre de 1937. Me llevaron en coche hasta El Rinconín y dieron vueltas por allí, como que iban a “pasearme”. A eso de las cuatro de la mañana me llevaron al cuartel de Los Campos. Aquello era... ¡terrible, terrible, terrible! ¡No puede nadie imaginarse lo que era aquello! Las palizas eran terribles. Se veían trozos de piel humana pegada a las bridas y a las “pichas de toro”. (...) Decían que lo peor era que te llevasen a Falange; luego, a la Guardia Civil, y, luego, a Asalto". Testimonio del Teniente José Segurola Pérez "El 23 de octubre de 1937 llegamos a Trubia y ahí nos cogieron prisioneros. Éramos miles de prisioneros. Poco a poco nos fueron tomando la filiación a todos. (...). Por todos los sitios donde había prisioneros pasaban las “chekas” de Falange de cada municipio a buscar a los que les interesaban.

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(...) al cabo de unos meses, vinieron unos camiones para llevarnos para el campo de concentración que había en el antiguo manicomio de La Cadellada, al lado de Oviedo. Ahí fue donde se formó el batallón de Trabajadores en el que me tocó a mí. (...) en Alicante estuvimos dos meses. Aquello sí que fue trágico: ¡cómo corría la sangre, Dios mío! Estábamos en un campamento y todos los días, todos los días, a primera hora de la mañana, bajaba el camión chorreando sangre. Venía cargado con los cuerpos de los que acababan de fusilar y la sangre salía por los costados de la caja… ¡Dios mío, Dios mío!" Testimonios extraídos del libro: "La libertad es un bien muy preciado" Marcelino Laruelo Roa Edición del autor. Gijón 1999

Descripción geográfica La condición geográfica de estas dos comunidades nos empuja a unirlas en la historia de sus guerrillas, pues el paso de las mismas era fluido de uno a otro lado y sobre todo camino obligado para alcanzar la frontera con Francia, lugar de entrada y salida de la mayoría de ellos. La cordillera cantábrica de 400 kms., de longitud es la espina dorsal de ambas comunidades, pues limita al O. Con el macizo galaico y al E. Con el País Vasco. Forma una línea de costa y recortada con alturas entre 300 y 500 mts. Y una región interior con alturas importantes como los Picos de Peña Rubia y Peña Urbina (2417 m) En la vertiente oriental de la región interior se haya el puerto de Pajares (1364 m,) y más el E. Se alzan una línea de montañas con altitudes superiores a los 2.000 m. Las Brañas, donde se localizan los Picos de Europa. Con esta orografía, que compartían ambas comarcas, es difícil concebir su endeble defensa ante las tropas enemigas y fácil entender que en ella buscaran refugio los que tuvieron que huir, santanderinos o asturianos.

Agosto 1937: Primero fue Santander Santander, arrollado en pocos días, por las tropas italianas y franquistas decide la evacuación de sus efectivos humanos y material hacia su vecina Asturias. Recogemos testimonio del general Gamir Ulibarri donde intenta defenderse de la acusación de abandono de sus fuerzas y huida a Francia. "Este mando decide la retirada con toda premura sobre Asturias, dando cuenta al gobierno, en radiograma, de aquella retirada y [de la] conducta de los batallones nacionalistas vascos. "(...) el enemigo logró establecer una cabeza de puente en Barreda, cortando la comunicación por carretera entre Santander y Asturias. Al tener conocimiento de la ruptura, se dio por el general jefe del ejército a sus jefes de estado mayor la orden de evacuación de Santander, aprovechando la flota pesquera, muy numerosa, y otros barcos y motoras que había en el puerto en reserva para este caso... la operación debería estar terminada a las 5 de la mañana, para evitar la catástrofe que supondría si el enemigo,

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dominase la entrada de la bahía y la actuación de día, en combinación con tierra, de los barcos facciosos que con el "Almirante Cervera" bloqueaban el puerto. "Las autoridades, personal de los organismos civiles y judiciales, dirigentes de partidos y organizaciones, comandancia de las armas y servicios que tenían su destino en la plaza, así como víveres y 1.200 toneladas de material de guerra salieron en tres barcos, uno de los cuales, a la vuelta, después de dejar la carga, fue cañoneado y hundido por el "Almirante Cervera". Otras 1.000 toneladas habían salido anteriormente en tres trenes de 30 unidades cada uno. Todos fueron evacuados aquella noche hacia los puertos de Asturias, excepto algunos barcos con personal de diversas categorías civiles y militares que, ya fuera del puerto, contraviniendo las órdenes recibidas, pusieron rumbo a las costas francesas, privando [al mando] de unas embarcaciones que, al retorno, habrían podido embarcar más tropas y material.” El resto es un minucioso relato de cómo el submarino C-4 burla el bloqueo y deja en Gijón sanos y salvos a mandos y autoridades que en días anteriores no habían podido ser evacuados por tierra. De todas formas fue inevitable que quedaran fuerzas dispersas por la rapidez del avance rebelde y lógicamente su único recurso, como a casi todas las provincias, fue refugiarse en los montes y en los bosques para luego engrosar las unidades guerrilleras.

La "justicia al revés" de los vencedores Caerían más de 20.000 prisioneros republicanos cántabros en aquella ratonera. Muchos de ellos, impotentes, morirían ejecutados tras sendos "Consejos de Guerra Sumarísimos", acusados de "rebelión", "auxilio a la rebelión" y "apoyo a la rebelión", invirtiendo el término de rebelde para los vencidos, que en realidad habían sido los defensores de la legalidad vigente. Una curiosa "justicia al revés", como diría Serrano Súñer, el Cuñadísimo...

Asturias, Patria Querida,...Asturias, Patria del Socialismo Fue Asturias, indiscutiblemente, la patria del socialismo, pues hacia 1890, Pablo Iglesias creaba en EL Principado los primeros núcleos socialistas y, también en 1910 acogió la fundación del Sindicato Minero que dirigió Manuel Llaneza. Caló hondo, desde el principio, entre el proletariado asturiano las ideas socialistas que venían a llenar el gran vacío de justicia social que existía en todo el país y despertaban las ansias de libertad e igualdad del proletariado. En esta región se agudizaba mayormente por las condiciones de dureza del trabajo en la mina que hacían más evidentes las desigualdades sociales. Mineros y metalúrgicos formaban la gran masa trabajadora que acogió con entusiasmo el credo redentor del socialismo. ¿Qué significación política, dentro ya del cuadro de las organizaciones extremistas, tuvo la revolución de octubre?

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Puede decirse, que los acontecimientos del octubre 1934 asturiano fue obra casi exclusivamente socialista. Lo fue, de modo total, en su gestación y organización, bien que intervinieran a última hora los dirigentes y grupos anarcosindicalistas, y en el momento de iniciarse la revuelta, los comunistas, que se integraron en un Comité dirigido por los primeros. La C.N.T. y la F.A.I., salvo en Gijón y La Felguera, tenían en la región relativa fuerza, y muy escasa el Partido Comunista español; en cambio, el Socialista, con su filial, la Unión General de Trabajadores, presentaba allí un frente extenso y compacto, y una historia muy nutrida en fecundas experiencias.

Octubre: Dos veces fatal para los socialistas Una vez, iniciada la revolución, el fracaso de la revuelta en el resto de España dejó a los asturianos abandonados a sus propias fuerzas y condenados a la derrota. Entonces volatilizóse el primitivo Comité, apareciendo un segundo, constituido totalmente por comunistas, que fueron los que realmente continuaron la resistencia; acto de indudable valor revolucionario que pronto sería debidamente explotado. Por otra parte, la huida de los dirigentes socialistas de los puestos de peligro, sus vacilaciones, la falta de eficacia en su dirección y la ayuda prestada luego a ellos y sus familiares por el aparato ilegal del Partido Comunista, para que pudieran escapar y refugiarse en la U.R.S.S., de donde volverían cambiados totalmente, fueron objeto de una copiosa propaganda. Es decir, que siguiendo una vieja táctica y siempre actual, los frutos de la revolución de octubre fueron recogidos, tanto o más que por los socialistas, por los propios comunistas, mejor dirigidos desde fuera y con mucho más fervor revolucionario. Asturias se impregnaba así de un mayor extremismo. La represión fue dura. El saldo supuso 1.335 muertos, 2.921 heridos, 750 edificios destruidos o seriamente dañados y el censo de las cárceles se engrosó en 30.000 reclusos. Poco, nadie podía pensar que aquello era sólo el preludio de lo que estaba por llegar. Dos años después volvieron a ocurrir los desdichados hechos del desmoronamiento del Frente del Norte y otra vez el resto de España republicana lo admitió sin otra conmoción que la que podía ocasionar cualquiera de las derrotas, a las que parecía se iba acostumbrando. Se producía, para Asturias, el segundo octubre con consecuencias represivas mucho más atroces, si cabe, que durante 1934.

No fue posible un "Dunkerque" Ante el avance de las fuerzas enemigas y el desmoronamiento del Frente, no se tomó ninguna medida de previsión, como prevención militar inteligente, que hubiera sido tener preparado el dispositivo para una retirada honrosa y a la vez provechosa, salvando el máximo de unidades operativas amén de cualquier resto disperso que se pudiera reintegrar al conjunto del EPR. Este abandono de las mínimas atenciones por parte de las autoridades republicanas y del Consejo Soberano de Asturias y León, motivó que la mayor parte de los combatientes no pudieran embarcarse ni en dirección a otros frentes republicanos ni hacia el exilio. Pero si las autoridades políticas y militares huyeron en su mayoría y el caos se apoderó de los vencidos.

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Según Juan Antonio Sacaluga: "Muchos jefes de batallones se negaron a aceptar el puesto que se les ofrecía —en el supuesto caso de que pudieran llegar al puerto correspondiente—, porque en la oferta de sus superiores no iban incluidos los hombres a su mando”. Los puertos de Gijón y Avilés estaban colapsados. Esta actitud irresponsable acarreó que unos 9.000 milicianos se quedaran aislados, sin posibilidad de huida. Como resultaron fallidos los intentos colectivos de evasión, las montañas asturianas seguían pobladas de huidos. Predominaban desde 1937 aquellos que habían tenido responsabilidades en las organizaciones políticas y sindicales de izquierda, o cargos públicos en el periodo republicano. Familiares, amigos y pastores les facilitaban la información de los movimientos de las fuerzas represoras y les proporcionaban el alimento y enseres indispensables para sobrevivir. Para evitar conflictos y no manejarse en el filo del bandolerismo, pagaban la comida que necesitaban, dinámica que los diferenciaba del resto de otros huidos españoles. Apenas llevaban a cabo golpes económicos o expropiaciones (atracos contra personas e intereses de los franquistas) Aguantado el primer empuje de la represión, los elementos dispersos, por instinto de conservación, inician, mediante la búsqueda de la ayuda familiar, una corriente migratoria hacia las zonas o comarcas de naturaleza, origen de los más tarde focos conflictivos que dieron en llamarse zonas de huidos. Esta corriente, partiendo de Asturias, fue en doble dirección, tanto hacia el Este, Cangas de Onís-Llanes-Potes, buscando su enlace con las partidas guerrilleras santanderinas y prolongándose por las rutas tradicionales hasta la frontera franco-española, como hacia el Oeste, Cangas de Narcea-Ponferrada-Monforte de Lemos-Lugo, en busca también de contactos con algunos grupos gallegos que, ya a partir de 1936, nada más producirse la Rebelión militar, habían preferido huir al Monte o escapar de momento a Portugal, antes que incorporarse a las filas fascistas.

El "Ejército de la Reconquista": Un hueso duro de roer En Asturias los huidos alcanzaron una presencia importante sobre todo a partir de que cayera en manos de los sublevados la totalidad del frente Norte. Perdida Asturias, las fuerzas gubernamentales del Principado quedaron aisladas. Para su aniquilamiento las tropas rebeldes hubieron de llevar a cabo las operaciones un tanto apresuradamente, antes de que las nieves entorpecieran el paso de tropas por los puertos de montaña. Quedarían enquistados en los accidentados valles cántabros unos dos mil hombres, que actuaron por su cuenta bajo la denominación de “Ejército de la Reconquista”. Estos núcleos armados, restos de unidades desarticuladas o diezmadas, implicaron para su eliminación un considerable despliegue de tropas nacionalistas, dedicadas a operaciones de limpieza. La propaganda gubernamental aireó considerablemente la existencia de estos núcleos armados, a los que enalteció con grandilocuentes declaraciones, parca ayuda para tan valientes hombres. ¡Qué distintas hubieran sido las cosas si la República, además de buenas

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palabras, les hubiera enviado, cuando menos, a las tropas que deambulaban por el Principado unos mandos profesionales para nuclear tanto valor! Qué oportunidad perdida...Estos huidos fueron hueso duro de roer, tal es así que reconoce Aguado que se requirió medio año para ser desmantelados. Y añade que fue una “experiencia muy interesante para las tropas regulares del Ejército nacionalista, enfrentado por primera vez durante la guerra civil con un problema de esta naturaleza”. La táctica empleada, no con pleno acierto, puede sintetizarse en: -Creación de un ambiente de vida desfavorable para la acción de los huidos mediante movimiento de columnas y organización eficaz de un servicio de información, para su localización y captura. Las tropas destinadas a este cometido fueron 15 tabores de Regulares, ocho batallones de Infantería y un grupo de obuses de 105/11, distribuidos en seis circunscripciones: Mieres, Infíesto, Grado, Cangas de Narcea, Ponferrada y Lugo. Los nacionales, sí que comprendieron el peligro que podía suponer para ellos tener a sus espaldas y en aquellos terrenos, tal cantidad de fuerzas con experiencia de lucha. Sin embargo, a este plan de rastrilleo y pacificación total le faltó continuidad, hasta profundizar lo necesario para la total liquidación de los elementos huidos. Tal vez el ejército rebelde consideró suficiente sus acciones de “limpieza” o bien la necesidad de acudir a otros frentes les obligó a abandonar el campo y creyeron que con las fuerzas del orden sería suficiente para liquidar a los últimos elementos que se refugiaron en los escondites naturales que ofrecía la abrupta geografía de la región. Hubo desde luego al principio una acción eficaz de actuaciones y enfrentamientos masivos, más parecidos a operaciones militares que policiales, pero quedó inevitablemente el sedimento de los elementos dispersos, Durante algún tiempo, la única preocupación de los que habían conseguido ocultarse, fue la de pasar desapercibidos, en espera del momento que les permitiese reagruparse. No es de extrañar que el número de huidos bajara fuertemente, pues ya hemos vistos que los franquistas no se tomaron a humo de pajas lo que era un peligro latente, por eso en mayo de 1938 apenas quedaban escondidos unos 1.000 hombres en los montes. Los restantes se entregaron, fueron detenidos o muertos

Resistencia pasiva Al principio entre los huidos asturianos, no había proyecto político alguno ni llevaban a cabo acciones de tipo guerrillero, y el objetivo consistía en rehuir los enfrentamientos con las fuerzas de represión. Ni siquiera efectuaron sabotajes contra las tropas acantonadas en la provincia de Asturias para evitar que fueran trasladadas a los frentes en los que todavía resistían los republicanos. Los socialistas del monte, ya desde 1937, se habían decidido por una resistencia pasiva. Como escribe Ramón García Piñeiro, muchos huidos socialistas "sólidamente barnizados por la "ética pablista", estaban incapacitados para interiorizar el lenguaje violento al que se veía impelido todo resistente”. Decantada la guerra del lado franquista, el clima de terror impuesto por los vencedores, las dificultades de supervivencia ante las continuas batidas y la vigilancia de pasos forzaron a un número significativo de los que estaban en el monte a entregarse a las 39

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autoridades. También enfatizaron las promesas de gracia. En palabras de Mata: “Los aviones arrojaron sobre los montes octavillas en las que se prometía el perdón a quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre y a los demás una sepultura en tierra sagrada. Yo mismo convencí a muchos para que se presentaran a la Guardia Civil. En el monte sólo nos quedamos los que no teníamos otra alternativa.” Este proceso hizo que la mitad de los huidos dejaran el monte, y sólo aquellos que habían destacado en las organizaciones sindicales y políticas desde 1931 optaron por no rendirse, ya que conocían de antemano las consecuencias. En la capitulación de muchos huidos coadyuvó el hecho de que no sólo tenían dificultades ellos, sino que los familiares en las aldeas estaban sometidos a una enorme presión.

El Poeta y la Guerrilla A caballo entre Asturias y Santander y con refugios seguros en los Picos de Europa, surge en 1937 la partida de “Machado", que luego toma el nombre de brigada. Se organizó por elementos evadidos del campo de concentración de Potes (Santander), Fue su jefe Ceferino Roiz “Machado”, un carismático maestro de escuela que contó desde el principio con una docena de guerrilleros. De filiación anarquista, establece esporádicos contactos con las partidas asturianas de Cangas de Onís, aunque estas relaciones, por diferencia de ideología, no tienen consistencia. Tienen algunos combates con la Guardia Civil y el Ejército y pierden cuatro de sus hombres. En 1943 se incorpora a la Brigada “Machado” Juan Fernández Ayala “Juanín”. Tras ser excarcelado, intenta rehacer su vida, pero harto del acoso del cacique local, en connivencia con la Guardia Civil, decide huir al monte. Actuaran por Pendes, Castro-Cillorigo, Tresviso y Bulnes, En una refriega con la Guardia Civil de Santander pierden dos hombres: uno muerto y otro apresado. Durante 1942 están completamente inactivos. Cuentan con familiares y amigos que les auxilian. En 1943 la Brigada “Machado” toma el nombre de Brigada de los “Picos de Europa”. Con algunas altas experimentadas, se atreven a operar por los pueblos de Bada, Espinama, Renedo, Pejanda y San Vicente de la Barquera en la costa. En esta dilatada incursión son descubiertos y pierden un compañero, luego se irradian por el país asturiano hacia Llanes, Pendueles y Sierra de Cuera. En 1944 se enfrentan en las proximidades de Panes (Asturias) con una pareja de la Guardia Civil, hiriendo gravemente a sus dos componentes. Como ya hemos visto en la página que trata sobre la Federación Galaico Leonesa, los guerrilleros asturianos establecen contactos con ésta a fin de ver las posibilidades de una eficaz colaboración. Los interlocutores fueron José Mata Castro, Arístides Llaneza Jove y Manuel Fernández Peón. Con los asturianos, aparte de compañeros en las luchas sindicales y de ideología socialista, tenían relaciones fluidas, y “Gafas”, aunque en territorio leonés, era miembro del Comité Ejecutivo del PSOE de Asturias en el monte.

¿Una Guerrilla política o armada? La eterna duda 40

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Como hasta 1942 los asturianos no habían conseguido organizarse, decidieron corregir esta situación y, tras las primeras conversaciones, alumbraron la Federación de Guerrillas de León, Galicia y Asturias, con el firme propósito de hacerla extensiva a Santander. Pero la vida de la organización fue puramente nominal y efímera, pues leoneses y asturianos tenían dos formas distintas de abordar la resistencia antifranquista. Mientras los galaico-leoneses defendían una estrategia hasta cierto punto ofensiva y militar, los socialistas asturianos eran partidarios de una posición pasiva y fundamentalmente política.

La "Aristocracia del Monte" Por otra parte, mientras que la Federación era unitaria y pluralista, los socialistas asturianos (que se consideraban la aristocracia del monte) tenían el proyecto de formar grupos exclusivamente de su ideología, como se demostró con el inmediato fracaso del Comité de Milicias Antifascistas de Asturias, creado junto con los comunistas en 1943 y disuelto poco después. En todo caso, era necesario constatar que no existía unanimidad entre los asturianos. Mientras una corriente defendía una actividad exclusivamente política, otra era partidaria de la lucha armada, como la que se llevaba a cabo en León. Representaban esta última tendencia Llaneza y Manuel Fernández Peón —verdaderos “sindicalistas armados”—, mientras que Mata y Fernández Casas eran partidarios de la primera. Ni los socialistas asturianos ni la dirección del PSOE en el exilio eran partidarios de la lucha armada: habían optado por una actitud pusilánime y claudicante incluso la dirección en el exilio, cuando le era posible, enviaba dinero a los huidos para que no tuvieran que efectuar golpes económicos. Utilizaban para el "golpe económico" el sistema ya conocido del anónimo, el cual consistía en enviar cartas a elementos fascistas o adinerados, fijándoles la cantidad a entregar y lugar donde debieran depositar las sumas indicadas, siendo atendidos casi siempre. Si alguno, de primera intención, no correspondía a la petición se le aumentaba la cuota y se le acortaba el plazo para la entrega, y este segundo envite era suficiente para que enviaran el dinero.

Parasitismo financiero: Unos crían la fama...y otros cardan la lana Pero lo cierto fue que el despacho de cartas produjo resultados gracias a la acometividad de los comunistas. Los socialistas, instalados en una especie de "parasitismo financiero”, aprovecharon el recurso a la acción de los militantes del Partido Comunista para recaudar fondos entre los franquistas. Descartada la resistencia armada, los socialistas se dedicaron con una insistencia digna de encomio, a reconstruir las organizaciones políticas y sindicales en las zonas mineras, su feudo tradicional gracias al SOMA. En 1943 se llevó a cabo un pleno provincial socialista en las comarcas mineras en el que se eligió una Comisión Ejecutiva formada por Bernardino Díaz, Silvino García y Wenceslao Fernández, bajo la presidencia de Florentino Zapico.

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Pero la situación resultaba paradójica para los socialistas, que estaban en el monte armados pero no se implicaban en el movimiento revolucionario contra el franquismo. Los argumentos para la pasividad parecían consistentes pero, al mismo tiempo, producían disputas internas sobre el método a seguir.

Los comunistas entran en acción A finales de 1942. El P.S.O.E., cuyas esperanzas eran grandes para Asturias —aunque luego cedería y abandonaría, desprestigiado por el P.C.E., intenta controlar políticamente el conglomerado de huidos ya mencionado. Para ello, además de contar con “Llaneza”, dispone de Baldomero Fernández Ladreda “Ferla”, quien registra los primeros contados entre los de mayor significación, tratando además en el curso de los mismos de enlazar con las fracciones comunistas. A “Ferla” le apoya Benjamín Fernández “Tito”. Ambos tenían un largo y destacado historial revolucionario desde octubre de 1934. “Ferla”, además, había organizado un batallón de milicias con su nombre actuando en el cerco de Oviedo en 1936. A finales de la guerra civil fue mayor de Brigada y tuvo bajo su mando tres batallones. “Ferla”, pasado a las filas comunistas, contaría con el prestigio y la influencia que le proporciona haber sido general del pueblo, desde su escondite de Soto de Ribera de Arriba, en el que había permanecido desde el final de la guerra civil. Gana para el comunismo a un antiguo compañero, “Llaneza”. Ambos, ayudados por “Tito”, acuerdan formar el Comité de Milicias Antifascistas, con la misión de planificar toda clase de operaciones y sabotajes contra el franquismo, que después deberían llevar a la práctica las partidas de huidos.

Organización militar: Escuadras, pelotones y secciones Además, el C.M.A. se encargaría de agrupar, encuadrar y organizar militarmente las partidas. Tenían suficiente dinero por el momento para la organización, gracias al método de las “afectuosas epístolas” que le fue fructífero. Por lo que afecta a milicias en general, acordaron su articulación en escuadras, pelotones y secciones para luego llegar a las compañías y batallones. Todo un ambicioso plan que no cubrió las expectativas que en principio despertó. Al frente de cada grupo figurarían los elementos de mayor responsabilidad y más intenso historial revolucionario. Obvio es decir que, el P.C.E. tomaba la dirección de todo. De ahí que poco más tarde, a finales de año, surgiera la titulada Junta Provincial de la U.N.E., formada por representantes afectos a toda clase de partidos políticos y organizaciones sindicales. Los comienzos de esta Junta Provincial, puesta en marcha por Carlos Buendía “Madriles”. Su primera disposición es la de mantener un estrecho contacto con los principales dirigentes del P.C.E. existentes en el país asturiano y, sobre todo, con “Ferla”, con quien se pone en completo acuerdo. El partido comunista desde Francia, manda la consigna de formar la J.S.U.N., que era un conglomerado a imagen y semejanza de lo que fue el Frente Popular, sin que alcanzara grandes actividades ni resonancias, aunque en el Monte constituyó el camino para la

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integración total en el P.C.E. Junto a los tres ya mencionados aparece prontamente adherido —luego desplazaría a “Tito”— el Comandante Flores La total formación del aparato dirigente tiene lugar el 15 de agosto de 1943 al ser discutida largamente en una reunión mantenida en Soto de Ribera. Tras el primer cambio de impresiones determinan la organización, además de estructurar unas milicias pasivas o del Llano a continuación disponen lo necesario para visitar cuantas comarcas tengan huidos, con el fin de lograr su control y encuadramiento.

Los socialistas redefinen su política,...por poco tiempo Ante la inactividad socialista, la hegemonía de la resistencia asturiana había pasado a los comunistas. Una serie de dirigentes llegados a Asturias a partir de 1942 por mediación de Easton potenciaron las organizaciones del PCE a través del programa de la Unión Nacional. Entre los emisarios más destacados se encontraba el omnipresente José María Urquiola Iglesias, que tenía como objetivo vertebrar la lucha política y guerrillera en Asturias. Ante la división entre socialistas y comunistas, se desplazó a León, como ya se ha visto, con el fin de contactar con la Federación. Después llegaron a territorio asturiano Josep Cerbero — enviado por Monzón a Asturias— y Antonio García Buendía "Madriles". Pero el castigo contra los comunistas había sido tan importante, que las actividades de la reconstrucción de las organizaciones del llano tenían que ser llevadas por mujeres o jóvenes de las JSLN, mientras, paradójicamente, según pasaba el tiempo en el monte disponían de más efectivos y medios. La situación internacional, con los aliados desembarcando en Sicilia y los soviéticos resistiendo a los alemanes, y la presión que ejerció Cerbero obligaron a los socialistas a redefinir su discurso. El 15 de agosto de 1943 se fundó en Soto de la Ribera el Comité de Milicias Antifascistas, organismo unitario de la resistencia asturiana, en cuyo directorio participaban el comunista Baldomero Fernández Ladreda y los dos socialistas partidarios de la vía insurreccional, Arístides Llaneza Jove y Manuel Fernández Peón. Pero el intento de Cerbero y de “Madriles” por integrar al Comité en la JSUN —y participar, por lo tanto, en la política "monzonista" de la insurrección nacional— motivó que los socialistas se retiraran del Comité el 31 de diciembre de 1943 (aunque oficialmente se disolvió en 1945), actitud que se vio confirmada cuando el primer Congreso socialista de Toulouse rechazó el ingreso en la Unión Nacional. A partir de esa decisión, los socialistas renunciaron definitivamente a la acción armada, y se dedicaron a sobrevivir y a aportar ayuda a las organizaciones socialistas. Los socialistas del exilio, dirigidos por Prieto, nunca supieron qué hacer con su gente que se jugaba el tipo por los montes astures los huidos; daba la sensación como si fuesen una rémora para los políticos del PSOE en el exilio. Los cuadros enviados desde Madrid en nombre de la UNE o la JSUN impulsaron el desarrollo del comunismo en Asturias apoyándose en hombres como Antonio Valero, Venancio del Valle o Manuel Losa Prieto. En 1944 se había creado un Comité Regional que tenía jurisdicción sobre Asturias, Santander y León. A pesar la las caídas masivas en el otoño

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de 1944, un año después ya puede hablarse de una poderosa organización del PCE en Asturias, dispuesta a reforzar el enfrentamiento contra la dictadura. De todos modos, pese a las discrepancias entre comunistas y socialistas, en muchas ocasiones obviaron las diferencias de sus dirigentes y llevaron a cabo juntos numerosos golpes económicos, represalias contra personas vinculadas al régimen y sabotajes en las empresas mineras. Indudablemente, siempre asumieron que el enemigo común era el régimen franquista.

Represión en Cantabria En Santander no se habían producido cambios relevantes, y las partidas de huidos se mantenían aplastadas al terreno a la espera de acontecimientos. Picos de Europa y la comarca de La LÍébana seguían albergando a la brigada guerrillera encabezada por Ceferino Roiz, que recogía un mayor número de miembros, entre ellos el dirigente comunista Alejandro Cerro, que llegó en 1944. A pesar de que no se produjeron movimientos significativos entre los guerrilleros cántabros, algunos de los hombres más destacados del periodo anterior fueron aniquilados en 1941. Según Jesús de Cos Borbolla, el 27 de noviembre cayó abatido en una calle de Santander José Lavín Cobo "Cariñoso". Al día siguiente de la muerte de “Cariñoso”, un confidente condujo a la policía al escondite de los hermanos y el primo de José Lavín. Los dos hermanos. Marcos y Dolores, y también el primo, Pedro, fueron ejecutados. Días después, en Orejo, cerca de la capital cántabra fue eliminado otro miembro de la unidad, Santiago Martín Fernández. La popular partida de "Cariñoso" había pasado a. la historia. El 2 de julio de 1941, en Ahedo de las Pueblas (Burgos), las fuerzas de represión localizaron y mataron a cuatro integrantes de la partida de los “Carabeos”, incluido el jefe, Juan Gil del Amo. El quinto miembro se suicidó posteriormente, conforme al relato de Jesús Gutiérrez Flores. También se multiplicaron las detenciones, entre las que destacó la de Mauro Roiz Sánchez, el primer jefe de los guerrilleros de La Liébana, efectuada por la fuerza pública en la capital cántabra en octubre de ese año.

Las discrepancias se agudizan Durante el trienio 1945-1947 se mantuvieron en Asturias las discrepancias tácticas entre socialistas y comunistas. Siguiendo las directrices marcadas por el exilio, los primeros (unos veinte guerrilleros) llevaron a cabo una existencia puramente defensiva y de protección de los cuadros políticos, cuando no se transformaron en responsables políticos provisionales ellos mismos. Los comunistas, por supuesto, aplicaron enérgica y decididamente las instrucciones del partido, y empezaron a segregar una organización poderosa que mezclaba a guerrilleros veteranos con jóvenes que admiraban su empuje y que además eran repudiados por los guerrilleros del PSOE (los socialistas no aceptaban ni siquiera a los enlaces quemados, que trataban de sacar al extranjero).

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Enterrado el proyecto común del Comité de Milicias Antifascistas, las últimas conversaciones formales entre ambos grupos tuvieron lugar en 1945, año en el que José Mata mantuvo contactos con Baldomero Fernández Ladreda “Ferla” —el comunista más receptivo a los planteamientos del PSOE— y con el nuevo hombre fuerte de la resistencia asturiana, Constantino Zapico. Pero ambas posiciones estaban lejos de encontrarse. Para contrarrestar la acción policial, los comunistas asturianos apelan a la reinstauración del antiguo comité Asturias-León-Santander, desentendiéndose por el momento de la región galaica. Para finales de 1944, la J.S.U.N. en Asturias había pasado a la historia, aunque no, por su capacidad para reproducirse, el comité del P.C.E., quien tras unos meses de silencio, volvía a manifestarse —pero concretando a Asturias—, con el control de las partidas, en las que ya no era ninguna recomendación para la carrera de guerrillero, recordar la procedencia socialista o anarquista, De todo este laberinto los socialistas no se dan cuenta hasta casi un año más tarde.

El "Partido hermano" deja las cosas claras La revista impresa a ciclostyl El Socialista dirigida por las partidas asturianas, en su número de septiembre de 1945, bajo el título de “Puntualizando”, decía entre otras muchas cosas dirigidas a los comunistas: “El P.S.O.E. no pensaba salir al paso de unos elementos, injuriosos y falsedades ciertamente, aparecidos en una carta abierta tan confusa como profusa y difusa que ha lanzado a la circulación un Partido o una Unión que, cuando nos necesitan no titubean en llamarnos Partido hermano...” “Y sin entrar en detalles falsos, como suyos y como siempre, y en los convenios procaces y en las insensateces a montones que en dicha carta abierta se ponen de manifiesto, solamente vamos a plantear un problema que por su simplicidad y claridad será suficiente a los trabajadores españoles —los verdaderos antifascistas— para calcular y comprender la distancia que nos separa”. Después de largas consideraciones en donde los comunistas no quedan en absoluto bien parados, decía en sus últimos párrafos: “Sin embargo, el Partido Comunista no deja de hacer intentos, de establecer un contacto o una relación con el Partido Socialista, pero en cuanto se llegue a la verdad, aparece como siempre el confusionismo y el juego poco claro, Y los tiempos son muy otros, y el Partido Socialista vive y trabaja sobre la triste experiencia de dos alianzas que fueron otras tantas insinceridades, calificación en la que queremos hacer patente nuestra benevolencia. Ya lo sabe el Partido Comunista: con el Partido Socialista, por separado, nada hay que hacer por ahora”. La propuesta de los socialistas tenía como objetivo la creación de una entidad guerrillera unitaria y democrática, que estuviera a la defensiva, y que testimoniara la

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existencia de una oposición en el interior de España. Los comunistas eligieron la vía insurreccional y pusieron en pie una de las organizaciones armadas más activas del país.

El principio del fin A finales de 1945 y la Comisión político-militar, en la que son miembros dos jefes de partida ya conocidos, peones de brega de “Ferla”, apodados “Caxigal” y Constantino Zapico González “Bóger”, teniente del Ejército gubernamental, escondido hasta entonces al amparo de sus familiares, natural del Concejo de Langreo, pide con urgencia al B.P., el envío de un cuadro de mandos para remozar las desmoralizadas y anárquicas partidas. Recomiendan como más acertado que la expedición sea enviada por mar. Siguiendo con la acción política, el comité provincial impulsó hasta lo inaudito la acción del P.C.E. A poco de comenzar su funcionamiento dio forma a una titulada Comisión político-militar, con el fin de organizar sus milicias y guerrillas, pero eso sí, colocándolas ya bajo la más rígida disciplina del Partido. Naturalmente que para el desarrollo de estos proyectos el Partido necesitaba el concurso de elementos capacitados venidos del exterior. Es decir, de Toulouse, donde se habían diplomado en la “Entrepisse Forestier du Sud-Ouest”. Por su parte el Comité Nacional del PSOE en Francia aprobó las tesis de los guerrilleros socialistas asturianos, y fue Eduardo Villegas quien lo comunicó en una reunión que tuvo lugar en La ReboIlada-Mieres. Entre las resoluciones y sugerencias, sobresalían las siguientes: que se aplastaran en el monte, que mantuvieran la comunicación entre las agrupaciones políticas y sindicales socialistas, y que no efectuaran acciones que conllevaran riesgos para sus vidas o incentivaran la represión. Resoluciones más parecidas a estar más por la labor de marear la perdiz, que por resolver de verdad los verdaderos problemas que les acuciaban.

Defensivos versus subversivos El hecho de que el PCE disolviera la UNE para adscribirse a la ANFD, controlada por el PSOE, no influyó en el devenir de la guerrilla asturiana. La lucha soterrada que existía entre José Mata y Manuel Fernández Casas "Lele", seguidores de los planteamientos defensivos, y Llaneza y Manuel Fernández Peón "Comandante FIórez", partidarios de una mayor implicación subversiva, se había saldado con el triunfo de los primeros. Pero era una situación comprometida y paradójica que entró en crisis en cuanto surgieron las primeras dificultades: se consideraban guerrilleros y vivían como tales pero actuaban como políticos. En una carta al dirigente socialista José Barreiro del 25 de julio de 1946, José Mata exponía claramente la situación: “¿Por qué sacrificar nuestras vidas inútilmente? ¿No sería más conveniente señalarnos un cometido o una solución?” La declaración no podía ser más clara. “Era algo parecido a aquello de que ni contigo ni sin ti tienes mis males remedio”. Quizás donde radicara el problema del partido socialista estuviera en que quería salvar la cara en aquella descarada retirada.

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Ahora los comunistas tenían el campo abierto y con la formación del Comité provincial del P.C.E., como aparato propio —libre de competencias— para continuar la acción política solapada y “guerrillera”, se dio paso realmente a la entrada en una nueva fase de agitación, pues la determinación de tal campo de acción se redujo, según aspiraciones momentáneas a sólo al país asturiano. El acuerdo para la instalación de tal organismo quedó aceptado en el transcurso de una tercera reunión secreta que también tiene lugar en las montañas del Concejo de Soto Ribera. El Comité formado enlazaría con el nacional, establecido por aquellas fechas, parte del mismo, en el famoso chalet de la Ciudad Lineal, de Madrid. En cuanto a Asturias, quedaría estructurado en dos zonas: la cuenca minera y la zona de Oviedo hasta Gijón y toda la zona portuaria.

Se cierne la tragedia Los años 1946 y 1947, fueron años nefastos, pues se produjeron detenciones masivas bastante sospechosas. Seguramente producto de delaciones. Fuere como fuere, lo cierto es que ocasionó la disolución de una parte significativa de la infraestructura del socialismo asturiano. Cuando finalmente las organizaciones políticas asturianas fueron desarticuladas en su totalidad, fueron los guerrilleros los que tuvieron que hacerse cargo de la FSA a partir de un pleno en abril de 1948. Esto ocasionó que cuando los maquis huyeron poco tiempo después, la federación socialista entró en una crisis definitiva. 1946 resultó crítico para la resistencia asturiana, ya que en él fue desarticulado el aparato político con la detención de Casto García Roza, Celestino Uriarte y Remigio Blanco. La muerte del primero a consecuencia de las torturas en la comisaría de Gijón descabezó a la organización asturiana, un golpe del que ya no se repondría. García Roza, junto con Uñarte, había marcado el rumbo de la resistencia asturiana desde 1945, impulsando una relación armónica entre el partido y la guerrilla. En la madrugada del día 21 de mayo de 1947, la tragedia se abatió sobre la guerrilla asturiana. En el Pico Polio, medio centenar de guardias civiles cercaron a un grupo de maquis en una cueva. En el combate murieron el guardia civil Antonio Roche y cinco guerrilleros: Olegario Llaneza Rozada “Gitano”, Francisco Muñiz Rodríguez, Constantino Rubio González, Manuel Vizcaíno Beberide y José González Ortiz. Uno de los episodios más decisivos de este trienio, y tal vez de toda la trayectoria de la guerrilla santanderina, lo constituyó la muerte de Ceferino Roiz "Machado", personaje medular de la época de los huidos, carismático militante que consiguió evitar el deslizamiento hacia el bandolerismo de aquéllos y dirigente indiscutido de la resistencia cántabra. La desaparición de "Machado" en los invernales de Pandébano resultó devastadora para el maquis, condenado a partir de entonces a la fragmentación en partidas más o menos activas pero carentes de una organización superior capaz de unificar esfuerzos y clarificar objetivos La muerte de Ceferino Roiz significó también una inflexión en la guerrilla organizada de Santander. Los restos de la brigada —rebautizada Brigada Guerrillera de los Valles de Llaneda — se repartieron entre las partidas de “Juanín”, "Gildo” y “Tuerto". Algunos maquis

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se pasaron a partidas asturianas, mejor organizadas, y otros emprendieron el camino del exilio. A partir de 1947 la guerrilla santanderina renunció a cualquier planteamiento unitario, y puede decirse que el antifranquismo de los montes a partir de este momento lo encarnarán de manera más simbólica que efectiva “Juanín" y algunos elementos con los que actuaba periódicamente. Las otras dos unidades guerrilleras se encontraban también desactivadas a finales de 1947. La Brigada Malumbres entró en crisis con la eliminación de Mateo Obra (detenido en Lujua en 1946) y Raimundo Casar Acebo "Tampa", que murió en 1947. La Brigada Cristino también resultó diezmada.

Cae el telón Después de la mortandad de guerrilleros aun en 1948 medio centenar de comunistas estaba dispuesto a resistir, incluso la mayoría de ellos impugnó los cambios tácticos de octubre en 1948 y también la decisión de trasladar la lucha desde el medio rural, en el que se sentían seguros, a unos núcleos urbanos que percibían como hostiles para la supervivencia. También Luis Montero "Sabugo", que había llegado en mayo de 1948 para dirigir el aparato político del PCE, empezó a mostrarse reticente al encargo de aplicar las tácticas de los dirigentes del exilio. A finales de 1949 el Buró Político envió a otro delegado para que impusiera la autoridad en Asturias. Todo fue inútil. La mayor parte de los guerrilleros se manifestaban contrarios a las directrices de Toulouse y a punto estuvo de llegarse a un enfrentamiento armado entre las distintas facciones. Sólo unos pocos guerrilleros siguieron bajo la disciplina del PCE, entre ellos Manuel Díaz González “Caxigal", Eloy Álvarez Alonso “Ruso", Ángel Díaz Diego "Canario”, Manuel Castaño, Leandro "Cantinflas" y “Negrete”. Hubo un último intento para solucionar el conflicto el 21 de diciembre de 1.949, y a ello se aplicó Manolo "Caxigal", aunque unos y otros fueron incapaces de alcanzar un acuerdo. 1950 trazó la frontera entre la guerrilla organizada y la condición de huidos. El día 7 de febrero se produjo el golpe definitivo contra la organización guerrillera asturiana. En un campamento de El Condado, en el término de Laviana, fueron abatidos los guerrilleros Manolo “Caxigal", Eloy Álvarez “Ruso” (“niño de la guerra” que vino a morir en España después de un prolongado exilio en la Unión Soviética), Ángel Menéndez Rodríguez "Ángel de la Campa” (carpintero y enlace”), Manuel Castaño, “Cantinflas", "Negrete" y “Capataz”. La muerte de estos siete guerrilleros, que además eran de la facción ortodoxa, supuso el final definitivo para la resistencia organizada en Asturias La matanza de El Condado significó el comienzo de un goteo de muertes, que situó a la guerrilla asturiana a la cabeza de las bajas durante este periodo. El 1 de agosto de 1950 eran detenidos en la frontera francesa Luis González “Barranca” y “Canor", ejecutados por el tradicional método del garrote vil en la cárcel de Oviedo el 11 de diciembre. A los pocos días de estar en Asturias, los dos guerrilleros, sometidos a intensas sesiones de tortura, habían aportado la información que condujo a la localización de Adolfo Quintana Castañón "Quintana” y de Ángel Díaz Diego “Canario”, que fueron eliminados el 14 de agosto de 1950 en El Pedroso, El 31 de diciembre de 1950 fue abatido, cuando pasaba la Nochevieja en casa de su compañera sentimental en 48

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Sotrondio, Ignacio Alonso Fernández “Raxau”, en ese mismo año también fue eliminado Mario Llaneza Rozada “Gitano”. En el mes de agosto de 1951 se celebró en San Martín del Rey Aurelio otra reunión entre los guerrilleros partidarios de seguir en la lucha con los planteamientos tradicionales y los enviados por el Comité Central, que eran favorables a las nuevas directrices. Después de violentas discusiones, los guerrilleros disidentes fueron expulsados de la organización, y a partir de entonces cada grupo irá por su lado Todavía permanecían en 1952 algunos guerrilleros desperdigados por las montañas. Manuel Rubio González "Rubio", superviviente de las últimas caídas, formó un grupo con dos enlaces que se habían echado recientemente al monte, “Morín" y “Guaje”. Pero “Guaje” era confidente de la policía, que estaba detrás de la pista de “Rubio”. El 13 de marzo fueron cercados en las proximidades de Mieres y eliminados los tres hombres, incluido el confidente ya sólo quedaba "Ramonón", que fue cercado el 14 de octubre en el poblado de La Camocha, donde se había escondido, y que prefirió suicidarse antes que caer en manos de la fuerza pública. Era el último guerrillero asturiano, y su muerte adquirió dimensiones simbólicas. Por lo que se refiere a Santander, ya no existía guerrilla si no un pequeño grupo de maquis acosados por las fuerzas de represión. En el mes de noviembre de 1949, alcanzó la frontera francesa Martín Santos Marcos "Gitano", responsable de la Brigada "Cristino", una de las tres brigadas cántabras, y de la citada unidad sólo permanecían en suelo santanderino seis guerrilleros.

Los sucesos trágicos de Tama Dos de aquellos guerrilleros, Federico Pena Martínez y Dionisio Bejar, fueron eliminados el 2 de junio de 1950 en Vega de Pas. Pero el contratiempo casi definitivo para los restos de la resistencia se produjo el 20 de octubre de 1952. En un paraje conocido como el Coterillo, en las afueras del pueblo de Tama-Cillorigo, tuvo lugar un combate en la casa de un enlace entre tres guerrilleros y fuerzas de la Guardia Civil de Potes. En el enfrentamiento murieron dos guerrilleros, Hermenegildo Campo "Gildo” y José García Fernández “Pin el Asturiano", y un sargento de la Guardia Civil, José Sanz. Lograron escapar Quintiliano Guerrero "Tuerto" y Juan Fernández Ayala "Juanin". Sólo quedó, el guerrillero más emblemático del maquis santanderino, “Juanín” que ya se había desvinculado de una organización en ruinas y hacía vida en el monte acompañado solamente por Bedoya, que se había escapado en febrero de 1952 de un batallón disciplinario de Fuencarral, en Madrid, y se había unido a Fernández Ayala.

Reflexiones de guerrilleros supervivientes Testimonio de Celso Amieva Dice el poeta Celso Amieva a Eduardo Pons Prades: “Hay un aspecto de la represión que quizá desconoces... A poco de caer el Norte, en 1937, ya se sabía que en las montañas seguía .combatiendo mucha gente nuestra. Y combatiendo seguía en 1939, 40, 41, 42...

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En Asturias, dados los antecedentes rebeldes de la población, la represión tenía que ser espantosa y lo fue, pues espantosa fue la desesperada lucha de los que no emigraron, por mar o por tierra, hacia afuera. Se dijo que hasta la aviación intervino contra los irreductibles. Se sabe que en la cuenca minera hubo guarniciones de tropas moras durante muchos años. Y en algunas zonas se expulsó y desterró a poblaciones enteras. Sí, como en el Vietnam. Hubo comarcas en que se quemó toda casa, toda cabaña, todo invernal, hasta los árboles, para arrebatarles a los guerrilleros el menor apoyo, el más mínimo sustento, el más reducido albergue. A mi juicio, quienes organizaron el paso de guerrilleros a España en 1944 y años siguientes pecaron de un exceso de optimismo. Olvidaban que el país estaba desangrado. La España popular había perdido la guerra y sus defensores habían muerto luchando o en prisión después, fusilados, torturados, a cientos, a miles. En prisión siguieron durante años otros cientos de miles y el resto estaba encarcelado en su aldea, en su pueblo, en su barrio. Imperaba el hambre, dominaba el terror. Los escasos elementos demócratas que no estaban encarcelados vivían discriminados, vigilados, reprimidos, bestialmente oprimidos por las fuerzas del dinero y las centurias de asesinos dominaban el país. Había mucha gente desmoralizada, desesperanzada. Y con razón, ya que muchos pensaban ¿cómo nos van a ayudar ahora (1945-46) a liquidar el franquismo aquellas mismas naciones que antes no nos ayudaron a ganar la guerra? La gente humilde, a veces, no sabe nada de política, pero tiene mucha intuición... ¿... por qué los Modesto, los Líster, los Tagüeña, los Merino, y otros no se pusieron a la cabeza de las guerrillas? No lo sé. Posiblemente porque el movimiento guerrillero no alcanzó las proporciones previstas e hizo quimérico el empleo de esos mandos. No obstante, de Francia, de la Unión Soviética, de México, salieron para España — a morir— Cristino García Granda, José Vitini, Casto García Roza, Gómez Gayoso. Ramón Vias Fernández, Seoane, Zoroa, Lucas Ñuño, Manuel Castro, Espada, Medina, Del Campo (antiguo comisario del Campesino), Valentín Fernández, Isasa, Llerendi, Yúfera, Nava, Pérez Cortés, Pelegrín Pérez, Sánchez Viedma,...toda gente valiosa. Y Larrañaga. Aserta, Girabau, Barreiro, Zapirain, Ignacio Gallego, Santiago Alvarez. Y otros. ...Esa Junta de Liberación difícilmente encontrará justificación ante la Historia. Pero nuestros sandios politiqueros, exministros, exdiputados, exburócratas, eran estadistas de vuelo gallináceo o de muy poca alzada (…)”. Alberto Bru

Personajes más importantes de la guerrilla Cántabra-Astur CEFERINO ROIZ SÁNCHEZ “MACHADO”

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Tras su muerte su alias dio nombre a la 6ª Brigada Guerrillera del Norte. Esta unidad que actuó durante los primeros años de la posguerra recibió el nombre de 6ª Brigada Guerrillera Ceferino Machado como homenaje a su primer dirigente, Ceferino Roiz Sánchez ("Machado"), nacido en La Hermida (Peñarrubia, Cantabria), ex alcalde de Peñarrubia y sindicalista de la UGT en la Electra de Viesgo en Urdón. La unidad también fue conocida como Brigada Machado, Brigada Machado de los Picos de Europa, Brigada Picos de Europa, Brigada Guerrillera de los Valles de Llaneda y 6ª Brigada Guerrillera del Norte. Fue abatido el 22 de abril de 1945. FRANCISCO BEDOYA GUTIERREZ “BEDOYA” Francisco Bedoya Gutiérrez, nacido en Serdio, Val de San Vicente, Cantabria, en 1929 - ), más conocido como Paco Bedoya o simplemente Bedoya, fue un destacado maqui cántabro, que tras la Guerra Civil Española se "echó al monte" junto a otros guerrilleros, siendo perseguido por la Guardia Civil durante la década de los 40 y 50. Amigo íntimo de “Juanin” cae abatido ese mismo año, el 2 de diciembre de 1957. HERMENEGILDO CAMPO CAMPILLO “GILDO” Ex oficial del Ejército republicano que anduvo huido ya cuando la ocupación del Norte por los franquistas, en el otoño de 1937. Fue detenido en Santander como indocumentado, encarcelado y destinado más tarde a la Colonia Penitenciaria Militarizada de Vega de Pas (Santander), casi en la divisoria con la provincia de Burgos. De allí se escapó en la primavera de 1940 y con otros fugados formó partida por el lado del Puerto de las Estacas de Trueba, y a continuación merodeó por la zona de Espinosa de los Monteros (Burgos). Como era natural de Tresviso (Santander), pueblo situado al pie de los Picos de Europa, la partida fue a instalar sus bases en este impresionante macizo montañoso. AI principio “Gildo” y sus hombres se especializaron en el sabotaje de postes de tendido eléctrico de alta tensión. Este jefe de partida fue uno de los que salieron de España y pasó varios meses en Francia (¿1946 o 1947?) recibiendo instrucción guerrillera. De regreso recuperó parte de sus hombres que se habían agregado en su ausencia a la partida de "Juanín”, y reorganizó la suya, pero actuando a menudo con Fernández Ayala. Durante un tiempo tuvo sus bases en la Sierra de Cuera (Asturias). Después de enconadas refriegas con las fuerzas represivas, en las que perdería a sus mejores hombres (en la zona de Arenas de Cabra les, Sotres, Ruenes), “Gildo” es abatido, junto con su lugarteniente “el Andaluz”, en una sangrienta matanza en el término de Tama, el 20 de octubre de 19522. JUAN FERNÁNDEZ AYALA “JUANIN” Nacido el 27 de noviembre de 1917, era natural de Potes Liébana (Cantabria). A los 17 años se integra en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). A raíz del golpe militar de 18-J1936 se integra en las Milicias Republicanas, en el Batallón Ochandía con el cual entrará 2

Dispongo de los detalles de su muerte, por no alargar la nota de “Gildo” no la pongo, si alguien la quiere tener se la puedo mandar 51

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pronto en combate. Terminada la guerra es apresado y condenado a pena de muerte, le es conmutada por doce años de prisión, en 1943 gracias a una amnistía le conceden la libertad vigilada, tenía que presentarse todas las semanas en el cuartel de Guardia Civil, estas visitas se convirtieron en un calvario, vejaciones y palizas para que les dijera los nombres del Socorro Rojo de la zona, harto de tantas palizas se hecha al monte y se integra en la brigada de “Machado”. Se da la paradoja de que su madre era la cocinera del cuartel. El 24 de abril de 1957, en una emboscada de la Guardia Civil, Juan Fernández Ayala cae abatido en la curva del molino. Quizás el destino quiso que fuese precisamente en La Vega en su Liébana natal donde su vida diese su último suspiro. QUINTILIANO GUERRERO “TUERTO” En el mes de julio de 1947, tras un enfrentamiento con la Guardia Civil acude herido en un ojo al domicilio de Elías Fernández en Vega de Liébana, donde es asistido por el doctor Jesús Díaz Cuevas. Guerrero pierde el ojo y desde entonces pasa a ser conocido como El Tuerto. También era conocido como “El Francés” era uno de los sobrevivientes de la Brigada Pasionaria capturada en El Escudo e integrado en la jefatura de la Guerrilla Machado. Su auténtico nombre era Venancio Guerrero Fernández natural de Urda (Toledo), murió en la primavera (16 de abril) de 1953 en Valdediezma (Treviso) por disparos del cabo de la Guardia Civil, José García Gómez, y este a su vez murió en un enfrentamiento con “Juanin”, se daba la circunstancia de que fueron amigos de pequeños, las malas leguas dijeron que fue una venganza por la muerte del “Tuerto”, pero fue pura casualidad. “Juanin” al enterarse mandó un telegrama de condolencia a su viuda. **************************

Doy por finalizado el capítulo Astur- Cántabro pero podéis comprender que podía seguir 300 páginas más, pero ese no es mi fin, solo me propongo dar a conocer las calamidades y el escenario donde vivieron estos hombres y mujeres siendo conscientes de que no tenían muchas posibilidades de sobrevivir aunque algunos lo consiguieron. Dispongo de bastantes documentos individuales si alguien está interesado se lo puedo mandar. Paso a otra región guerrillera, los pirineos orientales.

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Recortes de prensa encontrados entre las pertenencias de Quintiliano

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Grupo de guerrilleros en los picos de Europa, se desconoce si es Asturias o Cantabria

MAQUIS EN EL PAÍS VASCO Mikel Rodríguez Álvarez

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uedan pocos. La mayoría terminaron muertos en el monte o ante el pelotón de fusilamiento. Otros no sobrevivieron a la cárcel porque una pulmonía o la tuberculosis los dejó para siempre en el penal de Burgos. Los que sobreviven no son demasiado dados a 57

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recordar su pasado. Mira, yo siempre he estado donde creía que debía estar. Durante la República fundamos el sindicato UGT en mi pueblo. En la Guerra Civil, peleé por la República. Durante la II Guerra Mundial, nos echamos al monte para luchar contra los nazis. En 1944 me dijeron que volviese a España a dirigir el maquis en Euskadi y lo hice con alegría, aun sabiendo que me jugaba la vida – comenta Victorio Vicuña, el jefe de la "Agrupación Guerrillera de Euskadi". Pero en parecidos términos podríamos oír a Marcelo Usabiaga, a Jacinto Ochoa, a Bittor Lecumberri o a cualquiera de los veteranos de la lucha contra el fascismo. Todos coinciden también en otra cuestión: se quejan amargamente porque no se han retirado los calificativos de bandidos y criminales con que los denominaban los informes policiales. Peor paradas quedan aún las guerrilleras, a las que las fuentes policiales califican unánimemente de prostitutas. El estudio de la guerrilla en el País Vasco y Navarra resulta especialmente difícil, debido a la falta de fuentes. En el "Archivo Histórico del PCE" hay escasas referencias a nuestra comunidad. Las difíciles condiciones de la clandestinidad, la autocensura y el deterioro producido por el tiempo en los microfilms hacen que reconstruir la historia de la guerrilla sea una empresa difícil. Y también, lo que quizá resulte más grave, no existe un verdadero interés institucional por recordar una lucha antifranquista protagonizada principalmente por el PCE. En el otoño de 1944 la Unión Nacional Española (UNE) – la organización de los exilados antifranquistas de predominio comunista, proclamó que había llegado la hora de reconquistar España. La invasión guerrillera que debía derribar a Franco se produjo por Navarra, Huesca y Lérida. La primera embestida se dio en Navarra. Los maquis fueron tomando posiciones cerca de la frontera. Desde la zona de Pau se trasladaron a las poblaciones de Sainte Engrace y Esterençuby. En total, más de 800 guerrilleros se concentraron en el área Olorón-Mauleon-Ustaritz. Los guerrilleros eran de variada procedencia: Isidoro Granado, de Madrid; Domingo Abanades, Guadalajara; Roberto Gayarre, Navarra; Mariano Hidalgo, asturiano; Salvador Sangut, barcelonés; Félix García, Madrid; Miguel Sierra, de Cáceres; Juan Ferrer, Hospitalet; el leridano Manuel Rocha; Ramón Mayo, de Biescas; el eibartarra Angel Loidi... Muchos maquis quedaron muertos e insepultos en los bosques y nunca sabremos sus nombres. Todavía ocho meses después de los combates se seguían encontrando cadáveres. La invasión se inició la noche del 3 al 4 de octubre, cuando pasaron los primeros guerrilleros, unos 250 hombres de la 54 Brigada. Partieron de Esterençubi y cruzaron la frontera por Roncesvalles. El primer combate se produjo el día 4 contra un destacamento de la Policía Armada en Izalzu. Murieron dos policías y el guardia civil que les servía de guía. Los maquis además capturaron a un sargento y a un número. Tras esta escaramuza y debido a la presencia de numerosas fuerzas enemigas, el grupo se dividió en dos partidas: Una, tras llegar hasta Abaurrea Alta, tuvo que retroceder y repasó la frontera el día 8, liberando al sargento capturado, en Francia. La otra entabló un combate el mismo día 4 en Vidangoz, en la zona del monte San Fernando, contra una compañía del batallón América reforzada por dos secciones de la Policía Armada. Murieron 6 maquis y 12 fueron capturados. Por parte gubernamental cayeron el teniente Ramón Benito Alonso, dos cabos y dos soldados. La lucha fue muy dura, llegándose al cuerpo a cuerpo. Este grupo posteriormente tuvo otro encuentro en la borda Zalba contra tropas de infantería. Murieron 2 soldados y 5 guerrilleros, 58

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mientras un oficial resultaba herido de gravedad. Se hicieron 30 prisioneros. En Navascués se produjo la única verdadera batalla de la campaña, con uso de morteros y ametralladoras pesadas, pero los guerrilleros lograron romper el contacto. El destacamento, muy debilitado y sin municiones, se fraccionó y retornó a Francia sin más bajas, salvo algún guerrillero que se entregó en el puesto de la Guardia Civil de Burguete. El día 6 se produjo un combate contra el Ejército en Ainzioa, en el valle del Erro, a resultas del cual el destacamento de 40 maquis se dispersó y retomó la frontera. Dos días después, ante el complicado cariz que tomaban los acontecimientos, se trasladó al batallón Legazpi XXIII desde San Sebastián. Las órdenes proporcionadas a su mando establecían que la unidad debía limpiar de enemigos la zona de Aoiz e Irurzun. El día 9 el batallón tuvo su bautismo de fuego junto a otras unidades en Arostegi, cerca del paso de Dos Hermanas. Sufrieron tres muertos y varios heridos, entre ellos un teniente y un capitán. Uno de los fallecidos era el alférez de complemento bilbaíno Miguel de la Mano, herido gravemente en la acción y que murió al día siguiente. Era el primer mártir de la milicia universitaria y como tal se expuso durante años un cuadro suyo en la sala de banderas del regimiento Sicilia. En el mismo enfrentamiento murieron los soldados Julián Orbegozo e Isidro Angulo.

