La Guerra Ruso Japonesa

rusO~japonesa EL IMPERIO DEL ZAR CONTRA EL SOL NACIENTE La guerra que estalló a principios del siglo xx entre Rusia y Ja

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rusO~japonesa EL IMPERIO DEL ZAR CONTRA EL SOL NACIENTE La guerra que estalló a principios del siglo xx entre Rusia y Japón nació de la determinación de ambos países de

ampliar su esfera de influencia en Asia oriental. Sería la primera derrota de una potencia europea a manos de un puebl&asiático desde los tiempos de Gengis Khan. EMPAR REVERT,

PERIODISTA

·

icolás 11 esta ba exultante. Tras un largo decenio como soberano, su pueblo al fin le demostraba la devoción que tanto anhelaba, la confianza total que hasta e nton ces só lo había hallado en su esposa Alexandra y sus queridas hijas. Toda Ru sia reaccionaba como una sola voz contra el ataque japonés a la base im perial en Port Arthur. Bien, no toda. Algunas fi guras de la corte, pocas, presintieron los peligros que una guerra encerraba para una Ru sia tan grande como frágil. El ministro Sergei Witte era la principal de ellas.

El rezagado y la excepción Recién estrenado el siglo xx, Ru sia era un gigante con pies de barro, un país atrasado que suplía la decadencia de sus estructuras políticas, económicas y sociales con un incesante crecimiento territorial. La figura del zar ostentaba aún el poder absoluto, y en e! caso de Nicolás 11 eso era un verdadero problema. Los asuntos de estado eran una carga para él, desconocía sus claves y adolecía de una indecisión exasperante. En su entorno se afirmaba incluso que las medidas las tomaba en función de! último consejero de la corte co n quien hubiese hablado. El conde Witte, tan estimado por su padre, e! zar Alejandro 111, era un ministro capaz, pero no podía evitar menospreciar a Ni col ás, que a su vez e ncontraba molesto al político hered ado. El imperio de los Romanov no había abordado con firmeza el camino de la modernización capitalista, yel tímido desarrollo de una burguesía em prendedora y una débil industrialización no lograban equilibrar el peso de la colosal masa de campesinos inmersos en la pobreza Sergei witte, ministro del zar Nicolás 11.

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HISTORIA Y V I DA

y la insatisfacción. Siguiendo su inercia conservadora, la Rusia zarista buscaba su propia justificación a ojos del pueblo a través de guerras victoriosas. El país había crecido continuamente durante centurias, pero, impedida su expansión hacia e! oeste y el sur europeos, sus miras desde mediados del siglo XIX se fijaban en Oriente. La permanencia de estructuras semifeudales también había sido una característica esencial de la sociedad japonesa hasta ese momento. Aislada durante siglos de todo contacto con e! exterior, la tenaz presión de Estados Unido s y E uropa para obtener concesiones comerciales llevó a su organización tradicional a una crisis irreversible. Sin embargo, y a diferencia del resto de

El emperador Mitsuhito inaugura la feria industrial de Tokio, 1904. Dibujo japonés.

los países as iáticos, que, empezando por China, tuvieron que verse postrados de rodillas ante e! imperialismo occidental, el Japón que emergió de esa crisis estaba decidido a tratar con el hombre blanco de igual a igual. Tras un serio proceso de revisión, el Imperio nipón retuvo los que consideraba sus máximos valores -patriotismo, lealtad, diligencia- y los combinó con los modelos políticos y la tecnología del propio Occidente. Un ejecutivo similar al alemán, una constitución elaborada a partir de las existentes en Europa y Estados Unidos, un código penal de corte francés, un ejército basado en el prusiano, una flota a imagen y semejanza de la británica ... Bajo el reinado de! emperador Mitsuhito el poder pasó a manos de oligarcas plenamente involucrados