La "Agrupación Guerrillera" en el País Vasco Tras la liberación de Francia, las unidades de guerrilleros españoles llegaron a contar con más de 20.000 combatientes. La Dirección del PCE en Francia, el navarro Jesús Monzón, su compañera Carmen de Pedro, el bilbaíno Luis Fernández, Manuel Gimeno y Manuel Azcárate decidieron intentar el derrocamiento militar de la dictadura franquista. Parecía que, derrotada la Italia fascista y con Hitler acorralado, el régimen de Franco tenía sus horas contadas. Una segunda razón impulsaba a esta dirección: durante la guerra habían actuado independientemente del Comité Central (CC) del PCE, pero tras la Liberación Pasionaria, Vicente Uribe y Santiago Carrillo, con el beneplácito de Moscú, volverían a controlar todo el partido. Una victoria en España consolidaría en sus cargos a la dirección francesa. Confiados en que la hora de derribar la dictadura había llegado, en el otoño de 1944 se inició la operación "Reconquista de España". Aunque el principal esfuerzo se produjo en el valle de Arán, el 3 de octubre una fuerza de invasión penetró por el valle del Roncal y el 7 otra se infiltró por Roncesvalles. Se produjeron combates bastante intensos, con bajas por ambas partes. Alguno de los muertos pasó al martirologio oficial de la Falange, como el alférez Miguel de la Mano, el primer caído de la milicia universitaria. La Dirección del PCE reconoció el fracaso de esta invasión convencional y preparó la entrada de pequeños grupos que iniciasen acciones de guerrillas. Desde noviembre de 1944 a junio del 45 más de 40 maquis veteranos pasaron de Francia a Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Otros muchos vascos y navarros – Celestino Uriarte, Sebastián Zapirain, Asensio Arriolabengoa, Fermín Isasa... – pasaron a comandar la guerrilla y el partido en otras zonas del estado. Un primer grupo, diez hombres y una mujer, desembarcó las noches del 18 y 19 de noviembre en Fuenterrabía. Los demás guerrilleros cruzaron la muga a pie durante los meses siguientes. La actividad de estos grupos fue escasa, debido sobre todo a que ni la geografía del país, ni la densidad de población, ni la masiva presencia de fuerzas franquistas permitieron el asentamiento de la guerrilla en ninguna zona. La Brigada Político-social, especialmente el grupo de Melitón 59

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Manzanas, y la Guardia Civil desarticularon a todos los grupos. El intento de derrocar la dictadura franquista se saldó con 16 maquis muertos, 23 detenidos y un centenar de colaboradores y enlaces en prisión. El último guerrillero, Francisco Echeverría Isarri, el rubio de Aralar, cayó en Oyarzun en enero de 1951.

La guerrilla en Navarra Navarra, por su situación geográfica, era una posible puerta de invasión. Había antecedentes: ya en noviembre de 1924 una partida de anarquistas había penetrado desde Francia para intentar derribar la Dictadura de Primo de Rivera. En la Jefatura Provincial de Falange en octubre de 1944 reinaba la preocupación. Desde la muerte en 1941 del jefe local de Carcastillo, Heladio Urrutia, no se habían producido acciones violentas. Pero de repente Navarra se hallaba en primera línea. La consigna oficial de ese mes fue: "Bienvenidos los tiempos difíciles, porque ellos harán la depuración de los cobardes". Se preveía lo peor, incluso una invasión aliada, por lo que el jerarca Antonio Lizarza, a petición de las autoridades militares, preparó 17 partidas antiguerrilleras con casi 2.500 hombres. Una vez fracasó el intento de invasión, la situación en Navarra era muy peculiar. Desde Toulouse, el CC ordenó que no se efectuasen acciones guerrilleras para evitar que un aumento de las fuerzas represivas impermeabilizase la muga. La frontera navarra constituía el "Sector 2º del Aparato de Pasos del Suroeste". Lo mandaba Manuel Pérez Cortes, quien contaba con 24 hombres, la mitad de ellos antiguos guerrilleros. En el verano del 45 su número había aumentado a 40. Su función era pasar hombres y materiales al interior, eludiendo en lo posible los combates. A pesar de esta consigna, entre 1945 y 1948 se produjeron encuentros en Lecumberri, Satrústegui, Goñi, Zugarramurdi, Valcarlos, Vera del Bidasoa, Errazu, Ustarroz... A veces se trataba de meros encontronazos fortuitos entre los pasadores y la Guardia Civil. Otras veces consistían en golpes económicos para financiar al partido o en ejecuciones de elementos afines al régimen La principal acción se produjo el 25 de febrero de 1946, cuando 40 maquis, mandados por Gabriel Pérez, cruzaron la muga. Su misión era reforzar con pertrechos y personal la guerrilla de los Picos de Europa. El propio Líster, uno de los pesos pesados del CC, había planeado la operación. En Noain cuatro de ellos se disfrazaron de guardias civiles y pararon dos camiones en los que cargaron las armas y el personal.

Guerrilleros de la UNE en los Bajos Pirineos en 1944. Las caídas en el aparato de pasos y en el partido eran frecuentes. En Navarra existía cierta insatisfacción por pertenecer al Comité Regional de Aragón y no al vasco. Además de las afinidades culturales, se afirmaba que "en Zaragoza tienen "la negra" y cada vez que se toma el contacto con ellos, salta el chispazo y a comisaría". En 1948 el PCE, a instancias de Stalin, decidió abandonar la política de guerrillas. Para entonces, los datos oficiales en Navarra nos hablan de 35 guerrilleros muertos y más de 200 detenidos, pero indudablemente fueron más. La historia de la guerrilla en Navarra tiene un epílogo bufo: el 8 de agosto de 1961 un grupo de 14 guerrilleros, mandados por Valentín

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González El Campesino, tuvo un encuentro con la Guardia Civil en Irati, en una acción financiada por los servicios de inteligencia franceses, que querían advertir así a Franco de la peligrosidad de apoyar al OAS. El movimiento merecía un final más digno. Mikel Rodríguez Álvarez, profesor de Historia

Algunos personajes importantes en la Agrupación Guerrillera Vasca La actividad guerrillera en el País Vasco es menos intensa que en el resto de España, y los grupos que lograron entrar se fueron fraccionando tras los sucesivos encuentros, hasta quedar diseminados y aislados, muchos de ellos volvieron a Francia. Fue ante todo un error de análisis de la verdadera situación en la que se encontraba el país al término de la II Guerra Mundial, por una parte el PCE pensaba que los aliados intervendrían si había un núcleo importante de guerrilleros combatiendo a Franco, craso error. Por otra parte el gobierno franquista ya sabía que no sería así, lo que propicio poder emplear toda la represión sobre la entrada de combatientes por el pirineo, solo tuvo que impermeabilizar la frontera para detenerlos, llegó a tener 2.500 efectivos entre Guardias Civiles, Falangistas, somatenes y soldados de reemplazo. No obstante pasaron más de 800 guerrilleros que por desgracia fueron cayendo poco a poco, el primer grupo que pasó fue Pedro Barroso, Regino González, Javier Lapeira, Alfredo Gandía y Marcelo Usabiaga Jaúregui y un segundo grupo al día siguiente, pasaron otros cinco hombres y una mujer, Victorina Gastán, todos ellos fueron detenidos por la Brigada de Investigación comandada por el tristemente célebre y sádico Melitón Manzanas González, colaborador de la Gestapo en la Francia ocupada. De los dos grupos solo se escapó Alfredo Gandía, el resto fueron juzgados en consejo de guerra sumarísimo y condenados, Barroso y González con penas de muerte, todos los demás a 20 años y un día.

Agrupación Guerrillera del Alto Aragón (AGAA) En abril de 1946 el Partido Comunista envía desde Francia a Joaquín Arasanz “Comandante Villacampa” con la misión de unificar a todos los grupos que habían quedado dispersos por los montes oscenses, estableciendo bases en varios lugares del pre-pirineo: Guara, Santa María de Buil, Arguís, Ainsa, el Grado Mediano y otros, para, en junio de ese mismo año, sentar las bases de la constitución de la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón (AGAA) de la que Arasanz sería el jefe del Estado Mayor. “Villacampa” había participado en la Resistencia francesa integrado en la Brigada 21ª, considerada de elite por haber tomado parte en importantes actos durante la liberación de Francia. En su anhelo de liberar su país del fascismo, había entrado en España el 4 de octubre de 1944, en el marco de la “Operación Reconquista de España” con la Brigada 21 de la 204 División, comandada por el asturiano Gabriel Pérez, y en la que Arasanz tenía el cargo de comisario político con el grado de capitán. Tenía la misión de tomar 13 pueblos de la zona de la Fueva: Rañín, Tierrantona, Morillo-Monclús, Formigales… Esta brigada será la única que no regresará a Francia hasta haber cumplido todos sus objetivos, fue la que más tiempo permaneció en la provincia oscense: un total de 35 días. La mayoría de las unidades 61

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guerrilleras tuvieron que retirarse ante el enorme despliegue militar de las tropas franquistas, al que dio lugar la operación. Aquí se llevaron la primera decepción, según cuenta Arasanz en su libro Los Guerrilleros: al entrar en España pensaban que la gente se iba a levantar contra Franco pero se llevaron la sorpresa de que, por ejemplo, al liberar un grupo de presos políticos que estaban trabajando en la construcción del túnel de Viella comenzaron a correr en dirección al pueblo, escapando de los guerrilleros. La realidad era que la gente estaba agotada de las muchas calamidades sufridas a consecuencia de la guerra y solo querían tranquilidad. Para su segunda incursión, Arasanz eligió un grupo de compañeros, naturales de la zona como él, para que le acompañasen en esta misión: se trataba de Manuel Tosán (natural de Monzón), José Moreno (también de Monzón), Manuel Cosculluela (de Mondot; aunque según Arasanz era de Olson, cerca de Mondot, en la zona de Sobrarbe) y Narciso Villellas (de Alquézar), guerrilleros procedentes como él del maquis francés y con un buen conocimiento de la zona. Ellos fueron el núcleo a partir del cual se articuló la Agrupación. He de aclarar que estos nombres los cita Paloma Fernández Pancorbo, pág. 74, en entrevista con Arasanz en mayo de 1985, sin embargo Arasanz, en su libro “Los Guerrilleros” cita, por este orden, a Manolo, Eusebio10, Narciso y José. Entraron por Echo, se dirigieron a la sierra de Lascuarre, donde tras una búsqueda de 6 meses, consiguieron contactar con la partida de Valeriano González Asturias “Drole” y “Tanque”, compuesta por 45 maquis. Estos dos grupos están en el nacimiento de la AGAA, agrupación formada, según Arasanz, por más de un centenar de hombres y constituida oficialmente tras la fusión de dos pequeñas partidas en Las Almunias, en junio de 1946. Debido al insuficiente número de hombres, la agrupación se reducía al Estado Mayor, “Villacampa”, Cosculluela y Villellas y a una serie de pequeñas partidas, siempre menores de 20 hombres, que se distribuían el territorio. Entre las personas que colaboraron con los maquis, realizando una labor de enlace, se hallaban: Alfonso Estévez, que conectaba la organización comunista de Huesca y la guerrilla; Amador Martínez, que enlazaba la Agrupación y Francia; y Joaquín Saludas, enlace entre la zona de La Litera y la guerrilla. La AGAA, una organización de “naturaleza un tanto fantasmal” (según Mercedes Yusta), llevó a cabo algunas operaciones reseñables en las comarcas de La Litera, Ribagorza y Sobrarbe, como las ejecuciones de los alcaldes de Salinas de Hoz y Arcusa, además de un transportista de Graus acusado de ser confidente de las autoridades. Lo más significativo de la guerrilla oscense, sin embargo, fue su tendencia a privilegiar la tarea política en detrimento de las acciones armadas. Mantenía contacto con los comités comunistas de Monzón (dirigido por Joaquín Saludas) y Barbastro (Ángel Bellostas), así como Benabarre y Boltaña. Entre los límites de Huesca y Zaragoza, en los márgenes del río Gállego, actuaba la denominada partida del Sos, mixta de comunistas y anarquistas que se desplazaba desde La Peña a los montes de Guara y Cinco Villas (Luna, Biel...). Entre sus componentes se encontraban “El Sevilla”, “El Sargento” y “El Tuerto de Fuencalderas”. En general hay una tendencia a asentarse cerca de sus lugares de origen, para aprovechar los contactos con amigos, vecinos o parientes y para beneficiarse de su conocimiento del terreno. Esta tendencia manifestó “Villacampa”, natural del valle de La Fueva. Las detenciones masivas de enlaces a partir de 1946 y el arresto de “Villacampa” a principios de 1947 situaron a la AGAA al borde de la desaparición, marcando un antes y un 62

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después en la actividad guerrillera de la provincia, sobre todo porque Arasanz llevaba gran parte del peso de la organización sobre sus hombros. Tras su detención hubo un momento de perplejidad entre los guerrilleros oscenses, los que habían pasado con Arasanz desde Francia eran hombres de acción, poco preparados para la labor política. Ante la falta de cuadros de que adolecía la Agrupación fue Ángel Bellostas, responsable hasta ese momento del comité de Barbastro, quien se hizo cargo de ella, que aunque carecía de preparación guerrillera, podía asegurar el contacto con el Comité de Barbastro. Además el PCE envió desde Francia a Emilio Bistuer, que ocuparía el cargo de responsable político. Su misión sería la de realizar labores de concienciación política a los guerrilleros y fortalecer la resistencia a través de una red de enlaces. Entre ambos trataron de activar una agrupación que se movía en los límites de la supervivencia. El año 1948 está lleno de deserciones y caídas que llevaron al desmoronamiento de casi toda la red de resistencia tan trabajosamente puesta en pie. En primavera fueron detenidos en Blecua, Emilio Bistuer y Ángel Bellostas, que serían posteriormente fusilados en Zaragoza un año después; en mayo se desmoronó toda la zona del Somontano de Huesca; en otoño, la policía acabó con la resistencia de Pertusa, Peralta, Alcolea, Torres de Alcanadre, Huerto y en La Fueva desmanteló la mayor parte de la red. A principios de 1949 la organización guerrillera comunista prácticamente había dejado de existir en la provincia de Huesca. Bellostas fue acusado de haber delatado a miembros del PCE, y durante su estancia en la cárcel se hizo pública en Mundo Obrero una nota firmada por la “AGLA-sector Aragón” sentenciándolo a muerte “por traidor y delator”, puesto que, se decía, había sido detenido sin ofrecer resistencia y se afirmaba que se había convertido en confidente de la policía. Ni siquiera su ejecución acabó con esta campaña de difamación, que revela la psicosis propia de la clandestinidad en la que vivían los hombres del PCE. Al mando de la Agrupación había quedado Narciso Villellas, de Alquézar, que murió poco después de hacerse cargo de la organización, en otoño de 1948, en un encuentro con la guardia civil en Binéfar. A Villellas le sustituyó José Moreno. En enero de 1949, la Agrupación del Alto Aragón se reducía al grupo de “Drole”, con cuatro guerrilleros; el de Manuel Cosculluela “Julio” nuevo responsable de la Agrupación), con otros cuatro; el del “Americano”, con tres (número mínimo para formar una partida); y los dos guerrilleros que componían el grupo de Narciso. Otros nombres de maquis de la zona de Huesca los aporta el guerrillero Noguero “Andaluz”, en el interrogatorio al que fue sometido por la Brigada Político-Social de Jaca: Ramón Gambao “Póquer”, de Monesma; Manuel Rancho “Roque”, de Monesma; Fermín Buesa “Jorge”, de Morilla; Miguel Ester “Pedro”, de Ilche; “Manero” y “el Asturiano”. Irene Abad y Paloma Fernández también citan otros nombres de guerrilleros: “Paquer”, “Rubio”, “Pueyo”, “Grabat”, “Tosant” y “Pascuale”. Otros nombres de enlaces y puntos de apoyo los aportan las declaraciones de los distintos imputados en el sumario: Manuel Jal y su hermano José Jal, vecinos de Laluenga, Tomasén, Pascual Puértolas (natural de Ponzán de Vero) y Mariano Ferrando Agón (natural de Ponzano), promotor del grupo de resistencia creado en Blecua a principios de 1946. También aporta los nombres de los guerrilleros Jaime, Martínez y Vicente. El 23 de julio de 1949 aparecen por última vez noticias de la acción guerrillera en el Alto Aragón en Mundo Obrero, acciones que consistieron en propaganda y mítines en Panillo y Torres del Obispo, y propaganda y banderas republicanas en Santa María de Buil, Mediano 63

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y Castejón de Sobrarbe, últimas acciones realizadas probablemente por el grupo de Manuel Cosculluela. Entre finales de 1948 y principios de 1949, los guerrilleros que se encontraban reunidos en un bosque cerca de la Pardina (en el valle de La Fueva), fueron cercados por la guardia civil. No hubo bajas pero se perdió el receptor que poseían y que constituía el medio de estar en contacto permanente con las consignas emitidas por el PCE a través de Radio Pirenaica. Siete años después, el 4 de junio de 1956, un destacamento de la guardia civil descubrió un zulo repleto de armas y munición en una cueva oculta entre la vegetación de las faldas de la peña Montañesa que los guerrilleros habían abandonado allí en su huida a Francia. Con ese hallazgo se dio definitivamente por cancelado el tema de la guerrilla pirenaica, que había dado pie a tanta leyenda y mito transmitidos de boca en boca a través de los valles y las llanuras alto aragonesas, pero que también habían provocado directa o indirectamente, mucho dolor y sufrimiento.

La Guerrilla antifranquista en la comarca del Berguedà - Bages Historia de un maquis Ricard Vargas Golarons 01/102010

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A pesar de ser característica y más conocida en Catalunya la guerrilla urbana, que centra su actuación en Barcelona ciudad y cercanías, existió una importante actividad guerrillera que actuó en numerosas comarcas catalanas. Igualmente, el grupo de maquis rural que tuvo más eco popular y más calidad fue el de Marcelino Massana, conocido por "Pancho" entre los maquis. La comarca del Bages y sobretodo el Berguedà y sus entornos fueron las zonas donde durante seis años la partida de Massana plantó cara al régimen franquista. Nacido en Berga el 3 de octubre de 1918, en la calle Reverendo Huch, nº 8, Marcel.li Massana era el más pequeño de tres hermanos. Perdió a su madre a los siete días de vida. Entonces le hacía de madre adoptiva, Filomena Solé, "La dida", por la que siempre sentirá una gran estimación y se arriesgará a visitarla en muchas ocasiones en Berga, en los años del maquis. Huérfano a los 5 años, cuando su padre sufrió un accidente en la mina de Vila Forniu, estará bajo la tutela, desde los 7 a los 13 años, de su tío Joan Massana, sacerdote de Solsona, que le hizo ir al colegio de "los Hermanos de las Escuelas Cristianas". Después se fue a vivir a casa de sus tíos de Mas Recaus, en Sallent, donde trabajó un año como ayudante de su tío, Miquel Guitó, (l'Esmolet de Sallent). Desde los 14 a 16 años, trabaja como aprendiz de mecánico de Ramón Canudes "El Pixa-Vi" para pasar después a trabajar, también como mecánico en la empresa textil de "Can Rodergas" en Berga. A los 15 años pertenecía al Sindicato de la Metalúrgica de la CNT del Bergedà. Durante la guerra civil, combatió como voluntario, desde el mismo julio del 36, en que se integró en el Comité de Milicias Antifascistas de Berga. En agosto se enrola en la Columna "Tierra y Libertad", que lucha en el Frente de Madrid, pasando después por la Columna "Carot y Castan" que combate en el Frente de Aragón, donde fue ascendido a teniente en 1938. Así la guerrilla de Massana, contaba con más de 50 bases en masías (Casa rural catalana) pueblos y ciudades donde los acogían y daban soporte. Al mismo tiempo recibía información de militantes anarcosindicalistas que arriesgaban su vida, alternando en los bares que frecuentaba la Guardia Civil. Aún y así, gracias a su movilidad, hacía de Massana un ser totalmente ilocalizable. Posiblemente, sea el único grupo guerrillero de todo el Estado español, que nunca tuvo una sola baja, ni muertos, ni heridos, ni prisioneros. Los pasos de montaña fronterizos que hacían servir los grupos de Massana, para entrar clandestinamente en Catalunya, eran cuatro: El primero, de Boan, cerca de Aix-Les-Thermes, cerca de Andorra, entrando por el pueblo de El Serrat, después de siete horas de marcha. A continuación, en coche, hacia Les Escaldes, y de allí subían al Port Negre, para bajar hasta Castellnou de Carcolse, el primer pueblo de Catalunya. Llegaban a las cercanías de la Sierra del Cadí, atravesaban los Rasos de Peguera, y se dirigían hacía l'Espinalbet, cerca de Berga y llegaban a Les Canals de Sant Miquel, al sur de Vilada, cuartel general de Massana. El segundo paso consistía, en hacer el mismo trayecto hasta El Serrat, y de allí a Aixirivell, pueblo andorrano cerca de la frontera, desde donde bajaban cerca de la Seu, para dirigirse hacia la Sierra del Cadí. Llegaban a las 4 horas de marcha, a Cornellada y después a 65

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los valles de Tuxent, donde se escondían en masías de LLinàs y de Vellden, pueblos muy cercanos a Berga. El tercer paso lo hacían en coche desde Tarascon a Aix-les Thermes o Font Romeu ,y caminaban hasta el pueblo de Osseja, después de haber descansado en la base de Mas Tartàs entraban por la Collada de Tosses hasta cerca de Castellar de N'Hug. A continuación, rodeaban La Nou, y se dirigían a Vilada, y a les canals de Sant Miquel. Y en el cuarto paso, hacían el mismo trayecto anterior hasta la collada de Sant Salvador. Atravesaban la frontera, para ir a parar a La Molina, bajando hacía Guardiola de Berga. De allí, rodeando Vallcabre, y Cercs, llegaban a los Canals de Sant Miquel por Sant Quirze de Pedret. La primera incursión guerrillera, la hizo con 7 hombres, partiendo de la base del pueblo de Tarascón, donde se reunían en el "Café des Sports", que hacía de la Federación Local de la CNT y allí se tomaban las decisiones. Los siete hombres, conducidos por Massana, iban armados con ametralladoras, armas cortas y explosivos, forjados por la CNT de Toulouse. Era el agosto del 45 y pasaron la frontera como siempre por los caminos montañosos hasta el pueblo de Espinalbet, localidad de veraneantes acomodados. Entraron en la Iglesia, donde Massana, desde la tribuna dirigió un discurso a los feligreses que estaban allí, informándoles que harían una recolecta ya que no era justo que mientras unos habían de subsistir con la cartilla de racionamiento, ellos se permitían el lujo de veranear. Pasaron la bandeja y abandonaron sorprendidos la iglesia, después que un feligrés dejará 12.000 pesetas de donación. ¿Cómo era Massana? Era un hombre alto y fuerte, de 27 años, seguro de sí mismo, generoso y sentimental. Es fácil de comprender su popularidad, y la leyenda que la gente se formó, sobretodo en el Bergadà, debido a sus acciones espectaculares como la de aquel capitán de la Guardia Civil de Berga que juró no descansar sin haber liquidado a Massana. Enterado Massana que el oficial se encontraba en el Bar Colon, (de Berga) se presentó. El guardia civil tomaba café y copa sentado en la mesa. Massana consumió un carajillo (Café y coñac) en el mostrador y antes de irse dejó pagada la consumición al capitán de la benemérita, al cual a la hora de pagar, se enteró que acababa de ser convidado justamente por el hombre a quien pretendía cazar. El capitán salió a la calle desesperado, pero, lógicamente el Pancho (Massana) ya había desaparecido. Pocos días después de estos hechos, alguien con sentido del humor dedicó al oficial burlado una canción a través de radio Andorra, emisora muy escuchada en aquellos años. El éxito de las acciones del grupo de Massana se basaba en la aplicación de una estrategia muy eficaz, el conocimiento del terreno, palmo a palmo le permitía moverse con toda seguridad, tenía la prudencia de no hacer bajas inútiles y de no enfrentarse con la fuerza de orden público, solamente cuando fue absolutamente necesario; era muy astuto y desconfiado como para no informar a nadie, ni a los compañeros del itinerario a seguir. Marcelino Massana era estimado y admirado en el Bergadà, y especialmente en las pequeñas poblaciones del Cadí. Los pageses catalanes a pesar del enorme riesgo a que se exponían, le ayudaban con víveres que él pagaba, y cobijo. La guerrilla de Massana participó en secuestros de personalidades significativas del régimen franquista, sabotajes, atracos a fábricas y minas. 66

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Pancho, sería durante seis años un mal sueño para los millonarios estraperlistas franquistas y también para los industriales que aprovechándose de la situación hacían trabajar de 12 a 14 horas diarias a sus trabajadores. Como guía, los grupos de Massana, llegarían a pasar más de 50 personas de lado a lado del Pirineo. El viaje más emotivo fue cuando ayudó a pasar un niño y una niña hasta Toulouse, donde les esperaba su madre. El padre un comandante republicano había estado asesinado en Mahutasen. Probablemente la acción más comprometida fue cuando el dirigente cenetista José Peirats escogió a Massana para que le hiciera de guía desde Francia hasta Berga, donde tuvo lugar una reunión, que duró varias horas, dentro de un panteón del cementerio de Berga que servía de escondite de armas, mientras Massana y sus hombres montaban guardia, para proteger la reunión. De igual manera la vuelta a Francia se hizo sin ningún contratiempo. De secuestros, hubo dos de importantes: El primero tuvo lugar en el año 49 en Can Flaquer, casa de campo cerca de Rocafort, propiedad de Juan Fontfreda, alto cargo franquista de Barcelona, uno de los capitostes del abastecimiento a Barcelona. La casa era una base del grupo de Massana, ya que el Masover (encargado de la casa de campo) era amigo de Massana. Pancho y los suyos sorprendieron al propietario cuando éste llegó y le obligaron a que un hijo suyo saliera en busca de dinero a Barcelona. Con este secuestro consiguieron 100.000 pesetas. En el segundo en el Hostal del Alcalde de Vinars consiguieron también 100.000 pesetas. Un año después, cerca de allí, el grupo de Massana se había refugiado en el Mas Casasaies, habitado por un masovero de la CNT. Se presentaron tres guardias civiles y en el enfrentamiento murió un cabo de la Benemérita, y los otros dos huyeron. Los masoveros al igual que los de Can Flaquer tuvieron que ser trasladados al otro lado del Pirineo. Los sabotajes consistían principalmente en voladuras de torretas de alta tensión. Con tal de atacar al régimen, intentaban paralizar la economía, y a la vez advertir a la población de la existencia del maquis. En el verano del 45 en La Nau hicieron volar las torretas de alta tensión y más tarde lo hicieron en la Plana de Vic. Siete veces saboteada la conducción de energía de las minas de lignito de Cercs, también cayeron los depósitos de agua de la fábrica del Bergedà y Beges; y la voladura en tres puntos diferentes de la línea eléctrica que va de Barcelona a Manresa y Vic. Los atracos económicos iban dirigidos sobre todo a industriales y adictos al régimen, así en Malanyeu expropiaron a un rico requeté. En Sant Corneli de Figols, requisaron los cafés, el junio del 48.Asaltaron las oficinas de las minas de lignito de Cercs. En el 47 igualmente había sido asaltada la fábrica textil de "Senglàs hermanos" en Avià. Por dos veces en el 47 y 48 asaltaron en Hostalets de les Liofes, cerca de Borradà al jefe de Falange local, terrateniente adinerado. Un caso típico de acción de castigo psicológico contra empresarios franquistas, se produjo en la fábrica textil de "La Plana", donde el dueño abusaba de su autoridad, sobre todo con las mujeres trabajadoras, enterado de este hecho, Massana, se presentó le hizo pasear en calzoncillos por las naves de la fábrica, al Sr. Coloma delante de sus trabajadores. La guerrilla de Pancho mantuvo estrecho contacto, con los grupos de Facerías, Quico Sabater y especialmente con Ramón Vila Capdevila, que colaboraba en algunas acciones. El éxito de las acciones tomadas por la guerrilla de Massana fue actuar de una manera 67

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indiscriminada, y como represalia a las fuerzas "del orden"; en la masía de La Creu del Perelló, cerca de Castellnou de Bages, ejecutaron al matrimonio, Domenech Sardans de 50 años y Ramona Rosa de 40 años, embarazada y madre de tres hijos Miguel Guitó, de 56 años, tío de Pancho, fue detenido junto a su hermano Jaime Guitó de 49 años de edad. Fueron los dos, torturados y después se les aplicó la ley de fugas en un camino de carro cerca de la Colonia Soldevila. José Puertas, enlace de la guerrilla, José Bartobillo, militante anarco-sindicalista y Juan Vilella, masovero de Santa Eugenia, base guerrillera de Massana, fueron ejecutados en noviembre del 49, cerca del puente de Vilada, a las afueras de Berga. Murió también de las torturas sufridas, Jaime Carballo, barbero de Sallent. Las detenciones y encarcelamientos fueron numerosos. Por lo que parece, detrás de tanta represión hay una posible delación que podía venir de un antiguo y sospechoso militante cenetista ex-fotógrafo del ayuntamiento de Berga. Las montañas del alto Bergedà, La Sierra del Cadí no serían controladas definitivamente por la Guardia civil hasta finales de los años cincuenta. A principios del 51, Marcelino Massana iniciaría una nueva vida en el exilio Francés. No volvería a Barcelona hasta el año 79, en que fue entrevistado por diversas publicaciones y diarios del país. Massana hombre de inequívoca catalanidad, se sorprendió y disgustó por la castellanización de Barcelona, hasta tal punto que se negó a donar propinas a los taxistas y camareros que le hablaban en castellano. Al volver a su casa en un pueblo del Ariege, a la otra banda del Pirineo, murió en el año 81 de un ataque de corazón al lado de su compañera María Calvó, el guerrillero del Bergadà leyenda de la voz popular.

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Cifras aproximadas de la invasión: Contendiente: UNE – Guerrilleros: 10.000 (Entraron entre 4.000 y 7.000) Bajas - Guerrilleros: 129 muertos, 588 heridos y 241 prisioneros Contendiente: - Ejército y Guardia Civil: 40.000

Mapa del intento de invasión de varias Brigadas de la Unión Nacional Española (UNE) en octubre de 1944 por el Valle de Arán Bajas - Ejército y Guardia Civil: 32 muertos y 248 heridos (Fuente: Francisco Aguado Sánchez (franquista) – “EL maquis en España” 1975)

La invasión del Valle de Arán (19 de octubre de 1944) Memoria Histórica de Cataluña Fernando Martínez de Baños Carrillo

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Durante trece días del mes de octubre de 1944, una parte del Valle de Aran, al norte de la provincia de Lérida, fue considerado terreno perteneciente a la República española y ondeó la bandera tricolor (gualda, oro y morada) en una veintena de sus pueblos. El general Franco, reciente vencedor de la guerra civil y Caudillo de España, no se lo podía creer por lo que ordenó al ejército y a las Fuerzas de orden público que acabasen lo más rápidamente posible con esa amenaza y con esa invasión. Fue el 19 de octubre cuando varios miles de combatientes españoles, perdedores de la guerra civil y exiliados en 1939, pertenecientes en su gran mayoría al partido comunista de España, entraron en fuerza en el ya denominado valle. Antes, otros cientos lo habían hecho por el resto de los Pirineos en misiones de cobertura en las contiguas provincias de Huesca, Navarra y Gerona. Eran los llamados Maquis, aunque ellos prefieren que se les conozca como guerrilleros. Era gente luchadora que había sobrevivido a la amenaza de Hitler durante la ocupación alemana de la totalidad del suelo francés, en el transcurrir la Segunda guerra Mundial, y querían ahora destruir el último foco del fascismo en Europa. Su intención era la de crear un gobierno provisional republicano, nombrar Presidente al Doctor Juan Negrín y esperar la gran ayuda que los aliados franceses, británicos y norteamericanos les habían prometido. Su ilusión, lograr que el resto del pueblo español se levantase contra Franco y contra el partido único que lo sustentaba, la Falange, aunque no contaban con el beneplácito del resto de las fuerzas republicanas y del gobierno en el exilio. Casi lo hacían por su cuenta. Por cuenta del Partido Comunista de España. Ya, desde hacía tiempo, sabía el ejército y las fuerzas de orden público que algo gordo se estaba preparando en el sur de Francia, aunque apenas le daban importancia. Los servicios de información de Franco estaban por todas partes, la Gestapo alemana les ayudaba, y las diferentes publicaciones comunistas españolas no hacían más que anunciar que la Operación “Reconquista de España” iba a comenzar. Aun así les cogieron desprevenidos. De entre los posibles lugares donde consolidar esa república provisional, el valle de Aran es un territorio español que se encuentra, geográficamente hablando, al norte de la divisoria de las aguas de los montes pirenaicos, y su comunicación por carretera era mucho más fácil con Francia que con el resto de España. En aquél tiempo sólo se podía acceder al mismo desde ésta a través del puerto de montaña La Bonaigüa, cerrado en invierno casi permanentemente por la nieve y el hielo. El túnel de Viella se estaba construyendo y los aprovisionamientos de alimentos se realizaban mediante convenios por territorio francés. Las obras del túnel fueron inauguradas por el rey Alfonso XIII, pero todavía en 1944 no había sido construido nada más que un kilómetro por cada lado. Los tres restantes era una galería pequeña, llena de piedras y obstáculos, completamente oscura y tamizada continuamente por una fina lluvia procedente de las filtraciones. Otros lugares cercanos para ser invadidos como Llivia o Andorra fueron descartados por las implicaciones políticas que podrían acarrear. Así que se decidieron por el territorio aranés, lugar, por otra parte, donde ya se habían realizado otras luchas a lo largo de la historia. Además uno de los principales mandos de los mandos guerrilleros era de la localidad bajo aranesa de Bossost y conocía perfectamente el lugar. En la totalidad del valle solo se encontraba de guarnición un único Batallón de Infantería, además de la lógica y mínima fuerza de guardia civil y carabineros. Ese Batallón era el llamado “Albuera” y pertenecía a la División de Montaña número 42 que mandaba el 70

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general Marzo Pellicer. A este lo había enviado allí el capitán general de Cataluña, Moscardó, que aburrido de oír que no hacían más que pasar maquis al interior cruzando por el valle, decidió enviar una pequeña fuerza en misiones de información y cobertura en el verano de ese año. Esta fuerza desplegó una Compañía en cada uno de los tres puntos estratégicos del valle: las localidades de Salardú, Viella y Las Bordas, y pronto tuvieron que hacer frente a la amenaza del maquis. Sobre todo cuando se produjo el robo (recuperación económica, en terminología guerrillera) a la Sociedad Fuerzas Motrices de Viella. Hacia los tres estratégicos puntos mencionados dirigieron los maquis los ataques principales. En Salardú y en Las Bordas se luchó con dureza con diferente resultado. Mientras que el primero aguantó el envite, el segundo fue tomado por el maquis. Su guarnición al mando del Teniente Ribadulla no pudo defender la localidad y este oficial, después de combatir todo el día 19, optó por abandonar el pueblo con sus hombres, cruzar el río Garona y a través de las montañas llegar herido a las líneas propias. De esta manera el “bajo Aran” cayó totalmente en manos del maquis, mientras que Salardú mantuvo al atacante hasta que aparecieron, descendiendo por el puerto de La Boanigüa, los primeros refuerzos. Todo el Alto Arán y la comunicación con el resto de España quedaba en poder del ejército. El plan maqui había fallado y sólo se pudieron acercar a la capital, Viella, por el Oeste. Se presentaron a sus puertas pero sin atreverse a atacarla creyendo que en su interior había un enemigo muy superior al que realmente existía. Un hecho anecdótico de ese primer día 19 fue que el mismísimo capitán general de Cataluña, el general Moscardó, el héroe del Alcázar de Toledo, estaba en Viella; y que el día anterior estuvo en el punto de mira del fusil de un maqui emboscado cuando llegaba en vehículo al valle. El capitán general salvó la vida gracias al desconocimiento del maqui sobre quién era él, y por la necesidad imperiosa de todo guerrillero de mantener oculta su posición mientras pudiera. Ahora bien, el simple hecho de la presencia de Moscardó el día del ataque sirvió como revulsivo de las fuerzas defensoras, y sus peticiones de ayuda fueron cumplidas al instante con los medios que más cerca se encontraban. Se enviaron al valle todas las Unidades posibles, incluso incompletas, y llegaron tanto a través del inconcluso túnel, como por encima de la montaña que lo sustenta y a través del puerto de la Bonaigüa, luchando contra los terribles elementos invernales en este, y contra los maquis infiltrados en las entradas del primero. Por el túnel tuvieron que acceder durante toda una noche, después de recuperar el control de la boca sur del mismo, los componentes de una batería de Artillería con su ganado. El camino se tornó muy difícil ya que, pese a que solo eran tres los kilómetros que tuvieron que andar debajo de la montaña, apenas cabían los mulos por las angostas galerías. Moscardó se marchó del valle a los dos días y ya el general Marzo tomó el mando de la situación. Habían fracasado dos tentativas de recuperar Las Bordas y el maquis no hacía más que hostigar Viella. Desde Madrid insistían a Marzo que expulsase a los “rojos rebeldes” del valle, pero este no disponía ni de las informaciones pertinentes sobre el número de enemigo que tenía enfrente, ni tenía los refuerzos necesarios que había pedido. No tenía Artillería ni apenas Infantería. Además había pedido aviación y se la habían negado. Mientras, en la zona ocupada no se había producido ninguna represalia contra los guardias y soldados que habían caído prisioneros, ni con el personal civil. Incluso el párroco 71

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del pueblo de Bossot pudo seguir celebrando la Santa Misa, teniendo, eso sí, a dos guerrilleros en la puerta de la iglesia con la consigna de que al cura no se le molestase. Este contaba con un gran valedor. Se llamaba Juan Blázquez, era natural de esa localidad, tenía el grado de General y el apodo de “Cesar”, y parece ser que su presencia en el Valle, desde el principio de la invasión, hizo que en bastantes ocasiones los maquis se mostrasen con moderación con la población en general, y con “aquellos falangistas que se hubiesen significado en la represión de la posguerra”, en particular. Ya durante la guerra civil defendió al mismo párroco haciendo que se fuese a Francia. Le salvó la vida por dos veces. En relación con los alimentos niños de entonces recuerdan cómo los maquis se comieron todas las provisiones que habían guardado los lugareños ante la llegada del invierno, como hacían todos los años, aunque no hubo más problemas e incluso alguna vez pagaron lo que se llevaron. Los habitantes de la zona no se levantaron contra el ejército. El aranés estaba ya muy cansado de tanta lucha, y alguno decía que ya había luchado lo suyo y sólo quería que su cosecha fuese bien y vivir en paz. El jefe del maquis se llamaba Vicente López Tovar y era Teniente Coronel. El jefe de los militares, ya lo hemos dicho, se llamaba Ricardo Marzo Pellicer y era general de División. Ambos habían luchado en la guerra civil española frente a frente y ambos sabían lo que se jugaban en ese mes de octubre. López Tovar creyó que los dirigentes del Partido Comunista le habían tendido una trampa para acabar con la mayoría de los que había luchado contra los alemanes y se habían significado en demasía. Por esa razón no atacaba Viella y sólo pensaba en retirarse del Valle. Marzo sabía que si atacaba, sin los refuerzos oportunos, y fracasaba sería sometido a un Consejo de Guerra y no deseaba que muriesen soldados inútilmente debido a su impericia. Por eso optó por desobedecer las apremiantes órdenes de Madrid y esperar a que tuviese toda la ayuda prevista, aunque tardase más días en expulsar al invasor. La totalidad de los refuerzos no estuvo en la capital hasta el veintiséis de octubre. Durante los siete días anteriores se produjeron continuos y constante encuentros de patrullas de ambos bandos en los bosques de Baricauba, al oeste de Viella, y casi siempre con bajas por ambas partes. Aunque la acción más trepidante del maquis fue la voladura del puente sobre el Garona cerca de Artiés, dentro de la zona controlada por el ejército. Allí murieron dos de los atacantes al explotar las bombas que iban a colocar. El resto pudo huir a pesar de la operación de tenaza que organizó el general Marzo para capturarlos. Hacía mucho frío y en esos días nevó intensamente. Los soldados se protegían como podían. Lo mismo que los maquis. Ambos pasaban hambre, unos más que otros, y ambos pasaban frío. Luchaban otra vez españoles contra españoles. Aquellos, los soldados, eran novatos, forzados y sin experiencia de combate, estos, muy experimentados en la lucha de guerrillas, aunque sin apoyos en la población, algunos mal vestidos, peor armados y sin fe en el triunfo. Por fin el general Marzo decide emprender la ofensiva para “limpiar el valle de rebeldes”. La Artillería ya había llegado y había tomado posiciones en la Casa Roja (muy cerca del actual Parador Nacional de Viella). Y desde allí, al alba del día veintisiete, llenó el valle con el atronador tiro del cañón. La infantería comienza a avanzar siguiendo dos ejes de marcha. Un puesto de ametralladoras maqui tiene en su punto de mira el paseo principal de la ciudad y observa la escena desde un alto topográfico. Puede disparar y matar a soldados como 72

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si de una cacería de patos se tratase, pero no lo hace. A saber qué pasaría por la mente de esos guerrilleros. Ellos, lo decían en sus proclamas, no querían luchar contra el ejército, sino contra Franco y contra la Falange. El avance de los dos batallones de infantería fue muy penoso. Nevaba y llovía con intensidad y el río Garona bajaba muy crecido. Debían progresar a media ladera, cuesta arriba y bajo el fuego enemigo. Este disparaba y se desvanecía o escondía, luchaban como guerrilleros y era muy difícil el actuar contra ellos. Sólo progresaron cerca de un kilómetro después de todo el día de lucha, y apenas llegaron a las cercanías del primer pueblo marcado como objetivo principal: Vilac. Esa noche ocurrió un hecho sin precedentes. Mientras los atacantes fortificaban sus posiciones conquistadas, los defensores dilucidaban si irse o quedarse combatiendo en el valle. Esa tarde había aparecido en la frontera, en Pont de Rei, Santiago Carrillo, enviado por Dolores Ibárruri “La Pasionaria”, para poner fin a la invasión y ordenar la retirada. Orden que ya había dado López Tovar por su cuenta y riesgo la tarde anterior, aunque le dice a Carrillo que sus miles de hombres esperan una señal para desaparecer del valle, y que si él lo ve bien, esa orden se da esa misma noche. Carrillo accede y así se hace. Mientras unos guardan sus posiciones, los otros comienzan a abandonar el territorio español. Cubren sus espaldas algunos cientos de maquis que tienen como misión el retardar el avance del ejército. En más de setenta camiones y andando por los montes, se reintroducen de nuevo en suelo francés casi cuatro mil guerrilleros. Los días sucesivos apenas se combate. El maquis se ha ido pero el ejército español no lo sabe y avanza con mucha precaución. Teme una emboscada a cada recodo del camino, como así ocurrió en algún barranco, y en no pocos momentos se ven en la lejanía grupos de maquis amenazantes. Los puentes sobre el Garona han sido volados y es necesario el repararlos para poder avanzar. El avance es lento y se van ocupando todos los objetivos previstos en los planes de operaciones. Por fin el ejército llega a la frontera y reocupa todos los pueblos. La Bandera republicana es arriada y vuelta a ser izada la roja y gualda. Tienen ganas los mandos militares de entrar en territorio francés, llegar a la localidad donde se encuentran los maquis y darles una lección, pero no lo hacen. Saben que las consecuencias pueden ser fatales y se limitan a despotricar contra los gendarmes franceses que en la frontera se encuentran. La situación se normaliza poco a poco y el valle se refuerza con gran cantidad de fuerzas militares. Por contra, los maquis tienen que engañar a las autoridades francesas para que no sean desarmados, y vuelven de nuevo a la penuria del exilio. Continuarán la lucha por otros medios después de pasar las consiguientes revisiones de los mandos guerrilleros. Es el momento de pedir responsabilidades. El general Marzo a punto estuvo de ser relevado por su desobediencia al ministro del Ejército, Asensio, de atacar cuando se lo ordenó. Le defiende Moscardó y dice que si Marzo es relevado, él también se va. Al final no pasa nada y todo vuelve a su cauce. El valle recuperó la calma y sus gentes fueron premiadas, aunque también se solicitaron los nombres de los que habían colaborado con el maquis.

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Qué lejos quedan aquellos trece días del mes de octubre de 1944 cuando pudo haber cambiado la historia de España si un montón de circunstancias, hechos y casualidades se hubieran puesto de acuerdo. No fue así y la historia transcurrió como ya conocemos. Fernando Martínez de Baños Carrillo *************************** Quedo muy enterado del nombre del general franquista Ricardo Marzo Pellicer y también sabemos el nombre del militar que comanda los guerrilleros; Vicente López Tobar, pero ni una sola palabra del responsable político de la invasión u operación “Reconquista España”, nada ni una sola mención. Bueno, tendré que ser yo quién le nombre: Monzón. Jesús Monzón Reparaz (Pamplona, 22 de enero de 1910 - Pamplona, 24 de octubre de 1973) fue abogado, luchador antifranquista, resistente en la Francia ocupada por los nazis, político español de ideología comunista y profesor de mercadotecnia. Tras la Segunda Guerra Mundial en que la llamada Agrupación de Guerrilleros Españoles (AGE), que había luchado contra los nazis y participado en la lucha de Francia, se había convertido en un ejército de 10.000 hombres, incluida una brigada vasca del PNV. Este ejército realizó la Invasión del Valle de Arán en la que entre 4.000 y 7.000 guerrilleros cruzaron los Pirineos, pero sin llegar a crear un territorio liberado. Esta invasión mal planificada y pésimamente ejecutada, fue desbaratada fácilmente por el Ejército español. Monzón retornó a Francia, donde sufrió la desautorización de Santiago Carrillo. El chivo expiatorio fue Monzón y el que salió respaldado fue Santiago Carrillo, esto me suena. El PCE no dio mérito a la invasión del Valle de Arán y comenzó la depuración monzonista. Le convocó a Toulouse donde estaba la dirección comunista para pedirle explicaciones sobre su política en los últimos años. De camino hacia Toulouse paró en Barcelona, donde fue protegido por Joventut Combatent, un grupo que daba apoyo y cobertura a la rama guerrillera del PSUC. Este grupo había matado al jefe de la Falange de Reus, Camilo Morales Cortés. Jaume Serra, uno de los líderes de Joventut Combatent, escondió en su casa a Jesús Monzón, perseguido al mismo tiempo por la policía y por los enviados de Santiago Carrillo. La policía detuvo al grupo que había matado al falangista Camilo Morales y desarticuló a Joventut Combatent. Jaume Serra cayó y la policía registró su casa. Allí encontraron a Jesús Monzón enfermo en la cama. Lo llevaron a la Jefatura de Policía y comprobaron su documentación. La documentación falsificada era tan perfecta que lo dejaron marchar. Cuando estaba saliendo por la puerta hacia la calle, un funcionario que entraba lo reconoció y lo detuvo allí mismo. Lo trasladaron a la cárcel de Bilbao y luego a la de Ocaña. Según Enrique Líster si no hubiera sido detenido por la policía (1948) lo hubieran ajusticiado al pasar la frontera antes de llegar a la reunión en Toulouse. Fue condenado a pena de muerte conmutada por 30 años de cárcel. Al salir en el año 1959 con libertad

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vigilada, se exilia a México de donde regresa con su mujer gravemente enferma. Monzón, a su vez fallece de cáncer en 1973 en Pamplona En 1950, cuando Monzón llevaba cinco años en las cárceles franquistas, Santiago Carrillo le acusaba en las publicaciones del partido de estar ligado a los servicios de inteligencia norteamericanos y a los agentes carlistas españoles, de ser un traidor y de ser agente del imperialismo. El 25 de abril de 1986 fue rehabilitado por el PCE siendo Gerardo Iglesias Argüelles, Secretario General del partido. Pasó a ser considerado un héroe y un luchador por la libertad de España. Manuel Vázquez Montalbán escribió: “Jesús Monzón merece un lugar de excepción entre los atletas morales del siglo XX” En fin, historias de “comunistas” españoles. Cómo estas cientos.

*********************************** Si hay una zona guerrillera por antonomasia bien documentada y analizada esta es sin duda de ninguna clase la que denominamos Agrupación Guerrillera del Levante (A.G L.) más tarde con la incorporación de Aragón denominada; Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (A.G.L.A.) y esto es gracias a la Asociación La Gavilla Verde, su ubicación geográfica en Santa Cruz de Moya (Cuenca) es el corazón mismo de la guerrilla Levantina – Aragonesa. El episodio más dramático fue en Cerro Moreno, donde fueron asesinados 12 guerrilleros sin piedad. La organización del Memorial anual convierte a Santa Cruz de Moya cada 7 de noviembre y por unos días en el epicentro del homenaje al guerrillero resistente, y “Luchadores por la Libertad”. Una página Web muy documentada es Paisajes de la Guerrilla, es bastante completa y separada por regiones o Zonas Guerrilleras, además de otros documentos y entrevista a sobrevivientes, lo dicho muy completa. Felicitaciones a los compañeros/as que administran la página. V- Antonio López

LA GUERRILLA EN EL LEVANTE Y ARAGÓN RAFAEL

MONTANER

VALENCIA

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EL MAQUIS ESPAÑOL

Tiene 88 años y apenas puede andar, pero José Navarro Pascual "Andrés", uno de los pocos antiguos maquis de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) que quedan con vida, no ha abandonado la lucha. Su último combate lo libra contra el olvido de la guerrilla, que como dijo Paul Preston "fue la oposición más seria al régimen de Franco". La Associació d'Antics Alumnes Majors de Florida Universitaria reunió el jueves en el Club Diario Levante a cuatro de estos guerrilleros contra el olvido. Junto a Navarro, que combatió en la AGLA con el alias de "Andrés", participaron en el coloquio Antonio Betí, investigador del movimiento guerrillero y socio de la Gavilla Verde — la Asociación que más ha hecho por recuperar la memoria de la AGLA a través de las jornadas del municipio conquense de Santa Cruz de Moya— y los dos historiadores de referencia en el estudio del maquis en la Comunitat Valenciana, Salvador Fernández Cava y José Ramón Sanchis Alfonso. Los cuatro, ante un auditorio integrado por más de 60 personas, abordaron las fuentes de estudio de la AGLA y los principales hechos de su lucha en el monte así como la brutal represión que sufrieron sus combatientes a manos de la dictadura. Fernández Cava, que es profesor de instituto y autor del libro “Los guerrilleros de Levante y Aragón”, lamentó que tras más de 30 años de democracia "(…) la guerrilla no haya entrado aún en los libros de Historia" de Secundaria y Bachillerato. Por su parte Sanchis Alfonso, archivero y cronista de Torrent y autor de la obra “Maquis: Una historia falseada”. La Agrupación Guerrillera de Levante (desde los orígenes hasta 1947), añadió que "(…) es bueno para todos que se conozca lo que ocurrió en esa oscura página de historia de España que fueron los primeros años de la posguerra". Tanto Fernández Cava como Sanchis Alfonso denunciaron los obstáculos que aún persisten para poder acceder a los expedientes sobre la represión del maquis que en teoría se guardan en el Archivo Histórico de la Guardia Civil.

Obstáculos a la investigación En este sentido, Fernández Cava, señaló que un antiguo general responsable de dicho archivo le comentó que "Martín Villa — ministro de Gobernación de Adolfo Suarez— le dijo que aquellos documentos eran impresentables socialmente y se quemaron". Además, Fernández Cava, criticó la oportunidad pérdida de la Ley de la Memoria Histórica de Zapatero, "que no ha servido para reconocer a los guerrilleros como los últimos soldados republicanos". El historiador atribuye este olvido, y la consiguiente privación de derechos económicos que han sufrido los guerrilleros a efectos de pensiones, a "cuestiones políticas, ya que al maquis aún se le equipara con el terrorismo". Una injusticia según Navarro que demuestra que, pese a la muerte de Franco y a la Transición, "en España nunca hemos vuelto a recuperar una democracia plena". La Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón fue un grupo guerrillero de resistencia antifranquista que operó en las regiones de Castilla La Mancha, Valencia, Aragón y Cataluña durante la década de 1940 hasta 1952, año en el que la Agrupación huyó a Francia y se disolvió.

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LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

En un principio estaba estructurada en tres sectores, la Agrupación guerrillera de Levante (AGL), que más adelante pasarían a ser cuatro debido a la intensa actividad. Cada sector estaba formado por brigadas, batallones y compañías, formando una verdadera jerarquía militar.

Sectores donde operaba la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón - El 5º Sector cubría Cuenca, parte de Teruel y de Guadalajara. - El 11º Sector actuaba en Cuenca, Valencia, Teruel y Castellón. - El 17º Sector comprendía la mayor parte de la provincia de Teruel, parte de Zaragoza y Castellón. - El 23º Sector, que actuaba en parte de Zaragoza, Tarragona, Castellón y Teruel, surgió de la división del 17º sector Con acciones esporádicas en el sur de Cuenca, Valencia o Tarragona La Agrupación Guerrillera de Levante tenía un alto contenido político de influencia comunista, cuyas principales acciones, según sus estatutos eran: Art 23- Las operaciones guerrilleras irán dirigidas contra: - Todo lo que suponga un engranaje para el desarrollo franquista. - Las líneas de comunicación eléctrica, fábricas, centrales, carreteras, vías de comunicación, etc., procurando no causar desgracias al pueblo. - Los centros del Estado, de Falange, de la C.N.S., Fiscalía de Tasas y depósitos de Abastos. - Las personalidades más destacadas en las que se apoya el régimen franquista o sea aquellos que se hayan distinguido por delación o persecución de patriotas antifranquistas. - Los bienes del Estado o de particulares que amparados por el régimen hayan amasado grandes fortunas a costa del pueblo. - Los depósitos de armamento y explosivos así como cuarteles de las fuerzas de represión -Los delatores y chivatos de los guerrilleros. - Emboscadas a las fuerzas de represión y ajusticiamiento de los falangistas, miembros del Somatén, del Ejército que por su comportamiento se hagan acreedores a tales medidas. Durante los años de lucha se acusó a la Guerrilla de practicar el bandolerismo y de que eran delincuentes comunes, esta afirmación se ha de tener en cuenta como falsa o tergiversada por el gobierno de Franco. En realidad uno de los principales enemigos del delito de bandolerismo era la propia Guerrilla como establece en sus artículos 5 y 6 de sus estatutos. Art.5- En colaboración con el pueblo, de acuerdo con las organizaciones antifranquistas cortaremos sin contemplaciones todo brote de bandolerismo o piratería que vaya en perjuicio del pueblo o merme el prestigio o popularidad de la Agrupación. 77

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Art.6- El precedente artículo se aplicará no solamente a los componentes, individuos o grupos que al margen de ella, que bajo la careta de guerrillero o en nombre de esta Agrupación, se conviertan en vulgares delincuentes o salteadores. Naturalmente, para el gobierno de Franco, eran delincuentes que se dedicaban al asalto de los bienes y propiedades de las personas, pero siempre, estos asaltos y violaciones de las propiedades se hacían a sujetos que apoyaban abiertamente el régimen de Franco y, desde el punto de vista de los guerrilleros, enemigos de éstos. Muchos miembros de la Agrupación habían pertenecido a la Resistencia Francesa, la gran mayoría en el F.T.P (Francotiradores Partisanos) de clara ideología comunista, estos miembros fueron unos excelentes maestros en las tácticas de guerrilla y poseían una gran experiencia en este tipo de lucha, aunque hay que tener en cuenta que la Resistencia Francesa, al contrario que la guerrilla española, operaba en su gran mayoría en ciudades y centros urbanos, salvo en el apoyo en acciones militares aliadas que se desarrollaban alejadas de las grandes urbes, caso no aplicado a la Guerrilla española y sobre todo operaban contra un ejército invasor y contaban con el apoyo de la mayoría de la población.

La propaganda en la Guerrilla De los guerrilleros que intervinieron en la Segunda Guerra Mundial es de donde parte la mayoría de las octavillas y escritos propagandísticos en los que se puede apreciar la influencia de la propaganda aliada, se trata de personas con un cierto nivel intelectual y con grandes conocimientos de su uso, a medida que pasa el tiempo, esta propaganda es más directa y utiliza términos más “populares” debido a que la población de las zonas donde actúa carece en gran parte de una educación básica y la incorporación de miembros con escasos estudios, algunos analfabetos, que aprendieron a leer y escribir en el monte y al mismo tiempo recibieron un adoctrinamiento político básico, esta propaganda más directa buscaba la indignación de la población civil denunciando comportamientos inmorales de la jerarquía franquista. También es de destacar que la Guerrilla, conforme pasan los años de lucha, va careciendo del material necesario para la impresión de la propaganda, siendo ésta realizada a mano, con dibujos toscos e influenciados por carteles de propaganda utilizados por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Existen quejas de algunos jefes de la Guerrilla que denuncian que la propaganda utilizada es bastante “chapucera”, debido a lo citado anteriormente, la falta de medios para la publicación e impresión de octavillas. A primeros de 1947, se publica uno de los mejores trabajos de propaganda de la Agrupación, “El Guerrillero”, un periódico quincenal que constaba de ocho páginas con gran cantidad de ilustraciones y que tuvo una tirada de 5.000 ejemplares, este periódico tuvo gran éxito entre la población civil. La propaganda en la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, era de la máxima importancia para la consecución de sus objetivos, el Estado Mayor de la Agrupación daba especial importancia a este aspecto, como así ordenaba un jefe de grupo de la Agrupación: “En lo sucesivo en todas las operaciones que se realicen queda obligado cada batallón a extender la propaganda que compete al caso y además la recibida por este E.M. La fabricación de banderas y carteles alusivos a nuestra lucha guerrillera quedará a cargo de 78

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los batallones, que la efectuarán con trozos de sábana teñidos o pintados, para esto se elegirá al guerrillero que más condiciones reúna para que guarde una línea estética, la pintura es una de las materias mejores a utilizar en la propaganda, pintando las fachadas de los pueblos, carreteras, los pilones de los kms, los anuncios cercanos a las carreteras, casillas de camineros, etc.; también se tirará propaganda en las carreteras siempre que se atraviesen y no sea ese punto de paso continuo para los enlaces”. La base de la propaganda en la guerrilla era la simplicidad e iba vinculada a los deseos y necesidades de a quienes iba dirigida. Se incitaba a la rebelión bajo promesas de satisfacción, libertad, justicia, cosechas pagadas justamente, saber dónde están sus familias, etcétera. Una vez que habían establecido la motivación de la lucha, muchas veces, se recurría a la exageración. La propaganda y la realización de sabotajes y ataques dirigidos contra la Guardia Civil, ferrocarriles y personas afines al régimen, formaban parte integral de la propaganda, es lo que se llamaba “propaganda de los hechos”, en referencia a todo acto violento que buscaba minar la moral del enemigo, ya fuera por represalias a personas afines al régimen, los sabotajes a las líneas de ferrocarril o el ataque a las patrullas de la Guardia Civil o la unidad militar que operara en la zona. Otro tipo de propaganda utilizada era, la que denominó como “toma del pueblo”, dicha acción se realizaba en fechas señaladas por el régimen o el pueblo, 18 de julio o fiestas patronales por ejemplo, y consistía en la colocación de la bandera de la República en el ayuntamiento o edificio de importancia histórica para la localidad, se reunía a todo el pueblo en la plaza y a continuación se leían consignas y órdenes, se distribuía propaganda diversa como si el gobierno de la República aún siguiera gobernando en el país, esta acción apenas duraba unas horas que era el tiempo en que la Guardia Civil o el Ejército reaccionaba y se dirigía al lugar. Cuando se lee en algunas octavillas que cierto número de pueblos están bajo control de la Guerrilla, se ha de entender que estos pueblos no están bajo control administrativo de ella sino que se ha realizado una acción de este tipo.

Los principales objetivos de esta propaganda eran: -

Popularizar el Gobierno republicano español en el exilio. Difundir las acciones de la Guerrilla en su lucha por la República. Revitalizar públicamente a los partidos democráticos en la clandestinidad. Promover la deserción en el ejército franquista y la incorporación de nuevos elementos en la Agrupación. Provocar la desobediencia civil entre el campesinado para boicotear la entrega de cosechas a los organismos del gobierno de Franco.

Algunos de estos objetivos eran fáciles de cumplir debido al terreno donde actuaban pero al no tener una clara actuación en grandes núcleos de población, esta propaganda pasaba desapercibida entre la mayoría de la población civil, que al fin y al cabo era el principal objetivo de la propaganda utilizada por la Guerrilla. Algunos escritos propagandísticos iban dirigidos directamente a los miembros del Ejército y Guardia Civil para que, o bien

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desertaran, o bien actuaran como informadores y suministradores de munición. La Guardia Civil se tomó muy en serio el papel de la propaganda, dedicándose exhaustivamente a la búsqueda y destrucción de los centros de distribución y fabricación de propaganda.

El fin de la Guerrilla. Singular es la personalidad de aquellos guerrilleros y curiosas las peripecias que ayudan a comprender las difíciles condiciones con que se encontraron, siempre limitados en su armamento y medios. Estos hombres y mujeres no economizaron energías y esfuerzos, quemaron sus fuerzas con un desinterés por su seguridad personal que no era inconsciente; creían en ello, que era posible el derrocamiento de Franco y que el resto de Europa se involucrara en su lucha. Cada uno de ellos tuvo que renunciar a mucho, sólo pensando en resultados concretos. Esperando una intervención de los países aliados en la lucha contra Alemania, se consumieron así mismos no siendo capaces de ver que los intereses geoestratégicos de Europa habían cambiado. A partir de 1948 son conscientes de que están luchando por una causa perdida, las deserciones y delaciones aumentan, las acciones militares y de la Guardia Civil son cada vez más efectivas debido al funcionamiento eficaz de los servicios de inteligencia del régimen, saben de sus reuniones en Francia, de los pasos en los Pirineos, de las acciones a realizar e incluso los nombres de los guerrilleros que participarán. La lucha se acaba, los ideales de libertad, justicia y de restitución de la República no sirven para atraer nuevos guerrilleros y empiezan a preparar la retirada a Francia, durante esta retirada morirán muchos de estos guerrilleros, con peor suerte algunos son capturados y otros no volverán a ver su país hasta la reinstauración de la Democracia.

UNA ACCIÓN DE LA GUERRILLA. 17 de julio de 1947, son cerca de las 10:30 de la noche, el convoy ferroviario nº 8828 compuesto por 39 vagones, uno de ellos de viajeros, hace el recorrido Madrid – Barcelona como es habitual, es una noche tranquila hasta que en el kilómetro 473, un artefacto hace explosión al paso del convoy, éste descarrila, la máquina y cinco vagones sufren diversos daños, afortunadamente no hay que lamentar desgracias personales. Rápidamente son enviados un tren de socorro y 8 guardias civiles al lugar del ataque, situado entre las localidades de Fabara y Nonaspe, tras las primeras indagaciones dictaminan que la carga estaba compuesta por varios cartuchos de trilita que llevaban adheridas cinco pilas de linterna, dicha carga fue colocada en el raíl derecho. El tráfico ferroviario es reactivado a las 6:00 horas del día 18, en la localidad de Nonaspe se encuentra una sección de caballería del Regimiento Numancia nº 9 que es enviada a realizar reconocimientos en la zona del ataque sin resultado alguno. 18 de julio de 1947, en el castillo de Maella ondea la bandera de la República, aparece diversa propaganda de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, se trata de propaganda hecha a mano y de varios escritos mecanografiados. En varios escritos al Estado Mayor del Cuerpo de Ejército de Aragón, bajo el sello de secreto, se incluyen referencias a dicha acción especificando que se envía copia de cuatro ejemplares de

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propaganda, dicha propaganda estaba emitida por la 3ª Brigada del 17º Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. El 17º Sector operaba entre las provincias de Teruel, Castellón y una pequeña parte de Zaragoza, es en esta pequeña zona de la provincia de Zaragoza donde se sitúa la localidad de Maella, Nonaspe y Fabara. Según el parte de la 211 Comandancia de la Guardia Civil, situada en Caspe, la bandera que se colocó en el castillo de Maella era de unas dimensiones de 1 metro cuadrado, uno de los lados era un paño blanco con una mano negra rompiendo el yugo y las flechas de Falange y la inscripción de “Muera Falange” y las iniciales A.G.L, el otro lado representaba la bandera de la República. La propaganda encontrada llevaba los epígrafes de “A las clases y números del instituto de la Guardia Civil”, en su reverso se encuentra el escrito “La visita del “caudillo” a nuestra región”, visita de Franco a la ciudad de Valencia, suceso que debió ocurrir en fechas cercanas a la acción de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, y “Hoy hace once años”, ésta última compuesta por varios escritos llamando a la lucha armada. Esta misma acción fue realizada también en el cercano pueblo de Mazaleón, ya en la provincia de Teruel, como consta en el parte citado. La propaganda de la acción mencionada resulta ser una documentación muy rica e interesante en detalles, es de destacar que en el escrito dirigido a los miembros de la Guardia Civil, los últimos párrafos están señalados con dos líneas rojas, líneas muy probablemente marcadas por los servicios de inteligencia del régimen, ya que en ellos se indica que miembros de la Guardia Civil actúan como encubridores e informadores de la Agrupación. En otra octavilla viene señalado el índice de resistencia contra Franco, así como un balance de objetivos, bajas causadas a la Guardia Civil e incorporaciones a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón.

OCTAVILLAS DE LA A.G.L. “A LAS CLASES Y NÚMEROS DEL INSTITUTO DE LA GUARDIA CIVIL” Cuando toda la nación, sin distinción de ideología, incluso los jerarcas y el propio gobierno, están convencidos de que los días de su mandato están contados; en un deseo de sed de sangre que acompañará a su postrer momento de vergonzosa huida os está empleando cada día más a fondo en la lucha contra los guerrilleros y en la represión contra la población civil indefensa y los patriotas que no tienen más causa, que pensar de modo diferente al falangismo o demostrar sus ansias de LIBERTAD coartadas por este régimen de terror y crimen enfangándoos más y más, dentro del delito que ya hoy día representa, la lucha contra el pueblo y sus mejores defensores los GUERRILLEROS; sin daros cuenta de la enorme responsabilidad que estáis contrayendo en la actualidad ante la justicia guerrillera y a partir del día de la LIBERACIÓN con el pueblo, que será el que os juzgará vuestros crímenes mediante los tribunales de la REPÚBLICA. Por vuestra canallesca conducta, a la mayoría de vosotros os odia el pueblo y todas las capas sociales, junto a los ladrones de abastos y todo el aparato falangista; por vuestros hechos de bandolerismo al arrebatarle los productos conseguidos por sus sudores, ya que con las miserables 14 pesetas que os dan y si no fuera

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por las “manos sucias”, no tendrías bastante para remendar vuestros zapatos; desgraciados que tenéis que soportar la disciplina militarista y sin sentido de vuestros jefes hasta el extremo de convertiros en esclavos de los galones que vosotros habéis creado y no ser dueños de vuestra persona y criterio; víctimas y explotados del mismo régimen que defendéis; que sois cobardes en la lucha contra los guerrilleros porque llevamos armas iguales y en cuanto oís la palabra GUERRILLERO os echáis a temblar por vuestra poca moral y en cambio os mostráis valientes y tiranos con la población civil indefensa hasta el punto de abofetear y maltratar a las mujeres. ¿NO OS DAIS CUENTA DE QUE LOS TRIBUNALES DE LA REPÚBLICA OS ESPERAN PARA JUZGAR VUESTROS DELITOS Y CRÍMENES? Entonces temblaréis, cuando ya no haya remedio. Muchos de vosotros estáis aún a tiempo de poneros al margen de la JUSTICIA REPUBLICANA y otros a aminorar vuestras penas con vuestro comportamiento futuro. Muchos de vuestros jefes más responsables que vosotros y sin vuestro conocimiento, tienen ya preparado el punto de fuga o su pasaporte para el extranjero, mientras que a vosotros, para que todo el peso de la justicia os caiga, os abandonarán; “carne de cañón” al fin, como lo han sido mucho de vosotros que han caído bajo el fuego de nuestras unidades. Otras veces os envían a luchar contra nosotros sin mandos superiores, demostrando así su gran cobardía y relajando así la disciplina de la “ANTIGUA GUARDIA CIVIL”. Para vuestro conocimiento y como base futura de información a los TRIBUNALES DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, este E.M. al igual que los demás de toda la Nación, han procedido a la apertura de un fichero sobre la actuación de cada uno, a base de los informes prestados por el S.I.R (Servicio de Información Republicano) el cual constará de la biografía y hechos que hayáis tomado parte. Las Unidades Guerrilleras que muchas veces os han perdonado la vida en honor a su lucha justa y evitación de derramamientos de sangre recibirán instrucciones concretas de operación sobre vosotros, ajusticiando a todo aquél que por su conducta contra el pueblo o ser destacado en la lucha anti-guerrillera se haya hecho acreedor a tal medida, así mismo, sobre aquél que pudiera evitar el contacto con nuestras Unidades no lo haya hecho o puesto los medios para impedirlo. Son muchos ya los casos en que clases y números de vuestro instituto y por media del S.I.R se han puesto de acuerdo con nuestras fuerzas en cuanto a lugares y horas de circulación, y otros que dándose cuenta de la enorme responsabilidad que están contrayendo y al ver el estado actual del régimen de Franco, se han puesto incondicionalmente a nuestro servicio, procurándonos informes y datos concretos sobre partes recibidos e incluso munición. Esta es la conducta a seguir en el futuro por todo aquél que quiera verse libre del peso de la Justicia Republicana. De vuestra conducta depende vuestra vida futura. AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE 17º Sector- 3ª Brigada ESTADO MAYOR.

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“LA VISITA DEL “CAUDILLO” A NUESTRA REGIÓN” Avergonzado por el clamor general del pueblo, que llegó a ser en su momento burla y desafío por su ausencia, el “caudillo”, por fin hizo una visita a nuestra Región a los 8 años de la entrada de las tropas de su Ejército y extranjeras (División Vittorio, Legión Condor, Regulares, Mehala, etc.) en la Capital del Reino Valenciano. Pero antes, el cobarde tirano, supo dar las correspondientes órdenes a sus sicarios policiales y gesta pistas, para que le dejaran el camino libre de su “entrada triunfal” a cuyo efecto ordenó la detención de 4.000 patriotas y elementos pertenecientes al movimiento de resistencia y de la AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE. (Unidades operativas en la Capital), asimismo como la instalación de todo el trayecto a su paso de fuerza de la Guardia Civil de 100 en 100 metros. ¡Esto es lo que demuestra de una manera irrebatible -y es el mejor referéndum- lo que el pueblo español “quiere” a su “caudillo”! Dice la prensa falangista que fueron 80.000 personas a recibirle (en las redacciones de los periódicos existen muchos “ceros”), nosotros, no creemos que fueran tantos… pero en fin, los que fueran, sabemos que eran obreros obligados a la asistencia, por medio de la vigilancia de los Sindicatos Verticales, cosa corriente y obligatoria en todas las visitas de las personalidades falangistas y son siempre los “voluntarios” de que nos habla la prensa franquista. Ha hablado en algunos pueblos a su paso y en la Capital, y si alguno se ha dignado comprar la prensa, gastándose 40 céntimos, en leer mentiras, habrá visto que cada tres palabras surgen las siguientes frases: “El momento es de una emoción indescriptible”, “nuevos vítores y aplausos a Su Excelencia”, “nueva ovación y vítores al Caudillo” y sobre todo la clásica frase: “una nueva ovación y vítores impide oír las últimas palabras de su Excelencia”. Y nosotros al leerlo nos preguntamos ¿Quién ha venido a Valencia, el “caudillo” o Arruza? Nadie piensa mal, pero las palmas, ovaciones, vítores y saludos son clásicos de una corrida taurina y nos extraña que ante tanto entusiasmo no le dieran aunque fuese la oreja, recompensa mínima a tan celebre “matador”. Pero nosotros que conocemos el verdadero sentir del pueblo y este mismo en esta ocasión que haga de juez: ¿Es cierto que el pueblo prorrumpía en esos gritos o… por su interior, (ya que decirlo públicamente equivaldría a llevarle la comida a la cárcel Modelo al día siguiente) decía?: Con doce pesetas de jornal no se puede vivir. ¡Que me rebajen la contribución! ¡Que no se me lleven el trigo a pesetas el kilo los de abastos! ¡Mis hijos están tuberculosos! ¡Que nos den más racionamiento! ¿Cuándo podré ir a mi casa? Muchas madres ¡MI HIJO ESTÁ EN PATERNA POR CULPA TUYA! Y todos en general ¡QUE SE VAYA ESTE TÍO! Y nosotros encauzando aún mejor el sentido popular en la forma aunque no en el fondo gritamos ¡HAY QUE ECHAR A ESTE TÍO! LA AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE. TODO DELATOR CONSCIENTE O INCONSCIENTE DE LOS GUERRILLEROS, SERÁ AJUSTICIADO EN EL MÁS BREVE PLAZO. ¡VIVA LA REPÚBLICA!

“HOY, HACE 11 AÑOS”

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Hoy, hace once años que la Internacional nazi-fascista dio orden de sublevarse al “gauleiter” español Franco, contra nuestra querida REPÚBLICA, legalmente implantada en ELECCIONES LIBRES Y DEMOCRÁTICAS el 16 de febrero de 1936, producto de titánicas luchas de la clase popular y campesina, y fruto de la sangre derramada anteriormente por los mejores luchadores de la LIBERTAD Y LA JUSTICIA. ¡Hoy, once años! Que para el pueblo español, comenzó el más largo calvario que jamás nación alguna conoció, bajo la forma más refinada de la tortura y crimen político amparado por el Estado. De nuestro glorioso EJÉRCITO POPULAR, nacido de las entrañas del pueblo y primera barrera contra el fascismo internacional, surgieron las AGRUPACIONES GUERRILLERAS ESPAÑOLAS, haciendo caso omiso al último parte de guerra de Franco que decía “La guerra ha terminado”. Con voz más potente que la suya la AGRUPACIÓN GUERRILLEA DE LEVANTE, le responde en esta histórica fecha. “La guerra NO ha terminado” Ni terminará HASTA LA IMPLANTACIÓN DE LA REPÚBLICA EN NUESTRA PATRIA, aunque para ello tengamos que permanecer y luchar los guerrilleros otros 11 años en las sierras españolas. LA GUERRA NO HA TERMINADO por que todos los obreros españoles luchan por sus reivindicaciones políticas y económicas, los campesinos porque sus cosechas les pertenezcan; los presos se revelen contra el inhumano trato penitenciario propio de la raza salvaje falangista y todo el pueblo víctima de tal barbarie está en el oso de Libertad y Justicia, rebelde de espíritu indomable de nuestra raza contra la tiranía y opresión al convencerse que la única forma de conseguir la liberación es la LUCHA ACTIVA. FRANCO, que acosado en el interior y boicoteado en el exterior por todos los órganos antifascistas incluso O.N.U., intenta prolongar su agonía adoptando una falsa posición semidemocrática y movilizando todos los resortes a su disposición por sucios e indignos que sean en contraste con las naciones democráticas del mundo que a los 2 años de terminar la contienda mundial se dedican a su reconstrucción, el pueblo español, al cabo de 8 años de enmudecer los cañones del frente de guerra, sigue padeciendo una hambre más espantosa que en plena contienda y un terror sin igual en los anales de la historia mundial. LA AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE, como vanguardia de la lucha por la República, reitera al pueblo de su región que sigue considerando un deber la orientación y guiado de la población civil hasta la liberación de España, exhortando a todos los patriotas a cumplir cuantas órdenes y consignas les sean dadas, como base fundamental de disciplina, necesario en el movimiento de resistencia común antifranquista comenzado hace… HOY, 11 AÑOS ¡VIVA LA REPÚBLICA! ¡MUERA FRANCO! ¡AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE! ¡PATRIOTA!: lee y propaga este manifiesto.

EMENCIO ALCALÁ RUIZ “GERMÁN”

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Nació en San Martín de Boniches (Cuenca) en 1928. Hijo de Cayo Alcalá Laguna “Felipe”, jefe de los enlaces de San Martín, y Florencia; hermano del también guerrillero Marino Alcalá “Fermín”. Pastor y resinero. Enlace del 5º Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante. El 28 de septiembre de 1949, tras la detención de su padre, huyó del pueblo, uniéndose a la guerrilla junto a otros vecinos de San Martín, entre los que se encontraba su hermano Marino. En marzo de 1950 actuaba como enlace del grupo. Según nota del Servicio de Información de la Guardia Civil, recogida por Fernanda Romeu, tomó parte en el ahorcamiento de Máximo Plaza “Roberto”, al que consideraban un traidor; así como en el asalto a Villalbilla (Cuenca), dando muerte los guerrilleros al Alcalde y a un vecino de la localidad. En mayo de 1950 la Guardia Civil asaltó el campamento donde se encontraba, en la sierra de Arcos, muriendo “Valencia” y “Francisco”. En febrero de 1951 se encontraba en los huertos de Mira y Enguidanos (Cuenca) con el grupo de Basiliso Serrano “Manco de la Pesquera”. El 9 de mayo de 1951 la Guardia Civil asaltó el campamento donde se encontraba “Germán”, en Fuencaliente, término de Mira: tres guerrilleros resultaron muertos en el enfrentamiento, Francisco Martínez “Pintado”, Eustaquio Montero “Abuelo” y Heliodoro “Asturias”, consiguiendo huir el resto, “Manco de la Pesquera”, “Germán”, Daniel Rabadán “Antonio” y Victoriano Soriano “Salvador”. Luego se dirigió a casa de su abuela Valeriana, preparando su entrega, cosa que haría ante el teniente coronel militar de Cuenca, Narciso Jimeno, cuya esposa, Consuelo Jimeno, le había dejado una nota “en la cual me decía que si algún día pensaba el entregarme le avisara a ella”. Cuando llegó a Cuenca, el 13 de mayo de 1951 fue conducido a la Comandancia. Según cuenta el propio “Germán”, le llevaron a una habitación donde se encontraban comiendo varios guerrilleros que también se habían entregado en aquellos días: Agustín García, Martín Molina, Daniel Navarro, Julián Culebras y otro de Collado. “Germán” se confió y les dijo dónde tenía las armas, poniendo tal dato, Agustín García, en conocimiento del teniente coronel. Tras permanecer cerca de un mes en la cárcel de Cuenca, les trasladaron a Ocaña (Toledo), donde estarán más de dos años, siendo juzgados en 1953. De los catorce procesados seis salieron con pena de muerte, “Germán” con treinta años, y los demás con quince o veinte, según recuerda el propio Emencio. Tras ser fusilados Martín Molina “Elías” y Mateo Sánchez “Abuelo” les trasladaron a Burgos donde “Germán” trabajará en la enfermería y la cocina. En 1962 fue puesto en libertad, regresando a San Martín de Boniches, donde trabajará como albañil. En el 2000 escribirá sus memorias, editadas dos años más tarde por Salvador Fernández Cava bajo el título Memorias de un guerrillero. El maquis en la Sierra de Cuenca.

FUENTES: La Gavilla Verde Wikipedia Antonio Ortiz Mateos Emencio Ruíz Alcalá “Germán” - “Memorias de un guerrillero. El maquis en la Sierra de Cuenca”. 2002

CAMPAMENTO DE CERRO MORENO.

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PEDRO PEINADO GIL La Gavilla Verde 20 de enero de 1947. Cae la cúpula del Comité Regional del PCE de Valencia, entre ellos Mariano Ortega Galás, "Borrás", Alberto Sánchez Mascuñán, "César", y Manuel Moreno Mauricio "Teo". En Francia se comentó que el chivato había sido "Tomás", el mismo "Tomás" que estará presente en Cerro Moreno. Agosto, 1948. Reunión en el Kremlin con Stalin de una delegación del PCE compuesta por Dolores Ibárruri, Santiago Carrillo y Francisco Antón. Stalin propone la infiltración de los militantes comunistas en las organizaciones de masa del régimen franquista y la reconversión de la guerrilla en una organización política. 19 de agosto 1948. La Ginebrosa, Teruel. Muere Pelegrín Pérez, jefe de la Agrupación. 1 de octubre de 1948 Desde Francia salen Doroteo Ibáñez, Ramón Escrivá, "José el Alicantino", Simón Aparicio, "Zapatero" y Adelino Pérez "Teo" para realizar una valoración del estado en el que se encontraba la organización guerrillera. Inicios de marzo. 1949. Desde España salen hacia Francia, Francisco Bas Aguado, "Pedro", Manuel Pérez Cubero, "Rubio", Manuel García Jarque, "Lorenzo" y los enlaces, Doroteo Ibáñez y Mateo Martínez Martínez, "Mateo" 7 de marzo de 1949. Mosqueruela, Teruel. El grupo tiene un encuentro. Muere "Mateo". 12 de abril de 1949. El grupo llega a Francia. Hasta julio. Francia. El grupo expone ante el Buró Político la situación que viven los guerrilleros en España. El PCE considera que la guerrilla se ha de transformar en una organización política abandonando la lucha armada sin abandonar las armas. Pasando a denominarse el Estado Mayor de la AGLA en Comité Regional del PCE de Levante y Aragón.

El comité regional estaría compuesto por: Miguel Soriano Muñoz, "Andrés". Secretario General. José María Galán, "José María". Secretario de organización. Francisco Bas, Aguado. "Pedro. Secretario político. Florián García, "Grande" Secretario de Agitación y Propaganda. Francisco Corredor, "Pepito el Gafas". Responsable de Cultura. Juan. R. Bea "Núñez". Ayudante de Cultura. Doroteo Ibáñez, "Maño". Enlace general con Francia. Julián Ramos, "Frasquito", responsable del campamento del Comité Regional. Se dispone la salida de doce guerrilleros hacia España en dos grupos. Cada uno de ellos utilizará una vía de infiltración, la catalana y la aragonesa. 16 de junio de 1949. Desde Francia. Sale el grupo de Ibáñez. Doroteo guiará, a través de Aragón, al grupo compuesto por los siguientes guerrilleros: Miguel Soriano Muñoz, "Andrés", Jefe de la Agrupación. 86

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Francisco Bas Aguado, "Pedro", Secretario político. León García García, "Ramiro". "Emilio". Manuel Gracia Martín, "Lorenzo". Ramón Escrivá Furió, "José el Alicantino". Enlace. Jesús López Mirasol, "Eulogio", Radiotelegrafista. 19 de julio de 1949. Desde Francia. En el Coll de Fourtou Josep Gros, "Antonio el Catalán" reúne al segundo grupo. Ha recibido órdenes de Santiago Carrillo de acompañarlos hasta el Ebro. Joan B. Fabregat, "Caradesena" iba a ser el guía de la segunda parte del viaje. El grupo, entre otros, estaría compuesto por: "Buscat". Ayudante de Gros. "González". Ayudante de Gros. José María Galán, "José María" Secretario de organización de la Agrupación Manuel Pérez Cubero, "Rubio" Comité Regional de Aragón. Sector 17. Manuel García Jarque, "Lorenzo" Vicente Martínez Galindo, "Aniceto" Joan B. Fabregat, "Caradesena" Enlace del Sector 23. "Saturnino" "Pablo" 21 de julio de 1949. Coll de Fourtou. Ante la vigilancia de la GC se suspende el pase a España. 2 de agosto de 1949. Coll de Fourtou. Francia. El grupo entra en España. 15 de septiembre. Camarena de la Sierra. Teruel. El grupo de Ibáñez, con "Andrés" como nuevo jefe de toda la Agrupación, toma contacto con los acampados en Cerro Moreno. A través de Vitini se localiza al grupo de guerrilleros que les servirá para contactar con el Estado Mayor establecido en Cerro Moreno. Saldrán en busca de Francisco Corredor Serrano "Pepito", responsable de la Agrupación y de Florián García, "Grande", responsable del 11º Sector", territorio donde se hallan. 17 de septiembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Accede al campamento el grupo llegado de Francia. 21 de septiembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Se envían enlaces para reunir a todos los jefes de los sectores y conocer al nuevo jefe de la Agrupación y las nuevas órdenes venidas de Francia. 28 de septiembre de 1949. San Martín de Boniches. Cuenca. Huyen al monte los enlaces: Emencio Alcalá Ruiz, "Germán", Aurelio Huertas Plá, "Nicasio", Basilio López Alarte, "Ángel", Daniel Navarro Cruz, "Agapito", Francisco Navarro Cruz, "José", Jesús Ruiz Pérez, "José", Melitón Ruiz Pérez, "Alfaro", Heliodoro Sánchez Huerta, "Asturias", Julián Sánchez Huerta, “Martín", Prudencio Yuste Ribes, "Pedro" y Marino Alcalá Ruiz, "Fermín".

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2 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Llegan a Cerro Moreno, Pepito el Gafas, Teo, El Viejo, Paco y Manso 4 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Llegan Florián García, "Grande", acompañado de Ángel Ruiz Toledo, "Peñaranda", y Carlos. 13 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Parten dos enlaces para conocer qué ha ocurrido en San Martín de Boniches. 13 al 16 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Reunión de la plana Mayor de la AGLA. 18 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Ibáñez parte hacia la frontera con "José el Alicantino", Germán Amorrortu Martínez, "Manso", Ángel Ruiz Toledo "Peñaranda", José Zuriaga Mínguez, "Cuatro Ojos" y Francisco Menéndez Martínez "Maguán". Mientras los tres últimos van a recibir atención médica, Manso es llamado a revisar sus actuaciones en la guerrilla. 20 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Abandonan el campamento "Teo", "Paco" y "el Viejo". 24 de octubre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Abandonan el campamento Florián García "Grande", Marcelino Chiva, "Tarzán", Francisco Domingo Hervás, "Rufino" y "Tomás", que será el principal sospechoso de la traición. 25 de octubre de 1949. Volverán los dos enlaces más ocho de los nuevos guerrilleros de San Martin de Boniches, Cuenca, "Fermín", "Cándido", "Nicasio", "Ángel", "Jaime", "Alfaro", "Agapito" y "Felipe" conjuntamente con otro responsable del Sector 5º. Inicios de noviembre. Se hacen frecuentes las visitas en automóvil desde la mañana hasta el atardecer del comandante jefe de puesto de Landete por las carreteras circundantes a Santa Cruz de Moya. Han detectado movimientos de hombres en el monte y se desplazan discretamente hasta lugares con los que poder localizar el campamento con prismáticos. Pino La Legua (Aras de los Olmos), el collado de las Eras (Santa Cruz de Moya) y San Pedro Mártir (Graja de Campalbo), fueron los puntos de observación. 2 de noviembre de 1949. Cañizares, Cuenca. Enfrentamiento de un grupo de guerrilleros en La Rodea, en el límite provincial entre Guadalajara y Cuenca. Muere Atanasio Serrano Rodríguez, "Capitán", jefe del 5º Sector. 3 de noviembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Salen hacia Cuenca "Pepito el Gafas", Daniel Navarro, "Agapito" y Cayo Alcalá, "Felipe", y los enlaces del Sector. Llevan como misión reconocer el terreno y localizar nuevos asentamientos. 6 de noviembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. "Alfaro", "Emilio", "Francisco", "Julián" y "Fernando" son enviados a por carne a Arcos de las Salinas, Teruel. Cuartel de Arrancapinos. Valencia. Se concentran desde la mañana los hombres reclutados para la operación en la 133 comandancia. Aproximadamente unos 250. Un número similar se concentrarán en Cuenca 134 comandancia y en Teruel 332 comandancia. Se considera que actuaron entre 750 a 1000 hombres. Al anochecer partirán camuflados en camiones de la Compañía de Abastecimientos y Transporte. A las doce llegan a Losilla de Aras, los que proceden de Valencia, en el término de Aras de los Olmos, Valencia y en La Olmeda, Santa Cruz de Moya, Cuenca, se concentrarán las fuerzas procedentes de Teruel y de Cuenca.

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En silencio, avanzarán hacia el Cerro, del que les separan cinco horas de andar entre la noche. 7 de noviembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. A las siete de la mañana se inicia el asalto dirigido por el Comandante del Puesto de Landete. Comandante José Vivancos. El asalto dura, según diversas fuentes, tres horas. La Guardia Civil no encuentra vigilancia. Un guerrillero está despierto, el resto lo hará tras los disparos que les ocasionan la muerte. Solo romperá el cerco, Francisco Bas Aguado, el resto irá cayendo uno a uno bajo el fuego implacable de la GC que tiene la misión de no dejar a ninguno con vida. En el Registro Civil de Santa Cruz de Moya constan como fallecidos los siguientes guerrilleros: Francisco Corredor Serrano "Pepito"; Manuel Gracia Martín, “Lorenzo”; José Cabero de la Cruz; Emilio Argilés Jarque; "Francisco" Lope Rodríguez Rodríguez, "Vidal" Desconocido "Ramiro"; Desconocido "Manolo"; Desconocido "Eulogio"; Desconocido "Fermín"; Desconocido (Diligencia actual, Basilio López Alarte "Ángel"); Desconocido "Andrés"; Desconocido (Diligencia actual, Mateo Sánchez Arrazola "Abuelo"). En la lista se incluyen guerrilleros que no se encontraban en Cerro Moreno, a la vez, que dado el estado de los cadáveres y la falta de información la GC no puede reconocerlos en su totalidad. Salvador Fernández Cava aporta, como fruto de sus investigaciones las siguientes identificaciones. Miguel Soriano Muñoz, "Andrés", Jefe de la Agrupación. León García García, "Ramiro". Responsable de la dirección política, Manuel Gracia Martín, "Lorenzo" Jesús López Mirasol "Eulogio". Radiotelegrafista Lope Rodríguez Rodríguez, "Vidal". Procedente de Francia con anterioridad. Natural de Vallanca. Simón Giménez Garrido, "Manolo". Nacido en Santiago de Calatrava, Jaén. José Cavero de la Cruz; "Bartolo". Nacido en Monterde de Albarracín Marino Alcalá Ruiz, "Fermín". San Martín de Boniches. Amador Huerta Jiménez, "Cándido". San Martín de Boniches. Aurelio Huerta Pla, "Nicasio". San Martín de Boniches. 89

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Basilio López Alarte, "Ángel" San Martín de Boniches. Antonino Pérez Hernández, "Jaime". San Martín de Boniches. Los cadáveres son bajados hasta donde pueden recogerles unos mulos, el Collado Royo. De allí serán desplazados hasta La Olmeda, Santa Cruz de Moya y montados en camiones acabarán enterrados en el Cementerio de Teruel. El asalto también es un golpe para la organización ya que han caído en manos enemigas dinero, la multicopista, armas y la emisora de radio. 8 de noviembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. Vuelta del grupo que ha ido por abastecimiento. 10 de noviembre de 1949. Cerro Moreno, Santa Cruz de Moya. El grupo de "José María" llegará a la estafeta del campamento. Han llegado con dos meses de retraso y eso les ha salvado la vida. 11 de noviembre de 1949. "Pedro" conecta con los que habían ido a por carne. 16 de noviembre de 1949. "Pedro" contacta con el grupo de "José María". Vuelve "Pepito el Gafas" con un enlace del 5º Sector 20 de noviembre de 1949 "José María" y "Teo" examinan lo ocurrido. 29 de noviembre de 1949 "Pedro" puede ver a "Pepito el Gafas". Durante las navidades de 1949 "Pedro" vuelve con el nuevo equipo de mandos de la AGL al campamento y, — a la vez que explicar sobre el terreno la muerte de "Andrés" y su propia huida—, recoger de donde los había escondido los documentos y el dinero "haciendo un total de 147.000 mil pesetas"

Otros

personajes

importantes de la AGLA

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NICOLÁS MARTÍNEZ RUBIO “ENRIQUE” Se incorpora al (AGLA) en 1948 junto a sus tres hijas; Esperanza, Amadora y Angelita. Muerto el 4 de marzo de 1951. ESPERANZA MARTINEZ GARCÍA“SOLE” Nacida en Cuenca, en el seno de una familia republicana, comienza colaborando como punto de apoyo. En 1948 se incorpora a la agrupación guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) junto a su padre y sus dos hermanas; AMADORA MARTÍNEZ GARCÍA “ROSITA” Condenada a 7 años de prisión. ANGELITA MARTÍNEZ GARCÍA“BLANCA” Condenada a 1 año de prisión. DRAMAS FAMILIARES Como consecuencia de la muerte de “Argelio” Herminio Montero Martínez, en 1949 su padre; “Ricardo”- Eustaquio Montero Cotillas, su hija “Celia”- Remedios Montero Martínez, y el hijo pequeño “Luis”- Fernando Montero Martínez abandonaron su casa y se subieron a las guerrillas; con esta familia, subió también; Esperanza Martínez García “Sole”. En 1950, a los cuatro meses escasos de ingresar en las guerrillas, en el término de Yémeda (Cuenca), la Guardia Civil mata a “Luis”- Fernando Montero Martínez, el hijo pequeño de Eustaquio Montero Cotillas y hermano menor de “Argelio” y “Celia”. Sobre mediados del año 1 951, en el paraje de Fuencaliente (Cuenca), son abatidos por la Guardia Civil “Antonio” y “Ricardo” - Eustaquio Montero Cotillas, padre de “Argelio”, “Luis” y “Celia”. En la primavera del año 1952, cuando está siendo evacuada a Francia la AGLA, Celia y Sole, enlaces del PCE para la evacuación de los guerrilleros que tienen que salir por tren, son traicionadas por uno de los camaradas designados por el PCE para acompañarlas, siendo detenidas en Burgos por la Guardia Civil. Después de pateadas, apaleadas y torturadas con refinamiento sádico, son trasladadas a Madrid, donde se repiten las patadas, las palizas con vergajos y las torturas refinadas. De Madrid pasan a la comandancia de Valencia, donde no les espera mejor trato. Con el cuerpo hecho una llaga, sin poderse sentar ni acostar, son trasladadas a la cárcel para cumplir la condena que en un simulacro de juicio, el régimen franco-falangista las impuso una condena de: “Sole” - Esperanza Martínez García: 14 años de prisión. “Celia” - Remedios Montero Martínez: 8 años de prisión. (Única superviviente de la saga Montero). Empezó su andadura colaborando como punto de apoyo con la guerrilla. En 1948 es descubierta y se incorpora al AGLA junto a su padre y sus hermanos. En casa de los amigos de Yecla (Murcia) es detenida por la Guardia Civil “Rosita” y en casa de la “Madre”, en el Oroque, (Valencia) “Blanca”, hermanas de “Sole” fueron condenadas a: 91

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“Rosita” - Amadora Martínez García: 7 años de prisión. “Blanca” - Angelita Martínez García: 1 año de prisión, por ser menor de edad. FLORIAN GARCIA VELASCO “GRANDE” De origen segoviano y militante del Partido Comunista desde muy joven, participa activamente en la defensa de Madrid donde resulta herido. Apresado después de la guerra sufre los campos de concentración del Levante español. En 1946 tras un enfrentamiento con la Guardia Civil, se incorpora al AGLA como comandante de sector.

TERESA O FLORENCIO PLA MESEGUER La Pastora”, “Teresot”, “Florencio” o “Durruti” (Nacida en Vallibona, provincia de Castellón, 1917 - íd. 2004) Guerrillera española del maquis. Víctima de una malformación sexual congénita, nació en 1917 en el Mas de La Pallissa, una casa de pastores de Vallibona, y un amigo de la familia advirtió a su padre del apuro que podía suponer para este niño cumplir el servicio militar con una anomalía en el sexo. Entonces su padre lo inscribió en el registro civil como Teresa Pla Meseguer. Sólo fue a la escuela quince días, pues su profesión de pastora / pastor no le dejaba más tiempo libre ni las burlas sobre su apariencia le eran cómodas. Así pasó su vida en soledad por los montes de Vallibona y el Turmell de Chert, y fue creciendo con escasa relación social. Con serias dudas sobre su sexualidad (quizá con seudohermafroditismo masculino), sus rasgos más hombrunos que femeninos le causaron muchos problemas. Fue humillada en 1949, por un teniente de la Guardia Civil, cerca de Castell de Cabres. Tras la quema del Mas del Cabanil por parte de la Guardia Civil, cambió sus ropas femeninas por las masculinas y pasó de ser la Teresot a Florencio, actuando como maquis durante veinte meses, con el nombre de Durruti o La Pastora por las montañas del Maestrazgo, como miembro relevante del XXIII Sector de la Agrupación de Guerrilleros de Levante y Aragón (AGLA), que mandaba Jesús Caellas Aymeric, Carlos el Catalán, hasta que sus compañeros pasaron a Francia y él se quedó en Andorra guardando ganado en dos masías y haciendo contrabando de tabaco y nylon. Capturada en 1960 en Andorra y entregada a las autoridades españolas, se le atribuyeron numerosas atrocidades en las que no tuvo nada que ver, en la época de la dictadura franquista. Conmutada la pena de muerte, pasó 17 años en prisión, y falleció en 2004. Su historia fue novelada por Alicia Giménez Bartlett en “Donde nadie te encuentre”, premio Nadal en 2011, así como por Manuel Villar Raso, en “La Pastora, el maqui hermafrodita” 1978.

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*********** Doy paso a una nueva región donde operó nuestra guerrilla antifranquista, Andalucía Oriental (Granada-Málaga), dicen algunos historiadores que esta guerrilla fue la más importante y la más duradera, el trabajo que elijo para el documento es diferente al resto de los escritos hasta ahora, no se refiere tanto a cifras de muertos o acciones más o menos espectaculares y se centra más en las relaciones del día a día y su vida cotidiana. No me gusta mucho pero puede ser interesante porque conoceremos, digámoslo así, un poco su cocina. Andalucía además tiene otras provincias guerrilleras como Cádiz y Córdoba que abordaremos en próximos capítulos.

La Guerrilla en la Andalucía Oriental (Granada – Málaga) 93

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JOSÉ MARÍA AZUAGA RICO INTRODUCCIÓN La agrupación guerrillera GranadaMálaga considerada por algunos como la más poderosa de las que actuó durante la postguerra española será analizada en este trabajo desde un enfoque distinto al que normalmente se utiliza para estudiar el movimiento guerrillero. No nos referiremos al desarrollo cronológico de la misma, a la relación de enfrentamientos que tuvo con la fuerza pública y al número de bajas producidas en los mismos, aspectos que han tratado las investigaciones realizadas hasta ahora en otras regiones y que corresponden más a una historia política, en sentido estricto, y militar. Nuestro enfoque, sin olvidar los aspectos políticos, será el de la historia de las mentalidades y de la vida cotidiana. Para ello hemos recurrido, especialmente, a las fuentes orales, al testimonio hablado de las personas que estuvieron en la organización guerrillera y, también, en el campo contrario, en la Guardia Civil. Quizás ahí se encuentre uno de los aspectos originales de nuestro trabajo: salvo pocas excepciones, como la reciente obra de Fernanda Romeu sobre la Agrupación Guerrillera de Levante ^, la historiografía reciente suele conceder la palabra al bando derrotado en aquel conflicto, guiada posiblemente del deseo de hacer contra-historia y dar, por tanto, la voz a los vencidos. Constituye esto último una explicable reacción a la historiografía oficial del franquismo, que recurría, exclusivamente, a las fuentes procedentes del régimen. Sin embargo, esa reciente historiografía, no suele caer en el partidismo de su predecesora, pues sobre mostrarse crítica en la interpretación de los testimonios y en el análisis, tanto de la actuación guerrillera, como de la Guardia Civil. En otro apartado se encuentra la historiografía que, también en la época de Franco, se generó desde el exilio, lógicamente limitada en la consulta de las fuentes, pero que suele caer en la hagiografía del movimiento guerrillero. En este trabajo se observará que las coincidencias entre los testimonios orales de ambos bandos son, a veces, asombrosas, y dependen de la sinceridad de nuestros interlocutores. La utilidad de los mismos es palmaria a la hora de analizar aspectos como la vida cotidiana, comúnmente ignorados en las fuentes escritas. También la coincidencia entre las fuentes escritas y las orales aparecerá en muchos casos a lo largo de esta investigación aunque, en otros, se completan unas a otras o se contradicen. Cuando la persona entrevistada ha deseado ocultar su nombre, lo sustituiremos por un pseudónimo. Fundamentalmente hemos recurrido a tres archivos: el del Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil, el de la antigua Capitanía General de Granada y el del Comité Central del Partido Comunista de España, que no sólo contienen documentación propia sino también del bando opuesto. 94

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En el archivo del Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil (CEHGC), el fondo mayor lo constituyen los expedientes de los guerrilleros, con antecedentes de los mismos, hechos que se les atribuyeron y las llamadas «Notas Informativas» referidas a enfrentamientos y al final que tuvieron esos guerrilleros. Para una historia actual este archivo es de importancia, siempre que su contenido se contraste con otros testimonios; en este trabajo nos ha sido especialmente útil a la hora de analizar el lenguaje empleado y las imágenes que, a través de él, se transmitían. El archivo de la antigua Capitanía General de Granada (ACGG) contiene los procedimientos jurídicos llevados a cabo en caso de hecho delictivo (asesinato, secuestro, atraco...) y las causas contra los guerrilleros detenidos, con sus atestados, indagaciones, acusaciones del fiscal, alegaciones de la defensa y sentencias. Como en los fondos de la Guardia Civil analizaremos también el lenguaje empleado por las autoridades. Se puede aplicar el contenido de este archivo el análisis que Georges Duby hace de la documentación empleada por Le Roy Ladurie en «Montaillou, una aldea occitana»: se oye en él, directamente, la voz de campesinos (en nuestro caso de los guerrilleros capturados), pero mediatizados ante un tribunal, con miedo al castigo y rodeados de enemigos. Esa voz aparece especialmente en los atestados que, tras la detención, les hace la Guardia Civil: la falta de abogado defensor, dada la inexistencia del derecho de habeas corpus, hace pensar, como señalan los supervivientes, en la atmósfera de presión en que se realizaron esas declaraciones. Todo ello no invalida el valor de ese archivo: ante el juez suele haber rectificaciones de las declaraciones de los atestados, se aportan datos para la historia de los acontecimientos y se puede hacer un seguimiento de las investigaciones realizadas por las autoridades jurídicomilitares. El lenguaje guerrillero puede analizarse en la documentación del Archivo del Comité Central del Partido Comunista de España (ACCPCE). A esta organización pertenecían los dirigentes y buena parte de las bases de la guerrilla granadino-malagueña. Contiene información de guerrilleros huidos al extranjero, prensa clandestina o editada en el exilio, consignas y normas enviadas a la sierra, así como documentación de las autoridades franquistas y, salvo alguna excepción que veremos, como el Informe de Miguel Salado Cecilia, no recoge la realidad del guerrillero, sus dificultades o los aspectos de su vida cotidiana. En nuestro trabajo, comenzaremos viendo las causas de la guerrilla, especialmente la represión, que afectaría a las futuras bases guerrilleras y el móvil, puramente político, de sus dirigentes. Al estudiar estos últimos veremos el papel que, en el plano cultural, desempeñaron. Seguidamente analizaremos el debate terminológico que existe en torno a los términos «bandolerismo» y «guerrilla», lo que nos llevará al estudio del lenguaje empleado por los dos bandos enfrentados y a las imágenes que querían transmitir. Por último, veremos diferentes parcelas de la vida cotidiana del guerrillero: penalidades sufridas, papel de los enlaces, alimentación, economía guerrillera, alojamiento y sexualidad. Insertaremos, a lo largo del trabajo, documentación oral y escrita, que será analizada y que, creemos, ayudará a demostrar nuestras afirmaciones.

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CAUSAS Y CARACTERES DE LA GUERRILLA. EL PAPEL POLÍTICOCULTURAL DE LOS DIRIGENTES Para comprender muchos de los aspectos que desarrollaremos en este trabajo, es necesario explicar los motivos por los que aquellas personas se integraron en la guerrilla. A simple vista, fue la represión la causa principal de la lucha guerrillera, pero si profundizamos en el estudio de las fuentes, podremos observar el contexto de la misma y otros móviles que la acompañaron. En efecto, la represión, característica fundamental del Régimen de Franco, y más intensa, en la guerra y en la postguerra, no dejó de afectar a gran parte de los futuros guerrilleros o a sus familiares. Cuando les hemos preguntado a los supervivientes por los motivos de su marcha a la sierra, la mayoría de ellos la dan como respuesta inmediata. Normalmente, eran antiguos enlaces que temían ser detenidos, torturados o eliminados. El momento en que hubo mayor número de incorporaciones al maquis fue durante el mes de octubre de 1947, en el término municipal de Almuñécar (Granada); consultando los expedientes del Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil hemos contabilizado a 20 personas en esas circunstancias. La primera explicación a este hecho la obtendríamos de un guardia civil; uno de sus jefes, le dio la orden de presentarse en el cuartel de Almuñécar y, de la lista de desafectos al Régimen, conservada en el mismo, escoger a diez y fusilarlos. Quizás se pretendiera amedrentar a una zona en la que el maquis poseía un cierto arraigo. Nuestro interlocutor no deseaba cumplir esa orden y consiguió zafarse de ella, pero enviaron a otro oficial que sí la verificó, ejecutando finalmente a siete vecinos de Almuñécar, en el pueblo de Pinos del Valle (Granada). En consecuencia, para evitar correr la misma suerte, aquellas personas, se incorporaron a la guerrilla. 'Entrevista con el guardia civil Fernando Planas. Julio de 1985. Nota Informativa n.° 331 de 20 de octubre de 1947. Origen: 136.' Comandancia de la Guardia Civil (Granada). Destino: Segunda Sección de Estado Mayor (SIGC) Madrid (CEHGC). (Este documento habla de encuentro con muerte de siete «bandoleros»). Coinciden con la versión del guardia civil, los familiares de las víctimas que hemos entrevistado en Almuñécar: todos señalan que los fallecidos fueron apresados en sus casas y, poco después, fusilados en Pinos del Valle. Dolores Trinidad, 23 de enero de 1988; Luis Olivares, 25 de febrero de 1988 y Carmen Díaz López, marzo de 1988). Algo similar había ocurrido, dos meses antes, en Los Tablones de Motril (Granada). Un tiroteo entre guerrilleros y guardias provocó la muerte de uno de éstos el 31 de julio de 1947. La represalia fue inmediata: 11 personas, entre ellas un guerrillero detenido, dos mujeres y un niño, fueron fusilados por la Guardia Civil al día siguiente. Huyendo de las ejecuciones, tres enlaces de la guerrilla marcharon a la sierra". Es frecuente oír en las zonas de actuación guerrillera, cuando se habla de un oficial especialmente represivo, que «echó a muchos a la sierra». Dos guardias civiles nos lo confirman. “¿Quién tiene la culpa de que la gente se fuera a la sierra?... Aquí hubo tres hermanos, que eran tres comandantes de puesto y que echarían a la sierra al 50 % de los hombres que

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han estado allí. Al tío que llevan al cuartel y le meten una paliza, a la tercera vez se va a la sierra; "a mí no me pegan”. Lo normal es que a consecuencia de una actuación desafortunada de la Guardia Civil huya la gente. El Cabo de Frigiliana era un criminal. Mató al yerno del Fraile "Paemonda" [Andrés Cuesta Ortega] y a varios (...) "Paemonda" era enlace de ellos (...) detuvieron a él y a tres más, y se los llevaron a un cuartel que había en Calaceite, y allí los tuvieron (...) y entonces, don Agustín le hizo la autopsia y me dijo: "a ése lo desfiguraron, la cabeza se la hicieron... pero yo lo conocí por esto y esto y lo otro". (...) El Cabo era un criminal, mató a mucha gente. (...) Echaba gente a la sierra; decía: "aquí no te quiero ver en el pueblo. Vete a la sierra con los bandoleros". Una bestia. Las cosas como son”. En ese mismo sentido se manifiesta la mayoría de los guerrilleros a la hora de explicar la opción que tomaron. Pero, junto a la represión, actúa otro factor que suele ser previo a ella y que, muchas veces, está en su origen. Nos referimos a la militancia política. El examen de los expedientes de los guerrilleros archivados en el Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil revela que la mayoría de ellos, en torno al 80 %, eran conceptuados como personas de ideología izquierdista y, en bastantes casos, adscritos a una organización política o sindical de ese carácter. En muchas ocasiones, antes de integrarse en la guerrilla, fueron perseguidos por esa militancia, sobre todo al terminar la Guerra o en los primeros años de la postguerra. Testimonio de ello podemos hallar tanto en sus expedientes como en las causas archivadas en la antigua Capitanía General de Granada cuando se detalla su pasado. También en sus manifestaciones: “Yo fui antes enlace de ellos (...) Como la Guardia Civil sabía mis andanzas, yo estaba asustado por si me cogían, por si me metían un palo. Un vecino que también era enlace me dijo: "mira Victoriano, que han caído fulano y fulano, así que andate con vista, que el asunto está malo". Por eso, yo me quedaba muchas noches en el campo. Pero un sargento empezó a venir a mi casa todos los días (...) yo dije que no sabía nada, porque yo me dedicaba a trabajar (...) me dijo que, como en 15 días no le informase, me mataba, así que me fui a la sierra. Me fui a la guerrilla porque me hacían la vida imposible. Ya en la Guerra fui un revolucionario y, siendo casi un niño, estuve en la 55 Brigada, con el comandante Salvador Trujillo Rueda. Fusilaron a mi hermano Antonio porque decían que era enlace; lo mataron poco antes de irme, en Escúzar, con Manuel Romero Muñoz, "Bigotillo", con un hermano de Felipillo y quizás con otro más. Los llevaron al cuartel de Las Palmas; luego los sacaron y los mataron en Escúzar. Mi hermano, que era comunista, era el que tenía más contacto con ellos y quien más los suministraba. Mi hermano y unos de Moraleda, los Pititis. Fueron a los Pititis, que eran carpinteros, y los detuvieron. Entonces, un familiar de ellos, que no había sido detenido, le mandó a mi hermano el recado de que iban en busca de él, por lo que se fue a la sierra”. Junto a la represión por causas políticas, hubo casos en que el hambre y las expectativas (parece que fomentadas, según veremos) de superarlo en la guerrilla, fueron los móviles que llevaron a la sierra a algunas personas. El fomento de esas ilusiones pudo deberse a la necesidad de nuevos adherentes: 97

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Antonio Campaña Comín “Comino”, dice: “Que se encontraba en Loja trabajando en el campo, donde se le acercó el "Retorció", paisano suyo, y le propuso marcharse con él a la sierra, donde no se trabajaba nada, se comía bien y se ganaba más, al mismo tiempo que le hacían estas proposiciones, le mostraba unos fajos de billetes que en la sierra había ganado, cantidad, que según le decía, jamás podría llegar a tener trabajando en el campo. Esta propaganda sostenida varios días, logró convencerle y a otro trabajador que también estaba con él, marchando los tres al Monte”. Estas manifestaciones las hacía un guerrillero detenido a la Guardia Civil; es posible que para disminuir su futura condena se quisiera mostrar como engañado y empujado a la sierra, pero hemos encontrado otro testimonio de similares características, el de Miguel Martín García, tras ser detenido y, posteriormente, el de su abogado defensor. Declara que; (…) se ambientó en las ideas de izquierdas por hallarse sin trabajo en el pueblo y pasando calamidades por cuyo motivo decidió marcharse a las sierras y unirse a las partidas de bandoleros de Roberto, ya que con los atracos que éstos daban podía remediar su situación y ayudar a su familia. A tal fin lo verificó en el mes de febrero de 1947”. Vive la persona a que nos referimos y, aunque intentamos entrevistarlo, se negó, alegando no querer recordar tan malos momentos como los que vivió en la sierra y en la cárcel. Cabe la posibilidad que en las declaraciones transcritas, como en las anteriores de Campaña Comino, exista un componente de tergiversación, pues era su vida la que estaba en juego (el fiscal pidió para él la pena de muerte), y finalmente se le condenó a treinta años de reclusión mayor pero puede haber cierta verosimilitud si las comparamos con las siguientes manifestaciones: “En términos generales, los que en aquella época vivían en los cortijos, aunque tuvieran una pequeña manada de cabras, padecían hambre porque los mismos cortijeros no tenían ni hinojos, los tenían que coger para comer. O sea, que el hambre estaba generalizada (...) y había quien creía que estar en la guerrilla era comer a dos carrillos. Eso lo daba, era fruto del hambre en aquella época, que quedó en la historia como los años del hambre. Y como cuando se llegaba a un cortijo se veía que se comía pollo, bocadillos de jamón y que comían todos los patriotas, pues creían que era comer a dos carrillos. Pero, luego, había veces que estaba uno hasta tres días sin comer, cuando había caído la zona”. Los dirigentes que llegaron a aquella zona procedente del exilio poseían, como causa común de su incorporación a la guerrilla, su militancia política, concretamente en el Partido Comunista de España. Permanecían en el extranjero desde el final de la Guerra Civil y no sufrieron directamente los rigores represivos de la España ocupada por las tropas de Franco, pues vivieron la contienda en los frentes de batalla, ni tampoco conocieron la postguerra en sus primeros momentos, aunque en algunos casos hubieran pasado por las cárceles del régimen de Vichy, como ocurrió con Ramón Vía y Ricardo Beneyto Sapena. Además de los 98