Destinados a enfrentarse Rusia y Japón caminaban hacia una guerra en y por unos territorios que ninguno de los dos poseía: Corea y Manchuria. Sería a costa del Imperio chino, atrapado entre ambos contendientes y humillado como resultado. LA NECESIDAD. La colonización de Asia oriental representaba para los rusos casi un imperativo. Rusia poseía unas dimensiones insólitas, pero la mayor parte de su territorio era yermo, demasiado montañoso o frío para obtener rendimiento de él. Japón, por su parte, dependía cada vez más de la importación de alimentos y materias primas, puesto que su agricultura no crecía al mismo ritmo que su industrialización, y la clave para corregir esa insuficiencia se hallaba también en sus vecinos del este asiático. Corea y Manchuria proporcionaban, además, otro tipo de recursos. La primera era rica en hierro y carbón; la segunda, en madera y minerales. Así, Rusia y Japón estaban destinados al enfrentamiento. Japón lo advirtió y se preparó para ello.

en esta misión. La sociedad japonesa conoció un rápido proceso de modernización, y a finales del siglo XIX Japón era ya una potencia en posición de desempeñar un papel de primer orden en Asia oriental.

El rival imprevisto - La resolución nipona se puso de manifiesto muy pronto, en la guerra chino-japo-

pida victoria nipona sobre China sorprendió y alarmó a las potencias occidentales, en particular a Rusia, que no esperaba hallar competencia en la región. A expensas de Pekín, San Petersburgo se había anexionado decenios antes la isla de Sajalín y una amplia zona al norte del río Amur. Ahora acariciaba la idea de extender su influencia por Manchuria y la estratégica península de Liaotung. En ella, Port Arthur garantizaría a la marina imperial una salida al mar libre de hielos durante todo el año, algo que el puerto de Vladivostok, mucho más al norte, no podía ofrecer. Este último objetivo pareció irse al traste con la firma del tratado que ponía fin a la guerra entre China y Japón. Tokio reconocía la independencia formal de Corea -reservándose, eso sí, privilegios comerciales-, pero, como recompensa por ~~ p. 81

Japón combinó sus valores tradicionales con modelos políticos de Occidente nesa de 1894-95, derivada del choque de intereses entre ambos países sobre Corea. El coreano era un estado ligado a China por vínculos tributarios y juzgado por el gobierno de Tokio como el trampolín natural para su expansión en el continente. La rá-

MOTIVOS PERSONALES. Araíz

de los incentivos económicos, existía una clara animadversión entre rusos y japoneses, agravada por malentendidos y faltas de tacto. El propio Nicolás 11 (en la imagen) albergaba un odio personal hacia los japoneses. En 1891, coincidiendo con el montaje del Transiberiano en Vladivostok, el entonces heredero fue en visita oficial a Japón con seis buques de guerra. No es todo: una de las naves se llamaba Koreyetz (Corea) y otra Manjour (Manchuria). En la ciudad de Otsu, un oficial nipón salió de la multitud e hirió a Nicolás con una espada en la cabeza antes de ser reducido. El Zarevitch no supo apreciar el calibre de la provocación rusa, ni tampoco ver el incidente como un episodio aislado. Lo interpretó como una muestra de la naturaleza japonesa.

OC T UBRE

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Escalada en Asia oriental El previsible choque entre rusos y japoneses marcó el principio del fin del Imperio zarista y el albor del expansionismo nipón en Oriente.

PRIMER FRENO A JAPÓN

,

La Triple Intervención (Rusia, Alemania y Francia) impedirá la anexión con el pretexto de que supondría una amenaza permanente para China. Japón debe conformarse con Formosa (faiwan), las Pescadores y una indemnización adicional, que Rusia presta a Pekín.

Abril. Tratado de Shlmo-

Guerra chino-japonesa por la supremacía en Corea. Rápida victoria nipona. ____________ ,

noseki. Japón reconoce la independencia formal de Corea y prevé la anexión de la península de Liaotung.

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OCÉANO PAcIFICO

Formosa (Taiwan)

Rusia y Japón rubrican un acuerdo sobre la independencia de Corea, permitiendo el predominio de los intereses comerciales japoneses en el país.

Rusia ocupa Manchuria y penetra en el norte de Corea. Ante las presiones de Japón y Gran Bretaña, acuerda retirarse de la región a lo largo de varias fases.

I

Guerra de los Bóxers. Una rebelión xenófoba en China causa la intervención de una expedición europea, a la que se une Japón.