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citados, entre esos dirigentes se encontraban José Muñoz Lozano, «Roberto»; Manuel Lozano Laguna; José Mérediz Víctores; Joaquín Centurión Centurión; Alfredo Cabello Gómez-Acebo y José Sánchez Girón, «Paquillo». Fueron ellos los que se dedicaron a ampliar la formación política antifranquista, y también cultural, de los guerrilleros procedentes del interior que, salvo excepciones, constituían la «base» de las partidas. Sin embargo, la preparación política de los dirigentes llegados del exilio, tenía sus deficiencias. El tipo de la vida que llevaron les hizo más hombres de acción que conocedores, en profundidad, de la teoría política. Santiago Carrillo lo reconocía en una autocrítica realizada el 5 de junio de 1952: “(…) los camaradas enviados desde Francia... En dos meses [de cursillo] era de todo punto imposible dar a los camaradas todo lo que les faltaba y arrancarles todo lo que les sobraba de deformaciones. El carácter breve de estos cursos estaba determinado por nuestra prisa, por nuestra impaciencia por reforzar el trabajo en el país (...) los cuadros y militantes enviados desde aquí al país, al lado de su combatividad y entusiasmo, revelaron... una débil formación política e ideológica y falta de sensibilidad para captar los problemas de la clase obrera y las masas”. Si precaria era la formación política de los dirigentes, más aún la de los guerrilleros surgidos del interior que iban a ser guiados por aquéllos. Aunque se pueden encontrar excepciones, como las de Manuel Jurado Martín, «Clemente», o Manuel Martín Rico, «Ramón», que alcanzaron puestos de responsabilidad, la mayoría no se encontraba en esas circunstancias. Los que poseían un menor bagaje ideológico eran, por lo general, aquéllos que se fueron a la sierra porque un familiar ya lo estaba: colaboraban con él, más que con la guerrilla, y la presión de la fuerza pública les empujó al maquis. Es fácil constatar en ellos una preparación más deficiente en todos los aspectos, como ocurre con el analfabetismo: en los atestados que se les hace tras ser detenidos, en sus declaraciones o careos, muchos no saben firmar, y lo hacen con la huella dactilar y bastantes son los que, con dificultades, pueden escribir su nombre. La labor de los dirigentes intentó abarcar tareas culturales y políticas propiamente dichas. Un guerrillero que consiguió escapar a Francia, hacía las siguientes declaraciones al PCE: “Roberto explicaba cuál era la misión del guerrillero y sobre todo la misión del guerrillero comunista que debía dar el ejemplo. Les planteó como una tarea el aprender a leer y escribir. A esto se dedicaban cuando estaban en el campamento, además de estudiar el Manual del Guerrillero. Se organizaban charlas para enseñarles a hablar”. La alfabetización era una ocupación prioritaria. Hubo personas que nos han manifestado haber aprendido a leer y escribir en la sierra, como José López Centurión, que antes no pudo ir a la escuela. El recuerdo más vivo que hemos encontrado ha sido el siguiente: “El que estuviera más capacitado le daba lecciones al que no supiera leer o escribir. Y así aprendió Gutiérrez, en la guerrilla, y el día en que murió, diez minutos antes estaba yo dándole lecciones (...) Nicolás también era analfabeto. Y Roberto le dijo: (…) si tú supieras leer podrías ser sargento o teniente. Pero tienes que aprender”. Y se lo tomó en serio. 99

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Entonces se le compró una cartilla. Me acuerdo una vez que veníamos de Almuñécar hacia Río de la Miel, de noche, andando, y había tormenta. No llovía pero había tormenta... teníamos que poner un pañuelo blanco en el macuto (...) no se veía y estábamos deslumbrados con esos relámpagos. Nos contamos y faltaba Nicolás. Retrocedimos y lo vimos en lo alto de una piedra con la cartilla en la mano, aguardando que hubiera relámpagos para leer. Decía: "la uve con la i, vi., la ene con la o, no... vi-no” Un historiador de la guerrilla, Andrés Sorel, recoge un texto de Ramón Vía, en el que se afirma lo siguiente: “En el orden militar también se habían realizado algunos progresos, para lo cual se ha organizado toda una serie de conferencias y operaciones que han servido de mucho (...). En el orden cultural se van realizando algunos progresos. Se dan clases de cultural general, pues la mayoría de los campesinos no saben leer ni escribir". Los ex-guerrilleros entrevistados recuerdan también esas facetas políticas y educativas de Ramón Vía, así como de Manuel Martín Rico. De este último, dice Antonio García Ordóñez que les hablaba bastante de su gestión mientras fue alcalde de Nerja durante la Guerra Civil José García Elena manifiesta que su misión era dar charlas a ellos y a los campesinos, gozando de gran prestigio entre sus compañeros y Victoriano Sánchez Ramos dice que, durante tres o cuatro meses, le estuvo dando clases a él. Algunos aspectos de esa labor aparecen recogidos en su causa judicial: “Se dedicó a dar clase a los bandoleros de cultura general e inculcarles las ideas políticas del Partido (...) como secretario general del PC en la sierra, solamente tomaba parte en actos de enseñanzas marxistas'". Sobre esas enseñanzas añade Enrique Urbano: “Se hablaba de marxismo en las reuniones de Partido. En las colectivas no; se hablaba contra Franco. También en el periódico se hablaba contra el franquismo, sin hacer política partidista. Con Lozano y Paco, se hablaba de marxismo. De Lenin tenían cosas. Recuerdo que decían que no son las ideas las que determinan la situación económica y social de los pueblos, sino que es la situación económica y social de los pueblos, la que determina las ideas (...) lo mismo charlaba un comunista con otro comunista, discutiendo puntos de vista Clemente con Roberto o con Lozano. Eso no impedía que el que estaba al lado se estuviera enterando y aprendía también (...). Muchos adquieren conciencia en la sierra, porque se les estaba preparando, pero eran la mayoría analfabetos, que veían que se daba escuela y que veía la conducta que teníamos nosotros”. Pero el carácter del movimiento guerrillero tenía que mostrarse en su práctica explicando, al mismo tiempo, a la población civil que sus actuaciones y los fines pretendidos eran de tipo político; no bastaba, pues, con que así lo entendieran los componentes de la Agrupación; había que comunicarlo a los paisanos: 100

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“Todas las acciones que nuestras unidades realicen deben ser de un carácter político y un profundo sentido antifranquista. Nuestro Ejército, eminentemente político, no puede hacer nada más que operaciones políticas. Político es atacar por todas partes a los perros falangistas y sus colaboradores sin la menor consideración, despojándoles de todo aquello que han robado a nuestro pueblo, repartir sus cosechas y ganados entre los necesitados, obligarles a pagar jornales justos a nuestros campesinos y obreros, hacerles prestar sus bestias a aquellos que no las tengan, sabotearles sus negocios, hacerles la vida imposible en sus casas y en sus pueblos. Político e imprescindible es repartir a los hambrientos las existencias de los almacenes de Auxilio Social, (...) ayudar a liberar a los presos, impedir los robos constantes de las comisiones de requisa y las Fiscalías, impedir que las cosechas vayan a los almacenes de los grandes estraperlistas, organizar por todas partes Comités de Resistencia antifranquistas (...) pero todo este trabajo debe completarse organizando mítines y asambleas en cortijos, fábricas, talleres y pueblos, donde se explique sencillamente el objeto de nuestra lucha (...) repartiendo constantemente nuestra propaganda entre la población más cercana a nuestra zona de acción (...) tomando pueblos aunque sea por unas horas y hacer ondear la bandera republicana por todas partes. Tarea principalísima en este orden es que ni una sola operación realizada, por pequeña que esta sea, quede sin explicar políticamente (...) esto reforzará enormemente las simpatías de los antifranquistas hacía nosotros y aumentará su moral de lucha contra Franco”. En general, los guerrilleros sentían una gran admiración por los dirigentes venidos de fuera. En opinión de José García Elena, “(…) algunos llegaron a reproducir actitudes de sumisión que, como ocurría en sus pueblos de origen, favorecían comportamientos caciquiles. Esto ocurrió, sobre todo, con Roberto, que lo fomentaba, contándoles su trayectoria en el Ejército republicano y en la Resistencia francesa, así como su vida anterior a la Guerra Civil; les transmitía una imagen de pícaro y de brillante militar”. La labor cultural era completada con la lectura de libros como los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, que los guerrilleros cargaban en sus mochilas. “Entonces, uno leía un capítulo y, cuando lo terminaba, se cerraba y hacíamos una reunión entre todos, y hacíamos comentario sobre lo que habíamos leído; se leía en voz alta Aquello era una escuela (...) se daban clases de política, de combates, había libros, como los de Pérez Galdós".

GUERRILLA Y BANDOLERISMO: LA CONFRONTACIÓN DE DOS IMÁGENES Y DOS LENGUAJES Entre otros factores, hemos mostrado hasta ahora el carácter político de aquellas personas, su conciencia antifranquista y de izquierdas que pese a las deficiencias y excepciones señaladas, no dejó de existir. Por su militancia política les persiguieron e

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integraron la guerrilla, y objetivos políticos tenía al combatir el franquismo y pretender sustituirlo por una República democrática. Sin embargo, la denominación que recibían por parte de las fuerzas encargadas de perseguirlos era la de bandoleros. Algunos guardias civiles e historiadores al mismo tiempo, han utilizado también el término, como ocurre con Francisco Aguado Sánchez y Fernando Rivas Gómez. Lo explican, afirmando que el guerrillero defiende a su patria de un enemigo exterior consideración que nos parece restrictiva pues, aunque la primera vez en que se empleó el término (Guerra de la Independencia española contra Napoleón), respondía a ese tiempo de lucha, tal definición impediría calificar de guerrillas a formas de combate como las llevadas a cabo por los carlistas en el siglo xix o los castristas y los sandinistas en este siglo, por citar algunos ejemplos. También coinciden Aguado y Rivas en que los actos realizados («asesinatos, atracos y secuestros», en palabras de Fernando Rivas), era de tipo bandoleril por lo que sería adecuado aplicarles ese término. No obstante, Fernando Rivas reconoce su parcialidad y también la de Aguado, cuando afirma que, al emplear la palabra bandolerismo «evidenciamos un talante de censura (...) Francisco Aguado Sánchez desprecia valientemente tal preocupación y muestra una postura decidida, beligerante, de bravío anticomunismo. No podía ser de otra forma (...). Si cuando se hacía historia combatió la guerrilla o el bandolerismo con la espada, no iba a defenderla con la pluma al escribirla. El guardia civil Manuel Prieto López, al ser entrevistado por nosotros, explicaba sus preferencias por el término bandolerismo, negando el carácter político de aquellas personas, aunque en cierta medida se lo reconoce. Para él sólo fueron guerrilleros los dirigentes: “El tanto por ciento de políticos era mínimo. No me estoy refiriendo a Ramón Vía y a los diez o doce que vinieron con él desde Argelia. En los años 1948, 1949 y 1950, de doscientos bandoleros habría 10 políticos y creo que me quedo largo”. “Por eso, yo me indigno cuando dicen que eran políticos. Lo que pasa es que al tío que llevan al cuartel y le meten una paliza, si no tiene nada que ver, a la tercera vez se va a la sierra. ¿Políticos?... eso fue todo. Y la inmensa mayoría de esta gente era de izquierdas, lo natural por su situación económica, pero apolíticas. El guerrillero, el maquis, yo los diferencio del bandolero: unos tíos que vienen de Francia o de Argelia, preparados en una escuela política y se les puede llamar guerrilleros o maquis. Resulta significativo que otros guardias civiles nos manifestaran que el término les venía impuesto por sus superiores; se deduce, en palabras de Secundino Serrano, que estaríamos ante una cuestión de estrategia militar. Teníamos orden de llamarlos de esa manera. No se podía decir que eran guerrilleros, porque la situación de España, con Franco...no se podía decir que, no estábamos en paz, y reconocer que había guerrilleros será reconocer que no estábamos en paz, que había una guerra Una de las genialidades de Don Camilo Alonso Vega, director general de la Guardia Civil entre 1943 y 1955, fue ordenar que no se les llamara guerrilleros ni maquis, sino bandoleros. Aprovechó que era una palabra con raigambre, sobre todo en Andalucía” 102

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La reciente historiografía ha intentado explicar las causas del empleo del término en cuestión. Según Antonio M. Calero, se pretendía negar “(…) la realidad negándole su nombre. Y así la violencia política es transmutada en delito común. El mero hecho de la persistencia de grupos armados en franca hostilidad al sistema establecido, ponía en entredicho uno de los valores más apreciados e incansablemente ensalzado como logro propio: la paz” Los historiadores pertenecientes a la Guardia Civil, afirman que emplear el término de bandolero o el de guerrillero sería manifestar simpatía en uno u otro sentido, aunque nos parece más correcta la opinión de Kaiser cuando señala que el uso de la palabra guerrillero no supone “un juicio de valor, sino el reconocimiento de un hecho”. Pensamos que la diferencia fundamental entre bandolerismo y guerrilla está en sus orígenes y en sus objetivos. Mientras que el primero tiene como fin prioritario la supervivencia y está desprovisto de contenidos, la guerrilla pretende una transformación política. Las raíces del bandolerismo suelen ser socioeconómicas, mientras que las de la guerrilla son políticas, como expresábamos anteriormente. Sólo en algunos aspectos guardan similitudes: su actuación al margen de la ley, el recurso a formas de violencia tales como el homicidio, el secuestro o el robo y la eventual transformación de la guerrilla en bandolerismo cuando abandona sus metas, aunque en algunos casos también el bandolerismo puede devenir en guerrilla. Pero no fue sólo la palabra bandolerismo. En los documentos de los archivos entonces vinculados al régimen se puede observar la existencia de otros términos, de un lenguaje igualmente peyorativo. Se les llama también forajidos y bandidos; las referencias a la zona republicana durante la guerra civil, cuando se mencionan los antecedentes de los guerrilleros, son del siguiente carácter: “el corrupto frente popular”; la localidad en que vivía «cayó en poder de las Hordas» " «intervino en los desmanes de la horda» y las condenas sufridas por su vinculación a la república, eran por «auxilio a la rebelión» ''^. Ese lenguaje toma un sentido distinto cuando se refiere al franquismo. De esta forma, en la mayoría de los expedientes citados se habla de GMN («Glorioso Movimiento Nacional») en la referencias a la guerra civil; las personas de derechas son consideradas «gente de orden» "^ y los pueblos y ciudades de la zona republicana fueron «liberados» por el ejército «Nacional»."". Como en algunos análisis de otras épocas históricas, de todo lo anterior puede deducirse una simbología maniquea, con fines propagandísticos y para facilitar los actos de violencia con el enemigo: sus características son tan reprochables que se puede actuar contra él con la máxima dureza. La guerrilla generó también un lenguaje propio, no exento de esas connotaciones, incorporando, además, otros aspectos: en vez de emplear el término más neutral de «enlaces», se utilizó el de «patriotas»; a los robos y secuestros se les denominaba «golpes económicos» y es frecuente, en sus documentos, leer palabras como «perro falangista». Los guerrilleros vestían un uniforme que, junto al mimetismo necesario para camuflarse en la sierra, incorporaba un brazalete con los colores de la bandera republicana, símbolo que resume el pasado que se quería reivindicar y que expresaba la continuidad con el mismo, recogiendo, así, las orientaciones del Manual de guerrillero: 103

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“Nuestro Ejército y lo que fue Ejército Popular se convirtió en las nuevas condiciones de la lucha, al seguir los mejores de sus componentes al combate en las montañas, en el Ejército guerrillero, con los mismos objetivos que tuvieran el 36-39 en el Ejército Popular” Otros aspectos de la vestimenta denotaban los componentes igualitarios de su ideología: “Nosotros estábamos uniformados casi al estilo militar; pantalón de pana, camisa caqui, cazadora de pana, y todos iguales. En el que fuera jefe o subjefe no había ningún distintivo; teníamos boina azul y, todos, la bandera republicana en el brazalete, con las letras ENG (Ejército Nacional Guerrillero) (...). El caqui es el color que más se adapta al monte. Los pantalones de pana los cogíamos de color marrón, no podían ser verdes, sí de color castaño, con lo que se aplastaba uno y, si no se movía, no se notaba en la distancia”. Volviendo a los contenidos maniqueos, en el análisis de la documentación podemos observar cómo fueron fomentados por los dirigentes guerrilleros en su labor educativa. El Manual de orientación político-militar del Ejército Guerrillero de Andalucía, junto a otros objetivos didácticos ya mencionados, expresaba el deseo de la dirección de hacer llegar una serie de ideas a las mentes de los guerrilleros, que debían ser asimiladas empleando las técnicas pedagógicas de la memorización, el debate y la práctica: “Ante el gran desarrollo de nuestro Ejército Guerrillero de Andalucía, tan glorioso, y por la mucha movilidad de nuestras unidades, como consecuencia de las características de nuestra lucha, que impide en muchas ocasiones tener con ellas un contacto regular y continuo, decidimos hacer este pequeño Manual que recuerde constantemente a nuestros combatientes el carácter político-militar de nuestro Ejército y el de cuantas acciones realicemos. Cada uno de nuestros hombres debe de poseer un ejemplar, leerlo y releerlo hasta aprendérselo de memoria, asimilándolo en discusiones colectivas y aplicarlo con inteligencia en todas las ocasiones propicias. Ayudará mucho a los nuevos incorporados y servirá a los veteranos de recordatorio sobre las normas a las cuales debemos ajustar todas nuestras acciones. Tratamos de evitar en todo lo posible errores, desviaciones y faltas en que algunas ocasiones, cuando se cometen, desvirtúan el verdadero carácter de nuestro Ejército y también de nuestra personalidad política antifranquista". Las imágenes transmitidas por la dirección pueden estudiarse a partir del análisis de la canción que enseñaron a los maquis y que constituyó el himno guerrillero. La imagen de los guerrilleros es absolutamente positiva: poseen la libertad, son los mejores combatientes, que no ceden ante las dificultades y que conseguirán la victoria. Hay pocas referencias al enemigo: será derrotado, y desean la muerte de Franco, idea, esta última, que sustenta la contrapuesta, el triunfo de la libertad. Las palabras de auto-adulación pueden interpretarse como la necesidad de dotarse de ánimos en circunstancias difíciles, de ahí que se entonara al llegar uno de los peores momentos por los que había de atravesar la vida del guerrillero: la entrada en combate. En total contraposición a la visión que de los guerrilleros propagaba el 104

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Régimen, los dirigentes transmitían a aquellas personas, que antes de marchar a la sierra habían sido humilladas, una imagen de heroísmo. Otra de las canciones guerrilleras era la titulada «Del Cáucaso a la Siberia». Describe al enemigo con caracteres totalmente negativos: llevado por el odio, incendia, mata y arruina al pueblo; trae esclavitud, hambre, opresión, persecución a la ciencia, a la cultura, al trabajo; dominando a este pueblo, pretenderá hacerlo con el resto del mundo, pero será vencido y se hará justicia. Esa mentalidad, uno de cuyos componentes es también el rechazo a la idea de bandolerismo, se traducía, entre otras medidas, en no permitir. “Patillas largas; cuando salíamos de patrulla teníamos que salir todos afeitados; no se permitían apodos. Eran las normas que teníamos y que nos inculcaba el Estado Mayor. Se trataba de evitar la identificación con los bandoleros que tanto abundaron en Andalucía. Cuando íbamos al Llano se lucía el mejor armamento, que era verdad que estábamos muy faltos de armamento, pero lucíamos las mejores metralletas, las mejores pistolas, las mejores escopetas, para animar a la gente (...) Cuando llegábamos nosotros a una charla íbamos afeitados, preparados, vestidos de limpio”. Asimismo, procuraron dar un sentido político a sus actos y transmitirlo a sus colaboradores, a los que ayudaban económicamente: “En los cortijos pagábamos con el dinero que sacábamos, que no era a un cualquiera, sino a un fascista señalado por la gente del pueblo, que se había incautado de propiedades del pueblo y que nosotros devolvíamos al pueblo. También mandábamos dinero a los encarcelados. No era dinero para andar con mujeres (...) Ya no nos podían acusar de ladrones. Los cortijeros pasaban hambre y, si les quitábamos cosas, era ésa una política en contra nuestra. Lo único que teníamos que hacer es que el pueblo viera que les ayudábamos, en las charlas les decíamos que éramos la vanguardia y ellos la retaguardia, y les dábamos la misión de que nos compraran la comida, dándoles dinero”. El Manual de orientación político-militar, coincidiendo con las ideas expuestas por el ex-guerrillero citado, señalaba al respecto: “Nuestro comportamiento ha de ser ejemplar como corresponde a hombres que luchan por un régimen justo y humano; caer en los mismos vicios que los señoritos falangistas es desprestigiar nuestro glorioso ejército guerrillero, a nuestros héroes caídos en la lucha y a la causa por que lucha nuestro pueblo, y a nosotros, la vanguardia. Cada uno de nosotros tiene la obligación de reprimir y vigilar todos aquellos actos que puedan dar pie a nuestros enemigos para su propaganda contra nosotros”. En las zonas rurales de Granada y Málaga subsistía, en la postguerra, la cuestión del bandolerismo, pero el bandolerismo «real», en el sentido más riguroso de la palabra, heredero del que hubo en el siglo xix y primer tercio del xx. La guerrilla se oponía a él y lo combatió por varias razones: las acciones cometidas por ellos se las podían imputar, desprestigiándola, 105

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mientras que el hecho de perseguirlos acrecentaría la fama de la guerrilla en los sectores populares que verían en ésta a un defensor de sus intereses. Nuevamente hay concomitancia entre lo deseado por los dirigentes y las manifestaciones de nuestros interlocutores. “Hay que liquidar la mala hierba del bandolerismo y de la provocación. Allí donde surgía esta inclinación, individual o colectivamente, hay que reprimirla con mano de hierro sin la menor vacilación (...) Los verdaderos bandoleros son protegidos por la Guardia Civil y los falangistas, a los que sirven directamente como espías, confidentes y agentes provocadores, se les permite robar y asesinar impunemente, son hombres sin conciencia ni moral, sin principios políticos y sólo ajustan su actuación al robo vulgar en beneficio propio (...) Ni un solo bandolero debe infiltrarse en nuestras filas ni habitar en nuestra comarca, provincia o región; la limpia de degenerados de esta calaña hará que nuestro pueblo tenga gran confianza en nosotros". Algunos guerrilleros se han expresado en los mismos términos: los bandoleros que actuaron en la zona tuvieron que huir ante la presión de la Agrupación Guerrillera, que en algún caso llegó a darles muerte.

VIDA COTIDIANA DEL GUERRILLERO: PENALIDADES, PAPEL DE LOS ENLACES EN EL ABASTECIMIENTO, ALIMENTACIÓN, ECONOMÍA GUERRILLERA Y ALOJAMIENTO Es difícil encontrar en los documentos escritos de la época vinculados al maquis, el testimonio de las penalidades sufridas por la guerrilla. Si abundan las referencias a la vida de los paisanos y, sobre todo, de los enlaces o de las personas de izquierdas: represión, difíciles condiciones laborales, altos precios y hambre son temas frecuentes en esa documentación. Referirse a los sufrimientos de los guerrilleros, podía desalentar nuevas adhesiones al movimiento armado. Como en otros casos, donde no llega la documentación escrita, sí lo hacen las fuentes orales, que explicitan las dificultades sufridas. Los ex-guerrilleros son conscientes de haber actuado en un medio hostil, dominado por el adversario y donde no tenían las facilidades de apoyo que hubo en la zona republicana durante la Guerra Civil; la clandestinidad de las ayudas recibidas y el consiguiente peligro a que se exponían sus líneas de abastecimiento, determinaban la escasez o la ausencia de este último: “Si tienes una zona que te respalde, donde comes y descansas, es distinto. Pero nosotros estábamos en el corazón del enemigo. Unas guerrillas como las que teníamos eran bien distintas a lo que pasó en la Guerra Civil: llegabas a la retaguardia y tenías vino, agua e, incluso, si llegaba el caso, mujeres. Allí no existía nada de esto”. Las dificultades son recordadas por algunos con bastante detalle, como un componente de la vida cotidiana del guerrillero:

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“Una vez estuvimos varios días sin comer, y lo que comíamos eran puntas de zarza, de penca, de berros, lo que daba el campo (...) y llegar a un cortijo, abrirlo, y había allí harina, de lo que fuera, y echarnos agua y un puñado de harina, moverlo, y a comerlo (...) la harina tenía pelusas de todo. Entonces yo fui más para abajo, pensando encontrar algo. No había más que mazorcas, que cuando están empezando no tienen nada, todo está muy blando, hasta el tronco, pues empezar a quitarle la hoja y comerla (...) Yo he estado en Torrox en una haza de cañas, y comiendo nada más que caña durante varios días. Y es que la Guardia Civil estaba dando unas batidas terribles (...) Durante una travesía comíamos lo que encontrábamos, pasas, higos podridos, pimientos (...) las habichuelas, que es lo único que yo no he podido tragar, ni tampoco muchos compañeros: comerlas crudas y sin sal (...) Estábamos deshechos; no había fuerza en los cuerpos para poder seguir, pero antes de eso estuvimos tres días en un sitio, había allí un cortijo abandonado; nos metimos allí y las pencas naciendo, para nosotros eso eran rosquillas, y las puntas de las uvas que estaban naciendo, todo eso nos lo comíamos. En un sitio de la Sierra de Loja, en un agujero, una vez estuvimos dieciséis. Se levantaba una piedra y nos metíamos. En aquella ocasión venía Pita, de Torrox, era el cocinero, ya muy mayor tosía y le decíamos: Pita, si toses te ahogamos Y él respondía”: “Haced lo que queráis antes de que muráis todos”. “Nosotros veíamos los zapatos de los Guardias, mirando por arriba; los oíamos charlar, y nosotros metido allí; no podíamos fumar, ni hablar, ni nada. Allí estuvimos metidos desde la madrugada, todo el día, con la Guardia Civil arriba; allí hicieron guiso, nos enteramos de todo lo que hablaban, y aquello era profundo, era como una vereda que cabía un hombre no muy alto, pero agachados y al lado de Pita, dos con mantas... un tosido y lo ahogaban allí (...) No había cartas ni había nada para la familia. Únicamente que uno llegara y le contara de la familia: «pues mira, está por la parte de Granada, está por cualquier lado». La familia a veces tiraba más que la ideología, eran seres humanos y querían verla (...) El mayor peligro estaba cuando íbamos a por agua, pues nos estaban esperando. Sabían que no teníamos más remedio que ir por ella para hacer la comida (...) Aquello se fue endureciendo; hubo muchas muertes; cada día había más emboscadas, más apostaderos, y venían grupos a los que le habían matado a fulano y a mengano (...) había grupos que de diez, habían quedado siete, otros con ocho, uno vino con cinco, los demás murieron. En Granada los apostaderos en esos sitios eran terribles, porque hay muchas ramblas y, cuando te cogían en una rambla, tú no tenías donde meterte. En la sierra pasamos mucha hambre y miseria, soportando la lluvia, la nieve, que a veces teníamos que atravesarla cubiertos hasta la cintura, y sin comer”. La abundancia de pequeños cortijos en esta zona de Andalucía, de hábitat disperso, llevó a la Guardia Civil a recoger por las noches las llaves de los mismos; sus moradores permanecían en ellos encerrados, hasta el día siguiente. En ocasiones, tal medida se practicaba con pueblos enteros, como ocurrió con Agrón y, otras veces, se obligó a sus habitantes a abandonar sus casas de campo, marchando a las ciudades. Con ello los Guardias pretendían cortar el abastecimiento que, de noche, recibían los guerrilleros o que se refugiaban dentro. Estos datos, corroborados por nosotros en el pueblo de Agrón, en julio de 1987, aparecían en Andalucía: Campo de Trabajo y Represión, del 107

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periodista granadino Antonio Ramos Espejo. El Guardia Civil Manuel Prieto López, también nos informa al respecto, describiendo otros métodos de la fuerza pública para cortar el abastecimiento y el refugio al maquis y provocar las dificultades antes señaladas: “Agrón aportó 22 guerrilleros. Cayeron todos, menos cuatro. Durante los años más duros de la «represión maquis» la Guardia Civil convertía todo el pueblo en una cárcel nocturna. Cuando los trabajadores volvían del campo, la Guardia Civil echaba las llaves a todas las puertas y, además, les colocaba un precinto. Si el precinto aparecía roto o forzado por la mañana era señal de que alguien había querido salir. Por las mañanas, la Guardia Civil abría las puertas Entonces, en los cuarteles (recuerda lo que te decía de la fuerza que uno tenía, que hacía lo que le daba la gana), teníamos las llaves de todos los cortijos, y como eran antiguas, de unos 15 o 20 centímetros, las teníamos en las paredes: en una pared, tenía todo el cuartel las llaves de los cortijos de su demarcación; el que menos, tenía mil llaves. Es curioso, porque entrás en un cuartel... ya algunos estarán derrumbados; en aquel entonces estaba todo lleno de cortijos pequeñitos, que aprovechaban al lado para extender la uva. Teníamos esto por dos razones: una para que no pudiesen entrar los bandoleros sin saberlo nosotros, pues tendrían que romper la puerta; otra, porque a veces nos metíamos y esperábamos un día, o dos, o tres (...). Siendo yo teniente de Jayena, tenía tal autoridad que era amo y señor, y lo que yo hacía iba a misa; así, uno de los procedimientos por el que se suministraban los bandoleros, eran los que salían a resinar, los resineros. Allí está la Unión Resinera, en Jayena y en el pinar de Alhama (...) De esa resina, que recogen en una taza, sale el aguarrás, la colofonia, etc. Creo que se empezaba a resinar por marzo. Pues yo prohibí que se resinase, y aquel año no se resinó”. Vigilancia especial recibían los familiares de los guerrilleros; de ellos esperaba la Guardia Civil que ejercieran de enlaces. Como medida preventiva, si no habían sido descubiertas comunicándose con la guerrilla, bastantes mujeres fueron encarceladas: eran madres, esposas, novias o hermanas de los guerrilleros que, en alguna ocasión, dieron a luz en la cárcel. En las entrevistas nos han manifestado que preferían seguir presas a que las pusieran en libertad, pues esto último se hacía cuando el guerrillero había caído. En la zona de Salar y Alhama de Granada fueron obligadas, junto con otros enlaces varones, a recorrer la sierra gritando el nombre de sus familiares guerrilleros; la Guardia Civil procuraba que estos últimos aparecieran y poder eliminarlos; no lo consiguieron con este método, entre otras razones, por el poco empeño que pusieron en la labor asignada. En bastantes ocasiones fueron sometidos a palizas y torturas y muchos de los enlaces que murieron por la aplicación de la ley de fugas, eran familiares de los guerrilleros. El padre de los hermanos Jurado Martín, perdió a sus tres hijos: Rafael en el encuentro de Cerro Verde y Manuel Antonio fueron fusilados; a su yerno (José Cuesta Ortega, «Paemonda», mencionado anteriormente por nosotros) le aplicaron la ley de fugas; tras haber pasado por la cárcel y haber sufrido diversas presiones, emigró a Barcelona donde se quitó la vida arrojándose bajo un tren en marcha. La alimentación de la guerrilla dependía de lo que ofreciera la zona de actuación; era también distinta si estaban de marcha o estacionados en un campamento, existiendo un régimen aparte para los enfermos. Asimismo, el almacenamiento de la comida era un 108

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problema que necesitaba de soluciones. En todo ello la labor del enlace era capital, de él dependía en buena medida, la resistencia de la organización guerrillera, y su labor, aunque diversa, pues suministraba información, vestimenta, medicinas, armas y era el cauce de propaganda, tenía como fin prioritario abastecer al maquis de alimentos: “Decíamos a un patriota que nos suministrara tantas latas de sardinas... más que nada rancho en frío, porque para nosotros, cuando íbamos de marcha... al estar en posición, sí... entonces se hacían migas. Y el pan lo guardábamos más que nada para las salidas, para las patrullas. A lo mejor teníamos un jamón y cogíamos medio kilo o tres cuartos de kilo, y el pan (...) el jamón era más alimento y, como teníamos que llevar a cuestas, queríamos cosa que alimentara mucho y pesara poco (...) cogíamos latas de atún dos días (...) Los que estaban en Sierra Nevada, allí la carne a voluntad, porque estaba la ganadería de Pelayo, que era un oficial de la Guardia Civil (...) En la Sierra de Loja había muchas manadas de cerdos en libertad (...) algunos guerrilleros los mataban dándole con una piedra en la cabeza, y el cerdo no chillaba". “Migas se comían muchas. Migas de trigo (...) por la parte de la costa las hacían de maíz, en esta zona [Vega de Loja] no; en esta zona abunda más la de trigo que la de maíz. Garbanzos, arroz, arroz con lentejas (...) Cuando salíamos de marcha llevábamos pan y rancho frío. Y, luego, ya ibas suministrando por las zonas que fueras, pero a lo mejor te metías en una zona que no conocías mucho y tenías que llevar más comida (...) En la sierra había piaras de cerdos sueltos, también podíamos matar un toro o una vaca, pero eso era de tarde en tarde (...) los garbanzos, las harinas, el arroz, latillas de conserva, latas de chorizo, de morcilla (...) Y aquí había veces que subían hasta 20 y 30, cargados todos con medio saco de harina. Y otras veces la sacaban con bestias, según la zona que fuera y lo castigada que estuviese. Si estaba la zona muy tranquila, había gente que echaba valor y cogía dos y tres bestias y se llevaba las cargas de harina allí arriba”. Según Enrique Urbano, a los enlaces les instruían en la norma de no comprar gran cantidad de suministro en la misma tienda y el mismo día, para evitar sospechas del tendero. Y es que, tal como nos cuenta Manuel Prieto, el control de las tiendas y de las farmacias era una de las labores de la Guardia Civil: los dependientes tenían que dar noticia a la fuerza pública de las personas que compraran gran cantidad de productos. El dinero que la guerrilla daba a sus enlaces para el abastecimiento era en moneda fraccionaria; se evitaban así otras sospechas, pues el que una persona pobre pagara con un billete de mil pesetas provocaba extrañeza en el tendero. En los primeros años de la guerrilla, eran los enlaces quienes proporcionaban el dinero pero, más tarde, se invirtió la situación, consiguiéndose los fondos a partir de los «golpes económicos» (atracos y secuestros) y procurando pagar a los enlaces por el trabajo y el riesgo de abastecimiento. En este punto hay una coincidencia, casi textual, entre las normas que, según dos ex-guerrilleros, le transmitían los dirigentes y las consignas que se encuentran en el Manual de orientación político-militar de la Agrupación Guerrillera Granada-Málaga: En la época de Ramón Vía, antes de irme a la sierra, los enlaces hacíamos suscripciones para la guerrilla. Teníamos la ración de tabaco que recibíamos cada diez días y la mitad de la ración 109

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se la dábamos a la guerrilla. Como éramos tantos los organizados, podíamos casi abastecer a la guerrilla. También, según las posibilidades de cada uno, daba dos o tres pesetas, porque en aquel tiempo los jornales estaban a cuatro pesetas. Cuando llegó Roberto se hizo al revés; él nos decía; "(…) en vez de tener fondos del pueblo, que está hambriento, somos nosotros quienes hemos de ayudarles a ellos". Y lo formó de otra manera. (...) A los patriotas, por hacer el trabajo se le pagaban los jornales y se les ayudaba; eso era la "Solí" (...) Roberto nos decía: "no somos nosotros quienes tenemos que sustentarnos del pueblo. Somos nosotros los que tenemos que ayudar al pueblo. Y, ¿cómo le vamos a ayudar?... pues ¿quién tiene las perras?... los fascistas. De las costillas de los fascistas tienen que salir los recursos para la lucha y, al mismo tiempo, para ayudar a los patriotas". Fue entonces cuando se empezaron a realizarlas operaciones de tipo económico. “Ten en cuenta que, a lo primero, no se daban golpes económicos; a lo primero, se recibía dinero, había patriotas que lo daban. El secuestro vino después”. Por su parte, el Manual de orientación político-militar, señalaba: “Las necesidades de nuestros alistados deben ser cubiertas por nuestros enemigos falangistas y sus colaboradores, y es solamente de las espaldas de éstos de donde deben salir nuestros recursos. Golpear a ciegas o sobre simpatizantes de nuestra causa es un grave error que hay que evitar a toda costa” Por lo general se aplicó esa norma, actuándose mediante el atraco o el secuestro contra personas vinculadas al franquismo y que poseían una riqueza considerable. Si había sospechas de que una persona era confidente de la fuerza pública se le ponía, como represalia, una «multa» que tenía que pagar; en otros casos se le daba muerte. Sin embargo, hubo ocasiones en que el represaliado no tenía la capacidad económica sospechada por la guerrilla y sufría la violencia de ésta. Ese fue el caso de Manuel Villalba Fernández, secuestrado el 22 de septiembre de 1951 en el municipio malagueño de El Borge; a su familia se le exigió 100.000 pesetas y, al no entregarlas mataron al secuestrado. En la causa abierta con motivo del asesinato se afirma que la familia hizo gestiones para conseguir el dinero y que el muchacho llegó a decir que su padre no podía conseguir ese dinero ni aun vendiendo sus escasas propiedades ^°. Otro secuestrado, José Bueno, nos manifestó que alcanzó la libertad previo pago por su padre de 100.000 pesetas. La razón del secuestro fue, tal como le manifestaron los guerrilleros, que su padre había entregado a la Guardia Civil a un enlace que fue eliminado, pero José Bueno asegura que la guerrilla estaba confundida y que su padre no tuvo relación con la captura y muerte de esa persona^'. Los fondos de la guerrilla estaban recogidos, por escrito, en una libreta de contabilidad, con especificación de ingresos y gastos; el control era riguroso, teniendo que justificarse los gastos cada mes. Los papeles de contabilidad eran escondidos en cajas de latón, que, luego, se enterraban en la sierra '^.

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“La "Solí", mencionada anteriormente, era el nombre que recibía la paga de la guerrilleros; consistía en 500 pesetas al mes aunque nuestros interlocutores señalan que, cuando los fondos escaseaban, no recibían la paga, lo que ocurrió con bastante frecuencia. Ese dinero lo destinaban unas veces a su familia, otras a campesinos que pasaran necesidades y, especialmente, a los enlaces”. Para dormir hacían tiendas de campaña con toldos, mantas, o con lienzos de los empleados en los paseros y un palo que lo sujetaba; “(…) procuraban buscar lugares de fácil camuflaje y evitaban descansar en el interior de los cortijos o en cuevas, por su difícil salida. Ponían a algún vigilante de imaginaria y, a veces, a otro que hacía las veces de escucha junto al camino”. MENTALIDAD Y RELACIONES SEXUALES Las relaciones sexuales estaban prohibidas, lo que originó algunos conflictos. Tenemos noticias de un homosexual que fue censurado cuando se supo que quiso relacionarse con otro guerrillero. Con respecto a las mujeres, no hubo ninguna en esta Agrupación Guerrillera, aunque muchas actuaron como enlaces. Hubo quien intentó transgredir las prohibiciones, siendo también sancionado; fue el caso de Francisco López Pérez, «Paco» y «Polopero» que, por querer insinuarse con la hija de un enlace, fue degradado de capitán de compañía a teniente ayudante: “¿qué opinión iba a tener el patriota ese, cuando la hija le diga que un guerrillero la ha tocado, mientras él estaba jugándose el pellejo y la cárcel por ir a abastecernos a nosotros?” Francisco López Pérez antes de incorporarse a la Agrupación Guerrillera GranadaMálaga, había estado en otra organización que actuaba en Sierra Nevada y las Alpujarras y parece que las normas allí eran de otro tipo, por lo que le costó adaptarse a la nueva situación: “Surgían rencillas por las cosas más pequeñas (...) teníamos prohibidas las mujeres, pero Paco había estado antes en la Agrupación de Granada y allí no se prestaba atención a esto. Al faltar contacto con el Estado Mayor, Paco tendió a buscar las mujeres. Esto daba lugar a discusiones” Hubo también casos en el sentido contrario, es decir, guerrilleros que recibieron proposiciones femeninas y que, en alguna ocasión rechazaron tempestuosamente. Un motivo de esa contención sexual era el deseo de evitar distracciones en su labor, pues hubo ocasiones en que la Guardia Civil pudo sorprender a guerrilleros que estaban tratando a unas chicas, y un enfrentamiento con los Guardias que originó dos muertes en las filas del maquis por haber visitado a un cortijo donde esperaban encontrar a unas mujeres y que estaba vigilado por la fuerza pública. Quizás una mentalidad puritana que, en algunos casos, veía a las mujeres como elemento de corrupción, explique también la prohibición de tratarlas o que se 111

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incorporaran a la guerrilla. Esa mentalidad se deduce del recuerdo de algunos guerrilleros y enlaces que achacan a una mujer la caída del jefe del maquis granadino-malagueño. Nos referimos a la detención en Madrid, cuando preparaban la huida, de Roberto y de Ana Gutiérrez Rodríguez, «Tangerina», sentimentalmente unidos desde unos meses antes: hay quienes dicen que fue ella la que lo entregó; otros manifiestan que fueron capturados porque Roberto había descuidado sus obligaciones, atendiendo más a Ana Gutiérrez. Pero no hay referencia documental alguna en ese respecto, y del análisis de la causa celebrada contra ambos que desprende que la caída pudo tener otras causas. Como otros aspectos que hemos visto del imaginario colectivo (entre ellos el maniqueísmo), esa mentalidad puritana y a veces agresiva con la mujer, parece ser compartida por Guardias, como Francisco Aguado, que afirma lo que sigue: “Roberto” (...) con una gran experiencia como atracador y terrorista (...) y no menos énfasis y entusiasmo, en el que, dicho sea de paso, le anima su novia apodada “La Tangerina". Esas imputaciones contra Ana Gutiérrez no aparecen en ningún momento a lo largo de la causa seguida contra ella; ni en los atestados, ni en los antecedentes que investigó la fuerza pública; tampoco en las indagaciones del juez instructor, ni en las acusaciones del fiscal o en la sentencia. Había conocido a Roberto a finales de mayo de 1951, cuando abandonó la sierra, sin volver a actuar en la misma, y fueron detenidos en septiembre del mismo año

CONCLUSIONES Las imágenes que transmitieron, tanto el movimiento guerrillero de postguerra (en nuestro caso la Agrupación Guerrillera Granada-Málaga) como sus oponentes, se expresaron mediante un lenguaje distinto que encontró su culminación a la hora de calificar aquel movimiento con los términos opuestos de bandolerismo y guerrilla. A nuestro entender, el rigor histórico debe llevar a la asunción del segundo de estos términos, sin que ello suponga aceptar el maniqueísmo que a él se ha vinculado. El análisis y la constatación de las fuentes que hemos manejado nos ha permitido, también, descubrir la intencionalidad existente en el conjunto de símbolos (entre ellos el lenguaje) que se emplearon, apreciando el papel determinante, en muchos aspectos, de las cúpulas dirigentes tanto del movimiento guerrillero, cuyas ideas se plasmaban en el Manual y que en bastantes ocasiones trascendían a la práctica, como de la Guardia Civil. Hemos estudiado, asimismo, diferentes aspectos de la vida cotidiana del guerrillero, en la que la mentalidad se conjugaba con la necesidad y la adaptación a las circunstancias. En este campo jugaban un papel trascendental los enlaces, principalmente soportes de la organización y objetos, por tanto, de los rigores represivos.

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Personajes más importantes de la guerrilla Granada-Málaga ANTONIO RAYA GOMZÁLEZ (1914 - 1942) Natural de Güéjar Sierra (Granada). Fue un guerrillero español del maquis antifranquista. Afiliado al Sindicato Metalúrgico de la CNT, antes de cumplir 15 años como aprendiz se fontanero. Durante los años de la Segunda República colaboró con los grupos de acción de las JJLL y la FAI, interviniendo en diversas acciones de guerrilla urbana, como el intento de asesinato del administrador del penal de El Puerto de Santa María y la sublevación de 1933. Durante la Guerra Civil Española fundó la columna "La que siempre rayó", que combatió en la zona de Antequera hasta la caída del frente malagueño. Posteriormente llegó a ser comisario de la 88 brigada en Pozoblanco y Extremadura. Tras la guerra, continuó luchando en las sierras malagueñas, donde organizó guerrillas rurales y urbanas que actuaron en Málaga, Córdoba, Granada y Madrid, donde llevó a cabo una intensa campaña de asaltos, sabotajes y represalias hacia delatores y falangistas. Fue asesinado en una emboscada en la ciudad de Granada en el año 1942...

HERMANOS JURADO MARTÍN – Manuel “Clemente”, y Antonio “Felipe”. Manuel, mientras perteneció a la organización del Llano, usó otro nombre de guerra: "Fraile". La base principal de esta organización se encontraba en Torrox (Málaga). Cuando subió a la Sierra a principios de 1945 se hizo llamar “Clemente”. Había estado encarcelado durante más de 5 años por su pertenencia al bando republicano en la Guerra Civil. Uno de sus principales colaboradores en el Llano, cuando ambos todavía estaban en libertad vigilada, y en la Sierra, sería su hermano Antonio "Felipe". Sus primeras bases montañeras las tuvieron en Sierra Tejada (divisoria Málaga-Granada) y la zona de actuación fue la comprendida entre la citada sierra y los pueblos de Almáchar, Vélez-Málaga y Nerja

HERMANOS MORENO BARRAGÁN "Morenos de Cortes" Francisco, Diego y Julián. Eran naturales de Cortes de la Frontera (Málaga). La partida la mandó primero en 1939 Francisco "Benito". Su lugarteniente fue "Chato Cuarterón", que más tarde formaría su propia partida, estos serían los principales componentes de la partida: Francisco Moreno Barragán "Benito" Diego Moreno Barragán "Moreno de Cortes" Julián Moreno Barragán "Moreno de Cortes" Andrés Pérez Fernando Izquierdo González "El Guitarro" Diego Vázquez Duran "Porque" Manuel Uceda Lucas "Gordillo de Cáceres" José Flores García "Chato Cuarterón" José Guerra Galván "El Guerra Fuente principal: Paisajes de la Guerrilla

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La Guerrilla en el Campo de Gibraltar - Cádiz “Los de la Sierra” Presencia de la guerrilla antifranquista en los montes de Tarifa Luz Mª Perea Delgado Licenciada en Historia por la Universidad de Cádiz. Correo electrónico: [email protected]

A partir del relato de Cristóbal Trujillo Serrano, familiar de dos víctimas de la guerrilla, inicio una exhaustiva investigación sobre un tema desconocido para muchos, ya que se asocia exclusivamente con la zona de Levante y el norte peninsular, el de la resistencia antifranquista. Sin embargo, un grupo de estos guerrilleros, actuó en la zona de Tarifa, el Campo de Gibraltar y las sierras de Cádiz y Ronda entre 1939 y 1950. Aunque su presencia en la zona de Tarifa fue más evidente entre 1944 y 1950 Más allá de los documentos oficiales que se conservan, no existió un mando guerrillero operativo para todo el territorio nacional, y cada agrupación, incluso cada partida, hizo lo que pudo y como pudo, como podrán comprobar a lo largo de esta comunicación. Por lo que no es de extrañar que la gente de a pie los identificara como bandidos, bandoleros, forajidos, es decir, delincuentes. Unos “delincuentes” que lucharon por la democracia y la libertad, que murieron con la esperanza de ver pronto restaurada su amada República, y que no fueron “indemnizados” hasta el 16 de mayo de 2001, cuando el Congreso de los Diputados aprobó la rehabilitación moral y política de estos combatientes. Tienen en sus manos otro tipo de indemnización, una investigación rigurosa que tiene como objetivo esclarecer, dentro de lo posible, los hechos ocurridos y acercar al ciudadano una parte de nuestra historia olvidada.

Introducción En primer lugar me gustaría aclarar los términos que he escogido para el título de este artículo. Otros compañeros, historiadores y periodistas, han utilizado la palabra maquis en sus publicaciones; sin embargo, he comprobado a lo largo de mi investigación que este término francés es desconocido por muchos, ya que se asocia exclusivamente con los acontecimientos que tuvieron lugar en el Pirineo tras la invasión del Valle de Arán. Mientras que la expresión “los de la sierra” era utilizada por la mayoría de los que convivieron con ellos, ya que muchos 114

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desconocían el porqué de sus actuaciones y los identificaban con su modo de vida; otros porque sabían que la palabra guerrillero estaba prohibida por orden de la Dirección General de Seguridad; y, en parte, porque el término francés maquis era un concepto extraño para los ciudadanos de a pie. A diferencia de lo que piensan muchos, estos grupos armados comenzaron a actuar en nuestro país mucho antes de que finalizara la Guerra Civil; de hecho, existen autores que afirman que ya durante la contienda el Ministerio de la Guerra de la República aprobó un plan para formar grupos de hombres destinados a actuar en las retaguardias de los frentes de Andalucía, Extremadura, Centro y Cataluña. A los que se sumarían una vez terminada la contienda, todos aquellos republicanos que se echaron al monte por miedo a la durísima represión que efectuaron las fuerzas nacionales contra éstos. Sin embargo, en la zona que nos ocupa no es un fenómeno que se desarrollará con fuerza hasta la segunda mitad de la década de los 40.

La resistencia armada durante la Guerra Civil Desde el 18 de julio de 1936, una de las actitudes que caracterizó a los sublevados fue el proyecto de aniquilar a los vencidos; de hecho, las palabras de algunos de los “cabecillas” del alzamiento lo corroboran. El representante máximo del ideario rebelde, el general Emilio Mola, escribía que “la acción debe ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo” mediante la aplicación de “castigos ejemplares a todos los directivos de partidos y sindicatos desafectos al Movimiento”. Del mismo modo, Queipo de Llano expuso el 23 de julio de 1936 en La Unión su programa para el futuro: “Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas!”. Por su parte, quien iba a convertirse en el máximo responsable de la sublevación, el general Francisco Franco, dejó claro a un periodista americano que la suya era una guerra de exterminio: “No. No, decididamente, no. Nosotros luchamos por España. Ellos luchan contra España. Estamos resueltos a seguir adelante a cualquier precio”. El periodista le insinuó que para ello tendría que matar a media España, a lo que respondió: “He dicho que al precio que sea”. Como podemos comprobar, Franco se negó desde un principio a cualquier solución de la guerra que no pasara por la rendición incondicional de los republicanos. Por lo que a los vencidos más destacados se les negaba la posibilidad de incorporarse al nuevo Estado y su horizonte se reducía a la muerte, el exilio o los campos de concentración; en cambio, a los republicanos anónimos les esperaba, en el mejor de los casos, la sumisión y el silencio. Para ello se emplearon dos métodos sistemáticos de represión: los consejos de guerra y los “paseos”. Los consejos de guerra tenían bastante de surrealismo judicial, ya que se juzgaba por el delito de rebelión a quienes permanecieron fieles a la legalidad y sus jueces eran, paradójicamente, los rebeldes. Fue el caso de Bernabé López Calle, jefe de la agrupación guerrillera más importante que actuó en la provincia, este Guardia Civil malagueño fue juzgado y expulsado del cuerpo al terminar la Guerra Civil. Curiosamente en el expediente de expulsión están anotados sus años de servicio en el Cuerpo y la paga a que tenía derecho, sin embargo, nadie le comunicó ese reconocimiento al que sólo podía acceder si lo solicitaba,

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evidentemente nunca lo hizo. En el caso de Tarifa, la ciudad cayó sin dificultad en manos del ejército rebelde, sin que se produjeran enfrentamientos importantes. Lo que no quiere decir que, en estos primeros momentos, no se tomaran represalias. De hecho, entre los meses de julio y septiembre se produce la represión sobre los elementos pertenecientes o cercanos al Frente Popular, el caso más significativo el del alcalde Amador Mora Rojas y su familia; a la Unión Republicana; a los socialistas; y a los sindicatos CNT y UGT. Casi todos fueron detenidos y fusilados más tarde, los nombres de éstos se recogen en el monumento honorífico ubicado en el cementerio tarifeño, uno de los lugares elegidos por los falangistas para cometer estos crímenes atroces, junto a otro en Vicos, una zona cercana a la aldea de Facinas. Esta situación de inseguridad favoreció que un número importante de republicanos decidieran no entregarse e iniciaran espontáneamente un fenómeno típico de la guerra y primera posguerra: el de los huidos. En un primer momento , la mayoría se escondió en sus casas o en las de sus familiares; otros, los menos, se decidieron desde un principio por la sierra. Entre los que se ocultaban predominaban los republicanos vinculados a organizaciones políticas y sindicales de izquierdas, pero también ciudadanos escasamente comprometidos, aunque señalados por sus convecinos porque habían votado al Frente Popular o simpatizado con su programa reformista. En poco tiempo, una parte de los huidos, ante el acoso de las fuerzas del orden o las promesas de perdón, terminó entregándose; un segundo grupo decidió “enterrarse en vida”, en sus propias casas o cerca de sus pueblos de origen, iniciando la tipología de los llamados “topos”; mientras que el tercero consolidó sus posiciones en montes y sierras como la mejor forma de salvar la vida. A estos últimos se fueron agregando hombres que no se presentaban a las llamadas de reclutamiento franquista o que, una vez encuadrados en las diferentes unidades, aprovechaban el primer permiso para desertar; del mismo modo, los evadidos de las cárceles y campos de concentración. Estos huidos constituyeron desde el principio un motivo de inquietud para las autoridades franquistas, incapaces de hacer frente a un problema de orden público, que cuestionaba su dominio sobre amplios territorios. En un primer momento, se encargaron de su persecución soldados de reemplazo, legionarios y regulares, pero estas unidades entrenadas para la lucha en el campo de batalla no rendían lo suficiente en la sierra. No sería hasta la llegada de las Columnas de Operaciones, compuestas por falangistas, guardias civiles y policías, cuando se produjo una mayor efectividad. Sus métodos eran bastante toscos y violentos, por lo que los huidos respondieron con idénticos métodos, produciéndose una dialéctica represión- contra-represión que perdurará hasta que surjan los primeros grupos guerrilleros organizados. De este período, conocemos la existencia de varios casos de huidos en los campos y sierras tarifeñas, es el caso de Juan Pantoja, cuyo padre se lo llevó a la sierra con sus hermanos; los Villanueva, que se refugiaron en el Cortijo o Rancho del Pino, en la Angostura; Diego Piñero hizo lo mismo con toda su familia; suponemos que no serían los únicos, pero a la hora de reunir testimonios hemos encontrado muchas dificultades, ya que todavía son muchos los que se niegan a hablar por miedo a posibles represalias . Vuelve a hacerse notar el desconocimiento existente sobre el período y la necesidad de trabajos divulgativos serios que acerquen a la sociedad la realidad del momento histórico por el que pasó España, para que no

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vuelva a repetirse o, al menos, esté en la memoria de todos los españoles para que intenten evitar comportamientos parecidos a los llevados a cabo durante la Guerra Civil y posterior dictadura franquista. Respecto a la guerrilla, todavía no podemos hablar de actividad en la zona de Tarifa durante estas fechas porque, de hecho, aún no existía. Aunque debemos tener en cuenta al germen de ésta, que fueron las diversas partidas surgidas en la serranía malagueña a principios de 1937. La más antigua fue la del Tabarrito, acompañado por el Rango, Montudo, Rebollo, Peroles, Monta, Cosque, Romero y los hermanos Diego y Juan Abelló. En el mismo año surge otra partida integrada por Chaparro, Trujillo Ruiz y el Cojo de Madrid. La tercera y última partida que se organiza en 1937 es la conocida por Casares, que llegó a contar con una veintena de huidos, entre los que se recuerdan Germinal Mateos, Razones, Vinagre, Vinagrillo, Gordillo, Sastre, Blanquito, Calero, Totoare, Contreras, Tejerina, Pabuceno y Lezno; de los que una gran mayoría se trasladarán a la provincia de Cádiz a lo largo del período del que hablaremos a continuación.

Huidos y guerrilleros en la posguerra El final de la guerra no significó el comienzo de la paz para todos los españoles. Los vencedores crearon toda una estructura judicial que permitiera al Régimen acabar con los restos del republicanismo: el 13 de febrero de 1939 se promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas, un texto cuyos efectos retroactivos alcanzaban de manera significativa hasta el año 1934; el 1 de mayo de 1940 se hizo pública la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que tenía por objetivo combatir las dos obsesiones particulares de Franco y a las que responsabilizaba de todos los males de España; la Ley de Seguridad del Estado del 29 de marzo de 1941 reunía las leyes represivas anteriores y completaba el círculo jurídico de la represión. Con este panorama, los resistentes continuaron en las sierras, pero existía un matiz importantísimo con respecto a los huidos en el período de la guerra: ya no podían contar con el apoyo del Gobierno, ni del Ejército republicano. Los de la sierra se encontraron en el peor escenario posible: aislados y a merced de las fuerzas represivas, situación ideal para que este grupo de desterrados políticos evolucionara hacia la delincuencia. No obstante, un episodio aparentemente ajeno a la política española modificó sustancialmente el contexto: el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El enfrentamiento entre los países democráticos y los totalitarios alentó la supervivencia de los huidos, sobre todo cuando a finales de 1941 las victorias soviéticas invirtieron el devenir de la guerra. Un ejemplo lo constituyó la creación de la Federación de Guerrillas de León-Galicia, el primer organismo estrictamente guerrillero de la posguerra, pero estos grupos no consiguieron organizar grupos que pudieran catalogarse de políticos o militares, ni establecer unos objetivos claros, más que la autodefensa mientras esperaban el resultado del conflicto europeo. Desvinculados de los partidos y sin ayuda externa, los guerrilleros vivían de lo que les proporcionaban sus enlaces y, sobre todo, de los atracos efectuados contra personas afines a la dictadura o con un alto nivel adquisitivo. Mediante estos golpes económicos conseguían un doble objetivo: procurarse los recursos necesarios para sobrevivir y represaliar a los franquistas. Aunque, generalmente, sólo recurrían a ellos en caso de necesidad, ya que

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conllevaban riesgos personales y políticos importantes: en primer lugar, porque ponían en peligro la vida de los hombres de la guerrilla; y porque esos golpes podrían provocar que la población se pusiera en su contra. Por el contrario, las acciones más numerosas fueron los sabotajes 17 y la detención y asalto de vehículos de línea, acciones que irritaban especialmente a las autoridades por sus efectos entre la población. También ocuparon pueblos, en los que además de explicarles por qué estaban en la sierra, solían llevarse alimentos, dinero y armas, aparte de castigar a los franquistas más significativos. A partir de 1941, unidades especiales de la Guardia Civil, las llamadas Compañías Móviles, se encargaron de la persecución de los huidos. 18 Los guardias civiles de estas unidades tenían el aliciente de que había recompensas tanto en metálico como en ascensos para quienes causaran bajas significativas a los huidos. Aunque, también tenían que sufrir las amenazas de éstos, por lo que entre 1942 y 1945, cuando existían dudas sobre el futuro del franquismo, se extendió por toda España una especie de pacto no escrito en el que guardias y guerrilleros evitaban los enfrentamientos. Pero esta situación cambiará a partir de 1947, como veremos más adelante. Durante este período, en la serranía de Ronda, 19 entre Málaga y Cádiz, merodeaban pequeños grupos de huidos, entre los que empezaban a destacar el de Pablo Pérez Hidalgo Manolo el Rubio, comunista; y el de Bernabé López Calle, anarquista; que llegaron a ser los personajes de referencia de la guerrilla gaditana. Manolo el Rubio, apoyándose en los refuerzos que el partido enviaba desde Argelia y Marruecos, consiguió levantar en 1943 una organización pionera de la resistencia, la Agrupación Stalingrado, que gobernaba básicamente a los guerrilleros de obediencia comunista; aunque más que una guerrilla organizada, era una partida amplia con inquietudes políticas. Otras cuadrillas significativas fueron la de Juan Francisco. Un ejemplo de esto es la nota informativa del Comisario Jefe de la ciudad de Algeciras al Gobernador Militar del Campo de Gibraltar, con fecha del 12 de marzo de 1951, en la que se informa de la sustracción de hilo de cobre de las líneas telefónicas militares; aunque no se especifica quienes pudieron ser los autores (AHPC, legajo 3423, cuartilla ubicada dentro de una de las carpetillas que contienen comunicaciones y notas informativas sobre asuntos generales de la Policía de Orden Público del Campo de Gibraltar desde 1940 a 1953). Según telegrama postal del Gobierno Militar del Campo de Gibraltar al Jefe de la Bandera de la Legión en el municipio de Jimena de la Frontera (Cádiz), deberían transmitir diariamente a dicho organismo el resultado de las labores de vigilancia llevadas a cabo en los campos del municipio. Del mismo modo que se especifica que los legionarios deben salir al campo, acompañados de un Guardia Civil Rural, que se hará cargo de los presos y de su posterior entrega a las autoridades mayores. Domínguez Gómez Pedro el de Alcalá y la de Los Morenos de Cortes, capitaneada por los hermanos Francisco, Diego y Julián Moreno Barragán. Todos ellos llevaron a cabo numerosos golpes económicos y secuestros en el área de actuación de estas partidas, que operaban sobre todo en las localidades de Algar, Jimena de la Frontera, Grazalema, Jerez y Ubrique en Cádiz; y Cortes, Benaoján, Montejaque y Gaucín en Málaga. Por lo que respecta a la zona de Tarifa, solo se conoce la detención el 3 de junio de 1943 del soldado desertor del Regimiento de Fortificación número cuatro, destacado en Bolonia (Tarifa), Rafael Santurén Cortés. Al que le intervinieron un fusil Mauser y un correaje 118

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con municiones, 20 las armas características que los desertores se llevaban al escapar de los Regimientos de Fortificaciones y los Batallones Disciplinarios de Trabajadores.

La invasión del valle de Arán El 19 de octubre de 1944 a las 6 de la mañana la División 204ª, creada para la ocasión, inició la “Operación Reconquista de España”, más conocida como la invasión del valle de Arán. Lamentablemente no llegó a buen puerto, ya que la población no reaccionó como los guerrilleros esperaban; de hecho, la Unión Nacional Española era totalmente desconocida. Sin embargo, este episodio fue decisivo para el posterior desarrollo de la guerrilla, ya que propició la organización de los grupos de huidos dispersos por el territorio español. A partir de este momento, la resistencia armada contra el franquismo tuvo como base organizativa las llamadas agrupaciones que, según el coronel Eulogio Limia Pérez, eran las siguientes: 1ª Agrupación o Agrupación Centro-Extremadura (Cáceres, Toledo, sur de Ávila, suroeste de Madrid y zonas norte de Badajoz y Ciudad Real. 2ª Agrupación (La Mancha-Ciudad Real y zonas limítrofes). 3ª Agrupación (Córdoba, sur de Badajoz y otros límites provinciales). 4ª Agrupación (Galicia). 5ª Agrupación (zona este de Ciudad Real, sur de Cuenca y oeste de Albacete). 6ª Agrupación Guerrillera Granada-Málaga (y límites con Almería). 7ª Agrupación “Fermín Galán” (Sierra de Cádiz, Campo de Gibraltar y Serranía de Ronda), aunque según la información manejada, sabemos que esta agrupación no se formó como tal hasta 1949, hasta entonces actuaron en la zona dos partidas diferenciadas: la de ideología comunista dirigida por Manolo el Rubio y la anarquista de Bernabé López Calle. 8ªAgrupación Guerrillera de Levante-Aragón (Teruel, Valencia, Castellón, Cuenca y limítrofes). 9ªAgrupación Guerrillera de Asturias-Santander-León-Palencia. Para completar esta importante labor organizativa se distribuyó un abundante material que reglamentaba perfectamente la vida de los guerrilleros, como si de un verdadero ejército se tratase.

Los años decisivos: 1945-1947 El fracaso de la invasión del valle de Arán no acabó con el ánimo de los guerrilleros, así como de los republicanos en el exilio. Eran tiempos en los que parecía imposible que los aliados, vencedores de los fascismos, no intervinieran en España. Sin embargo, la política mundial entró de inmediato en un tobogán de intereses geoestratégicos que sepultaron los sueños republicanos en el panteón de las causas perdidas. La Guerra Fría, consecuencia lógica del reparto de áreas de influencia y de los sistemas políticos y económicos dominantes, consolidó definitivamente al franquismo, ya que los ingleses lograron convencer a los americanos de que la presencia del dictador al frente de España era conveniente, además de barato, ya que a cambio de poner el país a disposición de los intereses occidentales sólo pedía que no interfirieran en la política interior de España. 119

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Ante este panorama político, se produjo un cambio importante en la configuración de la guerrilla en la provincia de Cádiz, se trata de la creación de la Junta Nacional de Guerrilleros Antifascistas del Sector Sur el 17 de agosto de 1945, que fue el primer intento de organizar a los guerrilleros de las diferentes ideologías, incluidos los republicanos, dotándolos de un único mando militar y político. La Junta queda constituida de la siguiente forma: Jefe militar: Pedro Pérez Hidalgo, Manolo el Rubio (PCE). Lugarteniente: Juan Vigil de Quiñones, Juanito. Vocales: Polonio (PSOE), Domingo (UGT), Benito (JSU), Barbero (UR), Guillermo (CNT) y Miguelete (IR). En una posterior reunión en agosto de 1946, los guerrilleros del Sector Sur se unieron a la Alianza Nacional de las Fuerzas Democráticas y confirmaron a Bernabé López Calle Fernando, Fernando Abril o Comandante Abril como jefe de la guerrilla gaditana-malagueña. Pero las partidas de López Calle y Manolo el Rubio no actuarían como una sola, en realidad se habían repartido el territorio (el primero en el oriente de Cádiz y el segundo entre Cádiz y Málaga) y aceptaron colaborar en caso necesario; aunque, según opiniones de Manolo el Rubio, podemos suponer todo lo contrario, “ese hombre [refiriéndose a Bernabé López Calle] era débil pero muy egoísta. Si no le nombraba jefe lo único que iba a poner serían chinitas en el camino”. Sin embargo, otros testimonios de quienes también le conocieron lo ensalzan hasta rozar casi el misticismo y llegan a convertirlo en “uno de los guerrilleros más audaces y carismáticos de Andalucía”. También puede leerse, según cuentan veteranos de su grupo como Vladimiro y su ex-enlace Eugenio, “Bernabé gozaba de un gran carisma entre sus hombres, era muy avispado y con grandes dotes de mando, además de una gran capacidad de comprensión que le sería muy útil para unificar criterios y lograr una buena convivencia entre los miembros izquierdistas y anarquistas de su partida”. Su lema era “el derrocamiento del régimen franquista ha de ser obra de todos los españoles honrados”. A pesar de todo, fue la agrupación de Bernabé López Calle la que consiguió vertebrar una amplia red de colaboradores anarquistas en Jerez y contó con el apoyo de la CNT de Sevilla, pero las caídas masivas de abril de 1947 le obligaron a desplazarse hacia la zona de Ronda. Como ocurrió en toda Andalucía, las cuadrillas gaditanas del Campo de Gibraltar realizaron secuestros con cierta asiduidad, es el caso de la historia de la familia TrujilloSerrano: el 19 de octubre de 1945 fue secuestrado uno de los hijos de la familia, José Trujillo Serrano por Andrés Chaves Martínez, El Chaves, Fernando Moya Muñoz Minuto, Juan Toledo Martínez Caracoles y Palmiro; y a los dos años, el 23 de mayo de 1947, otra partida de guerrilleros secuestraba a otro de los hermanos, Antonio Trujillo Serrano. Ambos secuestros se llevaron a cabo de forma similar. La partida se acercó al Molino de Carrizales a última hora de la tarde, ya casi al anochecer (ya que la oscuridad favorecía la huida de los asaltantes), cuando la familia estaba atareada encerrando a los animales. En el primero de los casos atraparon en un descuido a José Trujillo y se lo llevaron con ellos al monte, allí lo retuvieron durante siete días hasta que su padre pagó el rescate. Ante la imposibilidad de mantener una entrevista con éste último, ya que falleció hace unos años, le preguntamos a su hermano Cristóbal sobre su experiencia: “Él contaba después

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que mal no lo trataron, pero claro lo tuvieron retenido, privado de libertad, pero que le daban de comer, de lo que ellos comían, comía él y, en fin, que lo atendían.” Suponemos que por eso nunca imaginaron que el secuestro de Antonio tuviera tan trágico final. Cristóbal nos cuenta que la primera vez su padre pagó el rescate antes que la Guardia Civil se enterase, por lo que no hubo ningún problema. Sin embargo, la segunda vez, la Guardia Civil actuó rápido e impidió que la familia realizara el pago, para así intentar atrapar a los guerrilleros. Por lo que Cristóbal no cree, como apunta Juan Quero en su libro, que la causa del segundo secuestro fuera el incumplimiento de un trato entre el padre de los secuestrados y los guerrilleros: el pago del rescate de José Trujillo Serrano a plazos. Cristóbal asegura que su padre pagó la totalidad del rescate, que ascendía a un total de 230.000 pesetas (aunque dudamos de esta cifra, ya que casi ninguno de los secuestros obtuvo un rescate tan fructífero ni tenemos otra fuente con la que contrastar esta información; además, tenemos que tener en cuenta que Cristóbal sólo era un niño que escuchaba conversaciones de mayores) y que los guerrilleros volvieron porque sabían que eran una familia “que estaba desahogada económicamente”, en ningún momento, debido a razones ideológicas. A lo largo de la operación de búsqueda, una contrapartida detuvo en el monte al pastor que trabajaba para la familia Trujillo, esté se declaró culpable de colaborar con los guerrilleros en el segundo secuestro; de hecho, se encargó de indicarle a los guerrilleros cuál era la mejor hora y el mejor sitio por el que acceder a la propiedad. Otro duro golpe para la familia, ya que lo tenían por hombre de confianza. De la misma manera, indicó a la Guardia Civil la zona por la que se podían encontrar los guerrilleros, se trataba de las sierras del municipio de Los Barrios, donde abundan las cuevas y abrigos que le servían de escondite. Por ejemplo, a la entrada de una cueva en la zona de Castellar de la Frontera se puede leer un ¡Viva la República! y ¡Viva el Comunismo! grabados en la roca a la entrada de una de ellas. No es de extrañar, ya que por testimonios de otros guerrilleros de la época se sabe que llegaban a recorrer más de 40 kilómetros al día, siempre de noche y borrando sus huellas; así como sin fumarse un cigarrillo o sin encender fuego, ya que el humo o el olor los podía delatar. Por la misma época, suponemos que se produjeron los incidentes que Juan Quero enumera en su obra sobre Facinas, aunque son muy pocos los datos que se ofrecen al respecto y tampoco han podido ser contrastados con otra fuente, como si hemos podido hacer con el testimonio de Cristóbal Trujillo Serrano, que coincide casi a la perfección con lo narrado por Manuel Pérez Regordán en su libro. Según él, la primera incursión de la guerrilla en la zona se produjo en Salavieja y se llevaron a Antonio Jaén, por el que su tío tuvo que pagar un fuerte rescate; en otra de sus correrías llegaron hasta El Almarchal en busca de José Barrio Jiménez, era verano y le sorprendieron tomando el fresco nocturno en la puerta de su casa, trató de encerrarse en ella y al cerrar la puerta le hicieron una descarga con armas de fuego, lo hirieron gravemente en el abdomen, a las pocas horas murió en Algeciras, donde lo trasladaron con urgencia; y, en otra ocasión, trataron de asaltar el Cortijo de la Cuesta, pero los habitantes del mismo fueron alertados por los perros, cerraron la puerta y los bandidos no pudieron entrar.

El “trienio negro” de la resistencia (1947-1949)

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Descartada la intervención aliada, el verano de 1947 significó el fin de las agrupaciones guerrilleras. El referéndum del 6 de julio acerca de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado y, tres meses antes, el decreto-ley para la Represión del Bandidaje y el Terrorismo representaron la victoria para unos y la derrota para otros. Con el primero se introdujo en España la democracia orgánica exigida por los países democráticos para considerar legítimo el régimen de Franco; mientras que el decreto sobre bandidaje aportó los instrumentos jurídicos para declarar una guerra total contra los hombres del monte, llevada a cabo por la Guardia Civil con la ayuda del somatén. De esta manera se solucionaba un problema común hasta el momento, la Guardia Civil evitaba los enfrentamientos con los guerrilleros. Sin embargo, a partir de 1947, las autoridades franquistas forzaron a la Guardia Civil a emplearse con contundencia, ya fuera mediante la expulsión del cuerpo y detención de aquellos que no respondieran a las expectativas de los mandos más duros (llegándose a conocer algunos casos de ejecución, como en Mesas de Ibor); ya premiando a los guardias más eficaces en la lucha, tanto en ascensos como en metálico. De hecho, la detención o eliminación de un maquis estaba premiada económicamente, lo que provocó, salvo casos excepcionales, que los guerrilleros fueran ejecutados en lugar de detenidos. Del mismo modo, una parte sustantiva de las ejecuciones de enlaces estaba relacionada con el pequeño negocio que se había montado en torno al maquis: matar a un enlace y adjudicarle la condición de guerrillero suponía cobrar una recompensa, y como nadie estaba dispuesto a investigar, siempre que el muerto fuera un “rojo” se trataba de un negocio seguro. Estos asesinatos se cometieron amparados en la Ley de Fugas, un tipo de ejecución extrajudicial que consistía en simular la fuga de un detenido, especialmente cuando era conducido de un punto a otro, para poder así suprimir la fuerza que lo custodia y encubrir el asesinato del preso tras el precepto legal hacer fuego sobre un fugitivo que no obedece a la orden de alto de los guardias. Para ello, la guardia custodia se retrasaba en el camino por detrás del detenido hasta que había la relativa distancia como para considerar que el preso se estaba fugando, se disparaba por la espalda para dar más credibilidad a la fuga. Pero, a pesar de ello, el régimen franquista ponía énfasis en que las noticias sobre la guerrilla y su final no traspasaran el ámbito local, tan importante como combatir la guerrilla era que los españoles no supieran de su existencia. Durante este período, en Andalucía operaban tres focos guerrilleros consolidados, Córdoba, Granada-Málaga y Cádiz-Málaga, pero no tenían contacto orgánico entre ellos, ni siquiera relaciones esporádicas. Tampoco aprovecharon la existencia de partidas aisladas en otras provincias, como es el caso de Jaén, para ampliar el territorio de la guerrilla y desplazar la presión de las fuerzas del orden. En el caso del grupo guerrillero que operaba entre los límites de Cádiz y Málaga fue siempre una organización secundaria en el contexto de la resistencia andaluza. Lo más sobresaliente del maquis gaditano estaba representado por la convivencia, con las fricciones inevitables, de comunistas y anarquistas en los diversos proyectos guerrilleros que sufrieron un importante retroceso con la desarticulación de la red de enlaces en abril de 1947 (sólo en Jerez fueron arrestados 29 antifranquistas). A partir de esta fecha, los dos grupos que dominaban el panorama armado en la zona se instalaron en una actitud defensiva con el objeto de resistir con los menores costes posibles la ola represiva que llevaba a cabo desde Medina-Sidonia el teniente coronel Roger Oliete Navarro, encargado de 122

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acabar con la guerrilla en la zona. Pero en febrero de 1949 se produjo un intento de reforzar la organización, que coincidió con la presencia en la zona de un delegado del Comité Regional del PCE de Sevilla, Manuel Abollado Orejitas. Las nuevas conversaciones se concretaron en la unión orgánica de las partidas del Comandante Abril y Manolo el Rubio en la 6ª Agrupación, también llamada Agrupación Guerrillera Fermín Galán (en memoria del Capitán de Infantería de San Fernando, que había protagonizado en la localidad de Jaca la frustrada sublevación republicana de diciembre de 1930), fundada en ese mes de febrero en un paraje conocido como la sierra de las Cabras, en el término de Jerez de la Frontera, y de la que formaban parte 27 resistentes. Fue nombrado responsable militar López Calle (el único anarquista que alcanzó la jefatura de una agrupación en la resistencia antifranquista), Polonio sería el ayudante, Manolo el Rubio recibió el cargo de jefe del Estado Mayor, Juanito se encargaría de la propaganda guerrillera y de la administración Aniversario. La nueva organización se extendía por el oriente de Cádiz y el occidente de Málaga, básicamente en la Serranía de Ronda, formándose cuatro sectores con su grupo o partida correspondiente: Primer Sector: de Cortes de la Frontera hasta la estación férrea de Gaucín, del que Benito (uno de los Morenos de Cortes) era Jefe de grupo. Segundo Sector: Ubrique, Algar y Jerez de la Frontera con Lobatón al mando. Tercer Sector: Montejaque, Grazalema y Benaoján controlados por el grupo de Caracoles. Cuarto Sector: Alcalá de los Gazules, Jimena de la Frontera y Los Barrios bajo el mando de Pedro el de Alcalá. La fundación de la Agrupación Fermín Galán puede servirnos como paradigma para entender la falta de coherencia y comunicación de la lucha armada contra Franco. Resultaba absurdo establecer una nueva agrupación cuando desde octubre del año anterior el PCE había cambiado de táctica y pretendía acabar con la fase guerrillera. Como cabía esperar, el sueño gaditano se vino pronto abajo, y Orejitas fue detenido en el mes de julio de 1949. Posteriormente, como ocurría casi siempre, fue cayendo la red de apoyos comunistas de Jerez y Cádiz y, luego, la de los anarquistas. Manolo el Rubio disolvió la agrupación a finales de 1949, lo que significaba el final de la guerrilla organizada en la zona. El hecho de que predominaran los hombres de obediencia anarquista tampoco favoreció la consolidación de una resistencia significativa. Durante este trienio, los guerrilleros gaditanos insistieron en los secuestros como medio de financiación, método que se aplicó con una frecuencia desconocida en otras agrupaciones.

El final de la resistencia armada (1949-1952) Cuando, en la primavera de 1952, los dirigentes comunistas del exilio cancelaron definitivamente la resistencia armada, apenas quedaban ya guerrilleros en los montes españoles: el franquismo se había encargado de eliminar los restos de este movimiento subversivo. Sin embargo, si algo caracterizó esta última fase de la resistencia antifranquista fue la traición. Las caídas de guerrilleros a partir de 1947 no se produjeron en el monte, sino a causa de las traiciones. 123

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De hecho, hemos conocido por la obra de otros autores que para realizar sus investigaciones ha sido de vital importancia un informe realizado por Roger Oliete Navarro, en el que daba cuenta a la Dirección General del Cuerpo de todas las actuaciones llevadas a cabo hasta el 25 de marzo de 1952. Pero nos ha sido imposible su consulta ya que suponemos que se encuentra en el Servicio de Estudios Históricos de la Guardia Civil, al que nos ha sido imposible acudir, denuncias de enlaces y compañeros. Era un síntoma de la lucha por la vida, pero también el reflejo de la cuota de oportunistas que aparecen siempre que se adivina un cambio en las relaciones de poder. En un trienio dominado por la muerte, también se llevaron a cabo importantes huidas que mitigaron la catástrofe humana de los últimos años de la resistencia antifranquista. Descartado Portugal, los destinos de las escapadas se reducían a la frontera francesa, la más buscada, y el norte de África, sobre todo Tánger y Casablanca, que implicaba la peligrosa travesía del estrecho de Gibraltar. De hecho, en el AHPC encontramos un documento donde la Guardia Civil informa al Gobernador Militar del Campo de Gibraltar de la detención de dos individuos, Rafael Bermúdez Rosado y Antonio Ortiz García, “bandoleros” con un amplio expediente delictivo, cuando desembarcaban del bote en el que pensaban sacar del país a varios compañeros. Aunque algunos de ellos, ante la imposibilidad de huir, intentaron sobrevivir camuflándose como jornaleros. Alejados de las sierras, que les hicieron, al mismo tiempo, temidos y vulnerables, buscaron trabajo fuera de los núcleos más vigilados con la esperanza de que no se olvidaran de ellos. También se produjo otra manifestación destacada, la de los hombres que, sabiéndose condenados a muerte, prefirieron quedarse en el monte a marcharse al extranjero, incluso pudiendo hacerlo. En general, y sin querer elevar el dato a categoría, los que se quedaron eran guerrilleros autóctonos, que se movían por comarcas de las que eran naturales, y que habían adquirido lazos de unión con compañeras en la zona o en el monte, y que no intentaron huir por razones afectivas. En el caso que nos ocupa, el final de la Agrupación Guerrillera Fermín Galán podría formar parte de un guion cinematográfico. En la noche del 30 de diciembre de 1949 la situación cambió definitiva y funestamente para la Agrupación Guerrillera. En estas fechas, Bernabé y sus hombres se encontraban en el campamento de Medina Sidonia, desde donde les resultaba relativamente fácil desplazarse hasta las sierras de Grazalema y Ronda. El encargado de llevar los suministros al campamento era Francisco Fernández Cornejo Largo Mayo, un hombre sin ideales claros que se había visto obligado a echarse al monte unos cuatro años antes. Esa noche salió del campamento para traer comida, pero fue directamente al cuartelillo de la Guardia Civil para delatar a sus compañeros, ya que había sabido por su esposa que la Guardia Civil había prometido que saldría impune si delataba al resto de la agrupación. Inmediatamente se dieron las órdenes oportunas para establecer bajo el mando del teniente José Girado González, Jefe de los Servicios de Represión de Bandoleros, un dispositivo de cerco en la zona del Cerro de la Atalaya y, concretamente, en el paraje de difícil acceso conocido como el Haza del Cabezón, donde se encontraba el campamento, con fuerzas de la Guardia Civil de Medina Sidonia, Benalup-Casas Viejas, Chiclana de la Frontera y

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Cádiz; siendo el propio Largo Mayo, vestido con el uniforme de la Guardia Civil, quien les guio hasta el mismo campamento. Más de veinte guardias rodearon el campamento y esperaron al amanecer, aunque no se pudieron acercar demasiado, ya que Bernabé y sus hombres solían colocar latas vacías unidas entre sí rodeando todo el campamento, precisamente para evitar ser sorprendidos en la noche. El ataque se inició con el lanzamiento de varias granadas de mano, seguido de abundante fuego de fusilería y subfusil. Los guerrilleros respondieron inmediatamente, aunque aprovechando la confusión surgida alguno de ellos aprovechó para huir. Cuando cesó el tiroteo y los guardias civiles pudieron acercarse al campamento encontraron el cuerpo sin vida de Juan Ruiz Huercano. El Capitán y el de Bernabé López Calle, cuerpos que fueron trasladados esa misma mañana a Medina Sidonia, en cuyo cementerio fueron enterrados en una fosa anónima. El resto de la agrupación corrió desigual suerte. José Calvo Pena, Juan Toledo Martínez Caracoles, Juan Virgil de Quiñones Juanito, Juan Francisco Domínguez Gómez Pedro el de Alcalá, Francisco Moreno Barragán Benito y Pablo Pérez Hidalgo Manolo el Rubio acudían todas las tardes a un caserón de Algatocín, conocido como El Chorrón, donde fueron sorprendidos por la Guardia Civil gracias a la colaboración de Pedro El Seco, dueño del caserón. En la refriega murieron los seis guerrilleros, aunque debido a una jugarreta del destino no fue Manolo el Rubio el que bajó esa noche del monte a cenar, sino Antonio Rincón González Rincón Perejil; pero como su rostro estaba desfigurado y nadie reclamaba el cadáver, el padre de Manolo el Rubio lo identificó como su hijo, no sabemos si para salvarle la vida o simplemente porque lo creyó muerto. Manolo el Rubio nunca lo sabría, ya que cuando se enteró de lo ocurrido, decidió buscar a Ana Trujillo Herrera La Oveja, una viuda de guerra que vivía en una choza en el municipio de Genalguacil (cerca de Ronda), que, aun viviendo sus padres, acogió al guerrillero en su humilde choza, donde le hizo un cancel con juncos y enredaderas en uno de los ángulos, allí vivió encerrado la friolera de veintisiete años, hasta que se enteró de la proclamación de don Juan Carlos I como Rey de España. Podemos considerar éste el final de un grupo de hombres, que por sus ideales o por supervivencia, se echaron al monte y dieron los últimos años de su vida a una lucha, perdida desde el principio, contra el franquismo. Soñando despiertos con la vuelta de su amada República, que ninguno de ellos logró ver, ya que ni Manolo el Rubio, que logró sobrevivir a la dura represión franquista, pudo hacer nada contra la recién estrenada monarquía parlamentaria que se encontró cuando salió de su particular encierro en 1975.

Conclusión La presencia de la guerrilla antifranquista en los montes de Tarifa se trató de un fenómeno temporal, bien limitado en el tiempo, que acabó tras la operación llevada a cabo por el Ejército y la Guardia Civil para resolver el secuestro de Antonio Trujillo Serrano, y que castigó duramente al grupo de guerrilleros. Además, los grupos que actuaron en la zona nunca tuvieron un papel importante en el desarrollo de la oposición antifranquista. A lo que habría

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que sumar los males que afectaron al movimiento en todo el país: tanto el abandono del PCE, como el de las democracias occidentales, así como las fracturas entre los diferentes grupos opositores al franquismo, tanto en el interior como en el exterior; la falta de apoyo del pueblo, cansado de la guerra y de las carencias que vinieron después; y la creciente solidez del Régimen que, después de imponerse por medio de la guerra y de una brutal represión, empezaba a salir del estancamiento económico y ampliaba su base social. Para terminar, me gustaría señalar que el gobierno indemnizó a los miembros de la guerrilla el 16 de mayo de 2001, aprobando en el Congreso de los Diputados la rehabilitación moral y política de estos combatientes. Aunque no se les designó como soldados de la República, con el reconocimiento moral y jurídico que confiere tal estatuto (en particular, el derecho a cobrar una pensión), los representantes de la Nación les otorgaron la calificación de combatientes por la democracia y la libertad. Sin embargo, en los archivos judiciales y policiales siguen siendo considerados como bandoleros y terroristas. También por la gente de a pie, que ignora la existencia de estos grupos y sus razones para echarse al monte, por lo que consideré importante en su día realizar este trabajo de investigación. No trato aquí de justificar las acciones violentas que llevaron a cabo los miembros de estos grupos, pero sí de ofrecerle a todo aquel que esté interesado la posibilidad de saber más de una parcela de nuestra historia reciente, paradójicamente olvidada por muchos, y que cada vez es más difícil de estudiar, porque nos están dejando todos aquellos que guardaban en los resquicios de su memoria episodios importantes de tan convulsos tiempos: la Guerra Civil española y la posguerra. Luz Mª Perea Delgado

Al Qantir 12 (2012)

Personajes importantes de la guerrilla Cádiz – Málaga En este apartado voy a incluir solo dos personajes, pero que dos personajes, dignos de pasar a nuestra Historia con todos los honores, no sé al lector que impacto le producirán estas dos historias, a mí me han dejado sorprendido por que las desconocía hasta esta fecha. Si viviéramos en yanquilandia seguro que ya la hubiésemos visto cien veces pero en este país sentimos un desprecio vergonzoso por nuestra historia, veamos estas historias.

PABLO PÉREZ HIDALGO “Manolo el Rubio” Pablo Pérez Hidalgo era natural de Bobadilla (Málaga). Formó su partida a principios del verano de 1940 y estableció sus primeras bases en Sierra Bermeja, actuando por zonas bien delimitadas: la de Gaucín, la de Casares (Málaga), la de Jimena y la de Castellar de la Frontera (Cádiz). Antes de echarse al monte, «Manolo el Rubio" había organizado varias partidas auxiliares del Llano, o grupos de enlaces, en la vertiente norte de Sierra Bermeja: por Genalguacil, Benarrabá y Jubrique. Participó en varias operaciones junto con la partida de

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"los Morenos de Cortes", primos hermanos suyos, en pueblos situados al pie de la Serranía de Ronda. En 1945, la partida inició sus operaciones por la cruz de las provincias de MálagaSevilla-Cádiz, siempre partiendo de sus bases de la Serranía de Ronda, pero utilizando también las que tenían en la Sierra de Algodonales (Cádiz). En 1946, la partida adopta el nombre de Agrupación de Guerrilleros "Stalingrado" y regresa a sus bases de Sierra Bermeja, desde donde extiende sus acciones hasta Tarifa (Cádiz). Se incorpora a la partida un grupo de fugados (mayo de 1946) de la cárcel de Málaga, cuya evasión fue organizada por Ramón Vías "el Madrileño" o "Martín", natural del Puente de Vallecas, que procedía desde África del Norte, donde había sido encerrado por los franceses (1939-1942) en un campo de castigo del desierto argelino (Camp Morand). Uno de los evadidos es José Chicón Martínez, natural de Pujarra (Málaga), ex guardia civil como Bernabé López Calle y también ex comandante del Ejército republicano (Jefe del "Batallón México"), que por acuerdo asume el mando de la Agrupación. "Fermín Galán" que agruparía 22 componentes, al que nombrará enseguida a “Manolo el Rubio” como su jefe adjunto de Estado Mayor. La zona de operaciones de Pablo y su grupo será, en 1947-48, la del Campo de Gibraltar. Según el relato de Luz Mª Perea, más arriba reseñado: “(…) El Capitán y el de Bernabé López Calle, cuerpos que fueron trasladados esa misma mañana a Medina Sidonia, en cuyo cementerio fueron enterrados en una fosa anónima. El resto de la agrupación corrió desigual suerte. José Calvo Pena, Juan Toledo Martínez Caracoles, Juan Virgil de Quiñones Juanito, Juan Francisco Domínguez Gómez Pedro el de Alcalá, Francisco Moreno Barragán Benito y Pablo Pérez Hidalgo Manolo el Rubio acudían todas las tardes a un caserón de Algatocín, conocido como El Chorrón, donde fueron sorprendidos por la Guardia Civil gracias a la colaboración de Pedro El Seco, dueño del caserón. En la refriega murieron los seis guerrilleros, aunque debido a una jugarreta del destino no fue Manolo el Rubio el que bajó esa noche del monte a cenar, sino Antonio Rincón González “Rincón Perejil”; pero como su rostro estaba desfigurado y nadie reclamaba el cadáver, el padre de Manolo el Rubio lo identificó como su hijo, no sabemos si para salvarle la vida o simplemente porque lo creyó muerto. Manolo el Rubio nunca lo sabría, ya que cuando se enteró de lo ocurrido, decidió buscar a Ana Trujillo Herrera “La Oveja”, una viuda de guerra que vivía en una choza en el municipio de Genalguacil (cerca de Ronda), que, aun viviendo sus padres, acogió al guerrillero en su humilde choza, donde le hizo un cancel con juncos y enredaderas en uno de los ángulos, allí vivió encerrado la friolera de veintiséis años, hasta que se enteró de la proclamación de don Juan Carlos I como Rey de España”.

Una historia de amor, desde la clandestinidad hasta la muerte Según nos cuenta Luis García, de Algeciras. Coordinador de AGE en Andalucía-Sur, Pablo Pérez Hidalgo y su protectora Ana Trujillo Herrera "La Oveja", estuvieron unidos sentimentalmente hasta el final de sus días. En este lugar, el Cortijo del Cerro, es donde Pablo Pérez Hidalgo “Manolo el Rubio” estuvo escondido 26 años como "topo" desde 1950 hasta 127

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1976 hasta su detención por la Guardia Civil a causa de la delación del estanquero del pueblo, al sospechar éste por unas compras de tabaco que hizo Ana en su local. Esta cabaña era propiedad de la familia de Ana “La Oveja”, la cual fue compañera de Manolo hasta los últimos días de su vida. El paraje donde se ubica el refugio es de los más bellos que existen en la Serranía, en el término municipal de Genalguacil y, tal como dice Isidro García, en su libro, Pablo desde su escondite veía todo lo que pasaba en el pueblo de Genaguacil incluso hasta escuchaba la música y las campanas de la iglesia. En la actualidad la espesura de los arboles hace que el pueblo ya no se vea como Pablo lo veía a lo largo de 26 años desde su escondite. El lugar se encuentra rodeado de castaños y totalmente camuflado, incluso todavía hoy es difícil saber dónde se encuentra la casa. "Pablo, una vez en libertad en 1976, siguió viviendo junto a Ana en el bello pueblo de Genaguacil, hasta que Pablo cayó enfermo y se fueron a vivir al pueblo natal de Pablo, Bobadilla (Málaga) donde el viejo guerrillero finalmente murió el 4 de diciembre de 1992 y Ana le sigue, pues muere de pena un mes después, el 8 de enero de 1993, tras negarse a comer sumida en un gran dolor por la pérdida de su amado compañero de privaciones, soledad y sufrimiento de tantos años en aquella pequeña choza perdida en los montes de Genalguacil. Así me lo contaba Isidro García quien conoció a ambos y sabía del gran amor que ambos se procesaban mutuamente”. Hay un bello final en el libro del profesor Isidro García que dice así: "Los restos de Pablo descansan en Bobadilla y los de Ana, por expreso deseo de su sobrina, son trasladados a Genaguacil. Lo que no pudo separar la guerra, el miedo, las dificultades y el peligro permanente, lo separó una simple decisión familiar."

DIEGO GÓMEZ GARCÍA “Diego el de la Justa” Diego “El de la Justa”. Este guerrillero difícil de clasificar como tal representa un caso más de la huida a la Sierra, producto de la injusticia social de aquellos tiempos. Originario de Teba (Málaga) donde todavía se le tiene un buen recuerdo de hombre honrado y trabajador, siendo muy apreciado por sus paisanos que le recuerdan con respeto. Diego, un simple trabajador del campo sin una adscripción política definida, arrenda en la zona de la Cuevecilla cercana a Teba unos terrenos baldíos a Pablo Ramos, un cacique local, a quien paga puntualmente su arriendo. Con mucho esfuerzo y trabajo Diego logra limpiar aquella tierra sin aparente valor, a la que sabe sacar una utilidad agrícola para poder alimentar a sus cuatro hijos y su mujer. El señorito Ramos, en vista de la "recuperación" milagrosa de aquel terruño, decide quitárselo a Diego "El de la Justa" sin ninguna compensación moral ni económica, con lo que Diego se resiste e intenta defender el producto de su trabajo. Una mañana, Diego, apercibido de que venía el tal Pablo Ramos armado para echarle de sus terrenos, le sale al encuentro entablándose una discusión en el que el cacique resulta muerto, y Diego comprende que su única salida está en echarse a la Sierra, como tantos miles de hombres y mujeres de la época.

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Diego aparece como "hombre de la Sierra", en los comienzos de 1940, por la zona de Ardales y Teba, con bases en la Sierra del Valle de Abdalajís. Todos los pueblos de los contornos fueron literalmente trillados por “Diego”, que había sido trabajador temporero y que conocía los más importantes cortijos de aquella región como su propia casa. Mientras tanto, su mujer e hijos tuvieron que soportar las frecuentes visitas y maltratos de los guardias civiles y falangistas, que los sometían a constantes humillaciones e interrogatorios, durante todo el tiempo que Diego estuvo en la Sierra. En Álora oímos hablar bastante de este jefe de partida. La mala uva que algunos le atribuyen — a él y a otros jefes de partida, en las cuatro esquinas del país— no era, por lo regular, más que la consecuencia de las tremendas injusticias soportadas durante largos años, cuando no por generaciones enteras de jornaleros del campo. Recuérdese: a veces los jornales trabajados en un año no llegaban a cien, el hambre y la miseria eran la forma de vida habitual, y la otra cara de la injusticia — la contra-injusticia, como diría monseñor Heider Cámara, obispo del brasileño Recite— es que la violencia que se desató a la sombra de la Guerra Civil — la "ira violenda", al decir del ilustre y valiente prelado del Brasil— y que protagonizaron los hombres de la Sierra, cayó alguna vez sobre los justos y no sobre los pecadores. Los caciques campaban a sus anchas y su palabra y capricho eran la ley local, pues en aquellos tiempos el término municipal de Teba y sus tierras cultivables, por ejemplo, estaba prácticamente repartido entre tres grandes familias propietarias. La peregrinación laboral de "Diego el de la Justa", en su época de jornalero, le había permitido anudar buenas relaciones con muchos cortijeros, pues tenía fama de hombre trabajador y servicial, lo cual le iba a permitir más tarde disponer de innumerables ayudas y de puntos de apoyo durante algo más de 9 años de vida guerrillera en la Sierra, puesto que cayó en plena Sierra de Ortégicar, a fines de mayo de 1949, en combate, cercado por las fuerzas represivas, junto con varios de sus hombres, después de una gran operación antiguerrillera en la que se desplegó un gran número de efectivos de la Guardia Civil. Nos comentaban varios vecinos de Teba que su cadáver, cargado en un mulo fue paseado por su pueblo natal como un trofeo de caza, ante el estupor de sus vecinos, siendo éste zarandeado y escupido por los caciques y falangistas locales, hasta el punto de que un teniente de la Guardia Civil, indignado, se dirige a uno de esos "valientes" espetándole: "Deja tranquilo a ese pobre hombre que ya es cadáver, que si tú hubieses tenido sus cojones, podrías haberlo demostrado capturándolo tú mismo allá arriba, en la Sierra". Podríamos decir que; las condiciones injustas y caciquiles de la España propia del siglo XVII que padecían los jornaleros del campo habían asesinado a un hombre JUSTO.

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EL MAQUIS ESPAÑOL

Realmente se conoce poco aún de la historia de los maquis. Mitificados por una parte y degradados a la categoría de bandoleros (cuando no terroristas) por la otra, sus verdaderas motivaciones siempre fueron manipuladas. De hecho, lo de “maquis” fue un nombre que vino después. Entonces se les llamaba “los echados al monte”. Aquí tenemos una de las claves: fueron echados, es decir, no se iban por su propia voluntad como guerrilleros. Una buena parte de los maquis que recorrían nuestra sierra eran prófugos, presos que se habían escapado de la cárcel de Azuaga adonde habían llegado por distintos motivos: junto a presos políticos, soldados republicanos y guardias de asalto en espera de destino de destierro, se mezclaban verdaderos rufianes y bandidos que aguardaban la pena capital. Por otra parte había un grupo de represaliados del pueblo a los que les negaban el trabajo y también el permiso para marcharse a otro lugar a buscarlo. Para unos y para otros, la única escapatoria era la de vivir de lo que robaban, para ellos y para sus familias, en espera de que las cosas cambiasen. Y hoy sabemos que tardarían en cambiar muchos años. La partida que conoció mi padre se formó en la primavera del 41 y siempre tuvo sus bases principales en el extremo occidental de Sierra Morena y sus refugios o puntos de apoyo en la Sierra del Recuero. Algunos apodos como “el Tripas”, “el Chato”, “Azulito”, “Baldomero”, “Pinche”, “Cantares”, “Calderón”, “Alemán”, “Cristo” o “Turronero” se dejaron ver por la zona del pueblo, moviéndose y ocultándose en lo que abarcan los términos de Alanis, Cazalla de la Sierra, Guadalcanal y Constantina. Se relatan “encuentros” en Nava Baja, del término de Alanís; en las proximidades de Piconcillo de Fuente Ovejuna (Córdoba), y multitud de atracos en cortijos del término del Pedroso, como Candelero, Riscos Blancos, La Lobera, La Navarra… En uno de los cortijos, no diré el nombre, fue donde mi padre los vio y pudo hablar con ellos, siendo niño. Esta partida, encabezada por “El Chato de Malcocinado” actuó por la zona de Llerena (Fuentes del Arco, Pallares, Bienvenida, Usagre, Llerena, Valencia de Las Torres), con puntos de apoyo en Sierra Prieta. Tuvo una zona de actuación muy dilatada, que se extendió hasta Cumbres Mayores (Huelva), El Pedroso (Sevilla), Hornachuelos y Fuenteovejuna (Córdoba) y Azuaga (Badajoz). No podemos decir que fueran santos. Si había que matar, se mataba. Venganzas por lo pasado las hubo. Y si para poder escapar había que llevarse por delante al que se interpusiera en el camino, se hacía. La partida que merodeó por aquí, se dice que asesinaron a un alguacil en Azuaga, a varios vecinos e incluso a propietarios de cortijos de la zona de Bienvenida. Culpables eran de los secuestros o ejecuciones de gente destacada del bando franquista (también a informadores o delatores) que se les imputaban. Otra cosa es lo que la propaganda franquista hacía llegar a la opinión pública, como asaltos y violaciones indiscriminadas. Si bien con el apoyo del ejército, fue la Guardia Civil la encargada de perseguir y luchar contra estos guerrilleros. Los encuentros entre ambos (Guardia Civil y maquis) eran minimizados por la prensa franquista denominándolos “refriegas”, si bien eran verdaderos enfrentamientos a tiros y cuerpo a cuerpo entre una partida y miembros de la benemérita. Si consideramos que la partida que merodeaba por aquí tenía más de quince componentes, podemos imaginarnos que esos encuentros no eran precisamente un juego de niños. Así

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ocurrió en el arroyo de la Encarnación, cerca de nuestro pueblo el 3 de agosto de 1944, por ejemplo. En un encuentro (“intensa refriega”) en el término de El Pedroso 14 días después, seis miembros de la partida fueron muertos, incautándoles dos escopetas, un fusil, un rifle americano, dos pistolas, 20.000 pesetas y cuatro macutos, con municiones y otros efectos. Se cuenta que la propia Guardia Civil creo “contrapartidas” para detectar grupos de apoyo a los maquis, e incluso que estos falsos guerrilleros hicieron cuanto les vino en gana, de hecho —me cuentan — que llegaron a secuestrar a personas bien aposentadas, incluso de derechas. Está escrito que en una finca de Alanís golpearon al cortijero y a sus hijos. El cortijero, preso del pánico, sacó a la familia de allí y entregó las llaves de la finca a la dueña, explicándole lo ocurrido. La señora fue a ver al sargento de la Guardia Civil, pero éste le contestó que “escapaba a su jurisdicción, pues las Contrapartidas dependían de la Superioridad”. Sólo ante la amenaza de la dueña de la finca "de hacer intervenir a gente amiga de Madrid influyente", el sargento cedió, prometiéndole que nunca más irían por la finca a molestar a nadie. La partida de nuestro pueblo anduvo siempre bastante suelta, e incluso se decía que rendían visitas nocturnas a sus mujeres sin que nadie se atreviera a cortarle el paso. En uno de los testimonios recibidos por mí se encuentra una explicación: los ciudadanos ayudaron tanto a los del monte debido a la tremenda represión que estaban sufriendo y a las injusticias de las que hacían gala “las fuerzas vivas” y, en cierto modo, era un modo de saldar cuentas con sus verdugos. Si algún potentado de un pueblo de alrededor profería una amenaza a alguien haciendo uso de su poder por ser afecto al régimen, al llegar esto a oídos de los del monte, era posible que el opresor fuera capturado y, tal vez, asesinado. Los ricos tomaron un enorme miedo, no acercándose a los cortijos. Cuenta mi padre que en diez años no vio una sola vez al “amo” del cortijo, situado en la encrucijada de Badajoz, Sevilla y Córdoba. Algunas veces la sola presencia en los montes de una partida armada, atemperaba el furor ultramontano de determinadas "fuerzas vivas”. De vital importancia es, por tanto, el apoyo que le daba la población. En un principio, recién echados al monte, es la familia y las amistades más íntimas las les procuran la comida, dejándolos en lugares previamente pactados o visitando de manera nocturna su antiguo hogar. Los atracos vienen después, cuando a las familias se las vigila y se las persigue, actuando la autoridad muchas veces con saña contra ellas (se las encarcela, se las corta el pelo y se les da escarmiento público…). Incluso algún familiar tras esto se echó al monte escapando también, debido a la represión laboral y al boicot económico que se les hacía, impidiendo que se pudieran ganar el jornal. Al pasar el tiempo, las tornas cambian. Eran años de hambre y los de la sierra hacían partícipes de sus botines a los familiares más necesitados. El medio más frecuente de obtener dinero era mediante el secuestro de personas adineradas y pedir el correspondiente rescate, a veces muy sustancioso. Por ejemplo, un secuestro en la Solana, el 29 de enero de 1943, les produce como botín veinte mil duros (600 € de la época). ¿Y qué hacían con ese dinero?: Dárselo a familiares y necesitados. Se cuenta un caso de un necesitado del pueblo al que le dieron dinero para medicinas. Delatado el hecho por un vecino de Azuaga, el enfermo fue encarcelado. Los alimentos los robaban o se los entregaban ciudadanos afines y las armas las obtenían de asaltos a la guardia civil generalmente. Otro secuestro sonado fue el de un hermano de un ingeniero de minas en Cazalla de la Sierra. El rescate le costó doce mil duros, esto es, sesenta mil pesetas. Quiero 131

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hacer notar que entonces, en 1944, el salario de un campesino era de 12 pesetas al día (el mismo que 8 años antes). Pese a todo, el fin de estos guerrilleros, estaba escrito. No existía escapatoria ni alternativa para los echados al monte. La rendición suponía la pena de muerte al aplicarse la ley de fugas. El destino de cada uno de ellos era el de morir en los encuentros con la guardia civil, en ocasiones traicionados por los propios enlaces. En uno de los libros que he usado para documentarme, se dice que en aquellos más de diez años de bandolerismo, hubo 2.173 maquis muertos y 467 heridos o capturados en toda España. En este tema, y con la lejanía que nos da el tiempo, es imposible separar dónde termina la violencia justificada de unos combatientes que se niegan a rendirse y dónde empieza el simple crimen terrorista. Fueron convertidos en héroes por un sector de la población ansiosos por tener esperanza. Sólo conociendo de primera mano la época convulsa se puede hacer una lectura real de lo ocurrido. Desde aquí animo a los lectores a que pregunten y, al fin, comprendan. Raúl M. Rojo.- Azuaga, agosto 2008

Personajes más importantes de Sierra Morena - Badajoz JOSE MURILLO MURILLO (1924-2012) “Comandante Ríos” José Murillo Murillo “Ríos”, “Comandante Ríos” o “Timochenko”. Comunista, nació en El Viso de los Pedroches (Córdoba) el 9 de abril de 1924; vecino de El Viso. Su familia vivía de las labores del campo y la ganadería. En julio de 1941, un familiar falangista avisó a su padre, (afiliado a la UGT) para que se escapara si quería salvar la vida, y que se llevara a su hijo mayor para que no tomaran represalias con él. Su madre fue encarcelada durante cinco años con una niña de dos meses en represalia. Se unió a la guerrilla junto a su padre, dirigida por Francisco Corchado “Lazarete”, en Córdoba.

JUAN MANUEL GARCÍA MARTÍNEZ “Chato de Malcocinado” Por el sur de Badajoz, la primera partida que actuó fue la liderada por Juan Manuel García Martínez “Chato de Malcocinado”, natural de este pueblo pacense. En 1940 se fugó de la cárcel de Azuaga junto a otros 15 presos, que una vez en libertad huyeron cada uno por su lado. Luego, “El Chato de Malcocinado” formaría una partida con varios huidos y con su novia Josefa Bermejo Grueso “Paquita”. Todos sus hombres tenían como elemento común el haberse escapado de las cárceles habilitadas por el régimen en la provincia. No es cierto por tanto lo que afirman determinados autores franquistas, que se refieren a estos huidos como personas que al terminar la guerra se quedaron escondidas en la sierra para no tener que rendir cuentas ante las autoridades. En estas cárceles, además de pasar hambre, sufrían continuas humillaciones y malos tratos por parte del personal que estaba al cargo de ellas.

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FLORENCIO MARTÍN BENÍTEZ “Vicente del Puerto” Natural de Villanueva del Duque (Córdoba), hijo de José y Francisca y vecino de Villaviciosa Anarquista estuvo en la sierra norte de Sevilla, en las Navas de la Concepción, en Constantina y Cazalla. En 1948 tenía 29 años, era soltero. Cuando el golpe militar fascista, se enroló en las milicias de Jaén y cuando llegaron los franquistas huyó a zona republicana. Al terminar la guerra regresó a Villaviciosa. Fue detenido en 1941 por ayudar a los guerrilleros de la sierra y cumplió tres años de condena en la Prisión Provincial de Córdoba. Estando trabajando en la finca Orejón, se marchó a la sierra la noche del 10 al 11 de junio de 1946. Esto es lo que dice el informe que recoge el proceso y por el que es catalogado de muy peligroso. Llegó a ser jefe de la guerrilla. Fue detenido en Sevilla cuando estaba trabajando con carné y el supuesto nombre de Antonio Fernández Aguilar.

HILARIO JOSÉ MARTÍNEZ ARANDA “Godoy del Pueblo” Comunista, actuó en San Nicolás del Puerto, Las Navas, Constantina, Villaviciosa y Cantillana. Fue detenido en Córdoba por ser del PCE y permaneció en prisión cuatro meses y fue puesto en libertad el 26-1-46 fecha en la que se fue al monte y el 2-8-46 le fue conferido el cargo de jefe del 150 Batallón de la 31 División, Tercera Agrupación de guerrilleros-radio tercera del Comité Local del PCE. A sus órdenes estaban: El Comandante Ríos, el Cojo de la Porrada, Vicente del Puerto, Ventura Durruti y Juan Aranda Nogales. Estos son los informes del juez instructor, lo que deja ver que luchaban juntos guerrilleros de distintas ideologías. Fue declarado responsable de cuantas acciones realizaron los guerrilleros que adujeron que lo hicieron por su mandato. Fue el que escribió a máquina por ser el único que sabía hacerlo. Capturado cuando trabajaba en un cortijo extremeño.

MANUEL DOROTEO DURÁN GORDILLA “Ferreras”, “Me Oyes” Natural de Hinojosa del Duque, con 26 años en 1948. Con el golpe de estado de los militares se afilió al partido comunista, se enroló en el ejército republicano y fue comisario político. Después de la guerra fue condenado por un consejo de guerra a la pena de muerte, conmutada por treinta años, fue puesto en libertad el 1 de abril de 1945, incorporándose a la guerrilla. Trabajaba en un cortijo entre Monasterio y Calera de León donde fue detenido.