1y1_ 189~-95 - 1895 - 1896 ---- 1897---- 1898 --- 1899- 1900 ---- 1 901 -----Empieza la construcción del ferrocarril transiberiano entre San Petersburgo y Vladivostok.

Rusia consigue de China el derecho a construir, y a defender con sus propias tropas, una importante sección del Transiberiano a través de Manchuria.

Rusia arrebata al gobierno chino la concesión de Liaotung, con Port Arthur, por un período prorrogable de 25 años.

Todas las potencias han firmado ya tratados con Japón revocando antiguas cláusulas de extraterritorialidad.

PUERTO TRAMPA

Port Arthur, en el extremo de la península de Liaotung, no era fácilmente defendible. En primer lugar, estaba rodeado de montañas, de modo que si un enemigo tomaba posiciones en cualquiera de ellas era sencillo

78 HISTORIA Y VIDA

Tras una coexistencia inicial en Corea entre rusos y japoneses, se perfilan tensiones. Empiezan las negociaciones entre ambos países, que obtienen pocos resultados.

acabar con la flota. En segundo lugar, la entrada al puerto tenía poca profundidad, y sólo se podía acceder a él o salir a mar abierto con marea alta. Por último, la poca amplitud del puerto dificultaba enormemente la maniobra de las naves.

Trincheras japonesas en la guerra contra Rusia, c 1904.

cito desembarca en la península de Liaotung. o

Alianza anglo-japonesa. Reconocía los intereses especiales de Japón en Corea y estipulaba que, en caso de guerra entre Japón y Rusia, si entraba en liza un tercer país Gran Bretaña se uniría a su aliado.

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Rusia incumple la segunda fase del acuerdo de evacuación de tropas de Manchuria y pide a China nuevas concesiones. Con el apoyo de Gran Bretaña y Estados Unidos, el gobierno chino resiste.

6 de febrero. Tras fallar las

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negociaciones sobre las hegemonías en Manchuria y Corea, Tokio rompe relaciones diplomáticas con San petersburgo. o

9 de febrero. La marina ja-

o

Finales de abril. El zar decide enviar a Port Arthur a la flota del Báltico, que pone al mando del contralmirante Rozhestvenski.

o

Mayo. El I EjérCito japonés atraviesa el río Yalu, pasando de Corea a Manchuria. EIII Ejér-

ponesa ataca a la flota rusa destacada en Port Arthur. La infantería desembarca en el puerto de Seúl, Corea. • 10 de febrero. Japón declara la guerra a Rusia.

13 de abril. El buque del vicealmirante Makarov topa con una mina en PortArthur. Makarov y su tripulación mueren. Japón ostenta el control del mar.

Junio. Los japoneses entran en el puerto de Dairen, evacuado por los rusos. Junio-agosto. Las tropas rusas en Manchuria intentan romper el cerco de Port Arthur sin resultados. Agosto. Contraofensiva nipona. Los rusos se retiran hacia Mukden. Octubre. La flota del Báltico, a las órdenes del almirante Rozhestvenski, zarpa de Rusia. UN MAL TROPIEZO A su paso por el canal de la Mancha, los rusos abrieron fuego sobre barcos de pesca británicos confundiéndolos con naves japonesas. El incidente se llevó a una comisión internacional de investigación. Se solucionó con disculpas rusas y una indemnización.

- 1902 - - - 1903 - - - - - - - - - 1904 - - - - - - - - 1905 - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

• 2 de enero. port Arthur se rin-

de tras un asedio de 156 días. Oleada de protestas en Rusia contra el sistema zarista. • 22 de enero. Domingo San-

griento. La guardia del Zar dispara contra una multitud en San petersburgo. • 18 de febrero-10 de marzo

Batalla de Mukden. Las fuerzas niponas infligen al ejército zarista graves pérdidas. tste se repliega al norte de Mukden. • Mediados de abril. La flota del Báltico alcanza el mar de la China Meridional. • 27-29 de mayo. Batalla de

Fuerzas niponas cerca de Fak4JTIen. China, 1904.

Tsushima, que propicia la rendición rusa .