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LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA (Maquis) Conferencia-coloquio realizada en el Club de Amigos de la Unesco de Madrid (CAUM) PONENTES: Benito Díaz Díaz Pedro Peinado Gil (La Gavilla Verde) Francisco Martínez-López “El Quico” 8 de febrero de 2006

1. La lucha por la supervivencia: los huidos. La paz, lejos de lo que afirmó el general Francisco Franco en su discurso victorioso del 1 de abril de 1939, no llegó por completo a todos los rincones de la geografía española, pues las autoridades del nuevo régimen, tras acabar con la legalidad republicana, no estaban dispuestas a favorecer la reconciliación nacional ni a permitir la inserción de los vencidos en la sociedad. Esta actitud vengativa de las autoridades franquistas no debería haber representado ninguna sorpresa para nadie, pues desde el levantamiento armado contra la República, los militares rebeldes utilizaron con profusión y de manera sistemática el terror contra la población civil. Era la puesta en práctica de lo establecido por el general Emilio Mola, auténtico cerebro del golpe de Estado contra la República, que en sus Instrucciones Reservadas enviadas el 25 de mayo de 1936 a los militares conspiradores, pedía que la represión fuese en extremo violenta, para acabar con rapidez con los adversarios políticos, numerosos y bien organizados, eliminando a todos aquellos que fuesen abierta o secretamente defensores del Frente Popular. Siguiendo estas instrucciones, el 17 de julio, cuando todavía en la península la sublevación militar no pasaba de ser un lejano rumor, fueron asesinadas en localidades del norte de África un total de 189 personas, por mantenerse fieles al Gobierno de España.(1) Se ponía con ello de manifiesto el carácter sanguinario del golpe de Estado y que la cosa iba en serio, sin marcha atrás posible. Al poco tiempo de iniciado el conflicto bélico, el 28 de julio, el general Francisco Franco le manifestó en Tánger al periodista norteamericano Jay Allen, del Chicago Daily Tribune, que estaba dispuesto a acabar con la mitad de los españoles si ello era necesario para pacificar el país.(2) Declaraciones de esta clase, en las que no se disimulaba nada el espíritu de exterminio del adversario político fueron efectuadas con mucha frecuencia por la mayoría de los mandos militares franquistas a lo largo de la contienda civil. Así, el capitán Gonzalo de Aguilera, conde de Alva de Yeltes, le dijo al periodista norteamericano John T. Whitaker, del The News York Herald Tribune, que había que “matar, matar y matar” a todos los rojos, para extirpar el virus bolchevique y librar a España de “ratas y piojos”. Según este noble terrateniente había que eliminar a un tercio de la población masculina, de esa forma se acabaría con el problema del paro obrero y con el peligro que para las clases dominantes representaba el proletariado. (3) Al finalizar la contienda civil, el miedo a sufrir los efectos de esta fuerte represión llevó a decenas de militares republicanos a ocultarse en las zonas montañosas del centro de España, a la espera de que llegasen mejores tiempos y disminuyese la intensidad de la 134

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represión, para entonces entregarse a las nuevas autoridades, pero no para seguir una lucha que ya habían perdido. Luego, con el paso de los años y en clara sintonía con la evolución de la política internacional, vendría la organización de la lucha armada contra el régimen franquista que había sido impuesto por la fuerza y el terror tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936. En marzo de 1939, junto a varios soldados más, se ocultó en los montes próximos a Los Navalmorales (Toledo), Telesforo Aguado Ronco, natural de La Villa de Don Fadrique, que mandaba la 47ª Brigada Mixta republicana, con sede en San Martín de Pusa, donde residía junto a su esposa y a su hija. (4) Durante meses Telesforo Aguado estuvo bajando con frecuencia a este pueblo para ver a su familia, hasta que un hermano de su mujer, de ideología falangista, le sorprendió una noche y le mató.(5) Entre otros muchos, también se escondieron en las sierras comprendidas entre Ciudad Real y Toledo, Maximiliano Mateo Fernández, Sinesio Sánchez Martín, Aniceto Bermúdez Gómez, Alejandro Barrera Núñez, Felipe Rosal Benítez, Agustín Muñoz Gil, Amado Celestino del Valle, Jesús Fernández García, Santos Sánchez López, Francisco Aldavaris Gómez, Anastasio Rubio Aguado, Mariano Muñoz Martín y Felipe Linares Baroja.(6) Para tratar de detener a estos derrotados soldados republicanos, calificados inicialmente por las autoridades franquistas como “marxistas huidos”, (7) se distribuyeron varios batallones militares por las sierras de esas provincias. El huido más conocido que hubo por esas sierras fue Eugenio Sánchez-Gabriel Esteban-Manzanares “El Rubio de Navahermosa”, que había sido presidente del Comité Revolucionario de su pueblo durante la Guerra Civil (8). Al terminar la contienda intentó salir de España por el puerto de Cartagena, pero al no conseguirlo regresó a su pueblo donde se encontró con que su padre, militante de Izquierda Republicana, estaba encarcelado condenado a muerte, pena que se le aplicó el 23 de octubre de 1939 (9). Con este grave antecedente familiar, “El Rubio” decidió ocultarse en el monte, cerca de donde vivía su familia, pues sabía que si se entregaba sería fusilado. Se le vinculaba con una decena de muertes, entre ellas la de uno de los más destacados caciques de su pueblo, (10) que ante las elecciones generales de febrero de 1936 fue casa por casa coaccionando a las personas humildes para que no votasen al Frente Popular.(11) También Braulio García Fernández “Comisario” regresó a su pueblo, Navas de Estena (Ciudad Real), con la intención de vivir junto a su familia, pero al saber que los falangistas le buscaban para matarle se escondió en la sierra. Otro ejemplo de estos primeros huidos fue el caso de Valeriano Gálvez Arce, alcalde republicano de Marjaliza, que decidió permanecer escondido en la sierra Medina, próxima a su pueblo, donde consiguió sobrevivir hasta el mes de marzo de 1940 (12), cuando su enlace le mató para cobrar la recompensa ofrecida por las autoridades franquistas. Por esas mismas sierras estuvieron escondidos cuatro hombres de Menasalbas: Saturnino Gómez Muñoz “Margallo”, Domingo Mariblanca García-Díaz “Mariblanca”, Benigno Escobar Gutiérrez “Trascanta” y Modesto Sánchez Benítez “El Aceitero”. (13) “Margallo”, de 63 años, no quiso entregarse porque sabía que los falangistas de su pueblo le matarían, como habían hecho con dos de sus hijos, Bernardino y Juan Gómez Sánchez, éste de sólo 15 años. Otro de sus hijos, Silvestre Gómez Sánchez, había sido alcalde de Menasalbas en marzo de 1936, y colaborado activamente en el reclutamiento de milicianos y en la organización del Batallón Dimitrof, encuadrado en la 48ª Brigada de la 12ª División, de la que llegó a ser comandante. Silvestre Gómez (14), después de permanecer escondido 135

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varios meses en la sierra, logró su objetivo de escapar a Francia, donde en 1943 sería nombrado jefe del XIV Cuerpo de Ejército de Guerrilleros Españoles. Poco a poco se fueron incorporando, tras escaparse de las abarrotadas cárceles franquistas, nuevos hombres a los grupos de huidos que se habían formado en las sierras españolas. Uno de éstos fue Valentín Gil Valiente “El Chato de la Puebla”, que el 24 de septiembre de 1939 se fugó de la cárcel de Navahermosa (Toledo), en la que estaba condenado a muerte por un consejo de guerra celebrado el 27 de junio de 1939. De no haberse escapado habría sido fusilado el 11 de noviembre de 1939 junto a sus nueve compañeros de condena. (15) Otro de los huidos que se ocultó en la sierra fue el militante comunista José Manzanero Marín “El Manzanero” que durante la Guerra Civil fue secretario general del Comité Regional del PCE en Extremadura. (16) Tras fracasar en su intento de salir de España por el puerto de Alicante, fue detenido y llevado a la prisión de Quintanar de la Orden (Toledo), de donde se escapó el 10 de noviembre de 1939, un día antes de la fecha señalada para su fusilamiento. El 12 de marzo de 1940 se escaparon de la cárcel de Herrera del Duque (Badajoz) Honorio Molina Medina “Comandante” y Joaquín Ventas Cita “Chaquetalarga”, que serían célebres por las sierras extremeñas. Meses después se fugarían de la escuela que hacía las veces de improvisada cárcel en Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo), Jesús Gómez Recio “Quincoces”, y su hermano Saturio “Quijote”. (17) Con el paso del tiempo “Quincoces” se convertiría en uno de los principales guerrilleros de la zona centro. El 4 de noviembre de 1940, junto a su padre y a sus hermanos Asunción, Antonio y Manuel, se fue a la sierra José Méndez Jaramago “El Manco de Agudo”, de 25 años, cansado de las continuas vejaciones a las que era sometido por las fuerzas represivas. El principal objetivo de estos huidos, en su gran mayoría de ideología comunista, era salvar la vida, estando muy lejos en aquellos primeros momentos de estar guiados por un espíritu guerrillero de oposición a un enemigo que ya les había derrotado cuando formaban parte del Ejército republicano, compuesto por cientos de Grupo de prisioneros en el campo de concentración de Boghari miles de soldados. De hecho, Boghar (Argelia) De este campo salieron clandestinamente muchos el grupo liderado por españoles para incorporarse a la guerrilla andaluza. “Quincoces” pretendió en los primeros años de su existencia pasar lo más desapercibido posible, arriesgándose únicamente a salir de sus escondites cuando tenía que realizar operaciones de abastecimiento de víveres. En la abrupta provincia de Ávila también hubo soldados republicanos que decidieron esconderse antes que entregarse, pero aquí, al contrario de lo que ocurrió en otras zonas, el 136

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fenómeno de los huidos desapareció pronto, tras ir entregándose o ser capturados, de tal forma que en los inicios de los años cuarenta este problema había desaparecido por completo. La presencia de huidos en las sierras centrales obligó a las autoridades del nuevo régimen a incrementar de manera notable los efectivos de la Guardia Civil (18), aunque su persecución fue en principio mixta, pues hasta los primeros meses de 1942 también colaboró en su represión una División de Caballería, con sede en Aranjuez (Madrid), al mando del coronel Gustavo Urrutia González. A partir de 1942 el Ejército quedó como fuerza auxiliar y, desde entonces, la Guardia Civil cargó con todo el peso en la lucha contra los huidos. La vida en el medio rural, que ya de por sí era tremendamente difícil, se vio todavía más complicada por la publicación el 26 de diciembre de 1940 de un bando militar que regulaba al detalle la vida económica, responsabilizando a toda la población de los actos realizados por los de la sierra. El permanente acoso al que fueron sometidos los huidos por parte de la Guardia Civil, que logró abatir en los primeros meses de 1940 a un buen número de ellos, llevó a José Manzanero, destacado dirigente comunista, y a otros cinco huidos a intentar escapar a Francia, pero no tuvieron éxito en su aventura. Al año siguiente, tras producirse decenas de muertes entre los huidos y sus colaboradores en Los Montes de Toledo, la mayoría de los huidos de la zona centro intentaron escapar de España, esta vez vía Portugal, pero la policía salazarista abortó la evasión, y tan sólo uno consiguió llegar a Venezuela. Los que no murieron en el empeño, entre los que se encontraban “Quincoces” y su hermano “Quijote”, regresaron a las sierras de las que habían partido, a la espera de una nueva oportunidad. (19) Las duras condiciones de vida que soportaban los huidos durante esos años, sin apenas perspectivas de futuro, empezaron a cambiar al ver como el Ejército alemán era derrotado de manera contundente en Stalingrado, en febrero de 1943. A partir de entonces, la favorable evolución de la guerra mundial en curso para los ejércitos aliados les dotó de esperanza y de una moral de victoria de la que antes carecían por completo. En este contexto de cambio de signo en la guerra mundial, nos encontramos en la provincia de Ávila con Adolfo Lucas Reguilón García “Severo Eubel de la Paz” (20), que hizo una apuesta muy personal por la lucha armada contra el régimen franquista. Este atípico guerrillero, sin duda uno de los más interesantes de cuantos hubo en las sierras españolas, era un maestro natural de Villa del Prado (Madrid), que en julio de 1943 se refugió en Piedralaves (Ávila). En septiembre de ese año, gracias a unos folletos que le proporcionaron unos enlaces que tenía en Madrid, supo de la existencia de la Junta Suprema de Unión Nacional, en la que podían entrar todos los españoles, desde los monárquicos y católicos hasta los comunistas y anarquistas, pues no se buscaba establecer un determinado régimen político, sino acabar con el franquismo y con la Falange, y restablecer las libertades y la democracia en España. La JSUN estaba dirigida por Jesús Monzón, máximo dirigente de la Delegación Nacional del PCE. “Severo Eubel de la Paz”, militante comunista desde mayo de 1936, se tomó muy en serio la Unión Nacional y empezó a organizar juntas locales por los pueblos de los valles del Alberche y del Tiétar. Estas juntas estaban formadas por un máximo de siete miembros, que debían tener un gran prestigio en la localidad, no debiéndose discriminar a nadie por su ideología, con tal de que estuviese de acuerdo con la línea de apertura política y democrática que defendía la Unión Nacional.

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A pesar de sentirse un guerrillero, no hizo ningún canto a la violencia y se dedicó básicamente a desarrollar una intensa labor propagandística, escribiendo multitud de folletos políticos y los periódicos Uníos y El Guerrillero Carpetano, que elaboraba con una pequeña imprenta portátil que siempre llevaba consigo. Para “Severo” no había que atacar ni a los soldados ni a la Guardia Civil, institución con la que pretendió establecer un pacto de no agresión, pues no quería que la denominada Zona M o Zona Mirlo de Unión Nacional, que era como denominaba al territorio en que actuaba y en el que tenía establecidas sus bases

guerrilleras, se “manchara de sangre”. El contenido grandilocuente y fantasioso de su 138

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propaganda política despistó bastante a las fuerzas represivas, que le encasillaron al margen del resto de los guerrilleros. También los dirigentes comunistas le consideraron un visionario, incapaz de analizar adecuadamente la realidad española, y le acusaron de tener demasiadas apetencias de protagonismo y de mando, por lo que en varias ocasiones le llamaron al orden, cosa que no le importó demasiado a “Severo”, cuya línea política, a pesar de sus errores, tuvo mucho más éxito en las sierras de Ávila y Madrid que la táctica guerrillera diseñada por los mandos políticos vinculados al PCE

2. La 1ª Agrupación Guerrillera del Ejército de Extremadura-Centro A medida que la guerra mundial era cada vez más favorable para los aliados, el optimismo de los antifranquistas españoles iba en aumento, especialmente entre los comunistas, que pensaban que había llegado el momento de provocar la tan deseada insurrección nacional. Para organizar la Jefatura Nacional de los Guerrilleros, el PCE eligió a José Isasa Olaizola “Fermín”, que estaba exiliado en Argentina. “Fermín” desembarcó el 14 de noviembre de 1943 en Lisboa, y desde aquí, gracias a un guía que conoció de manera accidental, cruzó la frontera española por la provincia de Orense, llegando a Madrid el 20 de noviembre. (21) El proyecto de la dirección del PCE consistía en enlazar con los grupos de huidos refugiados en las sierras de la zona centro y dotarles de organización y de disciplina militar. Se pretendía crear un amplio frente guerrillero que se extendiese desde el río Tajo hasta el Guadalquivir. El núcleo principal de este frente guerrillero debía abarcar las provincias de Madrid, Ávila, Toledo, Ciudad Real, Albacete, Cáceres, Badajoz y Córdoba, y sus repercusiones se deberían hacer sentir también en Salamanca, Guadalajara y Cuenca por el norte, y Jaén por el sur. Para los dirigentes comunistas, las provincias de Toledo y Ávila, por su proximidad geográfica con Madrid, gozaban de gran importancia estratégica, pues si la guerrilla lograba arraigar en ellas se podía dar la sensación de tener cercada la capital de España. Para llevar a cabo su misión, “Fermín” contó con el apoyo y la experiencia de varios veteranos del partido: Dionisio Tellado Vázquez “Mario de Rosa”, Ramón Guerreiro Gómez “Julio” y Jesús Bayón González “Carlos”. En mayo de 1944, en un molino situado en el término municipal de Fresnedoso de Ibor (Cáceres), “Carlos” y “Mario de Rosa” se entrevistaron con Jesús Gómez Recio “Quincoces”, Joaquín Ventas Cita “Chaquetalarga” y José Díaz Monje “El Francés”, que eran tres de los principales líderes de las partidas de huidos que actuaban por los montes toledanos, ciudadrealeños y extremeños. Los tres aceptaron de buen grado la colaboración con los hombres enviados por el PCE, que era también el partido político al que ellos pertenecían. Tras esta entrevista, “Carlos” y “Mario de Rosa” enviaron un informe a “Fermín”, jefe del todavía inexistente Ejército Guerrillero del Centro, en el que se decía que la misión que les habían encomendado era complicada por la escasa organización política que tenían los huidos, siendo difícil convertirlos de la noche a la mañana en guerrilleros dispuestos a pasar a la ofensiva contra el franquismo. Pese a las muchas dificultades con las que se encontraron, “Carlos” y “Mario de Rosa” consiguieron, poco a poco, organizar política y militarmente a los diferentes grupos existentes 139

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en el centro geográfico de la Península. Con esta materia prima constituyeron en las cuevas de la Sierra de Altamira, situadas entre las provincias de Toledo y Cáceres, la Agrupación Guerrillera de Extremadura, cuya acta fundacional está fechada el 5 de noviembre de 1944. (22) El mando militar de la Agrupación se le otorgó a “Carlos”, auxiliado por “Mario de Rosa” como jefe de Estado Mayor. Para dirigir la educación y la preparación política de los guerrilleros se eligió a “Quincoces”, oriundo de la zona y verdadero jefe de la agrupación en la sombra. El 14 de noviembre de 1944 se puso marcha la Agrupación de Los Montes de Toledo, Ciudad Real y Badajoz, más conocida como Agrupación Toledo, compuesta por unos 70 guerrilleros, que eligieron como jefe a José Manzanero Marín. En la reunión fundacional de esta agrupación estuvieron presentes algunos huidos procedentes de Córdoba, que pudieron apreciar los escasos medios de los que disponían los integrantes de las partidas que actuaban en la zona centro, que carecían de armas y de ropa adecuada, pues algunos iban vestidos con pieles, como los “hombres primitivos”.(23) Para contrarrestar la formación de estas agrupaciones, el teniente coronel Manuel Gómez Cantos, jefe de la Comandancia cacereña y responsable de la persecución de los huidos en el 2º Sector (Badajoz, Cáceres, Ciudad Real y Toledo), a quien la Dirección de la Guardia Civil le había concedido plenos poderes en la lucha contra los huidos, y que no dudó en abusar de su autoridad, no faltando en su hoja de servicios los asesinatos en masa e incluso el fusilamiento de varios guardias civiles en Mesas de Ibor (Cáceres), abandonó por momentos sus prácticas violentas y adoptó una medida conciliadora, dando un plazo de 20 días para que los huidos abandonasen la sierra y se presentasen a las autoridades, garantizándoles el perdón. Para demostrar que la propuesta iba en serio, Gómez Cantos fue a la sierra, sin armas y solo con su ordenanza, a hablar personalmente con “Quincoces” y liberó a varios huidos que habían sido apresados, permitiéndoles vivir en sus pueblos, sin ser molestados por las fuerzas de orden público, ante la enorme sorpresa de sus vecinos. La propuesta tuvo éxito en la zona de Navalvillar de Pela (Badajoz), pero su incidencia fue muy escasa en las provincias de Cáceres y de Toledo, donde ya se había avanzado bastante en la estructura organizativa de la guerrilla. En esos momentos, los dirigentes comunistas españoles creían que la carestía de la vida, la escasez de productos de primera necesidad y los bajos salarios, así como la evolución de la coyuntura política internacional, hacían posible el desarrollo de un fuerte movimiento guerrillero. Los socialistas, por el contrario, ponían todas sus esperanzas para el derrocamiento del dictador en una intervención militar de las potencias aliadas, aunque pronto, los dirigentes socialistas acabarían desengañándose de esta posible intervención aliada en España. (24) También la Confederación Nacional del Trabajo se desvinculó desde el principio de la resistencia armada, aunque no faltaron anarquistas en las diferentes agrupaciones guerrilleras, pero a título individual. De esta forma, gracias a la pasividad de las otras organizaciones de izquierdas, así como a la clara apuesta que el PCE hizo por la lucha armada para derrocar a un régimen impuesto por la fuerza y el terror, los comunistas consiguieron aglutinar en el llamado Ejército Guerrillero del Centro a las diversas partidas de huidos que andaban dispersas por las sierras. Este ejército guerrillero se fue construyendo sobre la marcha, sin una idea claramente elaborada. Así, en enero de 1945 se cambió el diseño que se había establecido en noviembre de 1944, pasando la Agrupación Guerrillera de 140

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Extremadura a denominarse 1ª Agrupación Guerrillera del Ejército de Extremadura-Centro, cuyo marco de acción comprendía las provincias de Toledo, Cáceres, Ávila, Madrid y límites norte de Badajoz y Ciudad Real. (25) Para conocer personalmente a los dirigentes y guerrilleros de esta 1ª Agrupación, “Fermín” y Pedro Sanz Prades “Paco el Catalán”, jefe del Estado Mayor del Ejército

Guerrillero del Centro, fueron a las cuevas de la Sierra de Altamira. Durante varias semanas instruyeron a los guerrilleros en la política de la UN y les dieron clases prácticas de explosivos. “Fermín” pudo apreciar la escasa preparación que tenían los guerrilleros de las cuatro divisiones que componían la 1ª Agrupación. Una de las cosas que menos le gustó fue la presencia de mujeres en la sierra. En un informe que envió a “Mariano”, máximo responsable del Regional del PCE de Madrid, le decía que había mujeres, que sin ser las esposas de los guerrilleros se unieron a éstos “en plan de concubinaje y ello imposibilitaba a cinco de los mejores guerrilleros con buenas armas y, además, por conocer de antaño las andanzas de los guerrilleros de la Agrupación, así como la mayoría de nuestros puntos de apoyo, su caída en manos del enemigo (cosa muy fácil) suponía el poner al descubierto la organización”.(26)“ Fermín” prohibió la presencia de estas cinco guerrilleras en la sierra, y ordenó que fueran llevadas con sus familiares o a labranzas de enlaces de la guerrilla, orden a la que nadie hizo demasiado caso, a pesar de que la mayoría de los guerrilleros compartía sus puntos de vista, no sólo por cuestiones de seguridad, sino también porque la rivalidad sexual que originaba socavaba la solidaridad del grupo. (27) Luego, la existencia de niños de pecho en los campamentos, pues fueron varias las guerrilleras que dieron a luz en la sierra, acrecentaba el riesgo de que los guardias civiles descubriesen los campamentos en los que se ocultaban. En realidad no fueron cinco, sino ocho las guerrilleras que anduvieron por las sierras comprendidas en la 1ª Agrupación (28): Casimira Álvarez Felipe “Jopa”, Daniela Barroso Escudero “Madroña”, Carmen Ruiz Rubio “Vivillo”, Rosa Parrilla Pulido “Rosa”, Elisa Paredes Aceituno “Golondrina”, María Rodríguez Juárez “Goyerías”, su hermana Paula “Migueleta” y Enriqueta Otero “María Dolores”. Ésta última, aunque militante comunista, estuvo un tiempo en la Sierra de Gredos junto a un grupo de anarquistas liderado por Santiago 141

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Flores Sánchez “Cariñoso de Gredos”, que utilizaba estas sierras como base para llevar a cabo sus operaciones.(29) Durante unos meses también estuvo en la sierra Orencia Ventas Cita, hermana de “Chaquetalarga”, jefe de la 13ª División, infiltrada por el capitán Chacón para que pusiese al descubierto los campamentos y los puntos de apoyo de la guerrilla extremeña. Sin embargo, la connivencia de Orencia con la Guardia Civil fue descubierta por los guerrilleros . (30) El papel de estas mujeres fue bastante secundario en la guerrilla, realizando sobre todo labores de intendencia, pues no participaban directamente en las operaciones guerrilleras o de abastecimiento. (31) Según “Carlos” la constitución de la 1ª Agrupación Guerrillera significó un importante salto cualitativo en la lucha contra el franquismo en la zona centro de España. Sin embargo, la Guardia Civil afirmaba no haber notado ninguna diferencia entre el proceder de los huidos y el de la guerrilla. En cualquier caso, la situación de los guerrilleros no varió demasiado, aunque ahora sí que contaban con la esperanza de acabar pronto con el régimen franquista. La vida en la sierra siguió siendo difícil, pues los grandes objetivos políticos quedaban todavía diluidos en un objetivo más inmediato y tangible como era la simple supervivencia. Los problemas que planteaba la vida cotidiana absorbían la mayor parte de las energías de los componentes de la 1ª Agrupación, quedando la disciplina y la organización militar en un segundo plano. Las armas de las que disponían eran por lo general viejos fusiles y escopetas que conseguían en los asaltos a las labranzas, o se las quitaban a los guardas y cazadores. A veces, los guerrilleros fabricaron bombas de mano con dinamita que robaban de canteras o polvorines. Aunque procuraban ir uniformados con cazadoras de cuero, camisas de color caqui, que era el que mejor se adaptaba a la vida en el monte, pantalones de pana y botas de cuero negras, las grandes dificultades que tenían para conseguir las más elementales prendas de vestir hizo que este deseo fuese imposible de cumplir. Incluso no llevaban ni tan siquiera los clásicos brazaletes con los colores de la bandera republicana que los identificase como miembros del Ejército Guerrillero del Centro. En ocasiones, a la hora de realizar alguna operación de propaganda, desplegaban la bandera tricolor para darse a conocer como “soldados de la República”, con las connotaciones de luchadores por la democracia y las libertades que esto llevaba asociado. Las cuatro divisiones que componían la 1ª Agrupación Guerrillera debían entregar 30.000 pesetas al mes a “Fermín”, como jefe del Ejército Guerrillero del Centro, para sufragar los gastos que en la retaguardia ocasionaba mantener la guerrilla. A cambio de este dinero, que pocas veces entregaron, “Fermín” y “Paco el Catalán” llevaron a los guerrilleros varios fusiles ametralladores, algunas pistolas, municiones y propaganda política. (32) Si les mandaron en varias ocasiones algunos guerrilleros procedentes de la resistencia francesa, como fue el caso de “René” y “Calandrio”, que no aportaron mucho a la lucha antifranquista, especialmente el primero, que acabó colaborando con la Guardia Civil. A finales de 1944 mandaron un grupo de maquis a la Sierra de Gredos, pero en esta zona era difícil la vida guerrillera, tanto por los rigores del clima como por la escasez de enlaces. Este grupo fue detectado en las proximidades de Navalonguilla (Ávila) por las fuerzas represivas, por lo que abandonaron la zona y se fueron hacia las sierras andaluzas. (33)

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3. El fracaso de la guerrilla antifranquista Para el desenlace de la lucha contra la actividad guerrillera en las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Badajoz y Ávila, tuvo gran trascendencia la llegada del teniente coronel Eulogio Limia Pérez, que pasó a dirigir la Comandancia de Toledo por orden ministerial de 7 de febrero de 1945. Este oficial se reveló como uno de los mejores estrategas en la lucha contra la guerrilla, consiguiendo dotar de fuerte moral de victoria a unos guardias civiles que se movían por un terreno bastante escabroso y que combatían a unos enemigos bien preparados físicamente y capaces de recorrer hasta 50 kilómetros en una sola noche, a los que veían en contadas ocasiones, lo que originaba cierto desánimo entre aquellos que estaban ansiosos de victorias y de rápidos ascensos. Eulogio Limia potenció el papel de las contraguerrillas, formadas por cinco o seis guardias civiles, generalmente voluntarios y seleccionados, vestidos como los guerrilleros, a los que acompañaba a veces algún vecino, buen conocedor del terreno. Con el tiempo, estos prácticos fueron sustituidos por guerrilleros capturados o entregados, que accedían a colaborar con las fuerzas represivas. En la zona centro fueron bastantes los ex guerrilleros que contribuyeron de manera activa en la exterminación de sus antiguos compañeros. Las contrapartidas hicieron todavía más difícil la vida diaria de los campesinos, que confundidos muchas veces y cogidos entre dos fuegos, no sabían que carta jugar. Ante la falta de perspectivas, los integrantes de la Agrupación Toledo decidieron disolverla a finales de 1945, convencidos de que el movimiento guerrillero en España no tenía futuro. José Manzanero, el jefe de esta agrupación, se ocultó en su pueblo, consiguiendo en 1949 atravesar la frontera francesa. Pero el PCE no se daba por vencido y a finales de 1945 mandó a dos hombres procedentes de Francia a reforzar las guerrillas de Los Montes de Toledo, pero no tuvieron suerte, pues antes de lograr conectar con ellas, fueron descubiertos por la Guardia Civil. Otros dos maquis, Antonio Moreno

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Manzano “Lister” y José Díaz Estévez “Piti”, que habían entrado en España en octubre de 1944, fueron enviados el 22 de diciembre de 1945 a reforzar la guerrilla de Albacete , (34) después de que los dirigentes comunistas desistieran de enviarlos a Gredos, que eran donde inicialmente iban destinados. Pronto se vio que José Manzanero tenía razón, pues a finales de diciembre de 1945 eran detenidos dos guerrilleros de “Quincoces”. La Guardia Civil supo por uno de ellos donde se encontraba su principal campamento, en el que al ser asaltado murieron tres guerrilleros y cinco más fueron capturados. A partir de entonces será una huida continua de los escasos supervivientes de la guerrilla, buscando cada uno su propia salvación. Algunos, como “Chaquetalarga” y “Tarzán”, consiguieron llegar a Francia, pero no tuvieron la misma suerte ni “Quincoces” ni “El Francés”, que fueron abatidos por la Guardia Civil. También “Carlos”, jefe de la 1ª Agrupación, murió en un enfrentamiento el 13 de septiembre de 1946, en Talavera de la Reina (Toledo). La documentación intervenida a un guerrillero que se encontraba con “Carlos” llevó a la detención de “Fermín” y de la casi totalidad de la dirección del Ejército Guerrillero del Centro. En esa localidad toledana fueron detenidos un buen número de enlaces, quedando desmantelada casi por completo la Agrupación. (35) En Ávila las cosas no fueron mejor, pues aunque el PCE intentó potenciar la guerrilla en esta provincia, habiendo reorganizado la Agrupación de Gredos en septiembre de 1946, las fuerzas represivas consiguieron abatir a la casi totalidad de sus integrantes. El balance de los años 1944 y 1945, que se presumían claves para acabar con la dictadura franquista, resultó poco satisfactorio para las fuerzas guerrilleras españolas. A pesar de ello, la prensa guerrillera trataba insistentemente de animar a un movimiento que languidecía día a día en la zona centro, a medida que se alejaba la posibilidad de que los ejércitos aliados interviniesen en España. En muchos de los números de Mundo Obrero, órgano oficial del PCE, se hablaba de un sinfín de acciones victoriosas de la guerrilla, pero en realidad estas acciones se reducían casi por completo a operaciones de abastecimiento para conseguir víveres y a secuestros para obtener dinero. Si la apuesta por la guerrilla podía contar en esos años con argumentos que la justificasen, a medida que avanzaba el año 1946 y la ansiada intervención aliada no se producía, la guerrilla estaba completamente abocada al más rotundo de los fracasos, pues el tiempo y la política internacional jugaban a favor de Franco, a pesar de que éste, en buena medida, había conseguido la victoria gracias a la esencial ayuda prestada por las potencias fascistas, con las que había colaborado de manera activa durante la Segunda Guerra Mundial. Pero ahora, para los gobiernos británico y estadounidense, en el contexto de la llamada guerra fría entre el mundo occidental y el comunista, existían ya otros peligros más graves que el franquismo, por lo que prefirieron el mantenimiento de un gobierno fascista débil al restablecimiento de una república socialmente avanzada en España. Así, ante la imposibilidad de salir de España, los escasos guerrilleros que siguieron con actividad fueron cayendo uno tras otro. En marzo de 1949 eran abatidos “El Manco de Agudo” y sus dos compañeros de partida en las sierras de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real). Un año después, el 30 de abril, los cuatro integrantes del grupo liderado por Eugenio Herrera “Cuquillo”, natural de Castilblanco (Badajoz), caían acribillados en Minas de Santa

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Quiteria (Toledo). Entre ellos se encontraba Elisa Paredes Aceituno “Golondrina”, compañera sentimental de “Cuquillo”. En la zona centro sólo quedó operativa la guerrilla liderada por el comunista cordobés Francisco Blancas Pino “Veneno”, que en los años cincuenta todavía elaboraba propaganda política. Tenían dos sellos de madera, uno con la palabra El Guerrillero y otro con Lucha, con la hoz y el martillo. (36) Sus cuatro integrantes, a pesar de que sufrieron la deserción de “Peñas Negras” en 1954, consiguieron alcanzar la frontera francesa en junio de 1955. Dos años después de esta evasión, las autoridades franquistas disolvieron los pocos destacamentos que había en Los Montes de Toledo por “haber desaparecido las causas que motivaron su creación”. Era la clara constatación del fracaso de la guerrilla antifranquista en el centro de España, algo que ya se había puesto de manifiesto de una manera evidente diez años atrás.

NOTAS 1-. J. Casanova, “Una dictadura de cuarenta años”, en Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco, Barcelona, Crítica, 2002, pág. 62. 2-. S. Juliá, Víctimas de la Guerra Civil, Madrid, Temas de Hoy, 1999, pág. 25. 3-. J. T. Whitaker, We cannot escape history, New York, The Macmillan Company, 1943, págs. 108−110. 4-. Al iniciarse la guerra, Telesforo Aguado colaboró en la fundación del batallón Carlos Luis Preste, en honor del dirigente comunista brasileño. Su esposa había pertenecido a una congregación religiosa de Toledo, pero en julio de 1936 abandonó el convento y se refugió en la casa de su madre, en San Martín de Pusa, donde conocería a su futuro marido. 5-. J. Guerra Vázquez, La biografía de un desconocido, (texto mecanografiado), pág. 130. Telesforo Aguado vivía de lo que le proporcionaba su familia y de pequeños robos que efectuaba en labranzas de la zona. 6-. Archivo General Militar de Ávila. Documentación Nacional. Comandancia de Talavera de la Reina, armario 10, legajo 452, carpeta 20. 7-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Causa E-20.068 contra Jesús López Sánchez y varios más. 8-. Procedimiento sumarísimo ordinario nº 19.546, seguido contra Paula Sánchez Miguel, (propiedad de Juan Sánchez Sánchez). 9.- Registro Civil de Navahermosa. Libro de Defunciones. 10-. Archivo Histórico Nacional. Madrid. Causa General, caja 1045. 11-. Archivo de la Diputación Provincial de Toledo. Elecciones. Actas de la Junta Provincial del Censo Electoral, año 1936. Esta persona, veterinario de profesión, amenazaba a las familias humildes con “quemarles el cochino” en la época de las matanzas. 12-. Archivo Histórico de Izquierda Republicana. Expediente de Responsabilidades Políticas que se siguen contra Valeriano Gálvez Arce. 13-. Archivo Histórico Provincial de Toledo. AC. 11.154. Telegrama del comisario jefe del Cuerpo General de Policía al jefe policial de Piedras Albas, Toledo, 22 de septiembre de 1942. 14-. Silvestre Gómez estaba acusado de haber participado en diferentes asesinatos cometidos en su pueblo y en San Martín de Montalbán (AHN. Madrid. Causa General, caja 1047). 15-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Procedimiento sumarísimo de urgencia nº 13.334/39 y causa E-15.926 contra Valentín Gil Valiente. 16-. Extremadura Roja, Órgano del Comité Regional del PCE (1933-1938), edición facsímil, Mérida, 1994. 17-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. “Causa nº 37.873. Procedimiento sumarísimo de urgencia nº U-771 contra Saturio Gómez Recio”.

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18-. Servicios Históricos de la Guardia Civil. Historia de la 104 Comandancia de la Guardia Civil, Toledo, (texto mecanografiado), págs. 39-42. 19-. B. Díaz Díaz, La guerrilla antifranquista en Toledo. La primera Agrupación Guerrillera del Ejército de Extremadura−Centro, Talavera de la Reina, Colectivo de Investigación Histórica Arrabal, 2001, págs. 87−88. 20-. Según Adolfo Reguilón este nombre significaba “serio e incorruptible, luchador en la buena guerra por la paz”. 21-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Causa nº 138.157 contra José Isasa Olaizola y José Antonio Llerandi Segura. 22-. Archivo Histórico del Partido Comunista de España. Movimiento Guerrillero. 23-. Testimonio de José Murillo “Comandante Ríos”, Madrid, 27 de mayo de 2000. 24-. J. Aróstegui, “Nuevas aportaciones al estudio de la oposición en el exterior: Largo Caballero y la política de transición y plebiscito”, en El primer franquismo. España durante la Segunda Guerra Mundial, Madrid, Siglo XXI, 1989, pág. 340. 25-. E. Limia Pérez, "Reseña general del problema del bandolerismo en España después de la Guerra de Liberación", pág. 23. 26-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Causa nº 138.157 contra José Isasa Olaizola y José Antonio Llerandi Segura. 27-. S. Serrano, Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista, Madrid, Temas de Hoy, 2001, pág. 221. 28-. A éstas mujeres hay añadir varias más que en 1944 huyeron a la sierra junto a sus compañeros sentimentales, aunque su aventura duró sólo unos meses, pues fueron detenidas y condenadas a largos años de cárcel (B. Díaz Díaz, “Los huidos en el sureste de Cáceres: Jara, Ibores y Villuercas. La primera oposición armada al franquismo, 1940−1944”, en IX Coloquios Históricos−Culturales del Campo Arañuelo, Navalmoral de la Mata, Ayuntamiento, 2003, pág. 35). 29-. Testimonio de Santiago Flores Sánchez “Cariñoso de Gredos”, Burjasot (Valencia), 26 de marzo de 2002. 30-. Testimonios de Pedro López Tena “Garrafa”, Talavera de la Reina, 30 de abril de 1997, y de Luis Rodríguez López “Sancho”, Alicante, 30 de junio de 2000. Estos dos guerrilleros estuvieron integrados en la 13ª División. 31-. Testimonio de María Rodríguez Juárez “Goyerías”, Alía (Cáceres), 17 de agosto de 2002. 32-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Sumario de urgencia, causa nº 138.308 contra Eugenio Gómez Román y seis más por el supuesto delito de actividades guerrilleras de la sierra. 33-. J. A. Vidal Sales, Maquis. La verdad histórica de la otra guerra, Madrid, Espasa Calpe, 2002, pág. 118. 34-. F. Alcázar Rubio, T. Escobar Moreno, J. Hernández Pérez, “La Vª Agrupación Guerrillera de la Mancha”, en B. Díaz Díaz (coord.) La Guerrilla en Castilla-La Mancha, Ciudad Real, Almud, 2004, págs. 198−200. 35-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Causa nº 138.021 contra Marcial Moreno Cortés y otros. 36-. Capitanía General de la 1ª Región Militar. Causa nº 324/52 contra Francisco Blancas Pino.

DIMENSIÓN SOCIAL DE LA LUCHA GUERRILLERA Pedro

Peinado

Gil

(La

Gavilla Verde)

La guerrilla porción del asunto que tanto nos

antifranquista, tomaré una interesa, como es el de la 146

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dimensión social de la lucha guerrillera, en el pasado y en el presente, pues en la montaña se sigue resistiendo, esta vez no es contra otro estado que el de la despoblación. Una situación histórica, como la presencia de la guerrilla en una extensa parte nuestro territorio, no puede explicarse obviando su dimensión social. Es decir, la lucha campesina y la huella que deja la presencia de violencia política en la sociedad rural y por extensión en la urbana. Para que este enfrentamiento se realizara de una forma física, era necesario un escenario y la actuación de la guerrilla se realiza de manera acaparadora en el ámbito rural, sin olvidar que su relación con el mundo urbano siempre fue un continuo. Es también, en el ámbito rural, donde caerá con mayor peso la represión. ¿Por qué se lleva a cabo esta lucha en el monte y no se llega a materializar la guerrilla urbana? Hay tres razones esenciales: La primera, que existen grupos organizados de huidos en el monte. La segunda, la experiencia positiva de la lucha guerrillera en Francia y la decisión de infiltrar personal desde el exterior, tras el intento fallido de invadir el Valle de Arán, la tercera, la fuerte vigilancia a que estaban sometidas las ciudades, en plena caza y con una caída tras otra de los aparatos de los partidos, especialmente del PCE, que fue el que más empeño puso en acabar con el franquismo. El territorio es esencial para comprender la lucha guerrillera y para definirla. El territorio rural frente al urbano, representa varias ventajas y, seguramente, uno y otro, demasiados inconvenientes. En el monte se pueden ocultar a grupos pequeños, con mucha movilidad para sorprender al enemigo. La organización guerrillera se establecerá entorno de un estado mayor, que a partir de una red de enlaces distribuirá sus órdenes y establecerá contactos con la dirección en Francia para seguir las consignas, recibir armamento, información y dotaciones humanas. Pero el territorio, no solo se compone de cerros y bosques. Inmersos en la lucha de clases, los guerrilleros se encuentran con unos grandes lazos con una población pobre, en muchos casos, miserable, sometida a condiciones de explotación y/o de trabajo extremas. Serían guerrilleros: mineros, carboneros, pastores, jornaleros, campesinos, renteros, masoveros,…Los guerrilleros contarán con una red de simpatizantes y colaboradores numerosa, que suministraban los elementos esenciales para la supervivencia: Cobijo, información y alimentación. Esta red solidaria, vendrá dada por varios elementos: Los vestigios de organizaciones o personas vinculadas al periodo republicano, a las duras condiciones de vida a las que se enfrentan los campesinos, que harán ver con simpatía a los guerrilleros y por último, nacidas de la pobreza, a intercambios interesados, para bien y para mal de las organizaciones guerrilleras. También se enfrentaran los guerrilleros a los que quieren mantener esas condiciones de explotación a toda costa y que serán, junto con la guardia civil y los falangistas, otro de los actores principales y se organizaran en las fuerzas del somatén con el resto de personas posicionadas en el lado vencedor, por convicción unos, por oportunidad, los otros. Para recapitular, diría que estamos componiendo o recomponiendo el escenario social y físico donde se produce la lucha guerrillera y su represión. Su contenido político está claro y aceptamos la denominación guerrilla antifranquista como una expresión de lucha armada política que tiene como objetivo impedir el desarrollo del franquismo y para provocar la invasión de los aliados que habían combatido al resto de regímenes fascistas en Europa. La 147

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existencia de este movimiento, se inicia en el mismo momento en el que se inicia la guerra y finalizará, en 1952, con la retirada de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón a Francia. Este espacio, social y físico, es rural y, en él, la fuerza novedosa es la fuerza guerrillera. El resto de fuerzas ya existían y coexistían alejadas del mundanal ruido. Con un ruido propio, como hemos dicho, la pobreza y las duras condiciones de trabajo. El campesinado, como clase social sometida, colaborará con la guerrilla y, también, la perseguirá por el daño que ocasionaba en la producción y al terror que despertaba a los colaboradores afectos al nuevo régimen. Los guerrilleros también encontrarán colaboración en las minas y entre los pobladores y trabajadores del monte. Esta sociedad aislada, vive con fuertes contradicciones, con un equilibrio exageradamente decantado a los vencedores y con fuertes restricciones para la libertad de los perdedores. Los rumores que las sombras de la noche eran guerrilleros, se convirtió en una realidad y, su existencia, equilibra de nuevo la balanza, pobremente, pero en tiempos de tragedia, un rayito de luz puede desenvolver la mayor de las esperanzas. Los famosos "Niños de la Noche". Guerrilleros y exploradores durante la guerra "civil", del XV Cuerpo Guerrillero, casi todos eran andaluces y malagueños, y sus mandos solían ser brigadistas internacionales. Sus primeros golpes de mano fueron en Málaga, antes de su caída. No olvidemos que se trata de un ejemplo de violencia política. Un arañazo para el nuevo estado franquista, dada su potencia represiva. Para los vencedores, la presencia de la guerrilla servirá para acabar de golpear, para desmoronar los intentos de organizar clandestinamente una oposición civil en los pueblos. Este será uno de los resultados, una profundización de la represión, no ya de los que estuvieron en la guerra, sino, además, de los que podrían tener la temeridad de enfrentarse al nuevo orden, sin olvidar, que la guerrilla motivará y vertebrará los tímidos intentos de organizar a los antifranquistas en pueblos y ciudades.

La

guerrilla no establecerá carácter la población también

solo relaciones de político con rural, 148

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establecerá un lazo económico. En tiempos de bonanza, pagará generosamente lo que se lleva, en la penuria lo tomará incluso con métodos violentos. Los cortes de carreteras, de suministro eléctrico, la voladura de vías ferroviarias, los atracos a entidades bancarias, los secuestros, etc. son conductas que afectarán la vida cotidiana. Más aún, cuando grandes extensiones de cultivo no podían ser cubiertas con el despliegue de tropas y son despobladas a la fuerza. Los campesinos deberán trasladarse a trabajar su tierra con salvoconducto que se libraba a partir de las nueve de la mañana, tiempo ya de estar en el piazo labrando. De esta forma se rompía el vínculo con los que se escondían en el monte, se les dificultaba el suministro y se agotaban sus pobres armas y su discreta munición. Pero se fueron abandonando los cultivos que entraban en las zonas de refugio de los guerrilleros y eso diezmaba las rentas de los campesinos. La guerrilla también intenta cubrir un espacio mutilado por el franquismo, así los guerrilleros ocuparán por muchos años el imaginario rural. Se fomenta una cultura de la resistencia, se intercambia información sobre las experiencias vividas en lugares tan remotos como la Francia ocupada por los nazis y la Rusia de los zares comunistas, los guerrilleros son portadores de noticias. Algunos de ellos atenderían la formación y la salud de los habitantes de las aldeas. Los apoyos a las guerrillas no son numerosos, tampoco escasos, pero sí muy significativos. La guerrilla no sirve para alzar una revuelta campesina, pero sirve para frenar la normalización de la sociedad franquista. La guerrilla tiene un afán político, muy por encima del militar. Su equipamiento es pobre y solo los que llegan de Francia aportan armas modernas, no por ello inútiles. El aparato en Francia, hace recorrer a sus hombres largas distancias cargados de documentos ideológicos. El interés es que permanezcan, que sean un rescoldo de la guerra para provocar la invasión de España por parte de los aliados. Ese afán político les llevará a entrar en contacto con la población y los formarán políticamente.

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Dejarán testimonio en la toponimia y muchos lugares, como Santa Cruz de Moya contarán con monumentos y estelas dedicadas a los guerrilleros y sobre todo permanecerán en la memoria colectiva. Nosotros conocimos aquella etapa histórica por el relato de nuestros padres y abuelos, de una idea abstracta, pasamos a conocer y detallar los hechos a partir de los libros que sobre el tema iban publicándose y de las investigaciones que nosotros mismos iniciamos. También hemos colaborado con diversos historiadores, documentalistas, cineastas y familiares de personas relacionadas con aquel tiempo. Nuestra visión sobre el periodo guerrillero no parte de la visión mística o romántica de lo que fue aquel movimiento. Parte de la experiencia de los nuestros, de los que padecieron, principalmente, pero no hemos dejado de hablar con testimonios de todo color. En nuestro interés, crecía el interés por conocer al detalle lo pasado, pues ello contribuía a dar a conocer las difíciles condiciones que habían padecido nuestras familias. La guerrilla no es un grupo armado de guerrilleros y ya está. Es un conjunto de elementos necesarios para su existencia. Los guerrilleros no viven aislados, sino que participan en la distancia en un número de decisiones que adoptan otros agentes que viven y sobreviven en el mundo rural. Para definir todo este entramado en Francia se solucionó con la palabra Resistencia. Ello engloba a los guerrilleros y a los que aquí denominamos puntos de apoyo, además de los aparatos políticos y sociales que se movilizaron para la liberación de los nazis, tanto en la ciudad, como en el monte. En España, esto se ha definido en innumerables ocasiones como los guerrilleros del monte y los guerrilleros del llano. Estos últimos serían los que servían a la guerrilla sin abandonar sus casas. Este término no deja de tener un valor más simbólico que real, pues podríamos entender que los del llano, eran personas que no vivían en el monte y esto no es así, por nimia que pueda parecer esta información. A nuestro entender, la resistencia en España, en aquellos años y en el mundo rural, bien podría ser definida como Movimiento Guerrillero, contando en él todos los elementos que participaron en su organización y mantenimiento, incluidos los que actuaban en el medio urbano, pues se bajaba del monte a la ciudad para realizar misiones de contacto, de suministro y para realizar acciones económicas y de sabotaje. Decía, que nuestra visión del periodo guerrillero no partía de la mitología revolucionaria, nacía del conocimiento directo de los hechos, y sean cuáles sean nuestras simpatías por aquellos hombres y mujeres, ha prevalecido en nuestra mirada sobre aquel periodo, su valor humano y su dimensión social. Podemos entender que la vinculación ideológica de las personas que se consideran herederos de aquellos años, pero, sinceramente, creemos que eso solo explicaría una parte del objeto de referencia, pero le quitaría valor, pues la magnitud del movimiento no puede observarse simplemente desde un óptica sectaria más o menos bondadosa. Para analizar la importancia del movimiento guerrillero, debe hacerse desde todos los frentes del conocimiento y no quedarnos con una lectura sesgada de los hechos que ocurrieron. Dimensionar la importancia de los años de la guerrilla, choca de bruces con dos limitaciones. La identificación que de los guerrilleros hace el régimen franquista y la poca atención que ha despertado en los investigadores hasta estos últimos años. Es necesario un reconocimiento institucional a las personas que participaron en el movimiento guerrillero. Es necesario reconocer a los hombres y mujeres que lucharon, pues no tuvieron más remedio que portar un arma para defender sus ideas en un estado que los 150

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perseguía y no dudaba en aplicar la mayor de las violencias para ocupar cuarenta años del pasado siglo. Para conocer y divulgar el periodo guerrillero, La Gavilla Verde organiza unas jornadas desde el año 2000. En ellas contamos con la participación de numerosas personas que han trabajado desde múltiples disciplinas en el tema tratado. Para reconocer y honrar a las personas que fueron protagonista de aquellos hechos, en Santa Cruz de Moya se organiza desde 1989 el Día del Guerrillero Español, el homenaje que todos los que amamos la libertad, hacemos a los guerrilleros antifranquistas. ¡Sierra y Libertad!

SIGNIFICACIÓN HISTÓRICA DEL MOVIMIENTO GUERRILLERO Francisco Martínez-López “El Quico” No se puede disertar sobre el movimiento guerrillero sin tener en cuenta el denominador común que es la República, que era aquel gobierno elegido por el pueblo, en donde con la sublevación del fascismo tuvo diferentes etapas de la respuesta del pueblo para defender lo que era el patrimonio propio. Por eso no se puede unificar en un mismo esquema el desarrollo de las luchas que ha sido la guerrilla, como puede darse hoy incluso en otros movimientos. Hay que situarse en el lugar y situarse en el tiempo. Por eso seguramente lo que yo pueda transmitir como vivencias dentro de lo que yo llamo movimiento guerrillero va más allá de lo que es una guerrilla. El movimiento guerrillero tiene esa singularidad del tiempo y del lugar. Por ejemplo, yo soy de la provincia de León, de una cuenca minera, del Bierzo, en donde el 20 de julio del 36 las fuerzas franquistas que subían de Galicia ocupan aquella región y hay un combate de los trabajadores que defendían la República; se pierde el combate y quedan, pues, dos soluciones, una el marcharse hacia Asturias donde se ha detenido el avance de las fuerzas franquistas, y los que no han podido marcharse tienen que reconstituirse; comparto lo que dicen los compañeros cuando hablan de los huidos, en aquel momento la primera reacción era huir. Pero, ¿de qué huir? Pues de la represión franquista que no se hizo esperar. Por ejemplo, cuando se habla de fosas comunes en toda la zona del Bierzo hay que pensar que son cientos de fosas, pero que son -bueno, hubo asesinatos

Más niños de la noche 151

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hasta 1951 y 1952- de las fuerzas comunes en masa, ya desde el día 20 y 21 de julio de 1936. Entonces, una parte por convicción fue a la cárcel, por ser fieles a la República, y otras de tantas personas para escaparse de esa masacre huyeron del asesinato en masa, de todo aquello que se movía en el apoyo al franquismo. Por eso digo que el tema de la guerrilla, sea al menos en aquella región como en otras, el denominador común es la defensa de un sistema social, un sistema político, unos valores más o menos arraigados en unas personas u otras, pues no todo el mundo tenía una formación política seguramente que en primer plano, pero había un sentimiento de adherirse a esas ideas. En la región donde yo nací fue sometida anteriormente a esas confrontaciones políticosociales que supuso la revolución de 1934 en octubre, por eso la gente de mi pueblo y mi familia propia hasta ese momento fuimos fieles a la República; hubo, no guerrilla, pero sí huidos, los que vinieron a componer, a aumentar los 30000 detenidos de los años del 34 y que muchos de ellos incluso eran exiliados de Asturias. En León hubo exiliados hasta ese momento, o sea, que era una cultura más o menos anclada en el pueblo que se forjó en torno a esa resistencia. Bien, yo tenía 10 años cuando estalló la guerra en la región de León, del Bierzo, y me toca ya jugar en ese momento el papel de enlace y participar en la resistencia porque una gran parte de los mayores tenían que ocultarse si no querían conformar el primer grupo de huidos, y quienes eran los que hacían la relación entre las familias éramos los niños y también las mujeres. Así fue mi experiencia ya de niño, de joven en torno al trabajo clandestino. Eso se afianza más o menos mientras no se viera una perspectiva de organización, de estructura, porque durante 1936 y 1937, hasta octubre del 37 donde las fuerzas franquistas ocupan Asturias, cabía esa posibilidad, ese ánimo de pasarse a la zona republicana que era lo que hicieron algunos grupos de huidos en el primer momento, pasar a la zona republicana en Asturias, como cuando Asturias cae en el 34, pero en el 37 el que no cayó prisionero reviene a los lugares que ya conocía de haber sido huido y enrolarse en lo que es la guerrilla propiamente, que era varios grupos que conviven, unos más o menos estructurados que otros, pero que se va gestando ya. En los años 40 la primera federación de guerrillas surge allí al lado de mi pueblo, la primera creación de guerrilla en España León-Galicia en el año 1942 Y así surge esa resistencia que no fue invento de ningún partido, nace de una manera espontánea; por eso queda esa cultura de unidad. Comparten esas luchas socialistas, anarquistas comunistas y todo el mundo marcándose el objetivo que era esperar, hacer resistencia en la retaguardia del franquismo para ganar la República, para ganar la guerra; así hasta 1939. Desgraciadamente esa esperanza se truncó. Yo me acuerdo que vivíamos con una inquietud... que de todas formas no creíamos, que era mentira que los franquistas hubieran ganado la guerra, nos sugestionábamos de que era imposible que perdiéramos la guerra civil, la guerra de la Republica, que la República quedara destruida... pero bueno, uno se alimenta hasta el año 39 que hay la evidencia. Superamos el hecho, pero ya los grupos de insurgentes en contra del franquismo estaban conformados y la represión fue terrible, no solamente en los guerrilleros, sino en todo el mundo, familiares... todo el mundo que no se adhería al régimen. Así se va gestando el movimiento guerrillero. Surge en 1942 esa idea de la formación de la federación de guerrillas que eran muchos grupos que había en la región, desde Lugo y Orense hasta la provincia de León. Al lado de 152

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Ponferrada se forma la 1ª federación de guerrillas y se edita el primer número de “El Guerrillero” como portavoz de las mismas. Entonces a partir de aquí se inauguró una estrategia que ya no es la estrategia de ganarse la guerra en España, la guerra civil, si no de contribuir a la Guerra Mundial, de hacer focos de resistencia para impedir, por ejemplo, que llegara la carne que venía de Galicia para Alemania. Hacíamos los sabotajes en los trenes; o con el wolfram, que era el mineral de la región, para que no pasara a Alemania y ahí coincidimos también con los servicios de espionaje inglés que junto a la guerrilla... bueno, en alguna, y han servido también de punto de apoyo a la guerrilla y todo ello conforma un foco que se va afianzando pero, ¿porque? La federación considera, conceptúa el tema de la creación del movimiento guerrillero con dos componentes: uno, la persona que está armada no puede incorporarse a la vida civil, y el otro la organización de pueblo, que son los enlaces, los servicios de información republicana, entonces todos los jóvenes que empujaron por acuñar ese movimiento guerrillero formamos los grupos de información republicana que nos pusimos al servicio de la guerrilla y realizamos tareas que corresponden también a lo que no podían hacer los guerrilleros, o que era mejor que hicieran personas que no estaban en clandestinidad. Por eso yo no digo la guerrilla, sino movimiento guerrillero porque me parece muy bien que se tenga en cuenta lo que hay detrás del movimiento guerrillero, que no lo componía sólo la gente que llevaba las armas, era todo el pueblo que lo apoyaba que muchas veces ponía más en peligro su vida que los propios guerrilleros, además que es esta una cuestión de dignidad. Cuando un guerrillero muere defendiéndose, muere, pero sus ideas quedan sin quebrantarse, pero alguien que cae en las manos de la policía con el método de tortura denigra a la persona que, en muchos casos era muy difícil resistir las tortura que ellos empleaban. Por eso no hay que decir a la ligera ‘no ha resistido’, ‘no ha sido firme’... hay que pasar por ahí. Yo no estuve en la tortura, claro, mi familia sí, y sé lo que han pasado y han quebrantado incluso la voluntad de algunas personas fieles a la Republica precisamente gracias a la tortura. Eso es lo que hay que historiar. La singularidad por ejemplo que hubo en la región donde yo estuve, en León-Galicia en ese tiempo y en ese espacio no se da lo mismo que en el centro, claro, no se da, por ejemplo, en Levante; nosotros nunca tuvimos campamentos en la montaña porque éramos una guerrilla mixta, estábamos con los campesinos en los pueblos, pero estábamos también en la ciudad, en Ponferrada, en León, Monforte, en la Coruña y estábamos en las casas de los que estaban participando en luchas diferentes, pero hay ese denominador común, que el objetivo era el mismo, el objetivo era acabar con la dictadura. Ahí intervienen ciertos factores que muchas veces pueden malograr los esquemas. Y hubo muchos esquemas. Sobre todo cuando se hacen fuera de contexto, ahí están las contradicciones que se pueden dar cuando desde el exilio se crea el esquema de la lucha armada en el pueblo donde no sólo es un individuo el que está participando, son varios individuos y en diferente situación social. Desgraciadamente después de 60 años no hemos dilucidado suficientemente ese problema que hace parte de nuestra historia, es una etapa muy dramática porque hubo muchos muertos, muchos asesinatos; creo que de una parte personas que en otro contexto no hubieran sido tan desalmados como han sido, pero bueno, hay que ir avanzando en ese terreno en el orden de cómo sacamos las experiencias y como científicamente podemos luchar lo mismo en la diversidad, en la dictadura que ha oprimido a

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un pueblo en esas condiciones y sobre todo ha congelado la memoria de una gran parte de la población que todavía vive sobre los efectos de la tortura y del miedo. Y esto es terrible, no sé si alguien tiene conocimiento de la historia de otros pueblos... es una tragedia para nosotros que aquí se recuerda que se ha torturado en Chile, que se ha torturado en Argentina, que hubo desaparecidos, pero parece que en España todo fue una balsa de aceite, que no hubo desaparecidos, pero ¿en dónde están los miles que todavía no se han encontrado en las fosas comunes? En dónde están los juicios, al menos desde el punto de vista histórico para aquellos que han tomado como un deporte el asesinato... no se dice nada, no hay juicios, y si no son juicios físicos al menos juicios de valor, de manera que las generaciones que vienen después se enteren de que aquí hubo una dictadura y que aquí se ha traficado con el pueblo, se ha contado la historia como les ha parecido. Hoy me parece que es difícil para los historiadores poder situar los hechos, en fin, yo no soy un historiador, pero me he permitido investigar un poco lo que se dice en los archivos y bueno, pues la mentira es ley, eso es lo que se ve, las artimañas de la brigadilla o de los torturadores para calificar y para denigrar a aquellas personas que tenían, unas más y otras menos, una relación con la lucha armada o posteriormente, es el informe del torturador lo que consta todavía en los archivos ¿cómo podemos hacer historia si no podemos nosotros ofrecer a las generaciones futuras el conocimiento del pasado que es la única manera en que se identifique con el presente... cómo es que cuando se habla de la II República, o de la prehistoria, la gente no sabe qué es eso de la República, como si ella no contuviera valores de justicia y libertad que era lo que nos ha motivado a los que la hemos conocido? Yo la conocí poco, pero lo suficiente como para saber qué era y que aquello no es lo que ofreció Franco, ni lo que nos ofrecen ahora tampoco. Aquel entusiasmo de participación ciudadana, sea en los centros culturales, sea en las asociaciones de trabajadores, sea la fraternidad popular para entender aquellos valores que hoy no se encuentran cuando hacen encuestas... porque hoy la juventud pasa en el 60 % de política y de otras cosas cuando está sufriendo las consecuencias de aquello; está enterrando totalmente su pasado, está enterrando esa memoria que fue la que hizo al pueblo español resistir tres años contra el fascismo internacional y que nos hizo, a los que no hemos perdido la fe y no hemos perdido la memoria, seguir luchando.