• 27 de junio. La tripulación del acorazado Potemkin se amoti-

na en el mar Negro y se reúne con los trabajadores en huelga en Odessa. La represión da lugar a unos 2.000 muertos y 3.000 heridos. • 6 de agosto. Apertura de la

conferencia de paz de Portsmouth (EE UU). • 5 de septiembre. Firma del tratado. Japón recibe la península de Liaotung y de la parte meridional de la isla de Sajalín, se reconoce su protectorado sobre Corea y se establece la evacuación del ejército ruso de Manchuria.

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La disparidad de fuerzas

Nicolás 11, como la mayor parte de sus consejeros antes de que estallase la guerra, subestimó terriblemente a su adversario: estaba convencido de que Japón nunca tendría la fuerza suficiente para atacar a una nación europea. Sin embargo, el Imperio del Sol Naciente apenas necesitó 18 meses para ganar su segunda guerra modema.

Rusia '

Japón

• Rígida. Ataque en formación cerrada. Se desaprovechaban los flancos y se obviaban tácticas que implicaran algún tipo de coordinación. -_ .

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Estrategia -

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• Supeditado a la jerarquía. Las operaciones se planificaban de antemano y los mandos intermedios no tenían libertad de actuación, de modo que cualquier imprevisto desembocaba en el .caos.

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• Flexible. Se basaba también en el ataque en formación cerrada, pero se adaptó a las circunstancias a lo largo de la guerra. _

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Mando

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• Con independencia. Se esperaba iniciativa de los mandos en todos los niveles.

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• Insuficiente. La mayor parte de la infantería procedía del campesinado. Los mandos, aunque profesionales, eran aristócratas por lo general indolentes y desconocían los instrumentos de la guerra moderna, como la telegrafía inalámbrica o la señalización lumínica.

• Óptima. El Ejército estaba profesionalizado. Gran parte de la oficialidad se había formado en el extranjero y estaba al corriente de las innovaciones en armamento y comunicación .

...

...... --_ ..--_ .... _-----------------------------.--• Remota. Sólo los mayores de 50 años habian tenido alguna experiencia bélica.

• Reciente. Los japoneses habían triunfado contra China cinco años atrás.

• Laxa . Los batallones y las tripulaciones eran indisciplinados. La altivez generalizada de la oficialidad les privaba de la confianza de los soldados.

• Férrea. Los superiores, sin privilegios aristocráticos, disfrutaban de la lealtad absoluta de sus filas.

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• Baja. La situación social en Rusia, la escasez de medios y la dureza de las condiciones en combate minaron la confianza de las tropas.

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• Alta. Los japoneses estaban imbuidos de un ferviente patriotismo.

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• Escasa. En la burocracia militar, afectada de nepotismo y corrupción, la malversación de fondos era un problema habitual e incontrolado.

Innovación

• Constante. La mayor parte de la indemnización obtenida del triunfo contra China se invirtió en naves de fabricación británica, y sus propios astilleros crecían con rapidez.

• Obsoleto. La infantería continuaba utilizando la bayoneta, que se había probado ineficaz ya en la guerra franco-prusiana (1870-71). Los barcos contaban con artillería para el combate, pero no para prácticas.

Armamento

• Actualizado. Las prácticas eran permanentes. Para la flota se inventó un explosivo con que rellenar los obuses, la shimosa, capaz de incendiar las naves enemigas.

• organizados. El sistema de aprovisionamiento japonés estaba mejor diseñado y disfrutaba de la ventaja de tener que recorrer unas distancias mucho menores. Su flota no tuvo que desplazarse lejos de sus puntos de suministro de carbón en ningún momento.

• Caóticos. Llevaba un mes transportar batallones y suministros de Moscú a Mukden a través del Transiberiano. La mayor parte de las provisiones tuvieron que obtenerse en las cercanías. En cuanto a la flota, dependía del carbón, cuyo aprovisionamiento era complicado en zonas sin aliados.

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• Desastroso. Los rusos, carentes de una red, contrataron agentes a toda prisa, pero las rivalidades entre departamentos impidieron un trabajo coordinado. • Inexistentes. En 1904 sólo había 11 en todo el Ejército, de los que únicamente dos sabían leer en japonés, ninguno de ellos en Port Arthur durante el asedio.