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Entrada en París de la 2ª División Blindada Francesa, encuadrada en el Tercer Ejército estadounidense y conocida como División Leclerc. 27 de agosto de 1944

Historia oral familiar – Guerrilleros de retaguardia

Soy natural de un pueblo cercano a los Montes de Toledo, las historias orales de las operaciones del maquis eran muy abundantes, lo que relato son actos que están ligados a mi familia, concretamente a mi abuelo paterno y a mi madre. La memoria no es muy buena compañera a la hora de precisar nombres y fechas exactos, pero lo esencial permanece intacto. Lo que vais a leer son hechos reales, aunque el nombre de algún lugar sea fruto de mi imaginación, el nombre del protagonista no lo recuerdo, solo puedo decir que era primo segundo de mi madre.

MANUEL — GUERRILLERO DE RETAGUARDIA — El personaje central de esta historia no recuerdo su verdadero nombre por lo tanto le otorgo uno de ficción –MANUEL- y el resto de los personajes son citados por sus verdaderos nombres, pido perdón aquellos que pudieran molestarse si aún están vivos, cosa que dudo pues esta generación está al borde de su desaparición por ley natural ya que nacieron a principios del siglo XX, los lugares, las fechas y los hechos del relato son verdaderos, o al menos así lo recuerdo, con los matices que queráis ponerles pero son parte de nuestra Historia. De alguna manera puedo decir que esta pequeña historia marcó mi vida, me emocionó tanto que puedo decir que a partir de haberla escuchado mi vida ya no fue la

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misma, no espero que vosotros os pase lo mismo, pero sí que la recordéis, como algo tan pequeño, puede influir en lo más grande de nuestro ser. Jesús, era primo segundo de mi madre y de mis tíos, acababa de salir de la cárcel en una pequeña amnistía que hizo Franco en conmemoración de los 25 años de Paz. Jesús, cayó en unas de las primeras redadas contra las células clandestinas del PCE, pertenecía a la célula del PCE en la fábrica Boetticher y Navarro en Villaverde Bajo, encarcelado y condenado en 1958 a siete años de prisión, como ya he contado en otra parte del relato. Sentía yo una admiración rayana en la idolatría con los comunistas presos, me parecía de un valor extraordinario que personas de carne y hueso fueran tan valientes y altruistas para enfrentarse a una dictadura sin importarles nada la cárcel y las torturas, largas horas de escucha de Radio Pirenaica junto al pasado místico religioso de mi niñez me hicieron traspasar el ansia de justicia (alimentada por la lectura del Capitán Trueno), a la admiración sin límites de los hombres que luchaban por la justicia y la libertad, en aquel momento estar junto a un comunista de verdad poderlo tocar y escuchar con la boca abierta, me parecía que la felicidad se podía comparar con aquel momento, pasados más de 44 años aún lo recuerdo con cariño y melancolía. La conversación trascurría entre los recuerdos de mi padre y mi tío José de la guerra civil y los relatos de la vida en la cárcel de Burgos de Jesús, sus luchas, sus miedos, sus triunfos y sus derrotas, en uno de esos recuerdos mi padre le preguntó a Jesús por su primo Manuel. También era primo segundo de mi madre. Jesús -. “Mi primo está bien, como sabes se casó en Francia con una francesa cuyo padre tenía un Hotel de tres estrellas en Palma de Mallorca, a su muerte lo heredó su mujer y se han trasladado a Mallorca para tratar de estar más cerca del negocio, mi primo tiene ahora nacionalidad francesa, no digáis nada pero ha estado de incógnito en el pueblo”. MANUEL VISTO POR MI PADRE Mi padre-. Lo recuerdo como si fuera ayer, el 18 de Julio estábamos mi hermano Antonio y yo, segando en la Guindalera, dejamos las hoces y los hiscales en casa y nos fuimos en un camión de Torrijos que pasó recogiendo voluntarios y nos fuimos a Talavera de la Reina junto a otros 4 o 5 del pueblo, cuando llegamos estaban repartiendo armas, a mi hermano le tocó un fusil y unas cuantas balas a mí no me dieron nada, me dijo el que repartía el poco armamento que tenía, que cogiera algún fusil de los que cayeran en combate, los fascistas estaban avanzando desde Extremadura hacia Madrid y la resistencia que les podíamos oponer era muy poca, estábamos sin armas y sin munición, el desorden y la anarquía reinaba en el intento de frente que se quería realizar sin éxito ninguno (después supe que alguna munición de las que repartieron eran de fogueo, utilizada en las maniobras militares)”. Continua mi padre,- “(…) en la retirada de Talavera sobre el 30 de Agosto estábamos desmoralizados y sin mando, el coronel Puigdengola nuestro jefe había muerto en el combate, pasamos por el pueblo para comunicar a la familia que nos marchábamos a Toledo, junto con nosotros se unieron otros 10 o 12 jóvenes del pueblo con la intención de unirse como voluntarios en la defensa de la República , entre ellos estaba MANUEL, no tendría 156

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más de 17 años, le conocía de vista pues vivía en el mismo barrio que nosotros, por la diferencia de edad (yo tenía 21 años) no había tenido mucha relación con él, sabía que era pastor y que como todos los niños de la época, no habría asistido más de 2 años a la escuela, estuvimos juntos en el acoso al Alcázar de Toledo cuando estaba cerca el ejército franquista que venían de Andalucía, a mediados de Septiembre nos retiramos hacia Madrid sin entender por qué no se había volado, una brigada de zapadores compuesta por milicianos todos ellos mineros de Asturias minaron todo el contorno del Alcázar, la orden de volarlo no llegó nunca. Tres de los que se unieron a nosotros se volvieron al pueblo y cuando entraron los nacionales el 18 de septiembre los fusilaron, tenían 21 años, eran quintos míos, me parece que fueron los primeros fusilados cuando entraron los fascistas en el pueblo. Llegamos a Madrid sobre al 20 de Septiembre, nos alojamos en un convento en la calle Francos Rodríguez. Más tarde supe que se estaba formando el 5º Regimiento por iniciativa del PCE, allí fue el único sitio donde nos dieron algo de instrucción, por las mañanas hacíamos instrucción y por la tarde nos enseñaron a escribir y leer hasta las cuatro reglas, también teníamos clases de marxismo. Manuel era de los más inteligentes y activos, aprendió muy pronto la conducción de motos y coches, así estuvimos hasta el 7 de Noviembre que empezó el ataque a Madrid por los cuatro puntos cardinales, mi hermano Antonio se marchó con la Brigada 18 del Mayor Lister que cubría la parte este, desde Vallecas hasta Vaciamadrid, El resto de los que éramos del pueblo nos quedamos en el 5º Regimiento hasta su disolución en Enero de 1937, integrándonos en el Ejército Regular Popular, cuyo mando superior era el General Vicente Rojo, en la defensa de Madrid estuvimos en la Casa de Campo y la Ciudad Universitaria, allí tuve mi bautismo de sangre, una bala explosiva de las explotan al contacto con algo, explotó en un árbol y sus esquirlas me dieron en el brazo derecho. Rechazadas las ofensivas sobre Madrid, los combates más duros se dieron entre el 7 noviembre y 15 del mismo mes, pero la presión y los ataques duraron hasta la Batalla de Guadalajara, primeros de Marzo de 1937. La derrota de las fuerzas fascistas italianas, es de las más contundentes de la historia de las guerras, desde ese día renunciaron a conquistar Madrid., poco tiempo después nos asignaron la defensa del frente de la Sierra de Guadarrama, frente que estuvo estable hasta el final de la guerra, MANUEL, era el enlace entre Madrid y nuestro mando, conduciendo su motocicleta por las carreteras estrechas y peligrosas, le veía todas las semanas hasta el verano de 1938 que me dijo se marchaba voluntario a la Escuela de Guerrilleros de la Brigada 18 de Lister. Los Guerrilleros de Lister actuaban en la retaguardia en las zonas conquistadas por Franco, volando puentes y vías de ferrocarril, no he vuelto a ver más a MANUEL. Debo decir dos cosas más, mi hermano Antonio murió en la batalla heroica del Jarama, noticia que me dieron a mediados de Febrero de 1937, su cuerpo descansa en una fosa común del cementerio de Arganda, el padre de MANUEL fue fusilado en Torrijos, cuando entraron los nacionales en el pueblo en Septiembre de 1936, su cuerpo debe estar en las cercanías de las tapias del cementerio de Torrijos donde fusilaban diariamente”. MANUEL VISTO POR JESÚS

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Jesús.-. (Primo hermano de MANUEL).- “Por lo que me ha comentado él, su historia acababa de empezar, después de la ofensiva sobre Madrid hubo un periodo de relativa calma, MANUEL estuvo en la escuela de guerrilleros donde aprendió todas las formas de sabotaje y al mismo tiempo todos los modos de falsificar células de identidad y documentos, actuaban en grupos pequeños 4 o 5 como máximo, unos eran muy jóvenes y otros muy mayores con lo que conseguían no llamar la atención de los fascistas, mi primo tendría unos 18 años, tenían contactos en las ciudades y los pueblos grandes donde se escondían después de cada acción, yo pienso que por aquel entonces ya pertenecía al PCE, digo esto por el comportamiento que tiene al final de la guerra en Abril de 1939, muchos grupos guerrilleros se negaron a entregar las armas, haciendo caso omiso de las órdenes del socialdemócrata Casado y su “paz honrosa”, formaron grupos pequeños que se refugiaron en las sierras, lo que se dio en llamar maquis o los huidos, algunos de ellos resistieron hasta 1952, muchos de ellos eran del PCE, en su gran mayoría eran comunistas hasta que el partido cambio de táctica allá por 1948, MANUEL y cuatro camaradas más se refugiaron en los Montes de Toledo, zona que conocían de la lucha guerrillera, sus acciones más destacadas según me contó fueron dos, en el invierno de 1939 decidieron acabar con las atrocidades de un guarda de la finca llamada La Zarzuela, en los términos de la Puebla de Montalbán y Escalonilla, este guarda llegó a matar a un cazador furtivo con la escopeta, apaleó a gente que recogía leña para cocinar y calentarse, era un terror para todos los vecinos de la zona, una noche asaltaron la casa de los guardeses, un familia de labradores con cinco niños pequeños, se comieron la cena que estaban guisando dieron 5 pesetas a cada niño y se quedaron hasta el amanecer en la casa, antes de abandonar el lugar advirtieron que no dijeran nada a nadie, se apostaron en las olivas de un olivar cercano y cerca del camino por donde sabían que pasaría el guarda, como así fue; al pasar junto a ellos dispararon las armas dejándole malherido. Más tarde supieron que había muerto”. Mi padre-. “Lo que estás diciendo es cierto, la familia de labradores eran mi padre, mi madrasta y mis hermanos pequeños, la pareja era un matrimonio de segundas nupcias, mi padre era viudo, se casó de segundas, por eso había tanta diferencia de edad entre nosotros y los niños que estaban aquella noche, uno era del primer matrimonio de su mujer y los otros cuatro producto de la unión entre ellos, por lo tanto eran mis hermanos de padre, todavía hoy lo recuerdan con miedo”. Jesús-. “Me imagino el miedo que pasarían los niños y también el hambre de aquella noche, porque el dinero no les aplacaría el ruido de las tripas. Muchas veces los actos que cometemos producen daño en personas inocentes, deberíamos pensar esto. La segunda acción fue menos violenta pero no exenta de tensión y peligro, enterados de que en el pueblo de Menasalvas, la guardia civil tenía un archivo de muchos republicanos para encarcelar y fusilar, tomaron la determinación de quemarlo y destruirlo, discutieron la forma de hacerlo y se barajó la idea de asaltarlo, matar a los guardias civiles (das cabos y 6 números), MANUEL propuso otra idea, que a él le parecía menos peligrosa y muy fácil, robar un coche en Toledo, asaltar la sastrería militar de la Plaza Zocodober, robar uniformes y presentarse en el cuartel con el pretexto de una revisión ordinaria, así lo 158

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hicieron, se vistieron de guardias civiles, un “sargento”, un “cabo” y dos números, entraron en la casa cuartel, encerraron a los guardias civiles, destrozaron todo el mobiliario y quemaron todos los documentos que encontraron, la operación duró escasamente media hora, el coche lo abandonaron y se dispersaron, para entonces ya se sabría, el robo del coche y el asalto de la casa cuartel, aunque por aquél entonces no existían las comunicaciones que hoy disponemos y menos en un pueblo. El grupo existió muy poco tiempo escasamente un año, el responsable fue abatido en Abril de 1940, de nombre “Benito” este maqui mantenía relaciones regulares con su novia de toda la vida, a pesar del peligro que esto suponía se veían a escondidas en posadas y hoteles, un día fue asesinado a balazos por guardias civiles en una posada de los Montes de Toledo, fue su propia novia quien le traicionó. Se discutió mucho sobre el futuro del grupo, al final cada uno de los cuatro restantes tomó un camino diferente, en Junio de 1940, dos de ellos se unieron a un grupo de maquis de la zona, MANUEL se decidió por irse a Francia y unirse a la resistencia, los nazis habían tomado París a primeros de Mayo, para ello debía contactar con alguien en Madrid por lo que utilizó sus contactos en la zona para que le prepararan un primer encuentro”. “Llegado a este momento de la historia de mi primo, lo que sigue a continuación muchos de vosotros lo conocéis por haber sido contada por otros, paseando por la Gran Vía de Madrid durante el tiempo que estuvo esperando la documentación falsa para ir a Barcelona y de allí a los Pirineos, se encontró con Zenón como sabéis era el Jefe Local del Movimiento de nuestro pueblo, la sorpresa inicial fue enorme tanto de uno como del otro, MANUEL pensó que quizás no lo reconociese después de cuatro años, no fue así, Zenón sacó su pistola y encañonándolo le invitó a que fuera con él a la comisaría de Leganitos muy cerca de donde se encontraban, MANUEL no tuvo más remedio que obedecer pues todo el mundo estaba pendiente de ellos dos y no tendría muchas oportunidades de escapar, caminaron juntos uno con la pistola amartillada y el otro pensando en cómo escapar, al llegar a la puerta de la comisaría, MANUEL vio su oportunidad, la puerta era… ¡giratoria¡, como pensó él entraría primero y en el siguiente hueco lo haría Zenón, nada más traspasar el quicio gritó ¡guardias! ¡detengan a este es un rojo!, los guardias se abalanzaron sobre Zenón y él aprovechó los escasos segundos de confusión para salir corriendo y confundirse con la gente dejando a Zenón con un palmo de narices”. “A mediados del mes de Junio, de 1940, MANUEL traspasó la frontera con el pensamiento confundido, era consciente de que no podía volver a su pueblo, a su país, dejaba atrás a todos sus familiares, amigos y camaradas, con 21 años se unía a la resistencia francesa, con identidad falsa, “ERNESTO”, otro país, otros camaradas, otros paisajes, pero el mismo enemigo, el fascismo, los mismos ideales de libertad y justicia. La resistencia francesa se componía al menos en los primeros momentos de españoles, huidos de la represión franquista, tenían experiencia, moral y voluntad de vencer y sobre todo conocían las consecuencias funestas que tendría para Europa una victoria nazi, en Francia siguió con los mismos métodos que en España, sabotear líneas de ferrocarril, puentes y carreteras, actuaban por sorpresa, una táctica guerrillera muy arraigada en todos los tiempos en los españoles, en Septiembre de 1942 después de un acción en las vías de ferrocarril, fue hecho prisionero en un control de los alemanes, puede ser que la 159

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documentación que portaba aunque falsa le salvara la vida, los alemanes debieron comunicarse con España y después de unas semanas de interrogatorios fue conducido junto a otros prisioneros a una cárcel de Eslovaquia cerca de la frontera con Austria, a primeros de 1943 se escapó de la cárcel junto a un checo, un polaco y un francés, fueron perseguidos por la Gestapo campo a través, con perros adiestrados hasta un bosque, viéndose atrapados y sin escapatoria posible pues tenían a sus espaldas a los alemanes y de frente un río caudaloso, difícil de vadear, decidieron quemar un claro del bosque que no tenía mucha maleza, cuando estuvo quemado se metieron dentro de las cenizas calientes aún y prendieron fuego a todo el circulo de árboles que les rodeaban, esperaron al anochecer y con la ayuda del camarada checo pasaron a Suiza y desde allí otra vez a Francia, con sus antiguos compañeros de la resistencia. El camarada polaco se marchó a Inglaterra”. “El 27 de Agosto de 1944 dos meses después de desembarco aliado, entraron victoriosos en Paris junto de la 2ª División Blindada Francesa (encuadrada en el Tercer Ejército estadounidense y conocida como División Leclerc), muchos de los tanques que desfilaron por los Campos Elíseos llevaban nombres de pueblos españoles, muchos de los combatientes eran también españoles, después de más de ocho años de lucha, por fin una victoria y que victoria, fueron condecorados y agasajados, sin embargo en España si volvieran serían fusilados, los libros de Historia nunca hablaran de ellos, pero son los verdaderos protagonistas de esta historia. En mayo de 1945 los nazis firmaron su rendición. Aunque la guerra continuo en el Pacifico, en Europa empezó la posguerra, nuevas estrategias, nuevos aliados, nuevas metas y nuevas esperanzas”. “MANUEL, junto a otros guerrilleros empezaron a pensar en que los aliados entraran en España y derrocaran del poder a los fascistas españoles, empezaron a mover los hilos y contactar con sus amigos franceses para ver qué posibilidades habría de organizar una invasión por los pirineos de los aliados e implantar la república de nuevo. Tenían la esperanza de que los aliados les ayudaran en el empeño, me consta que muchos de ellos entre los que se encontraba MANUEL creyeron que esto iba ocurrir, se multiplicaron los contactos y los preparativos para la invasión, entraron clandestinamente en España y entraron en contacto con miembros de la resistencia guerrillera en Madrid y Barcelona, MANUEL entró clandestinamente en 1944, tenía que ponerse en contacto en la Plaza de Manuel Becerra, con un miembro del PCE en la clandestinidad, tenía que llevar el periódico “Arriba”, doblado por la portada en la mano izquierda y en la derecha la gabardina doblada bajo el brazo, la rapidez de reflejos y su inteligencia innata, unido a su larga experiencia, le hizo la siguiente pregunta a su interlocutor -“¿ y si está lloviendo?” ¿no llamará la atención que lleve la gabardina debajo del brazo?-. Lo que ocurrió después fue; el fracaso de invasión del Valle de Arán en octubre de 1944. Esto unido a las maniobras políticas de los franquistas junto a la actitud de, De Gaulle, Churchill y Roosevelt, hizo cambiar el rumbo de los aliados, la guerra fría había comenzado, les interesaba más tener a Franco como aliado contra el peligro soviético que un puñado de guerrilleros comunistas, esto dio alas a Franco para recrudecer la represión contra los maquis. De Gaulle llegó a ordenar que se desarmara a los resistentes franceses. Manuel y otros muchos se sintieron decepcionados y traicionados y se alejaron de la actividad política”. 160

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Mi tío José -. “Debo añadir yo hice el servicio militar en Jaca en 1947-1949 y todavía se hablaba del intento de invasión en el Valle de Arán”. Jesús–. “En esas fechas MANUEL se puso en contacto con su madre y su hermana, se fueron a Barcelona y desde allí pasaron a Francia, mi tía y mi prima le relataron lo que habían sufrido en el pueblo, cuando las hicieron desfilar por todas las calles con el pelo rapado y tomar aceite de ricino, sin contar el fusilamiento de su padre. Las represalias en el pueblo fueron de las más cruentas que se conocen, 76 fusilamientos en guerra y después de la guerra, en un pueblo tan pequeño dan la magnitud del crimen cometido por los fascistas, pero esto lo conocéis vosotros mejor que yo, que entonces era un niño”. Hasta aquí lo que recuerdo de aquella cálida tarde de verano, los principales personajes de esta pequeña historia ya han fallecido, dicen que uno no muere mientras haya alguien que le recuerde, por lo que a mí respecta nunca os olvidaré, ni lo que hicisteis ni lo que fuisteis. Relato entresacado de mi autobiografía Álbum familiar (inédita) 2008. V. Antonio López Una parte de estos hechos relatados de la guerrilla de los Montes de Toledo se pueden leer en: “La guerrilla antifranquista: la historia del Maquis contada por los protagonistas” Pág.76 Andrés Sorel (Seudónimo de, Andrés Martínez Menchén) Editorial Txalaparta, 2002

La Guerrilla en La Mancha – Ciudad Real – Cuenca- Albacete Santa Cruz de Moya, 2, 3 y 4 de octubre de 2003 ANÁLISIS PARA SU CONOCIMIENTO, DE LAS CARACTERÍSTICAS DISTINTIVAS DE UNA AGRUPACIÓN DESCONOCIDA. V AGRUPACIÓN DE GUERRILLEROS DE LA MANCHA. J. JAVIER HERNÁNDEZ PÉREZ El tema escogido y el motivo de mi breve intervención, es el de daros a conocer las características distintivas o diferenciales de la Guerrilla Manchega, V Agrupación, en relación al resto de Agrupaciones que constituyen el Movimiento Guerrillero Peninsular, antifranquista de postguerra. Resaltar las singularidades de una Agrupación, que a la fecha, no se ha abordado de forma monográfica, en estudio o publicación alguna. Razones para su desconocimiento las hay, en primer lugar las reseñas iniciales que de ella se hacen, las realizan durante el periodo de dictadura oficiales de la G.C., como Eulogio Lima, Aguado Sánchez o Ruiz Ayúcar, arrastrando dos errores fundamentales:

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- Minimizan su importancia. - Abordarla con límites difusos y confusos, en sus acciones e integrantes con la 2ª Agrupación de Ciudad Real. Posteriormente, durante la transición y el actual periodo democrático, se arrastran durante décadas, los iniciales errores por su desconocimiento, y referencias a los anteriores, pasando de puntillas por el mismo motivo.

Entrando en materia: Partiendo del conocimiento más o menos profundo entre los presentes, de las diferentes Agrupaciones que integran el Movimiento Guerrillero Peninsular, os diré que la V Agrupación, fue creada por el Mando Guerrillero de Madrid, para agrupar a los resistentes más comprometidos de la zona de Albacete, en un territorio entre dos Agrupaciones ya estructuradas. - El AGLA, que influenciaba Cuenca y - La 2ª Agrupación, que influenciaba Ciudad Real. Así pues, la zona de actuación de la V Agrupación, se extenderá por la zona Este de Ciudad Real, Sur de Cuenca y Oeste de Albacete. El diseño estratégico del Mando Guerrillero en Madrid, será el de una Agrupación bisagra, para permitir el paso, evacuación de guerrilleros y la necesaria logística, entre el AGLA que conexionaría con Francia, hasta las guerrillas andaluzas de la Agrupación Granada- Málaga y la Agrupación Fermín y Galán en el extremo Sur, Serranía de Ronda- Campo de Gibraltar. En el estructurado Ejército Guerrillero del Centro, de unión entre las Agrupaciones Guerrilleras de Extremadura Centro 1ª y 2ª Agrupación, y 3ª de Córdoba con el AGLA. La realidad fue otra: MARCO GEOGRÁFICO Y TOPOGRAFÍA DE LA ZONA DE ACTUACIÓN. La V Agrupación, se desarrolla en un marco geográfico más reducido del diseñado por el Mando Guerrillero, y se circunscribe a una estrecha franja a ambos lados de los límites provinciales de Albacete con Ciudad Real, con el extremo norte, que penetra ligeramente en Cuenca, y el extremo Sur, que de igual forma lo hace en Jaén. La topografía de la zona de actuación de la V Agrupación, es el primer elemento diferenciador o al menos específico y distintivo, con el resto de Agrupaciones. Con la excepción al Sur, de las estribaciones de la Sierra del Relumbrar y Alcaraz, se desarrolla sobre un terreno no abrupto, ni escabroso, sobre un paisaje llano, sin más ondulaciones que las de suaves cerros y altozanos, de monte bajo y pastizales, de cultivos extensivos, cereal- viñedo,

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sin otra masa arbórea que sabinas y pinares, y es aquí donde se ocultan las guerrillas, en las altas mieses de centeno, que entonces se cultivaban y en sus pinares. Paradójicamente, cuando la G.C., va consiguiendo estrechar el cerco y reducir su capacidad ofensiva, y al desmantelar la guerrilla de Atila en el extremo Sur, la V Agrupación reduce el marco de actuación, abandonando y retrocediendo de la zona más abrupta, Sierra de Alcaraz- Relumbrar, a la menos quebrada, Campo de Montiel, en el eje Villanueva de los Infantes, San Pedro- El Bonillo y a las llanuras manchegas del eje Villarrobledo- Socuéllamos - Tomelloso. Siendo el centro desde donde pivota la guerrilla, desde su inicio hasta su final, la zona de Lagunas de Ruidera. Pues bien, no hay ninguna Agrupación que actúe en un terreno de estas características. INTEGRANTES DE LA AGRUPACIÓN. Fundacionalmente, la procedencia de sus efectivos, es mayoritaria de las localidades de Villarrobledo y Socuéllamos, localidades muy próximas de Albacete y Ciudad Real, con la específica peculiaridad, de su relación endogámica, pues muchos de ellos están emparentados, por lazos familiares, hermanos, primos, cuñados, yernos..., que si bien no es motivo de desavenencias, sino todo lo contrario, si hace frágil la red de apoyo, sobre todo en la zona de Villarrobledo- Socuéllamos, también integrada por familiares mayoritariamente. Sólo dos efectivos proceden del maquis francés, lo cual reduce a tres integrantes, junto con Fedor (Primer organizador de la Agrupación), con experiencia militar guerrillera. El resto de los miembros proceden de antiguos afiliados al P.C.E. o simpatizantes del periodo anterior y de la Guerra Civil, y de militantes del reconstituido P.C. E. de postguerra "quemados", al ser identificados por la Guardia Civil. Esta heterogénea procedencia, se traduce en ciertas singularidades de la convivencia de sus integrantes. Así en el plano afectivo, llega a ser más que una guerrilla rural, una guerrilla urbana, penetrando los oriundos del terreno, por la noche, en sus localidades, para visitar a familiares, a sus mujeres, esposas y novias, permitiéndoles una estabilidad emocional, que no se da en otras guerrillas. Las relaciones sentimentales y sexuales, les causan no pocos problemas, embarazos indeseados, noviazgos no bien vistos por los padres que habitan las bases o puntos de apoyo y por sus responsables políticos y de Jefatura de Guerrillas, que ponen mayor énfasis en la inseguridad que ello conlleva. Sin embargo, y visto desde la perspectiva del tiempo, este aspecto humaniza la guerrilla, no exenta del calor y anécdotas atrevidas, que son motivo de amonestaciones y arrestos de varios de sus integrantes. Los procedentes del maquis francés, también se contagian, y llegan a desplazarse a Badajoz y Madrid, a visitar a sus familias. Los enviados por el Partido a las guerrillas, procedentes de la caída e identificación de los integrantes del Provincial de Albacete, constituyen otro grupo singular. En primer lugar, son enviados por Decreto, sin comunicarles su destino a guerrillas. Al conocerlo, unos lo acatan y otros no.

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Entre los que disciplinadamente aceptan el destino, saldrán los responsables políticos de las guerrillas, el destino, el personal, y el medio les es nuevo y su formación política muy superior. No son permeables a los sentimentalismos anteriormente expuestos y centran su misión, en el adoctrinamiento político de sus integrantes, con la sensación de predicar en el desierto, encontrando incomprensiones y compañerismo, por igual. Animan la creación de células del P.C. y U.N., en las zonas que transita la guerrilla y se desconciertan, al comprobar el estado de su aparato de propaganda. Esto conlleva pintorescas peculiaridades distintivas con otras agrupaciones, si no fuese por el riesgo que caracteriza la resistencia. Así: - En materia de propaganda, más o menos prolífica en otras Agrupaciones, la V Agrupación es la única que no logra editar su propio periódico, ni octavilla o proclama alguna, cuentan con "multicopistas" y máquinas de escribir, pero carecen de todo lo necesario, papel y tinta, no solo no reciben apoyo en este sentido del Partido, sino que por el contrario, le reenvían una máquina de escribir requisada en un golpe; serán los propios responsables políticos de la guerrilla, los encargados de desplazarse a las ciudades, para tratar de conseguir infructuosamente lo necesario, con los riesgos que ello conlleva, la escasa propaganda la tienen que elaborar a mano. - En materia de coordinación con otras Agrupaciones, y a diferencia del resto de Agrupaciones que constituyen el Ejército Guerrillero del Centro, que logran todas ellas enlazar 1ª 2ª 3ª Agrupación y Gredos, la V Agrupación permanece autista y autónoma, y pese a los intentos de sus responsables políticos, Esteban Garvi (Mariano) y Andrés Picazo (Gafas), tratando de establecer contacto con la 2ª Agrupación, guerrilla del Gafas (Francisco Expósito Prieto) de Ciudad Real, y con el AGLA, partida del Manco de la Pesquera por Cuenca, no consiguen su propósito, incumpliendo el 2º objetivo fijado por el Mando Guerrillero, anteriormente expuesto, de servir de nexo entre el AGLA- guerrillas andaluzas y resto de Agrupaciones del Ejército de Extremadura Centro, desde la dirección de Madrid. - En el aspecto ideológico, es una Agrupación monolíticamente de inspiración y afiliación comunista. Hay exclusivamente un guerrillero, antiguo militante de la CNT que la abandona, y otro de ideología anarquista, que por desavenencias de tipo ideológico y económico, es ejecutado por la guerrilla. Como todos sabéis, en otras Agrupaciones, aunque la ideología mayoritaria sea comunista, haberlos los hay socialistas, partidos y guerrillas mixtas, con jefes socialistas, libertarios y miembros mixtos en cuanto a su ideología. En cuanto al equipamiento ofensivo (armas y explosivos) y su consecuencia en el tipo de acciones que ejecuta, hay que mencionar que si bien en todas las Agrupaciones es deficiente, no alcanzando el equipamiento que los resistentes Españoles contra el nacismo tuvieron en los diferentes frentes Europeos, el equipamiento de la V Agrupación, alcanzó unas cotas de penuria y es inferior al de otras Agrupaciones. Carece prácticamente de explosivos para sabotajes, que planifica pero no puede llevarlos a cabo. En el armamento, con excepción de tres metralletas procedentes del maquis 164

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francés, está constituido por escopetas, rifles y pistolas de calibres diversos, muchos de ellos en mal estado y escasez de municiones de 7,65 y 9 mm, que solicitan sin éxito a la dirección. De bombas de mano, solo cuentan con un puñado de bombas ofensivas de piña, que si juegan un papel importante en las operaciones de cerco, a que son sometidos. El resto de bombas de mano, son procedentes de la Guerra Civil, fundamentalmente italianas, inclasificables en ofensivas o defensivas, un bote de conservas con explosivo y además en mal estado. Esto limita la capacidad ofensiva de la Guerrilla, a una única y exitosa acción de emboscada a la Guardia Civil, siendo el resto de la refriegas o combates, más duros, de carácter defensivo, en operaciones de cerco a las bases y cortijos de la guerrilla. En la lucha antiguerrillera llevada a cabo por la G.C., apoyada por la Policía Nacional y Municipal en ciudades y somatén en núcleos urbanos, mayoritariamente es de patrullaje, control y desmantelamiento de bases. Está documentada la escasa efectividad, combatividad y motividad de la G.C. en sus servicios de patrullaje. Al moverse la guerrilla a uno y otro lado de los límites provinciales de Ciudad Real y Albacete, el mando de la G.C., detecta que no se atiende con el debido celo su persecución. Es frecuente que los miembros de las patrullas de la G.C., se oculten en pinares y cortijadas, no a la espera de guerrilleros, sino a la espera de que vuelvan por donde han venido, los mandos desplazados que les empujan a su represión, limitándose los guardias, a cumplimentar la firma de los moradores de los cortijos visitados. A diferencia del resto de Agrupaciones, no actúa contrapartida alguna de la G.C., con la excepción de una actuación en 1.950, cuando ya en 1.948 había sido desmantelada la V Agrupación. Tampoco la G.C. logra infiltrar las guerrillas como sucede en otras Agrupaciones. Su desarticulación, no es fruto de traiciones ni delaciones como sostienen algunos escritores, sino de las casuales y desgraciadas detenciones que se producen en septiembre y octubre de 1.947, y del resultado, no de "hábiles interrogatorios", sino del maltrato y colaboración forzosa a que son sometidos los detenidos a finales de 1.947. De ello dan fe las condenas a fusilamiento, aplicación de la Ley de fugas, y en el mejor de los casos, largas penas de cárcel. En cuanto al periodo de actividades, la V Agrupación, se diferencia del resto de Agrupaciones, en que si bien todas ellas se inician de una forma estructurada y coordinada en 1.945, siendo el periodo álgido guerrillero 1.947, es en la V Agrupación 1.947, el año del cenit y a su vez de total desmantelamiento de la guerrilla. En el resto de Agrupaciones, su actividad se prolongará durante 1.948 y su agonía y desmantelamiento, durante 1.949 y en algunas, en años posteriores. Tampoco contaron como otras Agrupaciones, con apoyos de ocultamiento o de evasión hacia Francia, Norte de África o Portugal. Desde finales de 1.947 y principios de 1.948, los escasos supervivientes de la guerrilla, se ocultan en dos núcleos principales, lejos de la zona de actuación, Madrid y Valencia. Lo hicieron por sus propios medios y con la escasa colaboración de familiares y amigos, ni del Partido, ni del mando Guerrillero. Los tres guerrilleros que lograron evadirse a Francia, lo hicieron a diferencia del resto de integrantes de otras Agrupaciones, de forma individual, por sus propios medios, escasos, y su mucha audacia e ingenio. Dice el dicho guerrillero: 165

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SI UNA GUERRILLA NO PIERDE, GANA, O SI LAS FUERZAS REGULARES ENCARGADAS DE SU REPRESIÓN, NO GANAN, PIERDEN. Pues bien, esta fue la nota entre 1.945 y septiembre de 1.947, el resto ya lo conocéis ****************

La Guerrilla urbana La guerrilla antifranquista en las zonas urbanas tuvo algún significado en las capitales siguientes, (por orden alfabético): Barcelona, Bilbao, Cádiz, Granada, León, Madrid y Valencia. En Barcelona predominó la guerrilla anarquista, sin embargo en Madrid eran militantes del PCE. En el año 1948 y tras una entrevista con Stalin, Santiago Carrillo ordena el cese de la actividad guerrillera para los militantes comunistas del PCE, este cambio tardó algún tiempo en saberse por las dificultades de comunicación con las diferentes Agrupaciones. Se puede constatar que la mayoría de los actos de estas guerrillas urbanas se centraron en la extorsión económica y los secuestros de personalidades franquistas más o menos acomodadas, aunque no faltaron enfrentamientos con las fuerzas represivas. Sobre la guerrilla urbana de Barcelona tenemos una mayor cantidad de información, debido, por un lado, a su mayor duración, y, por otro, a la existencia de más estudios pormenorizados. La resistencia antifranquista en la Ciudad Condal fue monopolizada ya desde 1947 por los libertarios en detrimento de los intentos organizativos comunistas. Después de 1940 se fueron tejiendo en la ciudad pequeñas redes solidarias de ayuda a familiares de presos (las propias familias eran las encargadas de dar con los paraderos de los anarquistas dispersos tras la guerra). Personajes que después llegarán a tan legendarios como Joseph Lluis Facerías o Quico Sabaté comenzaron con los sabotajes, atentados y atracos, con la liberación de presos, con acciones de propaganda y reparto, en ocasiones, del botín entre los más necesitados, lo que con el tiempo forjará un referente mitológico ciudadano (la imagen del "buen bandido").

BARCELONA Quico Sabaté, “Caraquemada”, Joseph Lluis Facerías y otros En el caso de los libertarios, desde 1952 oficialmente no querían saber nada de los grupos armados que actuaban en España, pero tras el congreso de reunificación en Limoges en 1961, la CNT retomó la propuesta de reactivar la acción armada a través de un órgano denominado Defensa Interior. Las Juventudes Libertarias enviaron numerosos activistas al interior de España que practicaron diversos atentados. Los grupos de libertarios fueron los últimos guerrilleros antifranquistas, y estaban solos, porque en el exilio las organizaciones temían ser ilegalizadas, y en España temían a las represalias. Entre las acciones de estos grupos estaban los asaltos bancarios, para recaudar 166

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fondos, las expropiaciones de diverso tipo (documentos, pasaportes, etc.), acciones de propaganda y los atentados a cuadros importantes del régimen franquista, incluidos varios proyectos para matar a Franco. Uno de estos intentos de tiranicidio fue el organizado por el comando Los Anónimos: El atentado se iba a realizar con bombas de mano cuando el dictador visitaba Barcelona el 17 de mayo de 1947. Fue abortado porque entorno al monumento de Colón, al final de las Ramblas, se interpuso un grupo de niños portando banderitas. El 13 de julio de 1948 Raúl Carballeira fue acorralado en el Estadio de Montjuic, donde al parecer se suicidó. En el mes de octubre de 1948 perdieron la vida Luciano Alpuente, José Sabaté (hermano mayor de Quico), José Luis Barrao y Francisco Martínez Márquez. Otros fueron detenidos y después ajusticiados, como José Pérez Pedrero “Tragapanes”, Pedro Adrover Font “el Yayo” y Pons Argilés. También fueron localizados y arrestados varios médicos, juzgados bajo la acusación de haber asistido a los resistentes heridos. Francesc Sabaté “el Quico”, y su comando el 2 de marzo de 1949 ametrallaron el automóvil en que creían que iba Eduardo Quintela, jefe de la Brigada Político-Social de Barcelona. Murieron dos falangistas que iban en su lugar. Josep Luis Facerías fue uno de los guerrilleros urbanos más famosos por sus hazañas, especialista en asalto a burdeles, donde siempre hallaba empresarios y jerarcas falangistas. Facerías fue acorralado y muerto, posiblemente suicidado, en agosto de 1957, en la calle de Pi i Molist, lugar donde actualmente hay una placa en su recuerdo. En la primavera de 1960 murió Francesc Sabaté, “el Quico”. Desde los años cuarenta era un dolor de cabeza para las fuerzas del orden franquista. Su presencia en Barcelona suponía la movilización general de la policía y una silenciosa legitimidad por parte de un amplio sector de la población. Sabaté cometió acciones cruentas, como la del intento de matar a Quintela que antes hemos comentado, pero también otras que simplemente fueron espectaculares: durante la huelga de tranvías de 1957 en Barcelona, aprovechando un partido de futbol, Sabaté disparó con un mortero contra el campo miles de octavillas contra la dictadura. Sabaté, tras una serie de enfrentamientos en los que se dispersó de su pequeño grupo, fue cercado por veinte guardias civiles en una masía de la Garrotxa (Gerona). Durante la noche, tras un tiroteo en el que mató a uno de los guardias, Sabaté fue herido pero logró huir. Sabaté entonces se subió a un tren que se dirigía hacia Barcelona. El tren por razones técnicas tuvo que detenerse en la localidad de Sant Celoni, y este es el lugar donde, después de un tiroteo con guardias civiles y fuerzas voluntarias del somaten, morirá Sabaté. Ramón Vila Capdevila “Caraquemada”, el último guerrillero anarquista, fue acribillado a balazos por la Guardia Civil en agosto de 1963, con su muerte se da por finiquitada la guerrilla urbana anarquista en Cataluña. Para el régimen estos guerrilleros antifranquistas no eran más que bandidos, término despectivo que niega las razones tanto políticas como sociales que llevaron a estos hombres a empuñar sus armas. Todos ellos, pese a la labor pedagógica del franquismo, la desmemoria de nuestra democracia y al desconocimiento general de la mayoría, fueron luchadores por la libertad. ****************************

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Victorio Vicuña “Julio Oria” También los comunistas intentaron estructurar una resistencia armada en Bilbao a partir de 1945, con el envío de Victorio Vicuña, “Julio Oria”, que estuvo en activo hasta 1946. En mi libro "Maquis. La guerrilla vasca" que cita en la bibliografía aparece la opinión de Victorio Vicuña, antiguo jefe de la X Brigada de la UNE en Francia, sobre la guerrilla en Santander y la figura de Juanín: “Respecto a mi trabajo, no tendría mando sobre destacamento concreto alguno, sino un carácter de organizador y asesor para Euskadi y Santander, de donde dependían los Picos de Europa. Tenía que contactar mediante enlaces con la guerrilla de los Picos de Europa, tenía que hacer de coordinador, establecer las relaciones entre la guerrilla y el Partido y, sobre todo, dar paulatinamente un contenido político a los grupos, explicarles porqué combatían. Había que llevar la conciencia a unos hombres que había ido a la montaña para salvar la vida, que asaltaban rebaños o casas para sobrevivir. Algunos de estos huidos habían realizado hechos realmente deplorables. Había quien se había hecho una cabaña importante basándose en robos de ganado. Era el espíritu del campesino, de hacerse con un pequeño patrimonio. Otros daban atracos y se quedaban con el dinero. Y daban atracos sin discernir si era un médico de Falange o antifascista. Si hay que ir a por el dinero, que sea para montar una imprenta o para necesidades reales, como pagar medicinas o comida, no para hacerse rico. Pero esto lo analizas en su contexto, en el monte, entre rocas, empapado, con miedo... y lo entiendes. Ya digo que mi misión esencial era inculcar conciencia política para elevar el nivel de la lucha de los grupos armados. Y he de decir que, cuando les mostrabas que estabas dispuesto a compartir sus vidas y sufrimientos, a dar ejemplo, te trataban con gran respeto y te escuchaban. También llevaba instrucciones para los guerrilleros, con las normas de conducta, medidas de seguridad, los asuntos de las claves... para mejorar su formación práctica. El problema de las normas de la clandestinidad es todo un poema y no estaba al alcance de todos. Había personas que no alcanzaban a comprenderlas. Eran valientes para jugarse la vida, pero su mente no tenía la capacidad de asimilación de estos elementos. Y a veces caían por candidez, infantilismo y falta de visión de lo que requería la situación. Y eso se pagaba con la vida. Estuve unos meses combatiendo con la guerrilla en los Picos de Europa, haciendo de instructor en el grupo de Machado. En los Picos de Europa, como en Euskadi, los guerrilleros tuvimos en los enfrentamientos más bajas que los franquistas. Y eso por muchas razones: porque teníamos poca munición y a veces te quedabas sin balas en medio del combate, porque no estábamos bien atendidos y los heridos y los enfermos a veces morían porque no podíamos darles un tratamiento adecuado... Pero la principal razón es que nosotros no éramos terroristas. Nunca hemos pegado un tiro a nadie desarmado o por la espalda. Nosotros nos enfrentábamos de frente con enemigos armados, de igual a igual, como hacen los hombres. Y eso, aunque les pese, lo han tenido que reconocer hasta los generales de la Guardia Civil.

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Si nosotros llegamos a utilizar la bomba o el tiro en la nuca, habríamos matado a más gente, pero ¿y qué? ¿Qué habríamos logrado? Prefiero haber luchado con limpieza, la que merecía nuestra causa. Estoy pensando en un guerrillero, Juanín, que era toda una leyenda. Andaba por su cuenta, en la zona de los Picos de Europa, tenía sus vacas, su caballo, su cueva. Y en ella guardaba los tricornios y correajes de los guardias que había matado, un montón, con papeles donde ponía "guardia civil muerto el día tal del tal". La Guardia Civil le tenía pánico, porque era un tío audaz y fallaba pocos tiros. Así estuvo muchos años después que terminó el maquis. Audaz como él sólo. Pero ni a él ni a nosotros se nos ocurrió nunca poner una bomba en una vivienda o pegarle un tiro a un hombre desarmado”. Mikel Rodríguez, autor del libro "Maquis, la guerrilla Vasca". Editorial Txalaparta. ****************************

CÁDIZ Antonio Núñez Pérez, "Bartolo" La Agrupación de Guerrilleros Fermín Galán, fundada en 1949 en la zona oriental de Cádiz tuvo numerosos problemas a raíz de la ruptura de enlaces con el norte de África y de la detención del guerrillero “Orejitas”. Uno de sus éxitos fueron las 700.000 pesetas obtenidas por el secuestro de un industrial de Arcos de la Frontera. Pero la muerte en 1949 de Miguel Pérez Fernández “Polonio”, Bernabé López Calle “Comandante Abril” y Juan Núñez Pérez “Cuchillitas” y de otros tantos en 1950 hicieron reducir la actividad guerrillera de la zona. La puntilla a la Agrupación Fermín Galán se produjo tras la matanza en Algatocín (Málaga). En un caserón donde solían cenar los guerrilleros, los dueños de éste pactaron con las fuerzas del orden el asesinato de aquellos guerrilleros gaditanos. Los guardias se escondieron en el techo y dispararon a quemarropa mientras cenaban quedando así desmantelada la agrupación. Al igual que sus hermanos Francisco y Juan Antonio Pérez Núñez Bartolo era un miembro de la Agrupación Fermín Galán de CNT Bernabé López Calle “Comandante Abril”. El 7 de enero 1947, con sus hermanos y Francisco Gómez Macías “Gonzalito”, Miguel Guerrero Aloizana “Conejo”, Francisco Quintero Ocaña “Ramoncito” y Diego Pérez Moreno “Monzón”, asistió el distrito Benaocaz (Cádiz) el secuestro de Juan Puerto Orellana, por un rescate de 90.000 pesetas. El 5 de mayo de 1947, la Víbora Mojón “Ubrique” participó con su hermano Juan José Rodríguez Rodríguez “Sieteve” Martínez y Juan Ruiz “El Rucho” secuestro de Juan Fernández de Córdoba y Antonio Pérez Moreno ambos fueron puestos en libertad al día siguiente después del pago de un rescate de 60.000 pesetas. El 15 de junio, el distrito de Grazalema (Cádiz), con su hermano Juan Bernabé López Calle Juan Ruiz Ordoñez Huercano y Cristóbal López Aniversario secuestro del aparcero Jarillo Francisco Benítez por un rescate de 200.000 pesetas. El 11 de mayo de 1948, todavía con su hermano Juan y Juan Ruiz Huercano “Eusebio”, José Rodríguez y Rodríguez Cristóbal López Ordóñez participó en la localidad de 169

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Prado del Rey en el secuestro de José Velázquez y Juan Ortega García López. El 7 de agosto los hermanos Antonio y Juan Núñez Pérez, acompañado por Luis Rodríguez Beas Julio del El Tren y Manuel Martínez Casas Gazapo, secuestrado granja Cardela (Ubrique) Luis Chica Regordan que fue lanzado contra un rescate de 87.500 pesetas. En 1949, participó el 30 de enero con su hermano Juan, Juan Martínez Toledo Caracoles, Rodríguez y Luis Manuel Martínez Beas Casas intento de secuestro finca Lomo de Enmedio, municipio de El Bosque, Diego Marín Gallardo quien logró escapar a caballo. En el otoño, 4 de octubre de 1949, en la finca La Palmos municipio de Castellar de la Frontera, y acompañado de Andrés Dorado Lobato Garnacha, José Lobato Floria Lobato, Luis Beas Rodríguez, Miguel García López Darío José Vilches y Rioz El Barbas, se quitó Francisco Gallego Avilés que deben ser liberados dentro de los tres días después del pago de un rescate de 20.000 pesetas. El 17 de diciembre, el Distrito de Arcos de la Frontera, acompañado por Miguel Pérez Pérez Polonio, Juan Quiñones Virgil Juanito y José Barea Reguera Bienvenido, le quitó el industrial Armario Bachiller Juan de Dios, dado a conocer en contra de un rescate de 700.000 pesetas. Pocos días después de su lanzamiento industrial reciben de la guerrilla un nuevo fármaco para combatir el asma que padecía. También se observa que todas las personas secuestradas a declarar siempre han sido bien tratados por sus captores que todavía tienen que explicar el dinero del rescate para comprar armas y apoyar a las familias de los presos. Antonio Núñez Pérez fue detenido en Sevilla 16 de julio 1950. Llevado ante un consejo de guerra celebrado en Sevilla 14 de diciembre 1951 contra 73 guerrilleros o militantes libertarios - incluyendo Policarpo Medina Núñez secretario de la CNT de Sevilla, Dionisio Carrero Tuda secretario comarcal Cazalla de la Sierra, los hermanos Muñoz y Francisco Valderrama - Antonio Núñez Pérez “Bartolo”, fue condenado a muerte y ejecutado el 28 de febrero de 1952. *****************

GRANADA Los hermanos Quero Robles - Pedro, Antonio, José y Francisco Naturales de Granada. Hijos de una familia trabajadora, con cientos de amigos y conocidos en el Albaicín, el Sacramonte o el Barranco del Abogado, los barrios más deprimidos y castigados de la época. Era imposible que aquel destello de esperanza, entre tanta grisura y miedo, no alarmara a las autoridades, ni entorpeciera el sueño de los nuevos amos de España. Granada, primeros años 40. El pueblo trabajador había sido derrotado y sojuzgado, el hambre hacía estragos entre los más necesitados. La población se había acostumbrado de sopetón a las cartillas de racionamiento, a la mendicidad, al estraperlo, a la pobreza y a la estrechez. El fascismo triunfante lo dominaba todo, apareciendo como el único horizonte de la vida ciudadana. El Estado franquista, expresión estructural de la victoria de las fuerzas rebeldes en la guerra civil, era un régimen fundamentado en la represión y el exterminio. El término de la contienda no supuso, en modo alguno, el cese de la violencia contra los vencidos. Los campos de batalla, los frentes, las trincheras se habían dejado atrás, pero el reinado del terror continuaba inexorablemente. Las vejaciones, las humillaciones, las violaciones, las

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detenciones, las torturas y los fusilamientos, eran artículo de consumo diario en aquella Granada sin libertad ni pan. El movimiento obrero había sido desmantelado, los partidos de izquierda prohibidos, las cárceles estaban repletas de luchadores y las cunetas sembradas de demócratas. Sin embargo, agazapados, en lo oscuro, todavía había hombres y mujeres que resistían, amparados, en las sombras, por antiguos camaradas, compañeros de otros tiempos o familiares muy cercanos. Muchos se echaron al monte y formaron partidas, otros empezaron a reconstruir las organizaciones de clase, incluso hubo algunos que se atrevieron a desafiar al poder desde el mismo corazón de las ciudades, con las armas en la mano. En Granada, comenzaba entonces a forjarse una leyenda. Era la hora de los hermanos Quero. Guerrilleros urbanos antifascistas, empujados a la clandestinidad por supervivencia, fueron unos audaces hombres de acción, capaces de las hazañas más increíbles. Pedro, Antonio, Pepe y Paco, los Quero Robles, cuando hablemos de guerrilla urbana los Quero deben ocupar el primer lugar, una película de estos hombres tendría el éxito asegurado. Veamos solo dos acciones espectaculares: 1.- El 4 de agosto de 1944, en la calle Maestro Alonso de Granada, los cuatro hermanos Quero, líderes de un destacado grupo guerrillero antifranquista, entraron en el domicilio de Pedro Segura, juez de la Auditoría Militar de Granada. Querían presentarle sus respetos y una carta de amenaza en mano. "Somos los hermanos Quero", dijeron al juez, que pudo ver sus rostros. "A nosotros es a quien tiene que perseguir". El motivo de la visita no era otro que conseguir la libertad de dos jóvenes inocentes que habían sido detenidos acusados de tener relación con ellos. 2.- El 6 de julio de 1945, los Quero realizaron dos acciones. Por la mañana secuestraron al banquero Manuel Rodríguez-Acosta en su propia casa. El secuestro se resolvió en unas horas y consiguieron 250.000 pesetas. Esa misma tarde secuestraron en la calle Gran Vía al empresario Andrés Sánchez Montes. Por la noche, ya tenían 225.000 pesetas más. En un día recaudaron 475.000 pesetas para la resistencia. La Granada de la posguerra sirvió de escenario para aquella tragedia. La tragedia de un puñado de hombres enfrentados a una maquinaria temible, apoyados en una familia valiente, con el aliento anónimo de miles de granadinos, resistentes en silencio. Durante siete largos años, los que van de 1940 a 1947, los hermanos Quero mantuvieron en jaque a la Brigada de Investigación Criminal, a la Guardia Civil y al Ejército, moviéndose a su antojo por la capital, saltando de refugio en refugio, de atraco en atraco, de secuestro en secuestro, procurando siempre la menor violencia posible, salvaguardando incluso las vidas de algunos de sus enemigos. La respuesta de las fuerzas del orden sólo podía ser brutal. La gallardía de los Quero sólo podía ser atajada de raíz. Uno a uno, los hermanos fueron cayendo asesinados, en diferentes redadas y tiroteos, mientras el resto de los suyos eran sometidos a un acoso despiadado. Cuando Antonio, el último de la partida, murió en el asedio del Camino de Ronda, el 24 de mayo de 1947, la situación había cambiado radicalmente. Una vez derrotadas las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista había conseguido 171

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sobrevivir, enarbolando su condición geoestratégica de baluarte anticomunista, como vigía del Mediterráneo, a través del control del estrecho de Gibraltar. Las perspectivas de una inminente restauración de la legalidad republicana se diluyeron pronto en el torbellino de la Guerra Fría. La dictadura se consolidaba, domesticando al cansado pueblo español y desarticulando las conciencias. El tiempo de los héroes tocaba a su fin. La represión sobre la familia Quero no acabó con el fallecimiento de Antonio. Los padres, Paco y Matilde, y los hermanos más jóvenes, Victoriano, Bernardo o Rafael, siguieron siendo atosigados y hostigados por los sicarios de la tiranía, a lo largo de muchísimos años. Seguramente, la mayoría de los lectores de este texto no habrán oído hablar hasta ahora de los hermanos Quero. Los menos conocerán la versión oficial del franquismo, la misma que los calificaba de bandoleros y gánsteres. En cualquier país del mundo civilizado, se les recordaría en las escuelas durante el día de fiesta nacional, se habrían escrito muchos libros sobre sus trayectorias, se habría rodado probablemente alguna película basada en sus proezas. Si la desmemoria no hubiera vencido la batalla de la Transición, los granadinos de 2013 podríamos, tal vez, tomar el sol en una placeta dedicada a su recuerdo. Una democracia verdadera no puede fundarse en el olvido. Todo lo contrario. Mediante el conocimiento del pasado podemos encontrar las claves para construir un futuro mejor. Recuperando la memoria histórica de nuestro pueblo podremos estar en condiciones de afrontar la crisis y volver a ser un país soberano. Revelando la verdad de lo que fuimos en los tiempos del cólera, la alternativa republicana federal dejará de ser una quimera y los ciudadanos españoles podremos ser, de una vez, dueños de nuestro destino. Los hermanos Quero verán entonces recompensado su esfuerzo y Granada entera reconocerá, por fin, el valor de su ejemplo. JOSÉ LUIS GARCÍA PUCHE, BALTASAR GARZÓN GARZÓN JOSÉ Mª GARCÍA LABRAC

Para: ideal.es 19/06/2012

LEÓN Manuel Ramos Rueda – I (10/07/2011) Las crónicas del maquis sin paradero El informe que Manuel Ramos Rueda hizo para el Partido Comunista de España (PCE) sobre sus acciones contra el franquismo en León. Este informe fue publicado por el diario “La Crónica de León” en el año 2011, por entregas diarias, a la hora de unirlo no he conseguido encontrar todos. Este documento tiene el valor de que ha sido escrito por el propio guerrillero en primera persona. En la ciudad de León, la resistencia urbana la llevo cabo un solo hombre, Manuel Ramos Rueda, quien se multiplicó en sus acciones hasta llegar a constituir para las fuerzas del orden locales auténtica pesadilla y para la población, una figura épica. Este hombre llego a editar un periódico, Lucha, y a materializar todo tipo de acciones guerrilleras cobijado por una tupida red de enlaces, hasta que en agosto de 1948 huyó a Francia.