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HISTORIA Y V ID A

Espionaje

• Eficaz. Organizó su propia red y se benefició de la británica (el único servicio de espionaje profeSional del mundo hasta entonces). Se dedicó a difundir información falsa para desorientar a los rusos.

Intérpretes

• Numerosos. Además, todos los oficiales japoneses estaban obligados a dominar una segunda lengua.

~~ p. 77 SU victoria, arrancaba al Imperio chino la entera península de Liaotung. Adiós al puerto libre de hielos. Y no sólo se trataba de eso. Witte logró hacer ver al Zar el riesgo de la presencia japonesa en tierra firme: si Japón se instalaba en Liaotung, estaba claro que no se detendría allí. San Petersburgo recabó el apoyo de sus aliados europeos, Francia y Alemania, para obligar a los japoneses a renunciar a sus demandas sobre la península china. El Imperio nipón tuvo que ceder a las presiones y contentarse con Formosa (Taiwan) y las islas Pescadores, más una cuantiosa indemnización. El pueblo japoné s albergó un profundo resentimiento por lo que consideró un trato humillante. Yese resentimiento se convirtió en auténtica indignación sólo dos años después, cuando el imperio del Zar dejó al descubierto sus intenciones. Rusia impuso al gobierno chino un acuerdo

por el que obtenía la concesión de Liaotung -con Port Arthur- durante 25 años prorrogables. Japón se negaba a abandonar sus planes de expansión, así que , a la vista de los acontecimientos, tuvo dos cosas claras: que necesitaba aliados y que el enfrentamiento con Rusi a era bastante más que probable.

Promesas incumplidas - Las relaciones diplomáticas ruso-japonesas empeoraron en 1900 a raíz de la denominada guerra de los Bóxers, en que el estallido de una revuelta xenófoba en China desencadenó ~ la intervención de un . e con tmgen te europeo. La guerra ruso-japonesa según una caricatura rusa de la época.

Tropas francesas luchan en la ciudad china de Tianjin durante la rebelión bóxer, 1900.

A él se unió Japón para impedir que Rusia tomara ventaja de la situación, pero los nipones no pudieron evitarlo. El foco más activo del movimiento xenófobo se encontraba en Manchuria, precisamente donde las fuerzas rusas eran mayores. El Imperio zarista lo aprovechó para ocupar toda la región, a lo que Gran Bretaña y Japón respondieron con una enérgica protesta. Tokio prestó a China todo el apoyo de que fue capaz para contribuir a su resistencia. Cediendo al fin a las presiones, los rusos decidieron firmar un acuerdo con el gobierno chino que pre-

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Un viaje absurdo

Dos titanes frente a frente

ROZHESTVENSKI ALREDEDOR DE ÁFRICA A principios del siglo xx, en la era del vapor, el pOderío nacional todavía se medía por la capacidad de la flota. Nicolás 11 estaba convencido de que la rusa era la mejor del mundo, y tenía una pobre opinión de la armada japonesa. UN DISPARATE. Cuando los ni-

pones atacaron Port Arthur. el Zar decidió enviar hasta allí su flota del Báltico, rebautizada como Segundo Escuadrón del Pacífico. Ello suponía circunvalar Africa, porque los británicos, no beligerantes pero aliados de Japón, controlaban Gibraltar y el canal de Suez. La misión se encomendó a Rozhestvenski. tste preveía el desastre. "Nos hemos vuelto miserablemente débiles y (...]la loca empresa de nuestro mal reputado escuadrón no tiene ya con qué contar. ni siquiera con la buena suerte", escribía un mes después de zarpar. SUFRIMIENTO. El viaje duró

siete meses, de octubre de 1904 a mayo del año siguiente. La tripulación soportó una alimenta-

ción a ratos péslrna, gol¡:;: de los oficiales, desmayos por la sed y el calor, mordiscos de rata y cucaracha ... Aparecier la tuberculosis y la malaria. Hubo rebeliones en varias naves y alguna deserción, tres casos de demencia y un suicidio. LA DESESPERACiÓN. A medio trayecto, tras la caída de PortArthur, el Zar se empeñó en que Rozhestvenski esperase la llegada de otro escuadrón, formado por las viejas naves que éste había desestimado. Las semanas pasaban y el aburrimiento de los hombres desembocó en numerosas peleas. Rozhestvenski se desesperaba, sabedor de que regalaba un tiempo precioso a los japoneses para recomponer sus fuerzas. Así era.

veía la evacuación de las tropas de Manchuria en varias fases . japón encontró en Gran Bretaña el socio occidental capaz de avalar sus objetivos frente al resto de las potencias imperialistas. Ambos compartían el mismo recelo por la expansión rusa en Asia. En el caso británico, su mayor inquietud era el interés del Zar por Afganistán, que ponía en peligro la seguridad de India, la joya de la Corona. La alianza anglo-japonesa rubricada en 1902 reconocía las pretensiones de japón sobre Corea, pero básicamente servía a Tokio para adoptar una postura mucho más firme en su pugna con Rusia. La primera fase de evacuación de las tropas rusas de Manchuria se llevó a cabo puntualmente, pero cuando

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• ZINOVI PETROVIeH ROZHESTVENSKI (1848-1909)

Severo e iracundo, pero también encantador cuando lo consideraba oportuno (era amante, por ejemplO, de la esposa de Makarov, el almirante enviado a dirigir la flota de Port Arthurl, Rozhestvenski era uno de los 'l1ejores hombres de la marina usa. De orígenes modestos, su I

obsesión por el orden y la discipli na y su incorruptible carácter no eran comunes entre los de su posición profesiona l. Antes de la guerra contra Japón había sido comandante de la flota del Báltico. En el juicio por la derrota en Tsushima, celebrado en 1906, se autoinculpó, pero la sentencia le declaró inocente. Vivió retirado sus últimos años.

distinguió en varias contiendas, incluida Nació en el seno de la guerra contra China. una familia samurái En 1904 se le encoperteneciente a uno mendó el mando de la de los clanes que apoflota que debía enfrenyó al Emperador contra tarse a los rusos. Conel gobierno militar. Tovertido en héroe tras la batalla de Tsushima, ga era ambicioso y tenaz, lo que le granjeó fue nombrado jefe del algunos problemas por su actitud Estado Mayor Naval y miembro rayana en la desobediencia. Deci- del Consejo Supremo de Guerra. dido a ser marino, estudió en una Recibió el títu lo de conde y se le academia naval inglesa durante encargó la educación del príncipe siete años. De vuelta en Japón se heredero Hirohito. • HEIHACHIRO TOGO (1847-1934)

llegó el momento de poner en marcha la segunda fase, en 1903, Nicolás 11 decidió no sólo no cumplirla, sino obtener de China nuevas concesiones en la región. Con el apoyo diplomático de Gran Bretaña y Estados Unidos -interesado también en mantener el statu quo en la zona para proteger sus propias concesiones comerciales-, el gobierno chino resistía a las ambiciones rusas. Mientras tanto, Tokio intentaba solucionar la crisis por la vía diplomática antes de recurrir a las armas. Ofreció a Rusia el reparto de zonas de influencia: japón reconocía la hegemonía rusa en Manchuria si el Imperio zarista hacía lo propio con la japonesa sobre Corea. En San Petersburgo, la propuesta contó con el favor de algunos de los

miembros de la corte, como Sergei Witte, en ese momento apartado del poder por el Zar y que, consciente de las flaquezas del Imperio, siempre había abogado por una expansión por medios distintos de los militares. Sin embargo, Nicolás 11 no accedió a la oferta ni propuso alternativas. Confiaba en que, como decían algunos de sus consejeros, japón no iría a la guerra. El inmovilismo se prolongó hasta que, a principios de enero de 1904, Tokio optó por romper las relaciones diplomáticas. Días después la marina nipona atacaba por sorpresa a las fuerzas rusas destacadas en Port Arthur. Estalla la lucha - Pese a lo inesperado del ataque japonés y de la poste-

rior declaración de guerra, Nicolás 11 no se alarmó. Japón era un país minúsculo, con menos de un tercio de su población y con unas fuerzas que, aun modernizadas, habían iniciado su carrera militar con una primitiva katana entre las manos. El Zar se dedicó

reales. En Manchuria los efectivos rusos eran inferiores. Los refuerzos podían llegar únicamente por el ferrocarril transiberiano, que todavía no estaba listo para el transporte de grandes cantidades de hombres y suministros. Si resultaba necesario asistir a la flota de Port Arthur, apenas podría contarse con la de VI adivostok, impedida por los hielos, ni con la del mar Negro , que por convención internacional tenía prohibido atravesar el estrecho del Bósforo, mientras que la del Báltico tendría que rodear Africa antes de llegar a la zona de conflicto. A pesar de todo esto, en San Petersburgo, como en casi toda Europa, primaba la convicción de que la gran Rusia saldría vencedora.