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Si Manuel Ramos aún viviera tendría en este momento 97 años. Casi un siglo que da para muchas películas. ‘El Ramos’, ‘El Coyote’ o ‘El Patatas’ son algunos de los alias de este hombre que nació en Santa Lucía de Gordón en 1916 en el seno de una familia de jornaleros. Minero en la cuenca de Sabero- Cistierna, su compromiso anarquista como militante de la CNT y su carácter impulsivo y temerario le llevaron a la cárcel de Riaño en los convulsos años 30 con sólo 18 años. Con el inicio de la guerra civil, en julio de 1936, se integra en el frente republicano establecido entre León y Asturias y se enrola en el Batallón 206, constituido fundamentalmente por anarquistas leoneses. Llegaría a ser teniente de la Tercera Compañía. Con el fin de la contienda en abril de 1939 pasa a Francia y, posiblemente, atraviesa por las penurias del resto de exiliados republicanos. Tras el inicio de la II Guerra Mundial, en septiembre de 1945, y casi sin solución de continuidad, se embarca, también como muchos exiliados republicanos españoles, en la lucha contra la ocupación nazi a través de la Resistencia. Los historiadores sitúan en ese momento su paso al Partido Comunista. Es esta formación, como acredita la documentación que se aporta, la que envía a Ramos a León para aglutinar a las guerrillas que actuaban en norte de la provincia. Hay que tener en cuenta que las incursiones del PC en España desde suelo francés fueron constantes durante toda la dictadura. La más sonada fue el intento de invasión por el valle de Arán que terminó en un rotundo fracaso en el verano de 1944 y una vez que Francia se liberó de Hitler. También hay que tener presente que el periodo de regreso de Ramos a León (1945-1948) coincide con el momento en el que aún se mantenía la esperanza de una intervención aliada en España tras la derrota del fascismo en Europa. El hecho de que no fuera así marcó, como se sabe, el destino de España, un país amordazado pero también mucho más hastiado de la guerra de lo que los comunistas creían. Manuel Ramos tampoco fue ajeno a ello en su incursión de tres años en León. No logró sus objetivos. La guerrilla del norte de León le dio la espalda, más preocupada de sobrevivir que de cualquier otra táctica, y tuvo que enfrentarse casi en solitario al aparato franquista. Montó en la ciudad de León una incipiente guerrilla urbana y emprendió una serie de actuaciones entre audaces y desesperadas que acabaron convirtiéndole en el enemigo público número uno para las fuerzas policiales. De hecho en los tribunales militares sigue habiendo nueve causas abiertas contra él por sus actividades entre octubre de 1946 y agosto de 1948 en León. Robos, distribución del periódico clandestino ‘Lucha’, atentados a policías, atracos a personajes destacados como al ex alcalde Francisco Roa de la Vega, sabotajes… Un compendio que mezcla la lucha clandestina y la “violencia inútil”, como la califica el historiador Secundino Serrano. Las diligencias abiertas, sin embargo, sólo citan de pasada su acción más sonada: el atraco a la zapatería La Revoltosa, cuya tienda aún existe en la calle de La Rúa, y la muerte de un disparo de su propietario Emilio Prieto Malagón, al que se refiere Manuel Ramos en el informe. Precisamente, después de esa operación es cuándo Ramos decide huir de nuevo a Francia dejando tras de sí un rastro de misterio que aún perdura.

Lo mataron sin demostrar que era un confidente - II (11/07/2011) La fuga 173

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Manuel Ramos Rueda (De su informe al PCE) Había un camarada del grupo que pasó de Perpiñán que se encargaba de regar los pasillos. Yo le ayudaba algunas veces. Cuando le planteé a éste lo que yo quería, al principio no quiso saber nada, pero después accedió a que le ayudase. Uno de los días salí a regar delante del rastrillo, en el mismo momento en que el centinela se encontraba afeitándose. Salí con un cubo lleno de agua y dentro una botella. Dejé el cubo delante del rastrillo en un sitio donde el centinela no lo veía y con la botella me dirigí a una tapia exterior donde había otro de guardia. Pensaba, si éste me preguntaba algo, decirle que el cabo me había mandado por vino y si no me creía, entonces, darle con la botella en la cabeza y echaba a correr. Pero pase delante de él sin que me dijera nada. Había costumbre de que uno o dos presos salieran mandados por el cabo a comprar vino. Llevaba conmigo cuando me fugué cinco pesetas que me había dado el Gordo. Me dirigí a la casa de la novia de Molinero por medio de quien yo había mandado a mi madre alguna carta y esto me había valido para saber su dirección. Le planteé de qué se trataba y ella me llevó a la casa de un chico cerca de Montjuic llamado Julio Artiga de la CNT a la calle Berenguer Viejo 8 [o 6]. Este es cuñado de un camarada del P [Partido Comunista] de León que actualmente está en Barcelona, llamado Manuel Callejas. A Callejas le dije que yo era del Partido y que quería enlazar con alguien que fuese de confianza, pero éste no me presentó a nadie. Julio, antes de llevarme a su casa, me llevó a Montjuic a una casa donde estaban reunidos unos que se llamaban Federación Local de Barcelona de la CNT. Estos me preguntaron que cómo era posible que siendo yo de la CNT hubiera pasado con los guerrilleros. Me recalcaron que si hubiera sido comunista no me hubieran atendido. Permanecí en Barcelona por espacio de un mes. Por medio de Callejas me enteré que la prima de Roldán, Mercedes Sabater, se encontraba en el centro. A esta la he visto por Toulouse un día que yo iba por la calle. Se acercó a mí y me contó que ella también había estado detenida. Con ella iba un chico que ella había sacado de la cárcel en España. Este había pasado de Francia y fue detenido por Andalucía. Es alto y fuerte algo calvo. Fue en Francia de la dirección del Partido. Yo le había visto una vez en 1943 que me lo presentó Ramiro. La documentación para salir de Barcelona me la preparó Julio. Se componía de una célula, salvoconducto y un documento militar diciendo que había pasado la depuración. Este lo conseguirían ellos en Capitanía por medio de un chico amigo de uno de la CNT que estaba allí de servicio. De Barcelona fui a Zaragoza. De allí en un camión a Madrid. En Zaragoza estaba en una casa que me había proporcionado Julio. En Madrid fui a la casa de mi madrina y también estuve visitando la familia del camarada Benito. Allí me encontré con uno del Partido, pero cuando se enteró de que me había escapado de la cárcel no lo volví a ver más por la casa.

Marcha a León Marché a León dirigiéndome a casa de Tejerina (cenetista que se encuentra en Francia). Aquí me pusieron en contacto con Elvira Villalobos (la mujer de Maximiliano González, llamado Palanquinos) y por mediación de ella di con los guerrilleros (fugados políticos) que eran todos del batallón [Batallón 206] donde yo estuve durante la guerra y me 174

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conocían. Subí tres veces a verlos. Había unos ocho o diez que eran: Noreña (Enrique) [Benjamín Roza], del Partido; Pancho, del Pa; El Italiano [Higinio Nicolás Bayón] y dos hermanos; uno de Manzaneda y uno más que no recuerdo. Se encontraban en Correcillas, cerca de Matallana. Había otro grupo que no quería saber nada de nada. Se componía de tres de la CNT y de tres socialistas. Estaban por los alrededores de Valcuevas [sic]. Otro de los grupos se encontraba en Vozmediano. Estaba compuesto por cuatro guerrilleros. Uno llamado Secundino [Rodríguez] El Practicante que había sido antes del Provincial del Partido de León y tres anarquistas, dos de los cuales llamados Calixto López e Inocencio Ferreras, se encontraban en la actualidad en Francia. Yo conseguí sacar de entre ellos a Secundino. Los otros no quisieron saber nada con nosotros. Este era el grupo que más falangistas había matado. En enero de 1946 Blanco vino a mi casa a León. Le mandó el responsable militar de Santander. Hablando con mi madre y al decirle ella que tenía un hijo en Francia que se llamaba Manuel Ramos, Blanco le contestó que me conocía y comenzó a dar detalles de mí hasta tal punto que mi madre se convenció de que me conocía y le dijo que ella había estado hablando conmigo en León. Blanco tuvo que marcharse y no nos pudimos ver. En noviembre de 1945 yo mandé a Noreña para que enlazara con el Regional de Asturias. Volvió de Asturias en febrero de 1946. Con él trajo a un camarada llamado El Gitano (Llaneza) al que le puse César. Yo mandé a una camarada a Bilbao para que le dijera a Blanco que podía ir a la misma casa donde había estado, pero Blanco se encontraba por esa época en Santander. Un camarada quedó de mandarle aviso para que volviera a verme y hacia el mes de abril se presentó de nuevo en León a entrevistarse conmigo, aprovechando un viaje que hacía a Madrid. Me entrevisté con él y así quedó establecido mi contacto con el Regional. Después vino un camarada del Regional de Asturias dos veces y otro llamado Gijón que nosotros creíamos era responsable del Regional. Con éste tuvimos una reunión a la que asistimos yo y Enrique. En ella se discutió el problema de Secundino y la ayuda a los familiares de César (de León) y Pedro que habían sido detenidos. El camarada del Regional reconoció que Secundino estaba realizando una mala labor. Éste quería coger el Partido en sus manos para entorpecer su actividad. Se oponía a la compra de una imprenta, se opuso igualmente a los actos de sabotaje en el ferrocarril cuando la ida de Franco a Asturias. A Secundino lo había traído yo a León para que organizara el Partido y no hizo nada. En la reunión, Enrique reconoció que él no había actuado bien cuando se oponía a que se ayudara a la familia de los detenidos. Poco tiempo después de la caída de los camaradas de Asturias, se presentó en León un elemento en nombre del Comité que decía venir de Madrid. Logró coger contacto con un factor de la estación y por medio de éste y de Vizcaíno cogió contacto con Secundino que le dio enseguida entrada en el P [Partido Comunista] sólo con el fin de demostrar que hacía algo. Este tipo le fue proponiendo que gestionaría la adquisición de una multicopista y otras cosas más. Un día Enrique me dijo que lo había ajusticiado porque se trataba de un provocador. Después de esto me enteré de que los camaradas de Asturias habían caído. Yo les dije que no estaba bien haberlo matado sin tener datos que demostraran que era un confidente, que el día de mañana si habíamos metido la pata nos pedirían cuentas.

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Ejemplo de propaganda clandestina editada por Manuel Ramos en León De Laciana nos mandaban dinamita. – IV (13/07/2011) Manuel Ramos Rueda (De su informe al PCE) Localicé a Pedro, Delgado, Vizcaíno, Plácido, a uno de Madrid llamado por nosotros El Madriles, a un contratista de obras, un obrero y al primo de Plácido. De Laciana bajó un camarada. Allí había ya camaradas contratados en las minas. De aquí nos mandaban dinamita. En Astorga teníamos contacto con Blanquillo que fue teniente durante nuestra guerra. En Santa María se encargó de organizar el partido uno que fue de la CNT. En Santa María estaba El Rubio (en la actualidad detenido). Controlaba un grupo de 4-5 camaradas. En Villacedré había 4 camaradas, entre ellos uno que era barbero y se encontraba allí desterrado. En la actualidad éste está en libertad. En Vilecha localizamos a un camarada. En total yo tenía relación con unos 20 camaradas que dirigían el P. En noviembre de 1946 compré una imprenta por 5.000 pesetas. La llevé a la casa donde estaba Llaneza pero tuve que cambiarla enseguida al caer herido Enrique [el asturiano Benjamín Roza, ‘Noreña’, que murió tras ser abatido en una calle de León en noviembre de 1946]. Antes de saber que lo habían matado, al traslado me ayudó Plácido e Higinio. El traslado hasta las afueras de León lo hice con un carro tirado por un burro. A poco tiempo de transportarla en carro llegó un camión del cuñado de Plácido que la llevó a otra casa. En esa casa tengo la imprenta que pesa 400 kilos y una “multi” [multicopista] tirada por un remolque de bicicleta. También compré dos aparatos de radio. Uno de ellos lo vendí para ayudar a la familia de un camarada detenido, pero el otro estaba allí. A la familia donde metí la imprenta le tengo dicho que vaya quien vaya en el nombre de quien sea no le haga caso. Tengo también en la misma casa unos cuantos tipos que cogí en una imprenta. Del periódico [Lucha] llegamos a tirar tres números. Un número dedicado a Sánchez Biezma [líder comunista y héroe de la Resistencia muerto en la Dirección General de Seguridad de Madrid. Mundo Obrero le dedica una portada el 16 de enero de 1947. El coronel Vicente López Tovar, responsable de la invasión del Valle de Arán en verano de 1944, cita a Sánchez Biezma como uno de los líderes comunistas que deciden la invasión pese a lo descabellado de la misma]. Cada número se tiraba 3-4.000 ejemplares. Yo he tirado la propaganda por León en una bicicleta. El Primero de mayo de 1947 tiramos un manifiesto. Adquirí la imprenta en la casa Valderas de León. Antes de esto había conseguido en la imprenta militar por 600 pesetas las letras. Estuve trabajando al cabo de la imprenta y a un soldado para que me tiraran el periódico. Accedieron, pero uno de los soldados después se echó atrás. Allí compré el papel y las tintas. En la casa Valderas no me pusieron inconvenientes porque anteriormente había mandado al soldado de la imprenta a preguntar por el precio.

Armamento

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Mandé a pedir a Barcelona por medio de los amigos donde yo había estado. Me mandaron dos pistolas del 9 largo, munición para éstas y para una metralleta alemana que yo había cambiado por una pistola ametralladora. La Villalobos me proporcionó otra pistola.

Franco en Asturias Volamos la vía en un trozo de 500 metros. Tardaron tres días en arreglarla empleando a todos los equipos de León. Volé la casa de Falange que tenía que inaugurar Girón [José Antonio Girón de Velasco, ministro de Trabajo entre 1941 y 1957]. Quedó completamente destruida. En Sabero, en agosto del 47 asalté un polvorín y cogí 15 kilos de dinamita, mecha y detonadores. Dejé al guarda del polvorín atado. Para esto tuve que hacer a pie 110 kilómetros. El coronel de la Guardia Civil de León le ofreció a un chico de la CNT 500.000 pesetas si mataba a Ramos. Este chico era de Azadinos. Había hecho la guerra con nosotros en el Ejército Republicano. Este mismo coronel en una ocasión en que detuvieron a la familia de Ramos y cuando un policía le estaba pegando a un hermano suyo le dijo al policía: “Antes de pegar hay que saber qué consecuencias puede traer eso”. Al capitán Gallo [capitán de la Guardia Civil Francisco Martínez Gallo. Todo apunta a que fue el guardia civil que se disfrazó de la madre de Emilio Zapico Arriola en el intento de resolución del secuestro que acabó con la muerte del ingeniero de la Diputación] le quitaron de León porque cogió mucho miedo por un atentado que le hizo Ramos y además porque ningún guardia quería ir de escolta con él por miedo a que lo liquidaran. Este Gallo de noche se despertaba gritando “me quieren asesinar” y cosas por el estilo. Llegó a decir que le habían puesto una criada que tenía la misión de envenenarlo. Alrededor de su casa siempre había mucha guardia civil. Un destacado falangista de León se encontraba un día en una calle esperando a un amigo. Un guardia civil que creyó que se trataba de Ramos le disparó hiriéndolo gravemente. Lo llevaron a la clínica del alcalde y éste creyendo que se trataba de Ramos no quiso atenderle, dejándolo que se desangrara. Cuando la familia lo echó de menos y fue a la clínica se encontraron que no era Ramos sino un destacado falangista. Le hizo un atentado al juez especial de León, le hirió en un hombro. Este siendo teniente había sido herido en el 36 en Asturias y a consecuencia de esta herida había perdido una pierna. Había matado a muchos de izquierda. Al jefe de la policía de León lo destituyeron porque no había detenido a Ramos. Este se llamaba Carracedo. A la madre de Ramos le dijeron en una ocasión que le dijera su hijo que se marchara de León.

Le disparé cuatro tiros al mismo vientre – V (14/07/2011) Atestado de la Guardia Civil Manuel Ramos Rueda (De su informe al PCE) En Puente Almuhey dimos un golpe en enero de 1946 pero como empezaron a gritar no pudimos matar a un comerciante falangista que había matado a gente de izquierda. Yo mate al hijo y además herimos a un guardia civil.

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Por la parte de Carrizo dimos un golpe en la casa de un alcalde que se dedicaba al estraperlo. Cogimos 8.000 pesetas, nos las repartimos entre los dos y con ellas compré la primera “multi” [multicopista]. En Vega del Bernesga [Vega de Infanzones] fuimos a la casa de dos falangistas. Uno era el carnicero y el otro el cantinero. En ésta participamos Enrique, El Gitano (Llaneza), César el que murió y yo. Además iba Plácido como informante. Allí recogimos unas 9.600 pesetas. En San Pedro Bercianos (28 julio de 1946), contra el estanquero que era falangista. Participaron Enrique, Llaneza, César, un guerrillero más reclutado [dos palabras ilegibles] últimamente y yo. Aquí fue herido César, pero no se sabe quién lo hirió. En esta ocasión Enrique se puso nervioso y comenzó a disparar. Al formarse el tiroteo empezaron a correr y dejaron a César en el corral herido. Yo me volví e hice que volviera conmigo Llaneza para recoger a César. Entramos en el corral y yo aproveché para tirar la puerta y matar al dueño del estanco [Ambrosio Fernández] y al sobrino [Marcos Berjón]. A César lo llevamos 14 kilómetros para ver si lo podíamos curar. Pero se nos fue desangrando por el camino y tuvimos que [cuatro palabras ilegibles] que no dejarlo vivo y pudiera hablar. En León, en unión de uno de la CNT y tres colaboradores míos, que antes habían sido de la CNT y ahora del Partido, dimos un golpe de 80.000 pesetas. El de la CNT se llevó 40.000 y yo me quedé con otras 40.000. En La Dehesa de Torío dimos un golpe el 10-10-46. En él participaron Aureliano, Bayón y dos informantes. Otro golpe en Azadinoscon Aureliano y otro, de 4.000 pesetas. En febrero del 47, en unos almacenes, di un golpe de 10.000 pesetas. Eso lo hice yo solo. En octubre del 47, en Sariegos, di yo un golpe solo. Este tuvo carácter de propaganda y recogí entre todos los ricos 3.000 pesetas. Yo fui primero al cura del pueblo a pedirle que me diera los nombres de los ricos que había en el pueblo. Y después yo fui por las casas pidiendo. Cuando alguno me decía que no tenía dinero, la contestación era que la información me la había dado el cura y que la multa era correspondiente a los impuestos que pagaba. Los obreros del pueblo se frotaban las manos de alegría después de este golpe diciendo que habían tenido que dar los ricos dinero para los presos de izquierda. El cura murió a los tres días de esto. Los falangistas decían que Ramos ya no mataba a nadie pero que hacías las cosas de tal forma que se morían solos. El 17 de mayo del 48 en Velilla de la Reina quise hacer igual que el pueblo anterior pero se complicaron los falangistas y los somatenes y fracasamos. Esta vez me acompañaba el de la UGT que había traído de Madrid. Al amotinarse los falangistas hicieron una manifestación y pusieron a la madre de tres falangistas que habían muerto cuando la guerra. Al salir de la casa donde estábamos me dieron la voz de alto. El que iba conmigo me dio una pistola ametralladora y yo tiré contra la manifestación hiriendo a tres, una de ella la madre de los tres falangistas [Consuelo Fernández Fuertes]. Ésta fue a León para ingresar en la clínica de un doctor llamado Paco, del Partido, y cuando se enteró de qué eran las heridas la rechazó. En la clínica de este médico estuve yo con Llaneza para que le curara de unas anginas y lo hizo.

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El 25 de mayo del 48 fui a la casa de un comerciante de Sabero, pero al entrar éste se libró por el padre, era un conocido de mi familia. Hablé con él y me di cuenta de que no nos habían informado bien. Nos dio mil pesetas y se ofreció a darnos comida cuando quisiéramos. El 5 de agosto del 48, en Azadinos fui a ver a Pío [Oblanca] y me dio 1.500 pesetas que pidió a unos vecinos. Antes de este golpe, el que vino conmigo de Madrid se había marchado. En Alija, el día 21 de agosto fui a la casa de un falangista que hacía las listas de los de izquierda para imponerle multas. Cuando entré reaccionó mal y no le tiré porque estaba su mujer y dos niños pequeños. El 23 de agosto fui a ver a Malagón [Emilio Prieto Malagón], dueño del comercio La Revoltosa. Le planteé que necesitaba dinero. En otra ocasión éste me había prometido darme dinero. Después de hablar con él un rato me dijo que nosotros no triunfaríamos. Yo le contesté que trabajábamos por eso. Cuando yo estaba hablando con él, la cajera le dijo: “Pues se me parece a uno de la foto del agente”. En ese momento, Malagón se abalanzó sobre mí como con intención de detenerme. Yo haciendo esfuerzos logré sacar un revolver que llevaba encima. Le disparé matándole e hiriendo a un dependiente que se encontraba por allí. Los dependientes han hecho correr por León que la culpa fue del dueño que no me quiso atender cuando yo le hablaba con buenas maneras. Visto el fracaso me decidí a hacer volar la central eléctrica de León. Cuando me encontraba sacando la mecha de una maleta pasó por allí un cabo de los municipales [José Gallego Bueno] y me preguntó qué era lo que llevaba en la maleta. Sacó la pistola como para detenerme y yo al ver esto le disparé 4 tiros al mismo vientre. Como se acercaban cuatro individuos corriendo yo me tire por un terraplén dejando la maleta. Después de esto me fui a ver a un socialista y le pedí dinero. Me dio 1.500 pesetas con las que pagué lo que debía y me vine a Francia.

Crucé a Francia el 4 de octubre del 48 – VI (15/07/2011) Caídas Manuel Ramos Rueda. (De su informe al PCE) Las caídas empezaron en Asturias y de allí se corrieron a León. Estas dieron comienzo cuando se ajustició al confidente. Desde ese momento empezaron a detener a todos aquellos por cuyas manos había pasado. Los primeros detenidos fueron dos factores. Uno se llamaba El Catalán. De éste los camaradas decían desde la cárcel que era un confidente. Fue el primero que se quedó en libertad y que según decía la Villalobos [Elvira Villalobos, esposa de Maximiliano González, ‘Palanquinos’] vino para Francia, por avisarlo la Villalobos. También fueron a detener a Vizcaíno [Manuel Vuzcaíno Beberide], pero yo le avisé y se pudo salvar. A continuación cayó Enrique (Noreña) y días antes había caído Morán, que era el que nos daba contacto con Calixto López. Después de Enrique cayó Blanquillo el de Astorga, Darío y a continuación fueron a detener a unos maquis de la zona donde se encontraba Secundino [Secundino Rodríguez, el ‘Practicante’] y otros. Cayeron Plácidos y Delgados. Darío acusó a

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Plácido de que había ido a su casa a pedirle que guardara a un camarada del monte. Darío y la mujer de Vizcaíno dijeron a la policía que Delgado recibía propaganda de Asturias. Secundino y Ferreras [Inocencio Ferreras. Hay una llamada al final del texto para decir que fueron “ahorcados” el 7 de marzo de 1947. La causa fue el secuestro del ingeniero de la Diputación Emilio Zapico Arriola, en septiembre de 1945, en el que Ramos ni participó ni cita en ningún momento] cayeron en la provincia de Palencia cuando se disponían a dar un golpe. También cayó Higinio [Higinio Nicolás Bayón, ejecutado también el 7 de marzo de 1947 por el caso Arriola] y Aureliano [Aureliano Suárez Robles] y a continuación de estas caídas detuvieron al Rubio de Santa María. Fueron a la casa de la madre de la chica donde yo paraba y se llevaron a otra hermana y a la madre. Un chico de 16 años vino a avisarme y por eso me pude poner a salvo. A las pocas horas de yo salir se presentó la policía. En Puerta Obispo detuvieron a una familia de una casa que yo utilizaba y donde habían estado algunos de los detenidos. Cayó el cabo de la imprenta militar. Le pudo delatar Enrique o ser algún otro de los detenidos que nos había visto por la calle paseando. Cayó también [ilegible], uno que me había puesto en relación con el cabo. Yo, antes de ser detenido el cabo y sospechando que le perseguían, fui a su casa a recoger unos paquetes de papel. En la casa di con alguien de la familia que estaba en aquel momento vestido de obrero pero que al mirar sus botas observé que eran de la guardia civil. Tan pronto como yo entré en la casa, salió otro individuo con la madre del chico. Quedó allí solo el padre. Todo esto me pareció extraño y me marché enseguida. Cuando el padre vio que me marchaba me preguntó por qué tenía tanta prisa y me pidió algo de dinero, ya que llevaba, a causa de las aguas, algunos días sin trabajar. Le di unas cien pesetas y me marché enseguida. Al día siguiente me enteré por una mujer de la CNT que vivía por aquel barrio, que la noche antes había habido por allí una partida de guardias civiles y policía sin que supiera a qué era debido. Esto hizo que mis sospechas se confirmaran. Después de todas estas caídas me trasladé a Correcillas, donde siempre hubo guerrilleros para ver si a través de ellos me era posible tomar contacto con el Tarsicio. Aquí me entreviste con la mujer del hermano de Higinio, que era la casa donde iban los guerrilleros de aquella parte. Esta me informó de que desde la caída de su cuñado no había ido nadie por allí. Ni los de Asturias que habían estado alguna vez (Aurelio Cajigal y otro llamado Manolo que tenía en este pueblo un hermano). En marzo del 48 estuve de nuevo en este pueblo y me entrevisté con el hermano de Manolo. Este me dijo que Manolo había muerto en Asturias al igual que Aurelio Cajigal. Le pedí que me enlazara con Asturias, pero me dijo que no sabía cómo hacerlo. De los guerrilleros de León no sabía nada. Salí para Madrid en abril del 48. Fui a la casa de la madre de Benito Sánchez, que había estado conmigo en la cárcel de Barcelona. Esa familia me dijo que no tenía contactos con el partido porque habían caído todos cuando Sánchez Biezma [líder comunista y héroe de la Resistencia muerto en la Dirección General de Seguridad de Madrid. Mundo Obrero le dedica una portada el 16 de enero de 1947. El coronel Vicente López Tovar, responsable de la invasión del Valle de Arán en verano de 1944, cita a Sánchez Biezma como uno de los líderes comunistas que deciden la invasión pese a lo descabellado de la misma]. Conocí en Madrid a un camarada de la UGT que estaba fugado en Madrid. Me entrevisté también con unos pintores del P, pero tampoco tenían contacto. En Madrid permanecí hasta mayo del 48. No vi nada, aunque me enteré de que en algunas barriadas habían tirado octavillas. El 3 de mayo, 180

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junto con otro amigo de la UGT, me fui para León. De mayo a septiembre estuve en León pero sin hacer nada de organización del P. En septiembre marché de nuevo a Madrid, pero tampoco tuve suerte. Salí para Barcelona y fui a parar a casa de Julio Artigas. Cuando vi que aquí no me podían ayudar para pasar a Francia me marché a Zaragoza el día 1-10-48. Cogí en Zaragoza un car que me llevó hasta Pamplona, llegando de noche. De aquí pase la frontera el día 4 de octubre y llegué a Urepel [Francia] a las seis de la mañana de ese mismo día.

Daniel Álvarez de la Torre/ León Para: La Crónica de León – 10, 11, 13, 14 y 15 de julio de 2011 (Me falta la entrega del día 12 no debe estar digitalizada o ha desaparecido de Internet)

MADRID La guerrilla urbana se desarrolló en los núcleos de población más importantes del país, en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, León, Málaga y Granada, con diversas características y distinta suerte. A Madrid llegarán miembros de la resistencia francesa ya desde 1944.

MANUELA

ÁNGEL

RODRÍGUEZ - GUERRILLERA -

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Hablando de princesas (Es cierto que a Letizia la viste Pertegaz) Escucho que a Letizia la viste Pertegaz, es como un halo, un brillo de piedras refulgentes, son sonrosados rostros, blancos vestidos, casullas y medallas, brillantes resplandores, deslumbrante oropel que al poderoso asiste. Hace mucho pasó y aún grita y duele: prisiones de Alcalá, en el cuarenta y cuatro, Cecilio Martín Borja, derrotado y huido, vio, de pronto, una lumbre, un fuego abrasador que también incendió a su novia, Manuela, y, juntos, hacia el maquis, en el tren, se encaminan, sangre irredenta, pasión y certidumbre, allí, en su oculto sueño, vislumbran otras albas, que aunque nunca serán, fueron tan bellas, les crecen uñas, garfios y balas que asesinan; enfrente los sicarios, el capitán Montoya, que era Sánchez Montoya, y se decía Montoya por inspirar más miedo, el pajarito, y otros, que acechaban los pasos que debían ser ocultos y secretos. Cecilio Martín Borja, también llamado Pepe y Timochenko, otra vez derrotado, llega junto a Manuela, que ya estaba en Madrid, en la calle Gravina, y el capitán Montoya, anhelante de sangre y de venganza, sigue el rastro indeleble de su presa. Casi al amanecer, fue un relámpago sólo, Cecilio, Pepe, Timochenko, acaso, y, la, en verdad, Manuela, novia suya, y un otro, Polvorilla o Panizares, que estaba junto a Pepe, sin más indagación son abatidos, Gravina veintitrés, era en octubre, e inundaba el otoño los campos y los parques. Hoy dicen que Letizia visitó a sus abuelos cogida de la mano del príncipe del cuento. Sin pizca de tristeza rubeniana, la joven rubia, grácil y perfecta nacida fue para misión excelsa.

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Referencias que completan el poema Hablando de princesas En el libro de Francisco Moreno Sáez, La resistencia armada contra Franco, Crítica, Barcelona, 2001, Págs., 459 y siguientes se encuentran referencias a este luchador antifranquista, que he visto confirmadas y completadas en 24 años de cárcel, de Melquisedez Rodríguez Chaos, colección Ebro, Paris, 1976, referencias que, a mí entender son esclarecedoras e inequívocas, en la página 119, dice: "(…) me trasladaron a otra (celda) donde estaban Cecilio y un chico de 16 años. Este había sido detenido porque, junto a otros de Barajas, se dedicaba a sacar piedra del río para venderla en las obras. Cecilio era un joven comunista de Toledo. Se incorporó voluntario al Ejército Republicano nada más empezar la guerra y llegó a ser Jefe de Estado Mayor de una Brigada. Al acabar la contienda armada fue condenado a 15 años de prisión de donde salió a los cuatro años en libertad condicional con destierro. Se incorporó a la organización del Partido de Zaragoza y lo volvieron a detener; pero su firme actitud y la de Escalera hicieron imposible probar la existencia de organización y el juez los puso en libertad provisional. En cuanto pusieron pies en la calle, tanto el uno como el otro, desparecieron de Zaragoza. Cecilio llegó a Madrid, y se incorporó al Partido. A los pocos meses fue detenido e incluido en un proceso de uno de los distritos de la capital de España. La policía quería arrancarle información no sólo en relación con la organización madrileña, sino también respecto al paradero de Escalera; pero Cecilio era una roca y, a pesar de las torturas, se mantuvo con la boca cerrada. En la cárcel decía constantemente. "Hay que dormir con el correaje puesto". Logró, al fin, evadirse de Alcalá con otros camaradas y reanudo, una vez más, el trabajo clandestino. La policía logró descubrirlo en una ocasión y le preparó una emboscada, de acuerdo con un traidor; pero Cecilio sabía muy bien lo que se jugaba; se defendió a punta de pistola y consiguió huir. Más tarde, por una confidencia, la policía supo que nuestro camarada acudiría a una cita en la calle; tomaron posiciones y al pasar Cecilio, dispararon sobre él, sin darle el alto y lo asesinaron". Parece que estos datos son concordantes con los de Francisco Moreno Sáez, y, por otra parte, algunos supervivientes de la guerrilla afirman que también era conocido como "el comandante". En cuanto a su muerte, tampoco parece contradictoria con la relatada en el texto de Francisco Moreno, puesto que según relata en su página 633, el 23 de octubre de 1947, en la calle Gravina número 23, de Madrid, en la portería, que regentaban su novia Manuela Ángel Rodríguez la hermana de esta Eulalia, donde estaban refugiados, Cecilio y su compañero el también guerrillero Eugenio Palacios "Panizares" fue asaltada por la policía que lo asesinó junto a Manuela y Eugenio. A nuestro entender, es evidente la coincidencia en lo esencial, de ambos textos entre sí y con mi poema, en cuanto a la ausencia de referencias a la guerrilla antifranquista en el libro Melquesiadez Rodríguez, lo cierto es que esta cuestión era motivo constante de debates y comentarios en las cárceles franquistas, aunque parece probable que no fuese aconsejable su exposición pública y escrita. Manuel Parra Pozuelo (POETA) En la página Web de: S.B.H.A.C. Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores. 183

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Otra versión Una guerrillera, Manuela Ángel Rodríguez A finales de septiembre de 1947 Cecilio Martín Borjas “Timochenko” recibía la orden de disolver algunas de las guerrillas de la 5ª Agrupación. Fue entonces a Madrid con Eulogio Palacios Moya “Panizares” y se escondieron en casa de su compañera Manuela Ángel Rodríguez. En respuesta al descubrimiento el 9 de octubre de 1947 de una casa en la calle Oriente donde se escondían otros guerrilleros, uno de ellos, Francisco Gallardo Aguado “El Viejo” fue capturado mientras que fueron muertos Daniel López Delgado “Zabala” y José Bueno Marqueño “Modesto”. Gracias a las informaciones obtenidas, la Guardia Civil localizaba la casa en el n°23 de la calle Gravina, donde vivían las hermanas Manuela y Eulalia Ángel Rodríguez. El 22 de octubre de 1947 Guardia Civil forzaba la entrada de la casa donde sorprendía a Cecilio Martín Borjas y Eulogio Palacios Moya “Panizares” sin armas. En ese momento Manuela Ángel Rodríguez aparecía con dos pistolas. Disparando con una, le daba la otra pistola a su compañero. En el enfrentamiento primero murieron Eulogio Palacios Moya “Panizares” y Manuela Ángel Rodríguez. Cecilio Martín Borjas “Timochenko” que luchaba cuerpo a cuerpo con los guardias, sucumbía poco después. En el intercambio de disparos también fue herido un miembro de la Guardia Civil. Eulalia Ángel Rodríguez, la hermana de Manuela, fue detenida. La eliminación de la dirección de la 5ª Agrupación, fue debida a la infiltración por la Guardia Civil de dos agentes, Ángel Alarcón Vela “Saludador” y Sebastián Lozano “Mojón”, así como a las informaciones dadas por José Díaz Estévez “Piti” un guerrillero capturado el 31 de agosto de 1947 en Albacete que había dicho todo lo que sabía de sus antiguos compañeros.

Publicado en el Blog: “De huidos y maquis”

Cristino García Granda (Gozón, Asturias, 3 de junio de 1913 - Madrid, 21 de febrero de 1946) fue un militante comunista español, sindicalista y guerrillero antifranquista y miembro de Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Nacido en Ferrero, una pedanía asturiana del concejo de Gozón, residiendo más tarde en el de Castrillón. En 1936 trabajaba como fogonero en el buque Luis Adaro, encontrándose en Sevilla en el momento de la sublevación militar que inicia la Guerra Civil. La tripulación del barco 184

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se amotinó, se hizo con el mando y dirigió su rumbo hacia Gijón en zona republicana. Durante la guerra civil participó activamente en diferentes combates alcanzado por sus méritos el grado de teniente en el XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero. En 1939, tras finalizar la contienda, se exilió a Francia donde fue internado en un campo de concentración. Durante la segunda guerra mundial participaría en la Resistencia francesa al frente de la División 158 de la Agrupación de Guerrilleros Españoles, con el grado de teniente coronel. Dentro de sus diferentes actos en época de guerra se pueden destacar la liberación de presos políticos en Nimes, la toma de Foix, la Bataille de la Madeleine, así como diferentes emboscadas a las tropas alemanas, sabotajes y destrucción de campos minados. Durante su última incursión, él y 28 compañeros más 27 republicanos españoles y 2 franceses, se hicieron con cañones y blindados y un total de 1400 prisioneros alemanes, que se dirigían a París para enfrentarse a las tropas del general Leclerc y su 9ª división. Con esto Francia les debe a los españoles la liberación de su país. Sus proezas son de tal grado que Francia le concede el grado de Héroe Nacional de Francia. En 1944 se integra dentro de los guerrilleros españoles cruzando el Pirineo. Santiago Carrillo se reune con ellos para reorganizar el PCE y mandar el asesinato de un compañero de partido. Cristino se niega en redondo. En la primavera de 1945, a partir de la detención y fusilamiento en Madrid de José Vitini y sus compañeros de “los cazadores de la ciudad”, se dirige a la capital a crear y organizar el Centro General de Resistencia y la Agrupación Guerrillera de la Zona Centro. Tras varios enfrentamientos y golpes contra intereses franquistas, el 18 de octubre de 1945 fue apresado por la policía de Franco. El 22 de enero de 1946 durante el juicio se define como patriota antifascista con las siguientes palabras: “Sé bien lo que me espera, pero declaro con orgullo que cien vidas que tuviera las pondría al servicio de la causa de mi pueblo y de mi patria. El fiscal nos llama bandoleros. No lo somos. Bandoleros son quienes nos acusan, quienes martirizan y matan de hambre al pueblo. Nosotros somos la vanguardia de la lucha el pueblo por la libertad, este juicio es una farsa en la que se nos acusa de delitos que no hemos cometido. Pero tenéis prisa por deshaceros de nosotros. No queréis que el mundo vea nuestros cuerpos martirizados. Queréis ensuciar con este juicio el glorioso movimiento guerrillero” El 9 de febrero de 1946 se le condenó a muerte, junto a nueve de sus compañeros, tras un consejo de guerra sumarísimo. Este hecho generó un gran revuelo político en diferentes países, sobre todo en Francia, cuyo Ministro de Interior interpeló ante la ONU por su liberación. Mientras, Charles de Gaulle (por entonces presidente de la República Francesa) por su simpatía hacia Franco, no hizo nada para parar el asesinato por el temor a los "rojos". En la madrugada del 21 de febrero de 1946 se cumple la sentencia y es fusilado en las tapias del cementerio municipal de Carabanchel Bajo, donde fue enterrado. La más llamativa fue la declaración suscrita por unanimidad por la Asamblea Nacional Constituyente, donde se afirma que los guerrilleros fueron fusilados por el odio a la libertad que habían defendido en Francia, y se invita al Gobierno a romper con el régimen de Franco:

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“La Asamblea traduce la protesta de la conciencia francesa ante esta nueva aplicación de métodos de represión condenados por el mundo civilizado”. Este último párrafo fue publicado por el diario PÚBLICO el 24/06/2011 y escrito por el periodista y escritor Félix Población en la sección Dominio público) En 2005 el por entonces máximo responsable del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (hoy Ministerio de Trabajo e Inmigración de España) del Gobierno de España, Jesús Caldera, inaugura en la comuna francesa de Saint Denis en el departamento de Sena-Saint Denis un centro social para inmigrantes que lleva su nombre.

Héroe en Francia En septiembre de ese año en la localidad francesa de La Madeleine se le colocó una lápida en su honor que lleva escrito: "Honneur a Cristino García, chef de maquis". El 25 de octubre de 1946 en Francia, el Estado Mayor de la IX Región Militar le concede a título póstumo la Cruz de Guerra con estrella de plata por: "Resistente desde la primera hora, dotado de un alto espíritu de organización y de combate. Se le concede a este jefe de élite la atribución de la Cruz de Guerra con estrella de plata". En Saint Denis tiene una calle con su nombre en su honor. Con motivo del 50 aniversario de su muerte, el 21 de febrero de 1996, el Pleno del Ayuntamiento de Alcalá de Henares le dedicó, asimismo, una calle de la ciudad con su nombre.

VALENCIA

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En Valencia actuaron algunos grupos de acción comunistas hasta 1946. Francisco Corredor Serrano “Pepito el Gafas”, o Florián García Velasco “Grande”, que después terminaran en la resistencia rural, encuadrados en el AGLA. Un grupo de guerrilleros de Gandía tendrá gran relevancia para la historia de la guerrilla antifranquista en la comarca Requena-Utiel pues los que consiguieron escapar a las redadas: Luis Francisco Bartolo Jaimito y Cariño, lograrán reintegrarse un año más tarde, en octubre de 1946, al 5.º Sector de la ya creada Agrupación Guerrillera de Levante, es decir, a la guerrilla a cuyo mando estaba Atilano Quintero (Tomás el Cubano) y cuyo territorio de operaciones era la zona Requena-Utiel como núcleo principal. Pero ya antes de que empezase a operar el “grupo de Gandía” al mando de Luis a finales de marzo de 1945 y de la llegada de los grupos de Delicado y Capitán a la zona de Levante en los primeros meses de 1945, existió actividad guerrillera en Valencia. Era la guerrilla urbana, cuyas acciones, a diferencia de la guerrilla rural, tenían lugar en las grandes ciudades y su periferia. Aunque el movimiento guerrillero urbano más importante se dio en Madrid y Barcelona, ciudad esta última en la que la presencia guerrillera anarquista fue predominante, también hubo grupos de guerrilla urbana en Granada, Bilbao y Valencia. La primera organización de guerrilla urbana en la ciudad de Valencia corrió a cargo de Demetrio Rodríguez Cepero (Centenera), que empezó a actuar a finales de noviembre de 1944. Su grupo, denominado Aparato Militar del Partido Comunista, se dedicará sobre todo a realizar golpes económicos para financiar el partido y los costes de edición de su prensa clandestina y propaganda. A los pocos meses, Centenera y su grupo serán declarados traidores al partido por desviarse de la línea política del mismo y enfrentarse a los nuevos dirigentes enviados por la Delegación del Comité Central. Sobre marzo de 1945 el partido enviará un nuevo Comité Regional a Valencia con un delegado, Celestino Uriarte, encargado de organizar la lucha guerrillera. En esa época Jesús Izcaray se hallaba al frente de dicho Comité Regional y un tal Ricardo dirigía el aparato político-militar. Meses más tarde, Florián García Velasco (Grande) Y Francisco Corredor Serrano (Pepito el Gafas), que habían llegado a Valencia a finales de 1943 huyendo de una redada en Madrid, ayudarán a Uriarte haciéndose cargo de la dirección de los grupos guerrilleros de la capital. Formarán dos grupos de cinco guerrilleros cada uno que operarán en Valencia y las poblaciones limítrofes. Entre los guerrilleros que formaban estos grupos, además de los propios Grande y Pepito el Gafas, estaban: Antonio Gan Vargas (Vargas el cubano), Eduardo Puig Miñana (Carrega), Rafael Gandía Andrés (Gandi), Manuel Martínez Ferrandis y Arcadio Martínez Martínez. Realizarán algunas acciones de “recuperación económica” en varias sucursales bancarias así como de propaganda: distribución de pasquines y pintadas en paredes en diferentes puntos, colocación de banderas en las Torres de Serranos y en una chimenea del Grao. Algunos encuentros con la policía harán caer en sus manos a varios de ellos. Otros, como Grande, Pepito el Gafas, Vargas y Carrega, lograrán zafarse de sus perseguidores e incorporarse en marzo de 1946 a la guerrilla del monte, a los grupos al mando de Juan Ramón Delicado González (Delicado), con base principal en Casas del Marqués (Santa Cruz de Moya).

Basiliso Serrano Valero “El Manco de La Pesquera”

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Una persona singular de la España de postguerra. En ese periodo en Cuenca, no hay ninguna otra personalidad de la que se hable y escriba tanto como él, es por tanto uno de los protagonistas conquenses del siglo XX. Cuando aquel miércoles 15 de abril de 1908, nació Basiliso, nadie podía imaginar que después de un siglo, su recuerdo permanecería en la memoria colectiva. Es el recuerdo de un jornalero, pastor, barbero, manco más tarde y también guerrillero, que perteneció a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, apodado “Fortuna” y para la historia ha quedado como “Manco de La Pesquera”, apodo que le fue dado por faltarle algunos dedos de la mano izquierda. Cuyo trágico final fue a los 46 años frente a un pelotón de fusilamiento en Paterna (Valencia). Su nombre de pila era Basiliso Patrocinio, siendo el quinto hijo del matrimonio formado por el cirujano Francisco Serrano y Rosario Valero, originarios de la provincia de Albacete pero llevaban afincados ya muchos años en La Pesquera. La familia fue humilde, como todos sus convecinos, sacaban a sus hijos adelante a fuerza de trabajo y esfuerzos. El primer revés que sufrió en su vida fue antes de cumplir un año de edad, cuando falleció su padre. Basiliso dio desde pequeño pruebas de un carácter recio y fuerte, además de dotes de mando y un carisma personal que no se correspondían con el oficio de pastor, que teóricamente debía corresponderle. Por los inmensos pinares de su pueblo y sólo acompañado por sus cabras, quien sabe que pasaría por su cabeza, al igual que Miguel Hernández, escribía versos y leía libros que alguien le proporcionaba y que le fueron abriendo a un mundo nuevo. Fue allí en esa soledad donde empezó a germinar en él la semilla de la inconformidad, con el mundo que lo rodeaba y que lo relegaba a ser toda su vida pastor, sin más aspiraciones que su rebaño, sólo por haber nacido pobre, aunque su inteligencia superaba con creces, sus limitaciones materiales. Cuando en España se proclamó la República, Basiliso Serrano fue miembro destacado de la CNT en su pueblo, impidiendo desmanes y reyertas que en otros pueblos si se produjeron. Hasta sus enemigos le han reconocido siempre que salvó muchas vidas, entre ellas las de destacados derechistas y el sacerdote vecino de su pueblo. El hecho de ser el responsable de la comuna agraria en La Pesquera en tiempos de la República, fueron los motivos por los que su vida cambio de rumbo hacía la semiclandestinidad, para mantener su seguridad. Pero a pesar de ese cambio seguía viviendo en su pueblo donde nadie lo denunció. Sus vecinos no podían olvidar, que algunos de ellos camino de la muerte fueron salvados por él, ya que a su modo de ver, en “La Pesquera no sobraba nadie”. Además de las innumerables ayudas materiales en esos tiempos de hambre y escasez. El protagonismo del Manco además de pasar por gran parte de la geografía conquense en labores de propaganda de la AGL, fue utilizado en muchos casos por la guardia civil como responsable de cualquier muerte producida, sin ser cierto, sólo para despertar protagonismo y no dejar al descubierto las carencias de las fuerzas represoras. Se incorporó a la guerrilla el 15 de febrero de 1946, al encontrase causalmente con una partida cerca de su pueblo, en el asalto a la central hidroeléctrica de Pajazo. Basiliso y sus compañeros mantuvieron en jaque a las fuerzas represivas, durante siete años de guerra en el

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monte, impidiendo la normalización de un estado nacido de la violencia. El mito se inicia, cuando aquel hombre permanecía escondido en el monte, cerca de su pueblo y surge su leyenda como el famoso maqui que robaba a los ricos y protegía a los pobres. Su actuación, como la de sus compañeros, tenía naturaleza de enfrentamiento armado. Con una carencia básica. La guerrilla antifranquista mostró siempre un carácter defensivo. No tenían medios materiales, especialmente armamento y munición, para enfrentarse abiertamente con la guardia civil. Fue una guerrilla de supervivencia, de acciones rápidas de sabotaje y boicot, de posicionamiento político, de rechazo al franquismo, de aguante y esperanzas, por un cambio rápido de sistema, alimentando esa oposición en la geografía social, cultural, económica y política más débil, entre el campesinado. Cuando estaba preparando su evacuación a Francia, fue detenido por la guardia civil el 27 de abril de 1952 cerca de Cofrentes (Valencia). Conducido a la prisión de Valencia fue juzgado y condenado a muerte el 4 de noviembre de 1955. A las 7.15 h del 10 de diciembre de 1955, en el cuartel militar de Paterna, seis guardias civiles al mando de su capitán segaron la vida de Basiliso, era el fusilamiento del penúltimo guerrillero de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. Fue enterrado en el nicho 475 del Cementerio de Paterna. Cincuenta años después, el 9 de diciembre de 2005 se exhumaron sus restos. Al día siguiente se vio cumplido uno de sus sueños, volver a La Pesquera donde descansará para siempre en una humilde tumba del cementerio de su pueblo. Actualmente una ruta de senderismo lleva su nombre en La Pesquera, pasando por lugares próximos a su vida, entre ellos la casa de nacimiento.

La principal fuente ha sido de la página Web: Juanín Los del monte

EPÍLOGO

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A lo largo de estas 190 páginas hemos visto desfilar cientos de nombres, de hombres y mujeres singulares que escribieron páginas de gloria popular que permanecen en la memoria colectiva de muchos españoles. Podía haber escrito tres documentos como este, pero serían repetitivos y reiterativos que cansarían al lector, es tal la cantidad de documentos, artículos y libros escritos sobre el tema que te abruman, tengo la duda sin embargo de si habré elegido los mejores, es tal la cantidad que cuesta escoger entre ellos el mejor. Antes de continuar debo agradecer a diferentes páginas por su buen trabajo, agradecer a La Gavilla Verde, Juanín Los del Monte, Todos los nombres, La S.B.H.A.C., Paisajes de la Guerrilla, la Memoria Histórica de Cataluña,—aunque en el artículo sobre la Valle de Arán no menciona al autor intelectual de la invasión — a los diarios, El País.com, El Ideal.es, La Crónica de León.es, al CAUM, el archivo Histórico del PCE y la Guardia Civil, o las personas que han escrito artículos o reseñas de libros como Hana Bortlová, o Emencio Ruíz Alcalá “Germán”, a los que agradeceré uno por uno sus trabajos y darlos a conocer. En mi opinión la guerrilla antifranquista y antifascista atraviesa por tres etapas muy definidas:  1) Según van tomando los pueblos, las ciudades o las provincias, conocedores de la represión tan brutal e indiscriminada huyen a los montes o las sierras más cercanas, no caen en el error de pensar; “cómo yo no he hecho nada, no tengo nada qué temer”, este fue el error más repetido en los asesinados, “los huidos” como se les conocía, lo hacen esperando la victoria republicana primero y la entrada de los aliados después. Pero la mayoría lo hacen esperando tiempos mejores, esta etapa se caracteriza por evitar el enfrentamiento directo con la Guardia Civil y se reduce a una defensa propia, subsistiendo de pequeños robos, o asaltos, muchas veces gracias a lo que les dan los vecinos o los “enlaces”, la represión no es aún organizada y sistemática, es como si a Franco le interesara tener una resistencia que le sirviera de excusa ante Hitler para poderse negar a intervenir en la II Guerra Mundial, mientras no pacificara todo el país, esa es mi impresión de esta primera etapa.  2) La segunda etapa se caracteriza por un aumento tanto en la cantidad como en la calidad de los guerrilleros, los diferentes grupos van aumentando gracias a la huida de cárceles, campos de concentración o Batallones Disciplinarios de Trabajo Forzado, esta etapa comienza desde 1940 hasta 1942. Fecha que se organizan en Agrupaciones territoriales, aunque en su mayoría son de ideología comunista, también los hay anarquistas, socialistas, republicanos y sin partido, el intento de agrupar a todas las Agrupaciones en la Agrupación de Guerrilleros Españoles (AGE), esta iniciativa del PCE no es seguida por ningún otro partido y solo la respalda las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). En esta etapa también se aumentan los actos y enfrentamientos con las fuerzas represivas franquistas, se crean los somatenes en las zonas rurales que sirven de apoyo a la Guardia Civil que es la encargada de reprimir a los “bandoleros”, o “bandidos”, se dictan normas para evitar que se les llame “guerrilleros”.  3) La tercera y última fase comprende desde 1944 hasta su declive y extinción. Según se van conociendo las derrotas del eje y sobre todo la victoria en Stalingrado, la actividad guerrillera se va intensificando, con la liberación de París en 1944, muchos 190

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guerrilleros españoles y franceses van cruzando los pirineos para engrosar las distintas Agrupaciones. El PCE, envía a sus militantes haciéndoles responsables políticos de diferentes Agrupaciones o Sectores, con su afán de imbuirlos una disciplina orgánica. Pero comete tres errores, los que llegan de la resistencia francesa desconocen el terreno y la forma de lucha completamente diferente a la francesa, introduce malestar por que descalifica a los jefes naturales de la Agrupación, los recién llegados son gente extraña a la que nadie conoce y por supuesto esto se traduce en inoperancia y errores vitales para la supervivencia del grupo. Jesús Monzón comete estos errores pero agrandados porque se trata de un Cuerpo de Ejército para la Reconquista de España entre 4000 y 7000 hombres. La invasión del Valle de Arán marca el fin de los guerrilleros en España. Franco ya sabe que los aliados no van a intervenir y recrudece sus ofensivas. Los Guerrilleros ven truncadas sus esperanzas, empieza la descomposición del grupo, delaciones, huidas, traiciones y el “sálvese quien pueda”. En 1948 el PCE abandona la lucha armada y disuelve las Agrupaciones Guerrilleras Españolas, desde esta fecha ya solo quedan reductos que irán cayendo uno por uno. Los últimos dos guerrilleros en el ámbito rural fueron, Juan Fernández Ayala “Juanín” y su amigo Francisco Bedoya Gutiérrez “Bedoya” murieron en abril y en diciembre de 1957 respectivamente. Pero el honor de ser el último guerrillero lo tiene José Castro Veiga “El Piloto” que murió, sin haber dejado nunca las armas, en la provincia de Lugo (Galicia), en marzo de 1965. Había abandonado la lucha armada en el verano de 1949 y pasó a llevar vida de topo. Permaneció oculto más de 15 años. Tenía ya 50 cuando un antiguo enlace cometió la villanía de delatarlo. Tampoco la Guardia Civil le quiso dar, en fecha tan tardía, ninguna oportunidad: y lo ejecutaron en una pequeña aldea de Lugo. Cifras aproximadas

DATOS DEL PERIODO 1943 – 1952 / ARCHIVO HISTÓRICO GUARDIA CIVIL CONTENDIENTES

MUERTES

HERIDOS

DETENIDOS

RENDIDOS

Guardia Civil 257 370 Ejército 27 39 Policía Nacional 11 18 Cuerpo General P. 12 21 Guerrilleros 2.173 467 2.374 546 Enlaces y familiares 19.444 TOTALES 2.480 582 21.818 546 Algunos historiadores/investigadores se quejan de que se escamotean los datos de cuatro años vitales de 1939 a 1942, y que las bajas de los Guardias Civiles pueden llegar a 1.000 entre muertos y heridos, y claro, los Guerrilleros muertos y detenidos pueden estar solapados.

AGRADECIMIENTOS Agradezco de corazón a todo los que han hecho posible este dosier, bien como escritores/as, historiadores/as e investigadores/as, administradores/as de blog o páginas Web, a los

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testimonios y memorialistas que han publicado lo que saben, ya lo decía Bertolt Brecht: “Quién no sabe es un imbécil, quién sabe y no lo divulga es un criminal”. Mil gracias a todos. Hay datos de dos personajes que por su visceral anticomunismo y parcialidad ni les menciono, al enemigo ni agua. Álvarez de la Torre, Daniel Álvarez Posadas, José María - Seudónimo “Celso Amieva” Azuaga Rico, José María Bortlová, Hana Bravo Suárez, Carlos Bru Sánchez-Fortún, Alberto Carvelo, Marcelino Díaz Díaz. Benito García Labrac, José María García Puche, José Luis Garzón Garzón, Baltasar Hernández Pérez, Juan José Llera Iglesias, José Enrique López de Vega, Fermín Martínez de Baños Carrillo, Fernando Martínez López, Francisco. “Quico” Martínez Menchén, Andrés - Seudónimo “Andrés Sorel” Montaner Valencia, Rafael Ordás Roza, Mercedes Ortíz Mateos, Antonio Parra Pozuelo, Manuel Peinado Gil, Pedro Pérez Delgado, Luz María Pons Prades, Eduardo Prieto, Teresa Ramos Rueda, Manuel Rodríguez Álvarez, Mikel Rojo, Raúl M. Ruíz Alcalá Emencio “Germán” Segurola Pérez, José Serrano Fernández, Secundino Vargas Golarons, Ricard

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LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

“Lo propio del pasado en general: es que el pasado necesita que se lo ayude, necesita ser recordado a los olvidadizos, a los frívolos, a los indiferentes, necesita que sin cesar nuestras celebraciones lo salven de la nada, o por lo menos retrasen el no-ser al que está condenado; el pasado necesita que nos reunamos adrede para conmemorarlo; porque el pasado necesita de nuestra memoria… porque el pasado, él, no sabe defenderse solo como se defienden el presente y el porvenir, y la juventud pide conocerlo, porque sospecha que le estamos ocultando algo”. Vladimir Jankélevitch, (1903-1985) “Lo imprescriptible”, Barcelona, 1987. (Filósofo francés de origen ruso) En su obra Vladimir dice que la imprescriptibilidad debe aplicarse especialmente en aquellos crímenes que no se reconocen, que no se ha pedido perdón a las víctimas o no se muestra ningún signo de arrepentimiento.

Monumento a los Luchadores por la Libertad – Santa Cruz de Moya (Cuenca)

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EL MAQUIS ESPAÑOL

Terminado enero de V. Antonio Madrid

de escribir en 2014 López 2014©

CONTRAPORTADA. Imagen de un cartel francés de 1946. Autor Paul Colin. Tomada de la página Web: Nuestra Historia Republicana La traducción dice: SOCORRO POPULAR FRANCÉS SUSCRIPCIÓN POR LA ESPAÑA REPUBLICANA POR LOS GUERRILLEROS SUS FAMILIAS SUS NIÑOS POR LOS HERIDOS E INVÁLIDOS DE LA GUERRA DE ESPAÑA

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LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

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