Las ventajas rusas respecto a los japoneses eran más aparentes que reales a paladear su flamante popularidad, que por otro lado parecía echar tierra sobre las todavía desorganizadas muestras de descontento social. Sin embargo, las ventajas del Imperio ruso eran más aparentes que

Frente al ataque de la flota japonesa dirigida por el almirante Togo, el afamado vicealmirante ruso Makarov, al mando en Port Arthur, apostó por una estrategia ofensiva que arrebatara a los nipones el dominio del mar Amarillo. Sus objetivos se truncaron cuando, al regresar al puerto tras una incursión, su nave topó con una mina. Murieron Makarov y casi toda la tripulación del barco. Los japoneses tuvieron desde ese momento el control absoluto del mar. Ante el inesperado revés, el Zar puso al contralmirante Rozhestvenski a la cabeza de la flota del Báltico, que tendría que prepararse para emprender una travesía de varios meses hasta Port Arthur. Rozhestvenski, un mando competente y se-

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Portsmouth, nuevo insulto El menguado botín de Japón tras la guerra motivaría en el país más resentimiento. Entre agosto y septiembre

de 1905 se celebró en Portsmouth, Estados Unidos, la conferencia de paz entre rusos y japoneses. El presidente Theodore Roosevelt (en la imagen), que actuó de mediador, recibiría el premio Nobel de la Paz en 1906 por sus gestiones. Pero el encuentro demostró que Occidente seguía sin tomar en serio a Japón. El Zar, a través de su emisario sergei Witte, se negó en redondo a pagar indemnización alguna. Tokio, que debía liquidar los altos intereses generados por las deudas que contrajo para la guerra, fue obligado a aceptarlo. ACUERDO SIN LÓGICA. Pese a haber ganado el enfrentamiento, el Sol Naciente sólo obtenía la concesión rusa en Liaotung y la mitad de Sajalín, una isla congelada. Rusia salía bastante bien parada del desastre. Como expresaba The New York Times: "Una nación derrotada sin remedio en cada batalla de la guerra, con un ejército capturado y el otro aplastantemente aniquilado y con una flota barrida de los mares, dictaba sus propios términos al vencedor". EN LA MEMORIA. Japón protestó enérgicamente ante Estados Unidos por denegarle su justa recompensa y albergó un inquebrantable rencor hacia los norteamericanos. El portaaviones Akagí que encabezó el ataque sorpresa a Pearl Harbar en 1941 (motivo de la entrada de EE UU en la Segunda Guerra Mundial) exhibía la misma bandera que ondeó en el buque Mikasa del almirante Togo en el ataque a Port Arthur.

84 HISTORIA Y VID A

Trincheras en Manchuria. A la dcha., llegada a Portsmouth de los diplomáticos nipones para negociar la paz con Rusia.

norte, hacia Mukden. El destino de Port Arthur estaba sellado.

De Port Arthur a Tsushima vero, tan respetado como temido por sus hombres, accedió con una petición. Él al menos era consciente de que Port Arthur caería antes de su llegada, y solicitó el refuerzo de la flota -básicamente un amasijo de chatarra- con la compra a Argentina y Chile de siete cruceros de fabricación reciente. Su solicitud se aceptó, pero no se llegaría a cumplir. Mientras tanto, un ejército japonés atravesaba el río Yalu, pasando de Corea a Manchuria, y poco después un segundo contingente desembarcaba en la península de Liaotung. Port Arthur estaba rodeado. En cuestión de semanas, las fuerzas niponas entraban en el vecino puerto de Dairen, evacuado por los rusos. Los intentos del general Kuropatkin, comandante de las tropas rusas en Manchuria, de romper el cerco de Port Arthur no culminaron con éxito y, tras una contraofensiva japonesa, los rusos se vieron , además, obligados a retirarse al

En enero de 1905, tras un extenuante asedio de cinco meses, la ciudad se rendía. Rozhestvenski no se había equivocado. Sus naves, que habían partido de Rusia a finales del año anterior, se hallaban aún en Madagascar. El desastre causó una honda impresión a lo largo y ancho del Imperio y atizó el activismo de la oposición, que pedía reformas sociales y libertades políticas. Pocas semanas después de la caída de Port Arthur, una multitud pacífica reunida ante el Palacio de Invierno en demanda de mejoras era dispersada a tiros por la guardia del Zar. El episodio, que pasó a la historia como el Domingo Sangriento, se cobró más de cien muertos y dos mil heridos. Sin embargo, la pérdida de Port Arthur no había decidido la guerra. Pese a las mermas territoriales, el grueso del ejército ruso seguía intacto. Las tropas del Zar y las del Mikado se enfrentaron en la batalla de

Mukden y, esta vez sí, los japoneses infligieron graves daños al ejército ruso, que no tuvo más remedio que replegarse al norte de esa ciudad. Manchuria se había convertido de pronto en un sueño fuera de su alcance. Quedaba Rozhestvenski, la última esperanza del Zar. Al contralmirante, en cambio, no le quedaba ninguna. Con los medios de que disponía, estaba convencido de que navegaba hacia el desastre. Desoídas sus opiniones al

A finales de mes, Togo y Rozhestvenski, ambos hombres de gran pericia militar, se enfrentaron en el estrecho de Tsushima. Fue un duelo a la altura de sus aptitudes, pero el contralmirante volvía a estar en lo cierto. La flota del Báltico no estaba en condiciones. Fue casi completamente destruida y su comandante capturado.

La rápida firma de la paz - La derrota en Tsushima y los aires de rebelión interna convencieron al Zar de la necesidad de negociar la paz, para lo que rehabilitó al conde Witte. Japón, pese al triunfo, tenía la misma prisa, porque el esfuerzo bélico había dejado exhausto al país. Ambos contendientes acep taron la oferta de mediación del presidente estadounidense Theodore Roosevelt, y en agosto se inauguró la Conferencia de Portsmouth. El Sol Naciente logró el control de la península de Liaotung y de la parte meridional de Sajalín, el protectorado sobre Corea y la evacuación del maltrecho ejército ruso de Manchu-

Tras la guerra, el prestigio japonés creció como la espuma en el resto de Asia respecto, se resignaba a perder la vida en combate, aunque dispuesto a convertirse en un enemigo difícil de batir. Mediado mayo, dejaba atrás las costas de Indochina. Sus órdenes eran unirse con la flota de Vladivostok, ahora libre de hielos. Se decidió por la ruta menos mala, aun sabiendo que era la más directa hacia la armada japonesa: a través del golfo de Corea.

ria. En realidad, menos de lo que esperaba. Aun así, el prestigio japonés creció como la espuma en el resto de Asia, que no previó el dominio, tanto o más feroz que el occidental, que la nueva potencia impondría sobre buena parte del continente en los años siguientes. Para la Rusia autocrática representó un paso más hacia la tumba. El estallido de la Revolución de 1905, aplastada a fina les de año, fue el prefacio de la que, doce años después, derrocaría dramáticamente a Nicolás 11. Hyv

IPARA SABER MÁS ENSAYO

Richard. Rising Sun and Tumbling Bear. Londres: Cassell, 2003. En inglés. NISH. lan. The Origins of the Russo-Japanese War. Londres: Longman, 1985. En inglés. OKAMOTO. Shumpei. The Japanese Oligarchy and the Russo-Japanese War. Nueva York: Columbia University Press, 1970. En inglés. PLESHAKOV. constantlne. La última armada del Zar. El épico viaje a la batalla de Tsushima. Madrid: Turner, 2003. CONNAUGHTON.

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The RUSSO-Japanese War Research Society \N'WW.russojapanesewar.com

OCTUBRE 2005 85